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Esta norma relaciona con el artículo 27 de la ley de impuesto a las ganancias que al
respecto establece:
“Todos los bienes introducidos en el país o dados o recibidos en pago, sin que exista un
precio cierto en moneda argentina, deben ser valuados en pesos a la fecha de su recepción
en pago, salvo disposición especial de esta ley. A tal efecto se aplicarán, cuando sea del
caso, las disposiciones del art. 68”
La disposición del artículo 27 es de carácter general y por lo tanto aplicable a todas las
ganancias gravadas, tanto de fuente argentina cuanto de fuente extranjera. Se refiere tanto a
operaciones de comercio exterior “bienes introducidos al país” como a cualquier otra clase
de operación con bienes: “dados o recibidos en pago”, en la medida que no exista “precio
cierto en moneda argentina” y establece como momento en que se debe practicar la
valuación “la fecha de su recepción en pago”.
Como es sabido, según sea la categoría de la ganancia las rentas se imputan por lo
percibido o por lo devengado.
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En la actualidad sólo existe un mercado de cambios (el libre) pero en otros tiempos existieron en forma
simultánea varios mercados (oficial, comercial, financiero, turístico) con diferentes valores.
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En segunda categoría, ver fallo del Tribunal Fiscal de la Nación “Sergui, Antonio J.” en el cual ante
diferencias de cambio originadas en un préstamo obtenido en el exterior a las que el contribuyente dedujo
como gasto, el Fisco pretendió si éxito darle el tratamiento de quebrantos de capital, no deducibles en el
impuesto. El TFN concluyó que se trata de un costo de la operación financiera, al igual que los intereses.
En igual sentido se resolvió también un caso de cobro de honorarios en el exterior con
posterior ingreso de las divisas al país. Se consideró que las diferencias de cambio no eran
computables pues la renta se había determinado en el momento en el que se realizó la
percepción en el exterior. Por extensión, la diferencia de cambio también fue considerada
renta de la fuente extranjera, a la sazón no sujeta al tributo.3
En este último aspecto debemos hacer una reflexión acerca de cuál es la fuente con la que
se vincula la diferencia de cambio, ya que podría entenderse que la diferencia de cambio ha
sido de fuente argentina (la devaluación es del peso argentino), aunque coincidimos en
que no es computable por la aplicación del “percibido” como criterio de imposición.
En cambio, las primera y tercera categorías imputan sus rentas por el sistema de lo
devengado por lo que pueden existir diversas situaciones en las que se produzcan
diferencias de cambio. Por ejemplo, al comprar con financiamiento bienes muebles se
producen diferencias de cambio al cancelar los pasivos generados por los mismos;
también al vender bienes a crédito.
Además, hay que tener en cuenta que a las rentas que no realizan ajuste por inflación (debe
incluirse aquí también a las de primera categoría que se imputan por lo devengado) se les
aplica la compensación de las diferencias de cambio con eventuales actualizaciones de
créditos exentas que pudieran tener, atento lo dispuesto por el art.20, inc.v).
Entonces, de las normas de los artículos 27 y 68 de la ley del impuesto surge que:
a) Los bienes introducidos en el país deben ser valuados a la fecha de su recepción
b) Los bienes dados en pago deben ser valuados a la fecha de su recepción
c) Los bienes recibidos en pago deben ser valuados a la fecha de su recepción.
d) Hay obligación de utilizar un sistema uniforme para contabilizar las operaciones en
moneda extranjera.
e) Los tipos de cambio deben ser los que fije la reglamentación para cada tipo de bienes
objeto del comercio.
f) Las diferencias de cambio se deben determinar:
1) por relevación anual de los saldos impagos;
2) por las variaciones producidas en las últimas valuaciones y el pago total o parcial
de los saldos;
g) Las diferencias de cambio así determinadas se imputan al balance impositivo anual.
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TFN Sala B. O’Farrell, Jorge Eduardo. 8/11/1967.
cierre del día en que se concrete la operación y de acuerdo con las normas y disposiciones
que, en materia de cambios, rijan en esa oportunidad”
Como una primera observación debemos decir que cuando la norma reglamentaria refiere
al “día en que se concrete la operación” no puede ser distinto al día establecido por la ley
en su artículo 27 “día de la recepción”. Es decir que el día de recepción de los bienes es
considerado el día en que se concreta la operación y siendo así las diferencias de cambio
posteriores a esa fecha son las que deben incidir en el balance impositivo.
