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Países involucrados:
La guerra estallo por la soberanía de las islas Malvinas, y los países que se vieron involucrados
fueron Argentina y Reino Unido.
INICIO DE LA GUERRA:
Llegada a la década de 1980, y con 149 años de dominación británica en el archipiélago, la
dictadura militar que controlaba Argentina decidió promover un plan de control bajo el
territorio. Es importante resaltar que, en esa época, la dictadura argentina, entonces
comandada por el general Galtieri, se veía presionada por los problemas sociales y económicos
que colocaban a la población contra el gobierno. De esta manera, el plan sería una forma
desesperada de recuperar la imagen del gobierno por medio de la guerra. El 2 de abril de 1982,
las fuerzas armadas de Argentina invadieron las Islas Malvinas (Islas Falklands para los
británicos), situadas a 464 km de la costa argentina. El archipiélago, aunque poco habitado,
tiene una posición geográfica estratégica. Aquí dio inicio a la guerra de Malvinas
Desarrollo de la Guerra de Malvinas
Inglaterra intenta resolver pacíficamente el desacuerdo y exigen la salida de las tropas
argentinas del archipiélago. Ante el categórico rechazo argentino, la primera ministra Margaret
Thatcher (cuya popularidad estaba atravesando un duro momento por la crisis económica que
sufría Gran Bretaña), envía fuerzas militares británicas preparadas para combatir. La Corona
anuncia también el corte de las relaciones entre Gran Bretaña y Argentina.
Fin de la Guerra
El avance británico logra consolidarse en poco tiempo y alcanza un desembarque anfibio el 21
de mayo hacia la costa norte de las Malvinas Orientales. Enfrentan a los argentinos que
estaban mal preparados y tenían armas anticuadas. Capturan poblados como Goose Green y
rodean la capital, Port Stanley.
Los soldados argentinos eran, en su mayoría, jóvenes sin experiencia militar, que por causa del
servicio militar obligatorio fueron enviados a pelear a las Islas Malvinas contra uno de los
ejércitos más poderosos del mundo. Además los soldados argentinos pasaron hambre en el
frente de batalla debido a que no les llegaban los suministros necesarios. La carencia de
armamentos potentes y la escasa preparación táctica, impulsa a los argentinos a entregarse en
junio de 1982, sin ofrecer resistencia. El día 14 de aquel mes, Inglaterra restablece su
hegemonía sobre las Falkland Islands, como ellos denominaron oficialmente a esta región.
Principales acontecimientos:
Hundimiento del buque general Belgrano:
Los 1093 tripulantes del crucero General Belgrano se aprestaban a soportar el mal clima.
Nubarrones, oscuridad, vientos fuertes. Era 2 de mayo de 1982, por la tarde, en plena Guerra
de Malvinas. Sin previa alerta, el buque se sacudió violentamente. Se sintió una tremenda
explosión y se cortó la energía. De pronto, comenzó a elevarse por una de las puntas, cuando
se escuchó una segunda explosión: faltaban 15 metros de barco en la proa. El fuego y el olor a
quemado invadieron a los marinos argentinos.
En medio del caos ensordecedor y la oscuridad, comenzaron a utilizarse las balsas salvavidas.
Los heridos se contaban por todas partes, siendo llevados en hombros por quienes
conservaban el equilibrio, cuando el barco alcanzaba una inclinación ya de 20 grados y era
necesario agarrarse de cuanto estuviera amarrado a la estructura, hasta que sin demora, se
escuchó el grito de “¡Abandonen el buque!” y, minutos más tarde, mientras el hundimiento
proseguía, con ruido de explosiones y una humareda blanca que se perdía en el cielo cada vez
más oscuro, desde las balsas que habían podido alcanzarse se escuchaba: “¡Viva el Belgrano!”
Las primeras horas del 21 de mayo de 1982 marcaron la llegada masiva de tropas británicas al
puerto de San Carlos, al noroeste de la isla Soledad, una de las Islas Malvinas. Tres batallones
de marines reales y dos de paracaidistas tocaron territorio con una misión: vencer a las tropas
argentinas que en abril habían tomado Puerto Argentino (Puerto Stanley para los británicos), la
capital malvinense.
Los puestos argentinos apostados en la zona notificaron el arribo a la capital y, tras un primer
enfrentamiento en la zona de San Carlos, las tropas enviadas por Buenos Aires se replegaron
hacia Puerto Argentino.
