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Hipoacusia y Parálisis Cerebral

Hipoacusia o sordera
• La audición es la modalidad sensorial fundamental para que los niños desarrollen el uso
fluido del lenguaje hablado (Ling y Moheno, 2002)
• Utilizado para describir todos los tipos y grados de pérdida auditiva. En ocasiones suele
utilizarse como sinónimo de «deficiencia auditiva» e «hipoacusia» para hacer referencia
tanto a niveles de pérdidas auditivas leves como severas (Fernández y Pertusa, 2005).
• En el niño de temprana edad, la pérdida auditiva afectará el desarrollo del lenguaje, creando
una barrera comunicativa, que comprometerá el desarrollo del niño en su totalidad.
• Resulta imprescindible llevar a cabo un diagnóstico precoz que permita proveer al niño de
las prótesis auditivas adecuadas a fin de comenzar la intervención lo más temprano posible
Tipos de Hipoacusia
Hipoacusia leve (21 a 40 db):
Dificultades para discriminar auditivamente algunos sonidos consonánticos. Alteraciones serán de
índole fonético-fonológica, sin que se observe una afectación semántica y morfosintáxis.
Dificultades para comprender la palabra a una intensidad suave, a distancia y en ambientes
ruidosos.
Hipoacusia moderada (41 a 70 db):
La mayor parte del tiempo no oyen la voz hablada o lo hacen a una intensidad muy cercana a su
umbral auditivo. Deben realizar un esfuerzo atencional superior para adquirir el lenguaje.
Hay muchos fonemas que el niño no logra escuchar. Se generará un retraso en la adquisición del
lenguaje que afectará a todos los aspectos del lenguaje (fonético-fonológico, morfosintáctico,
semántico). Desarrollan de manera espontánea habilidades para la lectura labial.
Hipoacusia severa (71 a 90 db):
No hay percepción de la voz, salvo que ésta se emita a una intensidad muy alta. Estos niños no
logran adquirir el lenguaje de manera espontánea sin ayuda de prótesis auditiva.
Hipoacusia profunda (mayor a 91 db):
No hay percepción de la voz. Pueden llegar a percibir ruidos muy intensos, en especial si
corresponden a sonidos de bajas frecuencias. Falta de desarrollo del lenguaje, niños con deterioro (o
ausencia) de las respuestas de alerta auditiva y la orientación al estímulo. Candidatos al implante
coclear.
Clasificación según momento de aparición
PREVERBAL O PRELOCUTIVA: Cuando la pérdida auditiva se ha instalado antes de la aparición
del lenguaje (antes de los 2 años). Si es de grado severo o profundo, la pérdida auditiva interferirá
de manera devastadora sobre el proceso de adquisición del lenguaje.
PERIVERBAL O PERILOCUTIVA: Cuando el momento de instalación ocurre en el período de
mayor desarrollo del lenguaje (entre los 2 y los 4 años de edad). Se perderán las adquisiciones del
lenguaje más recientes. Dependiendo de que la edad del niño esté más próxima a los 2 o a los 5
años de edad.
POSTVERBAL O POSTLOCUTIVA: Cuando la hipoacusia se ha instalado luego de haberse
adquirido el lenguaje (a partir de 5 años). La dificultad consistirá en la imprecisión de la
articulación de los sonidos y en el deterioro de las cualidades de la voz debido a la falta de
retroalimentación acústica.
En personas con pérdida auditiva, el desarrollo espontaneo del lenguaje estará condicionado por la
confluencia de factores como:
1. Tipo y grado de pérdida auditiva
2. Configuración audiométrica
3. Etiología
4. Edad de aparición
5. Forma de aparición (gradual o súbita)
6. Estrategias de compensación desarrolladas espontáneamente
7. Entorno comunicativo en que se encuentre el niño
Adquisición del lenguaje en niños con hipoacusia
Existe un período de la etapa prelingüística en que el desarrollo del niño hipoacúsico transcurre en
paralelo con el del niño oyente.
Oller y Eilers (1988) apreciaron un retraso en el tiempo de instauración del balbuceo canónico en
los niños hipoacúsicos, en los cuales este hecho se ponía en evidencia entre los 11 y los 25 meses de
edad.
