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Iglesia Bautista Reformada Salvación y Vida Eterna

Pr. Edwin D. Torres Bonilla.

Sermón No. 11 (Gálatas)

La Simiente de Abraham – Cristo nuestra esperanza.

Gálatas 3:15-18

15Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una


vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. 16Ahora bien, a Abraham fueron
hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de
muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. 17Esto, pues, digo: El
pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino
cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
18Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió

a Abraham mediante la promesa.

INTRODUCCIÓN

Seguimos con esta carta a los Gálatas, denominada la Carta Magna de la Libertad spiritual,
la Declaración de Independencia del Cristiano, el Decreto de Libertad Espiritual que el
Espíritu Santo entrega a quienes han hecho a Jesucristo Señor y Salvador de sus vidas. Esta
carta fue el grito de guerra de la Reforma Protestante, en un tiempo donde la salvación por
obras estuvo reinando por siglos, trayendo esclavitud y oscureciendo la gracia de Dios.

Pablo dirige esta carta a una región, a un conjunto de iglesias, ubicadas en Galacia, lo que es
hoy Turquía, fundado por el un grupo étnico llamado los Celtas, los Galos, quienes tenían
fama de ser volubles y cambiantes, en específico a las iglesias de Antioquía de Pisidia, Iconio,
Listra, y Derbe, mismas que fundó en su primer viaje misionero.

En esta carta vemos a un Pablo ofensivo, y exhortador, ¿por qué? debido a falsos maestros
judaizantes quienes estaban pervirtiendo el Evangelio en medio de unos Gálatas con fama de
volubles e inestables, de manera que no solo estaba en peligro la fe de los Gálatas, sino que
el corazón mismo del Evangelio estaba siendo atacado.

Estos falsos maestros estaban enseñando que para ser salvo, la fe en Cristo no era suficiente,
sino que además necesitabas cumplir la ley, minando así la doctrina central de todo el NT la
cual es “la justificación por la fe”, “la salvación por fe, y no por obras”.
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Y ya hemos visto como esto tiene implicaciones muy profundas en la fe de una persona,
porque afecta su eternidad, como Pablo nos enseñó a través de la ley nadie puede llegar a ser
salvo, porque la ley no fue dada para alcanzar salvación. No solo eso, sino que al abandonar
la gracia y regresar una vez más a la ley o al legalismo, a las obras, no se gana mayor
espiritualidad, al contrario se regresa a la esclavitud de las obras, al no poder dar el ancho, o
alcanzar el estándar de perfección que Dios demanda.

Porque regresar al legalismo es cambiar una hermosa relación de amorosa adoración a Dios,
por una religión de obras legalistas, por un sistema religioso. Es remplazar verdadera
espiritualidad que viene de un corazón sincero, con legalismo que viene de la hipocresía, y
muchas veces es predicar gracia, pero vivir en la esclavitud la ley.

El día de hoy seguimos con esta segunda sección la cual es doctrinal, donde Pablo está
respondiendo a la pregunta del millón de dólares, ¿qué es lo que salva a una persona? ¿Cómo
una persona puede estar en una relación correcta con Dios? A la cual Pablo tiene una sola
respuesta, ya que solo en este capítulo lo repite doce veces: Es por fe. El único camino a la
salvación que ofrece la Biblia, la Palabra de Dios, es la fe.

Pablo ya nos hizo recordar a aquellos que hemos nacido de nuevo, que tenemos un claro antes
y después de Cristo, que no fue sino por pura gracia de Dios que hoy seamos salvos, llegamos
a la conclusión de que nunca fue por nuestras obras, que no le estábamos buscando, sino, que
fue por su pura gracia que nos haya alcanzado, a nosotros solo nos tocó oír con fe, creer en
su testimonio.

