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Estructura: Proyecto Conocemos los cuentos tradicionales

Sala: 3 años

Fundamentación:

Leer, escuchar leer y escribir son acciones que el niño y la niña necesitan para desarrollar su capacidad literaria, lingüística y
creativa.
La narración de cuentos contribuye con la movilidad de sentimientos por parte de los niños, con la activación de la creatividad
y la vivencia de experiencias fantásticas.
Es fundamental que se acerquen y conozcan cuentos clásicos, que fueron transmitidos por muchos años, de generación en
generación, hasta llegar a ser el relato que todos conocemos actualmente.
Los cuentos tradicionales no sólo ayudan al niño y a la niña a crecer a nivel literario y lingüístico, sino que también, a través de
sus metáforas, transmiten un lenguaje interior dejando una enseñanza e introduciendo al lector en mundo de imaginación,
historias con conflictos, finales felices y mezclas entre realidad y fantasía.
Así, además de poder identificarse con las historias narradas a lo largo del proyecto, podrá formar parte del relato, ser un
personaje más, cambiar finales, agregar integrantes, fortalecer su autoestima y desarrollar su imaginación.

Propósitos:

 Proyectar actividades para enriquecer la imaginación y la comunicación entre los niños posibilitando el acrecentamiento y la
ampliación de su universo cultural.
 Favorecer el desarrollo de capacidades de comunicación y expresión a través de diferentes lenguajes verbales y no verbales
ÁREA/CONTENIDO CAPACIDADES INDICADORES DE FORMAS DE
ENSEÑAR
AVANCE
Área: Practicas del lenguaje  Trabajo con  Participa de las  Mirar/observar
Contenido otros actividades respondiendo  Construcción de
-Expresar verbalmente sensaciones, sentimientos, a las consignas con escenarios de
deseos, necesidades. gradual autonomía alfabetización
-Anticipar el contenido del texto que se va a leer  Escucha atenta y cultural
o se esta leyendo atendiendo a los elementos comprensivamente  Realización de
paratextuales  Comunicació consignas, informaciones, tareas
-Escuchar narrar relatos y cuentos n relatos, cuentos, poemas. conjuntas
-Conversar con los compañeros y con el docente  Participa en  Acompañar con
sobre el efecto que un texto literario produce conversaciones la palabra
intercambiando opiniones
Área: Educación Artística/arte visual y escuchando con
Contenido: atención a otros
-Explorar los elementos del lenguaje y su interlocutores, utilizando
organización en la producción plástica, un lenguaje cada vez más
experimentando con diferentes materiales, variado
soportes, procedimientos.  Interpreta los relatos,
cuentos y novelas que le
Área: Ambiente natural y Social leen.
Contenido:  Reconoce las sensaciones
-conocer y respetar las reglas del juego y las expresa
-Reconocer las partes externas del cuerpo corporalmente.
humano.
Área: Educación Artística/Teatro
Contenido:
-Explorar, descubrir, experimentar con
diferentes personajes que le son presentados a
partir de diferentes soportes.

Área: Matemática
Contenido
-Estimar para realizar valoraciones con respecto a
la longitud.
-Designar oralmente cantidades en situaciones de
conteo

Área: educación Física:


Contenido:
-Desplazarse de diferentes maneras variando
ritmos/direcciones y sentidos
-Explorar posturas y la combinación de
desplazamientos

Área: educación Artística/ Expresión corporal


Contenido:
-Imitar posiciones y movimientos
Actividades:

#Cuento: Los tres cerditos

1. Escuchamos el cuento de Los tres cerditos” https://youtu.be/K5ZU8QVQElk

2. Les presentamos al grupo tres plantillas de las casas de los cerditos en tamaño afiche. Conversaremos sobre los
materiales y colores a utilizar. Se dividirá al grupo en tres y cada uno deberá decorar la casa de cerdito.

Se utilizarán palitos de helado (sin color) o Bajalenguas para la casa de madera, paja de una escoba para la casita de
paja y por último rectángulos rojos de goma Eva simulando los ladrillos.
3. ¡¡¡Nos convertimos en Cerditos!!! Confeccionamos nuestra mascaras de cerditos, para esta actividad necesitaremos: un
plato de cartón, un vaso de plásticos, dos orejas de cartón o goma eva, pegamento y tempera rosa.