Se debe proveer al niño de prótesis auditivas adecuadas, el balbuceo comenzará a disminuir hasta
desaparecer debido a la pérdida de interés por el ejercicio kinestésico de sus órganos bucofonatorios
y a la falta de retroalimentación acústica.
La primera diferencia observable entre el niño hipoacúsico y el niño oyente ocurre entre los 5 y los
10 meses de edad, momento en el cual debería comenzar la etapa del balbuceo canónico.
El balbuceo resulta ser generador de un fuerte placer kinestésico; luego de esta etapa comienza el
balbuceo canónico, que está motivado principalmente por un placer propioceptivo auditivo, el niño
comienza a ajustar sus producciones a las del entorno cercano.
Sus emisiones no intentan reproducir las que se producen a su alrededor, ya que éstas, al no poder
percibirlas, carecen de sentido (Silvestre et al., 2003).
Lenguaje e Hipoacusia
DESARROLLO

La base del lenguaje está representada por el sistema fonológico debido a que procesa las unidades
funcionales psicolingüísticas más pequeñas y que éstas constituyen un sistema cerrado.
En los niños hipoacúsicos, la habilidad para desarrollar el sistema fonológico se ve seriamente
comprometida debido a la reducción de la información acústica recibida
La falta de adquisición del sistema fonológico producirá una reacción en cadena que dificultará la
habilidad del niño para adquirir el léxico y la morfosintaxis del entorno lingüístico (Luterman et al.,
2009).
CONSECUENCIAS

En el desarrollo global del niño, por lo que no sólo estará afectado el desarrollo lingüístico, sino que
también el desarrollo cognitivo, afectivo y social.
A causa no radica en la falta de desarrollo de lenguaje oral sino más bien en la falta de instauración
temprana de un código de comunicación, ya sea oral o gestual.
El potencial desarrollo cognitivo del niño con deficiencia auditiva dependerá más de la precocidad
de la intervención que de las características puramente audiológicas.
La mayor consecuencia que produce la hipoacusia desde el punto de vista afectivo emocional
resulta ser el aislamiento.
Evaluación y Diagnostico
• La evaluación audiológica de los niños detectados deberán realizarla profesionales idóneos
con amplios conocimientos en evaluación auditiva infantil
• La evaluación audiológica de los niños detectados deberán realizarla profesionales idóneos
con amplios conocimientos en evaluación auditiva infantil
• También resultará necesario que cuente con conocimientos de acústica del habla, desarrollo
normal infantil y patología del habla y el lenguaje.
PRUEBAS SUBJETIVAS:
• Audiometría de observación de la conducta
• Audiometría por refuerzo visual
• Audiometría por actuación
• Audiometría por juego o lúdica
• Audiometría tonal liminar
• Audiometría vocal
PRUEBAS OBJETIVAS
• Otoemisiones acústicas
• Potenciales evocados de tronco cerebral (PEAT)
• Potenciales evocados auditivos de estado estable multifrecuencial
• Impedanciometría
ESCALAS Y CUESTIONARIOS
• IT-MAIS «Escala de Integración Auditiva Significativa para Infantes- Niños Pequeños
• MAIS «Escala de Integración Auditiva Significativa»
• MUSS «Escala de uso significativo del lenguaje»
PRUEBAS DE EVALUACION DE PERCEPCION DEL HABLA
La aplicación o no de dichas pruebas dependerá exclusivamente del nivel de desarrollo madurativo,
cognitivo y lingüístico del niño. Estas pruebas tienen como objetivo determinar el uso funcional de
la audición, es decir, evaluar la capacidad para detectar, discriminar, identificar, reconocer y
comprender la palabra hablada.
De nada sirve la detección y el diagnóstico temprano si no se ofrece la posibilidad concreta de
acceder a un tratamiento oportuno en tiempo y forma.
Test de Ling: Tarea de detección de seis sonidos del habla —/a/, /u/, /i/, /m/, /y/ y /s/—presentados
a una intensidad conversacional normal. Constituyen una síntesis de todo el espectro de la palabra,
cada uno de ellos representa una información crítica de rangos frecuenciales diferentes. Se pueden
esperar tres tipos de respuestas diferentes: que sólo haga una manifestación de haber oído el sonido
(detección), señalar un dibujo que represente el sonido (identificación) o repetirlo (reconocimiento).