Tenemos también la argumentación doctrinal de Pablo, en este capítulo menciona por lo


menos 10 referencias del AT donde nos muestra el testimonio de Dios escrito, cómo la misma
Palabra de Dios de pasta a pasta, nos enseña la misma doctrina de justificación por fe y no
por obras. Aprendimos que necesitamos conocer, creer y obedecer el testimonio de Dios, ya
que aquellos que así lo hacemos somos hijos de Abraham.

Debemos recordar que uno de los mayores problemas en los tiempos de Pablo era si los no
judíos debían o no ser incluidos en la fe de Cristo, y si se incluían si debían o no guardar la
ley como el resto de los judíos para ser salvos, porque la iglesia comenzó siendo conformada
por puros judíos. Y al Pablo estar predicando la salvación por fe los judíos de aquellos
tiempos estaban mal entendiendo a Pablo y lo acusaban de desechar la ley así como así, y
argumentaban, ¿entonces arbitrariamente estás quitando la ley? ¿Qué hay de todas las
advertencias de Dios a cumplirla? ¿Qué hay de los más de 600 mandamientos, de las fiestas
religiosas, de los sacrificios? Tiene que ser una herejía, tiene que haber un error.

De manera que Pablo se da a la tarea de explicar correctamente este aparente problema y les
dice: Hay dos cosas que necesitamos diferenciar, hay una promesa y un pacto con Abraham
, y un pacto con Moisés, son dos pactos diferentes, con diferentes términos y características,
los cuales no se contraponen, sino que más bien se complementan.
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I. Las promesas de Dios nada las puede cambiar o romper.

Gál 3:15 Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una
vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.

Ya vimos como Dios le hizo a Abraham una promesa de bendición sin ninguna condición de
guardar ninguna ley o rito, hasta 17 años después de la promesa, Dios le dio a Abraham la
señal de la circuncisión. A la misma vez, Dios hizo un pacto con Abraham diferente al pacto
que hizo en el Sinaí con Moisés y los Israelitas. Echémosle un vistazo:

(Gén 15:1-6) Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo:
No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. 2 Y respondió
Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi
casa es ese damasceno Eliezer? 3 Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y
he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 4 Luego vino a él palabra de
Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5 Y lo llevó
fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo:
Así será tu descendencia. 6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.

De su pura buena voluntad Dios le hace a Abraham una promesa, Abraham no había hecho
nada, solo en su bondad Dios decide bendecirle. Y después de la promesa hacen un pacto,
esto equivale a la firma que nosotros haríamos en algún contrato, en aquellos tiempos se
hacían estos pactos como una señal externa, para testimonio.

Esto nos habla de dos cosas, 1º Dios baja a nuestro nivel para que lo podamos conocer y
confiar en él, y nos deja testimonios que nuestros ojos puedan ver, la Santa Cena, el Bautismo,
son por decirlo así, puntos de encuentro entre lo celestial y lo terrenal, y señales que nos
recuerdan su fidelidad.

Y 2º Nos muestra lo importante de la firma, el compromiso delante de testigos y la autoridad.


Piénsalo así, sería posible que fueras pasando por una hermosa casa en Villa Carolina o
Miramar, y la ves vacía, te metes, y le dices al banco: me enamoré de esta casa, doy mi
palabra que la pagaré, la cuidaré y me encargaré de ella, tanto la quiero que no necesito de
un papel, se los prometo, ahí les comienzo a mandar el pago mensual. ¿Qué te diría el banco?
Perdón Señor, habrá tenido amor a primera vista, pero, primero fírmele aquí, papelito habla,
si no, no es suya, ni jamás lo llegará a ser.

