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Sipnosis

Logan tenía una vida muy simple. Eso hasta que entrega una
carga de madera en la ferretería de Hunter y casi sale volando. Logan
no entiende quién trataría de matarlo, hasta que es atacado fuera del
hospital, y luego en su casa. El hombre que le persigue es implacable.

El agente Monroe es enviado a Pride Pack Valley para


investigar. Con la excusa de reencontrarse con Rave se adentra en
investigar asesinatos cometidos por un hombre que puede controlar las
mentes y hacer que sus víctimas se suiciden.

Rave es enviado para rescatar a alguien que el Dr. Maximus


Samuel siente que está en peligro. Poco sabe Rave que va a rescatar a
su pareja, quien no quiere ser rescatada, incluso después de haber casi
volado en pedazos cuando su camioneta explota.

A medida que el número de muertos empieza a subir en Pride


Pack Valley, el agente Monroe debe encontrar al hombre que está
detrás de los asesinatos. Pero su investigación le lleva a Logan, su
pareja. ¿Puede Rave salvar a Logan del agente Monroe y pueden los
dos detener a Logan de enfurecerse a medida que descubre las
capacidades que ni siquiera él sabía que tenía?
Capítulo Uno

Logan esperó a que Hunter firmara los formularios. Echó un vistazo


alrededor de la ferretería, dándose cuenta de que algunas cosas habían sido
añadidas desde la última vez que había estado en la tienda. Había nuevas
filas al lado de la sección de clavos que contenían herramientas eléctricas y
todos los accesorios que un hombre podía desear. El propietario estaba
expandiendo su negocio, y parecía agradable.

—Puedes descargar la madera en la parte de atrás —el dueño de la


ferretería dijo mientras le volvía a entregar a Logan su pluma—. Y
cualquier otra cosa que no sea madera puede ser apilada en la puerta
trasera.

Logan asintió cuando metió la pluma en el bolsillo delantero de su


fea camisa de trabajo de color marrón y luego arrancó una copia de la
factura de entrega, para dársela a Hunter. —No es problema.

Metiendo el portapapeles bajo el brazo, Logan se dirigió hacia


adelante a su camioneta de reparto. Subió al interior y luego llevó la
camioneta a la parte de atrás de la ferretería, retrocediendo a un lugar cerca
de la puerta y apagando el motor.

Este debería ser un rápido trabajo de entrar y salir.

Eso esperaba.

Cuando Logan bajó de la camioneta y se dirigió a la puerta de atrás


que Hunter había especificado, oyó el golpe del viento y las hojas moverse
ligeramente a través del hormigón. Un escalofrío le entró cuando negó con
la cabeza. ¿Qué estaba esperando en la parte de atrás de la ferretería,
zombis? Necesitaba despedirse de las películas de sesión nocturna. Estaba
empezando a asustarse él mismo.

Aflojó las sujeciones, liberando la presión sobre el grueso material


de tela. Nadie tenía una carretilla elevadora por aquí, por lo que la orden de
descarga sería manual. Gracias a la bondad de Hunter no había pedido
mucho. Logan no planeaba estar descargando madera durante el resto del
día. Tenía cosas mejores que hacer, aunque, por el momento, no podía
pensar en una sola.

Si el pedido hubiera sido grande, habría habido una carretilla


elevadora unida al camión también. Llevó a Logan un poco tiempo apilar la
última madera en el área designada por tamaño y longitud. Una vez que
hubo terminado, caminó alrededor para conseguir las pocas cajas situadas
en el suelo en la cabina de su camión.

Una suave brisa soplaba sobre la parte posterior de su cuello, cálida y


sutil.

Se sentía como si alguien estuviera de pie directamente detrás de él,


soplando en su cuello en suaves ráfagas. Logan se frotó la piel que
hormigueaba y abrió la puerta del camión. Agarró la primera caja,
llevándola a su interior y la estableció junto al inventario ya existente que
todavía necesitaba ser guardado.

El cuarto de atrás estaba lleno, pero no tanto que Hunter no fuera


capaz de encontrar lo que buscaba. Era una especie de desorden
organizado. Los clavos estaban con los clavos, las grapas con las grapas, y
así sucesivamente. Se aseguró de apilarlo según el orden de Hunter.

No quisiera echar a perder el extraño sistema. Algunas personas


funcionaban mejor estando desorganizado que limpio y ordenado.

Hunter era al parecer una de esas personas que les gustaba la


desorganización.

Logan salió a la calle al aire cálido de la primavera y sintió la piel de


gallina correr por sus brazos. Un bajo nivel de ruido silbante atrajo su
atención a su izquierda, por lo que Logan miró. Pero no había nada.

Se pasó las manos sobre su cabeza y fue a la camioneta para


conseguir el resto de las cajas. Tal vez la maratón zombi de la pasada noche
no fue una buena idea después de todo. Estaba imaginando cosas, cosas
muy extrañas, ruidos y toques que no estaban ahí.
Su amigo Cal iba a tomarle el pelo bien por su desbocada
imaginación. Se habían conocido hacía seis meses, pero se burlaba de
Logan por su imaginación. Logan agarró las dos últimas cajas y las llevó
dentro de la ferretería, apilándolas de acuerdo con el jodido sistema de
Hunter.

Sacudiéndose el polvo de sus manos en la parte delantera de sus


pantalones, Logan dio un paso atrás, fuera y se calmó. La puerta del
pasajero estaba cerrada.

Él no la había cerrado.

O tal vez lo hizo y no se dio cuenta de que lo había hecho. Algunas


cosas se hacían por hábito hasta el punto de que las personas no recordaban
haberlas hecho. Este podría haber sido el caso. Logan se rió en voz baja él
mismo, preguntándose si iba a estar asustado todo el día. Él, por lo general,
no se imaginaba las cosas después de ver una de su favoritas películas de
horror, sin embargo.

Pero anoche fue la primera vez que había visto una maratón de ellas.
Eso podría haber sido lo que le estaba volviendo loco. Por lo menos, esa
era la forma en que Logan justificaba el enorme caso de los pelos de punta
en su nuca que parecía tener.

Deslizándose en el lado del conductor, Logan hizo girar la llave para


arrancar la camioneta. Oyó un remolino y luego un clic en el silencio de la
cabina. Algo muy dentro de Logan le hizo trepar desde la camioneta y
luego correr tan rápido como sus malditas piernas se lo permitieron. No
oyó estruendo o cualquier tipo de explosión cuando dio la vuelta al edificio
de ladrillos.

Maldita sea, ¿estaba realmente dejando que su imaginación sacara lo


mejor de él? Eso es. No más películas de sesión nocturna para mí.

Al igual que Logan se dirigió hacia la camioneta, sintiéndose como


un completo idiota, una explosión en el aire, se expandió en el exterior de
la parte posterior de la ferretería. Madera, vidrio, metal y fuego llovían a su
alrededor, cuando se acurrucó en una bola en el suelo. Sentía los objetos
abofetear su brazo cuando una pierna yacía bien acurrucada, cubriendo su
cabeza. Su lado derecho era lo único expuesto, y ese era el lado que se
llevó la peor parte de la caída de escombros.

La gente comenzó a correr alrededor de la parte de atrás, y una


pequeña multitud comenzó a formarse. Logan miró arriba a su brazo, al ver
el metal retorcido de la camioneta en la que se había aposentado sólo unos
momentos antes y la parte posterior de la ferretería quemándose.

—¡Hunter! —Logan trató de ponerse de pie, pero se desmayó en su


lugar. Aterrizó en el culo cuando algo caliente corría por un lado de su
cara. Sus ventanas de la nariz quemadas por el humo acre y ondulante de la
camioneta fundida y la madera quemada. Tosió un par de veces, volviendo
la cabeza cuando escupió en el suelo. Su boca estaba incluso dolorida.

—Estás sangrando —dijo un hombre cuando se arrodilló cerca de


Logan—. Tu sien, o tal vez tu cuero cabelludo.

Logan sólo podía leer los labios en este punto. La explosión había
hecho algo a su oído. Alzó la mano e hizo una mueca de dolor cuando
sintió una vibración baja en su sien donde sus dedos habían tocado.
Apartando su mano, Logan encontró manchas de sangre en la punta de los
dedos. No parecían reales. Nada de esto lo parecía.

¿Quién querría hacerle volar?

No tenía enemigos, ninguno que se le ocurriera. Ganar al poker la


noche del viernes no constituía alguien tratando de matarlo, sobre todo
porque apostaban con monedas de veinticinco centavos. Nadie debería
quererle muerto sólo porque hubieran perdido su dinero ilícito.

Entonces, ¿quién diablos podría ser?

El zumbido en los oídos de Logan le estaba dando un dolor de


cabeza.

Sonaba como que el Sistema de Transmisión de Emergencia era un


sonido envolvente cuando cerró los ojos y se tapó los oídos. Logan rodó a
un lado y vomitó violentamente en el suelo, sintiendo el sabor amargo de la
bilis, cuando salió de su boca. Se sentía desequilibrado y desenfocado.
Sabía que con su oído afectado, eso cuadraría. Ambas cosas iban de la
mano.

Alguien le tocó el hombro, y Logan giró sobre su espalda, sus brazos


cubriéndole la cara. La persona le tiraba hasta que sus brazos, finalmente
bajaron. Era un paramédico. El paramédico llevaba una camisa azul marino
y combinaba con pantalones de faena, el logo del hospital cosido en la
parte delantera de su pecho izquierdo, justo encima de su corazón. El tipo
tenía una bolsa médica de color naranja colgada del hombro, la cual colocó
junto a él a la vez que Logan estaba acostado todavía.

Logan miró a la camioneta, una vez más, las lágrimas reuniéndose en


sus ojos. Un camión de bomberos quedó a la vista, y Logan rezó para que
Hunter no hubiera sido herido. Esperaba que el hombre hubiera logrado
salir de la parte delantera de la tienda.

Realmente no conocía a Hunter tan bien, pero el hombre parecía un


tipo decente. Logan no quería hacerle daño. Trajeron una camilla de
ambulancia y la establecieron a su lado. La camilla azul y cromada estaba
con cintas de seguridad alrededor por todas partes, para no dejar que los
pacientes rodaran. No había cinta reflectante a lo largo del interior.

—Hunter, —dijo cuando los paramédicos trataron de levantarlo,


pero fue sólo para ponerle un collarín encima—. ¿Está Hunter bien?

El hombre con el uniforme paramédico azul marino comenzó a


hablar, pero Logan no podía oír nada más allá del timbre ensordecedor.
Señaló a sus oídos. —No te oigo.

El paramédico asintió con la cabeza.

Ese gesto no respondía a su pregunta. Por lo que sabía, el hombre


acaba de reconocer que entendía que Logan no podía oírle. A pesar de que
realmente estaba rezando el hombre asintió con la cabeza para afirmar que
Hunter estaba bien.

Otro hombre, vestido con el mismo uniforme azul marino que el


hombre a su lado, llegó para ponerse en cuclillas a la cabeza de Logan. Lo
siguiente que supo, es que Logan fue levantado. Una negra ola de náusea
se apoderó de él, y Logan cerró los ojos, luchando para no vomitar cuando
fue colocado en la camilla.

Tragó un par de veces, el mal sabor del pesado vómito en su garganta


mientras fue cargado en la parte posterior de la ambulancia. Cuando las
puertas empezaron a cerrarse, Logan vio a un hombre vestido con un negro
traje de aspecto caro mirándole. Le ajustaba agradablemente. Tenía una
camisa de vestir de seda negra debajo de la chaqueta y uno de esos
extremadamente delgados, y una corbata negra que corría por la parte
delantera de su camiseta con una alfiler de plata. El alfiler de corbata era el
único color que se destacaba. Todo lo demás era del color oscuro muy bien
marcado.

Sus ojos oscuros bloquearon los de Logan, con una expresión


indiferente cuando las puertas de la ambulancia se cerraron, cortando la
vista de Logan del hombre. Cerró los ojos y permitió a los paramédicos
trabajar en él cuando la ambulancia se alejó, meciéndole atrás y adelante,
mientras se apresuraban hacia el hospital.

Logan estaba dentro y fuera de la conciencia mientras era bajado,


puesto en una camilla, y luego llevado a la sala de emergencias. El
zumbido estaba muriéndose lentamente. Era más como un zumbido suave
ahora. Pero todavía era difícil escuchar lo que decía la gente. Atrapaba
trozos y piezas, pero nada que pudiera utilizar para hilvanar lo que le había
sucedido o por qué.

Un hombre de pelo negro entró en la línea de visión de Logan,


sonriéndole. Logan le devolvió la sonrisa. No parecía haber otra cosa más
que pudiera hacer. El médico en su bata blanca de laboratorio lanzó una
linterna en los ojos de Logan, casi lo cegaba.

—¿Qué te duele? —El sonido era apagado, lejano, pero Logan


distinguió las palabras.

—Mi cuerpo entero —respondió.


El médico comenzó a presionar en el estómago, sintiendo todo.
Logan se quejó, pero se las arregló para quedarse quieto. Vio cómo el
médico comenzó a mover los labios y luego se dio la vuelta, haciéndole
imposible a Logan leer lo que estaba diciendo. La voz del médico no era lo
suficientemente fuerte en este momento para atrapar cualquier palabra, por
lo que Logan tenía que tratar de descifrar las palabras de los labios del
hombre, aunque volviera a distorsionarlo.

¿Entendería el análisis médico de todos modos? Probablemente no.


La camilla comenzó a moverse de nuevo, llevándole dentro de un ascensor.

Logan abrió los ojos, y estaba acostado en una cama en una especie
de habitación. ¿Se había desmayado? Si lo hubiera hecho, ¿durante cuánto
tiempo? Las paredes eran blancas, el sonido de las máquinas pitando a su
alrededor.

Logan podía oír. Dios, estaba agradecido por ello. No ser capaz de
oír apestaba. Su cabeza todavía latía y su cuerpo todavía dolía, pero podía
oír. Era mejor que nada.

Deslizándose de la cama, Logan se dio cuenta de que estaba atado


por una intravenosa y cables. Estaba en un hospital. Se quedó allí con las
piernas temblorosas, preguntándose si no había ningún daño permanente a
su cuerpo. Tenía que haber sido un infierno de explosión.

Y eso sólo le recordó a Logan al extraño de pie en la multitud,


vestido con su traje negro impecable con la alfiler de corbata plateada,
mirando a Logan como si no le importara. Sus ojos habían sido de color del
carbón vegetal y recordó a Logan a algo frío, algo muerto.

—Veo que estás de nuevo en pie.

Logan se volvió, llevándole un segundo, antes de recordar dónde


había visto al hombre antes. El hombre de pelo oscuro era el médico que le
ayudó en la sala de emergencias.

—Soy el Dr. Samuel.


—Logan Albinster.

—Ah, ahora tenemos un nombre ligado al paciente.

La voz era ligeramente agradable. Hizo a Logan relajarse mientras


miraba alrededor de la habitación. —¿Qué me pasa? —Nunca había
necesitado un hospital en su vida. Él sabía lo que parecía, pero nunca había
sido un paciente antes. La intravenosa solo le estaba molestando.

—Nada. —El médico le sonrió amablemente—. Te mantenemos aquí


como medida de precaución. Todas las pruebas han dado negativo.

Había algo en la forma en que el doctor había dicho ‘negativo’.


Como si esa no fuera exactamente la palabra que quisiera usar. Logan
quería preguntar lo que el médico escondía, pero ¿honestamente? Sólo
quería largarse de allí.

El lugar parecía estéril, frío e implacable. Todo lo que Logan quería


era ir a casa. Quería los cables fuera de él, la intravenosa fuera de él, y su
maldita ropa encima de él. Si no se quemaron en la maldita explosión.

—Estoy listo para irme.

El médico se sentó lentamente sobre un brillante taburete de cromo,


una educada sonrisa en su rostro. —Hay un problema con esa petición,
Logan.

—¿Y qué problema sería?

El médico había dicho que sus pruebas fueron negativas. Se levantó,


sintiéndose bien, y listo para salir. ¿Cuál era la demora?

—El problema sería tu análisis de sangre. Lo he pasado tres veces


pero sigue volviendo con irregularidades.

Una vez más, Logan tuvo la clara sensación de que la palabra


‘irregularidades’ no era la que el médico había querido utilizar. Se estaba
cansando del juego. —Sólo dime lo que está pasando. Tengo que ir a casa.
El Dr. Samuel negó con la cabeza, la confusión estropeando su
hermoso rostro. El tipo era guapo, después de todo. No se podía negar este
hecho.

—Ojalá lo supiera, Logan. Pero me gustaría que te quedaras aquí


hasta que pueda averiguar lo que está pasando dentro de ti.

¿Dentro de mí?

Logan no iba a quedarse y ser el conejillo de indias del doctor.


Alguien había tratado de matarlo. Habían quemado su camioneta de
trabajo, y casi había muerto. Desde el inmenso dolor que había sentido en
su cabeza y cuerpo, estaba sorprendido de que estuviera parado aquí y
respirando. No había manera de que fuera a dejar que el médico husmeara
en él durante días y días. Estaba cansado, dolorido, y listo para un baño
caliente.

—No, gracias. Sólo dame mi ropa, y firmaré cualquier cosa que


quieras. Me voy a casa.

—No voy a obligarte a que te quedes, Logan. Pero como médico, te


aconsejo que me dejes realizar más pruebas. —El doctor Samuel se quedó
de pie, con su cuerpo delgado, pero Logan podría decir que el hombre

mantenía un aire de autoridad en torno a él. Eso todavía no iba a


hacer que se quedara.

—He pensado en tu consejo, pero digo que no. Ahora dame mi ropa
o voy a salir de aquí con el culo ondeando al viento. —Y lo haría. Logan
había estado en un hospital, una vez, cuando su abuela enfermó. Se acordó
de la frialdad con que fue tratada, como si fuera un alfiletero en lugar de
una persona viva y respirando. Ella había muerto en ese hospital, y nadie
había hecho nada para ayudarla.

Él no iba a morir aquí, mientras que el Dr. Samuel jugaba al


alfiletero con él. Si algo le pasaba, entonces algo le pasaba. Si la
‘irregularidad’ iba a matarlo, prefería morir en su casa.

Morboso, pero cierto.


—Muy bien —dijo el doctor Samuel mientras cruzaba la sala,
metiendo sus manos en su bata blanca—. Pero si te sientes mal, por favor
regresa.

No va a suceder. —Lo haré.

Una sonrisa socarrona llegó a los labios el Dr. Samuel antes de que
saliera de la habitación. De alguna manera el doctor sabía que Logan estaba
mintiendo a través de sus dientes. No le importaba. Logan sólo quería ir a
casa.

Una enfermera entró en la habitación y quitó la intravenosa, no sin


antes lavarla primero. Maldita sea, eso quemaba. Ella le arrancó
limpiamente los cables y lo miró como si quisiera afirmar su marcha. Tenía
papeles que firmar y luego señaló a un armario. —Su ropa está ahí.

Logan cruzó la habitación y abrió la puerta, mirando a una bolsa


clara en la parte inferior del poco profundo armario. Se puso su ropa e hizo
una mueca. Su camisa era un caos sangriento, dividida en unos pocos
lugares con marcas de quemaduras dejadas en buena medida.

Sus pantalones no estaban en mejor forma. La pierna que había sido


expuesta a las llamas estaba desgarrada y los bordes chamuscados. Al
menos sus zapatos estaban ilesos. Parecería un infierno de desastre, pero
estaría cubierto. Ahora todo lo que tenía que hacer era llamar a Cal para un
paseo.

Si el hombre contestara su teléfono.

Cal era un experto en dejar caer la primera llamada en el correo de


voz. Logan nunca entendería al hombre. Dormía con su teléfono a su lado,
pero nunca contestaba. Era un hombre muy raro, pero era el único amigo de
Logan.

Realmente no podía quejarse.

Bueno, podía, pero sólo Cal estaba allí para escuchar. No podía
legítimamente quejarse sobre Cal a Cal. Simplemente no se entendía lo
mismo a través del correo de voz.
Una vez que se puso los restos de sus ropas, Logan utilizó el teléfono
de un lado de la cama para llamar a su amigo. Logan estaba medio tentado
a volver a acostarse en la cama y volver a colocarse los cables a su cuerpo
en busca de signos de un ataque al corazón cuando Cal contestó el teléfono.

Los milagros realmente ocurrían.

—Tío, está en todas las noticias. El periodista dijo que tu


camioneta de trabajo fue volada y que la explosión ocurrió en mitad
del almacén de la ferretería. ¿Es cierto?

—Te voy a contar todo en el coche.

—Eso significa que necesitas un viaje.

—Sí.

—Y ¿dónde estás?

—En el hospital en Pride Pack Valley.


—¡Así que es verdad!

Logan rodó los ojos hacia el cielo. Realmente no tenía ganas de


repasar los hechos con Cal. Todo lo que quería hacer era ir a casa y dormir
un poco. Sin embargo, Cal era su único paseo, así que lo soportaría. Había
conocido a Cal en el aserradero donde trabajaban. Cal era callado,
reservado, y un poco extraño, pero Logan necesitaba un compañero de piso
para ayudar a pagar las facturas.

Cal había accedido a mudarse, y habían sido amigos desde entonces.


Aunque no podría considerarlos amigos cercanos. Cal hacía sus propias
cosas, pero el hombre era bueno para un viaje, cuando respondió a su
maldito teléfono.

—Solo ven por mí, idiota.

—Estoy de camino. —Cal colgó el teléfono.


Logan colgó el auricular y se dirigió hacia la puerta. Podía esperar a
su amigo fuera de los muros de confinamiento que sentía como si
estuvieran acercándose a él. Siguiendo las indicaciones hacia la salida,
Logan se encontró a sí mismo de pie en el frescor de la noche. Era finales
de primavera, pero no lo suficientemente cálido aún sin una chaqueta por la
noche.

Y estaba sin chaqueta.

Trataría con la frescura de la noche. Era mejor que dar un paso atrás
en el hospital. El médico podría cambiar de opinión y arrastrar de nuevo a
Logan dentro, pataleando y gritando.

Podría ocurrir.

Logan se apoyó en el lateral del edificio, tratando de salir de la brisa


y permanecer fuera de la vista del doctor Frankenstein. Envolvió sus brazos
alrededor de su pecho, con la esperanza de evitar que algo de frío entrara en
él.

Sonrió cuando localizó a Cal acercarse al frente del hospital. El


hombre sabía cómo llegar hasta aquí rápidamente. De alguna manera
Logan sabía que Cal estaba más cerca de lo que le había revelado porque
no había forma de que llegara desde el lugar que compartían hasta Pride
Pack Valley tan malditamente rápido. Se alejó del edificio, haciendo señas
a su amigo en el pequeño Nissan rojo.

Cal asintió y se acercó más a Logan.

Cuando Cal llegó a la acera, Logan vio al hombre vestido con el caro
traje negro. Era el mismo hombre del lugar de la explosión. Estaba apoyado
contra un coche en el aparcamiento público, con los ojos perforando a
Logan como si quisiera matarlo.

Logan rápidamente se metió en el coche, cerrando y bloqueando la


puerta detrás de él. —Sólo vamos.

Cal perdió la sonrisa. Se deslizó fuera de lugar con un ceño fruncido


sustituyéndola. —¿Qué pasa?
Esa era una muy buena pregunta. —Estoy cansado.

El Nissan se apartó de la acera cuando Logan miró al otro lado del


estacionamiento. El hombre se había ido. Se sentó y dio un suspiro de
alivio hasta que oyó un fuerte golpe en el techo del coche y luego sonaba
como cantos rodados cayendo del cielo. El ruido era muy fuerte, y
abolladuras fueron apareciendo en el techo del coche.

—Mierda. ¿Qué carajo está pasando? —Cal gritó cuando empezó a


reducir la velocidad.

—¡Acelera!

Cal miró a Logan como si se hubiera vuelto loco. Podría haber sido.
El sonido de algo duro golpeando el techo repetidamente hizo eco todo
alrededor de ellos, cada vez más fuerte por un segundo. Cal aceleró,
robando miradas preocupadas de Logan cuando el ruido llegó a un nivel
increíble.

Cuando el techo casi se derrumbó sobre sus cabezas, Cal comenzó a


gritar, desviando el coche a un lado y a otro a través de la carretera.

Logan sabía que el hombre del traje negro estaba en la parte superior
del coche, tratando de golpear con fuerza. Con qué, no estaba seguro. Si se
trataba de su puño, eran hombres muertos. —¡Pisa el freno!

Cal le lanzó una mirada inquisitiva, pero pisó de golpe los frenos con
fuerza. La cabeza de Logan se estrelló contra el parabrisas. Se había
olvidado de su cinturón de seguridad.

Logan miró boquiabierto cómo alguien rodaba del techo y cayó al


suelo delante del coche de Cal. Los faros brillaban, aclarando el camino
delante de ellos con las luces cuando el coche iba sin rumbo. Ambos
gritaron cuando el hombre se puso delante del coche, apareciendo como un
maldito muñeco de la caja. Se quedó mirando mortalmente a Logan, sus
hombros apretados, sus ojos brillaban con odio.

—¡Vámonos!
—Le golpearé —dijo Cal con voz de pánico.

—Si no mueves este maldito coche, tengo la sensación de que


ninguno de nosotros va a vivir el tiempo suficiente para preocuparse de a
quién golpeaste.

Cal vaciló y a continuación abatió a todo gas, los neumáticos


chillando cuando el vehículo se precipitó hacia adelante. El hombre saltó
sobre el capó y luego pasó por encima del coche hasta que estuvo de pie
detrás de ellos, haciéndose cada vez más pequeño cuando Cal estrellaba el
pie en el maldito suelo, el coche ganando velocidad.

—¿Qué carajo está pasando, Logan?

—No tengo ni idea. —Y esa era la pura verdad de Dios. Logan no


estaba seguro de que quisiera saberlo tampoco. Miró hacia atrás de nuevo,
pero el hombre ya no estaba en medio de la carretera. Se dio la vuelta en su
asiento, abrochándose el cinturón cuando dejó escapar un suspiro largo y
constante.

Este día fue tan jodido. Casi prefería a los zombis.


Capítulo Dos

—Nunca he visto nada igual.

Rave estaba allí escuchando a Max, el shifter médico no sólo


trabajaba en el Hospital General de Pride Pack Valley, sino que estaba
acoplado también a Bald Eagle y a Chey. Max era un shifter de león, y un
buen maldito médico, pero Rave no entendía por qué los soldados fueron
llamados allí.

Zeus, el Alfa de la manada de lobos, se quedó allí con las manos en


la caderas, pareciendo tan confundido como estaban los soldados. —¿Qué
encontraste, Max?

Max miró sobre su hombro y luego bajó la voz. —Tenía un paciente


aquí, Logan Albinster. Tuvo un accidente. Hice su análisis de sangre y
encontré algo que me sorprendió hasta la médula.

Rave se apoyó en la estación de enfermeras, aburrido.

—¿Y qué era? —Preguntó Zeus.

—Es una mente styre1.

Todos miraron a Max, confundidos.

Max gruñó. —¿Es que nadie lee sobre criaturas sobrenaturales por
aquí? Los antiguos pergaminos no son fáciles de conseguir, pero puedes
leerlos.

—Está bien, así que somos lobos de una región remota sin
educación. Demándanos, doctor. Sólo dinos qué infierno es una mente
styre. —Rave quería salir de allí. Iban a echar el vuelo al bar de Theo, todo
lo que se pudiera comer por cinco dólares.

1
N de T: Mente, proviene del latín mens-mentis, pero styre sólo hay referencia en el
idioma noruego como verbo que significa, gobernar, manejar, controlar, etc. lo que
vendría a significar , el que controla la mente.
Eso era un infierno de acuerdo, y Rave acababa de pasar a tener
cinco dólares en el bolsillo.

Estaba como una maldita mierda, y con hambre como el infierno.

—Son muy raros —Max continuó, como si Rave no hubiera tenido


su pequeño arrebato—. Sólo uno de cada 200 millones nacen. Pueden
controlar las mentes, literalmente. —La emoción y el terror se mezclaban
en la voz de Max, como si descubriera que los ovnis realmente existían.
Podría estar tan excitado, si supiera de qué diablos estaba hablando Max.

—Todavía no lo entiendo, Max —dijo Zeus.

—No creo que él sepa lo que es todavía. Logan no parece consciente


del hecho de que puede controlar las mentes. Le pedí que se quedara, se
negó, y le dejé salir. Normalmente, eso no habría sucedido. Si se le deja por
su cuenta, podría causar algunos daños graves. Por su análisis de sangre,
tiene un gran potencial para tener TMC.

—¿TMC?

Era como bailar alrededor de lo obvio que justo estaba fuera del
alcance. Rave estaba empezando a poner las piezas juntas, pero Max no
estaba contándoles toda la historia. No todo a la vez al menos.

—Control Mental Total. —Max suministró—. Logan, cuando se dé


cuenta quién es, será capaz de meterse en tu mente, controlarla, y controlar
a todo aquel que lo desee. Y si decide ser malévolo, también podría destruir
la mente de una persona. Eso significa que puede derribar tu mente y
reconstruirla como lo que quiera que él desee. Las mentes styre son
extremadamente peligrosas y raras.

Rave se puso de pie más rígido con lo que Max estaba diciendo. Él
nunca había oído hablar de una mente styre, pero cuanto más escuchaba,
más intrigado llegaba a estar.

—Habrá efectos secundarios, también —dijo Max mientras metía sus


manos en su bata blanca—. Va a tener dolores de cabeza, tendrá una ligera
confusión, y se sentirá fatigado. Usar la mente como arma, si esa es la ruta
que lleva, es agotador para su cuerpo. Pero Zeus —Max se volvió al Alfa—
si lo cogemos en las primeras etapas de este fenómeno en desarrollo, podría
mantenerlo en el camino correcto.

—¿Y si no lo hacemos? —preguntó Zeus.

—Podría dañar a mucha gente y provocar un daño irreversible.


Podría aprender a utilizar la influencia mental a distancia o trucos mentales
para que una persona cumpla sus órdenes. Como he dicho, es joven,
todavía recuperable. La mayoría de las mentes styre eligen el camino del
mal. Son atraídos por el poder, pero podría ayudarle, guiarle.

—¿No sabemos dónde encontrar a este tipo Logan? —preguntó


Zeus.

—Tengo la dirección de su casa —dijo Max mientras pescaba un


pedazo de papel de su bata de laboratorio y se lo entregó a Zeus—. Llegar
hasta él rápidamente. La mayoría de las mentes styre pueden sentirse la una
a la otra. Si otra ha encontrado a Logan, puede matarlo y robar los poderes
de Logan en ciernes para sí mismo, haciendo al asesino diez veces más
fuerte.

Zeus entregó a Ian el trozo de papel con la dirección de Logan en él.

—Rave, Jaxxon, Ian, tomar esta dirección e ir a buscar a Logan.


Quiero que le traigáis ante mí. Pero tened cuidado. No necesito que
ninguno de vosotros tres se quede sin cerebro.

Amén a eso. Rave no quería que nadie violara su mente. Sabía a


ciencia cierta que si el control de la mente se utilizara contra él, lo jodería.
¿Cómo se puede luchar teniendo su mente trastornada? ¿Alguien vendía
cascos especiales para evitar al hijo de puta?

Esta era una ocasión en que Rave no estaba seguro de si cambiar a su


forma de lobo podría ayudar. En forma humana o forma de lobo, la mente
era la misma. Esto tenía ‘misión suicida’ escrito por todas partes si este
Logan descubría lo que podía hacer antes de que los lobos le devolvieran al
Alfa.

Con un profundo suspiro y con el estómago vacío, Rave siguió a


Jaxxon y a Ian desde el hospital. Miró hacia el bar de Theo y se preguntó si
a los otros dos lobos les importaría que corriera por allí para conseguir
algunas alas primero antes de su peligroso viaje.

—Tenemos que darnos prisa —dijo Jaxxon cuando entró al asiento


del conductor de su Jeep.

Supongo que las alas tendrían que esperar. Este tipo Logan mejor
que venga con ellos antes de que el estómago de Rave tratara de comer su
salida. Eso le enseñaría a saltarse el almuerzo.

—La dirección dice que Logan vive en Browlers. Eso es alrededor de


un hora de viaje.

Rave se iba a marchitar en una hora, dos, si tenía que esperar hasta
que volvieran para comer. Se sentó en el asiento trasero, su humor agrio,
cuando pasaron por Theo. No era un hombre feliz cuando se estaba
muriendo de hambre. Debería tener su mente en Logan y sus poderes en
ciernes, pero sus ruidos del estómago estaban interfiriendo.

—¿Crees que Max estaba diciendo la verdad? —preguntó Ian desde


el frente del asiento del pasajero.

Jaxxon se encogió de hombros. —El mundo no es tan simple ya.


Antes solía ser sólo de shifters. Y luego nos enteramos de que hay
vampiros. Luego nos encontramos con que hay fey y demonios viviendo a
nuestro alrededor. Y no hace demasiado tiempo, Zeus nos dice que el
mítico pecus volatile y el inferno incolae existen. Así que dime, Ian,
¿puede la mente styre existir también?

—No tienes que ser un listillo —se quejó Ian mientras descansaba su
brazo en la puerta. El hombre parecía casi tan feliz como se sentía Rave.

Rave sonrió.

—¿Podemos parar para conseguir algo de comer? —preguntó Ian.

—Yo secundo esa petición, —Rave, dijo desde el asiento trasero con
entusiasmo—. Me muero de hambre.

—¿Y si Logan se aleja de nosotros, porque vosotros dos queréis


agarrar un bocado? ¿Quién va a explicar a Zeus, eh? Estoy seguro como la
mierda que no voy a decir que Logan no se pudo encontrar a tiempo porque
estaba demasiado ocupado metiendo una grasienta hamburguesa en mi
garganta.

—Gallina —se quejó Rave.

—Malditamente correcto —volvió a disparar Jaxxon.

Ian se volvió en su asiento, sonriendo con picardía a Rave. —


Siempre podríamos cambiar y comer a Jaxxon.

—Su pellejo es demasiado duro. —Rave se rió entre dientes.

Jaxxon frunció el ceño a Rave en el espejo retrovisor y luego sonrió.


Este iba a ser un paseo largo del culo. Rave se echó hacia atrás, pensando
en su pareja, el agente Monroe. El hombre le había dicho que tenía que
cerrar el caso del corredor de apuestas, pero que estaría de vuelta. El
corredor de apuestas tenía a uno de sus matones para que matara a un
destacado abogado y la pareja de Memphis fue testigo del asesinato.
Romano había venido aquí a esconderse, pero el FBI pronto la había
seguido también, deteniendo a Romano o a cualquier otra persona de ser
asesinado. Y fue entonces cuando Rave se dio cuenta de que el agente
Monroe era su pareja.

Eso fue hace cuatro meses.

Rave no estaba muy contento con que el chico se hubiera ido tanto
tiempo. Había tratado de llamarle, pero siempre conseguía el correo de voz
del hombre. Ni siquiera sabía el primer nombre de Monroe. ¿Qué
lamentable era eso? Rave se preguntó si Monroe quizá lo estaba evitando.
El agente conocía la existencia de los shifters. Cuánto sabía, Rave no
estaba seguro.

Pero había parecido como si quisiera regresar después de ese caliente


beso del culo que compartieron en el estacionamiento. O tal vez su pareja
era sólo un maldito buen actor y no podía esperar a salir con un infierno lo
más lejos posible de Rave.
Tener hambre y tener una pareja MIA2 no estaba ayudando al estado
de ánimo de Rave. En todo caso, lo puso peor.

—Nos estamos acercando —anunció Jaxxon desde el asiento del


conductor—. Léeme esa dirección.

Ian la recitó y luego lo tecleó en el GPS que se estaba situado en el


salpicadero. Jaxxon condujo lentamente, todo el mundo viendo su entorno,
mientras subía por una pequeña entrada de hormigón suficientemente
grande para mas de un coche a la vez. Estacionaron detrás de un Nissan de
color rojo y salieron. Era el anochecer ya, las estrellas brillaban por encima
y la luna proyectaba una larga sombra sobre la casa en frente de ellos. El
día se había marchitado, mientras conducían hasta aquí. Eso significaba
que Rave tenía que observar las sombras, mientras agarraban a este tipo
que habían venido aquí a recoger.

—Si él no sabe que es una mente styre, ¿qué infierno se supone que
le digamos? —preguntó Ian cuando los tres se acercaron a la gran puerta de
roble. La casa no se veía muy grande, y había una oxidada, silla de metal
verde colocada a un lado de la puerta. Había una gran ventana a un lado,
los arbustos se situaban enfrente y abajo como frondosos centinelas.

