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En el contexto de la selección de candidatos presidenciales en México, en el año

2004, se produjeron los siguientes eventos. El 5 de marzo de ese año, la persona


afectada presentó una solicitud ante el Consejo General del Instituto Federal
Electoral para inscribirse como candidato independiente al cargo de Presidente de
los Estados Unidos Mexicanos en las elecciones programadas para el 2 de julio de
2006. Argumentó que estaba ejerciendo su derecho según lo establecido en el
artículo 35, fracción II de la Constitución y proporcionó ciertos documentos que
respaldaban su candidatura, asegurando que cumpliera con los requisitos
constitucionales para ocupar dicho puesto electo.

Mediante una comunicación fechada el 11 de marzo de 2004 y notificada al día


siguiente, la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos, Dirección de
Partidos Políticos y Financiamiento del IFE, informó al señor Castañeda Gutman
que no era posible atender su solicitud en los términos que había planteado. El IFE
basó su decisión en varias disposiciones legales, incluyendo el artículo 175 del
COFIPE, que establece que únicamente los partidos políticos nacionales tienen el
derecho de solicitar el registro de candidatos para cargos de elección popular.
Además, citó jurisprudencia del TRIFE del 25 de octubre de 2001 que señalaba que
la negativa de registro como candidato independiente, basada en una disposición
legal que otorga ese derecho exclusivamente a los partidos políticos, no violaba la
Constitución ni el derecho internacional. El IFE afirmó que el derecho a ser
postulado y votado para cargos de elección popular a nivel federal solo podía
ejercerse a través de los partidos políticos nacionales registrados ante el Instituto
Federal Electoral. También señaló que el COFIPE establecía el plazo para el
registro de candidaturas a la Presidencia de los Estados Unidos Mexicanos, que
abarcaba del 1º al 15 de enero del año de la elección.

En respuesta al pronunciamiento del Instituto Federal Electoral, la presunta víctima


presentó el 29 de marzo de 2004 una solicitud de amparo ante el Juzgado Séptimo
de Distrito en Materia Administrativa del Distrito Federal. El señor Castañeda
Gutman justificó su solicitud de amparo argumentando lo siguiente: a) la violación de
sus derechos individuales relacionados con la libertad de empleo y participación en
el sistema democrático del país; b) la infracción de su derecho individual a la
igualdad ante la ley; yc) la transgresión de su derecho individual a la libertad de
asociación, todos estos fundamentados en la Constitución mexicana. Este caso fue
aceptado el 30 de marzo del mismo año.

Después de que el Instituto Federal Electoral dictó su decisión, la persona afectada


presentó una solicitud de amparo ante el Juzgado Séptimo de Distrito en Materia
Administrativa del Distrito Federal en contra de esta resolución. Sin embargo, este
juzgado decidió rechazar la solicitud de amparo presentada por la persona afectada.
Además, Castañeda Gutman presentó un recurso de revisión contra la decisión del
Juzgado Séptimo, pero este recurso fue desestimado por la Corte Suprema de
México. En consecuencia, el señor Castañeda Gutman no pudo postularse como
candidato en las elecciones presidenciales.

El 2 de agosto de 2004, el señor Castañeda Gutman presentó una solicitud de


revisión contra la decisión del Juzgado Séptimo. Dado que esta solicitud planteaba
cuestiones legales y constitucionales, el Décimo Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, que estaba encargado de revisarla, emitió
una sentencia el 11 de noviembre de 2004 para abordar las cuestiones legales.
Además, sugirió que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se hiciera cargo de
las cuestiones constitucionales.

En las fechas 8 y 16 de agosto de 2005, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación confirmó la sentencia previamente emitida y determinada que no
procedía el amparo en revisión en relación con los artículos 175, 176, 177 (párrafo
1, inciso e) y 178 del COFIPE. Estos artículos eran objeto de cuestionamiento sobre
su constitucionalidad por parte de la presunta víctima, aunque la Suprema Corte no
profundizó en el análisis del fondo de la cuestión.

La Corte, al igual que la Comisión y el Estado, observó que tanto ellos como los
representantes señalaron la falta de un método fácil, rápido y eficaz para que la
presunta víctima pudiera reclamar la protección de sus derechos consagrados por la
Constitución, en apoyo de su alegación de que se había violado el artículo 25 de la
Convención. En este contexto, la Corte concluyó que el recurso de amparo
presentado por la presunta víctima no era la vía apropiada en ese caso, ya que no
era procedente en cuestiones electorales.

