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Ralph Hardy Peter Wright ·

John Gribbin John Kington·

(Volumen 1)

EDICIONES ORBIS, S. A.
Distribución exclusiva para Argentina.
Chile, Paraguay, Perú y Uruguay.

®
tft'SPAMERICA
Titulo original: The we�ther book
Editado, diseñado y producido por Harrow House Editions Limited
Publicado por vez primera en lengua inglesa por Michael Josepl) Limited.

Traducción: Ana María Rubio


Revisión técnica: Benito R. Mallol y Juan Ignacio Lloréns Tena
Correc�ión de estilo: Alberto Jiménez Rioja

Asesor científico de la colección: Pedro Puigdoménech


Dirección editorial: Virgilio Ortega

© Harrow House Editions Limited. 1982


© Hermann Blume Ediciones.l983
©por la presente edición: Ediciones Orbis S.A.
Apartado de Correos 35432. 08080-Barcelona

Distribución exclusiva para


Argentina, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay:
HYSPAMERICA EDICIONES ARGENTINA, S.A.
Corrientes 1437,4° piso (1042) Buenos Aires

ISBN: 950-614-553-9
Depósito legal

Impreso en Gráfica Super Press S.A:C.l.


José Ortega y Gasset 1784/6, Buenos Aires.

Impreso en Argentina
CONTENIDO

Volumen 1 (no 39)

Prefacio por Nige/ Calder 9

Introducción 13

¿Qué origina el tiempo? 17


Las estaciones - La atmósfera· - La circulación general - La rotación de la Tierra - Presión
atmosférica - Vientos, tiempo y presión - Agua, hielo y vapor de agua - El ciclo del agua -
Frentes meteorológicos.

Fenómenos naturales 57
Los elementos - El clima y el hombre - Los cambios del tiempo.

Clave de símbolos:

Luz solar 71

Rocío 84

Las nubes 88

La niebla 105

] €iJ Lluvia 115

i e Nieve 135

9 Granizo 152
PREFACIO
Para la mayoña de nosotros, la única manifestación genui­
na de las fuerzas de la naturaleza que ofrece un mundo
donde 1� huella y la presencia del hombre son progresiva y
crecientemente notorias reside en la meteorología, siempre
mutable, a menudo molesta y en ocasiones letal. Quienes
sueñan con ciudades artificiales en órbita alrededor de la
Tietra arguyen ingeniosamente la necesidad de introducir
un factor aleatorio en sus microsistemas climáticos para
librar a los que en ellas vivieran del aburrimiento. Siguien­
do una línea de razonamiento parecida, un meteorólogo de
primera categoría se opone a los esfuerzos encaminados a
lograr el control del clima terrestre en función de que,
según él, tener que habérnoslas con las veleidades del,
tiempo nos ayuda a mantenernos humanos. Pienso tam­
bién en los meteorólogos de Tokio que objetaban los
bienintencionados experimentos norteamericanos cuyo fin
era descubrir formas de domesticar los tifones, causa del
arrasamiento de tantos lugares del Pacífico, alegando que
una buena parte de las precipitaciones caídas sobre el
Japón depende de estas pavorosas tormentas.
Cierto es que la dureza climática de los prolongados
ciclos que fueron las edades de hielo aceleró la implanta:."
ción de nuestra especie y cierto es también que para­
alpinistas, navegantes y tantos otros salir a desafiar los
elementos es algo más digno. de seres humanos que
quedarse en casa viendo la televisión. Cuando estoy en mi
pequeño barco y el cielo se oscurece a mediodí<Y, las
ráfagas se estrellan contra el velamen y las olas se lanzan
contra el casco como bestias enfurecidas, todos mis posi­
bles conocimientos sobre meteorología son barridos por un
saludable temor. Si me hallo en casa, las ventanas me
muestran una película que no concluye jamás, en la que
esos frigoríficos volantes llamados nubes cruzan el paisaje
plácida o precipitadamente. Cuando se aprende algo sobre
sus tipos y significado, las nubes se convierten rápidamente
en fuente de fascina�ión y de pronóstico: hay que aprender
también a no perder de vista lo que mi mujer llama «las
partes traviesas del cielo». Hasta en la clara atmósfera de
un radiante día estival es posible ver las ondulaciones
que, aparentemente, agifan la superficie de la carretera,
donde pequeños remolinos de aire ascendente proyectan
humedad y calor en el aire. Si son bastantes, terminarán
9
por reunirse en un nubarrón de tormenta, capaz todavía de
infundir temor a gentes supersofisticadas. A veces, cuando
se levanta niebla, la ventana-pantalla queda en blanco y el
bullicioso aeropuerto cercano en silencio.
Otros silencios son, sin embargo, mucho más ominosos:
el que envuelve, por ejemplo, las dunas arenosas del
noroeste de la India, región desértica que hace 4.000 años
era fértil asiento de cultivos cerealícolas y .arboledas um­
brías antes de que el clima cambiara y el monzón traiciona­
ra a los pueblos de la civilización del Indo. Una clase bien
distinta de desierto silencioso era Manhattan {de entre
todos los lugares imaginables) tras una copiosa nevada que
cubrió la ciudad y vació las calles. Parecía un adelanto. de
la próxima edad de hielo, en la que el neoyorquino ño
Hudson volverá a ser nuevamente un glaciar {a menos que
los seres humanos consigan -pese a la oposición de mi
amigo meteorólogo- desarrollar a tal punto los sistemas
de control climático que resulte posible mantener los
hielos a raya).
Las ciencias del tiempo y el clima han madurado con
asombrosa rapidez durante los últimos veinte años. Han
experimentado su mayor transformación desde la inven­
ción, en el siglo XVll, del barómetro y el termómetro; este
libro refleja aquello que caracteriza a las épocas de investi­
gación vigorosa: mayor seguridad en el conocimiento,
preguntas más inquisitivas e hipótesis más audaces.
Hombres del tiempo y teóricos cuentan ahora con las
imágenes y los datos de toda índole que proporcionan los
satélites meteorológicos, datos recogidos desde el interior
de las vastas máquinas giratorias de aire y agua donde,
gracias a la energía del Sol, se fabrica el tiempo. Ni siquiera
las computadoras más potentes de que hoy disponemos
son capaces de establecer un modelo adecuado de esta
inmensa estructura o de mantener el ritmo de sus cambios,
si bien abundan las pruebas de la gran iniciativa mostrada
en el uso de las computadoras, tanto para tareas de
.Predicción como para comprender mejor el intrincado
proceso del tiempo y los esquemas de los cambios climato­
lógicos a largo plazo.
El desarrollo de la climatología histórica y el tener que
admitir -de modo reticente en ciertos casos-- que nues­
tra generación no está exenta de las variaciones climáticas
que constituyen su trasfondo característico ha significado
otra revolución. Las razones de los cambios climáticos
entre siglo y siglo son todavía inciertas y, aunque son
varias las teorías al respecto, las investigaciones más
recientes señalan al Sol como máximo responsable.
En cuanto a lapsos más dilatados, el avance más reseña­
ble es que los más conspicuos representantes de las
10
distintas teorías se han puesto por fin de acuerdo en que la
aparición y el retroce�o del hielo se debe a causas astronó­
micas. Si bien según la nueva perspectiva lo normal hoy
sería una glaciación intensa, en ocasiones el hielo retroce­
de durante una temporada, como sucede en nuestro actual
intervalo caluroso. Los repetidos enterramientos de gran­
des extensiones -todo Canadá y la Europa septentrional,
por ejemplo- bajo gruesos campos de hielo como los de
Groenlandia o la Antártida constituyen la peor agresión al
medio natural que registra n'uestro pasado geológico re­
ciente.
Los alimentos mismos que consumimos reflejan la adap­
tación de plantas y animales a diferentes condiciones
climáticas y diez mil años de selección deliberada. Los
agricultores de países prósperos explotan industrias dise­
ñadas científicamente repletas de ayudas mecánicas y
químicas y, sin embargo, dependen tanto de la meteorolo­
gía como el más humilde de los campesinos. Son muchas
las cosas que pueden arruinar completamente una cose­
cha: sequías, inundaciones, tormentas de agua o granizo
fuertes, heladas o cualquiera de las plagas o enfermedades
que un tiempo desacostumbrado puede inducir. Para
quienes viven al borde de la ruina y el hambre, la climato­
logía puede ser un asunto de vida o muerte. Para aquellos
que, en condiciones normales, están separados del tiempo
por una distancia segura, se trata más de algo lleno de
interés y de diversión (con algún chaparrón inesperado de
esos que te ponen perdido de cuando en cuando). La
invitación que el autor y los expertos que han cola­
borado con él en este libro quieren hacer es que pro­
curemos ser más conscientes del cotidiano drama en el
q,ue todos nosotros, nos guste o no, participamos. Se
explican en él los principios básicos y se recorren los
límites del conocimiento actual. Si quieres saber cómo
funcionan las nubes o los sistemas de bajas presiones,
cómo se confeccionan los boletines meteorológicos o cuál
es la diferencia entre una «pequeña glaciación» y una <<gran
glaciación», aquí puedes averiguarlo sin esfuerzo.
Vava, sin mojarte tan siquiera.

NIGEL CALDER, escritor científico,


ha recibido el premio Kalinga de
la UNESCO por su labor· divulgadora.
11
INTRODUCCION

La historia del tiempo es la historia de la Humanidad. Ha


controlado sus actividades básicas ...:_las destinadas a pro­
curarse alimento y refugio-- y ha dictado los patrones de
crecimiento de la civilización. Sus manifestaciones extre­
mas de sequía y precipitaciones han acabado con socieda.­
des enteras, n-iientras que sus formas más equilibradas y
generosas han permitido el florecimiento de otras. El que
una región -la templada- ostente el papel dominante
mientras que otras -denominadas rutinariamente Tercer
Mundo-- languidezcan no se debe a ninguna peculiaridad
genética. La comprensión de la meteorología -de esos
mercuriales cambios del tiempo y de los esquemas, inás
vastos, de los cuales son resultado-- es un gran paso para
entender la historia de la vida y de la Humanidad en la '
Tierra.
La obra está dividida en cinco capítulos. En el primero,
¿Qué origina el tiempo?, la Tierra se muestra como parte
d�l sistema solar, un planeta que describe su órbita.�anual
alrededor del Sol con regularidad mecánica y gira sobre su
eje inclinado cada ·veinticuatro horas para producir las
variaciones estacionales experimentadas entre los trópicos
y los polos. La Tierra, compuesta por capas sucesivas de
elementos rocosos, posee una hidrosfera líquida envuelta
en un manto gaseoso que protege a los seres vivos de la
radiación dañina del Sol y permite sin embargo que sean
alcanzados por el calor que éste genera.
Las propiedades únicas de los componentes de esta
atmósfera interactúan para producir nuestra meteorología.
El calor del Sol inicia los cambios físicos de ciertos estados
de la materia, que, siendo gobernados por las escalas
fundamentales de temperaturas y los cambios universales
de presión interrelacionados con ellas, constituyen las
fuerzas impulsoras que dan cuenta del perpetuo movi­
miento de la atmósfera. Los diferentes tipos de precipita­
ción y las infinitas combinaciones de los demás aconteci­
mientos meteorológicos se ven afectados por la rotación
de la Tierra en el espacio y la distribución de tierras,
montañas y mares.
13
Tras la descripción de los invariables parámetros globa­
les que gobiernan la dinámica del tiempo, el segundo
capítulo, Fenómenos naturales, desvela la teatral belleza
que encierran unas nubes a ras de �;uelo sobre un valle de
montañas en verano o el encanto de las nieblas matinales
con sus iridiscentes gotas de rocío o escarcha como joyas
del amanecer, la experiencia de la tranquila placidez de un
copo de nieve que ·cae o el devastador poder del granizo.
Intenta capturar, por ejemplo, el feérico efecto del «broc­
kenspectre», recompensa que la Naturaleza ofrece a mu­
chos escaladores,o el ondulante fragmento de cielo refleja­
do que centellea en la arena -milagro que ha significado
la desesperación de muchos· viajeros-. En él se explica
cómo y por qué las gotículas de vapor suspendidas en una
nube coalescen para dar lugar a una gota de lluvia, misterio
que ha intrigado. a los científicos durante siglos. Habla
también, empero, de esos otros misterios aún por resolver,
incluso en una época que dispone de métodos para
modificar el tiempo, tales como la creación de lluvia
artificial en épocas de sequía o en zonas áridas, o bien
debilitar el poder de un huracán.
Las maravillas de la atmósfera -sus brillantes espectá­
culos de luminotecnia con amaneceres, crepúsculos y
alguna sorpresa de vez en cuando--, que tan a menudo se
dan por supuestas, forman parte de un esquema global
que, si se contempla desde un período de meses o años,
ofrece un retrato del clima. Este y las zonas climáticas,
descritas en el tercer capítulo; Clima mundial, han afectado
el curs.o de la evolución y de la historia y han jugado un
papel en la configuración de las civilizaciones dirigiendo
los desplazamientos de distintos pueblos desde los comien­
zos del mundo. Las adaptaciones evolutivas al clima han
ayudado al hombre a sobrevivir frente a los rigores, bien
diferentes en algunos casos, de los d�versos entornos, que
habita. El redondeado aspecto de los esquimales {parecido
al de las focas y osos polares que también viven en el
Artico) se debe a una capa especial de grasa que los
mantiene a salvo del intenso frío. Los habitantes de ta
jungla, por el contrario, han desarrollado cuerpos ligeros
que desprenden calor con más facilidad, gracias a lo cual •

se hallan cómodos en ambientes con un grado de hume­


dad que los naturales de latitudes templadas soportan
difícilmente. El clima explica las diferencias entre las
culturas y costumbres de las distintas partes del mundo; los
antiguos hábitos desarrollados para conservar la humedad
o el calor son hoy, además, base de técnicas gracias a las
cuales es posible vivir y trabajar en los yermos helados de
los polos o explorar la enrarecida atmósfera de los picos
himalayos.
14
Aunque las estaciones y los vientos principales son,
dentro de ciertos límites, predecibles, hemos de darnos
cuenta de que la Tierra ha sufrido ya innumerables glacia­
ciones punteadas por breves· intervalos cálidos de vida
floreciente. El cuarto capítulo, Cambio de clima, explica
cómo los esquemas climáticos son función de los cambios
cíclicos que experimentan la inclinación y el bamboleo de
la Tierra en su trayectoria circunsolar. Hay, sin embargo,
factores adicionales: actividad cíclica de las manchas sola­
res, fases de la actividad magnética, conjunciones planeta­
rias y otros, cuya sincronía con el mencionado pudiera bien
ser la causa del comienzo repentino de una glaciación.
Finalmente, el hombre es ya parte principal en este com­
plejo juego de fuerzas porque, durante las últimas décadas,
sus actividades han proyectado ingentes cantidades de
partículas en la atmósfera que, sumadas a las procedentes
de la reciente reactivación volcánica, configuran una panta­
lla cuyos efectos son equiparables a los del cristal de un
invernadero: dificultar la evacuación térmica. Ello podría
�er causa de que . la Tierra, cada vez más caliente, se
precipitara en una nueva «era de los dinosaurios». Lo
cierto es que cualquier modificación de la temperatura
mundial, por pequeña que sea, tiene implicaciones alar­
mantes y representa una amenaza para el precario equili­
brio de la economía global. No parece necesario, pues,
recalcar la creciente importancia del pronóstico a medio y
largo plazo. .
El capítulo final, Pronóstico, se ocupa del cómo de los
cambios climáticos, sean inducidos por el hombre o no. La
predicción meteorológica sigue dependiendo, en última
instancia, de la experiencia que posean quienes la formu­
len: las supercomputadoras y los satélites actuales no han
modificado sustancialmente la naturaleza de una actividad
que tiene tanto de arte como de ciencia. Sin la gradual
acumulación de conocimientos y experiencia producto de
los afanes de incontables filósofos o científicos, o sin los
meticulosos esfuerzos de legiones de meteorólogos aficio­
nados, los boletines que hoy nos parecen rutinarios jamás
hubieran sido posibles.

15
16
lQUE ORIGINA
EL TIEMPO?
«El agua ha manado simplemente del vapor
en su tenue invisibilidad, en la noche
celeste, para darse forma. No hay más razón
lógica para la existencia de un copo de nieve
de la que hay para la evolución. Es una
aparición de ese mundo de misteriosas
sombras más allá de la naturaleza, de ese
mundo último que contiene .[a expliéación de
los hombres y los barbos y las hojas verdes».
Loren Eiseley- The Immense Journey, 1957

La comprensión del tiempo que experimenta­


mos a diario a lo largo de nuestra vida ·requiere
conocer los principios básicos que gobiernan la
atmósfera. Tan. importantes como 'puedan ser
para la meteorología la posición de la Tierra en
el sistema solar o su velocidad y ángulo de
rotación, lo son la composición y la estructura
de la atmósfera. Juntos son los responsables de
las .estaciones del año, de la distribución global
de los climas y de la variación del tiempo, par­
ticularmente perceptibles en las regiones tem­
pladas del mundo. «¿Qué origina el tiempo?» se
ocupa de cómo interaccionan los muchos com­
ponentes meteorológicos para producir las face­
tas, comunes o insólitas, del tiempo mundial.

El Sol de medianoche, visto en


junio desde Rikgransen (Noruega),
dentro del Círculo Polar Artico.

17
A
Inclinación de 23,5•
- B

Solsticio de verano Solsticio de inviemo

Las estaciones existen porque el eje de la Ti�rra está


inclinado con respecto a su p lano de traslación alrededor
del Sol. Cuando el Polo Norte está inclinado hacia_ el So
(A), en el hemisferio norte es verano, mientras que en la
misma época, en el hemisferio sur es invierno. Seis mese
después se produce la situación opuesta (B), cuando el
hemisferio sur está inclinado hacia el Sol. Las flechas,
que representan los rayos solares, indican que la
intensidad solar es igual para A y B, pero, debido a los
diferentes ángulos de incidencia y a la longitud del día,
un área determinada recibe mucha más energía en
verano, como se muestra debajo(C).

Nuestro clima puede considerarse un ex­ Las estaciones


traordinario rompecabezas. Extraordinario
porque las principales piezas -el Sol, la . La causa fundamental del tiempo y, p1
órbita terrestre, los océanos y los continen­ tanto, nuestro lógico punto de partida, es
tes- están cada una compuestas de y entre­ Sol y la posición de la Tierra en el sisten
lazadas por piezas más pequeñas, por las solar. Evidentemente nuestra perspecti·
unidades constructivas básicas de todas las como habitantes de la Tierra está matiza•
sustancias: las moléculas. La peculiar es­ por nuestras experiencjas anteriores y p
tructura de la molécula de agua tiene gran lo que vemos directamente. Hace sólo
influencia en los fenómenos atmosféricos: gunas décadas nos hemos apercibido
el vapor de agua absorbe un calor que, de que vivimos en una delgada capa atmos
otra forma, se perdería en el espacio y, rica sobre un planeta que gira alrededor
además, los cambios de estado de líquido a una estrella bastante modesta -una de
gas y de líquido a hielo son vitales en la miles de millones de una galaxia que, a
redistribución de la energía solar entre los vez, es sólo una entre una cantidad in1
océanos, los continentes y la atmósfera. Sin merable--. Pero nuestro planeta parece
entrar en detalles demasiado complicados único en lo que se refiere a un pur
trataremos de reunir las piezas principales posee vida y no hay ninguna evider
en grado suficiente para tener una visión positiva de vida en cualquier otro lugar
global del complejo pero bello cuadro. universo.
18
Verano

La eclíptica es el plano donde la en la determinación de la el invierno del hemisferio norte.


órbita terrestre traza su trayectoria estaciones; en efecto, estamos en En el afelio, .]a distancia se hace
elíptica alrededor del Sol. La el perihelio -la dist;¡ncia menor máxima, aproximadamente 151,2
distancia desde la Tierra al Sol es al Sol, aproximadamente 146,4 millones de kilómetros.
un factor carente de importancia millones de kilómetros-, durante

La capacidad para mantener la vida de­ La Tierra gira alrededor del Sol una vez
pende de muchos factores. El tamaño de la cada 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46
Tierra es el que determina la fuerza de la segundos: nuestro calendario de 365 días
gravedad y asegura que nuestra atmósfera se hace coincidir con este movimiento in­
ni se desprenda hacia el espacio ni ejerza corporando años bisiestos y algunas adap­
una fuerza opresiva sobre nosotros. La taciones al final del siglo. Todo el mundo
posición de la Tierra en el sistema solar es sabe que . cada cuatro· años hay un año
la adecuada para que el planeta no esté ni bisiesto, excepto en el cambio de siglo1
demasiado caliente ni demasiado frío. pero mucha gente no se da cuenta de que
Nuestro Sol puede ser pequeño en compa­ cada 400 años, el último de un siglo es un
ración con el universo, pero con un diáme­ año bisiesto porque es divisible por 400 y,
tro de 1.390.473 kilómetros, es nueve ve­ por tanto -siguiendo el sistema normal de
ces mayor que la Tierra. La temperatura años bisiestos del calendario gregoriano-,
5Uperficial del Sol, superior a 6.000°C, se el año 2000 ·después de Cristo será un año
mantiene debido a reacciones nucleares bisiesto. La órbita terrestre no es perfecta­
internas, cuya energía se irradia continua­ mente circular ni perfectamente constante
nente hacia el espacio. Pero la Tierra en relación al tiempo. Cálculos recientes
.ntercepta sólo una minúscula fracción de han indicado variaciones cíclicas en ella en
�sta energía; sin ella no habría ni fenóme- . una escala de tiempo de 97.000, 40.000 y
1os atmosféricos ni vida. 21.000 años, variaciones que pueden con-
19
El Sol es la estrella más tomada por el telescopio solar
cercana a nosotros y la fuente del Skylab, ha sido aumentada
de toda la luz y el calor que por computadora, permitiendo
recibimos. Esta fotografía, ver las sutiles diferencias de
luminosidad existentes en la
superficie de la estrella.

20
/
tribuir mucho a explicar las pasadas épocas temperatura, ya que los rayos del Sol inci-
glaciares. Afortunadamente, la variación den con mayor intensidad en determinadas
anual de la energía solar debida a la ligera partes de la Tierra. Además, en las regio­
excentricidad de la órbita terrestre es pe· nes polares,. la atmósfera absorbe buena
queña. Si la órbita fuese más alargada, los parte de la radiación solar.
veranos en el hemisferio austral serían Es interesante especular sobre las gran­
mucho más calurosos y los correspondien­ des diferencias que existirían si el eje de la
tes inviernos más fríos, mientr¡ls que en Tierra estuviese orientado de forma distinta
el hemisferio boreal las diferencias entre con respecto a la eclíptica. Si estuviese
las estaciones serían menos pronunciadas dispuesto en el mismo plano que ésta, los
de lo que son actualmente. polos tendrían unos veranos abrasadores
Las variaciones estacionales que experi­ con el Sol colocado virtualmente encima
mentamos no tienen ninguna relación con noche y día durante semanas consecutivas
la forma de la órbita terrestre; dependen mientras que el hemisferio invernal sería
completamente de la inclinación del eje de mucho más frío. Si, por otro lado, fuera·
rotación de la Tierra en relación con el perpendicular a la eclíptica, habría días de
plano de la órbita circunsolar, conocida doce horas en toda la Tierra, excepto en los
como eclíptica. El eje de la Tierra tiene una polos, donde durarían todo el año y no
inclinación de 23,5 grados, que permanece existirían las estaciones.
estable durante su trayecto en torno al Sol.
Esta inclinación es la responsable de los
cambios mensuales en la cantidad de radia­ La atmósfera
ción solar que alcanza parte de la Tierra y,
por consiguiente, de la variación en la La relación entre la Tierra y el Sol podría
longitud del día a· lo largo del año a dife· considerarse como el corazón de nuestra
rentes latitudes y del ciclo climático de las meteorología y, claro está, de nuestra pro­
estaciones. Las áreas que están cerca de los pia existencia, pero la atmósfera terrestre
polos norte y sur tienen cada año al menos es también fundamental: equivale a los
un período completo de 24 horas de oscu­ pulmones de la Tierra. En comparación
ridad y otro de luz. En teoría, los mismos con el diámetro medio de ésta, 12.640
polos tienen seis meses de oscuridad seguí- kilómetros, la parte inferior de la atmósfera
dos por seis meses de luz durante todo el constituiría una capa de fina piel. Todos los
I día. De hecho, hay una zona crepus<;ular y procesos meteorológicos se producen en
!las noches son ligeramente más cortas de esta capa, denominada troposfera y que
lo que deberían, ya que el Sol no es una varía en grosor, por término medio, desde
fuente de luz puntual, sino un gran disco. menos de 10 kilómetros cerca de los polos
Ello se debe, además, a otro motivo: los hasta 20 kilómetros en los trópicos. La
rayos luminosos tienden a inclinarse hacia zona de contacto entre la troposfera y la
la Tierra cuando atraviesan la atmósfera. capa inmediatamente superior, la estratos­
1 La inclinación de 23,5 grados también fera, se llama trbpopausa. En la troposfera
explica las posiciones de los trópicos -el - hay una disminución de la temperatur&
Trópico de Cáncer, a 23,5 grados al norte, global con la altura, aunque no de forma
y el de Capricornio, a 23,5 grados al sur-. uniforme, mientras en la estratosfera las
En estos lugares el Sol está justo encima en temperaturas son constantes o aumentan
1os solsticios, el 21-22 de junio y el 22-23 con la altura. En lo que se refiere a la
ae diciembre al mediodía, que es cuando anchura, la troposfera es menos gruesa que
el calor solar alcanza su mayor intensidad la estratosfera, pero, si se considera el peso
en el hemisferio norte y en el hemisferio o la cantidad de aire en cada capa en lugar
sur, respectivamente. Otro factor que influ-· de su grosor, se invierte el esquema:
ye en el tiempo es la forma irregular de la aproximadamente el 75 por ciento de la
Tierra, origen de fuertes diferencias de atmósfera total se encuentra debajo de la

21
tropopausa. Esto se debe a que el aire es las cantidades relativas de gases que for­
compresible: por tanto, cerca de la super­ man la atmósfera han cambiado gradual­
ficie es mucho más denso que en las capas mente a lo largo de millones de años, en la
superiores. Como no hay barreras físicas misma medida que ha evolucionado la
que separen las diferentes capas de la geografía terrestre y la vida misma. Sin
atmósfera, existe un continuo trasvase del embargo, y en lo que a nosotros concierne,
aire. el aire puede considerarse constante tanto
El aire es una mezcla de gases y no un a lo largo del tiempo como del espacio,
gas en sentido estricto.. La composición y pero con dos importantes excepciones. En

110
0.00001

100

0.0001

70

Mesosferq

60

50 0.1
Estratopausa

40
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Temperatura en grados centígrados

La atmósfera puede dividirse convenientemente en


capas horizontales �egún sus temperaturas.
El aire es normalmente más cálido en la zona
inferior de la troppsfera que en cualquier otro lugar
dentro de los cien kilómetros inferiores; también
están calientes las enrarecidas capas de la
termosfera.

22
primer lugar, la combustiórÍ que el hombre carbono y, por tanto, estos gases son vitales
realiza de los combustibles fósiles tales para cualquier forma de vida. En la fotosín­
como el petróleo, el carbón y el gas, incre­ tesis, las plantas verdes utilizan la energía
menta lenta pero inexorablemente la pro� de la luz solar, junto con el carbónico
porción de dióxido de carbono en la atmós­ atmosférico y el agua del suelo,y produce_n
fera. En segundo, la concentración del gas oxígeno. En lo que se refiere a los fenóme­
ozono, principalmente en la estratosfera. nos atmosféricos y, especialmente, al clima,
Todos los animales y plantas respiran. el dióxido de carbono· tiene una importan­
tomando oxígeno y expulsando dióxido de cia adicional por su efecto sobre el balance
de la radiación térmica terrestre; dado que
deja pasar la radiación solar que llega a la
Tierra, pero absorbe con gran facilidad la
radiación saliente --es el llamado «efecto
invernadero»--; de esta ·forma, cualqui-er
cambio en su cuantía tiene un importante.
efecto sobre el clima terrestre (la expresión
«efecto invernadero» puede inducir a error,·
ya que, en efecto, una gran parte del calor
que existe en un invernadero se debe a la
obstaculización de que se mezclen corrien­
tes de aire externas y enfríen, así, el aire del
interior).
Cálculos recientes demuestran que la
cantidad de dióxido de carbono de la at­
mósfera terrestre aumenta· aproximada­
mente un 0,5 por ciento de su concentra­
ción actual cada año. No está claro el
efecto de este incremento sobre la tempe­
ratura; algunos experimentos sugieren que
un incremento del 10 por ciento puede
elevar la temperatura media en una pro­
porción de sólo medio grado centígrado.
No obstante, un incremento continuo pue­
de conducir a una modificación eventual de
las zonas climáticas, con consecuencias
provechosas o no, pero en cualquier caso
mucho mayores de lo que sugiere ese
pequeño cambio en la temperatura media.
A diferencia de otros gases, la distribución
del ozono varía considerablemente con la
altura; está prácticamente ausente en las

Los sensores del satélite Meteostat captan imágenes

en tres longitudes de onda diferentes a la vez.


En esta imagen de la Tierra está
representada la zona visible del espectro en verde y
negro; el infrarrojo, que muestra la temperatura
terrestre, se representa en rojo -las superficies más .
frías son las más brillantes-- y el va or de agua de1
la troposfera aparece en azul.

23
das en el aire. Estas partículas .son, princi­
palmente, de humo, sal, arena fina y ceni­
zas volcánicas. Las grandes, con radio su­
perior a las 10 micras (1/100 milímetros),
normalmente no son transportadas por el
viento durante mucho tiempo. Bien se de­
positan lentamente en la superficie por la
simple acción de la gravedad o" son arras­
tradas por la lluvia. Las partículas más
pequefias permanecen suspendidas en la
atmósfera, donde se encuentran en canti­
dades enormes: una concentración de
5.000.000 por litro (5.000 por centímetro
cúbico) no es anormal, pero esta cifra se
reduce en un 90 por ciento sobre un mar
tranquilo, o bien se multiplica hasta 10
veces en un desierto seco y ventoso. Estas
miñadas de minúsculos fragmentos invisi­
bles tienen una función vital en la forma­
ción de las nubes.
En la misma medida .que es una abstrac­
ción hablar de aire puro, lo es hablar de ,
· Las plantas verdes, que gozan de aire seco. Todo el aire contiene agua en
la capacidad única de convertir la
forma de vapor, cuyas propiedades influ­
energía solar en alimento
yen de forma vital en el tiempo y el clima.
mediante el proceso de la
fotosíntesis, son las proveedoras
El vapor de agua, un gas en sí mismo, está
de elementos nutritivos a todas las presente en toda la atmósfera, pero, a
otras formas de la vida. Las hojas diferencia de muchos otros constituyentes
de estos primitivos helechos del aire, su concentración varía considera­
arbóreos hawaianos compiten por blemente con la altura, la temperatura y el ·

atrapar la máxima cantidad de luz lugar. Dos tercios, aproximadamente, de la


solar.
superficie terrestre están cubiertos de agua
y grandes extensiones están húmedas de
modo casi permanente --{;Omo los bosques
tropicales de Asia, Africa y Sudamérica-.
proximidades de la superficie terrestre El vapor de agua se está formando conti­
-afortunadamente, ya que es venenoso-­ nuamente por la evaporación de las plantas
y alcanza su máxima concentración entre y las aguas superficiales, y asciende a la
los 20 y los 25 kilómetros por encima de parte alta de la troposfera por turbulencia.
ella. Su importancia radica en su capacidad Se ha calculado que en un período de un
para absorber las perjudiciales radiaciones año se evaporan más de 200 centímetros ·

ultravioletas que llegan del Sol, proceso que de agua del Pacífico Oriental y del Océa­
ha pasado desapercibido a lo largo de los no Indico Central e, incluso en latitudes
siglos: sólo en los últimos años el hombre templadas, tales como el Reino Unido,
ha llegado a ser consciente de su exis­ la evaporación puede alcanzar 50 centíme­
tencia. tros por año. Como el vapor de agua es
Hasta ahora hemos hablado del aire pu­ muy perm�able a la radiación solar de
ro, posible sólo bajo condiciones controla­ onda corta, pero absorbe algo de la radia­
das de laboratorio. En realidad, es general ción terrestre de onda larga, su variación
la· existencia de partículas de polvo· lo sufi­ con respecto al tiempo y al espacio influye
cientemente pequeñas para estar suspendi- de manera importante en el balance de

24
COMPOSICION OE LA ATMOSFERA El aire está compuesto de una mezcla de nitrógeno;

oxigeno y dióxido de carbono adem s de vestigios de otros [ases.
GAS SIMBOLO VOLUMEN PAPEL
PORCENTAJE

NITROGENO N, 78,08 Reciclado mediante las actividades humanas y por la aceión dé los
microorganismos sobre los desperdicios animales.

OXIGENO o, 20,94 Reciclado principalmente por medio de la respiración de animales y


plantas mediante la acción de la fotoslntesis.

co, 0.03 Reciclado mediante la respiración y la fotosintesis en la dirección


OIOXIDO
opuesta al oxigeno: también es un producto d e la combustión de los
DE CARBONO
combustibles fósiles.

ARGON Ar 0,093

J
NEON Ne . 0.0018 -
HELIO He 0.0005
KRIPTON Kr trazas

XENON Xe trazas "'� '-· ,, ;,.��·

OZONO o, 0.00006 Producto de la escisión de la molécula de oxigeno en átomos


individuales por la acción de la radiación solar. y que se unen a
moléculas intactas.

HIOROGENO H, 0,00005 Sin importancia.

Aerosoles, la heterogénea colección de de sales marinas, polvo, materia orgánica y


partículas microscópicas suspendidas humo procedentes tanto de la acción del
en la atmósfera; se compone principalmente hombre como de fuentes naturales.

25
ENERGIA SOlAR
El Sol es una fuente cada vez más
atractiva de energía limpia, inócua y
abundante, pero es difícil usarla
debido a las variaciones locales y
estacionales del tiempo,
especial'mente en lo que se refiere a
la nubosidad. Se están desarrollando
varios métodos de captar y
transformar la energía solar: las
series de espejos pueden reflejar la
energía a un colector central o, para
evitar los cambios del tiempo,
pueden usarse satélites artificiales
colocados enfrente del Sol con
acumuladores de energía solar que
la pueden transmitir continuamente
de vuelta a la Tierra.

En Odeillo, Pirineos franceses, hay


una importante estación
experimental de energía sol¡'lr
(derecha): se refleja la luz solar
desde un grupo de 63 espejos
planos móviles sobre un inmenso
reflector' parabólico, de 40 metrqs
de alto y compuesto por 9.500
espejos,"que concentran la luz solar
en un «blanco• situado a 18 metros.

radiación entre la Tierra y el Sol; ello hace en lo que se refiere al balance de radiación
que la temperatura aumente o disminuya total. El calor que llega desde el Sol se
en un momento y lugar determinados. concentra principalmente en latitudes ba­
jas, mientras que, por otro lado, la ·radia­
ción que se libera de la Tierra es mucho
Radiación solar y terrestre
más uniforme; este equilibrio es la causa
Todo el mundo está familiarizado con el fundamental de los principales sistemas de
hec-ho de que la luz y el calor solar son los vientos y corrientes oceánicas, que llevan el
responsables de la existencia de la vida, exceso de calor de las regiones tropicales
pero no todo e� mundo sabe que la Tierra y hacia los polos. El sistema global de vientos
su atmósfera irradian hacia el espacio una se conoce como «la circulación general». La
cantidad de calor igual a la recibida. Si e?to corrección del desequilibrio. que se produce
no ocurriese, nuestro planeta se calentaría entre la radiación que entra y sale de la
demasiado y pronto sería estéril. Por su­ Tierra a diferentes latitudes está directa­
puesto que algo del calor llegado a la mente relacionada con el calor. El calor de
superficie terrestre proviene de su interior un objeto se puede transferir por conduc­
por acción de los volcanes y las fuentes ción, convección o radiación.electromagné­
termales, pero su cuantía es despreciable tica. La conducción es una transferencia

26
do, fluctúa entre un amplio margen de
longitudes de onda.
Cualquier objeto absorbe o refleja la:
radiación que le llega, pero la longitud de
onda de esta radiación varía dependiendo
de la temperatura y la composición de su
superficie. Un objeto que, a una temperatu­
ra determinada, irradia en la mayor pro­
porción posible se llama «Cuerpo negro».
Esta expresión puede inducir a error, ya
que, si bien es cierto que normalmente los
colores oscuros absorben y pierden el calor
más fácilmente, esto no es siempre así; por
ejemplo, el Sol es «Un cuerpo negro» ra­
diante, como también lo es la nieve.
Los elementos básicos de construcéión
de la materia son los átomos y las molécu­
las. En un estado de agitación constante, es
el nivel de su energía cinética lo que se
mide como temperatura. Las escalas nor­
males usan el punto de congelación y de
ebullición del agua bajo condiciones especí­
ficas como cotas -por ejemplo, O grados
centígrados y 100 grados centígrados, res­
pectivamente-. Una escala usada con me­
nos frecuencia toma como valor cero el
punto en el que, en teoría, cesa todo movi­
miento molecular y no hay energía interna.
Esto ocurre a -273,16°C, que es el punto
cero de la escala Kelvin (K), llamada así en
honor a su descubridor (1824-1927).
Si la temperatura se mide en grados
Kelvin hay dos relaciones simples pero
directa por contacto y, por tanto, carece importantes entre ésta y la radiación emiti­
prácticamente de importa'i!cia en meteoro­ da por un cuerpo negro cualquiera. La
logía. La convección es el proceso por el primera es la ley de Stefan, que establece
cual un líquido o un gas calentado desde que,si la temperatura se duplica, la intensi­
abajo, y debido al incremento de la flotabi­ dad de la radiación emitida lo hace cuatro
lidad de las capas inferiores, que ascienden veces (es decir, se multiplica por 16). La
y se m€zclan con las superiores, repartién­ segunda es la ley de Wien, que establece
dose de este modo el calor. Este proceso es que, si la temperatura se dobla, la longitud
muy importante en los ·océanos y en la de onda de emisión de la radiación máxima
atmósfera. La tral'lsferencia de calor por se ·divide por dos. Estas sencillas leyes
radiación electromagnética -subdividida explican la tremenda diferencia que existe
en rayos gamma, X, ultravioleta, de luz e entre la radiación que llega del Sol y la
infrarrojos, además de las radiondas- es la radiación que sale de la Tierra: se debe
única forma en que esta energía puede totalmente al contraste entre la temperatu­
viajar a través del vacío, incluyendo el. ra solar y la terrestre y establece las fuerzas
espacio interplanetario. Aunque toda la conductoras de la circulación atmosférica.
radiación electromagnética viaje a la misma La diferencia entre las radiaciones es inclu­
velocidad, 299.400 kilómetros por segun- so más notable cuando se tiene en cuenta
·
27
hacia la parte visible del espectro. Po
debajo de la zona visible de la radiació
solar que nos llega como luz, hay un
pequeña proporción de ondas cortas peli
grasas que corresponden a la zona de rayo
X y ultravioleta del espectro, pero afortuna
damente, las reacciones fotoquímicas habi­
das en la capa de ozono de la parte supe­
rior de la atmósfera nos protegen de ellas.
Por fuera de la zona visible, aproximada­
mente el 50 por ciento de la radiación solar
pertenece a la amplia sección del infrarro­
jo, junto con casi toda la radiación terrestre
de onda larga. Si las radiaciones solares de
onda corta alcanzasen la Tierra serían in­
mediatamente equilibradas por la misma
cantidad, en términos de energía, de radia­
3 Convección·
ción de onda larga liberada por nuestro
planeta, manteniéndose de esta forma el
El calor se propaga mediante equilibrio. Afortunadamente para la vida
radiación, conducción y terrestre, tal no ocurre; la aplicación de la
convección. En la radiación (!), la ley de Stefan demuestra que, en términos
energía solar viaja, a través del de temperaturas absolutas, las regiones po­
v_acío espacial, hasta la Tierra eri ,
lares pierden calor en una proporción
forma de ondas electromagnéticas;
aproximadamente de dos tercios del que se
calienta la superficie terrestre. En
la conducción (2), el calor de la
escapa de las regiones tropicales, cuando
superficie terrestre calienta se consideran áreas iguales. Según la mis­
directamente el aire que se ma h�y, las regiones polares reciben menos
encuentra en la delgada capa de de un tercio del calor que llega al ecuador
la atmósfera sobre ella. En la durante el año. Inversamente, en latitudes
convección (3), el aire de superficie bajas se produce un exceso de entrada de
calentado se expande y, al ser más energía calórica.
ligero que el de arriba, se eleva
Se podría pensar que la explicación a
para ser reemplazado por aire más
este fenómeno es la mayor distancia que ha
frío.
de recorrer la radiación solar para alcanzar
los polos, pero en realidad esta· razón expli­
ca menos de una diezmilésima parte de la
que la Tierra sólo intercepta alrededor de diferencia. Realmente, en los solsticios,
dos mil millonésimas de la radiación solar cuando uno de los polos recibe luz las 24
total, y que casi un tercio de ésta vuelve al horas del día, la radiación llega más a la
espacio. zona de las capas atmosféricas superiores
Como la temperatura superficial del Sol que están encima de los polos que a las
es superior a los 6.000°C, mucha de la situadas sobre el ecuador. El déficit polar
radiación emitida está comprendida en la se debe principalmente al pequeño ángulo
estrecha banda de longitudes de onda visi­ que fo�ma el Sol en el cielo. En las latitu­
bles para el ojo humano; por supuesto,_ no des altas, incluso en pleno verano, el Sol
es posible que sea una coincidencia. De está en todo momento cerca del horizonte:
forma similar, cuando una barra de hierro sus rayos penetran en la atmósfera e inci­
se calienta al rojo vivo, su radiación simple­ den en la superficie terrestre con un ángulo
mente se desplaza, de acuerdo con la rela­ muy pequeño. Esto no significa sólo que la
ción de temperaturas de la ley de Wien, energía llegada a un área determinada de

28
1 Centímetro 1 Metro 1 Kilómetro
...

Ondas de rad'10

1016 1012 1010 106 104

luz visible es sólo una azul del espectro visible están las del último rojo se encuentran las
proporción de la longitudes de onda más largas: los infrarrojos y las
tacliación electromagnética que progresivamente más cortas: rayos ondas de radio.
tec:ibirnos del Sol. Por detrás del gamma, X y ultravioleta. Detrás -

capas atmosféricas superiores en los bajas no fluye simplemente hacia los polos
se reduzca por reflexión o absorción para ser reemplazado por el más frío' de las
la ·atmósfera que ha de atravesar, sino latitudes altas y, de esta forma, compensar
se difunde a través de un área mayor. el desequilibrio de la energía procedente
Las diferentes áreas climáticas de la Tie- del Sol. Entonces, la circulación general
(tales como desierto, bosque, pradera y comprendería una sola célula en cada he­
heladas) son el resultado de la circu­ misferio, con aire caliente que se eleva en
atmosférica general, regida por este los trópicos dirigiéndose a los polos y des­
uilibrio geográfico entre la radiación ciende en las regiones polares para-volver
y la saliente. Bien podría conside­ luego al ecuador. Este tipo de circulación
como la respiración de la Tierra, sin se conoce como la célula de Hadley, en
cual el planeta moriría. honor al inglés G.Hadley, el primero en
proponerla en 1735. Según esta teoría, la
gran fuerza ascensional del aire ecuatorial
La circulación general calentado desde abajo aseguraría un flujo
hacia los polos en la parte superior de la
Los cambios meteorológicos cotidianos atmósfera, mientras los vientos superficia­
ocurridos en las latitudes medias son a les que vuelven tendrían dirección norte en
menudo tan grandes que parece inconcebi­ el hemisferio norte, y sur en el hemisferio
ble ningún esquema climático global. No sur (la dirección del viento se da siempre
obstante, sobre la may · or parte de la super­ como la dirección desde la que sopla)_ Pero
ficie terrestre hay circulaciones de vientos a esta descripción tan simple carece de con­
gran escala qué son persistentes y, por trapartida real, ya que tanto el efecto de la
tanto, predecibles. rotación terrestre como la distribución de
La circulación general puede interpretar­ los océanos, continentes, cadenas monta­
se como el sistema mundial de vientos ñosas, desiertos, bosques, nieve y hielo
mediante el cual se lleva a cabo el transpor­ interaccionan con el gran movimiento at­
te de calor desde las latitudes tropicales mosférico e influyen sobre él; por lo tanto,
hasta las polares, necesario para mantener los esquemas de la circulación principal en
las temperaturas globales. Quizás la prime­ la atmósfera real son mucho más complica­
ra pregunta a la que haya que responder es dos. La Zona de Convergencia Intertropical
por qué el aire caliente de las latitudes (ZCIT) es una zona estrec� a que varía en

29
extensión desde unos pocos kilómetros
hasta aproximadamente un centenar en las EL ALBEOO TERRESTRE
proximidades· del ecuador. Los vientos de El albedo de una superficie cualquiera es la
superficie soplan hacia la ZCIT tanto desde . proporción de radiación solar incidente reflejada
el norte como desde el sur, de manera que por él; se trata de un importan�e factor en el
cale�tamiento de la atmósfera y su circulación. El
es, en general, un área de aire ascendente.
valor de un albedo varía en relación con las
Su posición varía de un día a otro y de una
propiedades difusoras de la superficie. También es
semana a la siguiente, pero normálmente importante el ángulo de incidencia de l a radiación
se encuentra dentro del hemisferio estival: solar: el agua tiene poco albedo, alrededor del 5
Está asociada con algunas de las áreas más por ciento cuando el sol está alto, pero actúa
lluviosas del mundo, los bosques ecuatoria­ como un espejo y refleja más del 70 por ciento
les y las junglas de Sudamérica y Asia. Es­ de la radiación cuando ésta incide oblicuam�nte.
su fluctuación estácional hacia el norte o el Los satélites han hecho posible la obtención de
medidas terrestres más exactas: gracias ¡t ellos es
sur del ecuador la que lleva las lluvias
posible ahora determinar los efectos sobre el
monzónicas a Asia meridional y ciertas
clima de las extensiones cubiertas de nieí.re o de
partes de Africa, a donde arrastra los vien­ los cambios inducidos por las actividades
tos húmedos del Océano Indico: Por otro humanas, tales como el aclaramiento forestal.
lado, aunque la ZCIT se produce más acti­ Pero como el albedo terrestre está compuesto de
vamente gracias a las cadenas montañosas muchos factores que varían en el espacio y en
del interior cálido de los continentes, don­ tiempo es todavía poco comprendido.
de hay poca humedad, la atmósfera cerca­
na a la ZCIT puede carecer totalmente de Los bosques (abajo) reflejan el 7 por ciento de la
nubes. Encima de los océanos, la ZCIT radiación solar; gran parte del calor llegado sirve
para evaporación.
es normalmenté más ancha y origina regio­
nes con poco o ningún viento, conoCidas
como «Calmas ecuatoriales».
En ambos hemisferios hay zonas de vien­
tos superficiales más o menos estables que
soplan 1-¡acia el ecuador desde el nordeste o
el sudeste. -Se extienden aproximada­
mente entre los 25°N y los 25°S y hace
cientos de ·años eran tan bien conocidas
para los capitanes de barco como las ,cal­
mas ecuatoriales cerca del ecuador-.
Constituyen el flujo de vuelta de las células
tropicales de Hadley. Las áreas de alta
presión, donde desciende el aire de la
célula tropical de Hadley, se centran entre
los 20° y los 30° de latitud desde el ecua­
dor. Estas son regiones, en su mayoría, de
cielos despejados y vientos suaves; casi
todos los desiertos principales se encuen­
tran en ellas. Muchas de las islas y las
líneas costeras orientadas al este situadas
dentro de estas regiones se benefician de
chubascos ocasionales o regulares origina­
dos por las brisas marinas. Por lo tanto,
estos climas son mucho más agradables Las áreas templadas, a veces llamadas
que los del interior de los continentes: sus las zonas de los vientos orientales variables,
zonas de localización aportan algunos de se encuentran entre las células de Hadley
los puntos de veraneo más populares. tropical y polar y están situadas entre los

30
Como la •nieve• fresca (arriba) refleja el Como los desiertos (abajo} reflejan sólo
90 por ciento de )a radiación solar, queda alrededor del 25 por Ciento de la
poco calor para elevar la temperatura. radiación solar, la elevación de la
temperatura diurha es grande.

30° y 40° y los 60° o 70° de latitud. Los orografía inducen grandes oscilaciones en
vientos y el tiempo en estas regiones son el esquema meteorológico. Los vientos pre­
muy variables, especialmente en el hemis­ dominantes en ellas son los orientales,
ferio norte, donde los continentes y la debido a la rotación terrestre. En estas

31
El tipo de circulación teórica propuesta cerca de los polos (B). Las primeras son -
por Hadley (A), donde el aire ecuatorial las responsables de los vientos alisios, la
caliente se eleva y fluye hacia los polos zona de convergencia intertropical y las
para ser reemplazado por aire frío, no
calmas ecuatoriales. Entre estas dos
existe porque los efectos de la fuerza de células se encuentra, en los subtrópicos,
Coriolis y la conservación del momento una zona de estabilidad donde
angular combinados impiden este predominan presiones elevadas, y en las
movimiento norte-sur. Sin embargo, sí latitudes más altas una zona de tiempo
existen lo que se conocen como células variable. El frente polar marca el límite
de Hadley en Jos trópicos y con frecuencia entre el aire de origen polar y tropical.

zonas el transporte del calor hacia los polos La rotación de la Tierra


se realiza mediante rachas de aire caliente
más que por el flujo uniforme de los vien­ La reticencia de la atmósfera a adoptar e1
tos alisios. Como era de esperar, el· movi­ cada hemisferio la sencilla circulación celu
miento del aire frío hacia el ecuador tiene lar de Hadley; con los vientqs dirigidos a
lugar de forma similar. El frente polar noite o al sur, en favor de un sistema de
marca el límite casi permanente entre el circulación más compleja se debe casi po
aire frío de origen polar y el cálido de las completo a la rotación terrestre. Aunque
regiones tropicales. influye sobre cualquier movimiento realiza
Las células polares de Hadley, especial­ do sobre la superficie del globo, normal
mente la septentrional, no son ni tan per­ mente nosotros no somos conscientes de
manentes ni tan intensas como las cercanas ello; por ejemplo, un arquero se sorpren
al ecuador. No obstante, en las regiones dería al saber que sus flechas desvían St
polares pueden persistir las altas presiones, trayectoria a la derecha tanto como rota lé
el aire descendente y el tiempo tranquilo. Tierra. Teniendo en cuenta este movimien
En estas situaciones predominan los vien­ to, se ha ajustado la punteña de la artillerÍé
tos del sudeste o del nordeste sobre la de largo alcance, con trayectorias de 3�
zona fría del frente polar. kilómetros o más, incluso ya desde la pri

32
Las islas y líneas de costa orientadas al lugares de vacaciones perfectos, ya que
este en los cinturones de altas presiones las suaves brisas marinas que soplan
subtropicales proporcionan suavizan el, constante sol.

33
fico de que la energía ni se crea ni se
destruye. La energía rotacional de la at
mósfera --el momento angular- depende
del radio del círculo implicado: cuant<
mayor sea éste, más energía. Por ejemplc
cuando un patinador gira con los brazo
extendidos despliega su peso sobre un áre<
mucho mayor que si los tuviese pegados a
cuerpo. Sin embargo, cuando los acere<
hacia el cuerpo se incrementa la velocida<
de giro para que pueda mantenerse e
momento angular, como debe ser según la
leyes de la física. De esta forma la mayo
velocidad de rotación compensa la dismi
nución de la energía necesaria para cad<
giro. Igualmente, puesto que el radio de lo
paralelos disminuye cuanto más cerca S<
encuentren de los polos, cuanto tnás lejo
del ecuador soplen los vientos mayor s<
cUn día tras otro, un día tras otro, henos
hace su componente occidental. A latitude:
aquí varados, sin brisa, sin movimiento; tan
quietos como un barco pintado sobre un
bajas, el cambio producido en el radio d<
pintado océano.> La cita del poema cE! rotación por la distancia es pequeño y, po
viejo marino•, de Samuel Taylor consiguiente, también lo es el incremente
Coleridge, invoca vívidamente la en la componente occidental. Pero desd<
inmovilidad de un navío en el océano las regiones subtropicales hasta las polares
Pacífico a causa de las calmas este efecto puede generar fuertes viento:
ecuatoriales. occidentales de alto nivel o «Corrientes e1
chorro».
Es notoria la variabilidad de localizaciÓJ
de estos vientos en las latitudes medias !1
mera guerra mundial. Afecta también a al estar íntimamente relacionados con lo
todos los vientos, excepto aquellos. de las sistemas climáticos y al ser de importanci;
proximidades del ecuador. El efecto de la en sí mismos para las operaciones aeronáu
rotación de la Tierra se denomina efecto ticas, tiene interés determinar sus posicio
Coriolis y se presenta bajo la forma de una nes futuras. A veces una corriente en che
desviación aparente a la derecha en el rro puede circunvalar completamente E
hemisferio norte y a la izquierda en el globo terráqueo a unos 55° con poca de�
hemisferio sur de un objeto o fluido que se viación norte-sur; se· dice que el índice d
mueva libremente. Por cornpd_idad, los circulación es alto; luego comienza a ondL
científicos han introducido el imhcepto de larse, con ondas que se mueven del oest
fuerza. ficticia para poder relacionar mate­ al este. Si éstas siguen creciendo se cor
máticamente el grado de la desviación con vierte en un movimiento lento que termin
la latitud. Este efecto explica la falta de con la formación de células estacionaria�
- vientos con dirección norte y sur en las persistentes y, generarmente, inconexa�
células de Hadley; todos los vientos, los entre las cuales se abre paso una corrient
alisios con dirección nordeste y sudeste y en chorro más débil, fragmentada. En est
los polares con dirección este, cieben su situación, conocida como de bajo índice d
desviación hacia el oeste a la rotación circulación, los sistemas meteorológicos s
planetaria, al efectó Coriolis. estancan y se dice que la circulación es1
El comportamiento de la atmósfera ilus­ «bloqueada». La obstrucción es un hech
tra de forma maravillosa el principio cientí- que se produce en muchos inviernos dure

34
Estratosfera

___ Trayecto seguido por una bola

La fuerza de Coriolis se puede


entender mejor imaginando a un
hombre de pie en el centro de
un disco giratorio y de cara a un
objeto situado en su borde (Al. De la energía procedente del
Cuando lanza una bola al objetó, Sol que es interceptada por la
ésta viaja en línea recta y no da Tierra, el 3 por ciento es
al objeto en movimiento. Sin absorbido por la estratosfera ( 1),
embargo, para el hombre, que un 15 por ciento por el gas y el
gira con el objeto, la bola se ha polvo de la troposfera (2) y un
movido describiendo una curva 35 por ciento vuelve a la
desde el punto en que estaba estratosfera (3), reflejada
éste (B). De forma similar, los fundarn'entalmente por las
vientos que fluyen de las zonas nubes. Menos de la mitad de la
de altas presiones a las de bajas radiación total procedente del
presiones son desviados siempre Sol, una media más o menos
por ·$1 eíeeto de la totacióri de la del 47 por ciento (4),alcanza la
Tten:a, Tierra.

r en veranos abrasadores en las latitudes ca naranja amarillento y az�l el cielo.