Rave miró a su alrededor, pero sólo vio coches aparcados bajo las
farolas. El barrio era tranquilo, como si todos estuvieran durmiendo ya.
Pocas luces estaban encendidas en varias casas, pero la calle estaba tan
silenciosa como un cementerio.

Rave se estremeció. Eso era sólo un infierno pensar en ello.

—Podríamos decirle que Max le necesita de vuelta en el hospital —


Rave dijo al tiempo que tocaba el timbre naranja brillante.

Rave se congeló cuando oyó un estrépito y luego gritar a alguien. Era


la voz de un varón, y era lo suficientemente fuerte para despertar a los
muertos. Usando su hombro, Rave estrelló su cuerpo en la puerta. Eso no
funcionó. Extendió la mano y giró el pomo. No estaba cerrada.

2
N de T: Missing In Action, desaparecido en combate.
Las tres shifters corrieron al interior y justo a tiempo para ver a dos
hombres moverse precipitadamente a una puerta trasera. Rave se lanzó en
su persecución. No estaba seguro de quién era quién, pero si ese era Logan
que se lo llevaban, tenía que rescatar al hombre.

Los dos hombres no corrían uno al lado del otro. Uno estaba siendo
arrastrado por el otro. No era una buena señal. Rave cambió a su forma de
hombre lobo y saltó, aterrizando en el par. Luchó para conseguir al tipo que
había sido arrastrado lejos de la casa por el hombre con un traje negro.

—Vuelve a entrar la casa —dijo el hombre del traje negro con


calma. Ondas se apoderaron de Rave, haciéndole soltar al hombre en
pantalones vaqueros y un suéter. Dio un paso atrás, con el hocico en el
suelo. Rave tenía una necesidad que todo lo consumía de obedecer el suave
mandato.

—¡No! —gritó el de los pantalones vaqueros, y Rave sintió como


una sacudida de electricidad que había sido disparada a través de su cuerpo.
Gruñó, su hocico retrocedió para mostrar sus caninos. El ser humano que
había sido arrastrado gritó a Rave. —No me dejes.

Rave ladró una advertencia como un perro común, pero parecía


haber funcionado. El hombre del traje negro salió hacia atrás, sus ojos
salvajes mientras miraba a Rave en su forma de lobo al ser humano
tumbado en el suelo. Sus ojos se estrecharon en ranuras cuando la ira llenó
sus esferas oscuras.

—Vuelve a la casa —gritó esta vez.

Rave dio otro paso hacia atrás, su cuerpo tratando de obedecer la


orden. Se estaba cabreando. Podía sentir algo empujando su mente,
exigiendo que hiciera lo que le decía. A Rave no le gustaba que nadie le
diera órdenes.

—No me dejes —dijo el hombre de los pantalones vaqueros sin


poder hacer nada, su ojos azules suplicando a Rave que lo salvara. Rave se
lanzó, pagándole con un gran mordisco en los pantalones del hombre del
traje negro y su pierna por debajo. El hombre gritó, y entonces sacó su
pierna libre, yendo rápidamente más atrás en el patio oscuro.
El aspirante a secuestrador se dio la vuelta y se levantó, saltando la
pequeña cerca de alambre, y se fue por la calle abajo. Rave quería darle
caza, pero en vez de eso cambió, ayudando al hombre de los pantalones
vaqueros a ponerse de pie.

Rave tragó duro, su corazón latiendo de forma errática, cuando el


olor de su segunda pareja llenó sus pulmones. Se quedó mirando
abiertamente al hombre de constitución ligera frotándose las manos arriba y
abajo de sus brazos, como si tuviera escalofríos en los huesos.

—¿Logan?

Los ojos azules del chico se abrieron ampliamente cuando asintió. —


¿Cómo sabes mi nombre?

Oh, diablos. Rave se quedó en el patio trasero, desnudo como el día


en que nació, aturdido. Su pareja era una mente styre, y él había sido
enviado para detenerle de girar hacia mal.

Rave se quedó de pie en el borde del césped, mirando el pelo de


color marrón oscuro caer sobre los ojos de Logan, protegiendo a Rave de
ver los ojos de su pareja en las sombras de donde estaba parado. —Fui
enviado para protegerte. —En su mayoría era la verdad. Ahora que sabía
que Logan era su pareja, Rave haría lo que fuera necesario para mantener al
hombre en el camino correcto y protegerlo de todo el mundo.

—No te ofendas, pero eso es exactamente lo que me acaba de decir


Aba. Soy indiferente a la mierda de protección.

—¿Aba?

—El hombre que acaba de intentar obligarme a irme con él. Dijo que
sólo quería protegerme. Si eso es protección, voy a rechazar la oferta de
todo corazón.

Rave sonrió mientras escuchaba a Logan. El hombre tenía sentido


del humor, uno muy extraño, pero tenía uno. A Rave le gustaba.

—¿Y podrías ponerte algo de ropa? —Preguntó Logan. Incluso en el


patio con poca luz, Rave podía ver un rubor expandirse por las mejillas de
su pareja. Era un encantador rosa que hizo a Logan tímido, una cualidad
que a Rave le estaba dando calor. Este no era el momento para que Rave se
encendiera, pero no podía evitarlo.

—¿No estás asustado de que cambiara a un lobo? —Rave


preguntó—. Y no llevo nada de ropa de repuesto conmigo. —Jaxxon tenía
algo en su Jeep, pero a Rave le gustaba estar de pie, desnudo, delante de su
pareja.

Los ojos de Logan se quedaron pegados a la hierba mientras se


dirigía hacia la puerta de atrás. —Cal es un shifter. Eso no me asusta. Pero
un hombre desnudo en el patio de mi casa sí lo hace.

—Así que, que tu camioneta explotara, descubrir algo mal en tu


sangre, y un loco tratando de entrometerse en tu propio hogar debe ser un
juego de niños al lado de un hombre desnudo en tu patio trasero, ¿eh? —
Rave sabía que estaba siendo un poco duro, pero Logan necesitaba
enfrentarse a los hechos de lo sucedido y tratar con ellos. Podía oler la
negación por todo Logan.

Logan se dio la vuelta, un bajo gruñido rasgando su pecho. Rave


estaba impresionado. —Yo sé lo que pasó. No necesito que me recites los
hechos de nuevo. No sé quién te ha enviado para que me protejas, pero
puedes perderte.

Rave estaba en medio de decir adiós, pero sabía que no iba a dejar a
su pareja expuesto a otro ataque. El hombre tenía una afilada lengua y una
fuerte dosis de negación en su sangre, pero Rave no era tan cruel. —
Honestamente no lo sabes, ¿verdad?

Logan abrió la puerta de atrás, ignorando a Rave cuando entró en la


casa. Miró a su alrededor y luego miró al hombre que estaba sentado en el
sofá, su cara pálida. —Cal, haz las maletas, vamos a casa de mi mamá.

Rave sentía el pulso en su sien latir más fuerte cuando hizo todo lo
posible por agarrar a Logan y tirar al hombre por encima de su hombro. No
fue fácil. —No, tú vas a venir a Pride Pack Valley donde estarás a salvo.

—No, yo voy a casa de mi mamá.

Rave podía sentir la presión mental, la estela de la onda encima de él


para que Logan saliera con Cal. Él negó con la cabeza, hundiendo sus uñas
en las palmas de sus manos para detener el impulso de permitir que Logan
saliera por la puerta frontal. —Deja de hacer eso.

Logan parecía genuinamente sorprendido, pero dispuesto a discutir.


—¿Dejar de hacer qué?

—Deja de tratar de conseguir que yo haga lo que tú quieres.

La expresión combativa de Logan se desvaneció, reemplazada por


total confusión. —¿Cómo puedo yo obligarte a hacer lo que quiero?

—Eres una mente styre, —declaró Jaxxon y luego se encogió de


hombros cuando Rave se volvió y lo miró—. No estamos llegando a
ninguna parte siendo diplomáticos.

Rave dio un gruñido hacia el lobo.

—¿Una qué? —preguntó Logan.

—Te lo explicaré en el camino de regreso a Pride Pack Valley —dijo


Rave cuando se dirigió hacia la puerta principal, dándose cuenta de que
estaba desnudo aún—. Ian, ¿me puedes conseguir un par de pantalones
deportivos del jeep?

Ian asintió y salió. No tenía sentido asustar al vecindario si


estuvieran mirando hacia la casa. Rave tenía ganas de sonreír cuando se dio
cuenta de que Logan hacía todo lo posible para no mirar a la polla expuesta
de Rave.

—Ya te lo dije. Me voy a casa de mi mamá.

No hubo ningún empujón esta vez. Ninguna onda o fuerza detrás de


las palabras de Logan. Era sólo una declaración común. Rave quería decirle
a Logan que iba mejorando en su capacidad, pero decidió dejarlo solo. Una
vez que Ian dio a Rave los pantalones, se los puso y salió fuera. Tenía el
torso desnudo y sin zapatos, pero viviría.

Abrió la puerta de la Nissan y llegó dentro, agarrando el pomo, tiró,


oyendo el capó saltar. Cerró la puerta y caminó por delante, sintiendo
debajo la cerradura. Una vez que lo tenía abierto, tiró de los cables de las
bujías completamente libres.
—¿Qué estás haciendo? —dijo Cal mientras corría fuera.

—Asegurarme de que Logan viene conmigo. —Rave podía ver los


ojos color miel amarillo de Cal y sabía que era una especie de shifter de
gato. Él sólo no estaba seguro de qué tipo. Una pantera negra sería más
difícil para luchar. Tenían un montón de músculos debajo de sus elegantes
abrigos.

Pero también los tenía Rave.

—Iré —dijo Logan, mientras caminaba en dirección al coche—. Sólo


devuélvele a Cal sus piezas del coche.

—Entra en el Jeep, y Cal puede tenerlas de vuelta. —Era infantil,


pero Rave estaba decidido a asegurarse de que Logan se metiera en el jeep.
No sólo estaba siguiendo las órdenes de su Alfa, Logan era su pareja. Haría
lo que fuera necesario para proteger al hombre.

Rave abrió la puerta trasera del jeep y le indicó a Logan que entrara
con una teatral onda de su brazo. Logan no parecía impresionado. Su
compañero se acercó al Jeep, pero mantuvo los ojos fijos en Rave, como si
fuera a saltar sobre el hombre en cualquier momento.

Mirando por encima de Cal, Rave no estaba tan seguro de que dejar
al hombre detrás fuera una buena idea, shifter de gato o no. —¿Sabes quién
era el hombre que trataba de llevarte? —preguntó Logan cuando su pareja
rodeó la puerta de atrás del jeep.

Logan se encogió de hombros. —Un psicótico gilipollas.

Rave tenía la sensación de que Logan estaba agrupándole en esa


categoría. Tal vez fuera la manera en que Logan había lanzado sus ojos
azules en Rave cuando se lo dijo. ¿Por qué Rave tenía una conciencia
culpable? Sacudió la cabeza, preguntándose si Logan estaba haciendo esa
maldita cosa mental, otra vez.

—Por suerte para ti aparecí, ¿eh?

—Sí, por suerte para mí —dijo Logan rotundamente.

Rave ignoró el tono alegre de Logan. —¿Va a estar Cal seguro aquí?
Una vez más, los hombros de Logan se levantaron y luego cayeron.
—No lo sé.

El tenue resplandor de la luz interior le recordó a Rave que tenían


que empezar a moverse. Miró por encima de su hombro para ver a Cal con
la mirada fija en los cables en su mano y luego a su coche, como si no
tuviera ni idea de qué hacer con ellos.

Maldita sea.

—Entra mientras hablo con Cal.

—¿Vas a sobornarle con guardar silencio?

Su pareja era un cómico real. —No, voy a preguntarle si quiere


protección también.

—Por lo menos él tiene elección —se quejó Logan cuando se metió


en el asiento trasero. Rave cerró la puerta, parando su ojos de rodar hacia el
cielo. Ahora podía ver que Logan era un problemático. Sólo esperaba que
cuando los poderes del hombre se pusieran en marcha en su totalidad,
permaneciera en el lado correcto.

Y ese lado fuera el de Rave.


Capítulo Tres

Logan estaba contra una pared de paneles oscuros, mirando a los


hombres de pie a su alrededor. Él no era lo que uno podría considerar
valiente ni remotamente, pero vaya si no se sentía atrapado por cada último
hombre en la habitación.

Todos los ojos estaban sobre él, haciéndole sentir como si debiera
correr por su vida. Lo miraban como si fuera el coco y un enemigo de su
ciudad. O tal vez fue sólo tener a Cal con él. Unos pocos hombres en la
habitación habían olfateado a su amigo, un par de veces.

Logan no conocía a Cal desde hacia tanto tiempo, pero nunca notó
ningún olor. ¿Por qué los hombres estaban oliéndole? Bueno, eso no era lo
importante ahora mismo. Necesitaba priorizar. Se preocuparía sobre el
problema del olor corporal de Cal más adelante.

—¿Por qué estoy aquí? —Logan preguntó mientras observaba a Zeus


de pie detrás de su escritorio. Se dio cuenta de lo grande que era el hombre.
Su gran masa corporal parecía lo suficientemente grande como para ser
considerado un planeta. Logan dio un paso hacia atrás, presionando la
espalda con firmeza en la pared. No conocía a estas personas. Podrían
haber tenido malas intenciones por todo lo que sabía. ¿Qué sabía realmente
acerca de cualquiera de estos hombres? Ni una maldita cosa.

Miró a Rave, el hombre que había montado en el asiento trasero con


él todo el camino hasta aquí.

Rave le dio una ligera inclinación de cabeza, con los ojos confiados y
los ángulos de su rostro fuertes, pero sus labios eran suaves y sensuales,
aligerando algunos de sus rasgos más afilados. Logan se sentía un poco
fuera de ambiente aquí. No tenía idea de por qué necesitaba protección,
pero tener a Rave de pie tan cerca hizo que se sintiera un poco mejor.

Pero no mucho.

Estaba en un cuarto lleno de shifters de lobo, después de todo. Cal


puede que sea uno, pero Logan era cien por ciento humano.

Si se desatara una pelea, estaba de mierda hasta el cuello.

—Estás aquí a causa de tu análisis de sangre.

Logan observó cuando el médico del hospital entró en la oficina de


gran tamaño. Estaba estudiando un archivo en la mano, su atención en lo
que estaba leyendo, pero el hombre logró encontrar el camino a la
habitación sin chocar con nada ni nadie. Su cabeza se levantó de lo que
estaba leyendo con sus espesas cejas negras fruncidas. —¿Por qué estás
aquí junto a la pared?

Debido a que ir lo más lejos en una habitación llena de lobos no


parecía una buena idea a Logan. Se dio cuenta de que Cal se sentó un poco
más erguido, sus ojos se quedaron en el médico, ya que se retorcía con
cierto desasosiego. Cal no se retorcía. ¿Qué demonios estaba pasando con
eso?

—Estoy bien —dijo Logan—. ¿Por qué estoy aquí? —Sabía que el
médico había querido hacerle más pruebas. ¿Era éste el modo en que el
hombre quería que él cooperara? ¿Había enviado a un músculos para
conseguir que Logan regresara?¿Qué demonios había en su sangre para que
el médico pasara por todo esto? No, no había manera de que el bien
parecido doctor configurara todo esto sólo para conseguir más sangre.

Nadie estaba tan desesperado.

Eso esperaba.

—¿Vamos a empezar? —El Alfa preguntó.

Logan miró a Zeus. Su presencia era dominante, su tono de voz casi


real mientras estaba allí. Logan se sentía como si el hombre debiera llevar
una corona o algo para demostrar que él era el líder de esta manada de
lobos. Su dominio parecía ocupar cada pulgada adicional en la oficina.

Logan asintió, pero se quedó contra la pared. No iba a dar su espalda


a cualquier persona en la habitación. Sus ojos se deslizaron de nuevo en
Rave. El hombre le estaba mirando, el calor en sus ojos marrones, líquido.
Logan conocía esa mirada. No era nada menos que de pura jodida. El
hombre quería a Logan. El peso de su anhelo no sólo estaba en sus ojos,
sino que Logan podía sentir como una caricia física a lo largo de su piel.

Desvió la mirada de nuevo al Alfa.

—¿Alguna vez has oído hablar de la mente styre? —preguntó Zeus


mientras tomaba asiento detrás de su escritorio.

—No se puede decir que lo haya hecho —dijo Logan cuando cambió
al otro pie. El médico le dio una suave sonrisa. Era una de esas sonrisas que
decían: oh, bueno, entonces, espera algo extraordinario.

A Logan no le gustaban las cosas extraordinarias.

Se quedó allí, escuchando al médico explicarle lo que era una mente


styre, y empezó a sentirse mal del estómago. Esto tenía que ser una broma.
Tenía que ser una especie de broma de mal gusto y retorcida que el médico
le decía a sus pacientes sólo para conseguir que cooperaran. Si quería más
sangre, todo lo que tenía que hacer era pedir. No es que Logan hubiera
dicho que sí, pero era mejor que escuchar esta mierda.

Logan se estaba poniendo incómodo. Era una sensación que no le


gustaba. El doctor estaba hablando de algo completamente imposible. El
hombre tenía que estar demente.

—¿Entiendes lo que te estoy diciendo, Logan? —El médico


preguntó.

—Ni una sola maldita palabra. Ahora, ¿puedo ir a casa de mi mamá?


—No quiso decirlo de forma tan agresiva, pero Logan estaba cansado de
escuchar esta mierda. Un hombre rubio dio un paso al lado del doctor, sus
ojos azules rastrillando sobre Logan como si ni siquiera fuera lo
suficientemente digno para hablar con el médico, o tal vez simplemente no
le gustaba Logan. A él realmente no le importaba.
—Estoy bien, Eagle—dijo el médico al hombre rubio—. Sólo está
asustado.

Al Sr. Rubiales no parecía que le importara cual fuera la razón para


el tono de Logan. Si hubiera estado en una habitación llena de seres
humanos, Logan les habría probablemente tumbado a todos y se hubiera
alejado, pero no lo estaba. Los ojos de Eagle eran de un azul glacial, la
punta de un canino asomaba en el labio superior.

Estaba en una habitación llena de lobos.

¿Saldría de aquí con vida? Esa fue un infierno de mirada de


advertencia la que le disparó. Logan captó el mensaje alto y claro. Sin
gritar al médico. Pero Logan no iba a retractarse, no frente a estos hombres.
Por lo que sabía, olerían la debilidad y se dirigirían a él, sin dejar nada
atrás excepto sus huesos como palillos de dientes.

—Si permitimos que te vayas, Logan, el hombre que estaba detrás de


ti podría encontrarte y matarte, —dijo Rave cuando se acercó más. Logan
se alejó un paso. No quería a ninguno de estos hombres al alcance de la
mano.

—No creo nada de esto.

—Entonces ¿por qué Aba está detrás de ti? —Rave preguntó.

Diablos si Logan lo sabía. Lo único que sabía con certeza era que
quería salir de esta habitación. Estaba empezando a enojarse y no podía
simplemente ir a casa de su mamá. Nadie debería ser capaz de encontrarlo
allí. La única razón de que alguien supiera dónde vivía, era porque, o bien
le seguían a casa o conseguía la información de los informes del hospital.
—Quiero marcharme.

Sintió una oleada de poder extenderse desde su mente,


expandiéndose a través de la habitación como pequeñas ondas en un
estanque después de que alguien hubiera tirado una roca dentro. Eran como
diminutos tentáculos llegando, antenas agarrando a la persona más cercana.
Logan los había sentido realmente. Se quedó allí sorprendido cuando Zeus
le sonrió.
—Puedes ir a casa de tu mamá. No vamos a retrasarte por más
tiempo.

Si no hubiera sentido el poder ejercido abandonarle, Logan no lo


hubiera creído. Había sido como nada de lo que hubiera sentido nunca
antes. Se concentró en la idea de marcharse, empujándola hacia la manada
de lobos, presionándoles para que lo dejaran ir.

—¡Basta!

Logan miró a Rave. Sus manos estaban hechas un ovillo en los


puños, pequeñas salpicaduras de sangre en sus manos. Parecía que Rave
había cavado su uñas en las palmas de sus manos, luchando contra lo que
diablos fuera que Logan había estado tratando de hacer.

—No puedes utilizar eso contra cualquiera que no esté tratando de


hacerte daño.

Los hombres que lo rodeaban parpadearon como si salieran de un


sueño y luego empezaron a gruñir bajo en sus gargantas. ¿Calificaría eso
como hacerle daño? Ellos seguro como la mierda que parecía que es lo que
querían.

—No hagas eso de nuevo —dijo Zeus, su voz con un tono cabreado.

—¿O? —desafió Logan con un corte seco en su tono de voz.

—¿De verdad quieres saber? —Apretó Zeus sus dientes. Se inclinó


sobre su escritorio, las palmas de las manos planas mientras sus ojos
oscuros se comían a Logan vivo. Si no hubiera estado atolondrado por este
nuevo poder, Logan probablemente se habría hecho pis encima justo en
este momento. Pero, por desgracia le había subido a la cabeza, haciéndole
sentir invencible.

Rave se deslizó delante de Logan, bloqueando su vista del Alfa.

—¿Ahora me crees, Logan? —preguntó el médico con Eagle al lado.

Logan se sentía cansado, un ligero dolor de cabeza golpeando en la


parte posterior de su cráneo. No se sentía poderoso por más tiempo, sino
agotado. —Sí.
—¿En serio? —preguntó Cal cuando saltó del sofá de cuero en el que
había estado sentado—. ¿Eres una especie de controlador de la mente?

¿Por qué el hombre lo hacía sonar como si fuera la cosa más guay
nunca inventada? Logan no estaba seguro de querer esto. Francamente,
estaba cagado de miedo. Su cuerpo estaba perdiendo la poca altura a la que
había estado cabalgando, y ahora todo lo que quería hacer era estrellarse en
alguna parte. Echó un vistazo en torno a los hombres en la habitación,
tratando de enfocarse.

—Está agotado y confundido —dijo el médico mientras se acercaba


a Logan.

Logan presionó la espalda contra la pared, lanzando las manos arriba


para protegerse del hombre. Trató de enviar el mensaje de que no le
tocaran, pero cuanto más duro Logan trató de empujar el mensaje en el
médico, más le dolía la cabeza.

Estaba indefenso.

—Todo lo que quiero hacer es examinarte, Logan. Te prometo que


no voy a hacerte daño o tratar de realizar cualquier experimento.

Logan bajó los brazos lentamente, sus ojos golpeando a Rave en


busca de ayuda. No había ninguna lógica detrás de llegar hasta Rave, pero
parecía que el único en la habitación que le obligaría. Logan no confiaba en
el médico, y Cal estaba demasiado ocupado mirando deslumbrado a Logan.

¡Qué bobo!

Se quedó inmóvil mientras el médico proyectaba la linterna en sus


ojos. Logan miró a Rave, asegurándose de que el hombre estuviera a su
lado. No había nada que pudiera hacer, sino estar allí y permitir que el
hombre lo comprobara. El médico lo sabía. Logan lo sabía. Estaba
indefenso.

—Tus ojos están dilatándose, Logan. —El médico bajó la linterna.

—¿Y?

—Deberías alejarte de la luz, para que no se pongan más grandes.


¿Qué significaba eso?

»Descansa un poco. —El doctor caminó de nuevo hacia el papel que


había estado leyendo la primera vez que entró en la habitación, escribiendo
algo abajo.

—Te voy a mostrar un lugar cómodo donde puedas descansar. —


Rave hizo señas a Logan para que lo siguiera.

—¿Qué pasa con Cal?

Rave miró atrás a la oficina. —Cal está muy bien. Es shifter de gato.
Max, el médico, es shifter de león. No dejará que le pase nada a Cal.
Además, ambos están en el lugar más seguro que podrían estar.

Logan no estaba demasiado seguro de apostar en esa afirmación. El


lugar más seguro que podía pensar era en casa de su madre.

—También hay un shifter Jaguar aquí. Cal estará a salvo.

Logan no tenía ni maldita idea de que existieran tantas especies


diferentes de shifters. Él sabía de Cal, y sabía acerca de los lobos, ¿pero
leones y jaguares? ¿Por qué no se sentía más seguro?

Zeus se volvió a sentar en su silla, pareciendo agotado. —¿Realmente sólo


trató de conseguir que le dejáramos salir por la puerta principal?

Max asintió. —Y eso fue sólo una prueba. ¿Te imaginas lo que será
cuando tenga sus plenos poderes? —Tan fascinado como Max estaba con el
caso, se trataba de una triste realidad. Logan era un arma cargada lista para
dispararse. Si la manada no ayudaba al joven a canalizar su capacidad,
muchas cosas malas podrían suceder.

Cosas irreversibles.

Y Max por una vez no quería huevos revueltos por cerebro. Era un
shifter de león, seguro de sí mismo, fuerte y seguro, pero la idea de tener a
Logan a plena potencia le hizo incluso tomar una pausa.
—Creo que necesito poner al tanto a Rave en todo lo que pueda.
Cuanto más sepa acerca de las mentes styre, mejor podrá manejar a su
pareja. —Max se había dado cuenta de la manera que Rave se había
resistido a Logan. No fue fácil por la mirada tensa en la cara de Rave, pero
se había resistido. El resto de ellos estaban dispuestos a bailar a su
alrededor y el apodo de Zeus era la reina de las hadas, si Logan lo hubiera
sugerido.

Y eso cabreó a Max. Pero ese era su león que estaba enojado. Max,
como médico, estaba intrigado.

Rave mantuvo su rostro cerrado y cauteloso. No quería que Logan


supiera exactamente lo verdaderamente cabreado que estaba. Sabía que
Logan sólo estaba entrando en sus poderes, pero su pareja había intentado a
propósito utilizar su control de la mente sobre todos en la oficina para
conseguir lo que quería.

Incluso si se tratara de su libertad.

Tal vez eso era lo que tenía a Rave tan enojado. Que su pareja no se
sintiera seguro en su presencia. La tensión entre ellos le estaba ahogando,
cuando Rave llevó a Logan a su dormitorio. Había un montón de
habitaciones vacantes que Rave podría haber dado a Logan, pero el hombre
era su pareja, después de todo.

—Puedes tumbarte aquí y descansar un poco.

Logan miró por encima del hombro a Rave. Sus ojos azules como el
aciano, brillaban con la incertidumbre y el miedo puro y tangible que
nadaba en ellos. Rave se arriesgó a dar un paso más cerca, tocando con los
dedos la mejilla de Logan. —Estás a salvo. Te doy mi palabra.

La sonrisa de Logan apareció, pero vaciló. —Yo no te conozco.

—Pero dime que no sientes que estás a salvo conmigo. —Quería


escuchar esas palabras, necesitaba escucharlas para calmar a su lobo. Su
lobo no estaba demasiado feliz de que Logan tuviera miedo. Era un olor
fétido que insultaba los sentidos de la criatura.

Logan se echó hacia atrás, mirando por encima de la cama. Rave


frunció los dedos en el suave tacto que la piel de su pareja le dejó, pero no
obligó a Logan a darle una respuesta. Logan se quitó los zapatos y se subió
sobre la cama, descansando la cabeza sobre la almohada, mientras cerraba
sus ojos.

Rave hizo lo único que podía. Cerró la puerta detrás de él mientras


Logan descansaba. Mientras caminaba hacia la oficina de Zeus, su teléfono
móvil vibró a su lado. Rave lo cogió y respondió. —¿Sí?
—¿Es así como normalmente contestas el teléfono?

Rave se congeló. Era el agente Monroe. Su voz sedosa derretía a


Rave y envió pequeñas ondas de choque a su estómago y a su ingle. —
Cuánto tiempo sin oírte.

En realidad podía sentir el malestar en el otro extremo del teléfono.


Monroe se aclaró la garganta. —Sí, he tenido la intención de llamarte.

Rave no estaba muy seguro de que creyera eso. Habían pasado cuatro
meses, después de todo. ¿Cuánto tiempo se tarda en hacer una llamada
telefónica y decir: hola, todavía estoy vivo? No mucho. Apretó los dientes
mientras miraba hacia atrás a la puerta del dormitorio.

—Entonces, ¿cómo te va? —preguntó mientras se movía hacia la


pared y luego se inclinó contra ella, sintiendo la aventura de esta noche
finalmente filtrarse en sus huesos. Estaba medio tentado de volver a su
habitación y descansar con Logan.

No estaba muy seguro de que el humano diera la bienvenida a eso.

—Finalmente cerré el caso con el corredor de apuestas. Estaba


pensando en dirigirme allí. —La voz de Monroe fue precavida, cautelosa.
Rave no estaba seguro de que Monroe estuviera esperando que Rave le
dijera que se olvidara de él.
—¿Cuándo?

Un suspiro de alivio sonó en el otro extremo. No lo suficientemente


fuerte para que Rave se diera cuenta si era humano. Una sonrisa inclinó los
labios de Rave, y se alegró de que Monroe no pudiera verle.

—Puedo estar allí mañana por la noche. ¿Quieres reunirte


conmigo en el bar de Theo?
Rave miró a la puerta de su habitación de nuevo, preguntándose si
podría salir de aquí mientras Logan se reunía con Monroe. No estaba
seguro de que presentarles a los dos fuera tan bueno ya que realmente no
conocía a ninguno de los dos.

—Claro.

—Nos vemos entonces, Rave.

Rave colgó, preguntándose cuánto más de este lío iba a tener. Volvió
de nuevo a presionar el clip del teléfono y terminó caminando a la oficina
del Alfa. Max estaba todavía ahí, Eagle a su lado mientras hablaban en voz
baja. Zeus estaba sentado tras su escritorio, al teléfono.

Rave entró y se sentó frente al escritorio de Zeus en una de las sillas


de cuero a juego. Esperó a que el hombre terminara su llamada de teléfono.

—Necesito hablar contigo, Rave —dijo Max a su espalda—. Quiero


darte las notas que tengo sobre las mentes styre .

—¿No nos explicaste todo en el hospital? —preguntó cuando se dio


la vuelta. No le gustaba el ceño en la cara de Max.

—Realmente deberías leerlas.

Rave prefería que Max se las dijera. No era bueno en la lectura de


aburridos archivos, y oír al médico explicarle las cosas, se le pegaría mejor
en su cerebro. En realidad, nunca fue demasiado bueno en retener cosas
que leía si el material era largo y prolongado, en términos que hacían
cruzar los ojos de Rave.

—¿Y qué hay si me dices lo que ya sabes?

Max se sentó en el sofá, Eagle sentado a su lado. Eagle puede que ya


se hubiera recuperado de su terrible experiencia con el ex-alfa, Jackson,
pero todavía era muy callado, a veces. Eagle puso una mano sobre la rodilla
de Max cuando el médico se sentó rígidamente.

—Te dije todo lo que leí acerca de las mentes styre, Rave. Pero lo
que está emergiendo a través de su análisis de sangre no está en cualquier
papel que me haya encontrado.
Rave se giró totalmente. No estaba seguro de que le fuera a gustar lo
que Max estaba a punto de decirle. Tenía ganas de mirarle arriba para ver si
había una bomba dirigiéndose directamente a su regazo, ya que se sentía
como que estaba a punto de caerle una en el mismo.

—¿Y qué hay de malo en su análisis de sangre?

—Eso es lo que estoy tratando de averiguar, Rave. Es normal, pero


no. Tiene los marcadores de una mente styre, pero es incompleto en lo
mejor. Todavía estoy trabajando en su sangre. Mi consejo para ti es que le
ayudes a controlar sus impulsos. Todavía no estamos seguro de lo fuerte
que pueda llegar a ser, y ciertamente tiene el potencial para TMC 3. Sólo ten
cuidado.

—¿Y qué hay del asunto de las parejas? ¿No debería ser inmune a lo
que pueda hacer?

—A veces, simplemente no es tan fácil contestar negro o blanco.


Sabes tan bien como yo que la naturaleza tiene una manera de hacer las
cosas por su cuenta. La mente humana es complicada, y el ADN es aún
más complicado cuando se trata de criaturas sobrenaturales.

Rave se echó hacia atrás y suspiró. Y aquí pensaba que conseguiría


una pareja con un problema sencillo. Sabía que no iba a ser un paseo a la
hora de acoplarse. Tratar con Jackson y ver a los otros soldados con sus
parejas le permitió saber que las cosas no iban a ser fáciles, pero esta era la
mierda más complicada de la que había oído hablar hasta la fecha.

Y él vivía en el mundo de lo paranormal.

3
N de T: Acrónimo de "Crack Too Much", en referencia a una persona que vive en su
propio mundo, o que está un poco loco.
Capítulo Cuatro

El agente Anthony Monroe levantó su taza de café y tomó un sorbo,


cuando leyó el archivo abierto delante de él. Estaba sentado en un
restaurante del pueblo de al lado de Pride Pack Valley. Iba a ver Rave hoy,
y Tony tuvo que admitir, que la idea era muy agradable, pero el archivo
frente a él no lo era.

Hojeaba las páginas, estudiando la sobrecubierta. Había sido


asignado a otro caso, y el interrogatorio había llevado semanas. Tony no
tenía libertad para decir a Rave nada de esto, así que tenía que hacer que
sonara como si el caso hubiera llevado más tiempo de lo que realmente
había llevado.

Rave era un hombre de aspecto agradable, y Tony estaba interesado,


muy interesado. Pero había tenido su parte justa de hombres en su cama.
Tanto como quería joder a Rave hasta que el hombre estuviera saciado en
su cama, el trabajo iba primero. La única razón por la que se dirigía al
camino de Rave era a causa de este caso.

—Todavía no puedo creer nada de esto —dijo el agente Dorm—. No


importa cuántas veces haya leído el archivo.

Ni tampoco Tony podía. Sabía que existían shifters. Demonios, era


medio jaguar, pero sus genes estaban tan escondidos de manera que ni
siquiera eran detectables en su ADN. Fenómeno de la naturaleza era lo que
su padre le había llamado por tener los genes ocultos, pero a Tony
realmente le importaba una mierda eso. Vivía con ello.

Pero lo que su director le entregó iba más allá de la imaginación.


Había sido informado sobre lo poco que los hombres estaban trabajando en
este caso, sabía que no era mucho y ahora estaba aquí sentado con el fin de
atraer al "monstruo".

Realmente odiaba esa palabra.

—Parece imposible —murmuró mientras recogía su taza de café y


bebía otro sorbo. Había tomado mejor café, pero no era como si estuviera
en la ciudad y pudiera correr hasta el Starbucks4 más cercano. El café no
era tan malo, sin embargo.

Echó un vistazo a la imagen adjunta al expediente. Tony estudió la


cara, el iris oscuro que parecía casi negro, profundos, oscuros ojos carbones
sin emoción. Era una instantánea de vigilancia, el asesino inconsciente.

O quizás no, según este archivo.

La palabra en la parte superior del archivo estaba en letras grandes,


impresa en negrita. Mente styre.

Nunca había oído el término antes. Sus órdenes eran encontrar a Aba
y detenerlo. El hombre había cometido múltiples homicidios, robos de
bancos y chantajes. El problema era que ninguno de esos cargos se pudo
probar. El archivo de Aba decía que había usado algún tipo de control de la
mente en todos estos crímenes. ¿Cómo diablos podía alguien probar eso?

El director también le había informado de que había otro en el


Condado de Browlers con el mismo potencial. Era sólo un rumor, sin
fundamento, pero las órdenes de Tony eran detener al sospechoso también.

Tony encontraría al sospechoso y lo detendría. Ser capaz de controlar


las mentes era extremadamente peligroso para la población humana. Si las
mentes styre realmente existían, eran muy perversos de acuerdo a lo que
Aba ya había hecho.

4
N de T: Starbucks Corporation es una cadena internacional de café fundada en
Seattle, Washington. Es la compañía de café más grande del mundo. Starbucks vende
café elaborado, bebidas calientes, y otras bebidas, además de bocadillos y algunos
otros productos tales como tazas y granos de café. También ofrece libros, CD de
música, y películas.
Tenía una dirección en la que el segundo sospechoso vivía, pero nada
más. Tony y Dorm iban a ver el lugar antes de dirigirse a Pride Pack
Valley, el último lugar donde Aba había sido visto.

—¿Vas a comer eso? —preguntó Dorm cuando señaló la comida


intacta de Tony.

Tony deslizó su plato sobre la mesa amarilla moteada de Formica 5.


Situó el archivo abajo, mirando a su alrededor al restaurante. El director
Simone le había entregado el caso a Tony porque él tenía la mayor tasa de
detenciones.

Tony sabía lo que estaba haciendo y era muy bueno en su trabajo.

