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TEMA-4.-Teoria-Literatura.

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lunamartin

Teoria de la Literatura

3º Doble Grado en Lengua y Literatura Española y Periodismo

Facultad de Ciencias de la Comunicación. Campus de


Fuenlabrada
Universidad Rey Juan Carlos

Reservados todos los derechos.


No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
TEMA 4. NARRATOLOGÍA
Estudiaremos la narratología según el Estructuralismo francés, con autores como Genette, Todorov, Greimas
o Barthes. Son continuadores del formalismo ruso, que iban analizando obras concretas y sus diferentes
componentes (narrador, personajes, etc.). Los estructuralistas deseaban elaborar una gramática del relato.
Hablaran de metáforas, de sintaxis, etc., para llegar a la estructura de las obras literarias. Intentaban poner
moldes servibles, pero que no llegan al fondo de las obras de arte.

1. NARRADOR Y AUTOR

Genette diferencia al narrador por tipologías. Por ejemplo, encontramos diversos narradores según la
focalización o el punto de vista desde el que parte:

→ Narrador focalizado: es aquel que no conoce todos los hechos; tiene una perspectiva limitada.
Puede tener una focalización:
a. interna: aquella que pone la narración en boca o pensamiento de uno de los personajes parte
de la historia; tendrá un punto de vista subjetivo. Encuadramos aquí los monólogos interiores
—pensamientos directos de los personajes—.
b. externa: el narrador cuenta desde fuera (no como personaje) lo que está sucediendo; no tiene
toda la información. Los americanos lo denominan narrador cámara o testigo. No hay tanto
subjetivismo.
→ Narrador omnisciente: es denominado de focalización cero. En él, no hay límite de conocimiento.
“Lo sabe todo”. Podrá presentarse y conocer qué hacen y qué piensan todos los personajes. Va
organizando el discurso “a su antojo”.

El narrador es una instancia entre el autor y el lector; alguien interpuesto por el autor para decidir el punto de
vista y la forma de comunicarse con el receptor.

Otra tipología diferencia, según la implicación, entre:

→ Narrador homodiegético: a veces se ha denominado intradiegético. Será creado dentro del mundo del
relato, es parte de la historia. Puede ser el protagonista, un secundario, etc.
→ Narrador heterodiegético: puede denominarse también extradiegético. Se encuentra fuera del mundo
del relato. Dentro de esta categorización podremos encontrar, a la vez, narradores omniscientes o
focalizados.

Según el estilo narrativo en la forma de narrar, podemos hablar de:

→ Estilo directo: se presenta de forma directa a los personajes según lo que dicen y, normalmente, con
verbos de información o comunicación.
→ Estilo indirecto: se narran los pensamientos y conversaciones con el resto de hecho. No se diferencian
los diálogos en boca de los personajes.
→ Estilo indirecto libre: es un estilo ambiguo, en el que se desconoce cuándo está hablando el narrador o
cuándo están pensando los personajes.

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1.1. El narrador y la verosimilitud

Desde siempre, se ha intentado que el narrador sea alguien cercano al lector, fiable y, muchas veces,
camuflado. Para contribuir a la verosimilitud se emplean fórmulas determinadas: fechas exactas, referencias
ficticias pero creíbles, etc. Todo autor buscará una forma de transmitir el relato que capte la atención.

Los analistas romanos ya empleaban estos recursos, intentando basarse en hechos fiables para dar credibilidad
a sus historias.

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El narratario de una historia será el destinatario, a quién va dirigido el escritor. Es una instancia susceptible
tanto de aparecer como de no aparecer. Por ejemplo, en el Lazarillo de Tormes encontramos un narratario
implícito; desconocemos quién es Vuestra Merced.

Drácula y Frankenstein son novelas epistolares, narradas a través de cartas. Este tipo de narraciones, por
ejemplo, puede dar pie a historias intimistas y propias que pueden hacer asomar también al narrador
omnisciente.

1.2. Autor implícito o implicado

Es el pensamiento e ideología del autor (no del narrador) en el trasfondo de la historia o en algunos
comentarios. En el siglo XIX, sobre todo en la novela realista y naturalista, era muy habitual que el narrador
diera su opinión de manera explícita y directa. Galdós, por ejemplo, lo hacía usualmente en sus obras.

Actualmente, la presencia de un autor implícito es impensable, no aceptamos que se deje ver la opinión o el
pensamiento del autor; rechazamos ya el narrador omnisciente y se prefiere que se hable desde un personaje.

2. PERSONAJES

Los estructuralistas franceses hablan de personajes, aunque los denominan actantes. Se plantean con diversas
funciones.

2.1. Principal y secundario

Normalmente, se concede preponderancia a la trama por encima de los personajes. Esto suele tener sentido
porque, según el género literario, el personaje cumplirá una función determinada. Por ejemplo, Don Juan es
un prototipo de género literario, caracterizado por ser un conquistador de mujeres sin corazón.

