Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
P U B L I C A C I O N E S D E L A C A S A C H ATA
PolvoImprenta16DIC.indb 2 08/01/14 12:12
Historias de polvo y sangre
Génesis y evolución del tráfico de drogas
en el estado de Tamaulipas
ISBN 978-607-486-243-0
ISBN 978-607-486-243-0
Agradecimientos ........................................................................................................... 9
Introducción ................................................................................................................ 13
Juan 8:32
¿Cuáles son las razones que han hecho del estado fronterizo de Tamaulipas una de
las regiones arquetípicas en términos de tráfico de drogas y violencia asociada a
este fenómeno? En la geografía nacional, la entidad está fuera del corredor donde
se producen este tipo de sustancias, que no han arraigado en su suelo de manera
significativa.
Más allá de su ubicación fronteriza —que ciertamente constituye uno de los
factores determinantes inexorables—, los procesos históricos que condujeron a la
consolidación de estos fenómenos en Tamaulipas tienen que ver más con el esta-
blecimiento temprano de prácticas corruptas relacionadas con estas actividades,
por parte de personajes que mantuvieron un amplio ascendente sobre la entidad por
sí mismos o a través de sus herederos, desde finales de los años cuarenta.
Aunque la presencia del tráfico de drogas y la violencia asociada al mismo
parecen a simple vista una cuestión que irrumpe en el escenario regional a media-
dos de los ochenta, en realidad se encontraba presente desde tiempo atrás, paradó-
jicamente con actores que las instituciones de seguridad y procuración de justicia
mexicanas habían detectado varias décadas atrás.
En Tamaulipas, el desarrollo acelerado de este fenómeno aparece más ligado a
circunstancias artificiales auspiciadas por personajes específicos, que a un proceso
relativamente natural de la ampliación de un mercado de sustancias autóctonas.
Es éste el factor que se evidencia determinante y que hace que en la región noreste
fuera Tamaulipas —y no otro estado fronterizo— la entidad que albergara a la
organización criminal más poderosa de esa parte del país.
El propósito de este trabajo es mostrar esos procesos y los personajes que —a
partir de la evidencia contenida en documentos gubernamentales ahora públicos
e información hemerográfica local e histórica—, parecen compartir la responsabi-
lidad del desbordamiento institucional que hoy día enfrenta esa entidad y que
comenzó a gestarse hace varios decenios.
Esta investigación parte de una premisa básica: el conocimiento que se tiene
sobre la delincuencia organizada para el tráfico de drogas requiere, en general, de
elementos históricos que permitan, en la medida de lo posible, contar con la mayor
cantidad de información objetiva sobre sus características, su dinámica y los
13
1
Véase Carlos Antonio Flores Pérez (2009), El Estado en crisis: crimen organizado y política. Desafíos
para la consolidación democrática, ciesas, México.
libre a las mismas fuentes para verificar su contenido. Ese propósito se cumple en
esta investigación.
El tema de esta investigación, que es esencialmente la corrupción política y
policiaca asociada al tráfico de drogas, es incómodo y de difícil tratamiento. Suele
restar apoyos antes que sumarlos: genera desconfianza de autoridades —que en
principio deberían ser las primeras interesadas en conocer el fenómeno y sus di-
mensiones—, porque consideran que su resultado puede alcanzarlas y ponerlas en
entredicho. No suele contar con el respaldo de circuitos académicos que en buena
medida viven de presupuestos públicos o contratos gubernamentales para brindar
distintos tipos de asesoría a quienes ejercen el poder, que perciben en semejantes
exposiciones un motivo potencial o fáctico de controversia, lesivo para el mecenazgo
que les favorece. También puede parecer poco discreto o conveniente a la luz de
políticas de cooperación, incluso internacionales, que en aras de mantener un
tratamiento amistoso con sus beneficiarios, insisten en enfocar los problemas de
inseguridad como un asunto exclusivo de falta de recursos materiales o humanos
y su adecuada capacitación, olvidando la información que fluía de manera cons-
tante hace poco más de una década, que mostraba que la raíz del problema tenía
que ver más con una corrupción endémica que con la falta de helicópteros de alta
tecnología para el combate operativo a la delincuencia. Todo esto, sin mencionar
el poco agrado que puede generar en los personajes aludidos, que es un asunto
nada menor.
Frente a todo ello, una de las ventajas que presenta este trabajo es el carácter
público de la información que contiene. Todos los datos que pueda hallar el lector
en las siguientes páginas, pueden ser encontrados en fuentes públicas: documentos
oficiales en el Archivo General de la Nación; periódicos internacionales, naciona
lesy de Tamaulipas; documentos judiciales que pueden obtenerse en diversas cortes
federales de Texas y, ocasionalmente, alguna página web.
Éste es un trabajo que pretende ser útil tanto al investigador especializado —por
ello, un breve capítulo de carácter teórico y académico en su inicio y la profusión
de notas de pie de página, a fin de permitirle rastrear la información—, como al
público en general que puede interesarse en la materia y en las implicaciones que
ésta ha tenido para su vida cotidiana y la de sus seres queridos.
Para el primero de estos públicos, debo hacer explícitos algunos aspectos teó-
rico-metodológicos que guiaron la investigación. Ésta se adscribe, en sentido
general,en la corriente institucionalista-histórica de la ciencia política, aunque el
grueso de la obra es esencialmente histórico en su sentido tradicional, de búsqueda
y exposición de información proveniente de fuentes primarias y secundarias. Parte
de la noción del efecto de path-dependence, generado por ciertas prácticas corruptas
Agradezco por igual el interés de los colegas y del público en general por leer
estas páginas. Lo hago con especial sensibilidad en el caso de estos últimos lectores,
muestra aleatoria de la sociedad mexicana que pagó con sus impuestos mi forma-
ción académica y mi posterior trabajo de investigación. Les agradezco su interés
por estos temas, a pesar del agobio que en la actualidad representa, para su vida y
su tranquilidad, la continua reproducción de hechos de violencia criminal que
atestiguan en su entorno y que, acaso, pueden hacer palidecer a aquellos que aquí
se relatan, más allá de si éstos salen a relucir ante la opinión pública o no. Les agra
dezco por su disposición para conocer mi interpretación y análisis sobre una de las
causas fundamentales de la violencia que hoy padecen: la suplantación del interés
público por intereses de orden criminal en las instituciones que pretendidamente
deberían velar por su bienestar y el de los suyos. Espero, con humildad, que este tra
bajo contribuya no sólo al conocimiento académico, sino a la construcción de con-
ciencia ciudadana, de reflexión en la búsqueda de nuevos caminos de acción para
hacer de las instituciones representantes del interés de la gente, de renovación del
espíritu de cambio democrático e institucional que nos lleve, por fin, al México
justo al que aspiramos, basado en una convivencia armónica y equitativa,cimenta
daen leyes e instituciones. Si para ello sirven estas páginas, así sea en grado ínfimo,
cumplieron su propósito y me doy por bien servido.
23
delictivos suele estar bastante alejada de los cánones establecidos por las normas
institucionales formales.
Como se verá a lo largo de estas páginas, en determinados estados el crecimiento
exponencial de la delincuencia organizada ha estado directamente vinculado a las
acciones y omisiones de múltiples actores públicos que, con propósitos de beneficio
personal, prevaricaron en sus funciones y auspiciaron su operación validos de sus
cargos oficiales o influencia personal en los círculos políticos y gubernamentales.
En algunos casos, dada la jerarquía de los actores públicos involucrados, estos in-
tereses desviaron el desempeño de múltiples instituciones políticas y de seguridad
en una lógica de reconfiguración cooptada del Estado, de manera que su funcionamien-
to normal fue obstaculizado y en su lugar se institucionalizaron prácticas corruptas
de protección a la delincuencia.
En estos casos, la crisis de seguridad no constituye sino la expresión más visible
y violenta de una disfuncionalidad estructural más profunda, donde el desempeño
cotidiano de múltiples instituciones está desprovisto de contenidos básicos de in-
terés público y, por el contrario, refuerza otros de carácter estrictamente privado,
e incluso criminal, a través de una corrupción endémica e institucionalizada, ga-
rantía permanente de impunidad.
Se trata pues, de una situación en la que la disfuncionalidad del Estado, po-
tenciada por la desviación inducida desde el propio interior de sus instituciones,
le coloca en una situación de falla permanente para gestionar sus propios recursos
con eficiencia, garantizar la preservación de sus instituciones y proveer bienes
políticos esenciales a su población. Un Estado carcomido desde sus mismas entra-
ñas, que atestigua entonces situaciones de creciente ingobernabilidad y violencia
agravadas, producto de la operación de una delincuencia organizada agigantada,
que creció bajo su propia tutela.
La imagen oficial y mediática que se suele presentar del crimen organizado procura,
generalmente, convencer sobre la veracidad de varios supuestos: 1) que el ambien-
te público siempre es hostil a las organizaciones criminales; 2) que los funciona-
rios públicos en su conjunto son ajenos a las actividades ilícitas
ícitas de los grupos de-
e-
lictivos que se encargan de perseguir, salvo casos de excepción; 3) que los casos
documentados de vinculación entre organizaciones criminales y funcionarios pú-
blicos del más diverso nivel jerárquico son producto de prevaricaciones individua-
1
Véase, por ejemplo, Naylor, R.T. (1997), “Mafias, Myths and Markets: On the Theory and Practice
of Enterprise Crime”, Transnational Organized Crime, vol. 3, núm. 3, p. 6; Albini, Joseph (1971),
The American Mafia: Genesis of a Legend, Appleton Century Crofts, Nueva York; Bailey, John y Roy
Godson (2000), “Introducción: El crimen organizado y la gobernabilidad democrática: México y
Estados Unidos. Las zonas fronterizas mexicanas”, Crimen organizado y gobernabilidad democrática.
México y la zona fronteriza, Grijalbo, México, p. 19; Geffray, Christian (2002), “Drug Trafficking
and the State”, Globalization, Drugs and Criminalization. Final Research Report on Brazil, China,
India and Mexico, Management of Social Transformations, unesco, p. 47; Chambliss, William
(1978), On the Take: From Petty Crooks to Presidents, Indiana University Press, Bloomington; Block,
Alan (1994), East Side–West Side: Organizing Crime in New York City, 1930-1950, Transaction,
New Brunswick, p. 10; Mcillwain, Jeffrey Scott (1993), “Organized Crime: A Social Network Ap-
proach”, Crime, Law & Social Change, núm. 32, Holanda, p. 304.
2
Huntington, Samuel P. (1972), El orden político en las sociedades en cambio, Paidós, Buenos Aires/
Barcelona-México, p. 13.
3
Rotberg, Robert (ed.) (2004), When states fail. Causes and consequence, Princeton University Press,
Princeton-Oxford.
4
Buzan, Barry (1988), “People, States and Fear: The National Security Problem in the Third World”,
en Azar, Edward y Chung-in Moon, National Security in the Third World, Cambridge University
Press.
5
Banco Mundial (2006), Engaging with fragile states, Washington, disponible en <http://lnweb90.
worldbank.org/oed/oeddoclib.nsf/DocUNIDViewForJavaSearch/A4D6461B0067E049852571F
500551E1B/$file/licus.pdf >.
6
Zartman, William (ed.) (1995), Collapsed States: The Disintegration and Restoration of Legitimate
Authority, Lynne Rienner, Boulder co.
7
Véanse, por ejemplo, los indicadores de gobernabilidad empleados por el Banco Mundial, en
Kaufmann, Daniel, Art Kraay y Massimo Mastruzzi (2009), “Governance Matters VIII: Aggregate
and Individual Governance Indicators, 1996-2008”, disponible en <http://papers.ssrn.com/sol3/
papers.cfm?abstract_id=1424591>.
8
Véase, por ejemplo, el índice de la Fundación para la Paz (Fund for Peace Failed State Index),
disponible en <http://www.fundforpeace.org/web/index.php?option=com_content&task=view&i
d=99&Itemid=140>.
9
Logan, Justin y Christopher Preble (2008), “Fixing failed states. A cure worse than the disease?”,
Harvard International Review, vol. 29 (4), invierno.
10
O’Donnell, Guillermo (1978), “Apuntes para una teoría del Estado”, Revista Mexicana de Sociolo-
gía, vol. 40, núm. 4, Estado y clases sociales en América Latina (oct.-dic.), pp. 1157-1199.
11
Flores Pérez, C.A. (2009), op. cit., pp. 20-69.
12
Weber, Max (1983), Economía y sociedad, segunda edición en español, Fondo de Cultura Econó-
mica, México, pp. 43-44.
13
Engels, Friedrich (1974), “Del socialismo utópico al socialismo científico”, en Marx, Karl y F. En
gels, Obras escogidas, t. III, Editorial Progreso, Moscú, pp. 153-155.
14
Locke, John (1998), Concerning civil government second essay: an essay concerning the true original
extent and end of civil government, The Pennsylvania State University, Penn’s State Electronic Classic
Series, pp. 49-50.
CUADRO 1.1
Premisas de la fortaleza o debilidad del Estado
Estado fuerte Estado débil
Amplia tendencia hacia el monopolio legítimo Incapacidad para garantizar el monopolio
de la violencia. de la violencia.
Soberanía comparativamente sólida. Soberanía notablemente mermada.
Cumplimiento de las estructuras normativas Aplicación discrecional de las leyes.
oficialmente reconocidas.
Funcionamiento del aparato público, de acuerdo Ejercicio patrimonial y clientelar del gobierno.
con criterios propios de la dominación
burocrática-legal weberiana.
Atenuación del carácter instrumental del Estado Agudización del carácter instrumental del
como mero reproductor de intereses privados, Estado, como mecanismo reproductor de
mediante garantías institucionales de condiciones inequitativas de reparto y acceso
reciprocidad a favor de los ciudadanos. a los bienes socialmente deseables.
Fuente: Carlos Antonio Flores Pérez, El Estado en crisis: crimen organizado y política. Desafíos para la con
solidación democrática, Publicaciones de la Casa Chata, ciesas, 2009, p. 120.
CUADRO 1.2
Premisas de acuerdo con la naturaleza del régimen político
Régimen democrático Régimen autoritario
Elección del gobierno mediante sufragio El mecanismo fundamental de acceso al poder no
popular. es el voto popular.
Concepción contractual-garantista del Estado Concepción orgánica del Estado y de la relación
(la autoridad es subsidiaria del interés ciudadano). de éste con sus ciudadanos (la autoridad manda y
el gobernado obedece).
Reparto del poder. Concentración del poder.
Ejercicio del gobierno apegado a la norma Legalidad subordinada a intereses políticos.
jurídica. Legislación ad hoc a los intereses políticos del
momento o interpretación arbitraria de la ley.
Garantía y protección de derechos políticos Supresión variable de derechos políticos y
y libertades civiles. libertades civiles.
Rendición institucional de cuentas orientada La rendición de cuentas sólo se ejerce hacia el su-
a la ciudadanía y abierta a la misma. perior jerárquico, con exclusión de la ciudadanía.
Ordenamientos y prácticas incluyentes. Ordenamientos y prácticas excluyentes.
Fuente: Carlos Antonio Flores Pérez, El Estado en crisis: crimen organizado y política. Desafíos para la
consolidación democrática, Publicaciones de la Casa Chata, ciesas, 2009, p. 121.
15
O’Donnell, Guillermo (1999), “Polyarchies and the (Un)Rule of Law”, en Méndez, Juan E., Guiller
mo O’Donnell y Paulo Sérgio Pinheiro (1999), The (Un)Rule of Law and the Underprivileged in
Latin America, University of Notre Dame Press, Notre Dame, pp. 318-319.
PolvoImprenta16DIC.indb 31
Tipología propuesta de las relaciones entre crimen organizado y política
Estado fuerte- Estado fuerte- Estado débil- Estado débil-
régimen autoritario régimen democrático régimen autoritario régimen democrático
Características. El Estado monopoliza El Estado monopoliza El Estado tiende a mono- El Estado tiende a mono-
efectivamente la coerción efectivamente la coerción; polizar la coerción, con polizar la coerción, con
y es capaz de controlar a los funcionarios gubernamen- deficiencias variables según deficiencias variables
todos los sujetos sociales, tales han interiorizado un el caso histórico. Tiende a según el caso histórico.
de manera que expolia sentido de servicio al bien organizar centralmente los El poder está atomizado
Estado y delincuencia organizada
verticalmente a los grupos público. El vínculo entre mecanismos de control en instituciones políticas
criminales. Las actividades criminales y autoridades social, que le permiten que operan con criterios
delictivas se encuentran existe con fluctuaciones dominar, de manera variable, patrimonialistas, clientelares
limitadas a aquellas que variables en quienes a los diversos actores sociales, e interpretan la ley a su
permitan y sancionen controlan la relación. El incluyendo a los grupos propia conveniencia. La
los funcionarios públicos. vínculo criminal-político criminales. El uso discre- fragmentación del poder
La corrupción política se encuentra acotado por cional de la legalidad, y la permite múltiples vínculos
que implica el vínculo la fragmentación del poder concepción patrimonialista entre funcionarios públicos
31
08/01/14 12:12
CUADRO 1.3 32
Tipología propuesta de las relaciones entre crimen organizado y política
PolvoImprenta16DIC.indb 32
Estado fuerte- Estado fuerte- Estado débil- Estado débil-
régimen autoritario régimen democrático régimen autoritario régimen democrático
Características.
entre criminales y propio de la democracia; y clientelar en el ejercicio y organizaciones criminales con
funcionarios existe en la existencia de controles y público permiten la amplia fluctuación variable entre
áreas específicas del contrapesos institucionales proliferación del vínculo quienes ejercen el liderazgo
aparato público, pero, efectivos y la profesionali- entre criminales y políticos de la relación. La dispersión
en general, se ve acotada zación de los servidores y, en general, de la corrup- del control se traduce en
porque una buena parte públicos. Los actores a ción pública. Las intituciones más amplias confrontaciones
de los funcionarios corromper son demasiados de seguridad centrales pueden dentro del aparato guberna-
que integran el aparato y no todos son corruptibles. disputar entre sí por la mental, motivadas por el
burocrático han extorsión de los criminales, contubernio con distintos
interiorizado nociones pero la actividad de éstos, intereses criminales porque
de servicio al bien público en general, requiere de la no existen acuerdos
y lealtad al Estado. protección del poder central perdurables que regulen
Carlos Antonio Flores Pérez
08/01/14 12:12
Estado y delincuencia organizada 33
19
Herrán, Mariano, José Luis Santiago, Samuel González Ruiz y Ernesto Mendieta (eds.) (2007), Aná
lisis, técnicas y herramientas en el combate a la delincuencia organizada y corrupción, Ediciones Co-
yoacán, México. La diferenciación entre actores materiales y otros tipos de participación, que sin
embargo forman parte activa de la delincuencia organizada, se pone también de manifiesto en los
artículos 2°, 5° y 6° de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de noviembre de
2000, disponible en <http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/1292.pdf>.
20
Véase González Ruiz, Samuel, Natalie Depuis y Gleb Zingerman, “La conspiración como modelo
delictivo en el ‘Common Law’ y el sistema continental”, en Herrán et al., op. cit., cap. 9.
21
Morin, Edgar (1991), El Método IV. Las ideas. Su hábitat, su vida, sus costumbres, su organización, Cá
tedra, Madrid, pp. 191-193. De hecho, Morin encuentra paradojas similares en la autorreferencia que
se suele observar en las diversas teorías científicas. Véase ibid., pp. 132-147.
22
Martínez, Guillermo (2004), Los crímenes de Oxford, Ediciones Destino, Barcelona.
23
Flores Pérez, C.A. (2009), op. cit., pp. 172-175.
24
Cosío Villegas, Daniel (1982), El sistema político mexicano. Las posibilidades de cambio, Cuadernos
de Joaquín Mortiz, México, pp. 28-29.
25
Carpizo, Jorge (1987), El presidencialismo mexicano, Siglo XXI Editores, México, p. 191; Meyer,
Lorenzo (2002), “La institucionalización del nuevo régimen”, en Historia general de México. Versión
2000, El Colegio de México, México, p. 915; Camacho Solís, Manuel (1977), “Los nudos históri-
cos del sistema político mexicano”, Foro Internacional, vol. 17, núm. 4, abril-junio, México, p. 618.
26
Morris, Stephen D. (1991), Corruption and politics in contemporary Mexico, The University of
Alabama Press, Tuscaloosa-Londres, pp. 25-26.
27
González Casanova, Pablo (1972), La democracia en México, Era, México, p. 45.
28
Meyer, Lorenzo (2002), op. cit., p. 919; Camacho Solís, Manuel (1977), op. cit., p. 619.
29
Astorga, Luis (2003), Drogas sin fronteras. Los expedientes de una guerra permanente, Grijalbo, Mé-
xico, p.14; Flores Pérez, C.A. (2009), op. cit., pp. 137-228.
30
Al respecto, véanse los testimonios expuestos en Flores Pérez, C.A. (2009), op. cit., pp. 169-227.
A esta estructura habría que añadir una adicional, integrada por actores eco-
nómicos de diverso nivel, insertos en la estructura empresarial, capaces de reinvertir
el producto del delito en la economía formal. Este subgrupo ha sido mucho más
difícil de apreciar en el caso mexicano, pues no existe suficiente información dis-
ponible para caracterizarlo con la misma solidez, en comparación con los otros
actores sociales mencionados. En los inicios del régimen posrevolucionario, la
mayor parte del empresariado estuvo también subordinado en lo esencial —aunque
en condiciones más laxas que otros actores sociales— a las reglas del régimen y a
la voluntad última del presidente de la República.31 Sin embargo, hacia las postri-
merías del mismo esa condición se fue atenuando al punto que los grupos empre-
sariales colaboraron activamente en la promoción de alternativas políticas que
condujeron a la alternancia en la presidencia en 2000.
La caracterización de la autonomía de estos actores, la ubicación de aquéllos
que eventualmente participaron en la estructura delictiva, en funciones de lavado
de dinero y la determinación de su dependencia o autonomía frente a los actores
políticos, es tema que compete a otra investigación.
De cualquier manera, en las condiciones hasta aquí descritas, en lo referente a
la dinámica de los grupos que integran la delincuencia organizada, no resulta ex-
traño que especialistas como Peter Reuter señalen que el contexto de violencia
crítica asociada a las mismas durante los últimos 10 años difícilmente pueda abor-
darse sin hacer referencia a la corrupción que ha plagado las políticas de drogas en
este país e incluso la política pública en general. Este factor no ha cedido, y escán-
dalos mayores de corrupción se aprecian también en la actualidad.32
Al preguntarse por las causas de esta violencia entre grandes organizaciones
delictivas, y con base en las confrontaciones entre grupos mafiosos ocurrida en
otras décadas en los Estados Unidos, Reuter observa que una respuesta podría ser
que, ante todo, la disputa entre ellas es por la relación preferencial con actores es-
tatales corruptos que protegen sus operaciones. De acuerdo con un informe oficial
de evaluación del gobierno de los Estados Unidos, por ejemplo, el rol de la mafia
americana era, sobre todo, gozar de la franquicia del cobro de rentas por actividades
ilegales, originalmente en manos de departamentos de policía corruptos en diversas
ciudades.33
31
Meyer, Lorenzo (2002), op. cit., pp. 906-908 y 937-938.
32
Reuter, Peter (2009), “Systemic violence in drug markets”, Crime, law and social change, vol. 52,
núm. 3.
33
Reuter, Peter (2009), op. cit., p. 277. El informe que cita es Schelling, T. (1967), “Economic analy-
sis of organized crime”, en President’s Commission on Law Enforcement and the Administration of
Justice, Task Force Report: Organized Crime, US Government Printing Office, Washington.
38
Organización de las Naciones Unidas (2011), “Observaciones preliminares. El grupo de trabajo
sobre las desapariciones forzadas o involuntarias concluye su visita a México” disponible en <http://
www.hchr.org.mx/files/informes/GTDFI.pdf>.
39
Norwegian Refugee Council (2010), “Informe del Observatorio de Desplazamiento Interno del
Consejo Noruego para Refugiados sobre el desplazamiento forzado en México a consecuencia de la
violencia de los cárteles de la droga”, diciembre, disponible en <http://www.internal-displacement.
org/8025708F004BE3B1/%28httpInfoFiles%29/E65A0D75E1B5E8F8C125781F00318DF2/$
file/Mexico_Dec2010_sp.pdf>.
de ellas. Este proceso de captura del Estado es concebido a partir del concepto
reconfiguración cooptada del Estado,40 en el que un grupo de actores públicos y no
públicos, con intereses compartidos de índole ilícita, se valen de diversas estrategias
para utilizar en su favor los recursos del Estado, determinando u obstaculizando el
diseño y funcionamiento institucional.
El caso de Tamaulipas ofrece condiciones muy apropiadas para ilustrar este
fenómeno. En esta entidad, el proceso de reconfiguración cooptada del Estado se
habría iniciado durante el sexenio de Miguel Alemán, y las consecuencias que las
designaciones y la dinámica implantadas tendrían en los años siguientes en el in-
cremento exponencial de las actividades ilícitas del contrabando y el tráfico de
drogas, hasta constituirle en uno de los principales referentes de falla en México,
en 2011.
Esta investigación parte de la perspectiva propia de la corriente instituciona-
lista-histórica de la ciencia política, en especial, de la concepción del camino-depen
diente (path-dependence), según la cual eventos, decisiones y prácticas que ocurrieron
o se adoptaron en etapas tempranas de la evolución institucional, con frecuencia
influyen profundamente en su posterior desarrollo, dificultando en extremo la rup
tura de los precedentes establecidos y disminuyendo el horizonte de cursos a seguir.41
El término Estado fallido apareció por primera vez a principios de los años noventa
en un trabajo donde Helman y Ratner hacían referencia a estados agudamente
incapaces de conservarse a sí mismos como parte de la comunidad internacional,
dado que estaban crecientemente afectados por disturbios civiles, deterioro guber-
namental y económico.42 El artículo señalaba, además, que la creciente violencia
40
Garay Salamanca, Luis Jorge, Eduardo Salcedo-Albarán, Isaac de León Beltrán y Bernardo Gue-
rrero (2008), La captura y reconfiguración cooptada del Estado en Colombia, Fundación Método/
Fundación Avina/Transparencia por Colombia, Bogotá, pp. 49-59.
41
Pierson, Paul (2000), “Increasing Returns, Path Dependence, and the Study of Politics”, en The
American Political Science Review, vol. 94, núm. 2 (jun.), American Political Science Association,
pp. 251-267. Véase también Pierson, Paul y Theda Skocpol (2002), “Historical Institutionalism in
Contemporary Political Science”, en Ira Katznelson y Helen V. Milner (eds.), Political Science: State
of the Discipline, W.W. Norton, Nueva York, pp. 693-721.
42
Helman, Gerald B. y Steven R. Ratner (1992-1993), “Anarchy rules: saving failed states”, Foreign
Policy, invierno, issue 89, pp. 21-45.
y anarquía que los afectaba suponía una situación de riesgo para su población y la
seguridad de los estados vecinos.
El concepto recibió bastante atención en los ámbitos académicos y de seguri-
dad. En el primer caso, por ejemplo, la John F. Kennedy School of Government,
de la Universidad de Harvard, y la Fundación World Peace desarrollaron un pro-
yecto conjunto para evaluar y categorizar el fenómeno de naciones en proceso de
implosión.43 En el segundo, la Agencia Central de Inteligencia (cia) desarrolló dos
amplios estudios para analizar el proceso de falla del Estado y sus causas.44
La raíz de estas investigaciones, sin embargo, puede trazarse en años previos,
cuando diversos investigadores del campo de la ciencia política advirtieron notables
divergencias entre diversos estados, no sólo en términos de régimen político, sino
en aspectos estructurales que apuntan a la capacidad de gobierno que éstos eviden-
ciaban. Al respecto pueden consultarse, por ejemplo, los trabajos ya citados de
Huntington45 o Buzan.46
Hacia finales de los años noventa, este tipo de estudios cobrarían un auge re-
novado, entre otras razones, por el fin de la Guerra Fría. La multiplicación de
conflictos domésticos de diversa naturaleza y magnitud puso en evidencia la pro-
funda disfuncionalidad de las estructuras de autoridad de múltiples países. Sin las
anteojeras a conveniencia de la antigua lógica bipolar, el autoritarismo, la corrup-
ción reinante y la continua violación de derechos humanos prohijaban la repro-
ducción de condiciones constantes de confrontación. Desde luego, todos estos
elementos estaban ya presentes con anterioridad en esos mismos países, con mucho
arraigo en sus dinámicas políticas y estructuras sociales, pero fueron tolerados e
incluso reforzados artificialmente a partir del apoyo a los gobiernos en turno, con
frecuencia brutales e ilegítimos, a cambio de su alineación y colaboración con los
principales participantes en la confrontación Este-Oeste.
Sin embargo, a la luz de los nuevos tiempos, la perspectiva se transformó para
ubicarlos como serios impedimentos para la estabilidad del orden internacional y
el mercado global. En consecuencia, las burocracias de seguridad de los países
hegemónicos, aquéllos en condiciones de proyectar hacia el exterior su poder na-
cional, absorbieron cada vez más la investigación sobre los procesos de falla del
43
Rotberg, Robert I. (ed.) (2004), When the states fail. Causes and consequences, Princeton University
Press, Nueva Jersey, p. IX.
44
Rotberg, Robert I. (ed.) (2004), op. cit.
45
Huntington, Samuel P. (1972), op. cit., pp. 13-19.
46
Buzan, Barry (1988), op. cit., pp. 14-27.
47
Tokatlian, Juan Gabriel (2008), “La construcción de un Estado fallido en la política mundial: el
caso de las relaciones entre Estados Unidos y Colombia”, Análisis político, vol. 21, núm. 64, sep.-
dic., Bogotá, pp. 70-72.
48
Gros, Jean-Germain (1996), “Towards a taxonomy of failed states in the New World Order: decaying
Somalia, Liberia, Rwanda and Haiti”, Third World Quarterly, vol. 17, núm. 3, pp. 455-471.
49
Carment, David (2003), “Assessing state failure: implications for theory and policy”, Third World
Quarterly, vol. 24, núm. 3, pp. 407-427.
50
Rotberg, Robert (ed.) (2004), op. cit., pp. 1-20.
51
Bates, Robert H. (2008), “State failure”, Annual Review of Political Science, vol. 11, junio, pp. 1-12.
52
Lemay-Hebert, Nicolas (2009), “Statebuilding without Nation-building? Legitimacy, State Failure and
the Limits of the Institutionalist Approach”, Journal of Intervention and Statebuilding, 3: 1, pp. 21-45.
53
Ghani, Ashraf y Clare Lockhart (2008), Fixing failed states. A framework for rebuilding a fractured
world, Oxford University Press, Nueva York.
Grayson,54 que es el único que aborda el caso de México, pero sin mayor abunda-
miento teórico.
En el caso de México, prácticamente no se aprecia una construcción teórica
para abordar el análisis a la luz de la polémica suscitada respecto al riesgo de falla
del Estado en este país. La mayor parte de la literatura consiste en debates mediá-
ticos o, a lo más, en escritos de corte ensayístico que reflejan exclusivamente la
opinión de sus autores, quienes confirman o niegan la falla del Estado en México,
pero sin conceptualización o referente empírico sistemático.55 Por supuesto, esto
no va en desdoro de semejantes trabajos, pero tal situación no contribuye a clari-
ficar la precisión ni el sentido del concepto que aquí nos ocupa.
Al respecto, se puede estar de acuerdo con Williams, quien señala que, en
ausencia de mayores esfuerzos para comprender el origen de la crisis de seguridad
en México, se corre el riesgo de que el término Estado fallido acabe siendo una
mera etiqueta derogatoria.56 A ello habría que añadir que, en las mismas circuns-
tancias, la posición contraria puede implicar, también, el riesgo de convalidar
perspectivas que han minimizado sistemáticamente la gravedad de la crisis de se-
guridad que enfrenta México y el deterioro del Estado frente a la misma, sin refe-
rente objetivo ni argumento distinto a su propia convicción o preferencia ideoló-
gica. Naturalmente, ninguno de los dos escenarios parece deseable.
Los intentos por construir metodologías consensuadas para evaluar al Estado
fallido a partir de referentes concretos tampoco han gozado de la mejor de las
suertes, incluso su aplicación puede mostrar la discrecionalidad en su adjudicación.
Así, por ejemplo, se había mencionado ya que Logan y Preble57 evidenciaron lo
anterior al referir un estudio desarrollado por la cia para contabilizar el número de
Estados fallidos en el periodo comprendido entre 1955 y 1998. Cuando la defi
nición operativa se restringía a aquellos casos en los que el Estado central hubiera
colapsado por varios años, el número de casos era 20, lo que es insuficiente para
establecer alguna correlación estadística. Con una definición más amplia, la cifra
54
Grayson, George W. (2010), Mexico: Narco Violence and a failed state?, Transaction Publishers, New
Brunswick/Londres.
55
Véanse, por ejemplo, O’Neil, Shannon (2009), “The Real War in Mexico. How Democracy Can
Defeat the Drug Cartels”, Foreign Affairs, vol. 88, núm. 4; Felbab-Brown, Vanda (2009), “The
Violent Drug Market in Mexico, and Lessons from Colombia”, Foreign Policy at Brookings, policy
paper, Brookings Institution, núm. 12, marzo, pp. 1 y 5.
56
Véase Williams, Phil (2009), Drug Trafficking, Violence, and the State in Mexico, Strategic Studies
Institute.
57
Logan, Justin y Chistopher Preble (2008), op. cit., pp. 62-66.
se incrementaba a 114, incluyendo, por ejemplo, realidades tan dispares como las
de China, Egipto,Irán, Iraq, Indonesia, Israel, Filipinas, Sierra Leona y Turquía.
Más aun, en el Índice de Estados Fallidos 2009 elaborado por la Fundación
para la Paz, tan sólo 13 países en todo el mundo (Noruega, Finlandia, Suecia,
Suiza, Irlanda, Dinamarca, Nueva Zelanda, Australia, Holanda, Austria, Luxem-
burgo, Canadá e Islandia) estaban ubicados en la categoría sostenible, la más alta
de todas y, por definición, la única satisfactoria. Con una condición de falla mode-
rada estaban incluidos varios países desarrollados, como Francia, Alemania, Japón,
Reino Unido y los Estados Unidos; mientras en situación de advertencia se ubicaba
casi toda América Latina. Muchos Estados de África, Medio Oriente y el sudeste
asiático eran caracterizados en situación de alerta.58
La lógica propia del análisis de la fortaleza y debilidad del Estado, que sub-
yace al tema del Estado fallido, implica la existencia de diversas gradaciones que
se ubican a lo largo de un continuum, entre las categorías extremas del Estado
fuerte y sostenible y aquél en condiciones de colapso total. Éstas incluirían por
lo menos las categorías Estado débil y Estado fallido, en un sentido progresivo de
debilitamiento.59
Sin embargo, a partir de los resultados de los esfuerzos cuantitativos referidos
con anterioridad, así como de otros que muestran paradojas similares, resultain-
evitable considerar con cautela la posibilidad de establecer umbrales claros entre
las diversas categorías, así como la inexorable caracterización de un caso, pues ésta
varía según las definiciones operativas y los indicadores seleccionados en el análisis.
Puede ser relativamente fácil distinguir entre un Estado fuerte y uno colapsado, pero
no lo es determinar en qué punto un Estado débil se convierte en uno fallido.
Con semejantes antecedentes, no causa sorpresa que el concepto Estado fallido
genere amplia polémica, cuando no rechazo. A pesar de todo lo anterior y con todas
las reservas que las limitaciones antes expuestas imponen, la lógica del análisis de
la falla del Estado puede resultar útil si se explica la base teórica que lleva a su em-
pleo y se le aborda como un proceso dinámico, con características cualitativas que
denotan una desviación profunda del Estado a la luz de sus propios términos de
referencia, en lugar de aludir a una categoría específica e inconfundible establecida
sólo a partir de criterios de grado. A menos que el colapso estatal sea absoluto —cues-
tión en realidad poco frecuente— es muy improbable que se alcance el consenso
respecto a si un Estado es fallido o no. En ello intervienen tanto divergencias de-
58
Fund for Peace (2009), Failed State Index, disponible en <http://fundforpeace.org/web/content/fsi
/fsiindex2009.php#>.
59
Carment, David (2003), op. cit., p. 409.
60
Rotberg, Robert (ed.) (2004), op. cit., pp. 2-4.
61
Hellman, Joel S., Geraint Jones y Daniel Kauffman (2000), Seize the State, seize the day. State
Capture, Corruption and Influence in Transition, policy research working paper 2444, World Bank
Institute (Governance, Regulation and Finance Division, Europe and Central Asia Region Public
Sector Group)/European Bank of Reconstruction and Development/Office of the Chief Economist,
septiembre, disponible en <http://info.worldbank.org/etools/library/latestversion.asp?17638>, pp. 1-2.
62
Hellman, Joel y Daniel Kauffman (2001), “La captura del Estado en las economías en transición”,
Finanzas y desarrollo, septiembre, vol. 38, núm. 3, p. 31
63
Hellman, Joel et al. (2000), op. cit., pp. 1-2.
En esta otra modalidad, la captura se establece de tal forma que aun la propia ac-
ción del Estado, incluso en los términos normativos establecidos, tiene por fin no
la procuración del interés público, sino el beneficio de intereses estrictamente
privados. En este caso, la corrupción se halla institucionalizada64 y, lejos de ser
transitoria,la captura del Estado evita la adopción y puesta en marcha de reformas
institucionales que podrían revertir su proliferación. Esta modalidad de corrupción
pública suele instalarse en contextos donde coexisten la transformación profunda
de los ordenamientos e instituciones políticas y una redistribución masiva de re-
cursos económicos.65
Pero ¿qué sucede cuando una práctica semejante es desarrollada no por inte-
reses legales sino criminales, y se focaliza no en instituciones reguladoras de
procesoseconómicos lícitos, sino en aquéllas encargadas de reforzar las disposicio-
nes normativas más esenciales del Estado?
Es claro que el término de captura del Estado no es literal: éste es muy complejo
y en ningún caso histórico actores individuales han estado en condiciones de impo
ner su interés privado en todo el conjunto de instituciones y dinámicas estatales.
Sin embargo, si se asume la jerarquía de bienes políticos provistos por el Estado, el
efecto de semejante práctica sobre diversas instituciones relacionadas con distinto
tipo de bienes puede tener efectos más o menos devastadores para el Estado y la
sociedad.
La captura del Estado también puede concebirse en una dimensión de insegu-
ridad jurídica que no necesariamente está asociada a la regulación amañada de las
actividades económicas, sino que puede identificarse en el manejo sesgado de los ám-
bitos de procuración de justicia, penales e incluso legislativos, en donde se pretende
manipular el sentido de la norma o el funcionamiento institucional en beneficio
de intereses delictivos.
64
También la corrupción administrativa puede estar institucionalizada, sin embargo, por el condi-
cionamiento y bloqueo intrínseco que implica la captura del Estado se asume que su carácter per-
nicioso es aun mayor. La corrupción institucionalizada se entiende de estructuras y procesos que se
han arraigado en la sociedad de forma corriente para obtener beneficios particulares. Véase Suárez,
Francisco, Marcela Jabbaz y Fernando Isuani (2001), “La corrupción organizacional: aportes para
el desarrollo teórico-conceptual”, Revista Probidad, edición 14, mayo-junio, citado en Garay et al.,
op cit., p. 35.
65
Banco Mundial (2000), Anticorruption in Transition. A Contribution to the Policy Debate, disponible en
<http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/WBI/EXTWBIGOVANTCOR/0,,content
MDK:20713499~menuPK:1976979~pagePK:64168445~piPK:64168309~theSitePK:1740
530,00.html>, pp. XIX.
66
Garay et al., op. cit., pp. 18, 52-53, 55.
67
Buscaglia, Edgardo y Jan Van Dijk (2003), “Controlling organized crime and corruption in the
public sector”, Forum on Crime and Society, vol. 3, núms. 2 y 3, diciembre. Los países estudiados
fueron Albania, Alemania, Argentina, Australia, Austria, Azerbaiyán, Bielorrusia, Bélgica, Bolivia,
Botswana, Brasil, Bulgaria, Canadá, China, Colombia, Corea del Sur, Costa Rica, Croacia, Repú-
blica Checa, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Estonia, Filipinas, Fin-
landia, Francia, Georgia, Grecia, Holanda, Hong Kong, Hungría, India, Indonesia, Irlanda, Italia,
Jamaica, Japón, Kirguistán, Latvia, Lituania, Macedonia, Malasia, Malta, Mongolia, Paraguay, Perú,
Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania, Rusia, Singapur, Suecia, Suiza, Sudáfrica, Tailandia,
Ucrania, Uganda, Venezuela, Vietnam, Yugoslavia y Zimbabwe. Cinco años más tarde, en 2008, la
índice compuesto para medir la corrupción de bajo, medio y alto nivel, generado
a partir de regresiones estadísticas de datos empíricos que permitieron, a su vez, la
formulación de diversos índices específicos. Conciben la corrupción de alto nivel
como el grado y extensión en el que intereses privados penetran las instituciones y
desvían sus políticas a su favor, es decir, la captura del Estado. A partir de ese
estudio,los autores demuestran que la corrupción y la delincuencia organizada no
son fenómenos aislados. Evidencia empírica muestra la fuerte correlación entre
uno y otro, los vínculos interdependientes entre las dimensiones políticas, so-
cioeconómicas, la justicia criminal y el entramado legal.68
Estos autores advirtieron que la regulación institucional del sector privado es
otro elemento de consideración en la correlación existente con la delincuencia
organizada. Una ausencia de mecanismos institucionales y transparentes de control
del sistema bancario, de la posibilidad de acceder a financiamiento, así como la
inexistencia de medidas contra el lavado de dinero o su efectiva adopción y super-
visión, favorecen una alta presencia de la delincuencia organizada. La discreciona-
lidad en el otorgamiento de apoyos y subsidios a determinadas entidades del sector
privado se integra también en este factor.69
Buscaglia y Van Dijk ejemplifican también prácticas de captura del Estado
sobre circuitos institucionales específicos. Es relevante que entre los mencionados
como usuales o preferentes, estos autores refirieron el caso de las aduanas.70 Seña-
laron, también, la correlación entre altos niveles de delincuencia organizada y una
escasa autonomía del aparato judicial.71 Vale la pena tener estas cuestiones en
metodología empleada en este estudio se utilizaría por el propio Buscaglia para ampliarlo a 107
países. Véase Buscaglia, Edgardo (2008), “The Paradox of Expected Punishment: Legal and Econo-
mic actors Determining Success and Failure in the Fight against Organized Crime”, Review of Law
and Economics, vol. 3, disponible en <http://papers.ssrn.com/soL3/papers.cfm?abstract_id=1161
204>.
68
Ibid., pp. 3-4, 8-9, apéndice A, tabla 4.
69
Ibid., pp. 10-11, 18-19. Para la presente investigación esta observación es en particular significati-
va, pues una de las características del modelo de desarrollo económico impulsado por la adminis-
tración de Miguel Alemán Valdés y subsecuentes fue la opacidad y discrecionalidad en las relacio-
nes entre el gobierno y el sector privado, y las reglamentaciones sobre este último. Como se verá
más adelante, esta situación parece haber dado lugar a múltiples casos de simbiosis entre capitales
de origen lícito e ilícito.
70
Ibid., pp. 11-12.
71
Ibid., p. 12 y 15. Según podrá apreciarse, una de las prioridades de los intereses delictivos que se
expondrán en las siguientes páginas fue, en el caso de Tamaulipas, el control de las aduanas y los
circuitos judiciales. En el primer caso, el interés que representan semejantes instituciones para el
flujo de bienes ilícitos es evidente. En el segundo, la independencia del aparato judicial es una vía
fundamental para combatir la corrupción de alto nivel en el que altos funcionarios y políticos están
involucrados, de manera que su captura es un elemento indispensable para garantizar su impuni-
dad.
72
Ibid., p. 14.
73
Ibid., p. 7.
74
Ibid., pp. 8, 14 y 16. En el caso de México, semejantes condiciones socioeconómicas y políticas
han estado presentes y parecen haberse arraigado a partir de mecanismos políticos y económicos
instituidos desde el sexenio alemanista.
75
Ibid., p. 18.
76
Ibid., pp. 23-24.
77
Garay et al., op. cit., p. 59.
78
Ibid., p. 96.
79
Ibid., pp. 67-80.
80
Pierson, Paul y Theda Skocpol (2002), op cit., pp. 693-721.
86
Gootenberg, Paul (2008), op. cit., pp. 23-24.
87
Ibid., pp. 25, 26, 107, 108, 112-113.
88
Ibid., p. 107.
89
Ibid., p. 113.
90
Ibid., pp. 118-121. La compañía farmacéutica estadounidense Parker y Davis, por ejemplo, se es
pecializaba en la producción de medicamentos compuestos con cocaína. Véase, también, Musto,
David F. (1993), “Pautas en el abuso de drogas y la respuesta en los Estados Unidos”, en Smith, Peter
H., El combate a las drogas en América, fce, México, p. 77.
91
Gootenberg, Paul (2008), op. cit., pp. 122, 192 y 193; Musto, David F. (1993), op. cit., pp. 72-77.
92
Ibid., p. 122. Véase, también, Musto, David F. (1993), op. cit., p. 75.
93
Musto, David F. (1993), op. cit., pp. 72 y 74.
94
Ibid. pp. 72-81; Gootenberg, Paul (2008), op. cit., p. 191.
95
Musto, David F. (1993), op. cit., p. 72.
96
Gootenberg, Paul (2008), op. cit., p. 191.
97
Ibid., pp. 194-198.
98
Ibid., op. cit., p. 197.
99
Ibid., pp. 192-193 y 197.
105
Ibid., pp. 245-247.
106
Ibid., p. 251.
107
Ibid., pp. 10-11, 325-328; Thoumi, Francisco (2005), “The numbers game: Let’s all guess the size
of the illegal drug’s industry!”, en Journal of Drug Issues, Florida State University/School of Crimi-
nology & Criminal Justice, invierno, Miami, pp. 185-199; Reuter, Peter (1996), “The Mismea-
surement of Illegal Drug Markets: The implications of its irrelevance”, en Susan Pozo (ed.) (1996),
Exploring the Underground Economy: Studies of Illegal and Unreported Activity, W.E. Upjohn Insti-
tute for Employment Research, Kalamazoo.
108
Allen, Chistian M. (2005), An industrial geography of cocaine, Routledge, Latin American Studies,
Nueva York-Oxon, p. 4.
109
Gootenberg, Paul (2008), op. cit., p. 251.
110
Ibid. Aunque para los parámetros de hoy resulte sorprendente, el autor refiere la síntesis química de
cocaína realizada en ese país oriental. Como se recordará, Japón se encontraba entre los principales
países productores de cocaína, según la información estimada por la Liga de las Naciones.
111
Astorga, Luis (2005), El siglo de las drogas. El narcotráfico, del Porfiriato al nuevo milenio, Plaza y
Janés, México, pp. 39-98.
112
Allen, Christian M. (2005), op. cit., p. 57.
113
Gootenberg, Paul (2008), op. cit., p. 261. El tráfico realizado por chilenos estaba más vinculado
con fuentes de aprovisionamiento bolivianas.
114
Idem.
115
Gootenberg, Paul (2008), op. cit., p. 264.
116
Allen, Christian M. (2005), op. cit., p. 57; Gootenber, Paul (2003), op. cit., pp. 264-266; véase,
también, López Restrepo, Andrés y Álvaro Camacho Guizado (s.f.), “From smugglers to drug-lords
to ‘traquetos’: changes in the Colombian illicit drugs organizations”, working paper, Kellog Insti-
tute for International Studies/University of Notre Dame, disponible en <http://nd.edu/~kellogg/
faculty/research/pdfs/LopeCama.pdf>, p. 7.
117
López Restrepo y Camacho Guizado (s.f.), op. cit., p. 7.
118
Gootenberg, Paul (2008), op. cit., pp. 273, 300 y 301.
119
Allen, Chistian M. (2005), op. cit., p. 57.
120
López Restrepo y Camacho Guizado citan un documento presentado en el Congreso estadouni
dense, en 1980, según el cual, hacia 1965, los colombianos proveían casi 100% de la cocaína que
ingresaba a los Estados Unidos por medio de traficantes cubanos. Véase op. cit., p. 7.
121
Gootenberg, Paul (2008), op. cit., pp. 371-372.
122
Thoumi, Francisco (2002), El imperio de la droga. Narcotráfico, economía y sociedad en Los Andes,
Planeta, Bogotá, pp. 78-105. En un trabajo posterior publicado en inglés, Thoumi aborda espe-
cíficamente este tema. Véase Thoumi, Francisco (2005), “The Colombian competitive advantage
in illegal drugs: the role of policies and institutional changes”, en The Journal of Drug Issues, 1 de
enero, pp. 7-26.
123
Ibid., p. 79.
124
Ibid., pp. 79-80 y 85-87.
125
Allen, Chistian M. (2005), op. cit., p. 63.
126
Ibid., pp. 63-64; Gootenberg, Paul (2008), op. cit., pp. 301-302.
127
Thoumi, Francisco (2005), op. cit., pp. 9-10.
128
Allen, Chistian M. (2005), op. cit., p. 1.
129
Ibid., pp. 1-2. Este autor refiere la reflexión de Manuel Castells (1998), “The Perverse Connection:
The Global Criminal Economy”, en End of Millennium, Blackwell Publishers Ltd., Oxford-Mal-
den, p. 173.
últimas décadas, pero surge, por lo menos, desde la primera mitad del siglo xx.
Estos mercados ilegales transnacionales no están desconectados del capital global
y sus principales circuitos y dinámicas vigentes durante las diversas etapas de este
periodo. Como señala Allen, en su interacción con las localidades, la globalización
es procesada a partir de sus propias condiciones e instituciones. Esto favorece que,
independientemente de la lógica similar que pueden tener sus procesos económi-
cos, éstos sean reconvertidos a partir de las circunstancias de los propios enclaves.130
El lugar de origen de las empresas, aun las ilegales, marca su impronta en su funcio-
namiento y lógica, debido a que supone una adaptación específica al contexto
institucional, a las prácticas y costumbres establecidas en ese lugar.131 Más aun, no
pueden ser enteramente ajenas al modelo específico de capitalismo adoptado y a
sus peculiares características locales.
Si bajo cierto paradigma teórico el Estado es promotor del modo de producción
capitalista y de sus relaciones de producción, una infraestructura económica
complejaofrece mejores condiciones de desarrollo también a las empresas ilegales,
frente a otra comparativamente más débil y de menor proporción, cuando la pri-
mera mantiene amplios umbrales de discrecionalidad y falta de controles transpa-
rentes, según se vio más arriba con lo expuesto por Buscaglia y Van Dijk.132
Gran parte de las ventajas comparativas para el tráfico de drogas descritas más
arriba por Thoumi, atribuidas a las organizaciones colombianas, es compartida
también por sus contrapartes mexicanas; con la salvedad de que semejantes inte-
reses ilegales, en este caso, y según se podrá apreciar en las páginas siguientes,
contaron con el respaldo de actores estatales en condiciones de movilizar también
a su favor prácticas identificadas con el modelo de desarrollo económico que habría
de resultar en el denominado milagro mexicano.
En este caso, resulta significativo el paralelismo entre las estrategias económicas
de brindar protección comercial a ciertas empresas cercanas al poder en turno,
frente a sus competidoras, hasta constituirlas en virtuales monopolios u oligopolios
arraigados en México durante el sexenio de Miguel Alemán. De hecho, cabe la
posibilidad, a la luz de las evidencias que se expondrán más adelante, de que en estos
procesos de promoción del crecimiento económico, algunos de sus principales
artífices compartieran intereses en ámbitos que resultan, por lo menos, de legalidad
cuestionable, mismos que se habrían vinculado con el propio desarrollo de la eco-
nomía lícita.
130
Allen, Christian M. (2005), op. cit., p. 1.
131
Ibid.
132
Buscaglia y Van Dijk (2003), op. cit., pp. 7-12, 17-18.
133
“La quinta esencia del tipo de mentalidad empresarial en el sector privado, celebrada y apoyada
por la ortodoxia neoliberal que guía las prescripciones políticas auspiciadas por el fmi y el Banco
Mundial”. (Traducción libre del autor.) Véase Andreas, Peter (1999), “When Policies Collide: Mar
ketReform, Market Prohibition and the narcotization of the Mexican Economy”, en Richard H.
Friman y Rowman P. Andreas (eds.), (1999), The illicit global economy and state power, Rowman &
Littlefield Publishers Inc., Maryland, p. 125.
134
Flores Pérez, C.A. (2009), op. cit., pp. 193-196.
135
Astorga, Luis (2005), op. cit., pp. 24-25.
136
Gootenberg, Paul (2008), op. cit., pp. 273-275.
En este país, el tráfico de cocaína comienza a surgir hacia los años setenta,
pero crece de manera acelerada en los ochenta. En este periodo, las organizaciones
colombianas, ya entonces hegemónicas, se vieron presionadas para establecer
nuevasrutas para transportar su producto hacia los Estados Unidos, cuando a
principios de esta última década un incremento en las medidas de seguridad cos-
tera en el Caribe dificultó la continuidad del contrabando por Florida.137
Los traficantes colombianos buscaron asociarse con sus contrapartes mexicanas,
expertas ya en contrabandear drogas y otros bienes a través de la larga frontera
compartida con los Estados Unidos. Estos últimos encontraron así el acceso con-
tinuo a una droga de mayor demanda respecto a la mariguana y los opiáceos, a los
que tradicionalmente se habían dedicado, más compacta y con niveles de ganancia
mucho más redituables.
Los colombianos, por su parte, encontraron un ambiente receptivo, pero más
centralizado y adverso a incursiones independientes, que aquel que enfrentaban
en su propio entorno. Con todas las precariedades que pudiera tener, el Estado
mexicano había logrado establecer una hegemonía territorial y funcional conside-
rablemente mayor a la de su contraparte colombiana. A diferencia de este último
caso, en México el tráfico de drogas había sido una actividad sujeta a los designios
de actores del poder, en condiciones de utilizar el aparato de seguridad para su
protección discriminativa y vinculados estrechamente a una estructura económica
más compleja y de mayores dimensiones que la colombiana.138
Aunque sus cifras no se refieren exclusivamente al tráfico de drogas, ni se re-
portan transacciones en efectivo ni el lavado de dinero doméstico, lo anterior se
puede dimensionar si se considera, por ejemplo, el informe de Global Financial
Integrity. Esta organización, dedicada a medir los flujos de capital ilícito en el
mundo, reportó que entre 1970 y 2010 la cantidad de recursos ilícitos provenientes
de México en el sistema financiero internacional ascendía a 872 000 millones de
dólares estadounidenses. En promedio, tales flujos ilícitos representaron anual-
mente 5.2% del pib, durante ese periodo. En 1995, sin embargo, alcanzaron el
máximo de 12.7%.139
Las organizaciones mexicanas, respaldadas por una estructura política y poli-
cial considerablemente centralizada en los hechos, más allá de las formas democrá-
137
Allen, Christian M. (2005), op. cit., pp. 72-73 y 84.
138
Flores Pérez, C.A. (2009), op. cit., pp. 278, 279, 324-326.
139
Kar, Dev (2012), México: flujos financieros ilícitos, desequilibrios macroeconómicos y la economía su-
mergida, Global Financial Integrity, p. i., disponible en <http://www.gfintegrity.org/storage/gfip/
documents/reports/mexico/gfi_mexico_report_espanol_web.pdf>.
140
Flores Pérez, C.A. (2009), op. cit., pp. 193-194. Véase, también, Flores Pérez, Carlos Antonio
(2010), “Organized crime and oficial corruption in Mexico”, en Robert A. Donnelly y David A.
Shirk (2010), Police and Public Security in Mexico, University Readers, EU, pp. 100-106, 116. So-
bre el pago en especie, véanse González-Ruiz, Samuel, Ernesto López Portillo-Vargas y José Arturo
Yáñez (1994), Seguridad pública en México. Problemas, perspectivas y propuestas, unam, México, pp.
75-76; Allen, Christian M. (2005), op. cit., p. 78.
141
Esta tendencia ya se advertía, por ejemplo, en el informe de la Oficina de las Naciones Unidas
contra las Drogas y el Delito en 1999. Véase United Nations Office for Drug Control and Crime
Prevention (1999), Global Illicit Drug Trends, United Nations Publications, Nueva York, p. 46.
69
1
Herrera, Octavio (1999), Breve historia de Tamaulipas, Fideicomiso Historia de las Américas, Serie
Breves Historias de los Estados de la República Mexicana, El Colegio de México, México, pp. 17-18.
2
Ibid., p. 31.
3
Ibid., p. 34.
4
Ibid., pp. 34, 37.
5
Ibid., pp. 61, 65-66.
6
Ibid., p. 90.
7
Ibid., p. 105.
8
Ibid., p. 107.
9
Ibid., p. 121.
10
Ibid., p. 89.
11
Alarcón Cantú, Eduardo (1990), Evolución y dependencia en el Noreste: las ciudades fronterizas de
Tamaulipas, El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, p. 15.
12
Ibid., p. 15. Sobre la introducción del contrabando en el noreste mexicano, así como su papel en
los orígenes fundacionales de Matamoros, el autor remite a Paredes, Eliseo (1976), Homenaje a
los fundadores de la heroica, leal e invicta Matamoros en el sesquicentenario de su nuevo nombre, H.
Ayuntamiento de Matamoros, Matamoros, p. 59. Véase, también, Vizcaya Canales, Isidro (1971),
Los orígenes de la industrialización de Monterrey, 1867-1920, Librería Tecnológico, Monterrey, p.
VIII.
13
Alarcón Cantú, Eduardo (1990), op. cit., p. 17.
[…] cuya actividad es casi sólo el contrabando a México. Brownsville es hoy el depó
sito de todas las mercancías prohibidas destinadas a ingresar clandestinamente a la
República. Desde allí se van río arriba hasta Camargo, donde, como en todas partes,
la custodia es tan mala que la desfachatez de los yankees no encuentra obstáculos,
y las mercancías, por Monterrey, se trasladan a Coahuila, Zacatecas y San Luis.20
Los funcionarios de aduanas, al ver que con los ingresos arancelarios no alcanzaban
ni a cubrir sus propios salarios, decidieron aliarse a los contrabandistas, para con-
servar más o menos algún tráfico comercial en la ciudad. Por un precio fijo, o por
una participación en la ganancia que portara el contrabando, otorgan todo tipo
de certificaciones. El Gobierno es incapaz de tener este fenómeno bajo control, y
aunque tuviera los medios para hacerlo, tampoco osaría por temor a que los Estados
fronterizos se separen de la Federación, pues lo que hoy mantiene vivo el comercio
en esos Estados, es el contrabando.21
raban el millón de pesos. No obstante, hacia 1842 esos recursos habían decrecido
a 252 227 pesos, e incluso la población local había disminuido de 15 000 habitan-
tes, en 1835, a 7 000, en 1846.22 Para Manuel Payno, quien publicó sus impresio-
nes sobre Matamoros en 1842, destacaba el hecho de que la mayor parte del co-
mercio en la localidad era controlado por extranjeros, quienes además lo llevaban
a cabo de manera ilegal. Sin ambages expresó que “es público y notorio que esta
población debe su existencia al contrabando”.23 En 1826, el censo realizado en la
localidad contabilizó a 12 comerciantes, de los cuales 10 eran extranjeros y dos
mexicanos.24 Poco menos de veinte años después, el predominio continuaba; el
contrabando era manejado de manera prácticamente abierta y las mercancías eran
desembarcadas aun sin contar con documentación alguna.25
Medidas administrativas tomadas por las autoridades estadounidenses también
favorecieron y potenciaron el desarrollo del contrabando hacia México. En 1852,
una nueva reglamentación aprobada en ese país determinó que mercancías euro-
peas introducidas a los Estados Unidos, mediante el depósito de una fianza, podían
después permanecer de manera indefinida en la frontera con México, y que una
vez trasladadas hacia este último, no causarían ningún impuesto.26
En condiciones de notable debilidad presencial y funcional del Estado mexi-
cano, la consecuencia clara fue la proliferación del contrabando hacia México
promovido por redes bien organizadas. Oficiales del ejército estadounidense, como
W.W. Chapman, reportarían a sus superiores que “el contrabando es llevado con
vastedad a todo lo largo del río”.27
Puntos de entrada de bienes, del lado mexicano, serían, además de la ya men-
cionada Matamoros, las localidades de Reynosa, Camargo y Mier; esta última
cercana a la ciudad de Monterrey, pujante núcleo urbano con buenas oportunidades
industriales y mercantiles, por lo que constituyó un destino predilecto para el
traslado de mercancías procedentes del lado estadounidense.28
22
Herrera, Octavio (1999), op cit., p. 128.
23
Citado en Alarcón Cantú, E. (1990), op. cit., p. 17. El autor remite a Paredes, Eliseo (1976), op.
cit., p. 30.
24
Alarcón Cantú, E. (1990), op. cit., p. 17.
25
Ibid., p. 18. El autor refiere como fuente a Chatfield, W.H. (1893), The Twin Cities of the Border.
Brownsville, Texas, Matamoros, Mexico and the Country of the Lower Rio Grande, E.P. Brandao,
Nueva Orleans, pp. 12-15.
26
Alarcón Cantú, E. (1990), op. cit., p. 20.
27
Kelley, Pat (1986), River of Lost Dreams: Navigation on the Rio Grande, University of Nebraska
Press, Nebraska, p. 38. Citado en Alarcón Cantú, E. (1990), op. cit., p. 20.
28
Alarcón Cantú, E. (1990), op. cit., p. 16.
La zona libre fue una puñalada para el comercio de Estados Unidos, puesto que
muchas casas comerciales que inicialmente habían sido localizadas en el lado ameri
cano, se pasaron al lado mexicano inmediatamente después de la proclamación de
la zona libre. Y respecto al contrabando hacia Texas, se argumentaba que la exención
de impuestos en la zona libre fue un estímulo al contrabando de bienes extranjeros de
regreso a los Estados Unidos.32
29
Ibid., pp. 16-18.
30
Ibid., p. 22.
31
Ibid., p. 23.
32
Chatfield, W.H. (1983), op. cit., p. 33. Citado en Alarcón Cantú, E. (1990), op. cit., p. 23.
Desde luego que el argumento pasaba por alto que el establecimiento de esas
casas comerciales —y como se ha visto, la propia formación de las ciudades fron-
terizas donde se asentaron— había tenido originalmente, entre sus motivos sus-
tantivos, el de contrabandear mercancías hacia México.
El gobierno estadounidense presionó continuamente a su contraparte mexi-
cana para que ésta aboliera la zona libre. Incluso, según un documento mexicano
de 1873, en los Estados Unidos algunas voces se alzaron para exigir, como única
solución al problema, “apoderarse del territorio mexicano entre el Bravo y la Sierra
Madre”.33
Hacia el último cuarto del siglo xix, el propio gobierno del general Porfirio
Díaz enfrentaría, como condicionante para su reconocimiento por parte de los
Estados Unidos, la exigencia de desaparecer la zona libre.34 Finalmente, ésta sería
abolida en 1905.35
De nuevo, en 1848, cabe señalar que la redefinición de las fronteras fue, asi-
mismo, factor de nuevas violencias entre las poblaciones asentadas a ambos lados
de la misma, con la desventaja, para la parte mexicana, de la escasa presencia de un
Estado ya de por sí derrotado en la guerra acontecida entre los dos países. La
tensióny violencia que se suscitaron tras la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo
afectaron sobre todo a la población mexicana, que fue presa de incursiones de fili-
busteros y gavillas de abigeos.36
En algunas ocasiones, acciones semejantes contaron con el apoyo de algunos
mexicanos, como fue el caso de la denominada rebelión de la Loba, encabezada
por un individuo de nombre José María Carbajal, quien para financiarla entró en
tratos con diversos comerciantes de Brownsville, a quienes prometió la introducción
de un contrabando de mercancías a Tamaulipas. También formó un ejército merce
nario integrado en su mayoría por estadounidenses, que en octubre de 1851 asedió
Matamoros, saqueó los comercios y provocó incendios que obligaron el desalojo
de la ciudad.37
33
Informe de la Comisión Pesquisidora de la Frontera Norte al Ejecutivo de la Unión (1873), Monte-
rrey, Nuevo León, reproducción facsimilar, citado en Alarcón Cantú, E. (1990), op. cit., p. 24.
34
Alarcón Cantú, E. (1990), op. cit., p. 24.
35
Ibid., pp. 23-24. Las protestas estadounidenses no fueron las únicas: a lo largo de su funcionamien
to, comerciantes de otras localidades del país, como Tampico, Veracruz o Monterrey, manifestaron
también su inconformidad por el desplazamiento de la actividad comercial que la zona libre de la
frontera tamaulipeca originaba, en perjuicio de sus propios intereses.