!Itas y medias. Estos grandes movimientos Cuando el Sol está bajo o detrás del ho­
ltmosféricos actúan durante semanas o rizonte, la luz azul dispersada es invisi­
neses, transportando el calor hacia los ble, dando al cielo un tono rojizo. Esto se
>olos. Sin embargo, el balance de radiación acentúa cuando hay una capa de neblina,
oca! se modifica de hora en hora, originan­ particularmente eficaz en la dispersión de
lo cambios en la temperatura diurna. la luz correspondiente al final de la zona
La atmósfera refleja, absorbe y dispersa roja del espectro. Como media, aproxima­
a radiación solar. La luz azul se dispersa damente el 47 por ciento de la radiación
nucho más que la roja, ya que su longitud solar llegada a las capas superiores de la
le onda está en el límite mismo del espec­ atmósfera alcanza finalmente la Tierra. Más
ro visible; de aquí que el disco solar parez- o menos un tercio de esta cantidad se

35
irradia hacia· el espacio a través de la 1 oc; el calentamiento diurno de los océa·
troposfera; otro tercio calienta la atmósfera nos alcanza una capa de cientos de metro�
inferior y el remanente se consume en la de profundidad gracias a la acción mezcla·
evaporación del agua. dora de las olas y los vientos. Los océanm
Normalmente la cantidad de calor recibi­ sirven como depósitos de calor, motivo pot
da e irradiada de nuevo no se incluye en el el cual el hemisferio sur, con casi el doble
balance diario de radiación, por una serie de océano que el hemisferio norte, tiene
de razones: la estación, el carácter de la inviernos más cálidos y veranos más fres·
superficie terrestre, el grado de nubosidad cos. En lo que se refiere a las superficie�
y la fuerza del viento son factores de peso; continentales, el calor o el frío se propagan
un estudio-más profundo de estas influen­ hacia abajo muy despacio por conducciór
cias nos aclara el carácter de las diferencias -la transmisión de energía· es, 1iteralmen·
meteorológicas que acontecen de un día te, molécula a molécula- y, por tanto, la�
para otro. Sería lógico esperar que en un diferencias de temperatura entre invierno >
día calmado y sin nubes, en latitudes tem­ verano afectan sólo al estrato superficial.
pladas, la temperatura se incrementara a lo Una espesa capa de nubes puede inducit
largo de las 24 horas del día estival y drásticos cambios de temperatura en la
disminuyera en invierno por el exceso o el superficie terrestre. Actúa como un manto
déficit respectivo entre la radiación solar que refleja por encima del 60 por ciento de
entrante y el calor irradiado por la Tierra, la radiación recibida y puede absorber más
pero intervienen otros factores para contra­ . del 20 por ciento. Por tanto, en condiciones
rrestar esta elevación o disminución de la de cielo nublado, la diferencia entre las
temperatura diaria. La proporción de radia· temperaturas diurnas y nocturnas es míni·
ción solar reflejada por una superficie hori­ ma. Es importante conocer cuánto tardan
zontal, conocida como albedo, influye en en·formarse o dispersarse las nubes, ya que
gran medida sobre las temperaturas duran­ éstas influyen mucho en las temperatura�
te las horas de luz. Los albedos vañan subsiguientes, pero es un factor todavía
mucho; desde no menos del 80 por ciento difícil de pronosticar. El viento está asocia­
para la nieve fresca (cuando el Sol está do a turbulencias y mezclas de aire en la�
bajo) a sólo un 10 por ciento para los capas inferiores. De esta forma, el enfría'
bosques tropicales y otras zonas de vegeta­ miento o calentamiento a nivel del suelo se
ción densa en las latitudes bajas. Los de­ extiende a través de las capas inferiores de
siertos reflejan aproximadamente el 30 por la atmósfera. El viento suaviza también la�
ciento, mientras que en los prados y las · diferencias térmicas entre el día y la noche
praderas la cantidad es de alrededor del un viento fuerte puede inducir una reduc·
20. Cuando las superficies están húmedas ción en la variación de temperatura diurm:
por la lluvia se refleja mucho menos calor, de un 90 por ciento.
pero, como algo consume la evaporación Son por todos conocidas las corriente�
del agua, el ascenso térmico es menor de lo de convección que aparecen en un red
que debería ser. El caso de las superficies piente lleno de agua cuando se caliente
acuosas es, de nuevo, diferente: su albedo desde la base. En la atmósfera la existencic
puede extenderse desde aproximadamente y profundidad de cualquier corriente dE
un 3 por ciento. cuando el Sol baja, hasta convección depende casi por completo dE
más del 50; un mar borrascoso refleja la variación térmica con respecto a la altu
menos radiación solar que si está en calma. ra. Si el aire de las capas altas es suficiente
Las diferencias de temperatura entre el mente cálido para inhibir la convección, SE
día y la noche, tierra adentro, pueden apro­ dice que. es «estable» y sólo suben la:
ximarse, en circunstancias .excepcionales, a temperaturas del aire de superficie. Si, po:
30°C, pero normalmente alcanzan los 20a, el contrario, el aire situado sobre la capé
mientras que en las superficies marítimas superficial· está fño, cuando las temperatu
esta variación es casi siempre menor de ras superficiales exceden un cierto valo

36
Los vientos de alto nivel o variable (A). La fase de índice
corrientes en chorro se aprecian bajo (B) produce zonas de bajas
en las fotografías obtenidas por presiones y puede desembocar
los satélites como bandas de finalmente (C) en la interrupción
nubes altas que circundan el de las ondas ·formando modelos
globo terrestre (arriba). En la de células estacionarias llamadas
fase de índice alto (abajo), «de bloqueo», origen tanto de
presentan poco movimiento tiempo malo como bueno.
norte-sur y originan un tiempo

37
38
parecen corrientes de convección. En este Presión atmosférica
aso, la atmósfera se inestabiliza y el poste­
ior calentamiento solar se expande por Los antiguos barómetros son prueba sufi­
da la zona de perturbación, dando lugar a ciente de que durante más de 100 años ha
eces a la formación de nubes si la capa sido bien conocida la existencia de la rela­
estable es lo bastante amplia. ción entre la presión del aire y el tiempo.
La variabilidad de todos los factores que La presión es, literalmente, el peso de la
eterminan la temperatura en un punto atmósfera, pero, puesto que el aire es un
ado, tales como la estación, las caracterís­ fluido, la presión que ejerce -más o me­
cas de la superficie, las nubes, el viento y nos a 10.000 kilogramos (10 toneladas)
estabilidad, nos dan una idea de las por metro cuadrado terrestre- actúa en
ificultades del pronóstico. Hay todavía todas las direcciones. Los barómetros case­
tros factores implicados en el movimiento ros suelen medir la presión del aire en
el desarrollo de los sistemas meteorológi- términos de la longitud de una columna de
os, pero antes de comentarlos es necesa­ mercurio: 76 centímetros pesan aproxima­
io describir la herramienta más útil para damente lo mismo que una columna equi­
s meteorólogos, tanto aficionados como valente de aire que atraviesa la atmósfera
rofesionales: la relación entre presión at­ en toda su extensión.
osférica, viento, humedad y tiempo. El meteorólogo usa unidades de presión

La temperatura varía cada período de 24 radiación liberada por la Tierra crece


horas. El balance diario entre la radiación hasta que a mitad de la tarde se iguala
que entra del Sol y la radiación terrestre c_on el calor solar entrante: el punto de
saliente eambia con las estaciones. En las temperaturas máximas. Después, cuando
condiciónes ideales del ejemplo adjunto la se pone el Sol, la temperatura baja y la
temj:>eratura muestra una elevación neta proporción de radiación desciende
cada 24 horas en verano y un descenso progresivamente hasta que se alcanza de
en invierno. Por ejemplo, un día tranquilo, nuevo el equilibrio, momento éste de la
soleado y sin nubes, a una latitud de temperatura mínima. En invierno, puesto
aproximadamente 50"N, se eleva que el Sol está siempre formando un
rápidamente poco después del amanecer ángulo cerrado, la elevación de la
o un pPCO más tarde si hay rocío. La temperatura se limita al mediodía.

Temperaturas medias diarias en oc

12 Noche 12 Día 12 Noche 12 Noche · 12 Día 12 Noche

39
llamadas milibares -1.000 milibares equi
valen a 7 6 centímetros de mercurio- par
El barómetro aneroide (abajo)
cuantificar la. presión atmosférica tanto e
consiste en un recipiente cerrado
la superficie como en los niveles superiore
con laterales flexibles. Como el
recipiente está sellado, cualquier de la troposfera, buscando siempre deter
cambio en las presiones altera el minar la intensidad y los futuros movimien
tamaño del •bote•. Los cambios tos o cambios de los sistemas meteorológi
se amplifican mediante un cos. Estos sistemas de presión se represen
· sistema de palancas conectadas tan en los gráficos mediante isobaras, línea
a un indicador de aguja o un que unen los lugares de igual presión. E
aparato de lectura digital.
los últimos veinte años, las computadora
han hecho posible predecir el movimient
atmosférico usando complejos modelo
matemáticos. La relación entre la presió
del aire, el viento, la temperatura y el vapo
de agua es bastante simple y sienta la
bases para la comprensión del tiempo.

Vientos, tiempo y presión

Los continentes tienden a enfriarse en in


vierno, cuando hay altas p"resiones, y calen
tarse en verano, época de bajas presiones
Si estas relaciones fuesen verdades univer
sáles, señan de mayor utilidad para el pro
nóstico meteorológico. Desgraciadamente
aunque un volumen cualquiera de aire fríe
es más pesado que ese mismo volumen de
Un barómetro de mercurio
aire caliente, la atmósfera es de tal groso!
(abajo) es básicamente un tubo que las altas presiones de su parte alta nc
vertical, cerrado por arriba, y se corresponden necesariamente con la
colocado verticalmente en un existencia de aire fño en la superficie. De la
depósito de mercurio abierto a misma forma, las bajas presiones pueden
la atmósfera. Se llena primero el asociarse con frecuencia a tiempo frío. En
tubo de mercurio y se invierte condiciones normales se esperaría que el
para que no quede aire por
aire fluyera desde las zonas de altas presio·
encima. Cuando está
funcionando, la columna
nes hacia las de bajas hasta equilibrarlas,
mercurial se equilibra del mismo modo que un neumático pincha·
simplemente con la presión de do perderá aire hasta igualar su presión
aire exterior; su longitud varía con la exterior. Pero la atmósfera está
con los cambios de la presión sujeta a otros factores, como las diferencia�
atmosférica. térmicas de la superficie y, más importante.
la fuerza de Coriolis, consecuencia de la
rotación planetaria. Sólo se pueden esta·
blecer los modelos de corrientes aérea5
desde las zonas de alta presión a las de baja
presión en los trópicos, donde el efecto de
la citada rotación se produce casi por com·
pleto en el plano vertical.
El calentamiento de las proximidades de:

40
! ecuador incrementa la temperatura del aire Los satélites proporcionan áreas de niebla y de hielo
' haciendo que se expanda y se eleve. Así, en fotografías regulares de en el mar- mediante
la zona superior de la atmósfera de estas toda la superficie terrestre, formas y sombreados
haciendo posible la característicos. Este
áreas hay más aire, la presión en los niveles
identificación de los ejemplo muestra
altos es mayor de lo normal y, por lo tanto,
distintos sistemas el desarrollo de dos
fluye «hacia el exterior» en dirección a los meteorológicos . huracanes tropicales.
polos. Este flujo reduce ]a presión cerca de -corrientes en chorro,
la superficie permitiendo· que en los niveles
bajos el aire se mueva hacia el ecuador o,
más exactament.e, hacia la ZCIT. En latitu­
des altas y medias tiene lugar una interac­
ción más compleja entre el flujo de aire en

41
El comportamiento aberrante
del agua, que cuando se enfría
origina una capa .de hielo que
flota en la superfide del mar,
donde actúa como una barrera
aislante, hace posible la
existencia de las diatomeas
(abajo), así como a otras
mucnas formas de vida en las
profundidades de los mares
polares. Si el hielo se hundiera,
los mares de los polos estarían
permanentemente congelados,
con efectos trascendentales
sobre la vida oceánica y el clima
mundial.

los niveles altos y el desarrollo de áreas de pieza a fluir se desvía a la derecha en el


bajas presiones -depresiones- y áreas de hemisferio norte y a la izquierda en el
altas presiones -anticiclones-. hemisferio sur. El resultado combinado de
En una situación donde las isobaras son los efectos del gradiente de presiones at­
rectas y paralelas (presión alta siempre en mosféricas y la fuerza de Coriolis es un
un lado y presión baja siempre en el otro}, flujo de aire denominado viento «geostrófi­
seña razonable esperar que el aire fluyese a co», paralelo a las isobaras. Este importante
través de ellas hasta eliminar toda diferen­ efecto, descubierto a mediados del siglo
cia de presión. Pero, debido a la rotación XIX, se resume en la ley de Buys Vallot: «Si
de la Tierra, tan pronto como el aire em- .está de pie y de espaldas al viento en el

42
�misferio norte, la zona de bajas presiones Los niveles de humedad en las
u�da a su izquierda». A la inversa, en el selvas de las estribaciones del
�misferio sur, la zona de bajas presiones monte Mulu ·en Indonesia �lán
entre los más altos del mundo;
1eda a la derecha.
aquí el aire, caliente, es capaz
Podemos deducir la velocidad del viento de admitir las grandes
ilizando gráficas que representen la pre· cantidades de vapor de agua que
)n en la superficie terrestre y la relación libera la espesa vegetación.
1tre la distancia de las isobaras, el gra·
�nte de presión y el viento. Sin embargo,
mo las isobaras normalmente no son

43
rectas, las fuerzas centrífugas desvían el tos cobran su máxima fuerza. Las corrier
viento ligeramente hacia las zonas de baja tes en chorro marcan los límites entre •

presión en el centro de una depresión o aire frío e intenso de origen polar y el ai1
hacia afuera cuando se trata de un área de más caliente procedente de latitudes baja
altas presiones. Estos dos efectos se ven y son importantes indicadores de áre;
incrementados por el rozamiento, que actúa donde es probable el desarrollo de baj¡
reduciendo la velocidad . del viento y, por presiones.
consiguiente, la fuerza de Coriolis. Sería lógico pensar que un área de baj;
En las capas atmosféricas superiores, los presiones se rellenaría rápidamente por
vientos se comportan de forma semejante a afluencia o convergencia de.aire hacia ell
los de niveles inferiores y están sujetos a y que la divergencia del viento destruiría t
fuerzas similares excepto en el caso del área de altas presiones. Sin embargo, es
rozamiento, mínimo en los niveles altos. no sucede siempre que el modelo de pr
Sin embargo, al estudiar los vientos de alto siones en los niveles superiores sea tal q·
nivel, es más conveniente considerar la haya divergencia sobre las áreas de be
temperatura media reinante en el nivel en presión superficial y convergencia sobre 1
cuestión que la presión a esa altura. A nivel áreas de alta presión. Este hecho pone
de las capas atmosféricas superiores en el relieve lo íntimamente relacionada que e!
hemisfer\o boreal, los vientos soplaiJ. con el área de las presiones superficiales con
aire fño hacia la izquierda, y cuando el gra­ posición e intensidad de las corrientes
diente de temperatura es máximo, los vien- chorro y las zonas de altas y bajas presior

44
Los vientos mundiales se trópicos,y los vientos de
originan por las diferencias en la dirección oriental,que
cantidad de radiación solar (y predominan en las latitudes
por lo tanto la presión altas, excepto en las
superficial), la. distribución de los proximidades de los polos. En
·océanos y continentes y la muchas áreas hay vientos locales
rotac'ión terrestre. Los originados por las diferencias de
principales vientos son los calentamiento entre la tierra, el
alisios, que soplan hacia los mar y las montañas.

Agua, hielo y vapor de agua

En una época en que el combustible fósil


parece tan importante, el agua, fundamen­
tal para la existencia de la vida, tal vez se
considere poco interesante y nada extraor­
dinaria. Es la única sustancia que, de forma
natural, se encuentra en la atmósfera en
estado sólido, líquido y gaseoso; la energía
que absorbe o libera durante los cambios
de estado juega un importante papel no
sólo en la situación atmosférica local sino
también en la circulación generaL El agua
tiene, además, una propiedad única: los
líquidos disminuyen de volum�n cuando se
enfrían, pero el agua se expande por deba­
jo de los 3,98oC: por lo tanto, un volumen
determinado de agua es más liviano a esta
en las capas atmosféric¡1s superficiales. An­ temperatura. Este comportamiento anóma­
1
tes de las computadoras, el estudio de la lo motivado por su peculiar estructura mo­
evolución del aire de las capas superiores lecular es vital, puesto que el hielo forma­
sentó las bases para prever el movimiento do en la superficie del agua no sólo permite
y desarrollo de los sistemas de presión la continuidad de la vida por debajo, sino
superficiaL Hecho más importante de la que además, como es mal conductor del
circulación tridimensional del aire en los calor y no se mezcla con el agua de las
sistemas de altas y bajas presiones es que capas inferiores, reduce el grado de enfria­
debe ascender sobre las zonas· de bajas miento subsiguiente.
presiones y descender en los anticiclones. A Ü°C, las moléculas del agua líquida
El ritmo de ascenso o descenso es mucho están en continuo movimiento errático y,
menor que su velocidad de desplazamien­ por tanto, tiene mayor energía interna que
to horizontal, normalmente de sólo uno o el hielo a la misma temperatura. Cuando el
dos centímetros por segundo. Sin embargo, agua se congela, esta energía latente se
este movimiento vertical conduce directa­ libera en forma de calor en cantidades
mente a la formación de nubes y a lluvias suficientes para elevar 80°C la temperatura
generalizadas asociadas con áreas de bajas de una cantidad de agua igual a la que se
presiones o, con frecuencia, a despejar el está congelando. La transformación de agua
cielo con anticiclones. Esta relación entre la líquida en vapor requiere también una gran
presión y la formación de nubes y lluvias cantidad de calor -el calor latente de
depende de una pieza ·vital: el agua. evaporación-. En este caso, el calor laten-

45
Las corrientes oceánicas reloj en el hemisferio norte .:_en
circulan en la misma dirección el Atlántico Norte y el Pacífico
general que los vientos. Hay dos Norte- y tres en el hemisferio
grandes corrientes que giran en sur que circulan en la dirección
la dirección de las agujas del contraria a las agujas del reloj.

te basta para elevar la temperatura de un e


Pacífico Norte � c0�.9
·

volumen de agua igual a la que se está


Q>��J"¡�
evaporando en no menos de 256°C. Los ".>�
dos tipos de cambio de estado, de sólido a ,. Smrtnwnmme'ie'
líquido y de líquido a gas, así como las Contracorriente
transformaciones inversas, son importantes
en la formación de nubes, lluvia y nieve.
El estado menos familiar d{d agua -el
vapor- es quizás el más Importante en la Corriente
atmósfera. El vapor de agua es un gas: no del Perú

hay que confundirlo con la niebla, líquido


compuesto por gotas diminutas. Todo el
aire contiene cantidades variables de vapor.

'-��
Así como el vapor es' más ligero que el aire,
el aire húmedo es más ligero que el aire
seco; por tanto, la évaporación del agua en
el aire le da mayor capacidad de elevación, vientos del oestj
factor importante en la formación de nu­
bes. Al evaporarse el agua en el aire llega
un momento en que éste es incapaz de
retener más vapor: se dice entonces que
está saturado. El contenido de vapor de
agua en el aire se denomina humedad, y se sobre las superficies, ya sea en forma de
habla de humedad relativa cuando se ex­ gotas suspendidas o en forma de nubes. La
presa el mayor porcentaje posible de hu­ temperatura del punto de rocío es la que
medad a una temperatura y presión deter­ debe alcanzar el enfriamiento para que el
minadas: vaña desde el 100 por ciento en aire esté saturado; los meteorólogos lo
la mayoría de las nubes y la niebla, hasta el utilizan en el pronóstico de las nubes y la
10 por ciento o menos en los desiertos niebla. Normalmente la humedad se mide
durante el día. mediante el humedecimiento o secado de
A medida que la temperatura aumenta, la cubeta de un hiwómetro.
el aire puede retener más vapor de agua, Aunque el roc1o se forma enseguida
pero si el contenido de agua permanece cuando la temperatura del aire cae por
idéntico entonces disminuye la humedad debajo del punto -de rocío, para que se
del aire. Este es el principio de las centrifu­ produzca la condensación de las gotitas al
gadoras para secar ropa, que emplean aire aire libre son necesarias pequeñas partícu­
caliente para evaporar más humedad. Por las de polvo o de sal (núcleos de·condensa­
otro lado, la disminución de la temperatura ción). Es posible enfriar el mismo aire puro
del aire reduce su capacidad para retener la hasta un estado de supersaturación que
humedad hasta. alcanzar el punto de satura­ alcance el 400 por ciento; por consiguiente,
ción. Un enfriamiento continuo por debajo estos núcleos juegan· un papel importante
de este punto conduce a la condensación en la génesis de las nubes. Todas se forman
del agua líquida, ya sea en forma de rocío a consecuencia de la. condensación de las

46
:gotitas de agua en el aire ascendente. El mente 1 oc por cada cien metros, y se
factor regulador es la relación íntima entre . llama régimen de descenso adiabático en
¡ la humedad, la presión y la temperatura. seco (DALR). Si la burbuja continúa en­
1
Para entender los acontecimientos que tie­ friándose alcanzará finalmente el punto de
nen lugar dentro de la nube pensemos en saturación. Por encima de este nivel una
lo que sucede cuando se eleva una burbuja ascensión o enfriamiento adicional se
de aire húmedo desde el nivel del suelo sin acompaña•de la condensación de las goti­
mezclarse con el resto y sin transferencia tas de agua y la consiguiente liberación del
de calor, es decir, adiabáticamente. Según calor latente, haciendo que el enfriamiento
la burbuja de aire asciende lentamente, la posterior sea mucho más lento. Esta lentifi­
presión atmosférica a su alrededor dismi­ cación, el régimen de descenso adiabático
nuye de forma gradual; a unos 6.000 me­ saturado (SALR), varía de acuerdo con la
tros habrá descendido a la mitad. Bajo cantidad de agua que se está condensando
condiciones de presión reducida, la burbuja en el aire; en los niveles atmosféricos bajos
se expande, disminuyendo con ello su pre­ el grado de descenso es aproximadamente
sión interna y manteniendo el equilibrio. La la mitad que el del aire seco, pero en las
energía necesaria para esta expansión sólo capas altas de la atmósfera, donde queda
puede ser calor procedente de su interior, poco vapor de agua, los regímenes de
de lo que resulta una disminución de la descenso son casi iguales para el aire seco
temperatura. La cuantía de este enfria­ y el saturado.
miento, según la altura, es de aproximada- El aire húmedo no sólo tiene más ten-

47
dencia a ascender que el seco, sino que Al contacto, las gotas de agua

además una vez alcanzada la saturación se superfrías se congelan


hace todavía más ascendente. Esto explica instantáneamente para formar
un depósito de escarcha.
la asociación, en los sistemas de bajas
presiones, de nubes con aire que asciende
lentamente. Por otro lado, en un área de
altas presiones, donde el aire descendente
se va calentando por compresión, las nubes
se evaporan y predomina el cielo despe- plej\'1, pero se explica en su mayor parte
jado. por el calor de fusión latente liberado cuan­
·

La mayoría de las nubes se encuentran do una gotita se congela. A menos qu� la


en los niveles donde la temperatura es temperatura sea muy baja, las zonas que
menor de ooc, donde se podría esperar rodean a las gotitas no absorben este calor,
que las gotitas de agua se congelasen. Sin inhibiéndose la congelación. Sin embargo,
embargo, rara vez las gotitas de las· nubes el contacto con un cristal de hielo o una
se hielan a esta temperatura; las observa­ partícula de polvo en una nube superfría
ciones realizadas en la atmósfera libre, induce la congelación instantánea: de aquí
junto con los experimentos de laboratorio, el origen de la escarcha en la niebla cuando
han demostrado que, en ausencia de in­ hace mucho frío o la formación de hielo en
fluencias externas, a temperaturas inferio­ los aviones.
res a -20°C; las nubes siguen formad�s Las gotitas de agua en las nubes tienen
predominantemente por gotitas de agua. un diámetro que va desde 0,002 hasta 0,03
Sin embargo, por debajo de -40°C persis­ milímetros, mientras que en el caso de la
ten pocas de estas gotitas «Superfrías», si es lluvia el diámetro de las gotas se encuentra
que queda alguna. La razón para este ex­ entre 1 y 5 milímetros. El rocío es un
traño, pero importante, fenómeno es com- estado intermedio, compuesto por gotas

48
::1 ciClo delagua asegura el
·eciclaje constante de ésta sobre
a superficie terrestre. El agua se
wapora del suelo, las plantas,
os lagos y la mayoría de los
nares hacia la atmósfera y
1uelve finalmente en forma de
>recipitaciones.

diámetro va por lo general desde 0,05 que las moléculas abandonan la superficie
0,5 milímetros. Las gotas de las nu­ (se evaporan) en la misma próporción en la
son tan pequeñas y pesan tan poco que que regresan (se condensan). Por tanto,
n incapaces de vencer la resistencia del hay un balance o equilibrio. Pero, si en el
permanecen suspendidas en la at­ vapor saturado a la misma temperatura hay
La cuestión entonces es: ¿cómo hielo, se evaporan menos moléculas de la
pequeñísimas gotas de las nubes pue- superficie de éste que de las gotas de agua,
n incrementar su volumen en cien millo­ , mientras se sigue condensando el mi'smo
de veces hasta convertirse en una gota número de moléculas. En otras palabras, el
lluvia, aunque sea de las pequeñas? La vapor está supersaturado con respecto al
n<:;,,...¡,,....- n gradual de una gotita de hielo. Esta situación existe dentro de los
puede producir rocío en un período refrigeradores y es la razón por la cual es
doce y veinticuatro horas, pero pro­ necesario descongelados pertódicamente.
ablemente generaría lluvia, que, sin em­ En una nube, donde coexisten gotas de
argo, cae frecuentemente después de la agua y cristales de hielo, el punto de satu­
)rmación de una nube. Las gotitas de una ración está próximo al agua, lo cual tiende
ube rara vez son de tamaño uniforme; las a reducir la humedad, generando una eva­
:1ás grandes pueden «arrastrar» o fusionar­ poración continua de l�s gotas de agua.
e con otras según van cayendo. Finalmente los grandes cristales empiezan
El proceso más importante en la forma­ a caer, uniéndose a otros para formar co­
ión ·de gotas de lluvia se debe a otra pos de nieve que en niveles inferiores, más
·

xtraña propiedad del agua aérea conocida caJientes, se derriten.


·

omo proceso Bergeron-Findeison, en ho­ Esta teoría sienta las bases para los expe­
or a sus descubridores: cuando ya no se rimentos de fabricación de lluvia, donde se
uede ev,¡¡.porar más agua en el aire, se dice estimula la formación de grandes cristales
ue éste se encuentra saturado; tal significa de hielo que· finalmente se convertirán en
.
49
La aproximación de un frente
cálido se anuncia por altas
nubes, cúmulo en primer
término, que se van
convirtiendo en una delgada
capa de estrato alto.

gotas de lluvia mediante la introducción de


hielo seco o cristales similares en nubes
con gotas de agua superfrías. Una vez aco·
modada esta pequeña pero sorprendente·
inente compleja pieza del rompecabezas
climatológico es posible colocar una mucho
mayor: el ciclo del agua.

El ciclo del agua

De la humedad atmosférica total, alrededor


del 84 por ciento proviene de la evapora­
ción oceánica; el resto deriva de las superfi­
cies de tierra mojada y de la transpiración
de la vegetación. Sin embargo, sólo cae de
nuevo a los océanos un 75 por ciento del
total -mucho menos del agua evapora·
da-, manteniéndose el balance gracias a
los vertidos fluviales en el mar.
Todos los océanos juntos contienen
aproximadamente el 97 por ciento del
agua existente sobre el globo; unas tres tropicales el ciclo hidrológico puede corr
cuartas partes del resto están retenidas en pletarse en una hora y durar milenios e
las tierras heladas y en los glaciares, y lo los desiertos árticos.
que queda se almacena principalmente en
el suelo y los depósitos subterráneos. La
atmósfera contiene sólo alrededor de una Sistemas meteorológicos
parte por 10.000 del agua total de la Tie·
rra, si bien esta proporción tan pequeña se Desde que se construyeron las primer<�
explica porque la humedad atmosférica es gráficas de la pre�ión a nivel del mar fu
reciclada, es decir, eliminada mediante la evidente que algunas se repetían a mem
lluvia y reemplazada cada diez días más o do, asociadas a ciertos fenómenos mete<
menos; a esta velocidad, toda el agua con· rológicos; de aquí la popularidad y utilida
tenida en los océanos tardaría un millón de de los barómetros domésticos. Sin emba
años para pasar por la atmósfera. La acu­ go, hasta hace poco no se han descubier1
mulación de hielo cerca de los polos por el las razones físicas de tales asociaciones.
exceso de precipitación respecto a la eva· Puesto que cerca de la superficie de
poración en las latitudes altas se ve contra­ Tierra los vientos soplan hacia afuera d
rrestada por la expansión de las capas de anticiclón (área de altas presiones), el ai:
hielo, el desprendimiento y la formación de situado en los niveles altos sobre el centJ
glaciares y el consiguiente licuado de los del anticiclón desciende lentamente pa
icebergs. En las áreas costeras templadas o ocupar su lugar. Teniendo cierto cono(

50
Frío

Cálido

iento acerca de la humedad y la forma­


Una depresión frontal se inicia
ión de las nubes se puede comprender
por una zona de fuertes
ue este descenso está asociado con la
gradientes de temperatura con
ución de las nubes y la existencia de vientos dirigidos al· oeste (A).
despejado. Por tanto, los anticiclones Cualquier perturbación (B)
�n normalmente grandes áreas de buen conduce a una zona de bajas
empo que se extienden 1.600 kilómetros presiones (C) intensificándose (D)
ás o menos. Cuando hay condiciones y formando frentes.
'nticiclónicas las temperaturas superficiales
pn, por regla general, más altas en verano
· más bajas en invierno. En invierno las calentamiento del aire en un anticiclón no
Itas presiones se establecen en los conti­ se extiende hasta la superficie, llegándose a
rentes fríos, donde el aire es relativamente una situación en la que, a' pocos miles de
.enso. Si está seco, los cielos despejados metros de altura, las temperatura$ rebasan
�roducen un enfriamiento ·adicional, ya las registradas a nivel del suelo. Las dife­
ue no se puede compensar la radiación rencias térmicas pueden pasar de 200C.
�rrestre con el calentamiento. Si el aire de Esta inversión de la temperatura actúa co- .
uperficie está húmedo, como ocurre a mo una tapadera, impidiendo la dispersión
1enudo en las regiones costeras, entonces hacia arriba del polvo y el humo.
erá probable la existencia de niebla, a En el hemisferio norte la progresión ha­
eces durante varios días. Normalmente el cia el este de los sistemas meteorológicos

51
En un frente cálido (arriba), el Los frentes superficiales (abajo) se solapan
aire caliente domina el aire frío suavemente porque el aire frío es más pesado que
que está delante de él, el aire cálido. Delante de un frente cálido(A), el aire
formando nubes que cálido se superpone al frío, mientras que en (B) el
frecuentemente originan lluvias aire frío se encuentra detrás del frente frío. Si el
regulares y prolongadas delante aire caliente se eleva, el frente se ocluye (C).
de la superficie de aire cálido.
En el frente frío, el aire frío
compite con el caliente y lo
eleva por delante del frente,
originando nubes y cortas rachas
de densa lluvia. Suelen
acompañarse de tiempo mucho .
más claro, con chaparrones. Un
frente ocluido ostenta las
caracteñsticas de un frente
cálido, pero normalmente se
sigue de tiempo despejado.

se interrumpe dos o tres veces casi todos conocidos con el nombre de frente polar,
los años por un intenso anticiclón de latitud que rodean el globo terrestre marcando la
alta que desplaza bastante hacia el sur a las zona de máximo gradiente térmico norte­
áreas de bajas presiones. Estos así llamados sur. Algunas veces hay dos de estas zonas.
«anticiclones bloqueantes» producen condi­ en cuyo caso la más próxima al polo sE
ciones atmosféricas extremás, especialmen­ denomina frente ártico. Estos frentes varíar
te en invierno, cuando los fríos vientos del en anchura, posición e intensidad, pero s'
norte y nordeste traen aire del Artico a la empiezan a ondularse pueden concluir er
Europa oriental y meridional y al sur de los la formación de fuertes sistemas de baja�
Estados Unidos. presiones, llevando lluvias y vientos a gran
En lo que se refiere a las lluvias en las des áreas. Dentro del contexto de la grar
latitudes templadas, el sistema meteoroló­ circulación atmosférica, el papel del siste
gico mas importante es el sector cálido de ma de bajas presiones es transportar e
una depresión formada en unión con el calor hacia los polos. De esta forma, míen
cinturón de los fuertes vientos superiores, tras viaja hacia el este durante sus cinco <

52
seis días de vida, produce lluvias copiosas y
persistentes y vientos con fuerza de venda­
val sobre una amplia franja de unos 4.800
kilómetros de longitud y 480 de anchura.

Frentes meteorológicos

Aunque al igual que los copos de nieve o


las huellas dactilares, no hay dos frentes
idénticos, todos comparten, sin embargo,
algunas características generales. El hecho
más importante es que el aire cálido, al ser
menos denso, tiende a elevarse sobre el de Los monzones cobran máxima
menor temperatura tanto en los frentes espectacularidad en la India y en
cálidos como en los fríos. Por tanto, cada Asia sudorienta!, donde el
superficie frontal se inclina gradualmente. calentamiento estival de la tierra
origina bajas presiones, trayendo
Más allá del frente cálido, las nUbes se
aire húmedo y cálido de los
pueden extender a más de 400 kilómetros
océanos tropicales a los
por delante del punto donde no queda aire recalentados continentes. A su
frío cerca del suelo; en un frente frío activo vez, él se eleva debido a las
se encuentra a menudo una banda de espe­ barreras montañosas y al
sas nubes de 150 kilómetros de anchura. El calentamiento adicional,
incremento de nubes y vientos y la inicia­ provocando lluvias torrenciales y
ción de lluvias a la cabeza del frente frío muy extendidas.

son graduales y tienen lugar en un período


de doce horas más o menos.
Los frentes fríos son a veces dramáticos,
acompañándose de borrascas, tormentas e ascendente, la circulación débil y el aire
incluso tornados en ciertas partes del mun­ seco evitan la formación de nubes. Los
do. Detrás del frente, el tiempo puede ser meteorólogos conocen bien el estrecho y
lluvioso si permanecen las bajas presiones crítico umbral existente entre_ las situacio­
sobre el área implicada o bien ser bueno si nes meteorológicas que originan calor y
toma su lugar una franja de altas presiones. tiempo seco y aquellas donde se desarro­
La zona climatológica asociada a un sector llan tormentas generalizadas, debido bien a
cálido ocluido, donde el aire caliente ha la inyección de aire húmedo con capacidad
sido completamente eliminado de la super­ de ascender en los niveles más bajos o de
ficie terrestre, es más estrecha y menos aire frío en los altos. El hijo menor de la
intensa que en los estados iniciales de un -baja térmica es la brisa marina, efecto·local
sistema de bajas presiones. Aunque el sec­ inducido por la diferencia de calentamiento
tor cálido de la depresión y los frentes en áreas adyacentes de tierra y mar; el
asociados son los principales productores mayor es el monzón, característico de gran­
de lluvia en las latitudes templadas, hay des áreas de Asia, donde se producen co­
,otros tipos importantes de sistemas de ba­ piosas lluvias por la convergencia entre el
jas presiones. calentamiento continental ,Y las montañas.
Un calentamiento intenso sobre los conti­ En invierno se produce el equivalente a
nentes en verano puede conducir a grandes la depresión de calor o baja térmica, <<la
áreas de bajas presiones casi permanentes depresión polar», típica de zonas costeras
-<<baja térmica»-, normalmente seguidas de latitudes medias o altas, particularmente
de una completa ausencia de mal tiempo. donde las corrientes marinas calientes se
Aunque dentro de estas zonas el aire es aproximan a las masas de tierra. En una

53
corriente de aire frío del Artico, fuertemen­
te calentada desde abajo por un mar relati­
vamente cálido, se induce un fuerte movi­
miento ascendente: el resultado es un área
pequeña de bajas presiones, de unos 320
kilómetros de ancho. Las depresiones pola­
res pueden concluir en nevadas copiosas y
son muy difíciles de predecir.
Cuando una corriente de agua fluye alre­
dedor o sobre un obstáculo se forma un
remolino o un. pequeño torbellino aguas
abajo de la obstrucción. En la atmósfera
ocurre algo similar cuando una corriente
en chorro o el viento predominante que
fluye a través de una anchura sustancial de
la atmósfera ha de cruzar una montaña.
Esta interrupción de la corriente de aire
genera un área de bajas presiones normal­
mente estática, una depresión orográfica o
depresión de sotavento encontradas en la
dirección del viento de las montañas. Los
vientos de pendiente descendiente asocia­
dos con las depresiones de sotavento, en
correspondientes laderas de las montañas,
son a menudo calientes y secos debido al
calentamiento adiabático y, por tanto, de­
terminan un tiempo cálido, sin nubes. Este
fenómeno, el efecto Fohn, explica la exis­
tencia de vientos cálidos, tales como el
Chinook de las Rocosas orientales y el
mistral del valle del Ródano.
Los mapas meteorológicos muestran a
menudo un área comprendida entre dos
zonas de altas presiones y dos zonas de
bajas presiones con pocas isobaras y, por lo
tanto, con poco viento. Este área de inacti­
vidad, conocida como «Collado», raramente
persiste, si bien los vientos de la parte
superior de la atmósfera pueden producir
nieblas en invierno y condiciones tormento·
sas en verano. Siempre que se deduzca o se
pronostique el tiempo utilizando gráficas es dos del Artico y el interior de algunos
útil tener algún conocimiento de las carac­ continentes. Si la circulación en las capas
terísticas generales del aire implicado. Este atmosféricas inferiores en estas regiones es
conocimiento se puede a<;lquirir estudiando débil. la superficie subyacente modificará
el área de origen del aire, y cómo se ha gradualmente la masa de aire hasta unifor­
modificado durante su trayecto: el análisis mar sus caracteñsticas.
de las masas de aire, en una palabra. Hay Por definición, una masa de aire cubre
amplias zonas del globo donde las condi­ una zona amplia, normalmente un millón
ciones superficiales son muy homogéneas, de kilómetros cuadrados, y contiene aire
por ejemplo los océanos, los campos neva- casi uniforme; ei área de origen es la región

54
El Mistral es un viento
nororiental o noroccidental frío
MASAS DE .A!IRE
y seco que dese!llboca
Hay dos tipos principales de masas de aire -polar y tropical­
violentamente en el valle del
clasificados según su lugar de origen y su temperatura. El aire,
Ródano, Francia (izquierda}.
alejándose de su punto de partida, viaja sobre el mar o la tierra,
La cara de barlovento de las adquiriendo caracteñsticas marítimas o continentales. Los
montañas en la Sierra Nevada climatólogos han desarrollado la siguiente nomenclatura para su
debajo} alberga una rica identificación:
variedad de árboles dispuestos
en franjas, según la cantidad de
lluvia que reciben. Como el aire El cP (continental polar) es El mP (marítimo polar) se
cálido y húmedo se ve forzado a frío, estable y seco en encuentra en los océanos a
elevarse sobre la barrera . invierno, mientras que en latitudes altas y tiende a se�
montañosa, el vapor de agua se verano es frío y seco, pero húmedo e inestable.
condensa en nubes, originando no muy estable.
la caída de nieve o lluvia en
gran cantidad sobre los picos.
El cT (continental tropical) El mT (marítimo tropical) es
Cuando el aire desciende por la
se origina sobre las masas de el portador de lluvias d�e
zona de sotavento de la cadena
tierra de los trópicos y, por los océanos tropicales y
montañosa, se calienta, lo que
tanto, es caliente, seco. e tiende a ser cálido, húmedo
evapora o dispersa las nubes,
inestable. y bastante inestable.
dejando una wna seca.

Pi no de corteza blanca

fuente. El aire ha de estar moviéndose mas, continente u océano, y la latitud.


lentamente en esta región durante muchos También es necesario tener en cuenta la
días para alcanzar características uniformes estación, puesto que el contraste entre
y, por lo tanto, los grandes cinturones invierno y verano en el interior de un
subtropicales de altas presiones, casi esta­ continente es tan grande que, dependiendo
cionarios, las altas presiones polares y los de la época del a5o, la masa de aire .Puede
anticiclones continentales de invierno son· considerarse polar o tropical. El rompeca­
zonas climáticas favorables para la forma­ bezas del tiempo no está completo, pero,
ción de masas de aire, clasificadas aten· por lo menos, ha sido posible esclarecer el
diendo a la geografía de las áreas próxi- esquema principal.

55
56
FENOMENOS
NATURALES
«El astro rey, bien salga o se retire,
los flotantes veilones del céfiro juguete,
la Natura completa en sus ropajes todos:
ya de adusta tormenta, ya de risueña brisa,
arropada tal vez en invernal armiño
o de frutos y aromas colmada en el estío .. . »

William Cowper, Retirement

El tiempo, al menos en los climas templados,


está dotado de características que permiten a los
poetas describirlo en términos de comporta­
miento humano {y viceversa, se puede decir de
alguien que tiene un temperamento soleado).
La Naturaleza de Cowper se viste y frunce el
ceño, se muestra risueña o perfumada. Hay
veces que los cambios de tiempo parecen arbi­
trarios, incoherentes -la luz solar desaparece
en un instante y una fría ráfaga de viento
estropea lo que prometía ser un día claro-,
pero cualquiera que sea la imagen utilizada, los
cambios son fenómenos meteorológicos, signos
tangibles de la acción de grandes fuerzas y
claves esclarecedoras para comprender la me­
teorología.

Las plaquitas de escarcha, a 100


veces su tamaño natural, se
formaron por el flujo de aire
denso y fño hacia el interior de
un agujero.

57
Los elementos
Las antiguas marcas de hojas
como estas de helecho, de hac
75 millones de años,
encontradas en el Círculo Poi
Artico, en la isla de Alexander.
indican que en el pasado
predominaba aquí un tiempo
húmedo y cálido.

El viento y el agua, el calor y el frío han dejado indeleble­


mente impresas sus firmas en las rocas de la Tierra,
convirtiéndolas en archivos permanentes; de una forma tan
clara, en realidad, que se pueden leer fácilmente las
huellas no sólo de regímenes climáticos pasados, sino
incluso de fenómenos meteorológicos individuales.
No se entiende todavía del todo el origen del agua
presente en la superficie de la Tierra, pero las teorías más
aceptadas sugieren que una gran proporción del contenido
actual de los océanos, la atmósfera y, por tanto, el agua de
los lagos, los ríos y la subterránea se liberó 'en forma de
vapor durante la neoformación de las rocas en la Tierra
primitiva hace más de 4.000 millones de años. Precisamen­
te en ese momento la temperatura se acercaba al punto
que permite la existencia de agua líquida: así se habrían
formado charcas cuya fusión fue el origen de lagos que, al
unirse a su vez, se convirtieron en los primeros océanos.
La atmósfera primitiva formada sobre la superficie toda­
vía caliente de la Tierra era inestable y los primeros ciclos
de evaporación, condensación, precipitación y circulación
del agua habrían acaecido, casi co� toda seguridad, en un

58
estrépito constante de truenos y relámpagos. Alimentadas
por el calor y las efusiones gaseosas de los centros con
actividad volcánica, las agitadas nubes de gas y el vapor
deben haber azotado la superficie con chaparrones to­
rrenciales de agua y barro en tormentas cuya violencia
sólo nos cabe imaginar.
Tan pronto como apareció el agua en la superficie de la
Tierra, empezó el proceso fundamental de erosión, trans­
porte y sedimentación que aún hoy continúa, remodelando
la corteza terrestre por medio del viento y las olas, el hielo
y el agua circulante, las reacciones químicas y las tempera­
turas extremas.
A partir del calor y la humedad de esta Tierra primitiva
se fue desarrollando gradualmente una completa gama de
regímenes climáticos que circundan la Tierra en una serie
de bandas más o menos paralelas al ecuador. Zonas que se
han ensanchado o estrechado con el curso del tiempo a la
vez que las masas de tierra se han ido desplazando sobre la
superficie del globo, pero, independientemente del momen­
to y el lugar, los acontecimientos han dejado su huella en
las rocas: modelos poligonales de grietas profundas, más
tarde rellenadas con arena, indican el lecho seco endureci­
do por el Sol de lo que fuera un lago. Las gotas de lluvia
rán a ser reliquias
salpicando una superficie blanda y fangosa dejaron su
·¡· s en esquistos de barro

indicios de las lluvias


inconfundible huella como si de cráteres diminutos se
tratara; a veces es posible determinar la dirección del
viento que originó la violenta ráfaga de lluvia en la
marisma del estuario de algún viejo río. Las marcas
dejadas por el paso de una lengua glaciar, las ondas en las
líneas de playa, los arrecifes de coral fosilizados, lagunas,
deltas, indicadores químicos, animales y plantas todos
combinados son documentos permanentes sobre la historia
del constante cambio ambiental.
Grandes espesores de estratos cruzados de piedras de
arenisca con sus granos pulidos por el viento nos hablan de
las condiciones desérticas en áreas que quizás pocas
decenas de millones de años antes habían sido cálidas y
templadas, cubiertas de densa vegetación pantanosa, don­
de se fueron depositando capas de pizarras, barros, arenis­
cas y arcilla, así como vastos cúmulos de detritos orgánicos
que se convirtieron finalmente en los yacimientos de
carbón vitales para algunas sociedades hoy.
Así de detallado es el registro gracias al cual podemos

59
reconstruir el paisaje por el que nuestros antepasados
erraron y cazaron en épocas algo más recientes. Hace casi
un millón de años, probablemente la flora y el clima del
hemisferio norte no eran muy diferentes de los actuales,
aunque la temperatura media fuese algo más alta, y la
riqueza y variedad de la vida vegetal mayor. Pero todo

60
Los océanos (izquierda)
formados al principio de
los tiempos aurante los
siglos de lluvias torrencia­
les y que hoy interaccionan
con la atmósfera para
producir las nubes, la
nieve y la lluvia, también
modifican nuestro tiempo.

cambió cuando los grandes mantos de hielo procedentes


del norte destruyeron el paisaje implantando condiciones
árticas en gran parte de Europa y Norteamérica. El hielo
avanzó y retrocedió cuatro veces: en cada intervalo la
Tierra se repobló y recuperó. A lo largo del tercer período
interglaciar, el hombre de Neanderthal se diseminó por

61
una Europa bastante más cálida que la de hoy. Se han
conservado algunos restos vegetales que indican la presen­
cia de árboles no mayores de los actualm(>nte existentes en
la región alpina pero típicos de climas más cálidos.
Por lo tanto, el registro geológico, extraordinariamente
detallado, nos demuestra que el conjunto de la vegetación
se modifica como respuesta a los cambios del clima: al
principio sólo los abedules podían tolerar el clima subárti­
co; después, el roble, el olmo, el pino y el avellano ponen
de manifiesto una fase seca y cálida según las condiciones
climáticas se fueron haciendo más templadas; más tarde, el
aliso y el tilo señalan que el clima atravesó una fase
oceánica cálida; mientras que más recientemente, el con­
junto de hayas, carpes y alisos sugieren un clima marítimo
frío muy semejante al de nuestros días.
Frente a este escenario de cambios climáticos relativa­
mente rápidos, y de variaciones drásticas de los modelos
meteorológicos· en áreas muy reducidas, el hombre se
multiplicó y se extendió, abandonó la vida nómada de
cazador-recolector y evolucionó, transformándose en agri­
cultor sedentario en unas pocas decenas de miles de años.
La elección de los lugares de asentamiento y de los
itinerarios estuvieron inicialmente sujetos en gran medida
al control ambiental: la necesidad de guarecerse, de tener
un suministro de agua, de bosques para proveerse de
combustible, de alimentos vegetales y animales salvajes
para complementar su dieta y de un espacio abierto,
natural u obtenido artificialmE:mte, sobre el cual pudiese
crecer la cosecha. Ya estaba el hombre en camino de
dominar el ambiente, dando los primeros péj.sos en el
sendero que le conduciría finalmente a abordar los proble­
mas de la creación de lluvia, de evitar la "destructiva
violencia de los huracanes y de utilizar la energía de la
atmósfera y del propio Sol.
Pero, aunqúe en las últimas décadas se han dado pasos
gigantescos para controlar los elementos cuyo conjunto
configura el clima, ni siquiera con el auxilio de las tecnolo­
gías más modernas somos capaces de poner freno a sus
caprichos: incluso hoy, el medio más sofisticado para
enfrentarse con el riesgo de una avalancha consiste en
evitar estar cerca, y las sequías e inundaciones tienen
consecuencias desastrosas para millones de personas cada
año. Todavía hoy, el hombre es sobre todo un animal
completamente dependiente de las plantas para aprove­
char la energía procedente del Sol, de los procesos natura
les que reciclan los nutrientes y de la fluctuación de
elementos climatológicos que escapan a nuestro control,
ya que están gobernados por fuerzas infinitamente más
poderosas que cualquier recurso humano.

62
1 clima y el hombre '

En principio el hombre está diseñado para VIVIr en un


ambiente tropical, en un régimen húmedo y cálido sin
calores ni fríos extremos y sin grandes fluctuaciones. Su
metabolismo está programado para mantener la tempera­
tura corporal en 36-37° C y, aunque puede resistir condi-_
dones extremas de frío o calor durante períodp s cortos
que varían con la salud y la fortaleza individuales, es
prácticamente imposible la recuperación ·de situaciones en
que la temperatura interna ha descendido .hasta 26;5° e o
se ha elevado hasta 43°C. El .cuerpo humano reacciona
automáticamente a los cambios de la temperatura ambien­
tal adoptando una serie de medidas para mantenerse
incólumne, para no quebrantar los límites de salud. Cuan­
do la temperatura externa desciende, el metabolismo se
acelera, bien añadiendo carburante -comiendo-, bien
haciendo e} erdcio -batiendo palmas o pataleando-; si se
necesita todavía más calor, los·músculos se tensan involun­
tariamente: tiritamos. A temperaturas bajas, los vasos
sanguíneos se contraen, reduciendo de esta forma la
pérdida de calor a través de la superficie corporal, conser­
vándolo para los órganos vitales. Esto implica un peligro;
porque mientras esta vasoconstricción protege el tronco.

�iliones de glándulas
1

bdoríparas insertas en la piel


permiten que se evapore la
humedad del cuerpo; la energía
calórica utilizáda en el proceso
enfría el organismo y posibilita
la supervivenCia en ambientes
con temperaturas altas. Este.
mecanismo ayuda a resistir Jos
climas cálidos de forma más
fácil que los climas fríos.
Según la fisiología humana. el
color de la piel no es
necesariamente una respuesta
adaptativa a la diversidad
ambiental.

63
representa un riesgo para las extremeélidades,qt.Íe, al sufrir
mengua de ia sensibilidad y del suministro de sangre
caliente, están más expuestas a la congelación. ·

El efecto del frío sobre el cuerpo humano se intensifica


.notablemente si las temperaturas bajas están acompañadas
de viento. ·

El hombre está mejor dotado para tolerar temperaturas


altas que bajas. Las glándulas sudoríparas, estimadas en
dos millones, aportan humedad a la superficie corporal,
donde al evaporarse hace descender la temperatura. Este
mecanismo es capaz de eliminar 2 litros de agua por hora y
no supone peligro mientras se reemplacen los fluidos
corporales. Desgraciadamente, en los países occidentales
sudar ha sido soc,almente proscrito.
Se ha demostrado tantas veces la adaptación en el reino
animal que resulta tentador buscar respuestas similares en
el hombre. Pero las adaptaciones son el resultado de
.procesos extraordinariamente lentos. En términos evoluti·
vos el hombre es muy r�cíente. Lo que le separó tan
pronto de los animales fue su cerebro: en él radica la clave

lA EXISTENCIA EN CONDICIONES EXTREMAS


Mediante la combinación de los adelantos tecnológicos y el
desarrollo fisiológico el hombre ha aprendido a sobrevivir en la
Tierra bajo las condiciones más rigurosas, incluso en aquellas tan
hostiles y artificiales como-las subacuáticas.

64
le ·su éxito. En lugar d� una adaptación específica y única a La paja típica de viviendas
.n .tipo de ambiente determinado, el hombre posee una asombrilladas de los húmedos trópicos
actúa como protección contra el
apacidad de adaptación infinita gracias a sus respuestas
sofocante sol y la densa lluvia·,
ulturales y de comportamiento. Adecua el ambiente para proporcionando al mismo tiempo.
tilizarlo: ya sean las extensiones desérticas o polares, el ventilación y sombra.
alle del Himalaya o las Islas del Pacífico. Lo hace modifi·
ando el tipo y la cantidad de sus ropas; modificando el
iseño de sus viviendas y los materiales de construcción;
ariando la cantidad y tipo de sus alimentos en relación a
JS necesidades y adaptando su actividad a las condiciones

mbientales imperantes.
Además, su capacidad actual para controlar el.entorno
2 extiende más allá de su propio cuerpo, más allá del

ru¡x) social. El control absoluto es todavía una posibilidad


51o,pero, incluso ahora, el hombre puede alterar significa·
vamente ras condiciones climáticas mediante los planes
e drenaje, los aclaramientos forestales, los programas de
>cuperación de tierras y los grandes proyectos de irriga·
ión; desgraciadamente, tales realizaciones sobrepasan la
:1pacidad humana para calcular su efecto global a largo
lazo.
65
El iglú es una maravilla arquitectónica
en lo que se refiere a conservar el calor;
su forma hemisférica representa la
mínima superficie posible en relación al
volumen y puede calentarse fácilmente
desde el centro. El calor hace que se
forme sobre las gruesas paredes de
nieve una capa a prueba de vapor que
evita la pérdida de calor por
evaporación. Las pieles de animales
utilizadas por los esquimales para
vestirse proporcionan una excelente
protección contra el frío y el viento.

66

�os cambios del tiempo


1

Prácticamente en todas las facetas de la vida humana se


pueden apreciar los efectos que ejerce el clima sobre el
hombre. El confort y la eficacia están estrechamente
relacionados. Se ha demostrado que los obreros de las
fábricas y las oficinas son más productivos, están más
contentos, padecen menos enfermedades y cometen erro­
res menos costosos y a veces menos peligrosos, si sus
centros de trabajo cuentan con sistemas de control de la
temperatura y la humedad, mientras que en los ambientes
donde las temperaturas se elevan hasta niveles de incomo­
didad física se incrementan enormemente errores y acci­
dentes.
El tiempo, en sí mismo, no produce enfermedades, pero
unas condiciones climáticas determinadas afectarán negati­
vamente la salud de muchas personas. Las olas estivales de
calor acompañadas de poco aire acarrean molestias a los
millones de personas afectadas de alguna forma de alergia
al polen, que normalmente se denominan en conjunto
«fiebre del heno». De igual forma un calor excesivo puede
molestar a quienes padecen de enfermedades respiratorias
o cardíacas. Los residentes· en las grandes ciudades corren
en verano un riesgo especial: la peligrosa acumulación de
contaminantes en las capas inferiores de la atmósfera,

>s colonos británicos


•centraron debilitante el clima
'la India debido en gran parte
su dieta y a que su ropa era
�propiada. De igual forma, los
:lios se adaptan mal al frío.

67
'

atrapados por la inversión de la temperatura o simplemen­


te por la ausencia de circulación de aire. Aunque muchos
países están dando los pasos necesarios para reducir los
niveles de contaminación atmosférica, cierto es también
que con sólo los escapes de los vehículos a motor en un
tiempo caluroso y calmado, el aire callejero de una ciudad
cualquiera se convertirá en una maloliente neblina azul­
grisácea.
La gente que vive en los países tropicales cuenta con la
presencia del calor durante todo el año, mi'?ntras quienes
viven en las regiones continentales sólo lo esperan en
verano y, por tanto, pueden hacer frente a sus efectos.
Pero cuando es más intenso de lo normal o dura más que
de costumbre o cuando una región normalmente fría es
azotada de improviso por un período de terl1peraturas
altas, se presentan los incómodos efectos del calor. Tales
períodos pueden ser estivales si el aire viene de los
trópicos o ha cruzado un continente caliente. El calor se
intensifica con las altas presiones porque conllevan la
existencia de cielos despejados que permiten la penetra­
ción de un máximo de luz solar. Otro efecto adicional que
influye sobre el calentamiento es la sequedad del suelo, ya
que se elimina menos calor por evaporación, lo que
contribuye a elevar la temperatura del aire. Las olas de
calor imprevistas azotan de vez en cuando el continente
europeo. En 1976 se formó un gran anticiclón que empujó
una corriente de aire seco y caliente desde el sur hacia el
norte de Europa; al mismo tiempo, la corriente en chorro
que normalmente trae aire frío a la región se había
desviado hacia el norte. Esta situación produjo una ola de
calor anómalo: las temperaturas se elevaron hasta 32°C
durante quince días. sucesivos, lo cual, acompañado por la
sequía, arruinó las cosechas y provocó la pérdida de gran
cantidad de _ganado. En 1972, en el este de Europa, un
suceso similar empujó la temperatura hasta los 36°C en
Moscú; incluso en Arkángel, cerca del círculo polar ártico,
alcanzó los 32°C. En el centro de 1� Unión Soviética una
oleada de calor indujo una serie de desastrosos incendios
en turberas y bosques que no pudieron controlarse durante
· varias semanas. Los períodos inesperados de frío también
pueden tener consecuencias serias, más relacionadas, eso
sí, con aquello a lo que está acostumbrada la gente; no se
deben sólo y necesariamente al descenso de la temperatu­
ra. Para los habitantes de Europa, América del Norte y
otras regiones templadas, 15°C es una temperatura perfec­
tamente normal y no existe ningún riesgo o miedo hasta
que las temperaturas se acercan a las de congelación; sin
embargo, en la India murieron de frío cientos de personas
du�nte una de estas olas de frío inesperado, con tempera-

68
...... .,. -
�.. . '.
..

