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La actividad de regulación es un aspecto crítico del derecho público y económico que

se refiere a la intervención de la administración pública en los mercados y actividades


económicas para asegurar el cumplimiento de ciertos objetivos públicos, como la
protección del consumidor, la promoción de la competencia, la estabilidad económica,
entre otros. Esta actividad puede tomar diversas formas, incluyendo la emisión de
normas, la creación de organismos reguladores, y la implementación de mecanismos
de control y sanciones para los actores económicos que no cumplan con las
regulaciones establecidas.

La regulación económica se ha expandido significativamente en los últimos años, tanto


a nivel nacional como internacional, reflejando un cambio en la relación entre el Estado
y la economía. Este cambio ha sido impulsado por factores como la globalización, la
complejidad de los mercados y la necesidad de abordar problemas económicos y
sociales de gran escala. La regulación económica se ha diversificado para abarcar una
amplia gama de sectores y temas, incluyendo el medio ambiente, la salud, la seguridad
alimentaria, y los servicios financieros, entre otros.

Los instrumentos de regulación pueden clasificarse en coactivos y no coactivos, y en


función de su finalidad prevalente, como garantía de la competencia o garantía de
valores no económicos, como la equidad en el acceso a los bienes y servicios. La
configuración institucional de la administración reguladora es un aspecto clave,
destacando el principio de separación de las actividades de regulación y de gestión, así
como la importancia de la agencia reguladora como modelo institucional prevalente.

La actividad de regulación también implica desafíos significativos, como la


discrecionalidad de la administración pública y la necesidad de un régimen jurídico de
garantía para contrarrestar esta discrecionalidad. La definición clara del interés general
y la motivación de la proporcionalidad de la intervención reguladora son elementos
clave para asegurar un control jurisdiccional efectivo y aumentar la seguridad jurídica y
la protección de los derechos de las empresas y usuarios.

En resumen, la actividad de regulación es un pilar fundamental del derecho público y


económico, con implicaciones profundas para la economía, la sociedad, y la
gobernanza. Su eficacia y eficiencia dependen de una cuidadosa planificación,
implementación, y supervisión por parte de la administración pública, así como de un
marco jurídico adecuado que equilibre la necesidad de regulación con los derechos y
libertades de los individuos y las empresas.

La actividad de derecho privado se refiere a la regulación de las actividades y


relaciones entre individuos o entidades privadas, con el objetivo de garantizar la
igualdad jurídica y proteger los intereses de las partes involucradas. Este tipo de
derecho surgió en la antigua cultura romana, enfocándose inicialmente en regular las
actividades y relaciones patrimoniales o familiares entre individuos que buscaban
obtener beneficios particulares. Las normas del derecho privado pueden ser
modificadas por los individuos a quienes están dirigidas y se fundamentan en su
carácter autónomo, permitiendo a los particulares realizar cualquier tipo de relación o
actividad siempre que estén amparadas por la ley 1.

El derecho privado se distingue del derecho público por la presencia o ausencia del
Estado en las relaciones jurídicas que regula. Mientras que el derecho público se ocupa
de regular el ejercicio del poder político, el manejo del sector público y las relaciones
del Estado con otros Estados, el derecho privado se enfoca en regular los acuerdos y
operaciones entre particulares. Las normas del derecho privado son de coordinación,
sirviendo para poner de acuerdo o regular las negociaciones entre dos partes
independientes e iguales ante la ley, garantizando que ninguna ejerza acciones
indebidas sobre la otra 23.

Las ramas principales del derecho privado incluyen el derecho civil, que regula las
relaciones y transacciones jurídicas entre las personas y lo relacionado con sus
derechos, libertades, patrimonios o transmisión de bienes; el derecho comercial, que
regula las transacciones comerciales entre privados y los intercambios de bienes y
servicios por dinero; el derecho laboral, que regula y ordena las relaciones
contractuales entre empleadores y empleados; el derecho rural, que regula los asuntos
de la vida en el campo y la producción agropecuaria; y el derecho internacional privado,
que regula las transacciones e intercambios comerciales que se producen entre
Estados y particulares de otras naciones, o entre dos Estados actuando como si fueran
particulares 2.

En resumen, la actividad de derecho privado es esencial para la regulación de las


relaciones y actividades entre individuos y entidades privadas, asegurando la igualdad
jurídica y protegiendo los intereses de las partes involucradas. Su estructura y normas
permiten que las transacciones y acuerdos se realicen de manera justa y segura,
fundamentándose en el principio de autonomía de la voluntad y la igualdad ante la ley

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