36
Herrera, Octavio (1991), op. cit., p. 161.
37
Ibid., pp. 161-162.
Otro caso digno de mención fue el de N.P. Norton, juez del condado de Starr.
Este personaje, no obstante su condición de figura pública, promovía el abigeato
y apoyaba a algunas organizaciones de filibusteros que asolaban la frontera de Ta-
maulipas. En alguna ocasión cruzó el río Bravo y tomó Reynosa; apresó al alcalde
y a vecinos notables, amenazando con fusilarlos si no le eran entregados 30 000
pesos. Debido a que los prendidos no contaban con esa cantidad, el juez había
aceptado el pago de 2 000 pesos, al tiempo que permitía el saqueo de la población
por sus hombres armados. Aunque las autoridades mexicanas habían promovido
una queja formal ante sus pares estadounidenses, que motivó una causa judicial
contra Norton en Brownsville, ésta fue desechada a los dos años, sin mayores con-
secuencias.38
En lo referente al abigeato, éste fue también causa de violencia hacia la pobla-
ción mexicana, que involuntariamente surtía por esta vía la alta demanda de la
floreciente industria ganadera que se comenzaba a desarrollar en Texas. Hacia
1860, la región comprendida entre los ríos Nueces y Bravo, en el sureste de Texas,
contaba ya con 3 700 000 cabezas de ganado, mismas que 10 años después se in-
crementarían a cinco millones.39
Un elemento que favoreció el desarrollo inicial de esta producción ganadera
fue la apropiación de bovinos abandonados por mexicanos tras su partida, debido
a las condiciones de guerra.40 Con posterioridad, el traslado de ganado mexicano
hacia Texas continuaría a través de lo que Alarcón describe como tráfico ilegal.41
Según Herrera, miembros destacados de la recién instalada élite angloameri-
cana en Texas se convirtieron en promotores activos del abigeato y reclutaron por
igual a estadounidenses y mexicanos que participaban en esta actividad a cambio
de dinero. De acuerdo con el autor, fortunas del sur de Texas, como la de Richard
King, Adolfo Gleavecke y Thadeus Rhodes deben su origen a esta actividad. El
38
Idem.
39
Alarcón Cantú, E. (1990), op. cit., pp. 20-21.
40
Ibid., p. 21. Parte de la población de origen mexicano que decidió permanecer en Texas sería
objeto de nuevas depredaciones para despojarlos de sus tierras y bienes pecuarios, a pesar de haber
recibido formalmente la doble nacionalidad y derechos de residencia. El despojo, violento en sus
inicios, sería reforzado por el apoyo de las autoridades judiciales locales y el desconocimiento de
los mexicano-estadounidenses de la lengua y las disposiciones legales de ese país. Tales condicio-
nes causaron la rebelión de Juan Nepomuceno Cortina, quien decidió hacer justicia en mano
propia: tomó Brownsville por asalto, ejecutó a un personaje prominente y liberó a los presos, para
refugiarse después en Tamaulipas y Nuevo León, adonde lo persiguieron los rangers texanos. Véase
Herrera, Octavio (1991), op. cit., pp. 164-165.
41
Ibid., p. 21.
primero de ellos estableció una gran empresa ganadera en las cercanías de Corpus
Christi, al tiempo que participaba en la transportación fluvial y la comercialización
de mercancías. Los segundos eran, además, funcionarios de condados texanos en
la frontera con México. El mencionado Rhodes incluso habría asentado una gavilla
de abigeos en el rancho Rosario, en los alrededores de Edimburg, Texas, desde el
cual realizaba incursiones para robar ganado en las regiones norteñas de Tamauli-
pas y Nuevo León.42
Todo ello muestra el arraigo de flujos comerciales ilícitos en el norte de Tamau-
lipas, con importantes vasos comunicantes en ambos lados de una frontera inmer-
sa con frecuencia en condiciones de violencia e ilegalidad, en un contexto de ve-
cindad compleja, donde la parte mexicana había sido virtualmente dejada a su
suerte por un Estado central incapaz de resguardarla e imponer el orden establecido
en lo formal.
En el ámbito político, hacia 1870, la figura de un militar liberal, el general
Servando Canales, que había intervenido en las distintas conflagraciones bélicas
desde las intervenciones estadounidense, francesa y las guerras de Reforma, con-
solidó una fuerte influencia personal en el estado. Canales mantuvo una conside-
rable independencia frente a las tendencias centralistas del gobierno de Juárez y,
hacia 1876, respaldó el Plan de Tuxtepec proclamado por Porfirio Díaz.43
Durante la etapa temprana del régimen porfirista, Servando Canales maniobró
para mantener su influencia política en el estado: pretendió, sin éxito, su carácter
de jefe militar de la entidad con el de gobernador —a lo cual se opuso Díaz—,
pero logró ubicar a su hermano, Antonio Canales, al frente de este último cargo.
Servando Canales murió un año después, pero con él se inauguró la etapa en la que
el dominio político en la entidad estuvo ejercido de manera sucesiva por caudillos.
La estrategia de consolidación central del poder ejercida por Porfirio Díaz dio
fin al dominio de los Canales en la política tamaulipeca en 1888, pues el caudillo
apoyó a un incondicional propio, el general Eulalio Vela, como jefe militar en la
entidad. Los Canales habían respaldado a su cuñado, el general Rómulo Cuéllar,
para alcanzar la gubernatura del estado en 1884, tras ocupar la comandancia militar
local. Cuéllar aspiraba a heredar el poder político local a su propio hijo. En 1887,
Díaz apoyó la candidatura del ingeniero Alejandro Prieto a la gubernatura del
estado.Tras asumir el poder promovió la modificación de la constitución estatal
42
Ibid., pp. 162-163.
43
Ibid., p. 198.
para permitir sólo una reelección, hecho que le permitió gobernar un periodo
más.44
A Prieto lo sustituyó el abogado y periodista matamorense, Guadalupe
Mainero,quien inició su mandato en 1896 y murió en 1901. Tiempo atrás había
sido opositor a Díaz, pero después se incorporó al sistema personal de cooptaciones
y dádivas del dictador. Tras el deceso de Mainero, Díaz designó a otro matamorense,
Pedro Argüelles, quien además de ser tío materno de su esposa, Carmen Romero
Rubio, había ya recibido como premio la administración de la aduana de Nuevo
Laredo —con todas las oportunidades de enriquecimiento que ello implicaba—,
por su lealtad al caudillo durante la rebelión de Tuxtepec.45 Como se verá, esta
lógica sería continuada en los años por venir y es determinante para el tema central
de este trabajo.
44
Ibid., pp. 202-204.
45
Ibid., p. 206.
46
Todos los datos censales que se proporcionan a continuación fueron tomados de inegi (2010),
México. Compendio censal siglo xx, disco compacto, México.
personas, cifra muy inferior a la de los estados fronterizos del norte, salvo Nuevo
León, que no proporcionó datos.
El censo de 1910 sólo incluyó a cinco localidades con el carácter de ciudad. La
más poblada de ellas era Tampico, al sur de la entidad, con 16 528 habitantes. Le
seguía, en el centro, Ciudad Victoria, la capital del estado, con 12 103. En el noro
este, Nuevo Laredo contaba entonces con 8 143, mientras que en el noreste Mata
moros tenía 7 390.
Desde 1895 existía una ligera disparidad en la proporción poblacional entre
mujeres y hombres, con un predominio relativo de los últimos: 1895, 51.04% de
hombres y 48.96% de mujeres; en 1900, la proporción fue de 50.75% contra
49.25%; y en 1910, de 50.83% y 49.17%, respectivamente. Una tendencia similar
se apreciaba en cinco de los demás estados de la frontera noreste, sin embargo,
ésta no se acercaba a la proporción de Baja California, por ejemplo, de 53.32% de
hombres contra 46.68% de mujeres en 1910, o a la propia de otro territorio ubi-
cado en el extremo opuesto del país, Quintana Roo, donde en ese mismo año
existía 66.82% de hombres y 33.18% de mujeres. Lo anterior podría significar que
hacia los años finales del siglo xix la zona de la frontera tendría un ligero excedente
de varones que probablemente se dirigieron a esa zona del país con propósitos la-
borales o migratorios de carácter transitorio, pero no de establecimiento familiar.
Esto supondría la aparición incipiente de una tendencia que se habría de agudizar
en los años siguientes, sin llegar a los referentes señalados de Baja California y
Quintana Roo, que, según las cifras proporcionadas, no parecían ofrecer condicio-
nes propicias para el asentamiento familiar de largo plazo. Si se analiza esta pobla-
ción por rangos de edad de cinco años, se puede apreciar que el número de muje-
res comienza a guardar una proporción decreciente respecto al de varones en el
rango de edad de 30 a 35 años, y no vuelve a recuperarse en los siguientes. No
obstante, en los rangos anteriores, que suponen la edad de mayor fertilidad (15-
30), la proporción de mujeres respecto a los varones es, en cada uno de los casos,
mayor. Esta apreciación parece corroborarse si se considera el notable excedente
de varones solteros respecto a la población de mujeres en la misma condición, que
ofrece un evidente contraste en el caso de la proporción guardada entre varones y
mujeres casados. En el primer caso, en 1910, descontando menores de edad, exis-
tía en la entidad una población de 40 415 varones solteros, frente a 36 635 mujeres
solteras. En el caso de la población casada, las proporciones son más cercanas:
32 854 varones por 32 403 mujeres.
En 1910, la población analfabeta de Tamaulipas respecto al total era alta:
100 904, con concentraciones mayores en las regiones denominadas centro y
cuarto, a las que deben añadirse proporciones de poco más de la quinta parte de
esta cifra, en cada caso, en el sur y norte de la entidad. De esta población, 54 988
eran mujeres.
Ese era en general el contexto del estado cuando inició la Revolución mexicana.
Hacia 1909 surgió en Coahuila el Partido Antirreeleccionista, que tenía al hacen-
dado Francisco I. Madero como líder y candidato aspirante a suceder en la presi-
dencia de la República a Porfirio Díaz, en la elección de 1910. En Tamaulipas, su
movimiento fue secundado por Emilio y Francisco Vázquez Gómez, oriundos del
municipiode Tula. La represión del intento electoral de Madero de poner fin pa-
cífico a la dictadura de Díaz derivó en una insurrección a la que convocó el propio
Madero, el 20 de noviembre de 1910, y que inició la Revolución mexicana. Alberto
Carrera Torres, profesor de primaria y agrarista radical tomó Tula en mayo de 1911,
en respaldo al movimiento armado.47
En Tamaulipas, al igual que en otras regiones del país, la segunda década del
siglo xx fue considerablemente volátil. En la entidad, el triunfo de la revolución
maderista condujo al establecimiento, en febrero de 1912, del gobierno de Matías
Guerra, candidato del Partido Liberal de Tamaulipas, respaldado por Madero en
la elección local. No obstante, Guerra reconoció al gobierno golpista de Victoriano
Huerta, que había asesinado a Madero en febrero de 1913, y su partido respaldó
la fórmula contrarrevolucionaria de Félix Díaz y Francisco León de la Barra. Huerta
resolvió designar al general Antonio Rábago para que se hiciera cargo del control
de la entidad.48
El apoyo a los constitucionalistas en Tamaulipas tuvo dos vertientes: la primera,
encabezada por Alberto Carrera Torres, abiertamente agrarista y contrario a los
nexos porfiristas de la nueva dictadura militar; la segunda, por Luis Caballero,
pequeño propietario rural y jefe de fuerzas rurales del centro del estado durante el
gobierno maderista, ahora adherido a las fuerzas del general constitucionalista
Lucio Blanco.49
Estos grupos se habrían de confrontar, a su vez, tras la ruptura entre conven-
cionalistas y constitucionalistas, en 1914. El agrarismo de Alberto Carrera Torres
había terminado por confrontarlo con el carrancismo. Carrera se alió a Villa,
mientrasque Luis Caballero continuaría aliado a Carranza y enfrentaría a Carrera
Torres. Tras la derrota de la villista División del Norte, los constitucionalistas se
erigieron como la facción triunfante de la Revolución. Carranza designó a Luis
Caballero gobernador de Tamaulipas, quien se encargó de desarticular las fuerzas
47
Herrera, Octavio (1991), op. cit, pp. 220-221.
48
Ibid., pp. 222-224.
49
Ibid., pp. 224-225.
50
Ibid., pp. 228-232.
51
Ibid., pp. 235-236.
52
Alvarado Mendoza, Arturo (1992), El portesgilismo en Tamaulipas. Estudio sobre la constitución de
la autoridad pública en el México posrevolucionario, El Colegio de México, México, pp. 45-47.
53
Ibid., pp. 47-48.
junto con 1 600 hombres. Caballero permaneció insurrecto hasta enero de 1920,
cuando fue amnistiado y nombrado embajador de México en Guatemala. Esta
situación mantuvo continuos conflictos violentos en Tamaulipas.54
También, el gobernador Osuna sería depuesto por el mismo Senado por no
convocar a nuevas elecciones. Carranza lo reemplazó por el general Francisco
González Villarreal, quien integró una nueva legislatura, la XXVII, que tuvo ca-
rácter de constituyente, y redactó una nueva constitución para el estado, que entró
en vigor en 1920 y sustituyó a la de 1871.55
Hacia 1920, la situación política nacional se había tensado nuevamente con
la pretensión de Venustiano Carranza de heredar el poder a algún personaje incon-
dicional, marginando al general Álvaro Obregón, auténtico caudillo militar de la
Revolución. El resultado fue la rebelión de Agua Prieta, llevada a cabo por la fac-
ción obregonista del antiguo constitucionalismo, y el asesinato de Carranza en
Tlaxcalantongo, Puebla, en mayo de ese mismo año, por las fuerzas insurrectas.
En Tamaulipas, la campaña política de Obregón había sido hostilizada por el
gobierno del general Rafael Cárdenas, afecto a Carranza. El principal promotor
de la campaña en Tamaulipas era un abogado litigante vinculado a los obreros
locales, quien había sido diputado federal en 1917 y secretario general de gobierno
del gobernador Osuna. Se trataba de Emilio Portes Gil, quien debido a las hosti-
lidades mencionadas debió, incluso, abandonar el estado tras la visita proselitista
de Obregón.56
En el noreste, el plan de Agua Prieta se tradujo en varias acciones armadas: el
general Marcelo Caraveo ocupó Ciudad Victoria, Tamaulipas, lo que motivó la
huida del gobernador Rafael Cárdenas. En la región de las Huastecas, el general
Arnulfo R. Gómez se adhirió al movimiento secundado por un jefe local, Manuel
Peláez. Francisco Carrera Torres y Saturnino Cedillo también secundaron la insu-
rrección. Todo ello implicó el colapso de la estructura de poder carrancista. Emilio
Portes Gil se trasladó de Sonora a Nuevo Laredo para hacerse cargo del gobierno
del estado de Tamaulipas. Según Herrera, su administración no se consolidó debido
al enfrentamiento que tuvo con dueños de casas de juego y cantinas de Tampico y
la región fronteriza, “protegidos por fuertes intereses económicos ligadosa políticos
y militares de altas esferas”. El senador José L. Morante fue designado gobernador,
prácticamente como preámbulo de trámite al arribo del general César López de
Lara a la gubernatura de Tamaulipas, en 1921.57
54
Ibid., p. 47.
55
Herrera, Octavio (1991), op. cit., p. 236.
56
Ibid., pp. 236-237. Véase, también, Alvarado Mendoza, Arturo (1992), op. cit., p. 49.
57
Herrera, Octavio (1999), op. cit., pp. 236-237.
El general César López de Lara se había aliado a Obregón a pesar del apoyo
que había recibido de Carranza, a fin de consolidar su poder personal en el estado.
Cuando alcanzó la gubernatura en 1921, su perfil político era esencialmente con-
servador, y fincó sus bases de apoyo social en líderes comerciales, terratenientes y
algunos sectores obreros, sin incorporar en el fondo al campesinado ni a los traba-
jadores organizados a su proyecto. Respecto a estos últimos, rechazó la organiza-
ción de sindicatos independientes, especialmente en el ramo petrolero, por la in-
fluencia que sobre ellos ejercía Portes Gil, entonces diputado ante el Congreso
nacional. Los intereses políticos de López de Lara entrarían en oposición directa
con los de Emilio Portes Gil y Candelario Garza, quien también era diputado fe-
deral. Para hacerles frente, López de Lara se aliaría al general Carrera Torres.58
Esta nueva disputa ponía de manifiesto, y con toda claridad, el carácter perso-
nalista y fagocitario de la política tamaulipeca del periodo: Portes Gil había mili-
tado en el Partido Demócrata Laborista y el Gran Partido Demócrata de Tamau-
lipas, ambos encabezados por el general César López de Lara, de quien había sido
partidario y quien confrontaba ahora sus aspiraciones políticas.59
Sin embargo, las perspectivas políticas representadas por Portes Gil sí eviden-
ciaban un contraste relevante respecto a las propias de las figuras de poder que
constituían el referente inmediato de la entidad. Así, por ejemplo, López de Lara
evitó el reparto agrario, mantuvo el sistema de aparcería para los campesinos que
carecían de tierras laborables y estableció buenas relaciones con la familia del ex
presidente Manuel González, de quienes adquirió varias de sus propiedades, e
incluso disolvió la Comisión Local Agraria sólo para reorganizarla bajo el control
de los hacendados.60 Luis Caballero, por su parte, se había valido de su posición de
influencia sobre el gobierno del estado para usufructuar irregularmente hacien-
das intervenidas, como la de San Pablo, El Molino y La Polvareda, en el municipio
de Jiménez, de donde era originario, mientras que arrendaba al gobiernofederal
otra más, denominada La Diana, en el de Güemez.61 En cambio, la política des
arrollada por Portes Gil era cercana a fuerzas campesinas y sociales a las que pre-
tendía reorganizar bajo esquemas inéditos en el estado, e incluso en el país, como
se verá más adelante.
58
Ibid., p. 238.
59
Alvarado Mendoza, Arturo (1992), op. cit., p. 49.
60
Herrera, Octavio (1999), op. cit., pp. 238-239.
61
Alvarado Mendoza, Arturo (1992), op. cit., p. 49. El autor remite al Archivo General de la Na-
ción, ramo Presidentes, Obregón-Calles, exp. 771-C-13, De Luis Caballero al presidente de la
República, 29 de octubre de 1921 y 16 de marzo de 1922; véase, también, exp. 808-C-38, De
Caballero al presidente de la República, 18 de noviembre de 1921.
62
Alvarado Mendoza, Arturo (1992), op. cit., pp. 51-52.
63
Ibid., pp. 54-55.
64
Ibid., p. 55.
65
Herrera, Octavio (1999), op. cit., pp. 240-241.
66
Alvarado Mendoza, Arturo (1992) op. cit., p. 57
67
Portes Gil, Emilio (1941), Quince años de política mexicana, Ediciones Botas, México, pp. 13-14.
Citado en Alvarado Mendoza (1992), op. cit., pp. 65-66.
68
González, Hugo Pedro (1983), Portesgilismo y alemanismo en Tamaulipas, Universidad Autónoma
de Tamaulipas, Instituto de Investigaciones Históricas, Ciudad Victoria, p. 20.
69
Herrera, Octavio (1999), op. cit., p. 241.
70
Guerrero Villarreal, Juan (1979), La historia como fue: comentarios políticos, Miguel Ángel Porrúa/
Universidad Autónoma de Tamaulipas, Ciudad Victoria, p. 32. Cabe señalar que, en todo caso,
semejante tendencia no fue resultado exclusivo del portesgilismo, como podrá deducirse de lo
expuesto en la presente investigación, ésta fue reforzada por los subsecuentes gobiernos centrales
y locales.
71
Meyer, Lorenzo (2000), “La institucionalización del nuevo régimen”, en Historia general de
México,El Colegio de México, México, pp. 831-832.
Portes Gil ejerció el cargo de presidente interino entre finales de 1928 y 1930.
En Tamaulipas, en 1927, se había valido de su hegemonía política sobre el estado,
maniobrando para que Francisco Castellanos Tuexi fuera designado candidato del
psf y electo gobernador.72 Francisco Castellajos Jr., como era también conocido,
era creación política de Portes Gil e integrante de su camarilla. Como se verá más
adelante, este personaje sería de particular relevancia para el tema central del pre-
sente trabajo.
En 1931, tras su interinato presidencial, Portes Gil fue designado embajador
en Francia. No obstante, aspiraba a ser electo nuevamente como gobernador del
estado, en la sucesión de Francisco Castellanos. Calles, ya en su carácter de jefe
máximo, de poder real tras la figura del entonces presidente Pascual Ortiz Rubio,
tenía interés en la centralización del poder y en la contención de los liderazgos re
gionales, de manera que reprobó la aspiración de Portes Gil y maniobró para evitar
su reelección.73
Según Hugo Pedro González, el gobernador tamaulipeco, Francisco
Castellanos,habría escrito en 1931 a Portes Gil, entonces embajador en Francia,
manifestándole el apoyo de las fuerzas representadas en el psf para su postulación
como candidato al gobierno estatal.74 No indica si Castellanos rindió tal apoyo
presionadoa su vez por Portes Gil, o lo hizo motu propio. Ciro de la Garza Treviño,
otro político local que dejó testimonio sobre la época, adversario permanente del
portesgilismo, sostiene que fue Portes Gil quien presionaba a Castellanos para fa-
vorecer su reelección, a pesar de que éste le había manifestado que el sentir local
era antirreeleccionista.75 De cualquier manera, Portes Gil renunció a su cargo di-
plomático y emprendió el regreso a Tamaulipas para empezar su campaña
proselitista.No obstante, Calles habría expresado ya su negativa a apoyar la reelec-
ción de Portes Gil y emitido la consigna correspondiente para que el gobernador
Castellanos y las fuerzas locales restaran su apoyo a semejante candidatura. Caste-
llanos y una facción del portesgilismo se alinearon a los designios de Calles y
postularon a Rafael Villarreal, líder de la legislatura local, como su candidato, quien
ganó los plebiscitos del psf-pnr y fue después electo gobernador. Las heridas po-
líticas nunca se restañaron y el portesgilismo quedó permanentemente dividido.76
72
Herrera, Octavio (1999), op. cit., pp. 243-244.
73
Alvarado Mendoza, Arturo (1992), op. cit., pp. 72-73.
74
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., pp. 41-43.
75
De la Garza Treviño, Ciro (1975), La Revolución mexicana en el estado de Tamaulipas, t. II, Librería
de Manuel Porrúa, México, p. 549.
76
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., pp. 41-43; Alvarado Mendoza, Arturo (1992), op. cit., pp.
72-73; Herrera, Octavio (1999), op. cit., pp. 244-245.
De nueva cuenta, en el ámbito local, la pugna así originada parecía estar más
determinada por intereses personales que por contenidos ideológicos o programá-
ticos. Según Hugo Pedro González, el grupo castellano-villarrealista no era sino
una fracción del propio portesgilismo que aprovechó la consigna expresada desde
el centro a fin de alcanzar su propia hegemonía local.77
El grupo portesgilista perdió la gubernatura, pero mantuvo su presencia en
diversos circuitos políticos locales, especialmente en la Liga de Comunidades
Agrarias.Portes Gil fue compensado con la titularidad de la Procuraduría General
de la República, bajo la administración del general Abelardo L. Rodríguez, todavía
bajo el influjo de Calles. Por su parte, la administración gubernamental de Rafael
Villarreal fue débil, debido a la división del propio portesgilismo y a diferencias
entre la propia facción triunfante.78
Hacia 1935, el grupo portesgilista habría de recuperar su hegemonía en Ta-
maulipas. Su líder había trabajado con diligencia la candidatura presidencial del
general Lázaro Cárdenas, dentro del pnr. Cuando Cárdenas entró en confronta-
ción con Calles, tras pocos meses de iniciado su gobierno, Portes Gil se alineó al
cardenismo. El exilio de Calles restó respaldo al grupo castellanista-villarrealista en
Tamaulipas, y en agosto de 1935 su gobierno se derrumbó, tras el asesinato de un
líder portesgilista: Conrado Castillo. En su lugar fue designado el arquitecto En-
rique L. Canseco, partidario de Portes Gil.79 Los líderes de la facción castellanista-
villarrealista salieron del estado para asentarse en la capital de la República.80
Portes Gil fue designado presidente del Comité Ejecutivo Nacional del pnr
por el presidente Lázaro Cárdenas, lo que refrendó su carácter de figura política
nacional. No obstante, su confrontación con las fuerzas que el cardenismo impul-
saba derivó en su renuncia a dicho cargo en 1936. La centralización del poder
político favorecida por Cárdenas dejó cada vez menos espacio para la intermedia-
ción ejercida por figuras como Portes Gil en los ámbitos locales, de manera que el
liderazgo de éste inició entonces un lento declive.81
De cualquier manera, si bien la influencia ejercida sobre ellos pudo ser relati-
vamente variable, lo cierto es que las siguientes tres gubernaturas fueron ejercidas
por integrantes de la camarilla portesgilista, hecho que no era ajeno al manejo polí-
77
González, Hugo Pedro (1993), op. cit., pp. 58-60.
78
Herrera Octavio (1999), op. cit., pp. 244-245. Véase, también, Alvarado Mendoza, Arturo (1992),
op. cit., p. 74.
79
Herrera, Octavio (1999), op. cit., p. 245.
80
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., p. 60.
81
Alvarado Mendoza, Arturo (1992), op. cit., pp. 74-75.
El censo de población realizado en 194083 estableció que la población total del país
era de 19 653 552 personas. Tamaulipas tenía entonces 458 832 habitantes, lo que
representaba un incremento de más de cien mil en una década, pues el censo de
1930 contabilizó 344 039 personas. En 1940, la brecha ya señalada entre la pobla-
ción de hombres y mujeres se ahondó, con proporciones deficitarias del género
femenino en la entidad: 231 298 hombres contra 227 534 mujeres. Esta tendencia
se había agudizado en la última década, pues en 1930 la proporción era de 172 739
hombres contra 171 300 mujeres. Otros estados fronterizos, como Chihuahua y
Baja California, mostraban también una proporción relativa deficitaria de mujeres,
lo que podría confirmar la ya mencionada percepción de estas regiones como lugar
de trabajo para determinados segmentos de la población masculina que radicaba
ahí sin necesariamente trasladar también a sus familias. Diez años después, en
1950, la población del país era de 25 791 017 habitantes, y la tamaulipeca de
718 167 personas: 360 278 hombres y 357 889 mujeres.
En 1950, la población tamaulipeca menor de 25 años era de 434 265 personas.
La densidad de población, que en 1940 era de 5.76 habitantes por km2, no fue espe
cificada en el siguiente levantamiento. En 1950, 52.95% de la población era ur-
bana (380 281), mientras que 47% era rural (337 886). Tamaulipas fue la entidad
fronteriza del noreste que más había incrementado su población entre 1940 y
1950: 56.5% frente a 36.8% de Nuevo León y 30.8% de Coahuila.
82
Camp, Roderic Ai (1992), Biografías de políticos mexicanos, Fondo de Cultura Económica, México.
83
Las fuentes de los datos son de inegi (2010), México. Compendio censal siglo xx, disco compacto,
México, e inegi (2010), Tamaulipas. Compendio censal del siglo xx, disco compacto, México. Es
preciso señalar que no siempre la información recabada en estos censos guardó continuidad, de
manera que, en ocasiones, determinados rubros no fueron reportados en el segundo periodo,
mientras que otros tantos fueron reportados sólo en el segundo, donde aparecieron por primera
vez. Como consecuencia, las comparaciones directas no siempre fueron posibles.
declararon no comer pan de trigo. De ellos, 23 030 indicaron, además, que dormían
en el suelo. La primera de estas cifras correspondía a 42.7% de la población, mien-
tras que la segunda a 5.01%. En los casos de Coahuila y Nuevo León, las cifras
fueron de 233 966 para el primero, de los que 47 077 dormían en el piso (42.48%
y 8.54% de la población total), y 163 348 para el segundo, con 32 042 que des-
cansaban en el suelo (30.18% y 5.92% del total). Cabe señalar que existía también
una población que afirmó consumir con regularidad pan de trigo, pero también dor-
mir en el piso, lo que en sí mismo puede suponer un indicador de pobreza. La
población en estas condiciones fue de 10 940 personas en Tamaulipas, y de 20 170
y 23 997 en Coahuila y Nuevo León, respectivamente.
En Tamaulipas, en 1940, y según estos dos indicadores combinados de nutri-
ción y lugar para dormir, las localidades con mayor marginación eran Tula, con
4 495 personas que no comían pan de trigo y dormían en el suelo; Jaumave (4 190),
Bustamante (1 225), Matamoros (1 182), Palmillas (941), Reynosa (874), Miqui-
huana (780), Victoria (773), Nuevo Laredo (743), Mante (592), Madero (580),
Camargo (557) y Mier (533).
En 1950, 207 981 tamaulipecos no comían habitualmente pan de trigo, mien-
tras que 66 090 personas usaban huaraches o sandalias y 24 307 andaban descalzas.
En este caso, si se considera como indicadores de pobreza el uso de huaraches o
sandalias y el andar descalzo, una buena parte de los municipios tamaulipecos
mostraban una afectación relevante: Abasolo (169-139),84 con 973 pobladores;
Antiguo Morelos (972-1 003), con una población total de 3 367 habitantes; Bur-
gos (789-618), con 4 060 habitantes; Bustamante (2 956-81), con 5 981; Casas
(1 381-277), con 3 643; Gómez Farías (683-474), con 4 185; Güemez (3 721-
561), con 10 242; Hidalgo (7 556-1 102), con 19 458; Jaumave (6 051-1 393),
con 12 257; Mainero (1 346-591), con 4 121; Miquihuana (1 303-156), con 3 521;
Nuevo Morelos (158-122), con 1 180; Ocampo (3 718-608), con 10 975; Padilla
(2 170-83), con 9 095; Palmillas (1194-128), con 2 253; San Carlos (3 203-437),
con 8 665; San Nicolás (496-66), con 983; Tula (7 159-1 406), con 15 372; Vic-
toria (5 767-1 468), con 42 659 y Villagrán (2 807-852), con 8 547.
En la frontera norte y con estos mismos indicadores, Matamoros tenía cifras
que excedían a las propias de otros municipios (1 894-1 957). No obstante, la
proporción que representaban era considerablemente menor frente a su cantidad
de habitantes: 128 347. Un caso similar era el de Nuevo Laredo (272-555), con
59 496. También Reynosa (2 318-3 574) con 69 428. Algo similar ocurría también
84
En este párrafo y en el siguiente las cifras entre paréntesis corresponden a la población que usaba
huaraches o sandalias y a la que andaba descalza (como indicadores de pobreza), respectivamente.
al sur, en Tampico (625-973), con una población total de 96 541 personas. Las
ciudades fronterizas que varios años después serían las más afectadas por el tráfico
de drogas no eran aquellas más afectadas por condiciones de marginalidad, sino
que se caracterizaban por una prosperidad relativa.
Como puede apreciarse, entre 1940 y 1950 los niveles de pobreza y marginación
en la entidad no eran desdeñables, si bien no ofrecían contrastes drásticos frente a
aquellos presentes en otros estados fronterizos del noreste. Todos estos datos
permitenapreciar el contexto socioeconómico de Tamaulipas durante el periodo
en que comienza y transcurre buena parte de la administración de Miguel Alemán,
que constituye un punto de especial relevancia para el objeto de esta investigación.
En esta década, Tamaulipas no evidenciaba condiciones socioeconómicas únicas
que pudieran explicar por qué el narcotráfico se arraigó con particular virulencia
en esta entidad y no en otros estados de la frontera noreste.
La respuesta a esta interrogante se encuentra más en los antecedentes históricos
del contrabando en la frontera tamaulipeca, que serían retomados y potenciados a
partir del periodo presidencial de Miguel Alemán, como se verá más adelante. En
el apartado siguiente se analizarán algunas de las características generales más rele-
vantes del alemanismo, como preámbulo obligado para el posterior análisis de la
forma en que sus intereses se posicionaron en suelo tamaulipeco, desplazando a los
antiguos grupos portesgilistas.
CUADRO 2.1
Tamaulipas, población por municipio y tipo (1950)
Tamaulipas 718 167 380 281 337 886 373 524 344 643
Hombres 360 278 183 701 176 577 176 577 180 848
Mujeres 357 889 196 580 161 309 194 094 163 795
Municipios
(Continúa)
CUADRO 2.1
Tamaulipas, población por municipio y tipo (1950)
Fuente: inegi (2010), Tamaulipas, Compendio censal del siglo xx, disco compacto, México.
El alemanismo
Para tener una perspectiva de los procesos que habrían de favorecerse en Tamaulipas
con el desplazamiento del portesgilismo por su contraparte alemanista, es preciso
analizar antes algunos de los rasgos definitorios de la camarilla de Miguel Alemán,
su gobierno, los intereses que se crearon en torno a ellos, la rampante corrupción
que le caracterizó y las implicaciones que todo esto tuvo para la política y el modelo
nacional de desarrollo. Es ésta la camarilla política que aparece como autora de
este proceso de reconfiguración cooptada del Estado, explicado en detalle en el primer
capítulo de este trabajo. Las dinámicas afines a intereses ilícitos que impulsó,
dentrodel aparato institucional de seguridad y judicial, tanto en el ámbito nacional
como local, directamente o a través de sus asociados en los estados, constituyeron
ese path-dependence al que se hizo ya referencia y que implica que las prácticas de co-
rrupción entonces instituidas determinarían una tendencia continua dentro de
múltiples dependencias gubernamentales.
Entre 1935 y 1946, la escena nacional observó transformaciones que gradual-
mente perfilaron rasgos esenciales del régimen político mexicano, que habría de
culminar su consolidación en los siguientes seis años. El exilio de Calles, impuesto
por el general Cárdenas, había implicado la desaparición de figuras alternas como
ejes del poder central, mismo que se concentró en la figura del presidente de la
República. La presidencia adquirió desde entonces un virtual carácter hegemónico
sobre el régimen, que a sus ya considerables facultades formales sumó prácticas
institucionalizadas que le permitieron primar sobre el resto de las instituciones y
la clase política en su conjunto. La paulatina centralización del poder, que implicó la
limitación del propio de los actores y fuerzas locales, se favoreció por la transfor-
mación estructural del partido de Estado. En 1938, el pnr se convirtió en Partido
de la Revolución Mexicana (prm), sustituyó su estructura territorial y redefinió su
organización interna a partir de sectores corporativos que articularon a las fuerzas
políticas y sociales del país. Este nuevo diseño limitó la influencia de los hombres
de poder locales y acrecentó, en contraste, el predominio de la institución
presidencial,que ejercía la jefatura real del partido.85
La organización corporativa auspiciada por Cárdenas, que en principio tendría
por fin garantizar la representación de los obreros y campesinos frente a una
clase política revolucionaria cada vez más separada de sus orígenes, sería utilizada,
85
Meyer, Lorenzo (2000), op. cit., pp. 855-857.
86
Hansen, Roger D. (1971), La política del desarrollo mexicano, Siglo XXI Editores, México, pp. 142-
145.
87
Ibid., pp. 123-125; Meyer, Lorenzo (2000), op. cit., pp. 855-856.
88
Meyer, Lorenzo (2000), op. cit., pp. 844-845 y 853. Hansen, Roger (1971), op. cit., p. 126.
89
Niblo, Stephen R. (2001), Mexico in the 1940’s. Modernity, Politics and Corruption, A Scholarly
Resources Public Inc., Wilmington, pp. 183-184.
expensas de las bases sociales a las que formalmente apelaba y afirmaba proteger la
retórica revolucionaria: las masas campesinas, obreras y populares.90
Alemán, nacido el 29 de septiembre de 1900, era hijo de un general revolu-
cionario, Miguel Alemán González, quien había militado bajo las órdenes del
general Cándido Aguilar, yerno, a su vez, de Venustiano Carranza. La lealtad de
Alemán González a Carranza le había confrontado de manera permanente con
Obregón y Calles, pues apoyó también la rebelión de los generales Francisco R.
Serrano y Arnulfo R. Gómez, en contra de los primeros. El general Alemán Gon-
zález, insurrecto contra el gobierno federal, murió abatido por un regimiento del
Ejército mexicano, en marzo de 1929,91 durante la presidencia interina de Emilio
Portes Gil, cuando su hijo ya era estudiante universitario y opositor al gobierno de
los sonorenses.
La carrera de Miguel Alemán marcaría también los paradigmas del recluta-
miento político y la conformación de camarillas que predominaron en el régimen
posrevolucionario, al menos hasta finales de los años setenta.92 Según su propio
testimonio, en 1927, desde sus años como estudiante de la Escuela Nacional Pre-
paratoria, y a una edad en la que la mayoría de los jóvenes tienen otras preocupa-
ciones en mente, Alemán integró un grupo compacto de amigos a los que incluso
convocó a firmar un juramento de ayuda mutua, que en su exposición de motivos,
fundamentalmente utilitaria, desdecía sus pretensiones de signarse “en los años
más puros de la vida”.93 Su propósito era garantizar el apoyo entre sus miembros,
quienes se manifestaban seguros de “ocupar prominentes lugares en nuestra vida
social o política, (y quienes lo consigan) quedarán obligados para ayudar a aquellos
que lo necesiten del grupo”.94
En efecto, entre los firmantes se encontraban personajes como Raúl López
Sánchez —futuro asociado en el bufete jurídico de Alemán y su colaborador en el
gobierno de Veracruz—, el senador y gobernador de Coahuila, durante su adminis
tración presidencial: Gabriel Ramos Millán —también socio del despacho de abo-
gados señalado, miembro de su gobierno en el mismo estado y titular de la Comisión
Nacional del Maíz de 1947 a 1949, hasta su fallecimiento— y Óscar Soto Maynez,
90
Meyer, Lorenzo (2000) op. cit., pp. 886-887.
91
Castañeda Iturbide, Jaime y Francisco Castañeda Iturbide (1987), General Miguel Alemán Gonzá-
lez. Breve semblanza, Fundación Miguel Alemán A.C., disponible en <http://www.miguelaleman.
org/visitas/sala-de-armas/biografia-gral-miguel-aleman-gonzalez>.
92
Camp, Roderic Ai (1976), “Education and Political Recruitment in Mexico: The Aleman Genera-
tion”, en Journal of Inter American Studies and World Affairs, vol. 18, núm. 3, agosto, pp. 301-302.
93
Alemán Valdés, Miguel (1987), Remembranzas y testimonios, Grijalbo, México, pp. 56-57.
94
Ibid., pp. 56-57.
95
Alemán Valdés, Miguel (1987), op. cit., pp. 57-58. Los datos curriculares corresponden a Camp,
Roderic Ai (1992), Biografías de políticos mexicanos, 1935-1985, Fondo de Cultura Económica,
México.
96
Alemán Valdés, Miguel (1987), op. cit., p. 59.
97
Ibid., pp. 81-83. Ángel Carvajal y José Castro Estrada, otro amigo de Alemán de la Escuela de
Jurisprudencia de la Universidad Nacional, quien sólo ocupó el cargo de subsecretario de Fauna
y Recursos Forestales en la Secretaría de Agricultura y Ganadería durante el último año de su go
bierno, serían designados magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al término
del gobierno de Adolfo Ruiz Cortines; Carvajal ejerció ese cargo de 1958 a 1972, mientras que
Castro lo hizo de 1952 a 1967. Véase Camp, Roderic Ai (1992), op. cit., pp. 102 y 116.
98
Alemán Valdés, Miguel (1987), op. cit., pp. 151-152; respecto a los datos curriculares, véanse los
resúmenes curriculares correspondientes en Camp, Roderic Ai (1992), op. cit.
99
Camp, Roderic Ai (1992), op. cit., pp. 238-239.
100
Alemán Valdés, Miguel (1987), op. cit., p. 90.
101
Ibid., p. 85.
102
Ibid., pp. 359-396; Camp, Roderic Ai (1992), op. cit., p. 401.
103
Alemán Valdés, Miguel (1987), op. cit., p. 267.
104
Niblo, Stephen R. (2001), op. cit, pp. 177-178.
105
Alemán Valdés, Miguel (1987), op. cit., pp. 279-282.
106
Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., pp. 168, 178-179 y 273.
107
Ibid., pp. 178-179; Alemán Valdés, Miguel (1987), op. cit., p. 243.
108
Camp, Roderic Ai (1992), op. cit., p. 512.
109
Gil Mendieta, Jorge y Samuel Schmidt, con la colaboración de Alejandro Ruiz León (2005),
Estudios sobre la red política de México, iimas-unam, México, p. 55. Estos autores incluyen a López
Mateos en el grupo de amigos de Alemán, quien, en efecto, se refiere a López Mateos en sus
memorias como uno de los personajes con quienes tendría amistad desde antes de alcanzar la
presidencia. Véase Alemán Valdés, Miguel (1987), op. cit., pp. 133-214. De cualquier manera,
López Mateos no parece haber formado parte del círculo más cercano a Alemán ni participado en
las prácticas irregulares a las que hace referencia este apartado, por lo menos no se encontraron
evidencias al respecto.
110
Krauze, Enrique (1997), La presidencia imperial. Ascenso y caída del sistema político mexicano (1940-
1996), Tusquets Editores, México, p. 114.
Fuera de los cargos públicos, Alemán establecería también una amplia red de
vínculos con personajes del ámbito privado. Muchos de ellos, conspicuos integran-
tes del mundo de los negocios, beneficiarios —y, aparentemente, en algunos casos
socios— del entonces mandatario. La lista difícilmente podría ser exhaustiva, pero
entre ellos se cuenta, por ejemplo, a algunos contribuyentes de su campaña: Raúl
Bailleres, Samuel Rosoff, A.C. Blumenthal. También tenía relación estrecha con
Luis y Agustín Legorreta, Fernando Buch de Parada, Emilio Azcárraga Vidaurreta
y Rómulo O’Farrill.111
De acuerdo con Stephen R. Niblo, vinculaciones semejantes implicarían que
Alemán tuviera una participación muy relevante en empresas como Tubos de Acero
de México, Siderúrgica Tamsa, Metalever, D.M. Nacional, Herramientas de Acero,
Ferrero Enamel de México y Automagnético S.A., diversos establecimientos turís-
ticos y la naciente industria de los medios electrónicos radiofónicos y televisivos.112
Según Niblo, diversa información apunta a la participación de personajes
como los ya citados Rosoff y Blumenthal, junto con Ben Smith, Bruno Pagliai y
Jorge Pasquel, como posibles prestanombres —o por lo menos asociados— de
Alemán. A ellos habría que añadir a los ya citados Carlos I. Serrano, a Enrique
Parra Hernández, así como al secretario particular del mandatario, Jorge Viesca Pal-
ma.113 Según diversas evidencias, Pasquel, Serrano y Parra Hernández estaban
también relacionados con otro tipo de círculos y actividades de dudosa legalidad.
En sus propias memorias, Alemán deja entrever algunas de las más inocuas,
que ya muestran la disposición ética de varios integrantes de su círculo cercano. En
el despacho que abrió junto con Gabriel Ramos Millán y otros, Alemán incursionó
en la especulación en bienes raíces. Según su exposición, la participación del grupo en
tales negocios habría ocurrido inmediatamente después de su primer y fallido in-
tento de iniciar una carrera política en su natal Veracruz como diputado local,
hacia 1932. Al tiempo que Alemán litigaba a favor de la causa de diversos sindicatos
ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, su socio, Ramos Millán, habría
tenido la supuesta visión de adquirir vastos terrenos agrestes en Cuernavaca, Mo-
relos, para urbanizarlos y fraccionarlos y después venderlos a precios muy acrecen-
tados. Alemán afirmaba haberse mantenido al margen de la operación, tanto en su
concepción —que, según señala, tenía como premisa “no tenerle miedo a los seis
111
Niblo, Stephen R. (2001), pp. 212-215, 344-347.
112
Ibid, pp. 212 y 215.
113
Ibid., pp. 168-213.
ceros”— como en su puesta en marcha, más allá de la revisión de los asuntos lega-
les de la misma.114
Aunque no lo menciona, es evidente que semejantes operaciones no podían
ser mero producto de la casualidad ni de un particular sentido comercial, pues
requerían de montos económicos y contactos gubernamentales de los que sus
memorias no añaden dato alguno. Alemán no parece dispuesto a reconocer nin-
guna deuda política o económica directa, y los individuos que desempeñarán un
rol fundamental como sus posibles prestanombres o colaboradores en negocios
poco claros, aparecen sólo ocasionalmente referidos, como ocurre con Carlos I.
Serrano, a quien reconoce como amigo leal, pero cuya relación no explica en nin-
gún momento en términos de orígenes y evolución. Jorge Pasquel no es nombrado
en absoluto. La irrupción de Alemán en la política aparece en sus memorias como
mero producto del voluntarismo, hecho inconcebible para un civil en una época
en la que los caudillos militares hegemonizaban el escenario.
No obstante, Alemán brinda algunas pistas que pueden explicar con mayor
lógica el repentino éxito de su grupo en los negocios. Mientras él afirma que ce-
dieron un par de lotes al propio Manuel Ávila Camacho y a su futuro rival por la
candidatura presidencial, Ezequiel Padilla, con el objeto de atraer la benevolencia
gubernamental hacia su proyecto y atractivo comercial por el renombre de los
obsequiados,115 el historiador Enrique Krauze señala que fue la influencia de
poderososgenerales revolucionarios lo que permitió que los noveles empresarios
obtuvieran préstamos en condiciones muy convenientes.116 Cabe destacar, sin em-
bargo, que la facción político-militar entonces hegemónica seguía estando ligada
a los sonorenses, precisamente a aquellos con los que Alemán y su padre se habían
confrontado hacía unos cuantos años, hechos que incluso le habían costado la
vida al segundo, de manera que la benevolencia gratuita de semejante sector resulta
poco verosímil. Dadas las prácticas y los predominios de la época, no se puede
descartar que este grupo de abogados civiles no fuera sino una fachada de la inver-
sión de actores de poder consolidado. Sería justamente Ramón Beteta quien, en
una entrevista con James W. Wilkie, haría explícita la lógica de acciones semejantes
en el México de la época:
114
Alemán Valdés, Miguel (1987), op. cit., p. 130.
115
Ibid., p. 130.
116
Krauze, Enrique (1999), Mexico. Biography of power. A history of Modern Mexico, 1810-1996,
Harper Collins Publishers, Nueva York, pp. 535-537.
Digamos que un funcionario público sabe que se va a hacer una carretera y que
conoce a la persona encargada de construir o dirigir la obra. Puede comprar, directa
o indirectamente, los terrenos que van a ser afectados por esa carretera y así obtiene
una posición ventajosa. Esto no es correcto de acuerdo con la ética, pero legalmente
no es un delito, y estas cosas son muy comunes, mucho más de lo que piensa la
gente.117
Lo cierto es que Alemán y sus socios del despacho de abogados se valdrían del
supuesto genio empresarial de Ramos Millán para fraccionar y vender terrenos que
hoy constituyen las zonas residenciales en la Ciudad de México y su zona conur-
bada. Adquirieron los terrenos de Polanco y Lomas de Chapultepec a precios
irrisorios. El método de adquisición expuesto en sus memorias parece igualmente
asombroso, pues afirma que se basó meramente en el poder de convencimiento de
Ramos Millán:
[…] acudió a entrevistarse con Carlos Cuevas, propietario del enorme predio,
quien accedería a venderle —en sólo dos pesos el metro— la parte correspondiente
a lo que había sido el rancho de Polanco. Tal era el poder persuasivo de Ramos Mi-
llán, que el propio don Carlos intercedió como su aval ante Nacional Hipotecaria,
adquiriendo los terrenos sin dinero alguno además de conseguir la autorización
para fraccionarlos.118
117
Wilkie, James W. (1968), The Mexican Revolution: Federal Expenditure and Social Change since
1910, University of California Press Berkeley, Los Ángeles, p. 8. Citado en Hansen, Roger (1971),
op. cit., p. 166.
118
Alemán Valdés, Miguel (1987), op. cit., pp. 130-131.
119
Ibid.
120
Archivo General de la Nación (en lo subsecuente agn), Archivo Presidencial de Manuel Ávila
Camacho (Arch. Pres. mac), exp. 404.1/2292.
121
Ibid.
122
Embajador Thurston al secretario de Estado, 12 de diciembre de 1946. Memorándum de Horace
H. Braun del 4 de diciembre de 1946, usna/59, 812.00/12-1246. Citado en Niblo, Stephen
R. (2001), op. cit., p. 290. El paréntesis fue agregado por el autor de este trabajo; “Parece que él
[Alemán] era el dueño de ‘Mocambo’, una propiedad extremadamente valiosa, consistente en una
gran porción de tierra costera que se extiende del sur de Veracruz a Boca del Río, incluyendo al
centro turístico Hotel Mocambo”. (Traducción libre del autor.)
123
Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., p. 214.
124
Ibid., pp. 274-276.
125
Ibid., p. 160.
126
Thurston al secretario de Estado, 24 de abril de 1947, usna/59, 812.001 Alemán, Miguel/4-2447;
véase, también, George Messersmith a Nelson Rockefeller, 27 de abril de 1945, usna/59, 812.00,
Alemán, Miguel/4-2745. Citados en Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., pp. 162-163.
127
Krauze, Enrique (1947), op. cit., pp. 537-538.
of the situation […] He plays ball first with the leftist and then with the rightists,
as the exigencies of the situation may dictate, with the greatest benefit to himself.128
Judging by all indications that can be observed, the graft and corruption which
now exists would pale into insignificance compared with what Alemán and his
supporters could demonstrate. American capital would apparently be welcome in
Mexico, provided, of course, that it ‘treated Alemán right’.129
128
Hoover a Berle, “Biographies of Members of the Cabinet of the Mexican Government”, 16 de
diciembre de 1941, usna/59, 812.001, Alemán, Miguel/4-2447. Citado en Niblo, Stephen R.
(2001), op. cit., p. 162. “Se acomoda con rapidez a cualquier situación que surja y aparentemente
tiene pocas opiniones políticas fijas, pero se rige más a partir de la situación […] Primero juega
con los izquierdistas, luego con los derechistas, según las exigencias del entorno dicten, con el
mayor beneficio para sí mismo”. (Traducción libre del autor.)
129
Guy Ray al secretario de Estado, 6 de noviembre de 1945, usna/59, 812.00/11-645, y 7 de no-
viembre de 1945, usna/59, 812.00/11-745. Citado en Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., p. 168. “A
juzgar por todos los indicadores que se pueden observar, los sobornos y la corrupción que ahora
existen palidecerían y parecerían insignificantes comparados con lo que Alemán y sus apoyadores
pueden demostrar. El capital estadounidense sería aparentemente bienvenido en México, claro
está, asumiendo que ‘trate bien a Alemán’”. (Traducción libre del autor.)
130
Durante el sexenio de Alemán fueron creadas piezas centrales del mecanismo coercitivo del ré-
gimen posrevolucionario: la Dirección Federal de Seguridad (dfs), virtual policía política, y los
delitos contra la seguridad de la nación, especialmente, el delito de disolución social, fueron
evidenciaban respecto a otras irregularidades, y que en los años por venir se cons-
tituirían como factores aún más graves de atención, al menos en el discurso formal.
En enero de 1951, en un reporte sobre la situación en México, la Agencia Central
de Inteligencia (cia) escribió sobre el amigo entrañable de Alemán, CarlosI. Se-
rrano, lo siguiente:
redefinidosdentro del Código Penal Federal para facilitar la eliminación de la oposición política
y social. Estas instituciones serían fundamentales para contener las demandas sociales y limitar
o suprimir, según fuera la decisión del momento, a la izquierda organizada. Véase Torres Mejía,
David (1998), Proteccionismo político en México, 1946-1977, unam, tesis doctoral, pp. 108-109.
La unam ha publicado este trabajo como libro. De hecho, uno de los propósitos políticos cen-
trales del alemanismo fue eliminar a la izquierda de las estructuras gubernamentales y de las
estructuras de representación sindical. Medina, Luis (1979), Historia de la Revolución mexicana.
Civilismo y modernización del autoritarismo. 1940-1952, El Colegio de México, México, p. 2.
131
cia (Central Intelligence Agency) (1951), Situation Report: Mexico, 24 de enero, p. 69. Citado
en Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., p. 178. Véase, también, el mismo documento en Aguayo
Quezada, Sergio (2001), La charola. Una historia de los servicios de inteligencia en México, Grijalbo,
México, p. 75. Este documento me fue proporcionado por mi colega y amigo Sergio Aguayo, a
quien agradezco por ello. En su trabajo, la cita está traducida. Se describe a Serrano como “un
hombre poco escrupuloso, involucrado activamente en empresas ilegales, entre ellas, el tráfico
de narcóticos. Se le considera astuto, inteligente y agradable, aunque sus métodos de operación
violan cualquier principio de buena administración. Se dice que aspira a la presidencia de la Re-
pública”.
132
S. Walter Washington to Secretary of State, “Political Gangsterism in Government...”, March 3,
1948, USNA/59, 812.00/3-348. Citado en Niblo, op. cit., p. 261. El autor recomienda revisar
también el expediente 812.00/2-1848, donde se exponen otras acusaciones contra Pasquel y Parra.
En el siguiente capítulo, volveremos con información relacionada con estos personajes, obtenida
en el Archivo General de la Nación de México, relevante para el tema que ocupa a este trabajo. La
participación de Jorge Pasquel en el contrabando -si bien no precisa respecto al tipo de mercancías
traficadas- es también referida por Krauze, La presidencia imperial, op. cit., p. 112.
133
Meyer, Lorenzo (2000), op. cit., p. 830.
134
Ibid., pp. 886-887.
135
Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., p. 273.
136
Ibid., p. 209.
137
agn, Arch. Pres. Miguel Alemán Valdés [mav, en lo subsecuente] 008.2(8)/1706. Citado en
Niblo,Stephen R. (2001), op. cit., p. 209.
138
Ibid., p. 267.
139
Ibid., pp.209-210.
los intereses de una compañía petrolera mexicana —la New England Fuel and Oil
Company of Mexico, propiedad de Pablo H. Bush Romero— a un grupo de
texanosencabezados por Neville G. Penrose. La transacción había tenido un valor
de 200 000 dólares.140
Así lo consigna también, en su historia de la Revolución mexicana en Tamau-
lipas, Ciro de la Garza Treviño, cronista y figura política de ese estado:
140
El Paso Herald Post (1948), “Mexican oil deal surprises official”, 25 de marzo, El Paso, Texas, p. 20.
141
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 735-736.
142
El Paso Herald Post (1948), “Mexican oil deal surprises official”, op. cit., p. 20.
143
Grayson, George W. (1980), The Politics of Mexican Oil, University of Pittsburgh Press, Pittsburgh,
p. 31.
144
Memorándum de la conversación entre Guy Ray y Miguel Alemán, 29 de marzo de 1946,
usna/59, 812.00/3-2946. Citado en Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., pp. 201-202.
145
Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., p. 220.
146
Lubbock Evening Journal (1948), “Mexican firm sold to Texans”, 22 de marzo, Lubbock, p. 12.
147
El Tiempo de Laredo (1945), “Preparativos para la recepción de Alemán en Nuevo Laredo”, 19 de oc-
tubre, Laredo, Texas, p. 1. De la organización también formó parte Héctor Ponce Sánchez, amigo
de Alemán y su colaborador en la Secretaría de Gobernación, a quien Alemán había enviadoa
Cuba para estudiar el sistema penitenciario de Fulgencio Batista, y sería bien recordado años des-
pués en los círculos anticastristas de Miami, en los Estados Unidos. Véase Libre (2007), “Cuba,
sus cárceles de ayer y las de hoy”, 2 de mayo, p. 71, disponible en <http://www.libreonline.com/
PDF/May/05-02-07/5-2-07%20page%2071-80.pdf>. Durante su mandato, Alemán nombraría
general del ejército a Ponce Sánchez.
148
Lubbock Evening Journal (1945), “Mexican Firm Gets Big Loan”, 5 de junio, p. 16.
El alemanismo en Tamaulipas
149
Esta información fue rastreada en el sitio web de suscripción Newspaper Archives, una de las co-
lecciones más grandes de periódicos digitalizados, disponible en <http://www.newspaperarchive.
com/>.
150
Citado en Krauze, Enrique (1997), op. cit., p. 97. El paréntesis es propio.
151
Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., pp. 207-208.
152
Meyer, Lorenzo (2001), op. cit., p. 913. Ésta fue la cifra más alta de remociones de gobernadores,
sólo superada por el periodo de Luis Echeverría y por el de Carlos Salinas de Gortari, en los que
un número mayor de gobernadores fue obligado a renunciar a sus cargos. Antes de Alemán, Ávila
Camacho desapareció poderes en seis estados; después, Ruiz Cortines lo haría también en seis,
López Mateos en cinco y Díaz Ordaz en tres.
153
Herrera, Octavio (1999), op. cit., p. 246. Respecto a Pedro González, véase Portesgilismo y alema-
nismo…, p. 83.
154
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., p. 709.
155
Ibid., pp. 708-709.
156
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., p. 64. No sin paradoja, dados los acontecimientos que
ocurrirían a continuación, y según testimonio del propio Hugo Pedro González, ambos tenían con
él relaciones de amistad. Se sugiere al lector recordar el nombre de Tiburcio Garza Zamora, que
será de interés en el siguiente capítulo.
157
Camp, Roderic Ai (1976), op. cit., pp. 634-635.
1944, en el contexto de las elecciones de gobernador que tendrían lugar ese año.
En febrero, la prensa local mencionaba, entre los aspirantes al cargo, al general Raúl
Gárate y al licenciado Horacio Terán.158 Ambos personajes serían en su momento
la vanguardia de la estrategia alemanista para desplazar al portesgilismo de Tamau-
lipas.
No obstante, sus proyectos no marcharon lejos. Un mes más tarde, sólo dos
personajes continuaban en el proceso: Candelario Reyes y Hugo Pedro González;
ambos eran considerados portesgilistas. Según Ciro de la Garza Treviño, para resol
ver la sucesión local, el entonces presidente, Manuel Ávila Camacho, había solici-
tado a los tamaulipecos integrantes de su gabinete —Francisco Castellanos, Marte
R. Gómez, así como al ex presidente Emilio Portes Gil— reunirse en distintos días
para tratar el asunto. Ávila Camacho habría también solicitado a Castellanos reu-
nirse con Gómez y Portes Gil para unificar criterios. Castellanos se excusó de
reunirse con Portes Gil, pero lo hizo con Marte R. Gómez, quien aparentemente
se habría opuesto a la candidatura de Candelario Reyes, por lo que el acuerdo re-
cayó en Hugo Pedro González.159
González rindió protesta como gobernador de Tamaulipas el 5 de febrero de
1945, electo por primera ocasión para un mandato sexenal que debió concluir
en 1951. A su toma de posesión y con la representación presidencial, acudió el
secretario de Gobernación, Miguel Alemán. Francisco Castellanos y el general
López de Lara, quienes habían sido invitados especiales a la ceremonia, declinaron
asistir.160 Hasta entonces, el resultado del proceso favorecía nuevamente a los por-
tesgilistas. No obstante, esa correlación cambió dos años más tarde.
En enero de 1946, ya con Miguel Alemán como candidato a la presidencia,
un grupo de tamaulipecos contrarios a Portes Gil y residentes en la ciudad de Mé
xico publicaron un desplegado donde culpaban a éste por ejercer un cacicazgo
sobre Tamaulipas, mediante el cual había aprovechado, para sí y su camarilla, las ri-
quezas de la entidad, excluyendo a otras corrientes políticas y favoreciendo las
condiciones que condujeron a protestas y disturbios tras las elecciones municipales.
El manifiesto señalaba que los municipios de Ciudad Victoria, Tampico, Nuevo
Laredo, Matamoros, Ciudad Mante, Llera, Jaumave y otros que no se menciona-
ban, estaban “en pie de lucha”, y advertían que si se ignoraban sus demandas, los
hechos podrían derivar en “actos de violencia incontenible”. Los firmantes, aunque
entonces menos notorios que sus líderes, estaban vinculados con los grupos ya
158
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 715-716.
159
Ibid., pp. 716-717.
160
Ibid., p. 721.
referidos de Francisco Castellanos, César López de Lara, etcétera. Entre ellos, fi-
guraba el aún poco connotado Praxedis Balboa Gojon, futuro gobernador de la
entidad, así como el propio Ciro de la Garza Treviño.161
Hugo Pedro González narra que siendo gobernador recibió mensajes —o pre-
siones— para apartarse de Portes Gil y hacerlo patente, por parte del círculo cer-
cano del nuevo presidente de la República, Miguel Alemán Valdés. Fernando Ló-
pez Arias —quien había coincidido como diputado de la XXVIII Legislatura del
Congreso de la Unión con González— así se lo habría expresado de manera
explícita.En una gira por el estado de Tamaulipas, Carlos I. Serrano, ya investido
como líder del Senado, habría expuesto a colaboradores del gobernador González
que el nuevo grupo en el poder iba a acabar con el portesgilismo. Enrique Parra
Hernández, ex condiscípulo de Hugo Pedro González durante sus años de formación
como jurista, le había señalado que “si el porfirismo duró en el poder treinta años,
el alemanismo dominará el país por cuarenta”. Rogerio de la Selva había solicitado
al entonces mandatario estatal que eliminara todo lo que “oliera a portesgilismo”.162
A principios de 1947, la estrategia del alemanismo se puso en marcha con tal
fin. El 12 de marzo, en el municipio de Llera, un conjunto de personas armadas
intentaron tomar el palacio de gobierno, lo que condujo a un violento enfrenta-
miento que tuvo por saldo cuatro muertos. Según De la Garza, la confrontación
tenía por origen la presunta imposición del ayuntamiento, en enero de 1946.163
No obstante, la versión del entonces gobernador González ofrece detalles de
los hechos que muestran la maniobra de personajes pertenecientes al círculo cer-
cano del ya entonces presidente Miguel Alemán para desestabilizar a la entidad y
provocar la caída del gobierno local.
Los atacantes actuaron por sorpresa, al amanecer, disparando desde las azoteas
de las casas aledañas a la plaza y al ayuntamiento. Aunque no lograron tomar el
palacio gubernamental, la acción perseguía, ante todo, la provocación de las auto-
ridades constituidas, de manera que la respuesta violenta de las mismas violara
disposiciones constitucionales o fuera de tal magnitud que hiciera insostenible
la continuidad de la administración estatal. Según González, la acción fue promo-
vida directamente desde la capital de la República: el general Raúl Gárate Legelu,
entoncesdesignado subsecretario de la Defensa Nacional, habría enviado armas y
parque a los sublevados, con la autorización de Rogerio de la Selva, secretario de
161
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 723-725. De la Garza había sido subjefe de Inves
tigaciones Previas cuando Francisco Castellanos Tuexi era procurador general de justicia del Dis-
trito Federal.
162
González, Hugo Pedro (1933), op. cit., pp. 78-79.
163
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., p. 727.
164
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., pp. 65 y 129-134.
165
Secretaría de la Defensa Nacional, Archivo Histórico, Departamento de Archivo, Correspondencia
e Historia, Archivos Cancelados, exp. XI/111/4-4802, Serrano Santibáñez, Carlos I., fojas 6-9.
166
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., pp. 70-72.
167
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 729-730.
168
Ibid., pp. 717 y 729-730.
169
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., pp. 67 y 130-131.
170
Ibid., pp. 106-107.
171
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 729-730.
172
Ibid., p. 731.
173
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., p. 146.
174
De la Garza Treviño, Ciro (1975) op. cit., p. 731.
175
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., pp. 147-148.
176
Ibid., p. 149.
177
Ibid., p. 151.
178
Alvarado Mendoza, Arturo (1992), op. cit., pp. 76-77.
manera que la designación desde el centro de los candidatos del partido oficial a
las posiciones políticas más relevantes sería la constante hasta finales del siglo xx.
