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METAFÍSICA
Siglas
Prólogo
PRIMERA PARTE
SEGUNDA PARTE
III. EL SER
La doctrina del acto y la potencia
La esencia
La existencia o acto de ser
TERCERA PARTE
LA OBTENCIÓN DEL CONCEPTO DEL SER
IX. EL CONOCIMIENTO
X. LA INTUICIÓN
XI. EL CONOCIMIENTO DE LA EXISTENCIA
XII. LA ABSTRACCIÓN
Anexo
VOCABULARIO FILOSÓFICO
BIBLIOGRAFÍA
SIGLAS
De Veritate De Verit.
1
García Alonso, Luz, Filosofía de la eficacia. Ed. JUS, México, 1978. Ed. UCIME, 2ª. Ed. Compendio de la
Filosofía de la eficacia. Ed. UCIME. 3ª. Ed. México, 2009.
Este libro contiene tres partes:
La autora
Primera parte
LA METAFÍSICA
Ciencia sapiencial
2
In Metaph. Proemio.
LA ESPECIFICACIÓN POR EL OBJETO
3
El concepto es un ser real, un signo que produce el entendimiento y a través del cual el sujeto conoce. La
diferencia entre un ser real y un ser de razón consiste en qué mientras el primero existe
independientemente de que se le considere o no, el segundo existe solo en y por la mente; el concepto
reúne las características de todo ser real: existir independiente de la consideración de la mente. Los
conceptos que produce Sócrates al conocer son realmente producidos aunque ni el mismo Sócrates se
percate de que los está produciendo. Este es el concepto formal.
En lo tocante a su contenido, a aquello de lo que son signos, se podría decir que son reales o de razón según
lo que representen. En este segundo sentido será real la idea de “manzana” y de razón la idea de
“predicación directa”. Se trata aquí del concepto objetivo.
De dos maneras se pueden estudiar los conceptos: considerados desde el
punto de vista de la comprensión o bien desde el punto de vista de la
extensión.
4
“Lo primero que el entendimiento capta en las cosas es el ser (…) Por donde se ve que el ser es el objeto
propio del entendimiento, y por ello es lo primero que se entiende” S. Th. I. q. 5, a. 2. “El objeto del
entendimiento es algo universal, el ser y la verdad” S. Th. I. q. 87, a. 3. “el entendimiento considera su
objeto bajo la razón universal del ser” S. Th. I. q. 79, a. 7.
El objeto propio del entendimiento humano es la quididad de las cosas
materiales, representadas por la imaginación, como abstracta y universal5
se trata de un objeto formal y directo. La inteligencia humana por ser
finita y encarnada posee leyes especiales que determinan las leyes
naturales que gobiernan a toda inteligencia.
5
S. Th. I. q. 84, a. 1; I. q. 85, a. 1. “El entendimiento humano que está unido al cuerpo tiene por objeto
propio la quididad o naturaleza existente en la materia corporal” S. Th. I. q. 84, a. 7. “El objeto de nuestro
entendimiento según el presente estado de vida es la quididad de la cosa material que se abstrae del
fantasma” S. Th. I. q. 85, a. 8.
6
En segundo lugar conoce (el entendimiento humano) el acto mediante el que ha entendido al objeto, y por
el acto, al propio entendimiento” S. Th. I. q. 87, a. 3.
7
“Nuestro entendimiento no conoce directamente más que lo universal. Sin embargo, indirectamente y
como por una cierta reflexión, puede conocer lo singular” S. Th. I. q. 86, a. 1.
8
S. Th. I. q. 88, a. 1; I. q. 88, a. 2.
obstante esta distinción parece inadmisible por atentar directamente
contra la unidad formal del entendimiento humano.
Llámase objeto a “la cosa que es el término del conocimiento como tal”.11
9
Decir lo contrario es seguir el pensamiento Escotista, según el cual los seres tienen pluralidad de formas.
10
C. G. II, c. 83.
11
Jolivet. Vocabulario de filosofía.
la potencia cognoscitiva, es decir, directa e inmediatamente; mientras que
el segundo lo es “per se, non primo”, esto es, directa pero no
inmediatamente sino a través del objeto directo. Por último la formalidad
del objeto propio, según el aspecto en el que se la considere, constituye,
por una parte el objeto formal quo u objeto formal motivo, y por otra el
objeto formal quod u objeto formal terminativo. Veremos enseguida en
que consiste cada uno de estos objetos.
Objeto inmediato
Características.
12
In De Anima, II, lect. 13.
13
S. Th. I. q. 1, a. 7.
14
S. Th. I. q. 17, a. 3.
15
S. Th. I. q. 85, a. 8.
Cuando se trata de una ciencia, St. Tomás llama sujeto al objeto propio o
inmediato.16
Objeto mediato
Características.
Objeto indirecto
Características.
1º. El objeto indirecto tiene una unión accidental con el objeto inmediato.
2º. El objeto indirecto tendrá que ser objeto inmediato de otra facultad
del mismo sujeto.
“Para que algo sea sensible “per accidens” se requiere en primer lugar
que esté unido accidentalmente a aquello que es sensible “per se” (…) así
mismo que sea conocido “per se” por otra potencia cognoscitiva del
sensitivo”.18 Se llama objeto indirecto a aquel que no es alcanzado ni
inmediata ni directamente “nec primo nec per se, sed per accidens” sino
indirectamente por la facultad cognoscitiva; recibe también el nombre de
Objeto Per Accidens.
Al acto formal quo que suele designársele también como objeto formal
motivo o “ratio formalis sub qua”.
Características.
19
García López. Sobre la esencia de la metafísica. Pág. 60. En nuestras páginas sobre los objetos, hemos
tenido muy en cuenta este artículo.
20
C. G. II, c. 83.
III. El objeto formal es siempre universal.21
Así como el objeto formal quo está constituido por la formalidad del
objeto inmediato considerado en sí mismo, o a la manera de un
compuesto físico, así el objeto formal quod es la formalidad de ese
mismo objeto inmediato pero en el compuesto que forma al
considerarse no en sí mismo sino en orden a su facultad, es decir, no
del compuesto físico sino del compuesto metafísico. Y así como el
elemento formal del compuesto físico (el alma) es formalmente
constitutivo del elemento formal del compuesto metafísico
(humanidad); así el objeto formal quo es elemento constitutivo del
objeto formal quod.22
Debe evitarse el confundir al objeto inmediato con la materia de la
que serían formas –consideradas por supuesto bajo aspectos
diferentes, no podemos admitir un pluralismo de formas- tanto el
objeto formal quo como el objeto formal quod; no es preciso
advertir que el objeto inmediato sería la totalidad del compuesto
integrado por un elemento material y otro formal y esto tanto en el
todo físico como en el todo metafísico.
El objeto formal reclama ser captado inmediatamente y como
forma, por lo cual únicamente el objeto inmediato y solo él será
capaz de ser considerado como un compuesto cuyo elemento formal
se constituye como objeto formal –tanto en el aspecto físico como en
el metafísico-, y de la misma manera solo puede haber dos objetos
formales posibles: el objeto formal quo u motivo y el objeto formal
quod o terminativo, o para hablar con mayor propiedad solamente
uno: el objeto formal quod, ya que como antes decíamos, el objeto
21
Esto en cualquiera de sus dos sentidos. Como universal propiamente dicho o como naturaleza a la que se
le puede unir la universalidad. Puede hablarse de lo universal de dos modos: uno como incluido en la noción
de universalidad; el otro respecto de la naturaleza a la que se atribuye tal noción, ya que es distinta la
consideración del hombre universal a la de hombre individual, si, pues, lo universal se considera del primer
modo, entonces ninguna potencia de la parte sensitiva, ni aprehensiva, ni apetitiva, puede alcanzar lo
universal, ya que se obtiene por la abstracción de la materia individual, en la que radica toda virtud
sensitiva.
Puede, sin embargo, una potencia sensitiva tanto aprehensiva como apetitiva, actuar sobre algo universal a
la manera que decimos que el objeto de la vista es el color en cuanto a su género, no porque la vista
conozca el color en universal sino porque el ser el color cognoscible por la vista no le conviene en cuanto es
“este color”, sino simple y absolutamente en cuanto es color.
22
Esta conclusión es de gran importancia para explicaciones posteriores.
formal quo es constitutivo formal del objeto formal terminativo. Ni
el objeto mediato ni el indirecto son susceptibles de que se considere
en ellos un elemento formal que pudiera fungir como Objeto
Formal, ya que ninguno de los dos son alcanzados de manera
inmediata y fallan así con la condición, establecida para que algo
pueda considerarse objeto formal.
Tomando como facultad al sentido de la vista designaremos sus
distintos objetos. Los colores son su objeto propio o inmediato.
Reúnen todas las característica de este, puesto que son inmediatos y
exclusivos, solo la vista capta los colores y los capta
inmediatamente, sin ellos no se actualiza la facultad –sin colores la
vista no ve23 y la vista no se engaña con respecto a este objeto.
La luz es el objeto formal quo de la vista, puesto que es ese elemento
formal del objeto propio que hace que este sea cognoscible en acto.
El objeto formal quod de la vista es el color. Es único –la vista no
tiene ningún otro objeto formal quod-, es alcanzado directa e
inmediatamente por la facultad –lo mismo que en el caso del objeto
propio de la vista, los colores, también este, el color, es alcanzado
directa e inmediatamente- y es universal –el color, mientras que el
objeto propio puede ser individual: los colores.
El objeto mediato de la vista es la figura. Puede ser común a varias
facultades –también el tacto aprehende las figuras- y se alcanza solo
después de haber alcanzado el objeto propio –la vista solo capta la
figura a través del color-.
La substancia es el objeto indirecto de la vista. Tiene una unión
accidental con el objeto inmediato –los colores tienen una unión
accidental con la substancia- y es objeto inmediato de otra facultad
del mismo sujeto –más tarde probaremos, que por ser un tipo de
ente predicamental, la substancia es objeto propio o inmediato del
entendimiento-.
Para contribuir en todo lo posible a la claridad de esta exposición
sobre los diversos tipos de objetos, acompañaremos un cuadro
sinóptico.
23
Entiéndase que filosófica y pictóricamente también el negro, el blanco y los grises son colores, aunque la
física experimental desde su punto de vista no los considere como tales.
EL OBJETO FORMAL DEL ENTENDIMIENTO HUMANO
24
S. Th. I q. 84, a. 7.
El ente es el objeto formal quod del entendimiento humano, veamos como
reúne todas las características.
Por otra parte el ente es uno, no con unidad perfecta o unívoca sino con
unidad proporcional y relativa, pero verdadera unidad, como ya se
tendrá tiempo de ver con mayor amplitud.
3º. Es universal.
Hace falta adelantar algo que esclareceremos después con más detalle, y
es que se trata aquí del concepto objetivo del ente, que por sí mismo ni
incluye ni excluye universalidad; por otra parte el universal se define
como aquello apto para existir en muchos o predicarse de muchos, lo cual
conviene perfectamente al concepto objetivo de ser.
25
C. G. II, c. 83.
26
S. Th. I q. 5, a. 2.
27
S. Th. I q. 105, a. 4.
verdad, sino únicamente, como hemos dicho, el ser y la verdad
considerados en las cosas materiales, a través de las cuales llega el
conocimiento de todas las demás.”28 Y el ente así considerado puede
obtenerse por cualquiera de estos tres caminos: abstracción total,
abstracción formal o abstracción a partir de los singulares pero
concretado en la esencia sensible.
Es ese elemento formal que hace que el objeto propio o inmediato sea
conocido en acto.