4. ¡Ahora… buscamos nuestra casa! Nos colocamos nuestras mascaras y nos escondemos en nuestras casas (que serán los
aros distribuidos por el patio) Exploramos libremente el espacio y cuando suena la pandereta será la señal para
refugiarnos en los aros (adentro de la casa) porque viene el lobo.

La docente dará diferentes órdenes:

- Un niño en cada casa.

- Dos niños en cada casa.

- Tres niños en cada casa.


5. ¡Nos convertimos en titiriteros! La docente les presentara el teatro de sombras (tela blanca, reflector, siluetas de
títeres pegados en un palito de brochet), los niños primero escucharán la obra realizada por la docente y luego los
niños podrán explorar el material y realizar su propia obra.

6. La docente armara en grande el cuento con pictogramas. Entre todos lo leemos.


#Cuento: Pinocho

1. Escuchamos el cuento de Pinocho:

LinK Cuento de Pinocho | Árbol ABC (arbolabc.com)

2. Elaboramos de manera grupal un Pinocho articulado con cartulina con el cual trabajaremos las partes del cuerpo
3. Sobre la marioneta de Pinocho reconocer, mover, y jugar con las partes del cuerpo como si fuera Geppeto el que
construye al muñeco: movemos brazos, piernas, manos, pies, cuello, etc.

4. Jugamos a las estatuas. Nos movemos por la sala al ritmo de la pandereta y cuando deja de sonar nos convertimos en
estatuas.

5. Trabajamos con el color azul. Trozamos papeles de color azul y los pegamos sobre una hoja simulando el mar. Luego
recortamos una imagen de una ballena grande y la pegamos en la hoja anterior.
6. Conversamos con el grupo sobre las emociones que nos genera el cuento.

7. Compartimos la canción de pinocho


Link: PINOCHO CANCIÓN, Canciones Infantiles - Toy Cantando - YouTube

8. Hacemos nuestra propia marioneta: para esta actividad tenemos que buscar un rollo de papel higiénico vacío, cartulinas
de colores, hilo, una pelota de corcho y pegamento. Luego con todos los materiales necesarios debemos crear una
simpática marioneta inspirada en el cuento de Pinocho. Les compartimos unas imágenes

#Cuento: Blanca nieves y los siete enanitos.

1. Escuchamos el cuento

Link: Blancanieves y los siete enanitos – Cuentos infantiles animados en español - YouTube
2. Realizamos actividades lógico matemáticas con los personajes o los elementos y objetos representativos de los
cuentos:

-Contamos cuantos son los enanitos de Blancanieves

-Comparar a los personajes según la altura (alto/bajo)


-Realizamos seriaciones con los gorros de los enanitos

3. Somos constructores: la docente le entregara al grupo los bloques de construcción, a unos les daremos piezas de color
azul, a otros rojos, otros amarillas y otros verdes y se les pedirá que hagan un castillo con muchos colores, para cual
tendrán que cooperar entre ellos y ayudarse para poder formarlo.
4. ¿Me ayudas a encontrar la salida? En el patio del jardín simularemos que estamos en el bosque de Blancanieves y
debemos encontrar la casita de los enanitos, para ello haremos un laberinto sencillo que será el bosque, los niños
deberán posicionarse en la entrada y deberán llegar al final de él donde les espera la casa de los enanitos. Para poder
llegar hasta ella, la docente los guiara con diferentes acciones que deberán realizar (agachados, saltando, caminando
lento, más rápido, intentando tocar el techo, etc.)

5. “Espejo sabelotodo”: trabajaremos con el espejo que aparece en el cuento. Los niños se colocan uno frente al otro.
Primero uno tiene que hacer de espejo y el otro quien se refleja, y luego a la inversa. El que hace de espejo tiene que
realizar movimiento para que el otro lo imite.

