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1-2
Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Si alguno ha pecado, tenemos
un abogado ante el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros
pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
TITULO Radical
INTRODUCCION
Dinámica El Abogado
Reunir en pareja a los chicos, uno es el abogado defensor y el otro es el acusado. El
acusado no debe hablar en ningún momento, el papel del abogado es defender al
acusado en todo el tiempo de la dinámica, es decir el coordinador le hará repentinas
preguntas a los acusados y los abogados son los únicos que deben hablar si el abogado
se queda callado o el acusado habla esa pareja pierde.
DESARROLLO
Juan nos enseña cuál es la relación entre el cristiano y el pecado.
El llamado a no pecar – Vs 1
El apóstol Juan nos dice que el propósito del evangelio es llevarnos a no pecar.
Cristo Jesús vino al mundo para salvarnos, no con nuestros pecados sino, de
nuestros pecados.
Juan nos dice que el propósito de él escribir esta epístola es para que no
pequemos más.
Que, aunque él usa frases radicales y fuertes en toda la epístola, él lo hace
porque les ama y punto.
Jesús no vino para que nuestros pecados fueran perdonados y nada más. Jesús
vino para que nuestra vida se apartara del pecado y se consagrara a Dios. Por
tanto, Dios nos llama a no pecar.
Es nuestro deber como creyentes, bajo el poder del Espíritu Santo, evitar todo
tipo de pecado.
Pero también debemos evitar todo aquello que nos lleve a pecar. Así de radical
Dios nos llama a hacer.Mateo 5:27-30
Muchas de estas cosas no son malas en sí mismo, pero pueden ser instrumentos
o medios para pecar y si eso es así en nuestras vidas entonces Dios demanda una
separación radical.
Pero, aunque ese es nuestro objetivo sabemos que somos pecadores. La perfección solo
se logrará en los cielos. ¿Cuál debe ser nuestra reacción ante la triste realidad de que
todavía pecamos?
Juan sabe que todos pecamos todos los días. No hay un día en el cual no
pequemos. Pero, si te das cuenta, Juan presenta el pecado como un caso
hipotético.
El no quiere dar la idea de que tenemos libertad para pecar. Nadie tiene libertad
para pecar. Nadie tiene libertad para hacer lo malo. 1 Corintios 7 22 Por eso él
dice “y si alguno hubiere pecado”. ¿Qué debe hacer? Debemos tratar con el
pecado bíblicamente.
Pero Juan nos dice algo más. Si hemos pecado, Dios ha provisto un remedio
para tratar con el mismo: Busca a Jesucristo porque Él es tu abogado.
Y esto que Jesús hace, no solo los hace por nosotros quienes hemos creído. Juan
nos dice, está salvación lo es para todo aquel en el mundo que cree en Jesucristo. “y no
solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”
No hay nada que puedas hacer para evitar que la ira de Dios te alcance, sino
poner tu fe en Jesús.
No hay santidad, bondad, justicia de nuestra parte que logre apaciguar la ira de
Dios solo la justicia de Cristo. Ese es el evangelio.
APLICACIONES:
Dios no llama a vivir una vida apartada de todo pecado. Hay una realidad en nuestras
vidas: el pecado sigue presente. Si pecamos tenemos delante del Padre al único abogado
que puede defendernos: a “Jesucristo el justo”. Ve a Él, en fe y arrepentimiento, y
alcanza perdón y consuelo para tu vida.