Y aquí estamos hablando de Dios, bien le pudo haber dicho a Abraham, pues ya te lo dije y
que con eso te baste, yo no necesito de un papel para mostrarte que te amo, y que cumplo mis
promesas, pues fíjate que para Dios si fue importante, hacer un compromiso externo y visible
que ratificara su Palabra y su amor, y por eso nos deja su Palabra escrita, es su firma, su
testimonio.
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¿Te das cuenta entonces de la importancia de firmar un acta de matrimonio? ¿Te das cuenta
de lo importante del bautismo, por ejemplo? Son señales externas, son la firma, el testimonio
público de algo que ya sucedió, de un amor prometido en el matrimonio, o de una confianza
en el Evangelio en el bautismo, pero, para Dios y para el mundo que nos rodea, son
importante los pactos externos, es muy importante el compromiso expresado delante de Dios
y del mundo, veamos:

Gén 15:7-10 Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar
esta tierra. 8 Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? 9 Y le
dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años,
una tórtola también, y un palomino. 10 Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso
cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves.

Esta era la manera en la que se hacían los pactos, con testigos, en este caso los ángeles y la
creación, se hacía la promesa, se partían los animales y se caminaba por en medio de los
animales muertos, llenando de sangre sus pies, y decían: que nos pase lo que a estos animales
si no cumplimos con nuestra parte. Muy visible, muy crudo, pero, no había los sistemas
financieros, data crédito, o sistemas judiciales, para hacer cumplir el contrato. Pero, si era
algo muy gráfico y claro para decir: “Estoy comprometido con lo que prometí”. Y sigue:

Gén 15:11-16 Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las
ahuyentaba. 12 Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor
de una grande oscuridad cayó sobre él. 13 Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto
que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida
cuatrocientos años. 14 Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de
esto saldrán con gran riqueza. 15 Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en
buena vejez. 16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su
colmo la maldad del amorreo hasta aquí.

¿Puedes ver cómo en este pacto Abraham ni siquiera pudo estar de pie? El sueño y el temor
literalmente lo aplastan, no tiene fuerza ni siquiera para levantarse y caminar en medio de los
animales muertos, ¿qué nos muestra esto? Que como todo ser humano, Abraham no tiene
recursos, ni manera de respaldar ni esta, ni ninguna promesa, no tiene nada para
comprometerse con Dios. De manera que este no fue un pacto bilateral como el de Moisés
donde el pueblo sí tenía que cumplir con su parte. Este fue un pacto diferente.

Lo único que puede hacer Abram en este pacto es ahuyentar las aves de rapiña. Estas aves
representan a Satanás, y si te das cuenta, es lo único que Dios nos manda, hacer decisiones
de andar en el Espíritu, de deshacernos de nuestra vieja naturaleza, resistir firmes en la fe y
en la Palabra, y someternos a Dios para que el diablo huya de nosotros, pero, es lo único, y
veamos lo que sucede:

Gén 15:17-21 Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y
una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. 18 En aquel día hizo
Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de
Egipto hasta el río grande, el río Éufrates; 19 la tierra de los ceneos, los cenezeos, los
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cadmoneos, 20 los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los
gergeseos y los jebuseos.

Mira nada más, Dios pasó solito por en medio de los animales, ¿qué significa esto? Que Dios
firmó por los dos, fue un pacto unilateral, es decir, Abraham no pudo comprometerse en el
pacto, pero Dios si se llenó de sangre por Abraham, quien ni pudo caminar siquiera, y además
que no hubiera podido cumplir con ninguna promesa. De manera que Dios está diciendo:
Abraham, tu no vas a cumplir y tu sangre te va a ser demandada, pero yo voy a derramar mi
sangre en tu lugar.

¿Qué te recuerda esto? El nuevo pacto donde Cristo pagó el precio con su sangre preciosa en
la cruz del calvario, dándonos la promesa de la vida eterna, en un pacto unilateral, al cual
solo nos pide creer, confiar, nosotros no tuvimos que ver en ese pacto, no teníamos recursos,
ni siquiera vida para ponernos de pie y andar porque estábamos muertos en delitos y pecados.
Y hoy tenemos el mismo Espíritu Santo morando en nosotros, como adelanto de esa promesa
de vida eterna, por eso amamos su regreso, por eso anhelamos que venga por nosotros.