# Cuento: El gato con Botas

1. La Docente ingresará a la sala caracterizada como gata. Tendrá puesto una vincha con orejas de gata, una cola, pintada
la cara con bigotes y con botas. Luego sacará un cuento “El gato con Botas”.
Y pasara a contar el cuento https://youtu.be/JsQ6u5h1FUY

2. La docente les dará una máscara de cartón del gato con botas, telas, plumas, papeles de colores y tijeras. Los niños
deberán decorar sus mascaras para luego jugar con ellas en el patio del jardín.
3. Pintamos con lana y tempera sobre hoja

4. Pintamos con acuarelas y pincel fino la imagen del gato con botas. Luego la docente la cortara de dos partes y los niños
deberán pegarla en una hoja armando el rompecabezas.
IMÁGENES PARA UTILIZAR:
#Cuentos para narrar:

Los tres cerditos

Había una vez tres cerditos que vivían al aire libre cerca del bosque. A menudo se sentían inquietos porque por allí solía pasar un lobo
malvado y peligroso que amenazaba con comérselos.
Un día se pusieron de acuerdo en que lo más prudente era que cada uno construyera una casa para estar más protegidos.
El cerdito más pequeño, que era muy vago, decidió que su casa sería de paja. Durante unas horas se dedicó a apilar cañitas secas y en un
santiamén, construyó su nuevo hogar. Satisfecho, se fue a jugar.

– ¡Ya no le temo al lobo feroz! – le dijo a sus hermanos.


El cerdito mediano era un poco más decidido que el pequeño pero tampoco tenía muchas ganas de trabajar. Pensó que una casa de
madera sería suficiente para estar seguro, así que se internó en el bosque y acarreó todos los troncos que pudo para construir las paredes
y el techo. En un par de días la había terminado y muy contento, se fue a charlar con otros animales.
– ¡Qué bien! Yo tampoco le temo ya al lobo feroz – comentó a todos aquellos con los que se iba encontrando.
El mayor de los hermanos, en cambio, era sensato y tenía muy buenas ideas. Quería hacer una casa confortable pero sobre todo
indestructible, así que fue a la ciudad, compró ladrillos y cemento, y comenzó a construir su nueva vivienda. Día tras día, el cerdito se afanó
en hacer la mejor casa posible.
Sus hermanos no entendían para qué se tomaba tantas molestias.
– ¡Mira a nuestro hermano! – le decía el cerdito pequeño al mediano – Se pasa el día trabajando en vez de venir a jugar con nosotros.
– Pues sí ¡vaya tontería! No sé para qué trabaja tanto pudiendo hacerla en un periquete… Nuestras casas han quedado fenomenal y son
tan válidas como la suya.
El cerdito mayor, les escuchó.
– Bueno, cuando venga el lobo veremos quién ha sido el más responsable y listo de los tres – les dijo a modo de advertencia.
