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Educación en tiempo de coronavirus: en

defensa del encuentro pedagógico


30 marzo, 2020 by Redacción La Tinta

Con la expansión por casi todo el mundo del Covid-19, llegaron


transformaciones profundas en todos los ámbitos sociales. Las medidas de
confinamiento y la suspensión de clases, entre otras, han impactado de
lleno en la realidad de las escuelas argentinas y se han impulsado una serie
de prácticas que exigen revisar y preguntarse sobre las orientaciones,
sentidos y condiciones de la tarea de educar.

Por Colectivo de Educadorxs desde el Sur para La tinta

El día viernes 27 de marzo, el Ministro de Educación de la Provincia de Córdoba, Walter


Grahovac, afirmó livianamente que se han acelerado los procesos de implementación de
las TICs en la escuela. Y, aunque estamos lejos de negar los aportes que han realizado
las tecnologías históricamente en educación, resulta indispensable problematizar
hoy el paradigma de la educación virtual o a distancia en términos pedagógicos,
políticos y sindicales.

La pandemia ha llevado a numerosos países a suspender las clases presenciales. En


Argentina, la decisión fue tomada desde el ejecutivo nacional el día domingo 15 de marzo
y todo indica que la cuarentena continuará, por lo menos, hasta mediados de abril. A nivel
nacional y provincial, se impulsó un trabajo de acompañamiento virtual. Para ser precisxs,
se suspendieron las clases presenciales, que implica asistir y encontrarse en las
instituciones educativas.
En un clima de muchísima incertidumbre, con anuncios cruzados y con grises que
habilitan la total discrecionalidad, se ha puesto en marcha la estrategia de solicitar a
docentes el envío de materiales y actividades a las familias de lxs estudiantes de todas las
modalidades y los niveles educativos en forma virtual a través de redes sociales, correo
electrónico, aulas virtuales, números de celulares de profesores, etc.

(Imagen: La tinta)

Condiciones de trabajo que complejizan la tarea: epopeya pedagógica

Ante la urgencia de esta situación, lxs maestrxs, en su gran mayoría, se ponen al hombro
esta tarea. La complejidad está a la orden del día: se parte de la base de intentar sostener
intercambios virtuales a contrarreloj, sin un marco claro de acciones y en
condiciones que se podrían encuadrar dentro de la denominadas primera brecha
digital y segunda brecha digital, las desigualdades de acceso y en el manejo de las
TICs respectivamente.

La tarea de enviar actividades a las familias y estudiantes, como forma de sostener


continuidad pedagógica, podría narrarse como una epopeya. A esto, se suma que casi la
mitad del estudiantado de nuestra provincia se encuentra en situación de pobreza y
se han denunciado muchos problemas con la entrega de los bolsones del PAICOR,
auxiliares precarizados y la docencia con salarios que no alcanzan la Canasta Familiar.

El ejecutivo provincial ya informó que muchxs docentes no cobrarán sus salarios de


marzo, ya que no se cargaron los formularios de ALTA correspondientes. Están
circulando mensajes disciplinadores que muestran cómo algunxs inspectorxs y directorxs
presionan a lxs trabajadorxs demandando tareas excesivas en modalidad virtual y
cumplimiento de horarios de conexión.

En medio de la vorágine, la conducción de UEPC (Unión de Educadores de la


Provincia de Córdoba) anunció, el sábado 28 de marzo, la inminente aceptación de
una propuesta salarial y otras modificaciones que afectan sensiblemente a la
docencia, sin discusión de ningún tipo. Envió, además, un link para asesoramiento
en el trabajo virtual, avalando toda una serie de irregularidades.

(Imagen: La tinta)

(Imagen: La tinta)

A pesar de la buena voluntad de lxs trabajadorxs que se han dispuesto a resolver los
desafíos que presenta esta situación, se torna excesiva y abarrotada la demanda para
docentes y familias. Un recorrido por las redes sociales da cuenta del malestar que circula.

Cabe aclarar que, en las regulaciones vigentes sobre el trabajo docente, la tarea debe
cumplirse en los lugares de trabajo, aunque es sabido que tienen cada vez más tareas extra.
En los últimos años, se han incorporado modos de comunicación, cargas administrativas
y didáctico-pedagógicas (como la carga de notas o los informes del CIDI), aulas virtuales,
etc. en varios niveles y modalidades del sistema educativo, no se dispone de un marco
que encuadre ese trabajo. Este argumento por sí solo permitiría rechazar de plano toda la
sobrecarga generada en estos días.

Entendiendo la excepción, y teniendo en cuenta estos grises sobre todo, ¿no sería
interesante darle mayor participación y consultar a lxs docentes para abordar con
prudencia esta contingencia, proyectando y evaluando las consecuencias posibles,
incluso, planificando una transición cuando retorne el trabajo presencial? ¿Qué
papel ocupa y podría ocupar el sindicato en este contexto?

La situación extrema generada por el aislamiento social preventivo ha profundizado


muchos problemas preexistentes que derivan de la política educativa neoliberal actual.
Cabe la advertencia, entonces, para que la pandemia no legitime un proceso de
privatización y precarización, que tiene en la embestida general de la educación en línea,
un caballo de batalla.

(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Problematizar la educación virtual: apuntes para lo que viene

1- La educación en línea con la privatización

Las TICs pueden colaborar en situaciones particulares, donde la imposibilidad de una


copresencia pedagógica sincrónica lo justifica, como, por ejemplo, lo que está sucediendo
en este momento con el coronavirus. No se trata de estar en contra de los aportes de la
TICs en educación ni de formular críticas conservadoras ni, mucho menos, romantizar las
prácticas escolares tradicionales sin ser críticxs. Pero es sumamente importante
considerar y problematizar la educación virtual y a distancia. Ya que, desde hace
años, viene ganando cierta legitimidad y ha permitido una notable expansión de
ofertas en el ámbito privado, con un criterio de mercantilización del saber.