El poder de buena parte de los miembros más conspicuos de la política local, des-
de 1947 y hasta el final de ese periodo, derivaría, en buena medida, de sus propios
contactos e influencia con actores del centro.179
La violencia que implicaba la desaparición de poderes no era sólo figurada o
implícita. Durante la toma de posesión del general Gárate, en el contexto de la
transmisión forzada de poderes, el general Bonifacio Salinas Leal, comandante de
la Octava Zona Militar, previno al gobernador defenestrado, Hugo Pedro González,
de no dar la espalda al balcón de la oficina de la Secretaría General de Gobierno,
donde éste se encontraba, durante el acto. Temía que pudieran dispararle.180
El gobierno alemanista previno en su estrategia limitar cualquier intento del
ex gobernador por prevenir acciones penales en su contra: envió al subprocurador
general de la República, Enrique Canudas, para pedir a los jueces de distrito de
Tamaulipas y Nuevo León que no concedieran la suspensión en caso de que el
gobernador Hugo Pedro González solicitara el amparo y la protección de la justicia
federal.181
Un año después de ser depuesto, Hugo Pedro González fue recibido en audien
cia por el presidente Miguel Alemán. Según relata González, como respuesta a su
queja por el trato recibido, el mandatario le señaló que el procurador general de la
República, Francisco González de la Vega, había preparado un proyecto de decreto
donde se solicitaba la consignación penal del gobernador, y que el propio Alemán
no lo había aprobado, ordenando su modificación. Tiempo después, Alemán con-
cedería al gobernador depuesto un cargo sin significación política.182
El desplazamiento de los representantes del portesgilismo en los espacios po-
líticos y gubernamentales fue inmediato y se les sustituyó con los integrantes de la
antigua facción identificada con Francisco Castellanos, ahora respaldados desde el
centro por la camarilla de Alemán y aliados al general Gárate dentro del estado.
El ánimo de revancha no dejaba lugar a dudas. El procurador general de jus-
ticia del estado designado por Gárate era Zeferino Fajardo. De acuerdo con De la
Garza, Fajardo le habría hecho un comentario al pasar, que refleja la lógica del
momento: “Hasta que los linchamos”, en referencia al grupo portesgilista.183
179
Herrera, Octavio (1999), op. cit., pp. 258-259.
180
González, Hugo Pedro (1983), op. cit. p. 137.
181
Ibid., p. 152.
182
Ibid., pp. 89-91.
183
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., p. 733.
184
Ibid., p. 733.
185
Ibid., p. 734. Se sugiere al lector recordar el nombre de Venustiano Guerra, que será de interés en
el siguiente capítulo.
186
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 731-732. González, Hugo Pedro (1983), op. cit.,
pp. 87-88.
187
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 731-732.
188
Ibid., pp. 732-733.
189
Ibid., pp. 731-732.
190
Ibid., p. 733.
La figura del general Raúl Gárate fue muy adecuada para desplazar a los grupos
portesgilistas de la hegemonía política local. Su formación como militar le permitió
establecer una dinámica de control acorde al propósito de erradicar a estas fuerzas
de los espacios de poder en el estado. Desde 1923, y en contraste con lo ocurrido
en la mayor parte del país, Tamaulipas había sido gobernada por civiles. El nuevo
gobernador tendría por costumbre movilizarse rodeado de guardias armados, aun
en la propia capital de la entidad, para acudir a su despacho. Adicionalmente, según
Hugo Pedro González, nombró a militares ajenos al estado como jefes policiacos
de las ciudades importantes de la entidad, quienes establecieron control social
como representantes del gobierno del estado.191
La alusión general de González es dotada de nombres y apellidos por De la
Garza. Según este último, Gárate cubrió buena parte de la burocracia estatal con
personajes externos al estado, que arribaron al mismo durante su mandato:
El propio general Gárate “invadió” el Estado con “extranjeros” en los altos puestos
administrativos. Con efecto, no eran tamaulipecos Juan de Dios Hinojosa, alcalde
de Laredo; Ernesto Elizondo, de Matamoros; Jesús Ramírez, de Ciudad Victoria;
Patricio Reyna, del Mante; Federico Chapoy, de Ciudad Madero, y Manuel Guz-
mán Willis, de Tampico. Tampoco lo era el licenciado Antonio Rocha, Secretario
General de Gobierno; Demetrio Bustamante, Tesorero General del Estado; el co-
ronel Bernal; Jorge García Peralta, jefe de policía y tránsito, ni los capitanes Ber-
nardino Brizuela, Jesús de la Mora, Jesús Rodríguez Moreno, Milanés; el ingeniero
Carlos Aguilar (Sub-jefe de Catastro); el ingeniero López Gómez, Jefe de Obras
Públicas; el Director de la Penitenciaría Genovevo Martínez, el licenciado Martínez
Luna, segundo adscrito a la Procuraduría, ni los jueces Franco, de Ciudad Madero;
Pedraza, de Nuevo Laredo, y Morales Farías, de H. Matamoros.192
191
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., pp. 157-159.
192
De la Garza, Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 755-756. Se sugiere al lector recordar el nombre
de Raúl Morales Farías, que será de interés en el siguiente capítulo.
Al cambiar impresiones con el Ejecutivo nos informa que en la Tesorería hay vales
por doscientos ochenta mil pesos aproximadamente […] $90 000 Guillermo Gar-
cía (cuñado del señor licenciado Portes Gil); $8 000 de un señor Yáñez Salazar;
$14 000 del señor licenciado Tristán Canales, quien inmediatamente reintegró
$9 000; $35 000 del señor Raúl González. Yáñez Salazar, cobró $5 000 por aloja-
miento en el hotel Lincoln de la ciudad de México, de la propiedad del señor licen-
ciado Portes Gil. Al día siguiente, el Tampico Club pretendía cobrarle al Gobierno
del Estado […] $16 000 por concepto de alimentos de algunos funcionarios. El
señor general Gárate manifestó que no pagaría ni dieciséis mil centavos. Después
le habló por teléfono el coronel Carlos I. Serrano y el Gobernador “se ablandó”,
ordenando el pago.193
193
Ibid., p. 732.
194
González, Hugo Pedro (1983), op. cit., pp. 100-101.
195
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 737-741.
196
agn, Arch. Pres. mav, exp. 556.1/188.
197
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., p. 738.
pacto referido. Gárate se comunicó con Tiburcio Garza Zamora, quien se encargaría
de desactivar la maniobra política contra el gobernador.198 De acuerdo con De la
Garza, Carlos I. Serrano también apoyaba la candidatura de Garza Zamora.199
Raúl Gárate Legleu, Bonifacio Salinas Leal y Tiburcio Garza Zamora
constituyeronel liderazgo de una facción tamaulipeca vinculada a la camarilla de
Miguel Alemán, en particular, con un sector especialmente turbio de la misma: el
representado por personajes como Carlos I. Serrano. Este grupo conservaría su
operación concertada y tendría considerable influencia en Tamaulipas durante las
décadassiguientes, no sólo en los ámbitos de la política tradicional, sino que, según
muestran varias evidencias históricas, en el desarrollo del tráfico clandestino de
sustancias y bienes ilegales, que se incrementaría gradualmente desde entonces
hasta alcanzar niveles sin precedentes en la región.
Conspicuos personajes del ámbito del tráfico de drogas en Tamaulipas se de-
sarrollaron, en buena medida, gracias a la protección brindada por estos actores
políticos. Éstos constituían la extensión local del poder de otras figuras, también
partícipes en este contubernio, quienes hegemonizaron la política nacional de 1946
a 1952 y mantendrían después una gran influencia sobre ella, por sí mismos o a
través de sus herederos políticos. Todo esto podrá apreciarse con detalle en los si-
guientes capítulos.
198
Ibid., pp. 738-740.
199
Ibid., p. 744.
1
Astorga, Luis (2003), op. cit., p. 147.
2
El Mañana de Nuevo Laredo (1947), “El gobernador de Sinaloa complicado en el tráfico de drogas.
Los aviones para llevar narcótico son del Gral. Macías Valenzuela, al que antes se le había acusado
del asesinato del coronel Loaiza”, 14 de noviembre, Nuevo Laredo, Tamaulipas, pp. 1 y 4.
129
bido por figuras del ámbito político local y nacional, quienes estuvieron en condi-
ciones de brindar protección operativa a determinados grupos criminales que
operaban en la región y asegurar la impunidad de su liderazgo, gracias a la hege-
monía o influencia que ejercieron, durante varias décadas, sobre instituciones clave
en el estado y la federación.
Se ha demostrado correctamente que en México, la delincuencia organizada,
en especial aquella dedicada a su actividad más lucrativa, el tráfico de drogas, evo-
lucionó como actor subordinado al poder político, dadas las características autori
tarias del régimen mexicano posrevolucionario.3
Ésta ha sido una de las características que diferencian a la evolución del tráfico
de drogas en México de aquel ocurrido en otros lugares donde el mismo ha alcan-
zado también una amplia proliferación.4
Sin embargo, en el caso de Tamaulipas, a diferencia de lo ocurrido en otras
entidades, o quizás de manera aun más notable, existió una simbiosis entre deter-
minados actores políticos y delictivos, hecho que hace difícil distinguir con preci-
sión los roles efectivos de unos y otros, más allá de las diferencias nominales o
analíticas. Es ésta una de las características centrales del fenómeno de la reconfigu-
ración cooptada del Estado.
En Tamaulipas, la organización criminal más importante dentro del tráfico de
drogas estuvo encabezada por personajes que no sólo ocuparon ocasionalmente algún
cargo de autoridad —hecho de por sí raro y fortuito frente a lo que Astorga considera
como una tendencia general, de los actores de poder, a excluir de manera deliberada
a los traficantes de droga respecto a su participación en el poder político—, durante
el régimen posrevolucionario.5 En este caso, estos personajes participaban de modo
directo dentro de una de las camarillas políticas más influyentes dentro del estado,
extensión a su vez de otra, poderosa en grado sumo, con presencia nacional.
Fueron estas características específicas las que permitieron a esta organización
consolidarse como la más importante del noreste de México —que a mediados de
los noventa sería bautizada coloquialmente como el Cártel del Golfo—. Ellas le
3
Esta concepción fue originalmente demostrada por Astorga (2003, pp. 13, 14, 355 y 356; 2005,
181-182). Mi propio trabajo (2009, p. 137; 2007) confirma la misma perspectiva.
4
Flores Pérez, C.A. (2009), op. cit., pp. 324-325.
5
Astorga, Luis (2003), “México, Colombia y las drogas ilegales: variaciones sobre un mismo tema”.
Conferencia dictada en la VIII Cátedra Anual de Historia “Ernesto Restrepo Tirado”, “Análisis his-
tórico del narcotráfico en Colombia”, organizada por la División Educativa y Cultural del Museo
Nacional de Colombia, la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Colombia, la Embajada
de España en Colombia, la Embajada de los Estados Unidos en Colombia y la Embajada de México
en Colombia, Bogotá, 29-31 de octubre.
permitieron mantener una exposición baja ante la opinión pública, alcanzar con-
diciones significativas de respetabilidad y aceptación social, continuidad en su
liderazgo operativo y gozar de las más amplias garantías de impunidad.
Esta organización creció y se consolidó bajo la tutela de actores políticos esta-
tales y nacionales que desempeñaron un papel fundamental en la creación y diseño
de piezas institucionales clave del régimen posrevolucionario. Ello tuvo lugar en
una etapa temprana, en la que el régimen consolidaba su centralización hegemóni
ca del poder político, inauguraba algunos de sus aparatos de coerción más impor-
tantes y acababa de definir sus mecanismos de control sobre las fuerzas sociales.
El hecho de que algunos de los personajes más influyentes en la creación de
estas instituciones estuvieran, según apuntan las evidencias, involucrados en acti-
vidades ilegales favorecidas a partir de su control del aparato público, parece poner
de manifiesto que tales mecanismos de autoridad del Estado mexicano nacieron
capturados por intereses criminales. Se trata de un proceso de definición de origen
que a falta de una denominación más adecuada a las especificidades mexicanas se
asemeja a aquel analizado en el primer capítulo de este trabajo: la reconfiguración
cooptada del Estado. Con la salvedad de que, en este caso, las prácticas captoras no
habrían sido llevadas a cabo por actores externos al poder. Por el contrario, varias
instituciones de seguridad —o por lo menos, la definición de aspectos nodales de
las funciones que desempeñarían desde entonces— habrían sido configuradas des-
de su origen por actores de gran influencia dentro de los propios espacios de poder,
para garantizar la impunidad selectiva y la continuidad de las operaciones ilegales
de las que aquéllos eran unos de los mayores beneficiarios. Todo ello, en un con-
texto en el que la distinción entre delincuencia y política se hace sumamente difusa
y probablemente sólo pertinente para propósitos analíticos.
Fue el bloqueo permanente del funcionamiento normal de semejantes insti-
tuciones, producto de la referida reconfiguración cooptada del Estado, para garantizar
la impunidad de intereses delictivos, lo que llevaría, con el tiempo, a su virtual
colapso, haciendo de Tamaulipas un referente local del proceso de falla descrito en
el primer capítulo de este trabajo.
6
No existe registro de la fecha exacta de su creación ni del decreto correspondiente. Aguayo Que-
zada, Sergio (2001), La charola. Una historia de los servicios de inteligencia en México, Grijalbo,
México p. 62.
7
Astorga, Luis (2003), op. cit., pp. 283-284; Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., p. 259; Aguayo, La
charola…, p. 63.
8
Astorga, Luis (2003), op. cit., p. 59; Niblo, Sterphen R. (2001) op. cit., pp. 259-260. Ambos auto-
res hacen referencia a la misma fuente; sin embargo, para facilitar la localización del documento se
transcribe textualmente la manera en que cada uno la cita. Astorga remite a Maurice C. Holden,
Asst. Military Attaché, “Misuse of power by National Security Police”, México, D.F., 16 de julio
de 1947, General Records al Departamento de Estado, rg 59, lm 112, 1945-1949, Confidential
Files, 812.00-812.34, rollo 17, nacp. Niblo a “Lt. Col. Maurice C. Holden al secretario de Estado,
16 de julio de 1947, usna/59,812.105/9-477”.
9
“Extracto del reporte del 26 de diciembre de 1947, de Mr. D.J. DeLagrave, Treasury Representa
tive at Mexico City, Mexico”, Drug Enforcement Administration, Subject Files of the Bureau of
Narcotics and Dangerous Drugs, 1916-1970, rg 170, Special File Col. Carlos Serrano, nacp,
citado en Astorga, Luis (2003) op. cit., p. 287.
10
cia (1951), Situation Report: Mexico, 24 de enero, p. 69. Citado en Niblo, Stephen R. (2001), op.
cit., p. 178. Véase, también, el mismo documento en Aguayo Quezada, Sergio (2001) op. cit,. p. 75.
Este documento me fue amablemente proporcionado por Sergio Aguayo, a quien agradezco por
ello. En su trabajo, el párrafo citado está traducido al español.
11
Astorga, Luis (2003), op. cit., p. 58. La fecha referida es 1944, lo que sería inexacto: Alemán fue
gobernador de Veracruz entre 1936 y 1939 (Camp, 1992: 20). El documento citado por Astorga
es “A.M. Monroy, a Harry J. Anslinger, Commisioner of Narcotics, Washington dc, Phoenix,
Arizona, 22 de septiembre de 1946, dea, sfbndd, 1916-1970, rg 170, nacp.
12
agn, Arch. Pres. mav, exp. 549.44/496.
era de Miguel Alemán,13 mientras que el dueño aparente era Carlos I. Serrano, a
quien se le expropiaría hasta 1972.14 Durante sus giras por Tamaulipas, Alemán
solía retirarse a descansar y sostener reuniones privadas en El Canelo. Entre los
asistentes a las mismas estaba el general Raúl Gárate Legleu, gobernador a quien
impuso tras decretar la desaparición de poderes en el estado para desplazar al por-
tesgilismo; Jesús Vidales Marroquín, administrador de la aduana de Nuevo Laredo;
Carlos I. Serrano; Ramón Beteta, secretario de Hacienda, e incluso Antonio J.
Bermúdez, director general de Pemex.15
Si se tienen en consideración los antecedentes e intereses colaterales que, según
las evidencias mostradas, estos personajes tenían, más allá de sus cargos públicos
formales, resulta especialmente significativo su afán por desplazar a las camarillas
portesgilistas de la hegemonía política y gubernamental, en una entidad estratégica
para el tráfico ilegal de diversos bienes.
En noviembre de 1947, la Procuraduría General de la República (pgr) sería
instituida como encargada formal de las campañas antidrogas desarrolladas por el
gobierno mexicano.16 A finales de ese año, el titular de esa dependencia, Francisco
González de la Vega, investigaba, por órdenes del presidente Miguel Alemán, la
presunta participación de los gobernadores de Sinaloa, Pablo Macías Valenzuela;
de Chihuahua, Foglio Miramontes, y de Baja California, Alberto Aldrete, en la
protección al tráfico de drogas.17 En ese mismo mes, Miguel Alemán tomaba unos
días de descanso en un lugar indeterminado de la sierra de Chihuahua, acompa-
ñado por Mario Pasquel, Jorge Pasquel, Enrique Parra Hernández y Carlos I. Se-
rrano.18 La pgr informó que la campaña contra las drogas arrojaba resultados, tras
los descubrimientos de plantíos de amapola en Sinaloa y Durango. De paso, señaló
que en Tamaulipas existía un tráfico importante en Nuevo Laredo y Tampico.19
De acuerdo con Astorga, en 1946 la banda más conocida de traficantes de
drogas en Nuevo Laredo era la encabezada por los hermanos Treviño —Enrique,
13
agn, dfs-ips. Versión pública exp. Miguel Alemán Valdés, dfs, leg. 1, foja 41.
14
agn, dfs-ips. Versión pública exp. Carlos I. Serrano, dfs, leg. 1, fojas 93-97.
15
El Mañana de Nuevo Laredo (1949), “‘Tenemos un gran presidente’, es comentario que hace el
administrador de la aduana, sobre el Sr. Lic. Alemán”, 30 de abril, Nuevo Laredo, Tamaulipas, p. 2.
16
Astorga, Luis (2005), op. cit., p. 69.
17
Noticiero de Ciudad Victoria (1947), “Los gobernadores de Sinaloa y Chihuahua complicados
[sic] en el contrabando de drogas. Así como el ex gobernador del territorio norte de Baja Califor-
nia, Alderete [sic]”,17 de noviembre, Ciudad Victoria, Tamaulipas, p. 1.
18
El Mañana de Nuevo Laredo (1947), “Presidente Alemán en un lugar ignorado de la sierra. Pasará
corto descanso con pocos acompañantes”, 14 de noviembre, Nuevo Laredo, Tamaulipas, p. 1.
19
Noticiero de Ciudad Victoria (1947), “El tráfico de drogas”, 20 de noviembre, p. 1.
24
agn, Arch. Pres. mav, exp. 702.11/46.
25
agn, Arch. Pres. mav, exp. 702.22/2284.
26
La Voz de la Frontera (1950), “Miguel Solís Alemán es nuevamente comandante”, 21 de julio,
Matamoros, Tamaulipas, p. 1.
27
agn, Arch. Pres. mav, exp. 101/43.
28
Lo anterior se puede constatar, por ejemplo, en la solicitud de Arnulfo Torres a Rogerio de la
Selva, agn, Arch. Pres. mav, exp. 546.6/315.
29
Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., pp. XVII-XXIII.
30
Ibid., pp. 207-215.
31
agn, Arch. Pres. mav, exp. 564.2/214.
32
Diario de Nuevo Laredo (1948), “Pasquel sin restricciones”, Fotografía, 16 de noviembre, Nuevo
Laredo, Tamaulipas, p. 1.
33
agn, Arch. Pres. mav, exp. 702.11/46.
34
Niblo, Stephen R. (2001), op. cit., p. 261.
35
agn, dfs-ips, Versión pública del expediente de Enrique Parra Hernández, dfs, fojas 1-2.
36
Lupsha, Peter A. (1995), “Transnational Narco-corruption and Narco-investment. A focus on
Mexico”, primavera, disponible en <http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/mexico/
readings/lupsha.html>.
37
Noticiero Diario de la Tarde (1956), “Dejará la aduana el Lic. Castellanos y ocupará importante
cargo, dicen. Hasta amenazan con el regreso de Cristo Lapier [sic]. Versiones de que irá en lugar
del Lic. Armendáriz”, 7 de marzo, Matamoros, Tamaulipas, p. 1.
38
La Voz de la Frontera (1950), “Miguel Solís Alemán...”, p. 1.
39
El Mundo (1947), “Una tragedia impresionante registrada en H. Matamoros. La Sra. Gloria Lan
deros fue muerta a balazos por su marido. Porque la visitaron sus padres [sic]. Delante de sus hijos
y de sus suegros, la dejó moribunda”, 24 de julio, Tampico, Tamaulipas, p. 1. Véase, también, No-
ticiero (1947), “Comerciante de H. Matamoros que asesina a su joven esposa. Horrible tragedia
que se incubó con los humos del licor y un complejo absurdo”, 24 de julio, Ciudad Victoria,
Tamaulipas, p. 1. Este encabezado fue de ocho columnas, el principal de esa edición. Asimismo,
The Brownsville Herald (1947), “Matamoros wife is shot to death”, 24 de julio, Brownsville,
Texas, p. 1.
40
Noticiero (1947), “No quedará impune el salvaje asesinato de la señora G. Landeros”, 25 de julio,
Ciudad Victoria, p. 1.
41
Ibid.
Juan Nepomuceno Guerra Cárdenas había sido parte del grupo de tamaulipecos
que Francisco Castellanos Tuexi —el antiguo gobernador que había roto con
EmilioPortes Gil, se había aliado al general Raúl Gárate, y más tarde se haría cargo
de la aduana de Matamoros— había incorporado a la Procuraduría General de
Justicia del Distrito Federal, durante el tiempo que estuvo al frente de ella. Durante
este periodo,entre 1943 y 1944, ocupó el cargo de agente de cuarta de la Policía
Judicial del Distrito Federal.42
Juan N. Guerra, como se le solía nombrar, sería señalado por múltiples fuentes
como un reconocido contrabandista y traficante de drogas en Tamaulipas.43 Guerra
fue la cabeza fundadora de la organización criminal del Cártel del Golfo, que décadas
después sería encabezado también por su sobrino, Juan García Ábrego. Los hechos
que se relatan a continuación no están directamente relacionados con el tráfico de
drogas, pero resultan indispensables para dimensionar las influencias de este perso-
naje, las irregularidades que se cometieron en la justicia local para protegerle, mismas
que en su momento serían sucedáneas en sus demás actividades ilícitas.
Según el censo de 1930, Juan N. Guerra había nacido en Tamaulipas, en 1915,
del matrimonio formado por Plácido Guerra Lerma y María Eloísa Cárdenas
Benavides. Residía en el rancho El Tahuachal, junto con sus padres y hermanos:
Refugio, de 14 años; Sofía, de 13; Roberto, de 12; Leonor, de 10; Pablo, de siete
y Ernesto, de cinco.44 El lugar de nacimiento de Juan N. Guerra ha sido sujeto de
controversia, incluso algunas fuentes señalan la posibilidad de que fuera originario
de los Estados Unidos.45 Sin embargo, la información genealógica apunta a que
era de Matamoros, Tamaulipas, localidad en la que aparecen registros de su familia
desde antes de su nacimiento.46
42
En 2011 se solicitó la versión pública del expediente de Juan N. Guerra Cárdenas a la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal, que la resguarda en la Dirección General de Política y
Estadística Criminal. En el Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, el
número de la solicitud es rr. 1190/2011.
43
agn, versión pública del expediente de Emilio Martínez Manautou, dfs, leg. 1, foja 46.
44
La búsqueda de estos datos fue realizada en el sitio web Family search, que contiene una de las co-
lecciones genealógicas más ricas (disponible en <https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/MQ86-
HFJ>). Debido a la caligrafía borrosa en el documento original, el nombre de la madre aparece
erróneamente como “Gloria”, aunque si se observa con cuidado la imagen, puede apreciarse que
el correcto es “Eloísa”.
45
agn. dfs-ips. Versión pública del expediente de Octavio Villa Coss, dfs, leg. 1, foja 12.
46
Todos los datos fueron obtenidos en el sitio web genealógico <https://familysearch.org>. Existe
una fe bautismal bajo el nombre de María Eloísa Cárdenas Benavides, en la iglesia Nuestra Se-
ñora del Refugio, el 8 de noviembre de 1895. (Indexing Project (Batch) Number: I04065-0; System
Origin: Mexico-EASy; Source Film Number: 1511749; Reference Number: p. 96). Este registro
había ordenado que los hijos de la occisa fueran puestos bajo la custodia de la fa-
milia Guerra Cárdenas. El juez —Pompeyo Gómez, quien como se vio en el capí-
tulo anterior era el jurista elegido por la nueva camarilla en el poder local para
juzgar el caso del ex jefe de policía Osuna, del depuesto gobierno de Hugo Pedro
González—, junto con el mencionado fiscal, había designado a dos militares para
que dieran peritaje balístico, mismos que habían hecho todo lo posible para soste-
ner la versión del supuesto accidente, buscando presuntas huellas del rebote del
disparo en el techo. No obstante, el casquillo de la bala fue encontrado en el char-
co de sangre donde había estado la cabeza de Gloria al momento de su muerte.
Landeros añadía que el acta había sido redactada por el secretario del juez, quien
sólo admitió las rectificaciones de los abogados de Guerra. El juez Gómez y el
fiscal Espinosa se negaron a registrar las expresiones del hijo mayor de Juan N.
Guerra, de cuatro años, quien en su lenguaje de niño le había dicho al propio
agente del Ministerio Público: “Papi, pum pum, mató mami —pitola—, ya no
coce mami”, frente al cuerpo muerto de su madre.48
En respuesta, el general Gárate —quien había sido jefe de policía del Distrito
Federal en 1920—49 redactó un telegrama al referido juez y al agente del Ministerio
Público, según publicó el mismo diario, exponiéndole al primero que el gobierno
del estado “por ningún motivo permitirá obtenga su libertad Juan N. Guerra y
hará responsable autoridad que la decrete, ya que sociedad encuéntrase vivamente
interesada, castíguese con mayor rigor dicho homicida”. Al segundo le ordenaba:
“Sírvase intervenir activamente caso Juan N. Guerra y opóngase enérgicamente a
que dicho homicida obtenga su libertad”. Por su parte, el procurador Fajardo tam
bién envió un telegrama al agente del Ministerio Público en Matamoros, a quien
le instruía a “oponerse legal y enérgicamente a toda resolución tienda a libertar
bajo cualquier pretexto al homicida Juan N. Guerra”.50
48
Noticiero (1947), “Pide justicia el padre de Gloria Landeros, acusando a todas las autoridades
de Matamoros de estar vendidas o atemorizadas ante el sádico asesino Juan N. Guerra. Ningún
abogado matamorense se atreve a patrocinar la parte civil, porque temen a la familia Guerra. Toda
clase de consideraciones se están dispensando al criminal, las actas se levantan a su antojo y se le
está preparando ya la libertad bajo caución”, 31 de julio, Ciudad Victoria, p. 4.
49
Noticiero (1947), “Ahora van a ver cómo muere un presidente”, 26 de julio, Ciudad Victoria, p. 3.
Se trata de un escrito del propio Raúl Gárate Legleu donde describe sus experiencias como jefe
de la policía capitalina, en el contexto de la rebelión de Agua Prieta, que depuso a Venustiano
Carranza, a quien Gárate se mantuvo leal, lo mismo que el general Miguel Alemán González,
padre de Miguel Alemán Valdés.
50
Noticiero (1947), “La rápida intervención del Sr. gobernador evitó que quedara en libertad el
uxoricida Juan N. Guerra. Cese del agente del M. Público en Matamoros, por venal negligencia.
Patética carta del padre de la asesinada en la que exhibe la corruptela del personal judicial de allá.
Salió para Matamoros el nuevo agente del Ministerio Público para evitar que se tuerza la acción
de la justicia con dinero y las amenazas del criminal”, 31 de julio, Ciudad Victoria, p. 1.
51
Noticiero (1947), “El C. procurador de justicia salió ayer para Matamoros. El gobierno decidido
a restaurar el imperio de la ley en aquella ciudad de la frontera. Quedó sin efecto el cambio de
agentes del M. Público, pues De la Garza Kelly era el defensor de Juan N. Guerra. Por órdenes
expresas del señor gobernador, toda la población ha sido despistolizada por fuerzas militares de la
guarnición local”, 1 de agosto, Ciudad Victoria, p. 1.
52
Ibid.
53
Ibid.
54
Noticiero (1947), “Querían hacer aparecer como muerte accidental el cobarde asesinato de Gloria
Landeros. El agente del M.P., Ciro A. Espinosa y el juez Pompeyo Gómez, parciales al asesino.
El procurador, Lic. Z. Fajardo, se concretó a amonestarlos y ordenó reponer el expediente”, 2 de
agosto, Ciudad Victoria, p. 1.
su esposa occisa.55 No obstante, las pruebas eran irrefutables: la bala había ingre-
sado por el rostro y salido por la parte posterior de la cabeza, siguiendo una trayec-
toria que sólo podía ocurrir si el disparo se realizaba de arriba hacia abajo, con la
víctima tendida en el piso.56
Fajardo había ordenado que dos agentes de policía brindaran protección al
matrimonio Landeros, pues Plácido Guerra Lerma, padre de Juan N. Guerra, les
había amenazado de muerte. La prensa de Ciudad Victoria comentó que los her-
manos Guerra eran sujetos sumamente peligrosos; que tenían atemorizada desde
hacía tiempo a la población matamorense e incluso a autoridades locales.57
A principios de agosto de 1947, el matrimonio Landeros había conseguido
por fin a un abogado que representara la causa de la víctima. Se trataba de Eusebio
Elizondo, llegado desde Monterrey, pues en Matamoros ningún litigante había
aceptado el caso. Elizondo solicitó que mientras se seguía el juicio por la patria
potestad de los hijos de Juan N. Guerra y la difunta Gloria Landeros, éstos salieran
del domicilio de los padres del primero. Asimismo, que el hijo mayor de la oc-
cisa declarara en el juicio.58
La Asociación Nacional de Actores, en la ciudad de México, manifestó su
protesta por el homicidio y remitió un telegrama al gobernador Gárate, en exigencia
de justicia.59 La proporción del escándalo llevó a que el Tribunal Superior de Jus-
ticia del estado se reuniera en pleno para determinar si el juez Pompeyo Gómez y
el agente del Ministerio Público, Ciro Espinosa, habían obrado con lenidad. El
presidente del mismo, Agustín Aguirre Garza, recibió la encomienda de investigar
la actuación del juez Gómez.60 Como se recordará, según el testimonio de Ciro de
la Garza Treviño, integrante del referido tribunal, sus integrantes, incluyendoa
Aguirre Garza, habían sido electos para ocupar ese cargo por el general Gárate, tras
reuniones celebradas en su propio domicilio, en el contexto de las medidas adop-
tadas para garantizar el control político y judicial tras la desaparición de poderes y
55
Noticiero (1947), “Entrevista Noticiero con el torvo asesino de Gloria. ‘Debías haber matado a los
dos viejos también, pues de la cárcel te saco con dinero’, dijo su padre al criminal. El Lic. Hum-
berto de la Garza Kelly, es defensor del sombrío y rudo matarife”, 2 de agosto, Ciudad Victoria,
p. 4.
56
Noticiero (1947), “Querían hacer aparecer…”, p. 1.
57
Noticiero (1947), “Entrevista Noticiero…”, p. 4.
58
Ibid.
59
Ibid.
60
Noticiero (1947), “Se volcó el automóvil en el que viajaba el señor procurador. El coche se hizo
pedazos, pero sus ocupantes, por fortuna, salieron ilesos. El presidente del Tribunal investigará si
el juez de Matamoros ha sido leniente”, 3 de agosto, Ciudad Victoria, p. 1.
Los gangsters que están adueñados de Matamoros han sido favorecidos abiertamente
por administraciones anteriores, pues no de otra guisa puede imaginarse que se
haya permitido la entronización de los maleantes hasta el grado de que la vida hu-
mana valga menos que la de un animal diestro en trabajos agrícolas.
He aquí dónde tiene el actual gobierno una brillante ocasión de demostrar al
Estadoentero [que] su gestión política tiende a la limpia general de elementos in-
deseables, no porque sean portesgilistas, no porque hayan sido martistas, huguistas
o magdalenistas, sino simple, sencilla y diáfanamente, son enemigos de la sociedad,
sin importar la bandería a que hayan pertenecido o pertenezcan en la actualidad.
Gente de la laya de los asesinos de Matamoros, y cómplices, pueden incluso
haber sido oposicionistas a los regímenes anteriores; pueden ser, en última instan-
cia, hasta garatistas, ya que esa clase de elementos siempre van a favor de los vientos
que corren con tal de obtener protección para sus perniciosas actividades.
61
Noticiero (1947), “El juez y el agente del M.P. en Matamoros siguen protegiendo al asesino Juan
N. Guerra. El padre de Gloria Landeros teme ser asesinado, y el abogado que lo patrocinaba me-
jor regresó a Monterrey. Noticiero boicoteado por los gangsters; ¡Matamoros pide garantías, señor
gobernador!”, 4 de agosto, Ciudad Victoria, p. 1.
El diario publicó, también, que el careo que debería realizarse entre Guerra y
una testigo del homicidio se postergó por la inasistencia de ésta; se trataba de la
sirvienta de la familia, quien en declaraciones previas ante el magistrado presidente
del Tribunal Superior de Justicia, Agustín Aguirre Garza, había señalado que escu-
chó a su patrona exclamar “¡mátame, cobarde!”, tras lo cual vino la detonación del
arma. Asimismo, dio testimonio de la ruptura de los sellos que resguardaban el do-
micilio como escena del crimen, pues las puertas fueron abiertas para sustraer un
par de metralletas que Juan N. Guerra tenía dentro del hogar en el momento del
crimen;66 días después ratificaría su declaración.
Carlos Landeros escribió una nueva carta a Noticiero, que también apareció
publicada en el diario. Agradecía que la publicación mantuviera su caso vivo ante
la opinión pública; elogiaba al gobernador Gárate y al procurador Fajardo, de
quienes aseguraba sentirse seguro y amparado. Manifestaba su esperanza de que el
nuevo agente del Ministerio Público designado, José Ramos Lozano, quien venía
de fuera de la localidad, obrara también con corrección. Añadía que el juez le había
indicado que no podía ordenar que sus nietos —aún bajo la custodia de los padres
del homicida— les visitaran, y pedía al periódico que no se callara hasta que se les
hiciera justicia.67
El fiscal Ciro Espinosa fue destituido de su cargo. Su sustituto, al tomar pose-
sión, indicó que llegaba a Matamoros con la intención de obtener un castigo
ejemplar para Juan N. Guerra, a pesar de “sus poderosas influencias con políticos
de administraciones anteriores y las enormes cantidades de dinero que ha derramado”.68
El 27 de agosto, Noticiero dio a conocer la renuncia del juez primero mixto,
en Matamoros, Pompeyo Gómez, quien se separó de su cargo tras haber recibido
el respaldo de Agustín Aguirre Garza, magistrado presidente del Tribunal Superior
de Justicia, en relación a su actuación sobre el caso. En su lugar fue designado
66
Noticiero (1947), “La criada de Juan N. Guerra, amenazada. Si ratifica ante el juez todo lo que
declaró ante el Lic. Aguirre Garza”, 17 de agosto, Ciudad Victoria, p. 4.
67
Noticiero (1947), “El padre de Gloria Landeros admite que ya se empieza a hacerle justicia. Se
muestra agradecido al gobernador y al procurador, por su valiosa intervención. Asimismo, aplau-
de nuestra modesta labor de higiene pública y social”, 19 de agosto, Ciudad Victoria, p. 4. El
nombre correcto del nuevo fiscal era José Adame Lozano.
68
Noticiero (1947), “El nuevo agente del Ministerio Público en Matamoros, recibió (sic). Se evitará
el escarnio de que el asesino Juan N. Guerra salga a dormir. El Sr. Landeros tiene un nuevo apo-
derado que se encargará se le imparta plena justicia”, 24 de agosto, Ciudad Victoria, p. 1.
69
Noticiero (1947), “Renunció el juez primero mixto de la H. Matamoros. Inmediatamente fue
nombrado para sustituirlo, al Sr. Lic. De la Garza. Las investigaciones hechas sobre su actuación
en el caso Guerra, lastimáronlo”, 27 de agosto, Ciudad Victoria, p. 4.
70
Véanse los firmantes del desplegado, reproducido en De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit.,
pp. 723-725.
71
Noticiero (1947), “El ex agente del M.P. en Matamoros, cómplice de maniobras de Juan Guerra”,
29 de agosto, Ciudad Victoria, p. 1.
72
Noticiero (1947), “Ningún abogado se atreve a asesorar a la parte civil en el crimen de Juan N.
Guerra. Carlos Landeros pide a la prensa cooperación para obtener justicia”, 31 de agosto, Ciu-
dad Victoria p. 4.
73
Noticiero (1947), “El nuevo agente del Ministerio Público…”, 21 de agosto, Ciudad Victoria, p. 4.
permitieron descubrir que Juan N. Guerra había sido comandante de policía en Jo
jutla, Morelos, donde tenía dos causas penales pendientes por herir de bala en un pie
a un menor de edad y por haber golpeado con severidad a un delincuente, a fin de
despojarlo de dos mil pesos.74 Sus tendencias violentas no eran menores ni pasaje-
ras: mientras permanecía en prisión, Juan N. Guerra había amenazado de muerte
a uno de los celadores, el cabo José Sandoval, hecho que negó en el careo corres-
pondiente, al tiempo que continuaba gritando y emitiendo exclamaciones soeces
al guardia.75
El 30 de septiembre, la prensa victorense publicaba que el gobernador Gárate
había recibido instrucciones presidenciales de trasladarse a Matamoros, donde
debería atender un problema de invasiones de tierra en la localidad; le acompañaba
el coronel Tiburcio Garza Zamora.76 Como se recordará, Garza Zamora sería pocos
años después apoyado por el general Gárate, por Carlos I. Serrano y por el general
Bonifacio Salinas Leal para suceder al primero en el gobierno del estado. Aunque
esta referencia puede parecer innecesaria o fuera de lugar al lector, se le sugiere
tenerla muy presente para una mejor comprensión de cuestiones que se abordarán
más adelante.
A mediados de octubre de 1947, la información sobre el caso comenzaba a
escasear. Sin embargo, Noticiero publicó que Juan N. Guerra había perdido un
amparo contra la detención de la que era objeto. Asimismo, el periódico dio a co
nocer que los nuevos peritajes balísticos echaban por tierra a los anteriores y su
conclusión de que el balazo que había matado a Gloria Landeros había sido pro-
ducto de un accidente.77
El mismo día en que Noticiero publicaba estos hechos daba a conocer que el
secretario particular del gobernador Gárate, José Juan de Olloqui, se encontraba
en Matamoros, en compañía del general Cándido Aguilar —temprano promotor
de la carrera de Miguel Alemán y vocal ejecutivo de la Confederación Nacional
Campesina— analizando cuestiones agrarias.78 El problema de tierras que había
74
Noticiero (1947), “Fue procesado en Jojutla el uxoricida Juan N. Guerra. Por haber herido a un
menor de edad y haber despojado de dos mil pesos a otro delincuente”, 16 de septiembre, Ciudad
Victoria, p. 4.
75
Noticiero (1947), “Juan N. Guerra tiene sed de sangre. Amenazó de muerte a un cabo celador. La
peligrosidad del uxoricida llega a límites de locura”, 10 de septiembre, Ciudad Victoria, p. 1.
76
Noticiero (1947), “El gobernador sale hoy para H. Matamoros”, 30 de septiembre, Ciudad Vic-
toria, p. 1.
77
Noticiero (1947), “Juan N. Guerra perdió un amparo. Lo había interpuesto contra el auto de
formal prisión”, 19 de octubre, Ciudad Victoria, p. 1.
78
Noticiero (1947), “El Sr. Olloqui regresó de H. Matamoros”, 19 de octubre, Ciudad Victoria, p. 1.
79
Krauze, Enrique (1997), La presidencia imperial. Ascenso y caída del sistema político mexicano
(1940-1996), Tusquets Editores, México, p. 114. La confrontación entre el general Cándido
Aguilar, fervoroso agrarista, con los intereses de Carlos I. Serrano, llevarían a que el primero se
alejara de Miguel Alemán Valdés, con quien tenía una estrecha relación desde sus primeros años,
pues Aguilar había sido superior jerárquico del padre de Alemán en sus años revolucionarios, fiel
a Carranza, de quien era yerno, durante la rebelión sonorense. Su rompimiento con Alemán se
traduciría en su apoyo a la candidatura, opositora al pri, del general Miguel Henríquez Guzmán.
80
Noticiero (1947), “El procurador de justicia activa el proceso contra el feroz asesino Juan N.
Guerra. Enérgica orden giró al agente del Ministerio Público de H. Matamoros”, 19 de octubre,
Ciudad Victoria, p. 4.
81
Noticiero (1947), “El feroz asesino Juan N. Guerra hasta en su respectiva celda porta pistola.
Informes que recibió el C. procurador así lo aseguran”, 23 de octubre, Ciudad Victoria, p. 4.
82
Noticiero (1947), “El dictamen de los peritos en balística es adverso al asesino Juan N. Guerra.
Después de minucioso estudio, concluyen que el disparo no fue accidental”, 24 de octubre, Ciu-
dad Victoria, p. 1.
83
Noticiero (1947), “Centenares de personas ante la tumba de Gloria Landeros, en Matamoros”,
11 de noviembre, Ciudad Victoria, p. 3.
Por acuerdo del C. Gobernador del Estado acuso recibo de su atento oficio número
9356, de fecha 18 de marzo del corriente año, relacionado con la queja presentada
por María Teresa O. de Landeros, del Mante, Tamps., al C. Presidente de la Repú-
blica, permitiéndome manifestarle, que el presunto responsable de la muerte de
Gloria Landeros, viene siendo juzgado por los tribunales competentes y con apego
a la ley, estando pendiente de dictarse la resolución definitiva correspondiente; y
por lo que toca a los nietos de la quejosa, se ha turnado el memorial al C. Procurador
de Justicia del Estado para que proceda en los términos de las facultades que le
atribuye el Código Civil del Estado.85
Diríjome Ud. última instancia, protestar airadamente motivo haberse libertado ase-
sino brutal mi hija Gloria. Crimen cometiose ciudad Matamoros hace menos un
año; sociedad Tamaulipas encuéntrase escandalizada y yo exijo ante Ud., no sólo se
84
agn, Arch. Pres. mav, exp., 541/223.
85
Ibid.
86
Ibid.
87
La Voz de la Frontera (1950), columna “Bazar”, 13 de julio, p. 3. La nota, firmada por Mancera,
da cuenta de la contribución personal de 500 pesos que proporcionaron Jorge Pasquel, Amador
Garza, Manuel Cavazos y Luis H. Ávila, a Isabel Torres Parra, candidata a reina de la simpatía, en
Matamoros.
88
El Regional de Matamoros (1952) (anuncio), “Grandiosa inauguración del Salón Piedras Negras”,
6 de junio, Matamoros, p. 6.
89
San Antonio Express (1951), “Corpus death hearing set”, 24 de marzo, San Antonio, Texas, p. 2.
90
Brownsville Herald (1952), “Guerra draws six years in slaying”, 14 de septiembre, Brownsville,
Texas, p. 1.
era Raúl Morales Farías,91 parte de los personajes externos a Tamaulipas que llega-
ron a ocupar cargos públicos con el arribo del general Raúl Gárate al gobierno del
estado. Morales Farías había sido designado juez en Matamoros en ese periodo.92
Según se puede apreciar, el proceso de captura institucional, que implica la recon-
figuración cooptada del Estado, mantuvo una amplia temporalidad. Raúl Morales
Cadena, hijo del abogado de Juan N. Guerra, Raúl Morales Farías, sería subpro-
curador general de justicia del estado en el sexenio de Américo Villarreal Guerra,
y alcanzaría la titularidad de esa institución en el gobierno de Manuel Cavazos
Lerma. En 1956, Raúl Morales Farías tenía su despacho en los altos del bar Piedras
Negras, propiedad de Juan N. Guerra, y desde ahí representaba la causa de otros
personajes que en los años por venir serían identificados como traficantes de dro-
gas; es el caso de Melquiades Sosa, quien enfrentó la acción de la justicia por la
muerte de un mesero.93 No obstante, a diferencia de Juan N. Guerra, Sosa parecía
no contar con los mismos apoyos o amigos para permanecer impune: el juez Ve-
nustiano Guerra, amigo de la familia Guerra Cárdenas, no tuvo empacho para
sentenciar a Sosa a prisión por el crimen referido.94
Justamente en 1956, durante la gubernatura de Horacio Terán, como se vio
en el capítulo anterior, otro personaje impuesto en Tamaulipas por Miguel Alemán
—de quien había sido compañero en la Escuela Nacional de Jurisprudencia—,95
la prensa local reportó que Juan N. Guerra negociaba en la capital del país la con-
tratación de variedades para su Café Matamoros, uno de los centros nocturnos más
exclusivos de la localidad.96
Su aceptación social —y en círculos políticos— se hizo evidente en algunos
eventos que tuvieron lugar en tal establecimiento. Por ejemplo, a la boda de su her-
mana, en abril de 1956, acudieron el juez segundo en materia penal, Venustiano
91
The Corpus Christi Time (1951), “Mexican Supreme Court must rule on Porter case”, 19 de
abril, p. 1.
92
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 755-756.
93
Noticiero Diario de la Tarde (1956), “Localizado por Noticiero, Melquiades Sosa se pasea impune-
mente por las calles céntricas de H. Matamoros”, 7 de abril, Matamoros, pp. 1-4.
94
El Bravo de Matamoros (1956), “Descartó el juez la versión dada por Melquiades Sosa y decretó
su prisión”, 17 de octubre, Matamoros, p. 6.
95
Camp, Roderic Ai (1992), Biografías de políticos mexicanos 1935-1985, Fondo de Cultura Econó-
mica, México, p. 564.
96
Noticiero Diario de la Tarde (1956), columna “Piscando”, 3 de marzo, Matamoros, p. 3. Guerra
también anunciaba su establecimiento en la prensa de Texas. Véase, por ejemplo, The Brownsville
Herald (1954) (anuncio), “The Matamoros Cafe proudly presents Rosa de Castilla, ‘Mexico’s
finest song stylist’ ”, 21 de octubre, p. A-10. En el anuncio se puede leer: “Juan N. Guerra, Mgr.”.
En realidad, era el propietario, no el manager por lo visto, al menos desde 1954.
Guerra —futuro presidente del Congreso estatal y presidente del Comité Directivo
Estatal del pri, a comienzos de los años setenta—, Bertha Cárdenas —hermana de
Leticia Cárdenas de Martínez Manautou, esposa del futuro gobernador—, José Ló-
pez Cárdenas, presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales; Amelia Zolezzi
—hermana de Ricardo Zolezzi Cavazos, entonces subinspector de policía y futuro
jefe de la Policía Judicial del estado en el sexenio de Emilio Martínez Manautou—,
y Manuel Yarritu Flores, funcionario aduanal.97 En el Café Matamoros de Juan N.
Guerra se reunían el alcalde de la localidad, Augusto Cárdenas, y el ex presidente
municipal de la misma, Juan B. García.98
El 12 de enero de 1957, la afamada Miss Universo, Christiane Martell, futura
nuera de Miguel Alemán Valdés, hizo una presentación especial a favor de la Cruz
Roja local, en el Café Matamoros,99 propiedad de Juan N. Guerra, quien a pesar
de sus antecedentes parecía contar, por lo menos, con un alto grado de aceptación
entre la sociedad y los funcionarios de la localidad, no obstante su conocido
historialhomicida y contrabandista.
Tres años más tarde, en abril de 1960, un primer indicio de la situación que aguar-
daba a Tamaulipas debido a la consolidación de organizaciones criminales pode-
rosas que crecieron al amparo del poder, se hizo presente con el asesinato del co-
mandante de Sobrevigilancia Aduanal en Reynosa, teniente coronel Octavio Villa
Coss. Mostraba, de nueva cuenta, la importancia de la captura de las aduanas para
el funcionamiento de operaciones ilícitas.
En este caso, las redes delictivas que se dedicaban al tráfico de drogas psicoac-
tivas y al contrabando de otro tipo de bienes, entraron en confrontación con
algunosmiembros del resguardo aduanal. Los motivos no se muestran totalmente
97
Noticiero Diario de la Tarde (1956), “Elegante enlace del señor Edemir Hernández y la señorita
Leonor Guerra”, 9 de abril, Matamoros, Tamaulipas, p. 5. Sobre la trayectoria de Ricardo Zolezzi
Cavazos, véase la página web de la Sociedad Tamaulipeca de Historia: <http://soctamdehistoria.
org/db/letraZ/Zolezzi_Cavazos_Ricardo.htm>. Sobre el parentesco entre Ricardo y Amelia Zo-
lezzi: ambos fueron hijos de Juan Bautista Zolezzi Argüelles y María Eulogia Cavazos Garza. La
información se puede verificar en <http://arguellesfamily.com/gen/getperson.php?personID=I72
3&tree=arguelles>.
98
Noticiero Diario de la Tarde (1956), Columna “Pizcando”, 28 de abril, Matamoros, p. 3.
99
El Bravo de Matamoros (1957) (anuncio), “Mañana sábado dos presentaciones. Christiane Mar-
tell, pro construcción de la Escuela de Enfermeras, Café Matamoros, 21 horas, cine Alameda, 20
horas”, 11 de enero, Matamoros, p. 4.
100
Crónica Parlamentaria (1958), información del Diario de los Debates, 23 de agosto, México, dis-
ponible en <http://cronica.diputados.gob.mx/DDebates/44/1er/Ord/19580823.html>.
101
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Consignación del ‘caso Piedras Negras’”, 16 de abril, Mata-
moros, pp. 1-2.
102
El Regional de Matamoros (1960), “Juan N. Guerra es buscado en C. Reynosa. Declararon los
detenidos en el crimen del ‘Piedras Negras’”, 17 de abril, Matamoros, página policiaca.
103
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Consignación del ‘caso Piedras Negras’”.
104
Ibid.
105
El Regional de Matamoros (1960), “El juez federal le negó el amparo a Juan N. Guerra”, 11 de
junio, Matamoros, página policiaca.
106
El Regional de Matamoros (1960), “Juan N. Guerra es buscado en C. Reynosa. Andan tras su pista
policías de la Procuraduría General de la República”, 17 de abril, Matamoros, página policiaca.
107
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Enérgica batida al contrabando dispone el Gobierno
Federal”,26 de abril, pp. 1 y 3.
108
El Regional de Matamoros (1960), “Llegó anoche el investigador especial de la Procuraduría”, 20
de abril, Matamoros, pp. 1 y 3.
por el jefe de policía local, Agapito González, futuro cacique tamaulipeco vincu-
lado a la ctm—109, y se inculpó como el asesino, a pesar de que su madre y esposa
declararon que se encontraba en su casa la noche del asesinato, y le inquirieron en
plena audiencia si Guerra le había ofrecido dinero para declararse culpable de un
crimen que no había cometido.110 Su abogado era también el mismo de Juan N.
Guerra, Raúl Morales Farías.111
El asesinato de Villa Coss causó revuelo local e incluso nacional. Correspon-
sales de diarios locales, que cubrían la capital del país, se referían a una batida del
gobierno federal contra contrabandistas y traficantes de drogas, y hacían alusión
directa a Juan N. Guerra, “a quien se considera como uno de los principales y más
peligrosos cabecillas de las bandas de contrabandistas que operan en aquella zona
fronteriza, y de quien ya tienen su negra historia autoridades superiores de esta
Capital”.112
La prensa local señalaba que el homicidio se habría derivado de diferencias
entre Guerra y los funcionarios aduanales, por cuestiones de un contrabando de
café transportado en un camión de Roberto Guerra Cárdenas, hermano de Juan.
El vehículo había sido detenido en las instalaciones de la aduana de Ciudad Miguel
Alemán y tenía propaganda de la cerveza Carta Blanca.113 Desde marzo de 1957,
Juan y Roberto Guerra Cárdenas tenían la concesión de la cervecería Moctezuma
para distribuir sus productos en Reynosa.114
109
Una breve reseña biográfica de Agapito González Cavazos se encuentra en la página web de
la Sociedad Tamaulipeca de Historia: <http://soctamdehistoria.org/db/letraG/Gonzalez_Cava-
zos_Agapito.htm>. Sobre la supuesta detención de Carlos García, véase El Regional de Matamoros
(1960), “Carlos García (A) ‘La Máquina’ fue capturado hoy en la madrugada”, 19 de abril, pp. 1
y policiaca.
110
El Regional de Matamoros (1960), “Que ‘La Máquina’ no mató al militar. Sorpresivas revelaciones
hacen la esposa y madre de Carlos García”, 20 de abril, Matamoros, página policiaca. Noticiero
Diario de la Tarde (1960), “Dramático careo entre ‘La Máquina’, su madre y su esposa”, 21 de
abril, Matamoros, pp. 1-4. El Regional de Matamoros (1960), “‘¿Por qué te declaras culpable de
un crimen que no cometiste? ¿Qué acaso no te importan tus pobres hijos desamparados?’ Dura
interpelación de la esposa y la madre de ‘La Máquina’”, 21 de abril, Matamoros, pp. 1 y policiaca.
111
El Regional de Matamoros (1960), “Carlos García (A) ‘La Máquina’ fue capturado…”, 19 de abril,
Matamoros.
112
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Nube de agentes de la Policía Judicial en la frontera”, 27 de
abril, Matamoros, pp. 1 y 3.
113
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Los Villa se enfrentan a los contrabandistas. Dos hermanos
más colaboran con Trinidad, jefe de vigilancia. Amplias facultades les dio el presidente, al que
prometieron no ejercer venganza”, 14 de mayo, Matamoros, pp. 1 y 3.
114
El Bravo de Matamoros (1957), columna “Radar”, 21 de marzo, Matamoros, p. 3.
115
agn, Arch. Pres. alm, exp. 432/115.
116
agn, dfs-ips. Versión pública del expediente de Octavio Villa Coss, dfs, legajo único, foja 7.
117
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Enérgica batida…”, 26 de abril, Matamoros, pp. 1-3.
118
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Limpia general de elementos inmorales en las aduanas.
Nombran a Juventino Paredes en lugar de F. García Segovia. Enfrentará el gobierno a los contra-
bandistas pistoleros fronterizos”, 29 de abril, Matamoros, p. 1.
camarilla del ex presidente Miguel Alemán Valdés, quien para entonces había sido
incorporado al gabinete del presidente Adolfo López Mateos como titular del
Consejo Nacional de Turismo—119 omitían las cuestiones referentes al contraban-
do e intentaban mostrar el homicidio como disputa originada por las pretendidas
condiciones de embriaguez entre los participantes sustantivos.120 Cabe señalar que
la aparente carencia de personal suficiente, por parte de la Procuraduría General
de la República, se había traducido en Matamoros en el hecho de que el titular de la
Oficina Federal de Hacienda, Ciro Domínguez, desempeñara, al mismo tiempo,
la función de agente del Ministerio Público Federal.121 Es decir, la pretendida re-
presión formal del contrabando y las investigaciones sobre delitos federales —que
incluían también esta actividad— dependían de las autoridades de los ya mencio-
nados Antonio Ortiz Mena y Fernando López Arias, integrantes ambos de la ca-
marilla de Miguel Alemán y titulares de la Secretaría de Hacienda y la Procuraduría
General de la República, respectivamente. En Matamoros, el funcionario más alto
de la primera dependencia era también el encargado de llevar a cabo las funciones
fundamentales de la segunda.
La debilidad en los primeros resultados de las investigaciones derivó en que la
familia de Octavio Villa Coss ejerciera presión y se quejara ante el presidente
AdolfoLópez Mateos, quien permitió que varios de los hermanos del occiso —tam-
bién militares de carrera— participaran en las nuevas indagaciones. Sin embargo,
el proceder equívoco en la respuesta institucional para atender el crimen y el es-
cándalo relacionado con el contrabando parece confirmar la disputa interna.
Los señalamientos de Carrola Antuna, suegro del subsecretario Garduño y
jefe del Servicio de Sobrevigilancia, derivaron en la destitución del comandante de
Resguardo Aduanal en Reynosa, y testigo presencial del homicidio de Villa Coss,
119
Alemán Valdés, Fernando (1986), Remembranzas y testimonios, Grijalbo, México, p. 214.
120
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Enérgica batida…”.
121
El Regional de Matamoros (1960), “La Policía Secreta consignó al fiscal al traficante de yerba”,
19 de abril, Matamoros, Tamaulipas, p. 4. La consignación de un individuo que portaba siete
cigarrillos de mariguana fue realizada por el jefe de las Comisiones de Seguridad de Matamoros,
Ricardo Zolezzi Cavazos. Su eficiencia no fue igual para atrapar a Juan N. Guerra, función que
también le correspondía. No lo hizo entonces ni tampoco a lo largo de las siguientes décadas en
que desempeñó funciones policiales de primer nivel en el estado. A juzgar por la asistencia de su
hermana a la boda de Juan N. Guerra, es poco probable que no tuviera antecedentes del personaje
que había alcanzado tal notoriedad en los ámbitos de policía en la entidad. Sobre el papel de Ciro
Domínguez como titular de la Oficina Federal de Hacienda y su desempeño paralelo como agen-
te del Ministerio Público Federal, véase, también, The Brownsville Herald (1963), “Hearing held
in Matamoros bombing plot”, 11 de octubre, Brownsville, Texas, p. 12; The Brownsville Herald
(1963), “New Mexico Tax will hit autos”, 9 de enero, Brownsville, Texas, p. 1.
127
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Los Villa se enfrentan a los contrabandistas. Dos hermanos
más colaboran con Trinidad, jefe de Vigilancia. Amplias facultades les dio el presidente, al que
prometieron no ejercer venganza”, 14 de mayo, Matamoros, pp. 1 y 3.
128
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Posible captura del comandante de la aduana Alejandro
Bernal. Resulta culpable de varios asuntos ‘chuecos’ en Reynosa. Minuciosa investigación lleva a
cabo el hermano del asesinado Villa Coss”, 13 de mayo, Matamoros, pp. 1 y 3.
129
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Los Villa se enfrentan a los contrabandistas…”, 14 de mayo,
Matamoros, pp. 1 y 3.
130
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Nuevos jefes aduanales para sustituir a los Villa Coss”, 24 de
mayo, Matamoros, pp. 1-2.
131
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “L. Mateos interesado en combatir el pistolerismo”, 10 de
agosto, Matamoros, pp. 1 y 4.
132
Ibid.
salido por defraudación. Padilla estaba relacionado con el general divisionario re-
tirado, Enrique Benítez Vargas, y con el general brigadier Joaquín Gordillo Peniche,
jefe del departamento de Materiales de Guerra de la Secretaría de la Defensa
Nacional.Juntos promovían un negocio de contenido impreciso que, según
Padilla,contaba con el apoyo de Antonio Ortiz Mena, secretario de Hacienda. Una
terceraparte en esta relación era otro contacto de Padilla, el cubano Germán Cortés
de Lara, quien había fungido en México como delegado comercial del gobierno de
Fulgencio Batista, y era también parte del Servicio de Inteligencia Militar Cubano.
Según el informe, Cortés de Lara realizaba frecuentes viajes a República Domini-
cana, donde recibía instrucciones de un individuo de apellido Pedraza, quien se
encontraba en ese país realizando preparativos subversivos auspiciados por Batista.
Cortés de Lara era el contacto con otros cubanos que habían tenido cargos
prominentesen el gobierno depuesto de Batista, que se habían establecido en la
ciudad de México. Tal era el caso de Amleto Battisti, diputado durante el régimen
del coronel Batista, pero también uno de los más reconocidos miembros de la
mafia estadounidenseque operaba en la isla, y que ahora vivía en los departamen-
tos Altamira en la ciudad de México, desde donde hacía viajes a Miami, Florida.139
Cortés de Lara estaba también en contacto con otro personaje, Andrés Domínguez
Álvarez del Castillo, y con el entonces general Marcelino Inurreta,primer titular
de la Dirección Federal de Seguridad en 1947, designado por Miguel Alemán y
vinculado con Carlos I. Serrano, según se vio con anterioridad,“quien le ha pro-
porcionado varias personas para su protección, así como campos de entrenamiento
para refugiados políticos con fines de derrocar al actual gobierno cubano”.140
Enrique Padilla Ávila, acompañado de Jerges Michel, se reunió el 9 de junio
de 1959 en la Embajada de Francia con André Pons, directivo de Scodimex
Aviation,Compage Generale de la T.S.F., quien los presentó con el agregado co-
mercial Ivon Lavand. La dfs sospechaba que el asunto a tratar era la preparación
de un viaje de Padilla a Francia, con alguno de los referidos militares mexicanos y
exiliados cubanos, a fin de adquirir aviones bélicos.
139
La información que identifica a Amleto Battisti —dueño del Hotel Sevilla Blitmore y congresista
en La Habana— como parte de la mafia italoamericana dedicada al juego y al tráfico de drogas,
vinculada a Meyer Lanski y a Charles Lucky Luciano, es múltiple y proviene de las más diversas
posturas ideológicas respecto al régimen de Fulgencio Batista. Los casos son múltiples y muestra
de ello puede apreciarse en Rojas, Rafael et al. (2011), El último paredón. Asesinatos de la repu
tación en Cuba, Eriginal Books, Miami, Florida, pp. 106-107; Cirules, Enrique (1999), El imperio
de La Habana, Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, pp. 31, 61.
140
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Antonio Ortiz Mena, dfs, legajo único, foja 14.
El asociado de Padilla Ávila, Leo Joseph Dorney, había ingresado al país por
Matamoros, Tamaulipas, y se especializaba en “introducir al País aviones de dife-
rente tonelaje, citándose entre ellos un C-82 con adaptación de jet que hacía que
dicha máquina aterrizara y despegara en campos de cortas dimensiones a semejanza
de los que se usan para el contrabando”.141 Dorney le estaba vendiendo un avión
B-18 a un grupo de cafetaleros chiapanecos, a través de Claudio Robles Ochoa, ex
subdirector de Aeronáutica Civil de México.
Según el informe, el 2 de febrero de 1959, Dorney había sido ubicado por la
dfs en compañía de Luis Bello Bando, contrabandista de armas, quien había tras-
ladado a Cándido de la Torre, subdirector de la Policía Secreta Cubana, a La
Habana,y quien había realizado vuelos ilegales sobre la isla durante la revolución,
internando y desalojando cubanos. Bello Bando realizaba frecuentes viajes de prue-
ba en aviones de Dorney.
En los talleres de la compañía de Dorney, un avión PBY-P-M-52, propiedad
de la Secretaría de Marina, estaba siendo reparado para ser vendido a un grupo de
particulares centroamericanos no identificados en el documento.
La dfs concluía que la empresa de Padilla Ávila era únicamente un membrete,
que no estaba registrada ni reportaba mayor actividad, salvo la contestación del
teléfono por parte de un individuo de apellido Chapa. Las operaciones con las que
Padilla buscaba obtener grandes ganancias económicas se beneficiaban por su
amistad con Pascual Gutiérrez Roldán, director de Pemex, con Antonio Ortiz
Mena, secretario de Hacienda, y con militares de alta graduación.142
141
Ibid.
142
Ibid. En los archivos de la dfs existen también señalamientos de otro tipo de irregularidades co-
metidas en ámbitos sustantivos de la Secretaría de Hacienda, en las que su titular, Antonio Ortiz
Mena, habría deliberadamente bloqueado la continuidad a las investigaciones que el caso reque-
ría. Por ejemplo, en septiembre de 1969, José Yee Pérez, jefe de la Oficina Federal de Hacienda
del Control Centralizado de Causantes del Impuesto Sobre la Renta en el Distrito Federal envió
un memorándum a Emilio Bolaños Díaz, director de la Policía Fiscal Federal, donde daba cuenta
de acciones de defraudación fiscal por más de 200 millones de pesos, a favor de las empresas Ron
Castillo, S.A. de C.V. y Pepsi Cola Mexicana S.A. Según el memorándum, los responsables eran
el subsecretario de Ingresos, Francisco Alcalá Quintero; el procurador fiscal de la Federación,
Lorenzo Mayoral Pardo; el administrador general de Impuestos al Ingreso, Roberto Hoyo, y el
subdirector del Impuesto al Ingreso Global de las Empresas, Alfredo Gutiérrez. El documento
establece que estas empresas habrían proporcionado, cada una, la gratificación de cinco millones
de pesos a los referidos funcionarios a través del abogado Rafael Mancera, quien habría recibido
5% por comisión. Señalaba también que se tenía conocimiento de que la Procuraduría General
de la República no ejercitaría acción penal contra los funcionarios coludidos, en virtud de que el
No sería la última vez que miembros del círculo cercano de Miguel Alemán
aparecieran ligados con actividades de exiliados cubanos anticastristas ni a tráficos
ilícitos. Según otro reporte de la dfs firmado por Miguel Nazar Haro, en junio de
1962, el general Humberto Mariles, amigo personal de Miguel Alemán, formaba
parte del presídium de un acto realizado en la casa de Herminio Ahumada en la
ciudad de México, por el Partido Pro Unidad Cubana, donde participaron también
el ex embajador de Cuba en Filipinas, Sergio Pérez y Pérez, Carmen Villares de Guz-
mán, el Dr. Rolando Rojas y el ex presidente de Costa Rica, José Figueres Ferrer.
