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Tribunal Supremo
TS (Sala de lo Civil) Sentencia num. 272/1995 de 20 marzo
RJ\1995\1965

CONTRATOS: NATURALEZA Y CALIFICACION: funciones que corresponden al


juzgador de instancia; INTERPRETACION: debe prevalecer la efectuada por el
juzgador de instancia sobre la interesada de la parte, a menos que se demuestre
que sea ilógica o absurda.
DAÑOS Y PERJUICIOS DERIVADOS DE CULPA CONTRACTUAL:
improcedencia: actuaciones realizadas por tercero que no fue parte en el contrato.

Jurisdicción:Civil
Recurso 117/1992
Ponente:Excmo Sr. Alfonso Barcalá Trillo-Figueroa
«Blanco y Negro Music SA», formuló demanda, en juicio declarativo ordinario
sobre validez de contrato, concurrencia desleal e incumplimiento de contrato, contra
Don Raúl O. G. y «Promoción y Marketing Discográfico, SA».

El Juzgado de Primera Instancia núm. 3 de Barcelona dictó Sentencia el 4-4-1991


estimando la demanda.

En grado de apelación, la Audiencia dictó Sentencia el 25-11-1991 confirmando la


del Juzgado.

El TS declara haber lugar al recurso de casación, casa la sentencia recurrida y


estima parcialmente la demanda.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.-

La Compañía mercantil «Blanco y Negro Music, SA» promovió juicio declarativo


de menor cuantía contra don Raúl O. G. y la también mercantil «Promoción y
Marketing Discográfico, SA» pretendiendo que la sentencia a dictar contuviera los
pronunciamientos declarativos y condenatorios siguientes: «1. Que es vigente,
válido y eficaz el contrato privado de exclusiva de prestación de servicios artísticos
celebrado en fecha 1.º de marzo de 1988 entre don Raúl O. G. y "Blanco y Negro
Music, SA" 2. Que por efecto del indicado contrato don Raúl O. G. carece de todo

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derecho lícito y válidamente constituido en derecho para producir por sí o por


tercero en forma continuada grabaciones sonoras o mezclas o de composiciones
propias para sello discográfico alguno "Promoción y Marketing Discográfico, SA"
durante la vigencia del contrato celebrado con la actora. 3. Que son inválidos o
ineficaces cualesquiera derechos de prestación en exclusiva de servicios o
producción de fonogramas cedidos por don Raúl O. G. a "Promoción y Marketing
Discográfico, SA". 4. Que es lícita toda producción fonográfica que realice o autorice
realizar don Raúl O. G. en cualquier sello discográfico o marca de producción
fonográfica de "Promoción y Marketing Discográfico, SA". 5. Que la operación de
información propaganda realizada por la demandada "Promoción y Marketing
Discográfico, SA" relativa al contrato de exclusiva concertado en noviembre de 1989
con don Raúl O. G. constituye un acto de competencia desleal y una infracción, al
igual que el contrato, de los derechos de producción fonográfica que ostenta
contractualmente en exclusiva para todo el mundo "Blanco y Negro Music, SA" de
las grabaciones de don Raúl O. G. 6. Se condene a los demandados don Raúl O. G.
y "Promoción y Marketing Discográfico, SA" a resolver y dejar sin efecto el contrato
de cesión exclusiva o prestación exclusiva de servicios fonográficos que han
establecido y concertado. 7. Se declare la ineficacia e invalidez de tal contrato. 8. Se
prohíba a don Raúl O. G. y "Promoción y Marketing Discográfico, SA" la producción
y distribución, publicidad y propaganda, de obras fonográficas producidas en
infracción del previo contrato de exclusiva establecido entre mi principal y don Raúl
O., mientras este contrato conserve su validez y vigencia. 9. Se condene a los
demandados a indemnizar solidariamente a "Blanco y Negro Music, SA" en la
cantidad resultante de determinar o estimar pericialmente los daños y perjuicios
derivados de los actos ilícitos realizados o que realicen que están obligados a
reparar, o que se determinen en forma líquida en ejecución de sentencia con arreglo
a las siguientes bases: a) Los frutos o beneficios obtenidos por el artista demandado
mediante el contrato de exclusiva celebrado con la demandada "Promoción y
Marketing Discográfico, SA". b) Los frutos o beneficios obtenidos o que obtenga la
demandada "Promoción y Marketing Discográfico, SA" por las ventas de las
grabaciones realizadas con la intervención de don Raúl O. G. c) Los perjuicios
sufridos por "Blanco y Negro Music, SA" por el cese unilateral de la exclusiva de don
Raúl O. G. d) Los perjuicios económicos sufridos por "Blanco y Negro Music, SA"
por el cese unilateral de prestación de servicios de don Raúl O. G. y la actividad del
mismo para "Promoción y Marketing Discográfico, SA" o para terceros sin previo
conocimiento ni autorización de "Blanco y Negro Music, SA" en infracción del
contrato de exclusiva celebrado con "Blanco y Negro Music, SA". 10. Insertar en
todas las copias comerciales de las producciones que ocasionalmente realice don
Raúl O. G. al margen del contrato con "Blanco y Negro Music, SA", la mención

