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Autor: Alondra Crisostomo Alvarado.

Título: Del odio al amor.


Escenario de la historia: La historia transcurre en la ciudad de Los Ángeles.
Personajes principales: Bak Jimin es un chico de 25 años, cabello rubio y ojos
azules, hijo único de la familia Bak.
Khym Taehyung, tiene 27 años y el cabello castaño, cuerpo atlético. Es una
persona humilde que trabaja duro para sobrevivir, novio de Bak Jimin.
Cheon Jungkook es un importante Ceo de una empresa constructora, tiene 30
años, el cabello negro, alto y cuerpo atlético.
Trama: La familia Bak está al borde de la quiebra, Bak Shinge no va a permitir que
pasen la vergüenza por haber perdido todo su dinero. Cuando Cheon Jungkook, un
importante y adinerado Ceo, pone sus ojos en su querido hijo, ve una oportunidad
que no puede dejar pasar. Jimin se niega a unir su vida con alguien que no conoce,
ni ama, él está perdidamente enamorado de Khym Taehyung, un chico que no es
del agrado de su madre, ya que no pertenece al círculo social que ellos y menos es
alguien de dinero. A Jimin no le importan los lujos o las cosas materiales, lo ama
por ser quien es y decide escaparse con él, antes de que su madre lo obligue a
casarse. Shinge descubre su plan y adelanta la boda, se casa a regañadientes y
empieza a odiar a Cheon Jungkook sin saber que él también ha sido víctima de las
circunstancias y los engaños de su madre. Taehyung se niega a renunciar al amor
de su vida y busca a Jimin, ambos se aman tanto que no les importa solo verse de
vez en cuando, a escondidas, hasta que Jungkook se entera y cegado por los celos
esta a punto de cometer una locura. Jimin no puede más con la situación y decide
tratar de escapar con Taehyung, por segunda vez, todo parece ir bien hasta que se
entera de que Khym ha muerto a manos de la policía cuando trató de escapar de
una escena de homicidio, no puede creer lo que le dicen, hay muchas respuestas
inconclusas, sin embargo es obligado a regresar con Jungkook, que a su vez trata
de darle tiempo y espacio para que pueda asimilar las cosas, él en verdad lo ama,
aunque no le dé la oportunidad de demostrárselo. Pasa el tiempo y todo parece
estar igual, ambos durmiendo en recámaras separadas, sin ser realmente un
matrimonio, pero algo cambia cuando Liza, una amiga de la infancia y mejor amiga
de su hermano Yin, regresa de estudiar del extranjero. Ella está enamorada en
secreto de Jungkook desde que tiene memoria y cuando regresa a Los Ángeles solo
lo hace con un objetivo, y es conquistarlo. Al llegar se encuentra con la sorpresa de
que ya está casado, pero eso no la detiene de luchar por lo que quiere, es con su
cercanía y el coqueteo descarado que hace que Jimin, se dé cuenta de que podría
llegar a estar sintiendo algo por su esposo, para esto ya ha pasado un año desde la
muerte de Taehyung. Él se niega aceptar sus sentimientos, ya que siente que
estaría traicionando la memoria de su primer amor, pero al final Jungkook no se da
por vencido y trata de ganarse su amor a toda costa. Después de muchas
situaciones, donde los celos son lo más relevante, no puede negar más lo que
siente y le confiesa a su amor. El azabache no puede estar más feliz por la noticia y
le promete que solo abra felicidad en su vida de hoy en adelante, parece ir todo
bien, los meses pasan y su amor crece cada día hasta que el destino vuelve hacer
de las suyas y se interpone Liza entre ellos, provocando una pelea, Jimin se va a
refugiar con su papá, el único que lo entiende, su madre siempre ha sido seca e
indiferente. Lo que él no sabe, es que su Shinge ha tenido contacto con alguien del
pasado y ese día los volvería a reunir. Cuando ve a Taehyung, allí en el jardín de su
casa, no lo puede creer, piensa que está soñando, se supone que él está muerto,
pero le explica lo qué pasó en realidad, como fue implicado en un delito que no
cometió, y a pesar de pasar unos meses de infierno su única esperanza fue la
ilusión de volver a verlo. Jimin no sabe que decir, aún hay mucho que procesar y
más que eso no sabía como sentirse respecto a sus sentimientos. ¿Lo seguía
amando? Eran tantas preguntas sin respuesta. Le pidió tiempo y distancia para
meditarlo, también no comprendía como ahora su madre estaba ayudándolo para
que pudieran verse, cuando ella se había interpuesto desde un principio en su
relación, ahí fue donde se enteró de que Taehyung, ahora tenía mucho dinero. En
su estadía en la cárcel conoció a un importante mafioso que ayudó y protegió, ya
que este era muy viejo para hacerlo, al morir le dejó todo a él, convirtiéndose en
su heredero universal. Jimin estaba sorprendido de hasta donde podía llegar la
avaricia de su madre, no le importaba que él ya estuviera con Jungkook, a ella lo
único que le interesaba era el dinero.
Decidió pensar las cosas mucho mejor respecto a qué haría ahora que
Taehyung regresaba a su vida, los días transcurrieron con ciertos cambios que
había notado semanas antes, pero que por las diferentes circunstancias no había
querido tomarles importancia, hasta que su amiga Jisu lo obligó hacerse una
prueba de embarazo, que estaba segura saldría positiva. Jimin pensó en todo lo
que había pasado en su vida, sobre todo lo que había vivido con Jungkook y supo
que a quien amaba en realidad era a su esposo y el bebé que esperaba era la
prueba de eso. Ese día en particular se llevaría a cabo una cena en la casa Cheong,
asistirían empleados de la constructora y unos socios nuevos, todo parecía ser
normal hasta que Tehyung se presentó entre los invitados. Nadie sabía quién era
en realidad, pues él sé así llamar Khym Vante, un importante accionista. Ni siquiera
Jungkook sospechaba algo al respecto. En esa misma fiesta Jimin le reclama por
todo lo que estaba haciendo, y Vante puso como excusa el amor que aún sentía
por él y lo besó. Jungkook los sorprende en ese momento exigiendo una
explicación, Vante solo habla a su conveniencia, lo que hace que dude de su
esposo, Jimin niega todo, pero el beso entre ellos es prueba suficiente para su
engaño. En ese momento le confiesa que está esperando un hijo suyo, pero
incluso cree que no es realmente de él. En ese momento la vida pondrá a prueba
su amor y la fortaleza de esta…
¿Qué hace que la historia sea especial?: La trama se me hace muy
emocionante, como Jimin se casa sin amar a Jungkook y como con el paso del
tiempo se enamoran hasta que Taehyung regresa y todo cambia. Hay muchos
sentimientos de por medio, como a pesar de que Kyum parezca un personaje
bueno al principio y malo cuando regresa, al final solo es una persona luchando
por el amor de su vida, haciendo que su papel sea mucho más realista.