Todos clamaban por la derrota de Fidel Castro y su régimen en la isla. Humberto
Mariles, quien colaboraría con Miguel Alemán en la Comisión Nacionalde Turismo,
sería detenido en Francia por tráfico de heroína, durante un viaje que había realizado
comisionado a ese país por la referida institución —que incluso le tramitó un pasa-
porte diplomático oficial con tal fin y por instrucciones del ex presidente—.143
Semejantes vinculaciones no dejan de ser paradójicas con la preeminencia in
ternacional que personajes como Miguel Alemán y Antonio Ortiz Mena alcanzaron.
Por ejemplo, el segundo sería nombrado titular del Banco Interamericano de Des
arrollo, en marzo de 1971.144 Alemán, quien incluso había sido nominado para
recibir el Premio Nobel de la Paz a comienzos de los cincuenta, mantendría un rol
de promoción internacional del país en su carácter de director de la Comisión Na-
cional de Turismo. Hacia los años setenta, la aceptación social de los dos en los
ámbitos internacionales era indudable, como lo demuestra un reporte de la Direc-
ción Federal de Seguridad, que daba cuenta de la recepción privada que, para
agasajar al ex presidente estadounidense Lyndon B. Johnson, tuvo lugar en Aca-
pulco, en la residencia de Bruno Pagliai, el antiguo asociado de Miguel Alemán
Valdés, y que contó con la asistencia de éste y de Antonio Ortiz Mena.145
propio titular de Hacienda, Antonio Ortiz Mena, había intervenido para evitarlo. agn. dfs-ips,
versión pública del expediente de Antonio Ortiz Mena, dfs, legajo único, fojas 229-231.
143
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Humberto Mariles Cortés, dfs, legajo único,
fojas 3, 4 y 30-36.
144
Sitio web del Banco Interamericano de Desarrollo: <http://www.iadb.org/es/acerca-del-bid/mar-
cos-historicos-1969-1978.3619.html>.
145
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Antonio Ortiz Mena, dfs, legajo único, foja 251.
presentado por propia voluntad ante los miembros del Estado Mayor comisiona-
dos en la entidad, el 20 de septiembre de 1960. Durante el tiempo que estuvo
oculto logró tramitar un amparo de fondo concedido por el juez segundo de Nue-
vo Laredo, Manuel G. Toro Flores, quien había amparado también a Zeferino
Vega Cantú y al mesero Manuel Duarte;146 sin embargo, el documento no evitaba
su detención por parte de las autoridades federales o locales.
Los allegados de Guerra promovieron diversas acciones para evitar que éste
enfrentara a la justicia. La prensa informó que el consulado estadounidense en
Matamoros analizaba la situación de la ciudadanía de Juan N. Guerra, ya que se
decía que había nacido en el condado de Cameron, Texas, por lo que la oficina
evaluaba si requería su asistencia.147
Finalmente, un tribunal de Nuevo León le concedió el amparo de la justicia
federal para evitar la ejecución de la orden de aprehensión en su contra.148 Se pre-
sentó ante los militares comisionados por la presidencia de la República, Leopoldo
Tapia, Óscar González Sánchez y Jorge Antonio Bielba, quienes para entonces
desarrollaban labor de fichaje sobre las personas detenidas en la prisión local por
contrabando. Juan N. Guerra acudió ante ellos acompañado del ex gobernador
Francisco Castellanos Tuexi, su antiguo jefe en la Procuraduría General de Justicia
del Distrito Federal, ex gobernador de Tamaulipas y ex administrador de la aduana
de Matamoros.149
146
El Regional de Matamoros (1960), “No se presentó a declarar ante el juez, Juan N. Guerra”, 11
de mayo, Matamoros, Tamaulipas, página policiaca. Véase, también, El Regional de Matamoros
(1960), “Zeferino Vega y Manuel Duarte se ampararon contra formal prisión”, 13 de mayo, pá
gina policiaca.
147
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Estudia el consulado la ciudadanía de Juan N. Guerra”,
10 de junio, Matamoros, Tamaulipas, p. 4. Diarios texanos también hacían referencia a Guerra
como poseedor de ambas ciudadanías. Véase El Paso Herald-Post (1960), “Gunman charged in
Villa slayed”, 23 de abril, El Paso, Texas, p. 11. Véase, también, The Brownsville Herald (1961),
“New Probe Asked in Murder Case”, 6 de diciembre, final edition, Brownsville, Texas, p. 1. En este
último caso, además de señalar que Juan N. Guerra había nacido en los Estados Unidos, el diario
le menciona como una figura financiera y política en Matamoros, Tamaulipas.
148
The Brownsville Herald (1960), “Pistolero ‘Census’ lists Many Killers”, 25 de agosto, final edition,
Brownsville, Texas, p. 1.
149
Sobre el fichaje de contrabandistas, véase Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Varios homicidas
y contrabandistas fichados hoy”, 19 de septiembre, Matamoros, p. 4. Respecto a la presentación
de Juan N. Guerra, véase Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Juan N. Guerra expresa sus deseos
de respetar la ley. Acudió hoy ante los militares de la Presidencia”, 20 de septiembre, pp. 1 y 3.
Francisco Castellanos les indicó a los militares que Juan N. Guerra tenía la
intención de “mantenerse al margen de actos indebidos”. El mayor González Sán-
chez le respondió que a ellos no les correspondía analizar situaciones pasadas y
resueltas por la ley; que estaban obligados a velar por la tranquilidad de la pobla-
ción, y le recomendaron a Guerra que se abstuviera de hacer ostentaciones y andar
armado porque, en caso contrario, sí procederían en contra suya. La entrevista no
duró más de media hora y tuvo lugar en las habitaciones del hotel Ritz, donde se
hospedaban los referidos militares.150
La campaña de despistolización se mantuvo por breve tiempo y las armas re-
quisadas fueron entregadas a la Dirección General de Aduanas.151 Se anunció la
cancelación de documentos migratorios de todas aquellas personas registradas como
contrabandistas, por los militares comisionados por el Estado Mayor Presidencial.152
Mientras tanto, la situación en la aduana matamorense continuaba indefinida,
pues el administrador formal, general Lucas González Tijerina, era desplazado en
los hechos por el visitador nombrado desde la Secretaría de Hacienda, Rafael Fer-
nández García.153 El 30 de septiembre, Eduardo Garduño fue removido de la subse-
cretaría. No obstante, los ceses de personal en la aduana de Matamoros y su
sustituciónpor otros personajes de carácter cuestionable —varios de ellos con
antecedentes de vinculación con el contrabando, como el referido Zeferino Vega
Cantú— no fue rectificada.154
Paradójicamente, la prensa tamaulipeca publicó que en el municipio de Ca-
margo, un contrabandista de altos vuelos aspiraba a la alcaldía. Se trataba de Juan P.
Salinas, propietario de la bodega Congregación San Francisco, donde se habían
resguardado los bultos de café que dieron lugar al diferendo en el que perdería la
150
Ibid.
151
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Proseguirá la campaña de despistolización en la región.
Procederán sin miramientos en esta cruzada. El contrabando será eliminado también”, 21 de
septiembre, Matamoros, pp. 1 y 4.
152
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Impedirán la entrada de contrabandistas a Estados Unidos.
Cancelarán en Migración sus pasaportes. Enérgica medida para terminar con el contrabando”, 21
de septiembre, Matamoros, pp. 1 y 4.
153
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Prevalece la anarquía en la Aduana local”, 24 de septiembre,
Matamoros, pp. 1 y 2.
154
Sobre la salida de Garduño, véase Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Modificará Hacienda su
política en las aduanas. Favorables cambios con la salida del subsecretario Lic. Garduño”, 29 de
septiembre, Matamoros, pp. 1 y 4. Respecto a la ratificación del personal referido, véase Noticiero
Diario de la Tarde (1960), “No reconsiderarán absurdos ceses en la aduana. Seguirán los sustitutos
de sospechosa conducta”, 8 de octubre, pp. 1 y 3.
vida el teniente coronel Octavio Villa Coss. Según la nota, le apoyaba Leonel
Longoria, un político local que aspiraba a la diputación por Nuevo Laredo.155
Juan P. Salinas no era, ni de lejos, el contrabandista que contaba con los me-
jores respaldos políticos en el Tamaulipas de la época. Varios meses antes, en abril
de 1960, la presidencia de la República recibió una carta dirigida a Adolfo López
Mateos, fechada apenas una semana después de cometido el homicidio de Villa
Coss. Lo firmaba un celador aduanal que prefirió omitir su nombre, pero propor-
cionaba en detalle aspectos relevantes para el esclarecimiento del crimen. En su
carta refería que la razón del asesinato de Villa Coss era que éste no había aceptado
los tratos que le ofrecía el general Tiburcio Garza Zamora, el antiguo protegido del
general Raúl Gárate Legleu, a quien éste y Carlos I. Serrano apoyaban para suceder
al primero en la gubernatura de Tamaulipas, según se expuso más arriba.156
El autor de la misiva señalaba a Tiburcio Garza Zamora como protector del
contrabando, junto con Manuel Adame Garza, administrador de la aduana en
Reynosa, quien antes se había desempeñado en Matamoros. Según la misma carta,
ambos tenían estrecho contacto con Juan N. Guerra. El asesinato habría sido ori-
ginado porque Villa Coss había consignado a varios incondicionales de Adame,
incluyendo a su cuñado. Según la misma fuente, después de cometido el crimen,
Juan N. Guerra habría permanecido oculto de la justicia en un rancho de Tiburcio
Garza Zamora.157
Como se ha señalado, Garza Zamora era un militar que había alcanzado el
grado de general, promovido por Miguel Alemán.158 Además, tenía estrechos
vínculos con el coronel Carlos I. Serrano; con el general Raúl Gárate, ex goberna-
dor del estado, y con el general Bonifacio Salinas Leal, comandante de la zona
militar en Tamaulipas durante el gobierno alemanista.159 Desde 1957, la dfs había
detectado que los generales Bonifacio Salinas Leal, Raúl Gárate Legleu y Tiburcio
GarzaZamora formaban una camarilla de militares con intereses políticos en el
norestedel país.160 El proceder de esta camarilla constituye un ejemplo claro de
reconfiguración cooptada del Estado, donde sus integrantes persiguen intereses po-
líticos, económicos y otros de índole netamente criminal, a través del control del
155
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “Contrabandista de altos vuelos candidato a alcalde en Ca-
margo. No quieren a Juan P. Salinas como aspirante a presidente. Denuncian sus nexos con
grupos de contrabandistas en toda la región”, 28 de septiembre, Matamoros, pp. 1-2.
156
agn, Arch. Pres. alm, exp. 541/248, fojas sin numerar.
157
Ibid.
158
agn, Arch. Pres. mav, exp. 552.1/188, fojas sin numerar.
159
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 738 y 744.
160
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Bonifacio Salinas Leal, dfs, legajo. único, foja 29.
161
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Octavio Villa Coss, dfs, leg. 1, fojas 9-16.
162
Ibid.
163
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Octavio Villa Coss, dfs, leg. único, fojas 11-12.
como los autores intelectuales de varios crímenes, entre ellos el del Presidente Mu-
nicipal Ernesto Elizondo, además del que ya se dijo anteriormente, o sea del
Tte. Corl. Octavio Villa Coss, a quien dieron muerte en el interior de una cantina
de la población, crimen que hasta la fecha permanece impune, ya que el Lic. Raúl
Morales Farías, Asesor Jurídico de los hermanos Guerra, logró mediante una ma-
niobra sucia, que la responsabilidad de dicho asesinato la aceptara un chofer de
Juan N. Guerra, haciéndolo aparecer únicamente como encubridor.164
Según el coronel Rangel Escamilla, este grupo apoyaba al menos a seis precan-
didatos a la presidencia municipal de Matamoros: el mencionado abogado de los
hermanos Guerra, Raúl Morales Farías; Raúl Lozano Contreras, presidente de la
Cámara de Comercio y de la Feria Regional de Matamoros; Florentino Cuéllar, ex
gerente de la Cámara de Comercio; Jesús Rodríguez, amigo personal del general
Tiburcio Garza Zamora —quien, según el documento, también apoyaba a esta
agrupación— y vinculado a los hermanos Guerra; Armando Argüelles, comerciante
en materiales para construcción, y Benito Juárez Ochoa, ex diputado federal, ex
gobernador interino del estado en 1927 y procurador general de justicia de Tamau-
lipas en 1932. Todos ellos se registraron como precandidatos para la elección in-
terna del pri; sin embargo, según Rangel, se trataba de una maniobra en la que el
verdadero candidato del grupo era el referido Raúl Morales Farías, quien contaba
con el apoyo económico de los hermanos Guerra Cárdenas.
No tuvieron éxito en esa ocasión, porque el candidato que triunfó en el proceso
interno fue Virgilio Garza Ruiz, personaje considerado apolítico y de gris trayec-
toria dentro de la Junta Municipal de Asistencia, según Rangel Escamilla. Garza
Ruiz habría contado con el apoyo del gobernador Norberto Treviño Zapata.
A pesar de los antecedentes de los hermanos Guerra Cárdenas, ya conocidos
por las instituciones de seguridad federales, Roberto sería consultado por emisa-
rios de la propia dfs como uno de los hombres fuertes con influencia en el estado,
justamente en el proceso de auscultación para la designación del sucesor de Treviño
Zapata. Según consta en un informe fechado en marzo de 1962, y dirigido al ca-
pitán Fernando Gutiérrez Barrios, en esa ocasión, Roberto Guerra —ya para enton-
ces presidente de la Cámara de Turismo y, junto con la mayor parte de los
entrevistados, integrante de la camarilla política de los generales Gárate Legleu y
Garza Zamora— no erró y brindó todo su apoyo a Praxedis Balboa Gojon.165 En
efecto, Praxedis Balboa sería postulado candidato de ese partido a la gubernatura
164
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Octavio Villa Coss, dfs, legajo único, foja 12.
165
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Raúl Gárate Legleu, dfs, legajo único, fojas 10-21.
166
Ibid.
167
Solorio Martínez, José Ángel (1997), Grupos de gobierno: Tamaulipas 1919-1992, Amacalli Edi-
tores, México, p. 360.
168
The Brownsville Herald (1962) (fotografía), “Matamoros Queen participates”, 4 de marzo, Browns
ville, Texas, p. 12A.
169
The Brownsville Herald (1936), “Charro Club is organized. Unit in Matamoros to aid Fetes”, 22
de junio, Brownsville, Texas, p. 3.
170
Véase <http://www.charrodaysfiesta.com/history.htm> y <http://mramigo.com/About>.
171
The Brownsville Herald (1964), “Alemán receives warm reception as 1st Mr. Amigo”, 12 de octu-
bre, Brownsville, Texas, p. 1.
172
The Brownsville Herald (1964) (fotografía), “When politicos meet”, 12 de octubre, Brownsville,
Texas, p. 1.
173
The Brownsville Herald (1964) (desplegado), “Sr. Lic. Miguel Alemán Valdés”, 12 de octubre,
Brownsville, Texas, p. 12.
174
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Roberto Guerra Cárdenas, ips, legajo único,
foja 2. Véase, también, agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Raúl Gárate Legleu, dfs,
legajo único, fojas 10-21.
175
Prensa de Reynosa (1987), “El nuevo equipo. Mentes frescas nos gobiernan”, “Raúl Morales Ca-
dena, primer subprocurador”, 3 de marzo, Reynosa, p. 1C.
176
agn. Arch. Pres. alm, expediente 541/248, fojas sin numerar.
177
Conversación con el autor, julio de 2011.
178
Acosta, Heberto Norman (2006), La palabra empeñada, Oficina de Publicaciones del Consejo de
Estado, La Habana, Cuba, pp. 277, 378, 384, entre otras.
179
agn, Arch. Pres. mav, expediente 703.4/328, fojas sin numerar.
180
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 754-755.
181
En 1962, un reporte de la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales sobre Advento Guerra
Barrera, figura política local, manifestaba cierto hartazgo popular por la continua permanencia
de estas familias en los cargos públicos. agn, dfs-ips, versión pública del expediente de Advento
Guerra Barrera, ips, legajo único, fojas 1-2. La continuidad de estas familias en el gobiernolocal se
puede verificar en <http://www.e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/tamaulipas/municipios
/28025a.htm>. De 20 presidentes municipales electos entre 1950 y 2007, 12 tenían uno u otro
apellido, o ambos.
182
The Brownsville Herald (1996), “‘Destiny’ made Juan N. Guerra rich, powerful”, 26 de enero,
Brownsville, Texas, disponible en <http://www.brownsvilleherald.com/news/matamoros-28819-
mexican-garcia.html>. Los registros oficiales de Plácido Guerra Lerma le señalan, por una parte,
como originario de Texas (según información proporcionada por su hijo, Roberto Guerra Cárde-
nas, en su acta de defunción), mientras que aquél habría señalado a Matamoros como su lugar de
origen, en el censo de 1930. Su fecha de nacimiento: 28 de agosto de 1890. Sus hermanos fueron
bautizados en Matamoros. Dadas las características de la época y las migraciones temporales de
familias dedicadas a labores agrícolas, resulta posible que se hubiera trasladado a Matamoros a
una edad muy temprana, obteniendo su documentación oficial en esta localidad, o que, siendo
originario de ella, habitara durante diversos periodos en diferentes lugares en la zona. Todos los
datos fueron obtenidos en el sitio web genealógico: <https://familysearch.org>.
183
El Norte (1995), “Data de juventud amistad de los Salinas con capo”, 7 de junio, Monterrey,
versión electrónica.
184
Camp, Roderic Ai (1976), op. cit.
185
El parentesco entre ambas familias se puede apreciar en la versión en inglés de la misma obra de
Camp (1976: 641).
186
Boyer, Jean Francois (2001), La guerra perdida contra las drogas. Narcodependencia del mundo
actual, Grijalbo, México, p. 116. Extractos de este documento fueron también publicados por
el reportero Juan Veledíaz, en Milenio Semanal (1998), “La red política del narco: Carrillo Olea,
Hank, Federico De la Madrid. Informe secreto de Inteligencia Militar”, 18 de mayo, México, pp.
26-33.
187
Noticiero Diario de la Tarde (1960), “La voz del tamaulipeco escuchada con cariño en una cere-
monia presidencial. Del ‘Espinazo del Diablo’ llegó el mensaje de cariño y armonía. Profunda
experiencia de la Caravana de Amistad del Pueblo Matamorense; funcionarios y estados nos
estrechan la mano”, 13 de diciembre, Matamoros, pp. 1 y 3.
188
Noticiero Diario de la Tarde (1960) (fotografía), “Una prueba de su amistad”, 13 de diciembre,
Matamoros, p. 1.
A mediados de los años sesenta, las instituciones y prácticas del régimen posrevo-
lucionario estaban ya plenamente consolidadas. La clase política mantenía una
hegemonía sin precedentes, que mostraba la continuidad de varios personajes que
habían iniciado su carrera política a edad temprana, 20 años antes, y ahora, ya
maduros, mantenían una influencia considerable en las estructuras de autoridad y
la toma de decisiones.
Es también en los primeros años de esta época cuando comienza a establecer-
se una transición generacional, con la aparición de nuevos actores que con
frecuenciacrecieron en el sistema bajo la influencia de mentores de prosapia en la
política mexicana, de quienes heredaron no sólo usos y tradiciones, sino inclina-
ciones y contactos. Las camarillas se regeneraron a partir de la inclusión de nuevos
miembros, más jóvenes, hacia los cuales canalizaron su apoyo político a fin de fa-
vorecer la preservación de su influencia, sus proyectos e intereses, mediante la
continuidad de sus integrantes en los cargos públicos.
La concepción patrimonialista de la política mexicana y su ejercicio autoritario
arraigaron con especial virulencia en las instituciones de seguridad. En ellas, las
condiciones de corrupción endémica favorecieron prácticas ajenas a toda ley, de
uso arbitrario del poder y desvío permanente en el funcionamiento institucional
para proteger a actores delictivos. Todo ello, potenciado por un contexto de des
arrollo acelerado de un mercado de productos ilegales altamente solicitados.
La creciente demanda de drogas psicoactivas ilegales al norte de la frontera
agravó las disfuncionalidades ya existentes del Estado mexicano, especialmente, la
corrupción extrema en el sistema de seguridad y justicia, subordinado con frecuen-
cia a los designios de actores políticos vinculados con intereses criminales, capaces
de desviar o impedir su funcionamiento para brindarles impunidad.
Estas condiciones, apenas limitadas por los propios mecanismos disciplinarios
formales e informales del régimen, se multiplicarían hasta generar problemas de
inseguridad y violencia, que ya a mediados de los años ochenta comenzaban a
erosionar las condiciones de gobernabilidad y convivencia social en diversas
regionesdel país, incluido el estado de Tamaulipas. Dada la debilidad institucional
que semejantes situaciones habían prohijado, esa violencia y zozobra social estallarían
179
hasta niveles inéditos, años después, una vez que la vigencia del régimen posrevo-
lucionario llegase a su fin, junto con los antiguos mecanismos de contenciónque
le caracterizaban.
Desde luego, semejantes procesos no pueden ser considerados producto de la
voluntad o responsabilidad de todos y cada uno de los integrantes de una clase
política, por más que ésta estuviera inmersa en la dinámica de un sistema de co-
rrupción institucionalizada. Siempre hay excepciones de funcionarios y figuras de
autoridad probas, en cualquier contexto político posible.
La información pública disponible para analizar los hechos es incompleta y,
por tanto, tampoco es posible asignar responsabilidad exclusiva de todo el fenó-
meno complejo del tráfico de drogas sólo a determinadas figuras. Sin embargo,
fetichizar a la delincuencia organizada dedicada a esta actividad y su evolución en
el pasado reciente, y suponer que ésta se desarrolló sin la participación específica
de personajes determinados puede ser, por lo menos, igual de erróneo. A ello
apuntan las evidencias documentales, parciales e incompletas, pero lo suficiente-
mente sólidas para considerar probable la existencia de responsabilidades concretas
de algunos de los involucrados, aquellos que en sus acciones dejaron diversas hue-
llas, rastreables en fuentes oficiales y en información pública. Es posible suponer
que las acciones de otros tantos pudieran no haber sido documentadas por las
instituciones o que los investigadores no tengamos acceso a los informes correspon
dientes, o bien, que la permanencia en el poder de determinados actores les hubiera
permitido borrar sus propios elementos incriminatorios. Como consecuencia, la
información que aquí se presenta sólo establece correlaciones que, a la luz del
tiempo transcurrido y la propia naturaleza circunstancial o si acaso indicativa de
las evidencias, no aspiran a otra cosa que a aportar elementos para la construcción
gradual de una verdad histórica.
En el ámbito nacional, la camarilla de Miguel Alemán mantuvo una fuerte
influencia no sólo en los ámbitos financieros, sino en los de procuración y admi-
nistración de justicia. Como se vio en el capítulo anterior, y se hará de nuevo pa-
tente aquí, en este nuevo periodo, algunos de sus antiguos integrantes y otros
tantos vinculados políticamente con la misma, parecen haber estado involucra-
dos en la protección al tráfico de drogas.
En el caso de Tamaulipas, uno de los rasgos característicos de la política local
en el periodo del que este capítulo se ocupa, sería también la continuidad de per-
sonajes que arribaron al poder a partir de 1947, en muchas de las instituciones de
mayor relevancia de la entidad. Con la excepción del periodo comprendido entre
1975 y 1981, a cargo de Enrique Cárdenas González, es posible considerar que la
política del estado siguió controlada, en términos generales, por los grupos que
habían desplazado al portesgilismo en Tamaulipas apoyados por la camarilla de
Alemán y por sus herederos. En el ámbito local, una nueva influencia poderosa
surgió hacia 1964, cuando un político tamaulipeco perteneciente a una nueva
generación, Emilio Martínez Manautou, fue designado secretario de la presidencia
durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, y quien fuera uno de los principales
prospectos para sucederle en el poder. Desde su encargo en la presidencia de la
República, Martínez Manautou estuvo en condiciones de ejercer gran influjo sobre
la política del estado.
La sucesión presidencial de 1970 conjuntó, en torno de Martínez Manautou,
a algunos integrantes del antiguo círculo alemanista y a nuevos personajes de la
política mexicana. Entre los primeros se encontraba, por ejemplo, Óscar Flores
Sánchez y, entre los segundos, Carlos Hank González, Raúl Salinas Lozano y
Leopoldo Sánchez Celis.
Martínez Manautou perdió la sucesión presidencial de 1970 y fue sujeto al
ostracismo político durante el gobierno de Luis Echeverría, pero en 1976 regresa-
ría al gabinete presidencial de José López Portillo, quien, en 1981, le impulsó para
alcanzar la candidatura al gobierno de Tamaulipas, lo que implicó de nueva cuen-
ta el posicionamiento de varios actores vinculados con las camarillas políticas que
habían ejercido el poder desde 1947, ahora con nuevos respaldos dentro del ámbito
federal.
De cualquier manera, la breve interrupción en la hegemonía establecida por
estos grupos políticos en el estado no sería óbice para que la organización de Juan
N. Guerra continuara acrecentando su poder e influencia en la entidad, en buena
medida, gracias al apoyo recibido por varios de los actores con ambas camarillas,
que en tal aspecto parecen haber compartido los mismos intereses.
El cambio generacional no fue obstáculo para una nueva etapa de la reconfigu-
ración cooptada del Estado, que tomaría, además, nuevas dimensiones hacia finales
de los años ochenta. La imbricación de intereses políticos, económicos y criminales,
el sesgo en el funcionamiento de los aparatos judiciales y de seguridad para brin-
darle impunidad a determinados grupos criminales, favorecido por personajes
políticos vinculados estrechamente con los delincuentes, se mantuvo constante.
Semejante tendencia alcanzó nuevas proporciones debido a la confluencia de estas
prácticas con el crecimiento exponencial de la demanda de drogas, en particular,
de cocaína.
Vale la pena iniciar con una semblanza de la situación socioeconómica del estado
de Tamaulipas en el periodo que transcurre entre 1970 y 1980, época en que el
tráfico de drogas en la entidad habrá de presentar un crecimiento inusitado.
En 1970, Tamaulipas contaba con una población total de 1 456 858 habitan-
tes (1 004 435 urbanos y 452 423 rurales), que en 1980 ascendería a 1 924 484
(1 445 960 urbanos y 478 524 rurales).1 En el inicio de la década de los setenta,
34.2% de la población vivía en localidades de menos de 5 000 habitantes; en el
primer año de la década siguiente, la proporción se redujo a 27.9%.2 La tasa de
crecimiento poblacional en la década de 1970 a 1980 fue 3.6% en promedio anual.
Las mayores concentraciones poblacionales eran los municipios de Tampico
(267 957), Matamoros (238 840), Reynosa (211 412), Nuevo Laredo (203 286),
Ciudad Victoria (153 206), Ciudad Madero (132 444), Ciudad Mante (106 426),
Río Bravo (83 522), Valle Hermoso (48 343) y San Fernando (45 343).3 En 1970,
la densidad de población en el estado fue de 18 personas por kilómetros cuadrados,
mientras que en 1980 se incrementó a 24 por kilómetros cuadrados.4
En 1980 Tamaulipas contaba con el mayor porcentaje de habitantes nacidos
en el extranjero (1.8% de su población total), respecto a los demás estados de la
frontera norte. De la población asentada en la entidad, 23.4% había nacido en otro
1
inegi, XI Censo General de Población y Vivienda, 1990. Citado en Piñera Ramírez, David (coord.)
(1994), Visión histórica de la frontera norte. Tomo VI. La frontera en nuestros días, Universidad Au-
tónoma de Baja California/Editorial Kino/El Mexicano, Tijuana, Baja California, p. 237.
2
Datos obtenidos de los censos de población y vivienda del Consejo Nacional de Población. Cita-
dos en una presentación de Jorge Trujillo, sociólogo de la Universidad Autónoma de Tamaulipas,
titulada Tamaulipas. Marginación y pobreza (s.f.).
3
La cantidad de habitantes es retomada de la Secretaría de Programación y Presupuesto, X Censo
General de Población y Vivienda, 1980, estado de Tamaulipas, vol. I, t. 28, 1983, citado en Zorrilla,
Juan Fidel y Manuel Ignacio Salinas Domínguez, “El Noreste: Tamaulipas”, en Piñera Ramírez,
David (coord.), Visión histórica de la frontera norte…, p. 78. Los datos referentes al número de ha-
bitantes para cada municipio corresponden a 1980. Cabe señalar que el municipio de Matamoros
tuvo un crecimiento vertiginoso entre 1940 y 1950, años en que pasó de contar con una población
de 54 136 habitantes a 128 347. La razón fundamental de ese crecimiento fue la inmigración de
trabajadores hacia la localidad, debido a la instalación de plantas despepitadoras de algodón. En
fechas posteriores a 1960, los costos de producción de este cultivo y el declive de su mercado favo-
recieron cambios en los productos agrícolas generados a partir de esa época. Ibid., p. 82.
4
Zorrilla, Juan Fidel y Manuel Ignacio Salinas Domínguez, op. cit., p. 67
5
Datos tomados del inegi, Censo General de Población y Vivienda 1980, citado en Piñera Ramírez et al.,
op. cit., p. 232.
6
Trujillo, Jorge, op. cit.
7
Ibid.
8
inegi, Dirección General de Contabilidad Nacional y Estadísticas Económicas. Las cifras se consi-
deran a precios de productor.
9
Ibid.
10
Véase Piñera Ramírez, op. cit., p. 233.
11
La información procede de los censos generales de población, citada en Piñera Ramírez, op. cit.,
p. 138.
12
Ibid.
13
Zorrilla, Juan Fidel et al., op. cit., p. 67.
14
Trujillo, Jorge, op. cit.
15
Ruiz-Cabañas I., Miguel (1993), “La campaña permanente de México: costos, beneficios y con-
secuencias”, en Smith, Peter H., El combate a las drogas en América, fce, México, p. 212.
16
Ibid., p. 212.
17
Castañeda, Jorge G. y Robert A. Pastor (1989), Límites en la amistad. México y Estados Unidos,
Joaquín Mortiz/Planeta, México, p. 304.
18
Excélsior (1971), “El presidente Nixon felicita a México por su labor en la lucha al narcotráfico”,
1 de julio, México, p. 1, secc. C.
19
Ibid.
en los seis meses previos se habían logrado decomisar más de 100 kilos de drogas.
La cifra exacta eran 149 kilos, de los cuales 109 habían sido cocaína y 40, heroína.20
Desde entonces se aprecia la proclividad de los funcionarios mexicanos a de-
sarrollar cálculos económicos estratosféricos —así fuera a precios de la época—,
cuando se trata de estimar el negocio de las drogas. Franco Rodríguez señaló que
esos decomisos contaban “[…] con un valor de 149 millones de pesos— los cuales
se hubieran triplicado en caso de haber llegado al mercado negro, en el menudeo,
una vez ya alterada la droga como lo hacen los narcotraficantes”.21
La Policía Judicial Federal reportó los siguientes datos en materia de combate
a las drogas en todo el país, entre octubre de 1969 y mayo de 1971:
20
Ibid.
21
Ibid.
22
El Día (1971), “México debe dejar de ser productor de narcóticos o trampolín de venta”, 1 de
julio, México, p. 2.
23
Ibid.
sión de actos de extorsión directa de éstas sobre los traficantes de drogas. En julio
de 1971, una nota periodística de un diario de circulación nacional señaló que:
31
El Sol de México (1971), “Contratan a ex hampones como agentes confidenciales”, 17 de julio,
México, p. 1 secc. A.
32
El Sur. Periódico de Guerrero (2002), “Acusan a Acosta Chaparro y Quirós de 134 homicidios
en Guerrero en los 70”, Acapulco, Guerrero, disponible en <http://www.suracapulco.com.mx/
anterior/2002/septiembre/28/guerrero.htm>.
33
El Universal Gráfico (1971), “Capturan cocaína pura valuada en un millón de pesos, en Culia-
cán”, 6 de agosto, México, p. 7. Véase, también, Excélsior (1971), “Cayó en Culiacán una banda
de mujeres traficantes de heroína”, 6 de agosto, México, p. 16.
34
El Heraldo de México (1971), “Elementos del ejército asestaron severos golpes a traficantes de
estupefacientes”, 7 de agosto, México, p. 11.
35
La Prensa (1971), “Plantíos de amapola y mariguana, destruidos”, 23 de julio, México, p. 29.
36
El Mañana de Nuevo Laredo (1973), “Detienen dos toneladas de mariguana en Roma, Texas”, 19
de enero, Nuevo Laredo, p. 3, primera sección.
37
El Mañana de Nuevo Laredo (1973), “En Cd. Mier, judiciales federales capturaron un cargamento
de 8 toneladas de mariguana”, 21 de enero, Nuevo Laredo, p. 8, segunda sección.
38
El Mañana de Nuevo Laredo (1973), “Decomisan más de un kilo de heroína y capturan a cinco
narcotraficantes”, 11 de enero, Nuevo Laredo, p. 4, segunda sección. Véase, también, El Mañana
de Reynosa (1973), “Narcotraficantes aprehendidos”, 11 de enero, Reynosa, p. 2, segunda sección.
39
Ibid.
40
El Mañana de Reynosa (1973), “Sorprende al inspector la actuación judicial”, 12 de enero, Rey-
nosa, p. 8, segunda sección.
41
El Mañana de Reynosa (1973), “No hacen caso al fiscal federal”, 12 de enero, Reynosa, p. 8,
segunda sección.
radicado en San Antonio, Texas, quien fue detenido por inspectores del Departa-
mento de Aduanas de los Estados Unidos, en la garita internacional de Laredo.42
En 1971, Nuevo Laredo era escenario importante de disputas entre traficantes
de drogas. En julio de ese año, Francisco García González, de 38 años de edad, fue
ultimado con 13 impactos de bala calibre .38 y se constituyó en la víctima número
17 en la reyerta entre delincuentes locales.43 Estos hechos ocurrían en el contexto
de una disputa por el control del tráfico de drogas y el contrabando de artículos
diversos a través de la localidad. Entonces, una de las facciones locales más pode-
rosas era la encabezada por la familia Reyes Pruneda, que tuvo la audacia de ejecutar
a un comandante de la Policía Judicial Federal, Everardo Perales Ríos. El policía
había sido enviado para abatir el incremento de la violencia en Nuevo Laredo, que
según cálculos de las autoridades mexicanas y estadounidenses, tan sólo en 1972
había cobrado 35 vidas, la mayoría de las víctimas, ametralladas. Perales Ríos
sólo había durado dos meses en el encargo.44
La represalia gubernamental fue inmediata: dos semanas después del asesinato,
la Procuraduría General de la República envió a Nuevo Laredo a un grupo de
policías judiciales federales encabezado por Salvador del Toro Rosales. Este funcio-
nario era un veterano agente del Ministerio Público, quien llevó a cabo varios de los
procesos penales seguidos contra los líderes del Movimiento Estudiantil de 1968,
en la ciudad de México.45
42
El Mañana de Nuevo Laredo (1973), “Incautan droga. Su valor es de 9 mil Dls”, 11 de enero,
Nuevo Laredo, p. 4, primera sección.
43
El Sol de México (1971), “Narcotraficantes convierten en campo de batalla a Nuevo Laredo”, 1 de
julio, México, p. 11.
44
The Victoria Advocate (1972), op. cit.
45
Del Toro Rosales, Salvador (1996), Testimonios, Sindicato de Trabajadores Universitarios de la
Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, pp. 269-281. Salvador del
Toro Rosales fue el agente del Ministerio Público que tomó la declaración, por ejemplo, de
Sócrates Campos Lemus, entre otros dirigentes estudiantiles. En 2005, la Fiscalía Especial para
Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) de la pgr, a cargo de Ignacio Carrillo
Prieto, solicitó la detención de varias autoridades de la época, entre ellas, el propio Salvador del
Toro Rosales. Véase La Jornada (2005), “Pide la Femospp que se aprehenda a Echeverría por la
matanza del 68”, 20 de septiembre, versión electrónica. En lo referente a Campos Lemus existe
una fotografía donde aparece retratado con Juan N. Guerra, Juan García Ábrego y José Carlos
Aguilar Garza, y su publicación le valió la destitución como asesor del procurador general de la Re-
pública, Rafael Macedo de la Concha, en 2004. Véase Proceso (2004), “Cae Sócrates Campus Lemus,
asesor de Macedo de la Concha”, 22 de abril, México, versión electrónica. Campus Lemus afirmó
que en el momento de tomarse la foto —no pudo precisar la fecha— realizaba investigación
periodística y no había órdenes de aprehensión contra Juan N. Guerra o Juan García Ábrego.
46
The Victoria Advocate (1972), op. cit.
47
agn, versión pública del expediente de Salvador del Toro Rosales, ips, legajo 1, fojas 2-3. Carta
abierta al C. Lic. Luis Echeverría Álvarez.
48
Véase <http://www.laits.utexas.edu/jaime/jrn/cwp/nlg/historia.html>.
49
The Victoria Advocate (1973), “Though Mexican agent reduces drug traffic”, 23 de diciembre,
Victoria, Texas, p. 3C.
50
agn, versión pública del expediente de Salvador del Toro Rosales, ips, legajo 1, foja 5.
reconocer a estos sujetos, sí pudo ver que una de estas camionetas era la del ex
agente de tránsito de Ciudad Mier, Isidro Mejía”.51
El Ministerio Público del Fuero Común solicitó a la Policía Judicial del estado
la detención de Isidro Mejía, quien declaró haberle permutado la camioneta en
cuestión, tiempo antes de los hechos, a Erasmo Jaimes, radicado en Ciudad Mier.
De manera paralela, el síndico de Camargo, Eleazar Díaz Bazán, inició investiga-
ciones con datos proporcionados por la viuda de González sobre las amistades que
frecuentaba su marido. Díaz Bazán detuvo para investigación, en Camargo, a un
allegado del difunto, Cleodomiro Peña —ambos eran oriundos de Ramones, Nuevo
León—, quien declaró que habían sido contratados la noche de los hechos para
cruzar un cargamento de mariguana al lado texano por el río Bravo, pero que no
supo qué sucedió después.
A pesar de las declaraciones de Peña, Díaz Bazán lo puso en libertad argumen-
tando que no tenía nada en contra suya y que el plazo constitucional de detención
había llegado a su fin, tras lo cual se dirigió a Ciudad Mier, con una lista de nom-
bres proporcionada por Peña, sobre sus presuntos cómplices. El objetivo de Díaz
Bazán era extorsionarlos. De acuerdo con la nota, el hecho dio lugar a reclamos
por parte del alcalde de Ciudad Mier con su homólogo de Camargo, para que el
segundo disciplinara al funcionario de su jurisdicción.52
Unos días más tarde, el agente del Ministerio Público Federal, Regino Vargas,
ordenó la liberación del ex agente de tránsito, Isidro Mejía, pues afirmó que se
había comprobado que desde el 22 de diciembre de 1972 había vendido la camio-
neta que la viuda de Juan González identificó como una en las que llegaron las
personas que se llevaron a su marido. Además, según Vargas, Isidro Mejía comprobó
que la noche del asesinato había estado libando en una cantina en Ciudad Mier.53
No obstante, en esas mismas fechas desapareció Cleodomiro Peña, de quien
sus familiares no sabían más desde que fue liberado por Díaz Bazán. De acuerdo
con el diario, entre los nombres proporcionados a éste por Peña “figuran los de co-
nocidos traficantes internacionales, como son Erasmo Jaime, Juan Espino, Isidoro
Mejía y Gonzalo Garza, todos con residencia en Ciudad Mier, Tamaulipas”.54 En
51
El Mañana de Nuevo Laredo (1973), “Un detenido por el crimen cometido en el río Bravo”, 7 de
enero, Nuevo Laredo, p. 3, primera sección.
52
Ibid.
53
El Mañana de Nuevo Laredo (1973), “Pide el fiscal el expediente del asesinato de J. González”, 10
de enero, Nuevo Laredo, p. 3, primera sección.
54
El Mañana de Nuevo Laredo (1973), “Posible secuestro cometió la mafia”, 10 de enero, Nuevo
Laredo, p. 4, primera sección. Véase, también, El Mañana de Reynosa (1973), “Averiguación sobre
sonado asesinato”, 11 de enero, Reynosa, p. 4, cuarta sección.
lo que habría de ser una tendencia constante en los años siguientes, las autoridades
no proporcionaron ningún dato adicional sobre el caso o la prensa no volvió a
tratar el tema.
A principios de los setenta, varios grupos involucrados en el tráfico de drogas
por la frontera noreste operaban con frecuencia desde Nuevo León, entidad en la
que radicaban o a la cual utilizaban de manera privilegiada para el trasiego de estas
sustancias. Usualmente, lo hacían con la participación de tamaulipecos.
Por ejemplo, en un hecho que muestra el tráfico de drogas procedentes de
Michoacán hacia la región noreste del país, con la participación de traficantes ta-
maulipecos y neoleoneses, en julio de 1971 fueron detenidos, en la carretera Sal-
tillo-Matehuala, Antonio Barrera Salinas y Juan Álvarez Soto, residentes en Rey-
nosa, Tamaulipas, y Montemorelos, Nuevo León, respectivamente. Trasladaban
105 paquetes de mariguana y cuatro costales de la misma hierba, a bordo de un
auto en el que viajaban. Habían adquirido la droga por medio de un individuo de
nombre Alberto López, quien vivía en el rancho La Perota, en Arteaga, Mi-
choacán.55
El último ejemplo, uno de los más significativos, fue reportado por el corres-
ponsal de uno de los principales diarios tamaulipecos en Nuevo León. Se trataba
de la captura de Alejandro Aburto Torres y Pablo Valdez Maciel, tras amplias in-
vestigaciones desarrolladas por la Policía Judicial del estado de Nuevo León, en
hechos que tuvieron lugar en Monterrey, Nuevo León, y en Ciudad Mier, Tamau-
lipas —localidad donde fueron aseguradas, en esas mismas fechas, ocho toneladas
de mariguana—,56 y en los que se detuvo a Andrés González, Ramón Peña Loza,
Facundo Hernández, Inés García, José Rumbo y Agustín Alicia, con una cantidad
total de media tonelada de mariguana.
Todos ellos eran considerados integrantes de “una banda de narcotraficantes
que operan en nuestra República, en América Central y del Sur, y posiblemente
hasta en los Estados Unidos de Norteamérica”.57 Se presumía que las seis últimas
55
El Nacional (1971), “Detiene la judicial a dos narcotraficantes que introducían mariguana a
Estados Unidos”, 16 de julio, México, p. 2.
56
Ciudad Mier era un importante punto de almacenamiento de droga. En 1977 nuevamente fue-
ron decomisadas en la localidad siete toneladas de mariguana empaquetadas en 405 costales en
el rancho de Celerino Peña Garza. La droga se la había proporcionado Artemio El Artista González
Peña, quien fue capturado por la pjf en 1979 y era considerado “peligroso multihomicida y narco-
traficante”. Véase El Mañana de Nuevo Laredo (1980), “Recibe El Artista nueva sentencia”, 10 de
mayo, Nuevo Laredo, p. 6, segunda sección.
57
El Mañana de Nuevo Laredo (1973), “Capturó la judicial de Nuevo León cargamento de mariguana
y logró capturar a dos traficantes”, 21 de enero, Nuevo Laredo, p. 8, segunda sección.
58
Ibid.
59
Ibid.
60
De la Garza Treviño, Ciro (1975), La Revolución Mexicana en el estado de Tamaulipas, t. II, Libre-
ría de Manuel Porrúa, México, pp. 800-801.
61
Op. cit., p. 802.
62
Op. cit., p. 811. Véase, también, Nuevo Diccionario Biográfico de la Heroica Matamoros, disponible
en <http://soctamdehistoria.org/db/letraM/Martinez_Manautou_Emilio.htm>.
63
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., p. 884.
64
Noticiero (1947), “El C. procurador de justicia salió ayer para Matamoros. El gobierno decidido
a restaurar el imperio de la ley en aquella ciudad de la frontera. Quedó sin efecto el cambio de
agentes del M. Público, pues de la Garza Kelly era el defensor de Juan N. Guerra. Por órdenes
expresas del señor gobernador, toda la población ha sido despistolizada por fuerzas militares de la
guarnición local”, 1 de agosto, Ciudad Victoria, p. 1
65
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 852-853
66
Ibid.
67
El Bravo de Matamoros (1980) (fotografía), 1 de octubre, Matamoros, p. 6, segunda sección.
68
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 852-853.
69
Ibid., p. 855.
70
Ibid., p. 812.
71
agn, Arch. Pres. mav, exp. 541/223.
72
Figueroa, Yolanda (1996), El capo del Golfo. Vida y captura de Juan García Ábrego, Grijalbo, Mé-
xico, pp. 35 y 146. Jorge Rojo Lugo inició su carrera política federal en 1961, auspiciado por su
coterráneo, Alfonso Corona del Rosal, ex gobernador de Hidalgo y entonces dirigente nacional
del pri, bajo la supervisión del delegado en la entidad, Emilio Martínez Manautou, quien, como
se verá más adelante, desempeñó aparentemente un papel muy relevante en el desarrollo del
Cártel del Golfo. Sobre la designación de Rojo Lugo como candidato a legislador, véase Archivo
General de la Nación, versión pública del expediente de Emilio Martínez Manautou, dfs, legajo
1, fojas 27-28.
73
Citada en Solorio Martínez, José Ángel (s.f.), Grupos de gobierno. Tamaulipas 1929-1992, p. 360,
disponible en <http://www.viraje.com/>.
74
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Octavio Villa Coss, dfs, legajo 1, foja 12.
75
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., p. 1014.
76
Ibid., pp. 1042-1043.
77
Camp, Roderic Ai (1992), Biografías de políticos mexicanos, 1935-1985, Fondo de Cultura Eco-
nómica, México, p. 95.
78
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., pp. 1031-1032.
79
Ibid., p. 1034.
Jaime Cárdenas González (su hermano) es director del Registro Público de la Pro-
piedad y del Comercio […] Jorge Cárdenas (hermano también) es presidente de la
Junta de Mejoras Materiales en Matamoros; José del Avellano (suegro), jefe de
la Oficina Federal de Hacienda en Ciudad Victoria; Mariano González Gutiérrez
(primo), subsecretario general de gobierno; Mariano González (sobrino), agente
del Ministerio Público en Nuevo Laredo: Alejandro Zorrilla González (primo),
subtesorero del estado […] Juan Gastélum (yerno), jefe de la Oficina Fiscal de
Reynosa;Roberto Cárdenas Lozano (sobrino), director de Promoción Económica
Industrial; Jorge Salazar Cárdenas (primo), jefe administrativo de Fomento Agro-
pecuario; Humberto Salazar Cárdenas (primo), juez segundo penal en Matamoros;
Juan Martín del Campo (cuñado), jefe de la Oficina Fiscal en Valle Hermoso.
Además, a su hermano Francisco le llaman “el ministerio sin cartera” por su inje
rencia en los asuntos del estado, y su primo Carlos González Moreno acaba de dejar
la alcaldía de Tampico y luego sus compadres, todos ellos colocados por el gobernador
como jefes de oficinas fiscales: Francisco Cortés Delgado (Nuevo Laredo), Isidro
Aman Vega (Matamoros) y Alfonso Ailloud (Tampico). Tambiénes su compadre
Mario Flores, inspector general de Policía y Tránsito del estado.83
Enrique Cárdenas González fue uno de los personajes que inicialmente fueron
sujetos de indagación bajo sospecha de haber participado en el asesinato de José
Francisco Ruiz Massieu, secretario general del pri en 1994. A raíz de ese suceso, el
ya mencionado testigo protegido de las autoridades estadounidenses, Óscar López
Olivares el Profe, originalmente un operador de la organización de Juan N. Guerra
y Juan García Ábrego, señaló que el ex gobernador era uno de los aliados de la
organización.84 Muchos años después, en 2006, tras la detención de Juan García
83
Ibid.
84
El Norte (1994), “Denuncian alianza de senador y cártel”, 13 de octubre, versión electrónica. No
obstante, una de las dificultades para discernir la información veraz de otra de carácter ficticio en las
declaraciones de semejantes testigos se hizo también patente en el caso de López Olivares, quien
refirió en esa misma entrevista que la guerrilla chiapaneca estaba financiada por el narcotráfico.
Evidentemente, López Olivares, quien enfrentaba la acción de la justicia por su participación en
el asesinato de Casimiro El Cacho Espinosa Campos, según se verá más adelante, no podía estar
al tanto de procesos en los cuales ya no estaba relacionado con García Ábrego.
85
Amparo directo penal 327/2006. Quejoso: Roberto Rangel Gutiérrez. Magistrada ponente: Mar-
tha María del Carmen Hernández Álvarez. Acuerdo del Primer Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Segundo Circuito, 15 de noviembre de 2006, pp. 247 y 285.
86
Prensa de Reynosa (1987), “Nuevo delegado del disen en N. Laredo”, 23 de abril, Reynosa, p. 4E.
87
Proceso (1994), “Cárdenas González, Martínez Manautou, Américo Villarreal y Cavazos Lerma
prohijaron corrupción y delincuencia. La versión de un complot exclusivo de priistas tamaulipe-
cos, maniobra que encubre a personajes de alcance nacional”, 10 de octubre, versión electrónica.
Transición generacional
Desde los primeros años de la década de los setenta existen ocasionales referencias
mediáticas a la participación de los Guerra en el tráfico de drogas, como ocurrió a
raíz de la incautación, en Nuevo León, de un camión que transportaba media to-
nelada de mariguana, destinada a Tamaulipas.88 Pero su repunte exponencial en el
tráfico de drogas trasnacional comenzó a apreciarse en mayor medida en el periodo
1981-1987, con el arribo a la gubernatura de Emilio Martínez Manautou, pero,
como se ha señalado ya, el poder de este personaje sobre la entidad se remontaa
su paso por las altas esferas del gobierno federal entre 1964 y 1970. Es preciso re-
troceder en el tiempo de la narración para apreciar la continuidad de su influencia
y el nivel de la misma.
Aunque asumió la gubernatura en el declive de su carrera, Martínez Manautou
no era un personaje secundario en el contexto político nacional. Había sido senador
de la República entre 1958 y 1964, secretario de la presidencia con Gustavo Díaz
Ordaz (1964-1970) y uno de los más fuertes candidatos a suceder a éste en el cargo,
perdiendo la designación frente a Luis Echeverría.
El poder que la cercanía con el presidente Gustavo Díaz Ordaz le había con-
ferido, al grado de convertirle en uno de los favoritos para sucederle, le permitió
incluso mantener una fuerte influencia sobre su estado natal; tan es así que el ex
gobernador Manuel A. Ravizé, —quien gobernó la entidad del 5 de febrero de
1969 al 4 de febrero de 1975—, explícitamente señaló en una entrevista pública:
88
El Mañana de Nuevo Laredo (1973), “Capturó la judicial de Nuevo León cargamento de marigua-
na y logró capturar a dos traficantes”, 21 de enero, Nuevo Laredo, p. 8, segunda sección.
Porque eso sí, Emilito siempre estuvo pendiente del estado. Él puso al secretario
general de Gobierno, al oficial mayor, al jefe de la policía y a casi todos los alcaldes
de los municipios importantes.89
Pero ésta no era la primera ocasión en que algunos actores de poder en el estado
intentaron posicionar a Manuel A. Ravizé como candidato al gobierno de Tamau-
lipas. Ravizé tenía amistad con Rogerio de la Selva, secretario de la presidencia de
Miguel Alemán Valdés. También con Juan Gómez Sariol, alcalde de Tampico entre
1943 y 1945, y administrador de la aduana de ese puerto, durante la administra-
ción de Alemán. Manuel A. Ravizé había sido operador de la campaña de Miguel
Alemán en el estado, e incluso fungió como tesorero del Comité de RecepciónPro
Miguel Alemán. En febrero de 1947, Sariol escribió a De la Selva, para interceder
por Ravizé, para quien solicitaba la titularidad de la Nacional Distribuidora en la
localidad. Le adelantaba que el general Bonifacio Salinas Leal también le escribiría
para abordar ese mismo asunto, y solicitaba una audiencia para tratarle directa-
mente asuntos de la aduana al presidente Miguel Alemán.90
Aunque no existe registro de la pretendida carta mencionada por Sariol, el
general Bonifacio Salinas Leal indudablemente operaba designaciones políticas en
el estado. En un memorándum escrito en mayo de 1948, desde Tampico, la
familiaridadentre el militar y el presidente se muestra de manera evidente. Salinas
Leal sugería obrar con tacto para evitar agitaciones políticas en esa localidad, pre-
vias a la designación del candidato del pri a presidente municipal. El general re-
portaba a Alemán sobre las potencialidades de los principales prospectos: Gabriel
F. Legorreta, a quien vinculaba con Juan Andrew Almazán y con Ezequiel Padilla,
opositores al régimen; Bartolo Rodríguez, de quien reconocía la amistad con el
presidente, pero quien tenía, desde su punto de vista, alguna oposición de la clase
obrera y a quien dedicaba sólo tres líneas en su mensaje; y Manuel A. Ravizé:
89
Diario de Nuevo Laredo (1986), “Tamaulipas es un botín de caciques”, 23 de marzo, Nuevo La-
redo, pp. 1 y 6, secc. C.
90
agn, Arch. Pres. mav, exp. 710.11/317, fojas sin numerar. Sobre el antecedente de Juan Gómez
Sariol como alcalde de Tampico, véase <http://www.e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/ta-
maulipas/municipios/28038a.htm>.
Como se recordará, el general Bonifacio Salinas Leal tenía estrechas ligas po-
líticas con el general Raúl Gárate Legleu, gobernador de la entidad, y con el general
Tiburcio Garza Zamora, integrantes de una facción de la camarilla alemanista que
se había consolidado en la entidad desde 1947. Aunque no parece que Alemán
hubiera apoyado la candidatura, la coincidencia entre los intereses de esta facción
con la de Martínez Manautou se extendería también a otros campos, más allá del
estrictamente político.
Un documento de la dfs, firmado en 1970 por el delegado de la corporación
en Nuevo León, Ricardo Condelle Gómez, dirigido a su entonces titular, capitán
Luis de la Barreda Moreno, informaba de una reunión realizada el 24 de diciembre
en el estado de Nuevo León, en el rancho de Juventino González Ramos —un ex
diputado de la XLIV Legislatura del Congreso de la Unión, donde coincidió con
Emilio Martínez Manautou, Carlos Hank González, Leopoldo Sánchez Celis y
Tiburcio Garza Zamora—. El documento afirma que la participación de González
Ramos era en calidad de representante del gobernador, Eduardo Livas Villarreal.
El propósito del encuentro era “organizar el contrabando de acuerdo con la jefa-
tura de la Primera Zona del Resguardo Aduanal con sede en la ciudad de
Monterrey”.92
Asistieron el capitán Alfonso Domene —hermano de José Juan Domene,
oficial mayor de la Secretaría de la Presidencia de la República, cuando esta oficina
era dirigida por Emilio Martínez Manautou—, quien, según el documento, sos-
tenía frecuentes reuniones con políticos que apoyaron las aspiraciones presiden-
ciales de este último. Asimismo, José Cruz Contreras, ex presidente municipal de
Reynosa y ex secretario de gobierno del gobernador Norberto Treviño Zapata, y
Rafael Sierra de la Garza, presidente municipal de Reynosa, en funciones. Tam-
bién, personajes de antecedentes cuestionables, como Mario Flores Lara, traficante
de personas; Lino González Pérez, traficante de drogas, contrabandista y concesio-
nario de la cervecería Corona en Villa de Guadalupe, Nuevo León; y “Juan N.
Guerra, famoso contrabandista, lenón y traficante de Matamoros, generoso con-
tribuyente de la pre-campaña de su amigo, el Dr. Martínez Manautou”.93
La derrota de Martínez Manautou frente a Echeverría le mantuvo en el ostra-
cismo durante el sexenio de éste, pero volvería a la vida pública como secretario de
91
agn, Arch. Pres. mav, Exp. 550/44, fojas sin numerar.
92
agn, versión pública del expediente de Emilio Martínez Manautou, dfs, legajo 1, fojas 182-183.
93
Ibid.
94
El Bravo de Matamoros (1980), “Servir y honrar a Tamaulipas; único poder al que aspira mm”, 16 de
junio, Matamoros, p. 1, primera sección.
95
El Mañana de Nuevo Laredo (1980), “En todo lugar hice honor a mi tierra y a mi gente: emm”, 9 de
junio, Nuevo Laredo, p. 4, segunda sección.
96
agn, versión pública del expediente de Emilio Martínez Manautou, dfs, legajo 1, foja 46. Docu-
mento “Estudio económico, social y político del estado de Tamaulipas”.
97
agn, versión pública del expediente de Carlos Hank González, dfs, legajo 1 de 5, fojas 57 y 58. De
los mencionados, los asistentes fueron Leopoldo Sánchez Celis, Carlos Hank González, Enrique
Olivares Santana, Alfonso Martínez Domínguez, Francisco Galindo Ochoa y Alfonso Corona del
Rosal.
98
agn, versión pública del expediente de Emilio Martínez Manautou, dfs, legajo 1, fojas 60-62.
Documento “Memorándum”.
99
Castañeda, Jorge G. (1999), La herencia. Arqueología de la sucesión presidencial en México, Extra
Alfaguara, México, p. 233.
A finales del sexenio de Díaz Ordaz, entre los personajes cercanos a Emilio Martí-
nez que apoyaron sus aspiraciones presidenciales en la sucesión de 1970, se conta-
ban el mencionado Carlos Hank González, ex titular de la Compañía Nacional de
Subsistencias Populares (Conasupo), ex gobernador del Estado de México, regente
del Distrito Federal y anterior compañero de legislatura de aquél. Hank González
tenía estrecha relación con Raúl Salinas Lozano, según documentos de la Dirección
de Investigaciones Políticas y Sociales, con quien compartía intereses en varios
negocios, incluido el de la comercialización de la harina de maíz producida por la
empresa de Roberto González Barrera, consuegro de Carlos Hank.100
En una entrevista concedida a cnn en español, Roberto González Barrera —una
persona de origen humilde que no concluyó el primer año de educación secun
daria— afirma que su suerte cambió cuando conoció a Juan González, quien se
dedicaba al comercio en diversas localidades del norte de Nuevo León: Cerralvo,
General Treviño, Melchor Ocampo, Parás y Agualeguas. Lo común del nombre
no permite determinar, fuera de toda duda, que el personaje referido fuera preci-
samente Juan González el Chapeado. Sin embargo, dada la red social en la que se
desenvolvía, la posibilidad no puede descartarse. Según González Barrera, conoció
a Hank en 1959 durante la semana de toma de posesión del general Bonifacio
Salinas Leal como gobernador de Baja California Sur. Hank González, entonces
diputado por el Estado de México, apoyó al general para estructurar el gobierno
estatal, y González Barrera ayudaba organizando audiencias. También colaboraba
un personaje de nombre José Ortiz, futuro gobernador de Campeche y desarrollador
del fraccionamiento Las Brisas, en Acapulco. Hacia finales de 1970, la compañía de
González Barrera, productora de harina para hacer tortillas de maíz, Maseca, fue
objetivo de compra para el equipo del presidente electo, Luis Echeverría. La admi-
nistración saliente de Gustavo Díaz Ordaz le ofertó 400 millones de pesos. El
propio Antonio Ortiz Mena, entonces secretario de Hacienda, sugirió a González
Barrera no vender su empresa, y le ofreció a cambio gestionarle, a través de Nacional
Financiera, un préstamo de 100 millones de dólares para que Maseca continuara
desarrollándose. González Barrera habría recapacitado y reculó en la venta. Ortiz
100
agn, versión pública del expediente de Carlos Hank González, dips, legajo 2, fojas 21-23.
101
cnn-Expansión (2007), “González Barrera, el banquero improbable”, 29 de noviembre. El con-
tenido reproducido en tal entrevista es parte del capítulo de Alberto Bello, publicado en el libro
de Zepeda Patterson, Jorge (2007), Los amos de México, Editorial Planeta, México. La versión
aparecida en cnn-Expansión puede ser consultada en <http://www.cnnexpansion.com/nego-
cios/2007/11/29/el-banquero-improbable>.
102
Castañeda, Jorge G. (1999), op. cit., pp. 206 y 432.
103
agn, versión pública del expediente de Carlos Hank González, dips, legajo 2, fojas 21 y 23.
104
agn, versión pública del expediente de Carlos I. Serrano, dfs, legajo único, fojas 91-92.
105
agn, versión pública del expediente de Carlos Hank González, dfs, legajo 2 de 5, foja 144.
106
agn, versión pública del expediente de Carlos Hank González, dfs, legajo 2 de 5, fojas 158 y
182. La dfs también archivó otra nota semejante, aparecida en Guanajuato un año después, en
1974, que aseguraba que Miguel Alemán Valdés apoyaba la candidatura de Hank.
107
Blancornelas, Jesús (1997), “Querer y no poder”, Pasaste a mi lado, Centro Cultural Tijuana,
Tijuana.
108
Enciclopedia de los municipios de México. Estado de Baja California. Mexicali, disponible en:
<http://www.e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/bajacalifornia/municipios/02002a.htm>.
109
agn, versión pública del expediente de Emilio Martínez Manautou, dfs, legajo 1, fojas 109-111.
110
Proceso (1984) (carta de lector), “Datos sobre Federico Martínez Manautou”, 18 de junio, versión
en cd.
111
Revista Fortuna (2005), “José María Guardia, ¡Me pueden llamar el zar de los casinos!”, septiembre,
versión en internet. El empresario José María Guardia narra cómo la concesión del hipódromo
de Ciudad Juárez, que también tenía en concesión hasta 1990 el citado Johnny Alessio, le fue
ofrecida por el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios.
de diversos centros de apuestas relacionados han estado, desde hace años, vincu
lados con la familia Hank.112 De hecho, el oficial mayor del gobierno del Estado de
México, durante la gestión de Hank González, era Jesús Garduño, nombrado ge
rente del hipódromo al término de la administración de aquél. Cuando Hank fue
designado regente de la ciudad de México, Garduño regresó a la administración
pública con la calidad de oficial mayor del Departamento del Distrito Federal.113
Como se recordará, el hipódromo y casino Agua Caliente había sido propiedad de
Emilio Parra Hernández, presunto prestanombres de Miguel Alemán Valdés,
vinculado con el referido John Alessio, personaje asociado a la mafia americana.114
En 1983 entraría en funciones el hipódromo de Nuevo Laredo, inaugurado
por el gobernador Emilio Martínez Manautou.115 Con una inversión de 2 000
millones de pesos, el monto de las apuestas que en él se realizaban se estimaban,
en 1984, entre los 50 000 y 60 000 dólares diarios.116
112
Martínez, José (1999), Las enseñanzas del profesor: indagación de Carlos Hank González. Lecciones
de poder, impunidad y corrupción, Oceáno, México, pp. 161-173.
113
Proceso (1984), “Alemán, Hank, Balsa, Larrea, Moreno Valle Jr., entre los dueños. El gobierno
bendice y subsidia el juego en cuatro hipódromos”, 28 de mayo, versión cd.
114
Lupsha, Peter A. (1995), “Transnational Narco-corruption and Narco-investment. A focus on
Mexico”, primavera, disponible en <http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/mexico/
readings/lupsha.html>.
115
Ibid.
116
Ibid.
117
Sobre la relación entre Leopoldo Sánchez Celis y Miguel Ángel Félix Gallardo, véase Proceso (1989),
“Alternaba públicamente con políticos y funcionarios. Félix Gallardo, ‘el hombre más buscado
del mundo’ durante 18 años, nunca se ocultó”, 17 de abril, versión cd.
118
Proceso (1990), “Asunto de familia, dijo su hermano. Rodolfo Sánchez Duarte y dos amigos,
ametrallados”, 26 de noviembre, versión cd.
119
agn, versión pública del expediente de Carlos Hank González, dfs, legajo 2 de 5, foja 274.
120
agn, versión pública del expediente de Leopoldo Sánchez Celis, dfs, legajo 2, foja 216.
121
Astorga, Luis (2003), Drogas sin fronteras. Los expedientes de una guerra permanente, Grijalbo,
México, pp. 144-145. Astorga refiere una misiva de John Reese, estadounidense asentado en
Mazatlán, Sinaloa, al capitán James Hamilton, de la División de Inteligencia de la policía de Los
Ángeles. Véase John Reese al capitán James Hamilton, Intelligence Division, Los Angeles Police
Department, Mazatlán, Sinaloa, 20 y 29 de agosto de 1962, dea, sfbndd, 1916-1970, rg, 170,
nacp.
122
agn, versión pública del expediente de Leopoldo Sánchez Celis, dfs, legajo 1, foja 96.
123
agn, versión pública del expediente de Leopoldo Sánchez Celis, ips, legajo 1, foja 7.