Los personajes principales, según su género, actuarán conforme a lo que se espere de ellos. En el siglo XX,
ya empiezan a cambiar los géneros. Los secundarios siempre tenían mucha más libertad; el escritor podía
explayarse en ellos, al no esperar nada de los mismos, no son prototipos.

En las obras de teatro románticas podemos encontrar Los amantes de Teruel¸ El trovador, etc. El personaje
principal será el hombre, del que se espera que sea apasionado, valiente, enfrentado a un problema de
desigualdad de clases.

En obras actuales que no corresponden a géneros literarios concretos como Cien años de soledad dejan de
casar las funciones de los personajes.

La crítica anglosajona, ingleses y norteamericano, criticaban el modelo estructuralista francés, la función


predeterminada de los personajes. Por ello, posteriormente se hablaba de personajes más relacionados con sus
cualidades humanas, reales, no tanto con su función dentro de las obras.

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Teoria de la Literatura
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2.2. Arquetipos de Jung

Las novelas psicológicas del siglo XIX muestran protagonistas que representan personas reales con sus
propios conflictos internos. Los prototipos corresponden a los arquetipos de Jung. Jung, cuando rompe con su
maestro, analiza antropológicamente el imaginario colectivo de las sociedades primitivas: sus miedos y
costumbres. Viaja alrededor del mundo, como en una trilogía de África, de India o Norteamérica y ve así cómo
se configuran esas sociedades políticas posteriores.

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Jung habla de arquetipos como figuras con un papel en cada una de esas sociedades:

→ ANIMA y ANIMUS: imagen del amor, la sensualidad, la belleza que hace atractiva a una mujer para
un hombre o a un hombre para una mujer. Es una imagen que se hace realidad en gente concreta,
dependiendo de las edades.
→ MADRE: el cuidado, el cariño, la protección.
→ PADRE: la seguridad, la autoridad, el modelo, la estabilidad.
→ HÉROE: es aquel al que hay que imitar; actúa con valentía para llegar a ser adulto.
→ SABIO: acuden a él para pedirle consejo.
→ EMBAUCADOR: critica este sistema, emplea los engaños y consigue las cosas con falsedad; está al
margen.

Por ejemplo, Marilyn Monroe es el arquetipo de belleza, de clase, de sensualidad, de elegancia, pero también
de tristeza. En El Quijote se describe cómo es el personaje; posteriormente, se desarrolla dicha descripción.
Sin embargo, es mejor describir a los personajes antes de que se describan ellos mismos mediante acciones,
para así sacar nosotras mismas algunas conclusiones.

2.3. Crítica norteamericana

La crítica norteamericana describe las tipologías de personajes en estáticos y dinámicos:

→ DINÁMICOS: tiene una progresión dentro de la historia. Será una característica de su nivel literario
que irá progresando a lo largo de la historia.
→ ESTÁTICOS: son siempre iguales.
La Celestina es un personaje estático; es igual de manipuladora al principio y al final, aunque se puede
intuir su evolución hasta el momento de la obra.
Calisto no evoluciona, ni antes de la obra ni durante.
Melibea sí que lo hace un poco: pasa de ser una mujer discreta y entra en un amor apasionado.
El personaje de Frankenstein también sufre una gran evolución.
→ PLANOS: son más simples; pueden definirse en una o dos líneas, no tienen profundidad psicológica.
Por ejemplo, el Cid.
→ REDONDOS: son más complejos; necesitan párrafos de descripción.
Por ejemplo, la Celestina, Auggie Wren…

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3. ESPACIO Y TIEMPO

3.1. El tiempo

Para tratar el tiempo en las novelas, se habla de una arquitectura como base o fundamento que lleva el narrador.
Será algo esencial para la trama: decidir lo que se pone y lo que no se pone, es decir, qué será lo
verdaderamente importante.

Es un concepto bastante amplio que cuesta definir en todos sus ámbitos. San Agustín afirmaba:

«Si no me preguntan lo que es, yo lo sé lo que es».

En algunos de sus tratados, determinó que todo es presente. Afirmó que ni pasado ni futuro existían; el pasado
podría tratarse como el presente de las cosas pasadas, mientras que el futuro es el presente de las cosas que
vendrán.

Diferenciamos varias tipologías de tiempo.

→ Tiempo del ARGUMENTO: transcurre dentro del relato.


→ Tiempo de la HISTORIA: es más amplio, abarca todo lo que se cuenta, todos los aspectos que tienen
relación con la trama.
➢ Por ejemplo, en Edipo rey, el tiempo de argumento sería un solo día; mientras que el tiempo de la
historia puede ser desde el nacimiento de Edipo o desde el surgimiento de las desgracias en Tebas.