Esta es una norma de valuación que sigue los principios delineados por los artículos 27 de
la ley y 97 del decreto antes trascriptos. Así, en la medida que sea una operación al
contado, el efectivo pago se produce simultáneamente el día de la recepción del bien y en
el caso de operaciones a crédito se respeta para la valuación el tipo de cambio del día de
recepción del bien.
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La diferencia de cambio de fuente extranjera se produce, por ejemplo, cuando a través de una sucursal en el
exterior se realicen inversiones en un tercer país y la moneda de este último país fluctúe respecto a la
moneda de país donde está la sucursal.
En la causa “Equipos y Materiales, S.A.C.I.” (07/04/1987) la Corte Suprema de Justicia de
la Nación sostuvo que ”... procede entender que constituye acto de disposición el empleo
económico de divisas atribuibles a ganancias de fuente argentina, cualquiera que sea la
modalidad que configure, para afectarlas a negocios jurídicos distintos de aquellos que las
generaron y con independencia de que implique o no su enajenación” .
Esto es así pues, tal como dispone el artículo 2 de la ley de Procedimiento Fiscal (ley
11683): “Para determinar la verdadera naturaleza del hecho imponible se atenderá a los
actos, situaciones y relaciones económicas que efectivamente realicen, persigan, o
establezcan los contribuyentes.”
Es por ello que la diferencia de cambio es considerada de fuente extranjera, porque la
devaluación de la moneda local se produce con independencia de la estructura de
inversión escogida por el contribuyente.
Si no se ingresan los fondos ni se dispone de ellos, se aplicará la norma de valuación según
el tipo de bien de que se trate. En este aspecto nos remitimos a las normas de valuación del
artículo 97 de la ley incisos b) y c).
Por lo tanto, siguiendo con el ejemplo, corresponde señalar nuestra conclusión respecto del
origen de la fuente:
Al respecto Luis O. Fernández5 señala que existe un antecedente en la ley 19.742 donde se
disponía también ese instante como fecha de entrada al país a efectos, precisamente, del
cómputo de las diferencias de cambio.
Limitar la aplicación del artículo 98 del Decreto Reglamentario, por considerar que el
mismo excluye de su aplicación a los bienes de uso habida cuenta que no son bienes objeto
del comercio, carece de sentido en razón de que, como se ha visto, debe considerarse que
las expresiones “fecha de recepción”, “día en que se concrete la operación” y “día de
entrada” coinciden con la fecha de despacho a plaza.
Por su parte, el Dr. Reig6 sostuvo que la expresión “otros bienes que sean objeto de
comercio” incluye “obviamente” a los bienes de uso (que son comprados/vendidos), con lo
cual no habría un tratamiento diferencial para éstos, o sea se valuarían igual que los bienes
de cambio.
5
Impuesto a las Ganancias. Ed. La Ley. 2005.
6
Impuesto a las Ganancias. Ed. Macchi. 8va. Edición. 1991.
2. Ganancias de fuente extranjera y diferencias de cambio
Brevemente diremos que las alternativas a y b determinan las ganancias del ejercicio fiscal
aplicando las normas del impuesto a las ganancias de nuestro país y las imputan de acuerdo
al criterio de transparencia, al mismo período fiscal.
Mientras que utilizando los vehículos c y d se sujeta a imposición a los dividendos o
resultados en el momento y por el monto de su distribución. A su vez, el tratamiento de la
renta será diferente según si el país de origen de la renta es considerado de baja o nula
tributación y en este caso si las ganancias tienen origen en rentas pasivas.
Ahora bien, el resultado del establecimiento estable en el exterior podría incluir diferencias
de cambio producto de la utilización de otras monedas, pero en el momento de la
conversión la renta es considerada un todo.7
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No se deben incluir los resultados negativos que configuren quebranto específico de fuente extranjera.
2.1. Conversión de las rentas de fuente extranjera obtenida por sujetos “empresa”
De la misma forma que los artículos 27, 68 de la ley y 97 y 98 del decreto reglamentario
se conjugan para definir la aplicación del tipo de cambio para determinar la renta de fuente
argentina, cuando se trata de renta de fuente extranjera son los artículos 132 y 158 de la ley
y 165 (VI) del decreto los que disponen las fechas y el tipo de cambio a emplear para
determinar la renta gravada.
En efecto para las ganancias de tercera categoría el artículo 158 de la ley primer párrafo,
excluyendo a los establecimientos estables regulados por el artículo 132, dispone que las
operaciones en moneda extranjera se conviertan a pesos según el tipo comprador o
vendedor del Banco de la Nación, del cierre del día en que se concreten las mismas. Esta
norma es aplicable a los casos de operaciones al contado.