2º. Es objeto inmediato de otra facultad del mismo sujeto –los sentidos
externos- “Indirectamente y como por una cierta reflexión, (nuestro
entendimiento) puede conocer lo singular, puesto que, según
anteriormente dijimos, incluso después de haber abstraído las especies
inteligibles, no puede entender en acto por ellas a menos de volverse a las
representaciones imaginarias, en las que entiende las especies
inteligibles.”29
28
S. Th. I q. 87, a. 3, sol. 1.
29
S. Th. I q 86, a. 1.
EL OBJETO FORMAL DE LA METAFÍSICA
30
Cfr. Cayetano. In De ente et essentia, q. 1, n.5.
31
García López, Op. Cit. P. 73.
Primero procederemos por medio de una demostración negativa a probar
que ni el ente obtenido con abstracción total ni el ente concretado en la
esencia sensible, ni el obtenido en el primer grado ni el obtenido en el
segundo grado de abstracción formal, pueden, por diferentes razones, ser
objeto de la Metafísica. Fuera de estos, no cabría otro posible objeto
formal de la Metafísica, pues se encuentran aquí incluidos todos los tipos
posibles de conocimiento intelectual inmediato. Obviamente hay que
descartar los objetos mediato e indirecto del entendimiento humano, pues
ninguno de ellos comprende en su concepto objetivo todo lo real.
Pero hay además otra razón, no distinta pero si más profunda, que
prueba que el ente así considerado no tiene categoría para constituirse
como objeto formal de la Metafísica, se trata de una razón aducida por
Cayetano. “El ente concretado en la quidid sensible es el “primum
cognitum” del entendimiento humano con un conocimiento confuso
actual.”34 Conocimiento confuso actual es “aquel por el cual se conoce sin
penetración aquello que se encuentra actualmente en el objeto”.35 Como
el universal puede ser considerado como un todo actual o como un todo
virtual y al mismo tiempo el conocimiento intelectual de un objeto puede
ser confuso o distinto (absque penetratione o cum penetratione) de la
combinación de estos elementos resultan cuatro tipos de conocimiento de
un universal, que enumeraremos en orden ascendente tanto de origen
como de perfección: conocimiento confuso actual, confuso virtual, distinto
actual y distinto virtual; 36 así pues el conocimiento confuso actual, propio
del ente concretado en la esencia sensible, es el primero que adquiere el
entendimiento humano, y también el más imperfecto, y es patente que la
metafísica que se caracteriza por encontrar las causas últimas, las razones
más profundas de los seres, por ser la ciencia máximamente penetrativa,
y que por lo tanto es la más difícil de adquirir , no puede descansar en un
conocimiento confuso y actual del ente como lo es el del ente concretado
en la esencia sensible.
32
García López. Op. Cit. P. 74.
33
Cfr. Maquart. Elementa Philosophae II. P. 8.
34
Cayetano. In De ente et essentia, q. 1, n. 5.
35
Cayetano. Op. cit. q. 1, n. 3.
36
Este último tipo de conocimiento es inaccesible al hombre. En el capítulo dedicado a la abstracción
explicamos en que consiste cada uno de estos tipos de conocimiento. Cfr. S. Th. I q. 1, a. 7.
El ente obtenido por abstracción total
2º. Una vez abstraído un concepto con abstracción total, este se hace más
confuso, más potencial y menos inteligible.
Características.
38
Cfr. Cayetano. Op. cit. q. 1, n. 5.
ambas quedan en el entendimiento; por ejemplo, si de una chapa metálica
abstraemos la forma circular, en el entendimiento quedan por separado
los conceptos de círculo y de chapa metálica.”39
39
S. Th. I q. 40, a. 3.
penetratione” lo que hay de formal en un todo inteligible, no podría
separarse esta parte.
40
García López. Op. cit. 85.
41
Quisimos por la misma razón trascribir la cita, aunque larga, de García López, pues encierra la esencia de
su tesis.
El objeto propio o inmediato de la Metafísica
2º. No pueden ser estudiados sino por la metafísica (pues son considerados
por ella en cuanto entes).
1º. El metafísico no los conoce Nec Primo Nec Per se, pues en el tercer
grado de abstracción formal, se prescinde de toda materia.
42
Esta tesis se presentó por primera vez y de manera incoactiva, en el Congreso Internacional de la
Federación Internacional de Sociedades de Filosofía (FISP) en Chapala, Jal. En 1980 y se publicó en el
periódico de la Universidad Autónoma de Guadalajara. La versión definitiva se encuentra en mi libro
Gnoseología, México.
ESPECIFICACIÓN O DISTINCIÓN ENTRE LAS CIENCIAS
“Conviene saber que cuando los hábitos o las potencias son distinguidas
según sus objetos, no lo son según cualquier diferencia de estos objetos,
sino de acuerdo con aquellas que conciernen a estos objetos en cuanto
tales… De aquí resulta que las ciencias especulativas deben ser divididas
según la diferencia de los objetos de especulación, considerados como
tales.”44
43
In II Analít., I, 1. 41. Nos. 10-11
44
In De Trinitate. q. 5, a. 1.
Objeto formal motivo
Los elementos constitutivos del objeto formal motivo u objeto formal quo,
son los necesarios y convenientes para poder distinguir a cada una de
ellas de las demás.
45
S. Th. I-II, q. 57, a. 2.
Grados de alejamiento de la materia
46
In De Trinitate. q. 5, a. 1.
47
Ibid.
48
Ibid.
“Hay otras realidades en cambio, que aún dependiendo de la materia
para ser, se pueden entender sin ella, porque en sus definiciones no se
incluye la materia sensible: como, por ejemplo, la línea y el número. De
este tipo de objetos trata la matemática.”49
49
In De Trinitate. q. 5, a. 1.
50
Ibid.
1) Primero, por parte de lo conocido, en cuanto que no puede ser
cambiado por el que lo conoce: es lo que sucede con la ciencia que el
hombre tiene de lo natural y de lo divino. 2) Segundo, por el modo de
conocer. Ejemplo: cuando un arquitecto analiza una casa definiendo,
dividiendo y considerando los principios universales que le son aplicables.
Esto es, factible considerándolo especulativamente, no porque sea
factible; pues factible es aquello a cuya materia se le aplica la forma; y no
la reducción de los componentes a principios formales universales. 3)
Tercero, por el fin. Pues, tal como se dice en el III De Anima: El
entendimiento práctico se distingue del especulativo en el fin. Pues el
entendimiento práctico está ordenado al fin de la acción, mientras que el
entendimiento especulativo tiene por fin el encuentro de la verdad. Por
eso, cuando un arquitecto piensa cómo puede ser construida una casa, no
para construirla, sino para saberlo, con respecto al fin estará ante una
consideración especulativa aún cuando sea factible.
51
S. Th. I q. 14, a. 16.
52
S. Th. II-II. q. a, 5c.
Evidencia intrínseca y extrínseca
Como tratado del ser en general, la Ontología versa sobre el concepto del
ser en general, el de sus coprincipios en los entes finitos, que son la esencia
y el esse o existencia. Para tratar de ellos y fundamentar su uso en la
Física Filosófica, la Ontología incluye en su estudio a la doctrina del acto
y la potencia. También son su asunto: las propiedades trascendentales del
ser, las Categorías del ser y por último la dinamicidad del ser: la
Causalidad.
III
EL SER
La esencia
De este modo Santo Tomás lo describe “El ente no es nada más que lo que
es (quod est). Y así se ve significar rem, por cuanto digo quod, y ese, por
cuanto digo est. Y ciertamente dicho esto, ente no significa esse
principalmente, sino que significa cosa que tiene esse (rem quoe habet
esse)53.
53
In Periherm.5.
54
Según Kremde la relación trascendental no es tomista, sino una noción que introdujeron Cayetano y Juan
de St. Tomás en la discusión con el escotismo y con Occam. Pero sea o no tomista en el sentido de que Sto.
Tomás utilice la relación trascendental con ese nombre, o no –en Sto. Tomás existe la realidad que
corresponde a la relación trascendental-. La Relación Trascendental, es absoluta pero es definible por
aquello a lo que dice orden.
La relación trascendental no se distingue del ser en el que se encuentra, esta está incluida en su esencia. Es
algo absoluto de cuya esencia es referirse a otra cosa.
Se opone a la relación predicamental que se define como: ipsum referri, el mismo referirse, aquel accidente
cuyo ser total consiste en decir orden a otro.
El fundamento de una relación trascendental es o una potencia o un acto imperfecto. En ella hay siempre
una perfección y un perfeccionado.
La relación trascendental, trasciende, supera la división del ser en substancia y accidente, por eso no
conviene a su definición el calificarla como una u otro. Por estar por encima de las categorías recorre todas
ellas. Ejemplo de relación trascendental es la que dice la potencia al acto, la materia a la forma, el alma al
cuerpo, etc.
La trascendental no tiene de relación más que el nombre –dicen los escolásticos- pues en cuanto a su
esencia se identifica con la de los seres a quiénes se atribuye.
modo que hace siempre referencia al esse; la esencia es siempre la
posibilidad o la actualidad receptora de un existente, es decir, el
recipiente actual o posible de la existencia.
Se trata pues del ens commune llamado así desde Aristóteles precisamente
por ser común a todas las categorías.
Esencia y existencia son co-principios del ser, no son seres, y por lo mismo
pretender darles entidad por separado sería falsear el pensamiento
tomista, la esencia apartada de la existencia, no es, como tampoco es la
segunda sin la primera. Solo es, solo existe lo realizado (ente actual), lo
realizable (ente posible), en un sentido derivado en cuanto que dice
relación posible a la existencia; tanto en uno como en otro hay
composición esencia-existencia, si bien en el primero la esencia dice
relación actual a la existencia, mientras que en el segundo dice una
relación posible.
55
Usamos aquí el término criaturas porque es más sencillo para designar a los seres que no son Dios.
estas composiciones se realiza un tipo de unión diferente. La materia
prima es potencia en el orden de la esencia, la forma substancial –en el
mismo orden- acto, y aunque no pueden existir independientemente ya
que no son seres sino co-principios de ser, de su unión resulta un tercer
ente “tertium quid” diferente de sus dos componentes, este tertium quid es
el ser corpóreo. A este tipo de composición se le denomina “ex his” es
decir, a partir de ellos, pues como dijimos a partir de la unidad materia-
forma resulta el cuerpo.
El ser es el ser
el no-ser no es
56
Un ser tiene “algo” en potencia cuando no tiene una perfección aunque tiene la capacidad de recibirla. Lo
tiene virtualmente cuando a lo anterior se añade el carácter de exigencia de dicha perfección, y, en última
instancia el hecho de sacarla de sí, por poseerla “en germen”, aunque para actualizarla se precise un
excitante externo que ponga en marcha el mecanismo.
El acto se divide en Puro (Dios) y mixto. El mixto es entitativo y
operativo. El entitativo, en el orden del ser es la existencia y en el orden
de la esencia es la forma. (sustancial o accidental)
57
Cfr. Gredt. Elementa Philosophiae, No. 277-278.
58
El mecanicismo que procede de Parménides, no niega el movimiento: lo que no admite es el movimiento
intrínseco del ser. Esta concepción del movimiento lo representa como el agregarse de unos átomos a otros
de diferentes maneras; pero cada átomo permanece siempre intrínsecamente igual, el movimiento no se
entiende como algo que le sucede al ente, sino a las relaciones entre unos entes y otros, al agregado. De
esta mentalidad se deriva la consideración de las mutaciones accidentales como una mera yuxtaposición de
entes a entes y no como un cambio desde su interior.
Restituir la genuina concepción del movimiento como algo intrínseco al ser, es uno de los méritos de
Bergson.
es decir, hay tránsito de la potencia al acto. Pero cuando el sabio no tiene
ya nada de ignorante y cuando la estatua está terminada completamente,
ya no hay movimiento, pues los sujetos que se movían han llegado a su
término, ya están en acto.