Prólogo: Los fuertes brazos rodearon su cuerpo con una necesidad palpable, Jimin
percibió la desesperación al verlo, a él, su único y más grande amor, el hombre de
su vida. Taehyung le dedicó una sincera, pero ahora triste sonrisa cuadrada, nada lo
llenaba más de dicha que ver a su pequeño, aún sabiendo que tal vez ese día sería el
último. Shinge estaba siendo la culpable de su desdicha, la mujer que le dio la vida
se convertiría en su verdugo, lo obligaría a casarse con un hombre que no ama para
salvar la empresa familiar. En cuanto se enteró de los planes de su madre, Jimin
corrió a los brazos de Taehyung esperando que él pudiera consolarlo.

Sus labios se unieron en un fuerte frenesí, ambos cuerpos temblaron por la


necesidad de sentirse mucho más, Taehyung descendió al cuello lechoso de su
amado escuchando sus gloriosos gemidos, no quería que la urgencia que tenía de
hacerlo suyo se basara en el miedo que sentía al saber que tal vez el hombre que se
convertirá en su futuro esposo, pudiera obtener la oportunidad de ser el primer
hombre para Jimin. Se negaba a pensar en ello, pero su instinto pudo más que él. Lo
recostó sobre la cama, acarició suavemente su cintura y bajo lentamente hasta su
trasero apretando esta zona con vigor. Jimin soltó un gemido sorprendido y alejó a
Tae de su cuerpo hasta que deshizo el beso fogoso, lo miró a los ojos, asustado
mientras se tocaba sus labios hinchados y trataba de calmar su agitado corazón.
Taehyung lo miró apenado, era un tonto, no debió dejarse llevar por su instinto,
Jimin aún no estaba listo y tenía que comprenderlo.
—Lo siento Tae... —bajó la mirada, avergonzado. Estaba seguro de lo que sentía
por él, lo amaba como a nadie y esperaba que lo entendiera, quería algo especial, no
solo un tonto impulso.