124
agn, versión pública del expediente de Leopoldo Sánchez Celis, dfs, legajo 2, foja 201.
125
Proceso (1980), “De bandolero estudiantil a delegado del ddf. Sánchez Duarte, inventado como
líder para la agresión al rector Chávez”, 21 de enero, versión cd.
126
Gil Mendieta, Jorge y Samuel Schmidt (2005), Estudios sobre la red política de México, Laborato-
rio de Redes/Instituto de Investigaciones Matemáticas Aplicadas, unam, México, pp. 52-54.
Por ejemplo, Carlos Franco Sodi, procurador general de justicia del Distrito
Federal con Alemán, sería nombrado titular de la pgr (1952-1956).127 Entre 1956 y
1958, la institución estuvo encabezada por José Aguilar y Maya, quien ya había
ejercido el cargo entre 1940 y 1946; fue compañero de gabinete de Alemán, y alcan-
zó la gubernatura de Guanajuato con su apoyo, durante su mandato presidencial. En
1958, el nuevo procurador fue Fernando López Arias, senador por Veracruz de 1946
a 1952 y amigo personal de Alemán.128 Con el cambio de gobierno de 1958, López
Arias fue relevado por Óscar Treviño Ríos, quien fuera subprocurador bajo su man-
do. Este último fue sustituido en 1964 por Antonio Rocha Cordero, jurista ligado a
Gonzalo N. Santos, en cuyo gobierno fuera procurador de justicia y secretario gene-
ral.129 Santos fue uno de los promotores de Alemán para alcanzar la presidencia de la
República;130 también tenía estrecha relación con el procurador José Aguilar y
Maya.131 Más aun, Rocha también había sido secretario general de Gobierno del
gobernador Raúl Gárate Legleu, en Tamaulipas, en 1948.132
Julio Sánchez Vargas se hizo cargo de la pgr en 1967; entre 1947 y 1952 fue
magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito y Territorios Federales,
designado por Miguel Alemán. En 1971, Pedro Ojeda Paullada fue nombrado titu-
lar de la pgr. Aunque Camp resalta su relación personal con el entonces presidente
Luis Echeverría, diversas versiones señalan que inició su carrera con Miguel Alemán
Velasco, hijo del ex mandatario del mismo nombre, quien le habría abierto las puer-
tas de la política. Lo cierto es que Ojeda Paullada era consejero activo de la Fundación
127
Todos los siguientes datos biográficos fueron obtenidos en Camp, Roderic Ai (1992), op. cit.,
salvo que se señale otra fuente.
128
Gil y Schmidt, op. cit., p. 55.
129
Santos, Gonzalo N. (1984), Memorias, Grijalbo, México, pp. 777-778.
130
Ibid., pp. 819-820.
131
Ibid., pp. 760-763. Según información contenida en los Archivos Nacionales de los Estados
Unidos,el cacique potosino Gonzalo N. Santos, que ocupó múltiples cargos públicos incluyendo
la gubernatura de San Luis Potosí entre 1943 y 1949, estaba involucrado en actividades de trá-
fico de drogas y contrabando. Véase Cedillo, Juan Alberto (2007), Los nazis en México, Debate,
México,p. 52. En esas mismas actividades estaría presuntamente involucrado Miguel Alemán
Valdés, junto con otros políticos de la época. El autor intentó obtener copia de los documentos
citados en ese trabajo en los Archivos Nacionales de Washington. La respuesta que se obtuvo
del personal de esa institución fue que las referencias documentales citadas por Cedillo no eran
suficientes para su localización. Juan Alberto Cedillo me proporcionó parte de los documentos,
pero sin la fuente para citar el expediente.
132
De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., p. 812.
Nosotros no tenemos evidencia alguna que demuestre que el Lic. Flores en una u
otra forma haya estado inmiscuido directamente en este comercio, sin embargo,
tenemos evidencias amplias de que algunos de sus más cercanos colaboradores sí
estuvieron —y lo están actualmente— inmiscuidos, directa o indirectamente en el
negocio del tráfico de drogas, y nosotros también pensamos que es imposible que
Flores no tenga conocimiento de estas actividades pasadas y presentes.136
137
Ibid.
138
El Mañana de Reynosa (1980), “Nuevo coordinador de la campaña antidrogas”, 18 de junio,
Reynosa, Tamaulipas, p. 6, tercera sección. Martínez Manautou había sido designado candidato
dos días antes, el 15 de junio de ese año. Véase, también, El Bravo de Matamoros (1980), “Servir
y honrar a Tamaulipas; único poder al que aspira MM”, 16 de junio, Matamoros, p. 1, primera
sección.
139
El acta de la Policía Judicial Federal que contiene la declaración de Amozorrutia aparece reprodu-
cida en un blog del periodista tamaulipeco Óscar Treviño, disponible en <http://careldematamo-
ros.blogspot.com/2007_02_01_archive.html>.
140
El Bravo de Matamoros (1980), “Nuevo comandante de la Policía Judicial Federal en Matamoros”,
17 de junio, Matamoros, Tamaulipas, p. 8, primera sección. Otra fuente refiere que se desempe-
ñaba en la plaza de San Luis Río Colorado, Sonora. Véase El Mañana de Reynosa (1980), “Nuevo
comandante de la Judicial Federal”, 17 de junio, Reynosa, p. 8, segunda sección. De cualquier
manera, esta plaza dependía de la misma Coordinación Regional de Agencias del Ministerio
Público, a cargo de Carlos Aguilar Garza, en la misma época.
141
Figueroa, op. cit., p. 98.
142
Ibid.
143
cr. no. h-93-167-SS, United States of America v. Juan García Ábrego, United States District
Court for Southern District of Texas, Houston Division, Docket’s document 443, Appendix A
to United States Memorandum in Support of its answer to motion for new trial and to 2255 mo-
tion and its request for rule 8(a) determination by USA as to Juan García Ábrego, filed. (pgalvan)
(Entered: 01/21/2000), p. 6.
144
El Mañana de Reynosa (1980), “Asumirá el mando militar”, 14 de junio, Reynosa, p. 1, tercera
sección.
función por instrucciones del general Luis Gutiérrez Oropeza, jefe del Estado
Mayor Presidencial durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.145
Sin embargo, en 1971, Díaz Escobar operaba bajo el mando institucional de
otro antiguo aliado de Martínez Manautou: Alfonso Martínez Domínguez, quien
en 1980 fungía como gobernador de Nuevo León, estado vecino de Tamaulipas.
Martínez Domínguez era otro de los damnificados políticos del triunfo de Luis
Echeverría en la sucesión de Díaz Ordaz. Habiendo apoyado la precandidatura de
Martínez Manautou, alcanzó una posición en el gabinete de Echeverría por su
calidad de presidente del pri, durante la campaña de éste y por influencia de Gus-
tavo Díaz Ordaz. La matanza del Jueves de Corpus había dado fin a su carrera,
hasta que José López Portillo lo rehabilitó. Según un documento de la Dirección
de Investigaciones Políticas y Sociales fechado en agosto de 1973, tenía también
estrechas relaciones con Carlos Hank González.146
En abril de 1974, un reporte de la dfs que aparece bajo el nombre del capitán
Luis de la Barrera Moreno, exponía las relaciones de Alfonso Martínez Domínguez
con el comandante del Resguardo Aduanal Interior de Torreón, Coahuila, Abelardo
Manzo Puente. Hijo del general Amador Manzo Estévez y originario de Guadala-
jara, Jalisco, Abelardo Manzo había sido ayudante de plena confianza de Martínez
Domínguez, en su función como presidente del cen del pri, y regente del Depar-
tamento del Distrito Federal durante la campaña presidencial de Echeverría y al
inicio de su administración. Tras la salida de Martínez Domínguez del gabinete,
había mantenido su relación cercana con éste y había sido nombrado al frente de
la citada aduana, en 1971. Manzo ya se había desempeñado en esa aduana como
segundo comandante, en 1968. El informe destacaba que tras haber llegado a
Torreón sin dinero dos años después vivía con gran ostentación. A ocho meses de
fungir como comandante del Resguardo Aduanal había adquirido un avión con
valor aproximado de 600 000 pesos, y contratado a un piloto profesional,al que
pagaba un sueldo superior a los 6 000 pesos mensuales. En marzo de 1973, ese
avión se había caído en Coahuila después de realizar un viaje al rancho La Marina
Vieja, propiedad del subsecretario de Investigación y Ejecución Fiscal, Enrique
Cárdenas González, en Tamaulipas. De acuerdo con el documento, ManzoPuente
envió celadores aduanales a resguardar los restos del aparato accidentado, quienes
impidieron a los curiosos y a otras autoridades aproximarse al avión. Cuando estas
145
El Universal (2008), “Fallece el general Manuel Díaz Escobar, presunto creador de Los Halcones”,
11 de septiembre, versión en línea.
146
agn, versión pública del expediente de Carlos Hank González, ips, legajo 1 de 3, foja 140.
últimas pudieron hacerlo, sólo encontraron el cadáver del piloto, sin hallar ninguna
huella de la carga transportada.147
Manzo Puente había comprado un segundo avión de mejor calidad. Según el
mismo reporte, los viajes que esta última aeronave realizaba los hacía con el propio
Manzo como única tripulación y, en ocasiones, sin nadie más que el propio piloto a
bordo; asimismo, rentaba un avión bimotor. Ambos aparatos hacían viajes recurrentes
a Laredo o a Cotulla, Texas, de donde partían hacia Tuxpan, Jalisco; también al ran-
cho El Borrego, propiedad de Alfonso Martínez Domínguez, con quien Manzo
Puente seguía sosteniendo una relación personal estrecha y se comunicabacon fre-
cuencia por teléfono. El resultado de estas llamadas era el viaje de Manzo, en alguno
de estos aviones, a Monterrey o directamente al rancho de Martínez Domínguez.
Según el documento, la dfs contaba con información confidencial acerca de que, en
ocasiones, el avión transportaba armas o parque, como fue el caso de un cargamento
que la corporación detectó, dirigido a Tuxpan, Jalisco, consistente en 50 cajas con 2
500 cartuchos para fusil de asalto AR-15 y 60 cajas con cartuchos para otros de
tipo M-1 o M-2, así como ocho piezas de las primeras de estas armas.148
Según la dfs, el avión de Manzo Puente también era empleado con frecuencia
por Rubén Zuno. Manzo realizaba varios viajes a diversas localidades de Jalisco
para entrevistarse con él.149
En 1989, Rubén Zuno Arce sería uno de los personajes sentenciados por la jus-
ticia de los Estados Unidos, por su participación en el asesinato del agente de la
dea, Enrique Camarena Salazar.150
Y en junio de 2010, Francisco Martínez Cárdenas, hijo de Alfonso Martínez
Domínguez, fue arrestado por la Secretaría de Marina en Monterrey, Nuevo León,
y puesto a disposición de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en
Delincuencia Organizada, tras ser detenido con un grupo de personas que por
147
agn, versión pública del expediente de Alfonso Martínez Domínguez, dfs, legajo 6 de 9, fojas
101-106.
148
Ibid.
149
Ibid.
150
Los Angeles Times (1989), “Camarena Indictment Names Business Figure: Narcotics: Rubén
Zuno Arce is the 16th person to be charged in the kidnap-murder of the U.S. drug agent. He is a
brother-in-law of a former president of Mexico”, 12 de diciembre, disponible en <http://articles.
latimes.com/1989-12-12/news/mn-240_1_ruben-zuno-arce>.
taban seis armas largas, más de mil cartuchos y equipo de comunicación.151 Fue
liberado tres meses más tarde por un amparo interpuesto para su defensa.152
Reacomodos en Matamoros
En Tamaulipas, cuando los grupos locales que habían llegado al poder con Eche-
verría presintieron que podían ser arrinconados de nueva cuenta en el cambio de
gobierno local, buscaron afianzarse hasta donde les fue posible. Jorge Cárdenas
González, hermano del ex gobernador Enrique Cárdenas González, se postuló
como candidato opositor a la presidencia municipal de Matamoros, en 1980.
El domingo 30 de noviembre de 1980, a las 10:00 am, el cierre de campaña
del candidato Martínez Manautou tendría lugar en el mismo lugar donde había
arrancado: Matamoros. Un acto similar estaba previsto por la tarde, para la clau-
sura del proselitismo del candidato a la presidencia municipal de la localidad,
Jorge Cárdenas González. En ese contexto, El Mañana de Nuevo Laredo publicó
información enviada por su corresponsal en el puerto, que señalaba que el ejército
patrullaba las calles de la ciudad desde el día anterior, con vehículos provistos con
metralletas, generando temor entre los ciudadanos.153 El operativo estaba a cargo
del comandante de la Zona Militar, Manuel Díaz Escobar.
El mismo diario señaló que también desde el día anterior habían arribado a la
localidad grupos de choque enviados por el entonces gobernador de Nuevo León,
Alfonso Martínez Domínguez y por el dirigente petrolero, Joaquín Hernández
Galicia, con la consigna de evitar que simpatizantes de la oposición se infiltraran
en los contingentes de apoyo a Martínez Manautou para respaldar a Jorge Cárdenas
González.154
Jorge Cárdenas González obtendría el triunfo en Matamoros, a pesar de la
resistencia del aparato de gobierno. La relación entre éste y Martínez Manautou
fue tensa, al grado que reportes de la Dirección de Investigaciones Políticas y So-
151
La Jornada (2010), “Confirman captura de hijo de Martínez Domínguez en NL. Lo tiene la
siedo; le imputan nexos con el crimen organizado”, 29 de junio, disponible en <http://www.
jornada.unam.mx/2010/06/29/politica/017n1pol>.
152
Milenio (2010), “Congratula a Mauricio liberación de hijo de Martínez Domínguez”, 13 de
diciembre, disponible en <http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/1b6bcde8bf538d98
1ccb8ca58c1718bb>.
153
El Mañana de Nuevo Laredo (1980), “Patrulla el ejército en Matamoros; MM cierra su campaña”,
30 de noviembre, Nuevo Laredo, p. 1, segunda sección.
154
Ibid.
155
agn, versión pública del expediente de Emilio Martínez Manautou, ips, legajo 1, foja 296.
156
agn, versión pública del expediente de Emilio Martínez Manautou, ips, legajo 1, fojas 45, 47, 50
y 51.
157
agn, versión pública del expediente de Emilio Martínez Manautou, ips, legajo 1, foja 72.
158
Algunas de ellas pueden apreciarse en Astorga, Luis (2005), El siglo de las drogas. El narcotráfico,
del Porfiriato al nuevo milenio, Plaza y Janés, México, pp. 143-144. Véase, también, Proceso (1992),
“Caracterizado como represor, a Bartlett se le acusa de ligar a Gobernación con el narco”, 8 de
junio, versión cd.
tante, tras verificar la información, se determinó que las establecidas en Baja Cali-
fornia eran propiedad de esa compañía y que había obtenido permiso de las
autoridades locales por injerencia del ex gobernador Braulio Maldonado. Sin em-
bargo, aquellas que funcionaban en San Luis Río Colorado no eran propiedad de
Impulsora de Turismo de Baja California, sino de un hermano del mayor Juan
Arévalo Gardoqui, ayudante del presidente de la República.159 Impulsora de Tu-
rismo de Baja California contaba con el apoyo de Miguel Alemán Valdés, del co-
ronel Carlos I. Serrano, del general Abelardo Rodríguez y del propio gobernador
del estado, Eligio Esquivel Méndez.160
Por estas razones, las actividades de Chao en Tamaulipas, entre finales de los
setenta y principios de los ochenta, muestran más una extorsión directa hacia
traficantes de droga, delincuentes diversos e incluso personas sin aparentes antece-
dentes delictivos.166 En 1979, la propia dfs reportó la detención de individuos que
fungían como auxiliares del comandante Chao, dedicados a la extorsión.167 Chao
López fue detenido cinco años más tarde en Manzanillo, Colima, tras la delación
de su propio sobrino, quien fue arrestado con un cargamento de cocaína oculto en
un camión que transportaba manzanas.168
Tiempo después, Chao López también fue mencionado como protector de
grupos sinaloenses del narcotráfico. Específicamente, se le atribuye haber protegido,
en 1985, la fuga hacia Sinaloa de familiares de Rafael Caro Quintero tras que éstos
ultimaran a un agente de la Policía Federal de Caminos en Nuevo León.169 Asimis-
mo, tras su detención, el propio Rafael Caro Quintero señaló que proporcionaba
sobornos a Chao. Según una nota periodística a mediados de 1985, las autoridades
federales habían detectado propiedades de Chao López con un valor conjunto de
2 000 millones de pesos.170
En Tamaulipas, la actuación de los elementos de la dfs encabezados por Chao
estaba basada en los esquemas extorsivos tradicionales, en su trato con los traficantes
de droga. Ello condujo a tensiones y disputas ocasionales entre los mismos, las cor
poraciones policiacas locales y sus respaldos políticos, por una parte, y agentes de
la dfs, por otra. Así se evidencia, por ejemplo, en las presiones políticas de los
asociados de Martínez Manautou sobre los comandantes de la dfs, encaminadas a
removerles. Semejante situación se puede apreciar también en lo expuesto en un
documento que Miguel Nazar Haro, titular de la dfs, envía al subsecretario de
Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, como respuesta a las quejas que a este
último había dirigido el gobernador tamaulipeco, Emilio Martínez Manautou,
sobre la conducta de Chao López y sus agentes. Nazar Haro negaba categórica-
mente las acusaciones de irregularidades y violencia contra policías locales que se
hacían contra sus agentes.171 Por otra parte, también los agentes de la dfs hacían
166
agn, versión pública del expediente de Rafael Chao López, dfs, legajo 1, foja 6.
167
agn, versión pública del expediente de Rafael Chao López, dfs, legajo 1, foja 2.
168
El Norte (1989), “Delata Chao a otros quince implicados”, 13 de julio, Monterrey, versión en
internet.
169
El Norte (1989), “Chao protege a primos de Caro Quintero”, 5 de julio, Monterrey, versión en
internet.
170
Ibid.
171
agn, versión pública del expediente de Emilio Martínez Manautou, dfs, legajo 2, fojas 88-91.
Además, sobre las referidas presiones, véase El Mañana de Nuevo Laredo (1981), “Denuncian
ante Gobernación y la pgr, abusos de la Federal de Seguridad”, 20 de mayo, Nuevo Laredo, p. 1,
Cocaína
Es esta etapa la que inaugura el tráfico masivo de cocaína por la región noreste del
país, especialmente por Tamaulipas. Mientras que el coordinador de agencias del Mi-
nisterio Público Federal sustituido por Aguilar Garza declaró que entre abril de
1977 y junio de 1980 la Policía Judicial Federal confiscó solamente 10.4 kg de esta
droga,175 en octubre de 1984 la prensa local consignó, en Nuevo Laredo,
176
Diario de Nuevo Laredo (1984), “Confirman captura de contrabando de cocaína más grande de
[la] historia”, 6 de noviembre, Nuevo Laredo, p. 3C.
177
Diario de Nuevo Laredo (1984), “Habrá más detenciones aquí”, 16 de noviembre, Nuevo Laredo,
p. 6 C.
178
El Mañana de Nuevo Laredo (1985), “Hirachi Coutiño es buscado por Interpol”, 14 de abril,
Nuevo Laredo, pp. 1 y 5, primera sección.
179
Proceso (1994), “Como brazo derecho de Coello Trejo, obtuvo del Cártel del Golfo unos 50 mi-
llones de dólares, según un cómplice de García Ábrego. González Calderoni, hilo de la maraña
de corrupción y compadrazgos entre altos funcionarios mexicanos y narcotraficantes”, 26 de
septiembre, versión digital. Véase, también, Proceso (1994), “Expediente de la Procuraduría de la
República sobre el imperio de García Ábrego. Contubernio de autoridades civiles y policiacas con
el Cártel del Golfo”, 3 de octubre, versión digital. En una entrevista con la cadena de televisión
pbs, realizada el 10 de octubre de 2000, González Calderoni dio su propia versión de las cosas. Ahí
reconoció tener una relación de amistad desde la niñez con Juan García Ábrego, si bien asegu-
raba que no era su socio. La transcripción de esta entrevista en inglés puede encontrarse en pbs
(2000), “Drug Wars: Part Two”, 10 de octubre, disponible en <http://www.pbs.org/wgbh/pages/
frontline/shows/drugs/etc/transcript2.html>.
180
El Universal (2003), “Ejecutan en McAllen a González Calderoni. Hechos: de un tiro en el cuello
ultiman al excomandante; autoridades de EU desconocen aún los motivos; presumen ajuste de
cuentas de Osiel Cárdenas”, 6 de febrero, versión en línea.
181
El Universal (2001), “Revela González Calderoni ser amigo de Juan García Ábrego. Rompe el
silencio el ex funcionario de la Procuraduría General de la República y ofrece nueva información
sobre el narcotráfico; permanece en una prisión de Texas”, 22 de agosto, versión en línea.
182
cr. no. h-93-167-SS, United States of America v. Juan García Ábrego, Docket’s document 443,
pp. 4-5.
183
Ibid., p. 9.
184
Ibid., pp. 4-5.
185
Ibid., pp. 5-6.
186
Diario de Nuevo Laredo (1986), “Operativo conjunto México-EU contra armas y drogas”, 12 de
agosto, Nuevo Laredo, p. 1A.
187
Diario de Nuevo Laredo (1986), “Aprehende la Federal a dos narcotraficantes”, 16 de agosto,
Nuevo Laredo, p. 3C.
188
Diario de Nuevo Laredo (1986), “Confiscan en Matamoros cargamento de cocaína”, 23 de agosto,
Nuevo Laredo, p. 3A.
189
Diario de Nuevo Laredo (1986), “Toledo Corro y Manuel Ocaña sí son narcos dicen a mmh”, 13
de agosto, Nuevo Laredo, p. 1A.
190
cr. no. h-93-167-SS, Docket’s document 443, p. 33.
191
Ibid., pp. 20 y 22.
192
Ibid., pp. 2-3.
193
agn, versión pública del expediente de Casimiro Espinosa Campos, dfs, legajo único, foja 1.
194
Ibid.
195
Ibid.
196
Prensa de Reynosa (1984), “Herido en una gangsteril emboscada. Maestro invita a un sujeto a su
casa a tomar café y lo recibe con ráfagas de metralleta”, 16 de mayo, Reynosa, p. 8A.
197
agn, versión pública del expediente de Casimiro Espinosa Campos, dfs, legajo único, foja 1.
198
Ibid.
199
Ibid., foja 2.
200
cr. no. h-93-167-ss, United States of America v. Juan García Ábrego, Docket’s document 443, p. 6.
201
Si la prensa fue irónica o candorosa en su cobertura del caso, es difícil de determinar. Lo cierto
es que el 17 de mayo una nota periodística señalaba que López Olivares seguía oculto en su do-
micilio particular, ubicado en la esquina de las calles Palito Blanco y 21. Véase Prensa de Reynosa
(1984), “Rumores de que huyó el heridor de El Cacho”, 17 de mayo, Reynosa, p. 6C. La orden
de aprehensión había sido girada por el mismo fiscal que le había tomado su declaración, Jorge
Valdés Zayas.
202
cr. no. h-93-167-ss, United States of America v. Juan García Ábrego, Docket’s document 443,
pp. 2-3.
203
Diario de Nuevo Laredo (1984), “Resurge la mafia. Corre la sangre en Matamoros”, 18 de mayo,
p. 6C.
204
Ibid.
205
Diario de Nuevo Laredo (1984), “Investigan masacre de Matamoros”, 19 de mayo, Nuevo Laredo,
p. 6C.
206
El Bravo de Matamoros (1984), “Son novatos los asesinos: Zolezzi. Resolveré el caso, prometió”,
19 de mayo, Matamoros, p. 4B.
207
Ibid.
Alfonso Raya, dueño del sanatorio— decidieron aterrizar en Monterrey para que
recibiera atención urgente. Espinosa expiró en el trayecto.208
Aunque la causa de la muerte no era especialmente controvertida y los médicos
que supervisaban el traslado podían dar fe del hecho, los acompañantes del Cacho
—sus hermanas, su sobrino, dos guardaespaldas e incluso los propios galenos—
fueron puestos bajo custodia por la Policía Judicial Federal en Nuevo León y
trasladados en calidad de detenidos a Matamoros en un avión especial de la Pro-
curaduría General de la República.209
En esta localidad, las corporaciones policiacas, que habían recibido refuerzos,
realizaron múltiples detenciones entre los allegados y colaboradores de Casimiro
Espinosa Campos. El día anterior habían llegado a Matamoros 25 agentes de la
pjf, bajo la dirección del comandante Miguel Aldana Ibarra.210 El trato recibido
por López Olivares no podía ser más contrastante. El fiscal del fuero común, Jorge
Valdés Zozaya, había acudido personalmente a tomar la declaración del Profe, y
sólo de manera tardía expidió la orden de aprehensión, de manera que éste había
seguido libre. La prensa hizo referencia a los rumores de un presunto pago de
cuatro millones de pesos que el agente del Ministerio Público habría recibido por
favorecer a López Olivares.211
Paradójicamente, un informe adicional de la dfs, del 17 de mayo de 1984 a
las 17:05, dijo que la corporación había recibido reportes de la Dirección de Segu-
ridad Pública del municipio, que halló los vehículos, armas y objetos empleados
en el ataque a la Clínica Raya en puntos distintos de Matamoros. De los vehículos,
el Grand Marquis carecía de placas, pero era de procedencia estadounidense y tenía
datos del propietario. La camioneta pick-up fue hallada en otro lugar; tampoco
tenía placas, pero estaba blindada y contaba con reporte de robo desde 1983 ante
la policía de Brownsville, Texas. Cada uno de estos vehículos portaba armas y
cargadores de abastecimiento. En un tercer punto, la policía encontró fusiles au-
tomáticos AR-15 y semiautomáticos calibre .762, pistolas calibre .45 y múltiples
cargadores, así como ropa de camuflaje con etiquetas de la tienda Batsell’s, de
Brownsville, Texas. Todo esto permanecía bajo la custodia de la Dirección de Se-
guridad Pública municipal a cargo de Salvador del Toro Rosales, quien, junto con
Antonio Sánchez Torres, jefe de grupo de la Policía Judicial, era el encargado de
208
Diario de Nuevo Laredo (1984), “Muere El Cacho; culpan al alcalde. Nube de agente ‘de élite’ de
la pgr. Orden de aprehensión contra responsables”, 20 de mayo, Matamoros, p. 6C.
209
Ibid.
210
Ibid.
211
Ibid.
212
agn, versión pública del expediente de Casimiro Espinosa Campos, dfs legajo único, fojas 3-4.
213
Diario de Nuevo Laredo (1984), “Muere El Cacho; culpan al alcalde”, 20 de mayo, p. 6C.
214
Zolezzi fue durante varios años comandante de la Policía Judicial del estado en Matamoros. La
designación fue decisión directa del gobernador Emilio Martínez Manautou. Véase El Mañana
de Nuevo Laredo (1982), “Asumió Zolezzi la dirección de la polijudicial [sic]”, 16 de abril, Nuevo
Laredo, pp. 1 y 6, segunda sección.
215
Diario de Nuevo Laredo (1984), “Localizan al mafioso que ordenó matanza matamorense”, 21 de
mayo, Nuevo Laredo, p. 6A.
216
Proceso (1986), “Los periodistas inermes. Se alarga la lista de asesinados”, 27 de julio, versión
electrónica.
217
agn, versión pública del expediente de Ernesto Flores Torrijos, dfs, legajo único, foja 5.
218
Ibid., fojas 2-3.
219
Ibid., foja 1.
220
Proceso (1986), “Los periodistas inermes…”, versión digital.
221
Ibid.
222
Prensa de Reynosa (1986), “Sindicato de redactores pide a mmh aclare crimen de periodistas”, 19
de julio, Reynosa, p. 1A.
223
Diario de Nuevo Laredo (1986), “Protesta muda de periodistas por crimen de Matamoros”, 19 de
julio, Nuevo Laredo, p. 9C.
224
Prensa de Reynosa (1986), “Plantón de protesta por crímenes de periodistas”, 22 de julio, Reynosa,
p. 2A.
225
Prensa de Reynosa (1986), “Periodistas exigen justicia ante el alcalde y ante el procurador de jus-
ticia en el Edo.”, 19 de julio, Reynosa, p. 5D.
226
Prensa de Reynosa (1986), “Encabeza el procurador investigación sobre el doble crimen”, 19 de
julio, Reynosa, p. 5D.
Manifiesta:
227
Prensa de Reynosa (1986) (desplegado), 21 de julio, Reynosa, p. 4D.
228
Prensa de Reynosa (1986) “Sin avance en las investigaciones sobre la muerte de los periodistas”, 21
de julio, Reynosa, p. 4D.
estado en la época en que ocurrió el ataque a la Clínica Raya. En todas esas ocasio-
nes, su pericia policiaca nunca fue suficiente para ubicar a los involucrados.
Sin duda, la relación entre la familia Zolezzi y los Guerra era cercana. En 1983,
el hijo de Ricardo Zolezzi Cavazos, Ricardo Zolezzi García, se había integrado al
equipo de campaña de Jesús Roberto Guerra Velasco, y en 1988 inició labores
como subgerente de Constructora Azteca, propiedad de Saúl García Guajardo y
de Elsa Guerra Velasco de García.229
De acuerdo con el semanario Proceso, la viuda de Flores Torrijos, Amelia Gil,
responsabilizó directamente al alcalde, Jesús Roberto Guerra Velasco. La revista
añadió que los responsables de la muerte de los periodistas eran La Familia, deno-
minación con que eran conocidos Juan N. Guerra, Juan García Ábrego y Jesús
Roberto Guerra Velasco.230
Amelia Gil se quejaba de que la delincuencia organizada controlaba buena
parte de la prensa del estado.231 En diciembre de 1986, la empresa editorial Argos,
encabezada por Ninfa Deándar, dueña de El Mañana de Nuevo Laredo, publicó un
desplegado en ese diario donde daba a conocer la noticia de que el periódico ves-
pertino La Tarde, perteneciente al mismo grupo, había sido vendido a José Carlos
Aguilar Garza, el antiguo coordinador de agencias del Ministerio Público, trans-
formado en traficante de drogas.232
Aguilar Garza aseguró que La Tarde continuaría siendo un medio veraz e in-
dependiente y anunció que designaría como director general a Luis G. Olloqui,
quien fuera el primer secretario particular del gobernador Raúl Gárate Legleu.233
Aguilar Garza añadió que también nombraría a Manuel Ayala García —hijo del
político de Reynosa, Manuel Ayala Ayala—, como subdirector del diario, y a
Carlos Arteaga García —el comandante policiaco que viajaba en el avión que
transportaba cocaína, en el cual se accidentó el propio Carlos Aguilar— lo desig-
naría jefe de información.234
229
Nuevo Diccionario Biográfico de la Heroica Matamoros, disponible en <http://soctamdehistoria.
org/db/letraZ/Zolezzi_Garcia_Ricardo.htm>.
230
Proceso (1986), “En Matamoros todos conocen a los asesinos, pero se esfumaron”, 4 de agosto,
Matamoros, versión electrónica.
231
Proceso (1986), “Los periodistas inermes…”.
232
El Mañana de Nuevo Laredo (1986) (desplegado), 28 de diciembre, Nuevo Laredo, p. 2, primera
sección.
233
Sobre el antecedente de Luis G. Olloqui, véase De la Garza Treviño, Ciro (1975), op. cit., p. 734.
234
El Mañana de Nuevo Laredo (1986), “ ‘La Tarde’ seguirá siendo un medio de comunicación inde-
pendiente y veraz: José Carlos Aguilar Garza. Luis G. Olloqui, designado director general”, 30 de
diciembre, Nuevo Laredo, pp. 1 y 7, sección Locales. Sobre Carlos Arteaga García, véase Diario
de Nuevo Laredo (1985), “Propietarios del ‘Palacio del Río’ heridos al desplomarse su bimotor”, 8 de
febrero, Nuevo Laredo, p. 1A.
235
Diario de Nuevo Laredo (1986), “pgr y Gobernación investigan crímenes de los periodistas”, 22
de julio, Nuevo Laredo, p. 1A.
236
cr. no. h-93-167-ss, United States of America v. Juan García Ábrego, United States District
Court for Southern District of Texas, Houston Division, Docket’s document 443, Appendix A,
op. cit., p. 3.
237
Diario de Nuevo Laredo (1986), “Asesinan a editor de un periódico de Reynosa”, 18 de junio,
Nuevo Laredo, p. 6C.
238
Prensa de Reynosa (1986), “Asesinaron a dos valientes periodistas de Matamoros. Ernesto Flores
Torrijos y Norma Moreno, acribillados”, 18 de julio, Reynosa, 5D.
241
En 1987, García Ábrego había alcanzado un poder notable que le permitió, incluso,
asesinar al ex comandante de la dfs, Tomás Morlet, junto con otro acompañante,
el traficante Saúl Hernández, afuera del bar Piedras Negras, propiedad de Juan N.
Guerra. Según expresó un testigo protegido en el juicio a Juan García Ábrego en
Houston, Texas, en 1996, éste expresó que había ordenado su muerte por traficar
cocaína a sus espaldas.1 En 1985, Tomás Morlet fue detenido en Tijuana, Baja
California, como sospechoso de haber participado en el secuestro del agente esta-
dounidense Enrique Camarena Salazar, de la dea.2
Hacia finales de los ochenta, dados los antecedentes examinados, había pocas
razones para que la organización de Juan N. Guerra y Juan García Ábrego temiera
que la impunidad de la cual gozaba pudiera verse alterada. Las relaciones políticas
y policiacas construidas por la organización a lo largo de las décadas se evidencia-
ban sólidas.
En lo referente a estas últimas, como se recordará, documentación presentada
por la fiscalía en el juicio en contra de Juan García Ábrego en 1996, y que le valió
una sentencia condenatoria, señala que en los años ochenta su organización recibía
protección del ya referido comandante de la Policía Judicial Federal, Emilio López
Parra, y también del comandante de la misma corporación, Luis Esteban García
Villalón, quienes participaban directamente en el tráfico de cocaína.3
En 2008, un periódico nacional informó que Luis Esteban García Villalón, ex
director de Enlace y Concertación de la Dirección General de Investigaciones de
Narcóticos de la pgr estaba a punto de recuperar 25 millones de dólares, dos avio-
nes y otras propiedades que le habían sido incautadas en 1990, tras el proceso que
la Procuraduría General de la República le había fincado por su vinculación con
Juan García Ábrego. La Suprema Corte de Justicia de la Nación atrajo el caso para
conocer el amparo que le habían concedido los magistrados del Primer Tribunal
del Cuarto Circuito, con sede en Monterrey. En 1990, García Villalón fue detenido
junto con Emilio López Parra. Javier Coello Trejo y Luis Soto Silva los consignaron
ante el agente del Ministerio Público Federal.4
Algunos testigos protegidos que brindaron testimonio durante el juicio asegu-
raron que a finales de los ochenta, en el contexto de un nuevo sexenio, García
Ábrego pagaba una cuota mensual de 1.5 millones de dólares al subprocurador
general de la República, Javier Coello Trejo y a sus colaboradores, García Villalón
y López Parra.5 De acuerdo con el mismo documento,en 1990 las presiones hacia
1
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, p. 9.
2
Diario de Nuevo Laredo (1985), “Detienen a ex-federales y un piloto ‘sospechoso’ del secuestro de
Camarena Salazar”, 26 de febrero, Nuevo Laredo, p. 1A.
3
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, p. 6.
4
Milenio (2008), “Ex funcionario de pgr, cerca de recuperar bienes asegurados. Luis Esteban García
Villalón está a punto de recuperar los más de 25 millones de dólares, dos aviones y otras propie-
dades que le fueron aseguradas el 24 de mayo de 1990”, 16 de noviembre, disponible en <http://
impreso.milenio.com/node/7146317>.
5
CR. NO. H-93-167-SS, Docket’s document 443, p. 6.
6
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, pp. 29-30.
7
Diario de Nuevo Laredo (1986), “Un técnico prestigiado”, 1 de agosto, Nuevo Laredo, p. 2A.
8
Diario de Nuevo Laredo (1986), “Calmar tensiones y violencia se propone el senador Américo
Villarreal G.”, 1º de agosto, Nuevo Laredo, p. 1A.
9
Prensa de Reynosa (1987), “Lista de funcionarios en el nuevo gabinete de Tamaulipas”, 3 de febrero,
Reynosa, p. 5F.
10
Prensa de Reynosa (1987), “Nuevo director de Policía Judicial del Estado”, 7 de febrero, Reynosa, p.
1B.
11
Prensa de Reynosa (1987), “El Lic. Aníbal Pérez extiende nombramientos”, 7 de febrero, Reynosa,
p. 1B.
12
Véase, por ejemplo, Prensa de Reynosa (1987), “En una o dos semanas, cambios en jefaturas
de la Judiestatal”, 7 de febrero, Reynosa, p. 4E. Ibid., “César de la Garza jefe de la pje”, 12 de
febrero, p. 7B. Ibid., “Cambios en cascada en la Judicial y Ministerio Público. Domingo Serna,
a la Judicial de Alemán; ratifican a Ramírez Franco; nombran a fiscales”, 22 de febrero, p. 1E.
Ibid., “Pedro Cavazos suple a J.A. Gutiérrez en Camargo”, 22 de febrero, p. 1E. Ibid., “Aplaude
en Camargo la ratificación de Antonio Ramírez como jefe de la Judicial”, 22 de febrero, p. 1E.
Ibid., “Formarán ‘Grupo Especial’ en la Judicial. Quedaría integrado por ex comandantes y ‘su-
pervisores’ de la corporación”, 23 de febrero, p. 6B.
13
Prensa de Reynosa (1987), “Ricardo Zolezzi Cavazos ratificado en la Judicial”, 24 de febrero,
Reynosa, p. 7D.
14
Prensa de Reynosa (1987), “Ernesto Danaché, nuevo comandante de pje. No más abusos de po-
der, promete”, 11 de marzo, Reynosa, p. 8E.
15
Prensa de Reynosa (1987), “El nuevo equipo. Mentes frescas nos gobiernan. Raúl Morales Cadena,
primer subprocurador. Profesional del Derecho con cultura jurídica. Tan moderado y prudente
como Aníbal Pérez V.”, 3 de marzo, Reynosa, p. 1C.
16
Prensa de Reynosa (1987), “Designan nuevos funcionarios en gabinete de avg”, 3 de marzo, Rey-
nosa, p. 1A.
17
Prensa de Reynosa (1987), “Antonio Galindo Ochoa, nuevo segundo Com. del Resguardo Adua-
nal. Le dio posesión el administrador de la Aduana Hugo Ramón Pimentel”, 28 de febrero, Rey
nosa, p. 6D.
18
Esa coincidencia entre ambos personajes se puede verificar en múltiples documentos legislativos.
Un ejemplo de ello se corrobora en Diario Oficial de la Federación (1952), “Decreto que reforma
los Artículos 43 y 45 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, 16 de enero,
México, pp. 1-2.
19
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, p. 7.
20
El Bravo de Matamoros (1982), “Llaman a México a jefe y subjefe de la Polijudicial de Cd. Rey-
nosa”, 7 de marzo, Matamoros, p. 12, primera sección.
21
Houston Chronicle (1991), “Mexico official vows to probe drug lord’s corruption claims”, 31 de
mayo, Star Edition, Houston, Texas, p. 1, sección A. Véase, también, Valle, Eduardo (1995),
El segundo disparo. La narcodemocracia mexicana, Océano, México, pp. 34-35. Aunque en este
último caso hay una confusión de nombres, pues se menciona el nombre de José Luis Larrazolo
Rubio, también comandante de la pjf en Sonora, como protector de la organización. Varios de
los hermanos Larrazolo Rubio desarrollaron carreras policiacas y con frecuencia fueron señalados
por su presunto involucramiento en el tráfico de drogas. Por ejemplo, Juan Alberto Larrazolo
Rubio fue subdelegado de la pjf en Sinaloa. En 1993, la pgr giró al delegado de la institución en
ese estado, Rodrigo Esparza Cristerna, la instrucción de detenerle, por presuntos vínculos con la
organización de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, y Héctor Palma Salazar, el Güero. El entonces
delegado permitió la fuga de Larrazolo. Véase La Jornada (2009), “Acusan al titular de la ssp de
violar la ley al designar a un comisionado. Nombró García Luna a funcionario que fue cesado
de la pgr”, 8 de junio, México, p. 20, disponible en <http://www.jornada.unam.mx/2009/06/08/
politica/020n2pol>. En su Nuevo Diccionario Biográfico de la Heroica Matamoros, la Sociedad
Tamaulipeca de Historia incluye a Juan Alberto Larrazolo Rubio, a quien señala exclusivamente
por sus logros deportivos, sin mencionar en absoluto sus vínculos familiares ni carrera policiaca,
disponible en <http://soctamdehistoria.org/db/letraL/larrazolo_rubio_juan_alberto.htm>.
22
Prensa de Reynosa (1987), “Toma posesión nuevo funcionario de la pgr. El licenciado Ernesto
Santillana Santillana será el nuevo coordinador de la campaña contra el narcotráfico”, 18 de
También en junio de 1987, Luis Esteban García Villalón —a quien los testigos
protegidos presentados por la fiscalía estadounidense en el juicio contra Juan Gar-
cía Ábrego identificaron como protector de éste—, fue designado coordinador de
la Campaña Contra el Narcotráfico de la pgr en Nuevo León.23
Un par de meses antes, en marzo de ese año, en Matamoros, Tamaulipas, el
comandante de la Policía Judicial Federal, Joaquín Salvador Galván Suárez, fue
sustituido por Luis Soto Silva. Este último había sido comandante de la pjf, inclu
sohabía encabezado un grupo especial coordinado con la Interpol, había recibido
varios cursos por parte de agencias norteamericanas para realizar tareas antidrogas.
En 1981 fue nombrado inspector general de policía en Nuevo Laredo, por el pro-
pio gobernador, Emilio Martínez Manautou.24 En 1987, nuevamente comandante
de esa corporación, fue transferido de Guadalajara, Jalisco,y sustituido por el co-
mandante Guillermo González Calderoni, quien provenía, a su vez, de Ciudad
Juárez, Chihuahua.25 Luis Soto Silva tendría estrecha relación con González Cal-
deroni y Javier Coello Trejo, subprocurador encargado del combate al narcotráfi-
co.26 En la pgr, durante la administración Salinas, Luis Soto Silva llegaría a ser
nombrado director general de Investigación de Delitos Contra la Salud.27 Fue
cesado por la institución en 1993, por presunta pérdida de confianza.28 En los años
setenta había sido jefe de grupo entre los agentes de la pjf que apoyaban la labor
junio, Reynosa, p. 4E. Sobre los antecedentes de Santillana, véase Presidencia de la República,
Unidad de la Crónica Presidencial (1993), Diccionario biográfico del gobierno mexicano, Fondo de
Cultura Económica, México, p. 91. Sobre su carácter de director de Seguridad Pública Municipal
en Tijuana, Baja California, véase Proceso (2007), “El ingeniero Hank”, 2 de agosto, disponible en
<http://www.proceso.com.mx/?p=210139>.
23
Prensa de Reynosa (1987), “Toma posesión nuevo funcionario…”, 18 de junio, p. 4E. La referen-
cia a este personaje en el juicio contra García Ábrego puede verificarse en cr. no. h-93-167-SS,
Docket’s document 443, p. 6.
24
El Mañana de Nuevo Laredo (1981), “Comandante de la Interpol, nuevo inspector de policía”, 6
de marzo, Nuevo Laredo, pp. 1 y 11, segunda sección.
25
Prensa de Reynosa (1987), “Toma posesión nuevo funcionario…”, 18 de junio, p. 4E.
26
Proceso (1993), “Novedades de Yucatán: la lista de narcoperiodistas”, 7 de junio, versión cd.
Véase, también, Proceso (1994), “Plática de narcos, grabada por el fbi: ‘tenemos buenos amigos
en este gobierno’”, 12 de julio, versión cd.
27
Así consta en documentación oficial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Véase
cndh (1992), Recomendación 72/1992, 27 de abril, disponible en <http://www.cndh.org.mx/
sites/all/fuentes/documentos/Recomendaciones/1992/072.pdf>, p. 9.
28
Proceso (1993), “Ceses, consignaciones y un nuevo organismo, ante la corrupción de la pgr”, 21
de junio, versión cd.
contra las organizaciones del tráfico de drogas del agente del Ministerio Público,
Salvador del Toro Rosales, enviado ex profeso para combatirlas en Nuevo Laredo.29
El 21 de abril de 1987, el comandante de la Policía Judicial Federal, Guillermo
Salazar Ramos, fue asignado para encabezar esa corporación en Nuevo Laredo,
quien sustituyó a su homólogo, Guillermo Robles Liceaga, transferido a Mexicali,
Baja California.30 En diciembre de 1996, el periódico regiomontano El Norte
publicó una nota donde se daba a conocer una nómina de la organización de Juan
García Ábrego. En ella, además de nombrar a Rodolfo León Aragón, quien sería
director general de la Policía Judicial Federal durante una parte del sexenio 1988-
1994, señalaba también al comandante Guillermo Salazar Ramos. Luis Pérez de la
Rosa el Amable contabilizaba dos pagos que ascendían a 1 100 000 dólares.31
Guillermo Salazar Ramos fue implicado también por el traficante colombiano,
Juan Carlos Ramírez Abadía Chupeta, vinculado con el Cártel de Cali, quien ase-
guró haber realizado pagos en su favor para que permitiera el paso de casi treinta
cargamentos de cocaína entre 1987 y 1991. Señalamientos similares hizo respecto
a quien fuera subprocurador antinarcóticos, Javier Coello Trejo.32 En octubre de
2000, Guillermo Salazar Ramos fue detenido por agentes de la Policía Judicial
Federal, quienes lo investigaban por cuestiones de tráfico de drogas. En el sexenio
1988-1994 había llegado a fungir como director operativo de esa corporación.
En junio de 1987, en Reynosa, el comandante de la pjf era Miguel Silva Ca-
ballero, también vinculado con Guillermo González Calderoni y Luis Soto Silva;
sería removido de la institución junto con este último en 1993.33 La misma nómina
del Amable mencionaba a Silva Caballero como receptor de un pago por 100 000
dólares.34
En septiembre de 1987, Regino Vargas González, un personaje que había
pasado más de veinte años como agente del Ministerio Público en Reynosa, fue
29
Prensa de Reynosa (1987), “El Cmdte. Galván entregó la plaza a su sucesor”, 26 de junio, Reynosa,
p. 6B.
30
Prensa de Reynosa (1987), “Toma posesión nuevo comandante de la pjf”, 22 de abril, Reynosa, p. 4E.
31
El Norte (1996), “El cuaderno de ‘El Amable’”, 18 de febrero, Monterrey, versión digital. Esta
información había sido dada a conocer originalmente en Valle (1995), El segundo disparo…, p. 129.
32
Reforma (1997), “Implica capo de Cali a Coello con el narco”, 13 de abril, versión en línea.
33
Proceso (1993), “Novedades de Yucatán: la lista…”, 7 de junio. Ibid., “Ceses, consignaciones y un
nuevo organismo…”, 21 de junio.
34
Valle (1995), El segundo disparo…, p. 129.
35
Prensa de Reynosa (1987), “Regino Vargas designado visitador general de la pgr”, 19 de septiem-
bre, Reynosa, p. 1A.
36
Véase más arriba el apartado “Tráfico de drogas en la región noreste”.
37
Prensa de Reynosa (1987), “Designan nuevo ampf en Miguel Alemán. El Lic. Francisco Cayuela
Villarreal sustituye al Lic. Armando Moreno G.”, 17 de marzo, Reynosa, p. 1E.
38
Prensa de Reynosa (1987), (Columna “En Concierto”, firmada por Ángel Guerra), “Hoy asume la
fiscalía federal el licenciado Francisco Cayuela”, 16 de marzo, Reynosa, p. 1E.
39
Diario de Nuevo Laredo (1987), “Salinas de Gortari. El reto, la justicia. La revolución no se ha
consumado ni detenido, afirmó”, 5 de octubre, Nuevo Laredo, p. 1A.
fuera. Sin embargo, Salinas de Gortari no lo desamparó y le costeó una beca para
que hiciera una maestría en Economía.40
Ungido como candidato presidencial del pri, Carlos Salinas de Gortari realizó
una gira por Tamaulipas. El 13 de noviembre, en Nuevo Laredo, señalaría en un
discurso que la persecución a los narcotraficantes era una necesidad de seguridad
nacional, para que el territorio mexicano no pasara de ser una entidad de paso o
siembra a una de consumo.41
Acicateados por la urgencia de mostrar resultados, a los pocos días de externadas
semejantes palabras, agentes de la Policía Judicial Federal en el estado detuvieron,
en Vallehermoso, a 33 integrantes de una organización dedicada al tráfico de dro-
gas. Sus operaciones se habían detectado en Matamoros. Entre ellos se encontraba
Erasmo Tovar, secretario general de la Confederación Nacional de Organizaciones
Populares del pri en la localidad; Eloy Omar González, un personaje adinerado de
la región, y Juan José Tamez Fuentes, presidente municipal de Vallehermoso. Es-
taban vinculados con la organización de Fernando Martínez el Aguacate, narcotra-
ficante en Miguel Alemán, Tamaulipas, también detenido.42
El comandante de la pjf, José Manuel Rodríguez Lorrabaquio, informó a la
prensa, en la ciudad de México, que a raíz de la detención de Fernando Martínez
Garza el Aguacate, considerado el principal introductor de mariguana a los Estados
Unidos, se había roto “uno de los más importantes eslabones del narcotráfico en
la zona norte del país”, y anunció que agentes de la corporación iniciaban una
“cacería” de traficantes en los estados de Michoacán, Jalisco, Tamaulipas, Nuevo
León, Guerrero y Oaxaca. Marco Antonio Díaz de León, director de Control de
Procesos de la pgr, añadió que la institución había establecido un embargo pre-
cautorio sobre 150 cabezas de ganado de alta calidad, propiedad de Martínez, y su
rancho, ubicado en Linares, Nuevo León, con extensión de 1 000 hectáreas.43
El referido Fernando Martínez era el mismo personaje que Carlos Reséndez
había reunido con Juan García Ábrego, por solicitud del primero, debido a su
40
Diario de Nuevo Laredo (1987) (columna “Grilla Tamaulipeca”, escrita por Daniel Ulloa Cam-
pos), “En Agualeguas, el arranque”, 8 de octubre, Nuevo Laredo, p. 3C.
41
Diario de Nuevo Laredo (1987), “Una necesidad combatir el narcotráfico: sg”, 13 de noviembre,
Nuevo Laredo, p. 10A.
42
Diario de Nuevo Laredo (1987), “Envían a la capital a narcos de Vallehermoso”, 18 de noviembre,
Nuevo Laredo, p. 8A.
43
Diario de Nuevo Laredo (1987), “Cacería de narcos en todo el estado”, 19 de noviembre, Nuevo
Laredo, p. 10A. El periódico retomó esta información de Excélsior, publicado en la capital de la
República.
interés por traficar con cocaína vía Matamoros, plaza bajo el control de la organi-
zación Guerra-García Ábrego, según aseveraciones de testigos de la fiscalía presen-
tados en el juicio contra este último.44
Los mismos funcionarios que detuvieron al Aguacate fueron de nuevo incapa-
ces de ubicar a la organización de Juan N. Guerra y Juan García Ábrego, que de
esta manera avanzaba un paso más en la consolidación de su hegemonía en Tamau-
lipas, y en la absorción de las operaciones de otros traficantes que operaban en la
entidad. En la información expuesta en el juicio de Juan García Ábrego en Hous-
ton, el agente infiltrado del fbi, Claudio de la O, expuso que éste le había solicitado
apoyo para remover a Fernando Martínez de la escena local del tráfico de drogas.
García Ábrego pretendía asesinarlo para limitar la competencia en el flujo de co-
caína en Tamaulipas.45
Según diversos indicios, todas las condiciones descritas se potenciarían en los
siguientes años, en un sexenio turbulento, cuyo análisis detallado y sistemático
requeriría un trabajo de las mismas o mayores dimensiones que el presente; sin
embargo, vale la pena reparar en algunas cuestiones que tuvieron lugar durante
este periodo.
44
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, p. 4.
45
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, p. 8.
46
Prensa de Reynosa (1991), “¡Masacre en el penal! Saldo sangriento en Matamoros: 17 muertos y 3
heridos”, 18 de mayo, Reynosa, p. 1A.
47
Prensa de Reynosa (1991), “¡Masacre en el penal…” 18 de mayo, p. 1A.
48
Prensa de Reynosa (1991), “‘Oliverio el poderoso.’ En sólo cinco años formó su imperio de narco-
tráfico”, 1 de junio, Reynosa, p. 7E.
49
Idem.
50
Prensa de Reynosa (1987), “Rara fuga de reos”, 3 de abril, Reynosa, p. 6D. Véase, también, Prensa
de Reynosa (1987), “Huyeron a los Estados Unidos los que escaparon de la cárcel. El celador
cómplice tampoco ha sido detenido”, 4 de abril, Reynosa, p. 4D.
51
Prensa de Reynosa (1987), “La fuga de dos reos federales pone a descubierto argucias millonarias
aquí. Difícil situación de celadores y hasta la del director de la cárcel, según se dice”, 5 de abril,
Reynosa, p. 5D. Véase, también, Prensa de Reynosa (1987), “Huyeron a los Estados Unidos...”, 4
de abril, p. 4D.
52
Prensa de Reynosa (1991), “‘Oliverio el poderoso’…”, 1 de junio, p. 7E.
53
Ibid.
54
Prensa de Reynosa (1991), “Oliverio, de militar a ‘capo’”, 31 de mayo, Reynosa, p. 5A.
55
Ibid.
56
cr. no. h-93-167-SS, Docket’s document 443, pp. 11-13, 17, 19-24, entre otras.
57
cr. no. h-93-167-SS, Docket’s document 443, p. 11.
58
El Norte (1990), “Niegan vender protección a narco. ¡Niegan proteger a García Ábrego!”, 21 de
septiembre, versión en línea.
59
Diario de Nuevo Laredo (1991), “ ‘Capo’ gobierna en Cereso de Matamoros”, 26 de abril, Nuevo
Laredo, p. 8A.
60
Ibid.
61
Diario de Nuevo Laredo (1991), “Comando rescata a 2 narcos colombianos en Matamoros. Ar-
mados con metralletas se dicen federales”, 10 de mayo, Nuevo Laredo, p. 1C. La identidad de la
abogada aparece en Diario de Nuevo Laredo (1991), “Mataron a colombianos secuestrados”, 15
de mayo, Nuevo Laredo, p. 6A.
62
Diario de Nuevo Laredo (1991), “Comando rescata a 2 narcos colombianos…”, 10 de mayo, p. 1C.
63
Diario de Nuevo Laredo (1991), “Mataron a colombianos...”, 15 de mayo, p. 6; Prensa de Reynosa
(1991), “Masacran a 2 colombianos”, 16 de mayo, Reynosa, p. 4E.
64
Prensa de Reynosa (1991), “Investiga el fbi y judiciales caso triple en Matamoros”, 17 de mayo,
Reynosa, p. 7A.
65
Houston Chronicle (1988), “Suspected drug ring hit in fbi-led raid”, 7 de mayo, Edition 2 Star,
Houston, Texas, p. 19, secc. 1.
70
Ibid.
71
Ibid.
72
Houston Chronicle (1996), “Bloody past, but in whose hands? Reputed drug lord suspected but
may never be charged”, 3 de marzo, Edition 2 Star, Houston, Texas, p. 1, secc. State.
73
Prensa de Reynosa (1991), “¡Masacre en el penal!”, 18 de mayo, p. 1A.
74
Houston Chronicle (1991), “Drugs spark prison siege in Matamoros”, 19 de mayo, Edition 3 Star,
Houston, Texas, p. 1, secc. A (news).
75
The New York Times (1991), “18 reported slain in gang strife at Mexican prison”, 19 de mayo,
disponible en <http://www.nytimes.com/1991/05/19/world/18-reported-slain-in-gang-strife-at-
mexican-prison.html?scp=4&sq=%22chavez+araujo%22&st=nyt>.
76
Ibid., (1991), “Drug baron defiant in Mexican jail”, 29 de mayo, disponible en: <http://www.
nytimes.com/1991/05/29/world/drug-baron-defiant-in-mexican-jail.html?scp=2&sq=%22chav
ez+araujo%22&st=nyt>.
77
Prensa de Reynosa (1991), “Temen una fuga masiva. Ocultan reos metralletas y granadas de
mano”, 20 de mayo, Reynosa, 1A.
78
Prensa de Reynosa (1991), “Retiene Oliverio a 15 rehenes. Utiliza tanques de gas como escudos en
el penal”, 23 de mayo, Reynosa, p. 1A. Véase, también, Prensa de Reynosa (1991), “Yo no entregué
a Oliverio. Afirma subdierector de Cereso”, 19 de mayo, Reynosa, p. 12A.
79
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, pp. 42-43.
80
Ibid.
Por su parte, Oliverio Chávez tenía razones fundadas para considerar que
múltiples integrantes de las instituciones de seguridad en Tamaulipas brindaban pro-
tección a la organización de García Ábrego y, en función de ello, deseaban matarlo.
De hecho, tras el enfrentamiento durante los 13 días que se mantuvo atrincherado
dentro del penal de Matamoros, Chávez Araujo se las arregló para entregar una
carta de su puño y letra a The New York Times. En ella, denunciaba la complicidad
de integrantes de la pjf con García Ábrego y, aseguraba, la organización de éste
habría puesto un precio de medio millón de dólares por su cabeza.81
Oliverio Chávez ya había resistido un operativo realizado a finales de abril de
ese año, presuntamente para requisar armas existentes dentro de la cárcel. 82 Sin
embargo, temía que se tratara de un encubrimiento para su asesinato, que podía
ser dentro de la prisión o durante su eventual traslado a otro establecimiento. Se
amparó para evitar esta última posibilidad.
El 17 de mayo, Chávez Araujo recibió tres disparos —uno de ellos en la cara—
de parte del referido Germán Yépez. La respuesta de su organización fue cruenta.
Desarmaron a Yépez, a quien también mataron a balazos, y le deshicieron el rostro
a martillazos. Mataron a golpes a Elías García el Profe. Otro recluso fue incinerado
vivo, mientras que a otro más, tras asesinarlo, le clavaron una macana por el recto.
Nueve más fueron degollados.83
Dada la ubicación urbana del reclusorio —que contaba con 1 200 internos,
un exceso en proporción de seis o cuatro veces la cantidad óptima—, la población
temía que la confrontación se extendiera al resto de Matamoros.84 Circularon
versiones de que un grupo táctico de reacción, Los Zorros, de la policía de la ciudad
de México, sería enviado a Matamoros para irrumpir en el penal y someter a
Chávez Araujo y sus seguidores. No obstante, esto no ocurrió y la cárcel permaneció
custodiada por policías judiciales federales, locales, e incluso integrantes de la Ar-
mada de México.85
Las autoridades locales no parecían especialmente presurosas para poner fin a
la situación. Incluso el comandante de la Policía Judicial del estado, César de la
Garza, indicó que la duración del cerco por parte de la fuerza pública era indefini-
81
The New York Times (1991), “Drug baron defiant…”, 29 de mayo, versión en línea.
82
Prensa de Reynosa (1991), “‘Capo’ gobierna en Cereso de Matamoros”, 26 de abril, Reynosa, p. 8A.
83
Prensa de Reynosa (1991), “¡Masacre en el penal!”, 18 de mayo, p. 1A. Ibid., “Mantienen narcos
control del penal. Al mando de Oliverio Chávez Araujo”, 19 de mayo, Reynosa, p. 2A. Ibid.,
“Aún hay un arsenal en el interior del penal”, 20 de mayo, Reynosa, p. 1A.
84
Ibid., (1991), “Mantienen narcos control...”, 19 de mayo, p. 2A.
85
Ibid., (1991), “Retiene Oliverio a 15 rehenes...”, 23 de mayo, p. 1A.
da, y podía llegar a prolongarse hasta un mes como medida precautoria a una fuga
masiva de prisioneros.86 Por su parte, el agente del Ministerio Público del fuero
común encargado de investigar los homicidios, Octavio Singlaterry Sánchez, de-
claró que la integración de la averiguación previa se prolongaría aún por varios días,
y que las declaraciones de los custodios no aportaban elementos para deslindar
responsabilidades.87
Dos días después del motín —y a pesar de que el penal se encontraba de facto
bajo el control de Oliverio Chávez Araujo—, el secretario general de gobierno y ex
procurador general del estado, Aníbal Pérez Vargas, aseguraba que la situación había
vuelto a la normalidad, que los hechos eran lamentables y que el problema tenía que
ver con la sobrepoblación de los centros penitenciarios del estado. Pérez Vargas, en
compañía del procurador en funciones, José Ives Soberón, y del director de la
Policía Judicial estatal, Porfirio Castillo Delgado, realizó una revisión en la que se
encontraron tres pistolas calibre .9 mm y ningún rifle ni metralleta. En entrevista
con la prensa señaló que el titular de la Dirección de Prevención y Readaptación
Social de Tamaulipas, Tito Reséndez Treviño, y el director de la cárcel, Jesús Ur-
quiza Martínez, laboraban normalmente y apoyaban en las investigaciones del
caso.88
La situación derivada del motín, sin embargo, estaba lejos de estas condiciones.
El entonces titular de la recién creada Comisión Nacional de los Derechos Huma-
nos (cndh), Jorge Carpizo, declaró que eran las autoridades de Tamaulipas las que
más se resistían a cumplir con las observaciones de ese organismo. Hizo especial
referencia a la Procuraduría General de Justicia del estado y a la Dirección del
Centro de Readaptación Social de Reynosa.89 A principios de junio de 1991, la
Cámara de Diputados del Congreso federal turnó al Senado una moción del gru-
po parlamentario del parm, donde solicitaba la desaparición de poderes en Tamau-
lipas y juicio político en contra del gobernador, Américo Villarreal Guerra.90
En una entrevista con la prensa publicada el 19 de mayo, Villarreal Guerra
minimizó los hechos y señaló que sólo cuatro de los 18 fallecidos habían perdido
la vida por disparo de armas de fuego, mismas que, presumió, pudieron ser intro-
ducidas al penal de diversas maneras; por ejemplo, en los alimentos que las visitas
86
Prensa de Reynosa (1991), “Retiene Oliverio a 15 rehenes...”, 23 de mayo, p. 1A.
87
Ibid.
88
Prensa de Reynosa (1991), “Vuelve a la normalidad”, 19 de mayo, Reynosa, p. 11A.
89
El Norte (1991), “Denuncia Carpizo que en Tamaulipas desoyen a cndh”, 6 de junio, versión en
línea.
90
Ibid.
91
Prensa de Reynosa (1991), “Confío en que ningún funcionario esté involucrado. Afirmó el gober-
nador del estado”, 19 de mayo, Reynosa, p. 11A.
92
Prensa de Reynosa (1991), “Apoya Salinas medidas antidrogas en Matamoros”, 22 de mayo, Rey-
nosa, p. 1A.
93
Prensa de Reynosa (1991), “Retiene Oliverio a 15 rehenes...”, 23 de mayo, p. 1A.
94
El Norte (1991), “Denuncian reos ‘cártel de la charola’ ”, 30 de mayo, versión en línea. En esta
nota, Judith Pontón Guerrero aparece como María D. Guerrero. Su nombre completo era María
Judith Pontón Guerrero. Véase Diario de Nuevo Laredo (1991), “Mataron a colombianos secues-
trados”, 15 de mayo, Nuevo Laredo, p. 6A.
95
El Norte (1991), “Denuncian reos…”, 30 de mayo.
96
Ibid.
97
Ibid.
98
Prensa de Reynosa (1991), “Narcotráfico. De la ley seca a la dinastía de los Guerra y Oliverio
Chávez Araujo”, 29 de mayo, Reynosa, pp. 1 y 3A.
99
Prensa de Reynosa (1991), “Agreden a dos reporteros”, 18 de mayo, Reynosa, p. 2A.
100
El Norte (1991), “Amenazan de muerte a reporteros foráneos. Supuestos narcos les exigen salir de
Matamoros”, 29 de mayo, versión en línea.
101
Prensa de Reynosa (1991), “Disminuye la tensión”, 27 de mayo, Reynosa, p. 1A.
102
Prensa de Reynosa (1991), “Desafía a Oliverio enviado de la pgr. Subprocurador de justicia
penetraal penal y excarcela al lugarteniente del ‘capo’; interrogan a Urquiza y Salinas”, 30 de
mayo, Reynosa, p. 1A. Véase, también, Prensa de Reynosa (1991), “Liberan penal; Oliverio, al
DF. Operativo de agentes federales a las 4:40 de la mañana; trasladan también a ‘El Colombia’,
lugarteniente del ‘Zar de la cocaína’ ”, 31 de mayo, Reynosa, 1A.