Test de Percepción Temprana de la Palabra (Early Speech Perception test, o ESP): Evalúa la
capacidad de identificación de palabras en formato cerrado a partir de diferencias de patrones
suprasegmentales y segmentales. El objetivo de la prueba consiste en categorizar la percepción de la
palabra en cuatro categorías: ausencia de percepción de patrones auditivos (categoría 1), percepción
de patrones auditivos (categoría 2), identificación limitada de palabras (categoría 3) e identificación
consistente de palabras (categoría 4)
Test de identificación de vocales: La prueba consta de cincuenta ítems de sílabas sin significado
con estructura CVC (consonante-vocal-consonante) que el niño debe repetir. En cada sílaba la
consonante inicial y final es la misma. Debido a que la prueba evalúa la capacidad de reconocer
palabras a partir de la información acústica tomada de las vocales, cada ítem se puntuará como
correcto si el niño logra repetir la vocal sin importar las consonantes. En los niños menores de 10
años habrá que adaptar la prueba a sus capacidades presentándole como estímulos sólo las vocales
de manera prolongada (sin las consonantes). El número de estímulos que se presentarán será el
mismo.
PARÁLISIS CEREBRAL
Puede definirse como la consecuencia de una lesión que ha sufrido el cerebro en desarrollo de una
persona, en un período que abarca desde la gestación hasta los 3 años de vida según las diferentes
definiciones. Esta afectación cerebral se manifiesta en que la coordinación muscular no es la
correcta, ni tampoco el tono muscular, todo ello queda reflejado en alteraciones más o menos
importantes del movimiento, que pueden afectar o no al habla (Katusic, 2012; Yearging-Allsopp y
Boyle, 2002).
Manifestaciones clínicas:
Las alteraciones del movimiento serán diferentes según el tipo de parálisis cerebral de que se trate y
según el grado de afectación, pudiendo afectar al habla y al desarrollo del lenguaje o no. Los
movimientos pueden estar «mal regulados», ser rígidos, lentos o extremadamente rápidos.
• La extensión y la gravedad de la lesión pueden ser muy variables
• En casos más graves puede resultar imposible la marcha, la sedestación, la manipulación
voluntaria, e incluso el habla.
• En casos más leves pueden pasar casi desapercibidos y manifestarse sólo en actividades
como la escritura, la manipulación fina, en pequeños defectos de la articulación, en la
prosodia, etc.
En relación con esta alteración general del movimiento, puede estar afectada la capacidad de
expresión del lenguaje en sus aspectos motores: articulación, respiración, fonación, voz. También el
proceso de adquisición del lenguaje, aunque esto no se puede atribuir de forma directa a la parálisis
cerebral, desde problemas muy leves, como la dificultad en producir correctamente un sonido
determinado, hasta la imposibilidad total del habla.
Clasificación: Describen básicamente el tipo de alteración motriz en cuanto a las dificultades que
provoca en el desarrollo psicomotor del niño.
Parálisis cerebral espástica: La lesión está a nivel de la corteza motora y vía piramidal
intracerebral. Manifiestan un aumento exagerado del tono muscular, con disminución de los
movimientos voluntarios. El movimiento es rígido y lento. El tono muscular es alto de forma
persistente. La espasticidad puede afectar a todo el cuerpo, sólo a un lado, o sólo a las extremidades
inferiores.
Parálisis cerebral atetósica: La lesión se sitúa en el sistema extrapiramidal, fundamentalmente en
los núcleos de la base. Movimientos involuntarios e incoordinados. Son característicos los cambios
bruscos de tono muscular, pasando de un tono bajo o normal a la hipertonía y viceversa. Un intento
de movimiento de alguna parte del cuerpo, de la boca, puede acompañarse de una contracción de los
músculos de la cabeza, el tronco, etc.
Parálisis cerebral atáxica: La lesión se sitúa en el cerebelo. Queda afectado el equilibrio, la
dirección y la coordinación de los movimientos.
Parálisis cerebral hipotónica: Generalmente son casos que luego evolucionan hacia alguna de las
otras formas de parálisis cerebral. Se caracteriza por un tono muscular general bajo en que al niño le
cuesta mantener la cabeza, el tronco, etc.