1ras apenas inferiores a los 15°C, debido a la debilidad La nieve imprevista origina el
pusada por la desnutrición, a la ropa insuficiente y que caos en muchos lugares,

asi todas las víctimas vivían en la calle. . particularmente si se ·derrite


durante el día y se vuelve a
Los fños invernales hacen posible que los jóvenes practi- congelar durante la noche.
1uen los deportes invernales, pero el frío y la humedad son
'lmbién causa de sufrimientos para las personas aquejadas
e dolencias musculares y bronquiales. Las gotitas de
umedad transportan a todas partes los virus responsables
e resfriados y otras enfermedades durante los inviernos
·íos, húmedos y nublados, mientras que en verano estas
otitas se evaporan rápidamente, dejando a sus «pasajeros»
¡n vehículo y expuestos a los mortíferos rayos solares.
Tanto en el caso del frío como del calor, el factor crucial
o es tanto la temperatura absoluta sino su duración y el
¡rado de diferencia con el rango normal de temperaturas
le un área determinada. En Gran Bretaña, una temperatu­
� de -5°C con nieve y hielo puede originar el caos: las
1ismas condiciones en Canadá o Suecia no producirán el
1ás leve comentario. En 1963, la circulación atmosférica
n Europa oriental adquirió una persistente configuración
nómala que trajo corrientes de aire excepcionalmente frío
toda. .la región. Durante el duro invierno de 1962-63 la

69
Los polígonos de arcilla fue
todo lo que quedó en el embalse
nieve bloqueó todas las carreteras, pereció el ganado y e
del valle Chew durante la sequía combustible de los vehículos se congeló. Los cambio:
de 1976. Después del período de súbitos de temperatura suelen ir acompañados de sistema:
los 5 años más secos desde frontales que en ningún lugar son tan comunes como e1
1850, el National Water Council
los Grandes Llanos de Norteamérica, donde la interacciói
afirmó que se tardaría al menos
de masas de aire opuestas, el aire húmedo y cálido de
dos inviernos lluviosos separados
por veranos normales en Golfo de México y el aire frío y seco de la zona ártica de
recobrar el nivel habitual en los Canadá, es lo que determina, en gran medida, las condicio
embalses de agua. nes meteorológicas.
70
uz solar
Aunque cerca del ecuador la intensidad del sol se siente
con mucha más fuerza que en las regiones polares, a todos
los lugares de la Tierra llega la misma cantidad total de luz
cada año; los _lugares próximos al ecuador reciben doce
horas diarias de. luz anuales, y en los círculos polares ártico
y antártico se compensan los períodos de dos semanas sin
luz en invierno con períodos veraniegos de igual duración
en los que la luz dura todo el día.

EL PUEBLO DEL SOL


El símbolo del Sol -el guerrero Huitzilopochtli-, representado
en el pendiente (abajo), era el centro de la religión azteca. Según
el culto al Sol azteca, Huitzilopochtli moría cada tarde para·
renacer de nuevo al día siguiente, cuando empezara su lucha
contra las estrellas y la Luna expulsándolas con la flecha de luz.
La luz es sólo una parte de toda la radiación procedente· La energía del Sol alimenta a
del Sol. El resto del espectro es invisible y se extiende a las todas las plantas y
consecuentemente a todas las
longituqes de onda más larga y más cortas, que compren­
criaturas terrestres.
den las ondas de radio, el infrarrojo, el ultravioleta, los
rayos X y los gamma. La radiación de onda larga importan­
te para nosotros· es la infrarroja, percibida como calor, y,
entre las de onda corta que atraviesan la atmósfera, es
digna de mención la ultravioleta, responsable del broncea­
do. De la radiación distribuida por el Sol, mucha nunca
alcanza el suelo, y la atmósfera, por su parte, refleja direc­
tamente al espacio algo de la que le llega.
La mayor pérdida de radiación se debe a la reflexión de
las nubes -reflejan alrededor del 60 por ciento de la luz
que incide sobre ellas-. Esto es evidente, ya que los días
nublados son mucho más oscuros que los soleados. Ade­
más de ser reflejada, la radiación es dispersada y absorbida
por las partículas de polvo presentes en la atmósfera
terrestre. En las capas inferiores suele ser normal la
existencia de polvo, especialmente en las proximidades de
las áreas desérticas, sujetas a tormentas de arena, y en las
áreas situadas dentro de la trayectoria del viento proceden­
te de las regiones industriales. El humo y el polvo disper­
san y absorben algo de la radiación, reduciendo la fuerza
de la luz solar incidente. El polvo y el humo también son
los responsables de los rayos crepusculares, los «rayos
solares» visibles cuando el sol brilla a través de los desga­
rrones de las nubes; se puede apreciar un efecto similar
· cuando la luz solar atraviesa el cristal de una ventana.
Normalmente, las capas altas de la atmósfera carecen de
polvo, pero en ciertas ocasiones una erupción volcánica
origina una gran nube de éste que se dispersa en los
estratos, reflejando la luz solar y, por lo tanto, reduciendo la
cantidad que llega a la Tierra.
Durante un eclipse solar, acaecido cuando la Luna pasa
entre el Sol y la Tierra, se interrumpe completamente la
fuente de radiación. Los efectos de un eclipse total de unos
pocos minutos en una zona no mayor de 100 kilómetros
de anchura son extraordinarios. De repente se hace tan de
noche que se pueden ver las estrellas y la temperatura
disminuye drásticamente. Los animales se comportan co­
mo si realmente hubiera llegado ia noche y se disponen
a dormir. Un «eclipse parcial• se observa fuera de esta
pequeña·área y su efecto es menos impresionante. Si hay
nubes, la reducción de la luz no es tan fuerte; si el cielo
está despejado, el escenario adopta una insólita aparien­
cia fantasmagórica.
La luz solar está constituida por muchos colores. Aunque
normalmente no lo apreciamos, sin embargo, sí se podría
ver en situaciones que nos son totalmente familiares: la
72
73
hierba nos parece verde porque refleja la luz verde mien- .
tras que absorbe los otros componentes de la luz solar. A
medida q1,1e la luz pasa a través de un vidrio plano se
desdobla y los colores se separan, pero se vuelven a
recombinar cuando emergen. Sin embargo, cuando la luz
atraviesa un prisma, los rayos se desdoblan dos veces y los
colores permanecen separados cuando emergen, formando
un espectro donde pueden identificarse con facilidad los
colores individuales. Las partículas atmosféricas desvían
las longitudes de onda más cortas de la luz visible hacia el
extremo azul del espectro más que hacia los otros colores,
a Jo cual se debe el aspecto amarillo de la luz solar. La luz
azul no se pierde; simplemente nos llega desde diferentes
direcciones, razón por la cual el cielo nos parece azuL
Cuando el Sol está cerca del horizonte -durante su puesta
o su salida- sus rayos brillan a través de un área atmosfé­
rica mayor y, por tanto, sufren una mayor dispersión. Sólo
penetran luces de longitudes de onda más largas, próximas
al extremo rojo del espectro, dando como resultado mag­
níficos cielos rojos. Inversamente, desde lo alto de una
montaña el Sol parece más brillante y el cielo azul más
oscuro, reflejando la luz solar y menguando, por tanto, la
cantidad de ésta que alcanza el suelo. Cuando la luz solar o cualqu
El crepúsculo es también el resultado de la dispersión de luz blanca atraviesa un prism<
la luz en la atmósfera, observándose algunas veces un (arriba) se separa en los color
resplandor púrpura en el cielo vespertino. Se cree que es que la componen -rojo,
consecuencia de la reflexión producida por una capa de naranja, amarillo, verde, azul
violeta-. Afortunadamente
polvo situada en un nivel más alto de la atmósfera terres­
nosotros nos encontramos en
tre. Desde la Luna -carente de atmósfera propia-, sin los pocos animales que puede
partículas que dispersen la luz solar, el Sol parece un disco distinguir este rango complet<
blanco brillante que reluce en un profundo cielo negro. de tonos ..

74
uz y color

Los rayos de luz cambian de plano al pasar oblicuamente


de un medio a otro, ya que viajan a diferentes velocidades
en materiales diferentes. Una consecuencia de este hecho,
familiar para todos, la flexión aparente de un palo al
atravesar la interfase aire-agua. Cuando la luz viaja a través
de la atmósfera terrestre, lo hace a una velocidad ligera,
mente inferior a cuando viaja a trav� del vacío espacial:
los rayos de luz que entran en la atmósfera con un ángulo
determinado se doblan, pues, ligeramente. La desviación
hacia abajo de los rayos luminosos hace que el Sol parezca
estar más alto de lo que realmente está y siga siendo visible
un tiempo apreciable después de ocultarse tias el horizon­
te. La duración de la luz solar extra varía con la localiza­
ción geográfica y el momento del año. A veces se ve un
destello verde cuando el disco solar desaparece detrás del
horizonte. Esto se debe al hecho de que los diferentes

A la derecha, la cuchara parece estar rota en ei punto donde


penetra en el agua. Esta situación tan familiar se debe a que los rayos
de luz se refractan cuando pasan de un medio a otro de diferente
densidad, como del aire al agua o, viceversa, o del aire frío y seco al
aire húmedo y caliente.

75
colores se refractan en grado distinto y a que la at�ósfera
refracta más la luz verde que la roja; el componente verde
del espectro solar visible es el último en desaparecer.
La refracción de la luz solar en la atmósfera produce
otros muchos efectos interesantes. Aparte del arco iris
(véanse págs.124-9), quizás el mejor conocido es el halo
solar -un anillo de luz circular cuya distancia angular
desde el borde hasta el centro del Sol es de 22 grados-,
motivado por la refracción de la luz a través de cristales
prismáticos de hielo. Normalmente el halo es blanco, pero
algunas veces la refracción es tan clara que separa los
colores y los hace visibles. Al contrario que en el arco iris,
es el rojo y no el azul el que está en el interior del círculo.
De vez en cuando se puede ver un segundo halo más
grande y tenue, circunsolar, con un radio que subtiende un
ángulo de 46 grados.
En las nubes existen cristales de hielo de formas distintas
y, a veces, esparcidos con orientaciones diferentes, pero a
medida que caen tienden a alinearse en paralelo de modo
que, al combinarse sus refracciones se producen una serie
de efectos visibles, tales como arcos y manchas brillantes
sobre el halo solar. Con frecuencia se ve un Sol falso, una
mancha brillante justo por fuera del Sol, a su misma altura
y cuyo brillo es a veces tan intenso que puede confundirse
con éste. En los círculos polares se ven con frecuencia
múltiples fenómenos en el halo, ya que suele haber
cristales de hielo en las nubes. Los cristales pueden actuar
también como espejos, reflejando la luz solar. Manifesta­
ción de ello es la columna solar, columna de luz brillante
que se extiende por encima y debajo del Sol, visible en Los espejismos se origihan
porque la luz se refracta cuando
ocasiones incluso después del crepúsculo. A la luz de la
atraviesa regiones de aire más
luna estos efectos ópticos son mucho más débiles, aunque denso o más rarificado. La
trayectoria de la luz se refrac�
al viajar desde el objeto al
observador, pero nuestras
mentes están programadas para
interpretar las impresiones
ón Cielo
Linea de visi visuales bajo la hipótesis de que
la luz viaja en línea recta. Un
Frío espejismo inferior {A) tiene lugar
Cálido cuando la temperatura del aire
disminuye bruscamente con la
A
altura, y de esta forma un objeto
lejano da la impresión de estar
desplazado hacia abajo; en un
desierto puede dar la impresión
de que un trozo de cielo es
· - ­
-
-

agua. Un espejismo superior (B)


ocurre cuando hay un notable
incremento en la temperatura
del aire con la altura y el objeto
parece flotar en el aire.

76
halos lunares son particularmente perceptibles e inclu­ El ño Sena aparece invertido
los arcos iris lunares se observan alguna que otra vez. a causa de un espejismo superior
en el cielo de París.
Cuando una capa de aire próxima al suelo está mucho
- caliente o más fría que el aire de encima; ocurren
itos efectos de refracción. Estos fenómenos se deben
al hecho de las diferentes velocidades de la luz al
de aire con distintas temperaturas; viaja más
de,;pacio a través del aire frío que del ·caliente. Cuando el
más próximo al suelo supera en temperatura el de
. ma, situación habitual en las regiones desérticas o
sobre la superficie asfaltada de una carretera en un día
soleado, la luz del cielo que pasa a través de la capa
caliente se refracta en la dirección del ojo del observador, y
se ve sobre el suelo un fragmento de cielo con la aparien­
cia del agua. A esto se le llama un espejismo. Cuando uno
se acerca al «agua», ésta desaparece o se mueve -la.
experiencia de muchos viajeros sedientos del desierto-.
Por otro· lado, cuando hay una inversión térmica y las
capas inferiores del aire están más frías que las superiores,
la luz de· los objetos situados detrás del horizonte se
refracta hacia abajo. A resultas de ello, las montañas o las
líneas de costa alejadas se hacen visibles, aunque deberían
77
Los halos solares representados
en este grabado primitivo
aparecen como perfectos
círculos que rodean al Sol. Es
sorprendente que este efecto
feérico ocurra tan a menudo
como lo hace, ya que los
cristales de hielo que lo originan
han de tener una forma y
tamaño extremadamente regular.
Sin embargo, aparece un anillo
alrededor del Sol o la Luna,
como media, aproximadamente
una vez cada 4 días en las
latitudes medias; según la
creencia popular estos halos
solares pronostican tiempo
lluvioso, y así acostumbra ser,
ya que las nubes cirrostrato
suelen ser precursoras de un
sistema de bajas presiones que
trae lluvia con frecuencia.

quedar ocultas por la curvatura terrestre: estos «espejismos


superiores» son más abundantes en las regiones polares.
Cuando la luz pasa cerca de una partícula tal como, por
ejemplo, una gota de agua, se difracta; parte de la luz
rodea la partícula. Cuanto más largas las longitudes ·de
onda, más próximas al extremo rojo del espectro, más se
difractan. Cuando una nube estrecha, cargada de gotas de
agua, pasa por delante del Sol o de la Luna, la difracción
produce un anillo coloreado y difuso, una corona, con el
rojo en la cara externa. Contrariamente a "los halos, las
l
coronas no tienen un tamaño angular fijo; su diámetro
'
depende del tamaño de las gotas que forman las nubes; la
extensión normal es de un radio de 4 a 10 grados,
correspondiente a gotas de agua cuyo radio se sitúa entre 2
y 5 micras. Las coronas más grandes se suelen ver simple­
mente como pequeñas manchas de color verde y púrpura
iridiscentes continuamente cambiantes; son bastante per­
ceptibles, pero difíciles de fotografiar porque aparecen
cerca del Sol.
El espectro del Brocken es otra consecuencia de la
difracción; se ve normalmente en las montañas, cuando se
mira hacia abajo por encima de un banco de niebla o una
nube y de espaldas al Sol. Aparece entonces la sombra
alargada del observador rodeada por un halo o «aureola».
La forma más sencilla de ver una aureola es viajar por el
aire y esperar que la sombra del avión se proyecte sobre
una capa de nubes a menor altura: si las condiciones son
favorables «Un lazo de luz te atrapará»: serás rodeado por
un halo de luz coloreada.
78
El espectro del Brocken, llamado así por el Brocken , un pico dé las
montañas Harz, en Alemania, resulta un espectáculo extraño aunque
familiar para los montañeros. Cuando el Sol está bajo se perfila la
sombra de éstos frente a la niebla o ias nubes. El gran tamaño de la
sombra se debe a que se prolonga a través de varios metros de
espesor, en lugar de encontrarse en un solo plano.

79
El aura de la Tierra·

La capa de ozono localizada a una altura de aproximada­ l.a cortina ondulante de luz
mente 50 kilómetros -los estratos superiores de la (derecha) es sólo una de las
atmósfera- absorbe el exceso de radiación ultravioleta muchas formas que puede
adoptar la aurora; también se
llegada del Sol y nos protege de peligrosas quemaduras. El
puede ver como un arco de !u
ozono es tan sólo oxígeno cuya molécula está formada por tenue que se extiende a través
tres átomos, en lugar de dos como ocurre en la molécula del cielo a poca altura, como
habitual. El ozono se forma por la acción de la luz solar · resplandor difuso apenas
sobre el oxígeno dentro de la capa de ozono. En esta capa distinguible del crepúsculo.

el oxígeno y el ozono están. en un estado de <<equilibrio El amanecer visto por los


astronautas del Apolo desde
dinámico». Algo de este ozono pasa a las capas inferiores,
altitud· de 230 kilómetros, el 2
pero afortunadamente se destruye enseguida por el con­
de julio de 1975 (abajo).
tacto con el humo y la vegetación, dado que irrita las vías Las bandas de color
respiratorias. La concentración de ozqno varía considera­ horizontales se deben a la
blemente, dependiendo de las estaciones, la latitud y los dispersión de la luz solar
procesos meteorológicos de la troposfera. El conocimiento por las capas de polvo de la
atmósfera terrestre. l.as puesta�
de estas variaciones nos informa sobre la circulación
o salidas del Sol demasiado
general del aire entre la estratosfera y la troposfera, más
coloreadas son el resultado
baja. Se ha dicho en los últimos años que los fluorocarbo­ de la dispersión de la luz por e:
nos, los gases utilizados en los aerosoles de los pulveriza- polvo de los cometas o volcane

80
o
1 1
I.AAURORA
Como el campo magnético de la Tierra forma
arco fuera de los polos magnéticos norte y sut
situados sobre el norte del Canadá y la Antárt
atrapa las partículas atómicas, los protones y l
electrones, emitidas por el Sol en el viento so
A medida que las partículas descienden, a alt
de entre 300 y 100 kilómetros interaccionan
las moléculas en la rarificada parte superior d
atmósfera terrestre, Jo que produce una herm
irradiación de luz resplandeciente, la aurora:
visible en las noches claras de las regiones
situadas dentro de Jos 20 grados de latitud d
Jos polos magnéticos, que están localizados
dentro del cono auroral.

La luz zodiacal, suave cono de luz


radiante visto en una noche de
diciembre sin Luna en la India en 1874
(izquierda). En latitudes medias se ve
mejor esta pirámide de luz brillante
después de la puesta de sol durante los
meses de enero, febrero o marzo. Es tan
luminosa como la Vía Láctea y se
debe a la dispersión de la luz solar
que realiza el polvo interestelar.

dores, ascendeñan hasta la capa de ozono y reaccionarí


con él, anulando su efecto protector. Sin. embargo, actua
mente se cree que, excepto en las regiones polares
invierno, la luz solar recompone constantemente el ozon
y no hay, de momento, prueba alguna interesante de s
disminución.
En la estratosfera, comprendida entre los 10 y 5
kilómetros por encima del suelo, la temperatura aument
con la altura, alcanzando su valor máximo en la capa d
ozono. En la estratosfera el aire es estable, ya que cua
quier corriente de convección que ascienda desde el suel
cesa en la tropopausa --el límite entre la troposfera y l
estratosfera-. Sólo son capaces de penetrar más alla d
esta frontera algunas corrientes fuertes que ascienden e
los cumulonimbos; aparte de algunas nubes hay poca agu
en la estratosfera. Los aviones suelen volar en esta cap
82
Aurora Cinturones de Van Allen

orque está «por encima del tiempo», y contiene. menos Cuando el Sol está tranquilo, la
urbulencias que las capas de la troposfera inferior. Es, sin aurora se puede ver desde
mbargo, bastante ventosa; los vientos variables y la tem­ localidades situadas dentro de
una zona latitudinal de 65 a 70
eratura en la estratosfera son un interesante campo de
grados norte y sur. Pero durante
studio. la mayor actividad solar es
Con frecuencia se advierte un fenómeno peculiar: en visible a latitudes mucho más
vierno la zona de la estratosfera correspondiente al bajas de lo habitual.
írculo Polar Artico se calienta, de vez en cuando, hasta
0°C en pocos días.. Puesto que ocurre en invierno, no
>uede deberse a la radiación solar. Parece que está impli­
�ada la compresión del aire a partir de la capa de ozono y
e piensa en una posible relación con los cambios en la
:irculación general de la troposfera.
Otros aspecto de las capas superiores de la atmósfera
¡ue no está asociado con la radiación solar es el resplan­
lor atmosférico. Es una luz muy tenue emitida desde el
ielo incluso en una noche clara sin luna. Al ser tan débil es
lifícil realizar estudios del espectro del resplandor atmos-
2rico. Sin embargo; se ha demostrado que la luz no es ·luz
stelar, ni siquiera luz dispersada, sino que procede de las
apas superiores de la atmósfera. Se cree que se debe a las
:10léculas escindidas en átomos durante el día y que se o Polo Norte magnético
ecombinan por la noche. Los instrumentos aerotranspor­ Extensión de la aurora

'ldos proporcionan datos indicativos de que la luz se emite O Extensión de la aurora


durante la máxima actividad solar
alturas comprendidas entre 80 y 120 kilómetros. Por el \
ontrario, la luz zodiacal, observada en los cielos vesperti­
.os, se debe a partículas de polvo que dispersan la luz
olar.

83
Rocío
El aire contiene siempre una cantidad de vapor de agua
invisible; existe una cantidad máxima que el aire puede
retener a una temperatura determinada: el aire caliente
retiene más que el frío. Si una determinada cantidad de
aire se enfría, su humedad relativa aumenta hasta alcanzar
finalmente la cantidad máxima de vapor de agua que
puede retener a esa temperatura. El aire está entonces
saturado; a esta temperatura se la denomina punto de
rocío. Si el aire se enfría más aún, setiene que condensar
algo de agua y depositarse en forma de rocío. A pesar de
que el suelo está irradiando continuamente calor, el recibi­
do del Sol durante las horas diurnas es más que suficiente
para equilibrar esta pérdida y mantener caliente la superfi­
cie de la Tierra. Sin embargo, por la noche, la salida de
radiación conduce a un enfriamiento que, a su vez, hace
descender la temperatura de la capa de aire cercana al
suelo. Finalmente, si se sigue irradiando hacia el espacio el
calor llegado del Sol, el aire se puede enfriar por debajo
del punto de rocío, formándose éste sobre el suelo.
El rocío consiste en diminutas gotas de agua que se
aprecian mejor sobre las hojas de hierba o sobre las telas
de araña, donde brillan por la luz del Sol matinal. El rocío
se forma con más facilidad en el techo de los coches o los
cobertizos que se enfrían más deprisa, ya que no están en
contacto con el suelo caliente. El extraordinario aspecto de
una mañana ·de mucho rocío hace difícil creer que se
origine por un mero reciclaje de la humedad de antemano
presente en la atmósfera en lugar de por una lluvia
torrencial caída durante la noche. El agua que constituye el
rocío se cóndensa en el aire y no en las plantas -una
equivocación frecuente-. Las plantas, sin embargo, trans­
piran, Io que incrementa la humedad del· aire próximo,
favoreciendo así la formación del rocío por la noche.
El rocío suele formarse en noches invernales tranquilas y
despejadas. Si hay una capa de nubes, se refleja en ella

La helada blanca (derecha) es


la deposición de vapor del aire
cuyo punto de rocío está por
debajo del de congelaciórt .

. 84
Las gotas de rocío que se ven por la mañana
temprano sobre una tela de araña
podñan indicar buen tiempo.

La escarcha en helecho, conocida a menudo como


•el jardín de Frosb, se forma en el interior de los
cristales de las ventanas cuando hay un tiempo muy
fño, produciendo bellos diseños.

pa�;te del calor, disminuyendo el porcentaje de enfriamien·


to. Si hay viento, el aire frío se mezcla con aire caliente d€
encima. En ambos casos, la temperatura del suelo sigu€
descendiendo pero más despacio, causa probablemente df
que no se alcance el punto de rocío antes del amanecer �
el comienzo de la nueva elevación de la temperatura. Er
verano, las noches suelen ser demasiado cortas para que le
temperatura descienda lo suficiente como para provoca1
aparición de rocío. La cantidad de agua depositada er
forma de rocío es pequeña en comparación con la de le
l11.,1via, pero en ocasiones es suficiente para que se puede
medir en un pluviómetro. El rocío, normalmente, SE
evapora deprisa por la mañana temprano debido al calo
producido por la salida del Sol.
Si el punto de rocío está por debajo de oo C, el vapor de
agua se condensa en forma de cristales de hielo, a los que
liamamos escarcha. A veces este depósito blanco es sufí
cientemente grueso para ser confundido con nieve. Cuan
do la temperatura del suelo cae por debajo del punto d•
congelación pero la temperatura del aire permanece po
encima de éste, sólo se forma escarcha en el suelo. Ambo
86
tipos de escarcha, la del aire y la del suelo, tienen interés
para quienes cultivan huertos, ya que las temperaturas de
congelación pueden dañar muchas plantas y cosechas
frutales; la vid es una de las ·plantas más a menudo
dañada por la escarcha tardía que cae después de que
broten los retoños primaverales.
La condensación en el interior de las casas se produce
de la misma forma que el rocío. Si el tiempo es frío, las
paredes y las ventanas se enfrían por conducción, al estar
en contacto con el aire a baja temperatura del exterior, y
también por radiación al espacio. Cuando el aire cálido de
dentro entra en contacto con estas superficies, se enfría por
debajo de su punto de rocío y se forma humedad en las
paredes y ventanas. El problema se agrava si el aire casero
está cargado de antemano de humedad procedente de
secado de ropa o de guisos. Se puede redu_s:ir media_nte la
ventilación o el aislamiento, que mantiene las superficies
internas a una temperatura alta. En los edificios sin calefac­
ción es más probable que haya problemas de condensación
cuando una ola de tiempo frío es seguida por condiciones
climáticas cálidas y húmedas. Si la temperatura cae por
debajo del punto de rocío en los edificios, se congela el
agua condensada de las ventanas y adopta la forma de
cristales de hielo con hermosos diseños foliformes.

JACKFROST
Abajo se representa una jovial rebelión aparece en las historias tradicionales y
contra el largo despotismo de Jack se supone que traza las figuras en que
Frost, pintado en 1852. La aparece la escarcha; represent<l, por lo
fantasmagórica figura, semejante a un tanto, el frío.
elfo, es un personaje imaginario que

Esta legendaria figura se


originó probablemente en.
Escandinavia, donde;
según la mitología
noruega, Kari, dios de los
vientos, tenía un hijo
llamado Jokul o Frosti
-Jokul, significa
carámbano, y Frosti,
escarcha-. En Asia la
escarcha está representada
por un viejo blanco, el
Padre Escarcha, y en los
cuentos alemanes como la •

Vieja Madre Escarcha.

87
r
i'

Las nubes
Aunque las nubes pueden considerarse como entidades
individuales, su aspecto, siempre cambiante, puede enten­
derse como una clara prueba del comportamiento de la
atmósfera -algún tipo de circulación atmosférica tiende a
producir nubes y otros a dispersarlas--. De igual forma,
diferentes combinaciones de presión, temperatura y hume­
dad inhiben la formación de nubes, mientras otras pueden
producir una espectacular sucesión de tipos y modelos. Las
nubes se forman cuando el aire se eleva y se enfría hasta su
punto de rocío, momento en el que el vapor de agua se
condensa en diminutas gotitas de agua o en cristales de
hielo. Estas gotículas son tan pequeñas y ligeras que flotan
en el aire sin tener apenas peso suficiente para caer a
tierra. Hay dos tipos básicos de nubes: nube estratiforme,
que se forma con aire estable que se ve obligado a elevarse
suavemente a lo largo de una rampa, y nube de desarrollo
vertical, o convectiva, producida si el aire es inestable y las
burbujas de aire liviano se elevan espontáneamente me­
diante corrientes de convección.
Las áreas de nubes en capa más extensas se forman a lo
largo de los frentes y en vaguadas o senos de baja presión,
donde las corrientes que convergen en las capas inferiores
de la atmósfera obligan a elevarse al aire. Los tipos prin­
cipales -conocidos como estratos, nimbostratos, altostra­
tos y cirrostratos de acuerdo con su altura y su espesor­
son bastante uniformes y suelen producir cielos encapota­
dos. Los nimbostratos (nubes de lluvia) suelen aparecer
como una masa gris oscura sin forma aparente, ya que
toda su estructura o detalles se esconden tras la lluvia o
nieve que cae. El altostrato es más alto y es más delgado,
permitiendo que se trasluzca una luz solar bastante pálida
y, por fin, los cirrostratos, las más altas, están compuestas
de cristales de hielo y suelen producir hermosos efectos

Las nubes estrato o cvaporosas» que se elevan. desde el nivel del suelo
del valle (derecha) se originan por corrientes de aire cargadas de
humedad que se condensa formando las nubes.

88
89
ópticos, como las columnas y los halos solares. Por
contraste, las nubes de desarrollo vertical o convectivas
tienen, por regla general, una base muy baja pero un
considerable desarrollo vertical -una consecuencia visible
del hecho de que están formadas por bolsas de aire cálido
e inestable que se eleva con bastante rapidez-. El tipo más
común es el cúmulo, nube blanca con apariencia «algodo­
nosa» típica del agradable tiempo veraniego, tendente a
incrementarse durante el día cuando el sol más calienta, y
que desaparece por la noche cuando cesa la convección
por el enfriamie11to del suelo. En el mar, los cúmulos
tienden a ser menos variables, porque la temperatura
superficial del mar permanece estática a lo largo del día.
La base de esta nube acostumbra a ser plana �indicando
el nivel al cual se ha alcanzado la temperatura del punto de
rocío-, mientras que el techo en forma de «Coliflor»
muestra el nivel alcanzado por las «burbujas» ascendentes
de aire húmedo y cálido. Las zonas de cielo claro entre las
nubes cumuliformes son debidas a corrientes descendentes
que surgen como compensación a las ascenaencias de las
células convectivas.
Con aire más inestable, la cima de las nubes cumulifor­
mes évoluciona hasta que finalmente su techo adopte una
apariencia fibrosa, mostrando que sus niveles más altos
han alcanzado el nivel de congelación Esta nube «congela­
.
da• está formada" por cristales de hielo y con frecuencia los
vientos de niveles superiores la empujan horizontalmente
para formar una estructura caracteñstica en yunque, la
inconfundible <<marca registrada» de una nube cumulonim­
bo madura o una <<masa de cúmulos» (que preceden a una
tormenta).
El vapor de agua no se condensa automáticamente tan
pronto como el aire se satura: de hecho, el aire producido .
en condiciones de laboratorio, perfectamente limpio, pue­
de alcanzar una humedad relativa del 80 por ciento antes
de que se empiecen a formar las gotitas de forma espontá­
nea. En la naturaleza esto no sucede: el aire está lleno de
finas partículas (aerosoles) que actúan como núcleos y
promueven la condensación tan pronto como se ha alcan­
zado la saturación. Las gotitas así formadas son diminutas
.
incluso en comparación con las más pequeñas de la lluvia:
su diámetro medio es de 20 micras (una milésima de
milímetro). De forma similar, en una nube, el aire se puede
enfriar por debajo de ooc sin que las gotitas de agua se
transformen en cristales de hielo. La congelación espontá­
nea sólo aparece a -40°C o menos, pero la presencia de
núcleos de hielo asegura que la congelación empiece
normalmente a - zooc; una vez formados unos pocos
cristales de· hielo, el proceso se acelera rápidamente.
90
LA FORMAClON DE LAS NUBES

Las nubes aparecen cuando el


aire se enfría por debajo de su
punto de rocío y acontece la
condensáción. Normalmente
este proceso empieza cuando
una zona caliente de la
superficie terrestre calienta el
aire adyacente por radiación y
crea una gran burbuja de aire
cálido que permanece en el
suelo.

Como esta burbuja de aire


está relativamente caliente en
comparación al aire frío más
denso que se encuentra
sobre ella, la búrbuja se eleva
de forma similar a un globo. A
medida que esto sucede, el
aire se expande y se enfría.

Por fin, la burbuja de aire


ascendente se enfría por
debajo del punto de rocío y el
·vapor de agua que contiene se
condensa sobre las diminutas
partículas de polvo y sal
presentes para formar gotitas
de agua o. cristales de hielo.
Pero en este momento la
burbuja de aire es demasiado
fría y pesada para ascender a
mayor altura y permanece en
el cielo en forma de nube.

91
Nubes de montaña

Las cordilleras montañosas, los picos aislados e incluso las


altas mesetas de los páramos actúan como barreras para el
viento y ejercen una fuerte influencia sobre el tipo y la
distribución de las nubes que se desarrollan. El aire flotará
alrededor de la montaña sólo si el pico está aislado y la
masa aérea es estable y, por consiguiente, reacia a remon­
tarse. Lo más normal es que el aire se vea obligado a
elevarse por encima del terreno alto y, por tanto, sobre el
nivel de su temperatura de punto de rocío, formándose las
nubes. Por esta razón, muchas montañas están cubiertas
frecuentemente con nubes estratiformes e incluso colinas
bastante bajas tienen sus cimas cubiertas por una nube si el
aire es suficientemente húmedo. En muchos lugares del
mundo, por ejemplo en el Lake District inglés y en
Honolulú, Hawai, las capas de nubes son un hecho casi
permanente del escenario montañoso, proporcionando la
altura de la primera nube un indicador útil de la humedad
relativa del aire. Si el valor de la humedad relativa es· bajo,
el aire estará seco y deberá elevarse antes de que haya
cualquier desarrollo 9e nubes.
Algunas veces el aire próximo al suelo está demasiado
seco para que se formen nubes, pero a niveles altos
-aproximadamente 5.000 metros- suele haber capas de
aire muy húmedas. Como la obstrucción montañosa indu­
ce la elevación de todas las capas atmosféricas, estas capas
húmedas producen -nubes altas por encima de la montaña.
Debido a su forma característica, estas nubes se denominan
lenticulares (forma de lente) o, alternativamente, nubes de
vapor de carga con .cubierta convexa; su contorno aerodi­
námico y suave muestra el lugar en que la co,rriente de aire
húmedo es arrastrada hacia arriba y luego empujada hacia

El Himalaya (derecha), que


constituye la barrera montañosa
más alta del mundo, obliga al
aire a elevarse por encima de
sus picos,que están, por lo
tanto, envueltos normalmente en
un velo de nubes.

92
93
abajo otra vez, entrando y saliendo del nivel de condensa­
ción. A pesar de que las nubes aparecen siempre como
objetos estáticos, se están formando constantemente al
final de una «Corriente ascendente» y dispersando al fi­
nal de una «corriente descendente». Si la atmósfera con­
tiene varias capas húmedas separadas entre sí por aire
seco, cada una produce una nube lenticular, configuran­
do una formación apropiadamente denominada <<pila de
platos».
Bajo ciertas condiciones, el aire obligado a remontar un
obstáculo y luego a descender nuevamente por la ladera
de sotavento del mismo continúa oscilando en un movi­
miento ondulante que puede extenderse a través de varios
kilómetros a favor del viento de montaña. Cada vez que el
aire se eleva en una cumbre que pene:tra en el nivel de
condensación, se forma una nube; cada vez que el aire
desciende, la nube se dispersa. El resultado es una cadena
de nubes ondeando a sotavento, más o menos espaciadas, ,
a favor del viento de la montaña. En un área escarpada
cada pico determina una serie de ondas: el 'cielo puede
convertirse en un complejo modelo de nubes lenticulares
en constante transformación, ya que los distintos movi­
mientos ondulatorios se interfieren.
Hay otros efectos que se producen de forma específica
gracias a las altiplanicies. A veces, se origina una brecha en
el cielo encapotado por el aire que desciende sobre el lado El Mantel (abajo), colgando de
de sotavento de un obstáculo. Estos «agujeros» en la nube la Table Mountain, en Cape
persisten durante varias horas si la atmósfera es estable y Town, Sudáfrica. Es aire
húmedo marino que se enfría
el viento fluye despacio, pudiendo ser causa de un rato de
hasta el punto de rocío antes de
sol en una pequeña zona, mientras la región circundante alcanzar la cima_
queda completamente nublada, quizás incluso bajo la 1
lluvia. Otro rasgo típico de montaña es una larga barra de
nubes colocada encima de una cordillera.· Se origina
cuando el aire se ha remontado gradualmente hasta la
cima y luego desciende abruptamente por el acantilado.
Estas nubes acostumbran a recibir denominaciones locales,
como «Helm Bar», producido por un viento de dirección
nordeste que sopla a través de los montes Peninos (norte
de Inglaterra). De igual forma, en América, el viento seco
que desciende por la ladera de sotavento de las montañas
Rocosas produce el «Arco del Chinook». La Table Moun­
tain, la inmensa montaña de cima plana que domina
Ciudad del Cabo, suele estar cubierta por una capa de
nubes blancas y sedosas que parecen colgar en delicados
pliegues sobre la superficie de rocas abruptas, ganándose
el nombre de «el mantel». El fenómeno producido por un
flujo constante de aire estable y húmedo sobre la montaña
es una de las nubes locales más célebres del mundo.
De entre todas las nubes, las más ·insólitas son dos
94
La nube bandera (arriba) elevarse por encima. En lugar de
unida al monte Egmont, en esto. aparece una nube detrás del
Nueva Zelanda, se forma debido pico flotando en la misma
a que la montaña no representa dirección del viento
una barrera lo sufici.entemente predominante.
grande para obligar al aire a

formaciones de gran altitud llamadas las nubes irisadas y


las nubes noctilucientes. Ambas se forman en la estratosfe­
ra, las irisadas a una altura de 19 a 30 kilómetros y las
nubes noctilucientes a 80 aproximadamente, altura donde
la densidad del aire es apena.s una diezmilésima de la que
ostenta a nivel del suelo. Estas nubes son extraordinaria­
mente finas, de tono azul o amarillo; son visibles.durante
un corto período tras el crepúsculo o antes del amanecer,
cuando el cielo está oscuro en latitudes superiores a 50
grados; el Sol, que está detrás del horizonte, ilumina las
nubes. Se cree que las nubes irisadas, que presentan los
colores del arco iris, se originan por una serie de efectos
ondulantes producidos en principio en las montañas y
luego transmitidos a través de la atmósfera a los niveles
altos de la estratosfera: Tales efectos ocurren cuando la
velocidad del viento se mantiene a través de toda la
troposfera: suelen verse en la Antártida.

95
Tipos de ·nube?

En 1803, Luke Howard, un farmacéutico londinense; ideó


un esquema para la clasificación de las .nubes donde, al
igual que los que ponían a punto los biólogos para
clasificar los animales y las plantas, usaba nombres latinos
para identificar cada tipo y describir sus principales carac­
terísticas visuales. El esquema comprendía diez tipos bási­
cos, o géneros, y cada uno de ellos varias especies. Se
pueden añadir calificativos adicionales para describir las
variedades.

Géneros de nubes
Cirros (O). Nubes pequeñas con f orma de manchas .o
bandas blancas, a veces sedosas. Suelen tener aspecto de
filamentos plumosos con los extremos acabados en 1gancho:
Cirrostrato (Cs). Velo blanco transparente suave y unifor­
me o fibroso. Normalmente genera halos.
Cirrocúmulo (Ce). Capa fina continua o fragmentaria
formada por· pequeños elementos. Normalmente produce
«cielos aborregados».
Altoestrato (As). Capa de nube gris, sin características

Un penacho de aire caliente de


uñ fuego produce una nube
pirocumulo, llamada •fumulus•.

96
CDNTRAILS
Y DISTRAILS
Las toberas de los aviones
el\liten una mezcla de gases
calientes que contiene gran
cantidad de vapor de agua. A
medida que los gases se
condensan detrás del avión
forman una nube.en línea recta
llamada contrail. Hay una.
separación entre el avión y el
extremo del contrail porque el
aire tarda unos pocos segundos
en enfriarse lo suficiente para
condensarse. Paradójicamente,
un avión también puede
dispersar una línea de nube
produciendo una .franja de aire
claro ·denominada distrail, y
cuya causa es el calor que
evapora las gotitas de la nube.

Las mamatus son pequeñas


bolsas de gotitas de agua que
cuelgan a veces de las nubes
después o hacia el final de una
tormenta. Se cree que se deben
a subsidencia en la base de la
nube, a consecuencia de la; cual
el aire previamente estable se
inestabiliza.

97
particulares; puede ser fibrosa o uniforme. El sol la atrave­
sará débilmente, pero este tipo de nube no produce efectos
,

ópticos..
·

.Altocúmulo (Ac). De forma muy variable, continua o


fragmentada. Si predominan las formas onduladas, como
de lente, se le denomina «lenticular», mientras que si
presenta protuberancias verticales, como las almenas de
un castillo, se llama «castellatus» o «Castellanus».

98
Nimbo-estrato (Nb). Nube de lluvia gris-oscura, densa.
Estrato (St). Se forma en capas grises uniformes, conti­
nuas o fragmentadas, suele producir lluvia o nieve.
Estratocúmulo (Se). Capa gris o·blanca con áreas oscu­
ras. Normalmente en rizos, ondulaciones y masas redon­
deadas. Suelen presentar una distribución regular.
Cúmulo (Cu). Nubes densas, blancas y sueltas con forma
bien definida y una evolución marcadamente vertical.

Nubes lenticulares
apiladas sobre el pico
McKinley de Alaska. ·

99
Cúmulonimbo (Cb). Extremo desarrollo vertical de una
nube cúmulo. Con aspecto de gran torre, es oscura en la
base y acostumbra a estar asociada con precipitación y
truenos.

Especies

Fibratus, filamentos, sin ganchos o penachos en Ci y Cs.


Uncinus, un cirro que acaba en gancho o penacho.
Spissatus, cirro denso que forma a menudo la .cima del Cb.
Nebulosus, en forma de fino velo, en Cs y St.
Stratiformis, en una amplia capa Ae y Se.
Lentieu/aris, lente bien definida o almendradas en Ce, Ae
y Se.
Caste/lanus, como la almena de un castillo en Ci, Ce, Ae
y Se.
Floeeus, en pequeños penachos cumuliformes con la parte
inferior rasgada en Ci, Ce, Ae y a veces en Se.
Fraetus, en pedacitos rasgados, irregulares en St, Cu.
Humilis, cúmulo con muy poco crecimiento vertical.
Medioeris, cúmulo moderadp con cimas deformadas.
Congestus, cúmulo grande completamente «Coliflor>•:
Calvus, Cb con las partes superiores empezando a con­
vertirse en fibrosas.
Capillatus, Cb con características de cirro en la parte su­
perior.

Las nubes cirrostrato (abajo), formadas por una Inversión qe la


temperatura por la mañana temprano en Marlborough Sounds, en
Nueva Zelanda, son blancas, con aspecto espigado, como de pelos.

100
ormaciones de nubes

Las· nubes se dispersan por el cielo, pero en disposiciones


y formaciones definidas. Incluso pueden existir modelos
regulares en una sola capa de nubes, indicando el compor­
tamiento de la atmósfera a ese nivel. Normalmente, la
nube formará una serie de bandas paralelas compuestas de
células nubosas ovaladas, dejando espacios claros entre
ellas o una serie de ondas largas que se mueven como los
rizos sobre las playas. En una capa de nubes superficiales,
cuando la superficie superior se enfría como consecuencia
de la irradiación, mientras la inferior se calie_nta al absorber
el calor irradiado desde el suelo, el aire de la nube se hace
ligeramente inestable y aparecen pequeñas células de
convección. Las corrientes ascendentes originan la nube
mientras las descendentes tienden a dispersarla, dotándo­
la así de una estructura celular. Bajo ciertas condiciones,
en lugar de desarrollarse un modelo de células ovaladas
con claros entre ellas, se produce la situación inversa: se
forma un modelo de células «abiertas>> en un extenso
manto de nubes, dando a cada una un aspecto rasgado y

Las redondeadas masas y los rollos de nubes altocúmulo y altostrato


suelen ser suficientemente finas para revelar vagamente el Sol que
brilla a través de las brechas dejadas en su formación abigarrada.

101
apolillado. Este efecto puede observarse tanto a pequeña
escala como en áreas de muchos kilómetros. Estos efectos
rara vez se ven desde el suelo, pero cuando se observan
desde un avión que vuela alto, resultan fascinantes. Desde
encima de la nube es posible ver con cierta frecuencia el
borde abrupto de una gran formación en capa, o contem­
plar la súbita transformación de un manto sin característi­
cas particulares, plano, en una estructura grumosa o,
incluso, con grandes protuberancias cuando ciertos meca­
nismos, como el calentamiento del suelo, modifican la
temperatura estructural de la atmósfera, llevándola de
unas condiciones estables a otras inestables.
De�de tierra es posible contemplar una nube interesante
durante el día, la llamada «nube de calle», que en algunos
casos adopta la forma de una larga línea recta de nubes
cúmulo. Cada una se forma en una célula de convección al
lado de un úriico. «punto caliente» sobre el suelo, siendo
.
arrastrada después por el movimien to del aire predomi­
nante, y dejando que se forme una nueva nube en su lugar.
El desarrollo vertical de los distintos tipos de cúmulos es
un síntoma claro del grado de inestabilidad del aire. Las
I.}ubes planas con forma de tarta indican inestabilidad y
probabilidad de buen tiempo, mientras que las de forma de
torre revelan enérgica convección y probabilidad de chapa­
rrones. Una vez que la parte alta adopta un aspecto fibroso
es señal de que ha comenzado la congelación y evoluciona
hacia una nube cumulonimbo. Entonces es probable que
.
caiga copiosa lluvia, con truenos y relámpagos. Las nubes
castellanus, que se elevan como las almenas de un castillo
-normalmente desde una base común- ponen de mani­
fiesto una inestabilidad creciente generada desde las capas
atmosféricas más que desde el suelo caliente. También
suelen ser precursoras de lluvia abundante y tronadas.
La tierra y el mar tienen efectos opuestos sobre las
formaciones de nubes. Si la tierra está más caliente que la
superfiCie marina, se formarán nubes tierra adentro, mien­
tras que el cielo permanecerá despejado sobre el mar. En
esta situación se desarrollarán grandes cúmulos sobre las
islas; este punto no era ignorado por los primeros explora­
dores marinos, incluyendo los navegantes polinesios, cuya
destreza evidenciaba un extraordinario conocimiento de
los fenómenos oceánicos y atmosféricos: la visión de una
nube les ayudaba a descubrir una isla mucho antes de que
estuviese a la vista. Inversamente, las nubes que aparecen
sólo en el mar se forman en corrientes de aire frío que
sopla desde tierra hacia un mar relativamente cálido. Las
capas inferiores de la corriente fría se calientan y se van
haciendo.cada vez más inestables, dando comienzo por fin
la convección y la formación de la nube.
'

102
El viento cambia de dirección y velocidad con la altura y, Una célula de tormenta
por tanto, las nubes convectivas suelen estar deformadas cumulonimbo vista desde el
nordeste de Montana, en USA,
en sus niveles superiores. En las latitudes templadas suelen
el 21 de julio de 1967.
asociarse,. por lo general, con vientos del oeste; tienden a
multiplicarse con la altura. Como consecuencia, los techos
de la nube se inclinan hacia adelante. En contraste, los
vientos alisios disminuyen típicamente con la altura y así,
las nubes cúmulo localizadas en latitudes dominadas por
los vientos alisios tienen una característica inclinación
hacia atrás. Las nubes cumulonimbo se extienden directa­
mente hacia la parte alta de la troposfera y el resultado de
, los vientos de alto nivel que soplan desde la principal torre
¡ de la nube cúmulo llevándose la parte alta fibrosa de la
1 nube cirro es la reveladora formación yunque. Cuando el
cinturón de lluvias ecuatoriales .es activo, coo docenas de
: inmensas nubes cumulonimbo desarrollándose cada día,
los niveles altos de la atmósfera se llenan de nubes cirro
llegadas desde los yunques.
En los últimos 20 años los meteorólogos han sacado
,

enorme partido de la tecnología de los satélites y las


, espléndidas fotografías q ue pueden proporcionar tales
observatorios orbitales. No se pueden ver las nubes indivi­
duales, pero muestran claramente los modelos de células
103
SIEMBRA DE NUBES
De forma natural, la lluvia se
origina cuando hay cristales de
hielo en las nubes; pero el
hombre ha encontrado un
mecanismo desencadenante para
producirla artifiCialmente,
ofreciendo una auténtica
esperanza a quienes viven
en las áreas afectadas por la
sequía. En la producCión de
lluvia se simulan los procesos
naturales introduciendo hielo
seco (dióxido de carbono
congelado) en las nubes. Una
alternativa más económica del
hielo seco son los· cristales de
yoduro de plata, semejantes,
físicam�_nte al primero, y que se
están utilizando últimamente·
como núcleos para la
cristalización. Los cristales
inician una reacción en cadena
que transforma rápidamente la
nube completa en nieve y
finalmente, en lluvia. Aunque el
hombre ha soñado desde
siempre con controlar el tiempo,_
la siembra de nubes a gran
escala no tiene sentido; es difíCil
controlar la cantidad de lluvia
producida. Además, la gente que
Vive en. áreas adyacentes a las
nubes sembradas podña
quejarse.

Se muestra una nube cúmulo


antes de la siembra (arriba,
derecha) y (abajo, derecha)
cayendo lluvia de ella tras un
experimento de siembra
utilizando yoduro de plata, cerca
de Wagga, en Nueva Gales del
Sur, Australia.

abiertas y cerradas, así como los enormes sistemas de


nubes. que se mueven en espiral desde los sistemas de
bajas presiones en las latitudes templadas y las característi­
cas lineales y rigurosamente blancas de los frentes fríos. En
los trópicos, aparte de los ocasionales huracanes, no se
originan nubes ciclónicas en espiral, pero se ha identificado
un cierto número de modelos de nubes característicos,
incluyendo las formas en V invertida, las células en haz y
las formaciones en coma.
104
a niebla
La uiebla está compuesta de diminutas gotitas de agua
líquida. Se forma cuando el aire se enfría por debajo de su
punto de rocío, de manera que algo del vapor de agua
invisible contenido en él se condensa y forma gotitas de
agua. Realmente, la niebla es un tipo de nube y se
diferencia de ésta sólo en la génesis; la nube se forma
cuando el aire se eleva y se enfría, mientras la niebla lo
hace cuando el aire se enfría cerca de la superficie del
suelo. El fenómeno conocido como niebla de colina es, de

na capa poco profunda de


rbulento vapor de agua se
rma sobre el río Yellowstone,
1ando el aire frío p�sa sobre
agua caliente (derecha).

hecho, una nube baja formada cuando el aire se enfría al


' elevarse para sobrepasar las tierras altas. Parece que es
niebla porque el suelo se alza a través de la nube.
La niebla de radiación es el tipo de niebla más importan­
te. Aparece sobre tierra firme cuando se enfría el aire y
sobre todo en las noches claras con brisa ligera. Acostum­
bra a form'ase sobre las superficies húmedas, tales como
los pantanos y las lagunas, o sobre un suelo todavía
"
105
mojado por la lluvia reciente. No aparece sobre �1 mar o
Jos grandes lagos porque una gran cantidad de agua
contiene normalmente calor más que suficiente para impe­
dir que el aire en contacto con ella se enfríe hasta alcanzar
el punto de saturación. Puesto que el aire frío es más .
pesado que el caliente, la niebla surge con más facilidad en
los valles que en las laderas o en las cumbres de las
colinas. En una noche clara, el tiempo en el valle pt,�ede
permanecer brumoso, húmedo y frío por la mañana tem­
prano, pero si se remonta la ladera deruna colina desapare­
ce la niebla 'de repente y es reemplazada por una brillante
luz solar. Mirando hacia atrás se pueden ver las colinas y
las montañas erguidas como islas en un enorme lago. Hay
mayor probabilidad de que la niebla haga acto de presen­
cia en noches claras, sin nubes. Si existe una capa de
nubes, ésta refleja el calor hacia el suelo y evita que la
temperatura descienda· tanto como para alcanzar el punto
de rocío. De igual forma, los vientos fuertes inhiben
también la niebla porque la turbulencia no permite el
establecimiento de una profunda capa de aire frío. En el
otro extremo, si el aire está completamente tranquilo, sólo
se llega a enfriar una capa muy delgada, lo suficiente para
que ocurra la condensación, y probablemente se forme una
capa de niebla en el suelo. Se puede ver por la mañana
temprano como una capa de aire baja, a un metro más o
menos por encima del suelo. Cualquier animal erguido
parece estar flotando, porque sus patas quedan escondidas
por la niebla.
Como .la mayor parte de los tipos de niebla, la niebla
, glacial está compuesta de gotitas de agua líquida, pero de
gotitas en un estado superfrío que se origina sólo cuando
la temperatura desciende por debajo de los Ü°C y se
congelan tan pronto como entran en contacto con la
superficie fría. Esta niebla, ahora compuesta por cristales
de hielo, es bastante rara y sólo aparece a temperaturas
extremadamente bajas. Aunque puede ser muy peligrosa,
ya que reduce drásticamente la visibilidad, el conjunto de
factores que se combinan para producir la niebla en una
noche cualquiera están tan finamente equilibrados que
siempre resuita difícil predecirlos. Un pronóstico de niebla
sólo puede especificar el área general donde aparecerá
ésta.
La niebla marina se origina cuando el aire cálido fluye
sobre un área de mar frío. Suele ocurrir en verano a lo
largo de la costa californiana de Norteamérica, donde las
corrientes marinas frías ascienden desde las zonas profun­
das del mar a lo largo de una estrecha franja paralela a la
costa. Cerca de Terranova, la niebla aparece cuando las
corrientes de aire cálido soplan al norte sobre el agua fría
106
la neblina matinal o la niebla
son frecuentes en el valle
Courmayeur, Francia,
debido a que el aire húmedo se
enfña por radiación durante las
largas noches de invierno.

107
Por debajo del punto de cargada de icebergs que flotan hacia el sur desde el Artico
congelación, las gotitas Igualmente se forma niebla en la costa este británie<
permanecen líquidas si están
cuando los vientos orientales soplan sobre el frío mar de
suspendidas en el aire, pero se
congelan. tan pronto como entran Norte, sobre todo en primavera. En contraste, la n·iebla dE
en contacto con cualquier objeto, vapor se forma por el contacto de aire frío y agua caliente
como en este manzano. Es normal en las costas de las regiones árticas.

108
a niebla

La visibilidad, distancia hasta donde alcanz� nuestra vista,


se reduce mucho por las partículas de humo, polvo o agua,
suspendidas en la atmósfera. Por ejemplo, una fina neblina
de gotitas de agua puede reducirla de 40 kilómetros más o
menos, con aire claro y seco, a 1 o 2 kilómetros. Aunque la
niebla y la neblina difieren sólo en intensidad, si hay polvo
en la atmósfera puede aparecer neblina en un día con
mucha menor humedad de la requerida para la formación
de niebla. Esto se debe a que las finas partículas forman
núcleos donde las gotitas de agua se condensan.

La neblina matinal se forma sobre los campos húmedos y los llanos


cuando el aire se enfría por radiación durante las largas noches
invernales y el aire frío desemboca en las depresiones.

109
El término calina se utiliza normalmente para describir
una suspensión de partículas sólidas en el aire, que consis­
ten en polvo o arena fina arrojados al aire por vientos
turbulentos. Las diminutas partículas de la calina pueden
recorrer un largo trayecto antes de ser expulsadas de la
atmósfera: en ciertas ocasiones, la arena del Sáhara es
transportada nada menos que hasta el norte de Europa,
doQde se deposita como fino polvo rojizo. Cuando son los
vientos alisios los vehiculadores, el polvo sahariano puede
alcanzar incluso las islas del Caribe.
El humo de origen humano es una causa más normal, si
cabe, de la formación de la calina; en muchas áreas
industriales es rara una visibilidad superior a 30 kilóme­
tros. Otra fuente de calina son los grandes fuegos foresta­
les y la combustión de rastrojos. El humo así producido
tiene un tono amarillento: ·cuando se utilizan las fotografías
de satélites se puede distinguir con facilidad de las nubes
de lluvia por su tinte característico. La calina constituida
110
El smog, el equivalente al «puré de guisantes» del
siglo XX, asfixia a San Francisco, dejando ver
única_mente la cúspide del puente.

por sales se encuentra a lo largo de las costas o en las islas


doride llegan fuertes vientos desde el océano. Además de
reducir la visibilidad enmascara los colores, haciendo que
todo parezca menos vívido.
·

El smog es una mezcla de humo y niebla; persiste más


tiempo que la segunda, es extremadamente desagradable y
tiene una serie de efectos nocivos. Como en el caso de la
niebla, las gotitas de agua se agrupan alrededor de las
partículas atmosféricas sólidas; el smog aparece con más
facilidad que la niebla normal y tarda más en desaparecer.
En otoño e invierno, principalmente cuando hay frecuentes
inversiones térmicas, puede persistir durante varios días.
Una ventilación local reducida fomenta la formación de
smog y resulta irónico que el hombre muy a menudo haya
elegido para construir sus ciudades aquellas áreas del
mundo cuyo suministro de aire es más limitado.
Hasta los años sesenta Londres era conocida por sus
densos <<peasoupers>> (<<purés de guisantes»), algunas veces
tan espesos que no se podía ver nada más allá de un brazo.
Como resultado del «puré de guisantes» particularmente
denso de diciembre de 1952, que duró 5 días, murieron
4.000 personas de bronquitis o neumonía. En diciembre de
1930 murieron 63 personas en Bélgica debidó a que los
gases venenosos que salían a borbotones de las fábricas del
valle del Masa quedaron atrapados bajo una inversión
atmosférica. Causó diez veces más muertes que las norma­
les, muchas de las cuales se atribuyeron a envenenamiento
por flúor. Durante los años cincuenta y sesenta se hicieron
arduos esfuerzos para reducir la cantidad de smog. Me­
diante la prohibición de usar combustibles que desprendan
humos en las áreas urbanas y restringiendo las emisiones
de las chimeneas de las fábricas se han obtenido algunos
éxitos eri la reducción del número de partículas atmosféri­
cas sólidas. No obstante, se siguen bombeando rutinaria­
mente a la atmósfera muchos gases tóxicos, tales como el
111
dióxido de azufre desecho de las fábricas; la cantidad de
dióxido de carbono atmosférico y monóxido de carbono de
las emanaciones de los coches a motor crece constante­
mente, sobre todo en las áreas industriales.
El smog fotoquímico es un fenómeno producido esen­
cialmente por el hombre. Se origina con total independen­
cia del nivel de humedad atmosférica, iniciándose por la
acción de la luz solar sobre las emisiones de los coches y
se trata de una mezcla de dióxido de nitrógeno, ozono y
un compuesto químico conocida como PAN (nitrato pero­
xiacilico). La combinación de estos gases causa ·irritación
ocular, tos, fatiga y es nociva también para las cosechas.
Algunos de los contaminantes contenidos en el PAN, como
el ozono, pueden recorrer distancias considerables por
aire. Por ejemplo, se ha observado que el ozono transpor-

CONrAMINACION DEL AIRE


Cuando los humos expulsados por los coches y los desechos
industriales;
. tales como el dióxido de azufre, se mezclan en el
aire y q).ledan expuestos a la luz solar, sufren una reacción
fotoquímica que conduce a la formación -de un tipo de smog
enemigo no sólo de la visibilidad, sino que produce también
daño en las plantas e irritación en los ojos. Estas condiciones
afectan a una gran parte de California (abajo) y se dejan sentir
también en muchas otras áreas industriales.