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"artista exclusivo de `Blanco y Negro Music, SA'" . 11. Imponer a los demandados
las costas de la demanda si se opusieren a la misma», cuyas pretensiones tenían
por base el contrato de prestación de servicios artísticos con carácter de
exclusividad y que fue suscrito, en 1 de marzo de 1988, entre «Blanco y Negro
Music, SA» (Productor) y don Raúl O. G. (El intérprete), y del que merecen
destacarse las partes que se trascriben a continuación: «1. El intérprete concede al
productor, y éste acepta, el derecho exclusivo de grabación sonora y audiovisual de
sus interpretaciones artísticas en cualquier idioma y el de poner a la venta las obras
fonográficas y audiovisuales resultantes (discos, cassettes, castridges y en general
cintas magnéticas u otros productos análogos o similares que se ostenta). Esta
cesión es para todo el mundo y con carácter de exclusividad por todo el tiempo de
duración del presente contrato. 2. El intérprete se compromete a ejecutar para el
productor, en exclusiva, las obras musicales que éste le indique a los fines de su
grabación sonora y/o audiovisual para ser duplicadas y divulgadas comercialmente
en forma aislada, en colección, en mezcla con otras interpretaciones de terceros
artistas, en cualquier soporte de sonido o imagen, sin limitación del número de
ejemplares ni modalidad editorial. 3. El intérprete se obliga a ejecutar para ser
grabadas todas aquellas obras de su cuerda y facultades que le sean
encomendadas por el Productor, sea o no sea el autor de las mismas y se obliga a
comparecer en los estudios de grabación y a las horas que señale el productor para
las grabaciones o fijaciones de sonido e imagen, respetando los contratos y
compromisos de trabajo regular del intérprete. El intérprete se obliga a repetir sus
ejecuciones hasta que a juicio del productor o Director Artístico de grabación que
éste designe, se haya obtenido una matriz definitiva y perfecta a juicio del productor.
4. El intérprete afirma bajo su propia responsabilidad hallarse en plenas y perfectas
condiciones para grabar discos a su entera libertad. 6. El intérprete se obliga a no
efectuar grabaciones para ninguna persona física o jurídica, en cualquier parte del
mundo, en el plazo de tres años contados a partir de la firma del presente contrato,
aunque se reserva el derecho de hacerlo cuando lo crea oportuno para sus
intereses, con el conocimiento del productor. En su calidad de autor de sus propias
obras musicales el intérprete se obliga por durante la vigencia de este contrato, a no
grabar las obras de su creación para tercer producto ni autorizar su grabación
ejecutada por otro intérprete. Asimismo se obliga el intérprete a no intervenir en
modo alguno en la grabación de tercer producto, sea cual sea el autor de las obras
musicales objeto de fijación sonora o audiovisual, sin antes consultarlo con el
productor. 7. Una vez extinguido o resuelto el presente contrato, el intérprete se
obliga a no grabar sus ejecuciones de las mismas obras musicales grabadas para el
productor, en el plazo de diez años contados desde la fecha de la primera
grabación. 8. La duración del presente contrato queda establecida por tres años a

