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VIA CRUCIS 2019

«EL ESPÍRITU NOS ANIMA. CAMINAMOS JUNTOS»

¡Qué bendición ser parte de la Iglesia en Córdoba! Desde hace más de 18 años
venimos caminando juntos como Pueblo de Dios, en el Itinerario general de Pastoral
en nuestra querida Arquidiócesis. El Plan Pastoral nos anima y promueve en distintos
objetivos; cada año hemos reflexionado, testimoniado y celebrado cada una de las
propuestas y metas de este peregrinar.
Así el 2019, nos sitúa y recuerda que el objetivo de este año es: “Que como
Pueblo de Dios que peregrina en Córdoba, junto a los hombres y mujeres de buena
voluntad, en espíritu y camino sinodal nos renovemos en la experiencia comunitaria de
“Dios Trinidad”, que nos convoca y nos hace discípulos misioneros de la Buen Noticia
de Jesús; encontrándonos y acompañando las diversas realidades de la sociedad y la
cultura, para reconocer la presencia del Reino”.
Este objetivo nos anima a cuidar que todas nuestras propuestas e iniciativas
sean en “espíritu y camino sinodal”, es decir caminando juntos, en clave de diálogo
respetuoso y escucha atenta, en un discernimiento comunitario del paso y la presencia
de Dios y su Reino en la historia de nuestro pueblo.
La Palabra de Dios que ilumina y guía nuestro caminar es el pasaje del evangelio
“Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos”. Mt. 28,18 – 20
Juntos estamos invitados a “renovarnos en la experiencia comunitaria del Dios
Trinidad”, lo haremos volviendo la mirada y el corazón al Padre del Cielo que nos ama
y nos convoca, en el Hijo por el Espíritu Santo, a ser su Pueblo.
Convocados por el Padre, esta vocación al discipulado misionero es con-
vocación a la comunión en su Iglesia, a peregrinar con los otros, a no quedarnos solos.
“Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios, de acuerdo con el gran proyecto de amor del Padre.
Esto implica ser el fermento de Dios en medio de la humanidad. Quiere decir anunciar
y llevar la salvación de Dios en este mundo nuestro, que a menudo se pierde,
necesitado de tener respuestas que alienten, que den esperanza, que den nuevo vigor
en el camino. La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el
mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida
buena del Evangelio.”(EG 114).
Como todos los años también compartimos y celebramos un nuevo Lema:
“El Espíritu Santo nos anima. Caminamos juntos”

Camino Sinodal…
En su carta pastoral en ocasión de la Convocatoria al Sínodo, nuestro Obispo
nos decía que primeras comunidades, que seguían el mensaje de Jesús, eran
conocidas con el nombre de “los del camino” (Hch 9,2). Esta imagen del camino, muy
profunda en la Biblia, habla de dinamismo, movimiento, viaje, peregrinación,
itinerario, andanza, desplazamiento y traslado. El camino es una identidad. Somos el
camino que hacemos y hacemos el camino que somos. Aún hoy los cristianos, junto a
María, salimos hacia una tierra de promesas, buscando las huellas invisibles de Dios
por los senderos de la historia.
Que nuestra Patrona Ntra. Señora del Rosario del Milagro de Córdoba, y los
Santos cordobeses nos ayuden a ser servidores misioneros para anunciar el amor
salvador y misericordioso de Dios y así juntos iluminar, bendecir, vivificar, levantar,
sanar y liberar (EG. 12) a nuestros hermanos y a nosotros mismos.