Redúcción de la visibilidad O
Daño en las plantaS O
Irritación ocular 11!!1!1
KmsO 50100150 200250

NEVADA

112
Las niebl�s er¡m más frecuéntes q�e nunca en las
,pril)cipales ciudades durante el �¡'gJo XIX y hacían la
vida mucho más incómoda (arriba).

. .
en el aire desde el corredor urbano Boston-Nueva'
daña la cosecha de tabaco' en zomi�tim alejada como
el valle de Connecticut. . ,
El smog fotoquímico se produce en las grandes ciudades
nte las grandes olas de czalor en tiempo soleado. La
concentración mundial corresponde a la ciudad
torteamericana de Los Angeles, que reúne las condiciones
>erfectas para la formación de smog: millones de coches, .
:ielos despejados y con mucho ·sol. Duraf!te los meses de : ,.
•erano, los vientos fños tienden a soplar tierra adentro
lesde el mar y producen una inversión térmica sobre la
:iudad que impide elevarse al humo, atrapando·eficazmen-
e el smog contra la cadena montañosa que· rodea !�

:iudad. El smog de Los Angeles ha llegado a constituir tin


.erio problema y se han sugerido varias propuestas, algu-
tas más bien fantásticas y poco prácticas pará aliviarlo, sin
. .
¡ue hasta ahora se haya ideado algo verdaderamente
iable.
113
Lluvia
Cada gota de lluvia se compone de aproximadamente un
millón de gotitas de nube. Estas diminutas partículas, con
un diámetro promedio de sólo 0,02 milímetros, son tan
ligeras que flotan en el aire hasta hacerse lo suficie�temen­
te grandes y pesadas para vencer la resistencia de éste y
. salir de la nube como gotas de lluvia. A pesar de las
precipitaciones ocasionales cuando hay cielos despejados,
la lluvia siempre depende de la presencia de nubes,
normalmente del tipo cumulonimbo o nimboestrato.
El proceso de formación de lluvia es más complejo de lo
que se podía penSa.r y ha desconcertado a los científicos
durante muchos años. Sin embargo, hay dos mecanismos
hoy ampliamente aceptados. El primero lo propuso en

En la mitología china el dragó


es la criatura benéfica. Es el
símbolo de la lluvia vivificante
(y también sirve como símbolo
nacional y distintivo de la lamili
real).

114
193� un meteorólogo sueco, Tor Bergeron, y después lo
desarrolló un físico alemán, Findeisen. La teoña está
basada en la observación de que muchas nubes se extien­
den hasta los niveles atmosféricos con un rango de tempe­
raturas comprendido entre 20°C y
- 40°C, y que las
-

nubes, en estos niveles, se componen de una mezcla de


cristales de hielo, gotitas c;le agua superfrías y vapor de
agua. Pero a estas temperaturas el aire ostenta una propie­
dad muy peculiar: si está �aturado respecto al agua, está
supersaturado respecto al hielo. Esto significa· que, en lo
referente a los cristales de hielo, hay demasiado vapor en
el aire. Por lo tanto, algo del vapor se congela sobre el
hielo y los cristales se agrandan. Pero este proceso reduce

Las gotas de lluvia se forman dentro de las nubes, bien por la

colisión de pequeñas gotitas que coalescen (1) o porque grandes


cristales de hielo se derriten en gotas según se van calentando (2).

115
la cantidad de vapor de agua del .aire, convirtiéndole
entonces en insaturado con respecto al agua. Por lo tanto,
algunas gotitas se evaporan para restablecer el equilibrio.
Por medio de este proceso hay una continua transferencia
de humedad desde el agua al hielo, a través del vapor, y
los cristales de hielo crecen rápidamente.· Finalmente se
hacen suficientemente grandes para. caer en forma de
nieve; durante el descenso. atraviesan el nivel de 0°C,
donde se derriten. Siguen bajando en forma de gotas de
·

lluvia.

116
Particulannente en los
países templados parecen
brotar los paraguas por
todas partes a la primera
señal de lluvia. Sin
embargo, puesto que el
aire caliente contiene más
humedad que el aire frÍo,
se produce más lluvia
a partir de una cantidad
determinada de aire·
ascendente en los trópicos
que en las latitudes
templadas.

El proceso de «Cristal de hielo» explica la mayoría de la


lluvia que cae en las latitudes templadas, pero en los
trópicos la lluvia suele proceder de nubes cálidas carentes
de cristales de hielo; así, el físico americano lrving Lang­
muir propuso un segundo mecanismo: «el proceso de
coalescencia». Las gotitas de las nubes son, en su mayoría,
muy ligeras y permanecen en suspensión aérea; pero unas
pocas pesan bastante para empezar a caer despacio a
través de la nube. A medida que descienden chocan con
otras gotitas, coalesciendo para formar gotas mayores.

117
Cuanto más gruesa sea la nube, más crecen las gotas y m
rápido caen, aunque hay un límite superior, aproximad
mente 5 milímetros de diámetro: a partir de él se deform<
y se dispersan otra vez. Las nubes muy estrechas produc1
sólo llovizna, esto es, lluvia constituida por gotitas m1
pequeñas, de hasta 1 milímetro de diámetro. Las nuh
más gruesas producen gotas de lluvia normalmente ·<
unos 3 milímetros de diámetro. La llovizna no del
confundirse con la lluvia ligera: la llovizna consiste �
gotitas diminutas, pero puede ser muy densa; en 1<
lugares donde los vientos cálidos y húmedos se elevan p<
encima de las montañas, una llovizna constante puec
producir más de 10 milímetros de precipitación al día.
El tipo de lluvia producida refleja las circunstancias E
las que se inició. Una gran masa de aire que se eleva en u
frente cálido desarrollará nubes en capa y producirá lluv
constante. Por el contrario, el aire forzado a elevar�
rápidamente en un frente frío producirá fuertes chubascc
intermitentes desde las r.ubes cumulonimbo. Una situaciéi
de convergehcia, esté o no asociada con un centro de baj�
presiones, forzará la elevación del aire, y por consiguien
producirá lluvia. De igual forma, en el lugar donde 1
vientos húmedos de una región oceánica se desplac
tierra adentro y se vean forzados a elevarse sobre una zo
Un paraguas de iabricación de tierras altas, la precipitación constituirá una caracterís
casera proporciona una ca normal del clima local, mientras que en las laderas
protección de primera clase
las montañas el tiempo será notablemente más seco.
contra la densa lluvia tropical.

118
egistros de lluvia

La cantidad de lluvia caída no es uniforme ni con respecto


al espacio ni con respecto al tiempo. En un día lluvioso
cualquiera, la cantidad de agua que alcanza el suelo puede
variar de forma notable, incluso dentro de un área relativa­
mente pequeña, sobre todo en terreno escarpado; una
localidad puede sufrir un chaparrón torrencial mientras
que un pueblo vecino permanece por completo seco.
Incluso dentro de un terreno abierto y llano, el movimiento
natural de los sistemas de nubes a través de la tierra, y el
constante desarrollo y descomposición de las células indi­
viduales dentro de las masas de n ubes pueden ocasionar
grandes variaciones de lluvia de un lugar a otro.

•Cantando bajo la lluvia•.


La clásica secuencia de
la película del mismo nombre.

119
1DDAS lAS FORMAS DE CHAPARRONES Lo5 chubascos de cosas
Los 1'emolinos y las fue.rtes corrientes de aire que producen las nubes están representados Ém el
de lluvia pueden arrastrar hacia arriba una completa gama de objetos de Col)fad Lycosthenes,
que posteriormente se depositan a cierta distancia con consecuencias Prodigiorum ac ostentórum
·alarmantes y a veces simpáticas. Hay datos recientes y creíbles de chronicon, publicado en
muchas partes del mundo de-chubascos de arañas, peces, ranas y 1557. El primero muestra una
.. gusanos, pero el más habitual es el chaparrón de lluvia coloreada: lluvia de sapos registraaa en
suele ser resultado de partículas de tierra o polvo transportadas por 1345, el segundo es Un
aire y atrapadas en las gotas de lluvia. L.a caricatura de principios del chaparrón de peces, acaecido
siglo XIX muestran un violento chaparrón (abajo)·que cumple el viejo Sajonia, en el 989, y. el último,
dicho: •llovían gatos, perros y horcas •. algo más extraño: la caída de
cruces, registrada en Sicilia en
746.

La lluvia se mide en términos de la profundidad de agua


que hubiera cubierto el suelo si no se hubiese escapado o
filtrado en la tierra nada. En las regiones templadas, un día
lluvioso '«medio» puede producir entre 5 y 30 milímetros
de lluvia.
Para asegurar los registros de precipitación se recoge la
lluvia en un receptáculo especial llamado pluviómetro.
Hay varios tipos, pero el más simple consiste en un
embudo de un diámetro de 125 milímetros o 200 milíme-

120
tros conectado por medio de un tubo estrecho con un
depósito graduado, diseñado para que el agua recogida no
se evapore. Las paredes internas del embudo son verticales
para evitar que el agua salpique hacia el exterior y el borde
externo doblado o, a veces, horizontal para impedir la
entrada de agua fuera de su área de captación. Entre los
modelos más perfeccionados se encuentra el tipo de
cubeta inclinable, donde la acumulación de lluvia en el
recipiente hace subir un flotador y activa un punzón, que
traza un registro permanente y continuo sobre un papel
milimetrado sujeto a un tambor que gira conducido por un
reloj. Cada vez que el envase está lleno de agua se inclina
y vacía automáticamente, manteniendo la continuidad del
trazo.
Para obtener medidas fiables, el pluviómetro debe colo­
carse lejos de árboles o edificios que sirven de obstáculos,
distorsionando el flujo del aire y que pueden reducir la
cantidad de agua que alcanza el instrumento. Tampoco
debería estar colocado· en un lugar demasiado abierto
porque se pueden formar remolinos por el prbpio pluvió­
metro cuando los vientos son fuertes, arrastrando las gotas
fuera de la boca del embudo y perturbando las lecturas. Es
virtualmente imposible obtener registros exactos de la
lluvia. No obstante, cuando se utilizan los registros men­
suales de la lluvia y se hace el promedio entre varios
pluviómetros colocados en la misma área, el resultado
es aceptable estadísticamente y tiene muchas aplicaciones
prácticas.
La lluvia es de máxima. importancia para el hombre, ya
que proporciona prácticamente ·todo el agua que utiliza­
mos para el consumo, para las tareas agrícolas y para los
procesos industriales. Afortunadamente, aunque cae de
forma muy irregular, se filtra en el suelo, que actúa como
una esponja gigante igualando el suministro exterior. Pero,
como la población aumenta, el crecimiento de los grandes
complejos urbanos y las actividades tales como la irriga­
ción hacen necesarios depósitos de agua adicionales para
facilitar el suministro. En muchos países se han construido
embalses en los principales ríos para retener durante
meses un gran volumen de agua que, de otra forma, se
dispersar:ía por tierra y mar en cuestión de días o semanas.
En algunas partes del mundo, por ejemplo en el sur de
California, donde la lluvia no puede satisfacer todas las
necesidades, se conduce el agua mediante tuberías desde
su lugar de origen a cientos de kilómetros, y en ciertas
áreas costeras muy áridas se ha demostrado que la
desalinización del agua del mar es una alternativa viable,
aunque cara, para el suministro de agua potable para el
consumo.
121
Uso de un pluviómetro
para medir la lluvia caída en el
Observatorio de París, Francia, U

En áreas donde la lluvia está restringida a una estación,


por lo general muy dispersa a lo largo del año, la gente
ajusta sus necesidades de acuerdo con esto y hay una
conciencia general de la necesidad de conservar estos
suministros. En otras partes del mundo, en particular
Europa y el norte de los Estados Unidos, la lluvia acostum­
bra a ser tan abÚndante que hay poca moderación en la
utilización- del agua. Consecuentemente, los efectos de la
sequía pueden azotar duramente a estas áreas urbanizadas
de población densa. En la mayor parte de Europa, y
durante casi todo el tiempo comprendido entre mayo de
1975 y agosto de 1976 .llovió mucho menos de lo normal.
Durante los últimos tres meses de este período se secaron
los embalses, las cosechas se perdieron en un porcentaje
sin precedentes, el ganado tuvo que ser sacrificado por
122
falta de hierba y agua potable; los suministros domésticos
de agua se racionaron estrictamente. Fue un doloroso
recordatorio a millones de personas de lo verdaderamente
vital del agua.
Aunque la escasez de agua en el período 1975-76 fue
molesta y acarreó pérdidas financieras en ciertas parcelas
de la agricultura, su efecto no tiene punto de comparación
con las sequías asesinas que afligen algunas zonas del
mundo. En el norte de Australia, y partes del sur de Africa,
América del Sur, América Central y Asia, la sequía total o
parcial es un hecho cotidiano. Pero quizás en ningún lugar
la sequía ha hecho acto de presencia con tal crueldad
como en ciertos lugares del centro y el norte de Africa en
años recientes. En. la región del Sahel y a través del Sudán,
Etiopía y Somalia, ha devastado poblaciones humanas en
una escala no imaginable en el templado mundo occi­
dental.
En muchas sociedades postradas por la sequía, las ce­
remonias para la producción de lluvia tienen un significa­
do especial. Quizás algún día la tecnología nos haga capaces
de obtener resultados algo más posi-tivos. Para ser exactos,
la lluvia ya se puede crear artificialmente, pero el proceso
es caro y todavía está lejos de ser seguro; en lo referente a
la modificación del tiempo a medida de la humanidad
tiene una historia larga y pintoresca. Aunque todavía nadie
ha conseguido establecer las técnicas exactas para la
· fabricación de nubes que, en lugar de atravesar un área
determinada sin descargar, depositen sobre ella su carga,
no hay duda de que se puede estimular la producción de ·

lluvia en las nubes mediante la introducción de partículas


microscópicas a modo de semillas sobre las cuales puedan
qesarrollarse las gotitas de hielo o agua.

123
Arco rrrs

El arco iris, considerado por muchos como el más hermo­


so de los fenómenos ópticos atmosféricos, ha inspirado a
los poetas y compositores de todas las culturas y todas las
épocas. Entre muchos pueblos se venera como símbolo
divino que representa el puente entre la Tierra y los cielos
o un vínculo entre el mundo real y el espiritual. Los indios

124
.
' .

Pueblo del sudoeste de los Estados Unidos creían que el


arco iris era el medio .del que se sirvieron sus antepasados
para llegar a la Tierra desde el «mundo infernal». Según la
Biblia, libro del Génesis, Dios creó el arco iris como
recordatorio de Su promesa de no enviar otro diluvio que
inundase la Tierra: «Pongo mi arco en las nubes para sellar

El arco iris,
observado desde un avión,
aparece superpuesto
sobre el mar.

125
Si durante la aparición de un
arco iris el observador estuviese
suspendido en el aire, la luz que
viese reflejarse por detrás del
chubasco emanaña del cielo
entero y formaña, por tanto, un
círculo completo.

Lluvia

mi pacto con la Tierra; cuando cubriera Yo de nubes la


Tierra, aparecerá el arco y me acordaré de mi pacto con
vosotros y con todo viviente y no volverán las aguas del
diluvio a destruir toda carne». También se considera el
arco iris como un signo de buena suerte, un símbolo que
marca el camino hacia el mítico vellocino de oro en su
base. Si se es capaz de alcanzar tan sólo el extremo del
arco iris, to,do saldrá bien. Una condici.ón bastante cautelo­
sa, como uno esperaña de un dicho que ha perdurado
durante siglos; teniendo en cuenta que con la misma
rapidez con que un observador .se aproxima al arco iris
éste se aleja de él, ya que naturalmente carece de entidad
física: es un efecto óptico, una imagen en el ojo del
espectador en un momento y lugar determinados. Incluso
dos personas de pie, una al lado de la otra, no «Ven» el
mismo arco iris, aunque puedan dar descripciones idénti­
cas de las impresiones visuales que el fenómeno ha
producido en ellos.
126
La luz que incide en una gota chubasco ve estos colores
de lluvia atraviesa directamente, reflejados por detrás de las gotas
excepto en los bordes, donde la de lluvia. De cada gota sólo se
superficie de la gota forma un ve el color que se refleja
ángulo agudo con la dirección precisamente en ángulo recto
de luz del Sol y actúa como un hasta entrar en su ojo y, por lo
prisma, desdoblándola (luz tanto, verá una serie de colores,
blanca) en sus colores cada uno reflejado por detrás de
constituyentes. Un observador diferentes gotas.
situado entre el Sol y un

Cuando la luz atraviesa un medio de densidad variable1 o


pasa de un medio a otro de diferente densidad (por
ejemplo, del aire caliente al frío o del aire al agua, o del
agua a un cristal) se altera la velocidad del rayo de luz y el
rayo se dobla o se <<refracta». Bajo ciertas condiciones esto
resulta en un desdoblámiento del rayo de luz blanca en
bandas de colores -rojo, naranja, amarillo, verde, azul,
morado y violeta-. El arco iris es el resultado de uno de
estos acontecimientos. Un observador de pie y de espaldas
al Sol que contemple un chaparrón, ve el arco formado
por la luz que atraviesa las gotas individuales de lluvia,
donde. se refracta, se disocia y se refleja hacia su ojo. El
arco común, o «primario», rojo en la cara externa y violeta
en la interna, se forma en las gotas de lluvia, situadas en
ángulo de aproximadamente 24 grados respecto a una
1
línea imaginaria que se dibuje desde el Sol hasta un punto
sobre el suelo delante del observador y que atraviesa el ojo
de éste -un punto que es también el centro del arco-. Si

127
/

el Sol está muy cerca del horizonte, el arco formará un


seÜlicírculo; cuanto más alto está el Sol en el cielo, tanto
más plano será el arco, y si el Sol supera los· 42 grados
sobre el horizonte, no se verá arco iris alguno. Por tanto,
los arcos iris se ven con más frecuencia por la mañana
a primera hora y a última de la tarde, cuando el Sol está a
punto de esconderse detrás del horizonte.
La curvatura de la Tierra restringe, por supuesto, él arco
iris a un semicírculo en el mejor de los casos, pero los
pasajeros de un avión que vuele entre el Sol y un chapa­
rrón tienen algunas veces la fortuna de ver el arco iris
como un círculo completo; se trata de un espectáculo
verdaderamente poco común.
En ocasiones aparece un arco iris secundario, por fuera y
encima del arco iris primario. Es siempre más tenue, la
secuencia de colores está invertida y el ángulo subtendido
es de aproximadamente 52 grados. Este arco se form9 por
la refracción y una doble reflexión del rayo de luz dentro
de la gota de lluvia. Alguna que otra vez se ven otros arcos
iris todavía más secundarios, llamados «supernumerarios», y
en muy raras ocasiones los espectadores han visto hasta
cuatro supernumerarios sobre el arco iris primario y tres o
cuatro sobre el secundario (en las páginas 75-83 se descri­
ben otros efectos ópticos originados por la reflexión y la ·

refracción de la luz en las gotitas de agua y en los prismas


de hielo).
Ciertos lugares son famosos por la frecuencia de sus
arcos iris: uno de ellos es Honolulú. Al nordeste de la
ciudad se alza una cadena montañosa que origina densas
lloviznas casi constantes, mientras que el cielo en el
sudoeste está despejado y el sol verpertino luce brillante-

Fonnaclón de un arco iris,


de Mathematica/
Elements of Natural Phi/osophy
Confirmed by Experiments,
1747.

128
El arco iris visto desde el suelo adopta la forma de un semicírculo en
el cielo.

mente, produciendo espléndidos arcos iris sobre las coli­


nas. A _veces, cerca de la puesta o salida del sol, una luz roja
domina en el cielo y el arco iris, que no puede manifestar
su gama completa, cede su lugar a un dramático arco rojo.
Los más espectaculares aparecen cuando la luz solar se
refracta en gotitas de lluvia grandes; cuando las gotas son
pequeñas la separación de los colores en el arco iris es
escasa.

129
Inundaciones

La mayor parte de las inundaciones se producen porque


llueve excesivamente en un período demasiado corto. Pero
la gravedad de una inundación está además determinada
por algunos otros factores: la situación del terreno, la
naturaleza de la superficie, la cantidad de agua que
existiese ya en el suelo y si éste está o no congelado. Entre
las más graves se encuentran las «inundaciones repenti­
nas», posibles cuando en un área relativamente pequeña y
en un espacio de tiempo muy breve una tormenta descarga
gran cantidad de lluvia. Las inundaciones repentinas son

EL DILUVIO UNIVERSAL
La inundación con que asociamos el Arca de Noé probablemente
fue una de las muchas que devastaron la región del Tigns­
Eufrates --el lraq de hoy-' durante el cuarto milenio antes de
Cristo. �e han obtenido pruebas, en .las excavaciones
arqueológicas llevadas a cabo en Ur. durante los años 30, de que
se produjo al menos una inundación principal: entre las capas de
tierras que contenían barro, ladrillos, cenizas y cerámica había
una delgada capa de arcilla.

130
Lynmouth, en Devon, Inglaterra, en el ño más importante de la
quedó devastado por una gran región se desbordaron y
inundación el 15 de agosto de arrastraron grandes piedras
1952. Después de las -algunas pesaban varias
torrenciales lluvias acontecidas toneladas-- que destruyeron los
en las proximidades de Exmoor, puentes, carreteras y casas que
los arroyos que desembocaban encontraban en su camino.

131
acontecimientos raros, pero que pueden suceder en cual­
quier lugar, incluso en los desiertos más secos. En Calama,
Chile, no había llovido en más de 400 años y el 10 de
febrero de 1972 sufrió una torrencial tempestad de lluvia,
causante de inundaciones catastróficas y cientos de des­
prendimientos.
Los ríos y los desagües pueden dar abasto durante los
acontecimientos normales, pero, con frecuencia, no duran­
, te los excepcionales. Incluso en las ciudades donde las
tormentas son hab ituales y los desagües están construidos
para soportar las avenidas, una supertormenta repentina
resultará demasiado. Los desagües desbordados y los
torrentes de agua causan grandes daños, incluso pérdidas
de vidas. Londres sufrió las lluvias más copiosas que se
recuerdan el 14 de agosto de 1975, cuando cayeron 170
milímetros de agua en aproximadamente tres horas. Los
coches flotaban calle abajo, las alcantarillas estallaron y los
cimientos cedieron, causando grandes daños a las propie­
dades. A pocos kilómetros se registraron sólo 10 milíme­
tros. Una tormenta similar afectó a la ciudad de Laingsburg
en el borde del desierto Karroo, el 25 de enero de 1981;
cayeron más de 250 milímetros en menos de 12 horas,
transfoFmando el lecho seco del río Búfalo en un violento
torrente que lanzó una ola de lodo a lo largo del pueblo,
sumergiendo casi las tres cuartas partes de éste. Los
efectos de una inundación repentina son todavía peores en
un terreno montañoso, donde los estrechos barrancos y
valles canalizan el caudal de la crecida, a menudo con
resultados devastadores. Una de estas tormentas azotó el
Gran Cañón Thompson, en Colorado, el 31 de julio de
1976, descargando en esta área 250 milímetros de agua,
más de la mitad del promedio normal en un año, en unas
pocas horas. El agua irrumpió en el cañón, barrió las
carreteras, los edificios, los coches y el ganado. Fueron
rescatadas alrededor de mil personas por medio de heli­
cópteros; más tarde se recuperaron 139 cadáveres entre el
fango y las ruinas.
Normalmente los sistemas grandes de bajas presiones de
movimiento lento son los responsables de las grandes
tormentas. Las tormentas tropicales son las principales
productoras de lluvias copiosas, pero incluso los sistemas
de bajas presiones de las regiones templadas pueden
ocasionar alguna vez largos períodos de lluvias torrenciales
capaces de producir inundaciones. En septiembre de 1968
se estancó un sistema de bajas presiones en el Canal de la
Mancha mientras que a su alrededor fluía una corriente
continua de aire húmedo y cálido que, ascendiendo, liberó
su carga de humedad en el sudeste de Inglaterra. En
algunos .lugares cayeron más de 200 milímetros en tres
132
Venecia,· en el norte de Italia, se inundó después que el río Arno se
desbordara el4 de noviembre de 1966. Fue consecuencia de un mes
de lluvias casi continuas.

días -no mucho si se compara con una inundación, pero


el suelo estaba ya saturado después de un verano lluvioso
y las aguas cubrieron tres distritos-. Gran parte del agua
desembocó en el río Mole, que se desbordó, convirtiendo
las calles en arroyos y depositando gruesas capas de lodo a
lo largo de las áreas densamente pobladas - del sur de
Londres.
En noviembre de 1966, una serie de circunstancias se
combinaron para producir una terrible inundación en
Florencia, cuando el Amo reventó sus márgenes y destruyó
o dañó seriamente cientos de obras de arte. Las inundacio­
nes fueron consecuencia de las abundantes lluvias caídas
en el norte de Italia, de los fuertes vientos cálidos que
produjeron el deshielo de la nieve en l_os Dolomitas y el
efecto de canalización de los estrechos valles de montaña.
133
Los rickshaws transportan a la gente a través de las inundadas calles
de Dacca, Bangladesh, en agosto de 1974. Esta parte del mundo es
probablemente una de las. más susceptibles a las grandes inundaciones.

Los rápidos ños montañosos arrastraron a su paso grandes


depósitos, entre ellos voluminosos cantos rodados y arroja­
ron esta carga destructiva sobre los pueblos de las tierras
bajas con resultados desastrosos. En esa misma época
hubo inundaciones en muchas más partes de Italia, indi­
cando que el responsable· había sido un sistema atmosféri­
co a gran escala .. Pero una de las inundaciones mundiales
más extensas. la ocurrida en Colombia en 1985,no se debió
a la lluvia, sino a la·fusión de la nieve.
Las inundaciones causan sufrimientos, destrucción y
penuria todos los años incluso en zonas donde acontecen
regularmente y constituyen un rasgo cnormah• de la esta­
ción de lluvias. Aunque mucha gente piensa en las inunda­
ciones en términos meteorológicos --el resultado de de­
masiada lluvia en un peñodo de tiempo muy corto-,
·

técnicamente las inundaciones se clasifican como fenóme­


nos hidrológicos, asociados con el movimiento del awa
sobre la tierra.

134

1eve
Los cristales de nieve se forman en las nubes en capa a
temperaturas de entre· -20°C y -40°C. Primero se
constituyen delgados cristales de hielo sobre los núcleos de
polvo atmosférico. El aire de la nube está supersaturado
con respecto al hielo, por tanto el vapor se condensa
inmediatamente sobre el cristal incrementando su. tamaño.
Al mismo tiempo, las gotitas de agua en la nube se
evaporan en un intento de restablecer el equilibrio,
aportando un continuo suministro de vapor para el creci­
miento ulterior del hielo. Existen varias formas naturales
de cristales. Los altos cirros están principalmente com­
puestos de prismas con una longitud de aproximadamente
0,5 milímetros, con espacio� huecos; los cirrostratos trans­
portan principalmente prismas cortos y sólidos, los altos-

2 3

• ••
• •

La forma y tamaño de los cristales de nieve están determinados ¡;¡or la


temperatura bajo Ü°C, la altura y el grado de saturación de la nube; los
prismas se forman a temperaturas bajas (1), y los copos a.altas (2, 3).

135
La nieve seca ha penetrado
rompiendo los cristales de
la ventana y originando una
tormenta de nieve,
en el sentido literal de
la expresión, dentro.

tratos tienen una mezcla de pr:ismas y delgadas placas


hexagonales, y las nubes de niveles inferiores tienen
cristales de tamaños y formas variables.
Los experimentos de laboratorio cuyo propósito es
investigar cómo crecen los cristales de hielo han demostra­
do que la forma de éstos depende de la temperatura y
grado de saturación de la nube, y que cambios muy ligeros
pueden tener un notable efecto en la forma de los cristales.
Los cristales de hielo son relativamente pesados: tienden a
136
caer a una velocidad aproximada de 50 centímetros por
segundo. Su tamaño crece según bajan. Si caen desde la
nube en el aire seco, se pueden evaporar. Si caen por
debajo del nivel de Ü°C, se derriten en lluvia; pero si
alcanzan el suelo intactos, se les denomina nieve. Por lo
tanto, la nieve puede tomar varias formas físicas: estrellas,
láminas, prismas o agujas. Los cristales en aguja necesitan
aire húmedo para aparecer, mientras los cristales en
láminas crecen, aunque lentamente, cuando el aire está
137
Las condiciones ideales para esqu
incluyen nieve ligera, seca y
no compacta -<lenominada por 1
esquiadores como •nieve polvo>--.
Sin embargo, esta nieve se suele
licuar pronto y congelarse después
formando la densa •nieve granular

seco y rápidamente cuando está húmedo; los cristales de


hielo columnares se forman en el aire seco y los dendríti­
cos, en forma de estrella, nece5itan siempre un ambiente
moderadamente húmedo. Estas formas de los cristales de
hielo son el resultado de complejas secuencias de evapo­
ración, condensación y deposición en el microambiente
que rodea al cristal.
·

Sin embargo, la nieve no cae normalmente en forma de


cristales individuales sino como copos de nieve formados
cuando los cristales se humedecen, colisionan y luego se
congelan otra vez juntos. Esto sucede de forma más clara a
temperaturas bastante «altas» -alrededor del punto de
congelación-. A temperaturas inferiores no se produce la
agregación, ya que los cristales están secos. Los copos más
grandes, por encima de 6 centímetros y compuestos de
cientos de cristales individuales, se forman entre O y zoc.
Si las temperaturas suben, los copos se derriten, convir­
tiéndose en lluvia o en nieve semiderretida, conocida como
«aguanieve». El hecho de que las nevadas más copiosas
tengan lugar cuando la temperatura está en las inmediacio­
nes de los ooc hace muy difícil el pronóstico. Un ligero
cámbio de temperaturas puede suponer la diferencia entre
una densa nevada y una copiosa lluvia. De hecho, en
138
muchos casos, la precipitación comienza en forma de
lluvia, con una temperatura de 3 a 4°C, pero a medida que
ésta se evapora en el aire insaturado de debajo de la nube
capta el calor latente, enfriando así el aire lo suficiente para
alcanzar el suelo como aguanieve. A la inversa, la nieve
puede caer casi hasta el nivel del suelo antes de derretirse
y precipitarse como lluvia. Tal posibilidad viene ilustrada
por el hecho de que en las calles de Nueva York llueva
mientras que los guardas de seguridad situados gene­
ralmente en la terraza. del Empire State se lanzan bolas
de nieve.
Toda la precipitación de las latitudes polares, gran parte
de las templadas y algo de los trópicos es nieve al
principio, pero se convierte en lluvia a medida que atravie­
sa los niveles calientes de la atmósfera. Para que la nieve
persista hasta el suelo, la temperátura no debe ser superior
a 2°C. El granizo suave puede alcanzar el suelo a tempera­
turas tan altas como 6°C porque cae más rápido que los
copos de nieve. Pero, aparte del factor temperatura, las
condiciones para que nieve son las mismas exigidas para
que llueva: el requisito fundamental es un movimiento de
aire hacia arriba producido por un área de bajas presiones,
por la convergencia de las corrientes de aire o por la
barrera física de una cadena montañosa. El aire caliente
retiene la humedad más que el frío, por lo tanto hay más
probabilidad de una copiosa nevada cuando la temperatu­
ra está cerca del punto de congelación que a temperaturas
extremadamente bajas. A veces se dice que «hace demasia­
do frío para que nieve», pero esto nunca es estrictamente
cierto. Sin embargo, como la mayoría de los dichos
populares, refleja una situación característica: el frío inten­
so es típico de las noches despejadas; si la nieve fuese
inminente, primero aparecerían las nubes y como conse­
cuencia. se elevaría la temperatura.
Suele nevar más en las zonas con temperaturas inverna­
les más bajas, generalmente en el interior de los grandes
continentes. En las regiones marítimas, la nieve es menos
común, pero cuando cae puede hacerlo muy abundante- .
mente debido a las grandes cantidades de agua transporta­
da tierra adentro por las masas de aire caliente oceánicas.
Ciertas demarcaciones, como el sur y el este de los
Grandes Lagos de América del Norte, son particularmente
propicias a nevadas copiosas; en estos lugares, el aire
continental seco del nordeste recupera la humedad y el
calor a m'edida que atraviesa los lagos, inestabilizándose.
Al alcanzar la costa se remonta forzado por una cadena
de colinas bajas o porque se ha sobresaturado después de
pasar sóbre los lagos y descarga esta humedad en forma de
nevada abundante.
139
Ventiscas

Una tormenta de nieve puede ocasionar el caos en el


tráfico roqado y hacer extremadamente difíciles las ac­
tividades extradomiciliarias, sobre todo para Jos granje­
ros y otras personas que dependen del buen tiempo. Sin
embargo, una ventisca es un fenómeno mucho más violen­
to: combina vientos muy fuertes, temperaturas bajas y fina
nieve en polvo que reduce la visibilidad a cero. Las
ventiscas de nieve fina han demostrado ser tan ·mortíferas
como un humo asfixiante. Algunas personas fallecidas en el
transcurso de una ventisca han muerto de asfixia: sus
pulmones quedaban obstruidos por la nieve.
Las tormentas de nieve y las ventiscas son habituales en

Eliminación de la nieve de una pista de aterrizaje del aeropuerto de


Aberdeen (Escocia), utilizando una máquina gigante. Debido a que el
tiempo es poco predecible, las autoridades de todas las ciudades del
mundo suelen estar desprevenidas frente a las nevadas. El resultado es
el caos.

El 20 de enero de 1978, en
Nueva York, cayeron más de
350 milúnetros de nieve en 24
horas. La ventisca paralizó la
ciudad. Por ejemplo, en el
centro de Manhattan
los coches no podían utilizarse
ya fuera porque era imposible
conducir a través de la gruesa
capa de nieve o porque sus
motores estaban congelados.

140
Canadá y en el norte de los Estados Unidos. En el invierno
de 1977-78 se registraron 18 de estas graves tormentas en
"Illinois, causantes de la muerte de 62 personas y de heridas
a más de dos 'miL Y en marzo de 1888 una ventisca que
duró más de sesenta horas enterró la ciudad de Nueva
York, dejándola incomunicada con el resto del mundo
durante dos días. Una de las peores ventiscas británicas
azotó el sudoeste de Inglaterra en 1891, cuando, después
de un febrero suave, se instaló un sistema de bajas
141
presiones procedente del golfo de Vizcaya, cayendo la Tormenta de nieve sobre Fleet
Street de Londres, en la noche
presión rápidamente. El aire cálido cargado de humedad
del 18 de enero de 1881.
del Atlántico se elevó sobre el aire frío de un fuerte viento
que soplaba con dirección este a través del sur de Inglate­
rra, y descargó su humedad en forma de nieve. Enormes

cúmulos de objetos bloquearon las carreteras y líneas de·


ferrocarril, el viento arrancó los árboles y perecieron miles
de animales.
En países montañosos, las tormentas de nieve y las
ventiscas pueden generar condiciones tan severas como
las árticas y en muchas ocasiones grupos de montañeros y
alpinistas se han perdido, a veces con resultados trágicos,
debido al desconocimiento del tiempo de montaña. La·
confusión originada por el viento y la nieve crece debido a
la existencia de las condiciones «blancas» que hacen indis­
tinguible el cielo de la tierra y, contribuyen a que el
caminante pierda todo sentido de orientación.
El lugar donde se ha registrado mayor cantidad de nieve
caída en· el mundo es el pequeño refugio de Paraíso, en el
Parque Nacional de Monte Rainier, al nordeste de los
Estados Unidos. En el invierno de 1971-72 se registraron
un total de-31 metros de nieve. Las paredes del refugio se
han reforzado con. grandes vigas internas para evitar que
reviente durante el invierno.
La nieve que cae cuando hay temperaturas próximas a
los Ü°C y poco o nada de viento es suave y ligera, porque el
aire la retiene, y muy blanca, por la alta proporción de luz
incidente que refleja: amontonada en los setos, los tejados
y las ramas es un hermoso espectáculo, especialmente si
brilla el sol. Por el contrario, la nieve que cae cuando el· Esquiando en la S• Avenida de
tiempo es muy frío es seca, pulverulenta y menos propensa Nueva York, USA, en enero
de 1978. Los inviernos de
a permanecer sobre los salientes. Si la nieve flota en el
1976·77 y 1977-78 llevaron
viento, los cristales se fragmentan, produciendo una masa fuertes ventiscas y condiciones
más compacta. El manto también será menos uniforme, árticas al este de los Estados
sólo una fina capa en campo abierto, donde el viento es Unidos, que hicieron de ellos los
fuerte, pero formando grandes masas compactas al refugio más duros del siglo.

de los obstáculos y los huecos como los dejados por los


cortes de las vías.
En las áreas continentales, donde suele haber bajas
temperaturas y abundante nieve, ésta es eliminada de las
carreteras con grandes máquinas que fundonan como
enormes aspiradoras. En las regiones marítimas, sin em­
bargo, las densas nevadas, aunque más insólitas, también
son más devastadoras. Se suele censurar a las autoridades
por estar mal equipadas, pero el problema es ia propia
nieve: acostumbra a ser blanda, y la nieve blanda es difícil
de eliminar. Las grandes acumulaciones tienen que desen­
terrarse laboriosamente con máquinas quitanieves o palas
mecánicas.
142
Existen varios factores que influyen en el período de
tiempo durante el cual la nieve permanece sobre el suelo.
Tan pronto como la temperatura supera los ooc ocurrirá
el deshielo, que los vientos cálidos o la lluvia acelerarán.
Sin embargo, mientras el suelo siga estando congelado, un
deshielo rápido supone serios riesgos de inundación. La
nieve también puede desaparecer por sublimación, es
decir, por evaporación directa desde el estado sólido a
vapor, sin pasar por el estado líquido. Ello ocurrirá durante
un largo intervalo seco y frío.
El carácter de la nieve empieza a cambiar nada más caer.
Si la temperatura del aire está por encima del punto de
congelación o si hay sol, la superficie externa de la capa de
nieve se derrite algo; luego, cuando la temperatura des­
ciende bajo el punto de congelación por la noche, el agua
se vuelve a congelar y la nieve genera una corteza dura
pero frágil. Si la nieve persistiese, se comprimiría y se
manchaña con algas, se teñiña con el polvo atmosférico.
En muchas áreas árticas y montañosas es posible que
persistan grandes extensiones de nieve durante el verano.

143
Avalanchas

Con independencia de dónde pueda caer la nieve, el


hombre encuentra casi siempre alguna f9rma de usarla
para sus propios fines. Por un lado tiene n:¡gdios para
adaptar su estilo de vida a un desierto paralizado por la
nieve y, por otro, ha establecido las bases de una enorme
industria que proporciona centros de esquí a las enormes y
ampliamente urbanizadas poblaciones de Europa y Améri­
ca del Norte.
De todas las posibles actividades deportivas, esquiar es,
con mucho, la más importante. De origen noruego, donde
se utilizaba únicamente como un práctico medio de trans­
porte individual, se ha extendido durante el siglo pasado a
casi todo el mundo. Además de los principales centros de
esquí en las cadenas montañosas de los Alpes y las
Rocosas hay prósperos centros en Escocia, Australia, Nue­
va Zelanda -y casi en cualquier lugar donde nieve-.
Incluso Hawai tiene una pequeña industria de esquí en la
montaña Mauna Kea, que se cubre de nieve muchos
inviernos.
Para muchas áreas. la del esquí es la principal i�ustria:
cuando no nevó en Colorado durante 1977, las líneas
aéreas, hoteles y otros servicios sufrieron cuantiosas pérdi­
das financieras.
Pero la nieve en las áreas montañosas tiene su propio
peligro inherente: las avalanchas. Las principales ocurren
en los Andes, Himalaya y las montañas de Alaska, pero el
mayor peligro para la vida humana y las propiedades se
encuentra, sin duda, en los Alpes, donde toda la región ·

está densamente poblada, sin excluir, por supuesto, los


vulnerables valles. Las avalanchas tienen lugar en las
laderas con inclinación generalmente mayor de 22 grados
y pueden iniciarse por un aumento de temperatura, una
fuerte ráfaga de viento o incluso un ruido ·intenso. Hasta el
osado esquiador solitario que se desliza por una pendiente
donde la nieve está a punto de desprenderse puede iniciar
un movimiento de masas completo.
Una avalancha puede enterrar un pueblo entero en unos
segundos -su fuerza arranca árboles y destruye edificios
como si estuviesen hechos de barro-. Hay pocas medidas
preventivas susceptibles de adopción, aunque los sistemas
de avisos han alcanzado un alto grado de éxito, salvando
144
• "

FORMACION DE UNA
AVALANCHA
Una avalancha es resultado de . ... ·: . ..... ... "" .. .
una irresistible tensión ejercida
Cap;t·d.:-·.:·:� ·::·:; :• :
·.•

nieveoflo;;., ·:. • •-. ; •.•


sobre una capa de nieve frágil. ..· .: ·:. .:� ..
.· .

El manto de nieve acostumbra


componerse de estratos de
.:...:··· .. •:· ...
·: ...: .
distinta solidez;· aquí, una capa
de nieve floja se intercala entre
otras más compactas: éstas
hacen a la primera susceptible
de grandes tensiones internas.
Capa de nieve fresca
Una nevada añade peso a la
superior, incrementando la
presión hacia abajo (1). En
1
consecuencia, la tensión dentro
de la capa más suelta sobrepasa
su fuerza intrínseca, aparece una
fractura (2); quizás disparada
por el peso de un esquiador, se
extiende hacia a_bajo y los lados,
y de repente una enorme
plancha de nieve se escapa y se
precipita hacia la base de la
ladera; se deja detrás un corte
neto, como un escalón. A
medida que la plancha cae bajo
la fuerza de la gravedad tiende a
fragmentarse.

huchas vidas. En algunas áreas se utilizan las explosiones


ontroladas para dar comienzo a pequeñar avalanchas
¡onde las zonas nevadas están empezando a inestabHizar­
e, preveniendo, por tanto, un alud posiblemente catastró­
co más tarde. La repoblación forestal. y la edificación de
structuras desviantes no son medidas eficaces: una gran
valancha las derribará y, peor todavía, arrastrará los
�stos pendiente abajo convirtiéndolos en arietes.
En las regiones montañosas las cornisas son un peligro
dicional: una masa de nieve compacta que sobresale
orizontalmente como una ola, formada donde el viento
:>pla y se arremolina sobre la cima. Estas .estructuras

145
resultan muy peligrosas para los alpinistas porque pueden
desprenderse en cualquier momento. Son, por lo tanto,
otra causa potencial de avalanchas. Las comisas no sólo se
encuentran en las montañas: el 1836 se desarrolló una
sólida comisa en el borde de un desfiladero en Sussex,
Inglaterra, que acabó por desplomarse estrellándose cerca
de una hilera de casas. La masa de nieve estalló debido a la
compresión de las bolsas de aire de su interior; las casas se
elevaron del suelo y se derrumbaron, matando a ocho
personas en total.

La avalancha, mostrada en movimiento, se inició por un esquiadc


que perturbó el delicado equilibrio de. la nieve sobre la ladera de 1
montaña; la fotografía está compuesta de otras cuatro tomadas en
rápida sucesión, como queda patente por el avance del esquiador.
El resultado del acontecimiento se muestra (arriba).

146
147
Copos y cristales

La forma más común de precipitación helada es el copo de


nieve -una estructura compuesta por muchos finos crista­
les de hielo hexagonales que se han congelado juntos--.
Algunos cristales son como estrellas plumosas, otros tienen
una estructura más parecida a una lámina, pero ninguno es
nunca idéntico a otro.
Wilson Bentley (1865-1931), granjero de Vermont, que­
dó fascinado con los cristales de nieve y los estudió
durante toda su vida. Tomó fotografías de más de 5.000
copos, utilizando un microscopio, y publicó una colección
de 2.500, basadas en sus estructuras. Durante los meses de
verano medía el tamaño de las gotas de lluvia, y en 1904
sugirió que la lluvia podía generarse de dos formas distin­
tas -una de ellas, a partir de los copos--. Aunque hoy
esta idea es ampliamente aceptada, por desgracia los
científicos de la época ignoraron a Bentley.
La combinación de bajas temperaturas y. precipitación
puede producir varios efectos. Uno de ellos es el «granizo
suave», también conocido como «bolas de nieve» y que
consiste en granos blancos y opacos de hielo, cuyo
diámetro está entre 2 y 5 milímetros, que caen muy
déprisa y rebotan en el suelo. El granizo suave e.s una
forma de precipitación común de las nubes cumulonimbo'
que se desarrollan en las corrientes de aire polares inesta­
bles durante la primavera y el invierno. Se origina por la
colisión de los cristales de hielo y las gotitas de agua
superfrías. Otra forma se conoce como «granos de nieve»,
mucho más pequeñas que las bolas de nieve, generalmente
menos de 1 milímetros de diámetro, y por lo general
planos o alargados. Consisten en pequeñas agujas de hielo
o cristales de nieve revestidos de escarcha. Son el equiva­
lente congelado de la llovizna y se asocian a nubes estrato
superficiales o niebla congelada.
A temperaturas muy bajas, las gotitas de agua de la nube
Plleden congelarse formándose entonces los cristales de
hielo a expensas de las gotas que quedan, que se evapo­ Un coche de bomberos (arribo
ran. El resúltado es una niebla de cristales de hielo: nubes cubierto por aguanieve
congelada. La lluvia cae desde
cirro a nivel del suelo. El efecto puede no parecerse· en
una nube alta y .caliente que SE
absoluto a la niebla debido a la ausencia de gotitas de agua.
adentra en una masa de aire
Los diminutos cristales helados caen muy lentamente, próxima al suelo, a una
centelleando al sol y dando origen al nombre �e «polvo de temperatura inferior a ooc, se

148
&

:ongela al contacto con diamante». Estas «agujas de hielo>> pueden producir: otros
:ualquier superficie fría, con efectos ópticos, tales como los parahelios y las columnas de
:onsecuencias desastrosas.
sol. Normalmente, sólo existen en condiciones estab les, a
t�mperaturas que están muy por debajo de las de congela­
ción, pero alguna vez pueden caer de las nubes estrato
bajas si las temperatu�as son inferiores a -4°C. Otra
149
variación sobre el mismo tema lo constituyen las «bolas de
hielo». Al contrario que las bolas de nieve, éstas son
pelotitas de hielo duro y transparente, a menudo de forma
.irregular, y por encima de 5 milímetros de diámetro. De
hecho son gotas de lluvia congeladas, formadas al llover
desde una masa de aire cálido hacia una gruesa capa aérea
por debajo del punto de congelación. Estas condiciones
son habituales en el nordeste de los Estados Unidos.
Cuando la lluvia o la llovizna atraviesan una capa de" aire
frío glacial no se congelan necesariamente, pero pueden
alcanzar el suelo como 'líquidos superfríos. Si, a su vez, el
suelo está también por debajo del punto de congelación, la
lluvia se congela instantáneamente sobre cualquier cosa
que toque, cubriendo carreteras, hierba, árboles, coches,
cables, etc., de una capa de hielo suave y claro. Esta forma
de precipitación -«lluvia congelada», «Cellisca», <<Cellisca
helada» o «tormentas de hielo»- puede ser causa de
·

accidentes de carretera mortales.


El hielo resultante de la congelación d.e lluvia se llama a
-veces hielo negro. Este término incluye también el que se
forma cuando se congelan por la noche las carreteras
mojadas; no es negro en el sentido literal de la palabra,
Los icebergs tabulares (abajo)
sino transpa10ente e invisible. Aparece con más frecuencia
son de superficie plana; son el
después de una oleada fría, cuando el aire cálido y resultado de la ruptura de
húmedo fluye sobre una masa estancada de aire muy frío. enormes planchas de hielo co
Normalmente la lluvia congelada dura sólo unas pocas las de la Antártida. Los iceberg
horas antes de licuarse. En enero de 1940, Inglaterra sufrió de forma más irregular aparece

una tormenta de hielo durante tres días, durante las cuales cuando •el viento y el agua abr
grietas en un glaciar que ha
las carreteras se convirtieron en pistas de patinaje, se
alcanzado el mar.
congelaron las puertas y la fuerza de la cellisca derrumbó
los hilos y postes de teléfono y árboles por todo el país.
Los pájaros y los animales pequeños murieron a .miles y
hubo noticias de aves muertas en vuelo por la lluvia a bajo
"cero. El ún�co caso registraqo -de una cellisca que durase
más de una semana ocurrió en Connecticut: cayó a finales
de diciembre de 1969 y permaneció sobre los árboles
durante seis semanas.
Los pescadores están familiarizados con los problemas
de la cellisca y Jos mares embravecidos, pero la combina·
ción de esto con temperaturas bajo cero y el rocío del mar
provoca un riesgo mortífero -la formación de hielo en los
aparejos y en el casco y la superestructura-. En febrero de
1968, una flota pesquera fue arrastrada desde la costa de
Islandia por vientos con fuerza huracanada y temperaturas
de -11 C . Las tripulaciones trabajaron sin descanso,
o

cortando la gruesa capa de hielo que encajonaba todas las


partes del barco expuestas al rocío del mar, para evitar que
se hiciera demasiado pesado. Durante las tres semanas que
duró este tiempo atroz, algunos barcos volcaron y se
150
Lámina en sector Dendrita

Aguja Bala Tsuzumi

Los cristales de nieve aislados pueden adquirir una gtan variedad de


formas exquisitas, pero se ven raramente, ya que los copos que alcanzan
el suelo suelen estar formados por cristales fragmentados.

hundieron, con una pérdida de casi 60 vidas. Se han


ensayado muchas máquinas para aliviar los efectos de las
tormentas de hielo; incluyendo elementos calientes y
collares neumáticos que expandan el hielo rompiéndolo
según aparece, pero la formación de �ielo sig ue siendo una
de las más graves. amenazas para la navegación.
En las regiones polares muchos glaciares alcanzan el
mar. Allí se separa un témpano -grandes bloques de hielo
que se rompen y son arrastrados por la corriente, dando
lugar a los icebergs,. serio peligro para la navegación,
particularmente en el área de Terranova-. Puesto que la
parte subacuática de un iceberg se derrite, el témpano, más
pesado arriba, se inclinará súbitamente sobre un lado para
encontrar un nuevo equilibrio, motivo por el que los
icebergs son peligrosos para un barco que esté en las
cercanías. Los icebergs no divisados han causado el hundi­
miento de muchos barcos, incluyendo el famoso trasat­
lántico «inhundible» Titanic en 1912.
151
Granizo
El verdadero granizo, no el «granizo suave», que realmente
es una forma de nieve, consiste en bolas esféricas de hielo
cuyos tamaños van de alrededor de 5 milímetros de
diámetro en adelante. Hay otra variedad, llamada «granizo
pequeño», que consiste en un núcleo de granizo suave
encerrado en una delgada corteza de hielo transparente.
Esta variedad puede caer de las pequeñas nubes cumulo­
nimbo, pero el verdadero granizo se forma sólo en nubes
cumulonimbo donde las corrientes ascendentes son tan
fuertes que pueden transportar las piedras según crecen.
Estas nubes han de ser muy potentes y contener una
cantidad sustancial de agua, condiciones que requieren un
tiempo relativamente cálido con fuerte calentamiento de
superficie para generar ascensiones violentas. Consecuen­
temente, el verdadero granizo es un fenómeno asociado
con las imponentes nubes de una tronada madura, suele
caer en forma de densos chaparrones localizados dentro
del área de una tormenta con aparato eléctrico y truenos.
Las piedras de granizo se originan como bolas de granizo
suave o como gotas de lluvia congeladas que se elevan y
caen de las violentas corrientes de aire en las nubes de
tormenta, creciendo por acieción según las gotitas de la
nube se congelan sobre ellas. La estructura en capas
normalmente apreciable en las piedras de granizo revela el
movimiento fluctuante hacia arriba y abajo, que continúa
hasta alca�r un punto donde la corriente ascendente ya
no puede soportar el peso de las piedras, cayendo éstas de
la nube. Las capas también son un reflejo de los distintos
tipos de deposición ocurridos a cada nivel. A temperaturas
muy bajas, las gotitas se congelan rápidamente, atrapando
muchas de las diminutas burbujas de aire que ha<;en blanco
al hielo. A temperaturas más altas, la congelación tiene
lugar más despacio, formando hielo transparente. Esto
significa que las piedras de granizo han fluctuado a través
de capas a diferentes temperaturas. Se necesitan corrientes
ascendentes de más de 30 metros por segundo para
mantener suspendida una piedra de granizo durante los
diez minutos más o menos necesarios para la producción
de una buena granizada.
Aunque normalmente tienen formas esféricas o casi
esfér1cas, las piedras de granizo exhiben a veces formas
152
El pedrisco (arriba) golpea las
cosechas, las flores y las frutas,
con terribles c-onsecuencias para
los granjeros.

153
Violenta granizada en
Sajonia, Alemaniá, en el año
837 d. de C.; mató a varias
personas.

muy extrañas, que probablemente se deben a que varia


piedras chocan dentro de la nube y se congelan. Una d1
estas raras piedras cayó en Sidney, Australia, en 1971
tenía cuatro «Cuernos» de 2 centímetros de largo que salía1
de una bola esférica de hielo claro. Incluso ha habid<
noticias de criaturas vivas tales como ranas caídas ·a lé
t ierra dentro de piedras de granizo, probablemente porqw
una potente corriente ascendente de un tornado transitori<
las habría elevado en el aire primero. El granizo e:
infrecuente en los polos: el aire frío contiene sólo va
por, y es la liberación del calor latente prod1.,1cida po:
condensarse grandes cantidades de vapor la que genera la
violentas corrientes ascendentes necesarias para la forma
ción de las piedras de granizo. También en los trópicos e
raro el granizo grande, debido a que una de las condicio
nes para el desarrollo de las piedras de granizo es que li
dirección del viento cambie con la altura de forma que
cuando una piedra se desprenda de una nube, pueda se
atrapada de nuevo en el interior de la nube a otro nive
para que siga creciendo en las corrientes verticales. Aun
que en los trópicos hay abundantes nubes cumulonimbc
rara vez tienen esta estructura de vientos. Además, en la
154·
Altura
en metros

10:000

Las piedras de granizo son gotas de lluvia


congeladas arrastradas arriba y abajo por las
violentas corrientes verticales de aire en una
nube de tormenta cumulonimbo, que crecen
según se van congelando las gotitas sobre
ellas, hasta que son suficientemente pesadas
para llegar al suelo. En su camino a través
de la nube, las gotas de lluvia se derriten y
congelan alternativamente; una sección
transversal de un grano de granizQ revela
capas de hielo congelado y derretido. Una
piedra de granizo puede estar suspendida en
una nube durante varios minutos. Capa helada

latitudes tropicales todas las piedras de granizo probable­


mente se derriten en el aire caliente poco antes de alcanzar
el suelo.
Las praderas centrales de Norteamérica, donde tienen
lugar los tornados y las tormentas más fuertes, son también
las áreas azotadas con mayor frecuencia por el granizo y,
no extrañamente, las zonas donde se han encontrado las
piedras de granizo más grandes. El peso récord de una
piedra de granizo es el 766 gramos del ejemplar caído en
Coffeyville, Kansas, en 1970. Tenía 44 centímetros de
circunferencia y estaba formada por la agregaéión de
aproximadamente 20 piedras más pequeñas. Durante años
han menudeado los informes sobre material gelatinoso o
viscoso caído del cielo; como solía estar asociado con la
155
Las huellas fosilizadas de piedras de granizo se han mantenido bien en
uña capa de pizarra de hace-160 millones de años. También se puede
ver en la roca un amonites fosilizado (centro, arriba).

aparición de meteoros se le ha dado el nombre de «fango


de las estrellas».
En 1909 un hombr � que paseaba por Lowell, Massachu­
setts, vio precipitarse hacia la Tierra un meteoro brillante.
La posterior búsqueda reveló una masa gelatinosa de olor
casi inaguantable. En otra muestra caída cerca de Dalias,
Texas, en 1979 se comprobó la presencia de uranio y
plomo y se pensó que esto apoyaba la teoría de un posible
origen extraterrestre. Por fin, un naturalista examinó las
· muestras de este material gelatinoso, concluyendo que
eran secreciones de ranas y sapos, quizás vomitadas por
los pájaros que se habían comido las criaturas. Hay tam­
bién un alga, el nostoc, que forma masas gelatinosas. Por
lo tanto es muy posible su origen terrestre. Este tipo de
material biológico puede ser levantado por las potentes
corrientes ascendentes de un tornado, y los meteoros que
los suelen acompañar se explican por la aparición de
relámpagos en bola. Quizás el ejemplo menos agradable de
este tipo de acontecimientos sea el cieno verde caído sobre
Washington en 1978, que cubrió coches y edificios, matan­
do plantas y produciendo enfermedades en los animales.
Se pensó que los posibles responsables serían. los pestici­
das y el combustible descargado en chorro, pero actual­
mente nadie sabe la causa real de este dañino fango.

