Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
4 DE JUNIO DE 1982
P R O L O G O ............................................................................................................... 1
EL 4 DE JUNIO ............................................................................................................. 2
LOS PREPARATIVOS ................................................................................................. 7
LA MISIÓN ................................................................................................................. 14
LA RECONCILIACIÓN ............................................................................................. 25
LOS QUE ESTUVIMOS ............................................................................................. 29
OFICIALES...................................................................................................................... 29
SUBOFICIALES .............................................................................................................. 29
SOLDADOS ..................................................................................................................... 29
EL CANBERRA .......................................................................................................... 30
La Historia ........................................................................................................................ 30
El Avión ........................................................................................................................... 31
Su Armamento .................................................................................................................. 33
Sus Virtudes...................................................................................................................... 33
Sus Debilidades ................................................................................................................ 34
E P I L O G O .............................................................................................................. 35
“La noche de los cinco Canberras"
P R O L O G O
1
“La noche de los cinco Canberras"
EL 4 DE JUNIO
1
Modulo tipo container
2
“La noche de los cinco Canberras"
2
Comúnmente conocida como Base Aeronaval Calderón, que era el indicativo para sus
llamadas radioeléctricas.
3
“La noche de los cinco Canberras"
Pocos días después, el ataque al radar de MLV con dos misiles Shrike3
anti radar la madrugada del 31 de mayo por parte de un avión Vulcan,
intentando nuevamente destruir uno de sus objetivos principales, que no
solo guiaba a nuestros aviones sobre Malvinas, sino que también tenía la
capacidad técnica de detectar los movimientos de la flota inglesa al acer-
carse a las islas.
A todos esos acontecimientos, se sumaban la incontable cantidad de ver-
siones de avistamientos de submarinos a pocos kilómetros de la desem-
bocadura de la ría de Gallegos, que generaban diversas suposiciones, en-
tre ellas que podían estar desembarcando comandos especiales para ata-
car en el continente; Sucesos aparentemente aislados, pero que estaban
dando forma a un cambio de estrategia del enemigo.
Todos ellas fueron acciones que paulatinamente contribuyeron a generar
un ambiente totalmente tenso, paranoico, todos estábamos convencidos
que sería cuestión de tiempo para que el enemigo inicien acciones de
combate contra las bases continentales, la demostración de la capacidad
combativa de nuestra Fuerza Aérea Argentina el 1 de mayo, sorprendió a
los ingleses, estaba fuera de sus cálculos, nos habían subestimado y los
obligo a reformular sus estrategias, principalmente para minimizar de al-
gún modo, el daño que le podríamos infringir al momento de querer esta-
blecer una cabeza de playa en un desembarco.
Debíamos vigilar los contactos de radar en el este, extremando el control
por si algún avión inglés intentaba algún ataque dese el lado de MLV,
inteligencia nos había informado que existía la posibilidad que los ingle-
ses intentaran camuflar algunos de sus aviones de combate, en el regreso
de nuestras aeronaves, atacarnos y luego aterrizar en territorio chileno.
Esto nos obligaba paralelamente a estar muy atentos con los movimientos
aéreos detrás de la frontera con Chile, país que acababa de dar señales
claras de estar colaborando con nuestro enemigo.
Como acción preventiva para contemplar todas estas conjeturas, se dis-
puso incrementar los vuelos de reconocimientos en la costa continental,
buscando la señal de algún tipo de desembarco de tropas o contacto con
algún posible submarino; estas pequeñas aeronaves iban y venían durante
todo el día, usando indicativos con nombres de aves marinas.
3
Misil AGM-45 Shrike, anti radiación de origen estadounidense usado por los ingleses.
4
“La noche de los cinco Canberras"
5
“La noche de los cinco Canberras"
6
“La noche de los cinco Canberras"
LOS PREPARATIVOS
4
Reunión previa al vuelo, donde se coordinaba las características de una misión de com-
bate.