→ Tiempo PSICOLÓGICO: a partir del siglo XX, será de gran importancia en las narraciones. Hasta
entonces, no lo era tanto; sí en los últimos años del siglo XIX. Esto irá de la mano con la evolución de
los personajes, su introspección, etc. Será la sensación del transcurso del tiempo en la persona, que no
coincide con el transcurso de las horas o días verdaderos; habrá horas que parezcan días y días que
parecen horas. Afectará directamente a la forma de narrar. En las narrativas esto se traduce en la
selección narrativa, es decir, una selección de los momentos importantes para las personas, a los que
se dedica más espacio.
➢ Por ejemplo, momentos tortuosos o emocionantes pueden sucederse en la mente pausado,
detallado. En cambio, cosas más banales se desvanecen de la memoria fácilmente. Tiene
correspondencia con la realidad.
➢ En las novelas victorianas, donde se desarrollan psicológicamente las personas, hay mucho tiempo
psicológico.
➢ En Cinco horas con Mario se cuenta todo lo que el personaje Menchu tiene en la cabeza durante
cinco horas.

→ Tiempo CONFIGURADO: es el que uno mismo configura o determina, que va dando pasos en una
dirección elegida. Es aquel en el que uno decide tomar decisiones en una dirección.
→ Tiempo SUCESIVO: es el que experimenta una persona o personaje de manera pasiva. Es muy habitual
en las narraciones del siglo XX. Los días pasan según un esquema previsto o previsible, en el que uno
no toma especiales decisiones.
➢ En El guardián entre el centeno, al personaje le suceden cosas sin que él tome decisiones
determinadas, se deja llevar hacia un sitio o hacia otro. Esto será un ejemplo del tiempo sucesivo.
Niebla de Unamuno también es un ejemplo de esto.

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➢ En la novela postmodernista son muy habituales los personajes que se dejan guiar por el tiempo
sucesivo; les ocurren cosas de manera pasiva. Será una categoría no solo de la literatura
postmodernista, sino de la propia era postmoderna. Por ello, en estos momentos no hay héroes que
configuren sus vidas, con metas que conseguir.
➢ Una de las claves de las novelas de Paul Auster es la casualidad. Sus personajes se mueven por
casualidades, no por motivaciones ni pasos a seguir. En el Cuento de Navidad de Auggie Wren
podemos ver estas concepciones. El reconocimiento de Auggie hacia Paul surge de una casual foto

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en un periódico; el encuentro y la recogida de la cartera del chico, también es casualidad; el ir a
casa de la abuela del chico también es pura casualidad…

En la postmodernidad, han dejado de tener legitimidad los grandes relatos, las grandes ideologías, religiones,
etc. Desde el marxismo, hasta el cristianismo…, lo poco que se puede llegar a aceptar es el cientificismo. Las
grandes verdades se han abandonado, se aceptan como algo más, algo subjetivo, independiente y personal. En
las sociedades no tienen importancia, no configuran identidades muy determinadas. En esta línea, no hay
verdad. Por ello, será fundamental la democracia. Nos encontramos en una época muy relativista. Podemos
considerar que la postmodernidad es la evolución del existencialismo, o un sinónimo de este. Ahora se insta
a disfrutar de los pequeños detalles.

➢ En el Cuento de Auggie Wren hay diversas éticas que aparecen, dilemas que se plantean. Pero no
encontramos moralejas, no hay doctrina. Al mismo tiempo, la verdad del propio cuento se duda y el
propio escritor nos hace creer la verdad de la historia al completo.

3.2. El espacio

El espacio quizá es lo que más determina el género literario y la época. Por ejemplo, en el Siglo de Oro, el
lugar ideal para la poesía lírica será el locus amoenus (hierba fresca, pajarillos, la sombra de un árbol). Este
tópico marcará totalmente el género literario. La taberna estará relacionada con lo burlesco.

Por otro lado, la novela negra estará ambientada en la ciudad, de noche, lloviendo… Sucede también así en el
cine negro. En el siglo XX, las grandes representarán, en literatura, la incomunicación, el caos. Por ejemplo,
Oliver Twist, El buscón, La busca suelen encuadrarse en ciudades, concretamente en barrios bajos, suburbios.
A partir de los siglos XVIII y XIX el espacio se encontrará en los salones de baile, los comedores…

El ruso Mijaíl Bajtín acuña el término de cronotopo. Hace referencia con él a la confluencia del tiempo-espacio
en la forma de concebir una narración, su esencia. Lo aplica a los géneros literarios. Por ejemplo, afirma que
el salón-comedor o el salón-recibidor será el cronotopo de las novelas realistas del siglo XIX. Habla del
camino como cronotopo, propio de novelas de aventuras, de héroes, novela picaresca, novela caballeresca…

Todos estos géneros estarán marcados por un espacio-tiempo que va marcando la novela o la trama. El camino
marca la narración, lo que se encuentra, frente a lo que lucha… El personaje se forja, madura durante el
camino, mientras supera ciertas pruebas. Esto va configurando a los personajes como héroes, pícaros… En la
novela gótica, el cronotopo será el castillo.

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