Así entendida la operación y con lo dicho hasta aquí acerca del ser, nos
atreveríamos a ensayar –sin que sea objeto de nuestro estudio, y a título
de probabilidad- la tesis de carácter trascendental de la operación: Todo
ente, por competerle el esse es operativo, pues el existente “ejerce” el esse,
él mismo puede concebirse como el ejercicio de este acto entitativo.
“Para que la ruina sea el estado actual del viejo monumento, para que el
fósil sea el estado actual del exanimal de los tiempos prehistóricos, para
que la madurez del fruto y del escolar sea el estado actual del botón y del
bebé… hace falta que el estado actual del ser que deviene entre en
composición con polo permanente”59.
Así, poder ser filósofo significa por una parte NO SER FILÓSOFO
y por otra tener una realidad que no posee el que no puede SER
FILÓSOFO. Puede ser filósofo un hombre que no es filósofo, pero
no puede ser filósofo un perro.
59
Grenet. “Les 24 theses Thomistas” p. 31
La potencia es pues algo intermedio que ES con respecto del no ser: la
potencia del hombre comparado con la total impotencia de la bestia con
respecto al hábito de la filosofía. Pero es algo que NO ES con respecto del
ser: la potencia del ser filósofo nada tiene del hábito de la filosofía.
El problema
60
En ninguna de las obras que citamos en la bibliografía general, aparece esta aclaración. No conocemos ni
podemos conocer todo lo escrito sobre Metafísica en Sto. Tomás, pero la elección de obras para
documentarnos, elección que hicimos en 1966 considerando la autoridad de estos filósofos, a profundidad
de tratamiento en los temas y la especialización de los objetos tratados, nos hace suponer, con fundamento,
que no existe dicho estudio.
De allí su importancia.
Por otra parte, en el vocabulario tomista abundan expresiones en las que
se usa “esencial” en el sentido de “no accidental”; pero lo que
propiamente se opone al accidente es la substancia, de donde debe
colegirse que se trata de conceptos equivalentes. Así se dice por ejemplo,
que la sociabilidad es algo esencial al hombre, queriendo significar con
esto, que no es algo accidental; se habló de elementos esenciales, de partes
esenciales, de condiciones esenciales, etc.
61
Aunque es preciso aclarar que el ser sujeto de permanencia no es una característica esencial sino
accidental de la substancia. Aunque de hecho sea más frecuente el cambio accidental que el substancial, no
lo es de derecho.
62
S:Th. I-II, q. 7, a. 1.
concreto, aquí esencia tiene una connotación que la constituye como
distinta al individuo existente. Este uso es general, esencia suele tener un
sabor arquetípico y transmundano, que muchas veces aflora incluso en el
lenguaje vulgar. Santo Tomás mismo usa alguna vez el término en ese
sentido. "Dios, dice, se identifica con su esencia o naturaleza. Para
comprenderlo adviértase que, en lo compuesto de materia y forma,
necesariamente han de diferir la naturaleza o esencia y el supuesto,
porque la esencia o naturaleza solo comprende lo que entra en la
definición de la especie, y así la “humanidad”, por ejemplo, solo
comprende los elementos que integran la definición de hombre, pues
debido a ellos es hombre, y humanidad significa aquello por lo que el
hombre es hombre”63.
63
S. TH. I, q.3, a.3.
impresión bruta de lo real, sino que construye su objeto elaborándolo a
partir de los datos externos, tampoco se trata de una construcción total,
sino de una construcción siempre a partir de los datos recibidos de lo real,
de lo extramental.
Por el contrario:
65
S. Th. I, q. 12, a. 3.
66
C.G. I, c. 22).
La solución
69
Op. Cit. Cap. III. P. 472.
70
Ibid. P.472.
71
Op. Cit. cap. IV. P. 472-473.
su consideración absoluta” no excluye la designación de materia, sino que
más bien la contiene implícita e indistintamente”72.
72
Op. Cit. Cap. III. P. 472.
73
En realidad la esencia tomada como parte es la que considera la inteligencia automáticamente como
incluyendo materia y forma; pero no “esta materia” porque la ignora. Tomada como todo es la misma
esencia –nunca la inteligencia la capta de otra manera- pero cobrando conciencia el sujeto (y cobrará
conciencia en el juicio, que es el único acto reflexivo de la inteligencia) de que representa el todo de un
individuo.
74
Ibid. Cap. IV. Y no sólo razón de especie, sino la de género o diferencia. P. 473 y 474.
La esencia puede ser estudiada en tres niveles: Fenomenológico75,
Metafísico y Gnoseológico.
75
Sobre este primer aspecto es interesante la obra de Bretón: La esencia y la existencia.
76
Debe advertirse que aquí el término “sujeto” debe tomarse en un sentido suficientemente amplio como
para hacer precisión de límite, pudiendo o no abarcarlo.
esencia accidental, de otro modo no sería. Cuando surge el interrogante
acerca de qué sea un accidente determinado, en realidad la cuestión versa
sobre la esencia del accidente; como cuando se trata de la esencia de la
justicia, de la esencia de la inteligencia y de la esencia del color o de
cualquier otro accidente. Así las cosas, concluir reduciendo la esencia a la
esencia substancial, es un craso error.
Hecha esta digresión no nos resta sino hacer observar que en el tercer
apartado del planteamiento, accidental está tomado en sentido de
contingente, es decir, como accidente predicable, por lo tanto, no hay por
qué oponerlo substancial; de tal modo que lo ahí apuntado no da lugar
para hacer la sinonimia esencia: substancia.
77
El que lo siga así Aristóteles se debe a su concepción del modo de predicar el ser, Para él la substancia es
el primer analogado, para Santo Tomás: Dios.
78
es un ser real “quo” (elemento constitutivo) no es un ser “quid”.
la realidad- ampara tanto la substancia cuanto los accidentes que resultan
de esa existencia individual; pero estos accidentes no considerados de una
manera estática, sino en un sentido fundamental, es decir, con todas sus
virtualidades. Es decir, ampara en Pedro, no sus setenta kilos, sino el
peso, el cual puede fluctuar con bastante amplitud dentro de un cierto
ámbito. El niño que adelgaza, sigue, sin embargo, teniendo peso; la caja,
aunque azul, sigue teniendo color. No obstante, es necesario aclarar que
tomado en cuenta no el compuesto, sino el accidente mismo, en él si hay
cambio esencial. Al haber cambio substancial es evidente que hay cambio
esencial, pero no todo cambio esencial es cambio substancial: cuando un
hombre que tenía cabellos negros pasa a tenerlos blancos, bien que se
trate de un cambio accidental, ha dejado de ser la esencia negro para dar
lugar a la esencia blanco, todo lo cual comprueba que un cambio
accidental es un cambio esencial, puesto que los accidentes son esencias.
79
Según una definición lógica de Maritain, la esencia es cualquier aspecto inteligible de una cosa singular.
Esto corrobora que la esencia es lo abstracto; lo es en cuanto al modo de conocer, esto es en el sentido
gnoseológico.
de esencia Ut sic, pero insistimos en que este sentido no es exclusivo ni
anula los restantes.
80
Quodl IX, q II, a. III, C (550).
“Toda existencia que sea distinta de la esencia, tiene con ella la misma
relación que el acto con la potencia”81 . He aquí un texto que no deja
dudas acerca de la aplicación de la doctrina de la potencia y el acto en el
plano ontológico. En el Comentario a las sentencias dice el Santo de la
existencia que es acto de todos los actos y de todas las cosas82. El esse
puede traducirse como existencia o como existencia o como existencia o
como acto de ser.
No obstante puede encontrarse una división del ser como la que sigue:
81
S.Th. I, q.3, a.4. No obstante, desde el momento en que el binomio acto-potencia trasciende el orden
predicamental, no puede ser ya considerado unívocamente al situarse en el orden del ser. Es esencial al acto
y la potencia, en el plano cosmológico formar un tertium quid, lo cual no sucede en el orden Metafísico, en
el cual la potencia tiene un sentido analógico, lo mismo que el acto; este pierde aquí su sentido “formal” y
adquiere el “existencial”.
82
In II Sent. Dist. I, q.1, a.4.
CUADRO SINÓPTICO DE LA CLASIFICACIÓN DEL SER
El ente real actual es el que existe, aquel cuya esencia dice una relación
actual a la existencia.
No puede hablarse por lo tanto de ser (ente), sino en función del existir
que es su acto. Y hemos vuelto al punto de partida, ya que, con respecto a
la existencia la posibilidad de definición esencial es nula. Si con respecto a
las nociones primeras hay que olvidarse ya de definiciones esenciales,
tratándose de la existencia aún la descripción es difícil, sencillamente
porque la existencia no es algo, es lo “otro” lo opuesto a la esencia, Santo
8383
No querríamos emplear en Metafísica términos de carácter tan decididamente espacio-temporal, sin
embargo nuestro ser, el ser captado por el hombre se “devela en el mundo”: es natural que para expresarlo
se recurra a estos signos.
84
Debido a la ambigüedad del término representar, nos parece oportuno aclarar que el tipo de
representación del concepto no debe confundirse con otros tipos de representación que requieren primero
el conocimiento del signo en su realidad propia para remitir en un segundo acto a lo representado. Por re-
representar entendemos aquí el volver a hacer presente la realidad.
Tomás la coloca fuera del género de las notas (de la esencia) y solo la
esencia se define… ¿cómo entender entonces el ser de la existencia?
Ontología
1. Definición de Metafísica.
2. División de la Metafísica en tres tratados.
3. La Ontología.
4. Los temas principales de la Ontología.
5. Definición –aunque descriptiva- del ser o ente.
6. Los co-principios del ser o ente.
7. La doctrina del acto y la potencia.
8. La explicación hilemórfica y del cambio.
9. La explicación del ente y su multiplicidad.
10.Noción de acto.
11.Noción de potencia.
12.La limitación del ente y su explicación por la potencia: la esencia.
13.La perfección del ente y su explicación por el acto: la existencia.
14.La limitación de la esencia corpórea por la potencia: materia prima.
15.El elemento perfectivo de la esencia corpórea por el acto: forma
substancial.
16.El elemento perfectivo de la substancia creada, mediante el acto:
formas accidentales.
17.El ser metafísico como análogo.
18.Analogía de atribución.
19.Divisiones.
20.Analogía de proporcionalidad.
21.Divisiones.
22.La Metafísica existencial y su superación respecto a la Aristotélica.
23.Los trascendentales del ser.
24.Las categorías del ser.
25.La substancia.
26.Los accidentes. Definiciones.
27.Definición de la Cualidad y división de ella.
28.División de la relación y división de ella.
29.Las causas en general.
30.Causas extrínsecas.
31.Causa final.
32.Causa eficiente.
33.División de la causa eficiente.
34.Causas intrínsecas.
35.Causa formal y causa material.
EJERCICIO de Ontología
A) Quididad 1. Esse ( )
C) Esencia 3. Indefinible ( )
E) Acto 5. Potencia ( )
LA ANALOGÍA
Objeto de la Metafísica
Según los peripatéticos tal como los interpreta Cayetano y los filósofos
que siguen su dirección se llaman análogas aquellas cosas cuyo nombre es
común, pero la razón significada, por el nombre es secundum quid la
misma y simpliciter diversa.
Es preciso llegar con ellos a esta conclusión ya que es la única que pone a
salvo:
87
Cfr. In IX Metaph. I,III, (p. 143).
- La unidad del concepto.
- La multiplicidad de la realidad.
- La identidad del concepto objetivo con la realidad extramental.