156
años producidos
por el granizo

El área que en América va desde Texas a Montana y de las


colinas de las Rocosas hasta el río Mississippi se conoce
como el «callejón del granizo»; en esta ·zona resulta una
absoluta necesidad para los granjeros el gasto sustancial en
, un seguro contra el granizo. El daño global producido por
el granizo cuesta cada año a 'los Estados Unidos unos 500
millones de dólares. El «callejón del granizo» se extiende
por el norte hasta el Canadá; en ciertas partes de Alberta
graniza tan frecuentemente que se puede esperar que
castigue cada kilómetro cuadrado por lo menos una vez
cada dos años. El granizo representa también un peligro
para la aviación. Los peligros del granizo han impulsado al
hombre a buscar de forma natural los medios para evitarlo,
y en muchas culturas primitivas los guerreros disparaban
flechas a las nubes de tormenta para ahuyentar los espíri·
tus malignos. Los cristianos medievales creían que el
sonido de las campanas era un freno eficaz, con lo que
exponían inútilmente las vidas de los campaneros, porque
el granizo suele caer durante una tormenta con truenos y

Las piedras de granizo no


suelen ser mayores de 10
milímetros de diámetro, pero
estas enormes piedras, algunas
tan grandes como las pelotas de
golf, cayeron en el Medio Oeste
de USA en julio de 1975,
devastando una extensa zona de ;
cultivo.

157
relámpagos y la torre de la iglesia difícilmente resulta el
lugar más seguro en una situación así.
Según una leyenda popular, después de las grandes
batallas, en los días en que los bombardeos se realizaban
usando pólvora cruda y humeante, había chaparrones. Es
posible que se haya exagerado o que los chaparrones
fuesen una pura coincidencia, pero también es posible que
el manto de humo sobre el campo de batalla sembrase
eficazmente las potenciales nubes de lluvia. En la Unión
Soviética, donde las grandes extensiones de cereales están
expuestas a granizadas capaces de arruinar una cosecha
entera en cuestión de minutos, muchas comunas disponen
de una bateña antiaérea, no para usarla contra los aviones
sino para disparar balas especiales a las nubes, diseñadas
para estallar liberando agentes químicos. Cuantas más
partículas haya, mejor, ya que entonces la misma cantidad
de humedad contenida en la nube se distribuye entre
muchas más gotitas de lluvia o cristales de hielo más
pequenos, en lugar de unas pocas piedras de granizo ·

grandes, potencialmente destructivas. Los granjeros sovié·


ticos parecen emplear esta técnica con gran éxito: utilizan
ademá!i diversos cohetes en su guerra contra el tiempo.
En ciertas partes de Italia, la cosecha de naranja se protege
del granizo construyendo un armazón de andamios alrede·
dor del árbol: a la primera señal de tormenta, se coloca
sobre aquél un techo de esterilla de juncos. Si cae el
granizo, golpea inocuamente el techo y cuando se derrite
gotea a través de él, regando el árbol.
Además del tipo de granizo «normal», a capas y aproxi· •El CaUejón del Granizo•.
madamente esférico, los periódicos antiguos y las coleccio· en el sur de USA, es
una amplia zona de tieira
nes de informes, contienen toda clase de datos sobre
agrícola sobre la cual caen
fenómenos extraños. Por ejemplo, en julio de 1979, en regularmente duras tormentas
East Anglia, Gran Bretaña, cayeron «copos de nieve» de· de granizo. Sin embargo, en estE
alrededor de 3 milímetros de grosor y más de 30 milíme· lugar, a diferencia de la URSS,
tros de diámetro en el transcurso de una tormenta ·de se ha hecho poco por estudiar

métodos de protección.
verano con truenos y relámpagos, y unos pocos días
después se registraron en la misma zona piedras de granizo
con forma de pera acabada en dos extremos.
Más peligrosos son los extraños acontecimientos aislados
de enormes bolas de hielo que caen del cielo. En junio de
1829 cayó uno de estos «meteoros de hielo», que pesaba 2
kilos, en Córdoba, España. En junio de 1971, un bloque de
900 gramos pasó silbando sobre la cabeza de un hombre
que estaba trabajando en un jardín en Rou en , Francia, y ,
en enero de 1972, un bloque de un metro cúbico de hielo
sólido se estrelló cerca de una éasa en Surrey, Inglaterra.
Estos elementos no son piedras de granizo: son demasiado
grandes y, por contra a las piedras de granizo caídas
siempre durante fuertes chubascos, los meteoros de hielo
158
son objetos aislados. Se ha propuesto un origen· extrate­
rrestre para explicar su existencia, pero otra posibilidad de
peso es que puedan proceder de los aviones� Parece poco
probabre que se trate de los desperdicios desprendidos
accidentalmente de los aviones, pero es posible que sobre
la estructura del avión se forme una gruesa capa de hielo y
luego se rompa en grandes pedazos. Esta sería, sin embar­
go,_unq explicación parcial los informes sobre meteoros de
hielo se remontan a bastante antes del meteoro.
Se ha sugerido que podrían ser alguna forma de super­
piedras de granizo; pero, si es así, todavía no se conoce el
mecanismo por el que se forman. El análisis de un
ejemplar reveló una estructura en capas, una composición
de agua de nube y que formaba parte claramente de un
bloque mayor que pesaba más de 2 kilos. A pocos kilóme­
tros de allí había habido una tormenta con truenos y
relámpagos y se había visto un único destello brillante de
relámpago diez minutos antes. Una de las explicaciones
pergeñadas es que un núcleo de piedra de granizo puede
quedar atrapado en un torbellino semejante a un tornado
en el interi<Jr de la nube y se desarrolle rápidamente por
159
Disparar balas que contienen cristales de yoduro de plata a las
nubes de granizo es un modo útil de reduclr·el tamaño de las
piedras; la humedad de la nube se deposita sobre todo en los
· delgados cristales, con preferencia a las gotas de lluvi¡1 congeladas,
más grandes. Antiguamente las balas explosivas se disparaban a las
nubes(derecha) suponiendo que la presión ae la onda haría que se
fragmentaran las grandes piedras de granizo o que acelerarían la
congelación de las gotas de lluvia, hasta tal punto que las piedras
de granizo se llenarían de aire y se aligerarían. Todavía continúan
los esfuerzos por reducir el daño causado por el granizo.

acree1on mientras es sostenido por las corrientes ascen­


dentes anormalmente fuertes. Otra sugerencia es que al
incidir un relámpago se produzca un chorro de gotitas de
agua carga�as eléctricamente, proyectadas con violencia
hacia arriba para congelarse juntas en una gran masa de
hielo. Sin ·embargo, un reciente estudio americano ha
demostrado que en una tercera parte de todos los casos
conocidos no había habido nubes de ningún tamaño dentro
de los 1.000 kilómetros en torno de la zona .
.

160
CONTENIDO

Volumen 11 (na 43)

Fenómenos naturales (cont.)

O Tormentas 162

-� Vientos 182

�)
-
Huracanes 209

r'J) Tornados 229

Clima mundial 257


El clima -Los polos - La taiga - Montaña -Zonas templadas -Zonas monzónicas - Tierras de
estepa - Trópicos -Mediterráneo - Desiertos - Microclimas.

Glosario 310
Tormentas
Uno de los aspectos más familiares y característicos del
cálido tiempo veraniego es la existencia de largos períodos
c�urosos interrumpidos por el espectáculo de una tormen­
ta con truenos y relámpagos. Lo típico es que después de
varios días de tiempo apacible, soleado y sin nubes, pero
cada vez más brumoso, amanezca un día notablemente
más caliente y húmedo; durante la mañana se va forman­
do por entre la neblina un banco de nubes cúmulo mucho
más altas que de costumbre. A medida que transcurre el
día, las nubes se hinchan hacia arriba en imponentes
columnas, de un blanco brillante arriba pero de un sinies­
tro gris plomizo en su base. Según se aproximan las
amenazadoras nubes, el cielo se va oscureciendo, el viento
se detiene, el aire se siente más caliente y opresivo y se
escucha el rugido distante del trueno.
Aparece por encima de nuestras cabezas el hirviente
banco de oscuras nubes grises que constituyen la avanzadi­
lla de la tormenta. Algunas gotas gruesas golpean el suelo
y, de repente, llega el deslumbrante destello y el fuerte
estruendo del trueno al caer el relámpago en las cercanías.
En pocos minutos las nubes dejan caer torrencialmente su
carga, a menudo acompañada por piedras de granizo; este
chaparrón dura más de media hora. Los truenos y los
relámpagos continúan retumbando y destelleando por
todos los lados, incrementándose el salvaje efecto de la
tormenta en razón de los fuertes vientos fríos y racheados
que, a veces, soplan a grandes velocidades. Casi tan rápido
como empezó, desaparece: la lluvia cesa, el cielo se
despeja, y el sonido de los truenos se pierde en la lejanía.
Sale el sol, el aire sopla puro y frío a medida que el
nubarrón en retirada, con sus torreones y yunques, destaca
hermosamente blanco en el cielo claro.
Las condiciones indispensables para el desarrollo de una
tormenta son la existencia de aire cálido y húmedo en las
capas inferiores de la atmósfera y aire frío y denso en los
niveles superiores. Bajo estas condiciones no hay nada en
contra de que un¡:¡ burbuja de aire caliente se �leve desde
el nivel del suelo y -una vez que ha comenzado a
elevarse- ascienda cada vez más deprisa.
Las tormentas con aparato de truenos y relámpagos ocu­
rren con más frecuencia en las tardes calurosas de ve-
162
rano, cuando el aire prox1mo al suelo está sometido a
intenso calentamiento y se forman las corrientes de con­
vección. Pero un día caluroso no es el único factor
necesario para producir una tormenta. Si hay un anticiclón
próximo, el aire de arriba será estable y las células de
convección tenderán a extinguirse, produciendo sólo unas
pequeñas nubes cúmulo «de buen tiempo» en lugar de las
grandes torres vertica_Ies de' una nube tormentosa. Por otro
lado, si el aire frío se mueve sobre el aire cálido de bajo­
nivel, la atmósféra se desestabiliza muy acusadamente, con
posible inversión de las capas -una situación de gran
inestabilidad en la que ocurren las violentas tormentas-\
Si, además, hay convergencia de corrientes de aire de
diferentes propiedades a nivel del suelo, que obliga a
elevarse a las masas de aire; la tormenta se extenderá. La
situación más común para el desarrollo de una tormenta
tiene lugar a lo largo de un frente frío que se instala
después de . una larga ola de calor; las tormentas no
ocurren necesariamente en tiempo caluroso: se dan tam­
bién sobre un frente frío o cerca del centro de un sistema
de bajas presiones o, incluso, en-invierno cuando el aire es
frío. El factor prinCipal es la temperatura relativa de las
capas superiores e ·inferiores y que la inestabilidad inheren­
Thor, el dios nórdico de la te se extienda a gran altura. Sin embargo, las tormentas
tormenta (arriba), era
invernales son mucho menos intensas que las acaecidas
caracterizado como un hombre
durante las olas de calor de la estación estival. En las
de barba roja y tremenda fuerza,
siendo su principal atributo la regiones ecúatoriales, muchos lugares son escenario de
capácidad para forjar rayos. tormentas con truenos y relámpagos cada día durante la
estación de lluvias·, mientras que en otros hay truenos más
de 200 días . al año.
Hoy día estamos tan familiarizados con la electricidad,
.que nos resulta difícil concebir que hace apenas 250 años
era virtualmente desconocida salv , o en sus manifestaciones
naturales, los relámpagos. Y todavía los destellos naturales
siguen haciendo parecer insignificántes los mejores descu·
brimientos del hombre. La descarga eléctrica de un relám­
pago transporta una corriente ·de muchos miles de ampe­
rios en uria diminuta fracción de segundo, elevando la
temperatura del aire circundante al punto de provocar su
incandescencia. Puesto que la luz del rayo viaja casi
instantáneamente, éste se ve antes de oír el truenq;_ el
163
Espectacular destello
de relámpago, el
fenómeno eléctrico más
potente de la naturaleza.

164
1
Destellos en el cielo
--------�
O
1
1 La agitada turbulencia en el interior de una gran masa de
nubes cumulonimbo hace que ésta se comporte como un
generador electrostático gigante. Las cargas negativas y
positivas se concentran en diferentes partes de la nube,
originando diferencias de potencial que, cuando alcanzan
el campo de potencial crítico cercano al medio millón de
voltios se liberan en los espectaculares destellos a los
cuales denominamos relámpagos.
Los experimentos llevados a cabo a principios de los
años treinta revelaron la forma en que están distribuidas
las cargas eléctricas. Los científicos liberaron globos aeros­
táticos en las nubes de tormenta que arrastraban, cada
uno, un cable largo y transportaban instrumentos para
medir y registrar la corriente del cable y la presión
atmosférica predominante. A una altura de 8 kilómetros
liberaban el paquete de instrumental para que volviera a la
Tierra en paracaídas. Cuando se analizaron los datos, se

CAJAS DE FARADAY
M!chael Faraday (1791-1867)
descubrió que las cargas
electrostáticas se agrupan en el
exterior de los objetos huecos, y,
en honor a él, cualquier­
recipiente que se comporta de
esta forma se conoce como caja
de Faraday. Tal es el caso de los
automóviles durante las
tormentas -los relámpagos
viajan sobre las superficies del
vehículo hasta la tierra-­
convirtiéndolos en lugar seguro
siempre y cuando no se toquen
los laterales.
Intrépidos voluntarios se sientan
en una furgoneta (derecha)
mientras se bombardea con
relámpagos producidos
artificialmente durante un
experimento para evaluar la
seguridad de los coches durante
las tormentas.

167
encontró que la parte superior de las nubes de tormenta,
donde la temperatura es inferior a - 20°C, está cargada
positivamente, mientras que la parte inferior, con una
temperatura por lo general cercana -Q algo inferior- a la
de congelación, está cargada negativamente. Suele haber
pequeñas áreas de carga positiva cerca de la base de la
nube y también en los niveles medios, asociados habitual­
mente con precipitaciones abundantes.
La cuestión de determinar cómo se separan las cargas al
principio es más difícil -y todavía está lejos de tener
solución-. Parecen estar implicados muchos mecanismos,
incluyendo colisiones en el interior de la nube entre
partículas de agua sólida y líquida y cambios de estado del
agua entre sólido, líquido y vapor. Sin embargo, el meca­
nismo más importante parece ser el siguiente: en las partes
altas de la torre cúmulo en crecimiento se forman bolitas
de granizo , suave y, debido al siempre presente campo
eléctrico de 120 voltios por metro en «buen tiempo», se
cargan positivamente en las superficies inferiores y negati­
vamente en las superiores. A medida que caen, las bolitas
chocan con las gotas de lluvia y con los cristales de nieve
transportados hacia arriba por las potentes corrientes de
convección. Las gotas rebotan en las bolitas de granizo
descendentes y, junto con ellas, se cargan positivamente
siguiendo su camino hacia arriba. De esta forma, las gotitas
cargadas positivamente alcanzan la parte superior de la
nube.
·

A medida que se óriginan las cargas en diferentes


regiones de la nube, en el nivel inferior de ésta se inducen
igual número de cargas opuestas. En aire claro y seco se
necesita una intensidad de campo cercana a los tres
millones de voltios por metro antes de que ocurra una
descarga, pero en las nubes el nivel umbral es de alrededor
de medio millón de voltios, cantidad sencilla péira las
condiciones sumamente cargadas de una nube de tormenta
madura. Cuando se alcanza el nivel umbraL queda dispues­
to el decorado para la aparición de un relámpago, y,
aunque nosotros normalmente lo vemos como algo único,
las fotografías Cie alta velocidad han revelado una secuen­
cia de acontecimientos mucho más compleja y fascinan­
te. Primero, un «ataque líder:o se desplaza en zig-zag
-como si buscase el camino de menor resistencia- hacia
el suelo, con una velocidad de alrededor de 100 kilómetros
por segundo. Como resultado deja una senda de aire
ionizado que preparará el camino para el ataque principal
subsiguiente. Muchas de sus ramas se extinguirán antes de
alcanzar la Tierra, pero una llega muy cerca de ésta, siendo
recibido como un brillante rayo d� luz desde el punto más ,
próximo del suelo -normalmente un objeto puntiagudo
168
Un relámpago en cinta aparece cuando fuertes vientos desplazan
lateralmente la descarga conductora. Aquí golpea explosivamente la
superficie del mar.

cercano, un árbol o un saliente, donde el gradiente de


potencial es mayor-. Habiendo establecido una trayecto­
ria de conducción completa, se eleva desde el suelo una
onda de energía aproximadamente a una décima parte de
la velocidad de la luz. Un núcleo de aire transporta sólo
unos milímetros hacia afuera una corriente eléctrica de
10.000 amperios: de forma instantánea el aire se calienta
muchísimo, resplandenciendo con una incandescencia ce­
gadora a más de 30.000°<;, mientras se libera una violenta
169
expansión a la velocidad del sonido en la onda de choque
que conocemos como trueno. Después de la onda positiva
principal que asciende a la nube, una carga negativa se
desplaza hacia abajo, siguiendo el camino marcado desde
la nube al suelo. Hay una pausa de aproximadamente
medio segundo mientras se forman de nuevo las cargas;
después, nuevos rayos suben y bajan por la senda ionizada
-a menudo caen tres o cuatro, a veces muchos más-, en
una descarga múltiple que dura un cuarto de segundo más
o menos.

Las fotografías de larga exposición


muestran cómo la bifurcación vertical del relámpago
origina un canal de conducción para la descarga de
regreso desde el suelo a la nube. La temperatura del aire
sube unos miles de oc durante este segundo estallido
preparando las condiciones para un destello visible.

1
+ + +
+
Los relámpagos ocurren cuando y por fin el relámpago describe
+ + +
+
se origina una gran carga su camino conductivo a través
positiva en las partes superiores del aire (2). El ataque de vuelta
congeladas de una nube y una es una descarga positiva desde
gran carga negativa juntamente el suelo a la nube y se ve como
con un área positiva más un rayo (3). La enorme onda de
pequeña en la porción inferior energía de la descarga de
de la nube, donde nace la regreso --de 100 millones de
descarga inicial (1). Como la voltios- que viaja hacia arriba
base de la nube está cargada por la línea conductiva da como
negativamente es atraída hacia resultado una detonación sónica
la tierra, normalmente positiva, conocida como trueno (4).

170
4

+
+
+ +
+ + + + + + + +

171
Relámpag-o en bola

El efecto devastador de un relámpago es casi el más


.espectacular de todos los fenómenos naturales. Gases,
Jiquidos y sólidos que se encuentren en el camino de la
enorme descarga se calientan en una fracción de segundo
decenas de miles de grados. El resultado es explosivo, a
vece5 mortífero. El alcance del daño depende de la co­
rriente que haya atravesado al objeto y de lo buen conduc­
tor que resulte ser éste.
Los relámpagos más intensos son los que se producen
entre las nubes y el suelo. Son los que causan los principa­
les daños -el tipo que nosotros solemos llamar relámpa­
go «bifurcado»-. Pero de cada seis desca¡;gas, cinco no
tocan el suelo nunca: resplandecen entre una parte y otra
de una nube. Son igual de bifurcados que los rayos

El fuego que aparece algunas El relámpago que brilla desde


veces en el mástil de los barcos el suelo a la base de una nube
recibió su nombre en se ve de forma más clara
honor de SanTelmo, obispo de cuando no es obstruido por
Gaeta, en la Italia del siglo N. otras nubes.

172

llegados de la nube al suelo pero menos intensos y sueleq


estar ocultos a la vista por la propia nube, percíbiéndose
entonces como una luz titílante en la parte superior de la
nube denominada relámpago «difuso». La diferencia entre
un relámpago bifurcado y otro difuso no radica en su
forma, sino en cómo se ven: si los rayos que alcanzan el
suelo estuvieran ocultos a la vista, se llamarían relámpagos
,difusos. ·

Los rayos nube-nube son la materia prima de un espectá­


culo impresionante, especialmente si acontecen a grandes
altitudes, acompañados poco o nada de lluvia o truenos,
�omo &ucede a veces durante las grandes olas de calor
veraniegás o en las regiones tropicales. Se han visto
sucesiones de rayos avanzar más de 100 kilómetros desde
un .extremo al otro de un banco de nubes, y relámpagos
individuales de más de 15 kilómetros, algunos uniendo
filas de nubes y otros acabando en medio del aire. El
relámpágo ·«ensartado», bastante insólito, persiste durante
algunos segundos, pareciendo luego desintegrarse en una
hilera de fragmentos luminosos que se desvanecen gra­
dualmente. Este efecto sólo se ve cuando hay lluvias
abundantes, indicando su carácter fundamental de efecto
�ptico: algunas partes del rayo zigzagueante se ven como
cortadas y parecen más brillantes que las otras, oscurecidas
muchas por la densidad del aire. Incluso aunque no haya
tormentas, la atmósfera tiene un gradiente vertical de

EL KUGELBLITZ
A lo largo de la historia se ha informado
repetidamente sobre relámpagos en bola, a veces
conocidos por su nombre alemán de Kugelblitz, esto
por gente que no conocía antes su existencia. Aunque
no se ha reproducido nunca en el laboratorio, el
interés por esta extraña esfera luminosa ha llevado a
los científicos a formular teoñas termonucleares para
su formación.

El dibujo (arriba) describe el relámpago en bola que


fue visto por varias personas en un granero de
Salagnac, Francia, en 1845.

174
campo eléctrico de entre 120 y 125 voltios por metro,
negativo en el suelo y positivo en el aire, y, sin embargo,
nosotros parecemos insensibles a su presencia. En los
alrededores de una tormenta el campo se incrementa
enormemente y se pueden presenciar una serie de fenóme­
nos muy curiosos. Cuando se desarrollan potenciales
próximos a los 100.000 voltios alrededor de un objeto
puntiagudo, el campo es todavía más fuerte y puede tener
lugar una descarga «radiante>>. Una de éstas, el <<Íuego de
san Telmo», tiene aspecto de luz blanca o verde-azulada
que parece adherirse como un halo al mástil y aparejos de
un barco o la punta de las alas de un avión. En el siglo XII,.
el «fuego de san Telmo» aparecido en el mástil de un'·\
buque de guerra fue tomado por la Virgen María.
Una descarga radiante más insólita se produjo en 1897
en Dakota, durante una tormenta: todos los extremos dé
las ramitas de un árbol ostentaban chispas eléctricas del
tamaño de un guisante. Cuando un hombre agarró una
ramita, la chispa se trasladó a su pulgar; al soltarla, la
chispa r'eapareció en la rama pero él no sintió ningún tipo

Una fotografía que parece mostrar un general, o cuelga suspendido en el


Kugelblitz (arriba), confirma otros aire o flota misteriosamente, como se
informes sobre el fenómeno: en ve aquí, hasta que se debilita o explota.

175
de sacudida. Algunas veces las mismas gotas de lluvia que
caen están cargadas. En 1892, en Córdoba, España, inme­
diatamente después de un relámpago, empezaron a caer
grandes gotas de lluvia cada una de las cuales, al golpear el
suelo, emitía una chispa y un débil crujido. En julio de
1980, se produjo una perfecta ilustración sobre la forma en ·

que el gradiente de potencial entre la Tierra y la atmósfera


crece rápidamente hasta un nivel crítico y luego se descar­
ga en un destello relampagueante: un grupo de hombres
que pescaban en un barco de Whitby, en Yorkshire, sintie­
ron de repente que el pelo se les ponía de punta. Era un
día perfecto, el mar tan liso como un espejo. Sin más
advertencia, un relámpago cayó en el agua cerca del barco
e inmediatamente los cabellos volvieron a su posición
normal.
Quizás el más curioso de todos los fenómenos eléctricos
es el conocido como relámpago «bola», registrado normal­
mente como un cuerpo luminoso esférico o en forma de
guisante con un contorno difuso, que flota en un movi­
miento lento y errático. Normalmente no causa ningún
daño ni en términos de sacudidas eléctricas ni de combus­
tiones, pero una de sus pripcipales características es la
imposibilidad de predecirlo: puede extinguirse y desapare­
cer silencionsamente, desvanecerse de repente como una
burbuja al tocar algún objeto sólido, o desaparecer por fin
en una explosión violenta, aÜnque esto último es, afortuna­
damente, raro. Durante mucho tiempo los científicos no
creyeron en la existencia de los relámpagos en bola;
probablemente sea cierto que muchas de las «bolas de
fuego» registradas en la antigüedad, causa de grandes
daños, fuesen realmente ejemplos de relámpagos ordina­
rios. Sin embargo, hoy en· día existen informes de muchos
casos y se están haciendo esfuerzos para desentrañar el
misterioso fenómeno. Una teoría sugiere que la bola esté
constituida por plasma -una sustancia que no es ni sólida,
ni líquida, ni gaseosa-; experimentos recientes llevados a
cabo en América dan cuenta de la obtención en laboratorio
de bolas de plasma flotante durante un corto período de
tiempo.

..

176
Células de tormenta

La mayoría de las tormentas están compuestas _por un


número de células individuales, cada una de las cuales
tiene su propia circulación de aire y su propio ciclo de
actividad. Hay una fase de crecimiento inicial durante la
Los cumulonimbos suelen ser cual se desarrolla rápidamente la torre cúmulo, se empie­
nubes de tormenta,
zan a formar los cristales de hielo y se generan las cargas
ya que las condiciones
eléctricas debido a la turbulencia de las corrientes de aire.
necesarias para su desarrollo
son idénticas a las requeridas Sigue después el estado maduro, durante el cual los
para las tormentas. truenos y los relámpagos son más intensos, y la precipita-

177
Se creía que un paraguas
conectado a tierra por un
conducto metálico protegía
contra el relámpago.

c1on en forma de lluvia o granizo desde la nube base,


torrencial. En la etapa final va cesando gradualmente la
precipitación, las corrientes ascendentes cesan y desapare­
ce la parte cúmulo de la masa de nubes, dejando sólo el
yunque, muy alto y compuesto enteramente de cristales de
"hielo. Cada etapa del ciclo dura alrededor de 20 minutos y
dentro de cada célula de tormenta totalmente desarrollada
se encuentra el mecanismo que iniciará la siguiente. Las
potentes corrientes descendentes de aire frío de una célula
madura se despliegan hacia el suelo e interrumpen parte
del suministro de aire <;aliente y húmedo que es el «com­
bustible>> de la célula; sin embargo, este aire caliente tiene
que ir a algún lado y, desplazado por la corriente descen­
dente, se ve forzado a elevarse en algún lugar de las
proximidades; así se pone en marcha el desarrollo de la
siguiente célula de tormenta. Una célula madura tiene una
anchura aproximada de 8 kilómetros y una altura de 10.
Algunas tronadas, particularmente las tormentas aisladas,
pueden desarrollarse en una corriente de aire polar inesta­
ble compuesta de una sola célula que no suele persistir
más de una hora. Sin embargo, en muchas tormentas, el
desarrollo de las células ocurre en rápida sucesión y por lo
general, habrá dos o tres activas al mismo tiempo. Puede
dar, por lo tanto. la impresión de que la tormenta sufre
altibajos durante un período de varias horas a medida que
se desplaza a través del país y las células individuales
maduran y se extinguen. La composición multicelular de
178
una tormenta queda claramente ilustrada cuando, como
sucede a menudo, un relámpago se ve destellar desde dos
o más direcciones a la vez, o cuando da la sensación de
que la tormenta ha pasado ya pero, de repente, cae u111
nuevo chubasco desde una dirección inesperada.
Puesto que las tormentas generan sus propios vientos, la
dirección del viento que se sienta en un momento determi­
nado no será un indicio de la dirección del movimiento de
la tormenta. Delante de ésta, el viento general que empuja
la tormenta está muy equilibrado por Jos vientos de
convergencia que arrastran el aire a la base de las inmen­
sas nubes tormentosas, dando como resultado la familiar
«calma previa a la tormenta». Salvo en el extraño caso de
la génesis de un tornado, el aire que desemboca en la
tormenta no produce ningún viento digno de mención. Sin

SOBREVNIR EN UNA TORMENTA


Puesto que el destello de un relámpago se inicia desde arriba,
tiende a caer sobre el objeto puntiagudo más alto, ya sea un
árbol, un edificio elevaoo, o un caminante solitario en un lugar
abierto; el relámpago es el responsable directo de muchas de las
muertes que los fenómenos metereológicos producen al cabo. del
año.. Por tanto, si uno se encuentra en una tormenta, e5
importante evitar ser el punto más alto o estar cerca del objeto
más elevado de la vecindad. Sin embargo, si se encuentra en un
espacio abierto, es mejor ponerse en cuchillas con los pies juntos
para que la corriente no pueda subir por una pierna y bajar por
la otra. El rayo más peligroso es aquel penetra por la cabeza y
pasa a través del corazón en ruta hacia la tierra.

Un relámpago conducido por un palo de golf ha dejado una


marca en forma de estrella en el c·ésped chamuscado.

179
embargo, la corriente descendente de la célula madura, al
desplegarse desde la base de la tormenta origina una bo­
rrasca fuerte y racheada, que a veces se extiende a varios
kilómetros, sobre todo en la cara «dominante» o «a favor
del viento» de la tormenta.
La llegada de la borrasca suele ir acompañada de una
repentina subida en el barómetro, ya que el aire frío es
�omparativamente denso y ejerce mayor presión. Si hay un
suministro estable de aire caliente y húmedo, y la corriente
descendente de aire fño puede ser encauzada hacia un
lado, no hay nada que evite que una sola célula persista
durante horas y se llegue a hacer muy intensa. Esto sucede
ocasionalmente en la mayoría de los países, pero en las
llanuras de Norteamérica, donde las condiciones suelen ser
ideales, ocurre con mucha frecuencia. El aire cálido fluye
hacia la base, se eleva y sale por la cima de la inmensa
masa de nubes, mientras el aire frío se desplaza en los
niveles medios fluyendo a borbotones en dirección al suelo
180
por detrás de la tormenta. Este tipo de célula de tormenta
persistente y violenta depende de la presencia de aire con
la humedad y temperatura adecuadas, en los niveles medio
o inferior, y de un marcado cambio en la dirección del
viento con la altura. Es precisamente bajo estas condicio­
nes cuando la tormenta puede originar un tornado, ese
torbellino devastador más esbelto que causa el caos allí
por donde pasa.
En las latitudes templadas una supertormenta adquiere
de cuando en cuando una posición estable durante varias
horas, descargando un aguacero sobre la misma zona
mientras que las regiones vecinas, tan sólo a 20 kilómetros,
permanecen secas. Una tormenta de este tipo se abatió
sobre Londres el 14 de agosto de 1975. El torrencial
aguacero de estas tormentas puede tener resultados trági­
cos cuando las avenidas hacen que los ríos se desborden y
los sistemas de desagüe de las ciudades quedan pequeños
ante el volumen de agua. Las cosechas se arruinan, se
El daño que los relámpagos producen daños en los edificios y a veces se pierden vidas
originan en los edificios puede
humanas porque los coches son arrastrados por las turbu­
ser desastroso (izquierda) y caro.
pero la tierra de los alrededores
lentas aguas. Sin embargo, y puesto que los relámpagos no
se beneficia de sus efectos porque emiten sólo luz sino también otros tipos de radiación, entre
el relámpago es un productor los que se encuentran las ondas de radio, las tormentas se
natural de fertilizantes. La localizan con precisión utilizando receptores ,de radio
descarga de un relámpago en el
convenientemente diseñados, colocados a cierta distancia
aire produce ozono, amoníaco y
entre sí.
óxidos de nitrógeno que
reaccionan con el agua de la En los receptores corrientes de radio las condiciones
lluvia para formar fertilizantes atmosféricas se traducen en crujidos que interfieren con las
solubles. transmisiones normales.

181
Vientos
Que un viento resulte agradable o desagradable no sólo
depende de su fuerza, sino también de su temperatura y
humedad. En los climas calientes y húmedos de las
regiones ecuatoriales, se agradece casi cualquier tipo de
viento; entre los más agradables a nivel mundial se encuen­
tran los vientos alisios que soplan sobre los océanos y
zonas costeras de los trópicos. Estos vientos son caracterís­
ticamente estables: soplan día tras día a velocidades rara­
mente superiores a los 15 metros por segundo, aliviando el
calor opresivo y la humedad de estas regiones. Los vientos
alisios son los principales responsables de las deliciosas
condiciones reinantes en lugares tales como Hawai, la
costa de Queensland o el Caribe.
Considerados dentro del esquema general de los vientos
mundiales, los vientos occidentales de la zona templada
del hemisferio norte parecen, a simple vista, similares a los
vientos alisios. Sin embargo, los vientos occidentales son
mucho menos regulares que sus vecinos tropicales: Aun­
que el viento medio o «predominante» es el del oeste de
fuerza moderada, suele haber un cambio en su fuerza· y
dirección según atraviesa los sistemas de bajas presiones.
Algunas veces predominará el tiempo tranquilo e incluso
los vientos orientales, y después regresan con fuerza
renovada los vientos occidentales. Puesto que las tempera­
turas de las regiones templadas son inferiores a las tropica­
les, es más probable que los vientos occidentales sean
desagradables que agradables. En el hemisferio sur los
vientos del oeste son muy diferentes; lejos de ser variables,
soplan casi constantemente, y con fuerza, dando lugar a los

El molino de viento portugués usado para moler el grano,


tiene un diseño mediterráneo típico -velas gigantes apoyadas sobre un

eje horizontal a través de una gran torre redonda-. El viento fue la_
fuente tradicional de energía inágotable antes de la Revolución Industrial,
pero desde entonces muchos de ·tos molinos de viento, particularmente
en Europa, han caído en desuso. En los últimos años se presta mucha
atención a la idea de usar la energía eólica para generar electricidad,
pero muchos lugares no son adecuados debido a que el viento es
demasiado irregular -debe tener una velocidad de más de 8
metros/segundo para servir de algo-; sin embargo, en lugares donde el
viento sopla con fuerza durante largos períodos, están siendo construidos
modelos experimentales.

182
183
nombres de «Roaring Forties» («tormentosos cuarenta»),
«Furious fifties» («furiosos cincuenta») y «Shrieking sixties»
(<<chillones sesenta»), según la latitud donde soplan. En la
zona templada los vientos pueden proceder de cualquier
dirección en cualquier época del año. Sin embargo, algu­
nas regiones del mundo tienen los monzones, vientos que
soplan persistentemente desde una dirección durante gran
parte del invierno y desde otra durante el verano. Los
monzones afectan sobre todo a la& regiones tropicales y sin
lugar a dudas los más acusados son los de la fndia.
En invierno, cuando el continente asiático está más frío
que el océano Indico, los fríos· vientos del noreste soplan a
través de la India y países vecinos produciendo sequía y
tiempo generalmenté agradable, a pesar de que el viento
tiene un marcado efecto de resecamiento sobre la tierra.
En .abril y mayo el monzón del nordeste se va extinguiendo
de forma gradual: los vientos se hacen muy .ligeros alivian­
do un poco el sol abrasador y las temperaturas del aire que
suben por encima de los 35°C. Tiene lugar entonces un
cambio notable en unos días tan sólo. Llegan los vientos
del sudoeste desde el océano Indico, trayendo un agrada­
ble descenso en las temperaturas y copiosos chaparrones.
Este monzón del sudoeste, que dura desde junio a septiem- .
bre es, con mucho, el más importante de los dos monzo­
nes, puesto que trae consigo casi tóda la lluvia del año para
gran parte de la India. Por ello el término «monzón» se
suele utilizar para sugerir lluvias torrenciales, cuando su
significado real es viento estacional.
Generalmente el flujo de aire sobre el océano es unifor­
me y estable, pero sobre un continente la fricción y la
turbulencia originada por las irregularidades del terreno
-la vegetación,. las colinas o las diversas estructuras de
factura humana- obstruyen el flujo de aire. El efecto de
resistencia hace a los vientos superficiales, por lo general
más ligeros sobre tierra que en el mar. A 500 metros el
viento es invariablemente más estable y más fuerte, siendo
evidente este efecto incluso en lo alto de los grandes
edificios; en ocasiones, el aire de movimiento rápido de los
niveles altos es empujado hacia el flujo a nivel del suelo.
En las ciudades modernas es notable ·el efecto de canaliza­
ción inducido por los edificios, sobre todo por aquellos
construidos siguiendo un modelo poligonal; las contraco­
rrientes producidas al abrigo de los altos edificios han
creado, a veces, vientos racheados con fuerza casi huraca­
nada, para incomodidad de los ciudadanos y perplejidad
de los arquitectos responsables.
Sinuosas bandas de fuertes vientos circundan el globo
terrestre a una altura de 10 kilómetros por encima de la
superficie: las corrientes en chorro. Son muy estrechas
184
,unos pocos cientos de kilómetros), pero pueden llegar a
rodear más de la mitad de la Tierra, y la velocidad de sus
vientos va de los 30 metros por segundo hasta los 100
metros por segundo. No se sospechó la existencia de estos
vientos de alto nivel hasta la segunda guerra mundial,
cuando los pilotos de los aviones de vuelo alto vieron que
había grandes diferencias en tiempo entre los realizados
con rumbo oriental y los que vuelan hacia el oeste.
En cada hemisferio hay una corriente en chorro principal
a una latitud aproximada de 50 grados; soplan desde el
oeste al este, pero se retuercen para formar una serie de
rizos cuyo tamaño y posición están variando constante­
mente. Estos vientos de alto nivel controlan el desarrollo y
movimiento de las depresiones y las altas presiones en la
atmósfera inferior. Sobre las regiones subtropicales hay
otras corrientes en chorro que vienen desde el oeste, pero
estas tienen poco efecto directo sobre el tiempo de superfi­
cie. La única corriente en chorro procedente del este sopla
sobre el océano Indico y Africa en los niveles altos durante
el verano del norte, llevándose los enormes volúmenes de
aire que han ascendido en el monzón y descargando sus
lluvias torrenciales sobre la India. Aunque la velocidad de
estos tubos de aire de movimiento rápido es varias veces
superior a la de los vientos de fuerza huracanada, no se
pueden comparar directamente con los vientos de la
superficie porque el aire en la tropopausa, donde se hallan
las corrientes en chorro, es bastante menos denso y, como
consecuencia, la energía que transporta el viento es menor.

Los planeadores están íntimamente familiarizados con las fluctuaciones


del viento, se remontan utilizando ventajosamente las corrientes termales
altas, rara vez detectables desde el suelo.

185
Ráfagas y brisas

En la cultura de la Grecia antigua, los vientos procedentes


de los ocho puntos de la brújula tenían sus propios
nombres; la «Torre de los Vientos», en Atenas, construida
alrededor del año 1000 a.C., ostentaba el dibujo en cada
una de sus ocho fachadas de un dios vestido en la forma
correspondiente al viento que representaba. (La Torre de
los Vientos se usa como emblema oficial de la Real
Sociedad Meteorológica Británica.) Sin embargo, hoy es de
conocimiento general que los vientos no son de creación
divina; se deben más bien a la circulación global de la
atmósfera y a los sistemas de bajas presiones con sus
anticiclones superpuestos. Pero la topografía de la Tierra
puede modificar de forma importante el modelo del flujo
de aire sobre áreas muy amplias e incluso generar sistemas
de circulación local completamente independientes.
Las ·grandes cordilleras montañosas continentales, como
las Rocosas y el Himalaya, no sólo bloquean el viento sino Los árboles, como este pino,
que ejercen un gran control sobre la circulación entera. Las indican la dirección de
cordilleras más pequeñas, como las de Escoda, Noruega y los vientos persistentes que
soplan hacia abajo desde el
Nueva Zelanda, tienden a forzar al aire a elevarse sobre
monte Egmont atravesando
ellas, con el resultado de que la ladera situada en dirección Taranaki, en la North lsland de
del viento recibe una gran cantidad de lluvia orográfica Nueva Zelanda.
mientras el lado de sotavento queda notablemente más
seco. Si el aire ha liberado mucha de su humedad al
elevarse, se calentará más deprisa según desciende porque
tiene menos agua de la necesaria para convertirse en
vapor. Por tanto, en la ladera de sotavento erflujo de aire
es más seco y cálido que en la de barlovento. Los vientos
de este tipo influyen mucho sobre las condiciones climáti·
cas y, por tanto, sobre las actividades humanas; multitud
de lugares del mundo los bautizan con.nombres especiales:
zonda en Argentina, austru en Rumanía y nor'wester en las
llanuras de Canterbury, de Nueva Zelanda. Suele haber
una repentina y a veces dramática elevación de la tempera·
tura asociada; la más rápida registrada fue una subida de
- zooc a 7°C, en tan sólo dos minutos en una localidad de
Dakota del sur, USA. El viento Chinook, que sopla en las
colinas orientales .al pie de las Rocosas, y cuyo nombre
deriva de la tribu india local, suele ser bien recibido en
invierno por los ganaderos porque elimina rápidamente el
manto de nieve. Sin embargo, la llegada del Chinook en
186
época demasiado temprana puede tener inconvenientes:
las plantas germinarán demasiado pronto y los animales
empezarán la muda de su pelaje invernal, con desastrosas
consecuencias si vuelve de repente el tiempo frío.
El viento Fónh, europeo, no recibe la misma bienvenida
general. Se le considera culpable de dolores de cabeza,
ataques cardíacos, depresiones y suicidios; sus efectos son
tan notables para la gente que trabaja en interiores como
para los que lo hacen al aire libre. Han sido bastante
infructuosos los intentos hechos para relacionar los proble­
mas de salud que se asocian al viento Fonh con la
humedad, el fenómeno eléctrico y los gases .nocivos en el
aire, y ahora se piensa que quizás los rápidos cambios en la
temperatura y la humedad puedan trastornar fisiológica­
mente a algunas personas. El calor del viento Fónh no se
debe al origen del aire, sino a su compresión cuando
desciende por las laderas de los Alpes europeos.
Los vientos de ladera de sotavento pueden ser a veces
187
particularmente violentos. En Boulder, Colorado, el viento
baja por las laderas de las Rocosas como una cascada,
originando tremendas ráfagas racheadas de más de 50
metros por segundo y causando daños comparables a las
secuelas de un tornado. Pero, mientras en Colorado estos
vendavales ocurren quizás dos veces al año, en cualquier
otro lugar se consideran fenómenos inusuales.
Ell6 de febrero de·l962, durante un insólito vendaval,
la ciudad inglesa de Sheffield padeció un viento muy
dañino al quedar el aire frío de sotavento atrapado por
una capa de aire caliente, que se colocó sobre la masa de
aire frío actuando como una tapadera. El aire caliente no
sólo impidió que el más frío se elevase por encima de las
·colinas y luego descendiese suavemente otra vez, sino
también que el aire ascendente «brincase>> contra la «tapa­
dera» y rebotase hacia el suelo, empujando el flujo de aire
desde una capa atmosférica a una capa anormalmente
superficial. Los vientos de ladera de sotavento son impor­
tantes para muchos aspectos de la utilización de la tierra,
desde la prevención de los peligrosos vientos tranversales
sobre los sectores expuestos de las autopistas hasta la
reducción del daño a los árboles en las plantaciones
boscosas.
Cuando el pico de una montaña se a)za aislado, el flujo
de aire puede bifurcarse y fluir a su alrededor, más que
subir sobre aquélla. Esto sucederá con mayor probabilidad
cuando la masa de aire es muy estable y, por tanto, reacia
a elevarse. Por lo tanto, las localidades situadas a los lados
de las montañas y especialmente en los desfiladeros entre
Fuertes vientos locales
las cimas pueden experimentar vientos más fuertes que en occidentales procedentes
las propias cimas. En el Pali Lookout, un famoso desfilade­ de los montes Peninos
ro montaños0 cerca de Honolulú, se puede arrojar un destruyeron tres altas torres·

188
Los ocho vientos que Aristóteles
fue el primero en identificar
(384-322 a.C.) están esculpidos
en el friso de la «Torre de los
Vientos• octogqnal del Ateneo.
Cada viento está representado
por una figura mitológica,
personificación del tiempo con
ella asociado. Así, el viento del
norte, frío y tempestuoso, está
representado por Boreas, un
hombre viejo, con ropa de
abrigo y soplando su concha
(izquierda). El viento del este está
representado por Apeliotes,
escasamente vestido 1derecha).

sombrero sobre el precipicio y el viento lo lanzará inmedia­


tamente de vuelta.
También puede aparecer un viento de circulación locali­
zada allí donde partes adyacentes de la superficie se
calientan en diferente medida; la brisa marina es el más
familiar de estos tipos de viento. En un día soleado la tierra
se calienta mucho más deprisa que el mar y se desarrolla
un sistema circulatorio donde el aire caliente se eleva
desde la tierra, se desplaza mar adentro y desciende sobre
el mar para volver a fluir hacia la costa como brisa marina
refrescante. Estos suaves· movimientos de aire hacia el
interior modifican en gran medida los climas costeros y son
una bendición en lugares como Perth, oeste de Australia,
donde en verano el ·calor puede llegar a hacerse sofocante
si «El Doctor» -fa brisa marina local- no hace acto de
presencia .al mediodía.
La brisa marina puede llegar tierra adentro hasta los 300
kilómetros antes de extinguirse con la caída de la tarde. El
flujo de vuelta al mar está generalmente situado a menos
de 1 kilómetro por encima de la superfiCie; si s� está
quemando la maleza, el brusco cambio de dirección del
humo ascend - ente indica de forma clara este movimiento.
Por la noche la circulación se invierte y sopla una fría brisa
terrestre sobre la. línea costera y hacia el mar. Las brisas
mar.inas iienen también su contrapartida en las regiones
montañosas, donde la, superficie de una montaña se calien­
ta más deprisa. que la masa de aire adyacente situada sobre
el valle: el aire �e eleva sobre las laderas y cae a éste. Las
nubes reflejan· el ciclo diario: se originan al final de la
mañana, trayendo posibles chubascos y dispersándose de
:le refrigeración
de 114 metros en
nuevo por la tarde. Por la noche, el aire frío en contacto
Ferrybridge, Yorkshire, con los flancos de la montaña desciende hasta ·el fondo del
�1 1 de noviembre de 1965. valle, donde se acumula como en una bolsa.
189
Fuerza del viento

La característica más obvia de cualquier viento es su


fuerza. A un viento ligero a veces se le llama, aunque cada
vez menos, céfiro, mientras que un viento ligeramente más
fuerte recibe el nombre de brisa. "La palabra viento se suele
utilizar hasta para describir el vendaval más dramático o
incluso un huracán si llega el caso. En general, el uso de
estos términos es impreciso. vendaval es cualquier viento
que hace difícil a las personas mantenerse en pie, que
sopla derribando objetos y rompe pequeñas ramas de los
árboles. Sin embargo, en meteorología, este término tiene
un significado muy definido: un viento de 17,4 a 24 metros
por segundo. Otro elemento importante del viento es la

lA ESCALA DE BfAUFOIIT
Durante miles de años, antes
de la llegada de los motores
a vapor, los marinos
dependían totalmente de las
corrientes océanicas y del
sistema general de vientos:
no es ninguna sorpresa, por
tanto, que el primer intento
para catalogar los vientos
viniese de un marino, el ·

almirante Beaufort, quien


diseñó una escala de fuerza
de vientos en 1805. Al
principio se refirió al
velamen necesario para
condiciones de viento
específicas, pero después la
escala se adaptó para
explicar el "efecto visible del
viento sobre el mar. Al
añadir definiciones util�bles
en tierra, la escala de
Beaufort, que va desde O Cuando el mar está liso

ha�ta 12, se ·usa todavía. predominan las condiciones d e


calma, fuerza O (aniba).

190
Los vientos katabáticos
traen tiempo frío cuando soplan
a través del hielo de la
Antártida.

dirección desde la que sopla; la dirección y la naturaleza


física de las superficies sobre las que ha pasado explican
los ras!;JOS característicos de un viento cualquiera. Por
ejemplo, un viento seco y caliente, el santa Ana, sopla
desde el desierto de Mojave a través de los desfiladeros•
montañosos llegando a la costa sur de California. Este
viento, más común en otoño e invierno, aparece cuando el
anticiclón del Pacífico se extiende al nordeste de su
posición habitual. Es muy temido porque, seco y caliente
por demás, transf<?rma en un infierno cualquier fuego que
se 'inicie durante este período. De igual forma, en el
sudeste de Australia el viento del nor&ste, el brickfielder, ·

que sopla en verano directamente desde el desierto, es


famoso por ser caliente y polvoriento. Totalmente distinto,
el mistral es un viento frío del norte o nordesite que se
encauza bajando a lo largo del valle del Ródano, en
Francia. Los fríos vientos del norte son conocidos a lo
largo de la mayor parte de Europa. pero en las costas

191
normalmente refrescantes del mar Mediterráneo este vien­
to fuerte y frío puede tener efectos bastante alarmantes. La
región mediterránea también se encuentra en el camino
del Siroco, un viento opresivamente caliente y seco que
sopla hacia el norte desde el desierto del Sáhara, abrasan­
do la zona costera del norte de Africa y cruzando después
al Mediterráneo para alcanzar los litorales del sur de
Europa como viento cálido y húmedo que tiende a inducir
· dejadez e inercia en la gente de estas· regiones.

Los vientos estacionales, los


monzones. transportan
gigantescas nubes de lluvia
a Tailandia.

192
El harmatán sopla hacia el sur desde el Sáhara atrave­
sando los países del oeste de Africa, y llegando al golfo de
Guinea en invierno. Constituye un alivio del habitual calor
húmedo de los trópicos, pero también lleva consigo tor­
mentas de polvo y aire tan seco que abrasa la vegetación.
El habook es un potente y caliente viento que produce
tormentas de arena en el Sudán; el mismo efecto tiene el
khamsin en Egipto;que llega desde el sur cargado de polvo.
Uno de los vientos más agradables de la región mediterrá-

193
nea es el conocido como levante. un viento húmedo
oriental que sopla a lo largo de este mar cercado de tierra
llevando aire húmedo y suave a Gibraltar y la masa
continental vecina.
Las regiones interiores de las grandes masas continenta­
les son las áreas de origen de muchos vientos fríos. entre
ellos el ·pampero. viento muy frío del sudoeste que sopla a
través de las pampas argentinas. El este de los Estados
Unidos experimenta vientos secos y fríos similares. proce­
dentes del Canadá. que equivalen a los fuertes vientos
invernales del nordeste que soplan a través de Rusia y Asia
central.
Los frentes fríos que avanzan a lo largo de la costa sur
australiana no tienden sólo a producir lluvia abundante.
sino también un repentino descenso de las temperaturas
-de 10 a 20"C- en unos pocos minutos cuando llega un
frío viento conocido como southerly buster (denominación
cuya traducción aproximada podría ser «el chicarrón del
SUT>>).
Si un viento se ve forzado a pasar sobre una gran
extensión de hielo y nieve. se origina un vientq katabático
-furioso flujo descendente de aire extremadamente
"frío-. el tipo que es responsable de muchos de los. vientos
.extremadamente violentos por los que es famosa la costa
de la Antártida: soplan día tras día. mes tras mes. a
velocidades medias de 80 kilómetros hora. Vientos simila­
res. conocidos localmente por los nombres el chief (el
jefe). el old man (el viejo) o el purga. que transportan
torbellinos de nieve y cristales de hielo. soplan desde el
Artico. haciendo insoportables las condiciones del exterior
a los nativos de Siberi�. Los agradables vientos alisios que
dominan el clima de las islas Hawai son interrumpidos
ocasionalmente durante unos pocos días por un per.íodo
de vientos cálidos. anormalmente húmedos. procedentes
del Kona o cara de sotavento de lás islas. Estos vientos
llegados de Kona van a menudo acompañados de una
pluviosidad abundantísima. y generalizada. de carácter
repentino y duración variable.