En Pradera del Ganso estaba ubicada la Agrupación Mercedes, compuesta por 642 efectivos,
entre cuerpos de Infantería, Artillería antiaérea e ingenieros. Allí también se ubicaba la base
aérea militar ‘Cóndor’, otro de los puntos de aterrizaje de los refuerzos argentinos.
De todos modos, la decisión del Reino Unido de atacar Pradera del Ganso fue cuestionada
durante y después de la guerra, ya que se encontraba fuera de la ruta hacia Puerto Argentino.
Una de las hipótesis manejadas fue la necesidad de obtener una victoria militar sobre
Argentina, que había sorprendido ya a los británicos en más de una ocasión.
Los días previos al 28 de mayo fueron de avanzada británica, atacando desde aviones las
posiciones de los batallones de Artillería argentinos. Si bien el poder de fuego británico era
mayor, los soldados argentinos lograron equilibrar la situación en el combate cuerpo a cuerpo.
Fue en ese momento en que el teniente Roberto Estévez, que había sido enviado desde Puerto
Argentino al mando de 40 hombres, se convirtió en héroe al comandar un contraataque que
permitió frenar un batallón británico de 150 efectivos con mejor armamento.
Estévez murió luego de recibir tres disparos, el último en el rostro, en pleno combate, y
mientras arengaba a sus hombres para reorganizarlos y evitar la derrota. Posteriormente,
Estévez se volvería famoso al conocerse varias cartas que escribió a su padre y a su novia
durante el conflicto en las que manifestaba su plena adhesión a la causa.
También en esa batalla murió el teniente británico Herbert Jones, quien estaba al mando del
batallón de paracaidistas. Jones fue condecorado de forma póstumo ya que, según la versión
británica de los hechos, fue abatido al atacar “personalmente” a las ametralladoras argentinas
para enaltecer la moral de sus soldados.
pesar de los esfuerzos argentinos por detener el avance británico, el último ataque sobre los
que defendían la soberanía del país austral sobre el archipiélago se realizó sobre el mediodía
del 28 de mayo. La noche del 29 de mayo, el jefe de la agrupación ‘Mercedes’ se vio obligado a
informar a Puerto Argentino que la situación “ya no podía sostenerse”.
El cese al fuego se dio sobre las 11 horas del 30 de mayo. En total, en el lugar perdieron la vida
47 argentinos y 19 británicos. Argentina registró además 145 heridos, mientras que su rival,
45.
El enfrentamiento sería recordado desde entonces como “la mayor batalla terrestre de la
campaña de las Malvinas“.
En la noche del 20 al 21 de mayo el enemigo bombardea intensamente con fuego naval la zona
del estrecho San Carlos, al igual que Darwin y Puerto Argentino. Las operaciones militares se
inician en la madrugada del día 21 de mayo, aproximadamente a las 2:30 hs, sobre la
denominada Altura 234, o Fanning Head según la cartografía británica.
En ese lugar estaba la sección “Gato” al mando del Subteniente Reyes, con 4 suboficiales y 15
soldados. El bombardeo se escucha desde el Puerto San Carlos, desde donde se intenta sin
éxito establecer comunicación radial con la sección atacada. El cañoneo naval se produce en
forma discontinua y con variada intensidad durante un lapso de más de 3 horas.
La Sección “Gato” detecta la presencia de tropas enemigas que, cubiertos por el fuego naval,
intentan el desembarco. Dicha sección contaba con dos cañones sin retroceso de 105 mm y
dos morteros 81 mm, con los cuales se intentó concentrar el fuego sobre las aguas del
estrecho, donde se distinguían las siluetas de los buques que avanzaban batiendo la costa con
su artillería, para facilitar la tarea de aproximación de las fuerzas británicas por medio de
lanchones de desembarco.
La superioridad numérica, disparidad de material, los medios navales y aéreos en apoyo de las
fuerzas británicas inclinaron rápidamente la balanza para el lado de los atacantes. No obstante
la determinación de las tropas argentinas, que resistieron durante varias horas, la altura queda
en manos británicas y la sección “Gato” inicia una retirada a pie hacia el Este en dirección a
Puerto Argentino transportando a sus heridos, evadiendo a los británicos y sin caer prisioneros
del enemigo hasta el final del conflicto.