—Tenemos que salir —dijo Tony cuando se apartó de los asientos


naranjas de la cabina. Dejó caer unos billetes sobre la mesa, tomó el
archivo, y se dirigió hacia el coche. Alojarse en un lugar durante mucho
tiempo no era buena cosa. La gente tendía a recordar a un hombre que se
sentaba demasiado tiempo en un comedor, sobre todo en un pequeño
pueblo.

Llevaba simples vaqueros negros, una sólida camisa gris oscura y


botas de vaquero. Pasaba desapercibido, anodino, y ese era el punto.

Dorm tomó un último sorbo de su café antes de lanzar su servilleta


de papel y unirse a Tony.

—Que tengan un buen día —la camarera gritó cuando Tony salió del
restaurante. Abrió el maletero y almacenó el archivo en un compartimento
oculto en la pared lateral, por detrás del difuso revestimiento, antes de
llegar al asiento del conductor.

—¿Cuál es la posibilidad de que nos aseguremos al segundo


sospechoso en el primer día? —preguntó Dorm mientras se sentaba atrás,
apoyando su brazo sobre el marco de la puerta cuando Tony se apartó.

—De cero a ninguna.

5
N de C: Material recubierto por una de sus caras con una resina artificial, brillante y
muy resistente.
Dorm asintió. —Sólo preguntaba.

Dorm no llevaba en el FBI, tanto tiempo como Tony. Pero habían


sido compañeros durante dos años. No había traído a Dorm con él cuando
había llegado aquí como un favor a Zeus para aclarar el caso del corredor
de apuestas. Sabía que los shifters vivían en Pride Pack Valley y no quería
exponerlos.

Esto en cuanto a tratar de mantener su secreto.

Ahora se les ordenó ir allí. Tony trataría de hacer su mejor esfuerzo


para mantener a Dorm en la oscuridad acerca de los shifters que vivían allí,
pero capturar a la mente styre era su primera prioridad. Tener a alguien así
suelto era peligroso, más peligroso que Dorm descubriera que alguien más
que los seres humanos habitaban la tierra.

Tony condujo hasta Browlers, adentrándose en un camino estrecho,


con un Nissan rojo, situado delante de un garaje para un solo coche. Las
luces de la casa estaban apagadas. No parecía que hubiera nadie en la casa.
Tony bajó del coche, cerrando la puerta detrás de él. No tenía una foto del
hombre que buscaban o incluso cuál era su nombre, pero Tony quería
comprobar las cosas.

Colocando su mano cerca de la Glock, la cual estaba asegurada en la


funda sobre los hombros, Tony caminó lentamente hacia la puerta. Si el
sospechoso era uno de los controladores de la mente, no estaba seguro de
que un arma de fuego fuera a ser suficiente. Pero tenía su reserva, una
pequeña pistola Star en la funda de su tobillo.

Dorm llamó a la puerta de entrada cuando Tony se deslizó alrededor


a la parte de atrás. Echó un vistazo alrededor de la cerca de alambre, al ver
que el patio estaba tan oscuro. Tony empujó la pequeña puerta para abrirla,
pero el metal crujía, sonando como una banda de música que venía
directamente hacia el patio.

Tony, en silencio, se acercó a la puerta de atrás, y se quedó quieto. El


candado estaba roto, y la puerta estaba colgando en mitad del camino
abierto. Parecía como si alguien utilizara la fuerza para romperlo.
Sacó su Glock y poco a poco se movió al interior, comprobando la
pequeña casa. Se reunió con Dorm en la sala. —No hay nadie aquí.

Como para capturarlo en la rutina del primer día.

Tony revisó el dormitorio, rebuscando los cajones, tratando de


encontrar una pista en cuanto a quién vivía aquí.

—Hey, tengo unos papeles aquí con el nombre de Cal Winters. —


Dorm se mostró optimista.

Tony encontró algunos mensajes y suspiró. —Y tengo algunos


correos aquí para un Logan Albinster.

—Bueno, lo hemos reducido a dos nombres. Eso debería hacer las


cosas un poco más fáciles, —dijo Dorm mientras lanzaba los papeles que
había sobre una mesa en la sala de Logan.

Tony sabía mejor. Por el aspecto de la puerta de atrás, las cosas


estaban a punto de ponerse más duras. No tenía ni idea de dónde mirar o de
quién podría posiblemente haber irrumpido en este lugar. ¿Fue el
sospechoso secuestrado o asesinado, o había sido el único en hacer el daño?
Tony no estaba seguro, pero sabía que iba a estar de vuelta aquí.

—Vamos a empezar a movernos. —Arrojó el correo a un lado y se


dirigió a la puerta. Tony percibió un movimiento desde el rabillo del ojo y
tuvo su Glock apuntando en menos de un segundo.

—¿Tony? —Dorm dijo su nombre inquisitivamente mientras estaba


congelado en la sala de estar—. No hay nada allí, hombre.

Tony parpadeó, viendo sombras alrededor de la casa. No había


ninguna luz encendida, pero sabía que vio algo. No se asustaba fácilmente.
Miró a su alrededor las sombras delgadas otra vez, focos de luz suavizaban
los bordes de la oscuridad de las farolas en el exterior. Metió la pistola de
nuevo en la funda y gruñó mientras se dirigía hacia la puerta.

—¿Estás bien? —preguntó Dorm mientras caminaba hacia el


coche—. Nunca te he visto tan nervioso antes.
Eso fue porque Tony nunca había intentado disparar a una maldita
sombra antes. ¿Qué demonios estaba pasando aquí? Las cosas no
encajaban, y a él no le gustaba. Tony condujo hasta Pride Pack Valley,
llegando después de la medianoche. Había un pequeño motel en las afueras
de la ciudad donde él y Dorm se registraron. Tomaron habitaciones
separadas y, Tony con gusto se fue a la suya. Le ardían los ojos y estaba tan
condenadamente cansado.

Deslizando su arma bajo la almohada, Tony se acostó y cerró sus


ojos. Había pensado en llamar Rave al llegar a su habitación, pero era tarde
y todo lo que Tony quería ahora era dormir un poco.

Los ojos de Tony se abrieron, deslizando la mano bajo la almohada.


Agarró su arma y la sacó de su escondite. Echó una mirada al reloj para ver
que eran pasadas las tres. La habitación estaba bañada en oscuridad, las
cortinas cerradas firmemente.

—He oído que estás buscándome.

Una ola tan sutil, tan acariciadora envolvió la mente de Tony. La olas
eran suaves, reconfortantes, como estar en los brazos de su madre. Él
estaba allí sintiendo como si realmente no quisiera trabajar en este caso y
necesitara simplemente cerrarlo. No había tal cosa como controladores de
la mente, ni cosas como mentes styre.

Tony luchó contra la invasión en su mente, sabiendo que lo que


pensaba era equivocado. Sabía lo que la persona en su habitación del motel
estaba haciendo, pero Tony se sentía impotente para detenerlo. La
necesidad de alejarse era fuerte, y el dolor en su cabeza era cada vez peor,
como si la sombra en su habitación supiera que Tony estaba peleando.

Tony rodó de la cama, apuntando con su arma a la oscuridad. Dejó


que sus ojos se adaptaran a su entorno, pero, cuando los lanzó a su
alrededor, no vio a nadie.

Pero podía sentirlo. Podía sentir su presencia en algún lugar del


cuarto, mirándolo, burlándose de él.

Cuando Tony miró alrededor de la habitación del motel, sus dedos


empezaron a temblar sin control, doblando la muñeca con torpeza, cuando
la pistola lentamente comenzó a girar. Tony apretó los dientes mientras
trataba de liberar su arma de fuego, para dejarla caer, pero no importa lo
duro que trató de abrir la mano, no podía.

Era como si una fuerza invisible le estuviera ayudando, guiando su


mano y aplicando tanta presión que podía sentir latir sus sienes con
esfuerzo.

Su brazo se levantó lentamente, y el cañón de la pistola presionó con


fuerza en la sien de Tony, recordándole el poder detrás del acero. Luchó
por respirar, luchó por conseguir alejar la maldita cosa de su cabeza.
Sudaba copiosamente mientras miraba alrededor de la habitación, rezando
para que su dedo no tirara del gatillo.

Una mano se enroscó alrededor del cuello de Tony y Tony se dio


cuenta con horror que era su propia maldita mano.

Pero podía sentir que alguien estaba parado detrás de él y no había


una maldita cosa que pudiera hacer. Estaba tan jodidamente indefenso e
impotente para detener a la persona. Sus dedos se clavaron en la tráquea,
por lo que hacía casi imposible que Tony respirara cuando la presión subió.
Se quedó allí estrangulándose a sí mismo con una pistola en la cabeza. Esta
no era una de sus mejores noches.

—Podría matarte ahora mismo o hacer que te volaras los sesos, y


nadie verdaderamente sabría lo que pasó aquí —dijo el hombre desde un
rincón oscuro. Tony podía escuchar la nota de diversión cuando su dedo se
deslizó al lado del gatillo, burlándose de él, haciendo que Tony creyera que
iba a pegarse un tiro él mismo. Llegó a estar mareado, puntos blancos
estallaron a su alrededor por falta de oxígeno, cuando sus dedos mantenían
su férreo control sobre su cuello.

—Vuelve de donde viniste, o la próxima vez no te detendré. —Unos


segundos más tarde se abrió la puerta, el aire de la noche derramándose
dentro. Tony alcanzó a ver la cara del hombre cuando la barata iluminación
amarilla de fuera salpicó en su habitación y enmarcó al hombre en un suave
halo.

Aba.
Los ángulos profundos de su cara estaban medio ocultos en las
sombras, cuando sus ojos volvieron a mirar a Tony. Eran ojos sin alma,
ojos que decían que Aba haría exactamente como había prometido si Tony
no se retractaba.

Algo que Tony no planeaba hacer.

Sus dedos aflojaron su arma de fuego, y el brazo de Tony cayó inerte


a un lado de su cuello. Cayó al suelo, jadeando. Respirando con dificultad
para que más aire se acercara. La piel de su cuello quemaba desde donde
sus uñas habían cavado en la carne, y su garganta se sentía en carne viva,
su respiración irregular. Tony estaba a cuatro patas, forzando el aire a sus
pulmones, cuando la puerta se desvió para cerrarse. Las lágrimas corrían
por su rostro de la pura presión que había sido ejercida, su cabeza se sentía
como si fuera a explotar.

¿Con qué diablos estaba tratando? El archivo había dicho que Aba
había cometido asesinatos múltiples, pero todos parecían suicidios. Tony en
realidad no le había dado demasiado crédito a esos informes, pero
rápidamente iba a cambiar de opinión.

Su mano se acercó, rozando su cuello cuando Tony de nuevo bajó


sobre sus rodillas, pistola todavía en mano. Miró hacia la puerta, pero
estaba cerrada y la sensación de que alguien lo miraba en la oscuridad se
había ido. Tony se sentó de culo, la espalda apoyada en la cama mientras se
preguntaba cómo iba a capturar a alguien que podía hacerle querer alejarse
y olvidarse de este caso.

Menos mal que era un terco hijo de puta que nunca se rendía.

Tony miró a su Glock. Solía ser un sólido, reconfortante peso en la


mano, pero ahora sólo lo veía como una herramienta que Aba utilizaba en
su contra. Finalmente, se puso en pie, tambaleándose un poco.

Se sentó al lado de su cama, mirando el arma que había disparado


muy pocas veces en los últimos años, y se preguntó si la próxima bala sería
introducida en su propia cabeza.
La idea era preocupante, pero Tony no iba a salir corriendo y
permitir que Aba quedara impune. Si Tony tuviera miedo con facilidad, no
habría llegado tan lejos como lo hizo en su carrera.

No, para bien o para mal, Tony estaba en esto hasta que el trabajo
hubiera terminado.

Despierto ahora, Tony agarró el archivo que tenía de las mentes styre
y comenzó a estudiar minuciosamente las notas de nuevo. Tomó el
pequeño bloc de notas y la pluma de la mesita de noche con el monograma
del motel y comenzó a hacer sus propias notas. Eran más allá de las seis
cuando acabó de memorizar todo en el archivo. Bostezó, con el estómago
rumiando al mismo tiempo, dejando que Tony supiera que era hora del
desayuno. Metió el bloc de notas del motel en el interior de su chaqueta y
se levantó, agarrando el archivo para almacenar en el maletero del coche.

Dorm llamó a su puerta después de las siete. Tony se duchó y estaba


listo para funcionar.

Los ojos de Dorm se abrieron cuando entró en la habitación de Tony.


—¿Qué le pasó a tu cuello?

Tony había visto la aparición de moretones en el espejo después en


su ducha. Las huellas eran claras y de un color morado oscuro, feo. No
había que negar que había sido estrangulado. —Me estrangulé yo mismo.
—Dijo la extraña verdad, con la esperanza de que Dorm lo dejaría ir.

Las cejas de Dorm se fruncieron mientras permanecía de pie en el


cuarto del motel de Tony, mirando desde el cuello hasta los ojos. —¿Por
qué hiciste eso?

Ahí estaba su esperanza.

Tony deslizó su chaqueta, encogiéndose de hombros, sabiendo que


no había manera de que pudiera ocultar los moretones. —Tuve una última
visita la pasada noche. Aba me advirtió que me alejara del caso, me
estranguló como la mierda con mis propias manos para demostrar su poder.

—¿Estás bromeando? —Dorm miró boquiabierto a Tony con un


destello de ira en sus ojos. Su labio gruñó de nuevo mientras miraba a Tony
y luego volvió a echar un vistazo a la puerta del motel, como si Aba
todavía estuviera de pie allí—. ¿Y no le pegaste un tiro?

No había manera de que Tony dijera a Dorm que casi se disparó a sí


mismo en la cabeza con su propia maldita arma. Eso era algo que un
hombre nunca compartía. Hablar acerca de patear el orgullo de alguien en
las gónadas. —Estaba muy ocupado tratando de respirar. Es un poco difícil
disparar cuando estás a punto de desmayarte por la pérdida de sangre en tu
cerebro. —Y así fue.

—Tienes razón. —Dorm no se veía muy feliz, como si el


pensamiento de alguien asfixiándole le dejara un mal sabor en la boca.
Tony sabía cómo se sentía.

—Vamos a desayunar, y podemos empezar a cuestionar a la gente.

Tony guardó el archivo bajo el brazo, cerrando la puerta detrás de él.


Condujeron a Pride Pack Valley, en dirección al bar de Theo. Tony sabía
por la última vez que estuvo aquí que el bar de Theo servía desayunos.

Golpeó los frenos justo a un bloque de Theo cuando atrapó la visión


de un cuerpo en un callejón, y el asesino justo al lado de él. Tony saltó del
coche, tirando de su arma mientras la levantó y corrió hacia la boca del
callejón. —No te muevas.

El hombre lo miró y entornó los ojos y sus caninos expuestos. ¿Era


un shifter? No se parecía a ningún shifter que Tony hubiera visto alguna
vez. Quería mirar abajo al cuerpo en el suelo, pero no se atrevió a apartar
los ojos del hombre de pie mirándolo como si Tony estuviera
entrometiéndose.

Dorm estaba fuera del coche, con el arma en alto y venía detrás de
Tony cuando Tony miraba boquiabierto al sospechoso alejarse volando.
¿Volando? ¿Estaba realmente volando? Miró a su alrededor para ver si Aba
estaba cerca en algún lugar. Tal vez este era otro truco de la mente. Tenía
que ser.

Los hombres simplemente no salían jodidamente volando lejos de la


escena del crimen.
—Ponme con el sheriff al teléfono, —dijo Tony a Dorm mientras
cuidadosamente caminaba por el callejón, con los ojos explorando
cualquier otro ‘vuelo’ de hombres. Cuando vio que el callejón estaba
despejado, Tony comprobó a la víctima.

Se quedó sin aliento cuando vio fango negro que salía de la herida
del cuello del hombre. ¿Sólo qué carajo estaba pasando por aquí? Tony
tenía una sensación de que había entrado en algún tipo de mierda en esta
ciudad. Había más que un simple controlador de mentes dando vueltas, e
iba a llegar al fondo de las cosas.

Dio un salto hacia atrás, cuando los ojos del hombre derribado
estallaron abriéndose, y luego se apresuró a ponerse de pie, corriendo desde
la calle con un maldito cuchillo todavía incrustado a un lado de su cuello.
Ah infierno. Iba a volverse loco en el momento en que concluyera el caso.
Podía sentirlo.

—El sheriff está en camino. —Dorm caminaba por el callejón, su


arma en su costado mientras miraba a su alrededor. Tony estaba todavía de
rodillas, sintiéndose un poco desorientado.

—¿Qué está pasando? —preguntó Dorm mientras miraba


alrededor—. ¿Por qué saltaste del coche y me dijiste que llamara al sheriff?

Dorm no había visto a los hombres en el callejón. Había estado


detrás de Tony. Mierda. Ahora iba a tener que decirle al sheriff lo que
realmente vio, o decirle que se trataba de una falsa alarma. Tal vez tenía
que ir a hablar con el Alfa de la manada de lobos grises que vivía aquí. Las
cosas estaban simplemente llegando a ser demasiado malditamente
extrañas para decirlo con palabras.

Las sirenas sonaron cuando el sheriff se acercó a la parte delantera


del coche saliendo a la luz cuando el sonido de fuertes pisadas vino hacia
ellos. Tony se quedó de pie, quitando el polvo con su mano en sus
pantalones mientras enfundaba la pistola. Dorm guardó la suya también.

El sheriff Jesse DeKalb apareció a la vista, su pistola fuera y sus ojos


buscando. —¿Qué está pasando, agente Monroe?

Ojalá lo supiera.
—Falsa alarma. —Le destripó por dentro decir esas palabras cuando
no eran ciertas. Y sabía que Jesse era un shifter, lo que significa que
probablemente podría oler la mentira. Los lobos grises tenían un sentido
muy agudo del olfato.

—¿Falsa? —Jesse miró fijamente con ojos interrogantes y, a


continuación miró hacia donde estaba Dorm de pie. Comenzó a darse
cuenta en la percepción de sus ojos mientras asintió con la cabeza. Jesse
sabía que Dorm era un ser humano. Sería capaz de olerlo, lo cual
significaba no hablar sobre la mierda extraña paranormal frente al ser
humano que no tenía conocimiento de que existían los shifters.

—¿Qué crees que has visto?

Tony sabía que Jesse no podía sólo alejarse. Tenía que desempeñar el
papel ante el agente Dorm. Pero Tony también sabía que se explicaría más
adelante con el sheriff cuando Dorm no estuviera cerca.

—Me pareció ver un cuerpo, pero debo haber estado viendo cosas.
—Maldita sea, si no se sentía poco convincente diciendo eso. Tony nunca
imaginaba cosas.

Incluso sabía que había estado alguien en casa de Logan y Cal


cuando él y Dorm estuvieron allí ayer por la noche. Apostaría su último
dólar en ello.

Jesse miró a su alrededor, dando a Tony una mirada poco sutil en el


camino. —No hay nada aquí, —dijo por encima del ayudante Hanes—.
Falsa alarma.

Tony quería salir de allí. Odiaba sentirse como un idiota, sobre todo
cuando no lo era. De una forma u otra, Tony iba a descubrir qué infierno
estaba pasando en Pride Pack Valley.
Capítulo Cinco

Logan entró en el Bar and Grill de Theo. Había una barra en forma
de herradura en el centro, cabinas que salían a la izquierda, mesas y sillas
esparcidas por el suelo de madera oscura. Localizó una mesa de billar
detrás de la fila de cabinas y televisores de pantalla plana espaciados en
varios lugares. La mayoría de los bares estaban en penumbra, un lugar de
refugio para los que iban en busca de consuelo, pero el bar de Theo estaba
iluminado moderadamente, no brillante, pero lo suficiente para ver a la
gente a su alrededor.

Copas de vino colgaban sobre la barra, botellas de licor se alineaban


en las estanterías, y cuencos se dispersaban desde un extremo de la barra
superior a la otra con frutos secos, pretzels y servilletas apiladas a un lado.
Sin embargo, Logan podía oler el aroma salado del bacon en el aire, patatas
fritas caseras y panqueques también. Maldita sea si no hacía gruñir a su
estómago, pero nunca había sido realmente una persona de desayuno.

Logan se dirigió a la barra, tomando asiento en uno de los taburetes.


Rave estaba con él, hablando con algunas personas que lo habían parado en
la puerta. Logan miró a su alrededor, al ver a un camarero ocupado en la
parte derecha de la barra. Miró hacia atrás para asegurarse de que Rave no
le estaba mirando y luego se concentró en el camarero, mentalmente
empujando el pensamiento de apoderarse de Logan y servirle la cabeza del
chico.
Buscaba hacerle daño al hombre, pero Logan tenía condenada
curiosidad por ver si podía hacerlo. Simplemente no parecía real que
pudiera realmente controlar las mentes. Logan se quedó sin saber qué decir
ante la idea, y ¿quién no querría poner a prueba sus límites, si supiera que
podían controlar las mentes?

El camarero se alejó del cliente que había sido servido, la señora


mirando indignada al camarero mientras se abría camino hacia Logan. —
¿Qué puedo hacer por ti?

Logan se sentó sorprendido por un momento. Lo había hecho ayer en


la oficina de Zeus, pero al ver que funcionaba en los humanos, también...
wow. Bueno, así que asumió que el hombre era un humano, pero había
funcionado. —Quiero un zumo de naranja. —Después de todo, eran sólo
las ocho de la mañana.

El hombre asintió y trajo Logan un alto vaso de frío zumo. Sintió un


apretón de mano en la parte posterior de su cuello, y luego la cara de Rave
entró en su punto de vista, una mirada de desaprobación en su rostro. —
¿Pensé que hablamos de esto?

—Tú hablaste de esto, —dijo lo suficiente casual mientras sorbía su


zumo. Se dio cuenta de una luz palpitar en su cabeza, pero nada en
comparación con lo de ayer. Tal vez Logan fuera cada vez más fuerte,
mejor para controlar la mente y que no le hiciera débil y vulnerable
después.

—¿Crees que es correcto hacer que la gente haga lo que tú quieres,


restando su libre albedrío? —La pregunta se habló lo suficientemente bajo
para que sólo Logan la escuchara, pero no oyó la censura en la voz del
chico. Ahora Logan se sentía como una mierda por mentalmente hacer que
el camarero consiguiera su bebida.

—Soy quien soy, Rave. Puedes tratar de detenerme de ser una mente
styre, pero tengo este don por una razón. —¿Por qué tendría esta capacidad
si no puedo usarla? No estaba tratando de hacer cosas malas con ella.
Infierno, Logan no estaba seguro de lo que se suponía que debía hacer con
ello. Pero no usarlo parecía una pérdida para él.
—Entonces tenemos que encontrar una manera positiva para usarlo.
Hacer que alguien haga tu voluntad, sin una opción está mal.

—La vida no es justa. Supéralo. —Logan no era por lo general un ser


despreciable, pero se sentía como si Rave le estuviera derribando. Él no
había hecho daño a nadie. Logan no lo tenía previsto, tampoco. Pero,
¿cómo iba a saber la medida de sus facultades si no las probaba, si no las
ponía a examen?

—Si insistes en usar a las personas como mano de obra esclava,


podemos volver a casa.

—O simplemente me voy a casa. —Logan todavía no estaba seguro


por qué estaba perdiendo el tiempo. La casa de su madre era tan segura
como la casa de Rave. Aba no sabía donde vivía su madre. Y puesto que
Cal era su único amigo, no tenía que preocuparse de que se chivara a
alguien.

—Te estás poniendo difícil a propósito, —Rave acusó mientras


tomaba asiento junto a Logan—. Yo no soy tu enemigo.

—No te conozco lo suficiente como para estar de acuerdo con eso.


—Logan podía ver la frustración en los ojos marrones de Rave, pero como
Logan había declarado, no conocía a Rave. Por lo que sabía, el hombre
podría estar usándole. Logan no sabía en quién confiar. Su vida había
pasado de ser ordinaria y monótona a un viaje a Disney World lleno de
diversión, donde los personajes trataban de comer a la gente. Tal vez no
fuera tan malo, pero estaba muy cerca.

Alguien había intentado hacerle volar... estaba realmente empezando


a sospechar que era Aba... entonces se le dijo que tenía sangre original, y a
continuación, Aba intentó arrebatarle a toda prisa a lo desconocido, en
contra de su maldita voluntad. Ahora estaba sentado aquí con un shifter de
lobo que incluso no sabía a quién estaba indicando que Logan podía confiar
en él.

¡Ni hablar!
Rave negó con la cabeza, como confundido por la desconfianza de
Logan. —Sé que no me conoces muy bien, pero por mi honor que nunca te
haría daño.

—Una vez más, no te conozco, amigo. —Logan bebió hasta lo


último del zumo de naranja y colocó el vaso vacío abajo en la barra, viendo
que tenía pulpa pegada en el interior cuando miró a su alrededor.

Logan contuvo el grito de asombro cuando su visión se volvió


borrosa por un momento, y luego las imágenes comenzaron a formarse en
su cabeza. Echó un vistazo a un par sentado en una cabina, pareciendo
bastante agradables mientras comían. Pero Logan podía ver las imágenes
nadando frente a él de la mujer que estaba embarazada y el hombre que la
estaba engañando innumerables veces. El hombre era paranoico, también,
poniendo en duda que el niño fuera suyo, incluso. Logan parpadeó unas
cuantas veces y luego se secó los ojos con las palmas de sus manos. ¿Cómo
demonios sabía eso?

Echó una mirada al vientre de la mujer, pero ni siquiera vio el más


pequeño bulto para demostrar que estuviera embarazada, pero de alguna
manera sabía que lo estaba.

Su mirada se volvió a la siguiente cabina ocupada. Un hombre estaba


sentado solo, bebiendo lo que parecía ser zumo de manzana, o tal vez
cerveza, mientras observaba algo en una de las televisiones. El hombre
vestía un traje azul oscuro, un sombrero a juego, y tenía puestos zapatos de
charol marrón. Del tipo de suela blanda. La visión de Logan nadó de
nuevo, y él podía ver al hombre en traje azul robar dinero del plato de
ofrendas de la iglesia.

Era como si pudiera ver todos los pequeños secretos oscuros


mientras miraba alrededor de la habitación. Logan se asustó de ver a Rave,
temeroso de lo que iba a ver. Tanta bronca le estaba echando el hombre,
que a Logan realmente le gustaba el tipo. No tenía a nadie en quien
realmente pudiera confiar aparte de Cal, y aunque no conocía a Rave, o su
motivos, ¿con quién más contaba en este momento? Cal era un buen tipo,
pero era inútil en este lío. Y para ser honesto, Logan no conocía a Cal tan
bien tampoco. Seis meses no es tiempo suficiente para conocer a alguien
como la palma de su mano. Aunque Cal era tranquilo, y estaba ido la mitad
del tiempo, Logan sabía que podía confiar en el hombre.

No estaba tan seguro de Rave.

—¿Hay algo malo? —Rave preguntó.

Logan cerró los ojos mientras inclinaba la cabeza, rezando para no


ver nada oscuro o perverso cuando miraba a Rave. Tomó una profunda y
limpia respiración y luego miró a su derecha, abriendo los ojos para mirar a
Rave.

Nada.

No había imágenes, ni profundos y oscuros secretos. Si las imágenes


que había visto con los extraños eran correctas, entonces podía ver, o no
ver lo que fuera, cualquier maldad que viniera de Rave.

Gran punto para Rave.

Eso le hizo relajarse un poco. Logan no estaba muy seguro de que le


gustara este pequeño truco de los ojos. No quería saber los pequeños
secretos malvados de todo el mundo. Absorbía toda la alegría optimista de
su mundo y lo convertía en un lugar cruel y frío, donde todo el mundo era
ladrón o mentiroso, un hombre malo y un malvado villano. Le dieron ganas
de adentrarse en las mentes de esas personas y obligarles a que hicieran lo
correcto.

Logan sacudió la cabeza. —Todo está bien. —Él sabía que entrar en
sus mentes era injusto, incluso si hacerlo era lo correcto. No podía restar
valor a sus decisiones de esa manera. Bueno o malo, tenían que tomar las
decisiones, no él.

En ese momento, Logan podía ver cómo alguien como él, podía
abusar de los poderes que poseía. Era muy tentador hacer que la gente
hiciera lo correcto, y eso le asustaba como la mierda.

Rave estaba llegando a preocuparse un poco acerca de Logan.


Parecía un poco pálido y sudaba. Sus ojos seguían saltando alrededor del
bar, mirando a todo el mundo. Su lobo quería para aliviar la incomodidad
en la cara de Logan, pero Rave sabía que Logan iba a estar demasiado
receptivo en este momento.

Maldijo por lo bajo cuando localizó al agente Monroe entrar por la


puerta, un hombre grande y pesado tras sus espaldas. Este no era un buen
momento. Sabía que Monroe y Logan necesitaban conocerse, para llegar a
saber el uno del otro, pero con lo que Logan estaba pasando, y la
desconfianza en la que estaba nadando eso iba a ser una tarea difícil.

El agente le miró a los ojos, una leve sonrisa inclinándose en sus


labios mientras encabezaba el camino hacia Rave. Una suave, juguetona
sonrisa, estaba en sus labios sensuales, cuando Monroe se sentó al otro lado
de Rave. Su castaños ojos brillaban cuando Monroe puso un brazo sobre la
barra. —Iba a llamarte esta mañana, Rave.

¿Por qué no le creía eso? Tal vez porque podía oler la mentira. Pero
no sólo eso, Monroe cambió ligeramente los ojos, diciéndole a Rave que,
en verdad, estaba conteniendo la verdad. —¿En serio?

—Voy a ir a buscar un asiento —dijo Logan cuando comenzó a


empujar desde la barra. Podía ver la tensión en la mandíbula de Logan y el
desprecio en sus ojos. Celos. No eran fuertes, pero estaban ahí.

—Toma asiento, Logan —dijo Rave. Logan dudó y luego se sentó,


sus ojos mirando a Monroe como si estuviera tratando de calibrar al otro
hombre. Rave quería gemir. Logan volvió a mirarle, y una mirada
pensativa cruzó su rostro. Sus rasgos relajados, cuando cogió un puñado de
pretzels, actuando como si estuviera ignorando a Rave.

—¿Tu novio? —preguntó Monroe cuando miró a Logan—. No es


una mala elección, lindo.

—Yo no soy lindo —se quejó Logan.

—Tú lo has dicho, no yo —dijo Monroe.

—¿Quién diablos eres tú? —preguntó Logan.

—Tu amistoso vecino hombre araña. —Sonrió Monroe


rigurosamente a Logan.
—Gilipollas.

—Llámame eso después de haber dormido contigo. Sería más


apropiado.

—Basta, —Rave gruñó. Le estaba dando un maldito dolor de cabeza,


y por extraño que pareciera, le encendía. ¿Por qué la agresión entre Logan
y Monroe estaba haciendo que su lobo se pusiera caliente? Rave negó con
la cabeza—. Dejad de dispararos el uno al otro.

¿Era él o podía oler el deseo deslizarse de Monroe y chocar contra...


Logan?

—¿Cuál es tu nombre? —Monroe preguntó en torno a Rave.

—¿Por qué? —preguntó Logan con recelo.

—Sólo por curiosidad.

—Logan.

Rave vio cómo la lujuria y el humor se deslizó de los ojos de


Monroe. Estaban hechos de acero forjado ahora, dando una mirada sin
sentido que era un poco intimidante, incluso para Rave.

—¿Logan Albinster?

La cabeza de Logan volvió a moverse bruscamente, los ojos


desorbitados por la sorpresa. Rave vio con lento horror cómo Monroe
empujó desde la barra y sacó su arma de fuego, apuntando directamente en
el pecho de Logan. —Pon tus manos detrás de la cabeza, y si tratas de usar
tu mente en mí, volaré tu puta cabeza.

Rave vio por el rabillo de sus ojos cómo el hombre que había llegado
al bar con Monroe sacó su pistola y, apuntaba hacia Rave.

¿Qué coño había hecho? —¿Qué estás haciendo, Monroe? —Rave


preguntó mientras se deslizaba cerca de Logan, bloqueando al agente de
disparar a su maldita pareja, pareja de Monroe, aunque el hombre no lo
sabía todavía.
Monroe vaciló y luego gruñó. —Aléjate de él, Rave, o te juro que te
meteré una bala solo por cabrearme.

Rave podía ver a su amigo Taz detrás de la barra, hablando en voz


baja en su teléfono móvil. Seguro como el infierno que esperaba que Taz
estuviera pidiendo ayuda, porque no había forma de que Rave fuera a herir
a Monroe, incluso a pesar de que su pareja había prometido abrirle su
maldito pecho.

—Baja el arma, Monroe, —Rave advirtió mientras se volvía


totalmente hacia el agente, sus caninos desenvainándose—. Ahora.

Monroe ni siquiera parpadeó en el cambio parcial de Rave. Sus ojos


miraban más allá de Rave, pero Rave tenía la sensación de que Monroe
estaba mirándole también. —Yo creo que no.

Rave localizó a Jesse caminando en la taberna, unos cuantos


ayudantes detrás de él. Miró de Monroe al torpe hombre con una pistola
señalando a Rave. —¿Qué demonios está pasando aquí?

—Es asunto del FBI, Jesse.

—¿Qué demonios hizo Rave? —Jesse preguntó cuando se acercó,


lentamente, con cautela.

—No es Rave. Él está en mi maldito camino. Sin embargo Logan


Albinster tiene una orden de arresto contra él.

—Déjame verla, —dijo Jesse, el arma enfundada todavía. Gracias a


Dios por los pequeños favores. Rave habría estado bastante molesto si
Jesse hubiera apuntado su arma a Monroe. Puede que Rave no entendiera lo
que estaba pasando, pero sabía en algún lugar profundo que Monroe no le
haría daño. Rezó como el infierno para que fuera verdad.

—Esto no te concierne, Jesse —dijo Monroe con los dientes


apretados.

—El infierno que no, si estás a punto de disparar contra uno de mis
ciudadanos.

—¡Sal de mi camino, Rave! —Monroe ladró.


—No, —Rave respondió mirando fijamente, los ojos firmemente en
los de Monroe.

—No voy a dejar que dispares a nuestra pareja.

—¿Nuestra qué? —preguntó Monroe, su arma vacilando


ligeramente. Había indecisión en sus ojos, confusión, como si Rave hubiera
hablado otro lenguaje y estuviera tratando de traducirlo en el acto.

—¿Vuestra qué? —Chirrió Logan detrás de él.

—Nuestra. Pareja. —Rave dijo con claridad suficiente para que


Monroe escuchara.

Rave vio a Jesse despejar la taberna, haciendo que todos se


marcharan. No todos los clientes eran shifters. Algunos eran humanos, sin
idea del mundo paranormal que les rodeaba. El único que quedaba que no
tenía idea ahora era el hombre que había entrado en el bar con Monroe. —
¿Quién es el hombre que me está apuntando con una pistola? —Rave
preguntó.

—Mi socio —Monroe replicó, la pistola aún categórica en el pecho


de Rave—. Es un disparo muy certero. Yo me alejaría de Logan si fuera tú.

—Si no quieres que él sepa de nosotros, hazle salir. —Rave advirtió.

—No va a ir a ninguna parte —dijo Monroe.

—Está bien. —Rave se movió con velocidad sobrenatural,


desarmando a Monroe y alejando a Logan de él, al mismo tiempo que el
socio de Monroe disparó su arma. La explosión resonó en la taberna
cuando la bala pasó silbando por la cabeza de Rave, errando salpicar los
sesos por todo el bar. Rave tiró la pistola de Monroe a Jesse y luego
cambió, gruñendo amenazadoramente al socio de Monroe.

—¿Qué demonios? —dijo el hombre que tragaba lo suficientemente


fuerte para que todos lo oyeran—. ¿Qué pasó?

—Atrás, Dorm —Monroe advirtió a su socio.


Rave podía ver que el arma de Dorm estaba señalando todavía a él
con tanto ahínco como una taza de té. El hombre hablaba en serio, aunque
se veía confundido y asustado como el infierno.

—Baja el arma —dijo Jesse. Su voz era paciente y suave.

—No es probable, —dijo Dorm mientras agarraba el arma más


fuertemente.

—Baja el arma, agente Dorm.

Rave se sorprendió al escuchar a Monroe dar la orden. Habría


apostado a que Monroe le habría dicho a Dorm que disparara a su culo
peludo.

—¿Sabes acerca de esto, Tony? —preguntó Dorm.

Ya era jodida hora de que Rave aprendiera el primer nombre de su


pareja. Le gustaba. Logan y Tony. Agradable. Ahora, si podía lograr no ser
disparado, tal vez podría hablar con sus parejas sin un arma apuntando a su
maldita cabeza.