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Las olas moderadas representan Las olas altas y la espuma
condiciones de brisa, fuerza 5 indiCdn condiciones de vendaval,
(arriba). fuerza 8 (abajq).
Usos del viento

El instrumento más utilizado para medir la velocidad del


viento es el anemómetro de semiesferas, un instrumento
que consta de un pequeño generador eléctrico protegido
de la intemperie por una caja e impulsado por un rotor
compuesto de tres cubetas semicónicas montadas sobre un
eje vertical. Cuanto más rápido impulsa las cubetas el ·

viento, mayor es la potencia obtenida por el generador; ello


se registra en trazo continuo sobre un papel que puede
leerse directamente.
· El alternativo anemómetro de probeta de pr.esión funcio­
na basado en el mismo principio que el velocímetro de un
avión: una veleta mantiene la abertura final de un tubo
o,rientada hacia el viento; se transmite la presión por el
tubo para ser convertida en un registro continuo de la
velocidad del aire. Las estaciones meteorológicas registran
la velocidad del viento que indica la veleta.
Los que no disponen de equipos tan sofisticados pueden
obtener una idea aproximada de la dirección del viento
poniendo un dedo humedecido en alto. Se sentírá más fño
en el lado del dedo contrario al viento, debido al mayor
porcentaje de evaporación. Sin embargo, cualquier valora­
ción de la dirección y velocidad del viento realizada a nivel
del suelo será probablemente inexacta debido al efecto
obstructivo de los árboles, los edificios y las colinas cerca­
nas. En aras de la uniformidad, todas las estaciones
meteorológicas acordaron colocar Sl,l equipo de estudio del
viento en terreno al menos a 10 m sobre el nivel del
suelo. En lugares remotos no suele ser conveniente utilizar
instrumentos caros; en tales condiciones, un método habi­
ttml para evaluar el viento es colocar una bandera y
observar con qué rapidez se hace jirones. No es una forma
muy precisa de medir la velocidad del viento, pero es un
indicador sorprendentemente bueno de la exposición ge­
neral al viento.
Durante muchos siglos los barcos han dependido por
completo del viento, su principal fuente de energía, y a
veces también su mayor enemigo. Como consecuencia, los
marineros eran diestros en la interpretación de las condi­
ciones del viento y en navegar con el viento a cualquier
ángulo para mantener el rumbo. Los vientos fuertes eran
un peligro, habiendo demostrado ser la p.::rdición de
196
4� \

innumerables embarcaciones frágiles, pero casi tan peligro­ Se está investigando la fuerza
sas eran las condiciones de calma en las que un barco de las olas, que depende
podía quedar inmovilizado. Los enormes navíos de hoy no directamente del viento,
en un esfuerzo por
dependen tanto de los vient()s, aunque a veces tormentas
encontrar una fuente alternativa
muy fuertes pueden ocasionar desastres. Las condiciones de energía. La balsa de contorno
siguen siendo importantes, pues los barcos pueden ahorrar en este tanque de oleaje
importantes cantidades de combustible si navegan con experimental está basada en la
viento favorable. Por tanto, la mayoría de las líneas de idea de sir Christopher
Cockerell, el inventor del
navegación usan los servicios de las agencias meteorológi­
moderno aerodeslizador.
cas, que facilitan los pronósticos y recomiendan aquellas
rutas por las que en un momento determinado se hará un
mejor uso de los vientos dominantes. Estas previsiones
197
! .
hacen hincapié en la fuerza y dirección del viento, dando
información en términos de la escala de Beaufort y los
puntos de la brújula; los avisos de tempestades se emiten
independientemente. Para los pequeños barcos de placer,
el viento es un factor tan crítico como lo fue en el pasado.
Parte de la preparación para participar en cualquier com­
petición está basada en la capacidad del navegante para
l�er y actuar de acuerdo con la mínima fluctuación de la·
_, velocidad y dirección del viento para aprovechar hasta la
última pizca de la energía eólica. Y, precisamente por esta
razón, desde 1972 muchos países han incluido un meteo­
rólogo en su equipo de balandros olímpicos. Pero a pesar
de la destreza del navegante y a pesar de lo bien preparado
que él o ella pueda estar,. las pequeñas embarcaciones
quedan siempre a merced de los imprevistos.
Sin embargo, uno de . los principales efectos de los
modelos de viento sobre la navegación es el efecto indirec­
to del viento sobre el agua. El viento es la principal fuerza
generadora de las grandes corrientes oceánicas, como la
del Golfo en el Atlántico Norte y la del Kuro Shio en el
Pacífico Norte, y determina también el complejo modelo
de las corrientes secundarias y remolinos costeros, median­
te una compleja interacción de la rotación de la Tierra, la
forma de la cuenca oceánica y la física del movimiento de
los fluidos. En particular son importantes para el hombre
las contracorrientes, al·ser la zona donde «pastan» algunas
de las mayores concentraciones mundiales de pescado y
también por su efecto en el control del clima costero. Es la
contracorriente de agua fría cercana a la orilla de la costa
californiana la que proporciona a San Francisco y otras
ciudades de esta costa su clima fresco en verano y la
frecuente presencia de nieblas.
Los vientos también generan las olas superficiales de los
océanos: cuanto más fuertes, mayores las olas. Los venda­
vales que soplan alrededor de los sistemas de bajas
presiones generan olas de todos los tamaños y en la
localidad inmediata el mar es salvaje y embravecido, a
veces un peligro real hasta para los grandes y modernos
barcos. Las olas que han viajado a través de cientos, quizás
miles, de kilómetros de océano abierto sin interferencias
llegan como enormes rompientes a algunas playas que
están en una posición favorable; éstas son las estupendas
olas tan ávidamente buscadas por los entusiastas del
«surfing». En las islas Hawai el ole9-je llega a sus playas del
norte desde los sistemas de bajas presiones del Pacífico
Norte en ·invierno y a las del sur desde las bajas pre­
siones dé la zona templada del hemisferio sur en verano.
Quizás los efectos más dramáticos del viento se produz-
·

can sobre estructuras de gran tamaño; el que constituye un


198
BARCOS IMPULSADOS POR EL VlENTO
En respuesta a la elevación de los precios del petróleo, los
diseñadores de barcos vuelven su mirada hacia los buques de
vela para aprovechar el viento, fuente de energía gratuita. Las
nuevas ideas incluyen aparejos adecuados del tipo de proa a
popa de construcción económica: se usan ampliamente en el
diseño de los aviones. Los ejes verticales de los molinos de
viento están en las primeras etapas de desarrollo y hay
·dificultadeS para que se puedan utilizar en el mar. También se
está poniendo a punto un método de impulso para los barcos
mediante la utilización de cometas que pueden volar muy alto1
allí donde los vientos son fuertes y estables. El primer buque de
vela comercial de bajo consumo energético, el Shinaltoku Maru,
fue botado ell de agosto de 1980. Este revolucionario buque
japonés (abajo) es un petrolero dotado de dos nuevas velas
cuadradas. plegables que ayudan al motor principal. Las dos
velas, controladas por computadora, reducen el consumo de
combustible y no requieren tripulación adicional.

peligro real es el repetido soplo martilleante del viento


racheado, más que la presión ejercida por un viento
anticiclónico constante. Por lo tanto, cuando un arquitecto
diseña un puente o un edificio debe evaluar con exactitud
los principales vientos constantes y racheados que se
espera que la estructura tenga que soportar y diseñarla
teniéndolos en cuenta. En este sentido, «el túnel aerodiná­
mico>> es una ayuda incalculable. Se deben ensayar los
terrenos circundantes y los modelos a escala de la cons­
trucción en corrientes de aire de fuerza variada para
descubrir los efectos del viento sobre las partes de la
estructura «cara al viento>> y la forma en que se modifica
la corriente de aire después de alcanzar el primer obstáculo.
199
Corrientes de
Un sistema de bajas presiones es un gran sistema rotatorio
de masas de aire que interactúan, y se extienden general­
mente entre 500 y 2.000 kilómetros. Sus características
barométricas le dan el nombre· de «depresión», mientras
que la circulació,n de sus vientos todavía le confieren otra
denominación, la de <<ciclón». Aunque el nombre ciclón se
reserva habitualmenté para los intensos sistemas de baja
presión tropicales, el adjetivo ciclónico se usa para toda
caracteñstica asociada con un sistema de este tipo, sea
templado, tropical o subtropical. Un sistema de bajas
presiones <<profundo» es aquel· en el que la presión central
es muy baja. Por otro lado, un sistema de bajas presiones
<<intenso» es aquel en el que las isobaras están estrecha­
mente apretadas y por tanto, está asociado a vientos muy
fuertes. La mayoría de los sistemas de bajas presiones
profundos son además intensos; los poco profundos pue­
den serlo también y producir fuertes vientos localizados.
El centro de un sistema de bajas presiones está asociado
cbn aire inestable ascendente alimentado por un flujo de
aire convergente a nivel del suelo, y esta combinación
produce de forma natural nubes y lluvia. Pero no llueve a
lo largo de todo el sistema. La lluvia, granizo o nieve están
concentrados principalmente a lo largo de bandas, que
pueden ser frentes -límites entre masas de aire de
diferentes características- o depresiones, donde la con­
vergencia es más· fuerte. Los sistemas de baja presión
recién formados son los principales productores de lluvia,
mientras que en un ciclón maduro la lluvia suele ser en
forma de chaparrones, incluso en la parte central. Los
sistemas de bajas presiones más profundos se localizan en
latitudes entre los 50° y 65° norte y sur, donde los
sistemas migran desde el oeste al este. En el hemisferio sur
hay una continua procesión de sistemas de bajas presiones
rodeando al globo, pero en el hemisferio norte, su inciden­
cia es bastante más variable; algunas veces se suceden uno
tras otro durante semanas; en otras ocasiones hay largos Vista de un sistema ciclónico
situado a 1.920 kilómetros al
intervalos o se desvían al norte o el sur de su trayectoria
norte de Hawai, tomado el 11
normal. Los esquemas de viento de las capas superiores
de marzo de 1969 por el Apolo
son los que gobiernan su comportamiento. durante su órbita número 124
No hay dos sistemas de bajas presiones que causen alrededor de la Tierra.

200
desarrollo a los sistemas de bajas presiones. Normalmente
se intensifican al pasar sobre el Atlántico en su camino
hacia el nordeste hasta las Islas Británicas y Europa, pero
algunas veces se mantienen cerca de la costa siguiendo una
trayectoria más al norte y penetrando en el interior por las
costas para producir vendavales, nieve, lluvia helada o
chaparrones de granizo en ciudades de la costa este tales
como Boston. En la costa de Japón se produce una
situación similar. En el hemisferio austral las zonas que lo
originan están muy al sur de las áreas habitadas, y en
Australia y Nueva Zelanda sólo se dejará sentir el borde de
la zona de bajas presiones.
Los sistemas de bajas presiones acostumbran a desarro­
llarse cerca de la corriente en chorro del frente polar,
donde el gradienj:e de temperaturas es más fuerte, y luego
avanzan. Pero las corrientes en chorro no son estáticas:
caminan sin rumbo, y consecuentemente también cambian
las trayectorias de los sistemas de bajas presiones. En
alguna ocasión una rama de una corriente en chorro se
desplazará bastante al sur y en esta situación un sistema de
bajas presiones «aislado» puede quedar inmovilizado alre­
dedor de los 30° a 40° norte, dando lugar a un inesperado
período de tiempo inestable, tanto en California como la
región mediterránea. Los· sistemas de bajas presiones
aislados son más comunes en el hemisferio norte que en el
sur, siendo en el mar de Tasmania donde ocurren con
más frecuencia. Los pequeños sistemas de bajas presio-

Las corrientes de aire que


alimentan los sistemas de bajas
presiones continentales en
veraho, cálidas y secas,
producen terroríficas tormentas
de polvo, como las sufridas por
los miembros de la tribu de los
Tuaregs al atravesar el desierto
del Sáhara; nubes
cúmulo de polvo son empujadas
hacia arriba, a las corrientes de
aire termales.

203
nes polares, que se forman en corrientes de air� marítimo
polar que soplan del norte sobre el océano, acostumbran a
,..,
traer nieve y se les suele achacar nevadas inesperadas.
La banda de latitud 25-35 grados es frecuentada por
anticiclones, o sistemas de alta presión, pero rara vez se
forman allí sistemas· de bajas presiones subtropicales. Las
condiciones bajo las que aparecen no se entienden del
todo, aunque algunos lo hacen, ciertamente, a partir de los
sistemas de bajas presiones aislados derivados hacia el
ecuador. En el flanco oriental de un sistema de bajas
presiones subtropical fluye hacia los polps una corriente de
aire muy húmedo ·y cálido, ascendiendo para producir
lluvia abundante y extensa, a veces con tormentas o
incluso un tornado. En· noviembre de 1978, Honolulú
sufrió un diluvio de 30 centímetros de agua en los cinco
días para una de estas tormentas, la «kona» de Hawai.
Incluso los trópicos padecen sistemas de bajas presiones,
y son verdaderamente graves si se desarrollan lo suficiente
como para llegar a convertirse en huracanes. En la zona de·
5 grados del ecuador no se forman sistemas de bajas
presiones, aunque sí es frecuente que las áreas de conver­
gencia produzcan densas lluvias. Estas áreas, a diferencia
de la de las regiones templadas, no llegan a establecerse
dentro de los sistemas meteorológicos, sino que permane­
cen como ·zonas poco definidas con actividad tormento­
say y precipitaciones que duran normalmente menos de
24 horas.

204
1

Tormentas de olas

No· hay dos sistemas de bajas presiones que produzcan


exactamente el mismo tiempo, y las temperaturas implica­
das dependen de las masas de aire envueltas en su
circulación. Sin embargo, la mayoría de estos sistemas
producen nubosidad, lluvia o nieve que afectan a una
extensa zona. Las variaciones tienen lugar en las colinas y
las montañas, donde la precipitación puede ser más inten­
sa, con mayores probabilidades de que sea de nieve, y el
viento es más fuerte, mientras que los profundos valles tan
'

AMENAZA DE JNUNDACION
En el estuario del río Támesis se
crean condiciones de inundación
cuando la línea de masa de
· presión barométrica de un
sistema de bajas presiones. se
dirige hacia el sur desde el Mar
del Norte, elevando el nivel del
mar hasta un «máximo•. La
tormenta de olas ocurre si esta
masa de agua que viaja desde el
mar profundo alcanza la parte
sur, relativamente superficial, del
Mar del Norte y entra en el
cuello de botella emplazado
entre el sur· de Inglaterra y los
Países Bajos. Las barreras del
Támesis se han diseñado para
excluir las tormentas de olas del
estuario. Sus cuatro compuerta?
principales, en proceso de
construcción (izquierda) son las
mayores del mundo en su clase.
Si fuese el caso, el Servicio de
Vigilancia de Tormentas
Marítimas alertará al centro de
control de la barrera, donde los
ingenieros decidirán si es
necesario cerrar y si es el
momento óptimo para ello'. Las
compuertas adoptañan entonces
sus posiciones defensivas,
interrumpiendo la navegación.

205
sólo recibirán lluvia. Un descenso barométrico, nubes
densas y un aumento en la velocidad del viento indican la
aproximación de un sistema de bajas presiones; se empie­
zan a sentir las primeras gotas de lluvia a medida que éste
se aproxima. La influencia de un sistema de bajas presio­
nes se extiende hacia afuera; más hacia la cara ecuatorial
que a la polar debido a los frentes rezagados.
Sin embargo, el mal tiempo más persistente se experi­
menta en el lado polar de un sistema de bajas presiones,
en particula, r en la cara del nordeste. En esta parte un
observador situado al nivel del suelo está dentro de la
masa de aire frío, mientras que, directamente encima de él,
el aire· cálido ascendente está liberando su carga de
humedad en forma de lluvia o nieve. Es en este sector de
un sistema de bajas presiones intenso donde e� mayor el
riesgo de lluvias excepcionalmente copiosas con las inun­
daciones subsiguientes.
Los sistemas de bajas presiones pueden causar «tormen­
tas de olas», cuando unas condiciones borrascosas inespe­
radas elevan repentinamente el nivel del mar, dando como
resultado la inundación de las zonas costeras bajas. Nor­
malmente dicho nivel fluctúa: la marea sube y baja dos
veces al día, y con ocasión de la luna llena o nueva las
oscilaciones de la marea se intensifican. Por otro lado, la
presión atmosférica también puede afectar al nivel del mar.
Cuando la presión baja, el nivel del mar sube y viceversa.
Los vientos fuertes hacen que el agua «Se amontone»
delante de ellos, y si da la casualidad de que el viento se
dirige hacia un corredor de mar estrecho o un estuario las
consecuencias pueden ser desastrosas.
Un sistema de bajas presiones que afectó toda Europa y
causó una tormenta de olas �n el mar del Norte el 3 de
enero de 1976, se constituyó al oeste de Escocia y se
intensificó rápidamente al atravesar el mar del Norte, cruzó
luego Dinamarca y entró por el norte de Polonia. Provocó
fuertes vendavales en todos los paises afectados, con
vientos que soplaron a más de 45 metros por segundo.
Afortunadamente las defensas costeras resistieron.
Sin embargo, en 1953, las poblaciones costeras de Gran
Bretaña y los Países Bajos no fueron tan afortunadas. Un
profundo sistema de bajas presiones se formó en el
extremo norte de Escocia, giró luego hacia el sudeste en el
·mar del Norte, seguido por un fuerte viento del norte. La
velocidad media del viento alcanzó 40 metros por segundo
en Orkney, arrancando miles de árboles en Escocia, y
volcando un trasbordador entre Escocia e Irlanda del
Norte. Pero lo peor de todo fue la tormenta de olas que se
produjo en aquella zona. Se inundaron extensas áreas del
este de lnglatérra, y 307 personas murieron ahogadas. En
206
Holanda, el número de víctimas fue mayor: los diques se Los diques holandeses que
desplomaron bajo el empuje de las olas, el mar inundó protegen la tierra robada al mar, .
situados por dBbajo o al nivel
200.000 hectáreas de tierras a él ganadas, y perdieron la
del mar, fueron desbordados por
vida 1.800 personas. De igual modo, el escritor Daniel
las aguas del Mar del l':lorte
Defoe registró otra tormenta originada por un intenso durante la tormenta de olas de
sistema de bajas presiones que atravesó Gran Bretaña el 1953. Las reparaciones hubieron
26 de noviembre de 1703, con vientos del sudoeste en su de prolongarse durante nueve
flanco sur que alcanzaron velocidades de más de 45 meses.

metros por segundo. Se llamó la Gran Tormenta porque


hasta entonces no había habido otra igual, ni ha habido
desde entonces una serie similar de sistemas de bajas
presiones sucediéndose a través del Atlántico. Según De­
foe, «el aire estaba lleno de meteoros y vapores llamean­
tes», cuando el huracanado viento cruzó el país destrozan­
do todo lo que encontró a su paso. Se perdieron cientos de
barcos, las tejas de los tejados volaban, miles de árboles
207
Muchas personas perecieron ahogadas el 1 de febrero de 1953 en
Holanda cuando una tormenta de olas, provocada por un sistema de
bajas presiones profundo y rápido, atravesó el Mar del Norte.

fueron arrancados y 400 molinos de viento derribados. El


faro de Eddystone desapareció sin dejar rastro, y eri el
estuario de Sevem una tormenta de olas ahogó miles de
cabezas de ganado.
Aunque las regiones tropicales y subtropicales no están
afectadas por los sistemas de bajas presiones en la misma
medida que las latitudes templadas, también allí las tor­
mentas de olas pueden ser importantes. La bahía de
.

Bengala es una de esas zonas vulnerables, muy estrecha en


su parte norte y rodeada por una zona de terreno de
aluvión bajo, incluyendo el gran delta del Ganges. En esta
parte el peligro se hace mayor debido a la enorme concen­
tración humana. Cuando un ciclón o un sistema tropical de
bajas presiones se traslada a esta zona, no existe lugar
donde la gente pueda refugiarse. En noviembre de 1970
un fuerte ciclón y la correspondiente tormenta de olas
mataron cerca de un millón de personas.
208
Huracanes

La furia del huracán Ellen quedó


plasmada en esta dramática
fotografía de satélite (derecha),
tomada el 20 de septiembre de
1973 por la misión Skylab 3, '
cuando el huracán pasaba sobre el
Atlántico.

El huracán, tifón o ciclón tropical, es el componente


individual más espectacular de la máquina del tiempo
terrestr�, un enorme sistema meteorológico en espiral que
contiene vientos de gran intensidad y enormes bancos de
nubes tormentosas productores de las lluvias más fuertes
conocidas en la Tierra. Paradójicamente, el centro del
huracán es una pequeña zona -el «Ojo» de la tormenta­
donde los vientos son ligeros, los cielos claros y el aire
cálido. Hasta ahora hay una total ignorancia de como
nacen exactamente estas gigantescas tormentas, aunque,
básicamente, son un tipo de sistemas meteorológicos
idéntico a las «depresiones» que barren Europa desde e1
Atlántico, o el litoral de los Estados Unidos desde el
Pacífico. Sin embargo, los huracanes son ciclones a gran
escala, gigantescos sistemas tormentosos capaces de dejar
a su paso un rastro de EiestrucciQn y de muertes, y ello
hace que se estudien con ahínco.
Estos enormes sistemas de tormenta exigen dos requi­
sitos básicos: calor y humedad. Como consecuencia sólo
209
se desarrollan en los trópicos, entre las latitudes 5° y 20°
norte y sur del ecuador, y en regiones donde la tem­
peratura del mar es superior a 27°C. Casi de forma in­
variable, se mueven primero en dirección oeste y luego
se alejan desde el ecuador, bien para azotar tierras, con
resultados desastrosos, o bien para continuar sobre el
océano hasta alcanzar aguas más frías y extinguirse por sí
mismos. Una tormenta nacida en el oeste del Atlántico, por
ejemplo a 15°N, podría causar estragos en las islas de
barlovento o en las de sotavento, girando después al norte
a través de las Antillas Mayores y precipitándose finalmen­
te en el continente americano cruzando el Golfo o las
costas atlánticas. En esta parte del mundo las tormentas se
denominan por su nombre más familiar, «huracán», térmi­
no derivado de una palabra de los indios caribes.
Las condiciones atmosféricas y oceánicas favorecen la
formación de huracanes en los meses de verano y otoño
sobre todo. La región donde se dan con mayor frecuencia
es el Pacífico nordoccidental; reciben aquí el nombre de
«tifones» -término de -origen chino-, mientras que a las
tormentas de la bahía de Bengala, al sudoeste del océano
Indico, alrededor de Madagascar y Mauricio, al norte de los
mares de Australia, se las denomina «ciclones». Los meteo­
rólogos aplican los términos de «ciclón tropical» y <<tormen­
ta tropical giratoria» a tales sistemas. Dentro de los trópicos
se llaman «tormentas tropicales» a los sistemas d� nubes y
lluvia más débiles cuando la velocidad del viento está entre
los 17 y los 31 metros por segundo; «depresiones tropica­
les» si la velocidad del viento es menor de 17 metros por
segundo y «perturbaciones tropicales» si no hay vientos
fuertes ni circulación de vientos ni nubes alrededor de un
área central. Estas pequeñas perturbaciones son muy
comunes en los trópicos y algunas acaban convirtiéndose
en huracanes con todas las de la ley, perfectamente
capaces de causar estragos allí por donde pasan.
No hay dos huracanes exactamente iguales, pero una
típica tormenta madura puede alcanzar los 600 kilómetros
de diámetro con sus vientos que circulan girando en espiral
hacia el centro, con velocidades superiores a 50 metros
por segundo. El tamaño del ojo puede tener un diámetro

Tifón, es el nombre que se da a los


huracanes en los mares de China.
Se cree que deriva de la expresión
china tai fung, cuyo significado es
•Viento que golpea•, pero es
también posible que provenga del
monstruo griego Typhoeus, el
padre de los vientos de tormenta.

210
211
\(ariable entre 6 y 40 kilómetros. La presión atmosférica en
el centro es a veces inferior a 950 milibares, aunque la «de­
presión» más profunda que se recuerda fue de 870miliba­
res, en el centro del tifón <<Tip», que atravesó ruidosa­
mente la isla de Guam en octubre de 1979. El diámetro de
esta tormenta era de 2.220 kilómetros y las velocidades de
sus vientos superiores llegaron a los 85 metros por segun­
do. Esta es la clase de viento que puede hacer pasar un
madero a través del tronco de una palmera y que es capaz
de incrustar pequeñas astillas en una placa de hier.ro.
· No es menos impresionante la lluvia que produce un
huracán maduro. Son habituales cantidades entre-80 y 150
milímetros, aunque cuando la velocidad del viento supera
los 25 metros por segundo, el pluviómetro normal no sirve

Los huracanes se desarrollan


sobre l¡¡.s cálidas aguas tropicales,
cuya temperatura supérficial
supera los 27"C. Las principales
regiones donde se desarrollan son
los océanos Atlántico occidental,
Pacífico e Indico.

,para efectuar medidas exactas: la mayor parte de la


precipitación es arrastrada por el viento, pero el pluvióme­
tro proporciona al menos una lectura absoluta mínima. En
1896, en Mauricio, cayeron 1.200 milímetros en sólo 4
días, y en 1911; en Baguio, en las Filipinas, 1.170 milíme­
tros en un sólo día y 2.200 milímetros en un peñodo de
cuatro días. Algunas de estas cantidades extremas se deben
a elevaciones forzadas en los lugares donde los vientos se
aproximan a terrenos altos, pero hasta los terrenos bajos
pueden aportar algo a estas espectaculares estadísticas. En
septiembre de 1921, una tormenta descargó en Tejas 587
mílímetros de lluvia en un día, mientras. un huracán que
azotó Puerto Rico en 1928 descargó 750 milímetros en las
montañas, y la masa total de agua arrojada sobre la isla fue
estimada en 2,6 x 109 toneladas (2.600.000.000 tonela­
das).
212
Toda esta cantidad de agua representa energía. Porque
en un principio el agua se transporta en el aire en forma de
vapor, y cuando el vapor se condensa de nuevo convirtién­
dose en líquido libera lo que se conoce como su calor
latente. La proporción de energía-calórica liberada en la
masa de nubes de un huracán es asombrosa: en algunos
casos es de 10x 1012 kilovatios/hora por día, que equivale
aproximadamente a 1.000 veces la energía .eléctrica total
generada en los Estados Unidos. Con este tipo de energía
dirigiéndolas, no es difícil entender los catastróficos efectos
de estas tormentas sobre las tierras y poblaciones situadas
en su camino. .
Una única tormenta puede cambiar la geografía de una
isla para siempre al hacer pedazos un arrecife que podía
llevar en pi_e miles de años. Toda la producción agrícola de
una isla puede quedar destruida en pocas horas por los
vientos que no sólo derribarán la fruta de los árboles sino
que destrozarán la plantación entera, y únicamente los
programas de ayuda masiva pueden ofrecer alguna garan­
tía para el restablecimiento del cultivo en los años futuros.
Afortunadamente, tormentas de violencia tal no son comu­
nes. Sin embargo, las omnipresentes palmeras, que posi­
blemente soporten varios huracanes a lo largo de su vida,
han adquirido la capacidad de doblarse frente a la mayoría
de estas poderosas ráfagas. Esto también es cierto para
muchas otras especies tropicales, mientras un bosque de
las latitudes templadas, . no adaptado a estos enérgicos
viento, y carente por lo tanto de la flexibilidad para resistir
sus embates sin romperse, sería devastado casi completa­
mente si se abatiera sobre él uno de estos poderosos
fenómenos.

213
Nacimiento de un huracán

El viento y la presión atmosféri<::a varían mucho menos en


los trópicos que en las latitudes templadas. No se puede
comparar, por ejemplo, con la constante. sucesión de
sistemas frontales que caracterizan la zona frontal del
Atlántico Norte, lugar de origen para gran parte del tiempo
reinante en el noroeste de Europa. Sin embargo, aparecen
pequeñas alteraciones, acompañadas de nubes y lluvia.
Estas alteraciones se denominan a veces «ola.s del este»
porque, como su nombre indica, viajan del este al oeste,
incluidas en los vientos alisios. La mayoría son débiles y se
extinguen en pocos días, pero algunas llegan a inestabili­
zarse y comienzan a crecer en tamaño y complejidad.
No se entienden del todo las condiciones requeridas

LOS NOMBRES DE LOS HURACANES


Clement Wragge, de Australia, inició en 1900 la práctica
de identificar a los huracanes dándoles un nombre.
Escogió nombres de personas que le agradaban para
denominar a los anticiclones y nombres ·de políticos
notables, que le desagradaban, para denominar los
sistemas de bajas presiones. Las listas de nombres se
preparan por adelantado en cada una de las zonas
azotadas por huracanes. Cuando una tormenta tropical
alcanza la fuerza del hur.acán, se adopta automáticamente
el primer nombre por orden alfabético. Muchos
huracanes mueren antes de alcanzar zonas pobladas, por
lo que no se les asigna nombre alguno. Otros, como
«Caro!•, cEdna» y �Hazel•, que asolaron los USA en
1965, y «Tracy»,que devastó Australia en 1954,
alcanzaron en su momento gran popularidad,
encontrándose registrados en los libros de meteorología.
>
Hasta 1970, la lista de nombres se componía
exclusivamente de patronímicos femeninos, aunque desde
entonces, y para evitar discriminaciones, se alternan los
nombres de hombres y de mujeres.

214
La alta pared circular de' nubes
que parecen curvarse hacia arriba
y afuera como un embudo
circundan al caza de las Fuerzas
Aéreas de los Estados Unidos
dentro del ojo del huracán Betsy.
El piloto lanzó el avión a
través de los turbulentos bancos
de nubes y lluvia antes de
descender de repente 33 metros
en la calma pe! ojo propiamente
dicho.

para la transformación de una pequeña alteración en un


sistema de inmenso potencial, aunque ciertamente implica
interacción entre los vientos de las capas superior e inferior
de la troposfera. Normalmente en los trópicos dicha
interacción es pequeña: los vientos superiores son en

215
general ligeros, con débiles modelos de convergencia y
divergencia. Pero, cuando una zona de divergencia de nivel
superior pasa sobre una alteración formada recientemente,
tiene el efecto de una bomba de succión, llevándose el aire
ascendente y haciendo así que la convergencia a nivel del
mar .>ea más fuerte. Ni siquiera esto causará el nacimiento
de un huracán, ya que normalmente las formas de circula­
ción superior e inferior se vuelven a desconectar pronto.
Para que un huracán incipiente se desarrolle, necesita un
suministro de combustible, que se obtiene cuando en el
aire circundante el vapor de agua se condensa y libera su
calor latente: El aire comienza a elevarse y se vuelve más
caliente, razón por la cual se eleva más deprisa. Esto a su
Vf!.Z. empuja más aire cargado de humedad a nivel del mar,
que se eleva y libera todavía más calor. Una vez establecida
dicha reacción en cadena, la máquina energética está en
marcha y puede continuar hasta dar lugar a un huracán a
gran escala con violentos vientos que giran en espiral hacia
dentro produciendo enormes nubes cúmulo y lluvia torren­
cial, mas la columna de aire cálido descendiendo suave­
mente en el centro. Si el aire ascendente no contiene
suficiente humedad, o si es demasiado frío, la reacción en
cadena nunca tendrá lugar. Por esta razón los huracanes
sólo se forman sobre los océanos cálidos de los trópicos,
donde la temperatura del agua sobrepasa siempre los
27°C. Por la misma razón tienden a extinguirse sobre
tierra cuando se alejan demasiado de la zona tropical.
Además, los huracanes no pueden prosperar en la estrecha
franja situada aproximadamente a cinco grados a cada
lado del ecuador. Aquí, la fuerza de Coriolis es cero, o casi.
No hay nada que proporcione esa rotación inicial a un
sistema incipiente y así, siempre que aparezca una zona de
bajas presiones, el aire circundante se limitará a fluir para
llenarlo.
Lejos del ecuador, cualquier .flujo de aire que conver­
ge en una «depresión», es desviado por la fuerza de Corio­
lis, estableciéndose así una estructura espiral inmediata­
mente. Un huracán cuenta con un mecanismo de man­
tenimiento muy eficaz. El aire cargado de humedad gira
en espiral hacia el centro, elevándose para formar una
pared en forma de anillo de nubes cúmulo muy altas,
origen de un diluvio casi continuo. La liberación de calor
asociado impulsa el aire a elevarse todavía más y más
deprisa. Esta zona principal G!.e nubes, lluvia y vientos
violentos forma una franja con una anchura aproximada
de 20 kilómetros, a unos 30 del centro. Fuera de ella, las
nubes altas están más aisladas, la lluvia es en forma de
chaparrones, y los vientos resultan menos violentos. En la
troposfera superior las gotas de agua de las nubes se
216
convierten en cristales de hielo, formando nubes cirro, Las olas rompen violentamente
impulsadas hacia fuera por el giro del sistema tormentoso empujadas por el huracán que se
abatió sobre Discayne Bay en
para formar espirales divergentes. En las fotografías de
Miami el 21 de septiembre de
satélites son las nubes del nivel superior, que giran hacia 1948.
afuera, las que dan a la tormenta su característica forma de
«nebulosa espiral»: los vientos que giran hacia adentro a
nivel del suelo están ocultos. Normalmente, el ojo central
de la tormenta no tiene nubes, pero sí una columna de aire
cálido que desciende suavemente. A nivel del suelo, hay
sólo un ligero aumento de la temperatura, pero en la
troposfera media, a un nivel aproximado de 500 milibares
(a una altura aproximada de 5,5 kilómetros} la temperatu­
ra del interior del ojo puede ser l8°C, más cálida que al
mismo nivel en la parte externa del huracán. Este centro
cálido es una parte esencial de la estructura del ojo de la
tormenta porque, al ser el aire cálido de densidad inferior
al frío, ejerce menos presión, y por lo tanto el centro
mantiene el núcleo de bajas presiones de la tormenta, el
cual mantiene a su vez la afluencia de aire a la base de
ésta.
217
La columna ascendente de aire
caliente y húmedo dentro del
huracán se condensa para producir
abundante lluvia en la base. La
1 Hielo tormenta se nutre· del aire espiral
2 Agua y hielo de los niveles bajos, succionado por
3 Agua los vientos de los niveles altos. El
aire fño desciende por el ojo.

Estar dentro del ojo de un huracán es una rara experien­


cia. El viento es suave, el cielo encima está despejado o
presenta pequeñas nubes, y el aire es cálido, húmedo y
opresivo. A medida que el ojo se mueve sobre uno, el
viento pasa con asombrosa rapidez de un violento venda­
val a la calma casi total. Se está totalmente rodeado por
una pared de nubes y el rugido del viento se puede oír a
varios kilómetros. Llegar hasta el ojo del huracán supone
un respiro, aunque breve. En cuestión de pocos minutos el
ojo habrá pasado sobre uno y volverán los vientos con su
ensordecedor rugido, esta vez desde la dirección opuesta.
Las edificaciones y los árboles que hayan sobrevivido al
primer ataque de la tormenta aún no estarán seguros y
todo lo que carezca de refugio correrá, ciertamente, un
enorme peligro.

218
Localización ·2}
de huracanes lll

Aunque los huracanes tienen reputación de ser impredeci­


bles, suelen desplazarse según un modelo reconocible.
Normalmente viajan hacia el oeste a una velocidad entre
15 y 30 kilómetros por hora, asociados con vientos de bajo
nivel. (Por supuesto, en las inmediaciones de un huracán,
los vientos de nivel superior e inferior están generados por
la propia tormenta.) El desplazamiento general de los
huracanes hacia el oeste suele ir acompañado por una
migración constante desde el ecuador, siguiendo la direc­
ción de las agujas del reloj en el hemisferio norte y en el
sentido contrario en el hemisferio sur. Se extinguen según
se alejan del ecuador, al faltarles el aire caliente y húmedo
que los alimenta.
El huracán se aleja gradualmente de la zona de los
vientos orientales de nivel medio y entra en una zona de
vientos ligeros, acabando por fin bajo la influencia de los
vientos occidentales superiores de la zona templada. Por
consiguiente, los huracanes del hemisferio boreal tienden a
desviarse hacia el norte y luego al nordeste, mientras que
las tormentas del hemisferio austral se tuercen hacia �1 sur
y luego al sudeste. Y es durante esta fase de inclinación
hacia atrás cuando el comportamiento de los huracanes
probablemente sea más errático. Pequeños cambios en el
modelo de vientos o la aparición de zonas de agua
superficial fría pueden originar cambios en el movimiento
o desarrollo de la tempestad, haciéndole a veces desviarse
de su rumbo, o incluso dar un giro completo. Por ejemplo,
el huracán Flora vagó por el este de Cuba durante cinco
días en 1963 y el Betsy estaba orientado en un principio
hacia las Bahamas y luego giró hacia el desfiladero de
Florida, irrumpiendo finalmente en Louisiana en septiem­
bre de 1965. El problema principal para aquellos que
pronostican y siguen el comportamiento de la tormenta es
que ésta es muy pequeña en comparación con la inmensi­
dad del océano. Una desviación de tan sólo unos grados, o
un cambio de dirección unas pocas horas antes de lo
esperado, puede hacer que se pase de una tormenta capaz
de arrasar una ciudad costera a una tempestad que se
extinga en un campo escasamente poblado.
A medida que los huracanes entran en latitudes templ'a-

219
das, cambia su carácter y llegan a transformarse poco a
poco en un ciclón de latitud templada normal. Sin embar­
go, si se encue·n tran con una línea de máxima depresión
activa y húmeda en los vientos del oeste pueden, después

220
Una fotografía de satélite antes de que alcanzara tierra. El
aum entad a por computadora del ojo aparece en rojo y está más
huracán David tomada frío que las bandas púrpuras
el 3 de septiembre de 1979 veteadas de lluvia de los
permitió identifiCar la tormenta alrededores.

221
de haberse casi extinguido, adquirir una nueva fase de
· vida. Algunos huracanes se precipitan hacia el nordeste
después de haber girado atravesando el Atlántico en
septiembre y octubre; llevan finalmente densas lluvias a las
Islas Británicas, aunque para entonces los vientos han
perdido mucha de su fuerza.
Muchos huracanes se debilitan estando todavía en los
trópicos, bien a causa de su movimiento sobre aguas
superficiales más frías que los hacen perder �nergía, o más
normalmente, al entrar en un sistema de vientos desfavora­
bles. Por ejemplo, los huracanes que se alejan de la costa
de Méjico suelen desplazarse hacia el norte o nordoeste;
este movimiento los hace entrar en una región donde los
vientos del nivel inferior son alisios del nordeste, mientras
los vientos superiores siguen una dirección sudoeste. En
esta situación, los vientos superiores arrastran la cima de la
tormenta en una dirección y los inferiores arrastran la base
en otra. No se puede mantener la estructura del huracán y
la tormenta muere. También se altera profundamente el
carácter de un huracán tan pronto como toca la tierra. El
aire que fluye en la base ya no es tan húmedo y, por lo
tanto, la tormentp. pierde su fuente de energía y empieza a
debilitarse. El ojo desaparece y los vientos amainan. Por
otro lado, la lluvia tiende a incrementarse debido a que la
fricción con el suelo, mayor que la fricción con la superfi­
cie del mar, hace que los vientos sean más lentos y se
222
El Servicio por Satélite del en 1979, para constatar cómo
Ambiente Nacional de los Estados se formaba sobre el océano (A) y
Unidos siguió el trayecto del seguir el curso exacto de la
huracán Frederic durante tres días tormenta (By C).

� uelvan más hacia el centro de la tormenta. Este incremen­


¡o E�n la convergencia origina una mayor elevación y, como
:onsecuencia, densa lluvia sobre un amplia área. Muchas
ireas continentales reciben sustanciales cantidades de
luvia de tormentas de este tipo: en Australia se las llama
:lluvia de depresión». En Baquio (Filipinas) un huracán
Jrovocó suficiente lluvia para cubrir la isla entera con
·

l metro de agua.
El desplazamiento desde el océano a la tierra puede, a su
1ez, ser el' principio del fin para un huracán, pero es en este
nomento cuando se deja sentir su máxima fuerza. El
1Uracán azota la costa con su mayor fuerza y sus violentas
'áfagas pueden llevar la devastación total a los terrenos y
:omunidades que encuentra en su camino. Los hogares
¡uedan arruinados, las instalaciones agrícolas e industria­
es destrozadas y las cosechas arrancadas. Los servicios
>úblicos se inutilizan y los de emergencia se amplían hasta
d límite intentando paliar daños del vendaval y los acci­
lentes humanos del ataque inicial. Un huracán suele ir
¡eguido de riesgos de inundaciones y derrumbamientos, ya
¡ue el área está sujeta a aguaceros: inevitablemente apare­
:en también deficiencias energéticas en los medios de
ransporte y comunicaciones porque los cables se caen, los
Juentes se derrumban y las carreteras quedan bloquea­
Jas por los árboles caídos y los restos de los derrumba­
nientos.
223
Control de los ·huracanes

Las secuelas del huracán Celia,


huracán que destruyó él solo
millones de hogares en Texas e1
agosto de 1970 y causó daños
valorados en 454 millones de
dólares.

Puede parecer inútil que los hombres aspiren a modificar


el comportamiento de un sistema tan potente como un
huracán, pero existe la solución teórica y los beneficios son
potencialmente enormes. El costo anual del daño produci­
do por los huracanes es considerable: en 1979, el huracán
Frederic cruzó la línea costera americana y produjo daños
por valor de 250.000 millones de dólares.
Como media durante los años 60, el daño de los hu­
racanes costó, sólo en los Estados Unidos, 500 millones
224
La fotografía de larga Abajo se muestran los
exposición (izquierda) muestra resultados de la siembra del
la liberación de 5 bengalas huracán Debbie en agosto de
pirotécilicas, arrojadas a una • 1960. Después de la última,
altitud de 6.100 metros. La las velocidades del viento se
raya de la parte superior se habían reducido en un 30 por
debe a las luces de aterrizaje ciento.
del avión.

Velocidad .----,
del viento
(nudos)
D Antes de la primera siembra
90
O Después de la quinta siembra

NNE

40 30 20 10 o 10 20 30
Distancia desde el centro del huracán
(millas náuticas)

de $ cada año, y al final de los 70, algunos huracanes


como el Frederic engrosaron la factura de daños en más de
1.000 millones de $ cada uno.
Aunque el rumbo general de los huracanes en la circula­
ción atmosférica está claro, desgraciadamente el rumbo
específico de un huracán individual es difícil de predecir.
Ultimamente, un equipo de investigadores de la Adminis­
tración Atmosférica y Oceánica Nacional de USA (NOAA)
ha mejorado la capacidad de pronosticar los huracanes. Se
225
cuenta con un avión especialmente equipado para volar
dentro de los huracanes que se aproximen a tierra, con
tripulantes instruidos para informar a los matemáticos y
pronosticadores de los laboratorios de la NOAA, en Miami. ·

Con la ayuda de esta información <<de primera línea», el


pronóstico de las trayectorias de algunos de .los últimos
huracanes ha resultado bastante exacto. Pero aunque
el pronóstico seguro de un huracán mitigaría algo la
devastación producida, permitiendo evacuar las áreas en
peligro, no podría evitar el huracán. Los expertos calculan
que una reducción del 10 por ciento en la fuerza de los
vientos en el ojo del huracán produciría upa reducción del
30 por ciento en el daño causado. Esto representa una
colosal cantidad de dinero, incluso en el contexto del
presupuesto anual de los Estados Unidos. En otoño, duran­
te la época de los huracanes, un equipo de investigadores
científicos espera un huracán apropiado sobre el que
226
PROYECTO STORMFURY
Los datos de los satélites se
procesan por sistemas de
computadoras electrónicas en el
Centro Nacional de Huracanes
de Miami y el Centro Conjunto
de Vigilancia contra Tifones de
Guam para alertar al equipo
Stormfury de siembra de
huracanes cuando un presunto
ciclón tropical se hace patente.
Para que un huracán sea elegido
como candidato a un
experimento de. siembra, debe
estar dentro de 1.100 kilómetros
de la base de operaciones del
Stormfury en Puerto Rico y que
sea posible que esté al alcance
al menos durante 12 horas. No
debe de haber más del 10 por
ciento de probabilidad de que se
aproxime dentro de los 90
.
kilómetros de una zona de tierra
habitada dentro de las 24 horas
después de la siembra. Los
aviones de investigación del ·

· proyecto éstán
equipados con avanzados
sensores atmosféricos y radar,
que proporcionan una continua
imagen tridimensional del
huracán.

evaluar las medidas preventivas rec1en establecidas.. Al


experimento se le ha dado el nombre proyecto «Storm­
fury», y aunque no ha aparecido en los últimos años
ningún candidato apropiado para el examen, el equipo
Stormfury está listo para desplazarse tan pronto como
aparezca.
La mayor dificultad estriba en que la teoría y las técnicas
de prevención de huracanes están sin comprobar. También
hay posibles repercusi0nes políticas al desviar un huracán
que luego continúe causando graves daños e incluso
pérdidas de vida. Los expertos en la modificacióri de los hu­
racanes tienen, sin embargo, que esperar una tormenta que,
además de lo suficientemente fuerte para ser representati·
va, también se acerque lo necesario a la tierra para ser
atajada, permaneciendo sobre el mar lo suficiente para
evitar cualquier riesgo a las áreas pobladas. Las tormentas
que cumplen unos requisitos tan rigurosos no aparecen
227
cada año y, por lo tanto, el equipo Stormfury ha tenido
que mirar <<impotente» como el Frederic en 1979 y el
Allen en 1980 causaban daños por valor de millones de
dólares que quizás se hubieran evitado si estuviese permiti­
do «Sembrar» los huracanes. La siembra de la nube es la
base de la técnica de modificación propuesta para los
·

huracanes.
La clave para la fuerza . de un huracán depende del
tamaño del ojo. Cuanto mayor el ojo, menor la velocidad
máxima de los vientos y, por tanto, menor el daño
que causará el huracán. Si la pared de nubes que rodea el
ojo del huracán --«la pared del ojo»-- se sembrara, se
produciría más lluvia, que a su vez liberaría más energía
calórica y en consecuencia su capacidad destructiva se
incrementaría. Pero si se pudiese crear una nueva pared
fuera del ojo original, el ojo antiguo se extendería a la
nueva pared con una consecuente reducción en la veloci­
dad del viento. El plan consiste, por lo tanto, en sembrar
las n�bes de la cara externa de la pared del ojo en un
intento de obligarlas a descargar su humedad, liberar -tal�
en la atmósfera, y de esta forma crear una nueva zona de ,.

aire ascendente, dejando que la pared del ojo original se


extinga de forma gradual, exhausto por la falta de su
vivificante suministro de aire húmedo.
La operación de siempra implica un pilotaje preciso,
bajo condiciones extremadamente difíciles; la descarga de
pirotecnia que se quema desde el avión a medida que
atraviesa las nubes deja un sendero de humo rico en
yoduro dg plata, que crea núcleos sobre los que se pueden
formar las gotitas de agua. Cada etapa de la técnica ha sido
cuidadosamente estudiada. Ahora el programa debe espe­
rar una evaluación global «in vivo». La siembra no se
convertirá probablemente en una precaución rutinaria
todavía durante un buen número de años, pero ahora se
, han puesto los cimiellltQs . El proyecto Stormfury podría
acelerarse si otros países también afectados por los huraca­
nes pudiesen cooperar, y su área se extendería para poder
tener acceso a los huracanes del Pacífico y del hemisferio
austral. Pero la economía prohíbe esta ampliación, aunque
el programa, cuando esté completo, pueda acarrear enor­
mes ahorros en dinero, propiedades y vidas humanas.

228
Tornados
En términos de violencia concentrada y destructiva, ningu­
na otra tempestad atmosférica tiene comparación con el
tornado. Al igual que el huracán,· el tornado consiste en
una masa de aire inestable, girando furiosamente y eleván­
dose rápidamente alrededor del centro de un área con baja
presión atmosférica. Pero ahí acaba la semejanza. En tanto
que un huracán es generalmente del orden de 500 kilóme­
tros de diámetro, un gran tornado tendrá un poco más de
500 metros de ancho, mientras que uno pequeño puede
no superar los 50 metros. Sin embargo, aunque el daño
producido por un huracán es inmenso y de gran extensión,
su intensidad no se iguala a la estrecha estela de devasta-

Los edificios dispersos y la


maquinaria agrícola destruida
son el resultado no sólo
del impacto directo de un
tornado, sino también de las
fuerzas arrolladoras y las
desiguales velocidades del viento
dentro de él.

c1on absoluta que marca el camino recorrido por un


tornado.
La velocidad máxima del viento en u.n tornado no se
conoce con certeza, porque siempre que uno de ellos ha
pasado cerca de un anemómetro, el instrumento ha queda­
do destrozado o ha sido arrastrado. Sin embargo, se han
229
registrado velocidades de más de 68 metros por segundo,
aunque el análisis del movimiento de los conjuntos de
n)lbes a partir de las fotografías tomadas de los tornados
sugieren que se alcanzan velocidades de 75 a 100 metros
-por segundo. Estas velocidades son mucho mayores que
las típicas de los huracanes. Alrededor de los bordes de un
tornado se forman y dispersan continuamente diminutos
remolinos subsidarios, causantes de ráfagas de viento
locales incluso más violentas. Sin embargo, no es el vien­
to la única fuerza destructora del tornado. La presión
en el centro de la tormenta es extremadamente baja
(t;ampoco se ha podido medir exactamente), de modo que
cuando la tormenta pasa sobre un punto determinado hay
una repentina y dramática caída de presión. Cuando esto
sucede sobre un edificio, el resultado es que la presión
dentro de él de repente es mucho mayor que la exterior:
el edificio explota en el sentido literal de la palabra. Un
peligro adicional es la presencia de violentas corrientes de
aire ascendente, por lo general suficientemente fuertes para
Revantar el ganado y la gente, transportándolos a distancias
tonsiderables y, alguna vez tan violentos como para elevar
del suelo un camión o una locomotora de tren. Resulta
poco sorprendente, por tanto, que entre los desafortuna­
dos seres atrapados en el camino de un tornado abunden
los muertos y heridos. Los granos de arena y pequeñas
piedras pueden ser arrastradas por el viento como si
fueran balas, de forma que penetran profundamel)te en las
partes del cuerpo al descubierto; se pueden incrustar en las
cercas o muros trozos de astillas como si fueran dardos, e
incluso .un coche o un edificio pueden resultar poco
iJ?rotectores frente a las vigas y tejadillos desprendidos que
se mueven a gran velocidad.
El espectáculo y el ruido de un tornado parecen subrayar
su pavorosa amenaza. Muchos se ven como un formidable
cono negro colgando hasta el nivel del suelo desde una
masa de nubes igualmente negras -surgiendo de entre las
íinieblas y acompañado o precedido, a menudo, de true­
nos, relámpagos y una densa ráfaga de lluvia o granizo-.
La llegada de un tornado ha sido descrita gráficamente
como el sonido de un tren expreso cruzando un túnel

El destructivo poder de nuestra


atmósfera, temperamental y
delicadamente equilibrada, puede
iniciar un ctorbéllino• en cualquier
lugar del mundo. El diámetro de éste,
en Kenya, es sólo de unos
pocos metros; pero su anchura puede
llegar a los 1,6 kilómetros.

230 -
como una escuadra completa de aviones a reacc1on, o
como el bramido de un millón de toros enfurecidos. El
mismo nombre deriva de la palabra española trueno,
adecuada asociación del sonido y las tronadas que tan a
menudo acompañan a un tornado. Las tormentas más
graves ocurren particul?trmente en la zona de las Praderas
"de los Estados Unidos -sobre todo en el «callejón del
tornado», la zona del país que se extiende desde Texas
hasta muy dentro del Canadá-. Pueden aparecer en
cualquier época del año, pero son más frecuentes desde
Las diferencias de presión dentro abril hasta septiembre. La destrucción causada por estos
del tornado que barrió Flint, fenómenos está fuera de lo creíble y aquellos que viven y
Michigan, en mayo de 1956,
trabajan en el callejón del tornado los tratan con el
dieron lugar al extraordinario
máximo respeto. Una gran proporción de casas están
]>legamiento del cristal de las
ventanas; las cortinas equipadas con sótanos para el caso de un tornado, el único
atravesaron los cristales por la medio de protección efectivo, y al aproximarse una tor­
fuerza del viento y quedaron menta todo el, mundo corre a refugiarse. Los Estados
atrapadas cuando,
Unidos padecen unos 700 tornados cada año, y a pesar de
de repente, el cristal pudo
los sótanos, el progreso en los avisos difundidos por radio
volver a su posición normaL
y toda la vigilancia posible, las tormentas se cobran un
promedio de lOO vidas anuales.
Debido a que la senda de un tornado es tan estrecha no
resulta raro en absoluto encontrar que los edificios a lo
largo de un lado de la calle están completamente demoli­
dos mientras que las del lado opuesto han sufrido algo más
que unas cuentas roturas de cristales. A pesar de su
pavoroso poder destructivo, el tornado puede comportarse
en algunas ocasiones de una manera extrañamente suave.
En una ocasión, se rajaron las paredes de una tienda de
par en par y una niñita fue arrastrada a través del boquete
y sobre los edificios intermedios hasta aterrizar, ilesa, en un
jardín a varias calles de allí. En otro caso, una mujer estaba
ordeñando tranquilamente las vacas en el granero cuando
el edificio enteró se levantó y se fue, dejándola a ella y las
vacas totalmente intactas. Se han encontrado ·espejos a
varios kilómetros de su origen, sin estar siquiera cascados.
Se piensa que esta aparente delicadeza ocurre cuando un
objeto cae hacia el suelo a través de una corriente .de aire
ascendente que es suficientemente fuerte para suavizar la
caída sin obstruir su movimiento descendente.

232
¡
------ ------

Formación
1de un tornado

Aunque los tornados se forman en muchos lugares del


mundo, en ninguno son tan frecuentes o tan violentos
como en la zona de las praderas debido a los mecanismos
implicados en su formación. Un estudio reciente sobre la
localización y fncuencia de los tornados en los Estados

El deseo de desafiar a la muerte


para registrar el pavoroso
espectáculo de un tornado se
apoderó del cámara Maurice
Levy en abril de 1957. A partir
de sus espléndidas fotografías
era posible calcular
exactamente las velocidades del
viento dentro del torbellino.

233
Unidos reveló algunos cambios a largo plazo que no se han
podido explicar completamente todavía. A simple vista la
frecuencia en la aparición de tornados ha crecido desde
1916. Una explicación de este incremento puede ser que
se informan en mayor cantidad, debido a la mayor distribu­
ción de la población. Sin embargo, analizando los antece­
dentes históricos desdé dicha fecha se ha demostrado que
los tornados siguen un modelo de aparición más o menos
circular en el sentido de las agujas del reloj, completando
un circuito cada 45 años. La explicación moderna de este
hecho habla de una relación entre este ciclo y el de una
mancha solar, ligeramente superior a 11 años, y puesto
que cuatro ciclos de una mancha solar equivalen al ciclo
de 45 años de un tornado, se están haciendo esfuerzos
para determinar si la relación es una pura coincidencia o es
sig-nificativa. También se está investigando la forma en que
la actividad de una mancha solar podría influir de forma
efectiva sobre la localización de los tornados, intentando
comprender el origen, la génesis y el comportamiento de
estas tormentas asesinas.
Una característica esencial de la tormenta es su veloci­
dad de giro: aunque se podría esperar que fuesen necesa­
rias unas condiciones muy especiales para que el aire
rotase con tal violencia, resulta no ser así. AdelJláS exige
una corriente de aire ascendente muy fuerte mantenida
durante varios minutos. El aire entra en grandes cantidades
a nivel del suelo. Las masas de aire "superficiales poseen
algo de giro natural generado por el movimiento de la
Tierra, pero cuando el aire converge el giro se concentra
en una espiral estrecha y se incrementa enormemente la
velocidad del movi111:iento. Los tornados casi siempre giran
ciclónicamente, es decir, en el sentido opuesto al dé las
agujas del reloj en el hemisferio norte y en el sentido de las
agujas en el austral. Alguna vez los tornados aparecen a
pares y, en este caso, uno de ellos rota anticiclónicamente,
aunque no se conoce el mecanismo de este fenómeno.
Las fuertes corrientes ascendentes pueden aparecer en
cualquier lugar donde hay suficiente inestabilidad en la
atmósfera. Pueden dispersarse por el calentamiento de
superficie, que provoca la elevación de burbujas de aire
caliente, o por convergencia del aire a nivel del suelo, que
origina ascensión a gran escala. Si la capa inferior además
de caliente está húmeda, se condensa el vapor de agua,
liberando calor lateJlte, con lo cual el aire se hace incluso
más ascendente y se eleva más deprisa. Si el aire del nivel
superior además de seco está frío, el aire ascendente se
hace todavía más inestable y se aceleran de nuevo las
corrientes ascendentes. Bajo condiciones normales el aire
frío y seco no persistirá sobre el aire frío y ce:. ce. Esto

234
puede suceder cuando las direcciones de los vientos
los dos niveles son tan diferentes que una corriente de
ire frío y seco es obligado a fluir a través de una corriente
aire caliente y húmedo. Mientras que esta situación es
en muchas partes del mundo, es muy habitual en la
central de Norteamérica. En esta zona la barrera
-sur de las cadenas montañosas hace relativamente

que el aire caliente y húmedo del golfo de México


hacia el norte, induciendo en la región su característi­
calor, días bochornosos de verano y templados períodos
les. Pero en la atmósfera superior, por encima del
de las montañas, los vientos predominantes son los
oeste y estos, después de liberar gran parte de su carga
humedad en la costa oeste del continente, salen de las
n.o·co:sas como vientos fríos y secos en relación al aire de Embudo bajo que se ahúsa desde
nivel del golfo. En el lugar en que se encuentran las la nube base principal de un

de aire, una sobre la otra, se reúnen las condiciones tornado que barrió el norte de
Dakota, el 20 de junio de 1957
para la existencia de violenta inestabilidad, tor­
(arriba). El embudo
y tornados. Las inversiones de la temperatura contorsionante podía separarse
ueden evitar un comienzo inmediato del desarrollo de la del suelo durante su viaje a
rmenta, actuando como una <<tapadera», pero si el calen- través de la campiña.

235
tamiento durante el día es suficientemente fuerte, o si un
frente frío que se aproxima obliga a converger y comenzar
a elevarse al aire del nivel inferior, el sistema completo
puede descontrolarse y entonces son inevitables las tor­
mentas. El desarrollo posterior de las tormentas y el por
qué algunas producen tornados es ol?jeto de intensa inves­
tigación. Una caracteñstica importante es el desarrollo de
una pequeña área de bajas presiones, el «tornado ciclón»,
que concentra inicialmente la actividad de la tormenta en
un área reducida de un diámetro de unas pocas decenas de
kilómetros. Esta tormenta en miniatura persiste durante
una hora más o menos, rotando muy rápidamente y dando
origen a tornados embriónicos.
La velocidad de desplazamiento de los tornados a través
de un país es variable , pero su dirección se puede predecir
por lo general -la ruta normal es hacia el nordeste-.
Mucho más variable es, sin embargo, el tiempo de contacto
entre el embudo de la tormenta y el suelo, saltando quizás
varios kilómetros sin causar ningún daño, para «aterrizar»
de nuevo con la misma furia. Están tan claramente defini­
dos los extremos de las fajas de viento, que se han dado·
casos en los que una tormenta, elevándose del suelo, se ha
deslizado justo sobre el nivel del suelo arrancando los
pisos superiores de los edificios sin causar el menor daño a
inferiores o a las paredes, árboles ·y vehículos aparcados en
las calJes.
Los tornados empiezan y acaban sus vidas como embu­
dos de nubes, la típica formación cónica de nubes que se
proyectan hacia abajo de la nube base pero sin alcanzar el
suelo en esta etapa. Por sí mismos Jos embudos de nubes
no representan ningún peligro: en realidad muchos de
ellos no se convierten nunca en tornados. Sin embargo, su
presencia es una advertencia de que las condiciones son
adecuadas para el desarrollo de un tornado e incluso,
aunque éste no se produjera, habña casi con absoluta
certeza una torm enta con truenos, relámpagos y densa
IJuvia o granizo.
Cuando un tornado está a punto de morir se· suele
extender en una larga y delgada nube «cuerda», carente de
contacto con el suelo pero colgando de la nube base,
coleteando casi horizontalmente y moviéndose sinuosa­
mente durante un rato antes de extinguirse del todo.
Las razones exactas para el origen de un tornado son
todavía algo misteriosas, pero las circunstancias más im­
portantes parecen ser un régimen de descenso muy señala­
do con la inestabilidad atmosférica correspondiente. Los
principales daños se originan por la rápida caída de
presión asociada con él, circunstancia que, como dijimos
más arriba, hace explotar los edificios.
236
Advertencia
de tornados

Los tornados suelen aparecer en enjambres; uno de los


peores desastres causados por un tornado en la historia de
América se originó precisamente por una de estas comple­
jas tormentas. La fecha fue el 11 de abril de 1965 y se
llamó a este desastre «El ataque del domingo de -Ramos».
Esta tormenta en particular, se originó por una corriente
de aire cálido cargado de humedad que fluía al nordeste
910bre el valle del Mississippi, a la cabeza de un sistema de
bajas presiones de movimiento rápido, mientras que se
instalaba una masa de· aire frío y· relativamente seco que
venía del oeste. En el límite entre las dos masas de aire,
empezaron a formarse tormentas con truenos y relámpa­
gQs -una característica bastante común en el tiempo de
verano de la región-, pero al mismo tiempo empezó a
soplar sobre el mar una fuerte corriente en chorro occiden­
tal a una velocidad superior a los 80 metros por segundo.
Estas condiciones eran perfectas para el desarrollo de un
tornado, y a las 11 de la mañana se emitió la advertencia.
Entre las 12.45 y las 9.45 de la noche se formaron 37
tornados por separado en un área que cubría gran parte de
los seis estados. Uno de los tornados demolió dos iglesias,
un ayuntamiento, un almacén y una hilera de casas en

El tornado de embudos gemelos


observado el 11 de abril de
1965 en Indiana se originó por
las corrientes de aire' ascendentes
y descendentes próximas en nubes
de tormenta primaverales.