Por el contrario, cuando existan operaciones financiadas es de aplicación el segundo
párrafo de la norma que dice: “Cuando las operaciones comprendidas en el párrafo
anterior, o los créditos originados para financiarlas, den lugar a diferencias de cambio, las
mismas, establecidas por revaluación anual de saldos impagos o por diferencia entre la
última valuación y el importe del pago total o parcial de los saldos, se computarán a fin de
determinar el resultado impositivo de fuente extranjera”.
El artículo VI agregado a continuación del 165 del decreto reglamentario, también remite
al artículo 158 antes citado.
a) Por diferencia entre la última valuación de activos y pasivos y la de los cobros o pagos
que se realicen;
Además, el tercer párrafo del mencionado artículo 158 en análisis, incluye una tercera
fuente de diferencias de cambio al decir:
c) “Si las divisas que para el residente en el país originaron las operaciones y créditos a
que se refiere el párrafo anterior son ingresadas al territorio nacional o dispuestas en
cualquier forma en el exterior por los mismos, las diferencias de cambio que originen esos
hechos se incluirán en sus ganancias de fuente extranjera”.
Es claro entonces que las diferencias de cambio que se incluyen en la ganancia de fuente
extranjera de la tercera categoría se originan por financiaciones: por las valuaciones de la
moneda original respecto de la moneda argentina al cierre del ejercicio, o al día de ingreso
de las divisas al país, o al día de su disposición en el exterior.
El dictamen reseña e interpreta primero las normas generales que regulan la determinación
de diferencias de cambio de fuente extranjera y seguidamente aborda el análisis particular
de tres cuestiones sometidas a consideración, adoptando uno u otro criterio según el caso.
2.2.1. Reseña e interpretación de los artículos 127, 132, 133 y 158 de la ley y 165 (VI)
del DR
Menciona que el artículo 127 del plexo legal prevé que son ganancias de fuente extranjera
"... las comprendidas en el artículo 2º que provengan de bienes situados, colocados o
utilizados económicamente en el exterior, de la realización en el extranjero de cualquier
acto o actividad susceptible de producir un beneficio o de hechos ocurridos fuera del
territorio nacional, excepto los tipificados expresamente como de fuente argentina y las
originadas por la venta en el exterior de bienes exportados en forma definitiva del país para
ser enajenados en el extranjero, que constituyen ganancias de la última fuente
mencionada".
Asimismo menciona que el segundo párrafo del mismo precepto aclara que "Tratándose de
ganancias de fuente extranjera no atribuibles a los referidos establecimientos, la ganancia
neta se determinará en moneda argentina", a cuyo efecto, y salvo en los casos
especialmente previstos en ese mismo título, "... las ganancias y deducciones se
convertirán considerando las fechas y tipos de cambio que determine la reglamentación, de
acuerdo con las normas de conversión dispuestas para las ganancias de fuente extranjera
comprendidas en la tercera categoría o con las de imputación que resulten aplicables".
En tal sentido, el artículo 158 del cuerpo legal bajo análisis dispone que "Salvo respecto
de las ganancias atribuibles a establecimientos estables definidos en el artículo 128, las
operaciones en moneda de otros países computables para determinar las ganancias de
fuente extranjera de residentes en el país, se convertirán en moneda argentina al tipo de
cambio comprador o vendedor, según corresponda, conforme a la cotización del Banco de
la Nación Argentina al cierre del día en el que se concreten las operaciones y de acuerdo
con las disposiciones que, en materia de cambios, rijan en esa oportunidad".
Señala que el segundo párrafo de la misma norma agrega que "Cuando las operaciones
comprendidas en el párrafo anterior, o los créditos originados para financiarlas, den lugar a
diferencias de cambio, las mismas, establecidas por revaluación anual de saldos impagos o
por diferencia entre la última valuación y el importe del pago total o parcial de los saldos,
se computarán a fin de determinar el resultado impositivo de fuente extranjera".
En tanto, su tercer párrafo advierte que "Si las divisas que para el residente en el país
originaron las operaciones y créditos a que se refiere el párrafo anterior, son ingresadas al
territorio nacional o dispuestas en cualquier forma en el exterior por los mismos, las
diferencias de cambio que originen esos hechos se incluirán en sus ganancias de fuente
extranjera".
