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Guía Realización Dilema ético

Este es un guion provisional elaborado para realizar la redacción de resolución de


problemas éticos. Es provisional en el siguiente sentido. Si en el mismo examen de
oposición o unos días antes se publicasen los criterios o la rúbrica de corrección del
dilema ético, habríamos obviamente de adaptarlo a dicho esquema. Esta es mi
propuesta:

- Introducción: Situar el dilema en la tradición filosófica correspondiente,


explicarlo brevemente y justificar su importancia, Diferenciación del dilema en
esfera pública/esfera privada
- Identificación del dilema:
o Agentes morales involucrados y análisis de sus intereses
o Posibles jerarquías de valores
- Contextualización del dilema
o Contextualización del problema histórico
o Contextualización del problema filosófico
o Interdisciplinariedad del problema
- Argumentación
o Explicitar dos argumentos en favor de alguna de las posibles soluciones
o Contestar a al menos un posible contraargumento
- Justificación
o Comparación de la posición mantenida con otras posibles posturas
filosóficas
o Conclusión: Justificación de la posición mantenida y/o de la dificultad
del dilema
- Bibliografía: A lo largo de la redacción se deberá haber utilizado bibliografía
que se volverá a mostrar el final.

EJEMPLO DE EJERCICIO CON RESPECTO AL GUIÓN


1.-Estudia, analiza y evalúa el siguiente dilema.
Una empresa que encabeza el mercado de la industria de calzado deportivo, llegando a
dominar el 37% de él, gasta más de 1000 millones de dólares al año en publicidad y
con el salario mensual de sus ejecutivos (uno de ellos cobra más de 75 millones de
dólares al año) y estrellas publicitarias (una de ellas más de 20millones de dólares al
año) se podrían pagar miles de salarios anuales de su mano de obra esclava. Una
empleada de dicha industria tendría que trabajar dos o tres meses para comprar un
par de zapatillas de las que fabrica o 98.600 años para alcanzar las ganancias anuales
de un ejecutivo. La multinacional tiene en sus fábricas del Tercer Mundo, donde se
encuentran el 90% de sus trabajadores: niños esclavos. A éstos se les paga 20 céntimos
de dólar la hora, suelen tener entre 2 y 15 años y trabajan de 12 a 14 horas diarias
atados al lugar de trabajo. No tienen ningún tipo de derecho, utilizan materiales
nocivos para su salud, no van a la escuela, no saben lo que es jugar y la mayoría no ven
la luz del sol. Los adultos tampoco se libran de la explotación. En Tailandia cobran 35
dólares al mes por trabajar 54 horas semanales, cuando en España son 40 horas
semanales y mejor pagadas. En otra de sus fábricas de esta empresa en Vietnam, los
trabajadores sacan una media de 20 céntimos de dólar a la hora. Los líderes de planta
sacan una media de 42 dólares por mes mientras que el subsidio mínimo en Vietnam
es de 45 dólares. El coste de unas zapatillas no supera el dólar, pero en España se
venden por más de 150 €. Un negocio muy rentable para esta empresa, que no es la
única, ya que otras multinacionales siguen el mismo método.

INTRODUCCIÓN: El dilema que vamos a abordar se enmarca en la tradición filosófica


de la llamada ética aplicada. Si bien para abordarlo vamos a situarlo en el debate
filosófico político entre los defensores del liberalismo económico y otras doctrinas
filosóficas más proclives a la prohibición y persecución de ciertas prácticas
empresariales en primer lugar, y en el debate entre éticas procedimentalistas y
comunitaristas por otro. La cuestión fundamental del dilema se puede resumir en si se
debe actuar de algún modo cuando una empresa tiene la libertad de comprar el
trabajo de niños y adultos en condiciones de cuasiesclavitud mientras sus directivos
cobran salarios altísimos. ¿Es un caso de inmoralidad en el plano individual? ¿Debiera
ser incluso prohibido en el ámbito de los poderes públicos?

