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¿Cómo operan los procesos de restitución de tierras para las mujeres en la cuidad de

Manizales?
En Colombia el tema agrario ha estado marcado por el problema de la tierra, la propiedad
de la tierra y la titulación de la misma son factores que desencadenaron los problemas
evidenciados en el siglo xx donde todo se volvió un juego de poder, en donde lo más
importante era la posesión de la tierra, la propiedad y su titulación misma, los gobiernos
hacían reformas agrarias, a cada reforma su contrarreforma, todo en pro de su beneficio, y
por ello, por esos pensamientos tan egoístas, se crearon diversos grupos al margen de la ley,
grupos que originalmente tenían como principal objetivo la defensa de la tierra, y de todo el
campesinado del sector rural, sin embargo la constante disputa por la tierra llevaron a que el
gobierno enfrentara a los grupos al margen de la ley; Los hombres de cada familia
campesina eran forzados a unirse a la disputa, a pelear, si se negaban debían irse de su casa,
dejar sus tierras o morir a manos de dichos grupos; cuando los hombres no estaban en la
casa, la mujer y la familia quedaba vulnerable, pues una sociedad machista le quitaba el
poder a la mujer en el hogar, ella no tenía tierras a su nombre, pues todo era de sus esposo,
no tenía conocimiento sobre las cosas, dejándola como un blanco fácil, vulnerable ante
cualquier adversidad que pudiese presentarse; mujeres que no podían defenderse ni sabían
cómo hacerlo, pues una sociedad machista no les permitía alcanzar buenos niveles de
educación, en la mayoría de casos solo podían aprender a leer y escribir o se quedaban
analfabetas, en el siglo xx la mujer campesina era un objeto más del hogar y como tal no
podía ser la dueña de nada, no podía hacer nada que su esposo no autorizara, lo único que
podía hacer era estar a cargo del hogar, de sus hijos y de alimentar a su familia y a quienes
trabajaran la tierra, en el caso de que no fuera una unidad agrícola familiar; todo este
machismo impuesto, junto con el menosprecio y la vulnerabilidad hacia las mujeres,
impulsaron a la creación de la asociaciones de las mujeres campesinas, las cuales daban un
apoyo a las mujeres victimizadas o que se encontraban como cabeza de hogar ante una
sociedad que lo único que deseaba era que siguieran siendo un objeto más de la casa, las
mujeres entonces emprendieron una lucha con el fin de que se les reconociera a ellas la
propiedad de la tierra, la tenencia de aquel territorio que perteneció a su esposo y que por
derecho ahora le pertenece; tras muchas luchas por poseer la tierra y por demostrar las
arduas capacidades se han creado leyes de restitución como lo es la ley 1148 de 2011, en la
cual se establece que las víctimas del conflicto armando, como las mujeres pueden reclamar
la propiedad sobre su tierra, también se han realizado trabajos en los cuales se pretende
destacar la importancia de las mujeres rurales no solo en el hogar sino capacitándolas y
proporcionándoles los medios necesarios para que sean ellas, las mujeres las que tengan la
tenencia y la propiedad de la tierra, que sean ellas las que puedan tomar las decisiones
pertinentes y poder manejar todos los asuntos referentes a la tierra y su uso, sin embargo no
operan como es debido y por ello los resultados no son muchas veces lo que se plantean o
los que se tiene esperado, por ello se fundamente la siguiente investigación, en la que se
pretende evaluar cómo operan los procesos de restitución de tierras para las mujeres rurales
en la cuidad de Manizales.

En base a los trabajos, investigaciones y leyes que se han realizado sobre el papel de la
mujer rural, se puede mencionar:
Referente a la actualidad de las mujeres rurales

Meertens (2016), hace referencia a que con el acuerdo de paz firmando en el 2016, entre las
FARC y el gobierno en el cual parte de los cambios estipulados es la integración de las
mujeres en la restitución de tierras implementando la justicia de género, ya que las
actividades pecuarias, ganaderas y de disputa por el poder de la tierra, las mujeres quedaban
vulnerables, debido al poco poder que tenían; el análisis de las afectaciones por la pérdida
de la tierra llamó la atención sobre las discriminaciones que las mujeres sufrían en cuanto a
los derechos a la propiedad. En Colombia en medio de un altísimo grado de informalidad
de la, el acceso a la tierra de las mujeres campesinas se ha resumido en una sola frase:
dueñas de tierras sólo a través de un hombre. Su cotidianidad se desenvolvía en medio de
economías campesinas basadas en el trabajo familiar, pero sin el reconocimiento de sus
aportes económicos o la formalización de sus derechos a la propiedad.