¿Conoces la promesa de Dios? ¿La puedes valorar? ¿O sigues tan arraigado a este mundo
vanal? ¿Amas tanto tu vida que para ti sería un día de pérdida y no un día de ganancia que el
Señor viniera a establecer su reino de justicia, gozo y paz en este mismo instante?

Y dice Pablo, si un pacto humano, un contrato firmado delante de notarios y abogados, una
vez firmado, ya no hay paso atrás, ya no se puede cambiar, si se rompen las cláusulas,
producen perjuicios. Por ejemplo, en las herencias, hay clausulas irrevocables de uso de
suelo, o de la entrega de las mismas que nadie puede invalidar ni cambiar o añadirle algo. Lo
mismo en un pacto antiguo, donde la paga por romperlo era la muerte.

Y dice Pablo, si esto es así entre humanos pecadores, ¿cuánto más será si Dios es quien está
firmando el contrato? La promesa unilateral que Dios hizo a Abraham nada la puede
invalidar, y no se le puede añadir, ni quitar nada.

Gál 3:16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y
a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es
Cristo.

a) Las promesas de bendición fueron hechas a Cristo y en Cristo, por lo tanto no tienen
caducidad.

Como buen rabino Pablo entra en la gramática Hebrea. Mis hermanos, toda la Escritura es
inspirada por Dios, y toda es toda, los rabíes suelen decir, no solo cada palabra, sino cada
letra, cada tilde y hasta cada espacio de la Palabra está llena del poder del Espíritu Santo.

Aunque la palabra “simiente” está en singular, bien se podría interpretar en plural. Si yo digo
mi descendencia, podría estarme refiriendo a un hijo, o a varios, pero dice Pablo, la Escritura
se estaba refiriendo al descendiente más importante de Abraham: Jesucristo. En Génesis 3
podemos ver el mismo caso cuando Adán y Eva pecaron, justo en ese momento Dios ya
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estaba anunciando al salvador del mundo, la “simiente” (singular), de Eva, Jesucristo


veamos:

Gén 3:14-15 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre
todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo
comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu
simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

El pacto con Moisés, estaba condicionado a la cooperación de toda una nación. Pero el pacto
de Dios para con Abraham fue unilateral y fue a su simiente, su semilla, a una persona, su
descendiente Jesucristo, en quien serían benditas todas las naciones de la tierra. Y sigue:

Gál 3:17 Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley
que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.

La promesa de Dios a Abraham en Cristo ratificada con un pacto, sucedió cientos de años
antes que la ley viniera. Dios entregó la ley a Moisés exactamente 645 años después de esta
promesa de Dios a Abraham, Pablo menciona 430 porque exactamente esta misma promesa
Dios se la reitera a los hijos de Abraham, a Isaac en Gn 26:24; 28:15 y a Jacob en Gn 46:2-
4, justo antes de entrar a Egipto con su familia, y desde Jacob hasta el pacto en el Sinaí con
Moisés son 430 años, lo cual implica que su promesa trasciende la misma vida de Abraham.

Y la ley que llegó después de 6 siglos no anula una promesa hecha por Dios no pierde su
poder, ni su vigencia, la ley no puede inutilizar, invalidar, abolir, acabar, deshacer, desligar,
destruir, quitar, o suprimir, las promesas de Dios.

Esta verdad debería impactarte como a mí, ¿puedes computar 645 años en tu mente? Más de
medio milenio. Esto es algo muy importante porque ni tú ni yo por más longevos que seamos
vamos a vivir creo yo ni 150 años, mis hermanos, 645 años son muchas generaciones, muchos
avances tecnológicos, mucha gente que ya no existe en este mundo, que es polvo y ceniza,
culturas, pueblos que ya ni existen.

Y es algo que me encanta de la Palabra de Dios, y creo que tú deberías considerarlo, la Biblia
nos establece en una realidad: lo corto de nuestros días en este mundo, pero a la misma vez
nos recuerda la eternidad. Yo recuerdo cuando en otro tiempo los años se me hacían eternos,
y yo veía como que llegar a los 30 años, era uf, una eternidad, pero desde que estoy en Cristo,
siento que el tiempo se va como nada, ya pasaron casi 5 años desde que llegué a Salvación y
Vida Eterna y siento que fue ayer.

