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Limitante al empoderamiento económico de la mujer rural en Colombia:

Un análisis desde la desigualdad en la tenencia de la tierra

Yesenia Parrado1

La población rural en Colombia ha sido históricamente relegada de las políticas


públicas, y paralelamente, víctimas de fenómenos como la pobreza, la desigualdad y los
efectos del conflicto armado y social. Así mismo, al analizar la población rural y detallar
cada una de sus características y particularidades, se encuentra a la mujer rural como foco
individual y colectivo, que evidencia con mayor rigor los fenómenos anteriormente
mencionados.

En este orden de ideas, un elemento a analizar en este escenario es la tenencia de


la tierra, un tema que no se expresa sólo en la propiedad, sino en los hechos que
desembocan la desigualdad de la tenencia y los impactos que ésta genera. Para acotar el
escenario de estudio, se plantea un análisis donde se estipula la concepción de la tierra y la
importancia de la tenencia, se enuncian causales de la desigualdad de la tenencia de la
tierra en el sector rural, y finalmente, se contrasta con cifras la situación colombiana.

La tierra es concebida, desde una perspectiva económica, como un factor de


producción. Un factor de producción, como lo es el capital y la mano de obra, se contemplan
trascendentales en la función de producción de cualquier actividad, y por ello, de vital
importancia en el proceso de empoderamiento económico tanto de la población rural, como
de la mujer.

La Food and Agriculture Organization (FAO) de la Organización de Naciones Unidas


(ONU), plantea que;
Sin derechos de acceso a la tierra claramente definidos -tenencia de la tierra- es
más difícil llevar a cabo la producción y se debilitan los incentivos a invertir a largo
plazo en la tierra con el fin de aumentar su productividad. La tenencia de la tierra es
también uno de los pilares organizativos de las economías y sociedades rurales, que
ayudan a definir relaciones económicas y contractuales, formas de cooperación y
relaciones sociales. (FAO, 2004)

1
Estudiante de Economía, Universidad Nacional de Colombia. Documento elaborado como insumo
para discusión en Semillero de Estudios Agrarios con Enfoque de Género. Noviembre 03, 2018.
Con respecto a la tenencia de la tierra clasificada por el género, diferentes
académicas y académicos han analizado los datos de desigualdad en este aspecto en
diferentes países de América Latina. Entre ellas, se destaca el aporte de Magdalena León
(2017), quien condensa los mecanismos que han determinado este escenario de
desigualdad.

- León identifica las ​preferencias masculinas en las prácticas de herencia


entendida como el mecanismo más importante para acceder a la tierra
por parte de la población masculina, especificando que la contribución en
la agricultura está definida como una ocupación de los hombres.
- Adicionalmente, los ​privilegios que los hombres han disfrutado a nivel
legal en el matrimonio y en la cultura​, donde Deere & León (2002)
expresan, “El privilegio masculino más fuerte en el matrimonio fue el
derecho del jefe de hogar varón encargado de representar a la familia y
administrar en forma única los bienes del hogar. La representación del
hogar era exclusiva del marido, quien manejaba el patrimonio conjunto y
el patrimonio individual de la esposa”.
- El ​sesgo de género ​se caracteriza por la capacidad de participar en el
mercado. El hecho de que los hombres tengan acceso a mayores
posibilidades de empleo y de retribución económica que las mujeres, así
como una vinculación permanente o por lo menos más segura que a la
transitoriedad de la mujer, y finalmente, el acceso al crédito que ha sido
para la población masculina (por otras múltiples razones, entre ellas la
tenencia de la tierra como mecanismo de respaldo) les da la capacidad
de acceder en una posición de compradores al mercado con mayor
factibilidad que la mujeres.
- Los ​sesgos masculinos en el uso de la tierra comunitaria. ​Este tipo de
sesgo se genera en espacios donde la propiedad y uso de la tierra es
concebida de manera colectiva, y las estructuras de gobierno establece a
los varones con los privilegios en la toma de decisiones sobre asuntos
vitales, entre ellos, la función de la tierra.
- Los ​sesgos masculinos en los programas estatales de distribución y
titulación de tierras​, donde, los programas de reforma agraria y titulación
de tierras de los diferentes Estados por motivos legales, culturales,
estructurales e institucionales la mujeres quedaron al margen,
invisibilizadas al suponer una concepción de beneficiarias directas.

En el contexto colombiano, la concentración de la tierra en el sector rural es más que


alarmante. En un análisis de la concentración de la tierra de los datos arrojados por el
Tercer Censo Nacional Agropecuario (2015), éste arroja un Índice de Gini de 0.90, ubicando
a Colombia en el quinto país más desigual en la tenencia de la tierra rural, entre 87 países,
según clasificación realizada por la Organización Internacional Grain. (Suescún & Fuerte,
2017)

En el contexto de la mujer rural, el Censo como tal no preguntó por la propiedad


formal o legal de la tierra, sino por la tenencia. Los resultados indican que el 75.1% de los
hombres declaran la responsabilidad de la tenencia de la tierra, frente a un 73.7% de
reconocimiento de las mujeres, pero un dato relevante hallado, es que el tamaño de la
tenencia de las mujeres era inferior al tamaño de la de los hombres. “Casi el 74 % de las
mujeres tienen menos de cinco hectáreas, en comparación con un 62 % de los hombres. En
el rango entre 5 y 100 hectáreas, la participación masculina es en todo caso mayor. Pero en
ese mismo rango, sumando todas las tierras de las mujeres, ellas tienen más área: 44,9 %
versus 36,9 % de los hombres” (Medina, 2015).

En ese mismo orden de ideas, ostentar la tenencia de la tierra repercute en la


capacidad de toma de decisiones productivas, entre muchas otras fuera de este análisis.
Según los resultados, aproximadamente el 60% de las Unidades Productoras
Agropecuarias (UPA) son los hombres los que toman las decisiones de producción, y sólo el
24% es de potestad de mujeres. El restante mencionan ser una decisión compartida, que
representa el 16.5%. (Medina, 2015)

Este es el panorama de la ruralidad dispersa colombiana con una concentración que


afecta a toda la población, pero que al detallar los elementos internos, demuestra la
complejidad de la participación de la mujer a partir de la tenencia de la tierra. En términos
absolutos, las mujeres rurales deciden sobre el 40.5% del área rural dispersa, un elemento
que se convierte en barrera en el proceso de empoderamiento económico de las mismas.
Bibliografía
FAO. (2004). ​Política de desarrollo agrícola. Conceptos y principios. . Obtenido de
http://www.fao.org/3/a-y5673s.pdf
León, M. (2017). ​La desigualdad de género en la propiedad de la tierra en América
Latina.​ Graduate Institute Publications.
Medina, M. A. (14 de Octubre de 2015). ​Desigualdad con rostro de mujer rural,
resultados del Censo Nacional Agropecuario​. Obtenido de El Espectador :
https://www.elespectador.com/noticias/temadeldia/desigualdad-rostro-de-muj
er-rural-articulo-592478
Suescún, C., & Fuerte, A. (2017). ​La escandalosa desigualdad de la propiedad rural
en Colombia​. Obtenido de Razón Pública:
https://www.razonpublica.com/index.php/economia-y-sociedad/10243-la-esca
ndalosa-desigualdad-de-la-propiedad-rural-en-colombia.html

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