Farah, Pérez (2003), hablan de cómo está actualmente la mujer rural, sus participaciones
ahora más activas, con la posibilidad de adquirir tierras, tener derecho en la injerencia para
la toma de decisiones, actualmente el desarrollo rural, es entendido como la visión regional
y la sostenibilidad, no solo agrícola, sino cultural, social, económica y política, en donde se
busca que los pobladores rurales como las mujeres tengan los conocimientos y el poder de
hacer ejercer sus derechos frente al estado; así mismo se busca la equidad de género y que
en conjunto hombres y mujeres puedan plantear estrategias y diferentes proyectos para el
desarrollo.
Se habla de la pluralidad, la cual hace referencia a que todas las labores, tareas o trabajos a
desempeñar son realizados tanto por hombres como mujeres, teniendo que esto para el
medio rural da unas características para la nueva ruralidad, entendida esta como el nuevo
modo de ver el sector rural, luego de los cambios positivos que han tenido las mujeres en
cuanto a la inclusión social, cultural y democrática.

León, Deere (1997), a partir de la década de los sesenta del siglo pasado y el transcurso de
este siglo, la lucha de movimientos de mujeres, así como las guerras, el narcotráfico y los
desplazamientos han dado paso a leyes y reformas agrarias en América latina, la gran
mayoría con el propósito de dar una participación más activa a la mujer dentro del hogar,
compartiendo la titulación de la tierra, donde pueda hacer manejo de la misma y ser apta
para los servicios de asistencia técnica y de los créditos para poder trabajar la tierra,
también favorecer a las mujeres viudas o cabezas de familia, sin embargo las mujeres
casadas o que vivían en unión libre, solo podían participar de la titulación de la tierra pues
el trabajo, los beneficios los créditos, eran solo del esposo pues aunque se compartiera la
titulación el hombre era quien figuraba como la cabeza del hogar, solo las separadas, las
viudas y las que el marido era desplazado, se les tenía como cabeza de hogar, y eran las
aptas para los créditos y todo los beneficios que las leyes agrarias otorgaban a los
productores, pero las mujeres siempre se encontraban en desventaja con los hombres, pues
no tenían la suficiente experiencia agrícola, y no gozaban de los mismos niveles educativos
de los hombres y por ello muchas veces también se les vulneraba los derechos que tenían;
por su parte el gobierno se veía obligado a realizar redistribuciones en la tierra, puesto que
factores como el narcotráfico, los paramilitares y la guerrilla generaban otro ambiente en el
campo, uno en donde la unidad familiar se veía claramente afectada, y las tierras aún más.
Los crecientes movimientos de mujeres en la década de los ochenta, los cuales llevaron a la
creación de ANMUCIC, tenían como función el desarrollo de proyectos que fueran
exclusivos de las mujeres campesinas, pero como las políticas y leyes existentes les
limitaba o les resultaba muchas veces insuficientes, les dio paso a exigir la consideración
para los derechos de las mujeres.

Referente a la propiedad de la tierra de las mujeres

León (2011), habla sobre la distribución y propiedad de la tierra, donde tras varios estudios
tomados se obtuvo las mujeres poseen tierra minoritariamente comparadas con el hombre,
ya que históricamente todo siempre ha sido del hombre, al estar casados todo lo que se
adquiere dentro del matrimonio es de los dos, exceptuando herencias; dando paso así a que
en los bienes adquiridos en el matrimonio la mujer ya tiene un poco de derechos sobre la
tierra; lo que termina de otorgarle derecho sobre la tierra es que reciba una herencia en
cuyo caso será solo de ella y no tiene participación su esposo, cuando la mujer está sola, o
es la encargada del hogar, también se le otorga derechos sobre la propiedad de la tierra; sin
embargo existe una brecha de género muy grande, la cual se da porque para la distribución
de la tierra se tienen en cuenta factores como: los miembros de la familia, la comunidad, el
estado, el mercado, contribuyendo cada uno a la desigualdad de género de la propiedad de
la tierra.
En el mercado las mujeres tienes menos oportunidades de adquirir tierras, debido a que sus
salarios son menores a los hombre, aunque desempeñen la misma labor porque se cree que
la mujer trabaja por temporadas mientras que el hombre nunca deja de hacerlo, sin dejar de
lado que el acceso a un crédito para el hombre es más fácil, mientras que para la mujer es
muy difícil acceder a uno, sin dejar de lado que la mujer es muy discriminada, por ello
pierde y son vulnerados sus derechos.