237
Pittsfield, Ohio, todo en medio minuto; otro destrozó 100
hogares y el centro comercial de un pequeño pueblo, y un
tercero ·lanzó una granja 18 metros por el aire antes de
estrellarla contra el suelo, en Iowa. En total, m�rieron 271
personas en el furioso ataque que duró 9 horas.
· Los tornados suelen originarse a raíz de huracanes tro-

238
El radar doppler de color se
utiliza en el análisis de los
tomados. Los rojos y los azules
muestran movimientos de
acercamiento y alejamiento con
respecto al centro de la pantalla.
Las áreas grises son o
estacionarios o movimientos
perpendiculares hacia el radar.

picales o de dos profundos sistemas de bajas presiones en


latitudes templadas,y los vientos que resultan son tremen­
dos, estando el tornado superpuesto a un vendaval gene­
ral. Cuando el huracán Carla azotó el sur de USA en 1961,
murieron 46 personas, pero 11 de los muertos fueron el
resultado de los tornados producidos por el huracán. Los
239
tornados formados de esta manera se producen, casi
·

siempre, en el cuadrante delantero derecho de la tormenta


principal y sorprendentemente pocas veces en la zona de
vientos huracanados, sino en la zona de vientos con fuerza
de vendaval, delante del centro. Hasta ahora, los meteoró·
lagos han sido incapaces de averiguar si el desarrollo de un
tornado ocurre principalmente en esta región· exterior o si
el tornado se forma más cerca del centro y queda en­
mascarado por los violentos vientos predominantes.
Aunque actualmente entendemos bastante bien las con·
diciones generales que favorecen el desarrollo de los
tornados, queda por aprender mucho todavía a cerca de los
detalles de los procesos implicados. El desarrollo y perfec·
cionamiento constante dé! servicio de aviso de tornados
constituye, naturalmente, una prioridad urgente de investí·
gación en la zona de las llanuras de América. Es práctica·
mente imposible pronosticar el momento y el lugar exactos
de aparición de un tornado, pero ah()ra nos son familiares
las condiciones generales necesarias para la formación de
las tormentas. Por tanto, se pueden emitir por radio las
advertencias generales que luego se complementan con
alertas más específicas a medida que se identifican las
tormentas. También se utiliza la escala Torro de intensidad
de los tornados, que varía desde O hasta 12, para dpr una
indicación de la extensión y gravedad del daño que se
espera.
El mismo radar ha servido de ayuda incalculable debido
a que el tornado produce una imagen caracte�stica sobre
la pantalla del radar, una forma ganchuda muy pronuncia·
da que refleja la compacta espiral de la formación de
nubes de la tormenta. Estos ecos en ganc;:ho representan la
densa lluvia o granizo habituales a lo largo del flanco de las
tormentas y pueden tener diámetros de varios kilómetros;
los tornados suelen surgir de puntos próximos al borde sur
de las regiones en forma de gancho de estas tormentas. Sin
embargo, desgraciadamente, no todas las tormentas indu·
ciclas por los tornados tienen estas características, y las
señales de radar no se pueden usar como una indicación
totalmente fidedigna de la proximidad de un tomado, pero
ver un eco de este estilo en una tormenta con truenos y
relámpagos es una advertencia muy específica.
Por razones obvias, el estudio directo es muy difícil .
Un tipo especial de radar, conocido como radar Doppler,
puede medir las velocidades del viento en un tornado des·
de una distancia de seguridad; las observaciones hechas
utilizando esta nueva técnica sugieren que un tornado
se inicia en los niveles inferiores-medios de una tormenta
y que posteriormente se desarrollan hacia arriba y abajo.
Se han llevado a cabo experimentos de laboratorio
240
Una antena del radar doppler
es capaz de detectar el
movimiento horizontal de las
gotas de lluvia y piedras de
granizo dentro de un tornado y
también las condiciones
necesarias para la formación
de un tornado 20 minuto s antes
de que se forme.

utilizando masas de agua circulante en sustitución de las


masas de aire y una serie de técnicas de modelos matemá­
ticos computerizados, en un intento de desvelar la mecáni­
ca del tornado. Hasta ahora los resultados sugieren que el
factor crítico es el grado de elevación: si es demasiado
lento o demasiado rápido el torbellino no se formará. Pero
el proceso de investigación es lento y no hay perspectivas
inmediatas para controlar estas violentas tormentas de
viento. Entretanto debe hacerse hincapié en los sistemas de
advertencia, en pronósticos rápidos y exactos, y en los
sótanos de probada solidez que puedan hacer las veces de
refugios seguros cuando se presenta la emergencia de un
tornado repentino.
241
Tornados observados

Las condiciones básicas para la formación de un tornado


se pueden dar en casi cualquier lugar del mundo, pero la
combinación explosivamente violenta de condiciones at­
mosféricas tan habituales en el centro de Norteamérica
rara vez aparecen en otro lugar. Si una masa de aire de
alto nivel alcanza una masa de aire con diferentes propie­
dades en su superficie, las condiciones son favorables para
la formación de un tornado. El calentamiento de verano
suele actuar como un disparador, pero los tornados pue­
den acontecer en casi cualquier momento del día o del
año. En las latitudes templadq.s, los tornados suelen ocurrir
en enjambre y parecen estar asociados con tormentas
invernales de movimiento rápido.
Se cree que el tornado, al igual que el huracán, tiene un
«ojo» tranquilo, aunque es prácticamente imposible una
observación directa. El 22 de junio de 1928 se registró el
caso, más extraño, de un hombre que se encontró en
realidad dentro del ojo de un tornado, cuando un granjero
de Kansas, Will Keller, vio una tormenta que se aproxima­
ba y corrió a su refugio. Al volver la vista vio el embudo
elevarse desde el suelo y, dándose cuenta de que no corña
ningún peligro de momento, esperó y miró fascinado cómo
el furioso extremo abierto del embudo se cernía sobre él.
«Firmemente el tornado avanzó, elevándose gradualmente
su extremo del suelo. Permanecí allí unos pocos segundos,
. pero estaba tan impresionado con lo que estaba sucedien­
do que pareció mucho más tiempo. Al fina !, el grandioso
extremo irregular del embudo colgaba directamente de
arriba. Todo estaba tan ·silencioso como la muerte. Hubo
un fuerte olor a gas y me parecía que no podía respirar.
Hubo un sonido chirriante y estridente que venía directa­
mente del extremo del embudo. Miré hacia arriba y para
mi asombro me vi en el centro del tornado. Había una
abertura circular en el centro del embudo, de alrededor de
cincuenta o cien pies de diámetro, que se extendía ininte­
rrumpidamente hacia arriba a lo largo de una distancia de
al menos media milla, según pude juzgar en tales circuns­
tancias. Las paredes de esta abertura eran nubes giratorias
y el resto se hacía brillantemente visible por constantes
destellos de relámpagos que zigzagueaban de un lado a
otro. 0e no haber sido por ellos yo no podría haber visto la
242
El espectacular hundimiento quizá se debiera a la fuerza de
del puente Tay el28 de los enormes vientos, que
diciembre de 1879, que causó la alcanzaron velocidades de
pérdida de un tren entero y de tornado.
todos los que iban a bordo,

243
abertura de ninguna manera, estuviese a la distancia que
estuviese. Alrededor del borde inferior del gran torbellino
. se formaban constantemente pequeños tornados que se
escapaban. Parecían rabos cuando serpenteaban en su
camino hacia el extremo del embudo. Estos eran los que
producían el ruido chirriante. La abertura estaba completa­
mente hueca excepto por algo ql..\e yo no podía descifrar,
pero que supuse era una nube aislada. Esta cosa estaba en
el centro y se movía hacia arriba y hacia abajo .. »
.

De este y otros relatos a lo largo de la historia parece


que los relámpagos suelen acompañar a los tornados. Sin

Los torbellinos son habituales


. os del oeste de
en los páram
Africa, pero al ser un área
escasamente poblada su
ptesencla no acostumbra a
registrarse.

244
embargo, todavía no se entiende completamente la rela­
ción entre unos y otros; hay algunas dudas acerca de si el
relámpago es el resultado del tornado o si juega un papel
activo en la producción de éste. Hubo un tiempo en que se
aceptaba por lo general que los tornados eran por sí
mismos una forma de actividad eléctrica, teoría ahora
descartada. Los tornados aparecen en las fotografías noc­
turnas como columnas brillantes, que bien se podrían deber
a los relámpagos que centellean dentro de ellos, imposi­
bles de ver directamente al estar ocultos tras las nubes que
componen el embudo. Las referencias antiguas a los

245
remolinos de viento suelen utilizar términos tales como
<<flameante», probablemente a causa del fenómeno que
acabamos de describir.
· Los tornados acaecidos en cualquier otro �ugar distinto
de la zona centro de Norteamérica quizás no inspiren el
sobrecogedor terror de un tornado <<especial» del medio
oeste,. pero siguen siendo capaces de producir considera­
bles daños, tales como arrancar tejados, demoler pequeños
edificios, talar árboles y producir tremendos estragos en las
cosechas y la ganadería en las áreas agrícolas. Afortunada­
mente, en Europa suelen ser pocos los muertos y heridos,
pero en el Extremo Oriente ha habido una serie de torna­
dos muy duros. En abril de 1981, un tornado mató a
cuatro personas, dejó heridas a 150 y destrozó más de
2.000 hogares en el sur de China. Y en la India y
'Bangladesh, áreas densamente pobladas, con millones de
personas alojadas en edificios muy endebles, sin sótanos y
malos servicios de emergencia, los devastadores tor­
nados atraviesan los pueblos dejando tras de sí innume­
rables muertes.
En los archivos históricos hay datos de extrañas «lluvias»
a lo largo de la historia de la humanidad, entre las que se
encuentran caídas de ranas y peces, medusas y nubes de
tierra, renacuajos, ratas, lagartos y piedras. Algunos pue­
den ser el resultado de la pura imagil'lación o de la
superstición: muchos son probablemente el resultado del
potente efecto de succión de un tornado. Por ejemplo, en
1978, durante una tormenta una gran cantidad de gansos
fueron capturados por una corriente ascendente de un
tornado, siendo expelidos posteriormente formando una
banda que se extendía 45 kilómetros a través de Norfolk,
Jnglaterra; estos fenómenos no son de ninguna manera
infrecuentes. La succión de barro castaño-rojizo puede
explicar asimismo algunas de las antiguas referencias a
«lluvias de sangre» y otros fenómenos extraordinarios,
atribuidos casi siempre a cau:,as mágicas, soprenaturales u
otras de parecida índole.

246
Remolinos de arena

Los tornados se conocen en Gran Bretaña desde hace


muchos siglos y, casi sin excepción los escritos antiguos
hacen referencia a ellos como manifestaciones del diablo.
En una época en que la religión y la superstición goberna­
ban conjuntamente la vida de los hombres, y cuando
todavía se creía que el embudo de nubes emanaba del
suelo, era casi inevitable la interpretación de descargas del
infierno para las terroríficas tormentas de viento que
Una manga de viento sólo se ve podían devastar granjas y pueblos, dejando muertos y
cuando succiona polvo y otros heridos a su paso.
materiales del suelo. El ejemplo En 1165 un monje inglés escribió acerca del diablo en
mostrado aquí, cuyo origen fue
forma de un caballo negro que galopaba a través de una
un corto peñodo caliente en
ladera en Scarborough, Yorkshire: las huellas eran visibles
Devon, al sur de Inglaterra, es
visible porque el heno es aún un año después. Las «pisadas» eran probablemente
sacudido por el viento. reales -las marcas de la succión ejercida a veces por un

247
Los fire-devils (torbellinos de
fuego) se originan por el
aire caliente que escapa hacia
arriba desde un bosque
ardiendo.

tornado cuando atraviesa un suelo blando--. Pero el


tornado más famoso que ha azotado Gran Bretaña tuvo
lugar el 31 de octubre de 1638. Atravesó la parroquia de
Widecombe, en Devon, mediado el servicio dominical
matando a varias personas de la congregación. En un
dibujo contemporáneo se representa el tornado en for­
ma de una cabeza diabólica en el extremo de un largo
cuello.
El nombre «diablo» ha persistido a lo largo de los siglos y
todavía se sigue utilizando para los torbellinos pequeños,
de los cuales probablemente el que resulte más familiar es
el torbellino de arena (dust-devils, diablos de polvo),
bastante comunes en muchas regiones áridas y semiáridas
del mundo durante los días calurosos. Los torbellinos de
arena generalmente son menos violentos que los tornados
pero pueden ser muy fuertes. Se ha informado de torbelli­
nos que han volcado coches y caravanas; y en el árido
sudoeste americano, donde se ha visto extenderse los
torbellinos más de un kilómetro en el aire, a veces han
causado daños más serios a los edificios. La dinámica de
un torbellino de arena es similar a la de un tornado
excepto en que el sistema no está relacionado de ninguna
forma con nubes. La energía del torbellino procede del
intenso calentamiento del suelo seco y la capa de aire en
contacto con éL Las corrientes de convección se desarro­
llan cuando las burbujas de aire caliente se elevan y el
suelo succiona el aire, concentrando la rotación y aceleran­
do para producir un remolino. A pesar de la fuerte En forma de cono invertido y
elevación, rara vez existen nubes debido a la extrema ligeramente indinados,los
sequedad del aire. torbellinos de arena, que se
elevan a alturas de alrededor
Los torbellinos de arena son sólo un tipo de torbellino de
de 61 metros,se forman
tierra que se hace visible inmediatamente por la carga de normalmente durante los
-polvo transportado en sus turbulentos vientos. En ausencia calientes meses del verano
de polvo u hojas sueltas, un torbellino de tierra puede keniata (derecha).

248
aparecer sin previo aviso. Naturalmente, el fuego es un
eficiente generador de corrientes de aire fuertemente
ascendentes: cuanto más caliente el fuego, más fuerte la
corriente ascendente. Por supuesto, los fuegos tienden a
producir sus propios remolinos, llamados torbellinos de
fuego (fire-devils: fuego del diablo). Una vez formado, un
torbellino de fuego puede girar desde el fuego principal
expandiendo el calor, las chispas y las cenizas calientes a
�ualquier lugar donde le lleve su camino errático. Durante
fa reciente formación de la isla volcánica de Surtsey, en la
costa de Islandia en 1965, se observaron remolinos alrede­
dor de las ondulantes nubes de ceniza y vapor arrojadas
desde la isla. El hombre tampoco puede pretender inocen­
cia en todos estos fenómenos: algunas de las ofensivas de
bombardeo más horrendas lanzadas durante la segundá
guerra mundial, sobre todo contra Hamburgo y Dresde, se
conocieron deliberadamente y se planearon para generar
devastadoras tormentas de fuego en esas ciudades. Fuegos
similares contribuyeron a la destrucción que sobrevino
después del terremoto de Tokio en 1923.
Los torbellinos de agua se pueden formar si los torbelli­
nos de tierra se deslizan sobre el agua, pero pronto se
.extinguen por falta de suministro de calor. Algunos de
los torbellinos de agua se generan cuando el aire frío se
desplaza sobre una superficie de agua cálida.

250
Trombas marinas

Una tromba de agua es simplemente un tornado marino


formado en condiciones muy similares a un tornado
terrestre pero, más fácilmente, siempre que el mar esté
caliente. Una superficie marina cálida ayuda a la formación
de un tornado de dos maneras: la primera, calentando el
aire próximo a la superficie y, la segunda, abasteciendo de
humedad. Ambos factores contribuyen a crear inestabilidad
1

El agua del mar se eleva para


. formar una estrecha nube
embudo de gotitas de agua que
se mueven en espiral en
dirección antihoraria, vista desde
la Costa Brava española el 2 de
septiembre de 1965. El embudo
está compuesto principalmente
de gotitas que se extienden
hacia abajo desde la nube
cumulonimbo más que de agua
absorbida del mar. La naturaleza
espiral de la manga ha
conducido a que se la suela
confundir con una serpiente
marina de largo cuello.

251
Un enjambre de trombas
marinas originan olas y rocío
marino, ondulando hacia arriba
y afuera de la base.

&

en la atmósfera y a fomentar el desarrollo de un torbellino.


Las trombas marinas nunca alcanzan la intensidad de los
tornados terrestres gigantes del medio oeste americano,
- pero siguen siendo impresionantes y pueden representar
un gran peligro para los barcos pequeños. El mayor peligro
lo corren los veleros, ya que en las condiciones idóneas
para la formación de una tromba de agua es muy probable
que el viento de superficie sea muy ligero, dejando a la
embarcación sin medios para adoptar una acción evasiva.
Antiguamente se creía que las trombas de agua eran
monstruos marinos. El término en sí mismo implica más
bien que una columna de agua o manantial se lanza hacia
arriba desde algún lugar del mar, pero no es verdad. Al
igual que un tornado, la tromba de agua se forma como un
embudo de aire en remolinos que descienden de una nube
de tormenta. Cuando por fin el embudo toma contacto con
252
la superficie del agua absorbe grandes cantidades de ésta,
que se arremolina alrededor del tubo en violenta rotación
haciéndolo visible como una sinuosa columna gris-oscura.
· A veces aparece un torbellino de rocío sobre la superficie
del mar antes de que se llegue a hacer visible del todo el
embudo: estos espectáculos son raros, pero si se ve un
indicio de este tipo debería considerarse como una adver­
tencia seria porque la tromba de agua es ciertamente
inminente.
Una de las referencias más antiguas a una tromba de
agua marina se debe a William Dampier en 1687, cuando
escribió: <<Un surtidor es un pequeño trozo desgajado de
una nube que cuelga alrededor de una yarda aproximada­
mente de la parte más negra. Habitualmente cuelga incli­
nada desde ésta. Cuando empiece a actuar la superficie del
mar, se verá el agua, en una circunferencia de aproximada-
2�3
mente 100 pasos, hacer espuma y ponerse a girar, aumen­
tando la velocidad poco a poco, y entonces asciende hacia
arriba en una columna. De esa manera continúa por
espacio de media hora, más o menos, hasta que se agota el
agua succionada. Luego todo el agua qt¡.e estaba bajo el
surtidor cae de nuevo en el mar, haciendo un gran ruido e
induciendo un oleaje». Al igual que las nubes, las trombas
de agua se mueven con distintas velocidades, pero lo típico
es de 5 a 10 metros por segundo. El diámetro de la
columna de la tromba puede ser tan pequeño como de 1
metro o puede alcanzar los 200 metros de ancho. Habitual­
mente las trombas de agua suelen durar entre 15 y 30
minutos. La tromba de agua serpenteará, habiéndose
observado algunas que comienzan a moverse en círculos
hacia arriba de modo muy parecido -a una serpiente. Sin
embargo, esto indica que su energía está disminuyendo:
tan pronto como la columna se enrósca sobre sí misma,
ascendiendo, empieza a desintegrarse, porque es imposible
mantener la rotación del aire. Estar cerca de la tromba de
agua en el momento de su desintegración es particular­
mente peligroso incluso más que estar cerca del propio
surtidor, pues a medida que éste se debilita, todo el agua
mantenida en suspensión se libera de repente, generando

¿MONSlRUOS O DIABLOS?
Los diablos del agua suelen emitir un
suave silbido o incluso un bramido
apagado mientras sueltan espuma y
plantas acuáticas, lanzándolas al aire,
razón por la cual se ha sugerido que las
tormentas giratorias localizadas podñan
constituir la base de muchos monstruos
legendarios. La gran serpiente marina del
lago Victoria, al este de Africa, •anuncia
su llegada con un terrible bramido y
emerge del lago en ciertos momentos
para devorar seres humanos, canoas y
todo lo que se halle en su camino•; una
descripción perfectamente compatible con
un fuerte torbellino de agua sobre el lago.
El Oganenagain -Columbia británica- y
el Ness, en las Highlands escocesas, se
encuentran también entre los muchos
lagos con fama de contener monstruos y
donde son posibles torbellinos de agua,
sin embargo, en las fotografías, el
monstruo del lago Ness (derecha) no se
parece en nada a una tromba.

254
un aguacero torrencial que es muy capaz de sumergir un
barco pequeño. Se han utilizado varios métodos para
dispersar las tro¡nbas de agua, llegando al disparo de
cañones desde la cubierta de los barcos para estigmatizar­
los, pero sobre este método .incluso Dampier comentó:
«Nunca probará ser de ninguna utilidad». Hasta ahora
todos los intentos han sido inútiles y la única forma segura
de ahorrarse problemas es evitar completamente la vecin­
dad de dicho fenómeno.
Aunque muy·habituales en aguas cálidas y estrechamen­
te asociadas con ciertas áreas oceánicas como la del Golfo
de Méjico y las Bahamas, las trombas de agua pueden
originarse en casi cualquier sitio. Muchas suelen aparecen
bajo condiciones indicativas de que uno de los principales
factores en su formación es un viento relativamente frío
que sople desde tierra. Sin embargo, son bastante raras en
las condiciones frías de las aguas del nordoeste europeo y,
al ser muy pequeñas, cuando aparecen excitan la curiosi­
dad y la admiración más que el miedo. Las trombas de
agua aparecen con frecuencia en «familias», siendo bastan­
te normal que haya tres o cuatro próximas en pocos
minutos, mientras que un escritor describió una ocasión en
que se vieron casi 50 al mismo tiempo.

255
CLIMA
MUNDIAL

Es pródiga lnglaterra.en ondulantes trigos, que


desbordar parecen del abundoso cuerno, en
deleitosas huertas, donde el ingenio suple el
ardor fecundante de los cielos hindúes; sus
apacibles costas, al comerciante invitan a
derramar en ella innúmeras riquezas y,
aunque los fieros soles que sazonan la especiq.
en vergeles de Oriente, sin descanso conspiren
con los hielos para impedir su imperturbable
avance, hacia horizontes nuevos cabalgará, a
lomos de las olas, hasta el confín sombrío o la
luz más brillante, del cinturón del mundo a los ·

gélidos polos .
. . »

William Cowper, Expostulation

Las zonas climáticas ·de la Tierra son una de las


características más importantes del planeta, de­
terminando el paisaje, la vegetación y la vida
animal, y estableciendo un límite a la explota­
ción humana del entorno. Tienen un profundo
efecto sobre la cultura y sobre la forma de
pensar y comportarse de la gente. Las condicio­
nes climáticas determinan los niveles de activi­
dad económica, y no es ninguna casualidad que
los países desarrollados industrialmente estén
localizados casi sin excepción dentro de la re­
gión climática templada, ni que la mayor parte
del Tercer Mundo se encuentre dentro de los
trópicos.
257
El clima, o modelo meteorológico a largo plazo de una

El clima región, depende de varios factores: la latitud, que determi­


na lo caliente o fría que es una zona, así como la extensión
e influencia de sus estaciones; las características de las
masas de aire predominantes, que pueden ser calientes,
frías, húmedas o secas, y factores físicos tales como la
distribución relativa de la tierra, el mar, las montañas, los
valles, los bosques y lbs glaciares.

Ecuador

O Polar

��;}�;}j Taiga

Montaña

� Templado
Monzón/

� Subtropical
I"P'l Estepa/
l__j Sabana
O Tropical

E:=J Mediterráneo

O Desiertos cálidos

258
Las regiones ecuatoriales son cálidas durante todo el año
porque las masas de aire llegadas a ellas son cálidas, hú­
medas y llevan lluvias regulares a lo largo de todo el año.
Los climas monzónicos de la India, el sudeste asiático y
China deben sus características a los vientos estacionales
provenientes de direcciones opuestas; vientos cálidos y
húmedos que se alternan con otros cálidos y secos para
producir veranos nubosos y húmedos e inviernos secos.
Los climas desérticos, propios de amplias zonas situadas
a ambos lados del ecuador, están localizados en las
regiones anticiclónicas y estables donde el aire cálido y
seco origina cielos despejados y poca lluvia. En las altitu­
des medias de ambos hemisferios el aire subtropical cálido

El clima de una región es un resumen


del tiempo diario que se experimenta
característicamente a lo largo de las
estaciones del año. Como las
pequeñas fluctuaciones en las
condiciones m'lteorológicas son
difíciles de describir, se agrupan todos
los climas con características similares
y se incluyen en el mapa mundial; los
gráficos climáticos {"pags. 260-261)
acompañan al mapa para Uustrar-la
temperatura media típica y las lluvias
de cada reglón climática. El mapa
muestra los climas tropicales lluviosos
de Sudamérica, ·Africa y el lejano
Oriente, los grandes desiertos
mundiales emplazados en las latitudes
subtropicales y el mosaico de modelos
climáticos de latitud media
-templado, estepa, monzón,
mediterráneo, zonas de montaña­
simplificados en taiga y continental y
ribeteado finalmente por las regiones
polares.

259
Los élimas
de la Tierra
. .

Taiga. Ligera precipitación; Estepa. Ligera precipitación;


veranos cortos y fríos; veranos cálidos; en algunos
inviernos largos, muy fríos. lugares inviernos fríos.

oc cm
40
Yakutsl< 30 •C cm
URSS 40 30
30
20 25 30
20 Australia 25
10
20 10
o
- 10 o -------------------- 20
-20 15 -10
-30 - 20 15
10 - 30
-40
-40 10
-
50
-50
5
��������-LO
EFMAMJJ ASOND
cm •e
México
cm
Vostok 30 40
Ciudad de
30 OC Manao cm
Antártida 30
México ��B�rn�si�l-30·
---�
25 20 ::;;;�----..[
;¡;o 25
10 20 25
-------------------- 20 o -------------------- 20 10
-10 -------------------- 20
o
-10
15 -20 15
-20 15
-30
10 - 30
10 -40
-50 -40 10
-50

���-.��,_�-LO
EFMAMJJ ASOND
EFMAMJJ ASÓNDO
Polar. Inviernos largos y Montaña. El clima vaña Tropical. Lluvias densas;
fríos. Ninguna precipitación con la elevación, frecuentemente sólo uno o
en Vostok. latitud y exposición. dos meses secos; calor.

suele yuxtaponerse al aire frío subpolar, lo que da origen a


frecuentes perturbaciones. Las áreas de estas zonas tienen
el clima templado, disfrutando del aire subtropical en
verano pero padeciendo en invierno corrientes ocasionales
de aire frío subpolar.
Los climas mediterráneos de California, el sudeste de
Australia y la propia .región mediterránea se encuentran
generalmente en las costas occidentales de los continentes
con ten dencia a ser secos en verano y tener inviernos
suaves y poco lluviosos. Más cerca de los polos, las
regiones climáticas están controladas por las masas de aire
polar, origen de tiempo frío y seco a lo largo de todo el
año con breves veranos soleados.
El esquema de las zonas climáticas mundiales ha tenido
una profunda influencia sobre la vida en la Tierra. Antes de
que el hombre se convirtiera en una criatura sedentaria, su
estilo de vida nómada imitaba al de los animales y la
vegetación como respuesta a la presencia o ausencia de
lluvias. Cuando se estableció por primera vez, construyó
sus poblados en aquellas latitudes que no experimentaban
temperaturas extremas, sino una media agradable. Por lo
260
Templado. Precipítación Mediterráneo. Precipitaciones
en todas las estaciones; leves; inviernos suaves;
temperaturas variables. veranos secos; cálido.
oc cm
Amsterdam oc cm
40 30
40 30
30
20 25 30
20 25
10
o --- -- - ------- -- ----- 20 10
------------ -- ------ 20
-10 o
-20 15 -10
-30 -20 1�
..
- 40 10 -30
-50 -4 0 10
-50

o
E.f MA M J J AS O ND
oc cm
30 oc cm
40
40 30
, ,,
30
25 30
20 Madrás Asuán
20 25
10 India Egipto
------------ -- ------ 20 10
o --------------------
o 20
-10
-10
-20 15
-20 15
,-30
- 30
-4 0 . 10
-40 10
- 50
-50

o
O
EFMAMJJASOND
E M A ND

Monzón y subtropical. Siempre Desiertos cálidos.


caluroso; estaciones a Precipitación insignificante;
menudo secas y lluviosas. todos los meses calurosos.

tanto, los lugares más favorables para los primeros asenta­


mientos humanos estuvieron dentro de las regiones climá­
ticas mediterráneas, en el <<Creciente fértil» donde la sequía
y la aridez -las principales amenazas para la vida- se
compensaban por ·la presencia de grandes ríos, como el
Nilo, el Tigris y el Eúfrates, que crecían cada primavera. De
igual forma, los ríos Indo y Amarillo acunaron las primeras
civilizaciones orientales. A medida que las poblaciones
aumentaban y los suministros de alimentos se hacían más
escasos, la gente emigraba hacia zonas templadas, donde
las lluvias, el factor crucial, eran más ·abundantes pero
donde el clima era menos predecible. El paisaje y las
condiciones hacían necesaria una cierta preparación de
cara al futuro... Aquí no se podía confiar en las cosechas
de verano con la misma seguridad, sino que había que
proveerse para los duros inviernos y los imprevistos de la
agricultura. El clima dicta todos los factores de la vida
humana -arquitectura, vestido, alimento e incluso cultura
y temperamento-. Los colores, ideas, ritmo de vida y
hasta ciertas pautas de comportamiento que parecen típi­
cas son reflejo del tiempo al que están acostumbrados.
261
Los polos

El Artico es un océano de
banquisa de hielo permanente
circundado por Groenlandia,
América del Norte y Eurasia,
siendo su límite la isoterma de
. julio de l0°C. En el otro extremo,
la Antártida es un continente
cubierto de hielo; ambos tienen
influencia mundial.

Tanto el Artico en el polo' norte como la Antártida en el sur,


presentan duras condiciones ambientales para cualquier
forma de vida. Ya que la Antártida es el más frío y
expuesto al viento de los continentes mundiales, no resulta
sorprendente que ninguno de los mamíferos terrestres
auctóctonos haya vivido allí nunca, ni la carencia de
poblaciones permanentes. En contraste, el Círculo Polar
Artico ha estado habitado durante cientos de años por los
esquimales de Norteamérica y Groenlandia, y por gente de
otras culturas, como los lapones de Euroasia. Además de la
población humana autóctona, el Artico alberga a una gran
cantidad de otros mamíferos, pájaros y peces.
El primer barco de exploración que pasó el invierno en
la Antártida fue el Bélgica, bajo las órdenes del alférez de
navío belga Adrien de Gerlache de Gomeroy. El barco
quedó atrapado por los hielos durante 347 día,s, desde
febrero de 1898. Cuando el invierno se echó encima, la
tripulación empezó a padecer anemia por la raciones
inadecuadas y depresiones originadas por la pasmosa
monotonía del ambiente. Además del extremado fño y los
horribles vientos, el aislamiento y la oscuridad de la ' Los pingüinos Adelie procrean
en la Antártida; son capaces de
interminable noche fueron acelerando su deterioro físico y
sobrevivir durante semanas bajo
mental. Unos pocos años más tarde la expedición de 1901-
las nieves de primavera y las •

1904 a abordo del Antártida sufrió un contratiempo y hubo ventiscas estivales. Se apelotonan
de pasar el invierno en aquel paraje. Milagrosamente para conservar el calor corporal.
sobrevivió un grupo en una cabaña, matando pingüinos
para alimentarse y utilizando grasa de foca como combusti­
ble, bajo una temperatura media de - 20°C. Sin embargo,
para otros exploradores los resultados fueron muy diferen­
tes, y muchos, como el capitán Scott er 1912, pagaron el
tributo de su propia vida por aventurarse dentro del polo
sur sin tener experiencia previa en las regiones polares.
262
Actualmente hay una estación de investigación rusa en
Vostok, región situada muy en el interior de la Antártida, a
3.488 metros sobre el nivel del mar, y que ostenta el
récord mundial de temperaturas más frías, -88°C. En el
día de hoy se construyen algunas bases de investigación
casi completamente bajo el suelo, dentro del hielo; sus
habitantes pasan el largo invierno de una forma troglodíti.,
ca, viviendo aislados en sus alojamientos y trabajando en
sus sofisticados laboratorios mientras disfrutan de ciertas
comodidades.
Aparte del hombre, las distintas formas de vida que se
encuentran en la Antártida han desarrollado una serie de
263
. ,

La gente lograba cruzar el hielo y alcanzar el Pdlo Norte sólo cuando se


vestían con prendas esquimales y se servían de perros esquimales,
enganchados a trineos mediante arreos fabricados con pieles de morsa.
El pelaje aisla a los ¡:iernis de forma que pueden dormir en la nieve
incluso cuando las· temperaturas descienden a -57•C. Son capaces de
tirar de los··trineos a velocidades superiores a 32 kilómetros/hora.

adaptaciones para sobrevivir a las durísimas condiciones


-ax:nbientales. El extraordinario pingüino emperador pro­
crea casi exclusivamente sobre el mar helado de las costas
del continente Antártico; es la única especie animal que
aún cría en el invierno de la Antártida. Sujeta fuertemente
su único huevo con las patas; lo incuban sólo los machos
apretándose en apiñado montón durante los más fríos
meses de invierno, cuando las temperaturas pueden des­
cender hasta - 60°C. Son necesarios dos meses para
incubar el huevo; durante este tiempo los machos viven de
sus reservas de grasas. Los polluelos, que emergen a un
mundo poco atractivo de oscuridad perpetua y ningún
alimento, son alimentados inicialmente por las hembras y
después también por los machos. Crecen rápidamente y se
hacen independientes en diciembre o enero, cuando el mar
de hielo se está dispersando y la comida es fácil de
obtener.
En el Artico, la forma de vida esquimal estaba completa­
mente fundamentada en una economía de subsistencia,
dependiendo de la fauna silvestre autóctona para alimen-
264
La tecnología moderna permite
vivir y trabajar en las estaciones
de investigación en la Antártida,
a pesar de las condiciones que
sobrepasan l¡:is más extremas
de la experiencia normal.

tarse y vestirse; los esquimales migraban con los animales.


Cazar focas, caribús, ballenas y pescar son algunos ejem·
plos de las actividades de los nativos. En época reciente, el
descubrimiento de las regiones árticas les ha supuesto tales
cambios que muchas comunidades nativas practican el
ahorro y está desapareciendo el estilo de vida tradicional.
No obstante, hasta hace poco los esquimales del interior de
Alaska sobrevivían durante todo el invierno utilizando
tiendas cupuliformes fabricadas con pieles de caribú. Den­
tro de estos recintos, pequeños y bien aislados, un peque­
ño fuego, confeccionado con ramitas o grasa de animal, les
mantenía calientes; durante la noche era suficiente el calor
de los durmientes para mantener las temperaturas por
encima del punto de congelación. Por supuesto, había otra
serie de construcciones de diseño local, algunas parcial­
mente subterráneas y cubiertas por hierbas cuidadosamen­
te seleccionadas para conservar el calor.
Los esquimales y los indios americanos del Artico cuen­
tan con algunas ventajas fisiológicas como, por ejemplo,
una capa extra de grasa aislante que proporciona cierta
265
protección contra los fríos extremos -sus hermanos más
delgados que viven en latitudes más templadas sienten
más agudamente el . frío-. Sin embargo, el secreto del
éxito de los esquimales para sobrevivir en ese riguroso
ambiente radica sobre todo en su vestimenta, transporte y
adaptaciones del comportamiento. Se requiere una enor­
me cantidad de prendas y calzado para cada estación. La
piel se- selecciona de varios animales, y los vestidos, el
calzado y los mitones son, en general, muy rústicos. Sin
embargo, la nueva generación de esquimales, junto a los
blancos recién instalados en el Artico, está protegida por
las ropas y los . alojamientos importados, y no necesita
hacer gala de la destreza con que sus antepasados evalua­
ban el entorno y que les hacía capaces de sobrevivir en
condiciones tan crueles.
Las especies de animales salvajes del Artico han desarro­
llado varias estrategias para enfrentarse a las condiciones
climáticas. Las aves acuáticas, por eJemplo, sólo aparecen
en el corto verano, yéndose antes de que se hiele todo
nuevamente -la única solución al problema del frío-.
Algunos mamíferos pequeños, como la ardilla terrestre
ártica, disminuye considerablemente su temperatura cor­
poral durante el período invernal. Otros animales perma­
necen activos durante todo el invierno, y algunos, como el
zorro ártico, se cubren de una gruesa capa de pelo blanco
durante dicho período.
Otras especies, como el caribú y el carnero Dall, adquie­
ren una capa más espesa pero no cambian de color. Hay,
por supuesto, otro tipo de adaptaciones para sobrevivir. El
caribú, por ejemplo, aumenta de volumen en verano,
mientras que el invierno lo encuentra manteniendo el peso
y .economizando energía.

266
'
. .

La taiga se extiende sin


interrupción a través de Eurasia y
Norteamérica. Su límite norte es la
isoterma de julio de 10°C; el sur
está marcado por las áreas con
más de cuatro meses al año por
encima de esta temperatura.

Las condiciones climáticas en los bosques del norte, cono­


cidos por el término siberiano de taiga, son duras; los
largos y fríos inviernos sólo se interrumpen para dejar paso
a unos veranos cortos y cálidos. La precipitación es baja,
totalizando menos de 50 centímetros anuales, y concen­
trándose principalmente en los meses cálidos. Ningún otro
clima tiene un rango anual de temperaturas tan amplio; los
valores más extremos aparecen en el interio.r de Eurasia.
El récord mundial de temperaturas lo ostenta Verkho­
yansk, donde en el mes más frío, enero, la media es de
-47°C, y de l6°C en el más cálido, julio, una diferencia
de 63°C entre los extremos. Verkhoyansk y Oymyakon,
situadas aproximadamente a 640 kilómetros al sudeste,
El visón (abajo), habitante de la
conservan el récord de las temperaturas más bajas existen­
taiga norteamericana, es apreciado
por su lustrosa capa de pelo tes en la superficie terrestre fuera de la Antártida, con
marrón. - 68°C. Estos lugares pertenecen a los valles del nordeste
siberiano, en el «polo del frío», y las temperaturas tan bajas
son el resultado de la combinación de los vientos katabáti­
cos y el enfriamiento por radiación, en particular durante
las largas noches invernales del Círculo Polar Artico.
Puesto que los árboles y las plantas no comienzan a crecer
hasta que la temperatura media del aire se eleva a 6 oc, la
estación de cultivo en la taiga es corta: tan sólo de uno a
tres meses. Las coníferas se adaptan mejor a estas condi­
ciones y, por tanto, los bosques de estos parajes están
dominados por pinos, abetos, pinsapos y alerces, junto con
una población dispersa de especies caducas resistentes,
tales como el abedul y el álamo. El ciclo vital de foliación,
floración, producción de frutos y siembra es ,relativamente
largo en los árboles y muchas especies de coníferas
conservan sus hojas durante el invierno para economizar
tiempo en primavera. Sin embargo, los veranos de la taiga
267
siguen siendo demasiado cortos para que los árboles
produzcan el fruto y las semillas en una sola estación, por
lo que el ciclo se ha adaptado gradualmente de forma que
las coníferas puedan sobrevivir sin producir frutos. En su
lugar, las semillas se transportan en la cara externa de las
piñas, que tardan aproximadamente una estación y media
en madurar. Por tanto, al principio del verano de las
estaciones alternas las piñas están preparadas para liberar
las semillas a partir de las cuales se formarán los árboles
de la siguiente generación.
Otras caracteñsticas especiales de los coniferales son sus
duras hojas en forma de aguja que disminuyen la resisten­
cia al viento y las superficies serosas con muy pocos poros
para reducir la transpiración al mínimo; la gruesa corteza
de resina cubre los troncos y las ramas proporcionan­
do protección contra el frío, los secos vientos y la descom­
posición. La estructura. cónica y compacta de las coníferas
les ayuda a incrementar su estabilidad frente a los fuertes
vientos y permite a sus ramas soportar la nieve sin
cascarse.
La taiga es morada de amplia variedad faunística, inclu­
yendo el oso, el lobo, el lince, el ciervo, el alce y el zorro.
Sin embargo, de los animales de pelo tales como la marta
y la marta cibellina, pers.eguidos durante siglos, sólo
quedan cantidades apreciables en las partes más recóndi­
tas. El armiño revela una gran capacidad de adaptación a
los cambios del paisaje con las estaciones. ya que cuenta
con un pelaje invernal completamente blanco, mediante el
cual pasa desapercibido en el paisaje al confundirse con la
nieve. Esta adaptación le es muy útil para defenderse de
los depredadores.
La taiga rivaliza con los desiertos y las regiones polares
en su carencia de habitantes humanos; constituye un 10
por ciento del total de tierra continental, pero contiene
sólo alrededor del 1- por ciento de la población mundial. Sólo los árboles resistentes y
Los primeros moradores fueron los nómadas de la estepa adaptables pueden sobrevivir en
asiática que emigraron hacia el norte, buscando refugio en clima frío, donde la mayor part•
del agua está atrapada en el sue
la taiga frente a los períodos de sequía de las tierras de
pastoreo y sus beligerantes vecinos. Quizás, de entre
estas tribus nómadas, las de mayor capacidad de adapta­
ción eran los yakuts, que ocuparon la cuenca del ño Lena
en el corazón del «polo del frío•. Aprendieron a abastecer­
se de carne mediante la caza y la pesca y a vender sus
productos agñcolas a los colonos rusos recién establecidos,
llegando a forjar redes comerciales entre los rusos y los
pueblos asiáticos que vivían en las partes más remotas de
la taiga. También se cree que las tribus indias del bosque
boreal canadiense, que vivían de la caza y la pesca,
emigraron desde Asia a través de Siberia y Alaska.
268
Los pueblos de origen europeo están extendiendo cada
vez más sus fronteras dentro de la taiga, pero, desgraciada­
mente, el contacto con la forma de vida moderna ha
modificado muchos de los esquemas «nativos» conserva­
dos desde tiempo inmemorial -sólo los yakuts siguen
creciendo en número en Siberia-. Los primeros contactos
entre los antiguos pobladores asiáticos y los europeos
tuvieron lugar a través del comercio de pieles en el siglo
XII. Durante los siglos XVI y XVII los europeos establecieron
puntos de intercambio en las taigas del Viejo y Nuevo
Mundo, principalmente en las desembocaduras de los ríos,
donde los nativos llevaban sus cargamentos de pieles al
fundirse las nieves en primavera. En Canadá, la Bay
Company del Hudson fue estableciendo puestos cada vez
269
más hacia el interior de las costas occidentales del golfo, Las condiciones para la tala
mientras que en Asia, los rusos impulsaban sus actividades comercial son ideales, ya que en

comerciales hacia-el este, en Alaska, lugar que vendieron a una misma área crecen grandes
bosques de una sola especie de
los Estados Unidos en 1867.
coníferas de crecimiento rápido.
Aunque en los últimos años la ciencia agrícola ha hecho
grandes progresos, obteniendo variedades especiales de
cultivos de crecimiento rápido, la cantidad de alimento que
crece en. la taiga sigue siendo insignificante en compara­
ción con las extensas áreas de cultivo del sur. La cantidad
de granjas pioneras .esparcidas por la taiga son, literalmen­
te, una isla en un mar de bosque, y sólo se encuentran en
aquellos lugares en que la singularidad del suelo local o el
clima proporcionan al menos algún arma para combatir las
breves y variables estaciones de cultivo. Gran parte de
quienes constituyen hoy la diseminada población de la
taiga no son ni cazadores, ni tramperos, ni granjeros, sino
trabajadores de las .industrias madereras ·y mineras. La
región ha llegado a ser notable por sus·vastas cantidades
de madera blanca de coníferas destinadas a las industrias
de papel y pasta de made�a. La taiga ·po!iee también
importantes reservas de energía primaria, como el petró­
leo.y el gas natural, y minerales, como el uranio y otros, lo
que, junto a los recursos energéticos que acabamos de
mencionar y cuya demanda mundial aumenta de día en
día, otorgan a estas áreas una importancia·· insospechada
hace tan sólo algunos años.
270
Montaña

Las áreas montañosas,


principalmente las cordilleras de
América del Norte y del Sur, los
Alpes europeos, y el Himalaya en
Asia, tienen un clima "COmplejo
debido a que se extienden sobre
un amplio rango de latitud y su
temperatura, lluvia y presión
vañim con la altura.

Uno de los principales factores que afectan a los climas de


montaña es la disminución de la temperatura con la altura,
cuya media es de 6,5°C por kilómetro; esta característí­
ca es responsable de la·zonación vertical de temperatura,
presión y precipitación, además de algunos otros elemen­
tos climáticos. Por ejemplo, en algunas partes de la
América Latina tropical se pueden distinguir tres zonas: la
Tierra Caliente, que incluye las cálidas líneas de la costa
tropical y extensas zonas de tierra de pastos que se
extienden desde el nivel del mar hasta unos 900 metros; la
Tierra Templada, zona subtropical, donde las temperaturas
varían entre l8°C y 24°C, elevándose a 1.800 metros, y la
Tierra Fña, la zona templada, en la que la temperatura
media anual es, aproximadamente, de 13°C; a 3.000
metros de altura hay una zona apta para los centros
urbanos, incluyendo las capitales Ciudad de México, Bogo-
tá y Quito. .
Aunque los cambios de clima, que tienen lugar según se
va subiendo por las altas montañas de los trópicos, pueden
semejarse a simple vista a los experimentados cuando se
viaja desde el ecuador a los polos, hay diferencias impor­
tantes: ninguno de los climas de las latitudes extra-tropica­
les están duplicados exactamente en las tierras altas tropi­
cales, puesto que no se ven afectados por los cambios del
tiempo resultado de las tormentas ambulantes o anticiclo­
nes, y las temperaturas anuales, más suaves; de los trópicos
hacen -también menos marcados los cambios estacionales.
El cuerpo humano no puede percibir los cambios compa­
rativamente leves d<;! la presión del aire a nivel del niar,
pero a medida que se sube una montaña, la rápida
disminución de lé! presión se deja sentir enseguida. Su
valor a nivel del mar es aproximadamente 1 milibar por 10
271
El vigorizante clima y la belleza
sin igual de las montañas alpinas
que se extienden a través de
Europa atraen turistas durante todo
el año.

metros, pero se hace menor con la altitud. A altitudes


superiores a unos 3.000 metros, mucha gente empieza a
experimentar los síntomas del «mal de montaña», que
suelen desaparecer después de pasar una semana a esta
altitud. Pero a 6.000 metros la presión se reduce a la mitad
o menos de su valor a nivel del mar, haciéndose aguda y
continua la dificultad para respirar, representando un claro
límite fisiológico. No obstante, un grupo de indios andinos
cuyas aldeas están situadas en las proximidades de los
6.000 metros tienen unos pulmones y un corazón de
tamaño muy superior al de las personas que viven a nivel
del mar, y tras muchas generaciones han alcanzado
probablemente el estado final en la capacidad humana
para aclimatarse a grandes altitudes.
En las montañas tropicales la lluvia se incrementa en
272
Los recolectores de té en el área
de Darjeeling en las �tribaciones
del Himalaya forman un sistema
económico básico, pero su estable
clima también capacita ¡:iara que el
área se utilice como una •estación
de montaña• por los habitantes
más afortunados de las llanuras
oriental� de Bengala. Mucha
gente sube hasta aquí para escapar
de los calurosos veranos y disfrutar
de la vista del Kangchenjunga.

princ1p10 a alturas superiores a los 1.500 metros, por


encima de los cuales tiene lugar una patente disminución.
El efecto es menos evidente fuera de los trópi�os,donde la
precipitación sigue incrementándose con la altura. Los
vientos también se hacen, por lo generalr 'más fuertes con
la altura, porque el movimiento del aire está influido por la
fricción con la superficie de la Tierra: La intensidad de la
luz solar se hace mayor con la altura a través de los aires
de montaña progresivamente más claros, secos y meno�
densos. A 2.000 metros, en un día claro penetra alrededO'r'
del 75 por ciento de la energía solar, mientras que a nivel
del mar llega sólo un 50. Además, la proporción de
radiación ultravioleta s� incrementa con la altura por la
disminución de filtros atmosféricos, razón por la cual la
gente se broncea más deprisa bajo el sol de montaña. En el
273
hemisferio norte, los flancos septentrionales de los válles
que se extienden de oeste a este son mucho más cálidos
que los flancos sur, debido a su mayor exposición a la luz
solar. Estas diferencias de temperatura se reflejan en las
diferencias de vegetación y población, como las encontra­
das en lo alto del valle del Ródano, en Suiza, donde los
flancos soleado y sombreado del valle se han distinguido
por los términos vernáculos «adret» y «ubac», respectiva­
mente.
Las montañas locales pueden afectar de forma dramáti­
ca a la cantidad de lluvia: es más abundante cuando el aire
húmedo y cálido se eleva sobre las laderas qe barlovento.
Por ejemplo, el lugar más pluvioso del mundo' es monte
Waiaieale, de 1.548 metros, en la isla de Kauai, Hawai, con
una media anual de 1 .168 centímetros. En la misma isla.se
aprecia también un llamativo efecto de sombra de lluvia,
cuando a sólo unos pocos kilómetros la precipitación
disminuye a 25 centímetros anuales.
·

Debido a las temperaturas inferiores, las nevadas son más


densas y frecuentes en las tierras altas; incluso en el
.ecuador algunas de las montañas más elevadas de Africa y
.Sud,atl)ériea tienen los picos cubiertos de nieve. La línea de
'-ni�ve; el límite inferior' d� nieve permanente que cubre las
monta.ñas, desdende a mediqa que se incrementa la latitud
Los sherpas del Nepal han ·naddo
y sohl'e las laderas de barlovento, más sombreadás y, por
para llevar una vida. de cargadoreS' co�siguiente, más frías. . . . -

'i son capaces de transportar Hay tendencia a una inversión diaria en la direccióh del
.cargas que igualan su propio peso, viento local en las áreas mentañosas. El calentamiento
ás<:endiendo por paredes rocosas solar en las laderas de montaña durante el día origina
casi �verticales hasta altitudes de vientos dirigidos valle arriba o ascendentes, que a veces
más de 3.030 metrós.
provocan tormentas de trueno!'. El enfriamiento durante la .
noche por irradiación origina vientos valle abajo o descen­
dentes. La desembocadura del aire fño en los valles
conduce a huecos congelados e inversiones de la tempera­
tura. La cantidad de tierra aprovechable para el cultivo en
las áreas montañosas es limitada, ya que las laderas
superiores suelen estar cubiertas de nieve durante gran
parte del año. Los esfuerzos para mejorar el uso de la
tierra han conducido a un estilo de vida típico, llamado
transhumancia, consistente en migraciones anuales. Por
ejemplo, en algunos valles alpinos y noruegos se ha
llegado a establecer una serie de traslados en vertical por
las laderas para conducir los animales a los pastos altos,
«montañas elevadas• o «saeters» durante el verano y de
nuevo hacia abajo en inVierno.
Las montañas han supuesto barreras para el desplaza­
miento de los pueblos y para las comunicaciones debido a
la dificultad del terreno y al clima riguroso. También han
contribuido a aislar y separar las comunidades asentadas,
274
La Paz, en Bolivia, es la
capital más alta del mundo. Se
encuentra a una elevación de
3.577 metros sobre la Tierra Fría
en el Altiplano, en una alta meseta
intermontañosa sobre la que
floreció en el siglo lW el Imperio
Inca. El pico de Illimani, cubierto
de nieve -6.462 metros-, al
fondo, y otros picos que la rodean
confieren a la ciudad una abrupta
belleza.

tanto en las propias áreas de tierra alta como en las tierras


bajas que se encuentran a ambos lados de las cadenas
montañosas. El efecto aislante ha obstaculizado el inter­
cambio y ha permitido que se conserven las formas de vida
tradicionales en las áreas montañosas, contribuyendo a
veces al desarrollo de dos o más culturas netamente
diferenciadas en un área de tan sólo algunos kilómetros
cuadrados.

275
Zonas templadas
Existen climas templados en la
mayor parte de Europa, en la
costa noroccidental de
Norteamérica y en zonas del
oriente de Asia, Chile, Tasmania y
Nueva Zelanda; tienen una gama
anual de temperaturas corta y una
distribución equilibrada de
precipitaciones.

Los climas templados se pueden dividir en cuatro tipos:


marginal, occidental, continent�l y oriental. Hay una clara
diferencia entre el clima marítimo de las regiones margina­
les occidentales templadas, más influidas por las tormentas
- errantes de los vientos occidentales, y los climas más
extremos de las áreas situadas al interior y en los wárgenes
orientales de Eurasia y Norteamérica. El tipo clásico de
clima templado, el tipo marginal continental occidental,
que se encuentra dentro del trayecto natural de los vientos
occidentales de latitud media, es muy estable debido a la
moderada influencia de las corrientes de aire marítimo
empujadas desde los océanos adyacentes por los vientos
predominantes. Pero además de esto, los vientos occiden­
tales pueden introducir drásticas variaciones en el clima de
un día para otro, ya que arrastran consigo diversos siste­
mas de bajas y altas presiones responsables del tiempo
lluvioso y bueno, respectivamente.
A veces se produce una mayor variación de la tempera­
tura y la precipitación cuando un «anticiclón bloqueante»
interrumpe los vientos occidentales habituales, desviando
las depresiones a otras áreas. Los antictclones bloqueantes
tienden a desarrollarse en el oriente del Atlántico norte o
del Pacífico norte. Tanto la permanente sequía que afectó
a la Europa noroccidental durante 1975-76 como el frío
invierno padecido por la zona oriental de Norteamérica en
1976-77 se debieron a actividades bloqueantes persistentes
en estas áreas. En invierno tienden a desarrollarse sistemas
de altas presiones sobre los interiores continentales, des-·
plazando, por tanto, las tormentas ambulantes y sus efec­
tos moderadores. Sin embargo, en verano la formación de
depresiones térmicas a gran escala sobre los mismos
interiores continentales permite la entrada de aire maríti­
mo húmedo de las costas occidental y oriental.
276
:.Os suelos orgánicos, profundos y La influencia moderadora de los océanos en los climas
'értiles, combinados con un clima templados da lugar a los típicos veranos frescos e inviernos
�ue es favorable para el cultivo de suaves. El clima templado se desarrolla más completamen­
os cereales han conducido a que
te en los márgenes occidentales de las grandes masas de
;e elimine gran parte de la
;egetación natural autóctona en tierra, sobre todo en Europa, donde el alineamiento de
as regiones templadas, oeste a este de las cadenas montañosas no es un gran
)articularmente al este de impedimento para la penetración del aire atlántico hacia el
'lorteamérica y Europa, dando este. Por otro lado, la gama anual de temperaturas es
)aso a una agricultura altamente
particularmente grande en los márgenes orientales de Asia.
necanizada.
Esto se debe sobre todo a las bajas invernales, cuando las
masas de aire frío fluyen hacia afuera de la región asiática
de altas presiones. Estos persistentes vientos transportan
fino polvo del desierto,que ha producido a lo largo de los
siglos un grueso y extenso depósito de suelo de loes en el
norte de China. Este suelo es particularmente fértil y, por
tanto, fomentó el establecimiento de las primitivas civiliza­
ciones que florecieron en dicha zona.
En invierno, las aguas anormalmente cálidas de la
corriente del Atlántico Norte bañan las costas de Europa
occidental; el curso de la isoterma de enero de o oc ilustra
277
Nueva Zelanda intercepta
los vientos húmedos que fomentan
el crecimiento de los ricos y
variados bosques templados. Parte
de la pluvisilva está a salvo de la
deforestación debido a su
emplazamiento en lugares
relativamente inaccesibles, con
suelo no utilizable para agricultura.

el efecto del «golfo del invierno caliente» que se extiende


hacia el nordeste sobre las Islas Británicas hasta muy
adentrado el Círculo Polar Artico, manteniendo sin hielo
las costas de Noruega hasta el mismo Cabo Norte, a una
latitud de 71 °N. En contraste, el otro lado del Atlántico
Norte no se beneficia de una corriente oceánica caliente, y
así el río San Lorenzo está bloqueado con hielo durante
varios meses en invierno en las altitudes superiores a
50°N. El modelo de inviernos cálidos es menos pronun­
ciado fuera de las costas de la Columbia británica debido a
la relativa debilidad del giro del Pacífico Norte. A lo largo
de los márgenes occidentales de las grandes extensiones
de tierra, la lluvia es principalmente ciclónica, aunque en
278
las áreas de montaña hay un fuerte efecto orográfico. En
las costas al descubierto orientadas a occidente y . las
vertientes de Escocia, Noruega y South Island, Nueva
Zelanda, la lluvia es bastante densa, alrededor de 250
centímetros. Las precipitaciones disminuyen hacia el inte­
rior, aunque sigue siendo importante el efecto local de
incremento de precipitación eri las zonas escarpadas y en
las cadenas montañosas.
Los sistemas de bajas presiones son frecuentes, y suelen
ser más potentes en invierno, por lo que la precipitación
máxima en muchos márgenes occidentales templados
tiene lugar en esta estación. Por otro lado, la precipitación
orográfica tiende al máximo a finales de verano o princi-

En las formaciones semejantes a


despeñaderos del suelo de loes
transportado por el viento en la
región de Shansi, en el nordeste
de China, se excavan cuevas,
calientes en invierno y frías en
verano, y como en esta zona la
madera escasea se usan como
vivienda.

pios de otoño debido a que en esta época del año los


mares más cálidos elevan el contenido de humedad de las
masas de aire marítimas predominantes. Tierra adentro se
hace más importante la lluvia convencional, de verano
principalmente; también durante el verano, las depresiones
y sus zonas de precipitación asociadas penetran con más
facilidad en el interior de los continentes. La nieve es
habitual en las latitudes templadas, aunque permanece
sólo en las partes orientales y centra les de los continentes,
donde se acumula y da cuenta de la mayoría de las
precipitaciones invernales.
Los climas templados se caracterizan por una estación
de letargo que dura de uno .a cinco meses mientras· la
279
temperatura media está por debajo del nivel uq¡bral de
6°C necesario para el crecimiento de las plantas. En
muchas de las regiones la precipitación es suficiente para
que los árboles sigan creciendo; la vegetación natural es el
bosque de hoja ancha caduca, que incluye haya, fres­
no, arce y roble. Como protección frente al frío invernal,
estos árboles mudan sus hojas anualmente, pero, cuan­
do las temperaturas medias son inferiores o los suelos
más pobres, el bosque pasa a ser de coníferas. Aunque las
regiones templadas constituyen sólo alrededor del 7 por
ciento de la superficie terrestre, están ocupados por más
del 40 por ciento de la población mundial. Las ·partes
septentrionales de China han estado pobladas continua­
mente durante más tiempo que cualquier otro lugar de la
Tierra. Muchos de los habitats originariamente boscosos de
la Europa occidental y Asia oriental se han talado para
dejar lugar a la agricultura que, a su vez, ha sido reempla­
zada por complejos urbanos industrializados.
Son bastante complejas las razones para el notable
desarrollo de la industria y la urbanización en las regiones
de élima templado durante el siglo XVIII, pero parece que la
combinación de una serie de factores geográficos e históri­
cos, interactuantes dentro de un tipo de condiciones
climáticas particularmente favorables, fomentaron su desa­
rrollo. La disponibilidad de los depósitos de carbón, hierro
y suelos fértiles, la situación ge0gráfica y, no menos, un
clima adecuado para la práctica a gran escala de la
agricultura junto con la actividad humana fueron los
principales factores de la prosperidad de estas regiones
durante el siglo XX; por tanto, algunas de las principales
ciudades del mundo, tales como Londres, Nueva York
Berlín y París se han desarrollado dentro del ámbito de las
zonas templadas.

