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Espacio curricular: Etica y Ciudadana

Profesor: Víctor Marcelo Piaggio


Alumna: Barrientos Nubia Araceli

Eje 3: EN RELACIÓN CON LA CIUDADANÍA, LOS DERECHOS Y LA PARTICIPACIÓN

4 año

Tema: El reconocimiento de características básicas del sistema democrático (libre


participación, libre expresión de ideas, voto universal, elecciones periódicas de autoridades).

El siguiente trabajo gira en torno a la representación política, la participación


ciudadana y los principios básicos que rigen el sistema democrático de gobierno.

En las democracias representativas contemporáneas el ejercicio del poder político está


asociado con fórmulas para la participación ciudadana al margen del derecho de voto,
hecho que en gran medida, es el resultado de la existencia de diversos factores como
el abstencionismo electoral, la desconfianza social hacia diferentes instituciones como
las encargadas de la administración e impartición de la justicia, etc. esto contribuyó a
que se cuestione la legitimidad de la representación política. Entonces, en términos
generales, el fomentar la participación de los ciudadanos en las decisiones del
gobierno se traduce en mayores márgenes de gobernabilidad lo que permite la
democratización de la vida política.

Democracia, tipos y principios.

La democracia (del latín tardio democratĭa, y este del griego δημοκρατία dēmokratía)
i
es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto
de la ciudadanía. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización
del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante
mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus
representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en
la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen
conforme a mecanismos contractuales.

Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por


personas reconocidas por el pueblo como sus representantes.
Hay democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los
ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer
una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía
amplios mecanismos plebiscitarios consultivos.
Finalmente, hay democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por
los miembros del pueblo, mediante plebiscitos y referéndums vinculantes, elecciones
primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular de leyes,
concepto que incluye la democracia líquida. Estas tres formas no son excluyentes y
suelen integrarse como mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos,
aunque siempre suele haber un mayor peso de una de las tres formas en un sistema
político concreto.

No debe confundirse República con Democracia, pues aluden a principios distintos, la


república es el gobierno de la ley mientras que democracia significa el gobierno de la
gente.

La democracia representativa

Los regímenes políticos que han sido influenciados por las ideas que motivaron las
revoluciones inglesa, norteamericana y francesa -e identificados a partir del siglo xviii
bajo el concepto de la democracia representativa- se han caracterizado por atender a
cuatro principios básicos:

 Quienes gobiernan son nombrados por elección con intervalos regulares.

 La toma de decisiones de los gobernantes conserva un grado de independencia


con respecto a los deseos del electorado.

 Los gobernados pueden expresar sus opiniones y deseos políticos sin estar
sujetos al control de los que gobiernan.

 Las decisiones públicas se someten a un proceso de debate.

La Democracia Participativa

El pueblo se expresa directamente en circunstancias particulares, básicamente a través


de cuatro mecanismos:

 Referéndum: El pueblo elige «por sí o por no» sobre una propuesta.


 Iniciativa Popular: Por este mecanismo un grupo de ciudadanos puede proponer la
sanción o anulación de una ley.
 Destitución popular, revocación de mandato o recall. Mediante este procedimiento
los ciudadanos pueden destituir a un representante electo antes de finalizar su
periodo.

Democracia Directa:

Es la democracia en estado puro. Las decisiones las toma el pueblo soberano en


asamblea. No existen representantes del pueblo, en todo caso , delegados que se
hacen portavoces del pueblo, que únicamente emiten el mandato asambleario.

Asimismo, es importante reparar en que, de acuerdo con la esencia del modelo


liberal, los gobiernos democráticos, de manera tácita, han sido asociados con
criterios y procedimientos mínimos como:
1. La participación de los ciudadanos en la toma de decisiones fundamentalmente
por la vía electoral, lo que implica la celebración periódica de elecciones libres,
competidas y equitativas.

2. La elección de representantes políticos por la ciudadanía, a quienes se les trasfiere


así el mandato de asumir la responsabilidad de decidir, considerando el interés
general de los electores.

3. La igualdad de todos los ciudadanos en calidad de electores.

4. La existencia de normas claras, expeditas y de carácter universal que regulan la


convivencia social, en general, y la celebración de elecciones, en particular.

5. La posibilidad para la generalidad de los ciudadanos de acceder a diversas fuentes


de información así como el respeto a la libertad de expresión y al derecho de
asociación.

6. La posibilidad de que todos los temas puedan ser incorporados a la agenda política
nacional.

Principios Democráticos.

Igualdad:

 igualdad de derechos que todo individuo tiene uno frente al otro y ante el
Estado para participar en los procesos democráticos.

 no todos los participantes del proceso democrático nos encontramos en


circunstancias fácticas igualitarias, por ello nuestras opiniones serán
diferenciadas entre sí.

Es evidente que, partiendo del supuesto de que todos los individuos que participamos
en la toma de decisiones políticas somos iguales –por lo que respecta a nuestro
Derecho a participar–, nace el concepto de la democracia.

Limitación del poder: para el efecto de garantizar las condiciones mínimas para la
participación ciudadana, impone al poder público límites en su ejercicio, mismos que
serán tendientes a salvaguardar los intereses y derechos de los individuos, y, además,
determina las funciones del propio poder y así lo divide; hecho ello, se crean
instituciones como el Legislativo, Ejecutivo y Judicial ii

La esfera de lo indecidible: la totalidad de los poderes fácticos que rigen en un


determinado lugar y momento erigirán los principios superiores que caracterizarán al
sistema político-jurídico de su comunidad.