Estaciones del Vía Crucis


El amor de Dios es el origen y fundamento de nuestra esperanza. Su amor
envuelve al mundo por medio de su Hijo Jesús. Él es “el regalo” que Dios ha hecho a la
humanidad. Sólo quien se acerca a Cristo como el gran regalo de Dios, puede ir
descubriendo, en todos sus gestos y enseñanzas, la cercanía de Dios a todo ser
humano. Es la opción y el contacto con Él lo que nos transforma el corazón, y vivir la
buena vida del Evangelio.
El Sendero de la Cruz se nos ofrece como un momento de cercanía a nuestro
Señor Jesucristo en el duro momento de su pasión y muerte; uniéndonos a Él,
contemplamos en el supremo sacrificio, el amor incondicional del Señor por todos
nosotros.
Sabemos que este Sendero es un camino largo, pleno de dolor, de esfuerzo y
entrega, muy difícil de andar. Para quien lo ve con ojos puramente humanos incluso
parece ser algo sin sentido, absurdo, frustrante, una huella con gusto a fracaso. El
camino de la Cruz parece el final doloroso y definitivo de algo que había comenzado
rodeado de las esperanzas de un pueblo.
Pero el Señor de la Historia tenía otros planes. Y por eso el camino de la Cruz
cobra, a los ojos de la fe, un significado nuevo y pleno. ¡El Sendero de la Cruz se llena
de sentido en el amanecer del Domingo de Pascua! Ésta es la razón por la cual los
cristianos estamos llamados a venerar esta senda y volverla a recorrer, una y otra vez
con el Señor Jesús, intentando leer en su rostro el amor que inflamó su corazón
mientras subía al Monte Calvario.
Aquietemos nuestro corazón buscando introducirnos en el corazón de nuestro
Señor. Comencemos nuestro andar.
«El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su
cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda
su vida por mí, la salvará.» Lc. 9,23-24

Agradecimiento: a la Comisión Arquidiocesana de Liturgia por la propuesta de este


Vía Crucis y, por ayudarnos a caminar juntos desde la oración y en la misión que el
Espíritu nos anima. (Elizabeth -estaciones 1 y 2-; Silvana -3 y 4-; Paola -5 y 6-; Yamila
Ch -7 y 8-; Daniel -9 y 10-; Hna Gracia -11 y 12-; Nancy y Eduardo -13 y 14).
I. JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según san Marcos 15,12-15


Pilato continuó diciendo: «¿Qué debo hacer, entonces, con el que ustedes
llaman rey de los judíos?». Ellos gritaron de nuevo: «¡Crucifícalo!». Pilato les dijo:
¿Qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban cada vez más fuerte: ¡Crucifícalo! Pilato,
para contentar a la multitud, les puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de
haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado.

El Espíritu nos ilumina…


Muchos en la multitud no reconocían a Jesús, Hijo de Dios, no sabían de su
bondad, de su gran misericordia, de su promesa de Salvación, y tristemente desean su
muerte. Él sumido en el dolor físico y moral, con paciencia sufre porque tiene la
certeza de que el Padre cumplirá con su plan de Salvación.
Hoy, nosotros los bautizados sí reconocemos a Jesús, nuestro Salvador. ¿Será
que tenemos que guardarnos egoístamente esta Buena Noticia de Salvación? El Papa
nos invita a convertirnos en agentes de evangelización en salida, sueña con una
“Iglesia en salida”, para llevar a todos el rostro misericordioso de Jesús.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Respondemos: ¡Espíritu Santo ayúdanos a que juntos llevemos Tu alivio!
 Porque hay dolor en la enfermedad, especialmente en los ancianos, oramos…
 Porque hay desesperanza y tristeza en sus rostros, y ya no sonríen, oramos…

El Espíritu nos envía…


A llevar el alivio de la Palabra y de nuestros gestos a una Residencia Geriátrica,
para calmar la impotencia que termina en desesperanza en los familiares y enfermeros
de los ancianos, para sonreír y hacer reír en este espacio que está teñido de tristeza.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


II. JESÚS CARGA CON LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R./ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según san Marcos 15,16-20


Los soldados lo llevaron dentro del palacio, al pretorio, y convocaron a toda la
guardia. Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se
la colocaron. Y comenzaron a saludarlo: «¡Salud, rey de los judíos!». Y le golpeaban
la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje.
Después de haberse burlado de Él, le quitaron el manto de púrpura y le pusieron de
nuevo sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo.

