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El juego es fundamental para el desarrollo infantil ya que contribuye al desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de los niños, les permite explorar el mundo y desarrollar habilidades. El juego también puede usarse como herramienta terapéutica para ayudar a los niños a expresar emociones y aprender a manejar situaciones estresantes. Fomentar el juego en la familia, escuela y terapia apoya el desarrollo integral de los niños.
El juego es fundamental para el desarrollo infantil ya que contribuye al desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de los niños, les permite explorar el mundo y desarrollar habilidades. El juego también puede usarse como herramienta terapéutica para ayudar a los niños a expresar emociones y aprender a manejar situaciones estresantes. Fomentar el juego en la familia, escuela y terapia apoya el desarrollo integral de los niños.
El juego es fundamental para el desarrollo infantil ya que contribuye al desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de los niños, les permite explorar el mundo y desarrollar habilidades. El juego también puede usarse como herramienta terapéutica para ayudar a los niños a expresar emociones y aprender a manejar situaciones estresantes. Fomentar el juego en la familia, escuela y terapia apoya el desarrollo integral de los niños.
El juego es una actividad fundamental en el desarrollo infantil, ya que
contribuye al desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de los niños. A través del juego, los niños exploran el mundo que les rodea, desarrollan habilidades motoras y cognitivas, aprenden a resolver problemas y a relacionarse con los demás.
En el ámbito terapéutico, el juego también puede ser una herramienta
poderosa para ayudar a los niños a expresar sus emociones, a desarrollar la autoestima y a aprender a manejar situaciones estresantes. La terapia de juego, por ejemplo, utiliza el juego como medio para abordar problemas emocionales y conductuales en los niños, permitiéndoles expresarse de manera segura y constructiva.
Fomentar el juego en diferentes contextos, como la familia, la escuela y la
terapia, puede contribuir significativamente al desarrollo integral de los niños y a su bienestar emocional y social.