7
“La noche de los cinco Canberras"
esta situación se dio ya que el radar de MLV todavía estaba fuera de ser-
vicio después del ataque con misiles del día anterior y la detección se
realizaba por intermedio del TPS-44 Cardion del EA que no poseía VHF
para contactarse con las aeronaves, solo lo hacía por intermedio del CIC
MLV, que nos pasaba las posiciones que retrasmitíamos al HUINCA 2
que estaba regresando por fallas técnicas y se encontraba a mitad de ca-
mino, a su vez repetía en frecuencia nuestra información para que los
HUINCA que estaban saliendo del ataque supieran donde estaba la PAC,
una locura, pero que salió bien. Los HUINCA 1 y 3 aterrizaban en GAL
a las 06:30 hs sin novedades y habiendo cumplido con la misión.
Debía recabar información en forma urgente, como oficial más moderno
en la especialidad, tenía la responsabilidad de contar con todos los datos
operativos el sistema de armas que tendríamos que controlar y ayudar a
la navegación, tener presente los pronósticos meteorológicos para esas
horas, etc., etc.
Lo primero que hice es ingresar en la sala de operaciones de los pilotos y
tímidamente dije –Buenas tardes— pero nadie se percató de mi presen-
cia, tal vez mi saludo no tuvo el nivel que ameritaba, me agache a la es-
palda de un oficial que estaba sentado cerca de la puerta y hablándole casi
en el oído le dije –disculpe Sr. soy el Alférez Maks, operador del radar
que estará cuando uds. salgan y necesito recabar algunos datos del
avión— dio vuelta la cara, me miró, se levantó y muy amablemente aga-
rrándome del brazo me dijo –venga, salgamos de este despelote—ya en
el pasillo me tiende la mano – 1°Ten Cardo, navegador, que es lo que
necesita— ese fue el momento que conocí a quien sería una persona con
una singularidad muy especial, con una historia de entrega a su profesión,
que pocos conocerían.
--Mire Sr, como ud sabe, los radaristas hemos trabajado muy poco en
operativos conjuntos con el Mk-62 Canberra y no contamos con la per-
formance operativa del avión, para poder contribuir en ayudarlos en su
regreso—
-- Busque una mesa dentro del CIC, mientras traigo mi carpeta-
No tardo mucho y nos sentamos en un rincón, en una pequeña mesa junto
a un equipo de mate.
--Bueno ud pregunte que yo contesto— me dijo—
9
“La noche de los cinco Canberras"
Pasamos casi una hora hablando, tal vez en los primeros 15 minutos, tenía
todas mis preguntas respondidas, el resto del tiempo se dedicó a trasmi-
tirme el gran amor que tenía por el avión y por el escuadrón que integraba,
mientras lo escuchaba tuve la imagen que estaba con mi vecino, que era
dueño de un Citroën 2CV, que no se cansaba de hablar de sus bondades
cada vez que me veía; rápidamente habíamos empatizado con Cardo, una
persona hilarante, con carisma para sacarle alguna sonrisa hasta una esta-
tua, al que posteriormente lo conocería como “el Gordo Cardo”; de esa
reunión puedo afirmar después de tantos años, que fue el preciso mo-
mento que me enamore del Canberra.
--Tiene transporte— preguntó mientras juntábamos nuestros papeles--
--Si Sr.—
--Bueno, vamos unos minutos y vemos los aviones— sin mucho más
preámbulo, subimos al Unimog y salimos para el refugio.
En ese momento había mermado la lluvia, seguían las nubes bajas y el
viento gélido no aflojaba; después de estar todos estos días en Río Galle-
gos sabía que debía estacionar el vehículo frente al viento para que, al
abrir las puertas, literalmente no se vuelen; baje y me encontré ahí parado
a metros de esos majestuosos bólidos, nunca los había tenido tan cerca.
11
“La noche de los cinco Canberras"
5
Cintas metálicas cortadas para refractar las ondas de los radares.
12
“La noche de los cinco Canberras"
Con mucho enfuerzo por parte de los técnicos, trabajando a destajo a me-
diados del mes de mayo, en la base Aeronaval de Trelew donde se encon-
traban desplegados, pudieron terminar de instalar el sistema en todos los
aviones.