Referente a los aspectos legales


León, Deere (1997), Las mujeres en la gran mayoría de los casos son las encargadas del
hogar y los hijos, mientras son hombres proveen el sustento de la familia mediante el
trabajo de la tierra en estos casos la mujer no tiene derecho a la tierra, pues no ejerce labor
sobre la misma y todo está a nombre de los esposos, existen casos en donde la tierra
pertenece a ambos, otorgándole un poco de participación a la mujer, aunque el trabajo lo
realice solo el hombre, sin embargo con la guerra, los hombres se veían obligados a dejar
sus hogares para ir a pelear o eran asesinados, la mujer era quien se encargaba de trabajar la
tierra y encargarse del hogar, dando paso así a las mujeres cabeza de familia; sin embargo el
tema del acceso de las mujeres a la tierra se ve limitado por las reformas, contrarreformas y
leyes que se han establecido, en los cuales la participación de las mujeres se ve limitada si
se compara con el poder participativo del hombre.
Un claro ejemplo es la ley 135 de 1961 en donde se buscaba incrementar el número de
familias productoras con fines comerciales, en esta ley se tenía un solo beneficiario por
familia el cual era el hombre jefe de hogar, dejando así a las mujeres cabeza de familia con
una difícil posibilidad de acceder a los beneficios que la ley otorgaba, sin embargo en este
periodo se dieron movimientos de mujeres, formando organizaciones y en 1985 se creó la
primera asociación nacional de mujeres campesinas e indígenas ANMUCIC, estaban
encaminadas a buscar el progreso de la mujer rural, aunque se hacía necesario la inclusión
de los derechos de la mujer rural en las normas de la reforma agraria, siendo necesario
cuestionar la ley 135 de 1961 ya que era la clara discriminación hacia la mujer porque se le
daba la titulación a la tierra a los hombres jefes de hogar; ANMUCIC pedía se reformara
la ley pues era claro que el porcentaje de mujeres cabeza de hogar crecía cada vez más, y
que las mujeres casadas hicieran también parta de la titulación de la tierra.

En 1974 con el decreto 2280, se estableció la igualdad entre los sexos en cuanto a los
deberes del hogar y los manejos del mismo, repartiendo las responsabilidades entre ambos
cónyuges. En 1984, se estableció por primera vez una política en relación con la
incorporación de la mujer en el desarrollo rural, así como su participación en la producción
agropecuaria; todos estos factores llevaron a considerar la posibilidad de que la mujer
hiciera parte de los programas de créditos y de la asistencia técnica, ya que así están
generando ingresos a la unidad agrícola familiar.
Sin embargo todas estas consideraciones no tuvieron la fuerza de las leyes, ni apoyos por
parte del gobierno, y como en las políticas no se tenía planeado hacer reformas agrarias, las
mujeres se siguieron viendo desfavorecidas.
El crecimiento del narcotráfico, los movimientos guerrilleros, junto con las luchas de las
mujeres fueron factores para que se diera la ley 30 de reforma agraria de 1988, en la que su
única diferencia con la ley 135 de 1961 es que ya se reconocía formalmente que la mujer
tuviera participación en la titulación de las tierras, a modo que las tierras tuvieran el hombre
de ambos esposos y no solo del hombre; para la aplicación de esta ley fue necesario mucha
lucha por parte de las asociaciones femeninas, ya que los hombres encargados de su
ejecución no seguían los conductos regulares ya que al hacerlo se le otorgaba más poder a
la mujer y eso era lo que no deseaban. En 1991 un decreto comenzó a favorecer a las
mujeres viudas debido a la violencia que enfrentaba Colombia en esa época.
A finales de la década de los ochenta, los crecientes desplazamientos, los movimientos
paramilitares, el narcotráfico y las políticas irregulares hicieron que tanto hombres como
mujeres e instituciones emprendieran una lucha por la igualdad, lo que dio paso a la
constitución de 1991, en la cual se promulga la igualdad de género de hombres y mujeres,
que no se hagan discriminaciones por el sexo la etnia a que pertenezca y da iguales
oportunidades para hombres y mujeres.