—Lo sabía.

—¿Y no me advertiste? —Dorm en realidad parecía dolido. Si no


hubiera tenido un arma apuntando a Rave, podría haberse sentido mal por
el hombre.

—No es algo que una persona corra de un lado al otro advirtiendo,


Dorm.

—Pero yo soy tu maldito socio.

—Es cierto, —dijo Tony cuando dio un paso hacia Rave, pasando
sus manos sobre la peluda cabeza de Rave. Maldita sea, si Rave no quería
rodar por el suelo y tener a Tony frotando su vientre.

El arma de Dorm comenzó a descender lentamente, terminando a su


lado. —¿Qué está pasando, Tony?
Capítulo Seis

Tony se sentó allí mirando de Rave a Logan y luego otra vez a Rave
de nuevo. —¿Podrías repetir eso? No estoy seguro de captar lo que has
dicho.

Rave suspiró. La taberna estaba despejada de personas. Sólo los tres


sentados en la barra. Dorm había protestado por salir, pero Jesse le había
asegurado que Tony estaba a salvo. Todavía no se iría hasta que Tony le
hubiera dicho que estaba bien.

—Parejas. —Rave dijo mientras agitaba la mano entre ellos—.


Somos parejas.

—Yo no me acuesto con vosotros. —Logan frunció el ceño a Rave y


luego a Tony—. Yo no te conozco, Rave y ese gilipollas de allá trató de
dispararme.

—Te dije que no me llamaras gilipollas hasta después de que te haya


jodido. —Tony dijo, disfrutando del rubor de vergüenza en la cara de
Logan. Era lindo.

—Eso no pasará —espetó Logan.

—Está bien, nada de sexo —dijo Rave— pero necesito saber por qué
infierno apuntaste con un arma a Logan.

Tony sabía que no debería decirle a la población civil sobre el caso,


pero nada tenía sentido real para él por más tiempo. Si Rave y Logan en
verdad eran sus parejas como Rave decía, entonces un montón de cosas
estaban a punto de cambiar en su vida. Tony no estaba seguro de cómo iba
a hacer su trabajo más tiempo. ¿Cómo iba a viajar y tener a dos hombres en
casa?

Esto era demasiado para que lo pensara en este momento, por lo que
sólo apartó a un lado el lío, como con una útil escoba después de una fiesta.

—¿Has oído hablar de Aba? —preguntó.


—Sí, trató de secuestrarme —dijo Logan. Sus ojos mostraban
sorpresa—. ¿Por qué?

—¿Es por eso que la puerta estaba rota? —preguntó Tony.

—¿Has estado en mi casa? —Logan no sonaba muy contento por


eso, así que Tony ignoró su indignación.

—Aba ha estado en el radar del FBI durante algún tiempo. Ha


matado a por lo menos una docena de personas, robó tres bancos, y es
buscado por chantaje.

Rave silbó bajo. —Maldita sea.

—El problema es, que no tenemos ninguna prueba de que matara a


esas personas. Todos ellos parecen casos de suicidio. Tenemos la grabación
de los bancos, que muestran a la cajera sonriendo mientras le entregaba el
dinero a Aba, ninguna nota, ningún arma a la vista. Ni siquiera recordaba
haberlo hecho. Y los cajeros de otros dos bancos dicen lo mismo.

—¿A quién chantajeó? —preguntó Logan, acercándose a la barra


para poder ver a Tony con mayor claridad. Sus ojos estaban muy abiertos,
escuchando atentamente como si Tony le estuviera contando una historia
de fantasmas.

—El director del FBI. El Director Simone no está muy feliz después
de haberle jodido su mente. Aba hizo que Simone creyera que se había
acostado con unas cuantas prostitutas, el jefe de la policía, y el alcalde. Aba
lo estaba chantajeando por diez mil dólares.

—Esa es una cantidad bastante baja para el director del FBI, —Rave
comentó.

El hombre era agudo. —Esa es la parte que estamos tratando de


entender.

—¿Y qué tengo que ver con todo esto? —preguntó Logan.

—Aba llegó a mi hotel a las tres de esta mañana.

La mandíbula de Rave se apretó mientras miraba a la marca de


magulladura en el cuello de Tony. Podía ver al animal detrás de los ojos
Rave, como si quisiera salir y cobrar venganza por dañar a Tony. Los ojos
marrones de Rave se deslizaron alrededor, como si alguien estuviera detrás
de ellos, buscando directamente a Tony. Era un poco espeluznante, en su
opinión. —Me dijo que me olvidara del caso y volviera a casa. Me ahogó
para demostrar que podría hacerlo. El hombre fue muy persuasivo, pero no
me asusté de eso con facilidad. —Tony seguía omitiendo la parte en que
casi se disparó a sí mismo. De ninguna manera, cómo iba decirle a nadie
eso.

—Sin ánimo de ofender, Tony, pero ¿por qué no simplemente no te


mató? ¿Por qué sólo te advirtió? —Rave preguntó—. Si él ha matado a
tanta gente, ¿qué supone otro cuerpo para él?

—Buena pregunta. —Y una que Tony no había pensado. ¿Por qué


Aba simplemente no le había matado? El hombre tenía el poder de hacer
que Tony hiciera lo que él quisiera.

—Todavía no has contestado a mi pregunta, —recordó Logan a


Tony.

—Tú estás en la lista de los buscados por el FBI también, —declaró


Tony rotundamente. No estaba tan seguro de que pudiera arrastrar a Logan
ahora. Dado que Rave había dicho que eran pareja, Tony podía sentir algo
muy profundo agitarse dentro de él. ¿Poder de sugestión? Tal vez. Pero
Tony sabía que era más. Sus padres se negaron a enseñarle acerca de los
shifters ya que no podía cambiar o incluso cosas con sentido, como que los
shifters podían. Infierno, tenía una audición y un olfato, como un ser
humano. Lo habían llamado bicho raro y le trataron como si hubiera sido
un leproso.

Pero sentía esa profunda agitación en sus entrañas, por ambos


hombres. Lo había sentido la primera vez que había dejado a Rave, pero
Tony lo había achacado a la lujuria. Ahora ya no estaba tan seguro.

Logan miró atónito. Incluso, quedó sin aliento. Era dramático y Tony
quiso extender la mano y consolar al hombre, pero mantuvo su distancia.

—Pero yo no he hecho nada malo, —Logan casi susurró, su pequeña


voz, como si fuera un niño pidiendo a alguien que le creyeran que no había
robado la galleta del tarro de las galletas.
—Sí, es cierto, —Rave dijo en voz baja—. Tú naciste mente styre.
Eso es lo único que les importa.

—Nos preocupamos por capturar a un hombre que ha matado a


personas inocentes, que ha robado bancos utilizando su técnica para
controlar la mente, y que sentía que estaba por encima de la ley para que
cualquiera pueda detenerlo. Eso es lo que nos preocupa, —dijo Tony—.
Me dijeron que había otro como Aba. Por supuesto quería atraparlo
también. Yo no sabía que era Logan.

—No es una técnica. —Logan le corrigió—. Es lo que soy, no un


mago con trucos de salón.

Tony, una vez más dejó de lado la respuesta de Logan. —¿Has visto
a hombres que vuelan por aquí? —preguntó. Fue un cambio brusco de
tema, pero Tony estaba cansado de no tener respuestas. Se sentía como si
no estuviera llegando ninguna parte.

—¿Tú has visto uno? —Rave preguntó, pero no parecía sorprendido.


Así que el hombre sabía de ellos. Tal vez por fin podría atrapar una maldita
pista para lo que estaba pasando en Pride Pack Valley. Este lugar parecía
tener más secretos que el Área 516.

—Se llaman bestias aladas por lo que me han dicho, pero nadie
puede ver sus alas.

De ahí que Tony viera a un hombre volando. No había visto las alas,
pero el hombre había volado derechito al cielo como si tuviera un arco
grande entre ellos. —Estaba inclinado sobre un cadáver, un cadáver que se
levantó y corrió hacia mí.

—Ese sería un perro del infierno.

Tony esperó.

6
N de T: El Área 51 es una base militar. Las instalaciones se encuentran ubicadas en
una región sureña de Nevada, cerca de Las Vegas. La instalación no es una base aérea
convencional, En su lugar, parece estar utilizándose para Programas de Acceso Especial
Militar y de Defensa secretos y clasificados, que no son reconocidos públicamente por
el gobierno, el personal militar y los contratistas de defensa.
—Un ser oscuro que parece humano, pero es más peligroso que un
centenar de bombas nucleares estallando dentro de ti. Son letales al igual
que su mordedura. No dejes que nadie por aquí te muerda. —La
advertencia era clara, no sólo por el tono de Rave, sino por sus ojos que
eran duros, brillantes piedras. Rave se volvió hacia Logan quien levantó las
manos, sacudiendo la cabeza.

—Yo no quiero que nadie me muerda.

—Bien.

Tony fue tomado por sorpresa cuando Rave se acercó más, sus labios
pasando cerca de la boca de Tony. —Y para que lo sepas, yo voy a
acoplarme contigo, agente Monroe. Voy a hacerte mío.

Por primera vez en años, Tony tragó con nerviosismo. Vio los ojos
de Rave cambiar y sus caninos extenderse un poco más de lo que ya
estaban. Parecían afilados y amenazantes con la densa iluminación del bar,
pero Tony sabía que sólo le traería un montón de placer si Rave le mordía.
—¿Pensé que habías dicho no morder? —Su voz no tenía la usual
confianza que Tony siempre llevaba consigo. Era baja, llena de deseo y
duda, mezclándose.

—Yo no soy un perro del infierno —dijo antes de retirarse.

—Si vosotros dos estáis a punto de tener relaciones sexuales, puedo


esperar afuera, —Logan se quejó—. No dejes que yo te detenga.

Tony pudo escuchar el pequeño chasquido de celos en la voz de


Logan. —Yo creía que no ibas a tener sexo con nosotros.

—Y no lo voy a tener.

—Mentiroso, puedo ver la lujuria escrita por toda tu encantadora


cara, cariño. —Tony sonrió y luego se echó a reír—. Voy a tenerte en mi
cama, sin embargo, mi pequeño hermoso.
—¿Qué eres, la Bruja Malvada del Oeste7? —preguntó Logan con
sarcasmo.

—Sí, y yo soy Toto. —Rave se rió entre dientes.

—Seguro como la mierda que no eres Dorothy, —se quejó Logan,


sólo haciendo a Rave y a Tony reír más fuerte.

—Vamos, —dijo Rave mientras se deslizaba del taburete—.


Tenemos que dejar que Taz vuelva a tener su taberna.

—¿Sabes algo acerca de Aba? —Tony le preguntó mientras se volvía


de Rave a Logan.

—Sólo que trató de matarme, tal vez, ayer. Salí del hospital, y atacó
el coche en el que iba. Más tarde vino a mi casa y trató de obligarme a ir
con él, diciendo que sólo estaba tratando de protegerme. —Logan se
estremeció—. Si eso es protección... no, gracias.

—Él es fuerte —agregó Rave mientras miraba el hematoma de Tony,


la ira parpadeando en sus ojos—. Mentalmente al menos.

Tony ausentemente se frotó el cuello, poniéndose de acuerdo con


Rave. Los poderes de la mente de Aba habían sido fuertes. Lo
suficientemente fuertes como para hacer que Tony tratara de dispararse a
sí mismo. Quería a ese hijo de puta muerto ayer.

Salieron fuera a la mañana brillante y soleada, el calor se extendía


sobre Tony cuando miró a su alrededor. Las calles parecían desiertas, como
un pueblo fantasma, ni siquiera un coche a la vista. ¿Dónde demonios
estaba todo el mundo?

Dorm estaba de pie en el pasillo, tragando unas pocas veces mientras


miraba la carnicería. No iba a ponerse enfermo. No había manera de que
7
N de T: Alude al libro El maravilloso Mago de Oz, libro de literatura infantil escrito por
Lyman Frank Baum, que narra las aventuras de una muchacha llamada Dorothy Gale
en la tierra de Oz. Con Dorothy, la huérfana protagonista, Toto su perro, El
Espantapájaros, El Hombre de Hojalata y El León Cobarde entre otros personajes.
fuera a vomitar en la alfombra blanca. Había visto cadáveres antes, pero
nada como esto. Parecía como si el marido hubiera cortado a la mujer
aparte, con un cuchillo de cocina. Sabía que estaban casados. Aún podía
ver el anillo de brillantes en el dedo, las piedras brillando limpias, al
margen de la escena horrible.

La llamada había llegado, los vecinos escucharon gritos provenientes


de este casa. Dorm no había querido salir de la taberna, dejar a Tony, pero
Jesse le había invitado a hacerlo también. Dorm no era el único alrededor
de brazos cruzados, por lo que había aceptado la invitación.

Dorm miró a la mujer. Su brazo descansaba a pocos metros de su


cuerpo, su pierna cortada tan irregularmente que parecía que el hombre
había tratado de resistirse. La extremidad estaba colgando de una fina capa
de piel. Tragó unas cuantas veces más. No iba a vomitar.

El marido yacía en un charco de su propia sangre enfriada, el


cuchillo saliendo de su cuello. Se había desangrado. Ninguna persona en su
sano juicio mataría de esa manera. Parecía doloroso como el infierno.

—Conocía a esta pareja —dijo Jesse mientras apoyaba un brazo en


contra de la pared, pareciendo tan pálido como Dorm se sentía—. Eran
novios desde la escuela secundaria. Rick nunca habría matado a Sara.

Sólo quedaba una explicación.

»Aba se está burlando de nosotros, diciéndonos con estos cuerpos


que no podemos atraparlo, detenerlo, —dijo Jesse con los dientes
apretados. No dejaba de mirar al marido, como si por pura voluntad el
hombre pudiera hacer que su amigo se levantara y estuviera vivo de nuevo.

—Tenemos que atraparle. Tengo la sensación de que la cifra de


muertos va a aumentar si no lo hacemos. —El olor de la muerte era denso
en el aire cuando Dorm se encontró tragando de nuevo. Necesitaba aire
fresco—. Tengo que decir esto en el trabajo.

Jesse negó con la cabeza cuando sus ayudantes comenzaron a llenar


la casa. Localizó a Rave, Logan, y Tony que venían por la puerta principal,
pareciendo un poco enfermo, cuando localizó los cuerpos exhibidos para
que todos vieran los detalles macabros. —¿No puede esperar? Tenemos
mucho más que continuar aquí que lo que me importa que el FBI sepa.

—¿Cómo qué? —preguntó Dorm mientras se movía a un lado para


las fotos de la escena del crimen que debían tomarse. El clic de la cámara
de alguna manera hizo que todo en torno fuera más nítido, más centrado, y
endiabladamente mucho más sangriento.

Dorm realmente necesitaba un poco de aire fresco.

—Dejaré que el agente Monroe te explique las cosas —Jesse dijo


antes de salir de su lado.

Logan volvió a correr al exterior después de haber visto los


cadáveres cortados como un asado de sangre en la cena del domingo. Se
inclinó sobre los arbustos en el marco de la ventana del frente y vomitó.
Nunca en su vida había visto un cuerpo muerto, así que ¿por qué el primero
tenía que ser tan horrible?

Sus ojos se humedecieron y su estómago se apretó cuando escupió el


último contenido de su estómago y luego se secó la boca. Logan contuvo su
estómago, sintiendo ira y rabia edificándose dentro de él. Esas personas no
merecían morir, ¿y para qué? ¿para burlarse de la policía? ¿Para que Aba
demostrara lo que podía hacer? Logan sentía ondas de poder correr por su
venas, empujando fuera hacia todos a su alrededor cuando su ira subía,
hirviendo como lava caliente en la ladera de una montaña. Siguió
imaginando la pareja del interior, probablemente, rogando por sus vidas,
rogando por cada una de las vidas de otros.

Su visión se borró cuando el poder que nunca había sentido antes


comenzó a tomar forma, moldeándose alrededor de él, y empujarse a sí
mismo como una explosión de una bombilla. Logan apretó los dientes
mientras quería que Aba muriera, que sufriera de la forma en que la pareja
lo había hecho.

Oyó a alguien gritar, y luego otro, pero Logan estaba consumido por
la rabia. Le comía las entrañas como un monstruo hambriento dentro de él.
—¡No!

Logan fue derribado, su cabeza golpeando la hierba debajo de él,


cuando los sentimientos creciendo dentro de él empezaron a desmoronarse,
disiparse. Su mundo, nadando delante de él, llevando a Logan a un lugar
que nunca había visto antes, agarrándole en su apretado abrazo.

—Vuelve a mí, Logan.

Logan luchó contra la oscuridad, luchó contra la necesidad de


enderezar todo, a todo el mundo, por convertirlos en lo que él pensaba que
deberían ser.

—Logan, vuelve a mí.

Logan sintió la suave caricia de la oscuridad, rogándole que se


quedara, rogándole que hiciera de lo feo bonito, de lo malo bueno. Gritó,
luchando contra el negro control que tiraba de él, rodeándolo con una falsa
sensación de comodidad y calidez.

Era una mentira. La oscuridad lo quería usar, reclamarle para su


propias necesidades bestiales. Logan no iba a ir voluntariamente. Hoy no.

—¡Logan!

Logan luchó por respirar, luchó por volver a Rave, a Tony. No estaba
seguro de por qué los dos eran su principal objetivo, pero se aferró a ellos,
presionó contra sus imágenes cuando la cortina oscura gradualmente
comenzó a levantarse, lentamente le permitió salir.

Sus ojos se abrieron mientras tomaba un largo suspiro en sus


pulmones. Su ojos quemando y su corazón acelerado, Logan vio a Rave y a
Tony junto a él, aferrándose a él.

—Este lado —dijo Rave cuando sus ojos marrones se asomaron a


Logan—. Siempre vas a caminar por este lado, conmigo, con nosotros.

Logan gimió cuando la mano de Tony acarició el lado de su cara,


trayéndole calor que no era falso, no era mentira. Estaba tumbado sobre el
suelo, con los ojos hacia el cielo iluminado cuando Rave y Tony estaban a
cada lado de él, manteniéndolo seguro.
—¿Qué pasó? —preguntó Logan al tragar, el sonido audible mientras
las lágrimas rodaron por los lados de su cara. Eran calientes, húmedas, y
bienvenidas. Eso significaba que ya no estaba en la oscuridad, no más
lucha contra la seductora llamada.

—Quitaste de en medio a la mitad de la fuerza policial —dijo


Tony—. Hiciste que los shifters cayeran de rodillas, agarrándose la cabeza.
¿Qué les hiciste, Logan?

La pregunta no le estaba acusando. Era suave, pero firme.

—No sé, —confesó Logan—. Vi los cuerpos y la ira sólo se hizo


cargo.

—Así que ahora sabemos que la ira es uno de los factores


desencadenantes, —Rave dijo después de rodar a su lado, usando sus
brazos para alejarle del suelo. Tony se quedó también, ambos hombres,
bajando para ayudar a Logan a levantarse. Miró a su alrededor, viendo a los
policías tambaleándose sobre sus pies también.

Logan quería pedir disculpas a todos a su alrededor, pero no confiaba


en su voz. Sentía las puertas cerrarse dentro de su cabeza, como si el poder
se desconectara de él, por el momento. Logan se estremeció, rezando para
que nunca dañara a nadie, sin querer o de otra manera.

—Vamos a volver a mi casa, —dijo Rave mientras ayudaba a Logan


a caminar hacia el coche—. Necesitas descanso.

Como si las palabras fueran pronunciadas con magia, un dolor de


cabeza comenzó a latir bajo su cráneo, y sus miembros comenzaron a
temblar y a sacudirse con una profunda necesidad de descansar. Logan no
protestó cuando Rave y Tony le llevaron al coche y luego le condujeron de
vuelta a la casa de Rave. Se sentía inconsciente, desenfocado, y agotado.

Rave lo llevó a su dormitorio y tumbó a Logan, extendiéndose junto


a él. Tony se arrastró hacia el otro lado, presionando su pecho en la
espalda de Logan.

Logan cerró los ojos, rezando para no ver a la pareja muerta en sus
sueños.
Capítulo Siete

Tony dejó el teléfono a un lado, suspirando profundamente después


de su conversación con el Director Simone. Si no detenía a Aba pronto, -
parar los asesinatos- esta ciudad se llenaría de agentes. Esto no era algo que
una ciudad de shifters quisiera cuando deseaban mantener su existencia en
secreto.

Volvió la cabeza, viendo a Logan dormir y a Rave mirar a Tony con


atención. Rave le había dicho que los tres eran pareja. Sabía lo que eran las
parejas. Sus padres habían sido pareja. Pero Tony nunca había pensado que
encontrara la suya. Nunca pensó que tuviera una, y mucho menos dos.

Tony había pensado que con sus genes ocultos, eso nunca sucedería.
Pero he aquí que estaba en la cama con dos parejas.

Dos parejas que hacían que su sangre cantara de deseo.

—Puedo oler tu lujuria, —Rave dijo mientras se acurrucaba a su


lado, sosteniendo su cabeza en su mano. Sus ojos marrón cobrizo miraron a
Tony, un toque de humor y una acumulación de lujuria en sus
profundidades. Podía ver el lobo de Rave detrás de sus ojos, mirándole,
esperando. Tony salió de la cama, caminando por el otro lado, y luego cayó
a sus rodillas, presionando la palma de su mano sobre la erección de Rave.
Nunca había sido tímido cuando se trataba de sexo, y Tony no iba a
empezar ahora.

Rave gimió mientras miraba a Tony. Los marrones ojos parecían


sangrar en los blancos, poniéndose cada vez más oscuros, más hambrientos.
Rave estaba viéndolo más de cerca.

Con un rodar de su cuerpo, Tony sacó a Rave de la cama, ambos


cayendo hacia atrás hasta que Tony cayó encima del hombre de cabello
oscuro, sus ojos brillaban ahora con deseo y necesidad. Rave alcanzó a
tocar la cara de Tony, pero agarró las muñecas del hombre, encerrándolas a
cada lado de su cabeza. Fue un movimiento poderoso, sencillo y simple,
pero eficaz. Rave no se movió.
Tony se inclinó hacia adelante, inhalando el olor de Rave de la
clavícula a la oreja, tomando el puro aroma del hombre. Puede que no
tuviera la capacidad para oler a su pareja, pero oler a Rave estaba
endureciendo su polla. A Tony le encantaba el olor del hombre, era adicto a
su sabor. Sus piernas cambiaron, atrapando a Rave entre sus muslos
mientras se inclinaba hacia atrás, dándose a sí mismo el suficiente espacio
para mirar al tipo hacia abajo.

—Hueles comestible. —Sonrió y luego se inclinó hacia adelante para


pellizcar a Rave en la mandíbula—. Simplemente comestible. —Podía
sentir los pequeños jadeos de la respiración de Rave haciendo cosquillas en
la mejilla. El aliento de su pareja salía entrecortado, suave, sin embargo.

—Entonces cómeme, —respondió Rave. No había humor en la


solicitud, sólo pura necesidad que nadaba sobre Tony mientras la piel
corría por su desnuda carne. Se estremeció y luego pellizcó a Rave en el
labio inferior.

—Tengo la intención.

Las muñecas de Rave se movieron, tirando de Tony para ser


liberado. Tony se alejó. Rave deslizó sus manos bajo la camiseta de Tony,
frotando su espalda. Tony se estremeció. Rave deslizó la camisa arriba
hasta que sus manos se levantaron, tirando de ella hacia arriba y sobre la
cabeza de Tony. Levantó los brazos y dejó que Rave lo desnudara. Rave
tiró la camiseta a un lado, cayó al suelo sin hacer ruido, y luego Rave pasó
las manos por el pecho de Tony, su pulgares jugando en sus pezones.

Un trazo de lujuria disparó en la ingle de Tony, por lo que su pene


palpitó con los latidos de su corazón, cuando los caninos de Rave se
deslizaron lentamente hacia abajo. Tony se inclinó hacia adelante,
empujando contra las manos de Rave, obligando su camino a la garganta de
Rave mientras pellizcaba el tatuaje en el cuello del hombre. Nunca había
preguntado qué significaba el símbolo. Tony había visto un montón de
lobos en este casa con el tatuaje en el cuello, pero no iba a preguntar. Esa
era decisión de Rave si quería decirle a Tony.

Los dedos de Rave se apretaron en los pezones de Tony,


exprimiéndolos, rodándolos entre sus dedos. El placer de las manos de su
pareja se acumuló en el cuerpo de Tony, haciéndole temblar con la
necesidad cuando su lengua serpenteó, lamiendo un camino desde un lado
del cuello de Rave al otro.

Las manos de Tony se deslizaron por los brazos de Rave, dando


vueltas alrededor de las muñecas de su pareja, aplicando la más ligera
presión mientras se apretaba su pecho más duro en las manos de Rave.
Rave se resistió por debajo de él, el marrón en sus ojos sangrando hasta que
no eran más que dos orbes cobrizos. El lobo de Rave estaba cerca,
observando el rostro de Tony con encanto.

Cambió el peso, presionando su cuerpo hacia abajo hasta que pudo


rozar suavemente el cuello de Rave, y luego se echó hacia atrás, tirando de
la camisa de Rave liberándola de su cuerpo. Tony necesitaba pura piel,
desnuda. Su carne necesitaba carne. Tony frotó sus pechos juntos, sintiendo
el cuerpo sensual y duro debajo de él.

—¿Estás frotando tu aroma por todo mi cuerpo, marcándome? —


Rave preguntó, esta vez el humor flotando alrededor de sus palabras.

Tony no se había dado cuenta de lo que había estado haciendo.


Ahora que pensaba al respecto, nunca se había frotado todo alrededor de
cualquier otro hombre antes. Siempre había sido duro, rudo sexo, casi
animal, pero nunca se había frotado sobre nadie.

—Tal vez lo estoy. —Tony miró hacia abajo al bronceado y


reluciente pecho. Era delgado, fuerte y, maldita sea, casi perfecto. Había
unas pocas cicatrices aquí y allá, pero nada en detrimento de la forma
esculpida en que Rave estaba formado. Sus manos recorrían la carne
desnuda, sus uñas raspando ligeramente, pequeñas manchas rojas aparecían
en el camino—. Tal vez lo estoy, —repitió más lentamente esta vez.

Al mirar abajo al cuerpo de Rave, justo encima de donde Tony


estaba sentado, vio la línea de la erección de Rave. Estaba lleno,
ampliamente alargado, y dejaba poco a la imaginación. Tony liberó el
botón de los pantalones de Rave, tirando de la cremallera hacia abajo hasta
que vio la cabeza húmeda de la polla de Rave asomando.

Miró a su pareja, la mirada fija en los profundo pozos marrón s


mientras serpenteaba la mano en los pantalones vaqueros de Rave y
masajeó la carne caliente. Fue duro, pero se sentía como seda líquida bajo
sus dedos con el pre-semen cayendo sobre los dedos de Tony.

Levantando la mano a la boca, Tony chupó los dedos, el sabor


rodando sobre sus papilas gustativas como el néctar de una abeja. Gemía,
lamiendo cada dedo para limpiarlo antes de que tirara de la cinturilla de los
pantalones de Rave, persiguiendo que el material bajara del cuerpo de Rave
hasta que pudo tirar la tela a un lado.

Rave estaba increíblemente desnudo ahora, expuesto a los ojos


apreciativos de Tony. Se empapaba del hombre mientras apartaba los
muslos de Rave. Rave no dudó. Separó las piernas, haciendo gala de la
cosa más sexy que Tony había visto en su vida. El cuerpo del un hombre
era una pieza escultórica de arte para Tony, tan perfecto, tan exótico. Se
encontró deseando frotar su aroma sobre Rave de nuevo.

Tony no estaba seguro de lo que estaba pasando con eso, pero el


impulso era muy fuerte, obligándolo a inclinarse hacia adelante hasta que
su estómago estaba tocando la erección de Rave. Se frotó el cuerpo sobre la
longitud de Rave, sintiendo el pre-semen arrastrarse sobre su piel.

—¿Marcándome otra vez? —Rave preguntó, su voz se envolvió


alrededor de Tony, tocándole en el más perverso de los lugares. Tony
sonrió mientras empujó su cuerpo hacia abajo en la longitud de Rave hasta
que su cabeza estaba incluso con la polla babeante de Rave.

—¿Tienes un problema con que te marque?

—En absoluto, —respondió Rave cuando sus manos presionaron en


la alfombra a cada lado de su cuerpo—. Me gustara llevar tu aroma con
orgullo.

Tony pasó la lengua por un camino hasta la polla de Rave, la lengua


circulando alrededor de la cabeza mientras miraba a su pareja verlo. Sus
anchos hombros separaron las piernas de Rave más, echándose al hombro
los muslos de Rave mientras lamía de nuevo abajo la carne caliente hasta
que llegó al saco grueso y pesado de Rave. La mano de Rave vino abajo,
presionando y dando masajes a sus bolas, alimentándolas para Tony. Rodó
en ellas, como un gatito lamiendo crema. Su lengua se deslizó sobre los
dedos gruesos y llenos de cicatrices de Rave cuando Rave apretó sus
huevos más duro.

Una ráfaga de llamarada lamía los ojos marrones de Rave mientras


alimentaba un dedo a Tony, haciéndolo pasar por sus labios mientras Tony
lo chupaba. Su lengua se arremolinó alrededor del dedo, chupando con
fuerza en la boca, sus labios prometiendo a Rave lo que podía hacer con
ellos.

Los dedos de Rave acariciaron la mandíbula de Tony, con suavidad,


casi implorando que Tony mostrara a Rave sólo lo que podía hacer con los
labios. Tony se inclinó hacia adelante, tomando la polla de Rave en la
boca, el dedo metido entre la polla de Rave y los labios de Tony. Rave
gimió su placer cuando Tony bebió del pene del hombre en su garganta.

—Sí, —Rave siseó mientras liberaba el dedo, poniendo la mano de


nuevo en el suelo. Tony ahuecó la parte posterior de las rodillas de Rave,
empujando las piernas del hombre atrás, mientras trabajaba la boca en la
polla de Rave. Sus pantalones vaqueros llegaron a estar demasiado
apretados, demasiado limitados, y Tony quería parar a quitárselos, pero no
permitiría que la polla se deslizara libre tanto tiempo por conseguir
liberarse de sus pantalones vaqueros.

Rave empujó las piernas hacia atrás, envolviéndolas en torno a los


hombros de Tony, tirando de él más cerca mientras los dedos se hundían en
la alfombra. La barbilla de Tony rozó el saco de Rave y sintió que había
terminado con el cuerpo de Rave. Llegando alrededor de su pareja, Tony
jugó en el agujero de Rave, presionando con los dedos sobre el músculo
palpitante, pero sin entrar.

—Dios sí, por favor, —Rave rogó cuando sus piernas se apretaron
alrededor de los hombros de Tony en un apretón de muerte—. Por favor,
Tony.

Tony llevó su mano arriba, mojando con su saliva antes de colocarlo


de nuevo en la entrada de Rave, empujando tres dedos profundamente en el
cuerpo apretado de Rave. Rave gritó y sus caderas saltaron, empujando su
polla a la parte posterior de la boca de Tony cuando semilla caliente se
derramó en la garganta de Tony. Bebió como si fuera un moribundo,
tirando hasta de la última gota de la polla de Rave.

Tony dejó que la polla de Rave se deslizara entre sus labios mientras
se inclinaba hacia atrás, bajando sus pantalones por sus piernas, y luego los
tiró fuera.

—¿Lubricante?

Rave apuntó con una mano débil hacia el cajón, sus dedos temblando
mientras tomaba una respiración profunda. Tony tiró del cajón,
enganchando el lubricante mientras revestía su polla. Arrojó la botella a un
lado y luego corrió sus manos por el pecho de Rave, pellizcando sus
pezones, viendo a su pareja estremecerse. Los ojos de Rave estaban
entrecerrados, la saciedad nadando en sus profundidades.

Tony estaba lejos de haber terminado con el shifter.

La cabeza de su polla tocó el sensible agujero de Rave, pero Tony no


empujó hacia adelante. Un estremecimiento pasó por encima de Rave,
haciendo que su cuerpo temblara ligeramente. Tony podía ver que los ojos
de Rave no habían vuelto a la normalidad. En todo caso, se habían vuelto
más oscuros, vidriosos, con la felicidad del post-orgasmo.

Maldita sea, si el hombre no era tan sexy como el pecado mientras


estaba allí tumbado esperando que Tony lo tomara. Los ojos de Rave
brillaban como gemas oscuras detrás de un vidrio, diciéndole a Tony lo que
Rave realmente quería. Tony se inclinó hacia adelante, poniendo las manos
sobre el pecho de Rave, su polla frotándose a lo largo de la grieta de Rave
mientras pasaba la lengua por los labios entreabiertos de Rave. Tony
extendió la mano de Rave y tocó los labios húmedos, las yemas de sus
dedos corriendo a lo largo de la piel tersa y suave.

Rave tragó.

Tony curvó los dedos alrededor de las muñecas de Rave, tirando de


las manos del lobo por encima de su cabeza cuando la polla de Tony
presionó contra la entrada de su pareja. Los ojos de Rave rodaron hacia
arriba, sus caderas presionando abajo en la polla de Tony.
Tony no se movió, permitiendo a Rave que tomara lo que quisiera, lo
que necesitara. Tony se estremeció al sentir la cabeza de su polla deslizarse
más allá del músculo firme y entrar en Rave. Este era uno de esos
momentos definidos en su vida, uno de esos perfectos segundos en que
Tony deseaba que pudiera durar para siempre. El férreo control le hizo
estremecerse, cuando Rave presionó con más fuerza, tomando otra pulgada
en el interior de él.

—Te siento bien, lobo.

Los ojos de Rave seguían rodando, su lengua mojando sus labios


mientras gemía en voz alta. Rave no trató de liberar sus manos, o incluso
tirar de ellas. Su lobo estaba demasiado loco tomando placer del cuerpo de
Tony. Los dedos de Tony se cerraron en las muñecas de Rave, luchando
para no sumergirse profundamente en el interior de Rave. Normalmente no
era tan lento, tan cuidadoso. Pero Tony sentía algo en el pecho cercano al
amor, lujuria, necesidad... No estaba seguro, pero quería alargar el
momento durante tanto tiempo como pudiera.

Cuando sintió a Rave tocar fondo, Tony estaba absolutamente seguro


de que iba a volverse loco. Tony se sentía voraz, como si quisiera surcar en
Rave hasta que su cuerpo quemara por su orgasmo. Tony apretó los
dientes, un hilo de sudor serpenteaba desde su cabello corriendo por su
sien. La necesidad de moverse era una tortura.

Rave empezó a volver a deslizarse arriba hasta la polla de Tony,


aferrándose como un puño de hierro cuando el cuerpo de Tony temblaba.
Gruñó suavemente, mirando hacia abajo, donde sus cuerpos se unían entre
sí, viendo su polla reaparecer la generosa carne de Rave. Tony no podía
estar parado más. La vista hizo clic en algo dentro de él, y Tony estaba
liberando las manos de Rave, agarrando los huesos de la cadera de su lobo
cuando empezó a joder a Rave con una necesidad que lo consumía todo.

Su pareja gritó, sus piernas levantándose para envolverse alrededor


de las caderas de Tony, encerrándolo en su lugar cuando Tony golpeó
bruscamente su polla en el culo de Rave más duro. Rave nunca movió los
brazos, nunca le apartó las manos de encima de su cabeza donde Tony se
las había puesto, pero Tony podía ver las extremidades temblando.
Los caninos de Rave brillaban cuando su cabeza rodó hacia atrás, su
espalda arqueándose cuando Rave gritó una vez más. Los músculos de los
muslos de Tony se apretaron mientras observaba la hermosa vista debajo de
él. Sus dedos trazaron sobre los afilados dientes de Rave, tocando cada
punto, mientras balanceaba su polla dentro y fuera del cuerpo de Rave.

Tony quería morder, la necesidad era tan intensa que sus encías le
dolían. Sabía que no tendría caninos para cumplir su necesidad, pero eso no
impidió que sus dientes palpitaran. Era un jaguar, y la necesidad de
aparearse navegaba fuerte sobre él. Tony agarró los tobillos de Rave,
alrededor de su cintura y subió las piernas de Rave flexionadas y
separándolas mientras miraba su polla joder el culo de Rave.

—Tengo que morder, —Rave gritó mientras sus manos se doblaban


en puños, los nudillos volviéndose blancos fantasmales de la presión. Tony
se inclinó hacia adelante, presionando su pecho en las gruesas pantorrillas
de Rave. El pelo oscuro que decoraba las piernas de Rave rozaba el pecho
de Tony cuando ladeó la cabeza, exponiendo el cuello a su lobo.

