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Trabajo Final – Módulo de Filosofía política

Diplomado en Políticas Públicas


Alumna: Mónica Masulli
Profesor: Dr. Carlos Lasa

Caso I
El Estado paraguayo promulga una ley mediante la cual queda facultado para
apropiarse de las tierras de los pequeños agricultores que resultan absolutamente
ineficientes desde el punto de vista productivo para transferirlas a empresas
multinacionales con alta productividad.
Preguntas a ser respondidas en el análisis de los casos:
a. ¿Qué idea de justicia subyace detrás de esta política pública?
b. ¿Cuáles serían, frente a estas hipotéticas políticas públicas que a continuación
se exponen, las posiciones de un utilitarista, de un libertario y de un aristotélico?

Introducción

En Paraguay, la cuestión de la tierra sigue siendo un aspecto que determina las


condiciones de vida de la mayoría de la población. Se caracteriza por una
concentración de la tierra en un pequeño grupo de propietarios, resultado de un
largo y conflictivo proceso histórico.

Contenido

Abordando el primero de los aspectos solicitados, el gobierno al promulgar la ley


que les permite apropiarse de la tierra de los pequeños agricultores para
transferirlas a empresas multinacionales que puedan trabajarlas con mayor
eficiencia y productividad, evidentemente busca un desarrollo económico para el
país en general, pero sin duda, causa un perjuicio enorme a la población
afectada directamente. La idea de justicia que subyace detrás de esta decisión
es la búsqueda de un bien mayor a costa del sacrificio de un sector de la
población. Al ser ese sector, incapaz de generar el mismo rédito que las
empresas multinacionales de la misma porción de tierras, el Estado asume el
derecho de quitárselas, entregarlas a quienes obtendrán mejores resultados
económicos y seguramente buscar algún mecanismo de compensación para los
afectados. Es preocupante en este punto no tener ninguna garantía de qué tipo
de restricciones y regulaciones tendrán las empresas que se instalen en dichas
tierras y quién será el propietario de las mismas, el Estado dándolas en
arrendamiento para su explotación, o las empresas, cediendo parte de nuestro
territorio geográfico.

Un libertario se mostraría en absoluto desacuerdo frente a la invasión de la


propiedad privada por parte del Estado, defendiendo las libertades individuales
de los pequeños agricultores y su capacidad de trabajar esa tierra, aún a costa
de los pobres resultados.
Sin embargo, desde un enfoque aristotélico, el planteamiento ya se analiza de
forma diferente, ya que identifica el bien con el fin. El fin de las tierras es producir
y el mérito lo tiene quien pueda producir en las mejores condiciones. Los
campesinos podrían llegar a ese nivel meritorio pero no lo han demostrado con
el paso de los años, no hubo disciplina en sus proyectos y posiciones, no
demostraron la búsqueda de excelencia a la que nos remite el gran filósofo.

Al analizar el caso con la mirada utilitarista, la acción del gobierno debe ser
juzgada de acuerdo a las consecuencias. ¿Qué resultará más valioso? La
posesión de la tierra en manos de sus dueños, con sus fallas y necesidades, o
la obtención de ganancias superlativas en comparación, para toda la población
incluyendo también a los afectados. Con un Estado creíble, quizás pudiéramos
contemplar la segunda, un crecimiento para todos, pero qué garantía tenemos
de que esa nueva riqueza sea devuelta y no quede en manos de unos pocos.

Conclusión

Seríamos muy ingenuos si pensamos que lo que las multinacionales aporten en


materia de impuestos, renta y otros, volverá al país en formato de escuelas,
caminos, hospitales y otros indicadores de progreso. Según la experiencia, un
gran porcentaje terminará en el bolsillo de unos pocos, y solo se realizarán obras
aquí y allá para maquillar esa realidad. Pero también es cierto que por
centenares de años los responsables de estas tierras, no se han tomado con la
debida seriedad el cumplimiento de sus deberes y obligaciones. No han cuidado
de su propia soberanía alimentaria, mucho menos de la territorial que ahora está
en juego. ¿Podremos llegar a un modelo donde convivan ambas realidades, en
pos de un desarrollo más equilibrado, aunque posiblemente más lento? Quizás
una unión de propietarios de las tierras que cedan con condiciones claras el uso
de las mismas a quienes sí saben hacerlo con eficiencia y tienen el capital para
ello (multinacionales), sin perder su dignidad de propietarios, la herencia, que no
solo es de bienes sino también cultural, y pudiendo ser al mismo tiempo
trabajadores calificados en esos mismos desarrollos. El Estado acompaña con
un rol de contralor de ambas partes, asegurando el cumplimiento de las
condiciones pactadas.

El país crece cuando crece su gente, cuando todos asumimos nuestra propia
responsabilidad en el papel que nos toca y no simplemente vivimos
ingenuamente esperando que haya siempre un Estado con rol paternal que
solucione todas nuestras necesidades.

Bibliografía

“La raíz de los problemas del país está en la tenencia de la tierra”. (2018, 23
mayo). www.baseis.org.py. Recuperado 29 de marzo de 2022, de
https://www.baseis.org.py/la-raiz-de-los-problemas-del-pais-esta-en-la-
tenencia-de-la-tierra/
Carneri, S. (2017, 2 marzo). La codicia por la tierra en Paraguay.
www.elpais.com. Recuperado 29 de marzo de 2022, de
https://elpais.com/elpais/2017/02/07/planeta_futuro/1486488199_675583.html

J. N. Morínigo, “Reformas políticas para la gobernabilidad democrática”, en


Novapolis. Revista de Estudios Políticos Contemporáneos, núm. 9, nov. 2004 –
feb. 2005), www.novapolis.pyglobal.com.

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