103
Prensa de Reynosa (1991), “Desafía a Oliverio enviado de la pgr”, 30 de mayo, p. 1A.
104
Ibid.
105
Prensa de Reynosa (1991), “Detienen a 3 comandantes. Señalan a César de la Garza, Larrazolo y
Andrino como cómplices de Oliverio. Arrestan al director y subdirector del Cereso; fiscal federal,
también implicado”, 31 de mayo, Reynosa, p. 1A.
106
Prensa de Reynosa (1991), “Liberan a cinco jefes policiacos. Urquiza y Salinas, consignados. Des-
tituyen al fiscal federal Chávez Cantú y al comandante de la pjf José María Larrazolo; compare-
cerán ante la pgr”, 1 de junio, Reynosa, p. 1A.
107
Prensa de Reynosa (1991), “Liberan a cinco jefes...”, 1 de junio, p. 1A.
108
Prensa de Reynosa (1991), “Urquiza, libre bajo fianza; Salinas, bajo reserva de ley. Deposita fianza
de $10 millones; fiscal los exculpa de la mala administración de justicia”, 4 de junio, Reynosa, 1A.
109
Prensa de Reynosa (1991), “En Tamaulipas hay orden y autoridad. Fustigan sectores se atribuya
sentido político a conflicto entre narcotraficantes”, 4 de junio, Reynosa, p. 9A.
110
Prensa de Reynosa (1991), “Reestructuración en pgr. Oficializan cambios y creación de nuevas
corporaciones; Carrillo Olea, firme. Pretende Morales Lechuga erradicar impunidad y prevenir
corrupción; crea dos subprocuradurías, coordinaciones, fiscalías y unidades especializadas”, 5 de
junio, Reynosa, p. 1A.
111
Prensa de Reynosa (1991), “Cambios en la Judicial. Destituyen a un comandante y ordena el
gobernador remoción de 12 en el estado”, 5 de junio, Reynosa, p. 6A.
112
El Norte (1994), “Investigan a funcionarios de Tamaulipas”, 29 de octubre, versión en línea.
113
Prensa de Reynosa (1991), “Liberan penal…”, 31 de mayo, 1A. Sobre el traslado de Oliverio
Chávez Araujo a Almoloya, véase Prensa de Reynosa (1991), “Oliverio a súper prisión. Trasladado
a Almoloya. Cerón Vergara, también”, 12 de junio, Reynosa, p. 1A.
114
Prensa de Reynosa (1991), “Senado dijo ‘no’. Descarta juicio político contra Villarreal Guerra”, 12
de junio, Reynosa, p. 1A.
115
Diario de Nuevo Laredo (1991), “Postula el pri a Cavazos Lerma y 9 diputados”, 8 de mayo,
Nuevo Laredo, p. 1A.
mayor mención más adelante—; por el cuarto, en Ciudad Victoria, Laura Alicia
Garza Galindo; por el quinto, en Tampico, a Diego Navarro Rodríguez; por el
sexto, con sede en Madero, a Jesús Suárez Mata; por el séptimo, con sede en Río
Bravo, a Manuel Muñoz Rocha —amigo cercano de Raúl Salinas de Gortari, in-
volucrado en el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu en 1994 y desaparecido
desde entonces—; por el octavo, en San Fernando, a Hugo Andrés Araujo, y por
el noveno, en Mante, a Arturo Saavedra Sánchez.116 Días más tarde, el pri anunció
que quien habría de ser su candidato suplente al Senado de la República era el ex
gobernador y ex subsecretario de Hacienda, encargado de combatir el contrabando,
Enrique Cárdenas González, cercano a Juan N. Guerra.117
116
Ibid.
117
Diario de Nuevo Laredo (1991), “Enrique Cárdenas G. será el senador suplente”, 10 de mayo,
Nuevo Laredo, p. 1A.
118
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, p. 31.
y del Bank of New York. Más tarde, Green Mountain proporcionaría cartas de
crédito a la Casa de Cambio Colón.125
Otros personajes encargados de lavar dinero eran los hermanos Luis Esteban
y Eduardo García Villalón, quienes tenían cuentas en el International Bank of
Commerce y en el National Bank en Laredo y Harlingen, Texas, que tenían alre-
dedor de 4.5 millones de dólares cuando fueron aseguradas.126 Como se ha seña-
lado anteriormente, Luis Esteban fungía como director de Enlace y Concertación
de la Dirección General de Investigaciones de Narcóticos de la pgr. Los hermanos
García Villalón poseían cuentas bancarias bajo su control, en las Islas Caimán,
pero abiertas bajo empresas de membrete: List y Taurus. Mediante ellas transferían
dinero a otras cuentas bancarias, entre éstas, una del Royal Bank de Canadá, abierta
a nombre de Felipe e Irma Treviño.127
En suma, una muestra detectada de las operaciones financieras internacionales
de la organización. Resulta difícil atribuirlas en su totalidad a personajes con escasa
educación formal, ya no digamos técnica y especializada, acorde con el tipo de
movimientos descritos, sin contar con la asesoría de otro tipo de actores, igualmente
partícipes de intereses ilícitos.
En lo referente a las inversiones patrimoniales y de negocios relacionadas con
la organización de Juan García Ábrego, según la información derivada del juicio
en su contra, en 1996, se pueden señalar las siguientes operaciones como muestra.
En diciembre de 1990, una cuenta de García Ábrego, en la Casa de Cambio Mul-
tiva, en Monterrey, recibió una transferencia de un par de millones de dólares, de
los fondos depositados en las Islas Caimán de la empresa fachada Green Mountain.
La cantidad fue empleada para adquirir propiedades en la zona.128
Víctor García trabajaba para García Ábrego, administrando varios de sus ne-
gocios legales y dinero. García era administrador de una empresa de construcción
denominada Caimsa. Como parte de la junta directiva de esta empresa se contaba
a Miguel Ángel Lerma y a un primo de Juan García Ábrego, Rubén García
Robles.129
Como se verá más adelante, años después medios de comunicación harían
referencia a las indagaciones de la pgr sobre el posible vínculo del ex gobernador
Manuel Cavazos Lerma con organizaciones delictivas. Se haría referencia a la rela-
125
Ibid.
126
Ibid., p. 29.
127
Ibid., p. 30.
128
Ibid., pp. 48-50.
129
Ibid., p. 49.
ción de un primo suyo, Miguel Ángel Lerma, con García Ábrego.130 No se puede
descartar que el personaje mencionado en los documentos del juicio y este último
sean la misma persona.
Otra empresa vinculada con Juan García Ábrego era Prodeconsa, dedicada a
la construcción. Ésta era administrada también por Miguel Ángel Lerma y por
Rubén García Robles. En ella se reunían Ricardo Aguirre, Víctor García y el propio
García Ábrego. El segundo declaró haber acompañado a Rubén García a depositar en
el banco un millón de dólares en efectivo. Narró que Ricardo Aguirre entregaba
portafolios llenos de dinero a Miguel Ángel Lerma, tras haberlo extraído de la
Casa de Cambio Colón.131
En 1992, Víctor García se reunía semanalmente con García Ábrego para dis-
cutir las operaciones financieras de otra empresa denominada Tefasa. En el mismo
año, el primero también administraba otra empresa de transporte llamada Trefimex,
que operaba bajo el nombre de un hijo de Juan García Ábrego: Juan José García.
Víctor le reportaba directamente a García Ábrego todo lo concerniente a esta
compañía.132
En 1991, Víctor García apoyó en la adquisición de una propiedad con valor
de un millón de dólares, en Guadalupe, cerca de Monterrey. La propiedad quedó
bajo el nombre de Miguel Ángel Lerma. El dinero fue proporcionado por Rubén
García Robles.133
En el mismo año, Víctor García colaboró nuevamente para comprar una finca
de 20 acres en Apodaca, Nuevo León. De nuevo, el dinero fue proporcionado por
Rubén García Robles y el inmueble fue puesto a nombre de Francisco Guerra, a
quien se menciona como amigo cercano de Miguel Ángel Lerma.134
En 1992, Víctor García gestionó la compra de una segunda residencia en
Apodaca, por un millón de dólares. Asimismo, de otra casa, en Guadalupe, por
400 000 dólares. Ésta aparecería como propiedad de Roberto Galván Melquizo,
pero sería en realidad ocupada por familiares de García Ábrego.135
Juan García Ábrego tenía un número no especificado de almacenes en Mon-
terrey. Era poseedor de los ranchos El Coyote, en las proximidades de Reynosa; El
Venado, en Monterrey; La Pita y Las Amarillas, también en la misma localidad
130
El Universal (2012), “Investiga pgr a 3 ex mandatarios del pri”, 31 de enero, versión en línea.
131
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, p. 49.
132
Ibid., pp. 50-51.
133
Ibid., p. 50.
134
Ibid.
135
Ibid.
neoleonesa.136 Esta última habría tenido un valor de 500 000 dólares. Además, en
tal zona, García Ábrego poseía diversas fincas, conocidas como Las Quintas, y otra
propiedad más en Villa Juárez.137
Desde luego, los movimientos financieros y patrimoniales descritos no fueron
necesariamente los únicos; son sólo aquellos que fue factible detectar y que salieron a
relucir en el proceso penal seguido en contra de Juan García Ábrego. La determi-
nación y rastreo de operaciones similares pertenecientes a esta organización o, más
aun, a sus asociados y protectores, es una cuenta pendiente que difícilmente podrá
ser resuelta con los recursos limitados de la investigación académica. No obstante,
es probable que las operaciones sean igual de complejas y sus montos tanto o más
considerables.
Es preciso recordar que en la lógica de funcionamiento de la delincuencia
organizada aquí descrito, los operadores tradicionales de las actividades ilícitas no
son, de lejos, el único ni el más importante eslabón de la actividad delictiva. Las
ganancias de algunos actores que dentro de las instituciones pudieron haberse
beneficiado de estas actividades pudieran ser también significativas. El rastreo de
estas alianzas clandestinas, en términos de su dimensión patrimonial dentro del
suelo mexicano, constituye una incógnita deseable de resolver, pero que rebasa los
alcances de este trabajo, y requiere una metodología distinta, con fuentes de
informacióndiferentes a las aquí empleadas, no necesariamente disponibles en la
actualidad.
136
Ibid.
137
Ibid., p. 51.
138
La información corresponde a los documentos del juicio civil en contra del dinero en posesión
de Mario Ruiz Massieu, que se preparaba en la Corte federal de Houston, Texas, en 1995. Véase
United States of America v. $9 041 598.68 (Nine million forty one thousand, five hundred
ninety eight dollars and sixty eight cents), H-95-3182, United States District Court, Southern
District of Texas, Houston Division, 15 de junio, 1995, documento 1, p. 2. También se puede
acceder al documento con esta información: Case 4:95-cv-03182 Document 1 Filed in txsd on
06/15/95, p. 2.
139
Ibid., p. 4.
140
Ibid., p. 4. En el documento se asienta, por ejemplo, que el 28 de abril de 1994, Stergios realizó
un depósito de 264 940 dólares, de los cuales 228 300 correspondían a billetes de 20 dólares.
141
Ibid., p. 7.
si todo esto se podría realizar sin dejar rastro, respecto a la cuenta original. Stergios
prometió contactar de nuevo al ejecutivo y se rehusó a proporcionarle información
sobre dónde encontrarlo.142
Las autoridades de aduanas señalaron que contaban con información confiable
que permitía establecer que el ex subprocurador Mario Ruiz Massieu había recibido
dinero de organizaciones del narcotráfico a cambio de protección en sus operaciones
destinadas a introducir drogas psicoactivas en los Estados Unidos.143 En conse-
cuencia, la fiscal titular Gaynelle Griffin Jones y su asistente, Susan Kempner,
formularon una acusación civil que buscaba el aseguramiento total de los fondos
hallados en la cuenta de Mario Ruiz Massieu: 9 041 598.68 dólares.144
El caso se extendió por varios meses. En febrero de 1997, el testimonio de una
testigo que la fiscalía usaría en contra de Mario Ruiz Massieu se filtró a la prensa
mexicana, concretamente al semanario Proceso, a pesar de estar protegido bajo
sello por la corte de Houston, Texas. Según el abogado de Ruiz Massieu, Tony
Canales —el mismo que había defendido a Juan García Ábrego en 1996—, el
origen de la filtración era la propia Procuraduría General de la República en
México,que había recibido también copia del documento.145
La jueza Nancy F. Atlas, de la corte de Houston, reconocía que el documento
publicado por Proceso era el que la fiscalía había solicitado mantener bajo resguardo
e incluso comentaba que el artículo reproducía partes del interrogatorio que no
habían sido registradas. Según expuso la fiscalía, el resultado de la filtración era que
la testigo, bajo custodia de las autoridades estadounidenses, temía las represalias
que su testimonio podía acarrear sobre su familia radicada en México, de manera que
no deseaba ya testificar ante la corte. Otro testigo que permanecía aún en México
se encontraba ilocalizable y renuente a presentarse a rendir testimonio, por la mis-
ma razón.146 Las sospechas de la filtración recaían en Tony Canales, defensor de
Ruiz Massieu, quien insistió en que él no había tenido trato alguno con los reporte
ros mexicanos. El fiscal adjunto, Jesse Rodríguez, rechazaba que el Departamento
de Justicia hubiera compartido los testimonios de quienes llamaríaa comparecer
142
Ibid., p. 8.
143
Ibid.
144
Ibid., pp. 10-11.
145
Case 4:95-cv-03182, Document 125, Filed in txsd on 02/19/97, pp. 4-8. El entonces reportero
Carlos Marín publicó el documento en un artículo de Proceso (1997), “Un gran jurado en Hous-
ton ventilará lo que puede convertirse en el mayor escándalo narcopolítico. Testimonios obtenidos
por el Departamento de Justicia: Raúl Salinas Lozano, sus hijos Carlos, Raúl y Adriana, los herma-
nos Ruiz Massieu y Colosio, ligados a los principales capos”, 17 de febrero de 1997, versión cd.
146
Case 4:95-cv-03182, Document 125, Filed in txsd on 02/19/97, pp. 4, 5, 28 y 29.
Y los hechos que subyacen a estos ingresos por drogas, si así lo vemos, es que es-
tamos tratando con gente peligrosa. Quiero decir, dos figuras públicas han sido
asesinadas, usted sabe, en meses, los traficantes de droga han matado periodistas,
han matado fiscales en México.149
147
Ibid., p. 16.
148
Ibid., pp. 18, 29 y 30.
149
Ibid., pp. 29-30. Traducción libre del autor.
150
Ibid., p. 30.
151
Ibid., pp. 36-37.
152
New York Times (1997), “Secretary to Mexican Patriarch Discloses Links to Drug Barons”, 26 de
febrero, Nueva York, disponible en <http://www.nytimes.com/1997/02/26/world/secretary-to-
mexican-patriarch-discloses-links-to-drug-barons.html?src=pm>.
153
El contenido del documento se encuentra reproducido y traducido al español en Proceso (1997),
“Un gran jurado en Houston…”, 17 de febrero; una versión en inglés que puede consultarse en
línea está en el sitio web del Public Broadcasting Service (pbs), (1997), “Mexican news reports
on the scandals”, disponible en <http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/mexico/news/
proceso.html>.
154
Ibid.
155
Ibid. Paradojas de la vida, la proclamación oficial de José Francisco Ruiz Massieu como precan-
didato del pri al gobierno de Guerrero tuvo lugar el 12 de agosto de 1986, un día antes de la
reunión del presidente Miguel de la Madrid con el senador Deconsini, quien pretendía advertirle
de la participación de gobernadores mexicanos en la protección al narcotráfico. Véase Diario de
Nuevo Laredo (1986), “Ruiz Massieu destapado del pri para Guerrero”, 12 de agosto, Nuevo
Laredo, p. 1A.
156
Ibid.
157
Ibid.
158
Case 4:95-cv-03182, Document 126, Filed in txsd on 02/20/97, pp. 8-11.
159
Ibid., p. 12.
160
El Universal (2005), “Siempre he sido inocente: Raúl Salinas”, 14 de junio, versión en línea.
161
Esta lista de testigos se encuentra en Case 4:95-cv-03182, Document 173, Filed in txsd on 03/
07/97, pp. 1-6.
162
Case 4:95-cv-03182, Document 195, Filed in txsd on 03/15/97, pp. 1-7.
163
Case 4:95-cv-03182, Document 214, Filed in txsd on 04/25/97, pp. 20-24.
Esta empresa era apoyada por funcionarios públicos que incluían, de manera
no limitativa, al entonces subprocurador, Mario Ruiz Massieu, al visitador general,
Jorge Stergios, y al jefe de la Policía Judicial Federal, Adrián Carrera Fuentes, así
como a otros mandos de corporaciones policiacas estatales. También a líderes de
las organizaciones mexicanas del tráfico de drogas, como Amado Carrillo Fuentes
y Juan García Ábrego.164
En consecuencia, el 25 de abril de 1997 concedió al Departamento de Justicia
de los Estados Unidos la totalidad del dinero asegurado en la cuenta del ex
subprocurador,salvo los 1 100 000 dólares que el jurado había estimado proceden-
tes de actividades no ilícitas.165 Mario Ruiz Massieu apeló la determinación de la
jueza, pero el 8 de enero de 1999 recibió la confirmación del veredicto por parte
de la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito.166 En agosto, una corte de Hous-
ton le fincaría 25 cargos por lavado de dinero. Se suicidó en septiembre de 1999 en
su apartamento de Nueva Jersey, donde se encontraba bajo arresto domiciliario.167
164
Ibid.
165
Case 4:95-cv-03182, Document 215, Filed in txsd on 04/25/97, p. 1.
166
Case 4:95-cv-03182, Document 243, Filed in txsd on 03/02/99, pp. 1-35.
167
Texas City Sun (1999), “Former Mexican prosecutor commits suicide in the US”, 16 de
septiembre,p. 6.
168
agn, Arch. Pres. alm, exp. 541/248, fojas sin numerar.
169
Centro de Inteligencia Antinarcóticos del Estado Mayor de la Defensa Nacional (Cian). Avances
en el Análisis del Narcotráfico en México, 2 de septiembre de 1995. Citado en Flores Pérez,
C.A. (2009), op. cit., pp. 195-197. Pueden verse también referencias al respecto en Boyer, Jean
Francois (2001), La guerra perdida contra las drogas. Narcodependencia del mundo actual, Grijalbo,
México, pp. 115-143.
170
La Jornada (1998), “Raúl, el hermano mayor, protector de cárteles, señala Del Ponte”, 21 de
octubre, disponible en <http://www.jornada.unam.mx/1998/10/21/ponte.html>.
171
Las cifras reportadas por la prensa mexicana no coinciden: en junio de 1996 el diario Reforma pu-
blicó que le habían sido asegurados alrededor de 100 millones de dólares, depositados en diversas
cuentas en Banque Pictet, Citibank-Zurich, Julius Bèer Bank y Banque Edmond de Rothschild.
Véase Reforma (1996), “Deposita su confianza en Suiza y Citibank”, 3 de junio. En octubre de
1998, la fiscalía suiza anunció oficialmente que había confiscado 114 millones de dólares pertene-
cientes a Raúl Salinas, depositados principalmente en bancos suizos y británicos. El Norte (1998),
“Confisca Suiza fortuna de Raúl”, 21 de octubre. No obstante, años después, La Jornada refiere
una cantidad que se habría acercado a los 150 millones de dólares: “Imposible, que Raúl Salinas
reciba un peso del dinero que Suiza le congeló, según pgr”, 19 de junio de 2008. El periódico El Norte
hace referencia a 105 millones de pesos: “Regresará Suiza dinero de Raúl”, 28 de marzo de 2008.
172
El Norte (1998), ”Revela Policía Suiza errores de EU- nyt”, 5 de agosto.
173
La Jornada (1997), “Carlos Peralta, ex directivo de Iusacell, prófugo por fraude fiscal”, 3 de mar
zo, México, versión en línea. Peralta relataría ser financiador de la campaña de Carlos Salinas de
Gortari a la presidencia de la República, en 1988. En 1997, la pgr ejercitó acción penal en su
contra, por evasión fiscal, por declarar recursos menores a los efectivamente recibidos entre 1992
y 1995, periodos que coinciden con la administración salinista.
174
Reforma (1996), “Otro socio de Raúl”, 28 de junio, México, versión en línea.
175
La Jornada (2003), “Demanda Raúl Salinas al dueño de TV Azteca el pago de 29.8 millones de
dólares”, 17 de julio, México, versión en línea.
176
El Norte (2002), “Da Suiza a pgr dinero de Raúl”, 7 de junio, Monterrey, versión en línea.
177
El Norte (1996), “Admite empresario dar dinero a Raúl”, 28 de enero, Monterrey, versión en
línea.
178
Reforma (2008), “Era dinero de Hank y González”, 19 de junio, México, versión en línea.
179
La Jornada (2006), “Cierran juicio hoy en Francia contra Raúl Salinas de Gortari y Adriana La-
garde”, 2 de mayo, México, versión en línea. Véase, también, La Jornada (2006), “La fiscalía de
París no apelará la absolución a Raúl Salinas”, 16 de mayo.
Barrera.183 Tras su desaparición, Roberto Polo fue detenido y recluido en Italia, país
del cual pudo salir tras el pago de una fianza. La Interpol lo detuvo de nuevo en
los Estados Unidos, de donde fue extraditado a Suiza.
El juicio que concluyó la cuestión tuvo lugar en junio de 1995, en la mencio-
nada ciudad de Ginebra. Para su desahogo, acudieron a testificar el propio Martínez
Manautou y Pablo Aramburuzabala. Este último estuvo impedido de último mo-
mento por su precario estado de salud, lo sustituyó su esposa, quien señaló que la
causa por la que su marido decidió sacar del país parte de su fortuna, a través de
este procedimiento, fue el riesgo de congelamiento de cuentas hacia finales de la
administración de José López Portillo.
Por su parte, Martínez Manautou aseguraba haber puesto toda su fortuna en
manos de Roberto Polo, aunque hechos evidentes ponían en entredicho su afirma-
ción: al arribar a la corte suiza lo hizo a bordo de una comitiva integrada por seis
automóviles —entre ellos un Porsche negro del cual descendió—, acompañado
por 12 abogados de diversas nacionalidades y cuatro guardaespaldas. El ex gober-
nador adujo razones similares a las expuestas por Lucrecia de Aramburuzabala, y
añadió además que para él, en su calidad de político, era de suma importancia la
confidencialidad de sus inversiones, puesto que “en mi país todos los políticos
tienen sus capitales fuera, para evitar las críticas y especulaciones del pueblo”.184
Al ser inquirido por el abogado defensor sobre el origen de la considerable
fortuna que reclamaba —60 millones de dólares, según se había precisado a lo
largo del proceso—, Martínez Manautou aseguró que era producto de la venta de
ganado realizada por su esposa.185 Según lo expuesto en el juicio, sus tratos con
Roberto Polo se iniciaron durante su gestión como gobernador de Tamaulipas, por
el consejo de su secretaria particular. Por su parte, Roberto Polo recibió una sen-
183
Proceso (1993), “Roberto Polo era ejecutivo de cuenta en el Citibank. Zapata, designado por López
Portillo para investigar el saqueo, también sacó del país millones de dólares”, 8 de febrero, versión cd.
184
El Correo. La Revista de Tamaulipas (1995), “Martínez Manautou, exhibido”, 7 de julio, año III,
núm. 60, número especial: “A juicio en Suiza, la corrupción de Martínez Manautou”, s.l., p. 5.
El artículo se encuentra escaneado y publicado en línea en el sitio web de Roberto Polo: <http://
www.robertopolo.com/media/polomedia/documents/trials_press/31.pdf>. Una nota similar se
puede encontrar en Proceso (1995), “Soy político y en México todos los políticos tenemos dinero
fuera: ex gobernador. Los sacadólares Martínez Manautou y Aramburuzabala ganaron el juicio al
inversor Roberto Polo”, 26 de junio, versión cd.
185
El Correo. La Revista de Tamaulipas (1995), “Martínez Manautou, exhibido”. Esa fue la cifra que la
prensa refirió en 1995. En 1993, Martínez Manautou había declarado que, junto con intereses,
la suma que había proporcionado a Polo era de 55 millones de dólares. Véase Proceso (1993),
“Martínez Manautou, al fiscal…”.
tencia condenatoria por parte de las autoridades suizas y fue obligado a reparar el
daño a Rostuca Holdings, Ltd. y Aida, Ltd., por una cantidad que fue reducida a
61.8 millones de dólares.186 En su sitio web ha publicado documentación que
muestra los poderes concedidos para la administración de sus inversiones por
parte de algunos de sus clientes, entre ellos, Pablo Aramburuzabala y Emilio Mar-
tínez Manautou. En este último caso, uno de los coapoderados era en efecto María
de Lourdes Argüelles, secretaria particular del entonces gobernador Emilio Mar-
tínez Manautou.187
Que la cantidad en disputa no constituía la totalidad de la fortuna de Emilio
Martínez Manautou se deduce de otras informaciones. En 1993, el semanario Pro-
ceso dio a conocer la existencia de documentación donde Martínez Manautou
hacía referencia a otra cuenta bancaria en Suiza, giraba instrucciones a los ejecutivos
de su empresa Rostuca Holdings para vender el oro que poseía e invertir el monto
obtenido en dólares. Incluso disponía que a su muerte, su fortuna debía dividirse
entre cinco beneficiarios.188 Todavía en 2007, su hija Leticia Martínez de González,
litigaba en las cortes estadounidenses una inversión que Emilio Martínez Manau-
tou había establecido en los Estados Unidos, por siete millones de dólares, admi-
nistrada por la compañía financiera Merrill Lynch.189
Emilio Martínez Manautou falleció el 24 de diciembre de 2004, en su rancho
El Mezquite, ubicado en San Fernando, Tamaulipas.190 El valor de su fortuna y
propiedades nunca fue determinado, lo mismo que su origen. No obstante, tan
sólo a la luz de la evidencia apuntada, es claro que difícilmente podría ser este úl-
timo producto de sus ingresos oficiales como funcionario público, a pesar de los
altos cargos desempeñados.
En septiembre de 1993, la madre de Roberto Polo, María Teresa Polo, acusaba
al ex gobernador de estar involucrado en actos de corrupción y narcotráfico. En con-
creto, afirmaba que Martínez Maunautou había utilizado una aeronave Turbo
Commander 1000-82, con matrícula XB-DSF, para traficar droga a los Estados
Unidos. Añadió que este avión se hallaba estacionado en un hangar del aeropuerto
de la ciudad de México. El semanario Proceso verificó que, en efecto, semejante
avión se había encontrado en ese lugar, en el hangar de una compañía de nombre
186
Ibid., p. 12.
187
Lo anterior se puede verificar en esta página web, a la que se accedió en febrero de 2012: <http://
www.robertopolo.com/media/polomedia/documents/trials_documents/9.pdf>.
188
Proceso (1993), “Cómo operaba Martínez Manautou…”.
189
Justia US Law (s.f.), “Matter of De González v. Custodian of Records of USB AG”, disponible
en <http://law.justia.com/cases/new-york/other-courts/2007/2007-50553.html>.
190
El Norte (2004), “Muere ex gobernador de Tamaulipas”, 27 de diciembre, versión en línea.
Avitec y, posteriormente, en otro operado por Servicios Aéreos del Centro. Según
lo expuesto por la revista, Martínez Manautou lo habría vendido en McAllen,
Texas, a través de un intermediario, por un millón de dólares.191
La información no abundó en mayor medida y, aunque en otro contexto se-
mejantes afirmaciones podrían ser desestimadas como parte de las controversias
entre las partes debido a su disputa legal, el hecho es que los ingentes recursos ex-
hibidos por el ex gobernador y las relaciones examinadas a lo largo de estas páginas
no permiten desechar, sin mayor trámite, la hipótesis de su veracidad.
De nuevo en Tamaulipas, hasta 1995, la mayor parte de detenciones de trafi-
cantes de drogas en esta entidad sería de integrantes de grupos rivales al propio de
Juan N. Guerra y Juan García Ábrego, o por lo menos no afectarían de manera
definitiva al núcleo central de la organización. Juan N. Guerra fue detenido en
1991, pero pronto fue puesto en libertad. Murió libre, por causa de insuficiencia
respiratoria, en Matamoros, en julio de 2001.192 Juan García Ábrego no sería de-
tenido sino hasta enero de 1996.
En 1989, a pregunta expresa sobre su carácter de político, dadas las versiones
públicas de que había financiado diversas campañas proselitistas en Tamaulipas, el
propio Juan N. Guerra señaló: “Político no soy […] pero sí soy amigo de ellos. Eso
sí, soy priista, siempre lo he sido y voto por sus candidatos”, y según narró el re-
portero, mostró su credencial de afiliación al pri.193
Tales declaraciones fueron expresadas poco tiempo después de la celebración
de un acto oficial en el que se reinauguraba un camino vecinal, que desembocaba
en una propiedad de Juan N. Guerra. La prensa aseguraba que la obra había sido
desarrollada mediante recursos del Programa Nacional de Solidaridad, vigente en
esos años. Según la nota informativa, entre los asistentes se encontraban el senador
Manuel Cavazos Lerma y el diputado federal Tomás Yarrington.194 Ambos legisla-
dores priistas se convertirían a la postre en gobernadores de la entidad.
Por otra parte, es de destacarse que en 1993, una propiedad perteneciente a
Humberto García Ábrego —hermano de Juan—, ubicada en Monterrey, fue ca-
teada por agentes de la Policía Judicial Federal. En una finca inmediataa la misma
se halló una carta de navegación que mostraba que uno de los sitios predilectos de
descarga de cocaína utilizado por la organización era Akumal, en el municipio
191
Proceso (1993), “Martínez Manautou tuvo en México un avión de ‘gran capacidad y fácil manejo’;
lo vendió en McAllen”, 6 de septiembre, versión cd.
192
El Universal (2002), “Falleció el fundador del Cártel del Golfo”, 12 de julio, versión en línea.
193
Proceso (1991), “A los 77 años y en silla de ruedas. ‘New York Times’ censuró la impunidad en Mé
xico y en seguida la Judicial capturó a Juan N. Guerra”, 28 de octubre, versión electrónica.
194
Ibid.
de Solidaridad, Quintana Roo. En las playas cercanas a ese punto se había incau-
tado una tonelada de cocaína, entre el 28 de agosto y el primero de diciembre de
ese año.
En el cateo, los agentes policiacos encontraron relaciones con una empresa
inmobiliaria llamada David-Laura, radicada en Akumal, Quintana Roo. Entre los
socios figuraba una mujer de nombre Laura Bush.195 Existe una homónima al
frente del complejo turístico asentado en Akumal; se trata de la hija de Pablo Bush
Romero, el empresario que fundó ese hotel de lujo;196 el mismo que en 1945 or-
ganizaba la recepción del entonces candidato presidencial Miguel Alemán Valdés
en Matamoros, Tamaulipas,197 y que en 1947 había vendido su New England Fuel
and Oil Company a un grupo de petroleros texanos.198
195
Valle (1995), El segundo disparo…, p. 172.
196
Véase <http://www.hotelakumalcaribe.com/akumal/community_issues/scholarship.asp>.
197
El Tiempo de Laredo (1945), “Preparativos para la recepción de Alemán en Nuevo Laredo”, 19 de
octubre, Laredo, Texas, p. 1.
198
Lubbock Evening Journal (1948), “Mexican firm sold to Texans”, 22 de marzo, Lubbock, Texas,
p. 12.
encontradas que sostenían que el lugar de nacimiento de García Ábrego había sido La Paloma,
Texas, y otras que señalaban que había nacido en el rancho La Puerta, ubicado en Matamoros,
Tamaulipas. Véase El Norte (1996), “¿Será de aquí o de allá?: es estadounidense, insiste Relacio-
nes...”, 17 de enero, Monterrey, versión electrónica. Véase, también, El Norte (1996), “…Y el
padre afirma que sí es mexicano”, 17 de enero, Monterrey, versión electrónica.
200
El Norte (1996), “Era buscado en NL desde el 93”, 16 de enero, Monterrey, versión en línea.
201
El Norte (1996), “Son profesionales del crimen”, 18 de enero, Monterrey, versión electrónica.
202
El Norte (1996), “Subprocurador toma investigaciones”, 18 de enero, Monterrey, versión en
línea.
203
El Norte (1989), “Delata Chao a otros 15 implicados. Revelan que la lista incluye a Rubén Za-
razúa, Leopoldo del Real y al capitán Torres Espejo, entre otras personas de Nuevo León y de
Tamaulipas”, 13 de julio, Monterrey, versión en línea. Chao señalaba también a Rubén Zarazúa
Rocha, ex procurador de Nuevo León y al capitán Jesús Torres Espejo, ex director de la Policía
Judicial de ese estado.
204
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Rafael Chao López, dfs, legajo único, fojas 11-
13.
205
Proceso (1996), “Monterrey, zona del silencio del dinero, despertó a balazos, rumores, sospechas
y renuncias”, 22 de enero, versión cd.
nada por Carlos Reséndez, uno de sus principales asociados y uno de los testigos
estelares de la fiscalía estadounidense en el juicio seguido en contra de aquél.206
No obstante, en el periodo inmediato al asesinato, el hecho de que el crimen
hubiera sido cometido un día 17, fecha predilecta de García Ábrego para ordenar
homicidios, se sumó a esta hipótesis.207 El 21 de febrero, Mario Benavides Caba-
llero, coordinador de la Policía Judicial del estado de Nuevo León, fue detenido
bajo el cargo de ser copartícipe en el asesinato del abogado Del Real. Información
publicada por El Norte, que tenía como fuente un informe del fbi, vinculaba a
Benavides con Juan García Ábrego y Guillermo González Calderoni.208
A la luz de semejantes hechos, y debido a las dudas despertadas por la consi
deración de los personajes reunidos en el momento del homicidio, la remoción de
funcionarios se inició prácticamente de manera inmediata. El 29 de enero, el pro
pio procurador general de justicia del estado, David Cantú Díaz, renunció al cargo
tras reunirse con el gobernador Sócrates Rizzo.209 Originalmente había señalado
que el homicidio del abogado no tenía nada que ver con la detención de García
Ábrego.210 De cualquier manera, la situación se hizo insostenible cuando los me-
dios publicaron una carta enviada por Del Real a la presidencia de la República,
donde señalaba presuntos nexos entre el procurador estatal y las organizacionesdel
tráfico de drogas211 y, más tarde, otra que Del Real dirigía al propio procurador
Cantú, donde el primero le recriminaba por diversas cuestiones, entre ellas, faltar
a acuerdos que habían establecido para torcer la labor de la procuraduría estatal en
función de sus propios intereses.212
En estas condiciones, el gobernador Sócrates Rizzo dimitió de su cargo unos
meses después, el 18 de abril de 1996.213 A diversos escándalos de corrupción se
sumó el hecho de que un testigo lo implicó en el crimen de Del Real. Este testigo,
206
Proceso (1996), “En su captura, por una delación, participó un agente de la dea. El juicio de
García Ábrego, una vieja historia reciclada”, 14 de octubre, versión cd.
207
El Norte (1996), “Ese día 17 hace recordar a García Ábrego”, 19 de enero, Monterrey, versión en
línea.
208
El Norte (1996), “Lo implica el fbi con García Ábrego”, 22 de febrero, Monterrey, versión en lí-
nea. Véase, también, El Norte (1996), “Sí, es mi amigo… mi hermano”, 22 de febrero, Monterrey,
versión en línea.
209
El Norte (1996), “Renuncia David Cantú”, 29 de enero, Monterrey, versión en línea.
210
El Norte (1996), “Subprocurador toma investigaciones”, 18 de enero, Monterrey.
211
El Norte (1996), “Renuncia David Cantú”, 29 de enero, Monterrey.
212
El Norte (1996), “Involucra a David Cantú otra carta de Del Real”, 12 de marzo, Monterrey,
versión en línea.
213
La Jornada (1996), “Renuncia Rizzo García en NL”, 18 de abril, México, versión en línea.
Arturo Flores Loera, fungió originalmente como tal para las autoridades locales,
que sólo señalaron su implicación hacia el ex procurador David Cantú, y después
lo liberaron. Posteriormente, Flores Loera sería reaprehendido por los federales,
ante los cuales ratificaría semejantes vinculaciones, pero reiteraría sus señalamientos
hacia Rizzo.214
El testigo implicaba como autores materiales al policía judicial estatal Homero
Villasana y al ya mencionado coordinador de esa misma corporación, Mario Bena-
vides. Aseguraba además que David Cantú había pagado al ex comandante de la
Policía Judicial Federal, Guillermo González Calderoni, para planear el homicidio
de Leopoldo del Real, quien presuntamente tenía un diferendo con la hermana de
Rizzo, por una deuda no subsanada de 15 millones de dólares a favor del litigante.215
Quince años más tarde, la polémica volvería a caer sobre el ex gobernador
Rizzo. Varios medios de comunicación reprodujeron sus declaraciones expresadas
en un foro organizado por la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autó-
noma de Coahuila, en Saltillo, donde señaló que la violencia en el país se había
incrementado a partir de la desaparición de los acuerdos entre las autoridades y las
organizaciones del tráfico de drogas:
214
La Jornada (1996), “Presunto testigo acusa a David Cantú de mandar matar a Del Real”, 15 de
marzo, México, versión en línea. Véase, también, La Jornada (1996), “Rizzo, interrogado durante
14 horas”, 24 de julio, Monterrey, versión en línea.
215
La Jornada (1996), “Comparecerá Rizzo ante el juez del caso Del Real, informa Clariond”, 19 de
julio, Monterrey, versión en línea.
216
Milenio (2011), “Sócrates Rizzo admite narcopactos durante gobiernos priistas”, 24 de febrero,
versión en línea.
217
Ibid.
pendiente cometido por personajes asociados previamente con él, y en general con
el negocio del tráfico de drogas en la región noreste, pero llevado a cabo por mo-
tivos distintos, lo cierto es que el entramado del homicidio puso a la luz una red
de complicidades en Nuevo León que, en efecto, fueron también en su momento
favorables a la organización del tamaulipeco.
Un día antes del homicidio de Del Real, el director de la Policía Judicial del
estado, Fernando Garza Guzmán, testigo material del crimen, señaló en referencia
al cuestionamiento planteado por un reportero, respecto a la posibilidad de que la
detención de García Ábrego trajera consigo escenarios de disputa y violencia entre
los grupos criminales: “Nuevo León no es lugar para las bandas organizadas de
narcotraficantes; para ellos, aquí es como un santuario”.218 El funcionario añadió
que la detención del traficante constituía muestra de que en ese estado no había
impunidad.
No obstante, tanto el propio Garza Guzmán como el entonces procurador,
David Díaz Cantú, reconocieron que se enteraron 18 horas después del operativo,
a través de los medios de comunicación, sin contar con ninguna información
previa. El vocero de la delegación estatal de la pgr, Óscar Díaz Rodríguez, señaló
que la confidencialidad había sido mantenida al máximo, debido a la importancia
de la organización criminal y su líder.
Díaz Rodríguez agregó que la operación había sido realizada por tan sólo 15
agentes de la Policía Judicial Federal, aunque el periódico El Norte señaló que
fuentes no oficiales referían que ésta se había llevado a cabo por 60 elementos.219
El comandante que realizó la detención de Juan García Ábrego fue Horacio Brunt
Acosta, quien en 1994 era subdelegado de la Policía Judicial Federal en Tamaulipas.
En ese año, Brunt había detenido ya a Humberto García Ábrego, hermano de
Juan, requerido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público por lavado de dine-
ro.220 En 1996, la detención de Juan le había representado múltiples elogios e in-
cluso un ascenso.221
No obstante, la versión épica de la captura expuesta por las autoridades de la
pgr, fue recibida con ironía por el semanario Proceso. Cuando esa dependencia
218
El Norte (1996), “Descarta la pj guerra de narcos”, 16 de enero, Monterrey, México, versión en
línea.
219
El Norte (1996), “…Y las policías del estado ni sabían”, 16 de enero, Monterrey, versión en línea.
220
El Norte (1994), “Aprehende la pgr a H. García Ábrego”, 21 de octubre, Monterrey, versión en
línea.
221
El Norte (1996), “Un policía mexicano ‘captura’ narcos y apoyos políticos”, 12 de abril, Mon
terrey, versión en línea.
222
Proceso (1996), “Monterrey, zona del silencio del dinero…”, 22 de enero.
223
Reforma (1996), “Organiza dirigencia Cártel del Golfo”, 22 de enero, versión en línea.
224
Reforma (1996), “En la mira”, 10 de noviembre, versión en línea. La enigmática figura de un
socio de García Ábrego, designado como don Paco, el Tío, o don Francisco, es mencionada en
varias ocasiones en Valle, Eduardo (1995), El segundo disparo...Véase, por ejemplo, pp. 121, 122,
171 y 172.
225
Reforma (1997), “Cárteles mexicanos/violencia desatada (VII)”, 14 de septiembre, versión en
línea.
226
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, p. 49.
227
Ibid., pp. 32-33.
228
Reforma (1995), “Liberan a García Ábrego”, 23 de septiembre. Sobre su recaptura, véase Reforma
(1995), “Detienen de nuevo a García Ábrego”, 24 de septiembre.
229
La Jornada (1997), “Se esfuma Humberto García Ábrego cuando declaraba en el incd”, 1 de
marzo, versión en línea. Véase, también, La Jornada (1997), “Dos narcos y un juez escaparon
este año en forma similar”, 26 de octubre, versión en línea. La fecha exacta nunca fue precisada.
Aparentemente, la pgr evitó que la noticia se difundiera hasta después de que México recibiera
la certificación que entonces concedía el gobierno estadounidense a sus homólogos en materia
de lucha contra el tráfico de drogas. La procuraduría mexicana sólo hizo pública la información
hasta el 28 de febrero, según consigna esta nota. Véase, también, El País (1997), “Un ‘narco’
mexicano de la sede policial a mitad de su declaración. La noticia se conoció después de la
‘certificación’ de EEUU”, 2 de marzo, disponible en <http://elpais.com/diario/1997/03/02/in-
ternacional/857257206_850215.html>. Los militares que lo custodiaban eran el coronel José
Félix Name Rodríguez y el capitán Luis Rodríguez Rivera. Véase La Jornada (1997), “El capo,
aún preso: su abogado; versión de que ayudó a atrapar a Malherbe”, 2 de marzo, versión en
línea. Meses más tarde, se hace referencia a otros dos coroneles: Juan Edgardo Zedillo y Roberto
Martínez Martínez, según puede apreciarse en la nota ya referida: La Jornada (1997), “Dos narcos
y un juez…”.
nido por su vinculación con Amado Carrillo Fuentes.230 Proceso publicó informa-
ción que apuntaba a vínculos semejantes por parte de otros integrantes de esa
dependencia.231
El periódico La Jornada consignó versiones que señalaban que Humberto
había sido deliberadamente puesto en libertad como parte de una negociación, a
cambio de que ayudara a atrapar a Óscar Malherbe, quien se suponía era el líder
en funciones de los remanentes de la organización.232 Por su parte, Óscar Malherbe
fue aprehendido tan sólo unos días después de la inexplicable desaparición de
Humberto, el 27 de febrero de ese mismo año.233
De inmediato, tras su fuga, Humberto García Ábrego obtuvo un amparo
ante el juzgado tercero de distrito, dirigido entonces por la jueza Olga Sánchez,
para evitar ser aprehendido nuevamente por la pgr bajo los cargos de asociación
delictuosa y lavado de dinero, averiguación ya consignada ante el juzgado quinto,
con sede en Matamoros. Se le condicionaba a presentarse a declarar en cuanto el
juez matamorense hiciera oficial la orden de aprehensión.234
230
NY Daily News (1997), “Soldiers Nab Mexico Drug Czar in Raid”, 19 de febrero, disponible en
<http://articles.nydailynews.com/1997-02-19/news/18027264_1_drug-czar-traffickers-barry-
mccaffrey>.
231
Proceso (1997), “Expediente SC/02/97/XII-E, Ministerio Público de la Primera Zona. Informe
militar sobre el general Gutiérrez Rebollo: otros oficiales del ejército, agentes y comandantes del
incd y de la pgr, cómplices de Amado Carrillo”, 24 de febrero, versión cd.
232
La Jornada (1997), “El capo, aún preso…”, 2 de marzo, versión en línea.
233
Ibid. Véase, también, The Washington Post (1997), “Mexican Judge Frees Alleged Major Narcotics
Figure as Another Is Nabbed”, 1 de marzo, versión en línea. Esta����������������������������������
última nota consigna informa-
ción surgida en relación a una propiedad adquirida en Colombia, presuntamente por Adriana
Salinas de Gortari, hermana del ex presidente, y relacionada con Pablo Emilio Escobar Gaviria.
En un fax dirigido a diversos medios de comunicación, Adriana Salinas negó categóricamente su
vinculación con este asunto.
234
Había estado detenido anteriormente por evasión y defraudación fiscal. El Segundo Tribunal Co-
legiado de Tamaulipas le concedió un amparo definitivo por esta causa. Véase La Jornada (1997),
“Obtiene Humberto García Ábrego otro amparo; teme orden de captura”, 26 de marzo, versión
en línea.
235
Astorga, Luis (2005), op. cit., El siglo de las drogas…, p. 167.
236
Reforma (1997), “A un año de la caída del capo; Matamoros ya tenía dueño”,14 de enero, versión
en línea.
el Checo y la desaparición de Rafael Olvera el Raffles. 237 Una nota posterior señaló
que existían versiones de que ambos personajes habían “traicionado” a la organi-
zación del Golfo tras la captura de García Ábrego y habían aceptado trabajardi-
rectamente para Amado Carrillo, según señaló al reportero una fuente policial.238
De cualquier manera, la propia muerte de Carrillo, el 4 de julio de 1997, año
y medio después del colapso de la organización de Juan García Ábrego, dejó vacíos
que implicaron una recomposición de las estructuras del narcotráfico en todo el
país y que habrían de repercutir también en Tamaulipas.
No es sino hasta 1998 que una nueva figura comienza a cobrar notoriedad en
el tráfico de drogas tamaulipeco. En agosto de ese año, la prensa nacional informa de
la fuga de dos traficantes de una casa de seguridad de la Procuraduría General de la
República. Se trata de Ángel Salvador Gómez el Chava y su principal colaborador,
Osiel Cárdenas Guillén.239
Salvador Gómez comenzó a participar con el Cártel del Golfo a inicios de los
noventa en calidad de pistolero y tras haber sido agente de la Policía Preventiva y
de la Judicial del estado de Tamaulipas, y de haber fungido como “madrina” de la
Policía Judicial Federal, en el occidente del país —se mencionan especialmente los
estados de Jalisco y Sinaloa—, durante los años ochenta.240 Ya había escalado po-
siciones durante el dominio de García Ábrego, tras la detención de figuras como
Luis Medrano y José Luis Sosa Mayorga. En abril de 1996 había sido detenido
junto con varios integrantes de la organización.241
No obstante, según muestra la información de medios, al poco tiempo estaba
de nuevo en escena. Después del cisma de 1996 con la detención del propio García
Ábrego y sus principales lugartenientes, el Chava Gómez comenzó a disputarse el
237
Ibid.
238
Reforma (1997), “Cárteles mexicanos/violencia desatada (VII)”, 14 de septiembre. Olvera y Gó-
mez eran operadores de la organización en Matamoros. El 28 de marzo de 1996, Rafael Olvera
fue secuestrado y presuntamente ejecutado, mientras que El Checo fue encontrado el 26 de mayo
muerto de un tiro en la cabeza en un paraje de Valle Hermoso.
239
Reforma (1998), “Se fugan narcos en poder de pgr”, 25 de agosto, versión en línea.
240
Reforma (1998), “Detienen a capo del Cártel del Golfo”, 7 de junio de 1998, versión en línea.
241
Reforma (1996), “Detienen a miembros del Cártel del Golfo”, 2 de abril, versión en línea. Los
detenidos eran Juan Manuel Lizardi García, Marco Antonio Hernández Rivera, Juan Carlos de
la Peña Gómez, Ángel Trinidad González Gómez, César Reyes Villarreal, Héctor Santos Herrera
Mata y Ángel Salvador Gómez Herrera el Chava Gómez. La nota refiere información extraoficial
que señalaba el aparente intento de intereses no identificados explícitamente, pero que, se infiere,
eran figuras de autoridad. Su pretensión era consolidar a Antonio Ávila o Domingo Ávila en el
tráfico de drogas local. Con este objetivo, Rafael Olvera el Raffles habría sido desaparecido y
el propio Salvador Gómez el Chava, arrestado.
control de algunas zonas del estado con otros personajes de mediano poder en
el tráfico de drogas local, como Hugo Baldomero Medina Garza. La confrontación
de los dos traficantes aparece relatada en Reforma a finales de 2000, donde se da
cuenta de la trayectoria de Baldomero Medina, a quien apodaron El Señor de los
Tráilers. Medina recibió incluso un balazo en el rostro, por parte de pistoleros de
el Chava Gómez, que pretendían eliminarlo en una reunión entre ambos personajes.
Años después, tras la muerte de Gómez, Medina pretendió regresar a Tamaulipas,
pero la organización de Osiel Cárdenas le impidió traficar en la zona norte del
estado.242 Medina mantuvo durante un tiempo sus operaciones en la región sur de
Tamaulipas, hasta que fue detenido a principios de noviembre de 2000.243
Aunque algún funcionario de la pgr expresó que Baldomero era uno de los
dos sucesores de García Ábrego,244 la realidad es que el personaje parecía un tanto
sobredimensionado ante la opinión pública, cuestión usual en las tradicionales
presentaciones de presuntos delincuentes detenidos. De acuerdo con otra nota
publicada por el mismo diario, Hugo Baldomero Medina Garza aparecía en infor-
mes de corporaciones estadounidenses no como un gran introductor de cocaína a
ese país, sino como mero contrabandista de mariguana. Su papel se limitaba a cruzar
esta droga por la frontera, contratado por diversas organizaciones. Se mencionaba,
por ejemplo, que había desempeñado esa tarea al servicio de la organizaciónde
Amado Carrillo y de la propia de García Ábrego.245
Como se señaló más arriba, en junio de 1998, Salvador Gómez y Osiel Cár-
denas fueron detenidos en Matamoros y trasladados a la capital de la República.246
La atención de los medios se centró en Gómez, sin que Osiel Cárdenas recibiera
mayor referencia.
Unos meses más tarde, en agosto, la entonces Fiscalía Especializada para la
Atención de Delitos Contra la Salud (feads), que había sustituido dentro de la pgr
al incd, tras el escándalo de Gutiérrez Rebollo, proporcionó información a los
medios de comunicación, a raíz de la fuga de tales personajes. La dependencia
señaló que el Chava Gómez era ubicado como traficante de rango medio, con ca
pacidad de control sobre las plazas de Reynosa y Matamoros y continuó, por
242
Reforma (2000), “De la cafetería al narcotráfico”, 31 de diciembre, versión en línea.
243
Reforma (2000), “Detienen a sucesor de García Ábrego”, 3 de noviembre, versión en línea.
244
Ibid.
245
Reforma (2000), “Un informante de la dea”, 31 de diciembre, versión en línea.
246
Reforma (1998), “Detienen a capo…”, 7 de junio de 1998. Con ellos fue detenido un agente de
la Policía Federal de Caminos, que les escoltaba y a quien no se identificó.
inercia, identificándolo como parte del Cártel del Golfo, a pesar de que ya no era
una organización coherente y cohesionada.247
El propio Salvador Gómez el Chava fue ejecutado un año después.248 Sus fa-
miliares denunciaron su desaparición a finales de junio de 1999.249 Su cuerpo sin
vida fue hallado el 2 de julio de ese año.250 Dos días después de que su cadáver
fuera sepultado, varios colaboradores suyos también fueron ejecutados. Mohamed
Alí Hamscho, Saúl y Desiderio Cerda, así como Raúl Álvarez, aparecieron en un
automóvil abandonado, vendados de los ojos, amordazados y con las manos
amarradaso esposadas. Todos ellos con un tiro en la cabeza.251 A pesar de que las
víctimas eran asociados de el Chava Gómez, el comandante de la Policía Ministerial
del estado (antes Policía Judicial), Daniel Medina, informó que su corporación
realizaba cateos en propiedades relacionadas con este grupo, e incluso que habían
detenido a otros integrantes de la misma, de los cuales sólo identificó a Roberto
Torres el Muertero.252
Prácticamente desde el hallazgo del cadáver de el Chava Gómez, la pgr señaló
que una de las hipótesis de su muerte era que su asesinato hubiera sido llevado a
cabo por su entonces socio, Osiel Cárdenas, con el objetivo de apoderarse de la
plaza.253 Años después, un testigo protegido de las autoridades señaló que la muerte
de Salvador Gómez era, en efecto, atribuible a Osiel Cárdenas Guillén.254
A partir de entonces, la figura de Osiel Cárdenas comienza a cobrar progresiva
fuerza en la estructura local del tráfico de drogas, enmarcada en un contexto de
creciente violencia. En 1999, el diagnóstico de la situación prevaleciente en el es-
tado de Tamaulipas fue expresado por el entonces titular de la feads, Mariano
247
Reforma (1998), “Se fugan narcos en poder de pgr”, 25 de agosto.
248
Reforma (1999), “Investiga la pgr muerte de capo en Tamaulipas”, 2 de agosto, versión en línea.
249
Reforma (1999), “Desaparece ‘El Chava’ Gómez”, 29 de junio, versión en línea. En un principio,
la familia de Salvador Gómez informó que su lugarteniente, Osiel Cárdenas, también estaba
desaparecido.
250
Sobre el hallazgo del cadáver, véase El Norte (1999), “Breves”, 2 de julio, versión en línea. Véase,
también, Reforma (1999), “Vinculan con narco a sobrino de ex gobernador”, 25 de julio, versión
en línea.
251
Salvador el Chava Gómez fue sepultado el 6 de julio de 1999, en el panteón Los Tomates, en
Matamoros. Reforma (1999), “Sepultan familiares a ‘El Chava Gómez’”, 7 de julio, versión en línea.
Sobre los colaboradores asesinados, véase Reforma (1999), “Ultiman a cuatro presuntos narcos”,
19 de julio, versión en línea.
252
Reforma (1999), “Ultiman a cuatro…”, 19 de julio.
253
Reforma (1999), “Investiga la pgr muerte de capo en Tamaulipas”, 2 de agosto.
254
El Norte (2003), “Logra Osiel ascenso veloz tras asesinar a sus aliados”, 15 de marzo, versión en
línea.
255
Reforma (1999), “Luchan narcos por la plaza”, 2 de agosto, versión en línea. Información sobre
esta disputa ya había sido publicada desde abril de ese año. Véase Reforma (1999), “Disputan
control del narco tres bandas en Matamoros, 21 de abril, versión en línea.
256
Astorga, Luis (2007), Seguridad, traficantes y militares. El poder y la sombra, Tusquets Editores,
México, pp. 119-120. El paréntesis en la cita es propio.
En todo caso, la hegemonía transexenal más clara no era aquella de los grupos
sinaloenses, sino la propia de la camarilla política que, según pudo apreciarse,
ubicó a varios de sus miembros en posiciones gubernamentales clave en los ámbitos
federal y locales, en diversas entidades y en la capital de la República, de manera
que sus intereses irregulares pudieran favorecerse y preservarse ante el paso del
tiempo. La camarilla fundadora de estas prácticas sería la de Miguel Alemán Valdés,
que posteriormente encontró relevos generacionales en los años cincuenta y
sesenta,de manera que su heredera reprodujo dinámicas análogas hasta mediados
de los años noventa. Personajes oriundos de los estados más afectados por seme-
jante fenómeno formaron parte de esas camarillas, sin que el criterio regional pa-
rezca de especial relevancia.
La dinámica del tráfico de drogas que se pudo apreciar en la información de-
sarrollada en estas páginas no muestra una subordinación histórica de los traficantes
tamaulipecos respecto a los sinaloenses. El Cártel del Golfo no irrumpió en la
escenasólo a partir de Juan García Ábrego; en realidad se trata de una organización
criminal que ya era partícipe relevante del tráfico de drogas, según reconocían las
propias instituciones de seguridad, desde varias décadas antes, bajo el liderazgo de
Juan N. Guerra. Este personaje contaba con una red de contactos políticos de alto
nivel, locales y federales, que mostró una continuidad virtualmente sin parangón,
donde además varios de ellos ocuparon las posiciones de poder de mayor jerarquía
en el país. Todo ello basado en una entidad que, en términos de dinámica política,
representaba el arquetipo del régimen posrevolucionario, al grado de que la opo-
sición política nunca ha logrado crecer ahí de manera significativa; más aun, donde
el propio rol de Guerra como delincuente no obstó para que se integrara, junto
con varios de sus familiares inmediatos, como actor en los procesos políticos loca-
les, incluso algunos de ellos lo harían como protagonistas directos. Todas estas
condiciones aunadas a su considerable longevidad permitieron que la organización
que encabezaba mantuviera un poder considerable, hasta que las propias autori-
dades decidieron confrontar, tras el final del sexenio 1988-1994, a las asociaciones
políticas que le eran favorables.
La delantera inicial —que representaba para los grupos de traficantes asentados
en la zona del noroeste mexicano contar con disponibilidad inmediata respecto a
la flora natural empleada para procesar drogas psicoactivas—, comenzó a hacerse
gradualmente relativa cuando la mercancía predilecta para el tráfico fue una de
importación: la cocaína. Según se vio en el capítulo primero, otros ejemplos his-
tóricos muestran que las ventajas comparativas para el tráfico de drogas no
dependensólo del acceso directo a semejantes cultivos: originalmente, Colombia
no cultivaba coca siquiera. El conocimiento sobre los métodos y las dinámicas del
Es probable que esta colaboración no fuera tampoco novedosa, sino que hu-
biera estado presente incluso cuando la figura de García Ábrego estaba ya consoli-
dada en Tamaulipas y la propia de Amado Carrillo iba en ascenso en el Cártel de
Juárez. Vale la pena desarrollar un poco la información al respecto.
En 1977, la dfs generó un documento donde analizaba específicamente las
actividades de tráfico de drogas en Ciudad Juárez, Chihuahua, desarrolladas por
una organización encabezada por Carmelo Avilés Pérez, Rafael Muñoz y Rafael
Aguilar Guajardo. El estudio atribuía a este último el segundo apellido de Gutiérrez
o Guajárrez.260 Estos personajes estaban ligados al grupo del entonces gobernador
y futuroprocurador general de la República, Óscar Flores Sánchez, ex subsecreta-
rio durante el gobierno de Miguel Alemán y partidario de la precandidatura de
Emilio Martínez Manautou a la presidencia de la República.261
Astorga se pregunta si el referido Carmelo Avilés era el hermano del traficante
sonorense asentado en Sinaloa, Pedro Avilés Pérez, y si los otros dos personajes son
Rafael Muñoz Talavera y Rafael Aguilar Guajardo;262 así parece, en efecto. Este
último, un contrabandista de drogas que paradójicamente terminaría convertido
en comandante de la propia dfs durante la década de los ochenta sería, junto con
Pablo Acosta Villarreal —que operaba desde Ojinaga, en el norte de Chihua
hua—, líder de la organización que con el paso del tiempo habría de denominar
se Cártelde Juárez. Estos individuos eran antecesores del propio Amado Carrillo
Fuentes, quien habría trabajado como uno de sus asociados y enlace, todavía de
dimensión media, con los traficantes sinaloenses asentados en Guadalajara. Ernes-
to Fonseca Carrillo era tío de Amado.263
Rafael Aguilar Guajardo habría mantenido el liderazgo de la organización
hasta los primeros años de la década de los noventa;264 fue asesinado en Cancún,
260
agn. dfs-ips, versión pública del expediente “Organización de Tráfico de Drogas (Rafael Muñoz,
Carmelo Avilés y Rafael Aguilar”, dfs, legajo único, fojas 1-6.
261
agn. dfs-ips, versión pública del expediente de Raúl Mendiolea Cerecero, dfs, legajo 1, fojas
158, 162, 163 y 166.
262
Astorga, Luis (2007), op cit., p. 59.
263
Poppa, Terrence E. (2010), Drug Lord: A true story. The life and death of a Mexican kingpin, Cinco
Puntos Press, El Paso, Texas. En referencia a Rafael Aguilar Guajardo, véanse pp. 159, 306, 323;
Sobre Amado,véanse pp. 166, 170, 177, 179, 180 y 230. Véase, también, Valle (1995), El segun-
do disparo… (anexo VI, parte informativo sobre Amado Carrillo Fuentes), p. 369.
264
Poppa, Terrene E. (2010), op. cit., p. 306.
265
Novedades de Quintana Roo (1993), “En eficaz operativo la policía captura a presuntos asesinos.
En la balacera que se registró en la zona hotelera perdieron la vida dos personas y dos resultaron
heridas”, 13 de abril, Cancún, p. 1A. Véase, también, Diario de Quintana Roo (1993), “Detienen
a 3 sujetos sospechosos de haber matado a tres personas”, 13 de abril, Chetumal, p. 2, Policía
Local. En ambos casos, a Erick Linares Villa se le identificaba originalmente como Edison Linares
Villa. Más tarde se aclararía que, en efecto, el nombre correcto era el primero. Ésta es la versión
de la prensa local, que vale la pena incluir, debido a la cercanía que tuvo respecto a los hechos.
No obstante, diversos diarios consignaron otra información, por ejemplo, que Aguilar Guajardo
había sido asesinado en el restaurante Gypsy’s se dice en El Norte (1993), “Ponen fin al Cártel
de Juárez”, 15 de abril, versión en línea. Véase, también, Los Angeles Times (1993), “Suspected
Drug Lord Shot to Death at Mexican Resort: Narcotics: He was vacationing with his family. A
Colorado woman also is killed in the Cancun attack”, 15 de abril, disponible en <http://articles.
latimes.com/1993-04-15/news/mn-23097_1_cancun-attack>.
266
Los detenidos fueron Refugio Chávez Urías, Silvino Aguirre Fierro y Erick Linares Villa. La pgr
señaló que existían además tres prófugos, a los que identificó solamente como Jorge, el Güero y
el Flaco, y estableció que los tres eran residentes de Matamoros, Tamaulipas. Véase El Norte (1993),
“Identifica pgr más sospechosos de asesinar a capo de la droga. Prevén pronta captura en Mata-
moros de tres acusados”, 23 de abril, versión en línea.
267
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, pp. 9 y 56. Información de prensa que hizo re-
ferencia a esta relación puede encontrarse en El Norte (1993), “¿Quién es Erick Linares?”, 14 de
abril, versión en línea.
con el beneplácito del entonces gobernador Mario Villanueva Madrid, para abrir
casas de juego vinculadas con el grupo del segundo, propietario del Hipódromo
Agua Caliente, en Baja California.271 Como se vio en capítulos anteriores, ese es-
tablecimiento estuvo, en su tiempo, vinculado con Emilio Parra Hernández y con
Miguel Alemán Valdés. La información del Cendro sostenía que Guerrero también
lavaba dinero de la organización de García Ábrego.272
A principios de 1993, las organizaciones del tráfico de drogas parecían inmersas
en un proceso de rearticulación de liderazgos, con la ejecución de varios de los
integrantes de sus mandos operativos, incluso el 31 de enero de 1993, tan sólo unos
meses antes, el propio Carlos Aguilar Garza fue asesinado en Nuevo Laredo.273
Había estado dos años y diez meses privado de su libertad, internado en una clíni-
ca, sujeto a proceso penal por delitos contra la salud, acopio de armas de fuego y
homicidio. El 3 de junio de 1992, casi ocho meses antes de su asesinato, había sido
absuelto por el juez tercero de distrito en Nuevo Laredo, Hugo Arturo Baizábal
Maldonado.274
El grupo armado que lo asesinó disparó decenas de balas de rifle de asalto AR-
15, AK-47 y calibre .38 Super —se recogieron 65 casquillos en total—. Sólo un
proyectil le penetró la parte superior del cráneo provocando hemorragia cerebral
y maceración de la masa encefálica, mientras estaba acostado en su cama
ortopédica.275
271
Proceso (1995), “Punta Sam, ‘pequeño’ paraíso de la familia Hank en el Caribe”, 29 de mayo.
272
Proceso, “El implacable espionaje telefónico (…)”, 22 de mayo.
273
Diario de Nuevo Laredo (1993), “Matan a Carlos Aguilar Garza. Ametrallan la casa donde vivía la
víctima y recibe un tiro en la cabeza”, 1 de febrero, Nuevo Laredo, p. 1A. Véase, también, El Norte
(1993), “Investigan asesinato de ex delegado de pgr”, 2 de febrero, versión en línea. Las notas
de prensa refieren de manera insistente a Carlos Aguilar Garza como ex coordinador de la dfs.