IDENTIFICACIÓN DEL DILEMA: Para empezar a entender la dificultad del problema


quiero partir de la definición de moral de James Rachels en The elements of Moral
Philosophy. Para Rachels, un acto tiene que ver con lo moral cuando se analiza
racionalmente la conducta dándole el mismo valor y peso a los intereses de las
personas que pueden verse involucradas en la acción. En ese sentido voy a tratar de
identificar en primer lugar a todas las personas susceptibles de ser afectadas por esta
acción. Después vamos a imaginar que son agentes morales, es decir, que tienen la
capacidad de decidir por sí mismos pero asumiendo una visión imparcial de lo que está
bien o está mal. A partir de aquí intentaremos seguir avanzando en posibles vías de
solución al problema.
Encontramos intereses encontrados básicos al menos en estos grupos de
personas: La directiva de la empresa, las empresas de publicidad, los compradores y
los trabajadores que dividiremos en dos grupos diferenciados: Adultos y niños. Vamos
a reducir los agentes morales a estos cinco, a pesar de que es obvio que de forma
indirecta hay muchísimos más, como las otras empresas o incluso las personas que
sufran las consecuencias de vivir en una futura sociedad donde parte de los niños han
sido privados de tener una educación o donde las estructuras laborales y de mercado
son modificadas por estas acciones. Creo necesario acotar en algún sitio los agentes
pues en caso contrario el dilema se vuelve inabarcable.
Los intereses de los agentes acotados a priori parecen ser:
• Ejecutivos y empresas de publicidad: En un primer lugar, ganar cuanto más
dinero mejor haciendo uso de su libertad para lograr acuerdos comerciales,
mercantiles y laborales por todo el mundo para maximizar el placer en su
propia vida.
• Consumidores de zapatillas: Conseguir la máxima calidad de su calzado al
mínimo coste no solo económico (como a bote pronto cualquier consumidor
actual piensa) sino también social, mediambiental, y humano, es decir, y en
definitiva moral.
• Trabajadores tanto adultos como infantiles: En un primer momento, lograr una
situación de supervivencia para seguir ascendiendo en la pirámide de
superación de necesidades. Podemos entender de forma clara a este tipo de
agente desde la pirámide de Maslow en A theory of Human Motivation y aquí
vendría una de las diferencias entre los trabajadores adultos y los niños. Niños
que han sido privados del juego y de un mínimo esquema de aprendizaje no
podrán salir de los primeros estadios de la pirámide, jamás podrán
desarrollarse en un sentido pleno y, por tanto, ven mermada su libertad de un
modo más flagrante. En realidad se les condenaría a no poder ser agentes
morales en sentido estricto al imposibilitarle un auténtico juicio moral propio.

Aunque desde un punto de vista formal suponemos que todos son libres para elegir su
situación vamos a identificar dos formas de entender esa libertad. Desde el punto de
vista de los procedimentalismos o éticas del deber que se pueden derivar de Kant,
todos son libres de elegir o no esa forma de vida. Es decir, supongamos, aunque en la
narración del dilema no está claro, que a una niña se le ofrece la posibilidad de
trabajar en condiciones de pseudoesclavitud. Ella también tendría la opción de decir
que no, y por tanto desde el punto de vista formal, ella es libre de elegir la situación.
Ahora bien, desde el ámbito de las éticas comunitaristas que critican precisamente la
descontextualización típica de los procedimentalismos es obvio que los intereses y
capacidad de las comunidades representadas por los trabajadores-esclavos y por los
ejecutivos de las grandes multinacionales no representan el mismo grado de libertad
real y efectiva ahí fuera, y por tanto es absurdo plantear el dilema desde un punto de
vista abstracto.

CONTEXTUALIZACIÓN:
El problema histórico que se describe tiene que ver con lo que conocemos como
desgeolocalización empresarial. La globalización permite a las grandes multinacionales
trabajar en entornos de mercados globales jugando con la legislación e idiosincrasias
de comunidades locales. Es en la contradicción dialéctica entre un mercado global y
divergentes comunidades locales donde se enmarca este problema. Cuando los países
de la metrópoli se transformaron en sociedades del bienestar, algunas de las empresas
de esos países se transformaron en multinacionales eligiendo como sedes tributarias
aquellos países que los eximen de pagar impuestos y buscando mano de obra lo más
barata posible en países que no son han alcanzado los derechos de las sociedades del
bienestar y donde las formas de la economía y cultura tradicional se desmoronan
precisamente por causa del mercado global.

Esta problematización se traslada a dos modelos de entender el proceso.


