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Aunque los chicos y las chicas creen “saberlo todo”, muchas veces cuentan con
información que no es cierta.
A veces, puede ser la culpabilidad por no alcanzar las expectativas que teníamos
al respecto. Otras, la vergüenza, una baja autoestima o incluso el miedo a no ser
socialmente aceptados por exteriorizar preocupaciones relacionadas con el sexo,
ya que existe la creencia de que en la cama “hay que dar la talla”.
Por este motivo, vamos a ilustrarnos mediante unas cuestiones curiosas que nos
conciernen a todos, ya que la satisfacción sexual se entiende como una necesidad
fisiológica, emocional y psicológica esencial para todos.
Verdades:
¿Qué es el clítoris?
Además, cuenta con glándulas productoras de aceite que dan una apariencia
brillante, a la vez que permiten al prepucio deslizarse sobre él.
El tamaño del cuerpo del clítoris (glande y capuchón) mide aproximadamente 0,5
cm y sus raíces alrededor de 7,5 cm, con lo que el promedio de longitud de dicho
órgano está entorno a los 8 cm.
¿Por qué a los labios menores también se les conoce como ninfas?
Los labios menores son conocidos como ninfas porque son los encargados de
dirigir la orina, así como las ninfas son deidades femeninas que se ocupan de
encauzar el agua de las fuentes y los manantiales.
Además, los labios menores son la analogía, desde un punto de vista embrionario,
de la piel del pene masculino, por lo tanto también son una zona erógena muy
sensible a las caricias.
La explicación viene dada del hecho que aunque el orgasmo sea popularmente
conocido como “orgasmo vaginal”, este se produce gracias a la estimulación de
las raíces internas del clítoris (anteriormente mencionadas) pese a que se haga a
través de la vagina.
Estos datos, aunque son curiosos de saber, también son útiles para afrontar la
ansiedad comparativa que padecen algunos hombres en relación al tamaño de
este órgano.
De igual forma, el concepto de la piel como zona erógena fue ideado por Freud,
quién remarcó que el placer sexual no se limita solamente a los órganos genitales
sino que se encuentra en todo el cuerpo.
Como bien decía Albert Camus, “Los mitos tienen más poder que la realidad. La
revolución como mito es la revolución definitiva”.
Mito: Hay ciertos días seguros en los que es imposible que una mujer quede
embarazada.
Falso: Es posible que una mujer quede embarazada al tener relaciones sexuales
vaginales en cualquier momento del ciclo menstrual. Por eso es recomendable
consultar a un médico por un método anticonceptivo antes de tener relaciones
sexuales si no planeas un embarazo.
Falso. Este es otro mito frecuente. La posición en que se tenga la relación sexual
no afecta las posibilidades de no embarazarse. Basta que la mujer esté en su
período fértil para que la posibilidad de embarazarse si tiene relaciones sexuales
esté presente.
Falso: El placer que una mujer tiene durante una relación sexual no tiene nada
que ver con la posibilidad de que quede embarazada. Por eso es recomendable
consultar a un médico por un método anticonceptivo antes de tener relaciones
sexuales si no planeas un embarazo.
Falso: Este método no es seguro. Se puede calcular mal o no tener en cuenta los
fluidos muy comunes que se encuentran antes de la eyaculación, como el líquido
preseminal, y que contienen espermatozoides. Por eso es recomendable consultar
a un médico por un método anticonceptivo antes de tener relaciones sexuales
para evitar embarazos no buscados.
Falso: La doble protección implica el uso del condón o preservativo en todas las
relaciones sexuales en las cuales además se puede usar como complemento
otros métodos anticonceptivos. En este sentido la doble protección es protegerse
de dos situaciones: un embarazo no planeado y las infecciones de transmisión
sexual.
Falso: Existe el mito de que sólo las mujeres que han tenido hijos pueden
colocarse un DIU ya que en décadas pasadas su uso era recomendado sólo para
ellas. Actualmente, la Organización Mundial de la Salud lo recomienda para
adolescentes, incluso si no han tenido hijos.
Mito: los varones, para ser más hombres, necesitan tener muchas relaciones
sexuales.
Falso: La hombría no está dada por la cantidad de veces que se ha acostado con
una mujer, ni por la cantidad de mujeres que tenga “disponible”. La hombría se
mide por la responsabilidad y respeto con que el hombre vive su sexualidad,
reconociendo en ella un valor y logrando una actitud de cuidado y valoración de
ella. Un “verdadero hombre” es quien es capaz de respetar a la mujer y respetarse
a sí mismo entendiendo la relación sexual como un acto de intimidad, amor y
respeto mutuo
Mito: Los hombres no lloran y si expresan sus emociones, son vistos como
débiles
Falso: Los hombres pueden expresar sus emociones y afectos frente a los demás.
No sólo tienen el derecho, sino que son capaces de expresar y manifestar sus
emociones y afectos con naturalidad. Ellos, al igual que las mujeres, tienen la
capacidad de ser sensibles y afectuosos. Muchas veces ellos reciben mensajes de
la familia, la escuela, los medios de comunicación, que les impiden desarrollar
esta capacidad. Es necesario superar estos mensajes para poder desarrollar todas
las capacidades que tienen como seres humanos.
Sin embargo, cabe aclarar que la capacidad para hacerse responsables de poder
procrear no se limita sólo a lo biológico, sino que requiere de una maduración
psicológica, social y valórica, que permita asumir la responsabilidad que implica la
maternidad y paternidad.
Todas estas son ideas que lejos de permitir que los adolescentes puedan valorar y
vivir su sexualidad de forma integral, los empujan a responder a los miedos y las
presiones de otros.
Mito: el contacto físico es algo esencial entre los seres humanos. Besarse,
abrazarse, etc. forman parte de la relación normal de cualquier pareja y no
necesariamente es provocador de una relación sexual. La posibilidad de tener una
relación sexual está dada por la intención o deseo de uno o ambos miembros de la
pareja, cuando se da un ambiente más íntimo que propicia el deseo sexual. Si la
pareja es consciente de ello, podrá darse cuenta de cuáles son los momentos,
lugares o situaciones en que ellos están más proclives a que se dé la relación
sexual, y cuáles no. De esta manera podrán manejar la situación.
Mito: cualquier persona que sea portadora del VIH (virus de inmunodeficiencia
humana) lo puede transmitir a otra a través de la relación sexual, a través del
intercambio de sangre por medio de una jeringa que contiene sangre de un
portador o portadora, a través de la placenta de la madre portadora, etc.
El que los varones realicen tareas domésticas no los hace menos hombrecitos; en
ese mismo sentido, el que las mujeres tengan puestos de trabajo directivos o
realicen labores que tradicionalmente han sido asignadas a los hombres, no las
hace menos femeninas.