El del ente es un concepto universal que debe incluir a todos los seres
particulares y concretos, y coincidir con cada uno de ellos ya que la
esencia de la realidad y la esencia del concepto son idénticas.
El concepto del Ser no es unívoco.
Los conceptos unívocos se predican de sus inferiores según la misma
razón, absolutamente la misma.
Esto es inadmisible en el ente, ya que en dicho supuesto:
- O se llega al monismo: se niega la multiplicidad de la realidad,
considerando todo uno y lo mismo,
- O debe admitirse un concepto de ser para cada realidad,
considerando al concepto un singular y cayendo en el nominalismo,
para el que lo único universal –el término- es solo una voz hueca sin
contenido conceptual ni real.
Santo Tomás rechaza la unidad simpliciter del concepto de ser en vista de
su realismo moderado.
El concepto de ser no es equívoco.
Gracias al mismo realismo rechaza también la equivocidad del ente. Un
concepto universal que conviene a una multitud de individuos, debe
conservar si no una unidad simpliciter, una cierta unidad, es decir, una
unidad secundum quid. En realidad los conceptos no son equívocos, este
tipo de predicación corresponde únicamente al término, de tal manera
que aunque un mismo término equívoco “gato” se usa para significar a la
bestia y al aparato, los conceptos correspondientes son enteramente
distintos, y no se trata ya de un solo concepto sino de dos.
La noción de ente es análoga.
Se llaman análogos aquellos conceptos que tienen el mismo nombre pero
la razón significada por el nombre en parte es la misma y en parte
diversa.
Lo análogo se encuentra entre lo unívoco y lo equívoco, participando de
ambos. Esta participación podría ser de dos maneras:
Aequaliter, es decir, igual participación tanto de lo unívoco como de lo
equívoco.
O Inaequaliter, participación mayor de lo unívoco que de lo equívoco o
viceversa.
Y al mismo tiempo cabría también que fuese simpliciter –de manera
absoluta- o secundum quid –en cierto sentido-.
La primera posibilidad es inadmisible pues daría lugar a definiciones tan
absurdas como estas: “La razón significada por el nombre es simpliciter –
la misma y simpliciter diversa” o “es secundum quid la misma y secundum
quid diversa”.
Es necesario pensar en una participación inaequaliter, es decir, en la que
los análogos participen desigualmente de los extremos acercándose más a
uno que a otro. En este supuesto caben dos casos:
1) Que participen más de lo unívoco que de lo equívoco, o
2) Que participen más de lo equívoco que de lo unívoco.
En el primer caso la definición de analogía rezaría así: “aquellas cosas
que tienen el mismo nombre pero la razón significada por el nombre es
simpliciter la misma y secundum quid diversa”, lo cual convierte este
primer caso en una hipótesis inadmisible ya que unifica analogía y
univocidad haciendo ambas imposibles.
Es preciso optar por el segundo caso, que se enunciaría como dijimos
atrás. “Se llaman análogas aquellas cosas cuyo nombre es común, pero la
razón significada por el nombre es secundum quid la misma y simpliciter
diversa.”88. Esta opción se confirma por la razón, como lo expone
Santiago Ramírez, ya que la analogía significa cierta diversidad en
comparación con la univocidad y cualquier disminución de la unidad
esencial de los unívocos produce una diversidad simpliciter, como la más
pequeña suma o resta de las notas esenciales engendran un especie
simpliciter diversa.
La univocidad –dice Cayetano- requiere una total identidad de razón
pero para la analogía basta una ligera diversidad, como para la belleza
del hombre se requiere que todos sus miembros se armonicen y para la
fealdad basta la deformación de un solo miembro.
88
Esto se apoya en un pasaje del De Veritate.
Por otra parte, es revelador que Aristóteles use un mismo ejemplo para
ilustrar la Equivocidad y la Analogía. “El hombre verdadero y el hombre
retratado reciben el nombre de animal no sólo de una manera equívoca,
sino en virtud de unja equivocación a concilio o analogía, puesto que
dicho nombre no es totalmente diverso sino de algún modo igual”89 lo cual
corrobora Santo Tomás comentando este pasaje. “El animal referido al
animal verdadero y al retratado no se dice equívocamente; pero el filósofo
tomó la palabra en sentido amplio, en tanto que incluye en él lo análogo;
porque el ser que se dice analógicamente algunas veces se dice que se
predica equívocamente de los diversos predicamentos”90.
De tal manera que el concepto de ente tiene una unidad de
proporicionalidad, una unidad secundum quid que resulta de una
abstracción imperfecta gracias a la cual “la diversidad esencial de los
inferiores, con la que se identifica en la realidad el concepto de ente
permanece actu implicite (implícitamente en acto)”91.
Por lo cual todo ser se unifica en tanto que todo ser significa
explícitamente esencia en ordel al esse. He aquí la unidad del concepto de
ser, unidad indiscutiblemente secundum quid ya que esta noción de ser
aplicada a Dios incluye de modo implícito que esa relación de esencia-
existencia es una relación de identidad, en tanto que aplicada a la criatura
es una relación de distinción y contingencia; y es sin duda esto último lo
que constituye a Uno y otra en lo que tienen de más propio, en su realidad
más íntima, y es precisamente en esto en lo que son distintos, simpliciter
distintos. Lo mismo sucede respecto a la manera como se predica el ente
al ser substancial y al accidental, en ambos significa de manera explícita
esencia con orden al esse, pero implícitamente incluye en el primero que
ese orden alberga una capacidad de existir en sí mismo, mientras que en
el segundo se trata de un orden mediato al existir en el sujeto de inhesión.
De tal manera que si se considera al concepto de ente por lo que significa
implícitamente no tiene unidad simpliciter, pero considerándolo por lo
que significa expresamente, posee una cierta unidad secundum quid.
89
Aristóteles Categor. C. I, n. 1 (Bk 1 A 1).
90
S. Th. I, q. 13, a 10, ad. 4.
91
Maquart. Elementa philosopiae. Ontología. P. 32; esta es la interpretación de Cayetano. Otros tomistas
se refieren a lo ímplicito virtual.
Hay entre esencia y existencia una unidad más profunda aún que en los
tipos de unidad anteriormente expuestos92 de tal manera que la esencia
no puede pensarse sino en función de la existencia, pues la esencia es tal
en cuanto realizada o realizable.
Data de varios siglos el error que pretende hacer de la existencia un
accidente de la esencia,93 error del que se derivan falsas interpretaciones
respecto a la unidad esencia-existencia. Pensar por ejemplo que la esencia
podría –aunque solo de derecho- darse sin la existencia y que a esto
equivalen los posibles, es uno de los torpes corolarios de esta tesis; el
posible –volvemos a insistir- por ser realizable, consiste en una
proporción esencia-existencia en la que la primera dice una relación
posible a la segunda. Peor aún si, siguiendo la mentalidad equivocada
acerca de la naturaleza del accidente se considera a este como algo
sobreañadido, accesorio a la substancia, entonces florecerán las
metafísicas esencialistas en las que lo real es solamente un trampolín para
saltar a lo idético.
La cuestión lógicamente inmediata es averiguar que tipo de analogía
conviene al ente. Maquart resume la postura tomista en los siguientes
puntos:
Tratándose del ente in communi le conviene la analogía de
proporcionalidad propia. De proporcionalidad porque en cualquier ser,
su esencia dice un orden proporcional a su existencia. Propia, pues se
trata de una similitud de los hábitos entitativos, es decir, de lo esencial de
los seres.
Esencia de Dios esencia de la criatura
existencia de Dios existencia de la criatura
92
Y es preciso advertir que se trata de uniones tan íntimas, que pretender lo contrario ha dado lugar a una
serie de funestos errores, ya con respecto a las relaciones “cuerpo”-alma, como a las relaciones substancia-
accidente.
93
Dejamos ya sentado que para Sto. Tomás las esencias pueden ser substanciales o accidentales, ambas
están por lo tanto en la línea de la esencia; mientras que la existencia es de otro orden.
porque la actualidad del accidente no es más que participación de la
actualidad de la substancia.
La razón análoga se aplica en la analogía de proporcionalidad –según lo
indica su nombre- proporcionalmente, de tal manera que en cada
analogado se aplica la razón análoga según una cierta proporción,
mientras que tratándose de la analogía de atribución, esta razón análoga
se aplica estrictamente solo al analogado principal, mientras que a los
analogados secundarios se les atribuye gracias a la relación que guardan
con el analogado principal.
La analogía se fundamenta en la hermandad ontológica, hermandad que
es comunión por participación del existir y que constituye la unidad
secundum quid a pesar de la diversidad simpliciter de los seres.
CUESTIONARIO
Ontología
La Analogía
94
Gilson El ser y la esencia. P. 18. En efecto, los esencialistas modernos dan a la palabra existencia no el
significado de aquello gracias a lo cual algo se pone en el ser, sino a lo que está fuera de sus causas, a lo
dado, a lo que está ahí; pero este sentido literal ex – sistere del término existencia tiene un contenido del
todo esencialista.
95
Como lo hace ver magníficamente E. Gilson.
96
No obstante debemos:
1. Mencionar que Susana Mansion en su obra “El juicio de existencia en Aristóteles” interpreta los textos
y las afirmaciones aristotélicas en un sentido muy cercano al tomista.
2. Advertir que no intentamos aquí una interpretación del pensamiento del estagirita, y que, sin tomar
postura en lo que se refiere a la validez de la interpretación de Gilson o de Mansion, utilizamos la primera en
cuanto nos sirve de referencia para, mediante la comparación, esclarecer el pensamiento tomista.
Aristóteles, gracias a su sensatez realista, reconoce al ser ante todo como
lo real concreto: la substancia primera, por eso es muy consecuente con
su realismo –lo que muchos han dado en llamar positivismo aristotélico-
cuando abordando la cuestión de la inteligibilidad científica de lo real
escribe “Entre los numerosos sentidos de ser es claro que el primer es
aquel en que ser significa lo que es, la ousía”97.
97
Aristotéles. Metaph.. I. Z; (Bk, 1028).
que Aristóteles debe resolver redúcese siempre en efecto en conciliar las
exigencias de la esencia universal con las de lo individual concreto. De
hecho, la solución que propone consiste lo más frecuentemente en reducir
lo individual concreto al mínimum indispensable para que no se puede
decir que ha cesado totalmente de ser. Digamos, con otros términos, que
lo individual, que en principio lo es todo, redúcese de hecho a no ser sino
el objeto que encierra lo universal, como si no tuviera otra función
ontológica que permitirle existir. Porque es muy cierto que solo el
individuo existe; más solo del universal se puede decir: es, y como lo
universal incluido en lo individual constituye en último término el ser,
toda esta filosofía, que en principio solo se interesa por lo que existe,
abordarlo no obstante siempre de tal manera que el problema de su
existencia no tiene por que plantearse”98.
98
Gilson Op. Cit. P. 56.
no solo da el Ser a los seres, no solo los “pone” en la existencia, sino que
debe conservarlos en ella a riesgo de que se aniquilen (aquí el término es
riguroso).
Para Aristóteles los seres dependen del Acto Puro, pues este les comunica
el ser, pero todo el ser que el Filósofo conoce: el ser de la esencia. En él, la
vía de causalidad es eminentemente formal: El Zeos comunica la forma,
que es comunicar el ser. Para el Santo se trata, por el contrario, de una
causalidad estrictamente eficiente. Dios da el existir creando. Es
sintomático que el Estagirita no se planteara la posibilidad de la no
eternidad del mundo, pues es en esta posibilidad en la que se externa su
contingencia, su radical dependencia del Acto Puro; Aristóteles pudo
pensar con toda razón que de hecho el mundo fuera eterno, pero de
derecho la cuestión es muy distinta. De no estar encerrado en una
concepción esencialista, habría visto que el carácter contingente del acto
mixto exigía al menos la posibilidad de la no eternidad del mundo, ya que
si depende el mundo del Zeos en cuanto al ser –radicalmente,
existencialmente- y se admite esta dependencia, la cuestión de eternidad
del mundo, por constituir una dependencia formidablemente menor, es en
realidad algo secundario.