Las manos de Rave dejaron el suelo, mientras tomaba el pelo de


Tony, tirando de él duro mientras sus dientes se hundieron en el cuello de
Tony. Una explosión se disparó a través del cuello de Tony por sus brazos
y luego se esparció a lo largo de su cuerpo, su mente fragmentándose
mientras empujaba su polla dentro del culo de Rave, su semilla
vigorosamente salía de su cuerpo. Tony gritó, sus dientes doliendo tanto
con la necesidad de morder, para reclamar a su pareja, que maldita sea, casi
lo hizo llorar.

Rave se quejaba alrededor de la herida, como si pudiera sentir la


angustia de Tony de no poder reclamar a su pareja. Las piernas de Tony
temblaban cuando su espalda se puso rígida, dando espacio a Rave para que
inclinara la cabeza más lejos.

Su pareja pasó la lengua por la herida y luego tocó la cara de Tony


con sus dedos, los ojos preguntando. —¿Te duele?

Tony se compuso, pero no por mucho cuando negó con la cabeza,


una sensación dolorosa apretando su pecho en el momento perdido. No
había sido capaz de reclamar a Rave. Sus genes ocultos habían impedido lo
que podría haber sido el momento más perfecto en su vida.

—Estoy bien.

—Estás mintiéndome, —dijo Rave mientras sus dedos bailaban


sobre la cara de Tony—. ¿Por qué?

—Es una larga historia que compartiré algún día, pero no ahora. No
en esta burbuja perfecta en la que estamos acostados.

Rave parecía que quería discutir mientras sus dedos dejaban la cara
de Tony para pasar sobre la herida de la mordida. —¿Te dolió?

Tony negó con la cabeza. —No. —Era la verdad. Lo único que le


dolía en este momento era el orgullo.

Rave dio un pequeño asentimiento y luego apoyó la cabeza sobre la


alfombra, su ojos volvieron a la normalidad y sus caninos retrocedieron.
Tony se liberó de Rave y luego empujó desde el suelo, caminando hacia el
baño. Necesitaba un momento, un segundo para dejar que la decepción
fluyera a través de él antes de que lo alejara.

Tony cerró la puerta del baño y luego puso las manos sobre el
mostrador, respirando lentamente. Nunca había sentido la necesidad de
morder a alguien antes, pero había sido como una fuerte necesidad
alrededor de sus dientes y su corazón. Había hecho añicos a Tony no ser
capaz de reclamar a Rave de la manera que debería haberlo hecho, pero
Tony era insistente con las decepciones.

Corrió el agua en el fregadero, salpicando su rostro acalorado antes


de que alcanzara detrás de él a coger una toalla. Una vez que estuvo limpio,
tomó el paño caliente para Rave y así limpiar a su pareja.

Rave estaba allí, mirando con atención a Tony, cuando la toalla se


deslizó entre la grieta de Rave. Sabía que Rave no se dejaba engañar. Su
pareja sabía que algo andaba mal, pero Tony no se atrevía a hablar de eso,
no ahora al menos.

Tal vez algún día.


Tirando la toalla hacia el cuarto de baño, Tony se enroscó en los
brazos de Rave, por una vez en su vida necesitaba sentir los fuerte brazos
envueltos alrededor de él, para sentir el consuelo que no conseguía
demasiado a menudo o nunca.

Rave vio cómo Logan lentamente se despertó. Estaba sentado en el


borde de la cama, completamente vestido. Tony había salido al pasillo a
utilizar su teléfono, no quería molestar a su pareja.

—¿Cómo te sientes?

Logan miró a Rave, sus ojos azules desenfocados mientras acababa


de mirar a Rave. Era un poco desconcertante, pero Rave se quedó quieto,
dejando que su pareja centrara esos ojos azules inquietantes sobre él. Se
veía angustiado, como si Logan verdaderamente no estuviera mirándole
tanto como él estaba mirándole a él.

—Abusó de ti.

Rave se puso rígido, sus dedos se encresparon en un puño cuando


tragó. Su pareja estaba hablando del Alfa que solía mandar en esta
manada. La manada a la que Rave pertenecía. Jackson había sido frío y
cruel, haciendo que los soldados de esta casa cometieran actos atroces antes
de que Zeus derrotara a Jackson.

Las cosas que Rave había hecho por Jackson no eran para consumo
público. Nunca en su vida quería hablar de ellas, y mucho menos permitir
que su pareja viera la horrible verdad de lo que había hecho a través de sus
ojos. Rave se deslizó de la cama, cruzando la habitación, mientras envolvía
sus brazos alrededor de su estómago, sintiendo el dolor lentamente entrar
en su pecho con los recuerdos.

—Lo siento, —dijo Logan suavemente desde la cama. No tenía la


intención de ofenderte.

Rave negó con la cabeza mientras regresaba a su pareja. —No lo


hiciste. Me hiciste pensar en cosas que mejor que queden en la oscuridad.
—Qué le pasó a Rave, qué le pasó a los soldados de esta manada, era algo
que Rave nunca quería pensar de nuevo.

Logan asintió, como si supiera de lo que estaba hablando Rave. Rave


exhaló su miedo, liberándolo y dejándolo ir cuando se sentó de nuevo en la
cama. —¿Tregua?

Logan sonrió. —Tregua. No le diré a nadie lo que vi. —La expresión


de Logan se puso seria—. Pero él ¿todavía está vivo?

Rave negó con la cabeza. —No.

Logan asintió. —¿Dónde está ese dolor del culo tuyo?

—Nuestro —Rave corrigió cuando se echó a reír—. Tony está en el


pasillo haciendo una llamada telefónica. ¿Le echas de menos?

—Como un dolor de muelas. —Logan sonrió mientras se sentaba, su


suave pelo color marrón cayendo en sus ojos. Rave se acercó y rozó los
cabellos de la espalda.

—Sé amable con él. Es tu pareja, —Rave reprendió con suavidad.

—Estoy siendo amable, confía en mí.

Si eso era ser agradable... Rave suspiró. —¿No te gusta? —Tenía que
saber si realmente a Logan no le gustaba Tony. Eso representaría un
problema muy grande.

Logan se encogió de hombros, sus ojos levantándose para mirar a


Rave, la luz azul bonita. —No sé lo suficiente como para que no me guste.
Es sólo... intenso.

Ambos miraron hacia la puerta cuando Tony entró, empujando el


teléfono en una pinza en la cintura. —Aba mató a otra persona.

Rave se levantó bruscamente, apretando su cara. —¿Quién?

—Jesse dijo que era alguien que se llamaba Clancy.

Rave maldijo. A nadie le gustaba Clancy. Era un fanático de la


ciudad y un bocazas, pero el hombre nunca había hecho daño a nadie. Sólo
era grosero. Pero eso no significaba que tuviera que morir por ello. —¿Te
vas a dirigir allí?

Tony asintió mientras miraba a Logan. —¿Te sientes mejor?

Logan abrió la boca y luego la cerró, mirando a Tony. —Lo estaba,


pero si hay otro cadáver, yo no estoy tan seguro.

—Tú no vas, Logan —dijo Tony mientras volvía a salir.

—No me puedes mantener refugiado del mundo tampoco, Tony.

Logan salió de la cama, entrecerrando los ojos a Tony. Rave observó


cómo las pupilas en los ojos de Logan se reducían, algo que nunca antes
había visto. Se acercó al hombre, poniendo la mano en el hombro de
Logan.

—Cálmate, —Rave ordenó.

—No, suéltale, Rave. Quiero ver lo que Logan me hará.

Tony dijo mientras enderezaba los hombros, reuniéndose la mirada


de Logan con la suya propia.

Rave sabía que no era una gran idea. En el departamento de ideas,


apestaba. Dio un paso entre los dos hombres, con un suspiro. —Ya basta
antes de que os ponga a los dos en una jodida esquina.

Logan se rió detrás de él y sonrió a Tony. Genial.

Rave llegó detrás de él y dio un manotazo a Logan. El hombre saltó a


un lado, riendo. Tony se unió a él, lo que hizo sonreír a Rave. —Sois
imposibles.

Logan resolvió. —Yo voy.

Tony se encogió de hombros. —Está bien, pero si comienzas a


derretir a todo el mundo, te daré una patada en el culo.

—Trato, viejo.

—Ya te daré a ti viejo, —gruñó Tony—. Puedo ser qué ¿ocho años
mayor que tú? Apuesto a que podría patearte el culo.
Logan rodó los ojos. —En tus sueños, gilipollas.

—Yo no te he jodido todavía, —dijo Tony y luego hizo un guiño a


Rave. Habla en un momento inoportuno. Logan se les quedó mirando y, a
continuación se ruborizó.

—No quiero saber.

—Sí, quieres, —se burló Tony cuando le aplastó el trasero de Logan


antes de salir de la habitación.

—¿Es sólo conmigo o quieres follar con él y dispararle al mismo


tiempo? —preguntó Logan mientras seguía después de Tony.

—Eso es sólo tu, —Rave dijo mientras cerraba la puerta de la


habitación detrás de él. No estaba seguro de que esto fuera una buena idea
después de la última crisis de Logan, pero estaba en minoría. Lo único que
podía hacer era quedarse al lado de Logan y esperar que su compañero no
se volviera loco esta vez.
Capítulo Ocho

¿Por qué estaba celoso? Logan no estaba interesado en tener


relaciones sexuales con Tony o Rave. ¿Por qué en el infierno estaba el
monstruo de ojos verdes acosándole a su alrededor cuando pensaba en
Rave y Tony teniendo relaciones sexuales entre ellos? Cuando Tony dejó
atrás la tienda de ropa, Lassiter, Logan miraba realmente muy duro a
ambos hombres. Ambos tenían esa audacia, esa mirada de chico malo que
haría que cualquier hombre babeara, ¿pero podría tener sexo con cualquiera
de ellos? ¿Estaba interesado y sólo estaba negándoselo a sí mismo?

Tony tenía un atractivo sexual peligroso para él. El pelo negro, ojos
marrón claro, y una perilla muy delgada alrededor de la boca que rogaba a
alguien que mordisqueara los pelos. Rave tenía esa mirada secreta, pelo
negro también, pero sus ojos castaños eran un poco más oscuros, casi
humeantes, haciendo que cualquier hombre deseara mirar en ellos durante
horas.

Tal vez quería hacer el tonto un poco. Eran dos hombres culos
calientes, después de todo. ¿Podría tener relaciones sexuales con ambos al
mismo tiempo? Probablemente no. Logan nunca había participado en un
ménage y no estaba buscando involucrarse en uno. Nunca había tenido
sexo con dos hombres alguna vez antes, y la idea de estar con Rave y Tony
dos fuertes y dominantes hombres... le intimidaba.

Logan se dio cuenta en ese segundo, que tener un ménage con los
dos hombres era la raíz de su negación de que se sintiera atraído por ellos.
Joder. Eso no iba a suceder, así que ¿por qué preocuparse?

Los tres se bajaron del coche, golpeando las puertas al unísono,


cuando Logan miró a su alrededor. No le entusiasmaba otro cuerpo muerto,
pero quería ver lo que sus emociones harían. Quería saber lo que pasaría
cuando viera la muerte. Logan estaba en realidad aquí para ver si podía
controlar lo que le estaba pasando o si sus emociones le controlarían una
vez más.
No era el plan más relajado, pero no iba a conseguir práctica sentado
cruzado de brazos y en los de Rave.

—Por aquí, —dijo Jesse desde el lado del contenedor de basura.

Logan tragó cuando se arrastró detrás de Rave y Tony. Vio pies


sobresaliendo más allá del contenedor azul, y se preguntó qué horrible el
resto del cuerpo iba a ser una vez que pusiera los ojos en la víctima.

Mierda, tal vez no debería haber venido. Estaba empezando a sudar


balas. Las luces del coche de la policía se arremolinaban alrededor, los
ayudantes de pie esperando a que Tony se acercara. Logan quería decirle al
agente que había cambiado de idea, pero pensó que Tony se burlaría al
respecto si lo hacía.

Logan localizó a Dorm de pie junto a Jesse, mirando a uno de los


ayudantes. No estaba seguro de si Dorm estaba concentrado en algo o si en
realidad estaba comprobando al hombre. Lo que fuera, no era su asunto.

—¿Estás bien? —Rave preguntó mientras puso su mano en la parte


baja de la espalda de Logan—. No te ves tan caliente. —Puede que no
pareciera tan caliente, pero maldita sea, si la mano de Rave no lo era. Se
sentía como un pedazo de carbón caliente presionado contra su espalda. El
hombre estaba haciendo estragos en el cuerpo de Logan.

—Retortijones, —dijo Logan y luego se alejó de Rave. Rave lo miró


con curiosidad, pero no dijo nada más. Logan tragó y luego se acercó al
cuerpo, dando pequeñas miradas a la vez. Tú puedes hacer esto.

—¿Qué piensas? —preguntó Jesse a Tony—. ¿Es obra de nuestro


hombre?

Tony se arrodilló delante del cuerpo y Logan tuvo una vista


completa. Una terriblemente y completa vista. Su cabeza le daba vueltas un
poco mientras miraba al hombre desplomarse contra el depósito de basura.
Había un cuchillo ensangrentado en su mano izquierda y sangre corría por
la camisa desde su garganta. La camisa todavía estaba húmeda, la sangre
muy vibrante en el sol.

Logan tragó repetidas veces, haciendo su mejor esfuerzo para no


enfermar. Los ojos de la víctima estaban abiertos, grandes, con miedo,
como si hubiera visto al mismo diablo. Logan se acercó, y la imagen
comenzó a formarse delante de sus ojos. Vio al hombre fallecido
encogerse, un hombre mayor que se avecinaba sobre él con un cinturón en
la mano. ¿El padre de la víctima?

Y a continuación, la imagen cambió. El hombre estaba corriendo tan


rápido como podía, Aba estableciéndose justo enfrente del desconocido,
parando al hombre de alejarse de él... Logan no podía ver quién estaba
detrás del muerto, pero alguien había perseguido a la persona fallecida, lo
persiguió hasta Aba. Logan sacudió la cabeza cuando vio que Aba era el
que tenía el cuchillo, pero se lo entregó al hombre e hizo que el tipo se
cortara su propia maldita garganta.

Logan tropezó, cayendo en la parte frontal del contenedor de basura,


mientras las lágrimas rodaron por su rostro. Odiaba a Aba más en ese
segundo que a cualquier otra persona en toda su vida. El hombre tenía que
ser detenido, ¡tenía que ser asesinado!

—Logan, respira —dijo Tony, cuando vino a su lado y se arrodilló,


hablando en voz baja—. Tienes que respirar, cariño. Puedo sentirte empujar
en mi cabeza.

Los ojos de Logan chocaron con la mirada de Tony, los ojos


marrones del hombre estaban llenos de preocupación. Logan asintió
mientras tomaba una profundo aliento, dejando escaparlo lentamente,
sintiendo la acumulación calmarse y luego desaparecer. —Aba lo mató. Lo
vi en mi mente. Pero alguien le ayudó. Persiguieron al pobre tipo derecho a
Aba.

Tony se movió un poco más cerca, sus ojos estudiando a Logan. —


¿Puedes ver dónde está ahora Aba?

Rave llegó a ponerse de rodillas por ellos, con la mano apretando el


hombro de Logan suavemente. Logan intentó concentrarse, trató de ‘sentir’
a Aba, pero allí no había nada, un gran agujero negro en el lugar donde Aba
podría haber estado.

—No.

—¿Sabes quién era el otro hombre?


Logan sacudió la cabeza. Le hubiera gustado poder ver cualquier
cosa para detener a Aba y a su cómplice de matar de nuevo. ¿Era otra
mente styre? Dios, Logan seguro como el infierno esperaba que no. Tratar
con uno era bastante malo. Dos aumentaría el número de muertos en diez
veces.

—Está bien. —Tony dio unas palmaditas en la mano de Logan—.


Los vamos a atrapar.

Logan esperaba que así fuera, porque no estaba seguro de si podía


tomar otro cadáver.

Tony mantuvo un ojo en Logan por el espejo retrovisor mientras


conducía de nuevo a la casa de Rave. Logan parecía un poco enfermo de
ver a los muertos, y realmente no quería que el hombre vomitara en el
asiento trasero.

Dorm había sido invitado por Zeus a permanecer en la mansión,


mientras estaban en la ciudad tratando de atrapar a Aba. El Alfa había
dicho que sería más seguro si los dos residían bajo su techo hasta que el
asunto quedara resuelto.

En su vuelta atrás, Tony hizo lo posible para averiguar quién era esa
segunda persona. El archivo no había mencionado a un cómplice. ¿Logan
había visto las cosas correctamente? ¿Podría haber sido una sombra, tal
vez? Tony no estaba seguro, y esperaba como el infierno que no se tratara
de dos mentes styre.

El Director Simone tendría un jodido disgusto si se tratara de dos. Lo


atribuyó a que Logan estaba bajo mucho estrés y dejar que el segundo
hombre se fuera.

Si hubiera un segundo hombre.

Tony todavía no estaba muy seguro de eso.

Tony corrió por las escaleras, dejando a Rave llevar a Logan hasta su
habitación. No estaba siendo gilipollas, pero si el hombre enfermara, Tony
estaría poniéndose enfermo junto con Logan. No podía soportar el olor.
Entrando en el dormitorio, Tony arrojó las llaves sobre el aparador y agarró
el archivo de Aba y su pequeño bloc de notas, haciendo sus propias notas
sobre el reciente asesinato. También hizo una anotación al margen en la
pequeña mención de un cómplice. No podía estar seguro de si Logan estaba
viendo las cosas correctamente, pero Tony no había llegado tan lejos en su
carrera descartando las cosas.

Jesse había prometido ponerle al tanto en las conclusiones del juez


de instrucción, pero Dorm estaba con el sheriff también, así que Tony sabía
que si Jesse no le decía todo, su socio lo haría. Dorm estaba dolido con
Tony por no ponerle al tanto sobre el asunto de los shifters, pero Dorm era
un agente de cabo a rabo. Dejó sus sentimientos personales a un lado y se
aseguró de que Tony supiera todo lo que estaba pasando.

—Yo conocía al hombre, —dijo Rave cuando entró en la habitación


con Logan—. Era un borrico en la ciudad, pero nunca hizo daño a nadie.

Tony pasó la página de su bloc de notas, con un bolígrafo señaló. —


Háblame de la víctima.

—Era un fanático. Odiaba a los hombres gay y dejaba que cada


hombre que sospechaba que era gay lo supiera. Sin embargo, Clancy nunca
había hecho daño a nadie. Era inofensivo. Bueno, tan inofensivo como un
intolerante lo puede ser.

—¿Eso es todo? —Tony preguntó cuando escribió la información


abajo. Tenía que haber un patrón en los asesinatos. ¿O Aba estaba
escogiendo a sus víctimas al azar? La mayoría de los asesinos tenían una
preferencia, y Tony estaba tratando de ver si Aba tenía una también.

—Eso es todo lo que realmente sabía sobre el hombre.

—¿Conocías a la pareja muerta? —preguntó Tony, pero Rave negó


con la cabeza.

—Vas a tener que hablar con Jesse sobre ellos. Conocía a la pareja,
yo no. —Tony vio algo en los ojos de Rave. Parecía tristeza y lamento
mientras estaba allí de pie. Tony se preguntaba qué podría tener Rave en su
vida que le hiciera sentir de esa manera, pero no preguntó.
»Esta es mi ciudad, la ciudad de la manada, y yo realmente no
conozco a ninguno de los ciudadanos.

Bueno, eso explica las emociones en los ojos de Rave. —¿Por qué?

Rave sacudió la cabeza mientras se dirigía hacia la puerta del


dormitorio. —Tal vez en otro momento.

A Tony realmente no le gustó sus palabras lanzadas hacia él, pero


¿qué podía decir? Suspiró cuando Rave salió de la habitación. Tony miró a
Logan de pie en el borde de la cama, pareciendo un poco pálido.

—¿Estás bien?

Logan torció los labios, dando una mirada de obviedad a Tony. —


No. Ver a un chico muerto tiende a hacer que me sienta un poco mareado,
por si no te habías dado cuenta.

—¿Cómo supiste que el hombre se vio obligado a matarse?

Logan suspiró. —Lo vi en mi mente.

—¿Cómo?

Logan se encogió de hombros. —Yo estaba mirando el cadáver, y


entonces vi al hombre, su vida anterior, y luego había una imagen de
alguien persiguiéndole hacia Aba. Pero Aba era el único que tenía un
cuchillo en su mano. Se lo dio a la víctima, le obligó a tomarlo, y luego
hizo que el pobre estúpido se cortara su propia maldita garganta. —Logan
comenzó a parecer todo enfermo de nuevo.

Tony sólo rezaba para que Logan no vomitara. Había vomitado casi
fuera de la casa de la pareja cuando vio a Logan entrando en los arbustos,
pero afortunadamente Tony no había olido el fétido olor o habría estado
justo al lado de los ojos azules de su pareja.

Tony se puso de pie, caminando hacia Logan, pasando su mano por


la espalda del hombre. —No te pongas enfermo sobre mí. No puedo
soportar el olor del vómito.

Logan asintió con la cabeza, tragando un par de veces. Tony se


acercó más, inhalando el aroma de Logan. Era maravilloso. Logan olía
como la madera de la achicoria y una noche de verano cálida. Quería frotar
su olor por todo Logan también. Era un impulso muy fuerte.

—Tú estás, eh, olfateándome, Tony.

—Lo sé.

—Ya te dije que no iba a tener relaciones sexuales contigo, así que
da marcha atrás.

Tony se echó a reír cuando dio un paso alejándose, sus ojos


rastrillando el cuerpo de Logan acaloradamente. —Podría cambiar tu
opinión.

—No lo creo.

Tony oyó la palabra hablada, pero también escuchó la incertidumbre


en la voz del hombre. Logan le quería. Estaba en sus ojos azules
iridiscentes y en la forma en que se quedó mirando a Tony con nostalgia.
Sin embargo, pudo ver un toque de ansiedad en sus profundidades,
también.

—¿Estás seguro? —preguntó Tony—. Dime que retroceda, y lo haré.

Logan no dijo ni una palabra. Sólo se quedó allí, un poco


tembloroso. Tony se volvió a mover hacia Logan, de pie tan cerca, sus
cuerpos casi se tocaron. Inhaló una vez más, el olor casi le hizo más fuerte
mientras sonreía un poco, dejando que el olor de su pareja le invadiera, a
través de él.

—Me estás oliendo de nuevo.

—No puedo evitarlo. Hueles tan bien. —Tony llegó y sacudió un


nudillo por la mejilla de Logan, y su pareja se estremeció—. ¿Crees que te
haría daño, Logan? —preguntó.

Logan no le respondió. Se quedó allí, inmóvil como una estatua,


observando muy de cerca a Tony. Tony caminó en torno a la parte
delantera de Logan, ligeramente inclinado y frotando los labios en los de
Logan. Su compañero no volvió a retroceder.
—¿Me quieres, Logan? —preguntó mientras deslizaba sus manos
arriba en el pecho de su pareja.

Una vez más, Logan se quedó en silencio, observando a Tony.

Deslizando su lengua por el labio inferior de Logan, Tony vio los


ojos azules de Logan intensificarse a un tono cobalto. Nadaban en deseo.
Tony estaba comenzando a darse cuenta. Logan no era en lo más mínimo
agresivo cuando se trataba de sexo. Pero Tony lo era, por lo que iba a tener
que guiar a su pareja.

—Quítate la camisa.

Logan se quedó allí durante un segundo largo, los ojos casi


desafiantes. Tony empezó a hacerlo él mismo, pero las manos de Logan
alcanzaron el borde de su camisa, lentamente sacándola arriba y hacia
afuera. Tony miró a lo que Logan acaba de revelar, la apreciación
inundándole mientras miraba la apretada extensión. Su pareja no era
excesivamente musculoso, pero tenía un buen, definido pecho.

Tony besó a Logan a lo largo de la clavícula, sus manos vagando


por la espalda de Logan cuando su compañero suspiró profundamente.
Tony sonrió. Sabía que Logan le había querido. Tony caminó detrás de
Logan, sus dedos siguiendo la piel de su pareja a lo largo del camino. —
Quiero follarte, Logan.

—¿Por-por qué?

Esa era una pregunta extraña. Hizo que Tony tomara una pausa, por
un breve momento antes de que sacara la camisa y luego presionara el
pecho en la espalda de Logan. —Porque tú eres mi pareja. —Besó a Logan
a lo largo de sus omóplatos—. Y eres sexy como el infierno.

Logan se estremeció.

Tony pasó las manos por los hombros de Logan hasta los codos,
dejando que las uñas rasparan suavemente la piel de Logan. Piel de gallina
se formó a lo largo de la carne de Logan, su cabeza rodaba hacia adelante
cuando Logan gemía.
Utilizando la más ligera presión, Tony comenzó a inclinar a Logan
sobre la cama, besando a su pareja abajo en su columna mientras molía su
erección en los vaqueros pegados al culo de Logan. Logan comenzó a
relajarse bajo el toque de Tony, su cuerpo estirándose sobre la cama, en su
estómago, cuando Tony pasó los dedos por cada centímetro de piel
expuesta.

—¿Se siente esto bien? —preguntó Tony.

—Um-hum —dijo Logan como un gato perezoso siendo acariciado.

Tony masajeó los hombros de Logan, amasando la carne cuando su


polla se quedó plantada contra el culo de Logan. Una mano amasó el
hombro derecho, y la otra mano nadó hasta en el pelo de Logan, cuando las
uñas raspaban suavemente sobre el cuero cabelludo de Logan.

Logan se estremeció de nuevo.

Tony dejó la mano en el pelo de Logan arrastrándola por la espalda


de Logan, hasta que llegó a la cintura de Logan. Pasó sus dedos por el
material mientras continuaba masajeando los hombros de Logan. Su mano
rozaba en torno a la cintura de Logan hasta que llegó al corchete de presión
en los pantalones de su pareja, desabrochándolos cuando se dejó caer de
rodillas.

Logan no se movió, pero Tony podía oír la respiración de Logan


saliendo en jadeos. Tiró del material alrededor de la cintura, hasta que la
cinturilla de Logan se encontraba en los tobillos. Apartando las mejillas de
su culo, Tony comenzó a lamer la piel de Logan, su lengua pasando
alrededor del agujero de Logan.

Gemidos venían de Logan, cada vez más fuertes cuando Tony


chupaba la entrada de Logan. Empujó un dedo dentro de su pareja,
extendiendo a Logan mientras seguía a bañando el trasero de Logan con su
lengua.

Otro dedo se deslizó dentro de Logan cuando Tony sintió su polla


alargarse y latir por entrar en el culo de Logan. Se agachó y se desabrochó
los pantalones, empujándolos a la cintura y por sus piernas mientras estaba
parado, se inclinó, lamiendo el agujero del culo de Logan.
Tony cubrió de nuevo a Logan, su carne desnuda frotando sobre
Logan mientras sus dedos extendían a su compañero. Frotó el pecho sobre
la espalda de Logan, sus muslos sobre los de Logan. Tony una vez más,
estaba marcando a su pareja, pero era a Logan esta vez.

—¿Quieres que te folle, Logan? —Tony le susurró al oído de Logan


mientras liberaba su mano.

—Sí.

Tony se alejó en dirección al cajón con el lubricante. Untó el gel


sobre su polla mientras se dirigía de nuevo hacia Logan. Lanzando la
botella en la cama, Tony cubrió de nuevo a Logan. Acurrucó sus dedos
alrededor de su pene y posicionó la cabeza en el agujero de Logan. —
Muéstrame que lo quieres.

Logan volvió a presionar, los dedos encrespándose en las sábanas


cuando volvió la cabeza, los ojos cerrados. Los párpados de Tony
revoloteaban cuando su polla se hundió en el culo de Logan. Exhaló fuerte
cuando luchó por el control.

Tony puso sus brazos sobre los de Logan, entrelazando sus dedos
cuando oyó que la puerta se abría y cerraba detrás de él. Tony no tuvo que
mirar por encima del hombro para saber que Rave había entrado en la
habitación. Si no fuera Rave, le estaría disparando a alguien.

Al presionar las rodillas entre las piernas de Logan, Tony sacó las
piernas de Logan un poco más cuando retrocedió y luego se deslizó de
nuevo en el culo apretado de Logan. Su pareja gemía. Tony miró a los ojos
de Rave cuando su pareja se acercó más, entrando en la línea de visión de
Tony. Los ojos marrones de Rave se habían puesto una vez más raros, el
marrón sangrando en el blanco cuando sus colmillos comenzaron a
aparecer. Tony asintió, y Rave se desnudó.

—¿Quieres a Rave, Logan?

Logan se puso rígido bajo Tony, el aliento salía un poco más


rápidamente.

—¿Tienes miedo de tenernos a los dos a la vez? —Tony preguntó


mientras sentía el corazón latir más rápido a través de la espalda de Logan.
Tony presionó su pecho más apretado contra la parte posterior de Logan,
mordiendo a su compañero en la oreja—. ¿Tienes miedo?

Logan asintió con la cabeza.

—¿Crees que te haríamos daño? —Preguntó Tony.

Logan sacudió la cabeza. Tony podía ver el alivio en los ojos de


Rave, cuando se subió a la cama.

—¿Sólo tienes miedo de tener dos hombres a la vez? —Tony


preguntó. Logan asintió con la cabeza.

Rave se inclinó por la cintura, suavemente besando a Logan cuando


Tony se movió dentro de su pareja. Quería a Logan tan relajado como
pudiera conseguir al hombre. Este era el primer ménage de Logan, y Tony
no iba a asustar al hombre. Tony no estaba seguro de si Rave había tenido
uno antes, pero la expresión de Rave ocultaba el hecho de si lo había
tenido. Tony había tenido un ménage una vez o dos, pero incluso si no lo
hubiera tenido, la idea de estar con dos hombres no lo intimidaba.

Tony podía sentir a Logan temblar bajo sus pies mientras gemía,
abriendo la boca más ampliamente para que Rave le besara. Tony volvió la
cabeza, besando el hombro de Logan, dejando que sus labios recorrieran la
piel de su pareja. Su polla palpitaba en el culo de Logan, pero Tony se
había dejado de mover, dejando a Logan guiar el camino.

Rave ahuecó la cara de Logan, tomando el beso más profundo.


Logan curvó sus dedos más apretados en las sábanas mientras inclinaba su
cabeza, dando más espacio a Rave.

—¿Quieres chupar la polla de Rave? —Tony le preguntó mientras se


deslizaba sus manos abajo en el cuerpo de Logan, sus dedos clavándose en
las caderas de Logan. Estaba tratando de relajar a Logan, haciendo su
mejor esfuerzo para sumergirse en Logan una y otra vez, pero era difícil
mientras observaba a sus parejas besarse.

Rave se alejó, de rodillas frente a Logan mientras circuló sus dedos


alrededor de la base de su polla. —Ábrete para mí, Logan —dijo Rave
mientras pasaba la mano libre a través de la espesa cabellera de Logan—.
Chupa mi polla, bebé.
Logan abrió, tomando la cabeza de la polla de Rave, gimiendo
ligeramente cuando la lengua arremetió y lamió el líquido claro cayendo
desde la hendidura en la parte superior del eje de Rave. Tony gruñó bajo
cuando empezó a moverse dentro de Logan una vez más. Presionó las
rodillas en las piernas de Logan, apartándolas aún más.

—Eso es, bebé. Chúpame la polla. —Rave casi susurró las palabras
cuando Logan tomó el eje Rave más profundo en la boca. Tony estaba
medio tentado de sacar y lanzar a Logan todo el camino a la cama, pero
tener a su pareja inclinada sobre el costado a su pareja, era sólo demasiado
emocionante para Tony.

Vio a Rave y a Logan cuando su polla se impulsó dentro de su


pareja, mordiéndose el labio inferior mientras dejaba que la sensación de
placer absoluto lo llenara.

Tony se estremeció cuando sintió a Logan presionar en su mente,


pero no fue nada que hubiera sentido nunca antes. Logan estaba
presionando su pasión, su deseo en el interior de Tony, ampliando lo que ya
estaba sintiendo. Tony miró a Rave y vio la mirada de sorpresa. Logan
estaba presionando dentro de la mente de Rave también.

Esta vez, Tony no estaba parando a Logan. La sensación era


demasiado intensa, invadiéndole como una ola mientras empujaba más
fuerte. Logan gritó alrededor de la polla de Rave, la sensación casi
demasiada cuando Tony aguantó. Era pura seda corriendo por su sangre, y
luego una explosión de aire cálido disparó más sobre Tony, haciendo que
jadeara mientras sus ojos dispararon a Rave.

Al parecer, Rave sentía todo lo que Tony estaba sintiendo porque


Rave estaba mirando abajo a Logan con asombro. Rave liberó su polla,
saltando de la cama como si fuera un maldito trampolín, y luego liberó a
Tony del cuerpo de Logan.

—¿Qué estás haciendo? —Tony preguntó.

Rave agarró a Logan y utilizó su fuerza sobrenatural para levantar a


su pareja y echar a Logan en la cama. Logan miró a los dos conmocionado.
Rave se volvió a arrastrar a la cama y se hundió profundamente en el culo
de Logan. Tony se arrastró sobre la cama y deslizó su cuerpo bajo Logan,
tomando la polla de Logan en la boca.

Iba a tener una larga conversación con Rave acerca de los modales,
más adelante. Mucho más tarde. Logan volvió a gritar cuando Tony
chupaba su polla en la parte posterior de la garganta, las intensas
emociones de estar con Logan y Logan proyectando sus sentimientos en la
mente de Tony todavía montándole duro. Se sentía como si él no se cansara
del hombre.

—Puedo sentirte, Tony —dijo Rave desde arriba mientras golpeaba


más duro en Logan—. Puedo jodidamente sentirte dentro de mí.

Tony estableció un sello, chupando a Logan duro mientras él,


también, sentía a Rave, junto con Logan, dentro de él. No estaba seguro de
qué infierno estaba pasando, pero Tony se estaba volviendo loco de lujuria,
deseo, placer, y todo lo demás que se sentía demasiado bueno zumbando
dentro de él.

Él agarró su pene, acariciándolo con rapidez, mientras trabajaba en el


eje de Logan en el interior de su boca. Se sentía como si un animal se
hubiera desatado en su interior. Su jaguar. Tony gruñó alrededor de la polla
de Logan cuando los dientes le dolían tanto que estaba sorprendido de que
las encías no sangraran. Quería morder y morder fuerte, pero sus caninos
nunca se alargaban. Eran tan romos como los de Logan.

Tony llegó a estar frustrado, atacando a la polla de Logan cuando


apretó su dura polla. Quería reclamar a Logan y luego a Rave. El
sentimiento era tan fuerte que Tony estuvo cerca de morder la polla de
Logan. Respiró a través de su nariz, haciendo su mejor esfuerzo para
calmarse, para calmar al jaguar atrapado en el interior profundo de él.

Logan gritó, las luces en la sala estallando a su alrededor, cuando


Rave rugió al mismo tiempo. Tony sabía a ciencia cierta que Rave estaba
hundiendo sus dientes en el hombro de Logan profundamente y sintió ira y
deseo de llenarlo hasta que rebosara de emociones.

Tony bebió las semillas de Logan bajando por su garganta, cuando se


vino, su orgasmo tan intenso que Tony había pensado por un segundo que
le haría perder el conocimiento. Su cabeza cayó hacia atrás, la polla de
Logan resbalándose de entre sus labios mientras una vez más, sintió
remordimiento por su jaguar, por el momento perdido, que nunca
recuperaría.

Tony se apartó de la cama, saliendo hacia el baño. Al cerrar la


puerta, oyó a Logan en la cama. —Gilipollas.

Se merecía eso. Sólo porque su jaguar no pudo liberarse, no era


excusa para dejar de lado a Logan. Tony cerró la puerta, preguntándose si
tendría relaciones sexuales alguna vez, con cada pareja, sin sentir como si
un pedazo de su alma fuera robada cada vez.
Capítulo Nueve

Rave estaba de pie en el balcón fuera de su dormitorio. Miró fuera a


la noche, sintiendo la suave brisa de la noche de primavera soplando a
través de su cara y por el pelo. Estaba tranquilo aquí fuera. Sabía lo que
pasaba con Logan. Su pareja tenía una potencia en ciernes que tenía que
aprender a controlar.

Pero Rave no tenía ni idea de lo que le pasaba a Tony. El hombre era


cerrado, reservado. No le diría a Rave lo que le pasaba, y eso molestaba a
Rave. Como shifter de lobo, un shifter y punto, tenía una profunda
compulsión de cuidar de sus parejas, para asegurarse de que estaban felices
y sanos, bien cuidados. Pero Tony estaba haciendo que Rave fallara en su
trabajo, su honor.