13
“La noche de los cinco Canberras"
LA MISIÓN
14
“La noche de los cinco Canberras"
15
“La noche de los cinco Canberras"
--LINCE me copia—
--PUMA me copia—
Sabíamos que ellos tenían más posibilidad de escucharnos sin que salgan
en pantalla, la intención era que si lo hacían, supieran que estábamos en
frecuencia. En la conver-
sación tenida con el 1°Ten
Cardo también había com-
prendido lo relevante que
era para ellos el llegar a
contactarse con nosotros,
ya que al estar disminuidas
las potencias de las radio
ayudas por el conflicto, les
costaba mucho enganchar
el VOR y el ILS de GAL,
y al escuchar en frecuencia
la vos del operador, aliviados se entregaban a la segura guía de nuestro
radar
16
“La noche de los cinco Canberras"
Aproximadamente a las 19:25hs a 170 millas (315 km) de GAL, entre los
radiales 070° al 095° fueron apareciendo en la pantalla , uno en uno, tres
más adelantados y dos a 15 millas (28 km) por detrás; cumpliendo un
procedimiento habitual con un equipo compuesto por un controlador
principal, dos navegadores y un jefe de operativo; operábamos un radar
militar, que brindaba parámetros llamados“3D” (azimut, distancia y al-
tura) de origen estadounidense, del tipo móvil, denominado “Wes-
tinghouse TPS-43”, muy moderno para la época, estábamos instalados en
una cabina con tres pantalla de presentación y múltiples equipos de co-
municaciones.
Buscamos como primera tarea, identificarlos por sus indicativos y deter-
minar su posición en la formación, verificar el estado en que regresaba
cada uno, la cantidad de combustible, la velocidad y corroborar la altitud,
también estábamos muy atentos, que dentro de la formación no haya nin-
gún avión furtivo inglés.
Simultáneamente, se los iba guiando para que se montaran en una hipo-
tética línea de proyección de la pista de aterrizaje, con un régimen de
descenso que permitiera el mayor ahorro de combustible, se los separaba
y acomodaba por autonomía, el primero sería el que menos combustible
tenga y así sucesivamente para que ingresaran directamente a cabecera
sin tener que realizar ninguna maniobra. Teníamos el convencimiento que
al momento de contactarnos y entrar en un control cerrado las tripulacio-
nes se relajaban y bajaban un poco las tensiones que traían después de
haber pasado diversas vicisitudes en Malvinas.
17
“La noche de los cinco Canberras"
18
“La noche de los cinco Canberras"
Desde ese momento pasó a ser para mi y para todos los que estábamos en
la cabina un “Ídolo”
Todos los Canberras se encontraban en un descenso suave, les indicamos
que alcanzado los 5000 pies (1520 mts.), nivelen y confirmen, autorizo al
“LINCE 2” con su motor 1 funcionando normal, a proseguir su descenso
directo a cabecera y que confirme cruzando los 3000 pies (900 mts.), en
ese momento el “PUMA 1” que viene con problemas eléctricos, informa
que intenta bajar el tren pero que no tiene confirmación de abajo y tra-
bado, le ordeno que nivele con 3500 pies (1100 mts), bloquee la pista y
vire por izquierda a zona de espera; para ese instantes, Romero guía al
helicóptero para que intente comprobar con el potente reflector que tenía
instalado si el “PUMA 1” tiene el tren trabado, un procedimiento muy
heterodoxo; simultáneamente el “LINCE 1” solo a 15 millas náuticas (27
km) el Canberra que llegaba con el menor nivel de combustible, informa
que el tren le baja parcialmente, le ordeno nivelar con 3000 pies(900mts.),
bloqueé la pista y sobre cabecera oeste vire por derecha rumbo a una zona
de espera sobre la barda de la ría de Gallegos.
19
“La noche de los cinco Canberras"
20
“La noche de los cinco Canberras"
21
“La noche de los cinco Canberras"
22
“La noche de los cinco Canberras"
23
“La noche de los cinco Canberras"
24
“La noche de los cinco Canberras"
LA RECONCILIACIÓN
6
Bombardeo en altura (42.000 pies -12.800 metros-) donde el radar MLV daba el rumbo
final de ataque y le fijaba el punto de lanzamiento.
