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DEVOCIONAL 1. LA IGLESIA
Hola grupo, mi nombre es Husai Alfaro, parte de la mesa de edificación cristiana y te doy la
bienvenida a esta semana N° 3 del mes de la juventud: RAICES: arraigados a la roca firme. Si eres
nuevo en la fe cristiana, y todavía luchas con entender qué es ser un cristiano, o lo que la Biblia
realmente enseña acerca de la fe cristiana, entonces ESPERO QUE ESTA SERIE DE DEVOCIONALES
ESTE SIENDO DE BENDICIÓN PARA TU VIDA.
La primera semana abordamos el tema del distintivo cristiano; la semana pasada: la identidad
cristiana y durante esta semana hablaremos acerca de: La expresión cristiana. Este día veremos
¿Qué es la iglesia? ¿Cuál es la importancia de la iglesia para el mundo actual?
Lo primero que diremos es que, así como hay un concepto común distorsionado acerca de la
persona de Cristo, lo mismo sucede con la iglesia. De manera colectiva hay una definición, y dicho
sea de paso: No es bíblica. Es decir, si preguntamos a un grupo de personas no creyentes ¿qué es
la iglesia? darán una definición colectiva acerca de la iglesia, pero no bíblica. Se asocia la iglesia a
una forma de religión. Como si el mero acto de ir a un lugar conocido como templo o iglesia es
algo que se necesita hacer para ser salvo o llevar un estilo de vida bueno y aceptable. Pero nada
más alejado de lo que encontramos en la Palabra de Dios.
LA IGLESIA NO ES UN FIN EN SÍ MISMO. Es parte de algo más grande, que encontraremos a lo largo
de las Escrituras conocido como la bella historia de la Salvación, o en otras palabras el Evangelio. Y
es que, si bien es cierto, que como cristianos podemos responder correctamente que la iglesia no
es un lugar físico, la mayoría de las veces nos perdemos de la profundidad y riqueza que las
Escrituras nos muestran con relación a la iglesia.
Su trasfondo está en el Antiguo Testamento. Para esto tenemos que entender lo que se conoce
como LA PROMESA, contiene 3 elementos, un receptor, un pueblo y una tierra.
Génesis 12:1-4 Y el Señor dijo a Abram: «Vete de tu tierra, De entre tus parientes Y de la casa de tu
padre, A la tierra que Yo te mostraré. 2 Haré de ti una nación grande, Y te bendeciré,
Engrandeceré tu nombre, Y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendigan, Y al que te
maldiga, maldeciré. En ti serán benditas todas las familias de la tierra».4 Entonces Abram se fue tal
como el Señor le había dicho.
Al paso del tiempo, Abraham como receptor de la promesa duda respecto al cumplimiento de la
misma y le reclama a Dios, Quien vuelve a confirmar su promesa.
Génesis 15:1-6: Después de estas cosas la palabra del Señor vino a Abram en visión, diciendo:
«No temas, Abram, Yo soy un escudo para ti; Tu recompensa será muy grande». 2 Y Abram dijo:
«Oh Señor Dios, ¿qué me darás, puesto que yo estoy sin hijos, y el heredero de mi casa es Eliezer
de Damasco?». 3 Dijo además Abram: «No me has dado descendencia, y uno nacido en mi casa es
mi heredero». 4 Pero la palabra del Señor vino a él, diciendo: «Tu heredero no será este, sino uno
que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero». 5 El Señor lo llevó fuera, y le dijo: «Ahora mira al
cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas». Y añadió: «Así será tu descendencia». 6 Y
Abram creyó en el Señor, y Él se lo reconoció por justicia.
La respuesta de Abraham: tener fe en Dios, en sus promesas. Por lo tanto, actuó de acuerdo a su
fe. Aun cuando Abraham había demostrado su fe a través de sus acciones, fue la fe y no las
acciones lo que hizo a Abram justo ante Dios, esto lo aclara el apóstol Pablo en:
Romanos 4.2–3: Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no
para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.
Gálatas 3:16: Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia. No dice: y a
las descendencias, como {refiriéndose} a muchas, sino {más bien} a una: y a tu descendencia, es
decir, Cristo.
2. Un pueblo;
Génesis 22:17: 17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo
y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus
enemigos. Apuntando a la iglesia.