Recientemente Stephen Pinker, publicaba datos en su En defensa de la ilustración que
avalaban cómo el dejar que el mercado siga su curso genera mayor dosis de bienestar
y felicidad en todo el mundo. Así, por ejemplo, se podría defender que de hecho las
comunidades que circundan a esas empresas geolocalizadas quieren de hecho trabajar
en dichas empresas por lo que el tratar de impedir la desgeolocalización sería
condenar a la miseria a dichas poblaciones. En esta misma línea podemos situar a
Antonio Escohado en Los enemigos del comercio, a Juan Ramón Rallo o a Santiago
Navajas.
Por otro lado, autores como Naomi Klein o Carlos Taibo entre otros muchos, muestran
que precisamente el mercado acompañado con políticas públicas para hacerlo llegar a
cualquier parte del mundo son las que generan ese caldo de cultivo de la miseria, en
que las sociedades autárquicas tradicionales se han ido transformando en sociedades
de consumo. Frente a la tesis de Pinker, no es el mercado el que puede salvar de su
miseria a los países limítrofes de Occidente sino precisamente los que los transforman
en miserables. Así, si quieres medir la riqueza de un país por el producto interior bruto,
todos los no sometidos a una economía de mercado parecerían pobres, pero eso es
precisamente por la circularidad de medir con los propios criterios del sistema.
Hablamos de algo parecido a la inconmensurabilidad de paradigmas que defendía
Feyerabend en ciencia y que se hace también patente para culturas distintas en
autores como Jared Diamond o Marvin Harris.
Como acabamos de ver el dilema que estamos abordando tiene implicaciones en
sociología, antropología, psicología y economía y prácticamente todas las ciencias
sociales por lo que se entiende que los autores que estamos citando no sean sólo
estrictamente filósofos.
- ARGUMENTACIÓN:
Para argumentar mi posición en el dilema voy a seguir con la diferenciación entre
esfera púbica y privada defendida en la introducción. Creo que desde un punto de
vista individual fomentar cualquier forma de quebrantar los derechos humanos y
especialmente los derechos de la infancia es inmoral. Ello es así tanto si contratamos a
un niño para trabajar en condiciones de pseudoesclavitud como cuando compramos
sus productos sabiéndolo. La diferencia entre el que se lucra “a espuertas” o el que se
beneficia del producto al comprarlo es solo cuantitativamente distinta, a pesar de que
el sentido común nos pueda decir lo contrario. Así, desde un punto de vista del ámbito
privado, la explotación de niños en el trabajo por medio de la contratación o del
consumo de productos me parece inmoral porque atenta directamente contra la
dignidad de la persona. También sabemos que si le preguntamos al niño si quiere que
compremos ese producto dirá que sí para no perder su trabajo. Por ello, si no
quisiéramos comprar su producto pensando que así no nos aprovechamos de la
situación de esclavitud estaríamos pensando por él y no reconociéndolo como un ser
autónomo. Ahora bien, considero que este problema tiene que ver con lo dicho más
arriba acerca de juzgar el problema desde el punto de vista de la abstracción de la
ética formal en lugar de abordarlo desde la eticidad comunitarista. (Historia de la Ética
de Alasdair MacIntyre) Es obvio desde el punto de vista de la publicidad y de las leyes
del mercado, que la posición del consumidor no es la de observar el producto como la
materialización de la esclavitud en el mundo y, por tanto, no puede ser juzgada de la
misma manera la acción del ejecutivo y la del consumidor. Del mismo modo, es una
abstracción formal el considerar los deseos el pseudoesclavo como un agente moral
autónomo. Además, ¿no podríamos considerar que el ejecutivo está igualmente
imbuido en una ideología que le impide ver su acción como esclavizante y que acaso se
perciba a sí mismo como un generador de riqueza? Es por ello, que el pensar en todos
los agentes morales desde el plano de moral individual no nos ayudan a resolver el
problema de una manera clara. Necesitamos de una consideración desde la esfera
pública para pensarlo.

Mi posición, así, pasa por intentar concienciar mínimamente en la esfera individual


sobre las consecuencias globales de nuestras acciones locales pero, y sobre todo,
intentar en lo posible fomentar legislaciones públicas que propicien la defensa de las
comunidades locales frente a ciertos desmanes del mercado global. En ese sentido
concuerdo con las soluciones del grupo Attac, con célebres pensadores como Susan
Georg, Ignacio Ramonet, Noam Chomsky o Vinçent Navarro, que llevan años
reclamando estructuras supranacionales que impidan la proliferación de paraísos
fiscales, que promuevan de manera efectiva los derechos de los niños en todo el
mundo, o que se fiscalice a las multinacionales de forma global con medidas como la
famosa tasa Tobin con la intención de redistribuir favoreciendo a los más
desfavorecidos. Otras medidas interesantes en esta línea pueden ser las del sueldo
mínimo interprofesional, pero también, sueldo máximo empresarial.

- CONCLUSIÓN:
Este dilema expresa bien uno de los grandes problemas de nuestro tiempo. En mi
disertación he querido reflejar no solo mi posición sino las dificultades que tiene la
misma, pues es obvio que una posición distinta defendería que con medidas como las
que he defendido se acabaría con el afán de lucro de los ejecutivos y por tanto estos
no tendrían incentivos para crear empresas y de ese modo riqueza y empleo. No estoy
de acuerdo con ello porque cada modelo social genera una ideología afín y creo que el
modelo empresarial individualista en que gana el que más cotiza en bolsa
independientemente de cualquier otro factor moral bien se podría transformar en un
modelo empresarial más humano en el que aquel que emprende y genera empleo de
calidad fuera visto por la sociedad comunitaria como un modelo humano. Todas las
propuestas económicas irían en consonancia con un modelo de discusión ética o moral
para seguir cuestionando formas de abordar la dialéctica libertad-igualdad.

BIBLIOGRAFÍA
Escohotado, A. Los enemigos del comercio
MacIntyre, Alasdair, Historia de la ética
Maslow, A theory of Human Motivation
Pinker, Stephen, En defensa de la ilustración
Klein, Naomi, La doctrina del Shock
Taibo, Carlos, Colapso
Rachels, J. The elements of moral philosophy
Feyerabend, Adiós a la razón
Diamond, Jared, Colapso: Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen
www.attac.org

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