25
“La noche de los cinco Canberras"
San José, ubicada al sur oeste de la Isla Gran Malvinas, volaron sobre el
nivel de nubes, con buenas condiciones de visibilidad.
El relato posterior de las dos secciones diría que7, entre 50 MN (93 km)y
60 MN (111 km) antes de arribar al punto 1, lugar inesperado para todos,
fueron atacados con no menos de cinco misiles, que alcanzaron a divisar
por el resplandor que generaban en las nubes que sobrevolaban, aprecia-
ron algunos estallar al no llegar a alcanzarlos, ambas secciones hicieron
maniobras evasivas extremas, para evitar ser impactados; ninguno había
podido contactarse con el radar MLV, estaban a ciegas y sorprendidos,
no podían saber quién le estaba tirando o si algún avión ingles los estaba
cazando.
Frente al caótico panorama, ambas secciones en forma independiente de-
ciden eyectar las cargas externas y regresar a GAL, los “PATO” arriban
a las 06:30, el N°2 con las bombas en su bodega, solo había podido eyec-
tar las externas.
Los “GAUCHOS” más complicados, durante las bruscas maniobras de
evasión el N°2 paso por el choro del N°1, provocándole entrar en perdida
y en tirabuzón, cayendo estrepitosamente 4.000 pies (1220 mts.), gracias
a la gran habilidad y serenidad del piloto, que no solo estaba cayendo sino
también le estaban tirando misiles, el (Turco) Mauad pudo recuperar el
control de la aeronave, reestablecido comprobó de inmediato que tenía el
motor plantado.
7
Historia de la Fuerza Aérea Argentina (1998) Tomo VI, Volumen II, Pag 91
26
“La noche de los cinco Canberras"
27
“La noche de los cinco Canberras"
28
“La noche de los cinco Canberras"
OFICIALES
SUBOFICIALES
SOLDADOS
8
Personal desplegado en el Radar de Rio Gallegos entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982
29
“La noche de los cinco Canberras"
EL CANBERRA
30
“La noche de los cinco Canberras"
El Avión
9
Brindarle información de rumbo y distancia
31
“La noche de los cinco Canberras"
32
“La noche de los cinco Canberras"
Su Armamento
10
Permitían que los aviones pudieran realizar el escape sin ser perjudicados con las explosiones
33
“La noche de los cinco Canberras"
Sus Debilidades
34
“La noche de los cinco Canberras"
EPILOGO
Todos los radaristas llegamos al 2 de abril de 1982 con una alta capa-
cidad de entrenamiento, fruto de despliegues operativos que realizá-
bamos asiduamente, trasladando nuestro moderno radar móvil TPS-
43 a distintas regiones del país, para operarlo en diferentes condicio-
nes. Nos preparamos para realizar la tarea de vigilar, identificar y
guiar interceptores en ataques a eventuales aviones enemigos. En esta
bendita guerra de Malvinas, aprendimos que también podíamos ser
algo más, que era ser “la voz angelical” que les indicaba posiciones
de aviones enemigos o que solo les indicábamos que ya lo teníamos
en pantalla y lo traíamos a casa. Operamos con todos los sistemas de
armas, de todos recibimos agradecimientos, pero no quiero terminar
mi narración sin destacar que el Grupo 2 de Bombardeo, desde el pri-
mer vuelo hasta el día de hoy, humildemente reconoció sus deficien-
cias y agradeció públicamente el gran apoyo que le brindaron los di-
ferentes radares del conflicto, transformándonos en buen equipo, que
hoy nos sentimos con la satisfacción del deber cumplido.
Esta narración solo busca brindar un humilde homenaje, reconoci-
miento y puesta en recuerdo, para todos aquellos Oficiales, Suboficia-
les y Soldados, participes necesario de esta gesta, que hoy peinan ca-
nas o están volando más alto, que cumplieron fielmente el juramento
a la bandera y pusieron en mayor o en menor medida sus vidas en
manos de Dios en pos de una Patria grande y esperando que la historia
nos muestre, que todo este esfuerzo, no haya sido en vano.
35