Existen, por otra parte, datos precisos, ineludibles como la cita que
transcribíamos antes en la que Santo Tomás identificó el acto con la
existencia, y esta clarísima del comentario a las sentencias; “El existir es
algo más íntimo a una cosa cualquiera que aquello que la determina”102,
junto con el espíritu del sistema que se plasma en la obra del Santo. Solo
nos resta insistir en que el fundamento y raíz de todos los seres, el primer
analogado en orden a la existencia, del que dependen todos los demás y
por lo mismo el eje de la metafísica tomista: Dios, es un existente singular,
un individuo concreto. Lo real concreto no es para el Aquinate, como lo
fue para Aristóteles solo el punto de partida, sino también la meta, la
médula y aún la condición de posibilidad de la Filosofía Primera.
101
Gilson Op. Cit. P. 100.
102
In II Sent. Dist. I, q.1, a. 4, Sol. (p. 14).
103
No se trata aquí del esse subsistens, sino del esse simpliciter. Aunque ambos son objeto de la Metafísica,
el primero lo es de la Ontología y el segundo de la Teodicea; y se llega al esse Subsistens solo después de
haber abordado el problema del esse simpliciter. Se trata, en efecto, de cuestiones distintas. La pregunta:
¿Cuáles serán todas las exigencias del esse, todas sus capacidades y virtualidades? se dirige al esse
simpliciter. Otra es la cuestión del esse subsistens: ¿Existe alguien en quién se realicen estas exigencias en
toda su plenitud?
La primera pregunta permanece en el plano de la causa formal, la segunda la trasciende instalándose en el
ámbito de la causalidad eficiente.
el más amplio gracias a su prioridad simpliciter. Todo lo que tiene la
esencia, lo tiene como reflejo del esse; reflejo aminorado ya que ella nada
más aporta lo que no tiene de contenido: el límite.
CUESTIONARIO
Ontología
Metafísica existencial
LOS TRASCENDENTALES
“se dice que algo se añade al ente en cuanto expresa algún modo de él que
no viene expresado por el nombre mismo de ente”105.
Cosa o Res
104
De Verit., q. 1, a. 1.
105
Ibid.
Si el ente se compara con la nada se encuentra la noción trascendental de
cosa (res), es decir lo real el ente que puede definirse por ser una esencia o
quididad que existe. Todo ser es cosa porque ninguna realidad se
identifica con la nada, toda realidad está fuera de la nada.
Uno
La cosa, que está fuera de la nada permanece así que para no estar
dividida en sí misma por permanecer indivisa, así se descubre el
trascendental uno.
Algo o Aliquid
106
Ibid.
107
Ibid.
“Pero si el modo del ente se toma según el orden de uno a otro, esto puede
suceder de dos maneras. Una, atendiendo a la distinción de un ente
respecto de otro, lo que se expresa con el nombre de algo, pues decir algo
es como decir “otro que”. Por eso, así como el ente se dice uno en cuanto
no está dividido en sí mismo, así mismo se dice algo en cuanto está
dividido o distinguido de los demás”108.
Lo verdadero
108
Ibid.
109
Ibid.
Si se trata del intelecto divino, creador de la realidad, éste mide a las
cosas. Si se trata del intelecto humano, en su función especulativa, es la
realidad la que lo mide; el conocimiento especulativo del hombre es
verdadero si afirma lo que en la realidad está unido o si niega lo que en la
realidad está separado. Tratándose del conocimiento práctico –ya sea en
el orden moral, ya sea en el eficaz- la verdad consiste en que sea el
intelecto el que mide su acción o a su artefacto.
Lo bueno
Trascendentales y predicamentales
112
S. Th. I, q. 6, a.2, ad. 2.
La condición predicamental de lo verdadero atañe a los juicios humanos.
En ellos cabe la adecuación o la inadecuación entre el intelecto y la cosa y
por tanto la verdad y la falsedad.
Esta índole precaria de los juicios atañe tanto a los juicios del
conocimiento vulgar como a los del conocimiento científico y a los del
conocimiento sapiencial, incluyendo a los juicios metafísicos. Esto se debe
a la falibilidad del conocimiento humano.
Ontología
ONTOLOGÍA
4. ¿Por qué?
SUBDIVISIÓN DE LA CUALIDAD:
POTENCIA Y LA IMPOTENCIA
Facultad Facultad disminuida
(vista) (miopía)
HÁBITO Y LA DISPOSICIÓN
Cualidad estable Cualidad pasajera
(Arte del Bel canto) (Disposición al canto)
CUALIDADES PASIBLES Y PASIONES
Sonido, olor, color Ira, amor sensible
FORMA Y FIGURA
Figura natural Figura artificial
Ejemplo: “HOMBRE”
La substancia
Hay que hacer notar que las formas, tanto substanciales como
accidentales son inmateriales –y por ello cognoscibles-.
Dionisio Díaz padre de sus hijos, hijo de sus padres, ejercía una profesión
universitaria, escribe cartas y reportes, tiene aficiones, práctica algún
deporte, adquiere vicios y virtudes, puede dejar algún vicio, se enferma y
sana, cambia de edad, viaja, cambia de peso, toma decisiones, descansa.
Todos estos cambios: de lugar, de relaciones, de hábitos y acciones, de
tiempo, de peso, de actividades, todos, a lo largo de la vida, le pertenecen,
se dan en él. Dionisio es el sujeto, la substancia que permanece a través de
los cambios.
División de la substancia
Los accidentes
Las notas definitorias del accidente categorial o real son la de ser una
esencia (o forma accidental) con capacidad de existir en otro como en su
sujeto de inhesión.
El accidente aunque así llamado desde Aristóteles ser del ser no es una
esencia de importancia relativa sino respecto a la subsistencia individual.
Los únicos individuos son las substancias, pero existen accidentes como la
sabiduría, el arte o el mismo intelecto, que son profundamente perfectivos
de la substancia humana, por ejemplo.
De este modo substancia y accidentes se benefician mutuamente, en
cambio el accidente proporciona a la substancia su esencia plenificante y
perfectiva. El accidente en cuanto esencia, especialmente esencia
constitutiva de un ente, así sea de modo inherente, es siempre bueno. De
este tipo son las facultades –potencias operativas de carácter cualitativo-,
como la imaginación o la voluntad, inherentes a ciertos seres vivos.
113
In Metaph. L. V, 1.9.
ACCIDENTES ESPECIALMENTE RELEVANTES
El accidente cualidad
Se trata junto con la relación y la cantidad –aunque ésta solo cabe en los
entes corpóreos- de un accidente intrínseco a la substancia. Sin embargo,
la cualidad es de carácter formal. En tanto que la cantidad sigue al
aspecto material de la substancia corpórea, la cualidad sigue a la forma
de la substancia en la que inhiere, disponiendo sus partes virtuales o
perfectivas. Así define el Aquinate a la cualidad como la disposición de la
substancia.
114
S. Th. I, q. 28, a. 2.
“La cualidad, en efecto, propiamente es una modalidad de la substancia;
y el modo es, como dice San Agustín, “lo que una medida delimita”. Por
tanto, implica una cierta determinación conforme a alguna medida; y por
eso, así como lo que determina la potencia de la materia en el orden
substancial de la existencia se llama cualidad –que es la diferencia
substancial-, así lo que determina la potencia del sujeto en el orden
accidental de la existencia se llama cualidad accidental, la cual constituye
también, como dice el Filósofo, una clase de diferencia”115.
116
S. Th. I, q. 49, a. 2.
117
S. Th. I-II, q. 49, a. 3, ad. 3.
causas transmutables; tales son la enfermedad y la salud. Hábitos, por el
contrario, se llaman aquellas cualidades que por su propia naturaleza no
son fácilmente amisibles, porque tienen causas inamovibles; por ejemplo,
las ciencias y las virtudes. Y en este sentido, la disposición nunca se
convierte en hábito”118.
118
Ibid.
Los hábitos que perfeccionan al intelecto son cinco. Tres de ellos se
refieren a su función especulativa. Estos son: el intelecto de los primeros
principios, la ciencia y la sabiduría119.
La potencia activa
119
Para abundar en estos temas cfr. García Alonso, Luz. Gnoseología. Ed. UCIME, México, 2009..
persigan el bien y huyan del mal de carácter sensible. De estos apetitos se
siguen las pasiones.
El alma del viviente es, por el contrario, una parte substancial actual:
esencia o forma substancial que es también principio vital del viviente
corpóreo y la cual es limitada por la materia prima para constituirse
como viviente individual de una especie, dentro del género de los seres
vivos corpóreos.
Las pasiones
Las pasiones son los actos de los apetitos sensibles tanto del concupiscible
como del irascible e implican inmutación corporal. Se trata de actos
elícitos de estos apetitos, es decir de actos afectivos precedidos de
conocimiento sensible.
El apetito concupiscible genera las pasiones: amor, odio, deseo, aversión,
gozo y tristeza. Estas pasiones son respuestas afectivas del animal y del
hombre, en función del bien o mal sensibles considerados –en ese
momento- como fáciles de conseguir. El apetito irascible genera las
pasiones en función del bien o el mal sensibles considerados como difíciles
de alcanzar –en un momento dado-. Las pasiones generadas por el
irascible son: esperanza, desesperanza, audacia, miedo e ira.
Cualidades pasibles
120
S. Th. I, q. 78, a. 3.
La alteración propia del conocimiento no es de carácter físico, sino
inmaterial, entre formas, no entre cosas.
En suma: las cualidades sensibles son los objetos propios de los sentidos,
son principios accidentales capaces de alterarlos de modo inmaterial,
haciéndolos conocer, haciéndolos actuar como facultades cognoscitivas.
Figura y forma
La relación predicamental
121
Ibid.
Sin embargo el “referirse a otro” es realmente un modo de ser.
“en cada uno de los nueve géneros de accidente hay que distinguir dos
cosas. Una, el ser que a cada cual compete en su calidad de accidente, y
esto, común a todos ellos, es la inherencia en un sujeto; el ser del
accidente es estar en otro. La otra es la razón propia de cada uno de estos
géneros, y hallamos que, si se exceptúa la relación, en los demás, por
ejemplo, la cantidad y la cualidad, la razón propia de cada uno se toma
también de su comparación con un sujeto, y así llamamos cantidad a la
medida de la substancia, y calidad a una disposición de la misma
substancia. Pero la razón propia de la relación no se toma de su
comparación con el sujeto en que está, sino por comparación con algo que
está fuera de él.
Si, pues, en las mismas cosas creadas consideramos las relaciones en
cuanto relaciones, hallaremos que, efectivamente son concomitantes y no
intrínsecamente inherentes, ya que significan una referencia como
tangente a la cosa relativa, en cuanto desde ella tiende a otra. Pero si se
considera la relación en calidad de accidente, entonces es inherente al
sujeto y tiene en él un ser accidental”122.
La relación real exige que tanto el sujeto como el término, lo mismo que el
fundamento de la relación, sean seres reales. No es necesario que estos
sean seres substanciales, también cabe la relación real entre formas
accidentales reales. De este modo cabe una relación real entre la ciencia y
su objeto o entre la virtud de la templanza y un ser sensiblemente
apetecible –una fresa-.