En Córdoba, existen propuestas estatales que promueven la privatización encubierta,


como diría Stephen Ball: “El programa PROA (escuelas de élite con orientación en TICs
o Biotecnologías, sostenidas con financiamiento de empresas, universidades o
fundaciones) y el Instituto Superior de Estudios del Profesorado ISEP, de formación
fundamentalmente virtual, que, además, recientemente, ha creado la plataforma virtual
‘Tu escuela en casa’, sostenido sobre un convenio con empresas telefónicas. El modo de
ingreso y de contratación es precario en ambos casos y se despliega un fuerte control
sobre la tarea docente, con criterios de rendimiento y eficiencia”.

2-Neoliberalismo y construcción de subjetividades

Detrás del boom de las nuevas tecnologías en el ámbito educativo a nivel mundial y de la
infinita información disponible a sólo un clic, también se ha logrado una reducción de
costos de personal e infraestructura. Además, se pone en juego la construcción de un
tipo de subjetividad (en docentes, estudiantes y comunidad educativa en general)
meritocrática, individualista y competitiva. La línea del emprendedorismo orienta la
formación a intentar sobrevivir en el mundo del trabajo neoliberal, que tiene como uno
de sus objetivos la desaparición del trabajo asalariado.

3-Las STEM (Science, Tecnology, Enginering, Mathematics) como prioridad en las


plataformas educativas virtuales

Desde los años 90, impulsado por la NSF, una agencia gubernamental de EE.UU., se
diseñó un modelo pedagógico didáctico que promueve la integración en proyectos
interdisciplinarios con eje en esas cuatro áreas para el desarrollo estratégico de las
ciencias. Sabemos, hoy, que los saberes no son neutrales y la práctica donde se priorizan
dichos contenidos reproduce las directivas elaboradas desde los organismos
internacionales como la OECD, el Banco Mundial y la UNESCO, con el ejemplo
emblemático de las Pruebas Aprender. Este es momento para revisar el enfoque
neocolonial que subyace a la devoción por las STEM, reproducido en las
plataformas en el marco de esta contingencia.

4-La pregunta sobre cómo enseñar en el siglo XXI

Si creemos que las TICs nos van a dar la respuesta de cómo enseñar, estamos cayendo en
un reduccionismo que no dimensiona la complejidad de la práctica educativa, tal como
nos atraviesa en las escuelas públicas. Tiene larga data el intento de despedagogizar la
formación de lxs docentes. Gran ocultamiento: creer que no es necesario indagar la
problemática pedagógico-política de la educación virtual, que la pregunta por el
cómo se resuelve técnicamente y que las TICs son una herramienta solamente, que
no portan ideología en sí mismas.

¿Qué rol se propone a lxs docentes en este contexto? ¿Qué saberes priorizan estos
nuevos modelos virtuales? ¿Qué saberes quedan fuera de estas “innovaciones”? ¿Qué
propuesta de construcción con los saberes promueve la educación virtual? ¿Qué ideas
de comunidad, sujetx, saber, aprendizaje, enseñanza atraviesan estas innovaciones?
¿Qué vinculación con la naturaleza se propone? ¿Cuáles son las finalidades que
promueven estas prácticas de educación en línea? ¿Qué tipo de subjetividad
construyen? ¿Quiénes se benefician con este tipo de innovaciones? ¿Qué vínculos trae
aparejados con el mundo el trabajo? ¿Cuáles son las condiciones mínimas que
deberían existir para que este tipo de educación sea posible en este momento? ¿Cómo
ir más allá de la tarea de mandar trabajos prácticos, de dictar contenidos y aprendizajes
de la asignatura?

Debates entre nosotrxs

Es momento de comunicarse y dialogar, de re-crear formas de luchar contra la


profundización de las desigualdades existentes y la falta de condiciones de enseñanza y
aprendizaje. El debate pedagógico posibilita la construcción de propuestas que escuchen,
que perciban lo que sucede en las comunidades educativas y que no caigan en
reduccionismos tecnocráticos que simplifican la complejidad de la tarea de educar.

Para acompañar la incertidumbre, el miedo, la angustia y el estrés que estamos


padeciendo, deberíamos ser cuidadosxs y solidarixs. Sabemos, además, que el aislamiento
ha agudizado la problemática de las violencias de género o todo lo que la falta de trabajo
ha generado en las comunidades educativas.

Lxs docentes educamos en el encuentro -con todo lo que eso implica: mirar y escuchar,
abrazar-, en copresencia, en un espacio de convergencia de diferentes, de encuentro con
otrxs, de formación de sujetxs críticxs, de ejercicio y defensa de derechos, de construcción
de comunidad.

Si la política educativa es conservadora y privatista, cualquier pandemia servirá para


legitimarla, para desmovilizarnos y no habrá plataformas virtuales que logren construir
pedagogías críticas, que habiliten a sentipensar y a sembrar prácticas educativas otras. La
“escuela pública” como espacio público y democrático no puede construirse sobre la base
de un proyecto excluyente. La escuela pública como espacio es irremplazable e
indispensable. Eso es lo que está en juego en el mediano plazo.

(Imagen: Julia Torres)


*Por Colectivo de Educadorxs desde el Sur para La tinta / Imagen de portada: Colectivo
Manifiesto.

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