Pero Rave no podía quejarse. Tenía sus propios demonios con los
que vivía. Los soldados en esta casa tenían sus demonios de Jackson en uno
u otro nivel. Rave había empujado a sus demonios de manera profunda en
su interior que era casi seguro de que había vencido a la bestia. Pero una
mirada de Logan ayer había disuelto todo lo que Rave se había esforzado
por ocultar.

—Parece que tuvieras problemas.

Rave sonrió mientras miraba hacia la noche. Taz le conocía bien. El


hombre tenía una manera de hacer enfrentar a Rave lo que no quería
enfrentar. No estaba seguro de si eso era una buena cosa en estos
momentos. Rave se encogió de hombros. —Ahora es mi turno para luchar
contra mis demonios.

Taz se rió. Era cálido, reconfortante, y hacía que Rave quisiera


golpear al hombre. —¿Qué quieres decir que te toca a ti? Tú, junto con
todos los demás, habéis estado luchando contra los demonios desde el
primer día que Jackson se hizo cargo de nuestra manada. ¿Qué hace el
encontrar a tus parejas cualquier cosa peor que lo que ya había estado
pasando?

—Cállate, —Rave dijo cuando sus dedos se cerraron más apretados


en torno barandilla—. Eso no es lo que yo quería oír.
Taz negó con la cabeza. —¿Y crees que te mentiría para hacerte
sentir mejor?

—Sí.

—Eso no va a suceder. Tú me conoces mejor que eso. Hemos pasado


por demasiadas cosas juntos para que te mienta, Rave.

Eso era cierto, y tanto como Rave no quería enfrentarse a la verdad,


estaba contento de que Taz siempre fuera honesto con él. —Eres un idiota.

Taz se echó a reír cuando golpeó el hombro con el de Rave. —Ese


soy yo.

—Logan vio a Jackson hacerme daño, —dijo Rave cuando se puso


serio—. Vio las imágenes de lo que me pasó y lo que yo había hecho.
Ahora me siento como un jodido monstruo de mierda a sus ojos.

Taz suspiró. Era un suspiro de complicidad, porque Taz había estado


al lado de Rave a través de todo. Rave había considerado la posibilidad de
tomar a Taz como amante. El hombre era impresionante como el infierno y
un gran amigo a tener, pero Rave sabía que, a veces, cruzar la línea de
amigos a amantes destruía más de lo conquistado. Su amistad había sido
demasiado importante para que Rave la arriesgara. Pero sí tenían un
profundo vínculo, un vínculo forjado en los fuegos del infierno, y Rave
amaría al hombre hasta su último aliento.

Además, Taz era demasiado exigente para Rave. Echó un vistazo a


Taz, tratando de transmitir lo mucho que apreciaba y amaba al hombre.

—Yo sé, —dijo Taz cuando le palmeó a Rave en el hombro—. Sin


embargo, tu culo es demasiado peludo para mí.

Rave se rió entre dientes. —Vete a la mierda."

—No dejes que Tony o Logan te oigan decir eso. Tony tiene un arma
de fuego.

Rave asintió con la cabeza. —Y sabe cómo utilizar su arma muy


bien.
Taz arrugó la cara hacia arriba, su cuerpo temblaba de forma
espectacular. —Demasiados detalles, amigo mío.

Rave se echó hacia atrás, suspirando cuando negó con la cabeza. —


Bromas a un lado, no cambia nada el hecho de cómo Logan debe mirarme
ahora.

—Él es tu pareja. Explícale las cosas. Lo entenderá. Por lo que me


has contado, está luchando contra sus demonios internos también. Tal vez
en lugar de mirarte como a un monstruo, te mire como a un alma gemela.

Rave no lo había pensado así. Logan le había mirado con


comprensión, pero Rave había pensado que el hombre le compadecía a la
vez. Todavía no lo ponía cómodo saber que Logan había visto el monstruo
interno de Rave, había visto las cosas horribles que había hecho, mientras
estaba bajo el enloquecido reinado de Jackson. No parecía haber ninguna
respuesta definida.

—¿Qué estás haciendo en mi habitación de todos modos? —Rave


preguntó.

—Te va a encantar esto. —Taz carraspeó—. ¿Sabes que las bestias


aladas están patrullando las calles ahora por los perros?

Rave asintió con la cabeza, girando completamente a Taz ahora. De


alguna manera, sabía que no le iba a gustar esto.

—Bueno, el Alfa quiere hacer un equipo con uno de nosotros cada


vez que un par de bestias aladas salga de patrulla para que podamos
aprender a luchar contra los diabólicos perritos.

—Tienes que estar burlándote de mí. —Rave estaba sorprendido allí.


Los perros del infierno no eran nada despreciables. Una mordedura y había
una posibilidad de que un shifter no fuera a sobrevivir. Por supuesto, una
mordedura y no había ninguna manera que un humano pudiera sobrevivir.
Sus parejas eran humanos, así que tal vez no fuera tan mala idea. Rave
quería saber cómo proteger a Tony y a Logan en contra todo. Incluso de
los perritos diabólicos, como Taz elocuentemente lo expresó.

—No, y ¿adivina quién consigue primera ronda?


Por la mirada en el rostro de Taz, Rave no necesitaba tres
oportunidades.

—Un pequeño bravo para mí —Taz suministró—. Deséame suerte.


Si la mierda negra empieza a supurar de mi boca, asegúrate de que me
besas.

Rave no encontró el pensamiento divertido. Taz era su mejor amigo,


y no le gustaba la idea de que estuviera allí luchando contra las
desagradables cosas. —Ten cuidado, idiota.

—Oh, te importa, —bromeó Taz, pero Rave podía ver el leve miedo
en los ojos de Taz.

—No, sólo me llevó una eternidad entrenarte como mi mejor amigo.


Y no querría tener que entrenar a alguien más.

—Idiota. —Taz se rió entre dientes mientras caminaba desde el


balcón de Rave. Rave lo vio salir, sintiendo un peso instalarse en su
intestino. Si alguna vez perdía a Taz, Rave nunca sería el mismo otra vez.

—¿Qué pasa? —Preguntó Tony cuando salió al balcón con Rave—.


Parece que acabas de perder a tu mejor amigo.

Rave se volvió hacia su pareja, mirándole. —Creo que todos tenemos


nuestros pequeños demonios a los que hacer frente.

—¿Qué quieres decir con eso? —Tony preguntó, mientras


descansaba su cadera en la barandilla, cruzando los brazos sobre el ancho
pecho.

—Nada, —Rave dijo mientras se alejaba, con la mirada perdida en la


noche una vez más. No quería pelear con Tony. Quería una paz que le
había eludido durante tanto tiempo que Rave pensó que nunca la
encontraría. Alguna vez desde que Logan había mirado en el interior de
Rave, se sentía como si su mundo diera vueltas fuera de control.

—Un dólar por tus pensamientos, —dijo Tony mientras se acercaba.

—Pensé que era un centavo —Rave dijo.

Tony se encogió de hombros. —La inflación. Ya nada es más barato.


Rave se rió entre dientes. —Cierto.

—Vi la forma en que estabas mirando a Taz. ¿Es algo de lo que


tenga que preocuparme?

Chico, el hombre no se contuvo. Tomó la cara de Tony, sonriendo


miró a los ojos brillantes del hombre. La luna se reflejaba fuera de las
órbitas de color marrón claro, haciendo que los ojos de Tony brillaran. —
Nunca. Es mi mejor amigo, nada más.

—¿Alguna vez dormiste con él?

—Qué intrusivo, ¿no?

—¿Si golpeo al perro gritará8? —Tony preguntó cuando se alejó de


Rave.

—¿Qué?

—Esto significa que la culpabilidad ladra más alto que la inocencia.

Rave dobló los dedos, haciendo todo lo posible para no perder el


control. —No tienes idea de lo que estás hablando. Taz es mi mejor amigo.
Hemos pasado por un montón de mierda juntos que tú probablemente ni
siquiera podrías envolver en tu cabeza.

—Y usted no estás compartiendo tampoco.

—Ni tú.

—No sé de lo que estás hablando, —espetó Tony, sus ojos castaños


claros iban de un resplandeciente a un profundo cobrizo de ira.

—Soy un maldito shifter, Tony. Puedo oler que me estás mintiendo,


y apesta como el infierno.

8
piedra por N de T: Hit dog holler, es una expresión que quiere dar a entender la
culpabilidad de alguien que responde a la defensiva a una declaración en general,
significando que claramente lo toma de forma personal. Si se lanza una piedra a una
jauría de perros, el golpeado con la lo general grita... El culpable suele ser el más
ruidoso...
—Restriégalo por las narices. —Tony se alejó, dejando de pie a Rave
confundido como el infierno. ¿Qué se suponía que significaba eso?

Logan observó a Tony salir furioso de la habitación, cerrando la


puerta tan fuerte detrás de él que las paredes temblaban. Las cosas parecían
estar desenredándose a su alrededor, y no estaba seguro de lo que debería
hacer al respecto, o si incluso quería hacer algo al respecto sobre la
situación con Tony y Rave.

Después de todo, no era como que Logan hubiera querido venir aquí
en primer lugar. No tenía prisa por correr de nuevo a su antigua vida. Esta
había sido aburrida como el infierno, pero esta nueva vida no parecía estar
funcionando bien tampoco.

Con un suspiro, Logan salió de la habitación y vagó por las escaleras.


Salió a la calle y se sentó en el escalón, preguntándose si alguna vez se
sentiría como en casa en cualquier otro lugar de nuevo. No podía volver a
Browlers, y permanecer aquí le parecía menos y menos atractivo por
minutos.

Se sentía desesperado y perdido, como si nunca fuera feliz de nuevo.


Logan se frotó los brazos, preguntándose por qué estaba tan
condenadamente triste en estos momentos.

No era como si él se sintiera tan condenadamente deprimido.

Él se quedó quieto cuando sintió que alguien lo observaba desde las


sombras. No estaba seguro de si se trataba de Aba o no, pero Logan no
quería eliminar el hecho de que sabía que había alguien allí. Mentalmente
lo sacó, tratando de sentir una mente. Lo que vio le hizo jadear. Era
desolador, lleno de horror, e hizo a Logan quererse clavar sus malditos
propios ojos.

Nunca había visto nada tan malvado, tan diabólico antes. Era como
una especie de lodo negro que se arrastraba sobre su piel, como si los
gusanos se retorcieran por todo el cuerpo.

—Tú sabes que me sientes, humano.


Logan ya no estaba demasiado seguro si podía ser categorizado como
un humano. Se sentía menos cada día. Monstruo probablemente lo
resumiría mejor ahora mismo. Trató de empujar con más fuerza en la mente
de la cosa, obligando su voluntad a la criatura.

Supo de inmediato que la cosa que hablaba con él no era Aba. No,
esto era mucho peor. Logan no estaba seguro de con quién estaba tratando,
pero las palabras sulfuro y azufre le vinieron a la mente.

—Estás siendo un chico malo. ¿Crees que va funcionar en mí, mente


styre?

—Tenía una especie de esperanza de que lo hiciera. ¿Por qué


mentir?

—Honestidad, tan mala cualidad. —La cosa salió de las sombras,


pero todo lo que Logan vio fue a un hombre. Habría apostado todo lo que
era, a que algo que se había deslizado desde las sombras en lugar de
caminar.

—¿Qué quieres? —preguntó Logan cuando se puso de pie,


retrocediendo hacia la puerta.

—Tu vida, —contestó el hombre—. Nada importante.

Logan luchó por la puerta, pero la cosa era más rápido, agarrando a
Logan y lanzándolo unos tres metros de distancia de la casa.

—Yo creo que no, —dijo la cosa cuando saltó desde los pasos,
acechando hacia Logan—. No quiero que mi tiempo de juego se
interrumpa.

—Me gustaría, —dijo Logan mientras empujaba a sus pies.

El hombre se encogió de hombros, pareciendo casual, mientras


caminaba cerca de Logan. —Todos tenemos nuestros problemas.

Logan se quedó inmóvil, su cuerpo bloqueado en el lugar cuando


imágenes tan terribles que Logan quería vomitar brillaron ante sus ojos.
Vio a esta cosa matando, desgarrando gargantas, mordiendo la carne
caliente, y haciendo gala de matar. La sangre y la carne le corrían por la
barbilla, cuando la criatura masticaba, devastando cada cuerpo en sus
brazos. La cosa estaba casi a la altura de las presas. El ruego de las víctimas
había alimentado su hambre. Le había excitado.

—¿Te gusta lo que ves?

Logan sacudió la cabeza, tratando de respirar con calma. La criatura


quería el temor de Logan, quería sus súplicas. Sus ojos brillaban más con
alegría ante la idea de que Logan corriera. La criatura quería persecución.

Mirando a su alrededor, Logan sabía que el único camino de regreso


a la casa era a través del hombre, cosa, lo que sea. Sin embargo, Logan
también podía sentir que no era rival. El hombre se vanagloriaría en
desgarrar la carne de Logan de sus huesos.

—Corre, —dijo la cosa dando un paso más cerca—. Huye de mí.

—No —Logan se movió a su derecha, manteniendo su ritmo


cardíaco tan lento como pudo lograr mientras parecía el infierno en sus
ojos. Eso fue lo que le vino a la mente cuando Logan miró a los ojos
profundos y negros sin fondo. Nadaban con el dolor y el sufrimiento, sin
esperanza a la vista para sus víctimas.

Logan iba a tratar más duro por no llegar a ser víctima de la cosa.

Puedo sentir tu miedo, tu desesperación, y sabe tan condenadamente


bueno en mi lengua.

El ritmo del corazón de Logan voló a un nivel superior. No estaba


seguro de cómo iba a salir de esta. Recordó a Rave diciéndole que no
dejara que nadie lo mordiera... aunque Rave le había mordido a Logan
cuando tuvieron relaciones sexuales. Hablando de paradojas.

—Vas a tener un sabor tan bueno cuando hunda mis dientes en tu


carne, humano. —La criatura se movió más cerca, tomando pequeños y
medidos pasos. Logan ya había sido testigo de la rapidez con que la cosa se
podía mover, por lo que él sabía la criatura frente a él estaba jugando con
Logan, tratando de hacerlo correr.

Logan lo sacó de su mente, usando su habilidad, pero no sobre la


cosa delante de él. Trató de entrar en las mentes de Rave y de Tony,
mostrándoles lo que estaba viendo. Logan no estaba demasiado seguro de
si funcionaría, pero algo tenía que ofrecer. O la cosa le comería, o Tony y
Rave vendrían en su ayuda.

Estaba orando por esto último.

—Te dije que tu pequeño control de la mente no funciona sobre mí,


—la cosa dijo. Gracias a Dios que no podía decir lo que Logan estaba
haciendo, o probablemente agarraría a Logan y le desgarraría su maldita
garganta en el lugar.

Logan quedó sin aliento cuando la cosa se movió tan rápido que no
había pensado que simplemente desapareció y reapareció justo en frente de
él. Largos, dedos con garras se envolvieron alrededor de la garganta de
Logan cuando la cosa lamió a Logan desde la mandíbula a la sien. —Sabes
más dulce que tu mirada.

Sus manos empujaron el pecho de la cosa, tratando de romper la


conexión, pero la criatura era más fuerte. Su control sobre la garganta de
Logan presionó como un puño de hierro. Logan no podía respirar. Su
suministro de aire estaba siendo cortado cuando sintió las garras excavar
más profundo en el cuello. Su visión nadaba cuando los filos comenzaron a
desvanecerse.

Logan sabía que estaba a punto de morir.

Disparos hicieron eco cerca de los oídos de Logan, haciéndole


golpear las manos sobre ellos cuando la criatura se dio la vuelta, tomando a
Logan con él.

—¿Crees que las balas me van a matar?

Logan vio a Tony en los escalones de la entrada, dos manos


agarrando la pistola. Volvió a disparar, y luego otra vez, las balas
golpeando a la cosa, haciéndole sacudir la espalda.

—Mátalo, —dijo Logan, aunque su voz era apenas un susurro.


Prefería morir antes que dejar que la cosa escapara. Vio lo que la criatura
era capaz de hacer, y Logan no quería que nadie más muriera en sus manos.

La cara de Tony era grave, sus ojos fijos en la cosa. —Déjale ir.
Una temblorosa risa del alma salió de los labios de la cosa. —Ven a
obligarme.

Logan agarró la muñeca de la cosa, aguantando por su vida cuando


lentamente fue levantado desde el suelo, con los pies dejando la hierba
mientras colgaba en el aire. La presión se estaba convirtiendo en
demasiada. Logan no podía obtener suficiente oxígeno en sus pulmones.
Sus lóbulos quemaban como un dolor de cabeza palpitante que comenzó a
formarse en la parte posterior de su cráneo.

Se estaba muriendo, siendo estrangulado hasta la muerte, y no había


ninguna cosa que Logan pudiera hacer al respecto. Su visión se desvaneció
cuando sintió que su cuerpo iba debilitándose en el férreo control de las
garras de la criatura.

Tony intentó permanecer en calma y mantener la cabeza fría. No


estaba seguro de cómo matar a un hombre que parecía comer las balas y
escupirlas fuera después. Su corazón subía en espiral a la garganta cuando
vio a Logan ponerse flácido, sus ojos revoloteando cerrados. Disparó varias
veces al hombre, dando gracias a Dios haber pasado tanto tiempo en el
campo de tiro. Su objetivo era exacto como el infierno, pero no parecía
estar haciendo ningún daño.

Dorm vino de alrededor de la mansión, disparando su pistola junto a


la de Tony, pero joder si estaban haciendo algún daño. Era como utilizar
una pistola de goma.

Rave, o lo que parecía su pareja, vino detrás de Dorm en su forma de


lobo, corriendo hacia el hombre que tenía a Logan en sus manos. El
hombre se echó a reír mientras corría, su velocidad tan rápida que Tony
tuvo un momento duro para mantener los ojos fijos en el hombre.

—No pierdas a Logan, joder —gritó a Rave cuando Tony saltó de las
escaleras y comenzó a perseguirlo. Dorm corrió a su lado mientras seguían
a Rave en su forma de lobo. No había manera de que Tony pudiera
mantener un ojo en el hombre con Logan. Iba demasiado condenadamente
rápido.
El miedo amenazó con llevar a Tony a sus rodillas mientras
observaba al hombre lentamente curvar a Logan en sus brazos. Tony no
estaba seguro si Logan estaba muerto o vivo, pero el hombre no podía tener
a su pareja. Tony estaba seguro y decidido a conseguir a Logan de vuelta.

—¡No! —gritó Tony cuando el hombre desapareció de la vista. No


podía perder a Logan. Tony temía que nunca volviera a ver a su pareja
nuevamente en caso de que no pudiera atrapar al hombre. Vio a Rave
seguir a una velocidad de explosión, y luego, Rave se perdió de vista
también. Tony no se detuvo. Siguió corriendo en la dirección que Rave se
había ido, rezando para que Rave pudiera salvar a Logan.

Tony maldijo a sus genes ocultos, maldijo su jodido linaje, y maldijo


a todo lo que estaba mal con su jaguar, mientras trataba de mantener el
ritmo. Una vez más sintió la bestia dentro de él, pero estaba atrapado, sin
salida. Tony rodeó un grupo de árboles y se congeló.

El hombre estaba en un claro, Logan yacía en el suelo. No estaba


seguro de lo que sucedió, pero Rave estaba corriendo hacia el hombre.

—¡Rave! —gritó Tony cuando comenzó a correr de nuevo, yendo a


toda prisa hacia sus parejas y rezando para no perder a ninguno de ellos.

Tony tropezó cuando vio a un hombre volando que venía del cielo,
descendiendo hacia el claro. Siguió corriendo, su único objetivo Rave y
Logan.

El hombre que había tomado a Logan cambió en el más gran jodido


perro que Tony había visto en su vida. Era un Rottweiler, inmenso en
tamaño y grosor, mientras cargaba hacia el hombre volador. Rave había
dicho que los hombres voladores tenían alas que no se podían ver, pero
Rave no había dicho nada sobre colmillos. Tony miró con horror cuando el
hombre alado siseó y luego cambió de color. Era jodidamente azul y su
tamaño llegó a ser más alto. Garras negras salieron de la mano de la cosa
alada, sus colmillos brillando a la luz de la luna cuando Tony se dejó caer
en el suelo junto a Logan.
Ignoró a los dos peleando mientras rodaba sobre Logan, Rave
lloriqueando y empujando el hocico en el hombro de Logan. Tony
comenzó una RCP9, al pulsar en el pecho de Logan y respirar en su boca.

Había una gran y fea marca morada en la garganta de Logan, y


estaba sangrando.

Tony levantó los dedos entrelazados y dejó que sus manos golpearan
hacia abajo en el pecho de Logan, forzando el aire a los pulmones de su
pareja.

Logan tosió y escupió. Tomó jadeos y tragos de aire y lo absorbió en


sus pulmones sedientos. Logan, Tony agarraron a Logan, llevaron a su
pareja en brazos mientras corría por el claro, Rave y Dorm a su lado. Tenía
que conseguir ayuda para Logan. Max era doctor en la mansión. Él podría
ayudar a Logan.

Tony se aferró a Logan tan fuerte como pudo mientras corría tan
rápido como sus piernas se lo permitieron. Logan podía haber respirado en
el claro, pero estaba tendido inerte en brazos de Tony. Atravesó la puerta
de entrada, llamando a gritos a Max cuando Rave iba tras él, Dorm venía
en último lugar.

Max corrió hacia el vestíbulo, los ojos muy abiertos mientras Tony
tumbó a Logan en el suelo de mármol. Logan no se movía, y esta vez, era
Tony quien no estaba respirando.

9
N de T: Reanimación cardio-respiratoria.
Capítulo Diez

Rave estaba enroscado alrededor de la cama de Logan. Su mentón


estaba descansando en la cabeza de Logan, su cuerpo enrollado alrededor
del otro libremente. Logan estaba en el hospital, por precaución, Max había
dicho. El médico había apresurado a Logan a la sala de emergencias
cuando Tony había llevado a un inconsciente Logan de vuelta a la mansión.

Logan había comenzado la curación de camino. Rave no lo entendía,


Max no tenía ni idea, y Tony se paseaba como un loco mientras todo el
mundo trataba de averiguar cómo Logan se curaba por su cuenta. Logan no
era un shifter. No debería haber sanado con tanta rapidez. Pero entonces de
nuevo, sabía tan poco acerca de las mentes styre. Tal vez esto fuera normal
para Logan.

Logan estaba allí durmiendo, respirando normalmente. Los


hematomas estaban todavía en el cuello de su pareja, pero los cortes de las
garras del sabueso habían sanado. Zeus había llamado al comandante de las
bestias aladas para averiguar si las garras del sabueso podrían infectar a
Logan con esa desagradable supuración negra. Nazaryth había asegurado al
Alfa que sólo una mordida sería letal, pero que vigilara si tenía fiebre.

La piel de Logan era tan fresca como la lluvia de primavera. Rave


acercó a su pareja más a su cuerpo, negándose a estar a una pulgada de
distancia del hombre. Zeus dijo a Rave que la bestia alada que había
llegado al claro para combatir al perro era alguien llamado Dog. Él había
derrotado al sabueso, causándole la muerte y poniendo su cuerpo en
llamas. Al parecer, el fuego era la única manera de matar a los hijos de
puta, una vez que fueran apuñalados detrás de la oreja.

Rave solo deseaba ser él quien hubiera encendido al hijo de puta en


el fuego. No habría perdido un minuto de sueño por matar al hombre que
había llevado a Logan al hospital. Rave miró a Tony, que estaba sentado en
una silla junto a la cama ahora, mirando hacia el espacio. Sus ojos castaños
estaban mirando a algo que Rave sólo se preguntaba.

—¿Qué estás escondiendo de mí?


Tony miró a Rave, sus ojos angustiados cuando se encorvó un poco
más en la silla. Tony se sentó allí con la mirada perdida, como si prefiriera
comer vidrio que decir nada en absoluto. Esta expresión por sí sola captó la
atención de Rave. —Te lo diré si tu lo haces.

Rave pensó en ello. Parecía lo más justo. —Trato. —No estaba


seguro de cuánto diría a su pareja, pero la división entre los tres crecía, y
Rave tenía que hacer algo para unirlos o ninguno de ellos sobreviviría a
esta relación.

Tony cruzó los dedos sobre la superficie plana de su estómago


cuando sus ojos se levantaron para encontrarse con los de Rave. Se mordió
el labio inferior, miró lejos, y luego suspiró. —Soy un jaguar.

Rave absorbió esas tres palabras, las repitió en su mente, y luego


ladeó la cabeza. —Pero no hueles como un shifter.

Tony soltó un bufido. El sonido era amargo mientras miraba sus


manos colocadas sobre su estómago. Rave tenía la sensación de que justo
había tocado un asunto delicado de Tony, uno que no había querido. —Mis
genes están ocultos, Rave. Si Max tomara mi sangre en este momento, no
encontraría ningún gen de shifter.

La mente de Rave comenzó a girar sobre las palabras de Tony, y las cosas
comenzaron a hacer clic, las piezas del rompecabezas cayendo en su lugar.
Los actos que habían desconcertado a Rave estaban empezando a tener un
montón de sentido, y Rave estaba empezando a comprender al hombre. —
¿El reclamo?

Una mirada resentida cruzó la cara de Tony como una tormenta


cercana. Su mandíbula fuertemente apretada, el músculo latía mientras sus
dedos apretaban. Se puso blanco, excepto por el ligero color rosa alrededor
de los nudillos. —Vas a hacer que lo diga, ¿no?

Rave contuvo el aliento, preocupado de que Tony fuera a cerrarse


sobre él. Tan dolorosa era la expresión de Tony, que Rave tenía que
conocer la verdad con el fin de cerrar el gran abismo cada vez mayor entre
ellos. —Sí.
Tony no parecía muy contento con la respuesta de Rave. —Cuando
estuve contigo, cuando me mordiste, mi jaguar estaba luchando por
liberarse, para reclamarte en recompensa. Eso nunca había ocurrido antes.

—Antes de conocerme a mí y a Logan. —Dijo Rave lo que sabía que


Tony estaba omitiendo.

Tony asintió. —El impulso era tan fuerte que pensé que me
destrozaría en mil pedazos. Pero mis colmillos nunca se alargaban. —La
tristeza y el lamento impulsaban la confesión de Tony, y un dolor que Rave
nunca había visto antes se apoderó de las facciones de Tony.

Rave conocía la profunda necesidad del alma de reclamar a la pareja


de uno. Si le hubiera sido negada la oportunidad de morder a Tony, sabía
que tendría que volverse loco. No es de extrañar, que Tony le hubiera
dejado y se hubiera ido al cuarto de baño después. Había roto,
probablemente, al hombre en pedazos serle negado ese honor.

—Cuando estuve contigo y Logan, el mismo impulso me golpeó de


nuevo, sólo que más fuerte esa vez. Yo no estaba tratando de ser un
gilipollas para ti o para Logan, pero no podía soportar no ser capaz de
reclamaros a cualquiera de vosotros. —Parecía como si le hubiera costado
a Tony un montón confesar en voz alta. Los rasgos de Tony se tensaron,
líneas se formaron en sus ojos y boca.

Rave se deslizó de la cama, odiando dejar el lado de Logan, pero


sabiendo que no podía dejar a Tony allí sentado solo. Caminó alrededor de
la cama, las rodillas entre las piernas de Tony. Rave apoyó la cabeza en el
estómago de su pareja cuando rodeó con sus brazos la cintura de Tony. —
Lamento que tu jaguar esté perdido para ti. ¿Has tratado con un médico,
una prueba de ADN, todo lo que pueda ayudarte?

—No. —Esa palabra hizo vibrar el pecho de Tony, haciendo que


Rave se aferrase con más fuerza—. No hay nada que nadie pueda hacer.

Rave lo sabía, pero se sentía tan impotente sin hacer nada. Ser
negado por la bestia de uno, tenía que ser la experiencia más atroz con la
que uno tenía que vivir. Rave no podía ni siquiera empezar a saber lo que
sería llamar a su lobo y no sucediera nada. Su lobo era tal parte integrante
de él, como el aliento de sus pulmones. —Yo sé lo que es pelear con algo
dentro de ti y perder. —Podría ofrecer a Tony mucho de eso.

—¿Tu turno? —preguntó Tony, la voz un poco temblorosa.

Rave asintió, la cabeza en el estómago de Tony, rezando porque


tuviera el valor para hablarle a Tony sobre sus monstruos. Nunca había
hablado acerca de sus pesadillas en voz alta y temía volver a revivirlas.
Hubo un tiempo en la vida de Rave que deseó poder purgarlas, borrar las
cosas viles limpiando sus recuerdos. Pero Rave sabía que nunca iba a
suceder, por lo que sólo acabó enterrándolos profundamente dentro de él,
esperando que al menos pudiera olvidar que sus monstruos existían.

—Antes que Zeus luchara y ganara la posición de Alfa, un lobo


llamado Jackson guiaba a nuestra manada. Eran tan diabólicos cuando
vinieron. Torturando por placer y castigando por el simple placer de
escuchar los gritos y las súplicas. —Rave se estremeció mientras volvía
hacia su pasado, sosteniendo a Tony más fuerte, cuando se puso de rodillas
delante de su compañero. Pasó su mejilla sobre la camiseta de Tony,
inhalando el olor de su pareja por algún tipo de consuelo que Rave sabía
que no encontraría mientras le contaba a Tony sobre su pasado.

La mano de Tony pasaba a través del pelo de Rave mientras se


arrodillaba allí. Tomando una profunda respiración para darse coraje, Rave
continuó. —Enviaría a los soldados a la ciudad, reclamando que alguien lo
había traicionado. Nunca fue el caso, pero Jackson era la encarnación del
demonio. Si no traíamos a los acusados, seríamos severamente castigados.
Tenía seguidores, hombres sádicos que amaban la tortura y el dolor tanto
como el Alfa lo hacía. Jackson nos entregaría a sus seguidores si le
fallábamos, y a veces, incluso si lo conseguíamos.

Rave odiaba a Jackson con su propia alma. Se alegró de que el


hombre estuviera muerto. Rave solo deseaba que sus recuerdos de su época
con Jackson hubieran muerto junto con el lobo. —He matado, Tony, maté
por Jackson para salvar mi propio culo.
Tony podía oír la tortura, la culpa y el dolor en la voz de Rave. No
estaba seguro de lo que Rave había hecho por este tipo Jackson, pero Tony
no iba a hacer que Rave lo contara. Parecía estar tomando algo precioso de
Rave sólo por hablar de su pasado. Tony no quería eso. Sólo quería saber
qué estaba pasando con Rave. La imagen que Rave estaba pintando era
suficiente. No necesitaba escuchar más.

—Taz estaba allí en medio de todo conmigo, —Rave continuó—. Lo


amo, pero no como tú piensas, Tony. Él es mi mejor amigo, conoce mis
oscuros secretos, como yo sé los suyos. Por favor, no pienses que te
traicionaría o a Logan.

Tony se deslizó de la silla, arrodillado delante de Rave cuando el


hombre se levantó, apoyando su cabeza sobre el hombro de Tony. Se
arrodillaron juntos, un abrazo simple que no era tan simple. Habían
descubierto sus almas el uno al otro en la habitación del hospital y ahora
necesitaban el único consuelo que las parejas podían dar.

Podía sentir un temblor ligero procedente de Rave cuando Tony


levantó la vista para ver a Logan mirando. El color azul en los ojos de
Logan era casi tan claro que Tony no era capaz de discernir el azul del
blanco por más tiempo. Logan miraba como si estuviera apenado cuando
vio a Rave y a Tony.

—Este lado, —dijo Tony mientras sostenía a Rave los ojos y bloqueó
los ojos con Logan—. Siempre vas a caminar por este lado, conmigo, con
nosotros.

Tony había tomado las palabras que Rave había dado a Logan y las
colocó a los pies de Rave. —Tu pasado está en el pasado. Siempre estará
ahí. Pero necesitamos que empieces a caminar hacia el futuro con Logan y
conmigo.

Rave asintió, acariciando el cuello de Tony. Tony podría sentir la


humedad en el cuello, haciéndole sostener a Rave más fuerte.

Logan sonrió, un mirada de aprobación bailando en sus ojos. Sabía


que las palabras no eran suficientes para ayudarlos a los tres, pero Tony no
iba a darse por vencido. Logan y Rave conocían su secreto. Logan y Tony
sabían el de Rave. Y el Señor sabía que Rave y Tony sabía el de Logan.
Lo que quedaba era solucionarlo y esperaba como el infierno que
esta relación funcionara.

Tony tuvo que llegar a un acuerdo con su jaguar perdido, y Rave


necesitaba estar en paz con su pasado. No estaba seguro de qué diablos
haría sobre el problema de Logan, aparte de rezar porque Logan nunca
utilizara su capacidad de hacer daño a nadie.

Rave se alejó cuando el enfermero entró, secretamente limpiándose


sus ojos. Tony le liberó, cuando ambos estaban de pie. Hablando de un
extraño momento.

—Veo que estás despierto, —dijo el enfermero a Logan, actuando


como si Tony y Rave no estuvieran justo de rodillas junto a la cama de
Logan—. Mi nombre es Tonk. Voy a cuidar de ti mientras estás disfrutando
de nuestra excelente institución. Sólo recuerda no correr por el borde de la
piscina, y sabremos si robas las toallas.

Logan miró del enfermero a Tony, y luego a Rave, una expresión de


su rostro, como si no supiera qué decir, pero estaba listo para levantarse y
huir de la habitación. Tony pensaba que la mirada era cómica como el
infierno. Le gustaba Tonk. El hombre campaba por la habitación como si
realmente le encantara su trabajo y las personas le importaran.

Tonk comprobó el cuello de Logan y luego asintió. —La próxima


vez que alguien trate de robarte, tira de sus bolas a través de sus ojos.
Confía en mí, funciona. —Tonk le dio unas palmaditas a Logan en la
pierna y luego se marchó.

Logan sólo miró boquiabierto al hombre, los ojos muy abiertos. Tony
se echó a reír. Sabía que Tonk era un humano, y el hombre no sabía nada
acerca de lo que estaba sucediendo en Pride Pack Valley. Rave le había
dicho mucho. Había un montón de gente que trabajaba en el hospital que
eran shifters, pero había un puñado que eran humanos.

Taz entró en la habitación, un gran ramo de flores llenando el


espacio delante de él. Tony vio cómo el lobo estableció el jarrón en la mesa
auxiliar y luego se volvió para darles una sonrisa deslumbrante. Tony
estudió al hombre, admitiendo que Taz era un hombre guapo. Taz miró a
Monroe, una desviada sonrisa jugando en sus labios. —Te recuerdo de la
última vez que estuviste en la ciudad.

—Sí, tú y Rave me disteis un momento difícil, —dijo Tony, mirando


a Taz de pies a cabeza. Quería estar enojado con el hombre por tener un
lugar especial en el corazón de Rave, pero sabiendo que este tipo era el
mejor amigo de Rave, Tony dejó de dar una mirada mordaz a Taz. Tenía
que actuar agradable.

—Todo fue de Rave, —dijo Taz cuando le tendió la mano, señalando


acusadoramente a Rave—. Yo sólo estaba siguiéndole el juego. Lo siento.
—Se encogió de hombros sin arrepentirse y luego le tendió la mano para
una sacudida.

Tony lo sacudió, y taladró a su pareja con una mirada. —Debería


haber imaginado que era idea de Rave joderme.

Rave tuvo la decencia de parecer avergonzado. Una sonrisa de


mierda apareció en su rostro cuando le hizo un guiño a Tony. —Tenía que
ver hasta dónde podía empujarte.

—Soy Taz, —dijo Taz cuando se acercó y le estrechó la mano de


Logan—. No me juzgues por Rave. Él es el líder entre nosotros dos.

Logan sonrió cuando volvió la cabeza, su cabello castaño oscuro


cayendo sobre los ojos. Tony tuvo el impulso de cepillar la cara de su
compañero, pero eso se prestó a la mirada infantil que Logan llevaba sobre
él. —Creo eso —Logan dijo.

Taz señaló las flores. —Julien envió estas para Logan.

—¿Julien? —preguntó Tony.

—Es la pareja de Sully y su compañero Austin. Dirige la tienda de


flores locales. Tengo una familia muy grande y extraña, Tony. Y es tu
familia ahora. —Rave se volvió hacia Logan, una mirada tímida en su
rostro—. Y la tuya también.