Con relación a este punto menciona que cabe tener en cuenta que el tercer párrafo del
artículo 162 de la ley del tributo dispone que para establecer el resultado impositivo de los
establecimientos estables situados en el exterior, "... se restarán de las ganancias atribuibles
a los mismos, los gastos necesarios por ellos efectuados, las amortizaciones de los bienes
que componen su activo, afectados a la producción de esas ganancias y los gastos
admitidos relacionados con las operaciones que realizan y con su personal".
Agrega que a su vez, el artículo 152 del mismo cuerpo legal prevé que "Cuando se
enajenen bienes que forman parte del activo fijo de los establecimientos estables definidos
en el artículo 128 ... el costo computable, de acuerdo con la naturaleza de los bienes
enajenados, se determinará de acuerdo con las disposiciones de los artículos 58, 59, 60, 61,
63 y 65, sin considerar las actualizaciones que los mismos puedan contemplar".
De este modo, dice el dictamen, la interpretación armónica de las distintas normas glosadas
permite avizorar que la mecánica liquidatoria pergeñada por el legislador conduce a que no
se calculen diferencias de cambio por la revaluación de los bienes de uso utilizados por las
sucursales que posea la contribuyente en el extranjero, ello desde el momento en que los
ingresos y deducciones atribuibles a las mismas se deberán considerar en la moneda
extranjera, y recién una vez obtenido el respectivo resultado impositivo -atribuible el
establecimiento permanente-, éste se convertirá a moneda argentina a los fines de su
atribución al residente nacional.
En lo referido a este punto, el dictamen se remite al segundo párrafo del artículo 152 de la
ley del tributo, el cual establece que el costo impositivo a considerar a los fines de la
determinación del resultado proveniente de la enajenación de títulos valores emitidos por
sociedades o entidades constituidas en el exterior, será el costo de adquisición de tales
valores.
De este modo, y conforme con lo establecido por el segundo párrafo "in fine" del artículo
132, las diferencias de cambio originadas en la variación de la cotización de la
moneda extranjera ocurrida entre el momento de compra de las acciones y el de su
posterior venta, se encontrarán comprendidas dentro del resultado impositivo
generado por la propia transferencia de los valores. Es decir que dichas diferencias se
producen en el momento de la venta de las acciones.
Trata aquí de dilucidar si las diferencias de cambio correspondientes a este concepto deben
ser computadas o no en la determinación del gravamen, en oportunidad de producirse el
cierre de cada ejercicio, para lo cual se remite nuevamente al artículo 158 de la ley.
Señala el dictamen que dicha norma preceptúa que las diferencias de cambio -calculadas a
partir de la reactualización anual del tipo de cambio correspondiente a la divisa extranjera-
susceptibles de incidir en el balance impositivo, son aquéllas que resultan consecuencia de
operaciones llevadas a cabo por el contribuyente en monedas de otros países, que resulten
computables para la determinación de rentas de fuente extranjera.
Por lo tanto, delimita los alcances que cabe atribuir al término "operaciones", temática que
fuera abordada en el Dictamen Nº 37/04 (DAT), oportunidad en la que se observó que el
legislador ha utilizado el mismo en forma amplia y sin formular distingo alguno en cuanto
al tipo de transacción realizada, por lo cual se interpretó que la mentada expresión abarcará
todo tipo de actos que impliquen la transferencia de bienes o derechos a terceros (agrega
que los términos vertidos en el citado precedente fueron reiterados posteriormente en el
Dictamen Nº 26/05 (DAT)).
Refiere que en igual sentido, Enrique Reig sostiene que las normas de conversión que
deben utilizarse en materia de diferencias de cambio de fuente argentina -cuya redacción
resulta similar a la utilizada en el artículo 158 supra aludido-, resultan aplicables a las
operaciones relacionadas con "... préstamos tomados o cancelados, cobros o pagos de
comisiones u otros movimientos de fondos ..." (Cfr. "Impuesto a las ganancias", Octava
Edición, Ediciones Macchi, pág. 557).
Asimismo, menciona que la Sala "B" del Tribunal Fiscal de la Nación, en oportunidad de
expedirse en la causa "O´ Farrel, Jorge Eduardo s/recurso de apelación - Impuesto a los
Réditos", de fecha 08/11/67, entendió que las diferencias de cambio generadas por
depósitos bancarios efectuados por el actor en el exterior constituían rentas de fuente
extranjera, si bien en dicha época las mismas se encontraban fuera de la órbita de
imposición del impuesto a las ganancias argentino.
De acuerdo con nuestro análisis esta resolución también es correcta ya que estamos en
presencia de financiamiento y por lo tanto existen saldos susceptibles de ser revaluados y
las diferencias deben ser computadas en el resultado impositivo del inversor local.