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SEXUALIDAD, GÉNERO Y REPRODUCCIÓN

Introducción al Área

E l proceso de reproducción es condición de vida y hace a la continuidad de la


especie.
Tradicionalmente, en las Facultades de Ciencias Médicas se aprende sobre la
reproducción desde una perspectiva casi exclusivamente biológica. Los avances
producidos en los debates sobre la condición humana y los modos de realización de
estos tiempos, imponen la necesidad de ampliar la mirada e incorporar en los temas a
enseñar en este proceso a la sexualidad y la perspectiva de género como dimensiones
básicas del desarrollo humano y de la salud individual.
Según la Oficina Panamericana de la Salud (OPS), “para que exista salud
reproductiva adecuada se deben dar las siguientes circunstancias: que las personas
puedan planificar o regular su fecundidad, que las parejas puedan tener relaciones
sexuales sin temor a un embarazo no deseado o contraer una enfermedad, que las
mujeres tengan embarazos y partos de bajo riesgo y que los resultados sean favorables
en términos de supervivencia de bienestar de la madre y el niño”.1
De este modo, si la salud es un derecho humano esencial, los derechos sexuales
y reproductivos también lo son.
En esta línea de análisis, el concepto de salud reproductiva transciende el
enfoque de la salud materno infantil. La reproducción humana supone una perspectiva
individual tanto de la mujer como del hombre en cuanto a la discusión de reproducirse,
que es al mismo tiempo social, generadora de compromisos y responsabilidades con el
desarrollo humano y social.
Como función social incluye la promoción de los derechos humanos, de
relaciones armoniosas, de equidad e igualdad entre humanos y trabajo conjunto entre los
actores sociales.
“En términos más amplios, la salud reproductiva contribuye a que en el futuro
los individuos tengan una buena capacidad de aprendizaje y de trabajo; puedan ejercer
su derecho a participar en el desarrollo; y disfruten de los beneficios sociales de la
vida”.2

1
OPS: “Salud reproductiva: concepto e importancia” Serie Paltex para ejecutores de programas de salud,
Nº 39. Washington D.C., 1996.
2
Op.cit.
En este marco, la salud sexual y reproductiva depende de la conjunción de
determinantes que devienen de condiciones sociales, subjetivas, económicas, políticas,
culturales, ambientales, atravesadas por aspectos éticos, por la perspectiva de género y
de la salud colectiva.
Los aspectos éticos se expresan a partir de la proyección de los principios de
autonomía, beneficencia y justicia:
- de Autonomía: como derecho a la libertad de decisión y acción mientras no interfiera
con el derecho de otros. Desde la perspectiva de género supone el derecho de las
mujeres y varones a disponer de conocimientos e informaciones sobre su salud, para
tomar decisiones informadas sobre
su vida, su cuerpo y su sexualidad.
- de Beneficencia: para promover acciones que beneficien al mayor número de
personas.
- de Equidad: como derecho de todas las personas al acceso a los bienes y servicios
para satisfacer sus necesidades básicas.

El Área “Sexualidad, Género y Reproducción” se organiza en torno de la salud


sexual y reproductiva e informa fundamentalmente sobre cómo se constituye
estructuralmente la posibilidad de reproducirse o no en el marco de relaciones afectivas
gratificantes, sin temores y saludables; supone la consideración de los aspectos
biológicos, psicológicos y sociales atravesados por la perspectiva de género y los
aspectos éticos, como instancias de un mismo proceso, en el sentido de la complejidad.3

Sexualidad
En tanto instancia del proceso humano, es en sí misma un proceso que tiene
como condición al ser humano y se construye en relación con el otro y consigo mismo.
Asume distintos significados de acuerdo con la perspectiva de abordaje.
Desde la teoría psicoanalítica, la palabra sexualidad “no designa solamente las
actividades y el placer dependiente del funcionamiento del aparato genital, sino toda

