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Reflexiones sobre la universidad y la sociedad

Oscar E. González Guerra

La universidad, así como la educación, la economía, la política y demás espacios de interacción social,

Han cambiado bajo la influencia de los avances tecnológicos y científicos. Y es que la computación y la
internet han impulsado a nuevos niveles la educación y la cultura, trayendo como consecuencias nuevos
profesionales en áreas educativas recientes o modificadas: medicina, biología, comunicaciones, entre otras.
(Bojalit, 2008). En una sociedad neoliberal, donde se propone una educación mercantil, el sistema
universitario no está debidamente desarrollado científica ni socialmente. (Gascón P 2004). Entendemos así
que la educación superior y todos los servicios que se generen en torno a ella, se consideran como un sector
importante de la economía mundial. (OMC, 2001).

Los compromisos adquiridos por las universidades basados en lo dinámico que son las relaciones humanas
pretenden brindar herramientas para incidir de manera positiva en las problemáticas y fenómenos que llevan a
la negatividad de las actividades cotidianas. Bien expresa José Martí Pérez en su frase “La educación ha de ir
adónde va la vida”. Y es que, si la educación nos dota de herramientas para resolver problemas de la vida, esta
educación ha de ser en proporciones, igual de desarrollada y avanzada que la vida. (Acosta Garrido A, 2012).

La relevancia de la educación superior en los debates sobre las relaciones entre universidad y sociedad esta
a niveles internacionales, donde se desarrolla el concepto de que las respuestas se deben al sector
empresarial. No obstante, las necesidades son de la sociedad en conjunto y así deben enforcarse la respuesta
de parte de la universidad a la sociedad. Las metas actuales de las universidades y otros centros de estudios
superiores, es formar individuos con valores, capacidad para ser lideres y trabajar en equipo. Estudiantes con
formación investigativa y tecnológica, y estos mismos estudiantes con disciplina para la investigación y
actualización de conocimientos (Olazo Sanguesteri A, 2012).

Mientras un estudiante investigue, su aprendizaje y conocimiento de un tema mejorará, será más culto y
podrá sostener un debate. (Gayoso Rubio F, 2012).

En el ámbito experimental, la universidad debe atender un déficit en la formación profesional del estudiante y
es que se dificulta aplicar todo el contenido teórico, una vez se este ejerciendo. Socialmente, los entornos
laborales desarrollan su propio leguaje y esquema de valores. Para esto, la universidad cuenta con una
herramienta: práctica profesional.

La transformación institucional se hace en la medida que las sociedades lo hacen. Las universidades, son
instituciones cuyas estructuras emergen como respuestas funcionales a diferentes necesidades sociales. Llevar
la cultura a la mayoría de la población se ha convertido en los últimos tiempos, en el motivo de múltiples
análisis, enfoques y actividades prácticas (Acosta Garrido A., 2012).
Históricamente, desde que la educación es parte fundamental de la sociedad, la dinámica entre el centro
docente y la comunidad ha estado en constante observación, debido a lo importante que es esta relación. Y es
que, si no se acomoda la enseñanza a las necesidades comunitarias, seria en vano el esfuerzo por difundir
conocimiento. (Acosta Garrido A., 2012).

Los sistemas de enseñanza superior, dice la Declaración Mundial (París, octubre de 1998), deberían
aumentar su capacidad para vivir en medio de la incertidumbre, para transformarse y provocar el cambio. Los
centros de estudios superiores actuales responden a la educación superior elitista; por lo mismo, les es
imposible, sin una profunda transformación, hacer frente al fenómeno de masificación. Se consideran
demasiadas rígidas, poco diversificadas y hasta desactualizadas, carentes de apropiados canales de
comunicación entre sus distintas modalidades y de acuerdo con el campo de estudio que se está desarrollando.

Para que las universidades cumplan satisfactoriamente con sus propósitos, deben orientar sus actividades
académicas al desarrollo de la conciencia objetiva y crítica de los estudiantes respecto a la realidad que vive la
sociedad, los rasgos de la evolución de esta realidad en el pasado y las perspectivas que presenta para el
futuro.

Se tratará no solo de lograr el entendimiento de dicha realidad sino también de establecer la responsabilidad
del estudiante frente a ella, en cuanto a los valores y objetivos fundamentales que deben alcanzarse; además
de adquirir instrumentos de análisis y metodologías que aplicados en la actividad práctica conduzcan al logro
de tales objetivos.

La realidad es que no hay países realmente avanzados que no cuenten con un eficaz sistema universitario y,
dentro de él, con unas sólidas y permanentes centros de investigaciones. Para el caso de Iberoamérica, donde,
por la acumulación de diversos factores, muchas de sus universidades más importantes están evidenciando,
hoy día, serias y continúas limitaciones para poder modificar rápida y profundamente sus modelos, estructuras
y procedimientos obsoletos, con la finalidad de responder funcional y oportunamente a las nuevas y exigentes
demandas (Casas M., 2012).

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