Tardó varias semanas y le resultó un trabajo agotador, pero sin duda el esfuerzo mereció la pena. Cuando la casa de ladrillo estuvo
terminada, el mayor de los hermanos se sintió orgulloso y se sentó a contemplarla mientras tomaba una refrescante limonada.
– ¡Qué bien ha quedado mi casa! Ni un huracán podrá con ella.
Cada cerdito se fue a vivir a su propio hogar. Todo parecía tranquilo hasta que una mañana, el más pequeño que estaba jugando en un
charco de barro, vio aparecer entre los arbustos al temible lobo. El pobre cochino empezó a correr y se refugió en su recién estrenada
casita de paja. Cerró la puerta y respiró aliviado. Pero desde dentro oyó que el lobo gritaba:
– ¡Soplaré y soplaré y la casa derribaré!
Y tal como lo dijo, comenzó a soplar y la casita de paja se desmoronó. El cerdito, aterrorizado, salió corriendo hacia casa de su hermano
mediano y ambos se refugiaron allí. Pero el lobo apareció al cabo de unos segundos y gritó:
– ¡Soplaré y soplaré y la casa derribaré!
Sopló tan fuerte que la estructura de madera empezó a moverse y al final todos los troncos que formaban la casa se cayeron y comenzaron
a rodar ladera abajo. Los hermanos, desesperados, huyeron a gran velocidad y llamaron a la puerta de su hermano mayor, quien les abrió y
les hizo pasar, cerrando la puerta con llave.
– Tranquilos, chicos, aquí estaréis bien. El lobo no podrá destrozar mi casa.
El temible lobo llegó y por más que sopló, no pudo mover ni un solo ladrillo de las paredes ¡Era una casa muy resistente! Aun así, no se dio
por vencido y buscó un hueco por el que poder entrar.
En la parte trasera de la casa había un árbol centenario. El lobo subió por él y de un salto, se plantó en el tejado y de ahí brincó hasta la
chimenea. Se deslizó por ella para entrar en la casa pero cayó sobre una enorme olla de caldo que se estaba calentado al fuego. La
quemadura fue tan grande que pegó un aullido desgarrador y salió disparado de nuevo al tejado. Con el culo enrojecido, huyó para nunca
más volver.
– ¿Veis lo que ha sucedido? – regañó el cerdito mayor a sus hermanos – ¡Os habéis salvado por los pelos de caer en las garras del lobo!
Eso os pasa por vagos e inconscientes. Hay que pensar las cosas antes de hacerlas. Primero está la obligación y luego la diversión. Espero
que hayáis aprendido la lección.
¡Y desde luego que lo hicieron! A partir de ese día se volvieron más responsables, construyeron una casa de ladrillo y cemento como la de
su sabio hermano mayor y vivieron felices y tranquilos para siempre.