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partir de la fecha de la primera grabación y se considerará prorrogado


automáticamente por iguales períodos de igual tiempo a no ser que una de las
partes exprese en forma fehaciente a la otra su voluntad de rescindirlo con tres
meses de antelación a su término. 10. El productor se compromete a encargar al
intérprete un mínimo de grabaciones de dos obras musicales en el primer año de
vigencia del presente contrato. 27. El productor gozará de un derecho de opción
preferente en igualdad de condiciones respecto de los futuros contratos que el
intérprete negociare celebrar con tercer productor una vez terminado este contrato.
A tal fin el intérprete se obliga a comunicar en forma fehaciente al productor los
contratos definitivos que le fueran ofrecidos antes de su celebración y el productor
podrá ejecutar su derecho de opción en el plazo de treinta días a partir de la
comunicación. Y, 28. El intérprete se obliga a cooperar con el productor en cuantas
acciones judiciales entable para perseguir toda grabación o reproducción no
autorizada de las obras fonográficas producidas bajo el régimen de este contrato»,
asimismo, ambos contratantes, en igual fecha a la expresada, suscribieron otro
documento por el que el señor O. G. delega a «Blanco y Negro Music, SA» como
única y exclusiva Empresa autorizada a comercializar su imagen, tanto en
promoción como actuaciones ante público o medios informativos, en aquellos
productos en los que aparezca como Artista Exclusivo. Por su parte, los
demandados se opusieron a las pretensiones actoras, solicitando la desestimación
de la demanda, en cuanto que si bien era también con carácter de exclusivo el
contrato celebrado entre ellos, de fecha 23 de octubre de 1989, no entraba en el
ámbito del anteriormente suscrito, pues mientras en aquél don Raúl O. prestaba sus
servicios como artista, en calidad de «intérprete», en este último figuraba como
«productor», siendo de resaltar del mismo los siguientes pactos: «Primero. El
productor declara bajo su responsabilidad hallarse libre de todo compromiso que
pueda condicionar u obstaculizar la realización del presente contrato, y así mismo
afirma hallarse en perfecto estado físico y psíquico para realizar su labor o proceder
a la grabación de discos. Segundo. El productor concede a la empresa, con carácter
de exclusiva, la comercialización de cuantas obras fonográficas o audiovisuales le
sean encargadas para su producción por la empresa, así como su difusión en
cualquier medio público, ya sea audiovisual, gráfico o impreso y dentro de esta
última la facultad más amplia de comercialización, en soportes sonoros o
audiovisuales o cualquier otro procedimiento inventado o por inventar, para su
posterior explotación comercial, distribución y venta, por la empresa o a través de
terceros licenciados por ésta. Tercero. El productor se compromete a producir para
la empresa, en exclusiva, las obras musicales de cualquier intérprete, compositor,
cantante, arreglista, etc. que ésta le indique a los fines de su grabación sonora y/o
audiovisual, para ser duplicadas y divulgadas comercialmente en forma aislada, en

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cualquier tipo de soporte sonoro e imagen, sin limitación de número de ejemplares