El control del Poder: el control de la constitucionalidad de los actos se torna en un eje


de la eficacia constitucional, reforzando el carácter de obligatorio de la propia
Constitución y las decisiones políticas fundamentales que fueron tomadas ahí y
dotando de equilibrio a los derechos fundamentales y las estructuras institucionales
determinadas por el acuerdo constitucional. Entonces, los medios de control de la
constitucionalidad se identifican como los recursos jurídicos diseñados para verificar la
correspondencia entre los actos emitidos por quienes detentan el poder y la
Constitución, anulándolas cuando aquellas quebranten los principios constitucionales iii

La participación Ciudadana.

La noción de participación ciudadana se suele reservar a la relación que existe entre los
individuos y el aparato estatal, relación en la que está en juego el inherente carácter
público de la actividad gubernamental. En este sentido, la participación ciudadana
refiere a las experiencias de intervención de los individuos en actividades públicas para
hacer vales intereses sociales.

Como se ha señalado, en las democracias modernas los mecanismos para la


participación ciudadana se han asociado con objetivos generales tendientes a la
democratización de la vida política local, así como con otros más particulares que han
oscilado entre su papel como instrumento educativo para fortalecer la lealtad de los
ciudadanos al sistema y su forma de control sobre los representantes, entre la
colaboración para mejorar la eficacia y eficiencia en las gestiones del gobierno y el ser
sustituto de la propia representación política bajo circunstancias extraordinarias.

En torno a la participación ciudadana, han oscilado históricamente dos tradiciones de


pensamiento en esencia antagónicas: la "liberal antiparticipativa y la democrático
participativa." Siguiendo la reflexión de Rafael del Águila en torno a la primera de ellas,
se sostiene que una participación intensiva de los ciudadanos tiende a dividir a la
sociedad y, más aún, que la existencia misma de altos márgenes de participación es
muestra de la insatisfacción ciudadana con sus autoridades e instituciones y, por ende,
motivo de deslegitimación en detrimento de la gobernabilidad. En este sentido,
pensadores afines a esta vertiente como Max Weber, en algún momento, y José Alois
Schumpeter han circunscrito la participación ciudadana a la emisión del voto para la
elección de autoridades las que, como contraprestación, deben garantizar la existencia
de condiciones sociales propicias para la consecución de los diversos proyectos
particulares. En consecuencia, aquí la actividad política y la participación pública se
suelen desincentivar al tiempo que se profesionalizan, confiando a la eficiencia
gubernamental la gestión de la complejidad social bajo un prudente equilibrio entre
participación y apatía.

En contraparte, la segunda perspectiva ha intentado desarrollar lo que el mismo del


Águila denomina "el juicio político ciudadano" mediante el incremento de la
participación en los asuntos importantes para la colectividad. En esta tradición, se ha
concebido a la participación ciudadana como generadora de hábitos de interacción
social y de esferas para la deliberación pública; como el medio para la toma de
conciencia social sobre la necesidad de ejercer control, de manera democrática y
colectiva, sobre decisiones y actividades relevantes para la comunidad y como
creadora de fuertes lazos comunitarios alrededor de valores como el bien común, la
pluralidad y la tolerancia.
Así, ante la presencia de problemas estructurales del modelo representativo como los
citados y teniendo como referentes fundamentales a estas dos grandes perspectivas
teóricas, se han venido implementando durante las últimas décadas procesos y
reformas institucionales al margen de las electorales con el propósito de garantizar
algún grado de implicación directa de la ciudadanía en las decisiones que les afecten.

No obstante, para que la participación ciudadana pueda tener una repercusión efectiva
en beneficio de los ciudadanos, se deben cumplir al menos dos requisitos:

a) el reconocimiento y la aceptación gubernamental de que la interacción social, la


deliberación pública, la tolerancia al pluralismo ideológico y a la diversidad cultural
son prácticas y valores esenciales para la convivencia civilizada y constructiva;

b) la generación de compromisos públicos, formales y sancionables para ambas


partes alrededor del resultado de las deliberaciones públicas.

En este sentido, se puede establecer que hay voluntad y disposición de la


representación política para aceptar y promover la participación ciudadana no
electoral cuando: 1) existen mecanismos institucionales para la consulta a la población
en general y a la parte directamente afectada por la política pública en particular; 2)
estas formas se corresponden con el tipo y densidad de la población involucrada y 3)
se disponen de controles formales para impedir que las vías para la consulta sean
manejadas bajo un carácter clientelístico, entendiendo por éste a la forma en que la
autoridad se relaciona con los individuos y los colectivos a través de un intercambio de
favores discrecionales y al margen de la ley.

Es importante añadir a estas consideraciones mínimas que la participación ciudadana


requiere de información accesible y confiable sobre las diferentes áreas del quehacer
gubernamental, lo que de hecho forma parte de los mecanismos iniciales para la
rendición de cuentas. Por otra parte, vista la participación ciudadana desde el ámbito
de la autoridad, implica esencialmente la puesta en marcha de una política pública a la
que subyacen diversas estrategias con el fin de procurar la inclusión de la ciudadanía
en los procesos de toma de decisiones, ya sea de forma individual o a través de sus
asociaciones.

Bajo estas premisas se puede concluir que a la participación ciudadana le preceden


tanto el interés de la población civil por involucrarse en la cosa pública, como la
voluntad de la representación política para atender y promover la implicación
ciudadana al margen del derecho al voto.

Bibliografía:

Wikipedia.

https://es.wikipedia.org/wiki/Democracia
Scielo.com

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-
19182009000100004
i
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). «democracia». Diccionario de la
lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.

ii
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Democracia#cite_ref-:1_17-2

iii
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Democracia#cite_ref-26
Covián Andrade, Miguel (2013). Fundamentos teóricos del control de la constitucionalidad. Centro de Estudios de
Ingeniería Política y Constitucional, A.C. p. 54.

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