Fin

Pinocho
Érase una vez un anciano carpintero llamado Gepeto que era muy feliz haciendo juguetes de madera para los niños de su pueblo.
Un día, hizo una marioneta de una madera de pino muy especial y decidió llamarla Pinocho. En la noche, un hada azul llegó al
taller del anciano carpintero:
—Buen Gepeto —dijo mientras el anciano dormía—, has hecho a los demás tan felices, que mereces que tu deseo de ser padre se
haga realidad. Sonriendo, el hada azul tocó la marioneta con su varita mágica:
—¡Despierta, pequeña marioneta hecha de pino… despierta! ¡El regalo de la vida es tuyo!
Y en un abrir y cerrar de ojos, el hada azul dio vida a Pinocho.
—Pinocho, si eres valiente, sincero y desinteresado, algún día serás un niño de verdad —dijo el hada azul—. Luego se volvió hacia
un grillo llamado Pepe Grillo, que vivía en la alacena de Gepeto.
—Pepe Grillo — dijo el hada azul—, debes ayudar a Pinocho. Serás su conciencia y guardián del conocimiento del bien y del mal.
Al día siguiente, Gepeto envió con orgullo a su pequeño niño de madera a la escuela, pero como era tan pobre, tuvo que vender su
abrigo para comprar los libros escolares:
—Pinocho, Pepe Grillo te mostrará el camino —dijo Gepeto—. Por favor, no te distraigas y llega a la escuela a tiempo.
Pinocho salió de casa, pero nunca llegó a la escuela. En cambio, decidió ignorar los consejos de Pepe Grillo y vender los libros
para comprar un tiquete para el teatro de marionetas. Cuando Pinocho comenzó a bailar con las marionetas, el titiritero
sorprendido con las habilidades del niño de madera, le preguntó si quería unirse a su espectáculo de marionetas. Pinocho aceptó
alegremente.
Sin embargo, las intenciones del malvado titiritero eran muy diferentes; su plan era hacerse rico con la única marioneta con vida en
el mundo. De inmediato, encerró a Pinocho y a Pepe Grillo en una jaula. Fue entonces que Pinocho reconoció su error y comenzó
a llorar. El hada azul apareció de la nada.
Aunque el hada azul conocía las razones por las cuales Pinocho se encontraba atrapado, aun así, le preguntó:
—Pinocho, ¿por qué estás en esta jaula?
Pero Pinocho no quiso contarle la verdad, entonces algo extraño sucedió. Su nariz comenzó a crecer más y más. Cuanto más
hablaba, más crecía.
—Cada vez que digas una mentira, tu nariz crecerá — dijo el hada azul.
—Por favor, haz que se detenga—dijo Pinocho—, prometo no mentir de nuevo.
Al día siguiente, camino a la escuela, Pinocho conoció a un niño:
—Ven conmigo al País de los Juguetes. ¡En este lugar todos los días son vacaciones! —dijo el niño con emoción—. Hay juguetes y
golosinas y lo mejor de todo, ¡no tienes que ir a la escuela!
Olvidando nuevamente los consejos del hada azul y Pepe Grillo, Pinocho salió corriendo con el niño al País de los Juguetes. Al
llegar, se divirtió muchísimo jugando y comiendo golosinas.
De pronto, las orejas de Pinocho y los otros niños del País de los Juguetes comenzaron a hacerse muy largas. Por no querer ir a la
escuela, ¡se estaban convirtiendo en burros!
Convertidos en burros, Pinocho y los niños llegaron a un circo. El maestro de ceremonias hizo que Pinocho trabajara para el circo
sin descanso. Allí, Pinocho se lastimó la pierna mientras hacía trucos. Enojado, el maestro de ceremonias lo tiró al mar junto con
Pepe Grillo.
En el agua, el hechizo se rompió y Pinocho volvió a su forma de marioneta, pero una ballena que nadaba cerca abrió su enorme
boca y se lo tragó entero. En la oscuridad del estómago de la ballena, Pinocho lloró mientras que Pepe Grillo intentaba consolarlo.
Fue en ese momento que vio a Gepeto en su bote:
—Hijo mío, te estaba buscando por tierra y mar cuando la ballena me tragó. ¡Estoy tan contento de haberte encontrado! —dijo
Gepeto.
Los dos se abrazaron encantados.
—De ahora en adelante seré bueno y responsable—, prometió Pinocho entre lágrimas.
Aprovechando que la ballena dormía, Gepeto, Pinocho y Pepe Grillo prendieron una fogata dentro de ella y saltaron de su enorme
boca cuando el fuego la hizo estornudar. Luego, navegaron hasta llegar a casa. Pero Gepeto cayó enfermo, Pinocho lo alimentó y
cuidó con mucho esmero y dedicación.
—Papá, iré a la escuela y trabajaré mucho para llenarte de orgullo— dijo Pinocho.
Cumpliendo su promesa, Pinocho estudió mucho en la escuela. Entonces un día sucedió algo maravilloso. El hada azul apareció y
le dijo:
—Pinocho, eres valiente, sincero y tienes un corazón bondadoso y desinteresado, mereces convertirte en un niño de verdad.
Y fue así como el niño de madera se convirtió en un niño de verdad. Gepeto y Pinocho vivieron felices para siempre.