Así mismo la ley de 54 de 1990 reconoce los derechos a la unión libre el donde la mujer
podía compartir todo con su cónyuge, a modo que en caso de muerte la mujer podía
reclamar la mitad de todo lo que se tuviera, y el resto se repartía entre los hijos; en 1993 la
ley 82 le proporcionó bienestar a la mujer cabeza de hogar.

Una nueva, la ley 160 de 1994 representa una garantía para el acceso de la mujer a la tierra
a través de dos mecanismos importantes, asegurando a las mujeres jefes de hogar y dando
también prioridad a otras mujeres adultas al proceso de redistribución de la tierra, y por
otro, reafirmando el principio que la tierra otorgada debe titularse en el nombre de ambos
cónyuges.
Sin dejar de lado los aspectos legales, la ley 1448 de 2011, llamada la ley de restitución de
tierras, es la más reciente en relación a la construcción de un marco solido ara la
consolidación de una sociedad democrática, ya que permite identificar y visualizar los
derechos de las víctimas; plantear un concepto de víctimas, dándoles prioridad dentro de la
atención y servicios que provee el Estado, reafirmando la igualdad entre las víctimas, pero
al mismo tiempo garantizando una atención diferenciada de acuerdo con sus características.
En la ley se pude observar que las mujeres, campesinos y líderes sociales que son los que
encuentran en mayor vulnerabilidad se les proporcionaran una protección especial de los
derechos que otorga la ley. Sienta bases para la implementación de la política pública para
la atención y reparación integral, crea el Sistema Nacional de Atención y Reparación
Integral a las Víctimas, dentro del cual se tendrá la responsabilidad de formular,
implementar y monitorear la política. También prevé la conformación del Departamento
Administrativo de Inclusión Social y Reconciliación que tendrá a su cargo la atención a
grupos vulnerables y la reintegración social y económica, y dará lineamientos de política a
la nueva Unidad Administrativa especial para la atención y reparación integral que será la
encargada de coordinar y armonizar las actuaciones de las entidades que conforman el
Sistema y adicionalmente, prevé la creación del Centro de Memoria Histórica que tiene por
objeto reunir y recuperar todo el material documental y testimonial de los hechos que
conllevaron a las violaciones de los derechos de las víctimas.

La ardua lucha de las mujeres rurales para el reconocimiento de sus derechos en cuanto a la
propiedad de la tierra es de resaltar sin embargo su limitante son las políticas que no son
cumplidas a cabalidad, pues muchas organizaciones no respetan dichos acuerdos o tratados
ya pactados, muchas veces la forma en cómo operan también es un problema ya que al no
hacerlo de la forma indicada los resultados no podrán ser los esperados.
Referencias bibliográficas
 Meertens D., (2011). Justicia de género y tierras en Colombia: Desafíos para la era
del 'pos-acuerdo'. European Review of Latin American and Caribbean Studies /
Revista Europea de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, No. 102 (October
2016), pp. 89-100
 León M., (2011). La desigualdad de género en la propiedad de la tierra en
AméricaLatina. In Du grain à moudre. Genre, développement rural et alimentation.
(Dir.) C.Verschuur. 189-207.
 León, M., Deere, C., D, (1997). La mujer rural y la reforma agraria en Colombia.
Cuaderno de desarrollo rural (38 y 39). 1997. PP. 7-23
 León, M., Deere, C., D, (1997). Mujeres, derechos a la tierra y contrarreformas en
América latina. XX congreso latinoamericano de la asociación de estudios
latinoamericanos (LASA). PP. 129-153
 Farah, M., A., Pérez E., (2003). Mujeres rurales y nueva ruralidad en Colombia
Cuadernos de Desarrollo Rural, núm. 51, pp. 137-160

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