3
Edgar Morin sostiene que “el desafío de la complejidad es el de pensar complejamente como
metodología de acción cotidiana, cualquiera sea el campo en el que desempeñamos nuestro quehacer”
porque “el estudio de cualquier aspecto de la experiencia humana ha de ser, por necesidad,
multifacético”. La condición de multifacético implica que lo humano no existe fuera de su historia, “que
solo hay mentes encarnadas en cuerpos y culturas, y que el mundo físico es siempre entendido por
seres biológicos y culturales”. Pensar desde la complejidad es “ejercitarse en un pensamiento capaz de
tratar de dialogar, de negociar, con lo real” para comprender su multidimensionalidad y darse cuenta de
las interacciones posibles entre los campos del saber para su abordaje.
MORIN E.: “Introducción al pensamiento complejo” 3ª reimpresión: 14, 18. Gedisa, España, 1997.
una serie de excitaciones y actividades, existentes desde la infancia, que producen
placer que no puede reducirse a la satisfacción de una necesidad fisiológica fundamental
(respiración, hambre, función excretora, etc.) y que se encuentran a título de
componentes en la forma llamada normal del amor sexual”.4
De esta manera, la sexualidad no puede reducirse a lo genital, sino que remite a
un concepto más amplio y complejo, vinculado con la elección de objeto sexual y en
cuanto al modo de actividad para lograr la satisfacción.
Desde la sexología, se considera la salud sexual como la integración de los
elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual por medios
que sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la
comunicación y el amor.
En el marco de esta pluralidad teórica, durante el despliegue del Área
“Sexualidad, Género y Reproducción”, se trabajará desde el psicoanálisis: el proceso
de sexuación y desde la sexología el
continuum del desarrollo psicosexual, relacionado con los grupos etáreos.
Género
En relación con el género, durante el desarrollo de esta instancia del proceso
humano, iniciaremos la reflexión sobre una cuestión básica: la diferencia entre los
seres humanos, elaborados desde marcos referenciales que superen las atribuidas
tradicionalmente a la naturaleza biológica de hombres y mujeres.
Antes de los „90, los términos “sexo” y “género” se utilizaban como si fueran
sinónimos, aún al interior de las ciencias sociales. En la actualidad, la palabra “sexo” es
utilizada para referirse a las características biológicamente determinadas, mientras que a
“género” se la nombra cuando se señalan los aspectos socialmente construidos y que
constituyen la definición de lo masculino y femenino en distintas culturas.
La aplicación de esta categoría en el ámbito de la salud, ha enriquecido los
marcos teóricos explicativos del proceso de salud, enfermedad y atención con el
objetivo de develar la red de componentes entrelazados como clase, etnia, espacio de
residencia, circunstancias históricas que ponen en evidencia, las ventajas y desventajas
de las mujeres y los hombres. Es decir, marcar señalamientos sobre: necesidades
especiales de atención, riesgos específicos ligados a tareas o actividades, percepciones
de salud y de enfermedades diferenciales, análisis de las conductas de búsqueda de

4
LAPLANGE J., PONTALIS J.B.: “Diccionario de Psicoanálisis”. Ed. Labor S.A., Barcelona, 1977.
atención y accesibilidad a los servicios de salud entre otros, para responder –a partir de
la definición de políticas de salud– y adecuar los sistemas de salud para lograr equidad.
Intentaremos construir un enfoque de las prácticas médicas teniendo en cuenta
que las diferencias son el efecto de las posiciones en la estructura social en base de las
cuales se definen los comportamientos adecuados para cada sexo.5
En este sentido, el género, como campo de la diferencia y la desigualdad,
constituirá una categoría compleja que dará cuenta de las modalidades en que una
determinada sociedad visualiza la feminidad y la masculinidad.
El análisis se centrará en el concepto de “género” en lugar de “sexo”, para
comprender que lo femenino y lo masculino no son categorías bipolares, sino
construcciones socioculturales.

Reproducción
La reproducción humana es el proceso por el cual se forman nuevos individuos
de una misma especie, manteniendo su continuidad.
Desde el punto de vista biológico, para que este proceso se lleve a cabo, se
deben dar determinadas condiciones anátomo-histo-fisiológicas.
La reproducción sexual implica dos acontecimientos: la meiosis y la
fecundación. La meiosis produce gametos, únicas formas haploides del ciclo vital. La
fecundación, unión del gameto femenino con el masculino, culmina con la formación
del nuevo ser, trasmitiéndose el material genético.
Se abordará el proceso que culmina con la adquisición de la capacidad
reproductiva poniendo especial atención a la fisiología hormonal, y a los cambios
biológicos y psíquicos que se producen para lograr tanto en la mujer como en el varón,
la madurez para dicha capacidad. Se considerará el posicionamiento subjetivo en el
ejercicio de dicha capacidad.
Se desarrollará la gestación, los cambios que ocurren en el embrión en la mujer
gestante y se tratará asimismo, la regulación de la fertilidad a través de los distintos
métodos desde una perspectiva individual y colectiva.
Por otra parte, las condiciones de vida de un grupo de población expresan la
forma en que se articula dicho grupo en el proceso general reproductivo del conjunto de
la sociedad. Estas condiciones se reproducen de modo permanente, en un proceso

5
CARDACI D.: “El enfoque de la salud desde el género” Revista Mujer Salud Nº 3-4: 72-78, 1999.
intrínsecamente contradictorio. Tienen así un carácter dinámico, pueden mejorarse o
deteriorarse por efectos de los cambios en los procesos naturales y sociales que
caracterizan a la sociedad en general o bien por respuestas compensatorias que
desarrollan los individuos y los grupos sociales.

OBJETIVOS DEL ÁREA

Generales

- Reconocer el proceso de la sexualidad y de la reproducción como una complejidad,


conformada por aspectos biológicos, sociales y psíquicos, atravesados por la
perspectiva de género, para comprenderla como:

 Dimensión básica del desarrollo humano y por lo tanto de la salud


individual y colectiva.
 Orientadora de los modos de intervención en la práctica profesional.

Específicos

- Reconocer la sexualidad, y sus diferentes modos de expresión, como constitutiva


del ser humano, que se construye en relación con el otro y consigo mismo, para
valorar su importancia respecto de la salud.

- Interpretar la categoría de género como una construcción socio-cultural e histórica,


constituida por los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y
valores sociales elaboradas a partir de las diferencias anátomo-fisiológicas, para
comprender los roles diferenciales y jerarquizados.

- Comprender las relaciones entre la perspectiva de género y las políticas de salud


para el ejercicio de la ciudadanía en salud de los hombres y de las mujeres.

- Reconocer la reproducción biológica humana como proceso e identificar sus


componentes estructurales para comprender su regulación.
- Analizar la reproducción social como un modo de promover condiciones de vida
saludables.

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