Fin

Blanca nieve y los siete


Enanitos

Érase una vez una joven y bella princesa llamada Blancanieves que vivía en un reino muy lejano con su padre y madrastra.
Su madrastra, la reina, era también muy hermosa, pero arrogante y orgullosa. Se pasaba todo el día contemplándose frente al
espejo. El espejo era mágico y cuando se paraba frente a él, le preguntaba:
—Espejito, espejito, ¿quién es la más hermosa del reino?
Entonces el espejo respondía:
— Tú eres la más hermosa de todas las mujeres.
La reina quedaba satisfecha, pues sabía que su espejo siempre decía la verdad. Sin embargo, con el pasar de los años, la belleza
y bondad de Blancanieves se hacían más evidentes. Por todas sus buenas cualidades, superaba mucho la belleza física de la
reina. Y llegó al fin un día en que la reina preguntó de nuevo:
—Espejito, espejito, ¿quién es la más hermosa del reino?
El espejo contestó:
—Blancanieves, a quien su bondad la hace ser aún más bella que tú.
La reina se llenó de ira y ordenó la presencia del cazador y le dijo:
—Llévate a la joven princesa al bosque y asegúrate de que las bestias salvajes se encarguen de ella.
Con engaños, el cazador llevó a Blancanieves al bosque, pero cuando estaba a punto de cumplir las órdenes de la reina, se apiadó
de la bella joven y dijo:
—Corre, vete lejos, pobre muchacha. Busca un lugar seguro donde vivir.
Encontrándose sola en el gran bosque, Blancanieves corrió tan lejos como pudo hasta la llegada del anochecer. Entonces divisó
una pequeña cabaña y entró en ella para dormir. Todo lo que había en la cabaña era pequeño. Había una mesa con un mantel
blanco y siete platos pequeños, y con cada plato una cucharita. También, había siete pequeños cuchillos y tenedores, y siete
jarritas llenas de agua. Contra la pared se hallaban siete pequeñas camas, una junto a la otra, cubiertas con colchas tan blancas
como la nieve.
Blancanieves estaba tan hambrienta y sedienta que comió un poquito de vegetales y pan de cada platito y bebió una gota de cada
jarrita. Luego, quiso acostarse en una de las camas, pero ninguna era de su medida, hasta que finalmente pudo acomodarse en la
séptima.
Cuando ya había oscurecido, regresaron los dueños de la cabaña. Eran siete enanos que cavaban y extraían oro y piedras
preciosas en las montañas. Ellos encendieron sus siete linternas, y observaron que alguien había estado en la cabaña, pues las
cosas no se encontraban en el mismo lugar.
El primero dijo: —¿Quién se ha sentado en mi silla?
El segundo dijo: —¿Quién comió de mi plato?
El tercero dijo: —¿Quién mordió parte de mi pan?
El cuarto dijo: —¿Quién tomó parte de mis vegetales?
El quinto dijo: —¿Quién usó mi tenedor?
El sexto dijo: —¿Quién usó mi cuchillo?
El séptimo dijo: —¿Quién bebió de mi jarra?
Entonces el primero observó una arruga en su cama y dijo: —Alguien se ha metido en mi cama.
Y los demás fueron a revisar sus camas, diciendo: —Alguien ha estado en nuestras camas también.
Pero cuando el séptimo miró su cama, encontró a Blancanieves durmiendo plácidamente y llamó a los demás:
—¡Oh, cielos! —susurraron—. Qué encantadora muchacha
Cuando llegó el amanecer, Blancanieves se despertó muy asustada al ver a los siete enanos parados frente a ella. Pero los
enanos eran muy amistosos y le preguntaron su nombre.
—Mi nombre es Blancanieves —respondió—, y les contó todo acerca de su malvada madrastra.
Los enanos dijeron:
—Si puedes limpiar nuestra casa, cocinar, tender las camas, lavar, coser y tejer, puedes quedarte todo el tiempo que quieras—.
Blancanieves aceptó feliz y se quedó con ellos.
Pasó el tiempo y un día, la reina decidió consultar a su espejo y descubrió que la princesa vivía en el bosque. Furiosa, envenenó
una manzana y tomó la apariencia de una anciana.
— Un bocado de esta manzana hará que Blancanieves duerma para siempre — dijo la malvada reina.
Al día siguiente, los enanos se marcharon a trabajar y Blancanieves se quedó sola.
Poco después, la reina disfrazada de anciana se acercó a la ventana de la cocina. La princesa le ofreció un vaso de agua.
—Eres muy bondadosa —dijo la anciana—. Toma esta manzana como gesto de agradecimiento.
En el momento en que Blancanieves mordió la manzana, cayó desplomada. Los enanos, alertados por los animales del bosque,
llegaron a la cabaña mientras la reina huía. Con gran tristeza, colocaron a Blancanieves en una urna de cristal. Todos tenían la
esperanza de que la hermosa joven despertase un día.
Y el día llegó cuando un apuesto príncipe que cruzaba el bosque en su caballo, vio a la hermosa joven en la urna de cristal y
maravillado por su belleza, le dio un beso en la mejilla, la joven despertó al haberse roto el hechizo. Blancanieves y el príncipe se
casaron y vivieron felices para siempre

Fin

El gato con Botas

Había una vez un molinero pobre que cuando murió sólo pudo dejar a sus hijos por herencia el molino, un asno y un
gato. En el reparto el molino fue para el mayor, el asno para el segundo y el gato para el más pequeño. Éste último se
lamentó de su suerte en cuanto supo cuál era su parte.

