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Cuba
Biografía
Procedente de una familia de hacendados gallegos, Fidel Castro estudió
derecho en la Universidad de La Habana, por la que se doctoró en 1950. Su
ideología izquierdista le llevó a participar desde muy joven en actividades
revolucionarias, como la sublevación contra la dictadura de Rafael Leónidas
Trujillo en Santo Domingo (1947); el fracaso de la misma motivó su exilio
en México. Vuelto a Cuba, militó en el Partido del Pueblo Cubano, y pocos
años después retomó su actividad revolucionaria, esta vez contra la férrea
dictadura instaurada en 1952, tras un golpe de Estado, por general
Fulgencio Batista (1952-1958), que puso el país al servicio de su propio
provecho y de los intereses norteamericanos.
Fidel Castro fue condenado a quince años de prisión, de los que sólo
cumplió dos (en la isla de Pinos) merced a un indulto que le puso en
libertad en 1955. Se exilió de nuevo en México, desde donde preparó un
segundo intento; pero, habiendo aprendido que su lucha tendría pocas
posibilidades de triunfar en un medio urbano, esta vez apostó por crear una
guerrilla rural en la zona más apartada y montañosa del país: la Sierra
Maestra, en la provincia cubana de Oriente.
La Revolución cubana
Con un contingente de ochenta y dos hombres (el «Grupo 26 de julio») a
bordo del yate Gramma, Fidel Castro desembarcó clandestinamente en Cuba
a finales de 1956, siendo casi inmediatamente diezmadas sus fuerzas en un
enfrentamiento con el ejército de Batista: sólo doce guerrilleros
sobrevivieron. Dos años después, sin embargo, sus bases en la Sierra
Maestra eran lo suficientemente sólidas y sus efectivos lo bastante nutridos
como para llevar a cabo con éxito la ocupación de Santiago (1958). Desde
allí Fidel Castro lanzó la ofensiva que recorrió la isla de este a oeste,
secundado por sus colaboradores, entre los que figuraban Camilo Cienfuegos,
su hermano Raúl Castro (que casi cincuenta años después sucedería a Fidel
en la jefatura del Estado) y un argentino destinado a convertirse en uno de
los grandes mitos revolucionarios del siglo XX: el Che Guevara.
Por otra parte, la corrupción y el servilismo a los intereses del vecino del
norte, siempre presentes en la vida pública cubana, habían llegado a
extremos insospechados bajo la despótica dictadura de Fulgencio Batista,
quien logró concitar en su contra tanto a los campesinos como a gran parte
de las clases medias y a amplios sectores de la intelectualidad y del mundo
universitario. Incluso las clases altas liberales y los estadounidenses habían
llegado en los últimos tiempos a ver con malos ojos a un régimen que, por
inestable y desprestigiado, no resultaba una buena garantía ante el ascenso
de la izquierda.
De este modo, al inicial apoyo del campesinado pobre había seguido el fin
de las reticencias del Partido Comunista, que abrió a Castro la posibilidad
de encontrar apoyo en las ciudades; la dictadura, minada por la corrupción,
fue incapaz de hacer frente al movimiento popular. El 1 de enero de 1959,
el comandante revolucionario Camilo Cienfuegos entró triunfante en La
Habana, un día después de que Fulgencio Batista firmase su dimisión y
abandonase el país. La entrada del ejército guerrillero se producía mientras
las fuerzas rebeldes acababan definitivamente con los últimos focos de
resistencia. Al mismo tiempo una columna insurgente, dirigida por
Ernesto Che Guevara, convergió sobre la capital, recibiendo a su paso la
rendición de centenares de oficiales del ejército de Batista y la aclamación
del pueblo cubano.
Designado presidente de la República, el 5 de enero Manuel Urrutia
Lleó presentó a los nuevos ministros, quince en total, a la cabeza de los
cuales se encontraba José Miró Cardona, representante del ala liberal,
como primer ministro. Tres días más tarde Fidel Castro, que hasta ese
momento se encontraba en Santiago, llegó a La Habana y se dirigió al
pueblo. Castro subrayó la importancia de la huelga general en la derrota
final del dictador y lanzó una advertencia a los divisionistas y a todos
aquellos que pretendiesen ignorar el poder del pueblo.
De la moderación al comunismo
Fidel Castro se había puesto en febrero del mismo año al frente del
gobierno cubano, acumulando los cargos de primer ministro (en sustitución
de José Miró) y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, y sin pérdida
de tiempo empezó a hacer realidad los proyectos de cambio que habían
suministrado una base social a la Revolución: el más importante de todos,
la reforma agraria, que expropiaba las grandes haciendas extranjeras para
dar medios de vida a los campesinos pobres. A partir de mayo de 1959, la
aplicación de la Ley de Reforma Agraria supuso la nacionalización de los
inmensos latifundios de las compañías extranjeras.
Cuba sólo podía hacer frente a las consecuencias del embargo con la ayuda
soviética; la dependencia de la URSS se extremaría a partir de 1975,
cuando los países de la Organización de los Estados Americanos (OEA) se
sumaron al bloqueo. La presión norteamericana había convertido al país en
un régimen socialista prosoviético (aunque con singularidades) y a Fidel
Castro en un dirigente comunista más, el primero en el hemisferio
americano. En 1965 el partido cambió su denominación por la de Partido
Comunista de Cuba, del cual fue elegido secretario general el propio
Castro; en 1976 acumuló el título de presidente del Consejo de Estado.