Formas mixtas: Suelen ser una combinación de espasticidad y de atetosis, aunque también pueden
darse combinaciones de los otros tipos.
Problemas del lenguaje
Se puede afirmar que alrededor de un 60% de los casos de parálisis cerebral presentarán problemas
de lenguaje. En principio, lo que caracteriza la parálisis cerebral es la dificultad motora en la
ejecución del lenguaje expresivo, existiendo, tal como se ha dicho, desde dificultades m uy leves
hasta la imposibilidad total de emitir un sonido comprensible.
El foco de atención diagnóstica y de intervención se ha situado tradicionalmente en las dificultades
motoras para hablar, y no tanto en las dificultades de adquisición del lenguaje
Desarrollo fonológico: retraso respecto al desarrollo típico, aunque globalmente siga las mismas
fases de desarrollo. Se manifestará en que llegarán a producir más tarde los diferentes sonidos.
Desarrollo morfosintáctico: tienden a simplificar la extensión de su discurso. Necesidad de adaptar
el texto a sus posibilidades motoras puede provocar que utilicen un léxico más restringido.
Aspectos semánticos: as interacciones verbales estarán reducidas por las dificultades en encontrar
interlocutores válidos; pueden tener un número bajo de interacciones, lo que repercutirá en un
empobrecimiento del lenguaje. Tendrán un número restringido de interlocutores y en ocasiones los
intercambios contarán con un número de informaciones bajo. el niño tendrá un lenguaje
comprensible, pero con un pobre nivel lingüístico y psicolingüístico.
Motores de expresión: pueden afectar a las funciones de respiración, fonación, voz, articulación,
con diferentes niveles de dificultad en cada uno de ellos:
• Mímica facial inexpresiva, pobre, lenta, o, por el contrario, con gestos bruscos, exagerados.
• Movimientos asociados de una parte del cuerpo (brazos, manos, hombros, cabeza, etc.) o de
todo él al hablar o intentar hablar.
• Los reflejos orales pueden no aparecer o, por el contrario, persistir hasta edades avanzadas.
• Con frecuencia está alterada la motricidad de la alimentación. Tardan en deglutir
correctamente y en masticar, o lo hacen con un patrón de deglución atípica.
• El balbuceo muchas veces es pobre y presenta dificultades en sus aspectos interactivos.
*Problemas de voz: se manifiestan ya desde edades tempranas y con frecuencia dan lugar a
síntomas disfónicos.
*Problemas de fonación y prosodia: la emisión fluida del sonido está alterada y muchas veces la
entonación, la melodía y el ritmo no están bien.
Diagnóstico del Lenguaje
Debemos diferenciar dos vertientes: exploración de los aspectos lingüísticos y psicolingüísticos, y
exploración de los aspectos motores del habla.
Aspectos lingüísticos y psicolingüísticos: La exploración debe ser similar a la de otros casos, con
independencia de que se trate de un caso de parálisis cerebral, si bien es cierto que el problema
motor nos obligará a realizar adaptaciones especiales en cuanto a la forma de llevar a cabo las
pruebas y de evaluarlas.
Pueden abarcar las siguientes áreas:
• Escalas de desarrollo.
• Índices de desarrollo.
• Pruebas sobre el nivel de desarrollo fonético.
• Pruebas de discriminación auditiva.
• Pruebas de nivel léxico.
• Pruebas de nivel morfosintáctico.
• Pruebas de semántica.
• Pruebas y observaciones sobre habilidades pragmáticas.
• Pruebas psicolingüísticas.
• Pruebas específicas sobre el desarrollo del lenguaje en la deficiencia mental.
• Pruebas de observación sobre conceptos: espaciales, temporales, descripción de láminas,
historietas, etc.
Aspectos motores
• Cuestionario familiar
• Partes del cuerpo relacionadas con la emisión de la voz
• Reflejos orales
• Respiración
• Alimentación
• Movimiento de los labios
• Movimiento de la lengua
• Velo del paladar
• Movimiento del maxilar
• Balbuceo
• Babeo
• Cara
• Fonación
• Voz
• Articulación

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