ni modalidad editorial. Dicha actividad de producción, asimismo incluirá cualquier
trabajo de montador, mezclador o director artístico de obras musicales que la
empresa le pueda encomendar. Cuarto. El productor se obliga a producir para ser
grabadas todas aquellas obras que sean encomendadas por la empresa, sea cual
sea el intérprete o compositor de las mismas, con carácter de exclusiva, asumiendo
la empresa los derechos sobre las mismas y para su reproducción y difusión.
Quinto. Para el cumplimiento de las obligaciones contraídas por el productor en el
presente contrato se compromete a comparecer en los estudios de grabación o
fijación de sonido e imagen que determine la empresa y a repetir cuantas veces
fuese necesario las grabaciones o montajes musicales hasta que a juicio de la
empresa o director artístico de grabación se haya obtenido una matriz definitiva y
perfecta. Sexto. Estas exclusivas concedidas por el productor a la empresa son para
todo el mundo, y por ello el productor se obliga a no producir a otros artistas o
intérpretes que no le sean propuestos por la empresa, ni aun utilizando nombre
distinto o seudónimo, durante el tiempo de vigencia del presente contrato. Séptimo.
El productor autoriza a la empresa a realizar todas las gestiones encaminadas a la
explotación comercial de todas las grabaciones, que produzca, obligándose el
productor a cumplir los compromisos que se deduzcan de las gestiones efectuadas
por la empresa para los fines de promociones de las grabaciones, prevaleciendo en
todo momento sobre cualquier impedimento, respetando los contratos y
compromisos de trabajo regulares del productor. Noveno. El presente contrato se
pacta por un tiempo de tres años a partir de la fecha de hoy. Debido a las fuertes
inversiones publicitarias, promocionales y financieras que el negocio requiere,
ambas partes, dentro del segundo año de vigencia del presente, podrán renovarlo
por un período de vigencia igual que éste, con las condiciones y remuneraciones
que libremente estipulen. Décimo. Una vez extinguido y resuelto el presente
contrato, el productor se obliga a no producir para otras empresas o particulares los
mismos intérpretes, artistas u obras musicales grabadas por la empresa en el plazo
de tres años desde la finalización del contrato. Undécimo. La empresa se
compromete a encargar al productor durante la vigencia del presente contrato un
mínimo de dos obras musicales por año. Vigésimo. El productor concede la más
amplia autorización a la empresa para utilizar su nombre profesional e imagen para
cuanto considere oportuno a efectos de publicidad, promoción, ediciones gráficas,
sonoras y audiovisuales o electrónicas en relación con su trayectoria artística. Y,
Vigesimotercero. El productor se obliga a cooperar con la empresa en cuantas
acciones judiciales entable para perseguir toda grabación o reproducción no
autorizada de las obras fonográficas producidas bajo régimen de este contrato». El
Juzgado de Primera Instancia Número Veintitrés de Barcelona, por Sentencia de 4

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abril 1991 y con estimación de la demanda, declaró la vigencia, validez y eficacia del
contrato suscrito entre la actora y el señor O. en fecha de 1 de mayo de 1988,
careciendo en consecuencia este último de derecho para producir por sí o por
terceros, grabaciones sonoras o mezclas o composiciones propias durante la
vigencia de este último, siendo insuficientes los derechos de prestación en exclusiva
concedidos a «Promoción y Marketing Discográfico, SA», y siendo asimismo ilícita
toda producción fonográfica que realice en cualquier sello o marca de producción
fonográfica de «Promoción y Marketing Discográfico, SA», y constituyendo la labor
propagandística realizada por este último competencia desleal, y en consecuencia
declaró la ineficacia e invalidez del contrato de fecha 23 de octubre de 1989,
prohibiendo a los demandados la producción, distribución, publicidad y propaganda
de las obras producidas bajo aquel contrato mientras el suscrito con la actora
continúe vigente, debiendo insertarse en todas las copias de las producciones que
realice don Raúl O., asimismo vigente el contrato con la actora, la mención «artista
exclusivo de "Blanco y Negro Music, SA"», y, asimismo, condenó a los demandados
a que indemnicen a la actora por los daños y perjuicios causados en la cantidad que
se determine en ejecución de sentencia, con arreglo a la siguiente base: 1) Para el
cálculo de los daños sufridos se partirá de los beneficios obtenidos por don Raúl O.,
mediante su contrato con «Promoción y Marketing Discográfico, SA», así como los
también obtenidos por esta última; 2) Para la determinación de los perjuicios la
misma cantidad que resulte de la regla anterior, entendiéndose los mismos
producidos al no haberse podido realizar los trabajos, para la actora mientras que sí
lo fueron para con la codemandada, todo ello con expresa imposición de costas a
los demandados, cuya resolución fue confirmada por la dictada, en 25 noviembre
1991, por la Sección Primera de la Ilma. Audiencia Provincial de Barcelona. Y es
esta segunda sentencia la recurrida en casación por la entidad mercantil
«Promoción y Marketing Discográfico, SA» a través de la formulación de tres
motivos amparados en el ordinal 5.º del artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil, en su redacción anterior a la Ley 10/1992, de 30 abril (RCL 1992\1027).