Pero el punto es, mis hermanos este mundo está diseñado para hacerte sentir y creer que serás
eterno aquí, que todo lo que tienes y vales y puedes gastar y disfrutar está aquí. La eternidad,
¿quién sabe? ¿Quién ha ido y regresado? Jesucristo. Además tienes este testimonio precioso,
la Biblia que tenemos delante de nuestros ojos, la cual no habla de 80 años, sino que relata la
historia de la humanidad, desde que fue creada, hasta que los que creen sean redimidos y los
que no creen sean destruidos, junto con esta creación.
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Pr. Edwin D. Torres Bonilla.

Mira desde Génesis hasta Apocalipsis, aquí en estos 66 libros está la historia entera de la
humanidad, harías bien en interesarte y comenzar a leerla, porque solo ella tiene un
testimonio creíble de quién eres, de dónde vienes, a dónde vas, y solo en ella encontrarás
palabras de vida eterna.

Y por lo mismo, de una vez te digo la Biblia no está escrita para que puedas tener tu mejor
vida aquí y ahora, no es un manual de cómo ser rico, nunca enfermarte y no tener problemas
en esta tierra, eso no existe, esta tierra está llena de pecado y hasta que éste no desaparezca
de la tierra y de tu ser, siempre tendrás problemas.

Pero, la Biblia está más interesada en la eternidad, en tu eternidad y la mía, y te prometo algo:
si aprendes a vivir en estas promesas eternas, a pesar de todo, tu vida en este mundo será un
increíble tiempo de aventura y además de emocionante esperanza, de saber que lo mejor está
por venir, que esa vida libre de conflicto viene, pero no en este mundo.

Y puedes recibir de parte de Dios, paz, gozo, esperanza, a través del perdón, de haber sido
reconciliado con Dios, lo cual es tu mayor problema, con el cual te urge lidiar lo más pronto
posible, más allá de cualquier cosa, sea cáncer, sea divorcio, sea la pérdida de tu casa, lo que
sea, tu mayor problema es con Dios, y solo a través de Cristo es que lo puedes arreglar, y lo
más maravilloso es que la solución está disponible hoy.

Mis hermanos, es que este mundo y sus filosofías, su positivismo, su optimismo, su


humanismo, y todos sus ismos están diseñados, para dormirte, para anestesiarte ante la
realidad de una vida que es incómoda, insegura, vacía, que está llena de peligro, de
enfermedad, y te entrena para que con la mano en la cintura desprecies lo que Dios te ofrece,
y te dice: ¿eternidad? Eso no existe, vive la vida hoy. Y te hace creer que un puñado de
cenizas es lo que necesitas, lo cual realmente no aprovecha.

Sin embargo, mira las promesas de Dios, ponlas en perspectiva: cuando Dios promete algo,
nada puede tirar abajo sus promesas, Dios no miente, la Palabra dice así:

Núm 23:19 Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple
lo que promete ni lleva a cabo lo que dice? (NVI)

Dios ha hecho promesas que trascienden tiempo y espacio, que van más allá de la misma
historia humana, pero que pueden afectar profundamente nuestro presente y obviamente
nuestra eternidad. Mis hermanos dejemos de estar tan arraigados a la filosofía de este mundo,
despierta, ¿estás consciente de que en un instante él podría llamarte a cuentas? ¿Sabías que
no falta ninguna profecía por cumplirse para que Cristo venga por su iglesia, la arrebate y
comience la recta final de la historia de la humanidad? Podría suceder en este mismo instante.

