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¿POR QUÉ ESTOY AQUÍ?

¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es mi propósito en la vida?

Tal vez estás pasando por la vida insatisfecho, desenfocado, buscando


significado, pero nada llena el vacío. ¿Qué falta? ¿Cuál es el punto de todo
esto?

Para encontrar el verdadero significado de la vida, necesitamos saber quién


nos creó y para qué.

Toda vida comienza con Dios, quien diseñó a cada uno de nosotros a su
semejanza. La Biblia lo dice de esta manera: “Y creó Dios al hombre a su
imagen,… los creó varón y hembra” (Génesis 1:27). Fuimos creados por Dios
para ser como él, amarlo y tener una relación con él.

El problema es que en lugar de amarlo, elegimos amarnos más a nosotros


mismos. En lugar de servirle libremente, escogemos servirnos a nosotros
mismos. Esto se llama pecado y es lo que destroza nuestra relación con
Dios. Hasta que no restauremos esa relación, nunca sabremos nuestro
verdadero propósito.

Míralo de esta forma: hay un vacío que solo Dios puede llenar en todos
nosotros, y no importa lo que tengamos o logremos, ese vacío nunca se
llenará sino con Dios.

Como nuestro Creador, él tiene un plan para nosotros, y solo él puede


completarnos.

Él nos dio una manera para conectemos directamente con él y restaurar


nuestra tronchada relación a través de su hijo Jesucristo, quien cerró la
brecha entre nosotros y Dios.

Por medio de la fe en Jesús, puedes eliminar esa separación de Dios y llenar


ese vacío en tu corazón.

Dios te creo por una razón específica. Conócelo hoy y encuentra tu


verdadero propósito en la vida.
Paso 1 – El propósito de Dios: la paz y la vida
Dios te ama y quiere que experimentes la paz y la vida eterna. La
Biblia dice: “Tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo”. —Romanos 5:1 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio
a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino
que tenga vida eterna”. —Juan 3:16 “Yo [Jesús] he venido para que
tengan vida, y la tengan en abundancia”. —Juan 10:10 Entonces, ¿qué
nos impide tener la vida que Dios ha planeado para nosotros?

Paso 2 - El problema: nuestra separación de Dios


Dios nos creó a su imagen y semejanza. Nos dio una voluntad y la
libertad de elegir; nosotros elegimos desobedecer a Dios y seguir
nuestros propios deseos. Esto se llama pecado y nos separa de Dios.
La Biblia dice: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de
Dios”. —Romanos 3:23 “Porque la paga del pecado es muerte,
mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro
Señor”. —Romanos 6:23 Nuestra elección de pecar nos separa de
Dios. La gente ha intentado muchas formas de acercarse a Dios para
eliminar este distanciamiento. La Biblia dice: “Hay caminos que al
hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de
muerte”. —Proverbios 14:12 “Son las iniquidades de ustedes las que
los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar
su rostro para no escuchar”. —Isaías 59:2 No hay puente que pueda
llevarnos a Dios... excepto uno.

Paso 3 - El puente de Dios: la Cruz


Jesucristo murió en la cruz y resucitó de la muerte. Al hacerlo, pagó la
pena por nuestro pecado y tendió un puente entre nosotros y Dios.
La Biblia dice: “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios
y los hombres, Jesucristo hombre”. —1 Timoteo 2:5 “Porque Cristo
murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a
fin de llevarlos a ustedes a Dios”. —1 Pedro 3:18 Dios ha
proporcionado el único camino de vuelta a Él. Y tú debes elegir si
quieres tomar ese camino.
Paso 4 - Nuestra respuesta: recibir a Cristo
Debemos confiar y recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. La
Biblia dice: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. —Juan 1:12 “Si
confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que
Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo”. —Romanos
10:9 ¿De qué lado estás? ¿Con Cristo o sin Él? He aquí cómo puedes
aceptar a Cristo en tu vida:

 Admite tu necesidad. (Soy un pecador).


 Decide en tu corazón apartarte de tus pecados. (Arrepiéntete).
 Cree que Jesucristo murió por ti en la cruz y resucitó de la
muerte. (Sé salvo por la fe).
 Ora a Dios con tus propias palabras e invita a Jesucristo a
controlar tu vida por medio del Espíritu Santo. (Recíbelo como
Señor y Salvador).

Te sugerimos que ores de la siguiente forma para aceptar a Cristo


como tu Salvador:
 

“Querido Dios: Sé que soy un pecador y te pido perdón. Creo que


Jesucristo es Tu Hijo. Creo que Él murió por mis pecados y que Tú
lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirle
como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame
a hacer tu voluntad.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.

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