El Espíritu nos ilumina…


La burla irrespetuosa y la agresión física de la multitud son consecuencias de la
ignorancia y la indiferencia egoísta. Y hoy…cuánto se burla de Jesús la sociedad, de su
Palabra, ¡de sus enseñanzas! ¡Cuántos rechazan su Salvación! Y no se respeta la vida
por nacer, se vive una burla del amor, se preocupan por lo material, se crece la
indiferencia por los hermanos pobres de alimento y de amor.
Jesús cargó la cruz, nosotros debemos continuar su obra, esto le da sentido a
nuestra fe: tomar la Cruz de nuestra vida y seguirlo, es nuestra misión discipular. El
Espíritu Santo nos inspirará, nos dará fuerzas para que juntos lleguemos a nuestros
hermanos que nos necesitan.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Respondemos: ¡Espíritu Santo, anímanos a salir para llevar a Jesús!
 Porque en las familias no estás Tú, por eso hay maltrato y muerte, oremos…
 Porque los jóvenes están desorientados por el alcohol y la droga, viven el sexo
fácil no se enamoran, no se comprometen a formar un hogar, oremos…

El Espíritu nos envía…


A acompañar a las familias de nuestra comunidad, especialmente a los esposos,
para que se amen como Jesús nos enseña, hasta dar la propia vida.
A motivar a nuestros jóvenes a que amen a Jesús que los libera de las ataduras
del vicio y les enseña a vivir el amor con respeto y compromiso.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


III. JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Libro de Isaías 53, 3-5


Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado
al sufrimiento, como alguien ante quien se aparta el rostro, tan despreciado, que lo
tuvimos por nada. Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras
dolencias, y nosotros lo considerábamos golpeado, herido por Dios y humillado. Él
fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades. El castigo
que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos sanados.

El Espíritu nos ilumina…


El agotamiento es terrible, las fuerzas del Señor Jesús han llegado al extremo, y
cae aplastado por el peso de la Cruz.
El camino de la vida, el propio y el de los hermanos, el de los pueblos y
naciones, está signado por las caídas; pero lo vital e importante es levantarse y seguir
caminando como lo hizo Jesús.
El Señor tiene la fuerza del Padre, que lo sostiene en sus sufrimientos, que
perdona en la cruz, que le da el nombre sobre todo nombre. Si ponemos toda la
confianza en el amor entregado de Jesús nos ayudará a aceptar nuestras debilidades, y
la de los demás.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Señor Jesús, danos siempre el impulso de tu Santo Espíritu, abre tus brazos y
estréchanos fuertes, para que no caigamos ante las dificultades y adversidades de la
vida, porque queremos seguirte, ser discípulos en salida, eco de tu Palabra, reflejos de
tu mirada, testigos de tu presencia a donde nos quieras llevar.

El Espíritu nos envía…


Queridos hermanos nos acerquemos con una sonrisa y alegría a compartir esta
oración con un hermano enfermo o que esté pasando por una situación dolorosa.
ORACIÓN
Nos has bendecido, Señor,
con el don de la fe que sana y salva y,
en la que todo encuentra sentido.
Señor, en momentos de duda y desconcierto,
cuando se imponen el dolor y el miedo
domina el sufrimiento: aumenta nuestra fe y
nuestra confianza, para descubrir tu amor entrañable,
tu misericordia que sana las heridas,
tu voluntad de conducirnos a la plenitud.
Señor, que en cada acontecimiento de la vida,
en la salud o en la enfermedad,
en la alegría o en el llanto,
pasemos haciendo el bien,
siendo testigos de tu amor que salva. Amén

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


IV. JESÚS SE ENCUENTRA CON MARÍA, SU MADRE
Te adoramos Cristo y te bendecimos.
R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según san Lucas 2,34-35.51b


Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa
de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti
misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los
pensamientos íntimos de muchos». Su madre conservaba estas cosas en su corazón.

El Espíritu nos ilumina…


Este encuentro de Jesús con María, su madre, está cargado de emoción, de
lágrimas amargas. En él se expresa la fuerza invencible del amor materno, que supera
todo obstáculo y sabe abrir caminos. Pero impresiona aún más la mirada solidaria de
María, que comparte e infunde fuerza al Hijo.
María, nuestra Madre, recoge las lágrimas de todas las madres por sus hijos
lejanos, por los hijos condenados a muerte, asesinados o enviados a la guerra, por
todos los hijos enfermos, y dañados por las miserias del mundo. Madres que velan en
la noche, con las luces encendidas, temblando por los jóvenes abrumados por la
inseguridad o en las garras de la droga y el alcohol.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Señor Jesús, danos siempre el impulso de tu Santo Espíritu, de experimentar el
consuelo del amor maternal de María especialmente en los momentos más difíciles de
la vida, que podamos como Ella salir solidariamente al encuentro de cada madre que
sufre, llevándole el consuelo de tu amor.