280
Zonas monzónicas

Los climas monzónicos incluyen

flv.:
las clásicas tierras monzónicas de
la India, las zonas monzónicas
templadas y las áreas subtropicales


de Africa, Australia y Sudamérica.
Predominan el tiempo cálido, con
temperaturas medias de al menos
l8°C, y estaciones diferenciadas.

El monzón del sur de Asia, el llamado «monzón indio», es


el fenómeno estacional más impresionante de los trópicos.
El término deriva de la palabra árabe <<mausim», que sig­
nifica estación, y lo utilizaron por primera vez los nave­
gantes árabes para describir los vientos estacionales que
soplan sobre el mar de Arabia desde el noroeste la mitad
del año y desde el sudoeste la otra mitad. Durante siglos,
las embarcaciones árabes de navegación oceánica dotadas
de un sólo mástil han aprovechado estos sistemas de

La fuerza de los elefantes se aprovecha para mover las apreciadas


maderas duras en lndo·Malasia, donde no ha cambiado la tecnología del
transporte desde hace cientos de años. La densa lluvia de verano
fomenta el crecimiento de los exuberantes y valiosos bosques de teca.

281
viento para llegar a los puertos del este de Africa durante
enero, después de cinco o seis semanas de viaje desde el
golfo Pérsico, y regresando hacia el norte en abril o mayo,
aprovechando la vuelta de los monzones.
La vegetación natural del sur de Asia varía mucho
dependiendo de las precipitaciones. En las áreas donde
son abundantes, como el Ghats (cordillera occidental) y el
Khasi de Asam, con más de 200 centímetros por.año, hay
bosques de hoja perenne parecidos a los bosques lluviosos
tropicales. En los verdaderos bosques monzónicos, presen­
tes donde la lluvia es sólo moderada -entre 100 y 200
Centímetros-, la teca es el árbol característico. En el
Deccan occidental y el noroeste de la India, donde las
l,luvias totales son sólo de 64 centímetros al año, los
bosques monzónicos se confunden gradualmente con los
bosques de matorral y espino. En la jungla del Deccan
oriental abunda la fauna silvestre.
Las sabanas de Africa y Australia y los llanos y campos
de Sudamérica son tierras tropicales con un clima domina­
do por un efecto monzónico. Durante la estación seca, las
masas de aire estable que descienden de los anticiclones
subtropicales generan cielos despejados con temperaturas
máximas de 27°C a 32°C, que poco antes de las lluvias
monzónicas de verano pueden rebasar los 38°C. En el
Sudán el tiempo puede ser muy brumoso, especialmente
cuando sopla desde los desiertos adyacentes el fuerte
viento del nordeste cargado de polvo, el Harmatán.
En la estación lluviosa, las masas de aire inestable
procedentes de la Zona de Convergencia Intertropical
(ZCIT) afectan a estas regiones. A pesar de que las
gruesas nubes y la abundante y tormentosa precipitación
rebajan la temperatura, las condiciones siguen siendo El arroz de colina crece sobre las
desagradables debido a las altas proporciones de hume­ terrazas aplanadas en las áreas
más secas. A lo largo del sur de
dad. La precipitación anual vaña entre 75 y 150 centíme­
Asia, las lluvias monzónicas
tros, disminuyendo con la distancia desde el ecuador. En estivales son vitales para el
las zonas limítrofes con el desierto la precipitación se hace crecimiento del arroz -sustento
extremadamente variable. de una población. en continuo
La vegetación natural consiste sobre todo en gramíneas crecimiento-. Desgraciadamente·
es difícil predecir el monzón
bastas que pueden crecer hasta una altura de varios metros
estival de cada año, la sequía y
en la estación lluviosa. A veces hay árboles diseminados
escasez acaecidos ·ciertos años y
entre los prados dando la impresión de un paisaje de las inundaciones y enfermedades
«parque» abierto. Mediante grandes sistemas de raíces,

de otros .

almacenando el agua en sus troncos y dejando caer sus


hojas, los árboles tales como la acacia, el baobab y el
euforbio han conseguido adaptarse para resistir largas
estaciones de calor y sequía. Durante la mayor parte del ·

año, la vegetación parece estar casi muerta, pero poco


después de las primeras lluvias del verano monzónico
adquieren un color deslumbrante.
282
Las sabanas del este de Africa son el hábitat natural para
ilgunos de los mayores animales que existen en el mundo.
�species carnívoras tales como leones y leopardos persi­
tuen a las especies herbívoras (jirafas, cebras, antílopes,
�te.), que dependen de su velocidad para protegerse.·
�mbos, cazadores y presas, han desarrollado pelajes pro-
283
El arroz de pantano crece en los
arrozales planos y bien irrigados;
para aumentar la producción, las
mujeres malasias lo transplantan
constantemente.

tectores: las marcas de las cebras y las jirafas constitu­


yen el camuflaje ideal en los contrastes de luz y. sombra de
la sabana abierta; el pelaje tostado del león es casi una
copia exacta de la hierba seca. Las sabanas de Sudamérica
y Australia son por el contrario relativame_nte deficientes
en vida salvaje.
Los primeros habitantes de la sabana africana fueron
probablemente los bosquimanos, cazadores, pescadores y
recolectores primitivos atraídos a esta zona por su variada
y abundante fauna. Es posible que su modo de servirse del
fuego para cazar hiciese retroceder la linde del bosque,
dando como resultado el actual paisaje herboso con algu­
nos árboles diseminados. Más tarde, las tribus negroides
obligaron a los bosquimanos a desplazarse hacia el sur,
desarrollándose en las tierras de sabana del oeste africano
una relación estable entre la forma de subsistencia agrícola
de los Hausa y el nomadismo pastoril de los bosquimanos
Fulani. En la Edad Media la ciudad fortificada de Kano se
convirtió en el límite sur de las rutas de las caravanas
comerciales que atravesaban el Sáhara. Las nuevas técni­
cas agrícolas y los modernos servicios médicos, introduci­
dos por primera vez durante el período colonial, han
colaborado al aumento del índice de crecimiento de la
población. Desgraciadamente, la subsiguiente necesidad de
alimentos está repercutiendo en los antiguos estilos de
vida; las tierras de pasto frecuentadas durante siglos son
ahora utilizadas en exceso con grandes rebaños, lo que
284
xoduce desertización e incrementa la vulnerabilidad a los
�fectos de las sequías prolongadas. En áreas equivalentes
:iel Nuevo Mundo se ha explotado comerciatmente la cría
iei ganado en zonas donde los pastos habían sido perfec­
:ionados hacía mucho tiempo.
Los monzónicos templados son extensiones de climas
nonzones clásicos y son típicos de los márgenes orientales
ie las grandes masas continentales en la China central,
Japón, sudeste de los Estados Unidos y este de Australia. A
::iiferencia de la versión clásica,llueve todo el año,totalizan­
::io entre 100 y 200 centímetros, pero sigue siendo clara­
nente máxima en verano. El tiempo de dichos parajes está
iominado por masas de aire marítimas tropicales, veranos
:alientes y húmedos con ocasionales ciclones tropicales e
nviernos suaves. En Norteamérica y Asia las incursiones
Jcasionales de aire polar continental pueden significar
mas inoportunas condiciones frías. La vegetación natural
�stá compuesta de un rico y lujuriante crecimiento de
í.rboles c9-ducifolios y coníferas semejantes a la tupida
Jluvisilva. En el este de Australia existen eucaliptos gigan­
:es, los «árboles gomíferos», que crecen hasta una altura de
L20 metros. En el sudeste de los Estados Unidos podría
:iarse una vegetación similar si no fuera por la explotación
'lgrícola del terreno.

285
Tierras de estepa
Los climas esteparios del
hemisferio norte comprenden
veranos cortos y cálidos e
inviernos largos y duros. Las
estepas del hemisferio sur son
generalmente más calientes y
uniformes, con precipitación ligera.
Las estepas tropicales situadas en
los márgenes de los calientes
desiertos son semiáridas.

Las estepas de Eurasia y las llanuras norteamericanas se


encuentran localizadas en las zonas de mayor importancia
del hemisferio norte. Como están bastante alejadas de las
influencias moderadoras de los océanos, experimentan
grandes variaciones diurnas y enormes cambios anuales de
temperatura y pluviosidad. Durante los cálidos y cortos
veranos, las temperaturas mensuales medias varían entre
l7°C y 20°C. Por otro lado, el invierno es largo y duro,
con unas medias mensuales muy inferiores a las de conge­
lación y ventiscas ocasionales, sobre todo en las praderas
norteamericanas.
Por el contrario, los prados del hemisferio austral -las
pampas argentinas, la pradera de Sudáfrica y los bajos del
sudeste australiano- tienen un clima generalmente más
cálido y uniforme que sus equivalentes en el hemisferio
boreal, porque están más cerca del ecuador y se benefician
de la influencia moderadora del mar. La precipitación
anual en todas las tierras templadas de pastoreo es ligera;
las llanuras americanas están protegidas por las Rocosas de
los vientos occidentales portadores de lluvia y las pampas
por los Andes, mientras que las estepas están resguardadas
por su gran distanda del mar. La ligera precipitación, junto
con su distribución anual, produce el característico manto
de hierba empenachada. El crecimiento de los árboles es
inhibido por la falta de humedad; el manto de nieve
invernal en el hemisferio norte es un impedimento para los
árboles, pero proporciona a la hierba un manto protector
frente a las duras heladas.
Los prados templados mundiales son extraordinaria­
mente similares en aspecto -inmensas llanuras suave­
mente onduladas que se extienden sin interrupción desde
un extremo al otro-. Hay, sin embargo, bastante variación
estacional, desde los frescos colores verde-azulados de
286
mavera a los marrones amarillentos del final del verano
el otoño y, en los prados del norte, el albo manto de
ieve en invierno. En nuestros días sólo quedan pequeñas
de prados naturales en las latitudes templadas, con
ITn'".,.,�� de animales herbívoros, caballos salvajes, bisontes
búfalos. También ha variado la distribución humana.
rante las sucesivas etapas de asentamiento, el hombre ha
básicamente, de tres formas: al principio como Los pastores nómadas Khalka
ILrtL<l\.lUI -por ejemplo los indios de las praderas nortea­ (abajo) de las estepas eurásicas
nas-, más tarde empezó a domesticar los animales hubieron de convertirse en
consumados caballistas, como
convirtió en ganadero, criando ovejas y ganado
·respuesta a las distancias que
de la misma forma que los miembros de las tribus habían de recorrer a través de los
adas de las estepas eurásicas, y por fin empezó a prados para seguir el paso de la
abrar la tierra y cultivar cosechas, primero en parcelas migración anual del bisonte.

287
comparativa�ente pequeñas, utilizando arados fabricados
a mano arrastrados por bueyes y caballos, y por último
explotando granjas donde se cultiva el trigo a gran escala
mediante la tecnología y la maquinaria agrícola más
avanzadas. .
Esta transformación de las tierras de estepa .en los grane­
ros mundiales ha sido posible gracias a las características
físicas y climáticas favorables: ·la precipitación ligera en
forma de chaparrones en las estaciones de siembra, duran­
te la primavera y el principio de verano; las condiciones
secas y soleadas al final del verano durante la época de
sazón y rec0gida; los suelos fértiles -las famosas <<tierras
negras» o chernozems, ricas en humus y nutrientes vegeta­
les-- y una gran profusión de terrenos llanos con vegeta-
ción de poca altura.
·

Las estepas tropicales se encuentran en las latitudes


bajas en los márgenes de los desiertos calientes. Suelen
estar influidas por vientos portadores de lluvia y alteracio­
nes asociadas durante un corto peñodo del año, originán­
dose más en climas semiáridos que en climas completa­
mente desérticos. Aquí, las precipitaciones anuales vañan
.de 30 a 70 centímetros, pero de forma bastante irregular
·de un año a otro, especialmente en las estepas tropicales
de los flancos orientados hacia el ecuador de los desiertos
calientes. La vegetación natural está compuesta de arbus­
tos espinosos, matorrales y plantas suculentas.
Los recientes cambios climáticos han afectado dramáti­
camente a las tierras de estepa. El incremento de vientos
occidentales en las latitudes medias durante la primera
mitad del siglo XX condujo a modelos opuestos de precipi­
tación en los prados templados del hemisferio boreal:
mientras que en el interior de Eurasia penetraban cantida­
des cada vez mayores de humedad, la «Sombra de lluvia»
de las montañas Rocosas incrementaba la sequedad en las
praderas de Norteamérica, culminando en la desastrosa
sequía («dust bowl») de los años 30, agravada porque los
colonizadores arrancaron la capa superficial de hierbas
nativas.
Probablemente el aumento de precipitación en Asia
central durante la primera mitad del siglo XX fue lo que
estimuló a la Unión Soviética a extender sus cultivos de
cereales más hacia el este. Pero los vientos occidentales Las tierras de monte bajo y los
portadores de humedad se han hecho menos frecuentes bosques de eucaliptos australiano
d�sde 1950, dando como resultado una pluviosidad menor (arriba) están formados por
y más variable en Asia central. Por tanto, a, pesar de la diminutos eucaliptos y acacias. L
hueste de pájaros y de mamífero•
tecnología agñcola, ha habido ·serios déficits en la produc­
marsupiales, cuyo futuro dependE
ción de cereales durante los años sesenta y setenta debido de la supervivencia de este hábitc
a las sequías. Esto ha obligado a los rusos a adquirir acostumbra a alimentarse entre
gf?ndes cantidades de cereales norteamericanos. Hubo los árboles.

288
cambios en los modelos de precipitación en las estepas
tropicales entre el inicio de los años cincuenta y el final de
la década siguiente. La disminución de los vientos occiden­
tales parece ser sintomática de los cambios globales en la
circulación atmosférica que han afectado a la migración
estacional de la Zona de Convergencia Intertropical (Z­
CIT), cuyo resultado. es ·la· falta más frecuente de lluvias
monzónicas de verano en el oeste de Africa. Esto se ha
notado sobre todo en la región del Sahel, las tierras
esteparias tropicales que bordean el sur del Sáhara, donde
una larga serie de sequías iniciadas a final�s de los sesenta
causaron la muerte de cientos· de miles de personas
indigentes y acabaron con un número todavía mayor de
cabezas de ganado y animales salvajes.

Los ñus azules vagan por las abiertas llanuras cubiertas de hierba del
este de Africa. Desgraciadamente su número mengua debido a la presión
-
de cazadores y agricultores.

289
Trópicos

Los climas tropicales se


éncuentran en una banda entre los
10°N y los 10"5 del Ecuador. Las
temperaturas medias son de 26°C,
con una variación anual de menos
de 3oc. La lluvia cae a lo largo de
todo el año por igual, con totales
de 150 centímetros por lo menos.

Situado en la zona de máxima insolación, el modelo diario


del clima tropical es regular y fiable; a medida que el Sol
se eleva, hay una rápida subida de la temperatura; por la
mañana temprano las neblinas se despejan rápidamente.
Más tarde surgen las nubes cúmulo que se transforman en
cúmuionimbos durante la mitad de la tarde; los chubascos
torrenciales, a menudo con truenos, aparecen al final de la
tarde. Los chaparrones suelen dejar paso a noches agrada­
bles. Se dice que la noche es el invierno de los trópicos. La
humedad, que siempre es alta, se alivia en las zonas
costeras por las brisas que aparecen con una regularidad
casi cronométrica y que en ocasiones penetran hasta 160
kilómetros tierra adentro.
Al oeste de las costas del Ecuador y Perú, entre las
longitudes l60°E y 170°E, se produce una de las más
notables irregularidades climáticas del mundo. En este
área la precipitación total es inferior a la de cualquier otro
lugar -de los trópicos -menos de 25 centímetros en el este
y hasta 76 centímetros en el oeste-. Se cree que estas
Aislados por el bosque y
condiciones anormales se originan porque la Zona de perfectamente autónomos son le
Convergencia Intertropical se divide en dos ramas que malocas o viviendas en forma d·
permanecen netamente separadas al norte y sur del ecua­ cúpula de un pueblo indio en la
dor. El calor y la abundante lluvia originan la típica región xingu de la cuenca
amazónica. El espado
vegetación de la región, el bosque tropical, representado
para el poblado se crea cortandc
en su forma más extrema por las selvas de la cuenca y quemando un pedazo del
amazónica en Sudamérica. En la cuenca del Congo, en bosque tropical.
Africa, y en ciertas partes de Indonesia, hay otras importan­
tes áreas selváticas. Existe una amplia variedad de tipos de
bosque, pero la popular imagen de una jungla densa e
impenetrable es un mito: lejos de los senderos y los
márgenes de los ríos, los bosques tropicales son oscuros,
umbños y de poca maleza. La vegetación está bien adapta-
290
da a las condiciones húmedas. Para incrementar los niveles
de transpiración, las plantas tienen numerosos estomas y
extremos ·largos que se inclinan para que gotee el exceso
de agua. La competencia por la luz hace que los árboles
crezcan hasta grandes alturas -algunas especies gigantes
alcanzan los 60 metros- formando una densa bóveda de
hojas. En los bosques hay una gran variedad de árboles:
son habituales el caoba, el palisandro, el caucho y la
palmera, coincidiendo a menudo hasta cien especies dife­
rentes por hectárea. Sobre las ramas y los troncos prolife­
ran las plantas epífitas y parásitas. Hay un crecimiento
continuo; las plantas tienen sus propias estaciones de
floración, producción de frutos y caída de hojas. En las
291
zonas de confluencia entre bosques y costas, especialment�
en las desembocaduras de los ños Congo y Amazonas,
existe un extraño mundo a medio camino entre el agua y la
tierra, donde los árboles que toleran la sal, los mangles, se
adentran en el mar.
El alimento para la fauna salvaje es abundante, pero sólo
sobreviven aquellos animales que se han adaptado a
condiciones especializadas. Especialmente variados son los
insectos; en algunas áreas la presencia de algunos, como
Jos mosquitos transmisores de malaria, puede afectar a las
poblaciones humanas en mayor medida que los mismos
rigores climáticos. Las selvas tropicales están escasamente
pobladas; quienes consiguieron vivir en armonía con el
bosque, como los indios de la cuenca del Amazonas, los
pigmeos de la cuenca del Congo y los papúes de Nueva
Guinea, han estado siempre diseminados en pequeños
grupos aislados. Algunas tribus viven solamente de la caza
y la recolección, otras practican el cultivo transhumante,
haciendo pequeños claros para cultivar mandioca; después
de unas pocas temporadas, el suelo está tan agotado que

Miembro de una tribu del


bosque tropical de Borneo
transportando bambú para reparar
s�ca. Las tribus nóm.adas que
viven en esta región dependen de
las palmeras silvestres sagú, para
óbtener su alimento básico
-almidón- y el material
para empajar sus refugios.

292
Los indios del Amazonas (arriba) amontonan sus cosechas de ñames,
mandioca y banana, sus alimentos básicos. La tapioca se prepara
extrayendo el ácido prúsico de las raíces de mandioca y secándolas al sol.

han de irse. El mayor contacto con el mundo moderno ha


dado como resultado la reducción del número de morado­
res, debido a las epidemias de enfermedades importadas
contra las que no poseen inmunidad y a la deeadencia dé
sus formas de vida, primitivas pero autosuficientes, que
habían sobrevivido durante innumerables generaciones en
el pasado. La inevitable asimilación cultural que tiene lugar
en la actualidad significa que probablemente, en una
década más o menos, quedará muy poco de estas primiti­
vas formas de existencia humana.
Para las personas no aclimatadas, el ambiente debilitante
e insalubre, el continuo calor húmedo y las enfermedades
tropicales pueden resultar extenuantes. Resulta difícil criar
animales domésticos, ya que las exuberantes y bastas
gramíneas que pueden cultivarse son poco nutritivas y los
insectos, como la mosca tsetsé, atacan a los animales tanto
como al hombre, vehiculando agentes patógenos para
unos y otro, y siendo responsables, en algunos casos, de
que ciertas enfermedades continúen siendo endémicas en
estas zonas.
Los efectos de la deforestación sobre el climá son
particularmente notables en la cuenca del Amazonas,
donde se están despejando vastas áreas.para comercializar
los productos forestales, para cu-ltivos y para asentamien­
tos humanos -especialmente a lo largo de los ríos-- y
nuevas autopistas. El descubrimiento de petróleo y una
industria turística en expansión han fomentado también el
293
fenómeno. En los últimos años se ha estimado que se
habrá eliminado de un quinto a un cuarto del bosque
tropical amazónico: el grado de deforestación se �tá ace­
lerando. Los programas de deforestación y explotación
de los bosques tropicales deberían confrontarse cuidadosa­
mente con la destrucción quizás irreversible de un ecosiste­
ma donde una gran diversidad de especies han evoluciona­
do ininterrumpidamente durante millones de años; debido
a una relativa ausencia de cambios climáticos. -
Los bosqües tropicales juegan un importante papel en el
ciclo del carbono; cualquier plan de deforestación a gran
escala puede convertir un inmenso sumidero de dióxido
carbónico -en forma del carbono almacenado en los
troncos de los árboles- en una fuente igualmente grande,
derivada de la quema de madera, de producción de
dióxido carbonico. Esto podría dar como resultado un
-«efecto invernadero» más fuerte y cambios significativos en
las temperaturas y los modelos de pluviosidad en otras
partes del mundo.
Los bosques tropicales juegan también otro papel vital
en otro ciclo natural, el del agua. La tala de árboles reduce
la capacidad del suelo de absorber la lluvia y también el
reciclaje local del" vapor de agua a la atmósfera mediante
transpiración.
Otro efecto de la deforestación es el incremento del
albedo, o poder de reflexión, haciendo que se absorba
menos radiación solar y por tanto induciendo cambios en
el balance calórico terrestre global.

294
Mediterráneo

Los climas mediterráneos se


encuentran en los márgenes del
Mar Mediterráneo, y en ciertas
partes de California, Chile,
Sudáfrica y Australia suroccidental.
Tienen veranos calurosos y secos,
inviernos poco lluviosos y
abundante luz solar durante todo
el año.

Situados entre la zona anticiclónica subtropical y las tor­


mentas que viajan de las latitudes medias occidentales, los
climas de las regiones mediterráneas están determinados
por los cambios estacionales de estas zonas atmosféricas,
causantes de aridez subtropical en verano y estados tem­
pestuosos templados en invierno. Sólo en Europa se
encuentra la amplia penetración tierra adentro de los

Las técnicas y las herramientas


que se han utilizado aquí desde
que las primeras civilizaciones
cultivaron el área permanecen
inmutables en muchos aspectos.
Un traro de madera sirve como
sencillo pero efectivo escarificado•

295
climas mediterráneos; tanto en Norteamérica como Suda­
mérica, las cadenas montañosas limitan este tipo de clima
a corta distancia de la costa. En Sudáfrica y Australia las
extensiones de estos continentes que se van estrechando
hacia los polos no están tan al sur como para no alcanzar
las latitudes que originarán climas mediterráneos.
Las temperaturas medias mensuales típicas suelen estar
entre los 21 ac y los 27°C en verano, y entre los 4°C y los
l3°C en invierno. La precipitación anual, de ligera a
moderada, varía entre 38 y 76 centímetros y tiene lugar
principalmente en invierno. Hay una alta incidencia de
tiempo soleado y claro; incluso en invierno son bastante
raros los días carentes por completo de luz solar, ya que
normalmente llueve ocasionalmente y durante intervalos
de corta duración.
Las heladas ocasionales acaecidas en invierno suelen ser
el resultado del enfriamiento nocturno por irradiación
seguido de la advección de aire frío polar. Los cultivos
sensibles, como los de cítricos, se suelen plantar en las
laderas para evitar que sean atacados por el aire frío que se
congrega en el fondo de los valles. Antiguamente se
utilizaban latas de aceite hirviendo o «pucheros tiznones»
en los huertos de cítricos como protección adicional contra El corcho del roble es único, y
las heladas, sirviendo el humo de tapadera para reducir la puede desprenderse sin dañar el
p�rdida de calor por radiación. Sin embargo, estos quema­ árbol. Se ha recogido en los
bosques mediterráneos durante
dores de aceite se han reemplazado, en general, por
más de 2.000 años; actualmente
calentadores sin humo alimentados por gas natural debido
el mundo lo necesita por sus
a la polución aérea causada por los primeros. propiedades especiales y porque
A los climas mediterráneos están asociados una serie de su versatilidad incrementa día a
vientos característicos: el siroco, el mistral, el dora, el día sus aplicaciones.

etesio y el Santa Ana. El siroco es un viento caliente y seco,


algunas veces cargado de polvo, que se origina en el
desierto del Sáhara y sopla hacia el norte sobre el Medite­
rráneo. A medida que sobrepasa éste, recoge una gran
cantidad de humedad y trae condiciones muy calientes,
húmedas y molestas a España, Sicilia e Italia, marchitando
la vegetación y dañando las cosechas a su .paso, especial­
mente si sopla cuando los olivos y las vides están en flor.
Las cadenas montañosas de los Pirineos, los Alpes y los
Balcanes forman barreras a la penetración general del aire
polar en la cuenca mediterránea. Sin embargo, hay gargan­
tas a través de las que se canaliza el aire frlo, algunas veces
con gran fuerza, dando como resultado los vientos locales
tales como el mistral del valle del Ródano y el bora del
Adriático. Cuando el mistral sopla ininterrumpidamente
durante varios días, el suelo se reseca y las cosechas sufren
grandes daños. Ha sido el tormento de los granjeros
durante siglos; en 1769-70 se dijo que había sido el viento
dominante durante 14 meses. Se ha plantado cerca
296
cipreses que actúan como cortavientos para proteger los
sembrados y los huertos. Los vientos etineos que soplan'
constantemente del norte y nordeste sobre el Mediterráneo
oriental en verano son relativamente secos. Sin embargo, a
veces originan cielos cubiertos y en lugares como Atenas
pueden elevar asfixiantes nubes de polvo. En las llanuras
costeras del sur de California, el viento Santa Ana, ca­
liente y seco, que sopla desde las altas· mesetas desérti­
cas del interior hacia los estrechos pasos de montaña
alrededor de Los Angeles, recibe este nombre en honor é;l
un cañón donde se deja sentir normalmente. Su calor seco
y polvoriento daña la vegetación y las cosechas, incremen­
ta el riesgo de propagación de los incendios y es muy
molesto.
Debido a" la deforestación por el fuego, a los cultivos y a
los hatos de cabras, ha·n desaparecido casi todas las
regiones boscosas de hoja perenne naturales y los pastos
de las regiones mediterráneas. En las áreas de menos
·

297
El antiguo arte de fabricar vino se
practicó por primera vez en la
región mediterránea, donde los
viñedos suavemente inclinados
forman terrazas escalonadas
sostenidas por muros de piedra
para evitar la erosión del suelo.

precipitación o suelos más pobres predomina actualmente


un tipo de vegetación de monte bajo compuesta principal­
mente de pequeños arbustos y árboles de hoja perenne
conocidos en conjunto como maqui en Europa, chaparral
en el oeste de los Estados Unidos y mallee en el sur de
Australia. En las partes más lluviosas se cultivan los árboles
frutales típicamente mediterráneos, tales como el olivo, la
higuera y la vid, así como los introducidos más reciente­
mente (naranja, limón y pomelo). Los frutos de caducifo­
lios, como el melocotón, el albaricoque y la ciruela,suelen
necesitar riesgo abundante; las variedades de trigo de
invierno y la cebada han terminado por adaptarse. Cultiva­
do en la cuenca del Mediterráneo durante unos 3.000
años, el olivo se suele considerar como una señal natural
de la distribución de los climas mediterráneos y ha llegado
a ser una parte familiar del paisaje. Los olivos son plantas
perennes típicas del Mediterráneo que han desarrollado
características especiales para resistir la sequía estival;
298
tienen hojas lanceoladas, correosas, cubiertas de pelo y de
una gruesa corteza que las protege del calor excesivo. La
vid y otras plantas mediterráneas suelen tener largas raíces,
y ciertos árboles, como el naranjo, exhiben hojas cubiertas
de cera que las protege de la desecación.
La contaminación del aire preocupa cada vez más en
muchas áreas urbanas e industriales de las regiones medi­
terráneas. Su efecto es particularmente severo durante el
verano, cuando ssa inhibe la dispersión de los contaminan­
tes emitidos por las industrias y las viviendas a causa de
una fuerte y persistente inversión de la temperatura asocia­
da con las masas de aire subsidiarias de la zona anticiclóni­
ca subtropical. En California, el smog fotoquímico parduz­
co de Los Angeles está afectando seriamente a los huertos
de cítricos y arboledas de los alrededores, además de
causar irritación ocular y alteraciones respiratorias a sus
habitantes. En Europa, la polución del aire está perjudican­
do a muchos monumentos famosos y edificios históricos.
Al igual que en la zoria templada, se han desarrollado en el
área mediterránea algunas de las mayores ciudades del
mundo, como Los Angeles y Santiago.
El clima soleado y cálido ha propiciado también el
establecimiento de lugares frecuentados en va:caciones,
centrados originalmente en la costa. de la Riviera; esta
circunstancia se ha extendido en los últimos años. La
industria turística es importante en la econorltía de muchos
países mediterráneos.

299
D.esiertos

Los des iertos se encuentran donde


la precipitación anual es menor de
25 centímetros. Los desiertos
•cáli dos• comb el de Kalahari Y el
Sáhara carecen de estacióp fría,
·
pero los desiertos •fríos•, como el
de Gobi, en la Gran Cuenca,
tienen por lo menos un mes en el
que la temperatura �edia es
inferior a 6°C.

Además de ser las r�giones más calientes de la Tierra, los


desiertos experimentan también las mayores variaciones
de temperatura. Una característica común expresada en los
diarios de los primeros exploradores del desierto son
noches muy frías y tardes abrasadoras. Las altas tempera­
turas y la gran variación diaria son el resultado de la falta
de humedad y nubes; durante el día las temperaturas se
mantienen gracias a la insolación ininterrumpida, y por la
' noche, debido a la ausencia de un manto de nubes protec­
tor, el calor de la superficie irradia hacia afuera.
En 'términos ambientales hay un factor que gobierna la
vida en el desierto por encima de todos los demás: el agua.
Es escasa simplemente porque la evaporación supera en
gran medida a la precipitación anual. Por ejemplo, en el
caso de los pájaros, la pérdida de agua por evaporación es
el principal factor limitante de su distribución en las
regiones áridas. La humedad es también un factor impor­
tante en la restricción del crecimiento de las plantas en los
suelos desérticos. Además del déficit de agua, el precio-

El tradicional estilo de vida del tuareg,


una tribu de 300.000 pastores nómadas
que viven en el Sáhara y cuya economía
se basa en los camellos, está amenazado
por las sequías y la reciente política de
desarrollo. Desde la pubertad, los hombres
tuareg llevan velo, utilizando un paño de
. unos 5 metros de largo para protegerse
del sol y la arena a�strada por el viento.
El estilo del traje, aunque parezca
restrictivo, ha Oegado a ritualizarse; rara
vez se quitan el velo.

300
mm1o de los vientos calientes y secos incrementan los
problemas de los animales y las plantas para combatir la
deshidratación y obtener humedad suficiente.
En nuestros días, el hombre puede vivir en el desierto
con relativa comodidad. Se requiere poco más que sentido
común para· evitar la insolación, la deshidratación o el
desequilibrio iónico; la tecnología moderna ayuda a supe­
rar todo lo demás. Poco tiempo ha, casi todos los pueblos
nativos del desierto vivían de una forma bastante primitiva
y especializada, y un buen número todavía lo hacen. Una
gran proporción sobrevivían sólo a duras penas: la escasez
de agua y la dispersión de la vegetación desértica les
obligaba a adoptar un estilo de vida nómada, desplazándo­
se de un lado a otro en busca de alimento y agua para ellos
y sus animales. Este estilo de vida fue característico, por
ejemplo, de los aborígenes del Gran Desierto australiano,
los bosquimanos del Kalahari y los beduinos, los tuaregs y
otras tribus del Oriente Medio y Africa del norte, quienes,
hasta los recientes intentos de asentarlos, vagaban de acá
para allá sin respeto a los límites fronterizos. Hay todavía
muchas áreas donde sigue practicándose la forma de vida
nómada, pero la llegada de los medios de transporte

,... !..

301
El oasis en el Gorges du Todra,
en Marruecos, se debe a la
existencia dé un nivel freático
superior que propord0na un
suministro de agua fresca durante
todo el año. Las palmas datileras
florecen en la localidad,
constituyendo una fértil isla en
medio del estéril desierto
circundante.

mecanizados ha cambiado, en términos generales, este


esquema tradicional.
Por el contrario, algunos habitantes del desierto del
Sáhara y el Sahel llevan una vida sedentaria, habiendo
,aprendido a explotar el agua escasa y los recursos del
·suelo, bien desarrollando un modelo lineal de agricultura
paralela a los aguajes o bien centrada en torno a los oasis.
Aunque estas poblaciones establecidas han sido capaces de
solventar el problema de subsistir en las hostiles condicio­
nes del desierto, sus soluciones son de aplicación limitada.
Durante la gran sequía del principio de los años setenta en
el Sahel, las regiones .que bordean las márgenes meri­
dionales del desierto del Sáhara, causa de la muerte de
cientos de miles de personas y cabezas de ganado, se
demostró lo precaria que puede ser todavía la vida en estas
áreas. De los datos acumulados en los últimos años
podemos deducir que las principales regiones desérticas
302
del mundo, iñcluyendo el Sáhara, no son sólo el resultado
·'
de un cambio climático, sino que, en gran medida, son
obra humana y que se están extendiendo rápidamente. En
gran parte, la forma de vida nómada que muchos pueblos
se ven obligados a adoptar es precisamente lo que conduce
a la extensión de las condiciones desérticas. Los principa­
les factores que motivan la desertización son la tala de
árboles y arbustos para combustible y el ramoneo excesivo
del ganado doméstico, especialmente las cabras, que co­
merán prácticamente todo lo que crezca.
Muchos animales han adoptado sus propias estrategias
para sobrevivir en tan r:iguroso entorno. Algunos aumentan
su ingestión de agua comiendo vegetales con gran cantidad
de agua; otros producen agua metabólica a partir de la
respiración de los alimentos y otros muchos reducen las
'
'
pérdidas hídricas excretando una orina concentrada y
heces casi secas. También las minimizan adoptando una
303
vida casi inactiva, usando la sombra eficazmente y, en el
caso de los artrópodos, absorbiendo el agua directamente
del aire. Los pequeños mamíferos del desierto no son
capaces de regular su temperatura corporal mediante el
sudor, y para burlar las extremas condiciones ambientales
permanecen en sus madrigueras durante el calor diurno y
buscan afanosamente alimen.to durante la noche. Dentro
de una madriguera, el contenido de humedad del aire
puede llegar a ser varias veces mayor al de la atmósfera
exterior. También, y debido a que las condiciones microcli­
máticas dentro de las cuevas y de las fisuras de las rocas
son relativamente uniformes, éstas han "llegado a ser el
hábitat natural de un gran número de animales. Ciertos
animales son capaces de vivir en áreas del desierto caren­
tes de plantas verdes; forman parte de una cadena alimen­
ticia basada en vegetación seca y semillas. Los jerbos
norteafricanos, por ejemplo, sobreviven durmiendo con los
rabos colocados sobre las narices para atrapar la humedad
espirada. ··

,. El camello y la rata canguro, cuando se aproximan al


nivel letal, reducen su temperatura echando espuma por la
boca. La espuma humedece la piel y a medida que la
humedad se evapora baja la. temperatura. El camello
también almacena agua en compartimentos especiales del
estómago y obtiene una pequeña cantidad de la oxidación
de la grasa almacenada en su joroba.
Otra adaptación es el estado latente -se sabe que
algunos caracoles del desierto permanecen .en este estado
durante cinco años o más-.
Las plantas desérticas son escasas no sólo por la falta de
agua, sino también por la naturaleza salina del suelo
desértico; debido al alto grado de evaporación, las sales
precipitan en las capas superiores y se acumulan en ellas
porque la lluvia es insUficiente para arrastrarla. Como las
plantas anuales tienen un ciclo vital notablemente corto
constituyen un sesenta por ciento de la flora del desierto.
Sus semillas sobreviven durante los largos períodos secos y
están preparadas para germinar cuando llegan las lluvias.
Florecen entonces rápidamente, dispersan sus semillas y se
marchitan. Otras tienen largos sistemas radiculares, hojas
puntiagudas tal vez cubiertas de cera, o eficientes órganos
de almacenamiento de agua que les ayudan a sobrevivir en
la aridez desértica.

Los cactus saguaro son


· plantas suculentas que se las
arreglan para sobrevivir con éxito
en las rigurosas condiciones del
desierto almacenando agua en sus
·
tallos .

304
Microclimas

La microclimatología es el estudio detallado, a pequeña


escala, de las condiciones atmosféricas reinantes en la capa
de aire inmediatamente contigua a la superficie terrestre.
Aunque no definió nunca lo que hacía, el botánicq alemán
Gregor Kraus (1841-1915) puede considerarse el fundador
de la microclimatología. La desarrolló y estableció·como
una rama de la climatología el meteorólogo alemán Rudolf
Geiger, cuyo tratado Das Klima der bodennahen Luftschicht
(El clima cerca del suelo), publicado por primera vez en
1927, sigue siendo el texto clásico por cuanto proporciona
una visión global de la microclimatolo"gía y de los efectos
del microclima sobre las plantas, los animales y el hombre.

La cámara de Stevenson, el
almacén estándar para guardar los
termómetros, debe estar, para
asegurar las lecturas de la
temperatura, vertical a una altura
de 1,2 metros por encima del
suelo, y bastante lejos de edificios
u obstáculos similares. Los lados
de la cámara son rejillas de
ventilación para permitir que el
flujo de aire alcance a los
barómetros.

305
La capa de aire contigua al suelo se ha desatendido
durante mucho tiempo, pero desde que se hizo evidente
que la zona comprendida entre la superficie de la Tierra y
la atmósfera es el escenario de algunos importantes inter­
cambios de energía y humedad, tanto los meteorólogos
como los microclimatólogos le dedicaron mucha más
atención: El equipo instrumental especial desarrollado
para ·obtener datos micrometeorológicos jla revelado que,
a menudo, las condiciones atmosféricas varían más entre la
cabeza y los pies de una persona de lo que lo hacen
horizontalmente a lo largo de cientos de kilómetros. Cerca
del suelo, la variación diurna de temperatura es muy
grande. Por ejemplo, si una estación meteorológica situada
a una altura de 2 metros observa una variación diaria de
10° e, su valor a nivel del suelo podría ser tres o cuatro
veces ese número. La diferente corrosión que los agentes
atmosféricos realizan en rocas y edificios según la altura es
prueba· palmaria de ello. Las rápidas fluctuaciones de
humedad son también un hecho característico de la capa
de aire superficial por debajo de los 2 metros, ya que la
humedad proviene de la evaporación de la lluvia, la
sublimación del hielo y la nieve y la transpiración de las
plantas: el vapor de agua disminuye pues, por lo general,
con la altura.
Los bosques tienen una notable influencia moderadora
sobre el clima. Las frondosas copas de un bosque alto y
denso forman una superficie casi continua que, en gran
medida', imita la función del suelo. Durante el día la mayor
parte de la radiación solar se absorbe a nivel de las copas, a
resultas de lo cual la parte superior de la bóveda ostenta
las temperaturas más altas del bosque. Debido a la sombra
que produce los árboles, las temperaturas disminuyen
hacia abajo: el fondo de los bosques está generalmente
más frío que el campo abierto circundante. En un día
cálido de verano la diferencia de temperaturas al mediodía
puede ser de 5°C o más. Por la noche, los bosques están
más calientes que los campos circundantes.
Generalmente la humedad es mayor dentro de los
bosques donde el flujo de aire es bastante reducido. La
bóveda reduce la velocidad de los vientos, muy suavizados
cerca del suelo. Su efecto sobre la lluvia está menos claro,
puesto que es difícil medir la precipitación en los bosques.
Sin embargo, cuando se talan los bosques, la lluvia ya no
queda dentro de la región y los grandes aflujos dan lugar a
inundaciones repentinas, causa de erosión del suelo y de
deterioro del paisaje. Un creciente porcentaje de la pobla­
ción mundial vive en grandes ciudades y la extendida
sustitución de paisajes natura.les y agrícolas por ambientes
urbanos ha producido notables cambios en el tiempo y el
306
Un jardín autosuficiente en una
botella es una réplica minúscula
de los procesos atmosféricos que
ocurren cerca de la superficie
terrestre.

307
Las marcas de calor de los dos
aviones que ya han despegado (en
la fila inferior), detectadas por las
cámaras infrarrojas, ilustran la
energía (:alórica producida a nivel
del suelo.

clima con respecto a siglos pretéritos. Las propiedades


físicas y químicas de la capa de aire superficial sobre las
ciudades se ha alterado produciendo un tipo característico
de microclima. Los elementos meteorológicos tales como
temperalura, visibilidad o viento difieren notablemente si
se evalúan en las aglomeraciones urbanas o en los distritos
rurales.
La desviación más impresionante de las condiciones
naturales dentro de las áreas urbanas es la elevada concen­
tración de contaminantes. Esto no sólo influye sobre las
condiciones atmosféricas sino que también afecta desfavo­
rablemente en la salud humana, las plantas y los animales.
Además de estos efectos nocivos, la creciente concentra­
ción de dióxido de carbono sobre las ciudades afecta ai
clima mundial al potenciar el «efecto invernadero»: la capa
de polución modifica el balance de radiación, protegiendo
de la insolación durante el día y reteniendo la radiación
terrestre por la noche. Además, en invierno, el calor
artificial producido por la. quema de los combustibles

308
\..

excede a veces al recibido del Sol, provocando el desequili­


brio de la radiación.
Se ha puesto más atención en el estudio de la tempera­
tura urbana que en cualquier otro elemento meteorológi­
co, con excepción de la contaminación. La mayoría de los
centros urbanos están rodeados de una masa de aire cálido
que se eleva a una altura de aproximadamente 120 metros
conocida como «isla de calor». Es habitual una diferencia
de temperaturas urbana-rural de más de 6°C, con diferen­
cias máximas (11 °C) por la noche y sólo cuando las
velocidades de los vientos aumentan por encima de los 24
kilómetros/ hora la ventilación basta para disipar este
calentamiento. Las islas de calor se deben a la combina­
ción de una serie de factores: procesos de combustión,
mayor calor específico de los edificios, contaminantes
transportados en el aire, etc.
La visibilidad urbana suele ser inferior a la de las áreas
rurales debido a las superiores concentraciones; de partícu­
las atmosféricas suspendidas que aumentan la turbiedad
atmosférica por su propio efecto de blindaje y que actúaQ
como núcleos de condensación para las nieblas. La veloci­
dad de los vientos en las grandes ciudades es aproximada­
mente un 25 por ciento menos que en las áreas rurales,
debido a la mayor superficie de fricción, notándose más
esta reducción cuando los vientos son fuertes. Sin embar­
go, la desigual superficie de las áreas construidas en
vertical incrementa la turbulencia y los remolinos, los .
efectos de formación de embudos producidos por los
edificios altos pueden resultar problemáticos.
Las diferencias en la precipitación urbano-rurales son
más difíciles de determinar, pero parece que las precipita­
ciones se han intensificado en muchas ciudades grandes.

309
GLOSARIO

adiabático. Significa lite.ralmente sin intercambio de calor;


en las masas de aire tienen lugar cambios adiabáticos de
temperatura como resultado de los cambios de presión
que las expande o las contrae.
afelio. El momento en el cual la órbita de un planeta está en
el punto más alejado del Sol; en el caso de la Tierra
·

ocurre a primeros de julio.


aire saturado. Aire cargado de la máxima cantidad de
vapor de agua que puede retener a una presión y tempe­
ratura determinadas. El aire saturado tiene una humedad
relativa del ciento por ciento.
aire superior. En meteorología sinóptica y en observación
meteorológica, la atmósfera situada por encima de los
1.000 metros inferiores donde la fricción superficial tiene
todavía importancia. No se ha establecido ningún límite
inferior claro, pero suele aplicarse el término a presiones
de alrededor de 850 milibares.
albedo. La proporción de radiación incidente reflejada di­
rectamente por una superficie particular; acostumbra a
expresarse en porcentajes .
. altas presiones. Area de alta presión atmosférica con una
circulación cerrada: un anticiclón.
altas presiones bloqueantes. Cualquier centro estacionario
de altas presiones, bloqueando eficazmente la progresión
normal hacia el este de los sistemas meteorológicos en las
latitudes medias durante varios días.
anemómetro. Instrumento para determinar la velocidad del
viento.
anticiclón. Circulación de aire alrededor de un área central
de altas presiones, asociado normalmente con tiempo
estable; la presión va elevándose paulatinamente según se
forma el anticiclón y desciende cuando éste decae.
bar. Unidad de presión atmosférica equivalente a la presión
de 750.062 milímetros de mercurio.
barómetro. Instrumento para medir la presión atmosférica.
calor latente. Calor absorbido cuando un sólido cambia a
líquido o un líquido a gas sin variación de temperatura, o
el calor liberado en las transformaciones inversas.
cartografía meteorológica sinóptica. Análisis de las obser-

310
vaciones meteorológicas realizadas simultáneamente en
muchos puntos de una extensa área geográfica.
célula de Hadley. Sistema de circulación atmosférica que,
en último término, distribuye el aire desde los trópicos a
los polos. Mantenida por corrientes de convección a gran
escala donde el aire caliente es reemplazado por aire frío.
centro de masas. Punto donde se considera concentrada
toda la masa de un cuerpo o sistema de cuerpos cuando
se desea calcular el efecto gravitacional al aplicar una
fuerza.
ciclón. Circulación de aire alrededor de un área central de
bajas presiones habitualmente asociada con tiempo inesta­
ble. En las latitudes tropicales puede referirse a una
tormenta de grandes dimensiones que no alcanza, sin
embargo, la condición de huracán.
corriente en chorro. Vientos relativamente fuertes concen­
trados en una estrecha zona situada, por lo general, en la
tropo pausa.
cuerpo negro. Superficie que absorbe toda la radiación
electromagnética recibida e irradia la máxima cantidad
posible para cualquier temperatura.
depresión. Area de bajas presiones y tiempo a menudo
inestable. .
depresión aislada. Centro de bajas presiones desplazado
hacia afuera de la corriente básica de los vientos occiden­
tales, situándose en el lado ecuatorial de la corriente.
dorsal barométrica. Area alargada de presión relativamen­
te alta que se extiende desde el centro de una zona de alta
presión.
eclíptica. Plano donde la Tierra describe su trayectoria
elíptica alrededor del Sol.
efecto invernadero. Efecto de calentamiento mundial debi­
do a que la atmósfera es más permeable a la radiación
solar de onda corta entrante que a la radiación de onda
larga procedente de la Tierra.
energía cinética. Energía que posee un cuerpo en movi­
miento a consecuencia de este movimiento.
escala de Beaufort. Serie de números ideados por· el almi­
rante Beaufort en 1806 para señalar la fuerza del viento
desde O a 12, fuerza huracanada -«esa que ninguna
tienda de lona puede soportar»-. La escala se ha corregi­
do desde O a 17.
escala Kelvin de temperatura. Escala que empieza en el
punto donde en teoría cesa toda la actividad molecular
( -273,16°C).
estratosfera. Capa superior de la atmósfera que se afirma
está <<por encima del tiempo»: se encuentra entre la
troposfera y la mesosfera, a una altura de 25 a 50
kilómetros respecto a la superficie terrestre. En esta capa
311
el aire suele ser estable y las temperaturas constantes o
incrementándose lentamente con la altura.
evaporación. Transformación de líquido a gas.
fenología. Estudio de las veces que se repiten los fenóme­
nos naturales en relación con las condiciones climáticas.
frente. Zona de transición entre dos masas de aire de
diferentes propiedades. ·

frente cálido. Límite de una corriente de aire relativamente


cálido que avanza desplazando a una masa de aire frío,
que retrocede.
fuerza de Coriolis. Fuerza aparente que desvía el viento o la
trayectoria de un objeto en movimiento, haciendo que se
curve con respecto a la rotación de la Tierra.
higrómetro. Instrumento para medir la humedad del aire.
humedad relativa. Relación entre la cantidád de humedad
del aire y la cantidad que el aire contendría a la misma
temperatura y presión si estuviese saturado; suele expre­
sarse en porcentaje.
insolación. Radiación solar recibida en la superficie de la
Tierra. .
inversión de la temperatura. Capa de la atmósfera donde
la temperatura se incrementa con la altitud, en oposición
a la tendencia normal de disminución de la temperatura
con la altitud.
isobara. Línea que une los lugares con presiones idénticas.
Ley de Buys Vallot. Regla que establece que si un observa­
dor está de pie con su espalda hacia el viento en el
hemisf.erio norte, la presión atmosférica será más baja a su
izquierda que a su derecha, mientras que en el hemisferio
sur, la presión inferior estará a su derecha.
Línea de máxima depresión barométrica. Area alargada de
baja presión atmosférica, que normalmente se extiende
desde el centro de un sistema de bajas presiones.
magnetosfera. Región de la atmósfera terrestre entre la
estratosfera y la termosfera. Se extiende entre los 40 y los
80 kilómetros de altura. ·

micra. Unidad de medida equivalente a una milésima de


milímetro.
milibar. Unidad de presión atmosférica que equivale a una
milésima de un bar (véase bar).
milla náutica Unidad de distancia· en el sistema náutico,
definida internacionalmente como 1852 metros a la longi­
tud de un minuto de arco a lo largo de un gran círculo.
nudo. Milla náutica por hora, unidad de velocidad en el
sistema náutico. Una milla náutica equivale a un sesenta­
vo de grado o un minuto de arco. La milla náutica
internacional es de 1.852 metros.
oclusión. El límite formado cuando un frente frío que
312
alcanza un frente cálido eleva e1 aire cálido situado detrás
··

de éste.
ojo. Zona central de un huracán tropical o tifÓn; un área
más o menos circular de vientos relativamente ligeros y
tiempo agradable.
ozono. Forma de oxígeno cuyo símbolo es 03. Es un gas
.

altamente inestable del que hay vestigios en la atmósfera,


en la capa superior a la tropopausa.
perihelio. Momento en el que la órbita de un planeta está lo
más próxima al Sol. En el caso de la Tierra, ocurre a
principios de enero.
pronóstico numérico. Utilización de modelos matemáticos
para obtener pronósticos del comportamiento de la
atmósfera.
punto de rocío. Temperatura a la que el aire, a presión y
contenido de humedad constante, se sature.
radiación. Proceso por el cual la energía procedente del Sol
se propaga a través del vacío espacial en forma de ondas
electromagnéticas; es un modo de transportar el calor,
como la conducción y la convección.
radiación de un cuerpo negro. Radiación electromagnética.
emitida por un cuerpo negro ideal. Es la cantidad máxima
teórica de energía radiante de todas las longitudes de
·onda emitida por un cuerpo negro a una temperatura
determinada.
radiación electromagnética. Energía solar que viaja a tra­
. vés del vácío espacial para alcanzar la Tierra en forma de
ondas electromagnéticas.
radiosonda. Instrumento transportado por los globos aeros­
táticos para hacer medidas simultáneas y transmitir los
datos meteorológicos.
régimen de descenso. Disminución de una variable atmos­
férica (normalmente la temperatura, a no ser que se
especifique de otra forma) con la altura.
régimen de descenso adiabático en seco. Proporción a la
que se enfría el aire seco con la altura cuando es obligado
· a ascender a regiones de presión atmosférica inferior: 1 oc
por lOO metros. El aire seco que desciende se calienta a la
misma proporción.
régimen de descenso adiabático saturado. Proporción en
la que disminuye la temperatura de una parte del aire
saturado según se eleva vertica.lmente y forma gotitas de
nube. .
satélite geoestacionario. Satélite situado en órbita ecuato­
rial que permanece fijo sobre un determinado punto de la
superficie terrestre. Estacionado siempre a una altura de
36.000 kilómetros, describe sus órbitas a la misma veloci-.
dad angular con la que rota la Tierra.
313
satélite en órbita alrededor de los polos. Un satélite que
circunda la Tierra sobre los polos -en ángulo recto con el
ecuador-. Puesto que la Tierra rota en relación a la
órbita del satélite, éste pasa por encima de bandas norte·
sur. El intervalo entre las bandas para los satélites meteo­
rológicos suele ser de 30 grados de longitud.
sector cálido. Aire cálido entre un frente cálido en retroce­
so y un frente que se aproxima.
sínodo. Alineación del Sol, los _planetas y sus lunas.
sobreenfriamiento. Enfriamiento de un líquido por debajo
de su punto de congelación sin transformarse en sólido.
sobresaturación. Condición del aire cuando su humedad
relativa supera el ciento por ciento.
solsticios. Ocurren dos veces al año, en los momentos de
mayor distancia entre el Sol y el ecuador terrestre. Puesto
que la dirección del eje de la Tierra permanece fija en el
espacio, el Sol da la sensación de moverse hacia el norte y
el sur en el transcurso de nuestra trayectoria a su alrede­
dor; el solsticio de verano acontece cuando el Sol está
aparentemente en su posición más septentrional, el 22 de
junio. Entonces el Sol es situado directamente encima, a
una latitud de 23°27'N. La línea que une todos los
puntos con esta latitud se llama Trópico de Cáncer. Seis
meses después llega el solsticio de invierno, el 22 de
diciembre, cuando el Sol está en el punto más al súr,
colocado directamente encima, en una latitud de
23°27'S, a lo largo del Trópico de Capricornio.
sublimación. Procesp por el cual un gas se transforma en
sólido o un sólido en gas sin pasar por líquido.
viento geostrófico. Viento horizontal obtenido cuando sólo
se toman en cuenta las diferencias de presión atmosférica
y la fuerza de Coriolis.
viento solar. Flujo de partículas procedentes del Sól; repre­
sentan la expansión de la corona.
virga. Jirones y ráfagas de agua o partículas de hielo que
caen de las nubes y se evaporan en el aire .
termosfera. La capa más externa de la atmósfera donde la
temperatura se incrementa regularmente con la altura.
tropopausa. Límite entre la troposfera y la estratosfera;
normalmerte marcada por un abrupto cambio en el
régimen de descenso hacia el modelo más estable.
Zona de Convergencia Intertropical. Eje a lo largo del cual
los vientos alisios del nordeste del hemisferio norte
encuentran a los alisios del sudeste del hemisferio sur.
Zonas de Van Allen. Regiones de partículas de alta energía
atrapadas por el campo magnético terrestre.

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