SEGUNDO.-

Los tres motivos del recurso deben estudiarse conjuntamente en atención a la


íntima relación existente entre ellos, en los que se denuncian, de modo respectivo,
las infracciones de los artículos 1257 (por inaplicación), 1254 (por aplicación
indebida) y 1278 (por aplicación indebida) del Código Civil, y el desarrollo
argumental de los mismos responde, en síntesis, a cuanto sigue: -Pese a que la
entidad recurrente no fue parte en el contrato que se otorgó el 1 de marzo de 1988
entre la actora y el demandado señor O. G., se le condena por el supuesto
incumplimiento del citado contrato, imputable, en todo caso, al expresado señor, que

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sí fue parte del contrato en cuestión-, -Del texto de dicho contrato no se evidencia
más que el establecimiento entre los contratantes de unos términos y condiciones,
generadoras de derechos y obligaciones entre ambos pero son totalmente ajenos a
la recurrente, la cual, tuvo conocimiento de ese contrato en el momento de recibir el
emplazamiento para contestar la demanda, cuyo contrato, al estar recogido en un
documento privado, no incorporado a ningún registro público, no podía ser conocido
en su contenido al faltar la publicidad del mismo-, -Es más, cuando el señor O., con
posterioridad suscribe otro con la recurrente, en su pacto primero: «... declara bajo
su responsabilidad hallarse libre de todo compromiso que pueda condicionar u
obstaculizar la realización del presente contrato...»-, -Resulta paradójico comprobar
que al estimarse las pretensiones de la actora y condenarse a la recurrente, ésta
resulta indebidamente perjudicada, pese a no ser parte en el contrato incumplido, y
por ello, debe ser desestimada la petición de condena formulada en la demanda
respecto a ella (motivo primero)-, -El contrato, como fuente de derechos y
obligaciones entre los que conciertan, existe desde que éstos consienten en
obligarse, respecto a una o varias personas, ahora bien, tal concierto, sólo afecta a
los que hayan consentido en la creación de las obligaciones establecidas, pero
nunca a quien no ha consentido, ni intervenido en su creación (motivo segundo)- y -
Reiterando lo ya manifestado, es de insistir que la recurrente, por no ser parte en el
tan repetido contrato, a nada puede estar obligada en virtud del mismo, y por ello,
no puede ser objeto de la condena que le fue impuesta (motivo tercero)-.

TERCERO.-

Evidentemente, la interpretación que se hace en los motivos acerca de la


significación y alcance que haya de concederse al contenido de los artículos 1254,
1257 y 1278 del Código Civil, no deja de ser cierta ya que la eficacia y
obligatoriedad de los contratos tan sólo se extiende, en principio, a las partes que
intervinieron en ellos, siendo igualmente cierto que corresponde al juzgador la
calificación de los contratos y la determinación de su naturaleza, toda vez que
la interpretación de los mismos es facultad privativa de los Tribunales de
instancia, cuyo criterio ha de prevalecer a menos que se demuestre sea ilógica
o absurda, sin que pueda pretenderse sustituir con el criterio de la parte la
interpretación realizada , como así ha sido declarado en reiterada y constante
jurisprudencia de la Sala. Esto segundo viene al hilo porque el juzgador de
instancia, cuya sentencia fue confirmada en la alzada, con base en el examen de
ambos contratos, de fechas respectivas 1 de marzo de 1988 y 23 de octubre de
1989, llegó a la conclusión de que uno y otro tuvieron «identidad de objeto», por
más que la posición de don Raúl O. se califique diferentemente en uno u otro
contrato, y ello, se evidencia del hecho de que la actividad que se compromete a

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realizar el «intérprete» en un caso, y el «productor» en otro, es siempre la de


«montaje y producción fonográfica o de grabación de mezclas o ejecución de
grabaciones», conclusión la expresada que no puede tildarse de ilógica pues se
desprende de una simple lectura comparativa de los contratos dichos.