El Espíritu nos envía…


A acercarnos al Hospital de Niños, Infantil o Neonatal, dispensarios o cualquier
otro grupo, movimiento, pastoral que se dedique a apoyar y acompañar a las mamás
en situación de vulnerabilidad llevando nuestra ayuda y consuelo.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


V. EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Lucas 23, 26


Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que
volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús.

El Espíritu nos ilumina…


El encuentro de Jesús con el cireneo es un encuentro silencioso e involuntario,
por el cual ha brotado la fe. Acompañando a Jesús y compartiendo el peso de la cruz,
el Cireneo comprendió que era una gracia poder caminar junto a este Crucificado y
socorrerlo. Jesús, cuyo amor divino es lo único que podía y puede redimir a toda la
humanidad, quiere que compartamos su cruz. Cada vez que nos acercamos con
bondad a quien sufre, ayudamos a llevar la misma cruz de Jesús, alcanzando así la
salvación y contribuyendo a la salvación del mundo.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Santo Espíritu, a Simón de Cirene le has abierto los ojos y el corazón, dándole,
al compartir la cruz, la gracia de la fe. Ayúdanos a socorrer a nuestro prójimo que
sufre. Danos la gracia de reconocer como un don el poder compartir la cruz de los
otros y experimentar que así caminamos con Jesús, haciéndonos servidores de la
salvación, y constructores de tu cuerpo, la Iglesia. Amén

El Espíritu nos envía…


Ser colaboradores en alguna Institución de enfermedades crónicas, creo que es
una prueba y servicio muy difícil. La mayoría utilizamos la excusa que no estamos
preparados para esa contención y nos desligamos de eso.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


VI. LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del libro de los Salmos 27, 8-9


Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor, no me
escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me
deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.

El Espíritu nos ilumina…


La Verónica ha buscado a Jesús en medio de la gente. Lo ha buscado, y al final
lo ha encontrado. Ve solamente un rostro maltratado y marcado por el dolor y ha
querido aliviarlo enjugándole el rostro con un paño. Pero el acto de amor imprime en
su corazón la verdadera imagen de Jesús: en el rostro humano, lleno de sangre y
heridas. Solamente el amor nos deja ver, nos hace puros y nos permite reconocer a
Dios, que es el amor mismo.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Espíritu del Padre, abre nuestros ojos y corazón, para poder así reconocer el
rostro de Jesús en todo hermano que está necesitado de amor. Haz que lo
encontremos en los hermanos pequeños, para enjugar sus lágrimas y hacernos cargo
de sus sufrimientos y así sostenerlos. Ayúdanos a lavar de su rostro las marcas de la
pobreza y la injusticia, de modo que tu imagen se revele y resplandezca en ella. Amén

El Espíritu nos envía…


Interiorizarnos en el hermano que tenemos siempre al lado: la familia, vecino,
compañero de trabajo, miembro de nuestra comunidad parroquial. La caridad
comienza por casa y no es necesario irnos tan lejos a donde todo el mundo nos vea
que estamos haciendo algo.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


VII. JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

De la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8,18-19


"Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse
con la gloria futura que se revelará en nosotros. En efecto, toda la creación espera
ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios."

El Espíritu nos ilumina…


El peso de la cruz en el camino es grande, y Jesús lo experimenta hasta caer. Esa
cruz de tantas mezquindades de la humanidad, de tantas injusticias que aplastan a
familias y pueblos de hoy. Pero vale la pena, aun cuando pesa y uno vuelve a caer.
Porque es el camino para transformar, sanar, liberar. Es el mismo Espíritu Santo el que
lo anima a seguir adelante, a levantarse, a no renunciar.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Ven Espíritu Santo a nuestras vidas y a las de tantos hermanos que
experimentamos las caídas ante el peso de la cruz, anímanos con tu gracia para no
renunciar en la búsqueda del bien, la justicia, la libertad, una vida digna para todos los
hombres.

El Espíritu nos envía…


Visitemos algún hermano de la comunidad que sepamos que está pasando por
alguna situación difícil de salud, de falta de trabajo, de adicción, de soledad y le
llevemos a Jesús Eucaristía junto algún ministro de la Eucaristía si fuera necesario.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


VIII. JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN QUE LLORAN POR ÉL

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según san Lucas 23, 27-28


Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se
golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les
dijo: «¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus
hijos».