- ¿Y ahora qué haré? Mis hermanos trabajarán juntos y harán fortuna, pero yo sólo tengo un pobre gato.
El gato, que no andaba muy lejos, le contestó:

- No os preocupéis mi señor, estoy seguro de que os seré más valioso de lo que pensáis.

- ¿Ah sí? ¿Cómo?, dijo el amo incrédulo

- Dadme un par de botas y un saco y os lo demostraré.

El amo no acababa de creer del todo en sus palabras, pero como sabía que era un gato astuto le dio lo que pedía.

El gato fue al monte, llenó el saco de salvado y de trampas y se hizo el muerto junto a él. Inmediatamente cayó un
conejo en el saco y el gato puso rumbo hacia el palacio del Rey.

- Buenos días majestad, os traigo en nombre de mi amo el marqués de Carabás - pues éste fue el nombre que primero
se le ocurrió - este conejo.

- Muchas gracias gato, dadle las gracias también al señor Marqués de mi parte.

Al día siguiente el gato cazó dos perdices y de nuevo fue a ofrecérselas al Rey, quien le dio una propina en
agradecimiento.

Los días fueron pasando y el gato continuó durante meses llevando lo que cazaba al Rey de parte del Marqués de
Carabás.

Un día se enteró de que el monarca iba a salir al río junto con su hija la princesa y le dijo a su amo:

- Haced lo que os digo amo. Acudid al río y bañaos en el lugar que os diga. Yo me encargaré del resto.
El amo le hizo caso y cuando pasó junto al río la carroza del Rey, el gato comenzó a gritar diciendo que el marqués se
ahogaba. Al verlo, el Rey ordenó a sus guardias que lo salvaran y el gato aprovechó para contarle al Rey que unos
forajidos habían robado la ropa del marqués mientras se bañaba. El Rey, en agradecimiento por los regalos que había
recibido de su parte mandó rápidamente que le llevaran su traje más hermoso. Con él puesto, el marqués resultaba
especialmente hermoso y la princesa no tardó en darse cuenta de ello. De modo que el Rey lo invitó a subir a su carroza
para dar un paseo.

El gato se colocó por delante de ellos y en cuanto vio a un par de campesinos segando corrió hacia ellos.

- Buenas gentes que segáis, si no decís al Rey que el prado que estáis segando pertenece al señor Marqués de Carabás,
os harán picadillo como carne de pastel.

Los campesinos hicieron caso y cuando el Rey pasó junto a ellos y les preguntó de quién era aquél prado, contestaron
que del Marqués de Carabás.

Siguieron camino adelante y se cruzaron con otro par de campesinos a los que se acercó el gato.

- Buenas gentes que segáis, si no decís al Rey que todos estos trigales pertenecen al señor Marqués de Carabás, os
harán picadillo como carne de pastel.

Y en cuanto el Rey preguntó a los segadores, respondieron sin dudar que aquellos campos también eran del marqués.

Continuaron su paseo y se encontraron con un majestuoso castillo. El gato sabía que su dueño era un ogro así que fue a
hablar con el.

- He oído que tenéis el don de convertiros en cualquier animal que deseéis. ¿Es eso cierto?

- Pues claro. Veréis cómo me convierto en león


Y el ogro lo hizo. El pobre gato se asustó mucho, pero siguió adelante con su hábil plan.

- Ya veo que están en lo cierto. Pero seguro que no sóis capaces de convertiros en un animal muy pequeño como un
ratón.

- ¿Ah no? ¡Mirad esto!

El ogro cumplió su palabra y se convirtió en un ratón, pero entonces el gato fue más rápido, lo cazó de un zarpazo y se
lo comió.

Así, cuando el Rey y el Marqués llegaron hasta el castillo no había ni rastro del ogro y el gato pudo decir que se
encontraban en el estupendo castillo del Marqués de Carabás.

El Rey quedó fascinado ante tanto esplendor y acabó pensando que se trataba del candidato perfecto para casarse con
su hija.

El Marqués y la princesa se casaron felizmente y el gato sólo volvió a cazar ratones para entretenerse.

Fin

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