Sin embargo, en la versión pública de su expediente, contenido en el fondo dfs-ips del Archivo
General de la Nación, no se hace mención alguna a su pertenencia a esta institución.
274
Diario de Nuevo Laredo (1993), “Achacaban varias muertes a cag. Perece a 8 meses de ser absuelto
por juez federal”, 1 de febrero, Nuevo Laredo, p. 3A. La resolución consta en el proceso número
190/89.
275
Diario de Nuevo Laredo (1993), “Matan a Carlos Aguilar Garza”, Nuevo Laredo, 1 de febrero,
p. 1A. El homicidio ocurrió en una residencia ubicada en la calle de Donato Guerra número
3659. La mujer que era su esposa, según la nota de prensa, dijo llamarse Rosa Alicia R. de
Aguilar. En el acta de defunción del Registro Civil de Tamaulipas, folio 34686, sin embargo,
el domicilio de Aguilar Garza aparece como Jalisco número 1833, col. Madero, y el nombre
de su cónyuge era Leticia Cabrera. El documento puede ser consultado en el sitio web de Fa-
mily Search: <https://familysearch.org/pal:/MM9.3.1/TH-1951-23466-6956-76?cc=1916237
&wc=12913950[10/06/2012 02:37:51 p.m.]>.
Las investigaciones del caso estuvieron a cargo del director de la Policía Judicial
del estado, Porfirio Castillo Delgado, y del subprocurador local, Ramón Barrientos,
quienes al ser entrevistados por reporteros del Diario de Nuevo Laredo se mostraron
renuentes a proporcionar mayores datos sobre las investigaciones. La nota destacó
que el personal asignado por la pgr para custodiar a Aguilar Garza no se encontraba
presente realizando estas funciones en el momento del homicidio.276
El 3 de febrero, el Diario de Nuevo Laredo publicó declaraciones de Porfirio
Castillo Delgado, quien mencionó como sospechoso de la autoría intelectual del
asesinato al ex alcalde Arturo Cortés Villada. La nota estableció, asimismo, que la
mujer que acompañaba a Aguilar Garza en el momento del ataque era Rosa Alicia
Reyes, empleada aduanal de Laredo, Texas, y hermana de Bertha Reyes, ex oficial
de policía en los Estados Unidos.277
Un día antes, en una columna política publicada en el Diario de Nuevo Laredo,
el periodista Alberto Guerra González escribió que el domicilio de Aguilar Garza
no era el lugar donde había muerto, y que este último había sido propiedad de un
traficante de drogas conocido como Beto Guerrero, fallecido en un accidente.
Asimismo, afirmaba que Aguilar Garza se decía amigo del general Juan Arévalo
Gardoqui, ex secretario de la Defensa Nacional, a quien la prensa estadounidense
vinculó con el narcotráfico. Añadió que un hermano del militar —de quien no
precisó el nombre— era director de una empresa paraestatal en Nuevo León y
visitaba con frecuencia Nuevo Laredo, donde se reunía con Aguilar Garza.278
A los pocos días del asesinato de Carlos Aguilar Garza, agentes de la pgr via-
jaron al noreste del país. Emprendieron cateos en propiedades del ya entonces
prófugo Guillermo González Calderoni e incautaron una empresa transportista,
un rancho y dos residencias ubicadas en Nuevo León y Tamaulipas. También se-
ñalaron que se había abierto una averiguación previa en contra del ex funcionario
por su presunta participación en el asesinato de Aguilar Garza. La nota de prensa
refería información de la dea que vinculaba a González Calderoni con Juan N.
Guerra y Juan García Ábrego.279
El 13 de febrero de 1993, el Diario de Nuevo Laredo publicó una nota donde
daba cuenta de que, tras varios días de silencio ante el tema, la pgr hacía oficial la
276
Diario de Nuevo Laredo (1993), “Varios sospechosos en crimen de Carlos Aguilar. Policía Judicial
del estado se niega a dar nombres”, 2 de febrero, Nuevo Laredo, p. 1, secc. C.
277
Diario de Nuevo Laredo (1993), “Arturo Cortés Villada sospechoso del crimen. Lo declara director
de la Judicial del Estado”, 3 de febrero, Nuevo Laredo, p. 1C.
278
Diario de Nuevo Laredo (1993), columna “La Columna”, por Alberto Guerra González, “¿Quién
fue?”, 2 de febrero, Nuevo Laredo, p. 2C.
279
El Norte (1993), “Confiscan bienes a comandante de la pgr”, 9 de febrero, versión en línea.
280
Diario de Nuevo Laredo (1993), “González Calderoni prófugo”, 13 de febrero, Nuevo Laredo, p.
1, secc. A.
281
Diario de Nuevo Laredo (1993), “Hoy toma posesión Cavazos Lerma”, 5 de febrero, Nuevo Lare-
do, p. 1, secc. A.
282
Diario de Nuevo Laredo (1993), “Tamaulipas inicia la era del cambio. Salinas le toma la protesta
a Cavazos Lerma”, 6 de febrero, Nuevo Laredo, p. 1 secc. A.
283
Diario de Nuevo Laredo (1993), columna “En pocas palabras”, por Manuel M. Flores, “Inicia
gestión…”, 8 de febrero, Nuevo Laredo, p. 3C.
284
Diario de Nuevo Laredo (1993), columna “En pocas palabras”, 8 de febrero, p. 3C.
285
Diario de Nuevo Laredo (1993), “Cambian a subjefes de Aduana”, 10 de febrero, Nuevo Laredo,
p. 1, secc. C.
286
Diario de Nuevo Laredo (1993), “Resulta negativa prueba de parafina en amasia de Carlos Agui-
lar”, 10 de febrero, Nuevo Laredo, p. 1, secc. C. Un año más tarde, Raúl Loza Parra aparecería
como subdelegado de la pgr en Baja California; cobraría relevancia por ser el funcionario que
ordenó la filmación del mitin de Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas, Tijuana, que conti-
nuó hasta la salida del entonces candidato, rodeado por la multitud. Sería el único video donde se
muestra cómo se dispara el revólver que privó de la vida a Colosio Murrieta. Véase Proceso (1996),
“Othón, libre; Salinas y Córdoba, a salvo; y Colosio se aleja del martirologio. La pgr de Lozano
no sacó adelante su propia hipótesis: un complot desde Los Pinos”, 12 de agosto, versión cd.
287
Diario de Nuevo Laredo (1993), “Entrevista. No soy consentido de Cavazos: Yarrington”, 12 de
febrero, Nuevo Laredo, p. 3C.
288
Flores Pérez, C.A.(2009), op. cit., p. 195.
289
Reforma (2002), “Detiene el ejército a ‘El Beto’”, 28 de mayo, versión en línea.
290
Reforma (2010), “Dirigió Villanueva a narcoestado.- Fiscal”, 11 de mayo, versión en línea. Pa-
radójicamente, mientras en los Estados Unidos la misma corte que juzgaba a Villanueva había
sentenciado a 23 años en prisión a su coacusado, Gilberto Garza o Gilberto el Güero Gil, Salinas
en México, dos años más tarde, un tribunal de circuito en el Estado de México decretó la devo-
lución, a la familia de Villanueva, de varios bienes incautados por el Servicio de Administración
y Enajenación de Bienes, por estar relacionados con operaciones ilícitas. Véase Reforma (2012),
“Devuelven bienes a Villanueva”, 8 de febrero, versión en línea.
291
Reforma (2002), “Detiene el ejército a ‘El Beto’”, 28 de mayo, versión en línea. El autor tuvo
acceso a esta declaración ministerial, mostrada por fuentes periodísticas. Los detalles que aquí se
exponen se encuentran ahí relatados.
Fue Cárdenas Guillén quien atrajo de nuevo la atención pública hacia el estado de
Tamaulipas, dado el repunte del negocio del tráfico de drogas ilícitas en la región
pero, sobre todo, por el agudo incremento en la violencia derivado de la construc-
ción y conservación de su propia hegemonía sobre el tráfico de drogas en el estado.
Osiel Cárdenas articuló su propia organización sin contar con niveles de pro-
tección equiparables a aquellos que recibieron sus antecesores, Juan N. Guerra y
Juan García Ábrego, por parte de diversas instituciones de seguridad federales.
Aparentemente, y de acuerdo con la cronología de hechos, el propio Cárdenas
debió tener —si acaso— un trato tangencial con las altas jerarquías de la organi-
zación de García Ábrego.
De acuerdo con información del Reforma, Cárdenas Guillén estuvo preso en los
Estados Unidos desde el 27 de agosto de 1992 —cuando fue detenido en Browns-
ville, Texas— hasta el 2 de enero de 1994, año en que fue trasladado hacia México,
en un intercambio de reos entre ambos países. Sin embargo, el diario asegura que
permaneció en una prisión de Tamaulipas hasta el 12 de abril de 1995.292 A todo
ello habría que añadir, naturalmente, que en 1998, Osiel Cárdenas fue detenido
junto con Salvador Gómez el Chava, quien aparecía como lugarteniente y quien
nunca se había contado entre las principales figuras de la organización de García
Ábrego. El Chava Gómez sólo adquirió mayor notoriedad una vez que varios de
los operadores más conspicuos de ésta fueron detenidos.
A mediados de 1999, cuando Osiel Cárdenas consolida su hegemonía sobre
el tráfico de drogas en Tamaulipas, el régimen mexicano estaba a punto de cambiar.
A lo largo de la administración del presidente Ernesto Zedillo se pudo advertir una
ruptura entre la propia clase política priista, al punto que varios funcionarios iden-
tificados con su predecesor —incluyendo al hermano de este último— fueron
detenidos o marginados del poder. Las camarillas centrales y locales que habían
hegemonizado Tamaulipas a partir de un proceso de reconfiguración cooptada del
Estado, implantado y sostenido a lo largo de varias décadas, no encontraron ya la
misma correlación política. Con varios de los actores relevantes, políticos y delic-
tivos, acorralados o detenidos, la posibilidad de mantener intacta la dinámica
criminal, en sus dimensiones y características, resultaba inviable.
No obstante, si la correlación en los principales espacios de autoridad federales
era esencialmente adversa a esos intereses, es claro que remanentes de la estructura
292
El Norte (2003), “Logra Osiel ascenso veloz…”, 15 de marzo.
293
Sobre la remoción de Castro Aparicio como delegado de la pgr en Tamaulipas, véase pgr (1999),
Boletín de prensa 190/99, 28 de junio. Respecto a la información de prensa, véase Reforma (1999),
“Investiga pgr a funcionarios de Tamaulipas”, 19 de julio, versión en línea.
294
Reforma (1999), “Involucran a feads en asesinato”, 30 de junio, versión en línea.
295
Ibid.
296
Reforma (1999), “Ordena juez detención de funcionarios de pgr”, 13 de agosto, versión en línea.
Los detenidos fueron Carmen Oralio Castro Aparicio, ex delegado de la pgr en esa entidad;
Aurelio Soto Huerta, ex subdelegado; José Isabel López Rivas, Gabriel Ángel Gutiérrez Portillo y
Ramiro García Eugenio, los últimos, agentes de la pjf.
González el Kelín, por parte de la Policía Ministerial, quien lo señalaba como nar-
cotraficante. Rogelio González había sido recientemente exonerado por el asesina-
to de un mexicano-americano y ahora la corporación local lo detenía por portación
de arma de fuego.297 El Kelín sería, al parecer, eximido de responsabilidad penal
nuevamente, pues años después figuraría como uno de los principales integrantes
de la organización de Osiel Cárdenas.298
Sin embargo, en el caso de Rajid Gutiérrez Arreola las implicaciones fueron
más profundas porque los funcionarios involucrados eran integrantes de la propia
pgr, incluyendo el delegado Castro Aparicio. Los hechos pusieron de manifiesto
un choque de intereses dentro de la misma institución que, por lo visto, llegaba
incluso a niveles extremos. Según una fuente consultada por El Norte, la incorpo-
ración de estos militares a tareas policiacas dentro de la feads, como parte de un
grupo denominado Élite, causó fricciones dentro de la misma corporación con sus
compañeros de mayor antigüedad.299
Para investigar los hechos, la pgr envió un grupo especial bajo la dirección del
subprocurador operativo, Alfonso Navarrete Prida.300 La reconstrucción de los
hechos, realizada en julio de 1999, involucró a alrededor de 200 agentes.301
Según las fuentes de El Norte, de los involucrados, el único que había sido
testigo de los hechos era el subdelegado Aurelio Soto Huerta, pues él había
formadoparte del grupo que detuvo la camioneta donde, se argumentaba, perso-
nal de la feads estaba reunido con Osiel Cárdenas.302 Tras la reconstrucción de los
hechos, el militar Soto Huerta aseguró a los reporteros que él no estaba detenido
ni indiciado; que se encontraba bajo custodia en instalaciones militares porque así
lo había solicitado como medida precautoria, por su propia seguridad. Afirmó,
además, que esto se debía a que corría riesgo por haberse dado cuenta del nivel de
protección de la que, según él, gozaba Osiel Cárdenas Guillén. Para corroborar lo
anterior, observaba que no se había expedido ninguna orden de aprehensión en
contra del traficante, a pesar de que él, desde el primer momento de los hechos, le
había señalado como responsable de los disparos que sufrieron y que privaron de
297
Reforma (1999), “Disputan control del narco tres bandas en Matamoros”, 21 de abril, versión en
línea.
298
El Siglo de Torreón (2004), “Cae ‘El Kelín’ del Cártel del Golfo”, 29 de octubre, versión en línea.
299
El Norte (1999), “Investigan a ex delegado de pgr en Tamaulipas”, 30 de junio, versión en línea.
300
El Norte (1999), “De Norte a Sur/Breves”, 9 de julio, versión en línea.
301
El Norte (1999), “Reconstrucción moviliza a 200”, 11 de julio, versión en línea.
302
Reforma (1999), “Involucran a feads en asesinato”, 30 de junio, versión en línea.
la vida a Rajid Gutiérrez. Afirmaba que esta situación daba cuenta de lo comprometidas
que estaban altas esferas de la propia pgr en la protección al delincuente.303
Un mes más tarde, en nuevas declaraciones a El Norte, Soto Huerta señalaba que
había una pugna política en el interior de la pgr, según él, con el fin de desprestigiar a
personal militar dentro de la institución y relevarlo en las tareas de lucha contra la de-
lincuencia. Afirmó: “La lucha del narco en Tamaulipas se ha politizado porque algunos
altos funcionarios de la pgr tienen intereses especiales en Tamaulipas; yo presumo que
es el licenciado Rogelio Miguel Figueroa Velázquez [director general de procedimien-
tos penales] y el licenciado Navarrete Prida”.304 Insistía en la falta de acción penal en
contra de Osiel Cárdenas, a pesar de sus denuncias, y se quejaba de que varios integrantes
de la procuraduría, que habían participado en el operativo que culminó con la muerte
de Gutiérrez Arreola, hubieran sido arraigados. Según él, estos funcionarios eran pre-
sionados para declarar que el delegado Oralio Castro Aparicio y él mismo protegían a
Osiel Cárdenas y su organización.305
Además, afirmó que la animadversión en contra suya y en contra de personal
militar en las oficinas de la pgr en Tamaulipas se debía a que en 1998, durante
la campaña política en el estado, habían propinado varios golpes al narcotráfico,
donde aparecían involucrados personajes del pri y cercanos al entonces
gobernador, Tomás Yarrington.306
A mediados de agosto de 1999, el ex delegado Oralio Castro Aparicio; el ex
subdelegado Aurelio Soto Huerta, y los agentes de la Policía Judicial Federal,
José Isabel López Rivas, Gabriel Ángel Gutiérrez Portillo, Ramiro García Euge-
nio, así como Eduardo Rendón López, agente del Ministerio Público Federal, y
Jorge Calderón Frías, médico legista del gobierno de Tamaulipas, fueron todos
consignados ante el juez primero de distrito en materia penal. Según la
informaciónque dio a conocer la pgr, se había logrado determinar que los he-
chos que condujeron al asesinato de Jaime Rajid Gutiérrez no habían consistido
en un enfrentamiento con los traficantes de droga, como algunos de los incul-
pados sostenían, sino la derivación de un desacuerdo monetario entre funcio
303
El Norte (1999), “Denuncian protege pgr a líder de Cártel”, 13 de julio, versión en línea.
304
El Norte (1999), “Denuncian guerra interna en la pgr de Tamaulipas”, 7 de agosto, versión en
línea. El paréntesis es propio.
305
Ibid. Los funcionarios arraigados eran el fiscal federal Eduardo Rendón López, la comandanta
Juansanta Martínez Lerma, la subdelegada administrativa Angelina Urbina Vivaños, el agente de
la Unidad Canina Jorge Zumaya Hernández, además de Adalberto Julián de la Fuente.
306
Ibid.
narios que protegían las actividades ilícitasdel traficante de drogas Osiel Cárdenas
Guillén.307
El 18 de agosto, El Norte publicó una nota donde daba a conocer la existencia
de una carta enviada al entonces procurador general de la República, Jorge Madrazo
Cuéllar, por el ex delegado Carmen Oralio Castro Aparicio. La misiva hacía alusión
al hallazgo de una tonelada de cocaína en una bodega, y un millón de dólares
ocultos en el techo de un tráiler, ambos en un rancho ubicado en el kilómetro 13
de la carretera Monterrey-Nuevo Laredo, propiedad de Eduardo Guajardo Lon-
goria, presunto colaborador de la campaña del gobernador Tomás Yarrington Ru-
valcaba. Según Castro Aparicio, las investigaciones relacionadas con el caso habían
sido frenadas por la propia pgr, pese a los intentos de darles continuidad por
parte del mismo Castro Aparicio y su subdelegado, el mayor Soto Huerta.308
Castro Aparicio declaraba que el personal a su cargo había solicitado a un juez
orden judicial para catear varios domicilios relacionados con Guajardo Longoria
y su familia, misma que le habría sido negada. Ante semejante situación —conti-
nuaba—, la agente del Ministerio Público Federal encargada de integrar la averi-
guación previa, apeló la decisión del juez, por instrucciones del subdelegado Au-
relio Soto Huerta. La razón: el cúmulo de evidencias permitía suponer,
prácticamente con certeza, que en las propiedades que se pretendía investigar se
hallarían nuevos elementos incriminatorios de la comisión de varios delitos por
parte de personas relacionadas con Guajardo.309
Según Castro Aparicio, a partir de ese momento, la Subprocuraduría B de la
pgr intentó hacer a un lado al subdelegado Soto Huerta, que habría intentado sus-
tituirlo en su cargo, hecho al que el propio Castro se habría negado, en respaldo
de su colaborador.310 Al frente de la Subprocuraduría B de la pgr se encontraba
Alfonso Navarrete Prida, el funcionario que había dirigido la investigación sobre
el homicidio del agente Rajid Gutiérrez.
Un día después, el 19 de agosto, El Norte dio a conocer que el juez Miguel
Ángel Aguilar López, del juzgado primero de distrito de la ciudad de México,
307
El Norte (1999), “Ordena juez detener a funcionarios de pgr”, 13 de agosto, versión en línea. La
pgr publicó dos días antes el boletín 244/99, donde da a conocer la misma información.
308
El Norte (1999), “‘Frena’ pgr investigación sobre droga en Tamaulipas”, 18 de agosto, versión en
línea.
309
Ibid.
310
Ibid.
había dictado auto de formal prisión en contra del ex delegado Castro Aparicio
y del ex subdelegado Soto Huerta.311
De acuerdo con el boletín 251/99 de la pgr, al ex delegado Castro Aparicio
se le recluía por su presunta participación en el homicidio calificado del agente
Rajid Gutiérrez, violación a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada,
abuso de autoridad y delitos contra la salud, en su modalidad de facilitar el trá-
fico y exportación de cocaína desde México. En el caso del ex subdelegado Soto
Huerta, por su probable responsabilidad en el mismo homicidio, violación a la
Ley Federal contra la DelincuenciaOrganizada, delitos contra la administración
de justicia y también contra la salud.312
El resto de funcionarios fueron sujetos a prisión por encubrimiento o por
delitos contra la administración de justicia. Asimismo, el juez confirmó la parti
cipación de Osiel Cárdenas en la discusión que derivó en la muerte de Gutiérrez
Arreola.313 Isidro Guerson Osuna, director general de Comunicación Social de
la pgr, negaba categóricamente que esta institución hubiera frenado investiga-
ción alguna.314
Por su parte, el gobernador Tomás Yarrington negó conocer a Eduardo Gua-
jardo Longoria. En entrevista con reporteros de El Norte, que lo cuestionaron
sobre sus relacionescon este personaje, afirmó:
El entonces dirigente estatal del pri en Tamaulipas, Simón Villar, rechazó igualmente
que Guajardo Longoria hubiera colaborado en la campaña de Yarringtono que fuera
priista, y añadió: “Las personas que buscan ensuciar la imagen del estado de Tamaulipas
311
El Norte (1999), “Dictan a Castro formal prisión”, 19 de agosto, versión en línea.
312
pgr (1999), boletín 251/99, 18 de agosto, versión en línea.
313
Ibid. Véase, también, El Norte, (1999) “Dictan a Castro…”, 19 de agosto.
314
Ibid.
315
El Norte (1999), “Afirma Tomás que no lo conoce”, 19 de agosto, versión en línea. El paréntesis
aparece en la nota original del periódico.
y del gobernador deben comprobar lo que hacen; las acusaciones deben de tomarse de
quien vienen”.316
No dejaba de ser paradójico que justamente la persona de quien venían las
acusaciones era el ex delegado de la pgr en el estado, Carmen Oralio Castro Apa-
ricio, quien había sido incorporado a la institución como parte de una política de
saneamientode la misma, que incluyó la integración masiva de militares promo-
vida desde finales de 1995 y que habría de acelerarse con el nombramiento de
Jorge Madrazo Cuéllar como procurador general de la República.
Esa estrategia puso al general Jesús Gutiérrez Rebollo al frente del incd, al general
Tito Valencia en el Cendro, y a varios militares en la titularidad de diversas delegaciones
estatales. En Tamaulipas, a mediados de 1996, esta oficina fue encabezada por el mayor
Lorenzo Salas Medina, mientras que al frente de la subdelegación de la Policía Judicial
Federal quedó el teniente coronel Alfredo Aponte, que en su incorporación quedó
al mando de 222 soldados integrados a la procuraduría.317 El teniente coronel Castro
Aparicio fue designado delegado en Sonora en enero de 1997, tras haberse desempeñado
como agente del Ministerio Público Federal Militar, dependiente de la Procuraduría de
Justicia Militar, entonces a cargo del general Rafael Macedo de la Concha.318 En su
316
El Norte (1999), “Desmienten que Guajardo colabore con Yarrington”, 19 de agosto, versión en
línea.
317
Proceso (1997), “Contra el narco, Jorge Madrazo depura la Policía Judicial con la incorporación
masiva de militares”, 14 de julio, versión cd.
318
La Jornada (1997), “Cuatro militares a delegaciones de la pgr en bc, bcs y Sonora”, 25 de
enero, versión en línea. Sobre la titularidad de la Procuraduría de Justicia Militar, véase Reforma
(1999), “Sedena no investiga a generales.- Macedo”, 11 de febrero, versión en línea. La nota hace
referencia a las declaraciones del entonces procurador general de justicia militar, Rafael Macedo
de la Concha, negando que la institución a su cargo investigara a los generales Mario Arturo
Acosta Chaparro y Francisco Quiroz Hermosillo, por su vinculación con el tráfico de drogas. A la
postre, Macedo de la Concha sería designado procurador general de la República en el gobierno
de Vicente Fox y los mencionados generales serían sentenciados por una corte militar por su
vinculación con la organización de Amado Carrillo Fuentes. En 2005, Reforma publicó una nota
donde daba cuenta de un informe del fbi que vinculaba al ya entonces ex procurador, Macedo
de la Concha, con la organización Los Zetas. Afirmaba que mientras éste estuvo al frente de la
dependencia habría permitido que esta agrupación criminal operara libremente en Coahuila.
Véase Reforma (2005), “Liga fbi a Macedo con Zetas”, 11 de diciembre, versión en línea. Al día
siguiente,tanto la pgr como el agregado jurídico del fbi en México, Raúl Carballido, negaron
tener información que incriminara a Macedo. Reforma (2005), “Defienden pgr y fbi a Mace-
do”, 12 de diciembre, versión en línea. Tiempo después de abandonar la titularidad de la pgr,
información de medios señalaba que Macedo asesoraba al gobierno de Veracruz, bajo la adminis-
tración del priista Javier Duarte. Veracruz sería uno de los estados del Golfo de México que atesti-
guaría un agudo incremento en la violencia asociada a la delincuencia organizada, especialmente
nuevo encargo estuvo al frente de 160 soldados con licencia, también sumados
a la pgr.319
A Castro Aparicio la sospecha lo perseguía. Antes de ser transferido a Tamau-
lipas, cuando aún se desempeñaba al frente de la delegación de la pgr en Sonora,
473 kg de cocaína pura fueron robados de las instalaciones de esta institución,
en la población de San Luis Río Colorado. La pgr realizaba investigaciones y
sospechaba de varios integrantes de su personal que se desempeñaban en la en-
tidad, incluyendo el delegado Castro Aparicio.320 Tras siete meses de investiga-
ciones, la dependencia no había logrado aclarar el robo. Acostumbrado a manejarse
ante medios de comunicación, Castro Aparicio había manifestado en conferen-
cia de prensa que estaba sorprendido por las declaraciones del procurador Ma-
drazo Cuéllar, en el sentido de que militares de alto rango que laboraban para la
procuraduríaestuvieran siendo investigados en Chihuahua, Sinaloa, Baja Cali-
fornia y Sonora.321
El 10 de junio de 2000, Reforma publicó que el teniente coronel Carmen Oralio
Castro Aparicio y el mayor Aurelio Soto Huerta habían sido recluidos en el Centro
Federal de Readaptación Social (Cefereso) de La Palma, en Almoloya de Juárez, un
penal de máxima seguridad, para cumplir sentencia por los cargos ya referidos.322
El 5 de mayo de 2001, todavía recluido en el Cefereso, Castro Aparicio dirigió
una carta al semanario Proceso, donde se quejaba por las referencias que el medio
hacía, dada la información pública que circulaba en torno a su caso, que lo había
vinculado con la organización de Osiel Cárdenas en Tamaulipas.323
Desde entonces, la información relacionada con el teniente coronel Castro
Aparicio disponible en medios de comunicación se suspende, con la excepción de
dos hechos: el primero es su promoción al grado de coronel de servicio en 2009,
auspiciada por el jefe supremo de las Fuerzas Armadas, el ex presidente Felipe
Calderón;324 el segundo es una solicitud de información promovida por un familiar
suyo, que requería a la Sedena diversos datos relacionados con el ahora coronel,
incluyendo la ubicación de su sitio de trabajo, sus teléfonos y el nombre de su
jefe inmediato. Estos datos fueron negados por la institución, por considerar que
revelarlos ponía en riesgo al coronel, quien podría sufrir ataques por parte de la
delincuencia organizada.325 Como corolario de la respuesta, se entiende que Castro
Aparicio realiza en la actualidad funciones confidenciales dentro de la Secretaría
de la Defensa Nacional.
Lo cierto es que, de nuevo en Tamaulipas, entre 1996 y 1999, estando los refe-
ridos mandos militares al frente de la delegación de la pgr en el estado, un grupo de
integrantes del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales del Ejército (gafe) —que
habían sido adscritos a la pgr, concretamente a la feads, para fortalecer el combate
al tráfico de drogas—, desertarían de esta dependencia para formar la guardia perso-
nal de Osiel Cárdenas Guillén; con el tiempo, se les conocería como Los Zetas.
En Tamaulipas, a mediados de 1999, el gobernador Yarrington no era el único
al que atribuían relaciones con las organizaciones del narcotráfico. Según publicó
Reforma, Miguel Lerma Plata, ex comandante de la Policía Ministerial del Estado
—antes denominada Policía Judicial— y sobrino del ex gobernador Manuel Ca-
vazos Lerma, había sido uno de los contactos de Salvador Gómez el Chava dentro
de la procuraduría local. Los números telefónicos de Lerma Plata fueron encon-
trados en una agenda hallada en el cadáver del Chava.326
Cabe señalar que los documentos del juicio de Juan García Ábrego muestran
su relación con Miguel Ángel Lerma, del que no se proporciona el segundo apelli-
do, pero quien recibía portafolios de dinero por parte de colaboradores del tra
ficante, y quien aparecía como prestanombres de una propiedad comprada por otros
miembros de la organización, por un valor de un millón de dólares en el municipio
de Guadalupe, cerca de Monterrey, y figuraba también como parte del consejo
con honores. Acosta sería asesinado en 2012 y tras su muerte algunos medios dieron a conocer
información sobre sus cuentas bancarias en las Islas Caimán. Véase Contralínea (2012), “Asesinan
al general Acosta Chaparro”, 21 de abril, disponible en <http://contralinea.info/archivo-revista/
index.php/2012/04/21/asesinan-al-general-acosta-chaparro/>. Sobre el ascenso de Castro Apari
cio, véase Sedena (2009), Boletín de prensa. Ascensos del personal militar, 19 de noviembre. Se acce
dió a la versión en caché del documento, disponible en <http://www.sedena.gob.mx/index.php/
sala-de-prensa/2471-boletin-de-prensa-19-de-noviembre-de-2009>.
325
Véase Sedena, Comité de Información (2010), “Resolución de información reservada núm. ci/
rir/1748/10”, 24 de noviembre, Lomas de Sotelo, México, disponible en <https://www.in-
fomex.org.mx/gobiernofederal/moduloPublico/rMedioElectP.action?idFolioSol=000070017481
0&idTipoResp=6#>.
326
Reforma (1999), “Vinculan con narco a sobrino de ex gobernador”, 25 de julio, versión en línea.
327
cr. no. h-93-167-ss, Docket’s document 443, pp. 49-50.
328
El Universal (2012), “Investiga pgr a 3 ex mandatarios del pri”, 31 de enero, versión en línea.
329
Reforma (1999), “Vinculan con narco a sobrino…”, 25 de julio. Véase, también, Reforma (1999),
“Acusan a hermano de ex procurador”, 24 de julio, versión en línea.
grupos contendientes y hacia funcionarios del Estado, que por razón de su propia
responsabilidad pública o con otro tipo de intereses, le hicieron frente. Los apoyos
de Osiel parecen haberse construido, sobre todo, en los ámbitos locales y en las re-
presentaciones federales en el estado. Cabe destacar que, a diferencia de las
tendenciasapreciables en los traficantes de otras zonas de México, la organización
delictiva de Osiel Cárdenas incluso ejerció violencia contra miembros de agencias de
seguridad estadounidenses.330
Es esta misma diferencia la que determina que, en el caso de García Ábrego,
la desarticulación de la organización haya sido relativamente tersa e incluso que la
detención de su figura representativa —el propio García Ábrego— no se haya
visto en lo inmediato aparejada de mayores confrontaciones con el Estado ni tam-
poco entre sus lugartenientes que aún se mantenían en libertad. Esto sólo ocurrió
un par de años después.
Por el contrario, Osiel Cárdenas integró a los ya referidos soldados de élite
formados en el Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales del Ejército mexicano y
transferidos a la feads, para emplearles como grupo de choque en una oleada de
violencia que ha trascendido las fronteras de Tamaulipas, y se ha hecho presente
en diversas regiones del país, especialmente, tras la reclusión del propio Osiel en el
penal de máxima seguridad de La Palma, en Almoloya de Juárez, Estado de México,
el 15 de marzo de 2003.331
En agosto de 2004, el subprocurador de Investigaciones Especializadas en
Delincuencia Organizada de la pgr, José Luis Santiago Vasconcelos, afirmó que las
organizaciones del Golfo y Tijuana, encabezadas por Osiel Cárdenas Guillén y
Benjamín Arellano Félix, respectivamente, desarrollaban un plan para tomar por
330
A mediados de los ochenta, el costo de ejecutar a un agente de la dea, Enrique Camarena Salazar,
fue pronto entendido por las organizaciones de traficantes sinaloenses. Rafael Caro Quintero y
Ernesto Fonseca Carrillo, dos importantes operadores de la organización de Miguel Ángel Félix
Gallardo, fueron detenidos por ese hecho. Como consecuencia, la mayor parte de los grupos in-
volucrados en el tráfico de drogas han sido desde entonces especialmente cuidadosos en evitar la
violencia con los miembros de las agencias estadounidenses que realizan labores de investigación
en México. Por su parte, en 2000, la procuradora de los Estados Unidos, Janet Reno, y el titular
de la dea, Donnie Marshall, declararon que su gobierno había solicitado la extradición de Osiel
Cárdenas, a quien se atribuía encabezar una red de distribución recién desmantelada, a la cual le
fueron decomisadas más de cinco toneladas de cocaína. Adicionalmente, se le adjudicaba haber
amenazado y amagado con arma de fuego a un agente de la dea y a otro del fbi que realizaban
labores oficiales en Matamoros, Tamaulipas, en el año de 1999. Véase Reforma (2000), “Busca
EU a capo mexicano”, 15 de diciembre, versión en línea.
331
Reforma (2003), “Encarcelan a Osiel en La Palma”, 16 de marzo, versión en línea.
332
Reforma (2004), “Revelan plan de asalto a penal de La Palma”, 13 de agosto, versión en línea.
Cabe destacar que José Luis Santiago Vasconcelos, subprocurador al frente de la siedo, señaló la
existencia de una alianza entre las dos organizaciones, con objeto de colaborar conjuntamente en
el desarrollo del negocio ilícito.
333
El Universal (2004), “Ofrecen capos 2 mdd por matar al procurador”, 16 de junio, disponible en
<http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=16602&tabla=primera>.
334
Por su parte, el procurador general de la República, general Rafael Macedo de la Concha, deses-
timó la credibilidad de las declaraciones de Cárdenas Guillén con el siguiente argumento: “Esta
credibilidad que tienen estos señores queda en entredicho. Son envenenadores que han hecho
mucho daño a México, ahí están las pruebas, están siendo procesados por esos delitos y creo yo
que ésta es una de las tareas que constantemente hacen, y hacen muy bien, en involucrar a servi-
dores públicos”. El Norte (2004), “Denuncia Osiel chantaje contra Yarrington”, 19 de octubre,
versión en línea.
335
La Jornada (2001), “Se fuga El Chapo Guzmán del penal de Puente Grande; arraigan al director
y a 33 custodios. La pfp toma el control de la vigilancia en las cárceles de alta seguridad. Más de
120 agentes de élite, de la pjf, se trasladaron a Jalisco en busca del narco”, 21 de enero, versión en
línea.
La versión oficial sobre la forma en que se realizó la fuga fue recibida con sor-
presa por diversos medios de comunicación. Nunca había ocurrido un escape de
semejante tipo de establecimiento penitenciario antes de este hecho336 —y por lo
menos, hasta mediados de 2012, no lo ha habido de nuevo—.
En la inmediatez posterior a este suceso, diversas expresiones confluyeron
para hacer público el amplio nivel de corrupción que había alcanzado la operación
de esa prisión.337 Por ejemplo, el entonces subsecretario de Seguridad Pública,
Jorge Tello Peón, expresó sin ambages que la fuga había sido producto de una
traición interna. Explícitamente, señaló:
El sistema falló y se hizo fallar […] Hay una verdadera traición a la Secretaría de
Seguridad Pública y el servicio que nos merece el sistema penitenciario federal, en
lo que podríamos llegar a llamar toda una conspiración delictiva en la estructura
administrativa, que superó la institucional, a pesar de las advertencias e instruccio-
nes dictadas y las medidas que se supusieron suficientes.338
336
Reforma (2001), “Protagoniza El Chapo un escape de película”, 21 de enero, versión en línea.
Véase, también, El Universal (2001), “Complot en fuga de ‘El Chapo’. Se montó sobre una
estructura de complicidad: Tello Peón. Promete Creel castigar con ‘toda la fuerza del Estado’ a
responsables”, 21 de enero, disponible en <http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noti-
cia.html?id_nota=4496&tabla=primera>.
337
Así lo evidenciaron, por ejemplo, José Antonio Bernal, tercer visitador de la Comisión Nacional
de Derechos Humanos (cndh). Véase La Jornada (2001), “El Chapo salía de Puente Grande
custodiado por autoridades: cndh”, 23 de enero, disponible en <http://www.jornada.unam.mx/
2001/01/23/003n1pol.html>. Otros señalamientos sobre la corrupción que favoreció a El Chapo,
en El Universal (2001), “Complot en fuga de ‘El Chapo’ ”, 21 de enero.
338
Reforma (2001), “Ocasiona traición interna fuga de ‘El Chapo’.-Tello”, 21 de enero, versión en
línea.
339
Ibid.
No van a servir todas las rejas ni millones de pesos en sistemas de seguridad si los
presos se salen por las puertas. Alguien ha dicho que el señor Guzmán no se escapó,
lo sacaron [...] y tienen razón, es un proceso de deterioro muy complejo.340
340
La Jornada (2001), “Pide Tello Peón ayuda para localizar a El Chapo. La autoridad sí actuó ante
denuncias de anomalías en Puente Grande, asegura. Se sabía de irregularidades desde 99, dice
la titular de Derechos Humanos de Jalisco”, 22 de enero, disponible en <http://www.jornada.
unam.mx/2001/01/22/008n1pol.html>.
341
Reforma (1996), “Revelan peligrosidad de ‘El Chapo’ Guzmán”, 10 de marzo, versión en línea.
Según la evaluación, su perfil contrastaba con el de su entonces asociado, Héctor Luis El Güero
Palma Salazar, quien aparentemente habría tenido resultados psicométricos que mostraban un
coeficiente intelectual por encima del promedio y considerable capacidad de liderazgo. De acuer-
do con la nota, esas no eran especialmente las características de Guzmán Loera, que se encontraba
dentro de rangos normales, sin elementos a destacar.
342
La Jornada (2011), “Ejército, Marina y pf buscan vivo o muerto a El Chapo: WP. Calderón creó
fuerzas especiales para capturar al capo y ‘conjurar la versión de que se le protege’”, 29 de octubre,
versión en línea.
343
Reforma (2002), “Adopta Cártel de Juárez a ‘El Chapo Guzmán’”, 13 de mayo, versión en línea.
344
Ibid.
345
Reforma (2012), “Sostienen cárteles una década en disputa”, 6 de junio, versión en línea.
346
cnn-México (2011), “El Chapo Guzmán: una década de la fuga del mayor narco mexicano. El
narco más importante de México y líder del cártel de Sinaloa corrompió a las autoridades del
penal de Puente Grande antes de fugarse”, 18 de enero, disponible en <http://mexico.cnn.com/
nacional/2011/01/18/el-chapo-guzman-una-decada-de-la-fuga-del-mayor-narco-mexicano>.
The Economist (2010), “Outsmarted by Sinaloa. Why the biggest drug gang has been least hit”, 7
de enero, disponible en <http://www.economist.com/node/15213785>. The Times (2010), “Get
Shorty: Mexico still searching for ‘El Chapo’, the 5ft 6in drugs lord”, 2 de marzo. En el sitio
web de este medio británico, el artículo está restringido a suscriptores. Disponible en <http://
macleanandrickardstraus.wordpress.com/2010/03/02/get-shorty-mexico-still-searching-for-
%E2%80%98el-chapo%E2%80%99-the-5ft-6in-drugs-lord/>. Flores Pérez, C.A. (2008), “¿Por
qué ganan los delincuentes?”, en Le Monde Diplomatique México, septiembre, núm. 1, pp. 1, 3-6.
Proceso (2010), “‘Los Zetas’ y sus mantas contra Calderón y ‘El Chapo’”, 13 de febrero, disponi-
ble en <http://www.proceso.com.mx/?p=109929>.
347
Un detallado estudio que muestra la complejidad operativa de Los Zetas puede encontrarse en
Campbell, Lisa J. (2010) “Los Zetas: operational assessment”, en Small Wars & Insurgencies, vol. 21,
Issue 1, marzo, pp. 55-80.
348
El Norte (2012), “Controla ‘El Coss’ al Cártel del Golfo”, 5 de febrero. Véase, también, El Norte
(2012), “Es campo de batalla frontera tamaulipeca”, 29 de abril, versión en línea.
349
El Norte (2012), “Arrecia violencia en Tamaulipas”, 14 de marzo, versión en línea. El Norte (2012),
“Es campo de batalla…”, 29 de abril. El Norte (2012), “Ligan Cadereyta a ola de masacres”,15
de mayo, versión en línea. Reforma (2012), “Vengan 9 colgados con 14 decapitados”,5 de mayo,
versión en línea.
327
1
Los nexos entre la camarilla de Miguel Alemán Valdés y de Carlos Salinas de Gortari han sido esta-
blecidos por Gil Mendieta, Jorge y Samuel Schmidt (2005), Estudios sobre la red política de México,
Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, unam, México, pp. 49-57.
que constituyen una garantía para la reproducción de la empresa ilícita, al tiempo que
sostienen un discurso público de moralización institucional, de respaldo a la ciu-
dadanía y de combate inquebrantable a la delincuencia.
Se constituye así un juego de simulaciones donde las instituciones de seguridad
y justicia están fácticamente al servicio de intereses ilegales. Los delincuentes ocu-
pan un rol operativo más expuesto a la visibilidad pública, pero subordinado a
aquellos que controlan los recursos de coerción del Estado. El factor crucial para
la reproducción de la empresa criminal está en los ámbitos de decisión pública, y
diversos actores ligados al mismo pretenden aparecer públicamente probos, pero
comparten por igual el interés en la ganancia ilícita. Con las diferencias que impone
el análisis de cada caso en particular, la distinción entre actores públicos y delin-
cuentes se presenta más, a la luz de estos hechos, como una cuestión de jerarquías
y división funcional del trabajo, pues si bien la comisión material del delito parece
restringirse a determinadas esferas, su continuidad sería inexplicable sin la
protecciónque se le brinda desde el poder político formal.
La autoridad justifica la deficiencia en el desempeño institucional por cuestio-
nes de relevancia no menor —como la insuficiencia de recursos materiales—,
pero, con toda evidencia, secundarias frente al problema central que ha saltado a
la vista a lo largo de estas páginas: la estrecha comunión de intereses criminales
entre actores políticos, de seguridad y delincuentes convencionales. En el caso
analizado, la ineficiencia institucional aparece más como producto artificial de un
bloqueo deliberado que de una incapacidad fáctica para aprehender a los crimina-
les y someterlos al debido proceso penal.
Más allá de diferencias de caso que se puedan apreciar respecto a otros países,
es esta condición el elemento central del concepto de reconfiguración cooptada del
Estado expuesto en el primer capítulo de este trabajo. Éste, como todos los
conceptosde las ciencias sociales, es una definición que no alcanza a abarcar o
describir a la perfección todas las características de una realidad compleja específica,
pero a partir de toda la información expuesta es posible apreciar que en múltiples
casos la distinción entre delincuentes tradicionales y funcionarios es, con frecuencia,
o bien una cuestión a determinar de manera casuística o una sutileza analítica. El
hecho nodal en el fenómeno analizado es el desvío y bloqueo permanente del
funcionamiento institucional respecto a los criterios formales de interés público
que dan vida a las estructuras de autoridad, más allá de si quienes promueven tales
procesos son delincuentes tradicionales o están embozados en una fachada de
probidad, amparada en un cargo o trayectoria pública.
En contextos de corrupción institucionalizada endémica, la distinción entre
ámbitos de poder y delictivos se hace muy tenue, sobre todo conforme el análisis
2
Milenio Semanal (2011), “La mordaza del narco en Tamaulipas: ‘No queda más que obedecer’.
En amplias regiones de Tamaulipas, el periodismo se practica bajo la tutela de Los Zetas y del
Cártel del Golfo; no hacerlo cuesta la vida o el exilio”, 18 de diciembre, disponible en <http://
www.msemanal.com/node/5070>.
3
Milenio (2010), “El cártel del Golfo echa a Los Zetas de Tamaulipas. La violencia en varias ciuda-
des del estado, parte de la lucha entre esas organizaciones. Empresarios confían en que se acaben
las extorsiones cobradas por los pistoleros”, 4 de mayo, disponible en <http://impreso.milenio.
com/node/8745954>.
4
El Universal (2010), “Asesinan a candidato del pri en Tamaulipas”, 28 de junio, disponible en
<http://www.eluniversal.com.mx/notas/690925.html>.
5
Este comunicado circuló en redes sociales y en correos electrónicos durante marzo de 2010. Tam-
bién fue publicado el día 7 de ese mes en un blog donde aparece distinta información escrita y
visual atribuida a los diversos grupos delictivos, o que narra hechos de violencia que tienen lugar
en el país, asociados al tráfico de drogas, a la disputa entre las organizaciones criminales entre sí y
contra el Estado. Disponible en <http://todosobrenarcotraficoenmexico.blogspot.com/2010/03/
comunicado-de-el-cartel-del-golfo-la.html>.
6
El Universal (2012), “Va pgr contra 3 ex gobernadores de Tamaulipas”, 30 de enero, versión en línea.
Véase, también, El Universal (2012), “Investiga pgr a 3 ex mandatarios del pri”, 31 de enero,
versión en línea.
7
Milenio (2012), “Congelan las cuentas de Yarrington y otros tres. Las investigaciones involucran
al también ex gobernador Eugenio Hernández, pero no mencionan a Manuel Cavazos Lerma”, 1 de
junio, versión en línea.
8
Milenio (2012), “pgr busca a 12 ligados a Yarrington y Hernández. Supuestamente son respon-
sables de diversos delitos, además de que podrían tener nexos con el crimen organizado”, 11 de
junio.
9
El Universal (2012), “Catean 30 propiedades ligadas a ex gobernadores. Presume la pgr que los
bienes están a nombre de testaferros”, 7 de junio, versión en línea.
dea, a quien ésta consideraba un enlace entre el Cártel del Golfo y Los Zetas, con
políticos tamaulipecos.10
Antonio Peña Argüelles era hermano de Alfonso Peña Argüelles, personaje
involucrado en el tráfico de drogas desde inicios de los años ochenta. En agosto de
1981, a la edad de 39 años, había intentado traficar 39 libras de heroína por
Brownsville, junto con otros dos cómplices. Fue detenido y las autoridades esta-
dounidenses le fijaron una fianza de un millón de dólares a cada uno. La nota de
prensa afirmaba que la consignación era producto de un año de trabajo de inteli-
gencia de la dea. Añadía que entre los cómplices no detenidos de Alfonso se en-
contraba al menos uno que era “conocida persona residente de Matamoros”.11
Según un documento de la corte estadounidense, del proceso criminal seguido
en contra de Antonio Peña Argüelles, a principios de 2000, los hermanos Antonio
y Alfonso Peña Argüelles realizaban actividades de lavado de dinero procedente del
tráfico de drogas, para el Cártel del Golfo y Los Zetas. Algunas de esas ganancias
fueron invertidas en el sistema bancario estadounidense.12
El 29 de noviembre de 2011, Alfonso Peña Argüelles apareció ejecutado en el
monumento a Cristóbal Colón. Junto a su cuerpo se encontró un mensaje dirigido
a su hermano Antonio. Lo acusaban de haber tomado para sí cinco millones de
dólares, sin cumplir lo pactado.13
Alfonso Peña Argüelles habría sido ejecutado por Los Zetas, por el robo de
dinero proporcionado a éste y su hermano, propiedad de uno de sus líderes, Miguel
Treviño Morales el 40, a cambio de protección política. Según el mismo documen-
to judicial, el conducto para este último propósito sería el ex gobernador Tomás
Yarrington.14
El señalado oficio de la corte estadounidense establecía que el 29 de noviembre
de 2011, Antonio Peña Argüelles había recibido un mensaje de texto en su teléfono
celular; le requerían devolver el dinero. Además, le explicaban que en caso contrario
no tendría dónde esconderse; añadían que, antes de su muerte, su hermano Alfon-
so había confesado que Antonio, Tomás Yarrington y uno de los líderes del Cártel
del Golfo, Eduardo Costilla, habían dispuesto la muerte del candidato a goberna-
10
El Universal (2012), “EU: Yarrington recibió sobornos del narcotráfico”, 23 de mayo, versión en
línea.
11
El Bravo de Matamoros (1981), “Fianza de 3 millones de dólares fijó un juez a los tres traficantes
de heroína”, 22 de agosto, Matamoros, p. 10, primera sección.
12
United States District Court, for the Western District of Texas, Case 5:12-mj-00120-nsn, United
States of America v. Antonio Pena-Arguelles, document 3, 2 de junio de 2012, p. 3.
13
Ibid.
14
Ibid.
dor, Rodolfo Torre Cantú, porque estorbaba a los negocios de construccióna los
que éstos protegían, junto con Osiel Cárdenas Guillén.15
El documento señalaba que la relación entre Osiel y Yarrington databa de la
propia elección de este último y continuó con la nominación ad hoc de otros can-
didatos del pri en la entidad que pudieran garantizar protección a la organización
criminal.16
Antonio Peña Argüelles, facilitador de las relaciones públicas entre traficantes
y políticos locales, tenía una relación personal estrecha con Tomás Yarrington, con
Heriberto Lazcano y Miguel Treviño Morales, líderes de Los Zetas.17 Entre 2000
y 2001, Peña Argüelles comenzaría a colaborar con Yarrington en el lavado de
dineroproveniente del tráfico de drogas, que éste recibía del Cártel del Golfo.18
Hasta junio de 2012 no existía aún una acusación penal formal contra del ex
gobernador Tomás Yarrington en la corte estadounidense, pero sí una de carácter
civil, por medio de la cual se le pretende incautar una propiedad que posee en el
condado de Cameron, en la Isla del Padre, Texas. En este último documento, la
acusación de la fiscalía, a la letra señala:
15
Ibid., pp. 3-4.
16
Ibid., p. 6.
17
Ibid., p. 7.
18
Ibid., p. 9.
19
United States District Court, Southern District of Texas, Corpus Christi Division, Civil Case
2:12-cv-00167, Document 1, 22 de mayo de 2012, p. 3. “a) Tomás Jesús Yarrington Ruvalcaba
(de aquí en adelante referido como “Yarrington”) es el verdadero dueño de la propiedad en dispu
ta y Yarrington adquirió la propiedad en disputa con recursos que se pueden rastrear hasta la
venta de sustancias controladas, b) Durante 1998 y al menos hasta 2005, Yarrington, quien fuera
alcalde de Matamoros, gobernador de Tamaulipas y precandidato presidencial, adquirió millones
de dólares como pago, mientras ejercía cargos electos, de organizaciones de gran escala del narco
tráfico que operaban en el estado de Tamaulipas a través de distintos esquemas de extorsión y
soborno”. Traducción libre del autor. El último paréntesis es mío.
339
Astorga, Luis
2005 El siglo de las drogas. El narcotráfico, del Porfiriato al nuevo milenio, México, Plaza
y Janés.
2007 Seguridad, traficantes y militares. El poder y la sombra, México, Tusquets Editores,
pp. 119-120.
Bailey, John y Roy Godson
2000 “Introducción: El crimen organizado y la gobernabilidad democrática: Méxicoy
Estados Unidos. Las zonas fronterizas mexicanas”, Crimen organizado y goberna-
bilidad democrática. México y la zona fronteriza, México, Grijalbo.
Banco Mundial
2000 Anticorruption in Transition. A Contribution to the Policy Debate, disponible en
<http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/WBI/EXTWBIGOVANT
COR/0,,contentMDK:20713499~menuPK:1976979~pagePK:64168445~piP
K:64168309~theSitePK:1740530,00.html>.
2006 Engaging with fragile states, Washington, D.C., disponible en <http://lnweb90.
worldbank.org/oed/oeddoclib.nsf/DocUNIDViewForJavaSearch/A4D6461B0
067E049852571F500551E1B/$file/licus.pdf>.
Bernecker, Walther L.
1994 Contrabando. Ilegalidad y corrupción en el México del siglo xix, México, Universi-
dad Iberoamericana, Departamento de Historia.
Blancornelas, Jesús
1997 “Querer y no poder”, Pasaste a mi lado, Tijuana, Centro Cultural Tijuana.
Block, Alan
1994 East Side-West Side: Organizing Crime in New York City, 1930-1950, New Bruns-
wick, Transaction.
Boyer, Jean Francois
2001 La guerra perdida contra las drogas. Narcodependencia del mundo actual, México,
Grijalbo.
Buzan, Barry
1988 “People, States and Fear: The National Security Problem in the Third World” en
Azar, Edward y Chung-in Moon, National Security in the Third World, Reino
Unido, Cambridge University Press.
Camacho Solís, Manuel
1977 “Los nudos históricos del sistema político mexicano”, Foro Internacional, vol. 17,
núm. 4, abril-junio, México, p. 618.
Camp, Roderic Ai
1992 Biografías de políticos mexicanos, México, Fondo de Cultura Económica.
Camp, Roderic Ai
1995 Mexican Political Biographies, 1935-1993, 3a. ed., Austin, University of Texas
Press.
Castañeda, Jorge G.
1999 La herencia. Arqueología de la sucesión presidencial en México, México, Extra-Al-
faguara.
Castañeda, Jorge G. y Robert A. Pastor
1989 Límites en la amistad. México y Estados Unidos, México, Joaquín Mortiz-Planeta.
Castañeda Iturbide, Jaime y Francisco Castañeda Iturbide
1987 General Miguel Alemán González. Breve semblanza, Fundación Miguel Alemán,
A.C., disponible en <http://www.miguelaleman.org/visitas/sala-de-armas/bio-
grafia-gral-miguel-aleman-gonzalez>.
Cedillo, Juan Alberto
2007 Los nazis en México, México, Debate.
Central Intelligence Agency (cia)
1951 Situation Report: Mexico, enero 24, EU.
Centro de Inteligencia Antinarcóticos del Estado Mayor de la Defensa Nacional (cian)
1995 Avances en el análisis del narcotráfico en México, 2 de septiembre, México.
Chambliss, William
1978 On the Take: From Petty Crooks to Presidents, Bloomington, EU, Indiana Univer-
sity Press.
Chatfield, W.H.
1893 The Twin Cities of the Border. Brownsville, Texas, Matamoros, Mexico, and the
Country of the Lower Rio Grande, Nueva Orleans, E.P. Brandao.
Cirules, Enrique
1999 El imperio de La Habana, La Habana, Editorial Letras Cubanas.
Cosío Villegas, Daniel
1982 El sistema político mexicano. Las posibilidades de cambio, México, Cuadernos de
Joaquín Mortiz, pp. 28-29.
De la Garza Treviño, Ciro
1975 La Revolución Mexicana en el estado de Tamaulipas, t. II, Librería de Manuel Po-
rrúa, México.
Del Toro Rosales, Salvador
1996 Testimonios, Monterrey, Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma
de Nuevo León.
Diamond, Larry
1997 Is the third wave of democratization over?, Working paper # 237, The Helen Kellogg
Institute for International Studies, University of Notre Dame, marzo.
Engels, Friedrich
1974 “Del socialismo utópico al socialismo científico”, en Marx, K. y F. Engels, Obras
escogidas, t. III, Moscú, Editorial Progreso.
Figueroa, Yolanda
1996 El capo del Golfo. Vida y captura de Juan García Ábrego, México, Grijalbo.
Flores Pérez, Carlos Antonio
2009 El Estado en crisis: crimen organizado y política. Desafíos para la consolidación de-
mocrática, México, ciesas.
2010 “Organized crime and oficial corruption in Mexico”, en Donnelly, Robert A. y
David A. Shirk, Police and Public Security in Mexico, EU, University Readers.
Garay Salamanca, Luis Jorge et al.
2008 La captura y reconfiguración cooptada del Estado en Colombia, Bogotá, Fundación
Método/Fundación Avina/Transparencia por Colombia.
Geffray, Christian
2002 “Drug Trafficking and the State”, Globalization, Drugs and Criminalisation. Final
Research Report on Brazil, China, India and Mexico, Unesco, Management of
Social Transformations.
Ghani, Ashraf y Clare Lockhart
2008 Fixing failed states. A framework for rebuilding a fractured world, Nueva York,
Oxford University Press.
Gil Mendieta, Jorge y Samuel Schmidt
2005 Estudios sobre la red política de México, México, iimas-unam.
González, Hugo Pedro
1983 Portesgilismo y alemanismo en Tamaulipas, Ciudad Victoria, Universidad Autónoma
de Tamaulipas/Instituto de Investigaciones Históricas.
González-Ruiz, Samuel, Ernesto López Portillo-Vargas y José Arturo Yáñez
1994 Seguridad pública en México. Problemas, perspectivas y propuestas, México, unam.
González Ruiz, Samuel, Natalie Depuis y Gleb Zingerman
2007 “La conspiración como modelo delictivo en el ‘Common Law’ y el sistema con-
tinental”, en Herrán, Mariano et al. (eds.), Análisis, técnicas y herramientas en el
combate a la delincuencia organizada y corrupción, México, Ediciones Coyoacán.
Gootenberg, Paul
2008 Andean cocaine. The making of a global drug, California del Norte, The Univer-
sity of North Carolina Press.
Grayson, George W.
1980 The Politics of Mexican Oil, Pittsburgh, Pennsylvania, University of Pittsburgh
Press.
2010 Mexico: Narco-Violence and a failed state?, Transaction Publishers, New Bruns-
wick/Londres.
Lupsha, Peter A.
1995 “Transnational Narco-corruption and Narco-investment. A focus on Mexico”,
disponible en <http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/mexico/rea-
dings/lupsha.html>.
Martínez, Guillermo
2004 Los crímenes de Oxford, Barcelona, Ediciones Destino.
Martínez, José
1999 Las enseñanzas del profesor: indagación de Carlos Hank González. Lecciones de poder,
impunidad y corrupción, México, Oceáno.
McCampbell, Colleman
1952 Texas seaport: the History of the Growth of Corpus Christi and the Coastal Area,
Nueva York, Exposition Press.
Medina, Luis
1979 Historia de la Revolución Mexicana. Civilismo y modernización del autoritarismo.
1940-1952, México, El Colegio de México.
Meyer, Lorenzo
2002 “La institucionalización del nuevo régimen”, Historia general de México. Versión
2000, México, El Colegio de México.
Morin, Edgar
1991 El método. IV. Las ideas. Su hábitat, su vida, sus costumbres, su organización,
Madrid, Cátedra.
Morris, Stephen D.
1991 Corruption and politics in contemporary Mexico, Tuscaloosa/Londres, The Univer-
sity of Alabama Press.
Musto, David F.
1993 “Pautas en el abuso de drogas y la respuesta en los Estados Unidos”, en Smith,
Peter H., El combate a las drogas en América, México, Fondo de Cultura
Económica.
Niblo, Stephen R.
2001 Mexico in the 1940’s. Modernity, Politics and Corruption, Wilmington, Delaware,
A Scholarly Resources Public Inc.
Norwegian Refugee Council
2010 “Informe del Observatorio de Desplazamiento Interno del Consejo Noruego para
Refugiados sobre el desplazamiento forzado en México a consecuencia de la
violencia de los cárteles de la droga”, diciembre, disponible en <http://www.in-
ternal-displacement.org/8025708F004BE3B1/%28httpInfoFiles%29/E65A0D
75E1B5E8F8C125781F00318DF2/$file/Mexico_Dec2010_sp.pdf>.
O’Donnell, Guillermo
1999 “Polyarchies and the (Un)Rule of Law”, en Méndez, Juan E., Guillermo
O’Donnell y Paulo Sérgio Pinheiro, The (Un)Rule of Law and the Underprivileged
in Latin America, Notre Dame, University of Notre Dame Press.
Organización de las Naciones Unidas
2000 Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacio-
nal. Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de noviembre
de 2000, disponible en <http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/1292.pdf>.
2011 “Observaciones preliminares. El grupo de trabajo sobre las desapariciones forza-
das o involuntarias concluye su visita a México”, disponible en <http://www.hchr.
org.mx/files/informes/GTDFI.pdf>.
Paredes, Eliseo
1976 Homenaje a los fundadores de la heroica, leal e invicta Matamoros en el sesquicente-
nario de su nuevo nombre, Matamoros, H. Ayuntamiento de Matamoros.
Pierson, Paul y Theda Skocpol
2002 “Historical Institutionalism in Contemporary Political Science”, en Katznelson,
Ira y Helen V. Milner (eds), Political Science: State of the Discipline, Nueva York,
W.W. Norton.
Piñera Ramírez, David (coord.)
1994 Visión histórica de la frontera norte. Tomo VI. La frontera en nuestros días, 2a. ed.,
Tijuana, Universidad Autónoma de Baja California/Editorial Kino/El Mexicano.
Poppa, Terrence E.
2010 Drug Lord: A true story. The life and death of a Mexican kingpin, El Paso, Texas,
Cinco PuntosPress.
Portes Gil, Emilio
1941 Quince años de política mexicana, México, Ediciones Botas.
Presidencia de la República. Unidad de la Crónica Presidencial
1993 Diccionario biográfico del gobierno mexicano, México, Fondo de Cultura
Económica.
Reuter, Peter
1996 “The Mismeasurement of Illegal Drug Markets: The implications of its irrele-
vance”, en Pozo, Susan (ed.), Exploring the Underground Economy: Studies of Il-
legal and Unreported Activity, Kalamazoo, W.E. Upjohn Institute for Employ-
ment Research.
Rojas, Rafael et al.
2011 El último paredón. Asesinatos de la reputación en Cuba, Miami, Eriginal Books.
World Bank’s Governance Indicators, Daniel Kaufmann, Art Kraay y Massimo Mas-
truzzi
2000 “Governance Matters VIII: Aggregate and Individual Governance Indicators,
1996-2008”, disponible en <http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_
id=1424591>.
Zartman, William (ed.)
1995 Collapsed States: The Disintegration and Restoration of Legitimate Authority, Boul-
der, Lynne Rienner.
Zorrilla, Juan Fidel y Manuel Ignacio Salinas Domínguez
1994 “El noreste: Tamaulipas”, en Piñera Ramírez, David (coord.), Visión histórica de
la frontera norte. Tomo VI. La frontera en nuestros días, 2a. ed., Tijuana, Universi-
dad Autónoma de Baja California/Editorial Kino/El Mexicano.
Revistas especializadas
Bates, Robert H.
2008 “State failure”, Annual Review of Political Science, vol. 11, junio.
Buscaglia, Edgardo
2008 “The Paradox of Expected Punishment: Legal and Economic actors Determining
Success and Failure in the Fight against Organized Crime”, Review of Law and
Economics, vol. 3, disponible en <http://papers.ssrn.com/soL3/papers.cfm? abs-
tract_id=1161204>.
Buscaglia, Edgardo y Jan Van Dijk
2003 “Controlling organized crime and corruption in the public sector”, Forum on
Crime and Society, vol. 3, núms. 2 y 3, diciembre.
Camp, Roderic Ai
1976 “Education and political recruitment in Mexico: The Aleman Generation”, en
Journal of Inter American Studies and World Affairs, vol. 18, núm. 3, agosto.
Campbell, Lisa J.
2010 “Los Zetas: operational assessment”, en Small Wars & Insurgencies, vol. 21, issue 1,
marzo, pp. 55-80.
Carment, David
2003 “Assessing state failure: implications for theory and policy”, Third World Quar-
terly, vol. 24, núm. 3.
Felbab-Brown, Vanda
2009 “The Violent Drug Market in Mexico and Lessons from Colombia”, Foreign
Policy at Brookings, Policy Paper, Brookings Institution, núm. 12, marzo.
Gros, Jean-Germain
1996 “Towards a taxonomy of failed states in the New World Order: decaying Soma
lia, Liberia, Rwanda and Haiti”, Third World Quarterly, vol. 17, núm. 3.
Helman, Gerald B. y Steven R. Ratner
1992-1993 “Anarchy rules: saving failed states”, Foreign Policy, invierno, issue 89.
Hellman, Joel y Daniel Kauffman
2001 “La captura del Estado en las economías en transición”, Finanzas y Desarrollo,
septiembre, vol. 38, núm. 3.
Hellman, Joel, Geraint Jones y Daniel Kauffman
2000 “Seize the State, seize the day. State Capture, Corruption and Influence in Tran-
sition”, Policy Research, Working paper 2444, World Bank, World Bank Insti-
tute, Governance, Regulation, and Finance Division, Europe and Central Asia
Region, Public Sector Group, European Bank of Reconstruction and Develop-
ment and Office of the Chief Economist, septiembre.
Justia US Law
s.f. “Matter of De González V. Custodian of Records of USB AG”, disponible en
<http://law.justia.com/cases/new-york/other-courts/2007/2007-50553.html>.
Lemay-Hebert, Nicolas
2009 “Statebuilding without Nation-building? Legitimacy, State Failure and the Limits
of the Institutionalist Approach”, Journal of Intervention and Statebuilding, 3: 1.
