Está en la página 1de 1

ABOGADO TENEMOS

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 1ra. Juan 2:1

Hermanos, ciertamente que al leer y meditar en esta maravillosa declaración hecha por el
aposto Juan, podemos entender que nos invita a hacer una reflexión sobre la gracia y el
perdón que se nos ofrece a través de Jesucristo.

En nuestras vidas, es inevitable cometer errores y pecar en algún momento. Sin embargo,
la esperanza reside en el hecho de que no estamos solos en nuestra lucha contra el
pecado. Tenemos a Jesucristo como nuestro defensor, el Justo que intercede por nosotros
ante el Padre.

Ahora bien, esto nos lleva a considerar la importancia de reconocer nuestros errores,
arrepentirnos y buscar la misericordia divina. La gracia de Dios, manifestada a través de
Jesucristo, nos ofrece la oportunidad de reconciliarnos con nuestro Creador y seguir
adelante en nuestra vida espiritual.

La exhortación a no pecar no es un mandato imposible de cumplir, sino un recordatorio


de nuestra llamada a vivir una vida conforme a los principios divinos. Al mismo tiempo,
la presencia de Jesucristo como nuestro defensor nos brinda consuelo y confianza para
perseverar en nuestra fe, sabiendo que no estamos abandonados ni desamparados en
nuestras debilidades.

Finalmente, hermanos 1ra. Juan 2:1 nos anima a vivir conscientes de nuestra fragilidad,
pero también nos inspira a confiar en la gracia redentora de Jesucristo. Que esta verdad
nos guíe en nuestro diario caminar, recordándonos que, a pesar de nuestras faltas,
contamos con un Salvador que intercede por nosotros y nos llama a una vida en
comunión con Dios.

También podría gustarte