Necesitas abrir tus ojos, y solo la Palabra de Dios lo puede hacer. Te aseguro que cuando
empieces a vivir tu vida en función a la realidad de esta eternidad, tu vida te va a ser mucho
más fácil, más entendible, más llevadera, y sobretodo, te va a inundar una esperanza y gozo
inigualables, especialmente en tiempos difíciles, que de cualquier manera van a llegarte, por
eso, mira lo que la Biblia habla acerca de esta esperanza eterna:
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Pr. Edwin D. Torres Bonilla.

Tit 2:11-15 En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae
salvación 12 y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos
vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio, 13 mientras aguardamos la
bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
14 Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo
elegido, dedicado a hacer el bien. 15 Esto es lo que debes enseñar. Exhorta y reprende con
toda autoridad. Que nadie te menosprecie. (NTV)

¿Sabes por qué te cuesta tanto vivir un cristianismo real? Porque menosprecias estas
promesas, porque no las conoces, porque prefieres las promesas de un mundo falaz diseñadas
por Satanás, porque prefieres las promesas de un falso evangelio que te vende tu mejor vida
aquí y ahora, pero ese no es el mensaje de la Biblia. Pedro también lo dijo:

2 Pe 1:4 Y, debido a su gloria y excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas
promesas hacen posible que ustedes participen de la naturaleza divina y escapen de la
corrupción del mundo, causada por los deseos humanos. (NTV)

¿Te acuerdas de Timoteo?

2 Ti 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor,
juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

Stg 4:13-14 Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad
y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero». 14 ¿Cómo saben
qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer:
aparece un rato y luego se esfuma. (NTV)

La Biblia dice que somos un respiro:

Sal 103:14-17 Pues él sabe lo débiles que somos; se acuerda de que somos tan sólo polvo.
15 Nuestros días sobre la tierra son como la hierba; igual que las flores silvestres,
florecemos y morimos. 16 El viento sopla, y desaparecemos como si nunca hubiéramos
estado aquí. 17 Pero el amor del SEÑOR permanece para siempre con los que le temen. ¡Su
salvación se extiende a los hijos de los hijos!

Por eso una y otra vez la Biblia nos enseña:

Sal 37:1-5 No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen
iniquidad. 2 Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán.
3 Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. 4
Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. 5 Encomienda
a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
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Pr. Edwin D. Torres Bonilla.

A esto es a lo que nos llama la Biblia, a conocer sus promesas, a creerlas y a vivir por ellas,
no fuiste creado para estos 80 años, no creas que en la tumba todo termina, más bien ahí todo
comienza, tanto para los que creyeron como para los incrédulos. Mira mi hermano, cualquiera
que haya sido tu sufrimiento, no se compara con el infierno, y de la misma manera, cualquiera
que haya sido tu gozo o felicidad, lo único que se le compara, es el gozo indescriptible del
Espíritu Santo en ti, el cual sí es un adelanto del cielo mismo.

Pero todo lo demás, incluso el más bello amanecer o atardecer, incluso el día más amoroso y
sublime con tu esposa, el momento de más orgullo porque tus hijos lograron algo
espectacular, o porque el Junior sea el campeón o porque te compraste una casota en el mejor
lugar de Barranquilla o porque de pronto te hayan regalado millones de dólares, o aún que te
hayas sanado de cáncer. Absolutamente nada se compara a lo que nos espera, esa es la
promesa de Dios.

Pedro lo escribió así:

1 Pe 1:8-9 Ustedes aman a Jesucristo, aunque no lo han visto; y ahora, creyendo en él sin
haberlo visto, se alegran con una alegría tan grande y gloriosa que no pueden expresarla
con palabras, 9 porque están alcanzando la meta de su fe, que es la salvación. (DHH)

Por eso pregúntate, ¿de acuerdo a qué promesas estoy viviendo? ¿Qué promesas les estoy
enseñando a mis hijos, no solo en palabras, sino con lo que les trasmito en lo que les compro
o a lo que los estoy impulsando?

Porque si no son estas, entonces son las promesas efímeras que este mundo te ofrece, y te
doy una mala noticia, este mundo jamás ha cumplido lo que promete, siempre ha fallado,
pero como lo hemos dicho otras veces, estamos esclavizados.