Taehyung besó su cien y asintió comprensible, esperaría lo que fuera, pero ahora
que se casaría con otro lo que menos tenían era tiempo. No le costó mucho llegar a
una sola conclusión. Pegó su frente con la suya y respiró profundamente, solo
esperaba que Jimin aceptara su propuesta.

—Escápate conmigo —susurró sin despegar sus frentes—. Te llevaré a donde sea,
te pondré a salvo y podremos estar juntos como siempre hemos querido.

Jimin sonrió, tenía que admitir que también pensó en esa posibilidad, pero no se
atrevía a decir sus pensamientos, cuando no sabía, hasta dónde sería capaz de llegar
Taehyung por su amor. Su corazón se extendió de felicidad y besó a su novio con
emoción.

—Iremos a Riverside, ahí podemos empezar de nuevo, yo buscare un trabajo y...- el


rubio lo besó sin dejar que terminara de hablar, no le importaba donde lo llevara,
siempre y cuando estuvieran juntos.

Se abrazaron de nuevo mientras Taehyung le susurraba al oído cuanto lo amaba,


todo estaba planeado, en tres días escaparían a Riverside donde por fin serían libres
y muy felices.

Su madre lo miró indiferente y hasta un poco exasperada mientras su padre le pedía


perdón por el cruel acto que estaba a punto de cometer. A Shinge no le importaron
sus súplicas ni lágrimas ni lo mucho que su pobre hijo estaba sufriendo.

—Por favor, no me hagas esto —suplicó una última vez mientras estaba en el suelo
vestido de blanco.
Shinge desvió la mirada, nada de lo que dijera iba a cambiar el hecho de que ese día
se casaría, tuvo mucha suerte al escuchar lo que su hijo y Taehyung estaban
planeando mientras hablaban por teléfono, ese mismo día huirían. Ahora todo
estaba perdido, condenado a permanecer con un hombre que no amaba y que ni
siquiera conocía.

—Vamos niño, arruinarás tu maquillaje. —Lo jaló de la mano para que se pusiera
de pie y lo miró fría, parecía como si ella no fuera su madre, no podía creer que su
sufrimiento no le causará nada. Jimin limpió sus lágrimas a regañadientes y la miró
con desprecio—. ¿Crees que iba a permitir que te escaparas con ese don nadie?
Hijo, eres muy estúpido. —A ella solo le importaba el dinero, la distinción que
podría ofrecerle y lo que los demás pensaran de ello.

—Yo no amo a ese hombre.

—Aprenderás hacerlo. —Jimin lloró de nuevo.

Después de arreglar su maquillaje, el rubio fue guiado hasta el jardín donde sus
padres, el juez y su futuro esposo esperaban por él. Al final del altar divisó al
hombre que se convertiría, en ese momento, en la persona que más odiara en el
mundo, ese que le había arrebatado todo. Caminó firme, pero temeroso hasta él, lo
miró por primera vez y pasó por alto su atractivo porque realmente eso no le
interesaba, ahora estaría atado a una persona sin escrúpulos que solo le importaba
su propia satisfacción, no creía que hubiera otro motivo por el cual lo obligara a
casarse con él, ¿amor? Ni siquiera se conocían.

—¿Por qué está llorando? —Jungkook lo miró preocupado, Jimin era hermoso no
había duda, pero su semblante triste lo descolocó, se suponía que él sabía del trato
¿no?

—Está sensible por la boda —Shinge mintió y miró a su hijo quien no hizo ningún
comentario, ¿tenía algún caso hacerlo? Jimin sabía que no, tampoco era como si
creyera que al hombre le importara como se sentía.