—Yo me marcho. Espero que te sientas mejor, —Taz dijo a Logan


cuando salió de la habitación.
—¿Cómo de grande es tu familia? —Tony le preguntó.

Rave suspiró. —De verdad no lo quieras saber.

—¿Vas a venir el domingo? —Preguntó el ayudante Arkans—.


Estaba planeando algunos filetes a la parrilla y tomar un par de cervezas. El
tiempo se supone que sea genial este fin de semana.

El ayudante Ernest Varnes se quedó allí de pie con sus colegas


alrededor de la mesa que sostenía la cafetera y la repostería, mirando al
ayudante Arkans, pero viendo al agente Dorm por el rabillo de su ojo. —
Suena bien.

—Me vendría bien algo de carne y unos tragos, —comentó el


ayudante Wilson—. ¿A qué hora?

Ernest escuchaba a los hombres conversar y reír cuando su atención


se dividió. Desde que se encontró con Dorm, sentía como una masa de
mariposas estaban tratando de liberarse de su estómago. El tipo tenía que
estar sobre los 2,00 metros. El agente se cernía sobre Jesse, cuando estaba
de pie en la oficina del sheriff y hablaba.

—¿Vienes? —El ayudante Arkans preguntó a Ernest.

Dorm se echó a reír, el sonido picándole la piel cuando Ernest


levantó la vista hacia Arkans. Tuvo que pensar mucho para recordar la
pregunta antes de que respondiera. —Sí, estaré ahí.

Los ayudantes siguieron hablando cuando Ernest cubrió su mirada


sobre su pareja. Dorm no era flaco, pero era delgado. Musculoso, pero no
voluminoso. Era mucho más alto que los 1,80 de Ernest. Le hacía sentirse
pequeño, no le terminaba de gustar eso a Ernest, pero vaya si el hombre no
era un paquete completo. Se preguntaba si Dorm podía sentir cualquier tipo
de tirón hacia él. Ernest se volvió, haciéndose una taza de café, tratando de
pensar las cosas en su mente sobre cómo abordar a Dorm mientras agitaba
la crema alrededor de la taza.

—Ayudante Varnes, —llamó Jesse al otro lado de la habitación.


Ernest levantó la taza a sus labios cuando se dio la vuelta lentamente.
—¿Sí, sheriff?

—¿Podría venir aquí?

Los otros ayudantes se dispersaron, volviendo a su trabajo cuando


Ernest cruzó la habitación, manteniendo la mirada en Jesse y no en Dorm.
No quería mirar abiertamente al hombre, pero maldita sea, si no tenía ganas
de caminar hacia Dorm y pedirle un beso.

—¿Qué pasa? —preguntó mientras se acercaba a los dos. El calor


inundó su cuerpo mientras permanecía de pie cerca de Dorm. El olor crudo,
masculino de su pareja penetraba en cada centímetro del cuerpo de Ernest,
haciéndole dejar saber a Dorm que estaba sólo a unos cuantos centímetros
de distancia.

—Quiero que trabajes con Dorm en los asesinatos. Va a necesitar


alguien que conozca la zona.

Ernest se detuvo para tragar audiblemente mientras le daba un


asentimiento relajado en dirección a Jesse. —¿Qué pasa con su socio, el
agente Monroe?

—Él está trabajando en otra cosa, —dijo Jesse y luego formalmente


presentó a Ernest y a Dorm. Ernest sintió su corazón latir en la garganta,
cuando Dorm le tendió la mano. Ernest la tomó, sintiendo el poder detrás
del temblor. Dorm era un ser humano, pero irradiaba confianza. Más
confianza de la que incluso Ernest poseía. La mano era grande, tragándose
la suya por completo.

Ernest rezó para que no le dejara la mano de Dorm toda sudada con
la suya.

—Encantado de conocerte, ayudante Varnes —dijo Dorm. Su voz


era profunda, tan profunda como lo sería la de una persona con una altura
imponente.

—Lo mismo digo, —replicó Ernest y rápidamente apartó sus manos.


Tocar a su pareja se le hacía difícil, y no estaba seguro ahora de que fuera
el momento ni el lugar para mostrar lo mucho que el hombre le afectaba.
—¿Nos vamos? —Dorm preguntó mientras se movían hacia la
salida.

Ernest no estaba seguro si podría sobrevivir al día.


Capítulo Once

Logan estaba en la ferretería, agradecido como el infierno que nada


le hubiera sucedido a Hunter. El shifter había salido a tiempo. El único
daño fue a la tienda. La sala de almacenamiento parecía que alguien la
había rasgado, con una mano abrasadora. La madera estaba quemada, en
algunos puntos reducida a cenizas. Una gran parte del inventario se perdió,
tan quemado que parecía un montón de papel chamuscado con metal
fundido en el centro.

—El seguro cubrió todo —dijo Hunter, que estaba detrás de Logan—
. Me alegro de que no resultaras herido.

—Eso ya hacen dos —dijo Logan cuando hizo a un lado algo que
parecía chocolate derretido con la punta de su zapato—. Siento que tu
tienda fuera quemada por mi causa.

—No te preocupes, Logan. Eso es para lo que está el seguro.


Además, encontraste a tus parejas.

El hombre parecía demasiado malditamente optimista para tener sus


medios de subsistencia carbonizados y en ruinas. Eso sólo hizo que Logan
se sintiera peor por hacer que su camioneta de trabajo volara la parte de
atrás de la tienda del hombre.

—Escucha, —dijo Hunter, mientras caminaba hacia la parte


delantera de la tienda— quería saber si todavía sigues trabajando para las
compañías de entrega o si considerarías trabajar aquí. Yo siempre podría
utilizar un asistente. Mis parejas se quejan de que paso mucho tiempo aquí.

Logan estaba conmocionado. —¿Quieres que yo trabaje aquí cuando


soy el responsable de los daños?

Hunter dio un gruñido. —Ya te lo dije, esto no es tu culpa.

Eso todavía no detuvo a Logan de sentirse responsable. Pero podía


realmente llevar un trabajo. Logan tenía la sensación de que su otro trabajo,
no estaba esperándole. —¿Cuándo quieres que empiece?
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Hunter, el triunfo en sus ojos.
—Tristan y Quinn van a amarte por esto.

—Ya tengo dos parejas de los que preocuparme. —Se rió entre
dientes Logan.

—El lunes sería perfecto. Dino y Quinn van a venir este fin de
semana para comenzar con las reparaciones. Esperemos conseguir la
mayoría antes del lunes.

—¿Listo? —Tony le preguntó cuando entró en la ferretería—. Rave


quiere que nos encontremos con él en el Deli de Harold para el almuerzo.

Logan estaba muriéndose de hambre. La sola mención de los


alimentos tuvo a su estómago retumbando. Entrar en el hospital le hizo
tener apetito. Los alimentos del hospital apestaban. Tony había tratado de
argumentar que Logan no se fuera hasta que no comprobara a Hunter, pero
Logan estaba bien. Ningún daño permanente. Incluso los moretones habían
pasado de un color morado oscuro hasta un verde claro. Su cuello estaba
casi libre de magulladuras.

—Estoy listo, —dijo Logan cuando salió de la sala de


almacenamiento—. Hunter me ofreció un trabajo.

Tony enarcó una ceja a Hunter. —¿Crees que es una buena idea con
Aba detrás de él?

—Voy a dejar esa decisión en vuestras manos. Sólo házmelo saber


antes del lunes.

Logan salió de la ferretería con Tony, respirando el aire fresco de la


primavera. Maldita sea, se sentía bien estar vivo. Nunca le dijo a Tony o a
Rave, lo verdaderamente aterrado que había estado cuando la cosa tenía sus
garras envueltas alrededor de su cuello. Logan no pensaba que fuera a
sobrevivir, pero aquí estaba de pie, vivo y afortunadamente, respirando.

Para algunos, el acto de respirar se daba por sentado. El aire entraba,


los pulmones se expandían y, luego se retraían para que el aire saliera. Sin
embargo, para alguien como Logan, que había perdido ese privilegio ayer,
casi permanentemente, era una maldita bendición. Un recordatorio de que
las cosas que se daban por sentadas se podían perder en un santiamén.
El Deli de Harold se situaba en la esquina de la ruta 14 y la calle
Trenton. Tony y Logan caminaron hasta la esquina, cruzando. Rave estaba
apoyado contra el edificio, los tobillos cruzados y sus manos detrás de la
espalda, pareciendo aburrido.

A pesar de que ese aspecto no duró mucho tiempo, una vez que vio a
Logan y a Tony acercarse. La mirada en el rostro de Rave era una mezcla
de felicidad y lujuria. Logan se estremeció.

—Le han ofrecido un trabajo aquí a Logan —dijo Tony, cuando


subió a la acera—. Hunter quiere contratarlo en la ferretería.

Rave se apartó del ladrillo marrón, mirando pensativo a Logan


durante unos segundos, y luego negó con la cabeza. —No es seguro.
Estarías desprotegido contra Aba.

Logan podía sentir sus esperanzas salir y trabajar con lentitud


deslizándose a través de sus dedos. —¿Y si no lo atraparais durante algún
tiempo? ¿Se supone que me siente alrededor y sea un bonito adorno para
vosotros dos?

—No, —respondió Rave—. Pero no me gusta que trabajes en


cualquier lugar sin garantía.

—¿Y la mansión lo es? El perro me encontró sin ningún problema.

—En primer lugar, —dijo Rave, con los dientes apretados con
fuerza— no se suponía que estuvieras fuera solo. En segundo lugar, el
perro no te estaba buscando a ti específicamente. Fue sólo en busca de una
víctima, y punto.

—Eso es de lo que estoy hablando, —Logan disparó de nuevo—. No


importa dónde yo esté, hay riesgos. Yo no voy a esconderme en tu
dormitorio mientras la vida pasa a mi alrededor.

—Pero es un riesgo mayor quedarse de pie alrededor de una


ferretería todo el día —Tony interrumpió—. No vas a tener a una completa
manada de lobos allí para protegerte como en la casa de Rave.

—Una vez más, yo no estaba tan seguro.


—No voy a discutir, —Rave dijo mientras agarraba la manija de la
puerta del Deli—. Hablaremos de esto más adelante. Tengo hambre. Confía
en mí. Estoy de un humor como el infierno cuando tengo hambre.

Logan había perdido el apetito. Sus parejas esperaban que se


escondiera hasta que Aba fuera capturado. Si fuera capturado. Logan tenía
que aprender a usar sus poderes, y tenía que aprender a defenderse.
Permanecer oculto no era una opción.

Recogiendo su sándwich, Logan miró al empleado del Deli. Estaba


loco como el infierno y se preguntaba si podía controlar sus poderes,
usándolos sin perder el control. Logan se sentó un poco más rígido,
mirando su comida, pero se concentró en el hombre detrás del mostrador.

Buscó dentro de su cuerpo, en busca de ese lugar donde sus


crecientes poderes se elaboraban y agitaban. Era como un caldero de
burbujeante lava, caliente y listo para ser utilizado. Logan se centró en el
empleado para que le llevara un refresco, algo ligero y crujiente.

La sensación de algo hirviendo a fuego lento desde ese lugar oscuro


comenzó a construirse, lentamente. Logan estaba haciendo todo lo posible
para no alertar a Rave de lo que estaba haciendo. Rave siempre podía sentir
cuando Logan estaba llegando, empujando, como si fuera aludido por otros.
Pequeños golpes de electricidad empezaron a resonar contra sus
terminaciones nerviosas cuando Logan pensó en la bebida sabrosa,
pidiendo a través de su mente al empleado que se la trajera.

El empleado rodeó el mostrador, con una gran taza en la mano


mientras encabezaba el camino de Logan. Una pequeña ola de vibración
apretó y luego fluyó en el pecho de Logan cuando el empleado estableció la
bebida enfrente de él, le sonrió, y luego regresó a sus funciones.

—Tú hiciste eso, —Rave acusó mientras miraba del empleado a


Logan—. Yo no te oí pedir una bebida.

Logan despejó la cara de emoción cuando negó con la cabeza. —No


sé de lo que estás hablando.

El rostro de Rave se apretó de ira y colocó su comida abajo en el


papel del sádwich que había doblado. —Le has hecho traer esa bebida. —
Rave se acercó más, sus rostros separados por centímetros—. —Puedo oler
una mentira, Logan.

—Bueno, —respondió Logan— tenía sed.

—¿Sabes quién es ese hombre rubio? —Rave preguntó la vena en su


sien palpitaba—. ¿Sabes lo que sucedería si Zeus se entera de que
empujaste tu control de la mente en la cabeza de su pareja?

Logan miró al empleado, que estaba hablando con un pequeño


pelirrojo. Mierda, no sabía que el empleado fuera la pareja del Alfa. —No
le hice daño.

—Ese no es el punto. Si el Alfa descubre que obligaste a Toby a


traerte una bebida, incluso algo tan insignificante, haría que desaparecieras.

—¿Por qué? —preguntó Tony desde el otro lado de la mesa.

Rave se volvió, sus rasgos tan tensos con la rabia contenida que el
hombre daba miedo como el infierno. —Porque, si Logan hiciera eso a la
pareja del Alfa, entonces Zeus asumiría que Logan no tendría ningún
reparo en tratar de controlar su manada.

Logan se quedó totalmente sorprendido allí. —Pero yo no quiero esta


manada. No quiero controlar a nadie.

—Entonces, ¿por qué lo hiciste? —Rave preguntó.

Logan apartó su sándwich, dejando caer la pretensión de que estaba


comiéndolo. —¿Cómo demonios se supone que tengo que aprender a usar
mis poderes, Rave?

—Te lo dije. Consigue el permiso de la persona en primer lugar.

Logan dio resoplido bajo en la parte posterior de la garganta. —


Entonces ¿cómo puedo saber si fueran mis poderes, o si la persona estaba
sólo haciendo lo que quisiera porque se lo pedí?

Rave se puso de pie, agarrando por el brazo a Logan. —Vámonos.

Logan tiró, pero Rave tenía un apretado control en su brazo. —


Suéltame, Rave.
Tony se puso de pie, colocando su mano sobre Rave. —Déjale ir,
Rave.

—No. —Rave gruñó—. He sido utilizado, y sé lo que se siente. No


voy a tener a nuestra pareja pensando que puede utilizar sólo a las personas
para experimentar cómo usar sus poderes. Y no le tendré tratando con
otros...

—¿Al igual que Jackson te trató a ti? —Finalizó Tony. Logan hizo
una mueca. Maldita sea, eso fue un golpe bajo. Rave gruñó, liberando a
Logan y golpeando sus manos en el pecho de Tony.

—¡Nunca me lo eches en cara otra vez!

Tony se tambaleó hacia atrás un paso y luego atrapó el equilibrio,


mirando a Rave. —Entonces, dejar de tratar de gobernar a Logan con puño
de hierro. No estoy de acuerdo con tus métodos de aprendizaje de lo que él
puede hacer, no estás ayudando a la situación.

—Por lo menos yo puedo... —Rave cerró la boca y se volvió,


saliendo del Deli. Logan podía ver el dolor grabado en la frente de Tony
mientras miraba a Rave marcharse.

—El sólo está preocupado —dijo Logan, tratando de aminorar el


golpe—. No quiso hacerte algún daño.

—Demasiado tarde para eso —dijo Tony mientras caminaba hacia la


salida—. Por favor, ven conmigo. —La solicitud fue baja, la ira hirviendo a
fuego lento en torno a Tony cuando Logan corrió hacia la puerta. Tener una
pareja lista para martillarle era suficiente para Logan. No quería que Tony
se enojara con él también.

Regresaron a la ferretería donde Tony había estacionado su auto.


Rave no estaba a la vista por ningún sitio. Logan se deslizó en el asiento
del pasajero, preguntándose si los tres se habían derrumbado. Y se preguntó
si todo era culpa de él. Logan era el único que tenía a Aba pisándole los
talones. Era la prueba de las capacidades que tenía y lo fuertes que eran. La
pelea en el Deli había sido sobre él, sólo Rave y Tony se habían encendido
el uno con el otro.
Tony condujo, hablando por su teléfono móvil a su socio Dorm
cuando Logan miró por la ventana a las empresas por las que pasaban. Él
no había querido una relación de tres, para empezar, pero ahora que había
probado a los dos hombres, sabía que no podía renunciar a ellos. Después
de ese momento en el hospital cuando vio a Tony y a Rave, desnudar sus
almas entre sí, sabía que no podía alejarse.

Pero, maldita sea, si no estaba perjudicando a los demás. Tony y


Rave estaban siendo francamente crueles entre sí. Pero, ¿qué se supone que
Logan haría? ¿Esperar hasta que Aba le atrapara en algún lugar y esperar
como el infierno que supiera qué hacer? Necesitaba a alguien que pudiera
utilizar para poner a prueba sus poderes, pero ¿quién? ¿Quién diablos iba a
dejar que Logan diera rienda suelta a lo que echara sobre ellos? Nadie en su
sano juicio voluntariamente tendría sus cerebros posiblemente revueltos.

Por un instante fugaz, Logan entendió a Aba. No los asesinatos,


nunca los asesinatos, sino cómo el hombre se sentía por ser libre. Ser una
mente styre le estaba dando poder, e hizo a Logan querer dejar a un lado las
sutilezas, bajar hasta el meollo de la cuestión de lo que podía hacer. Quería
empujar sin límites, sentir los bordes de lo que era capaz.

—Déjame en casa de Rave.

Tony le miró, su ceño fruncido. —¿Por qué?

—Estoy cansado—mintió—. Sólo quiero descansar.

—No tardaré mucho, y entonces podré llevarte de regreso. Me


vendría bien dormir algo yo mismo —dijo Tony mientras se dirigía hacia la
Ruta 22.

Logan no quería tomar una siesta con Tony. La ira lo consumía,


tirando de él bajo un mar violento de olas estrellándose y oscuras aguas
mientras empujaba en la mente de Tony, haciendo que el agente detuviera
el coche.

Saltando, Logan cerró la puerta del coche y se alejó caminando.


Quinn estaba de pie en la parte posterior de la ferretería de su pareja,
evaluando los daños y anotando los materiales que él y Dino tendrían que
reparar. Oyó la puerta frontal abrirse. Colocando la libreta y un lápiz a un
lado, Quinn entró al frente para ver quién era. Logan estaba allí de pie en la
puerta, sus dedos se cerraron en sus costados, Sus hombros tensos.

—¿Pasa algo, Logan?

Logan no le respondió. El hombre se quedó allí mirando abajo en el


suelo. Un escalofrío se arrastró por la espalda de Quinn mientras observaba
al hombre durante un momento, dándose cuenta cómo una lágrima perdida
corría por la cara de Logan.

—Háblame.

La cabeza de Logan se movió ligeramente, con un pequeño guiño. —


No puedo. —La respuesta estaba llena de angustia. Quinn dio un paso más
cerca.

—¿Por qué no?

—Debido a que no puedo controlarlo, —dijo Logan cuando su


cabeza giró lentamente hacia Quinn. Los ojos azules de Logan fueron casi
tragados completamente por las pupilas. Eran grandes, dominando sus iris.

—Dime qué está pasando, —dijo Quinn mientras tomaba un paso


cauteloso directo a él.

—Yo... —Logan sacudió la cabeza, aplastando sus ojos cerrados


mientras exhalaba un largo suspiro de aire—. No puedo hacer que se
detenga. Tienes que irte a alguna parte.

—¿El control de la mente? ¿Qué hay de malo en ello?

Logan echó la cabeza hacia atrás y se echó a reír, pero la risa era
escalofriante. —¿Todo el mundo sabe que soy un bicho raro?

—No eres un bicho raro, —Quinn respondió— simplemente


diferente.
—Muy amable, —dijo Logan cuando Quinn sintió algo arrastrarse a
través de su piel hasta llegar a su mente, empujando a su cerebro. Estaba
empezando a entender por lo que Logan estaba luchando.

—Yo no estaba buscando tu amabilidad, —dijo Quinn—. Pero si


necesitas utilizar a alguien para dispersar tu furiosa energía, úsame.

La expresión de enojo de Logan vaciló por un momento. —¿Cómo?


Eres humano.

—No por completo. Ven conmigo, donde nadie pueda salir herido.
—Quinn esperó, preguntándose si Logan le seguiría.

—Me estás engañando, —acusó Logan—. ¿Por qué alguien


voluntariamente jodería su mente? —La ira estaba de vuelta, diez veces
esta vez.

Quinn sintió que sus propios poderes se agitaban. Él era medio


humano, medio demonio. Oró a su homólogo demonio para que pudiera
soportar la habilidad de Logan. —No haré que se queme la tienda de
Hunter hasta los cimientos. Ven fuera.

—¿Cómo se quemaría? —preguntó Logan cuando se volvió


completamente hacia Quinn, su labio hacia atrás en una mueca. Esto no era
bueno. A Quinn se le había dicho -como también al resto de la manada- que
Logan se tambaleaba en los dos lados del bien y del mal. El hombre podía
caer en cualquier camino. Por la expresión de la cara de Logan y la postura
del cuerpo rígido, el hombre estaba deslizándose hacia el lado oscuro de
quién era.

Quinn apartó a Logan lejos de él mientras escapaba de la tienda,


rezando para que ningún humano estuviera al aire libre para presenciar lo
que estaba a punto de suceder. Se puso de pie en medio de la calle, dejando
que su demonio se liberara.

Logan golpeó la puerta abriéndola más, mirando a Quinn de forma


asesina cuando el cuerpo de Quinn estalló en llamas. El fuego lamía a lo
largo de su piel, bañándole en un cálido resplandor rojo y azul, el fuego
creciendo cada vez más fuerte, lamiendo hacia el cielo mientras Logan se
dirigía hacia él.
—¿Crees que el fuego te ayudará? —preguntó Logan cuando
lentamente la cabeza se inclinó hacia un lado—. ¿Crees que no puedo
llegar a tu mente más allá de tus llamas?

—Dame tu mejor golpe, imbécil —se burló Quinn. La acumulación


había salido de su control, y Quinn podía ver la vacilación de la cara de
Logan, como si realmente no quisiera hacer esto. Quinn recordó la rabia
que había sentido cuando descubrió por primera vez lo que era. El poder
cabalgaba sobre Logan, controlando al hombre, consumiéndole desde
dentro hacia afuera.

Logan levantó el brazo, girando la mano hacia los lados. Quinn


sentía presión en su cráneo, presionando sobre él como una pesada manta
húmeda. No estaba seguro de lo que debía hacer, pero si él no era el que
ayudaba a Logan a estar de nuevo bajo control, algunos incautos humanos
podían terminar como un vegetal... o algo peor.

Los pies de Quinn comenzaron a moverse, llevándolo más cerca de


Logan. Cavó los talones, manteniendo su distancia cuando las venas de
Logan comenzaron a aparecer en las sienes. El cuello del hombre tensaba
los músculos como si la presión estuviera llegando a ser demasiada.

Quinn gritó, cayendo de rodillas mientras retrocedía contra Logan. El


no era una mente styre, pero tenía que luchar, tenía que ayudar a Logan. La
tensión se acumulaba en los músculos de Quinn. Un flujo subiendo y
bajando tiró de su mente, algo oscuro llegando a agarrarle y tirarle debajo.
Gritó y aspiró una bocanada de aire helado, sintiendo algo que salía de
Logan como si estuviera atacando, golpeando la mente de Quinn, tratando
de entrar. Quinn golpeó sus manos en las sienes, volviendo a luchar,
luchando por mantener lo que quiera que estuviera entrando.

Una sensación de poder y de antigua fuerza llenó a Quinn,


haciéndole jadear cuando Logan cayó a cuatro patas, rodando por la
espalda y alcanzando a Quinn. —Eso me va a matar —Logan sollozó
mientras se retorcía por el suelo.

Los ojos de Quinn se dispararon cuando vio una ligera silueta de


Panahasi de pie detrás de Logan. Panahasi era el líder de los demonios,
incapaz de ser visto a plena luz del día. Su forma corporal brillaba cuando
asintió con la cabeza a Quinn. —No te hará daño. Sé su colchón. Absorbe
su exceso de facultades dentro de tu cuerpo.

Quinn asintió, bajando la guardia y tomando todo el peso del asalto


de Logan. No era una sensación agradable, pero ya no se sentía como si su
cráneo fuera a estallar. —Sácalo fuera, Logan. Dámelo. —Quinn gritó por
encima de Logan sollozando y gritando.

Quinn vio a Rave y a Tony correr hacia él, junto con Hunter y Zeus.
Les volvió a hacer señas cuando Logan lanzó un grito. El sonido casi
destrozó los tímpanos de Quinn cuando sintió una explosión cerrarse en su
mente, haciéndole tambalearse hacia atrás. Quinn nunca había sentido tales
facultades antes, pero sólo ganó un ligero dolor de cabeza por la absorción.

Logan estaba en el suelo, con la piel cubierta de sudor mientras se


sacudía incontrolablemente. —Id con él —dijo Quinn a Rave y a Tony—.
Se ha ido.

—Dile al Alfa que voy a enviar a uno de mis demonios guerreros


para mostrar a Logan cómo canalizar sus poderes sin la amenaza de que
Logan se sobrecargue de nuevo. Logan es muy fuerte, la más fuerte mente
styre que he encontrado en mucho tiempo —Panahasi dijo antes de
desaparecer.

Quinn se volvió hacia Zeus, transmitiendo el mensaje.

—Entonces llévale a casa —dijo Zeus—. Es demasiado peligroso


incluso para sí mismo en estos momentos.

Rave levantó a Logan, lanzándole encima de su hombro mientras él y


Tony se dirigían hacia su coche. Quinn dejó escapar un largo suspiro
mientras su fuego que lamía a lo largo de su piel empezó a apagarse.
Hunter iba a patear su culo por ser voluntariamente el desahogo de Logan,
y él no estaba entusiasmado con ello.

Logan le debía por esto.


Capítulo Doce

Rave se sentó en el asiento trasero, sosteniendo a Logan mientras


pasaba la mano sobre el cabello suave de su pareja. Logan estaba mirando
el asiento trasero como si estuviera allí, pero sin estar tampoco.

—Tony, yo...

—Déjalo ir por ahora, Rave.

Rave podía ver la manera inflexible en que los hombros de Tony


estaban y sabía que la había cagado bien grande. Tony tenía razón sobre
Rave tratando de hacer desaparecer el don de Logan. No, él no estaba
tratando de hacerlo desaparecer, más como barrer bajo la alfombra. Rave
había reprendido a Logan cada vez que su pareja trató de usar su don. Esa
no era la correcta manera de manejar las cosas. Debería haber sido más un
apoyo que una dificultad.

En lugar de tratar de encontrar una manera de ayudar a Logan, este


era el resultado de la sensación de Logan de estar atrapado. Joder. —Lo
siento, —dijo Rave cuando se inclinó más cerca de Logan—. Siento mucho
no escucharte.

Logan se quedó mirando hacia el espacio, inmóvil. Rave estaba


empezando a tener miedo a que algo estuviera mal con Logan. Por lo
general, después de que su pareja utilizara el control de la mente, le dolía la
cabeza, se cansaba, y estaba un poco desorientado. Eso fue un infierno de
espectáculo allí en la tienda de Hunter. ¿Qué efectos secundarios sufriría
Logan después de tan gran acumulación como esa?

—¿Logan?

Rave volvió la cabeza de Logan, al ver qué grandes eran las pupilas
de su pareja. Logan no estaba respondiendo. —Tony, algo le pasa a Logan.
—Rave quería golpear sus manos, gritar y sacudir a Logan hasta que el
hombre lo mirara con los ojos enfocados. Se estaba asustando como la
mierda.
Tony paró el coche en el suave arcén de la carretera y luego se dio la
vuelta, mirando abajo a Logan. —¿Qué está pasando?

Rave negó con la cabeza al tiempo que cogía la mandíbula de Logan,


sacudiéndola suavemente atrás y adelante, pero Logan se quedó allí, sin
responder.

—Vayamos a casa para que Max pueda mirarle. —Tony pisó el


acelerador, yendo un poco más rápido esta vez acercando a Logan a casa.
Rave llevaba a su pareja dentro mientras Tony buscaba a Max. Rave colocó
a su pareja en su cama poniendo más cómodo a su compañero mientras
Max entraba en la habitación.

—No dirá nada. Sus pupilas estan muy grandes, —dijo Rave cuando
dio un paso atrás para que Max examinara a Logan—. No ha dicho nada
desde la pelea con Quinn.

—¿Qué quieres decir, la pelea con Quinn? —preguntó Max.

Rave explicó al médico lo que había visto. Rave había estado en


forma de shifter, saliendo a correr para refrescarse de la acalorada
discusión cuando había tropezado y casi se desmayó por el uso de Logan de
sus poderes. Rave no estaba seguro de cómo siempre sabía cuándo Logan
los utilizaba, pero se había sentido como si estuviera ahogándose en un río
caudaloso en esta ocasión. Él ni siquiera sabía dónde encontrar a Logan, lo
que era imposible, pero cierto.

—Cierra las cortinas —dijo Zeus, mientras entraba a la habitación de


Rave—. Tiene que estar completamente oscuro aquí.

Rave no cuestionó al Alfa. Cerró las cortinas, la luz del día


desapareciendo sólo con la única lámpara de la mesilla encendida. Observó
con asombro cómo un par de llamas en los ojos candentes aparecieron. No
era que los ojos estuvieran en llamas, más como un fuego que se reflejaba
en los oscuros orbes, como si quien poseyera esos ojos estuviera mirando
un fuego arder en una chimenea.

Un hombre corpulento salió de las sombras, haciendo una reverencia


como si alguien estuviera en una clase de Karate. Pero Rave no se dejó
engañar. Sintió el poder surgiendo alrededor del hombre.
—Soy Einarr. Panahasi me dijo que alguien aquí necesitaba
entrenarse en sus nuevos poderes hallados.

Rave se acercó a la cama, gruñendo suavemente mientras bloqueaba


a Logan de la vista de Einarr.

—Cálmate, Rave. Panahasi dijo que iba a enviar a alguien para


enseñar a Logan cómo aprovechar sus poderes para que no se sobrecargue
de nuevo, —dijo Zeus desde la puerta—. No está aquí para herir a Logan.

—¿Sabes algo acerca de su estado comatoso? —preguntó Max—.


Porque, francamente, estoy un poco despistado. El antiguo pergamino no
cubría algo así para las mentes styre.

Einarr asintió con la cabeza. —Estudié su tipo durante muchos años


—respondió—. Logan más o menos está reiniciándose. Gastó una gran
cantidad de energía hoy, y su cuerpo está exhausto, agotado si quieres.
Estoy aquí para enseñarle a canalizar su don, para asegurar que esto no
suceda otra vez. —Einarr hizo señas a Logan para que se tumbara boca
abajo sobre la cama.

A Rave no le gustó. Logan era su responsabilidad, suya y de Tony.


Pero tuvo que admitir que no tenía ni idea sobre cómo ayudar a su pareja.
—No le permitiré llevar a Logan al reino de los demonios.

Einarr asintió con la cabeza. —Va a ser un poco más difícil con la
luz del día en tu reino, pero puedo hacerlo.

Rave miró a Tony, pero su pareja estaba demasiado ocupado


embobado con Einarr.

—¿Realmente salió de la esquina de la habitación? —Tony preguntó.

Rave ocultó su sonrisa. —Él es un guerrero demonio del Reino


Demonio, Tony. Veo que tenemos mucho de qué hablar.

Los ojos de Tony golpearon en Rave, la ira y el dolor seguía


hirviendo en sus ojos castaños. —Sí, enséñame. —Su tono era seco y lleno
de sarcasmo. Rave tenía un montón de cosas del culo que besar para volver
a estar en gracia de Tony. Restregar el hecho de que Tony no podía
cambiar en su cara era lo más cruel que Rave podría haber hecho, y quería
golpear a su propio culo por dejar que sus emociones gobernaran cómo
trataba a su pareja. Estaba fuera de lugar y algo que nunca planeó repetir de
nuevo.

Eso era si Tony alguna vez se lo perdonaba.

—Déjalo descansar por lo menos durante veinticuatro horas, y


debería estar bien, —dijo Einarr—. Estaré de vuelta para ver cómo está.
Sólo tienes que gritar mi nombre si me necesitas antes.

—¿Sólo grito tu nombre? —preguntó Tony.

—Sí, —dijo Einarr con una sonrisa cuando se desvaneció en las


sombras.

—Olvidó mencionar asegurarte que esté oscuro cuando grites su


nombre, —dijo Zeus—. Los demonios no pueden mantener su forma
corporal a la luz del día.

Tony miró confuso como el infierno, pero asintió. Zeus se marchó y


Max caminó hacia la puerta del dormitorio. —Siento que no haya más que
pueda hacer por tu compañero, pero llámame si algo cambia, para poder
comprobarle de nuevo.

Rave no estaba seguro de lo mucho que ayudaría considerar que Max


estaba fuera de su terreno, pero apreciaba la mirada sincera en la cara del
shifter de león. Con Logan reiniciando, Rave se quedó con Tony. No estaba
seguro de qué decir para hacer que Tony viera qué verdaderamente
arrepentido estaba por ser un bastardo integral.

Tony resolvió ese problema cuando se tendió junto a Logan y cerró


los ojos, dejando a Rave de pie solo en la habitación. Rave se preguntaba si
las cosas iban alguna vez a funcionar entre ellos.

Tony pasó los nudillos sobre la mandíbula de Logan, preocupado por


el hombre. Habían pasado poco más de veinticuatro horas, y Logan todavía
no había abierto los ojos. Estaba dispuesto a llamar a Einarr cuando los
párpados de Logan revolotearon, revelando sus bonitos ojos azules. Tony
contuvo el aliento, esperando que Logan se enfocara y se despertara
totalmente.

—¿Estoy muerto? —preguntó Logan mientras pasaba la mano por el


desnudo esternón—. Porque si no lo estoy, Zeus va a freír mi culo.

Tony sonrió, feliz de ver a Logan en tal estado de broma después de


lo que el hombre acababa de pasar. —Zeus no es el que va a freír tu culo,
cariño.

Logan miró a Tony, con la preocupación en sus ojos. —Supongo que


no. ¿Está Quinn, bien?

—Él está bien. Hunter y Tristan no están demasiado felices de que


casi derritas el cerebro de su pareja, pero Quinn insistió en que fue su idea.
¿Lo fue?

—No sé, —contestó Logan. Esa era la pura verdad. Las cosas eran
un poco borrosas de lo que había sucedido. Todo lo que Logan realmente
podía recordar era la pura rabia que le había consumido y asumido el
control. Tal vez él no estaba hecho para caminar en el lado derecho de este
lío. Tal vez las mentes styre estaban destinadas a ser malas. Logan se
estremeció ante ese pensamiento. No quería ser malo. Lo había intentado
con todo lo que tenía para no atacar, pero el poder se había acumulado y se
desbordó hasta que Logan pensó que iba a perder la cabeza.

Esta era una mierda espeluznante con la que estaba tratando. Logan
estaba en camino más allá de cabrearse, con quienquiera que le dio este
poder, para empezar. Él no lo quería. No quería convertirse en el mal.
Había lastimado a alguien, incluso si esa persona se ofreció
voluntariamente. Logan tenía realmente miedo de su propio yo en ese
momento. Ni siquiera estaba seguro de que supiera quién era ya más.

Las cosas estaban sucediendo dentro de él, cosas oscuras, cosas


inmorales. Logan quería salir corriendo de... sí mismo. Se acurrucó en el
lado de Tony, sin saber qué decir ni qué hacer. ¿Cómo iba a pedir disculpas
por lo que había hecho a Quinn? Era imperdonable en su libro.
—Alguien va a venir a enseñarte cómo aprovechar tus poderes y
usarlos correctamente, —dijo Tony cuando frotó la espalda de Logan—. Su
nombre es Einarr.

Logan asintió con la cabeza en el pecho de Tony, preguntándose


cómo su compañero podría estar tan tranquilo con él después de lo que
Logan había hecho. Logan se sorprendió de que Rave no estuviera aquí
gritando a su cabeza sobre usar a alguien para su propio beneficio. Pero no
había sido su propio beneficio. Logan había estado fuera de control y no
había forma de detener la embestida de lo que le estaba ocurriendo. ¿Rave
creería eso?

—¿Dónde está Rave? —preguntó Logan.

—No está aquí.

Logan escuchaba la forma plana en que Tony le respondió. Tony


estaba todavía enojado con Rave. Esto era muy seguro. ¿Cómo podía Tony
guardar rencor contra Rave, pero no estar cabreado con él? —No puedes
estar enojado con él para siempre.

—Mírame, —dijo Tony.

Logan empujó hacia arriba, mirando a Tony. —No fuiste muy


educado cuando te dirigiste a Rave.