La entrada a ese pueblo es el Hijo. La puerta de entrada es Cristo. hemos sido justificados y
regenerados ÚNICAMENTE por la obra de Cristo. El apóstol Pablo en Romanos y Gálatas nos dice
quienes forman parte de ese Pueblo.
Romanos 9:8: Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la
promesa son considerados como descendientes.
Gálatas 3.6–9: Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los
que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar
por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas
todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.
3. Una tierra:
Dios prometió a Abraham que tendría un lugar donde morar (Gn. 15:18-21; 17:8).
En aquel día el Señor hizo un pacto con Abram, diciendo: «A tu descendencia[q] he dado esta
tierra, Desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates: 19 la tierra de los quenitas, los
cenezeos, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos,
los gergeseos y los jebuseos».
Pero en Hebreos 11:9-10: Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en
tierra extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa,
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porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Este pasaje es la marca que somos peregrinos y extranjeros en esta tierra. La iglesia es el pueblo
de la promesa que espera y anhela una mejor patria, la Celestial. Donde Dios terminará de
desarrollar la Historia de Salvación.
1. Un Edificio (1 Pedro 2:5-9): y siempre viviente para acabar su obra hasta la perfección;
Jesucristo tal como lo han anunciado los apóstoles, tal como lo previeron los profetas.
“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del
cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos
todos bautizados en un cuerpo” (1 Co 12:12, 13)
Efesios 3:6: {a saber,} que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo,
participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio.
Esto tiene dos implicaciones: 1) La maravillosa noticia que eres parte del cuerpo de Cristo, y 2) has
sido diseñado para cumplir una función específica como miembro de ese cuerpo.
3. Una casa o familia: La Iglesia es representada como una casa o familia en las siguientes
Escrituras: “Si al padre de familia llamaron Belcebú, ¿cuánto más a los de su casa? (Mt
10:25).
Gálatas 4:28: Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa; y más adelante
en el 6:10 habla acerca de “...la familia de la fe”.
“Así que ya no sois (los creyentes) extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y
miembros de la familia de Dios” (Ef 2:19).
“Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado éste (Jesucristo), cuanto tiene mayor
honra que la casa el que la hizo... Cristo como hijo sobre su casa, la cual somos nosotros...” (He
3:3, 6). Por lo tanto, la Iglesia es presentada como una casa o familia sobre la cual Jesucristo es el
Amo o Señor.
4. Una Novia: En Efesios 5:23-33, el Apóstol Pablo presenta un paralelo entre las relaciones
de Cristo y Su Iglesia con las relaciones del esposo y la esposa.
En estos versículos, las relaciones de Cristo con Su Iglesia son usadas como una ilustración de la
esposa y el esposo. Consideremos los siguientes extractos de este pasaje:
“Porque el marido es cabeza de la mujer, ASÍ COMO Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su
cuerpo, y él es su Salvador.
“Así que, COMO la iglesia está sujeta a Cristo, ASÍ también las casadas lo estén a sus maridos en
todo...
“Maridos, amad a vuestras mujeres, ASÍ COMO Cristo amó a la iglesia...
“Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos... porque nadie
aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, COMO TAMBIÉN Cristo a la
iglesia.”
Observe como las analogías de cuerpo y novia son presentados en los versículos 30-32 de este
capítulo: “Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el
hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es
este misterio: MAS YO OS DIGO ESTO RESPECTO DE CRISTO Y DE LA IGLESIA”.
En la luz de la Escritura citada anteriormente, se puede ver que el pueblo que el Señor Jesucristo
va formando que es la Iglesia, es presentada en el Nuevo Testamento como: UN EDIFICIO erigido
sobre el fundamento del Mismo Cristo; UNA CASA O FAMILIA sobre el cual Él es el Amo o Señor;
UN CUERPO del cual Él es la Cabeza; y una NOVIA de quien Él es el Novio
Podemos concluir que la iglesia es algo extraño y a la vez único y hermoso totalmente diferente a
este mundo. ¿Por qué digo esto? Porque el fundamento es la persona y obra de Cristo. Este
mundo amó más las tinieblas que la luz. No somos diferentes al mundo, somos totalmente
opuesto a él.