Y no es sino de lo que Pablo está hablando, de la promesa de Dios a Abraham, la cual


trasciende tiempo y espacio, y además es incondicional porque no se basa en obras, en
cumplir la ley, sino única y exclusivamente en Dios, quien no cambia, y por lo tanto es una
promesa segura. Definitivamente Dios desarrolla su plan a través de los siglos y trajo la ley,
pero, nunca fue para anular esta promesa, ni para dar otra forma de salvación, por eso dice
Pablo:

Gál 3:18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió
a Abraham mediante la promesa.

b) La bendición de la herencia se basa en la promesa a Abraham, no en el cumplimiento


de la ley.

Mira nada más, la promesa es una herencia, la esperanza de la vida eterna, del perdón de
pecados, del cielo, de la naturaleza divina, de Cristo en nosotros, todo esto es nuestra
esperanza. Mira como lo dice en Colosenses:
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Col 1:26-27 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora
ha sido manifestado a sus santos, 27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la
gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.

Dios mismo insertándose en la humanidad, adquiriendo glóbulos rojos para derramar su


sangre por ti y por mí, darnos vida eterna y estar con él por la eternidad. Mi hermano, el cielo
podrá tener calles de oro, un mar de cristal y el árbol de la vida, pero un cielo sin Cristo, no
es cielo, él es nuestra herencia, por eso necesitas conocerle para que puedas valorarle, si tu
esperanza sigue siendo libertad financiera para tener todo lo que quieras, salud
inquebrantable, fama y buen nombre, sigues amando tu vida demasiado, sigues amando este
mundo, y no va a durar mucho, y te urge una esperanza eterna.

Pero, en Cristo tenemos una promesa, una herencia y todo esto lo tenemos por gracia, por
una promesa irrevocable, inquebrantable, inmarchitable, inabrogable, porque descansa en
Dios, en Cristo, y solo en Cristo y en su obra redentora, no en nuestras fuerzas, no en nuestras
liturgias, ritos, o sistemas religiosos, sino en el puro afecto de su voluntad, así lo dijo varias
veces en Efesios:

Efe 1:5, 6, 11 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio
de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia,
con la cual nos hizo aceptos en el Amado… 11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo
sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de
su voluntad.

Y es lo que Pablo está diciendo, esta herencia no se gana a través de la ley, sino por gracia,
por fe, por creer en esta promesa. Pero, entonces la pregunta surge, ¿qué hay de la ley? Pablo
estaba siendo acusado de hacerse de la vista gorda en cuanto al hecho de que Moisés hubiera
aparecido con la ley, pero Pablo da respuesta a esta acusación dándonos el verdadero uso de
la ley.

Sí, en el monte Sinaí 430 años después de la promesa, el Señor le dio la ley a Moisés e hizo
un pacto con el pueblo de Israel, pero, este pacto fue diferente. En el pacto con Abraham,
puedes notar fácilmente a Dios en acción, yo te bendeciré, yo te protegeré, yo seré tu
galardón, yo te daré descendencia, es Dios haciéndolo todo por su gracia, no así con Moisés
con quien hizo un pacto bilateral, de cooperación, donde el Señor les dijo les bendeciré si
obedecen mis leyes, les mantendré en esta tierra si me son fieles:

Éxo 19:5-8 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi
especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6 Y vosotros me seréis
un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
7 Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos
todas estas palabras que Jehová le había mandado. 8 Y todo el pueblo respondió a una, y
dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del
pueblo.
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¿Te das cuenta del énfasis de este pacto? Si ustedes cumplen. Es un pacto condicional. Y una
y otra vez el Señor se ve obligado a renovar este pacto, porque ¿qué crees que sucede? Los
Israelitas nunca lo cumplieron.

Por eso el Señor ratifica su promesa. Cristo es nuestra esperanza.

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