122
S. Th. I, q. 28, a.2.
La relación de razón cabe en los seres de razón, como la predicabilidad –
que se da entre el universal y los conceptos- la predicación -entre los
juicios- y la ilación –entre el antecedente y el consecuente-. Estos tres
modos de predicar pertenecen al saber del ser de razón de segunda
intención: la lógica, constituida de estas relaciones de razón.
123
S. Th. I, q. 28, a. 1.
124
S. Th. I, q. 28, a.1, ad. 4.
Las relaciones pueden darse en función de la substancia, de la cualidad, la
cantidad, la acción y la pasión. En estos dos últimos predicamentos
mencionados cabe la causalidad, en la cual se dan una dependencia real
del efecto respecto a la causa.
La cantidad
Ontología
EJERCICIO
Ontología
Las categorías o modos de ser
1. El ser o existe como substancia o existe como accidente ( V ) ( F )
2. Definición de substancia:
3. Definición de accidente:
4. Enumeración de los accidentes:
5. División de la cantidad:
6. Definición de la cualidad:
7. 8. 9. División de la cualidad:
10. Ejemplos de potencia (como opuestos a impotencia).
VIII
LAS CAUSAS
LAS CAUSAS
“principio es más general que causa, como causa es más general que
elemento; pues el primer término también la primera parte de algo recibe
el nombre de principio, pero no el de causa”.125
125
S. Th. I, q. 33, a. 1, ad. 1.
diferencia de este tipo, sino sólo cierto orden. Por ejemplo, cuando
decimos que la primera parte de la línea es principio de la línea”.126
“El primero, teniendo presente que todo lo que de una perfección está en
el efecto, también tiene que estarlo en la causa efectiva; o, si el agente es
unívoco, por razón de la misma naturaleza. Así, el ser humano engendra
otro ser humano. O, de modo más sobresaliente, si el agente es
equívoco”.127
La causa primera se identifica con el ser del cual todos los demás
proceden, es decir, con Dios.
126
S. Th. I, q. 33, a. 1, ad. 1.
127
S. Th. I. q, 4, a. 2, ad. 1.
128
S. Th. I. q, 4, a. 2, ad. 1.
“Es necesario afirmar que todo lo que es, existe por Dios. En efecto, si
cierta cosa se halla en otra por participación, es necesario que sea
causada en su ser por aquel al que pertenece por esencia, como el fierro se
pone ardiendo por el fuego. Ahora bien, se ha visto precedentemente,
tratando de la simplicidad divina, que Dios es el ser subsistente por sí; y
además que el ser subsistente por sí no puede ser sino único; así, la
blancura, si fuese subsistente, no podría ser más que única, puesto que es
por sus sujetos receptores por los que se multiplican las blancuras. Se
sigue, por lo tanto, que todos los seres distintos de Dios no son su propio
ser, sino que participan del ser. Y en consecuencia es necesario que todo
lo que se diversifica según diversas participaciones en el ser, de suerte que
sea más o menos perfecto, sea causado por un primer ser que es
perfectísimo.
Por lo cual, Platón dijo que anteriormente a toda multitud se debe poner
la unidad, y, Aristóteles (Metaf., a, c, 1, 993 b 23) que lo que es el sumo ser
y el sumo verdadero es la causa de todo ser y de todo lo verdadero, así
como el máximo calor es la causa de todo calor”.129
129
S.Th. I, q. 44, a. 1.
La división clásica
“Es necesario que las causas sean cuatro, porque siendo la causa aquello
de lo cual se sigue otro ser, el ser de aquello que tiene causa puede
considerarse de dos modos. De un modo, en sentido absoluto, y así la
forma por la cual algo existe en acto es la causa del ser; de otro modo
según que el ente en potencia se hace ente en acto. Y como todo lo que
está en potencia pasa al acto por algo que sea ente en acto, es necesario
que haya otras dos causas: la materia y el agente que actualiza a la
materia en potencia. Pero la acción del agente tiene algo determinado, ya
que procede de un principio determinado, pues todo agente obra lo que le
es adecuado; y esto a lo cual tiende la acción del agente se llama causa
final. Así pues, es necesario que las causas sean cuatro”.130
130
In Phisic. EUNSA. Pamplona 2001.
“Hay cuatro géneros de causas: final, formal, eficiente y material, y a esta
última se reduce también la disposición material, que es causa no de suyo,
sino circunstancialmente”.131
131
S. Th. II-II, q. 27, a. 3.
La causa final es la meta atisbada por el conocimiento. Esta visión o
previsión del fin puede ser necesaria o libre respecto al agente físico,
siempre en función de su uso de razón o de la carencia de ese uso. El
conocimiento del ser infinito, de Dios, es siempre libre respecto a lo
contingente.
La causa formal
La esencia es ante todo el sujeto del acto de ser –esse o existencia-. Este es
su sentido principal. Sin embargo, sus sentido secundarios son la
quididad, la naturaleza y la forma (cfr. Esencia).
La forma –ya sea substancial o accidental- se define como la esencia en
cuanto principio de actualidad, esto es, de plenificación, en el orden de la
esencia, ya sea en cuanto substancia o en cuanto accidente.
Los elementos que existen mediante las substancias en las que inhieren, es
decir, los accidentes, son formas accidentales de estas, tales como sus
facultades –cualidades-.
LAS CUATRO CAUSAS
CAUSA MATERIAL CAUSA FORMAL CAUSA EFICIENTE CAUSA CAUSA:
PRIORIDAD DE
FINAL
NATURALEZA
SECUNDUM QUID
INTRÍNSECAS EXTRÍNSECAS (en cuanto
COMO POTENCIA COMO ACTO COMO PRINCIPIO COMO causante)
TÉRMINO
Ontología
1. Definición de causa:
2. El concepto de causa es ( + ) ( - ) extenso que el de principio:
3. Por lo tanto el género de las causas es:
4. La diferencia específica de la causa es:
5. Características de la causa primera:
6. Características de la causa segunda:
7. 8. Tipos de causas extrínsecas.
9. 10. Tipos de causas intrínsecas.
LAS CAUSAS EXTRÍNSECAS
LA CAUSA FINAL
132
S. Th. I-II, q. 1. a. 2.
133
S. Th. I-II, q. 1.a. a, ad.1.
fin tiene razón de último, como su nombre lo indica”.134 No obstante, el
concepto de último, se puede considerar en absoluto o en un ámbito
restringido.
El bien es el objeto del apetito. Todos los seres, en cuanto que tienen
forma, son buenos, ya que la forma es el principio de actualidad. Pero no
todos los bienes son apetecibles para todos los apetentes. Aquellos grupos
de seres cuya naturaleza misma los inclina a determinados bienes, están
“finalizados” u orientados a esos bienes propios que son sus fines.
134
S. Th. I-II, q. 1. a. 2, obj. 1.
fin, por el Ordenador que les dio el ser y los gobierna mediante la
providencia ya que es la Inteligencia que así los concibió y que dirige su
operación.
En cuanto referida al efecto, la causa final se divide en el fin del que obra
(el fin que puede perseguir el agente, su intención y el fin de la obra (el
que le corresponde por su naturaleza).
LA CAUSA EFICIENTE
La causa eficiente
135
Aristóteles. Física. I. III, 3.
136
Aristóteles, Metafísica, L. VII, 7. (los paréntesis son míos).
no de sus accidentes “actiones sunt supositorum”. Por lo anterior, el motor
debe ser un ente substancial –ya sea que se trate de una substancia
propiamente dicha o bien de una parte substancial-. Ciertas partes
substanciales tales como el cuerno de un mamífero o el cascabel de un
reptil suelen utilizarse como generadores de sonido, las pieles de ciertos
animales pueden calentar o conservar el calor de las personas que con
ellas se abrigan.
La actividad inmanente
137
El ser en acto primero es la substancia, el ser en acto segundo es la acción –de esa substancia-. La acción
es la actividad transitiva, la que termina fuera del agente, este es el paciente.
La acción inmanente requiere cierto grado de perfección, la cual está en
función de su grado de inmaterialidad. El grado de inmaterialidad de una
forma substancial viviente implica una diferencia de especie notablemente
superior que las formas substanciales de los seres inanimados.
La acción transitiva
“Diciendo que es necesario afirmar que todo ser, cualquiera que sea,
viene de Dios. En efecto, si cierta cosa se halla en otra por participación,
es necesario que sea causada en su ser por aquel al que pertenece por
esencia, como el fierro se pone ardiendo por el fuego. Ahora bien, se ha
visto precedentemente, tratando de la simplicidad divina, que Dios es el
ser subsistente por sí; y además que el ser subsistente por sí no puede ser
sino único; así, la blancura, si fuese subsistente, no podría ser más que
única, puesto que es por sus sujetos receptores por los que se multiplican
las blancuras. Se sigue, por lo tanto, que todos los seres distintos de Dios
no son su propio ser, sino que participan del ser. Y en consecuencia es
necesario que todo lo que se diversifica según diversas participaciones en
el ser, de suerte que sea más o menos perfecto, sea causado por un primer
ser que es perfectísimo.
Por lo cual Platón dijo que anteriormente a toda multitud se debe poner
la unidad, y Aristóteles (Metaf., a, c.1, 993 b 23) que lo que es el sumo ser
138
El agente es una substancia –en acto segunda-. Esta enunciación clásica hace énfasis en que la acción es
siempre la acción de un sujeto. Este sujeto debe ser del orden de la substancia. Pero no es necesario que se
trate propiamente de una substancia, basta con que sea una parte substancial o un conglomerado de
partículas corpóreas como las piedras, las amalgamas metálicas, las aguas del mar o las arenas.
y el sumo verdadero es la causa de todo ser y de todo lo verdadero, así
como el máximo calor es la causa de todo calor.”139
La condición
139
S. Th. I., q. 44, a. 1.
Permite a cierta causa producir su efecto. Puede hacerlo de modo
positivo, como la tijera permite cortar a la modista –instrumentalmente-,
o puede hacerlo de modo negativo, removiendo los obstáculos para el
ejercicio de cierta causa.
La ocasión
El azar o casualidad
Características y Definiciones
Causa Primera
✓ No depende de otra
✓ Es necesaria
✓ Es principal simpliciter
Causa Segunda
Condición
Coexistencia
Casualidad o azar
✓ Efecto no esperado que se debe a la deficiencia del
agente, o a la indisposición de la materia o al
encuentro de seres.
✓ No existen en la casualidad eventos de
probabilidad.
✓ Puede ser causal con respecto a causas inferiores,
pero referida a una causa superior puede no
serlo.
Causa Principal
Causa No Libre
Causa Total
Causa Parcial
Causa Unívoca
✓ Produce un efecto de su misma especie.
✓ Se ordena a la conservación de su propia especie,
en los seres vivos.
Causa Análoga
Causa Intencional
Causa Fortuita
Causa Próxima
Causa Remota
Causa particular
2.2 Causa indirecta o “per accidens”, 2.1.2 Causa Instrumental. Obra en virtud Por Causa Causa
Accidental. de la moción que recibe de la causa agentes parcial Particular
Influye indirectamente en el principal. no libres,
efecto en conexión con él. No 2.1.2.1 Perfectiva causa
causa en sentido estricto. 2.1.2.1.1 Conjunta. Unida a la principal. unívoca.
1. Condición. Órgano o facultad.
2. Ocasión (causa 2.1.2.1.2 Separada. Se une a la principal
física o moral). cuando ésta la usa ocasionalmente:
3. Casualidad o herramientas, instrumentos.
azar. 2.1.2.2 Dispositiva.
4. Coexistencia.
EJERCICIO
Ontología
Causa formal
Causa material
La causa formal
Los principios de los que dependen los entes son tres: dos de ellos
extrínsecos y uno intrínseco. Los principios extrínsecos, previamente
tratados, son las causas final y eficiente.
