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Desagrado como

emoción
by Victor Ortiz on agosto 8, 2017

Ya hemos hablado de algunas de las “emociones primarias”


(Alegría, Ira, Miedo) que están presentes en los animales y en
la persona del hombre. Ahora nos toca hablar de una emoción
que está dentro del grupo pero poco se habla de ella: El
desagrado.
Esta emoción es

también conocida como repulsión o asco, es una emoción que


está estrictamente ligada a lo fisiológico pues cuando se hace
presente se activan reacciones corporales cuando se trata de
algo que no es agradable al sentido del gusto. Pongamos un
ejemplo, cuando nos ofrecen algo que no es agradable a la vista
o que ya hemos experimentado una experiencia “non grata” se
activa el sentido de gusto en rechazo y corporalmente se
manifiestan movimientos musculares y malestares en el área
del aparato digestivo llegando a ocasionar la expulsión de lo
que haya en proceso de digestión o se haya acabado de ingerir.
También el desagrado se manifiesta de manera conductual, es
decir, ante alguna situación que no nos ocasiona un estado de
tranquilidad o satisfacción se presenta como vía de escape,
rechazo, repulsión que aun y cuando verbalmente se afirme que
todo esta bien, el cuerpo dice lo contrario pues se dan señales
que podemos considerar universales, ya que en cualquier
idioma o país se hace presente de igual manera.
Viendo esta emoción de manera más profunda descubrimos que
a pesar de ser considerada como limitativa y/o negativa, nos
protege de la siguiente manera:
 Generando una respuesta de escape cuando sea
necesario hacerlo.

 Evitando poner en riesgo la salud y el bienestar.

 Acrecentando acciones que vean por el cuidado personal


y alimenticio.
También por ahí se dice que esta emoción se ha desarrollado o
hecho una cualidad que la ha dado un sentido amplio de manera
social y culturalmente. Se genera de esta manera por influencia
de los demás, como ejemplo podemos decir que pasa muy a
menudo cuando se ve una película que excede en escenas
violentas, quién la ve y le es desagradable empieza a generar
esa misma emoción en su entorno más cercano produciendo
que quien tiene la intención de verla no lo haga y transmita el
mismo mensaje a los demás.

Si no sabemos dotarla de inteligencia se está en riesgo de


convertirse en un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) que
lleva el desagrado a altos niveles que su conducta se detona o
afecta con el más mínimo detalle que haga referencia a la
emoción.
Por último, como las demás emociones, primarias o
secundarias, queda preguntarnos ¿Cómo considero a la emoción
de desagrado? ¿Generativa, limitativa o propiamente una
emoción? ¿Qué detona el desagrado en mi? ¿Es a nivel
alimenticio, conductual, visual, tactil, auditivo, olfativo? ¿Qué
puedo hacer para darle inteligencia a la emoción y no generar
un trastorno? ¿Qué otras emociones se desprenden de esta
emoción primaria?

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