Además, la Corte considera necesario mencionar lo expresado por la Comisión


Interamericana, que, aunque señala que el recurso de amparo no era la vía
adecuada debido a la exclusión de asuntos electorales de su jurisdicción, destaca
que la efectividad requiere que el tribunal haya analizado los argumentos
presentados en la denuncia.

Para garantizar que la presunta víctima pudiera recuperar plenamente sus derechos
en ese caso, el juicio para proteger los derechos político-electorales del ciudadano
debía permitir que la autoridad evaluara competente si la regulación legal
establecida en el Código Federal en materia electoral, que supuestamente limitaba
de manera injustificada los derechos políticos de la presunta víctima, era coherente
con el derecho político establecido en la Constitución. En otras palabras, esto
implicaba revisar si el artículo 175 del COFIPE era o no conforme a la Constitución.

Como se mencionó anteriormente, no era factible llevar a cabo este proceso, ya que
de acuerdo con la Constitución y los requisitos legales establecidos por la Suprema
Corte de Justicia, el Tribunal Electoral carecía de la autoridad necesaria para
evaluar si las leyes electorales eran coherentes con la Constitución.
Sin embargo, en el caso actual, la ausencia de un recurso efectivo constituyó una
violación por parte del Estado Parte de la Convención. Esto representó un
incumplimiento de su deber de implementar leyes nacionales que garantizaran los
derechos establecidos en la Convención, tal como lo exige el artículo 25 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, en consonancia con los artículos 1.1
y 2 de dicho tratado.

El Estado no solo está obligado, como se establece en el artículo 1 de la


Convención, a garantizar que se respetan los derechos de las personas, sino que
también debe seguir pautas específicas para cumplir con esta obligación. En el
marco de la Convención Americana, los Estados deben establecer un sistema
electoral que permita la celebración de elecciones regulares y genuinas, en las que
se utilice el sufragio universal y equitativo, así como el voto secreto, con el fin de
asegurar que la voluntad. de los votantes se expresan libremente.
Aquí se establece de manera necesaria una directriz para el Estado en cuanto a
cómo debe seleccionar la forma de cumplir con su responsabilidad fundamental de
"asegurar" que los derechos, tal como se establece en el artículo 1 de la
Convención, sean plenamente disfrutados. Esta ejecución, como se menciona de
manera general en el artículo 1.1, debe llevarse a cabo sin discriminar a ningún
grupo.

La demanda de la Comisión fue notificada al Estado y a los representantes el 14


de mayo. Durante el proceso ante este Tribunal, además de la presentación
de los escritos principales remitidos por las partes y de los escritos de alegatos a las
excepciones preliminares interpuestas por el Estado, presentados por los
representantes y la Comisión, respectivamente, el 17 y el 18 de octubre de 2007, las
partes remitieron los escritos que se indican a continuación.

La audiencia pública fue celebrada el 8 de febrero de 2008. Tanto los representantes


como el Estado presentaron documentos probatorios durante la referida audiencia.
El 12 de marzo de 2008 la presunta víctima remitió su escrito de alegatos finales, en
el cual incluyó diversos anexos documentales, entre los que se encuentran los
comprobantes de gastos efectuados en relación con la audiencia pública. El 10 de
marzo de 2008 la Comisión Interamericana y el Estado remitieron sus respectivos
escritos de alegatos finales.

Los puntos resolutivos de la sentencia fueron:


● La Corte desestima las objeciones preliminares presentadas por el Estado
según se describe en los párrafos 15 a 67 de esta Sentencia.
● La Corte concluye que el Estado infringió el derecho a la protección judicial
del señor Jorge Castañeda Gutman, tal como se establece en el artículo 25
de la Convención Americana, en conexión con los artículos 1.1 y 2 de la
misma.
● La Corte determina que el Estado no vulneró el derecho político del señor
Jorge Castañeda Gutman a ser elegido, tal como lo establece el artículo
23.1.b de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación
con los artículos 1.1 y 2 de dicha Convención.
● La Corte concluye que el Estado no violó el derecho a la igualdad ante la ley
del señor Jorge Castañeda Gutman, según lo reconocido en el artículo 24 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el
artículo 1.1 de la misma.

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