—Pero era la verdad, —sostuvo Tony.

—¿Y lo que dijo Rave no lo era?

Los ojos de Tony se estrecharon cuando su nariz se agitaba con furia.


—No es lo mismo.

—¿Cómo, Tony? Lanzaste el pasado de Rave en su rostro, y te


respondió lanzándote algo tan doloroso en el tuyo. Ambos fuisteis
infantiles e inoportunos. Nunca uses el pasado de alguien en contra de ellos
si los amas.

—¿Amas? —Repitió la palabra de Tony cuando sus ojos se


abrieron—. Rave nunca dijo nada sobre el amor.

—¿Te importa Rave?


Tony asintió.

—Entonces, no deberías haber dicho lo que dijiste, no importa si


sentías que estaba justificado. Las palabras duelen, Tony. No puedes
retirarlas una vez que están ahí fuera. —Realmente no había lugar para
hablar. Logan había tratado de utilizar a personas inocentes con sus
poderes. Él era tan culpable como sus parejas, pero tenía que suavizar las
cosas entre Tony y Rave.

Logan iba a suavizar la mierda que había hecho con el empleado del
deli y rezar para que Zeus no le rasgara por un nuevo gilipollas.

Tony se veía como si le hubieran bajado los humos. Gruñó algo que
Logan no podía discernir y luego rodó hacia atrás, mirando al techo. Logan
empujó hacia arriba hasta que estaba tumbado en el ancho pecho de Tony.
—Sabes lo que tiene que suceder ahora, ¿no?

Tony volvió su mirada hacia el Logan, con el ceño fruncido. —No,


¿qué?

—Hacer las paces con sexo, —dijo Logan el asunto con la mayor
naturalidad—. Es la única manera. Y ayuda a que desaparezcan las
espinillas y las verrugas también.

Tony se echó a reír. —Nunca he oído hablar de eso antes.

—Entonces es obvio que nunca has ido a la escuela secundaria, —


Logan bromeó.

—He oído que el sexo es un gran reductor del estrés, —dijo Tony
antes bajando la cabeza, pasando sus labios sobre los de Logan—. Estoy
dispuesto a averiguarlo si tú lo estás.

Logan estaba por ello. Pondría una etiqueta de milagro al sexo si


Tony le daba un poco. Logan se acercó más, su pierna cubriendo la de
Tony. —Acabo de darme cuenta que estoy desnudo bajo la sábana. ¿Has
estado jugando con mis fríjoles y mi salchicha, mientras he estado
dormido?

Tony se carcajeó de lleno mientras ponía a Logan en sus brazos. —


No, pero lo haré la próxima vez si quieres.
—Toquiteando a un hombre inconsciente. —Rió Logan—. Eso sí
que es sólo francamente pervertido.

La sonrisa de Tony era más amplia cuando besó a Logan. —Nunca


dije que fuera un santo. —Su mano le apretó el culo a Logan, haciéndole
gemir cuando Tony tomó el beso más profundo. Logan colgó la pierna
sobre la cadera de Tony, dando espacio a su pareja para hacer todo el juego
que su corazón deseaba. Su polla se engrosó cuando Logan comenzó a
montar el estómago de Tony. El hombre le estaba conduciendo a la locura,
y todo lo que Tony estaba haciendo era apretar su culo.

Logan soltó un grito cuando Tony los rodó, su pareja de alguna


manera desnuda también. Logan tenía la sospecha de que Tony tenía todo
esto planeado. Por supuesto, Logan no se iba a quejar. Sus piernas se
envolvieron alrededor de Tony, tirando de su pareja más cerca. —Jódeme.

—Oh, pienso hacerlo.

—No, ahora. Coge el lubricante y jódeme de nuevo hasta la


inconsciencia.

—¿No quieres que te estire?

Logan torció los labios, mirando fijamente los ojos marrones llenos
de lujuria de Tony. —No, sólo me jódeme fuerte y rápido.

Las fosas nasales de Tony estallaron al tiempo que cogía el


lubricante y untaba el gel sobre su polla. Logan no estaba tan seguro acerca
de su petición, pero quería sentirse vivo, sentir algo, aunque fuera el dolor
de tener a su pareja en su cuerpo. Él consiguió su deseo cuando Tony se
hundió en su culo, duro y de forma cruda, haciendo a Logan gritar cuando
Tony comenzó a follar como un loco.

Logan lo tomó, tomó el castigo mientras sus caderas saltaban, Tony


follando en recompensa. El sudor empezó a construirse en su cuerpo tan
rápido, haciendo que Logan se esforzara más para venirse. Necesitaba la
liberación, necesitaba liberar la tensión en su cuerpo.

El puño de Tony se estrelló contra la cabecera, un gruñido bajo


cayendo de sus labios. Logan vio la lucha en el interior de Tony, pero sabía
que estaba a punto esta vez. —Muérdeme.
—No puedo, —Tony apretó los dientes con frustración.

—Tus dientes no tienen que crecer, Tony. Sólo muérdeme, joder.


¡Hazlo!

Tony golpeó sus dientes en el hombro de Logan, un quejido y un


gruñido saliendo de sus labios, cuando sus dientes romos cavaron tan
profundamente en Logan que Logan sabía que iba a tener las marcas, sino
una cicatriz. Llevaría esa cicatriz con orgullo, ¡maldita sea! —¡Sí! —gritó
Logan cuando Tony hundió su polla dentro y fuera de su culo, se puso
rígido, y luego liberó el hombro de Logan, gritando su liberación.

Logan estaba todavía duro, pero sabía que no era debido a que Tony
fuera un mal amante. Había mucha tensión acumulada en su interior. —No
puedo venirme —dijo Logan con frustración—. Estoy muy tenso.

Tony se puso entre las piernas de Logan y se tragó su polla. Logan


vio a Rave de pie junto a la puerta, deseando en sus ojos unirse a Logan y a
Tony en la cama. Logan se mordió el labio inferior y doblaba su dedo,
diciéndole a Rave que viniera aquí. Rave sacudió la cabeza mientras se
apoyaba contra la pared, mirando.

—¿Puede Rave joderte? —preguntó Logan mientras jadeaba y luego


tragó, su polla dura y enterrada en la boca de Tony. La cabeza de Tony se
echó hacia atrás, la polla hinchada de Logan deslizándose libre. Logan
quería gritar su protesta, pero sabía que Tony y Rave necesitaban llegar a
una especie de tregua. Pero, maldita sea, si no quería volver a meter la cara
de Tony entre las piernas.

Logan curvó sus dedos en la cabecera, respirando a través de su


lujuria mientras observaba.

—Ven aquí, Rave —dijo Tony.

—No, —dijo Rave cuando negó con la cabeza—. Este es tu tiempo


con Logan.

—¿Qué, le compartimos en trozos de tiempo separados ahora?

Rave se encogió de hombros, como un hombre perdido. —Tú me


dirás.
—Te estoy diciendo que vas a joderme desnudo y ven aquí, maldita
sea.

Los ojos de Rave se abrieron más ampliamente mientras tomaba un


paso más cerca. Logan quería gritar a Rave que se diera prisa de una puta
vez para que Tony pudiera volver a chupar su polla, pero enroscó sus labios
hacia adentro, luchando para no arruinar el momento de los dos.

Rave empezó lentamente a quitarse la ropa, sin dejar nunca los ojos
de Tony. Subió a la cama, y Logan oyó respirar rápido cuando Tony
empujó a Rave bajo él, descansando la cabeza de Rave en la polla de
Logan.

Simplemente genial, tenía la cabeza, pero nadie lo estaba chupando.


¿Qué irónico era eso?

—Lo siento mucho, —Rave gritó cuando Tony se inclinó y comenzó


a besarlo. Logan miraba, poniéndose aún más caliente cuando los dos se
entendieron. Se aclaró la garganta, dando golpecitos a Tony en el hombro.

—Si uno de vosotros dos no se inclina por aquí y pone mi polla en


una de vuestras bocas, voy a lanzar la más grande rabieta que hayáis visto.

Tony se reía mientras se inclinaba hacia adelante y lamía un camino


largo hasta el eje de Logan. —No, no lo vas a hacer.

Rave se retorcía debajo de Tony, situándose detrás del hombre.


Logan se debatía entre conseguir chupar su polla y arrastrarse de la cama
para ver a Rave joder a Tony. Opciones, opciones. Optó por que chuparan
su polla. No era tonto, después de todo.

Logan se olvidó de Rave detrás de Tony, cuando Tony lo chupaba


como un profesional. Logan se retorcía en la cama, persiguiendo su
orgasmo como el viento cabalga sobre una tormenta. Iba a encontrarlo o
una de sus parejas iba a debilitarse. Si no podía encontrar la liberación
siendo chupado, iba a joder a alguien en la pared.

Logan levantó sus caderas más alto y luego se agachó entre sus
piernas, tirando con fuerza de su saco. Eso lo hizo. La boca de Logan se
abrió, un chillido fuerte salió cuando su cuerpo estalló en un caleidoscopio
de colores brillantes. Oh, infierno, podría volver a caer en un maldito coma.
—¡Sí, sí, sí! —Gritó Logan. Se dejó caer de nuevo en el colchón, sus
párpados pesados con la saciedad, cuando se enteró de que Tony y luego
Rave gritaron su liberación. Sus párpados trataron de levantarse para poder
ver la vista maravillosa, pero infierno, estaba demasiado agotado. Estaba
flotando, tan gelatinoso como cualquier hombre pudiera estar después de
un orgasmo alucinante.

¿Quién dijo que el sexo no cura una gran cantidad de cosas?


Capítulo Trece

—Bien, ahora visualiza el lugar donde descansan tus poderes. —


Rave observaba desde el otro lado de la habitación cómo Einarr daba a
Logan su lección. El demonio había querido la sala despejada, pero Rave y
Tony habían argumentado quedarse. No iban a dejar a Logan solo. Sin nada
más, querían que sintiera su apoyo.

Y el Señor sabía que Rave tenía un montón de cosas que compensar.


No iba a dejar de nuevo que Logan se deprimiera. —¿Sabes por qué puedo
sentir cuando Logan usa sus poderes? —Rave preguntó.

—Estás interrumpiendo, —gruñó Einarr—. Pregunta después de la


lección o te marchas.

Rave torció el gesto en su cara, imitando el demonio. ¿Infantil? Sí, y


qué. Tenía hambre, y enfadarse siempre ponía a Rave en un estado de
ánimo impaciente. Tony le dio un codazo, sus cejas bajaron en una
expresión de desaprobación. Rave suspiró cuando salió de la habitación
para encontrar algo de comer. Para él, el estómago vacío igualaba a una
cabeza vacía.

Entró en la cocina para encontrar algunos restos cuando sintió


espinas de poder empujar contra su mente. Rave miró a su alrededor, pero
no vio a nadie. ¿Podía sentir a Logan todo el camino hasta aquí? Había
estado a una gran distancia cuando sintió a Logan luchar con Quinn, por lo
que probablemente era sólo el entrenamiento de Logan.

Buscó a través de la nevera, sonriendo cuando agarró un recipiente


de plástico con restos de la lasaña que Jasper había hecho la noche antes.
Maldita sea, su boca estaba babeando por algo de eso.

Rave dejó caer la fuente, viéndola caer al suelo y desplomarse a su


lado mientras se agarraba la cabeza. Eso no era el entrenamiento de Logan.
Era demasiado fuerte, demasiado poderoso. Logan había demostrado ser
poderoso, pero Einarr habían dicho que empezaría con algo ligero para el
primer entrenamiento de Logan.

Eso no era algo ligero.


Rave parpadeó un par de veces, su cabeza palpitaba con suavidad,
pero aún no vio a nadie. Cogió el cuenco del piso, y lo colocó en el
mostrador, y luego cayó de rodillas mientras gritaba. Las imágenes de Rave
agarrando el gran cuchillo de carnicero empujaban en su mente, y Rave
supo entonces quién estaba haciendo esto.

Aba.

Trató de escapar de la cocina, para ir a buscar a su pareja, y,


posiblemente, a Einarr si el demonio podía luchar con Aba, pero cayó en la
pared justo dentro de la cocina cuando una ola de dolor se estrelló sobre él.

Rave tocó su cara, los dedos con sangre. Su maldita nariz estaba
sangrando. ¿Qué carajo? La imagen del cuchillo carnicero navegó a través
de su visión una vez más cuando Rave se sintió caminar de nuevo hacia el
mostrador. El cuchillo carnicero estaba situado en la tabla de cortar,
brillando a la luz.

Parecía muy afilado y mortal como el infierno también. El corazón


de Rave empezó a golpear en la garganta mientras caminaba más cerca.
Sabía que si llegaba a ese cuchillo, estaba muerto.

—¡No! —Gritó mientras trataba de dar un paso atrás, poniendo un


poco de distancia entre él y el cuchillo. La temperatura de la habitación
cayó como un peso pesado. Rave sabía que era un truco de la mente. Estaba
de pie en su cocina, pero la sensación era como si estuviera de pie en el
medio de una tormenta de nieve en su lugar. Sus dientes comenzaron a
castañetear cuando alejó su cuerpo del mostrador, luchando contra la
necesidad de llegar a ese maldito cuchillo.

—¡Ayuda! —Rave gritó, pero nadie vino a la cocina. Él estaba


solo—. ¡No puedes hacerme daño! —Rave gritó a la cocina vacía.

—Oh, yo creo que sí puedo, lobo. Creo que puedo. —Aba apareció
al lado de los armarios. Rave ni siquiera había visto que el hombre se
escondía allí. ¿Aba le había impedido ver al hombre? ¿Era tan bueno, tan
poderoso? Si lo era, Rave estaba jodido.

Rave se agarró a la isla, usando las manos para alejarse del


mostrador con el cuchillo carnicero aposentado sobre él. Él no iba a
conseguir el cuchillo y permitir que Aba hiciera que Rave se matara a sí
mismo. No iba a hacerlo.

Aba dio un paso más cerca de Rave mientras la energía rodaba sobre
la piel de Rave, presionando en su mente con más fuerza. Sus dedos
comenzaron a acalambrarse en la encimera de mármol, pero Rave se negó a
soltarla, se negó a matarse a sí mismo.

La sangre goteaba más espesa en su labio, pero si Rave levantara la


mano para eliminarla, estaba acabado. En su lugar, volvió la cabeza y se
secó la boca con su camisa, mirando a Aba. —No voy a dejar que me
controles.

—Ya veremos, —dijo Aba con una risita. Las venas llegaron a
pronunciarse en las sienes mientras cerraba los ojos. Los iris en los ojos de
Aba eran oscuros, pozos sin fondo del infierno devolviéndole la mirada.
Rave podía ver que no sólo Aba eligió el lado oscuro, lo había abrazado
con cariño. Un alto zumbido empezó en la cabeza de Rave, al igual que el
zumbido de las abejas. Golpeó las manos sobre las sienes y se dio cuenta de
su error demasiado tarde. Su cuerpo salió disparado hacia adelante,
golpeando el abdomen en el mostrador. El cuchillo estaba allí, reluciente y
listo para cortar cualquier cosa en su camino. La hoja era afilada. Jasper
guardaba todos sus cuchillos afilados.

La necesidad maniática de Jasper por los cuchillos afilados iba a ser


la muerte de Rave. Qué irónico. Como si una cuerda invisible se atara en la
muñeca de Rave, su mano comenzó a llegar al cuchillo. —No, maldita sea,
—Rave apretó, pero su mano seguía llegando al cuchillo.

—Sí, maldita sea, —Aba se burlaba de él. Se quedó allí con su traje
negro, fresco y limpio, su delgada corbata, con su alfiler de plata tan
brillante en contra de lo negro. Rave quería cambiar y... ¡joder! ¿Cómo
podía haber olvidado su lobo? Rave cambió en su forma de lobo. No había
manera de que pudiera agarrar el cuchillo con las patas.

—Eso no me detendrá, lobo —dijo Aba cuando se acercó y agarró el


cuchillo. Rave gruñó y renegó, mostrando los dientes, pero permaneció
perfectamente inmóvil, cuando Aba se acercó a él. Rave luchó contra el
impulso de levantar la cabeza y mostrar su cuello. No iba a dar a Aba su
cuello.

Echó la cabeza hacia atrás y aulló, aulló tan fuerte que Aba tenía que
tapar sus orejas. Rave sabía que entonces alguien lo oyó. Más les vale que
le hubieran jodidamente oído o iba a ser sacrificado con un corte en la
garganta.

Oyó pisadas pesadas mientras luchaba por retroceder. Aba saltó


hacia él, el cuchillo pivotando en el aire. Rave volvió a aullar cuando la
hoja cortó a través de su pata delantera. Sintió el derramamiento de sangre
de la herida, pero no perdió la concentración. Aba colgaba de él de nuevo,
pero Rave sintió liberarse la mente de la mente styre. Dio un salto atrás a
tiempo, la hoja incrustándose en la isla de madera.

—¡No! —gritó Logan cuando entró en la habitación. Rave vio en eso


una visión momentánea de lo que Aba quería hacer a su compañero. Quería
los poderes de Logan. Si Aba mataba a Logan, las habilidades de Logan
serían absorbidas en el cuerpo de Aba. No permitiría que eso sucediera.

—Abaddon —se burló Einarr—. Cuánto tiempo sin verte.

—¿Lo conoces? —Preguntó Logan.

—Lo hago —dijo Einarr.

—Fue llamado después el embaucador. A Abaddon le gusta pensar


en sí mismo como todopoderoso, pero no lo es —respondió Einarr. Logan
movió la cabeza de Aba a Rave, la rabia llenándole la vista por el sangrado
de Rave.

—¿Qué le hiciste a mi pareja? —Exigió Logan.

—Ven a ver —se burló Aba.

Logan dejó escapar un suspiro, rezando como el infierno que no


estuviera a punto de entregarse a él de manera humillante. Logan se alisó el
pelo hacia atrás, llegando abajo dentro de él, donde sus poderes
descansaban. Intentó muy duro no parecer ansioso o asustado. Pero no era
fácil. Aba iba a matarlo. De eso Logan no tenía ninguna duda.

Einarr se echó a reír, pero se convirtió en un gruñido riendo mientras


se quedó de pie a la derecha de Logan. —¿Crees que es tan estúpido como
para venir a ti?

—Así que, ¿has estado entrenándole? —preguntó Aba a Einarr.

Lástima que sólo tuviera el equivalente a una hora de entrenamiento.


¿Por qué no podía Aba haber llegado en una fecha posterior cuando Logan
fuera un poco más hábil?

—Lo he hecho —admitió Einarr.

—¿Para luchar contra mí? —Aba parecía ofendido. Logan no estaba


seguro de lo que estaba pasando, pero quería alejar a Rave a un lado de
Aba.

Su compañero estaba sangrando por todo el piso, lo que significaba


que la herida era muy profunda.

—Sí —respondió Einarr— contra ti.

Logan se alegró de que uno de ellos estuviera en calma, porque


estaba a punto de perder la maldita cabeza. Einarr se quedó allí como si los
dos estuvieran hablando sobre el tiempo. Sabía que el demonio había
venido a enseñarle a controlar sus poderes, así que ¿de qué estaba el
hombre hablando?

—¿Es esto algún intento a medias de redimirte por suspenderme? —


preguntó Aba. Logan podía sentir los poderes de Aba deslizándose sobre él
como una mancha, de negro aceite. Se detuvo para temblar. La exploración
no le estaba haciendo daño, pero no le gustaba.

—No —dijo Einarr cuando negó con la cabeza—. Yo hice todo lo


posible por ti, Abaddon. Fue tu elección hacer daño a la gente.

—¿Fuiste su maestro? —preguntó Logan con sorpresa.

Einarr asintió con la cabeza. —Lo fui.


Logan tragó. Sabía que estaba en problemas ahora. Si Einarr, un
hombre que estudió a los seres de mentes styre, fue el maestro de Aba,
estaba condenadamente jodido.

—¿Y esperas que yo gane? —preguntó Logan.

—No, no lo hago.

Bueno, eso era tranquilizador. Logan no sabía qué decir. ¿Iba Einarr
a dejarle morir a manos de Aba? Si así fuera, era bastante grave acordar
que le enseñara, en primer lugar.

—¿Me lo dejas para mí? —preguntó Aba con una alegría de triunfo
en su voz.

—No, no lo voy a hacer.

—Mira, me estás endiabladamente confundiendo, —dijo Logan con


una rápida mirada a Einarr y luego a Rave. De nuevo Logan se estrelló
contra la pared, Aba le capturó con la guardia baja. El dolor se disparó
través de su mente y por la espalda mientras luchaba por no gritar. Logan
salió disparado hacia adelante, su ira se desató, pero Einarr lo hizo regresar
con su mano sobre el brazo de Logan.

—Nunca vayas a tus enemigos. Siempre que ellos vengan a ti.

Correcto. Ese era el plan de Logan todo el tiempo. En serio.

Logan se quedó allí esperando a que Aba tuviera su peor momento, a


pesar de que tenía serias dudas de que viviera para ver los resultados
finales. Tony se deslizó a la izquierda de Logan, su arma en la mano.
Logan no estaba seguro de que fuera una brillante idea, considerando que
Aba podría hacer que Tony se disparara a sí mismo.

Cal entró en la cocina, allí de pie mirando a Aba.

—No creo que debas estar aquí, —dijo Logan mientras dio un paso
hacia su amigo. Cal no era rival para Aba. El chico terminaría con el
cerebro picado. Logan ladeó la cabeza cuando su amigo comenzó a reír.
Sabía que Cal era un poco desagradable, pero ahora no era el momento del
humor.
—¿Cal?

Cal comenzó a cruzar la cocina, sus pasos seguros de sí mismo, tal


vez incluso un poco engreído. ¿Estaba el hombre a punto de enfrentarse a
Aba? —Cal, no. Él es peligroso.

Arrodillado ante Rave, Cal extendió la mano y agarró la pata del


lobo, sus dedos se encresparon alrededor de la herida. Rave gimió y trató
de morder a Cal, pero Logan podría decir que Aba estaba usando su control
de la mente para tener a Rave sometido.

—¿Qué estás haciendo? —gritó Logan, dando un paso hacia su


amigo. Einarr agarró el brazo de Logan, deteniéndolo.

—Suéltame, Einarr.

El demonio negó con la cabeza.

—Creo que él está tratando de que rescates a Cal, —dijo Aba con
humor.

Cal lamió la sangre de su mano mientras permanecía de pie,


sonriendo a Logan mientras sacaba sus dedos de la boca. Su lengua se
pasaba por los labios, como si quisiera asegurarse de que tomaba hasta la
última gota. Logan se sentía como si estuviera a punto de vomitar. Los ojos
marrones de Cal estaban brillando con algo parecido a la lujuria mientras
miraba abajo en la lesión de Rave.

—Mantente alejado de él, —Logan gritó con los dientes apretados.

—¿O qué? —se rió Cal.

—¿Está utilizando el control mental sobre Cal? —Susurró Logan a


Einarr.

Porque si Aba lo hacía, Cal iba a estar enfermo del estómago cuando
se enterara de lo que había hecho a Rave.

Einarr dio un ligero movimiento de su cabeza.

—¿Crees que Aba está controlándome? —preguntó Cal, como si


fuera un insulto—. No, Logan. Esto es todo mío. Yo maté a esa pareja.
Deberías haber oído a su marido suplicar, rogarme que no cortara su
preciosa piel. —Los ojos de Cal brillaban ahora, como joyas gemelas de
terror. El hombre parecía estar reviviendo el evento en su mente,
disfrutando de ello.

¿Cómo infiernos no había visto al verdadero Cal? Joder, Logan había


compartido una maldita casa con el hombre. —¿El hombre del contenedor
de escombros?

Cal se echó a reír. —Sus gritos hicieron que mi maldito pene se


pusiera duro.

—Eres un maldito psicópata, —escupió Logan.

—Ese soy yo. —Afirmó Cal el título con orgullo y luego miró por
encima de Aba, mirando al hombre—. Sin embargo, Aba no me dejaba
comerlo. Dijo que tenía que parecer que había matado al tipo.

—¿Comértelo? —Dios, Logan realmente iba a estar enfermo. Miró a


través de la habitación a ese alguien que había llamado amigo, pero en
verdad, el hombre era un completo desconocido. Negó con la cabeza,
sabiendo en su corazón que quería a Cal muerto. Tan muerto como quería a
Aba. No sólo el shifter de gato lo traicionó, sino que había matado a
personas inocentes. Logan se sentía disgustado con sólo mirar a Cal.

—¿Qué conseguiste con esto? —preguntó Logan cuando hizo un


gesto con la mano de Cal a Aba—. ¿Qué te ha prometido?

Cal señaló con la punta del pie a Rave, sonriendo a la pareja de


Logan. —Cuerpos frescos. Víctimas que pueda matar sin tener que
preocuparme de ser atrapado. Prometió darme juguetes que pueda torturar
durante horas, Logan.

—Eres un jodido enfermo. —Logan se preguntaba cómo estaba de


pie allí. ¿Por qué Cal no había intentado matarlo en su casa?

Cal se reía. —Las palabras no me afectan, Logan.

—¿Por qué no tratar de matarme?


—Porque —Cal, una vez más miró a Aba—. Me dijeron que estabas
fuera de los límites. Alguien más te quería todo para sí mismo.

Vaya, me pregunto quién.

—En cambio, —Cal continuó: —Yo estaba pendiente de ti. Se


suponía que me asegurara de que Aba no tuviera ningún problema en
llevarte de nuestra casa esa noche, pero luego Rave y sus amigos se
presentaron. Se suponía que tenías que morir, Logan, para que Aba pudiera
absorber tus poderes. ¡Morir!

Los poderes de Aba atacaron demasiado rápido para detenerlo.


Logan estaba en el suelo, encrespándose mientras gruñía su dolor. Eso es
todo. Si moría o no, Logan estaba cansado de que Aba jugara con él. Miró
a Aba, viendo una intensidad alarmante en los ojos de Aba cuando vio a
Logan, como si se quitara los guantes y el tiempo de los juegos hubiera
terminado.

—Concéntrate —advirtió Einarr en voz baja—. No dejes que tus


poderes te controlen. Tú eres el único responsable de tus poderes, Logan.

Aba rugió mientras una ola de oscuridad cayó sobre Logan. Negó
con la cabeza, luchando para liberar la presión de Aba sobre él, en su
mente. Logan empujó y empujó condenadamente duro, pero podía sentir la
oscuridad tomar el control.

—Canaliza tus poderes, —dijo Einarr con fuerza—. Canalízalos.

—No puedes ganar, —se burló Cal a través de la habitación, pero


Logan desconectó al hombre de su mente.

Logan redujo su visión a Aba, empujando su voluntad a que el otro


hombre muriera. Sólo hacer que Aba se rindiera, no sería suficiente. Puede
que no fuera el único responsable de la muerte del hombre y la mujer en
Pride Pack Valley, pero estaba seguro de que Aba era responsable de más
muertes de las que se informó. Podía sentirlo en la mente del hombre.

Pero su moral no dejaba a Logan matar al hombre. Ese no era su


canto. Simplemente tenía que desactivar a Aba. Él no era un asesino a
sangre fría. No era Aba o Cal. Logan nunca quiso ser lo que vio enfrente de
él. Y sabía que si mataba a Aba, sería un poco más fácil volver a matar. El
ser una mente styre era demasiado atractivo en sí mismo. No necesitaba
ninguna ayuda para dejarse seducir más allá en sus propios poderes.

Una ola de frío helado se formó justo bajo la piel de Logan mientras
luchaba por evitar a Aba. No tenía ganas de hacer daño a Aba. Podía sentir
la arrogancia de Aba rodando fuera de él en olas. El hombre se creía
intocable.

La calma comenzó a instalarse en el interior de Logan. Era serena y


pacífica. No estaba seguro de dónde venía, pero Logan se agarró a ella.
Podía sentir los poderes de Aba debilitándose en el interior de su mente,
aflojando su control sobre él. Logan empujó fuerte, atacando con todo en
él, queriendo que Aba cediera, se diera por vencido.

—Te subestimé —dijo Aba mientras volvía a empujar. Logan estaba


atrapado en un duelo de mentes, luchando por su vida, su cordura. Había
conseguido la ventaja sólo porque Aba había sido demasiado arrogante de
que podría tomar a Logan. Pero ahora que sabía que era mejor, su guardia
había subido—. Voy a disfrutar drenándote.

—Hoy no, —dijo Logan cuando una explosión estalló dentro de su


cabeza, sus poderes disparando en todas direcciones, lloviendo a todos a su
alrededor.

—Canalízalo —advirtió Einarr. Logan vio a Rave acurrucarse en el


suelo, gimiendo de dolor cuando Tony cayó de rodillas. Sintió la reacción
violenta del poder de Aba tratando de destruir a Logan. Se concentró en
Aba, su visión haciendo un túnel justo al único hombre de pie en esta sala.

Aba gritó, cayó de rodillas. Pero no había terminado. Logan voló


atrás, sus pies dejando el suelo, cuando la espalda se estrelló contra la
pared.

—Destrúyelo —gritó Eirnarr.

—No puedo —gritó Logan—. No voy a matarlo.

—¿Incluso si está tratando de matarte?

—Sí.
Einarr rugía, el sonido tan ensordecedor que Logan sólo sabía que
sus tímpanos estaban sangrando. Las ventanas de la cocina quedaron
destrozadas, el vidrio cayendo por la habitación con finas rodajas y trozos
grandes. Logan levantó la vista para ver la encimera de mármol dividida
por la mitad, como una línea de falla, con una misteriosa grieta que iba
desde un extremo de la isla al otro. Logan se dejó caer de rodillas,
arrastrándose a Tony y cubriendo el cuerpo de su pareja. Rave se arrastró
hacia ellos, su pata delantera a la rastra, pero Logan logró envolver el otro
brazo alrededor de su pareja lobo.

Logan sentía algo invisible entrar a través de la nariz, la boca y ojos.


Era como agua caliente goteando dentro de su cuerpo. Sabía lo que era.
Logan estaba ganando los poderes de Aba, y él no los quería. Pero ¿Cómo
demonios iba a rechazarlos, cuando ni siquiera podía verlos? Dudaba si
cerrar la boca y los ojos funcionaría. Era sólo algo que iba a tener que
aprender a dominar ahora.

El rugido se detuvo y el silencio fue aún más ensordecedor. Los


oídos de Logan sonaban. Jesse corrió a la habitación, abordando a Cal en el
suelo, pero no fue mucha la pelea. Cal miró atónito, sus ojos vidriosos
cuando Jesse le esposó. Cal no iba a ver la luz del día durante un tiempo
muy largo, si es que la veía. El sheriff sacó a Cal de la sala, y Cal salió sin
una pizca de lucha. Logan miró arriba para ver a Aba tendido en el suelo,
los ojos muy abiertos y desenfocados. —¿Le has matado? —Fue una
pregunta tonta, pero Logan quería oírla en voz alta.

—Sí —respondió Einarr.

—Pero querías que yo lo matara.

—No. —Einarr negó con la cabeza—. Yo quería que te negaras.

Logan se puso de pie, sus manos se encresparon a los costados. —


¿Esta era una maldita prueba?

—En cierto modo —admitió el demonio—. Necesitaba saber de qué


lado caminabas.

—¿Y si hubiera matado a Aba?


La sonrisa de Einarr fue cualquier cosa menos cálida. Era tan oscura
como el impulso mental que Aba le había forzado. —Yo te hubiera
destruido.

—Me alegro de tener conciencia. —Logan podía ver la verdad en los


ojos de Einarr. El demonio lo hubiera hecho. Habría matado a Logan—.
¿Por qué?

—Porque, matando a un hombre es lo que empieza todo en una


mente styre. Una vez que hubieras probado el poder supremo, no había
marcha atrás.

—Gilipollas, —espetó Logan cuando se agachó y ayudó a Tony a


levantarse.

—Ese es mi nombre, —argumentó Tony cuando cuadró los hombros,


pareciendo agotado.

Logan lo ignoró. —¿Qué pasa con Rave? Está herido.

—Es un shifter. Sanará. Volveré mañana para seguir nuestras


lecciones, —dijo Einarr cuando comenzó a retroceder.

—¿Einarr?

—¿Sí?

—¿Por qué no morimos todos cuando abriste tu boca? —Y esa era


una muy buena pregunta. Logan había sentido presión en la base de su
cráneo, pero no fue dolorosa. Era como si alguien hubiera puesto una mano
sobre la parte de atrás de su cuello y le diera un suave apretón.

Einarr le guiñó un ojo. —Porque he aprendido a canalizar mis


poderes, Logan.

El demonio desapareció en un rincón en penumbra de la cocina,


dejando a los tres solos. Bien, y ¿ahora que se iba a hacer con el cuerpo?

Tony se sentó en los escalones de la entrada de la mansión, mirando


a Dorm venir por la entrada. Tenía el archivo en la mano, preguntándose
cómo iba a escribir su informe de seguimiento. ¿Alguien gritó y murió el
sospechoso? Eso sólo podría causar más daño que bien.

Dorm se bajó de su coche, golpeó la puerta para cerrarla y tomó


asiento al lado de Tony. —¿Caso concluido?

—De alguna manera, —respondió Tony. Ni siquiera estaba seguro


de cuánto decir a su socio. ¿Los demonios? Sí, claro—. Ya he llamado al
Director Simone, —comenzó Tony—. No voy a volver contigo.

Dorm miró a Tony. —¿Por qué?

—Zeus me ofreció un trabajo aquí. —Zeus había pedido a Tony estar


a cargo de los shifters que salieran a patrullar con las bestias aladas. No
sólo era el sueldo mejor que el FBI, sino que permitía a Tony quedarse con
Rave y Logan. El lote completo de los shifters en patrulla estaba en el
regazo de Tony, y honestamente, no podía esperar para empezar. Sus ojos
se habían abierto a un mundo totalmente nuevo aquí en Pride Pack Valley,
y esto era sólo el comienzo.

Tony había llegado a buenos términos con el hecho de que nunca


volvería a cambiar. Encontró que morder a Logan con sus dientes romos no
era tan satisfactorio, pero sexy como el infierno. Podía vivir con eso. Él y
Rave habían hecho las paces... en el suelo, en la cama, la repisa del baño,
incluso en la mesa de la cocina. Sólo esperaba que nadie los hubiera visto
en la cocina.

—Yo no voy a volver tampoco —dijo Dorm a su lado. Eso


sorprendió a Tony. Dorm era un policía de cabo a rabo. Respiraba por
atrapar a los chicos malos para el desayuno.

—El sheriff DeKalb me ofreció un puesto en el cuerpo aquí, y acepté


su oferta.

Esa tenía que ser un infierno de oferta. Tony pensó que Dorm
permanecería en la agencia hasta su jubilación. —¿Por alguna razón
especial?

¡Dorm, jodidamente, se ruborizó!


—Eso no es asunto tuyo, Tony —dijo y luego le hizo un guiño—.
Pero tengo que volver a la estación. ¿Puedes manejar el informe?

Tony le despidió con la mano. Dorm sonrió y luego subió a su coche,


alejándose. Oyó la puerta abrirse detrás de él. Rave y Logan salieron,
tomando asiento a cada lado de Tony. Rave apoyó la cabeza sobre el
hombro de Tony cuando Logan puso su mano sobre la rodilla de Tony.

—Gracias, —dijo Logan cuando suspiró y miró hacia la gran


extensión de césped.

—¿Por qué?

—Por aceptar el trabajo aquí.

Tony envolvió su brazo alrededor de los hombros de sus parejas. —


No puedo dejaros a los dos solos. Me necesitáis.

—Y tarda una eternidad en volver. —Rave empujó su hombro en


Tony, una suave sonrisa en su rostro. Tony besó a Rave, y luego a Logan,
en su sien. Se sentía como si su vida estuviera empezando aquí en Pride
Pack Valley.

—¿Hacemos las paces con sexo? —preguntó Logan mientras saltaba


desde el paso.

—Pero no estábamos peleando, —señaló Tony.

—Gilipollas, —dijo Logan y luego corrió a la casa.

Tony enarcó una ceja. —Creo que esa es tu manera de empezar una
pelea. Rave se rió entre dientes mientras se levantó de un salto y corrió tras
Logan.

Tony agarró el archivo en la mano, preguntándose si Zeus podría


suavizar las cosas con su director para que Tony no tuviera que salir a
hacer su informe. Puso el archivo bajo el brazo, caminando a la casa,
cerrando la puerta detrás de él, y luego corriendo hacia las escaleras para
su combate y su sexo reconciliador.

Maldita sea, la vida era buena.


Coordinadores del Proyecto
Ian y Perversa

Traducción:

Paqui

Corrección:
Isolde

Portada y Montaje:
Roskyy

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