El Espíritu nos ilumina…


Muchos lo acompañan y sufren al ver tanto dolor. Aquellas mujeres, como
tantas de hoy, se solidarizan con Jesús, saben del dolor. Del condenado salen palabras
de consuelo, las entiende y contiene, animado por el Espíritu puede sostener a tantos
que sufren como lo hizo en el caminar de la vida.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Ven Espíritu Santo e impúlsanos a sostener y consolar a quienes más sufren.
Ven Santo Espíritu y sostén a tantas mujeres de hoy que lloran cuando no cuidamos la
vida, cuando ganas las adicciones y la violencia, cuando la desigualdad de
oportunidades aparece en nuestra sociedad, cuando los hijos son privados de su
libertad… Ven y anímanos con tu poder.

El Espíritu nos envía…


Acerquémonos a alguna mujer amiga, vecina, hermana, de la comunidad que
esté sufriendo por la pérdida de un hijo, por el dolor de su adicción, porque está preso
o enfermo; a alguna joven que esté pasando, por una situación de aborto, consumado
ya o esté confundida o dudando; a alguna mujer que sufra violencia de género.
Acerquémonos a ellas y oremos juntos, le llevemos la Palabra, le llevemos el amor
misericordioso de Dios Padre.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


IX. JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

De la carta del apóstol San Pablo a los cristianos de Filipos 2, 6-8


"Él, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo
que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la
condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con
aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de
cruz."

El Espíritu nos ilumina…


Jesús cae por tercera vez, no se rinde a pesar del cansancio y el dolor, porque
conoce el precio de la salvación… Y a nosotros: ¿cuántas veces nos vence el cansancio
cotidiano y nos dan ganas de “tirar la toalla…”? En esos momentos: ¿nos dejamos
iluminar por el Espíritu Santo, o seguimos –orgullosos- confiando en nuestras propias
fuerzas?

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Ven Espíritu Santo, guíanos, condúcenos, corrígenos, para que -iluminados y
fortalecidos por ti- podamos anunciar el Evangelio con nuestra vida. Y bendice a
aquellos que se sienten derrumbados para que puedan experimentar la dignidad y la
alegría de los hijos de Dios.

El Espíritu nos envía…


Pensemos un instante, en concreto, en alguna persona que se sienta abatida y
la acompañemos, tanto con nuestra oración, como con nuestro tiempo para poder
escucharla y ayudarle a ponerse de pie.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


X. JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según san Juan 19, 23-24


Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las
dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como
no tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba abajo, se dijeron
entre sí: «No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca.» Así se
cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica.
Esto fue lo que hicieron los soldados.

El Espíritu nos ilumina…


Jesús es humillado, pero no pierde su dignidad en medio del dolor. Cuántos
hermanos son desnudados por la crítica, las miradas, los comentarios: ¿somos
instrumentos del Espíritu Santo para devolverles la paz y la dignidad?, ¿damos
testimonio del amor incondicional de Dios que no nos abandona?

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Ven Espíritu Santo y renueva en nosotros tu Gracia, para que mantengamos las
vestiduras y la dignidad de hijos de Dios que recibimos el día de nuestro bautismo y
podamos así anunciar a Cristo a nuestros hermanos. Socorre a quienes sufren la
desnudez en el alma y en el cuerpo, para que animados por ti puedan experimentar el
amor de Dios.

El Espíritu nos envía…


Colaboremos con alguna institución que ayuda a aquellas personas necesitadas
de vestimentas (Tejedoras, Ropero parroquial, Cáritas, etc.), no sólo donando ropa,
sino también aportando nuestro tiempo y nuestra presencia.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


XI. JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según san Juan. 19, 18-22


Lo crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y
Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el
Nazareno, el rey de los judíos». Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba
cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: “El Rey de
los judíos”, sino: “Este ha dicho: Soy el rey de los judíos”». Pilato les contestó: «Lo
escrito, escrito está».