CUARTO.-

A parte del factor de identidad hecho mención, la sentencia de primera instancia


recogió como presupuestos fácticos: que la celebración del contrato celebrado con
«Promoción y Marketing Discográfico, SA» tuvo lugar cuando se encontraba vigente
el suscrito con «Blanco y Negro Music, SA», que entre noviembre de 1989 y mayo
de 1990, la empresa codemandada (actual recurrente) lanzó al mercado tres discos
interpretados por don Raúl O., siendo la editora «Promoción y Marketing
Discográfico, SA» y que ésta es la verdadera Productora o Editora fonográfica de
don Raúl O. a partir del día 23 de octubre de 1989, hallándose vigente el contrato de
1 de marzo de 1988, otorgado por tres años. Y el conjunto de tal realidad fáctica,
desemboca en otra conclusión, que la meritada sentencia estableció en su parte
dispositiva: existencia de competencia desleal e ilicitud de toda producción
fonográfica realizada en cualquier sello o marca de producción fonográfica de
«Promoción y Marketing Discográfico, SA».

QUINTO.-

Sin embargo, los supuestos de competencia desleal e ilicitud de la actividad de


producción fonográfica, si bien cabe predicarles respecto al señor O. G. en cuanto
que en plena vigencia del contrato suscrito con la actora formalizó uno posterior con
la sociedad demandada, cuya identidad de objeto supuso, sin lugar a dudas, una
manifiesta incompatibilidad entre ellos y originó, consecuentemente, la comisión de
daños y perjuicios para la sociedad que primero contrató, semejante juicio de valor
no cabe formarle en relación con la entidad «Promoción y Marketing Discográfico,
SA», y ello, por la sencilla razón de que la misma no tuvo ninguna intervención en el
contrato de 1 de marzo de 1988, máxime, cuando en los autos no existe prueba
alguna acerca de que esa sociedad le hubiera conocido al tiempo de firmar el suyo
con el señor O., y cuando tal conocimiento no puede establecerse por vía presuntiva
ante la inexistencia, asimismo, de elementos que pudieran integrar los hechos
bases de la deducción, y es más, la presunción de signo contrario deviene del
contenido del pacto primero del contrato de 23 de octubre de 1989, y, desde luego,
mantener otra cosa, por la transcendencia de las consecuencias económicas que
por ello pudiera comportar, sería contrariar la regulación legal de las obligaciones y
contratos y desconocer el principio de la seguridad jurídica que debe presidir la
contratación.

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SEXTO.-

Al no haber resultado acreditado que la sociedad recurrente conociera la


realidad del contrato inicialmente suscrito entre el señor O. y la sociedad
actora, su manifiesta falta de intervención en él y su condición de tercero al
respecto, conduce, de modo ineludible, a concluir que el Tribunal «a quo»
aplicó indebidamente los artículos 1254 y 1278 e inaplicó, también de manera
indebida, al igual que el Juez de instancia, el artículo 1257, todos ellos del
Código Civil , lo que origina, por tanto, la procedencia de los motivos de casación
formulados por la entidad «Promoción y Marketing Discográfico, SA» y la
consecuente casación de la sentencia objeto de impugnación, así como la
revocación de la recaída en primera instancia, revocación que debe tener alcance
parcial al afectar únicamente a los pronunciamientos relativos a la recurrente, lo
cual, lleva, a su vez, a la estimación parcial de la demanda interpuesta por «Blanco
y Negro Music, SA», concretamente, en los siguientes pronunciamientos de su
suplico: 1), 2), a excepción de su último inciso, 8), salvo la referencia a la sociedad
recurrente, 9), menos en sus apartados b) y d), y 10), pronunciamientos los así
relacionados que deben ser objeto de estimación en función de lo dispuesto en los
artículos 1088, 1089, 1091, 1106, 1254, 1255, 1256, 1257, 1258, 1544, 1556 y
demás concordantes del Código Civil. En materia de costas, en razón a casar la
sentencia recurrida y estimar la demanda en sentido parcial y dado lo dispuesto en
los rituarios artículos 523, 710 y 1715, no resulta procedente hacer declaración
expresa sobre las causadas en las dos primeras instancias y en el presente recurso,
debiendo acordarse, por último, la devolución del depósito constituido por la
recurrente.

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