Logan, Justin y Christopher Preble
2008 “Fixing failed states. A cure worse than the disease?”, Harvard International Re-
view, vol. 29 (4), invierno.
Mcillwain, Jeffrey Scott
1993 “Organized Crime: A Social Network Approach”, Crime, Law & Social Change,
núm. 32, Holanda.
Naylor, R.T.
1997 “Mafias, Myths and Markets: On the Theory and Practice of Enterprise
Crime”, Transnational Organized Crime, vol 3, núm. 3.
O’Donnell, Guillermo
1978 “Apuntes para una teoría del Estado”, Revista Mexicana de Sociología, vol. 40,
núm. 4, Estado y clases sociales en América Latina, octubre-diciembre.
O’Neil, Shannon
2009 “The Real War in Mexico. How Democracy Can Defeat the Drug Cartels, Foreign
Affairs, vol. 88, núm. 4.
Pierson, Paul
2000 “Increasing Returns, Path Dependence, and the Study of Politics”, en The Ameri
canPolitical Science Review, vol. 94, núm. 2 (junio), American Political Science
Association.
Reuter, Peter
2009 “Systemic violence in drug markets”, Crime, Law & Social Change, vol. 52, núm. 3.
Suárez, Francisco, Marcela Jabbaz y Fernando Isuani
2001 “La corrupción organizacional: aportes para el desarrollo teórico-conceptual”,
Revista Probidad, edición 14, mayo-junio.
Thoumi, Francisco
2005 “The Colombian competitive advantage in illegal drugs: the role of policies and
institutional changes”, The Journal of Drug Issues, enero 1.
“The numbers game: Let’s all guess the size of the illegal drug’s industry!”, en The
Journal of Drug Issues, Miami, Florida State University, School of Criminology
& Criminal Justice, invierno.
Tokatlian, Juan Gabriel
2008 “La construcción de un Estado fallido en la política mundial: el caso de las relacio
nes entre Estados Unidos y Colombia”, Análisis político, vol. 21, núm. 64, sep-
tiembre-diciembre, Bogotá.
Williams, Phil
2009 “Drug Trafficking, Violence, and the State in Mexico”, Strategic Studies Institute,
abril de 2002.
Prensa nacional
Avance
1971a “Narcotraficante internacional fue capturado por agentes federales”, 27 de julio,
México, p. 6.
1971b “Se ahorcó Suárez Domínguez”, 5 de agosto, México, p. 8.
CNN-Expansión
2007 “González Barrera, el banquero improbable”, 29 de noviembre, disponible en
<http://www.cnnexpansion.com/negocios/2007/11/29/el-banquero-
improbable>.
CNN-México
2011 “El Chapo Guzmán: una década de la fuga del mayor narco mexicano. El narco
más importante de México y líder del Cártel de Sinaloa corrompió a las autori-
dades del penal de Puente Grande antes de fugarse”, 18 de enero, disponible en
<http://mexico.cnn.com/nacional/2011/01/18/el-chapo-guzman-una-decada-
de-la-fuga-del-mayor-narco-mexicano>.
Contralínea
2012 “Asesinan al general Acosta Chaparro”, 21 de abril, disponible en <http://contra-
linea.info/archivo-revista/index.php/2012/04/21/asesinan-al-general-acosta-
chaparro/>.
El Día
1971 “México debe dejar de ser productor de narcóticos o trampolín de venta”, 1 de
julio de 1971, México, p. 2.
El Heraldo de México
1971a “El narcotraficante peruano resultó ex jefe policiaco; lo consignan”, 29 de julio,
México, p. 12.
1971b “Elementos del ejército asestaron severos golpes a traficantes de estupefacientes”,
7 de agosto, México, p. 11.
El Nacional
1971 “Detiene la judicial a dos narcotraficantes que introducían mariguana a Estados
Unidos”, 16 de julio, México, p. 2.
El Sol de México
1971a “Narcotraficantes convierten en campo de batalla a Nuevo Laredo”, 1 de julio,
México, p. 11.
1971b “Contratan a ex hampones como agentes confidenciales”, 17 de julio, México,
p. 1, secc. A.
El Universal
2001a “Complot en fuga de ‘El Chapo’. Se montó sobre una estructura de complicidad:
Tello Peón. Promete Creel castigar con ‘toda la fuerza del Estado’ a responsables”,
21 de enero, México, disponible en <http://www2.eluniversal.com.mx/pls/im-
preso/noticia.html?id_nota=4496&tabla=primera>.
2001b “Revela González Calderoni ser amigo de Juan García Ábrego. Rompe el silencio
el ex funcionario de la Procuraduría General de la República y ofrece nueva in-
formación sobre el narcotráfico; permanece en una prisión de Texas”, 22 de
agosto, México, disponible en <http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/
noticia.html?id_nota=16778&tabla=notas>.
2002 “Falleció el fundador del Cártel del Golfo”, 12 de julio, México, disponible en
<http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=59269&
tabla=nacion>.
2003 “Ejecutan en McAllen a González Calderoni. Hechos: de un tiro en el cuello
ultiman al ex comandante; autoridades de EU desconocen aún los motivos; pre-
sumen ajuste de cuentas de Osiel Cárdenas”, México, 6 de febrero, disponible en
<http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=13964&
tabla=primera>.
El Universal
2004 “Ofrecen capos 2 mdd por matar al procurador”, 16 de junio, México, disponible
en <http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_
nota=16602&tabla=primera>.
2005 “Siempre he sido inocente: Raúl Salinas”, 14 de junio, México, disponible en
<http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=126100&
tabla=nacion>.
2008 “Fallece el general Manuel Díaz Escobar, presunto creador de Los Halcones”, 11
de septiembre, México, disponible en <http://www.eluniversal.com.mx/no-
tas/537572.html>.
2010 “Asesinan a candidato del pri en Tamaulipas”, 28 de junio, México, disponible
en <http://www.eluniversal.com.mx/notas/690925.html>.
2011a “En el sexenio, 34 mil 612 muertes ligadas al crimen”, 12 de enero, México,
disponible en <http://www.eluniversal.com.mx/notas/736870.html>.
2011b “Van 43 mil muertos en lucha a narco [sic]: dea”, 14 de octubre, México, dispo-
nible en <http://www.eluniversal.com.mx/notas/801079.html>.
2012a “Va pgr contra 3 ex gobernadores de Tamaulipas”, 30 de enero, México, dispo-
nible en <http://www.eluniversal.com.mx/notas/826420.html>.
2012b “Investiga pgr a 3 ex mandatarios del pri”, 31 de enero, México, disponible en
<http://www.eluniversal.com.mx/notas/826560.html>.
2012c “EU: Yarrington recibió sobornos del narcotráfico”, 23 de mayo, México, dispo-
nible en <http://www.eluniversal.com.mx/notas/848955.html>.
2012d “Catean 30 propiedades ligadas a ex gobernadores. Presume la pgr que los bienes
están a nombre de testaferros”, 7 de junio, México, disponible en <http://www.
eluniversal.com.mx/nacion/197276.html>.
El Universal Gráfico
1971 “Capturan cocaína pura valuada en un millón de pesos, en Culiacán”, 6 de agosto,
México, p. 7.
Excélsior
1971a “El presidente Nixon felicita a México por su labor en la lucha al narcotráfico”,
1 de julio, México, p. 1, secc. C.
1971b “Cayó en Culiacán una banda de mujeres traficantes de heroína”, 6 de agosto,
México, p. 16.
La Jornada
1996a “Presunto testigo acusa a David Cantú de mandar matar a Del Real”, 15 de
marzo, México, versión en línea.
1996b “Renuncia Rizzo García en NL”, 18 de abril, México, versión en línea.
La Jornada
1996c “Relata el hoy subdelegado de la pjf la labor de un año que condujo a la captura
del capo”, 18 de junio, México, versión en línea.
1996d “Comparecerá Rizzo ante el juez del caso Del Real, informa Clariond”, 19 de
julio, México, Monterrey, versión en línea.
1996e “Rizzo, interrogado durante 14 horas”, 24 de julio, México, versión en línea.
1997a “Cuatro militares a delegaciones de la pgr en BC, BCS y Sonora”, 25 de enero,
México, versión en línea.
1997b “El capo, aún preso: su abogado; versión de que ayudó a atrapar a Malherbe”, 2
de marzo, México, versión en línea.
1997c “Carlos Peralta, ex directivo de Iusacell, prófugo por fraude fiscal”, 3 de marzo,
México, disponible en <http://www.jornada.unam.mx/1997/03/03/peralta.
html>.
1997d “Se esfuma Humberto García Ábrego cuando declaraba en el incd”, 1 de marzo,
México, versión en línea.
1997e “Obtiene Humberto García Ábrego otro amparo; teme orden de captura”, 26 de
marzo, México, versión en línea.
1997f “Involucrados en corrupción, 17 miembros del ejército: pgr de Chihuahua”, 1
de agosto, México, versión en línea.
1997g “Dos narcos y un juez escaparon este año en forma similar”, 26 de octubre, Mé-
xico, versión en línea.
1998 “Raúl, el hermano mayor, protector de cárteles, señala Del Ponte”, 21 de octubre,
México, disponible en <http://www.jornada.unam.mx/1998/10/21/ponte.
html>.
2001a “Se fuga El Chapo Guzmán del penal de Puente Grande; arraigan al director y a
33 custodios. La pfp toma el control de la vigilancia en las cárceles de alta segu-
ridad. Más de 120 agentes de élite, de la pjf, se trasladaron a Jalisco en busca del
narco”, 21 de enero, México, versión en línea.
2001b “Pide Tello Peón ayuda para localizar a El Chapo. La autoridad sí actuó ante de-
nuncias de anomalías en Puente Grande, asegura. Se sabía de irregularidades
desde 99, dice la titular de Derechos Humanos de Jalisco”, 22 de enero, México,
disponible en <http://www.jornada.unam.mx/2001/01/22/008n1pol.html>.
2001c “El Chapo salía de Puente Grande custodiado por autoridades: cndh”, 23 de
enero, México, disponible en <http://www.jornada.unam.mx/2001/
01/23/003n1pol.html>.
2003 “Demanda Raúl Salinas al dueño de TV Azteca el pago de 29.8 millones de dó-
lares”, 17 de julio, México, disponible en <http://www.jornada.unam.
mx/2003/07/17/007n1pol.php?origen=index.html&fly=1>.
La Jornada
2005 “Pide la FEMOSPP que se aprehenda a Echeverría por la matanza del 68”, 20 de
septiembre, México, disponible en <http://www.jornada.unam.mx/2005/09/20/
index.php?section=politica&article=018n1pol>.
2006a “Cierran juicio hoy en Francia contra Raúl Salinas de Gortari y Adriana Lagarde”,
2 de mayo, México, disponible en <http://www.jornada.unam.mx/2006/05/02/
index.php?section=sociedad&article=057n1soc>.
2006b “La fiscalía de París no apelará la absolución a Raúl Salinas”, 16 de mayo, Méxi-
co, disponible en <http://www.jornada.unam.mx/2006/05/16/index.php?sectio
n=politica&article=023n2pol>.
2008 “Imposible, que Raúl Salinas reciba un peso del dinero que Suiza le congeló, se-
gún pgr”, 19 de junio, México, disponible en <http://www.jornada.unam.
mx/2008/06/19/index.php?section=politica&article=024n1pol>.
2009 “Acusan al titular de la ssp de violar la ley al designar a un comisionado. Nombró
García Luna a funcionario que fue cesado de la pgr”, 8 de junio, México, disponi-
ble en <http://www.jornada.unam.mx/2009/06/08/politica/020n2 pol>.
2010 “Confirman captura de hijo de Martínez Domínguez en NL. Lo tiene la siedo;
le imputan nexos con el crimen organizado”, 29 de junio, México, disponible en
<http://www.jornada.unam.mx/2010/06/29/politica/017n1pol>.
2011 “Ejército, Marina y pf buscan vivo o muerto a El Chapo: W.P. Calderón creó
fuerzas especiales para capturar al capo y ‘conjurar la versión de que se le protege’”,
29 de octubre, México, versión en línea.
La Prensa
1971 “Plantíos de amapola y mariguana, destruidos”, 23 de julio, México, p. 29.
Le Monde Diplomatique
2008 “¿Por qué ganan los delincuentes?”, septiembre, México, núm. 1, pp. 1, 3-6.
Milenio
2008 “Ex funcionario de pgr, cerca de recuperar bienes asegurados. Luis Esteban
GarcíaVillalón está a punto de recuperar los más de 25 millones de dólares, dos
aviones y otras propiedades que le fueron aseguradas el 24 de mayo de 1990”, 16
de noviembre, México, disponible en <http://impreso.milenio.com/
node/7146317>.
2010a “El cártel del Golfo echa a Los Zetas de Tamaulipas. La violencia en varias
ciudadesdel estado, parte de la lucha entre esas organizaciones. Empresarios
confían en que se acaben las extorsiones cobradas por los pistoleros”, 4 de mayo,
México, disponible en <http://impreso.milenio.com/node/8745954>.
2010b “Congratula a Mauricio liberación de hijo de Martínez Domínguez”, 13 de di-
ciembre, México, disponible en <http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias20
11/1b6bcde8bf538d981ccb8ca58c1718bb>.
Milenio
2011 “Sócrates Rizzo admite narcopactos durante gobiernos priistas”, 24 de febrero,
México, versión en línea.
2012a “Congelan las cuentas de Yarrington y otros tres. Las investigaciones involucran
al también ex gobernador Eugenio Hernández, pero no mencionan a Manuel
Cavazos Lerma”, 1 de junio, México, versión en línea.
2012b “pgr busca a 12 ligados a Yarrington y Hernández. Supuestamente son respon-
sables de diversos delitos, además de que podrían tener nexos con el crimen or-
ganizado”, 11 de junio, México, versión en línea.
Milenio Semanal
1998 “La red política del narco: Carrillo Olea, Hank, Federico de la Madrid. Informe
secreto de inteligencia militar”, 18 de mayo, México.
2011 “La mordaza del narco en Tamaulipas: No queda más que obedecer. En amplias
regiones de Tamaulipas, el periodismo se practica bajo la tutela de Los Zetas y del
Cártel del Golfo; no hacerlo cuesta la vida o el exilio”, 18 de diciembre, México,
disponible en <http://www.msemanal.com/node/5070>.
Proceso
1978 “Sólo sus chicharrones truenan. En Tamaulipas, corrupción y cinismo”, 16 de
enero, México, versión cd.
1980 “De bandolero estudiantil a delegado del ddf. Sánchez Duarte, inventado como
líder para la agresión al rector Chávez”, 21 de enero, México, versión cd.
1984a “Muchos ex políticos recordaron a Alemán a un año de muerto, en una ceremo-
nia”, núm. 0394-24, 21 de mayo, México, versión cd.
1984b “Alemán, Hank, Balsa, Larrea, Moreno Valle Jr., entre los dueños. El gobierno
bendice y subsidia el juego en cuatro hipódromos”, 28 de mayo, México, versión cd.
1984c “Datos sobre Federico Martínez Manautou” (carta de lector), 18 de junio, Mé-
xico, versión en cd.
1986a “Los periodistas inermes. Se alarga la lista de asesinados”, 27 de julio, versión cd.
1986b “En Matamoros todos conocen a los asesinos, pero se esfumaron”, 4 de agosto,
México/Matamoros, versión cd.
1989 “Alternaba públicamente con políticos y funcionarios. Félix Gallardo ‘el hombre
más buscado del mundo’ durante 18 años, nunca se ocultó”, 17 de abril, México,
versión cd.
1990 “Asunto de familia, dijo su hermano. Rodolfo Sánchez Duarte y dos amigos,
ametrallados”, 26 de noviembre, México, versión cd.
1991 “A los 77 años y en silla de ruedas. ‘New York Times’ censuró la impunidad en
México y en seguida la Judicial capturó a Juan N. Guerra”, 28 de octubre, México,
versión cd.
Proceso
1992 “Caracterizado como represor, a Bartlett se le acusa de ligar a Gobernación con
el narco”, 8 de junio, México, versión cd.
1993a “Martínez Manautou, al fiscal: ‘No era conveniente para mí que se conocieran
mis inversiones en Estados Unidos’”, 1° de febrero, México, versión cd.
1993b “Roberto Polo era ejecutivo de cuenta en el Citibank. Zapata, designado por
López Portillo para investigar el saqueo, también sacó del país millones de dóla-
res”, 8 de febrero, México, versión cd.
1993c “Cómo operaba Martínez Manautou para sacar su riqueza del país. A los ‘paraísos
fiscales’, efectivo, acciones, obras de arte, joyas y oro”, 15 de febrero, México,
versión cd.
1993d “Novedades de Yucatán: la lista de narcoperiodistas”, 7 de junio, México, versión
cd.
1993e “Ceses, consignaciones y un nuevo organismo, ante la corrupción de la pgr”, 21
de junio, México, versión cd.
1993f “Martínez Manautou tuvo en México un avión de ‘gran capacidad y fácil manejo’;
lo vendió en McAllen”, 6 de septiembre, versión cd.
1994a “Plática de narcos, grabada por el fbi: ‘tenemos buenos amigos en este gobier-
no...’”, 12 de julio, versión cd.
1994b “Como brazo derecho de Coello Trejo, obtuvo del cártel del Golfo unos 50 millo-
nes de dólares, según un cómplice de García Ábrego. González Calderoni, hilo de
la maraña de corrupción y compadrazgos entre altos funcionarios mexicanos y
narcotraficantes”, 26 de septiembre, México, versión cd.
1994c “Expediente de la Procuraduría de la República sobre el imperio de García Ábre-
go. Contubernio de autoridades civiles y policiacas con el cártel del Golfo”, 3 de
octubre, México, versión cd.
1994d “Cárdenas González, Martínez Manautou, Américo Villarreal y Cavazos Lerma
prohijaron corrupción y delincuencia. La versión de un complot exclusivo de
priistas tamaulipecos, maniobra que encubre a personajes de alcance nacional”,
10 de octubre, México, versión cd.
1995a “El implacable espionaje telefónico desnuda sus actividades sospechosas. Ex locu
tora de Televisa, ex agente federal, contacto de jefes narcos, confidente de José
Córdoba... Marcela Bodenstedt y sus misterios”, 22 de mayo, México, versión cd.
1995b “Punta Sam, ‘pequeño’ paraíso de la familia Hank en el Caribe”, 29 de mayo,
México, versión cd.
1995c “Soy político y en México todos los políticos tenemos dinero fuera: ex goberna-
dor. Los sacadólares Martínez Manautoy y Aramburuzavala ganaron el juicio al
inversor Roberto Polo”, 26 de junio, México, versión cd.
Proceso
1996a “Monterrey, zona del silencio del dinero, despertó a balazos, rumores, sospechas
y renuncias”, 22 de enero, México, versión cd.
1996b “Othón, libre; Salinas y Córdoba, a salvo; y Colosio se aleja del martirologio. La
pgr de Lozano no sacó adelante su propia hipótesis: un complot desde Los
Pinos”,12 de agosto, México, versión cd.
1996c “En su captura, por una delación, participó un agente de la dea. El juicio de
García Ábrego, una vieja historia reciclada”, 14 de octubre, versión cd.
1997a “Un gran jurado en Houston ventilará lo que puede convertirse en el mayor es-
cándalo narcopolítico. Testimonios obtenidos por el Departamento de Justicia:
Raúl Salinas Lozano, sus hijos Carlos, Raúl y Adriana, los hermanos Ruiz Massieu
y Colosio, ligados a los principales capos”, 17 de febrero, México, versión cd.
1997b “Expediente SC/02/97/XII-E, Ministerio Público de la Primera Zona. Informe
militar sobre el general Gutiérrez Rebollo: otros oficiales del Ejército, agentes y
comandantes del incd y de la pgr, cómplices de Amado Carrillo”, 24 de febrero,
México, versión cd.
1997c “Fugas, robo de droga y poco avance en las investigaciones de asesinatos políticos,
balance del primer año de la pgr con Madrazo”, 3 de marzo, México, versión cd.
1997d “Contra el narco, Jorge Madrazo depura la Policía Judicial con la incorporación
masiva de militares”, 14 de julio, México, versión cd.
2001 “De Carmen Oralio Castro Aparicio”, 5 de mayo, México, versión en línea.
2004 “Cae Sócrates Campus Lemus, asesor de Macedo de la Concha”, 22 de abril,
México, disponible en <http://www.proceso.com.mx/?p=232908>.
2007 “El ingeniero Hank”, 2 de agosto, México, disponible en <http://www.proceso.
com.mx/?p=210139>.
2010a “‘Los Zetas’ y sus mantas contra Calderón y ‘El Chapo’”, 13 de febrero, México,
disponible en <http://www.proceso.com.mx/?p=109929>.
2010b “2006-2010. Estadísticas del horror”, 31 de octubre, núm. 1774, pp. 6-8.
Reforma (acceso en línea sólo con suscripción)
1995a “El segundo disparo: la narcodemocracia mexicana”, 23 de julio, versión en línea.
1995b “Liberan a García Ábrego”, 23 de septiembre, México, versión en línea.
1995c “Detienen de nuevo a García Ábrego”, 24 de septiembre, México, versión en línea.
1996a “Organiza dirigencia Cártel del Golfo”, 22 de enero, México, versión en línea.
1996b “Revelan peligrosidad de ‘El Chapo’ Guzmán”, 10 de marzo, México, versión en
línea.
1996c “Detienen a miembros del Cártel del Golfo”, 2 de abril, México, versión en línea.
1996d “Deposita su confianza en Suiza y Citibank”, 3 de junio, México, versión en línea.
1996e “Otro socio de Raúl”, 28 de junio, México, D.F., versión en línea.
Prensa local
El Bravo de Matamoros
1981a “Aprehenderán a federales por extorsionadores”, 1° de julio, Nuevo Laredo, , pp.
6-5, segunda sección.
1981b “Fianza de 3 millones de dólares fijó un juez a los tres traficantes de heroína”, 22
de agosto, Matamoros, p. 10, primera sección.
1982a “Llaman a México a jefe y subjefe de la polijudicial de Cd. Reynosa”, 7 de marzo,
Nuevo Laredo, p. 12, primera sección.
1982b “Se generaliza la protesta contra la dfs”, 12 de marzo, Nuevo Laredo, p. 1, se-
gunda sección.
1984 “Son novatos los asesinos: Zolezzi. Resolveré el caso, prometió”, 19 de mayo,
Nuevo Laredo, p. 4B.
El Correo. La revista de Tamaulipas
1995 “Martínez Manautou, exhibido”, 7 de julio, año III, núm. 60, número especial:
“A juicio en Suiza, la corrupción de Martínez Manautou”.
El Mañana de Nuevo Laredo
1947a “El gobernador de Sinaloa complicado en el tráfico de drogas. Los aviones para
llevar narcóticos son del Gral. Macías Valenzuela, al que antes se le había acusado
del asesinato del coronel Loaiza”, 14 de noviembre, Nuevo Laredo, pp. 1 y 4.
1947b “Presidente Alemán en un lugar ignorado de la sierra. Pasará corto descanso con
pocos acompañantes”, 14 de noviembre, Nuevo Laredo, p. 1.
1949 “‘Tenemos un gran presidente’, es comentario que hace el administrador de la
aduana, sobre el Sr. Lic. Alemán”, 30 de abril, Nuevo Laredo, p. 2.
1973a “Un detenido por el crimen cometido en el Río Bravo”, 7 de enero, Nuevo Lare-
do, p. 3, primera sección.
1973b “Pide el fiscal el expediente del asesinato de J. González”, 10 de enero, Nuevo
Laredo, p. 3, primera sección.
El Mañana de Nuevo Laredo
1973c “Posible secuestro cometió la mafia”, 10 de enero, Nuevo Laredo, p. 4, primera
sección.
1973d “Bolivia, Ecuador y Perú, principales abastecedores de drogas a EU”, 10 de enero,
Nuevo Laredo, p. 1, primera sección.
1973e “Decomisan más de un kilo de heroína y capturan a cinco narcotraficantes”, 11
de enero, Nuevo Laredo, p. 4, segunda sección.
1973f “Incautan droga. Su valor es de 9 mil dls”, 11 de enero, Nuevo Laredo, p. 4,
primera sección.
1973g “Detienen dos toneladas de mariguana en Oma, Texas”, 19 de enero, Nuevo
Laredo, p. 3, primera sección.
El Mundo
1947 “Una tragedia impresionante registrada en H. Matamoros. La Sra. Gloria Lande
ros fue muerta a balazos por su marido. Porque la visitaron sus padres. Delante
de sus hijos y de sus suegros, la dejó moribunda”, 24 de julio, Tampico, p. 1.
El Norte (acceso en línea sólo con suscripción)
1989a “Chao protege a primos de Caro Quintero”, 5 de julio, Monterrey, versión en
línea.
1989b “Delata Chao a otros quince implicados”, 13 de julio, Monterrey, versión en línea.
1990 “Niegan vender protección a narco. ¡Niegan proteger a García Ábrego!”, 21 de
septiembre, Monterrey, versión en línea.
1991a “Amenazan de muerte a reporteros foráneos. Supuestos narcos les exigen salir de
Matamoros”, 29 de mayo, Monterrey, versión en línea.
1991b “Denuncian reos ‘cártel de la charola’”, 30 de mayo, Monterrey, versión en línea.
1991c “Denuncia Carpizo que en Tamaulipas desoyen a cndh”, 6 de junio, Monterrey,
versión en línea.
1993a “Investigan asesinato de ex delegado de pgr”, 2 de febrero, Monterrey, versión
en línea.
1993b “Confiscan bienes a comandante de la pgr”, 9 de febrero, Monterrey, versión en
línea.
1993c “¿Quién es Erick Linares?”, 14 de abril, Monterrey, versión en línea.
1993d “Ponen fin al Cártel de Juárez”, 15 de abril, Monterrey, versión en línea.
1993e “Identifica pgr más sospechosos de asesinar a capo de la droga. Prevén pronta
captura en Matamoros de tres acusados”, 23 de abril, Monterrey, versión en línea.
1994a “Denuncian alianza de senador y cártel”, 13 de octubre, Monterrey, versión en
línea.
1994b “Testifica hoy en EU ex asesor de la pgr”, 25 de agosto, Monterrey, versión en
línea.
1994c “Aprehende la pgr a H. García Ábrego”, 21 de octubre, Monterrey, versión en
línea.
1994 “Investigan a funcionarios de Tamaulipas”, 29 de octubre, Monterrey, versión en
línea.
1995 “Data de juventud amistad de los Salinas con capo”, 7 de junio, Monterrey,
versión en línea.
1996a “Descarta la pj guerra de narcos”, 16 de enero, Monterrey, versión en línea.
1996b “Era buscado en NL desde el 93”, 16 de enero, Monterrey, versión en línea.
1996c “…Y las policías del estado ni sabían”, 16 de enero, Monterrey, versión en línea.
1996d “¿Será de aquí o de allá?: es estadounidense, insiste Relaciones...”, 17 de enero,
Monterrey, versión electrónica.
El Regional de Matamoros
1960j “Zeferino Vega y Manuel Duarte se ampararon contra formal prisión”, 13 de
mayo, Matamoros, página policiaca.
1960k “El juez federal le negó el amparo a Juan N. Guerra”, 11 de junio, Matamoros,
página policiaca.
El Siglo de Torreón
2004 “Cae ‘El Kelín’ del Cártel del Golfo”, 29 de octubre, Torreón, versión en línea.
El Sur
2002 “Acusan a Acosta Chaparro y Quirós de 134 homicidios en Guerrero en los 70”,
Acapulco, disponible en <http://www.suracapulco.com.mx/anterior/2002/sep-
tiembre/28/guerrero.htm>.
La Voz de la Frontera
1950a Columna “Bazar”, 13 de julio, Matamoros, p. 3.
1950b “Miguel Solís Alemán es nuevamente comandante”, 21 de julio, Matamoros, p. 1.
Noticiero de Ciudad Victoria
1947a “Comerciante de H. Matamoros que asesina a su joven esposa. Horrible tragedia
que se incubó con los humos del licor y un complejo absurdo”, 24 de julio,
CiudadVictoria, p. 1.
1947b “No quedará impune el salvaje asesinato de la señora G. Landeros”, 25 de julio,
Ciudad Victoria, Tamaulipas, p. 1.
1947c “Ahora van a ver cómo muere un presidente”, 26 de julio, Ciudad Victoria, p. 3.
1947d “Pide justicia el padre de Gloria Landeros, acusando a todas las autoridades de
Matamoros de estar vendidas o atemorizadas ante el sádico asesino Juan N.
Guerra.Ningún abogado matamorense se atreve a patrocinar la parte civil, por-
que temen a la familia Guerra. Toda clase de consideraciones se están dispensando
al criminal, las actas se levantan a su antojo y se le está preparando ya la libertad
bajo caución”, 31 de julio, Ciudad Victoria, p. 4.
1947e “La rápida intervención del Sr. gobernador evitó que quedara en libertad el uxo-
ricida Juan N. Guerra. Cese del Agente del M. Público en Matamoros, por venal
negligencia. Patética carta del padre de la asesinada en la que exhibe la corruptela
del personal judicial de allá. Salió para Matamoros el nuevo agente del Ministerio
Público, para evitar que se tuerza la acción de la justicia con dinero y las amena-
zas del criminal”, 31 de julio, Ciudad Victoria, p. 1.
1947f “El C. procurador de justicia salió ayer para Matamoros. El gobierno decidido a
restaurar el imperio de la ley en aquella ciudad de la frontera. Quedó sin efecto
el cambio de agentes del M. Público, pues De la Garza Kelly era el defensor de
Juan N. Guerra. Por órdenes expresas del señor gobernador, toda la población ha
sido despistolizada por fuerzas militares de la guarnición local”, 1° de agosto,
Ciudad Victoria, p. 1.
Prensa de Reynosa
1984a “Herido en una gangsteril emboscada. Maestro invita a un sujeto a su casa a tomar
café y lo recibe con ráfagas de metralleta”, 16 de mayo, Reynosa, p. 8A.
1984b “Rumores de que huyó el heridor de ‘El Cacho’ ”, 17 de mayo, Reynosa, p. 6C.
1986a “Asesinaron a dos valientes periodistas de Matamoros. Ernesto Flores Torrijosy
Norma Moreno, acribillados”, 18 de julio, Reynosa, p. 5D.
1986b “Sindicato de redactores pide a MMH aclare crimen de periodistas”, 19 de julio,
Reynosa, p. 1A.
1986c “Encabeza el procurador investigación sobre el doble crimen”, 19 de julio, Rey-
nosa, p. 5D.
1986d “Periodistas exigen justicia ante el alcalde y ante el procurador de justicia en el
Edo.”, 19 de julio, Reynosa, p. 5D.
1986e Desplegado, 21 de julio, Reynosa, p. 4D.
1986f “Sin avance en las investigaciones sobre la muerte de los periodistas”, 21 de julio,
Reynosa, p. 4D.
1986g “Plantón de protesta por crímenes de periodistas”, 22 de julio, Reynosa, p. 2A.
1987a “Lista de funcionarios en el nuevo gabinete de Tamaulipas”, 3 de febrero, Rey-
nosa, p. 5F.
1987b “El Lic. Aníbal Pérez extiende nombramientos”, 7 de febrero, Reynosa, p. 1B.
1987c “Nuevo director de Policía Judicial del Estado”, 7 de febrero, Reynosa, p. 1B.
1987d “En una o dos semanas, cambios en jefaturas de la Judiestatal”, 7 de febrero,
Reynosa, p. 4E.
1987e “César de la Garza, jefe de la pje”, 12 de febrero, Reynosa, p. 7B.
1987f “Toma posesión nuevo funcionario de la pgr. El licenciado Ernesto Santillana
Santillana será el nuevo coordinador de la campaña contra el narcotráfico”, 18 de
junio, Reynosa, p. 4E.
1987g “Cambios en cascada en la Judicial y Ministerio Público. Domingo Serna, a la
Judicial de Alemán; ratifican a Ramírez Franco; nombran a fiscales”, 22 de febre-
ro, Reynosa, p. 1E.
1987h “Pedro Cavazos suple a J.A. Gutiérrez en Camargo”, 22 de febrero, Reynosa,p. 1E.
1987i “Aplaude en Camargo la ratificación de Antonio Ramírez como jefe de la Judi-
cial”, 22 de febrero, Reynosa, p. 1E.
1987j “Formarán ‘Grupo Especial’ en la Judicial. Quedaría integrado por ex coman-
dantes y ‘supervisores’ de la corporación”, 23 de febrero, Reynosa, p. 6B.
1987k “Ricardo Zolezzi Cavazos ratificado en la Judicial”, 24 de febrero, Reynosa, p. 7D.
1987l “Antonio Galindo Ochoa, nuevo Segundo Com. del Resguardo Aduanal. Le dio
posesión el Administrador de la Aduana Hugo Ramón Pimentel”, 28 de febrero,
Reynosa, p. 6D.
Prensa de Reynosa
1987m “Designan nuevos funcionarios en gabinete de AVG”, 3 de marzo, Reynosa, p. 1A.
1987n “El nuevo equipo. Mentes frescas nos gobiernan. Raúl Morales Cadena, primer
subprocurador. Profesional del derecho con cultura jurídica. Tan moderado y
prudente como Aníbal Pérez V.”, 3 de marzo, Reynosa, p. 1C.
1987ñ “Ernesto Danache, nuevo comandante de pje. No más abusos de poder, prome-
te”, 11 de marzo, Reynosa, p. 8E.
1987o “Hoy asume la fiscalía federal el licenciado Francisco Cayuela”, 16 de marzo,
Reynosa, p. 1E.
1987p “Designan nuevo ampf en Miguel Alemán. El Lic. Francisco Cayuela Villarreal
sustituye al Lic. Armando Moreno G.”, 17 de marzo, Reynosa, p. 1E.
1987q “Rara fuga de reos”, 3 de abril, Reynosa, p. 6D.
1987r “Huyeron a los Estados Unidos los que escaparon de la cárcel. El celador cómplice
tampoco ha sido detenido”, 4 de abril, Reynosa, p. 4D.
1987s “La fuga de dos reos federales pone al descubierto argucias millonarias aquí.
Difícilsituación de celadores y hasta la del director de la cárcel, según se dice”, 5
de abril, p. 5D.
1987t “Toma posesión nuevo comandante de la pjf ”, 22 de abril, Reynosa, p. 4E.
1987u “Nuevo delegado del disen en N. Laredo”, 23 de abril, Reynosa, Tamaulipas,
p. 4E.
1987v “El Cmdte. Galván entregó la plaza a su sucesor”, 26 de junio, Reynosa, p. 6B.
1987w “Regino Vargas, designado visitador general de la pgr”, 19 de septiembre, Rey-
nosa, p. 1A.
1991a “‘Capo’ gobierna en Cereso de Matamoros”, 26 de abril, Reynosa, p. 8A.
1991b “Masacran a 2 colombianos”, 16 de mayo, Reynosa, p. 4E.
1991c “Caen narcos sinaloenses”, 16 de mayo, Reynosa, p. 6A.
1991d “Investiga el fbi y judiciales caso triple en Matamoros”, 17 de mayo, Reynosa,
p. 7A.
1991e “Cayeron en Reynosa los cómplices del narcotraficante capturado en Los Indios.
Hoy comparecerá ante el magistrado federal el principal cabecilla y conocido
hombre de empresa de esta localidad”, 17 de mayo, Reynosa, p. 6B.
1991f “¡Masacre en el penal. Saldo sangriento en Matamoros: 17 muertos y 3 heridos”,
18 de mayo, Reynosa, p. 1A.
1991g “Agreden a dos reporteros”, 18 de mayo, Reynosa, p. 2A.
1991h “Confío en que ningún funcionario esté involucrado. Afirmó el gobernador del
estado”, 19 de mayo, Reynosa, p. 11A.
1991i “Vuelve a la normalidad”, 19 de mayo, Reynosa, p. 11A.
Prensa de Reynosa
1991j “Mantienen narcos control del penal. Al mando de Oliverio Chávez Araujo”,19
de mayo, Reynosa, p. 2A.
1991k “Yo no entregué a Oliverio, afirma el subdirector de Cereso”, 19 de mayo, Rey-
nosa, p. 12A.
1991l “Aún hay un arsenal en el interior del Penal”, 20 de mayo, Reynosa, p. 1A.
1991m “Temen una fuga masiva. Ocultan reos metralletas y granadas de mano”, 20 de
mayo, Reynosa, 1A.
1991n “Apoya Salinas medidas antidrogas en Matamoros”, 22 de mayo, Reynosa, p. 1A.
1991ñ “Retiene Oliverio a 15 rehenes. Utiliza tanques de gas como escudos en el penal”,
23 de mayo, Reynosa, p. 1A.
1991o “Disminuye la tensión”, 27 de mayo, Reynosa, p. 1A.
1991p “Narcotráfico. De la ley seca a la dinastía de los Guerra y Oliverio Chávez Araujo”,
29 de mayo, Reynosa, pp. 1 y 3A.
1991q “Desafía a Oliverio enviado de la pgr. Subprocurador de justicia penetra al penal
y excarcela al lugarteniente del ‘capo’; interrogan a Urquiza y Salinas”,30 de
mayo, Reynosa, p. 1A.
1991r “Liberan penal; Oliverio, al DF. Operativo de agentes federales a las 4:40 de la
mañana; trasladan también a ‘El Colombia’, lugarteniente del ‘Zar de la cocaína’”,
31 de mayo, Reynosa, 1A.
1991s “Detienen a 3 comandantes. Señalan a César de la Garza, Larrazolo y Andrino
como cómplices de Oliverio. Arrestan al director y subdirector del Cereso; fiscal
federal, también implicado”, 31 de mayo, Reynosa, p. 1A.
1991t “Oliverio, de militar a ‘capo’”, 31 de mayo, Reynosa, p. 5A.
1991u “‘Oliverio el poderoso’. En sólo cinco años formó su imperio de narcotráfico”,1
de junio, Reynosa, p. 7E.
1991v “Liberan a cinco jefes policiacos. Urquiza y Salinas, consignados. Destituyen al
fiscal federal Chávez Cantú y al comandante de la pjf, José María Larrazolo;
comparecerán ante la pgr”, 1 de junio, Reynosa, p. 1A.
1991w “Urquiza, libre bajo fianza; Salinas, bajo reserva de ley. Deposita fianza de $10
millones; fiscal los exculpa de la mala administración de justicia”, 4 de junio,
Reynosa, 1A.
1991x “En Tamaulipas hay orden y autoridad. Fustigan sectores se atribuya sentido
políticoa conflicto entre narcotraficantes”, 4 de junio, Reynosa, p. 9A.
1991y “Investigan a cómplice del ‘zar de la cocaína’”, 5 de junio, Reynosa, p. 7A.
1991z “Reestructuración en pgr. Oficializan cambios y creación de nuevas corporacio-
nes; Carrillo Olea, firme. Pretende Morales Lechuga erradicar impunidad y pre-
venir corrupción; crea dos subprocuradurías, coordinaciones, fiscalías y unidades
especializadas”, 5 de junio, Reynosa, p. 1A.
Prensa de Reynosa
1991aa “Cambios en la judicial. Destituyen a un comandante y ordena el gobernador
remoción de 12 en el estado”, 5 de junio, Reynosa, p. 6A.
1991bb “Senado dijo ‘no’. Descarta juicio político contra Villarreal Guerra”, 12 de junio,
Reynosa, p. 1A.
1991cc “Oliverio a súper prisión. [sic] Trasladado a Almoloya. Cerón Vergara, también”,
12 de junio, Reynosa, p. 1A.
Zeta
2011 “50 mil ejecuciones”, 11 de julio, Tijuana, disponible en <http://www.zetatijua-
na.com/2011/07/11/50-mil-ejecuciones/>.
Prensa internacional
El País
1997 “Un ‘narco’ mexicano de la sede policial a mitad de su declaración. La noticia se
conoció después de la ‘certificación’ de EEUU”, 2 de marzo, Madrid, disponible
en <http://elpais.com/diario/1997/03/02/internacional/857257206_850215.
html>.
El Paso Herald Post
1948 “Mexican oil deal surprises official”, 25 de marzo, El Paso, Texas, p. 20.
1960 “Gunman charged in Villa slayed”, 23 de abril, El Paso, Texas, p. 11.
El Tiempo de Laredo
1945 “Preparativos para la recepción de Alemán en Nuevo Laredo”, 19 de octubre,
Laredo, Texas, p. 1.
Houston Chronicle
1988 “Suspected drug ring hit in fbi-led raid”, 7 de mayo, Edition 2 Star, El Paso,
Texas, p. 19, secc. 1.
1991a “Prison riot part of bloody cocaine turf war on the border”, 19 de mayo, Edition
2 Star, Houston, p. 1, secc. A news.
1991b “Drugs spark prison siege in Matamoros”, 19 de mayo, Edition 3 Star, Houston,
p. 1, secc. A news.
1991c “Mexico official vows to probe drug lord’s corruption claims”, 3 de mayo, Star
Edition, Houston, p. 1, secc. A.
1996 “Bloody past, but in whose hands? Reputed drug lord suspected but may never
be charged”, 3 de marzo, Edition 2 Star, Houston, p. 1, secc. State.
Libre
2007 “Cuba, sus cárceles de ayer y las de hoy”, 2 de mayo, p. 71, disponible en <http://
www.libreonline.com/PDF/May/05-02-07/5-2-07%20page%2071-80.pdf >.
Crónica Parlamentaria
1958 Información del Diario de los Debates, 23 de agosto, México, D.F., disponible en
<http://cronica.diputados.gob.mx/DDebates/44/1er/Ord/ 19580823.html>.
Diario Oficial de la Federación
1952 Decreto que reforma los artículos 43 y 45 de la Constitución Política de los Es-
tados Unidos Mexicanos, 16 de enero, México, D.F.
Fuentes documentales
Ramo Presidentes
Fondo dfs-ips
Versión pública del expediente:
• Alemán Valdés, Miguel, dfs, leg. 1.
• Arévalo Gardoqui, Juan, dfs, legajo único.
• Chao López, Rafael, dfs, legajo único.
• Del Toro Rosales, Salvador, ips, leg. 1.
• Espinosa Campos, Casimiro, dfs, legajo único.
• Flores Torrijos, Omar, dfs, legajo único.
• Gárate Legleu, Raúl, dfs, legajo único.
• Guerra Barrera, Advento, ips, legajo único.
• Guerra Cárdenas, Roberto, ips, legajo único.
• Hank González, Carlos, dfs, legs. 1 y 2; ips, leg. 1.
• Mariles Cortez, Humberto, dfs, legajo único.
• Martínez Domínguez, Alfonso, dfs, leg. 6.
• Martínez Manautou, Emilio, dfs, leg. 1; ips, legs. 1 y 2.
• Mendiolea Cerecero, Raúl, dfs, leg. 1.
• Organización de Tráfico de Drogas (Rafael Muñoz, Carmelo Avilés y Rafael Aguilar),
dfs, legajo único.
• Ortiz Mena, Antonio, dfs, legajo único.
383
Chetumal 216, 302, 361 228, 230, 255, 262, 293, 299, 300,
Chihuahua 75, 77, 81, 91, 99, 101, 129, 339, 342, 343, 347, 360, 365, 373
133, 134, 136, 213, 215, 221, 248, comisionado de Seguridades e Intercambio
301, 316, 352, 370 173
chilenos 59, 61 Comisión Federal de Electricidad 164
Chuy Sánchez 212 Comisión Kefauver 108
Ciro Domínguez 159 Comisión Local Agraria 86
Ciro Espinosa 141, 143, 147, 148 Comisión Nacional de Derechos Huma-
Citibank 279, 281, 282, 355, 357 nos 248, 321, 382
Ciudad de México 105, 107, 110, 113, Comisión Nacional del Maíz 98
119, 126, 132, 135, 167, 175, 187, Comisión Texana del Buen Vecino 173
189, 192, 207, 232, 283 Comité Ejecutivo Nacional 90, 207
ciudad Díaz Ordaz 190 Comité Pro Puerto Marítimo 177
Ciudad Madero 92, 95, 124, 182 compañía 57, 112, 113, 114, 115, 139,
Ciudad Miguel Alemán 136, 157, 159, 149, 164, 166, 211, 225, 233, 234,
161, 174, 175, 176, 190 261, 270, 281, 283
Ciudad Satélite 107 Compañía Nacional de Subsistencias Po-
Ciudad Victoria, Tamaulipas 85, 134, pulares (Conasupo) 208
139, 142, 143, 144, 145, 146, 147, Confederación Nacional Campesina 149,
148, 149, 150, 151, 197, 342, 343, 265
368, 369, 370 Confederación Nacional de Organizacio-
Clara Lerma 141 nes Populares 251
Claudio de la O. 246, 252 Congreso de la Unión 77, 118, 120, 121,
Claudio Robles Ochoa 166 155, 205, 207
Cleodomiro Peña 194 Congreso federal 261
Clínica Raya 229, 231, 232, 233, 234, Conrado Castillo 90
235, 238, 239, 303 Consejo Agrarista Mexicano 209
Club de Leones 178 Consejo Nacional de Población 182
Club de Sembradores de Amistad 178 Consejo Nacional de Turismo 102, 159,
Club Rotario 178 173
Coacalco 209 Consejo Noruego para Refugiados 41,
Coahuila 75, 77, 81, 83, 92, 93, 98, 126, 344
155, 174, 190, 218, 225, 289, 315, 367 constitucionalistas 83, 84, 97
Coalición Nacional Revolucionaria 171, Corpus Christi, Texas 152
196 corte federal 17
Colima 223 Cosa Nostra 108
Colombia 42, 44, 45, 51, 57, 61-64, 130, Costa Rica 51, 167
169, 172, 185, 187, 190, 192, 195, Fernando Gutiérrez Barrios 158, 172, 210,
211, 214, 219, 226, 228, 229, 251, 222, 223
253, 256, 257, 267, 268, 271, 272, Fernando López Arias 100, 118, 158, 159,
273, 276, 277, 278, 281, 282, 283, 162, 214
285, 286, 298, 300, 305, 306, 308, Fernando Martínez 226, 251, 252, 255
309, 319, 320, 322, 323, 339, 340, Fernando Martínez el Aguacate 226, 251,
341, 344, 349, 350, 355, 372, 374 255
estadounidenses 58, 62, 67, 74, 76, 77, Fernando Talavera 178
78, 79, 108, 109, 112, 133, 135, 185, Ferrero Enamel de México 103
186, 191, 192, 201, 217, 227, 228, Filipinas 45, 50, 167
229, 253, 272, 273, 275, 283, 296, Financiera y Fiduciaria Bush 114
319, 336, 338 First City Bank 267, 268
Eugenio Hernández Flores 318, 335 Fiscalía Especializada para la Atención de
Eulalio Vela 80 Delitos Contra la Salud 296
Eutimio Rodríguez 121 Fiscalía Especial para Movimientos Socia-
Everardo Perales Ríos 192 les y Políticos del Pasado 192
Ezequiel Padilla 104, 204 Florentina 189
Florentino Cuéllar 172
Florida 59, 60, 61, 66, 165, 349
F Foglio Miramontes 134
fraccionamiento Las Brisas 208
Facultad de Jurisprudencia 99, 289 Frago Sandoval 178
Facundo Hernández 195 Francia 46, 51, 58, 89, 165, 167, 187,
Federico Chapoy 124 279, 280, 353
Federico Martínez Manautou 210, 354 Francis Burton Harrison 57
Federico Ponce Rojas 264 Francisca Lerma 141
Felipe 155, 158, 160, 269, 236, 237, 316, Francisco Alcalá Quintero 166
236, Francisco Camacho Herrera 262
Felipe A. Flores 236, 237 Francisco Carrera Torres 85
Felipe García Segovia 155, 158, 160 Francisco Castellanos Tuexi 89, 116, 118,
Félix Díaz 83 138, 140, 168
Ferdinand Von Seiffert 75 Francisco Cayuela Villarreal 250, 374
Fernando Buch de Parada 103 Francisco Chavarría 212
Fernando Cantú García 190 Francisco Cortés Delgado 201
Fernando Casas Alemán 99, 115 Francisco Cortinas 253
Fernando de la Jara Martínez 224 Francisco Covarrubias 197
Fernando Garza Guzmán 287, 290 Francisco Galindo Ochoa 207, 246
Francisco García González 192 Gabriel Ramos Millán 98, 99, 103, 110
Francisco García Vega 257 Gabriel Suárez 209
Francisco González de la Vega 100, 122, García Montes 191
134 Gaynelle Griffin Jones 273
Francisco González Villarreal 85 Genaro Vázquez Rojas 188
Francisco Guerra 270 Genovevo Martínez 124
Francisco Gurrola 132 George Bush 173
Francisco I. Madero 83 George Gavito 263
Francisco Javier Bernal López 193 Germán Cortés de Lara 165
Francisco León de la Barra 83 Germán Rosas 212
Francisco Martínez Cárdenas 219 Germán Yépez 258, 259, 260
Francisco Pérez Monroy 266 Gilberto Figueroa 212
Francisco Quiroz Hermosillo 315 Gilberto Garza García 300
Francisco R. Serrano 98 Gilberto R. Limón 119
Francisco Treviño González 190 Gilbert Salinas 300, 357
Francisco Vázquez Gómez 83 Glenn Garret 173
Francisco Villa 155 Global Financial Integrity 66, 343
Franco 100, 124, 185, 186, 212, 214, 245, Gloria Landeros Olivera 139
373 Gómez Farías 93, 95
Franco Olivier 212 Gonzalo de Sandoval 71
Frank Costello 108 Gonzalo Garza 194
frontera 59, 61, 67, 69, 73, 74, 76, 77, 78, Gonzalo N. Santos 214
79, 80, 81, 82, 92, 93, 94, 111, 129, Gran Partido Demócrata de Tamaulipas
133, 135, 143, 155, 157, 160, 161, 86
174, 179, 182, 183, 185, 190, 191, Green Mountain 268, 269
195, 197, 257, 259, 286, 296, 334, Gringo Sánchez 259
345, 347, 366, 367, 368 Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales
Fulgencio Batista 62, 114, 165 292, 317, 319
Fundación Miguel Alemán 98, 214, 215, Grupo Especial de la Presidencia de la Re-
341, 385 pública 162
Fund for Peace 26, 45, 385 Grupo Financiero Interacciones 279
Grupo Financiero Serfín 280
Guadalajara 211, 218, 225, 248, 301, 322
G Guadalupe Galván 171
Guadalupe Haro Cervantes 148
Gabriel Ángel Gutiérrez Portillo 310, 312 Guanajuato 100, 210, 214
Gabriel F. Legorreta 204 Guasave 212
Jorge Calderón Frías 312 José López Portillo 181, 198, 201, 206,
Jorge Cárdenas González 200, 220, 221 213, 215, 218, 246, 281, 282
Jorge Carpizo 261, 303 José Luis Larrazolo 247
Jorge Carrillo Olea 265 José Luis Nassar Daw 277
Jorge Cerón Vergara 262, 264 José Luis Sosa Mayorga 262, 295
Jorge García Peralta 124 José Luis Tejeda 107
Jorge Hank Rohn 303 José Luis Weber 257
Jorge Lire Recio 158 José Manuel Rodríguez Lorrabaquio 251
Jorge Madrazo Cuéllar 313, 315 José Manuel Zozaya 72
Jorge Max Castillo 236, 237 José María Carbajal 78
Jorge Pasquel 103, 104, 110, 111, 134, José María Guardia 210, 359
137, 152 José Ma. Zárate Leal 123
Jorge Rojo Lugo 198 José Pérez Mendoza 174
Jorge Salazar Cárdenas 201 Joseph Marie Córdoba Montoya 303
Jorge Stergios 272, 278 José Ramos Lozano 147
Jorge Tello Peón 321 José Rumbo 195
Jorge Viesca Palma 103, 108 José Sandoval 149
Jorge Zumaya Hernández 312 José Yee Pérez 166
José Adame Lozano 147, 150, 152 J. Paul Getty 108
José Adolfo de la Garza Robles 291 Juan Alberto Larrazolo 247
José Antonio Bernal 321 Juan Andrew Almazán 204
José Carlos Aguilar Garza 192, 238 Juan Arévalo Gardoqui 221, 222, 305
José Castro Estrada 99 Juan Bautista Zolezzi Argüelles 154
José Contreras Subías 225 Juan Beltrán 162
José Cruz Contreras 205 Juan B. García 154
José del Avellano 201 Juan Carlos de la Peña Gómez 295
José E. Quintana 116 Juan Carlos Ramírez Abadía Chupeta 249
José Figueres Ferrer 167 Juan Collado 276, 277
José Francisco Ruiz Massieu 201, 267, 271, Juan de Dios Hinojosa 124
276, 277, 280 Juan Espino 194
José Guadalupe Herrera Bustamante 318 Juan Fernández Albarrán 171
José Guadalupe Salazar 255 Juan F. Trujillo 162
José Infante 156 Juan García Ábrego 8, 17, 21, 140, 174,
José Isabel López Rivas 310, 312 176, 192, 198, 201, 217, 221, 224-226,
José Ives Soberón 261 228-234, 238, 241-243, 248, 249,
José Juan Domene 205 251-259, 262-279, 284, 286-288, 290,
José L. Morante 84, 85 291, 294, 295, 298, 299, 302, 303,
305, 307, 309, 310, 312, 313, 317, Las Amarillas 270
318, 320, 321, 332, 334, 238, 239 Las Brisas 208, 275
Juan García González 106 Las Vegas 62, 226
Juan Gastélum Castro 202 Laura Bush 285
Juan Gómez Lemus 136 Lauro Aguirre 84
Juan Gómez Sariol 136, 204 Lauro Balderas 175
Juan González 174-177, 193, 194, 208, Lauro Rendón Valdez 123
278 Lauro Villalón de la Garza 126
Juan Guerrero Villarreal 126 Lázaro de la Garza Camargo 148
Juan Jesús Posadas Ocampo 322 Leo Joseph Dorney 164, 166
Juan José Esparragoza Moreno 322 Leonel Longoria 170
Juan José Tamez Fuentes 251 León F. Gual 116
Juan Manuel Lizardi García 295 Leopoldo Bello López 231
Juan Martín del Campo 201 Leopoldo del Real Ibáñez 287
Juan P. Salinas 169, 170, 372 Leopoldo Sánchez Celis 8, 178, 205, 207,
Juan Ramón Gurrola 132 209, 211-213, 216, 294
Juan Rodríguez Gallegos 190 Leopoldo Sánchez Duarte 213
Juansanta Martínez Lerma 312 Leopoldo Tapia 168
Julio R. Osuna de León 119 Leticia Martínez de González 283
Julio Sánchez Vargas 214 Ley Federal de Acceso a la Información 19
Julius Bèer Bank 279 Liga de Comunidades Agrarias 90
Junta Federal de Conciliación y Arbitraje Liga de las Naciones 57, 58, 60
103 Lima, Perú 187
Junta Federal de Mejoras Materiales 108, Lino González Pérez 205
154, 177 Llera 72, 95, 117, 118, 119, 123, 148
Juventino Cavazos 190 Lomas de Chapultepec 105
Juventino González Ramos 205 Lomas Taurinas 307
Lorenzillos 302
Lorenzo Mayoral Pardo 166
L Lorenzo Salas Medina 315
Los Ángeles, California 377
La Habana, Cuba 165, 175 Los Corrales 253
La Marina Vieja 218 Los Halcones 217, 218, 351
La Perota 195 los Mochis 212
La Pita 270 Los Zetas 315, 316, 317, 324, 325, 333,
Laredo, Texas 114, 132, 152, 187, 285, 334, 336
305, 377 Los Zorros 260
Óscar Malherbe 262, 263, 292, 293, 303 Perú 50, 55, 56, 58, 63, 186, 187, 362
Osiel Cárdenas Guillén 8, 21, 202, 203, Phelps-Dodge 112
242, 297, 298, 308, 309, 311, 312, Piedras Negras 152, 153, 155, 156, 163,
313, 319, 320, 323, 324, 332, 337 268, 270, 302, 305, 370, 174
Oswaldo Fourzán Márquez 265 Plácido Guerra 140, 141, 144, 145, 148,
176
Plan de Tuxtepec 80
P Polanco 105
policía de la ciudad 213, 260
Pablo Acosta Villarreal 301 Policía Federal de Caminos 223, 296
Pablo Aramburuzabala 281, 282, 283 Policía Fiscal Federal 166
Pablo Bush Romero 113-115, 285 Policía Judicial del Distrito Federal 140, 382
Pablo Macías Valenzuela 129, 134 Policía Judicial del Estado 154, 162, 188,
Pablo Valdez Maciel 195 194, 195, 232, 234, 237, 244, 245,
Pachuca 107 260, 263, 264, 265, 287, 288, 290,
Padilla 93, 95, 104, 164, 165, 166, 204 294, 305, 306, 309, 318, 321
Palmillas 93, 95 Policía Judicial Federal 135, 158, 160,
Parás 208 185, 186, 187, 192, 193, 215, 216,
Partido Acción Nacional 120 224, 225, 228, 230, 233, 235, 243,
Partido Antirreeleccionista 83 247, 248, 249, 251, 254, 262, 277,
Partido de la Revolución Mexicana 96 278, 284, 287, 289, 290, 295, 303,
Partido Demócrata 84, 86 312, 315, 361
Partido Liberal de Tamaulipas 83 Policía Secreta Cubana 166
Partido Nacional Revolucionario 87 Pompeyo Gómez 123, 142, 143, 144,
Partido Pro Unidad Cubana 167 145, 146, 147, 368
Partido Revolucionario Institucional 35, 201 Porfiriato 7, 60, 69, 71, 221, 340
Pascual Gutiérrez Roldán 166 Porfirio Castillo Delgado 244, 261, 264,
Pascual Ortiz Rubio 89 265, 266, 305, 306
Patricio Reyna 124 Porfirio Díaz 78, 80, 83
Pedraza 73, 124, 165 Poza Rica 162
Pedro Avilés Pérez 301 Praxedis Balboa Gojon 118, 123, 172, 173,
Pedro Canavati 175 206
Pedro Cavazos 245, 373 Presidencia de la República 35, 83, 87, 97,
Pedro Ojeda Paullada 214 102, 106, 132, 162, 168, 170, 174,
Pedro Vázquez Colmenares 202 196, 197, 205, 210, 214, 215, 248,
Pemex 101, 113, 114, 134, 166 279, 280, 289, 290, 301, 345
Pepsi Cola Mexicana, S.A. 166 Private Asset Management Inc 281
Secretaría General de Gobierno 122, 123 Sinaloa 75, 129, 134, 177, 178, 189, 207,
secretario de Agricultura 112, 116, 279 211-217, 222, 223, 225, 227, 294,
secretario de Bienes Nacionales 99 177, 295, 298, 300, 301, 303, 304,
secretario de Educación Pública 101 316, 319
secretario de Gobernación 97, 99, 105, Sobrevigilancia Aduanal 154, 160
107, 108, 117, 126, 210, 235 Sócrates Campos Lemus 192
secretario de Hacienda 99, 101, 134, 165, Sócrates Rizzo 287, 288, 289, 354
166, 208 Solidaridad 284, 285
secretario de Hacienda y Crédito Público Sonora 81, 85, 129, 216, 221, 224, 228,
99, 101 247, 315, 316, 352, 363
secretario de Industria y Comercio 176 Soto la Marina 72
secretario de la Defensa Nacional 119, spp 250
221, 305 subprocurador general de justicia del Esta-
secretario de la Presidencia de la República do 153
210 subprocurador general de la República
secretario del Trabajo y Previsión Social 99 122, 193, 226, 243, 264, 272
secretario de Recursos Hidráulicos 101 subsecretario de Fauna y Recursos Fores
secretario de Salubridad y Asistencia 205, tales 99
206 subsecretario de Ganadería 101, 215
Sedena 315, 317, 357 subsecretario de Gobernación 99, 223
Segunda Guerra Mundial 97, 114, 164 subsecretario de la Defensa Nacional 118,
Semanario Zeta 40 119
Sergio Arturo Mendoza 258 subsecretario de Relaciones Exteriores 101
Sergio García Ramírez 227 Suiza 45, 50, 57, 267, 268, 272, 279, 280,
Sergio Gómez 254, 291, 294 281, 282, 283, 353, 357, 362, 365, 366
Servando Canales 80 Suprema Corte de Justicia de la Nación 99,
Servicio de Inteligencia Militar Cubano 152, 243
165 Supremo Tribunal de Justicia del Estado
Servicios Aéreos del Centro 284 123
Servicio Secreto 158, 160 Susan Kempner 273
Severo Ramírez Gutiérrez 255 S. Walter Washington 383
shcp 161, 163
Sigmund Freud 57
Silvino Aguirre Fierro 302 T
Silvio Brussolo 244, 263
Simona Reyes Pruneda 193 Tampico 75, 78, 82, 84, 85, 92, 94, 95,
Simón Villar 314 113, 114, 117, 119, 120, 124, 125,
126, 134, 136, 139, 148, 182, 201, Tony González 173
204, 207, 267, 364 Torreón, Coahuila 190, 218, 367
Tancol, Tamaulipas 217 Transportes Refrigerados D.I. Calderón B.
Taurus 269 de Sinaloa 257
Teléfonos de México 101, 138 Tribunal Superior de Justicia 99, 100,
Televisión Azteca 280 143, 144, 146, 147, 214
Terrance Leonhardy 173 Tribunal Superior de Justicia del Distrito y
Tesorero General del Estado 124 Territorios Federales 214
Texas 15, 17, 74, 76, 77, 78, 79, 80, 113, Trinidad Villa 161
114, 132, 139, 152, 153, 168, 173, Tristán Canales 125
174, 176, 178, 187, 190, 192, 193, Tubos de Acero de México 103
216, 217, 218, 219, 225, 226, 228, Tula 83, 93, 95
231, 232, 233, 234, 238, 239, 253, Tuxpan 219
254, 256, 257, 258, 266, 267, 269,
271, 272, 273, 276, 278, 284, 285,
287, 301, 302, 304, 305, 306, 309, U
310, 336, 337, 341, 345, 350, 362,
363, 376, 377, 378, 379, 383, 384 Universidad Autónoma de Coahuila 289
Thadeus Rhodes 80 Universidad de Harvard 43
Tiburcio Garza Zamora 116, 126, 127, Universidad Nacional Autónoma de Mé
149, 156, 170, 172, 173, 196, 197, xico 213
205, 207, 245, 306
Tijuana 39, 73, 136, 138, 182, 185, 210,
216, 221, 225, 243, 248, 307, 319, V
339, 340, 345, 347, 376
Tito Reséndez Treviño 261, 264 Valentín Barrera 175
Tito Valencia 315 Valle Hermoso 182, 201, 295
titular del Ejecutivo federal 36 Venustiano Carranza 85, 98, 142
Tlacotalpan 107 Venustiano Guerra 123, 153
Tlaxcala 110 Veracruz 71, 73, 78, 97, 98, 99, 100, 102,
Tlaxcalantongo, Puebla 85 103, 105, 106, 107, 108, 116, 133,
Tomás Morlet 242, 243 214, 300, 308, 315, 366
Tomás Yarrington Ruvalcaba 17, 250, Vicente Fox 281, 315, 320
266, 284, 307, 312-314, 318, 320, Vicente Villasana 120
335-337 Víctor García 269, 270
Tony Canales 273, 274 Victoriano Huerta 83
Güemez
¿Cuáles son las razones que han hecho del estado de Tamaulipas una de
las regiones arquetípicas en términos de tráfico de drogas y violencia aso-
ciada a este fenómeno? Los procesos históricos que condujeron a la con-
solidación de estos fenómenos en Tamaulipas derivan del establecimiento
temprano de prácticas corruptas consolidadas por personajes que mantu-
vieron un amplio ascendiente sobre la entidad desde los años cuarenta.
El tráfico de drogas y su violencia no irrumpieron hace pocos años en
el escenario regional: estuvieron presentes desde tiempo atrás, auspicia-
dos por actores que las instituciones de seguridad y procuración de justi-
cia mexicanas habían detectado desde hace varias décadas.
El propósito de este libro es mostrar esos procesos y ubicar a los perso-
najes que —a partir de la evidencia contenida en documentos guberna-
mentales ahora públicos y en fuentes hemerográficas— parecen compartir
la responsabilidad histórica del desbordamiento institucional que hoy día
enfrenta esa entidad.
Éste es un trabajo que pretende ser útil tanto al investigador especiali-
zado como al público en general que puede interesarse en la materia y
en las implicaciones que ésta ha tenido para su vida cotidiana y la de sus
seres queridos, pues aborda una de las causas fundamentales de la vio-
lencia que hoy padecemos: la suplantación del interés público por intere-
ses de orden criminal en las instituciones que pretendidamente deberían