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La España de los Borbones

4.1. La reorganización político-administrativa
La reorganización político-administrativa del nuevo Estado fue obra de los tres primeros
Borbones, cada uno de los cuales contribuyó en alguna medida al establecimiento de una
monarquía fuerte, centralista y unificada, según el modelo francés. Como veremos a
continuación, la modificación más importante fue la unificación jurídica e institucional
de España, fundamentalmente a través de los Decretos de Nueva Planta.

4.2. Los Decretos de Nueva Planta

Felipe de Borbón venció en la dimensión europea de la Guerra de Sucesión Española
(1701 – 1713) y fue reconocido como Felipe V, rey de España, por las potencias europeas.
La guerra prosiguió en España, hasta que en 1715 cayó Mallorca, el último reducto
austracista. Tras su victoria sobre cada reino, Felipe V implantó el correspondiente
Decreto de Nueva Planta, que eliminaba los antiguos fueros e instituciones aragoneses y
establecía los castellanos.
Felipe V y, en menor medida, sus sucesores Fernando VI (1746 – 1759) y
Carlos III (1759 – 1788), todos ellos de la familia Borbón, acometieron una reforma
institucional y legislativa en España que estableció una monarquía absoluta y una
estructura de Estado centralista, inspirada en gran medida en Francia. Tradicionalmente,
los Habsburgo habían respetado los fueros e instituciones de cada reino, lo que había
generado desigualdades de trato hacia cada territorio por parte del Estado. Así, por
ejemplo, en lo que respecta a los impuestos, la Corona de Castilla, cuyas Cortes apenas
tenían fuerza, aportaba mucho más que la Corona de Aragón, cuyas Cortes gozaban de
mucho poder. Quedaron excluidas de estas reformas centralistas las provincias vascas y
Navarra, puesto que habían apoyado al bando de Felipe durante la guerra; sus fueros se
mantuvieron durante buena parte del siglo XIX, hasta que fueron sustituidos por el
concierto económico.
Los Decretos de Nueva Planta fueron un conjunto de decretos que eliminaron las
leyes e instituciones de la Corona de Aragón para implantar las de Castilla. Esto supuso
la desaparición de las antiguas Coronas de Aragón y de Castilla, y la creación de una
estructura de Estado ya con una uniformidad jurídica (con ciertas excepciones). La
imposición de los Decretos de Nueva Planta se hizo por derecho de conquista: los reinos
de la Corona de Aragón se habían rebelado contra su rey legítimo, Felipe V, así que hubo
que hacerles la guerra y conquistarlos; como habían perdido la guerra, tenían que asumir

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que su conquistador les impusiese sus condiciones. Cada reino recibió su propio decreto,
que se fueron promulgando según el bando borbónico iba asimilando territorios: el de
Aragón y el de Valencia, en 1707; el de Mallorca, en 1715; el de Cataluña, en 1716.
Entre los cambios introducidos por los Decretos de Nueva Planta, destacaremos los
siguientes:

-En el plano político, los Decretos eliminaron las instituciones políticas de los antiguos
reinos aragoneses. Lo más importante fue la supresión de las Cortes de cada uno de ellos,
que quedarían integradas en las de Castilla, que pasaron a ser las Cortes de España.
-En el plano económico, los Decretos eliminaron la fiscalidad de los Habsburgo e
implantaron un sistema de contribución única, según la cual cada reino debía pagar
anualmente una cantidad fija según su peso demográfico.
-En el plano cultural, se impuso el castellano como única lengua administrativa oficial
en toda España. El resto quedaban relegadas al ámbito privado.

4.3. Las reformas administrativas borbónicas: el nacimiento de España

Tras la firma del tratado de Utrecht, el reino de Felipe V coincide prácticamente con la
España actual, salvo porque incluye América y otras posesiones de ultramar y porque no
incluye Menorca. Además, los Decretos de Nueva Planta y las reformas administrativas
que se fueron implantando después unificaron jurídica e institucionalmente el Estado, de
tal forma que ya se puede hablar propiamente de España.

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Los Borbones intentaron organizar de forma uniforme la administración de todo el
territorio y crearon provincias. Al frente de cada una nombraron a un capitán general,
con atribuciones militares y administrativas. Se implantaron también reales audiencias,
presididas por los capitanes generales, con competencias judiciales. Por último, se
extendió a todo el territorio la figura del corregidor, de origen castellano, que era el que
controlaba las ciudades.
Las intendencias eran divisiones administrativas –comparables a las provincias
actuales- que los Borbones crearon a semejanza del modelo francés, en su afán de
controlar desde el poder central todo el territorio. A su cabeza estaban los intendentes.
Estos funcionarios dependían directamente del rey y tenían competencias económicas:
recaudar impuestos, controlar las autoridades locales, realizar censos, etc.
En cuanto a reformas administrativas en América, la nueva dinastía borbónica
llevó a cabo un cambio de importancia. En la Península, las dos instituciones con
competencias en los asuntos americanos fueron quedando obsoletas tras las reformas
políticas y económicas llevadas a cabo. Estas instituciones serían el Consejo de Indias y
la Casa de Contratación. Por su parte, en América las novedades más destacables
introducidas por los Borbones fueron principalmente tres: la creación de dos nuevos
virreinatos (Nueva Granada y Río de la Plata), el establecimiento de intendencias desde
1764 y la organización de un ejército regular americano.