La infantería enemiga avanzó hacia el poblado de San Carlos. El teniente Esteban informó
radialmente a Puerto Argentino lo que sucedía, y se le ordenó desplazarse hacia el Este, para
que no quedaran cercados por un descenso helitransportado. A las 8:40 hs, mientras dos
compañías británicas arribaban al pueblo y un helicóptero Sea King intentaba posarse con su
carga de soldados, Esteban y sus 42 hombres pasaron al ataque. Un diluvio de balas acribilló la
máquina que se alejó humeante hacia las aguas del estrecho.
La infantería británica abrió fuego con morteros y ametralladoras sobre las posiciones de
Esteban, mientras un helicóptero Gazelle se precipitaba sobre los argentinos, listo a disparar
sus cohetes. Pero nuevamente la cortina de fuego tendida por el Equipo de combate
“Güemes” resultó letal. Esta segunda máquina también se precipitó a las aguas. Un tercer
Gazelle lanzado al ataque corrió la misma suerte de los dos primeros. Los soldados argentinos
se desplazaron, eludiendo la búsqueda de un cuarto Gazelle al que nuevamente atacaron con
sus armas portátiles. Esta última máquina se alejó envuelta en llamas y humo.
Esteban, junto con su tropa, aguardó por dos horas el repliegue de la sección “Gato” desde la
altura 234, pero no se pudo efectuar la conexión e iniciaron el repliegue en forma separada. El
Equipo de combate “Güemes” se retiró sin sufrir ninguna baja, dejando tras sí dos helicópteros
Gazelle derribados, un Sea King y otros dos Gazelle seriamente dañados y, probablemente, una
decena de bajas enemigas. Estos 42 hombres regresaron a pie a Puerto Argentino, arribando el
día 26 de mayo.
Las valerosas acciones del Equipo de Combate “Güemes”, resultaron la única oposición
terrestre al desembarco británico en San Carlos y constituyó un preludio para los duros
combates que se librarían
Soldados:
El desembarco militar en las islas Malvinas dispuesto por
el gobierno de facto en 1982 estuvo protagonizado por
jóvenes, en su gran mayoría, menores de 25 años y
oriundos del interior del país. A 40 años del único
conflicto bélico en el que se vio envuelto el país en el siglo
XX, unos relevamientos realizados por la Unidad de Datos
muestran que el 70% de los argentinos que fueron a las
islas tenían menos de esa edad, y casi el 40% era aún más
joven: no superaban los 20 años.
Y así como los jóvenes fueron mayoría entre los combatientes, también representaron el
mayor número entre los caídos. Casi el 70% de los argentinos que murieron en Malvinas tenían
menos de 25 años. La edad media de los caídos que lucharon por la recuperación de las islas
fue de 20 años.
En los 74 días que duró el conflicto, 649 argentinos murieron en el teatro de operaciones. De
ellos, 391 pertenecían a la Armada, 194 al Ejército, 55 a la Fuerza Aérea, 7 a Gendarmería y 2 a
Prefectura. Y otros 1.650 efectivos resultaron heridos en el terreno. 59 de estos fueron
soldados sanjuaninos.
Del bando británico, los muertos fueron 255 y los heridos 775. Sin embargo, Gran Bretaña,
nunca informó oficialmente hasta ahora el verdadero número de bajas de sus tropas ni la
pérdida de armamento, y extendió en 2010 el secreto de estado toda la documentación
vinculada con la guerra de las Malvinas por 90 años, es decir, hasta 2072, rompiendo la
tradición de revelar la información calificada como “secreta” a los 25 o 30 años. Además, de las
bajas argentinas y británicas, en el conflicto murieron 3 civiles isleños.
CONSECUENCIAS EN ARGENTINA:
El fracaso en la guerra, la especialidad de los militares, marcó la derrota total del Proceso
Militar del presidente Galtieri, proceso que ya venía bastante golpeado y cuyo gobierno ya
había liquidado social, cultural y económicamente a la Argentina. Argentina entró en profunda
crisis económica y política, tuvo el presidente Galtieri depuesto y dio inicio al proceso de
redemocratización del país.
L crisis inflacionaria fue del 600% lo cual generó movimientos populares y protestas contra la
represión militar causó la caída de la dictadura argentina. En un brusco proceso de
redemocratización, los argentinos depusieron a Galtieri y, al año siguiente, realizaron las
elecciones que llevaron a Raúl Alfonsín al poder.