La especie del ente humano está en ser animal racional. Dicha especie
contiene todas las perfecciones posibles de lo humano. Sin embargo, por
tratarse de un viviente sensitivo, y, por lo mismo, corpóreo, debe ser un
compuesto de forma substancial y materia prima. La materia prima
restringe, limita a la especie a existir como un grupo de individuos, cada
uno de los cuales no puede agotar la perfección de la especie.
Las formas accidentales, son los objetos del conocimiento sensible como el
color, el olor, la rugosidad, el sonido y el sabor que son objetos propios
suyos y también algunos de sus objetos comunes como el tamaño, el peso,
la figura. También son formas accidentales las facultades de los vivientes,
las propiedades de los metales y todos aquellos “entes del ente” que
existan con la existencia de la substancia en la que inhieren.
140
In Metaph. No. 70.
141
S. Th. I, q.40, a. 1.
Así, el sujeto que funciona como potencia respecto a la forma substancial,
es la materia prima. La forma substancial le da al compuesto corpóreo su
perfección primera.
“El sujeto es la causa final del accidente propio, y en cierto modo también
causa eficiente; e incluso causa material, en cuanto que lo recibe. De aquí
que pueda decirse que la esencia del alma es causa de todas las potencias
como fin y como principio activo, y de algunas como sujeto receptivo”.143
142
S. Th. I, q. 77, a. 6.
143
S. Th. I, q. 77, a. 6, ad. 2.
El cuarto efecto de la forma es el que ejerce sobre los seres cognoscentes,
este efecto corresponde a las formas accidentales sobre el conocimiento
sensitivo de los cognoscentes. En el caso de las formas substanciales, estas
lo ejercen sobre los seres inteligentes. La razón es que los entes corpóreos
son cognoscibles gracias a sus formas, ya que el conocimiento y la
inmaterialidad son directamente proporcionales.
Respecto a la causa ejemplar primera que es Dios, hay que señalar que Él
es infinitamente imitable y que tiene virtualmente todas las formas
posibles, algunas de las cuales quiso crear. Dios, como causa formal
extrínseca es el modelo de cualquier otro modelo.
144
Cfr. García Alonso, Luz. Filosofía de la eficacia. Ed. JUS, México, 1978. UCIME, México, 2009.
La causa material
145
Cfr. Aristóteles. Metafísica, VII. A. 3, 20.
146
C. G: II, 93.
147
Ibid.
esencia en cuando principio de definición) debe ser contraída o limitada
por la materia prima. Esta, sellada por la cantidad es el principio de
individuación.
148
In De Trinitate. 4. 2.
forma del “Moisés” de Miguel Ángel o de la “Cibeles”; Los sonidos
pueden ser ordenados o dispuestos entre sí, en una melodía.
149
Cfr. Maquart F. X. Elementa Philosophiae. L. III, p. 246. Ed. Andreas Blot. Parisiis, 1939.
materia por el fin. Por eso se dice que el fin es la causa de las
causas, porque es la causa de la causalidad de todas las cosas”.150
La jerarquía entre las causas, señala ante todo a la causa final, ya
que de ella depende la eficiente. Le sigue, en importancia, la causa
eficiente, porque, la causa formal extrínseca –el prototipo- no
produciría su efecto sino gracias a la eficiente. En tercer lugar
estaría la causa formal extrínseca, que antecede a la causa formal y
esta a la material.
150
Princ. Natur. 4
EJERCICIO
Ontología
Los efectos que produce la forma en cuanto causa son (enumerar tres de
ellas):
3. ____________________
4. ____________________
5. ____________________
7. _______________________
8. _______________________
Ontología
Las causas
1. Definición de causa.
2. División de causa.
3. El tema de la causalidad parece ser la parte dinámica de la Ontología.
4. Las causas extrínsecas: Final y eficiente.
5. Las causas intrínsecas: Formal y material.
6. ¿Es posible que exista un ser incausado?
7. ¿Por qué se llama a la causa final: causa de las causas?
8. Diferencia entre la causa final objetiva y la subjetiva.
9. Relación entre causa eficiente y agente.
10. División de la causa eficiente.
11. Naturaleza de la causa formal.
12. Efectos propios de la causa formal.
13. La causa material.
14. Tipos de causa material.
15. Efecto primario de la materia ex qua.
Tercera parte
IX
EL CONOCIMIENTO
EL CONOCIMIENTO
151
Entiéndase que con esto no pretendemos en manera alguna canonizar la filosofía tomista; el caso de la
Revelación formal y virtual nos ha parecido simplemente un buen término de comparación.
Angélico resulten diferentes, y no por ello, menos auténticamente, las
unas o las otras, tomismo virtual.152
152
Nos referimos aquí, por supuesto, a aquellos casos en los que las conclusiones son obtenidas observando
todas las reglas lógicas y exegéticas. No ignoramos que a partir de premisas mayores verdaderas puede
llegarse a conclusiones falsas, por causas múltiples.
El Angélico es un filósofo realista, acepta y parte del dato empírico y tiene
por objeto no la idea sino la realidad.
153
Así el vegetal se comunica con el agua del subsuelo absorbiéndola, y corrompiendo su propio ser (el del
agua) para –incorporándola a sí mismo al hacerla por ejemplo tejido vegetal- comunicarle una nueva forma
substancial.
154
El contacto brutal que tiene lugar en el mundo vegetativo no puede recibir propiamente el nombre de
comunicación.
155
El conocimiento es un fenómeno que se da analógicamente en varios tipos de seres: las bestias, el
hombre, el ángel, Dios. Aunque el conocimiento angélico es un tema que sale fuera de la filosofía, es
interesante considerarlo como mera hipótesis en la filosofía tomista pues completa la doctrina del Doctor de
la Iglesia.
156
“Hacerse otro” simplemente, no es conocer. Se “hace otro” el viviente devorado por otro viviente, la
zanahoria, o al menos parte de ella se hace conejo.
descartado que se trate de un “hacerse otro” de una manera física, de tal
modo que esta “recepción de la forma de lo conocido” ha de entenderse
de un modo intencional, esto es, por medio de un representante de dicha
forma, el cual recibe el nombre de especie.157
Conocimiento sensible.
El conocimiento sensible recibe las formas sin materia, pero conserva las
condiciones de la materia (singularidad, exterioridad e incapacidad de
reflexión).
El intelecto humano, que es una facultad única, ejerce sin embargo, dos
funciones, a las cuales se designa respectivamente con los nombres de
entendimiento agente y entendimiento posible. La gran diferencia entre el
conocimiento sensible y el intelectual consiste en que mientras que el
primero recibe formas sin materia pero con las condiciones de la materia,
el segundo debe recibirlos prescindiendo aún de estas condiciones. El
fantasma es una forma inmaterial pero que conserva, no obstante, las
condiciones de la materia (singularidad, exterioridad; incapacidad de
reflexión). El intelecto es incapaz de digerir esto, en virtud de que debe
existir una coadaptación entre conocido y cognoscente, de tal manera que
un objeto que conserva las condiciones materiales no es cognoscible para
un sujeto espiritual como el entendimiento.
159
En sentido estricto, usando la terminología de Maquart, lo sensible aplicado a la facultad del hombre y a
la de los brutos es un “unívoco metafísico” o un “análogo físico”. No es análogo metafísico porque está
limitado a lo categorial; es análogo físico ya que sólo en este ámbito es aplicable.
conserva, haciéndolo así inteligible por la formación de la especie
inteligible impresa, la cual actuando sobre el entendimiento posible es
realmente entendida por él, que reacciona produciendo una especie
expresa o idea en la cual conoce la realidad.
160
El término conciencia, aunque es muy poco preciso, para el tomismo significa un tipo de conocimiento;
para la filosofía moderna en cambio es aplicable a todo tipo de conocimiento y aún a todo tipo de funciones
anímicas como son querer, sentir, emocionarse.
Por otra parte, el gran problema de la fenomenología es que el hombre
naturalmente está volcado hacia el exterior. Lo que conoce naturalmente
es el mundo; en cambio las vivencias por las que conoce al mundo no son
objeto de conocimiento, sino hasta que las cosas dejan de ser
consideradas, para que la conciencia revierta sobre sus vivencias que
pasan desapercibidas a una actitud natural: esto sería una reflexión
psicológica. Pero la reflexión psicológica que puso como objeto de
conocimiento a la conciencia psicológica se fundamenta en una conciencia
más profunda, un ego más profundo que funciona como sujeto
cognoscente respecto a ese nuevo sujeto. También esta conciencia
profunda podría objetivarse pero precisaría para ello de una conciencia
más profunda que la conociera; y así el proceso se abriría a un regreso in
infinito.
161
Por ser auto lucidez, el intelecto humano no necesita –de derecho- de otra cosa, para cobrar conciencia
que de sí mismo; lo cual no empece que de hecho, por su limitación corpórea, necesite de la chispa de la
cosa.
expresado en la luminosidad que le confirió el intelecto; no contento con
comunicarle la luz, lo concibe, lo crea con una dignidad mayor que la que
de suyo tenía.162
162
Cayetano se pregunta si es necesaria la especie expresa cuando el objeto se halla presente, respondiendo
en afirmativo puesto que, sin especie expresa, estaría físicamente presente pero ausente respecto a la
grandeza espiritual que le confiere el intelecto.
163
Cfr. Marechal. El punto de partida de la metafísica.
164
Que sea proceso de unificación no obsta para que sea también proceso de verificación (cuya plenitud se
alcanza en el juicio mediante el cual el intelecto se pliega a la realidad en la expresión “est quod est” o “non
est quod non est”), de bonificación, de operatividad, de embellecimiento, etc.
165
Por eso la sensibilidad de las bestias es radicalmente distinta de la humana.
unifica en la medida en que su naturaleza misma consiste en conformarse
al ser, que es unificador.
LA INTUICIÓN
LA INTUICION
166
Esto ya lo había observado Sn. Agustín como consta en el siguiente texto citado por García López en “El
valor de la Verdad y otros estudios” p. 73, “advertirá que se dan en él tres clases de visión una mediante los
ojos del cuerpo (…) otra mediante la fantasía (…) y la última mediante la mirada de la mente” (De Gent. ad.
litt., XII, 6, 15, PL, 34, 453).
Después de hacer un análisis fenomenológico de la aprehensión que
realizan los sentidos externos y el sentido común167 se descubren en ella
las siguientes caracteres:
Y lo corrobora Sto. Tomás “vemos aquellas cosas que por sí mismas mueven a nuestro entendimiento o a
nuestros sentidos en orden del conocimiento de ellas” (S. Th. II-II, q. 1, a. 4).
167
Algunos filósofos tomistas prefieren incluir al sentido común entre los sentidos externos ya que por una
parte es el polo catalizador de todos ellos, y por otra su función se asemeja más a la de estos que a la de los
sentidos internos, ya que no produce especie expresa.
168
Nos parece superflua la aclaración de que no tratamos aquí de la intuición intelectual entendida al modo
de “corazonada”, “adivinación”, “presentimiento” o “carisma”, ni tampoco como una especie de
conocimiento “sui generis” al que se recurre cuando no cabe una explicación aprehensiva cabal o cuando
subrepticiamente se quieren apuntalar deficiencias u obscuridades en algunas cuestiones gnoseológicas.
mismo, la intuición se aplica mejor a los sentidos internos, pues esta
perfección, es mayor que la obtenida por los sentidos externos.169
169
La mayor claridad y luminosidad con respecto al objeto tiene lugar en la cogitativa, en la cual se realiza la
característica de perfección mejor que en ningún otro tipo de conocimiento sensible.