El Espíritu nos ilumina…


Lo que ocurrió con Jesús está pasando hoy con los migrantes y refugiados. Nos
referimos a ellos como que no fueran seres humanos como todos los demás. Pareciera
que los migrantes y refugiados no tuvieran derecho a existir. Se los considera
criminales, responsables de los males de nuestra sociedad.
Pedimos perdón por todas las veces que hemos deshumanizado con nuestras
actitudes egoístas e indiferentes a nuestros hermanos y hermanas migrantes.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Ven, Espíritu de Santo, Abogado de los que se refugian en Dios, ayúdanos a
rechazar los intereses egoístas del mundo y a acercarnos a nuestros hermanos
crucificados por el abandono de sus hogares, familias, países.

El Espíritu nos envía…


Salir al encuentro de hermanos refugiados que pueden llegar a nuestras
parroquias, dándoles ayuda espiritual y concreta.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


XII. JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según san Juan 19, 28-30


Sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la
Escritura, dijo: «Tengo sed». Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una
esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús,
cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el
espíritu.

El Espíritu nos ilumina…


La violencia doméstica es una muerte segura para muchas mujeres. En
Córdoba son muchas las mujeres que mueren por el mal trato; que son violadas,
esclavizadas en la prostitución en sus propias familias. En bastantes ocasiones, el
hogar se convierte en hoguera donde se consumen los sueños y languidece la salud
física, psíquica y espiritual de muchas mujeres.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Ven, Espíritu Santo, heredad del Hijo que muere por nosotros: convierte el
corazón de la Iglesia de Córdoba, en un corazón solidario con el dolor y la muerte de
tantas mujeres que sufren y mueren como Cristo en la cruz.

El Espíritu nos envía…


Crear espacios donde tengan cabida las mujeres que sufren violencia.
Y que la comunidad parroquial crezca en la conciencia de la violencia familiar
que sufren, y que los lleva a la muerte.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


XIII. JESÚS ES DESCENDIDO DE LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del evangelio según san Lucas 23,47-49


“Cuando el centurión vio lo que había pasado, alabó a Dios, Exclamando:
“Realmente este hombre era un justo”. Y la multitud que se había reunido para
contemplar el espectáculo al ver lo sucedido regresaba golpeándose el pecho. Todos
sus amigos y las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea permanecían a
distancia, contemplando lo sucedido.”

El Espíritu nos ilumina…


María recibe en sus brazos el cuerpo del hijo, que es bajado de la Cruz, ella
contempla el amor infinito que su Hijo tiene por todos los hombres. María sabe que Él
ha llevado sobre si nuestras culpas, Jesús ha sanado nuestros pecados, ha devuelto la
belleza a nuestras almas.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Pidamos al Espíritu Santo nos conceda la gracia de amar como Jesús poniendo
nuestra vida al servicio de los que necesitan. Pedimos especialmente por los que se
sienten tristes y viven sus días en soledad y muerte.

El Espíritu nos envía…


A abrazar a nuestros hermanos que sufren y compartir con ellos la “buena
noticia” hemos sido salvos por Nuestro Señor. Pedimos la gracia de compartir nuestra
vida con los demás, a ser miembros de una iglesia en salida, salir hacia las periferias.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…


XIV. JESÚS ES SEPULTADO

Te adoramos Cristo y te bendecimos.


R/. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del evangelio de san Lucas 23,50-53


“Intervino entonces un hombre bueno y justo llamado José, que era miembro
del consejo supremo. Era de Arimatea. Se presentó ante Pilatos y le pidió el cuerpo
de Jesús. Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo depósito en un
sepulcro nuevo cavado en la roca, donde nadie había sido enterrado aún”.

El Espíritu nos ilumina…


El cuerpo de Jesús fue colocado en un sepulcro nuevo, prestado. El que era
dueño de cielos y tierra, muere pobre; ya todo parece terminado, pero en realidad
todo comienza.
Cada día debemos vivir con el convencimiento que detrás de la noche viene la
aurora. Es preciso saber que todas las cruces tienen resurrección. Es necesario que
seamos portadores de esperanza.

El Espíritu nos llama a seguirlo…


Pidamos al Espíritu Santo que nos fortalezca y nos guie, animándonos a
contagiar el amor que procede de Dios, a ser capaces de contagiar al mundo la
esperanza cierta de que Jesús es nuestro salvador y redentor.

El Espíritu nos envía…


A quienes no creen en Dios, para que iluminados por el Espíritu Santoy nuestro
testimonio, puedan encontrar el camino de la salvación.

Caminamos juntos… Padrenuestro, que estás en el cielo…

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