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Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando
alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; hebreos
12:15
Hermanos ciertamente al meditar en este versículo podemos observas que nos recuerda la
importancia de cuidar nuestras actitudes y emociones.
Ahora bien, el llamado a "mirar bien" nos insta a una autoevaluación constante. ¿Qué
raíces de amargura pueden estar germinando en nuestros corazones? ¿Estamos
permitiendo que las dificultades y los desafíos nos alejen de la gracia de Dios? La
reflexión en este versículo nos insta a mantener una mirada vigilante sobre nuestras
emociones y a abordar cualquier sospecha de amargura con la gracia y el perdón que
Dios nos ofrece.
Al cuidar nuestras actitudes, no solo preservamos nuestra conexión con la gracia de Dios,
sino que también evitamos contagiar a otros con las raíces venenosas de la amargura. Es
un recordatorio poderoso de cómo nuestras acciones y actitudes no solo nos afectan a
nosotros mismos, sino que también tienen un impacto en quienes nos rodean. En última
instancia, hebreos 12:15 nos insta a cultivar la gracia y el perdón, construyendo
relaciones saludables y preservando la conexión con la fuente de toda gracia: Dios, por
eso: Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando
alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados