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Mitos, curiosidades y otras verdades sobre la sexualidad

Aunque los chicos y las chicas creen “saberlo todo”, muchas veces cuentan con
información que no es cierta.

Entre adolescentes circulan creencias falsas o equivocadas, transmitidas de boca


en boca, que los padres tenemos que conocer para poder ayudar y ofrecer la
información correcta.

¿Quién no ha utilizado alguna vez la internet para resolver dudas sobre


sexualidad? ¿Cuál creéis que es el motor impulsor que nos incita a obtener dicha
información a través de las redes y no a través de especialistas en esta materia?

EL SEXO COMO TABÚ

A veces, puede ser la culpabilidad por no alcanzar las expectativas que teníamos
al respecto. Otras, la vergüenza, una baja autoestima o incluso el miedo a no ser
socialmente aceptados por exteriorizar preocupaciones relacionadas con el sexo,
ya que existe la creencia de que en la cama “hay que dar la talla”.

En cualquier caso, hay un denominador común a todas las causas anteriores: el


sexo hoy en día sigue siendo tabú. Un tabú que provoca a su vez un sesgo en la
información que circula libremente en el mundo social. Se habla de sexo desde la
prevención y no tanto desde la provocación.

Por este motivo, vamos a ilustrarnos mediante unas cuestiones curiosas que nos
conciernen a todos, ya que la satisfacción sexual se entiende como una necesidad
fisiológica, emocional y psicológica esencial para todos.

Verdades:

¿Qué es el clítoris?

El clítoris es el órgano sexual femenino cuyo único propósito es otorgar placer a


las mujeres. Está formado por tres partes: el glande, el capuchón y las raíces.

El glande clitoriano se llena de sangre con la excitación sexual y se torna


ligeramente más grande. Tiene tantas terminaciones nerviosas como el glande del
pene, pero en un área más pequeña, por lo que es una zona asombrosamente
sensible.

Además, cuenta con glándulas productoras de aceite que dan una apariencia
brillante, a la vez que permiten al prepucio deslizarse sobre él.
El tamaño del cuerpo del clítoris (glande y capuchón) mide aproximadamente 0,5
cm y sus raíces alrededor de 7,5 cm, con lo que el promedio de longitud de dicho
órgano está entorno a los 8 cm.

¿Por qué a los labios menores también se les conoce como ninfas?

Los labios menores son conocidos como ninfas porque son los encargados de
dirigir la orina, así como las ninfas son deidades femeninas que se ocupan de
encauzar el agua de las fuentes y los manantiales.

Además, los labios menores son la analogía, desde un punto de vista embrionario,
de la piel del pene masculino, por lo tanto también son una zona erógena muy
sensible a las caricias.

¿La ausencia de himen implica virginidad?

Rotundamente no. No, por diversos motivos: el himen de algunas mujeres


desaparece totalmente antes del nacimiento; después nos encontramos en que
ciertas actividades cotidianas de la niñez pueden hacer que desaparezca; luego
está el uso de tampones; y, por último, existe el “himen complaciente”, el cual deja
pasar el pene sin romperse. En definitiva, sólo el 50% de las mujeres sangra
después del primer coito.

¿Hay varios tipos de orgasmos femeninos?

La verdad es que no, que sólo se conoce el orgasmo clitoriano.

La explicación viene dada del hecho que aunque el orgasmo sea popularmente
conocido como “orgasmo vaginal”, este se produce gracias a la estimulación de
las raíces internas del clítoris (anteriormente mencionadas) pese a que se haga a
través de la vagina.

De la misma manera que mediante la penetración anal, también se estimulan


dichas raíces que como hemos enunciado en una de las respuestas precedentes
tienen una longitud de unos 7, 5 cm.

¿Existe la eyaculación femenina?

En 1982, A.K.Ladas, B.Whipple y J.D. Perry popularizaron el punto G femenino


como una zona erótica situada en la pared anterior de la vagina. En esta parte, se
encuentran las glándulas uretrales y periuretrales, las cuales son las responsables
de la eyaculación femenina en el momento del orgasmo.
Es más, diversos estudios bioquímicos encontraron en esta eyaculación, el mismo
tipo de marcadores específicos (antígeno prostático específico, fosfatasa ácida y
glucosa) que los de la próstata masculina.

Asimismo, también contiene substancias antimicrobianas como es el caso del zinc,


cuya función es la de proteger de posibles infecciones urinarias, lo que supone
una ventaja evolutiva respecto al pasado.

¿Es importante el tamaño del pene?

Según un estudio de la Asociación Española de Andrología llevado a cabo en el


año 2001, la longitud media del pene en erección en España (es este estado
óptimo para medirlo) son 13,58 cm. Por lo tanto, se considera “micropene” aquel
órgano genital masculino que se encuentre por debajo de 7,1 cm.

Además, las vaginas tienen entre 9 y 12 cm de profundidad, por lo que ¿qué


utilidad tendría tener un pene con una longitud mayor a la de la profundidad de la
vagina?

Estos datos, aunque son curiosos de saber, también son útiles para afrontar la
ansiedad comparativa que padecen algunos hombres en relación al tamaño de
este órgano.

¿Cuál es el mayor órgano sensorial?

La piel humana es el mayor órgano sensorial, con hasta 2 metros cuadrados de


extensión y más de 80.000 nervios ultrasensibles.

De igual forma, el concepto de la piel como zona erógena fue ideado por Freud,
quién remarcó que el placer sexual no se limita solamente a los órganos genitales
sino que se encuentra en todo el cuerpo.

¿Por qué se dice que “el amor es ciego”?

Según los resultados de estudios llevados a cabo por RNM (Resonancia


Magnética) se ha visto que el amor desactiva regiones de la corteza frontal
(pensamiento y planificación del futuro) y prefrontal (razonamiento consciente y
juicios morales) y activa regiones relacionadas con el placer y la atención
focalizada (área tegmental ventral, núcleo caudado).

Aunque las respuestas a algunas de estas preguntas son sólo un ínfimo


porcentaje de la información relevante para gozar de una favorable vida sexual, es
importante, romper el tabú que envuelve este ámbito de nuestras vidas. Además,
también es esencial consultar con los especialistas ante la aparición de
contrariedades con el fin de contrarrestar los mitos que impiden que dicho disfrute
se lleve a cabo. Todas estas respuestas se encuentran en el máster en sexología
clínica y terapias de pareja de ISEP.

Como bien decía Albert Camus, “Los mitos tienen más poder que la realidad. La
revolución como mito es la revolución definitiva”.

Mitos: fantasía Vs. realidad.

Mito: Hay ciertos días seguros en los que es imposible que una mujer quede
embarazada.

Falso: Es posible que una mujer quede embarazada al tener relaciones sexuales
vaginales en cualquier momento del ciclo menstrual. Por eso es recomendable
consultar a un médico por un método anticonceptivo antes de tener relaciones
sexuales si no planeas un embarazo.

Mito: El tener relaciones sexuales de pie impide el embarazo

Falso. Este es otro mito frecuente. La posición en que se tenga la relación sexual
no afecta las posibilidades de no embarazarse. Basta que la mujer esté en su
período fértil para que la posibilidad de embarazarse si tiene relaciones sexuales
esté presente.

Mito: El preservativo no es tan efectivo como dicen.

Falso: La efectividad del condón o preservativo en la prevención de una infección


de transmisión sexual es casi total. El condón o preservativo es el único método
que, usado correctamente, además de prevenir un embarazo no planeado,
previene las infecciones de transmisión sexual.

Mito: Siempre debo estar dispuesta/o a tener relaciones sexuales con mi


pareja.

Falso: Solamente cuando quieras. Las relaciones sexuales voluntarias, libres de


violencia y de presión, permiten el libre desarrollo de cada persona y de esta
manera el disfrute de la relación sexual. Una relación sexual forzada es
considerada abuso sexual o violación y esto está tipificado como un delito, así
suceda entre miembros de la pareja.

Mito: Si la mujer no tiene un orgasmo, no hay riesgo de que quede


embarazada.

Falso: El placer que una mujer tiene durante una relación sexual no tiene nada
que ver con la posibilidad de que quede embarazada. Por eso es recomendable
consultar a un médico por un método anticonceptivo antes de tener relaciones
sexuales si no planeas un embarazo.

Mito: Una mujer no puede quedar embarazada si su pareja retira el pene


rápidamente de su vagina.

Falso: Este método no es seguro. Se puede calcular mal o no tener en cuenta los
fluidos muy comunes que se encuentran antes de la eyaculación, como el líquido
preseminal, y que contienen espermatozoides. Por eso es recomendable consultar
a un médico por un método anticonceptivo antes de tener relaciones sexuales
para evitar embarazos no buscados.

Mito: La doble protección consiste en usar dos preservativos, uno encima de


otro, para aumentar su eficacia.

Falso: La doble protección implica el uso del condón o preservativo en todas las
relaciones sexuales en las cuales además se puede usar como complemento
otros métodos anticonceptivos. En este sentido la doble protección es protegerse
de dos situaciones: un embarazo no planeado y las infecciones de transmisión
sexual.

Mito: Las adolescentes no pueden usar el método anticonceptio DIU


(Dispositivo Intrauterino).

Falso: Existe el mito de que sólo las mujeres que han tenido hijos pueden
colocarse un DIU ya que en décadas pasadas su uso era recomendado sólo para
ellas. Actualmente, la Organización Mundial de la Salud lo recomienda para
adolescentes, incluso si no han tenido hijos.

Mito: los varones, para ser más hombres, necesitan tener muchas relaciones
sexuales.

Falso: La hombría no está dada por la cantidad de veces que se ha acostado con
una mujer, ni por la cantidad de mujeres que tenga “disponible”. La hombría se
mide por la responsabilidad y respeto con que el hombre vive su sexualidad,
reconociendo en ella un valor y logrando una actitud de cuidado y valoración de
ella. Un “verdadero hombre” es quien es capaz de respetar a la mujer y respetarse
a sí mismo entendiendo la relación sexual como un acto de intimidad, amor y
respeto mutuo

Mito: La primera vez que tengo sexo no me puedo quedar embarazada.


Falso: Si no usas ningún método de protección, puedes quedarte embarazada en
cualquier oportunidad en que tengas relaciones sexuales. Más allá de que sea tu
debut sexual o la primera vez que estás con un chico.

Mito: Si una mujer está menstruando no puede quedar embarazada.

Falso: La mujer puede quedar embarazada incluso si está menstruando porque


puede haber ovulaciones en cualquier día del ciclo. Por eso es recomendable
consultar a un médico por un método anticonceptivo antes de tener relaciones
sexuales si no se planea un embarazo.

Mito: Los hombres no lloran y si expresan sus emociones, son vistos como
débiles

Falso: Los hombres pueden expresar sus emociones y afectos frente a los demás.
No sólo tienen el derecho, sino que son capaces de expresar y manifestar sus
emociones y afectos con naturalidad. Ellos, al igual que las mujeres, tienen la
capacidad de ser sensibles y afectuosos. Muchas veces ellos reciben mensajes de
la familia, la escuela, los medios de comunicación, que les impiden desarrollar
esta capacidad. Es necesario superar estos mensajes para poder desarrollar todas
las capacidades que tienen como seres humanos.

Mito: El lavado vaginal después de la relación sexual es un método eficaz


para evitar el embarazo.

Falso: el lavarse después de haber tenido relaciones sexuales o el tomar agüitas


de hierba, no evita la posibilidad de que ocurra un embarazo. Los métodos
efectivos para evitar el embarazo se basan en datos y técnicas científicamente
probadas y que la pareja debe conocer antes de tener la relación sexual.

Mito: durante la menstruación la mujer no debe practicar deportes, o lavarse


el pelo, porque si lo hace se le puede cortar la regla.

Falso: Durante su menstruación, o regla, la mujer puede realizar todas las


actividades que desee en forma normal y natural. Los cuidados que ella deberá
tener tienen que ver con mantener su higiene personal, por lo que el bañarse,
lavarse el pelo, etc. Durante la regla son acciones recomendadas. Sólo en caso de
que sienta molestias específicas, puede disminuir la actividad deportiva y tomar
algún analgésico.

Mito: Las eyaculaciones o poluciones nocturnas son absolutamente


normales en los varones.
Verdad: a partir del fin de la pubertad (13-14 años aproximadamente) es natural
que los muchachos tengan eyaculaciones espontáneas durante los sueños. Esto
es un signo que habla de la maduración sexual-biológica que están
experimentando. Esta experiencia se relaciona con el inicio de la menstruación, en
la caso de las muchachas. Ambas situaciones indican que muchachos y
muchachas han logrado un desarrollo biológico que les da la capacidad de
reproducirse.

Sin embargo, cabe aclarar que la capacidad para hacerse responsables de poder
procrear no se limita sólo a lo biológico, sino que requiere de una maduración
psicológica, social y valórica, que permita asumir la responsabilidad que implica la
maternidad y paternidad.

Mito: si la mujer no sangra en su primera relación sexual, quiere decir que no


es virgen

El sangrado durante la primera relación sexual no es un signo de virginidad. Si ha


habido una buena estimulación y lubricación vaginal en los momentos previos a la
penetración, no tendría por qué haber sangrado ni dolor de ningún tipo. Esto
podría llegar a ocurrir cuando no ha habido una buena preparación y estimulación,
produciéndose algún tipo de sangrado o dolor producto del roce o de la tensión
con que se esté viviendo la relación sexual.

Mito: el embarazo precoz afecta la posibilidad de los adolescentes de


mejorar sus condiciones educativa, económica y social

Verdad: está comprobado que un embarazo durante la adolescencia afecta las


posibilidades de que la mujer, y el varón cuando lo asume, logren desarrollar todas
sus potencialidades en el ámbito de lo educativo, del desarrollo social y su
capacidad para lograr la independencia económica.

Ello implica la interrupción de un proceso de crecimiento y desarrollo y el poder


proyectarse en la vida, poniéndose metas, apropiadas a la edad, que les permitan
realizarse en la vida adulta. Está claro que, desde todo punto de vista, no es
recomendable la experiencia de un embarazo durante la adolescencia, sin
embargo, si ello ocurre se deberá velar por acoger la vida del niño o niña que está
por nacer y procurar que los padres adolescentes cuenten con el apoyo
económico y afectivo para poder asumir con responsabilidad su maternidad y
paternidad.

ES COMÚN QUE DURANTE LA ADOLESCENCIA SE ACCEDA A “DAR LA


PRUEBA DE AMOR”, POR MIEDO A SER ABANDONADOS POR LA PAREJA
Realidad: con frecuencia los adolescentes declaran haber tenido relaciones
sexuales porque “si no lo hacía mi pareja me dejaría”, o bien porque los demás
iban a pensar de que no era suficientemente hombre o mujer, o porque todos en el
grupo lo han hecho “y no podía quedarme atrás”.

Todas estas son ideas que lejos de permitir que los adolescentes puedan valorar y
vivir su sexualidad de forma integral, los empujan a responder a los miedos y las
presiones de otros.

Lo recomendable es que ellos puedan vivir la sexualidad en la pareja dentro de un


proceso de conocimiento y comunicación mutua sobre las inquietudes, las
sensaciones y expresiones del cariño y amor que se tienen, junto con sus valores
y decisiones sobre cómo enfrentar el tema de las relaciones sexuales.

TODO CONTACTO FÍSICO CON LA PAREJA LLEVA NECESARIAMENTE A LA


RELACIÓN SEXUAL

Mito: el contacto físico es algo esencial entre los seres humanos. Besarse,
abrazarse, etc. forman parte de la relación normal de cualquier pareja y no
necesariamente es provocador de una relación sexual. La posibilidad de tener una
relación sexual está dada por la intención o deseo de uno o ambos miembros de la
pareja, cuando se da un ambiente más íntimo que propicia el deseo sexual. Si la
pareja es consciente de ello, podrá darse cuenta de cuáles son los momentos,
lugares o situaciones en que ellos están más proclives a que se dé la relación
sexual, y cuáles no. De esta manera podrán manejar la situación.

EL EMBARAZARSE NO SIRVE PARA MEJORAR LA RELACIÓN DE PAREJA.

Realidad: muchas veces las adolescentes creen que si se embarazan el pololo no


las va a dejar, o va a ser más cariñoso y atento con ellas, etc. La verdad es que no
es a través de un embarazo que la relación vaya a mejorar o se puedan conseguir
los cambios que se desean en el otro. Para ello se necesita que la pareja converse
acerca de sus necesidades de afecto, de las formas de demostrarse el cariño y
enfrente las dificultades que pueda estar viviendo, aún si esto lleve a terminar el
pololeo.
En este caso, el embarazo, lejos de unir a la pareja, puede transformarse en una
situación de angustia y dolor que provoque el efecto que se desea evitar, e
involucre injustamente a un tercero –el hijo o hija que estaría por venir- en un
ambiente de sufrimiento y tensión.

EL VIH-SIDA SE CONTAGIA SÓLO SI SE TIENE RELACIONES SEXUALES


CON HOMOSEXUALES O PROSTITUTAS.

Mito: cualquier persona que sea portadora del VIH (virus de inmunodeficiencia
humana) lo puede transmitir a otra a través de la relación sexual, a través del
intercambio de sangre por medio de una jeringa que contiene sangre de un
portador o portadora, a través de la placenta de la madre portadora, etc.

La posibilidad de transmitir el virus no tiene que ver ni con la condición social, la


situación económica, la orientación sexual u otro; basta que la persona tenga
alguna práctica de riesgo para que ello pueda ocurrir.

HOY EN DÍA HOMBRES Y MUJERES PUEDEN COMPARTIR LAS TAREAS


DOMÉSTICAS Y FUERA DEL HOGAR

Realidad: hombres y mujeres somos diferentes en cuanto a características físicas


y biológicas: el cuerpo, el embarazo, algunas características de la personalidad,
etc., Pero no nos diferenciamos en cuanto a lo que somos capaces de hacer. Una
de las capacidades y desafíos más fascinantes del ser hombre y mujer tiene que
ver con el poder complementarnos.

Por lo tanto en la vida cotidiana, en el quehacer diario hombres y mujeres


podemos asumir distintas tareas de manera conjunta y en un espíritu de mutua
colaboración.

El que los varones realicen tareas domésticas no los hace menos hombrecitos; en
ese mismo sentido, el que las mujeres tengan puestos de trabajo directivos o
realicen labores que tradicionalmente han sido asignadas a los hombres, no las
hace menos femeninas.

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