Durante la ceremonia, se mantuvo con la vista baja mientras lloraba de nuevo y


mojaba su traje blanco, en ese momento debía estar Taehyung esperando por él en
la estación del tren. Le dolía en el alma haber roto su promesa, romperle el corazón
a la persona que menos culpa tenía de todo esto, porque no había nada que deseara
más que estar a su lado y eso jamás iba a pasar. Cuando escuchó dictar al Juez "Los
declaro esposos" en ese momento supo que su tortura ni siquiera había empezado.
Cheon lo tomó con decisión de la cintura y lo besó, pero se separó apenas sintió el
rechazo de su ahora esposo.

—¿Qué pasa, Jimin? —le preguntó intrigado, pero antes de que pudiera responder,
Shinge llegó a ellos interrumpiendo la plática, no le convenía que Jungkook supiera
la verdad, aún no.

Jimin miró la gran residencia de la que Jungkook era dueño, no había querido
hablar en el auto y ahora que estaban en la recámara de él, menos. Cheon lo atribuía
al nerviosismo, casarse sin conocerse era complicado, pero si los dos se gustaban
como se lo hicieron creer todo iría bien. Se alistó para la noche de bodas, mentiría si
dijera que no estaba impaciente, su sueño hecho realidad estaba ahí, frente a él, pero
apenas tocó el hombro del rubio, este se sobre saltó de la impresión y lo miró con
sus ojos aterrados. Él no quería esto, no quería entregarse a un hombre sin amor,
entonces Jungkook lo entendió, demasiado tarde para su suerte.

—¿Te obligaron a casarte conmigo? —Jimin mordió su labio, soltó unas lágrimas y
asintió. No creía que él no supiera del engaño, pero su rostro decepcionado le decía
que así era.

El semblante de Jungkook cambió de la decepción al enojo, necesitaba una


explicación y solo una persona podía dársela, tomó a Jimin del brazo y lo subió al
auto rumbo a su casa. Al llegar, Shinge miró molesta a su hijo por arruinar todo,
Jungkook les dijo lo que había ocurrido exigiendo una explicación.

—¿Cuándo planeaban decírmelo? Estaba a punto de cometer una locura sin su


consentimiento —dijo de forma furiosa. Lo que más le molestaba era la mentira, el
engaño era algo que no podía perdonar—. Mañana mismo tramitaré el divorcio, no
puedo hacer que alguien se case conmigo a la fuerza, así sea tan hermoso como su
hijo. —Estaba dispuesto a salir de esa casa sin Jimin, pero la mano de Shinge lo
detuvo.

—Si deshace el matrimonio la ayuda que nos prometió... —Cheon la miró con
desprecio y desvió la mirada hacia el señor Bak, quien se había mantenido en
silencio por la vergüenza que sentía, y no con Jungkook o su esposa, sino con su
propio hijo, él no se merecía cargar con sus problemas, no era justo.
—El trato está roto. —El señor Bak se mantuvo firme, sabía que conllevaría esa
decisión, embargarían la casa, la empresa y todos sus vienes, se quedarían en la
calle, literalmente y Jimin estaba muy consciente de eso. Su papá podría recaer de
nuevo por su enfermedad, les había advertido el doctor que no podía tener mas
preocupaciones. No quería ver a su padre de nuevo sobre una cama enfermo.

—Espera... Jungkook...

Todas las miradas se posaron en él, aún con lágrimas en los ojos se paró firme y se
dirigió a su hora esposo, no podía permitir que su padre perdiera todo, había tomado
una decisión que cambiaría su vida para siempre, pero no le importaba porque si él,
se podía sacrificar, lo haría.

—Siempre estuve de acuerdo con la boda solo me asusté cuando usted... ya sabe...
no lo conozco y preferiría que avanzáramos más despacio.

Jungkook estaba seguro de que mentía, Jimin quería salvar la empresa de su padre y
aunque, no fuera el tipo de hombre que tomara algo a la fuerza, tenía que admitir
que aquel chico lo tenía mal. Desde la primera vez que lo conoció en una reunión de
sociedad quedó encantado con él, y es que sus ojos color azul, sus labios carnosos y
esa anatomía que a cualquier hombre volvería loco lo había cautivado duramente.
Tenía la esperanza de que Jimin llegaría amarlo, con dedicación y amor lo
conseguiría, así que volvió a aceptar el trato. El rubio abrazó a su padre
fuertemente, y este le respondió con el corazón en la mano, no quería que su único
hijo se sacrificara, pero que más podía hacer si todo estaba perdido.

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