170
C.G. IV. 1.
se comporta respecto a estos principios, así se comporta el ángel por
respecto a todo lo que naturalmente puede conocer. De donde, así como
nosotros conocemos sin discurso esos principios, por una simple intuición,
así los ángeles todas las cosas que conocen”.171
171
De Verit., q. 8, a. 15.
mediante este recibe la especie de la cosa vista en la especie o en el
espejo.”172
175
In III De Anima lect. 8, No. 712-713.
176
García López. El valor de la Verdad y otros estudios. P. 135.
177
Ibid.
perfección es la certeza, al objeto cuya perfección consiste en su nobleza y
actualidad178 y a la unión entre ambos cuya perfección está en la
adecuación e inmediatez.
a) En cuanto a la certeza.
Puesto que la verdad, estrictamente hablando, no se encuentra mas
que en el juicio intelectual, la certeza se aplica propiamente a la
intuición intelectual y solo de modo analógico a la intuición
empírica. Pero no todos los tipos de intuición intelectual cumplen
con este carácter –ya que excluye la duda y aún la probabilidad-.
La intuición existencial del alma y sus operaciones tiene certeza de
carácter contingente. La intuición esencial de los primeros
principios produce certeza necesaria.
b) En cuanto a la propiedad.
Únicamente en un sentido lato, en cuanto conocimiento con el que
se alcanzan algunas notas que diferencian a un ser de los otros,
puede decirse que el conocimiento humano es propio (tanto el
178
Puesto que la actualidad y nobleza de un objeto pueden estropearse si no son captados con propiedad,
aquellas características deberán reducirse a esta al hablar de perfección en cuanto al objeto.
sensible como el intelectual); aunque haya de ser siempre mediato
(por suponer siempre un conocimiento anterior).
En sentido estricto179 no puede hablarse de propiedad en el
conocimiento del hombre.
c) En cuanto a la adecuación.
La adecuación del conocimiento consiste en la aprehensión del
modo y la esencia de la cosa; aunque en modo alguno es imposible
reunir ambas exigencias en el conocimiento, sin embargo en el
conocimiento humano debido a su limitación, aquella aprehensión
que llega al existente concreto no alcanza la esencia y viceversa.
d) En cuanto a la inmediatez.
Una vez aclarado que ni la abstracción ni la especie cognoscitiva
obstaculizan la inmediatez que propiamente se opone solo al
discurso, se concluye que en el conocimiento humano tanto el
sensible como el intelectual son verdaderamente inmediatos.
El conocimiento humano solo es perfecto e intuitivo de un modo
análogo y participado.
En su orden –no en cuanto conocimiento, sino en cuanto
conocimiento sensible- aunque es imperfecto, por permanecer en el
plano accidental el conocimiento sensible realiza todos los
caracteres de la intuición.
En su orden –en cuanto conocimiento intelectual- el conocimiento
intelectual humano realiza estos caracteres exceptuando la
adecuación, pero es el más pobre en su esfera. En cuanto
conocimiento, y comparado con el conocimiento humano sensible, el
179
En sentido estricto, un conocimiento es propio, si alcanza las últimas diferencias de las cosas.
conocimiento humano intelectual realiza más propiamente los
caracteres de la intuición y merece más justamente este nombre.
“La intuición humana es un todo análogo con analogía intrínseca,
cuyo primer analogado es la intuición intelectual conceptual –la
más perfecta y cuyos analogados secundarios son, primero la
intuición intelectual-experimental, y después la intuición
imaginativa y la empírica, por este orden.”180
De ello concluimos que en el ámbito psicológico, es en el que –para
esquematizar- intuición se opondría a discurso, el conocimiento
intelectual, y por ende, el conocimiento del ser, es intuitivo,
inmediato, puesto que las especies no rompen la inmediatez.
Otra es la cuestión, planteada ya en el ámbito metafísico, de si el
conocimiento del ser es intuitivo, entendiendo aquí intuición como
lo opuesto a abstracción e incluyendo en su naturaleza una
inmediatez que elimine el obtener cognoscitivamente al ser en lo
sensible.
Metafísicamente no cabe hablar de una intuición del concepto de
ser, sin que ello sea obstáculo para sostener al mismo tiempo una
postura realista de inmediatez psicológica. La captación de lo
absoluto -los primeros principios- no es directa. Es una captación
que se realiza en y por lo sensible, en y a través del mundo para
usar un lenguaje contemporáneo.
El hombre tiene un conocimiento, implícito y atemático del ser,
desde que realiza su primer acto de intelección. El mismo hecho de
preguntarse por el ser implica tener de él un cierto conocimiento
aunque atemático.
180
García López. Op. cit. p. 166.
En este sentido toda la elaboración metafísica no consistirá sino en
un esfuerzo para hacer explícito en lo que es implícito, lo que está
implícitamente contenido, desde el comienzo de su actividad, en la
vida intelectual del ser humano.
El conocimiento de lo absoluto, de lo necesario, de lo fundamental
(porque se autofundamenta y fundamenta todo lo demás): el ser (y
sus leyes) o bien lo obtiene el hombre a partir del mundo, en lo
contingente, o lo alcanza en la medida que abandona lo contingente
–si se lo considera como innecesario o como un estorbo para
obtener este conocimiento del ser-.
Con respecto a este problema de la necesidad de obtener el
concepto de ser a partir del mundo, mediante el mundo, o no,
podemos considerar cuatro posturas-límite:
1. La de aquellos que por estar totalmente sumergidos en lo
sensible no pueden alcanzar lo absoluto: son filósofos que
niegan el conocimiento metafísico.
2. La de quiénes defienden que conocemos lo que construimos –
Kant- pero no construimos el ser, luego no lo conocemos.181
En la medida en que nos encontramos absortos en lo sensible,
ello nos impide alcanzar lo absoluto.
3. La de quiénes sostienen que conocemos lo que producimos –
Hegel- producimos el ser, luego lo conocemos. Conceden a
nuestro intelecto una capacidad proyectiva creadora.182
181
Colocamos a Kant en un lugar especial porque no niega sino la Metafísica teórica, admitiendo lo absoluto
–en moral-. El diálogo con Kant se centraría en demostrarle que en el orden teórico también hay valor
absoluto.
182
Desde el momento en que Hegel reconoce un valor absoluto que abre contacto con la Metafísica –el
valor absoluto de la intuición-, el diálogo con Hegel dependería de demostrarle el valor absoluto del juicio,
4. La de quiénes afirman que conocemos al ser porque
participamos del Intelecto (ut sic) que es creador, proyectivo e
intuitivo –Sto. Tomás- pero a diferencia de Hegel, y
precisamente, porque el intelecto humano es participado y
encarnado, el hombre obtiene el concepto del ser de modo
mediato, a través de lo sensible: saca al ser del mundo y ve lo
necesario en lo contingente. El humano no es un intelecto
creativo sino abstractivo.
Para llegar al ser metafísico, a lo absoluto, a lo necesario, un tomista
deberá meterse en lo mundano, en lo relativo, en lo contingente “hasta los
huesos” para descubrir allí lo absoluto y lo necesario; ya que nada hay
tan contingente que no tenga algo de necesario. Es a partir de lo
contingente como se llega a lo absoluto; “llegar a hallarlo” en estado
puro, desligado de lo contingente, será un ideal irrealizable; ello para el
hombre estará siempre encajado en lo contingente.
En el terreno metafísico entendemos por intuición el conocimiento directo
del ser –sus leyes, carácter absoluto, necesidad- sin tener que extraerlo de
lo contingente, sin “pasar por el mundo”.183 En este sentido, el
conocimiento del ser no es intuitivo sino abstractivo.
mediante el cual después de abstraída la esencia de Pedro se le remite de nuevo diciendo “es ahí”, se
reconoce su necesidad y por lo mismo su carácter absoluto enclavado en su contingencia.
183
Esta postura estaría representada por Platón, Malebranche, Descartes: en una palabra por cualquier
forma de innatismo gnoseológico.
XI
EL CONOCIMIENTO DE LA EXISTENCIA
EL CONOCIMIENTO DE LA EXISTENCIA
Para hablar de una manera gráfica y exagerada, digamos que son dos los
constitutivos del ser a los que no apunta el conocimiento humano sensible
o conceptual: la materia y la existencia; la primera porque, gracias a su
carácter intencional, la materialidad es un obstáculo intrínsecamente
insuperable para el conocimiento, la existencia porque es de otro orden
distinto a aquel para el cual la facultad se encuentra determinada. El
conocimiento sensible tiende como a su objeto a la forma sensible (que es
accidental) y el intelectual a la forma inteligible (que es substancial), de
tal manera que las formas accidentales son sensibles per se e inteligibles
per accidens mientras que las formas substanciales siendo inteligibles per
se son sensibles per accidens.
Parece ser lugar común que el sentido se une con la existencia; cuantas
veces se reprocha al entendimiento su lejanía del esse suele evocarse el
conocimiento casi connatural que de él tiene el sentido que “lo palpa”.
Esta opinión no puede admitirse gratuitamente, hace falta aquilatarla.
184
Contra la doctrina de Avicena, Santo Tomás niega que la existencia sea un accidente de la esencia. Según
lo que afirmamos en la primera parte de este estudio, no debe hacerse el binomio de oposición esencia-
accidente por ser falso, ya que tanto la substancia como el accidente son esencias o formas; de tal modo
que lo opuesto a la esencia no es el accidente sino la existencia, debiendo ser dicho binomio: esencia-
existencia.
ha encontrado con otro, el sentido es incapaz de realizar dicho encuentro
ontológico, porque tiene, como característica, la imposibilidad de
reflexión. Un ente consciente185 que se relaciona real o físicamente con
otro, se percata de la existencia de ese otro; el sentido en cambio, es ciego
para captar la existencia entitativa como tal, recibe un dato que no puede
ponderar.186
188
Aquí García López identifica singular y concreto. Insistimos en que dicha identificación aunque no afecta
al trabajo de este autor, para nosotros no es válida.
189
García López. El valor de la verdad y otros estudios. P. 188.
190
E. Gilson. El ser y la esencia. p. 268.
Decíamos que el conocimiento intelectual se realiza a partir de la imagen
despojándola de las condiciones de la materia que aún conserva para
presentar al entendimiento posible una especie no solo inmaterial sino
incluso sin las condiciones de la materia. Depurar la imagen es trabajo
del entendimiento agente, esta tarea decantadora no es otra cosa que la
abstracción. Recibida esta especie impresa, el entendimiento posible
reacciona conociendo y emitiendo un verbo: el concepto. Dicho concepto
expresa la forma del existente “extramental” –es su signo formal- pero no
expresa el modo de ese existente; así que no puede connotar la existencia
sino como significada o conceptualizada, la cual es concebida
precisamente como lo que no es.
191
García López. El valor de la verdad y otros estudios. p. 193.
192
In De trinitate. q. 5, a.3.
algo privativo del juicio; expresa más bien, que así como la simple
aprehensión no tiene más posibilidades que la aprehensión de formas, el
juicio, por el contrario, puede además captar el esse.
193
Cfr. García López. El valor de la verdad y otros estudios. p. 199.
Desde la simple aprehensión hay ya un apuntar al esse por parte del intelecto, ello se debe a que las
esencias –aspectos inteligibles en el orden noético- de suyo tienden a integrarse con otras esencias y a
encarnarse en su sujeto, a concretizarse.
que lo garantice, a un fundamento empírico194 esto es, a la experiencia
intelectual.
194
Entiéndase aquí por empírico algo simplemente experimental y no reducido a y exclusivo del nivel
sensible.
Conoce, en efecto, la naturaleza de la especie o lo que la cosa es
extendiendo directamente su mirada, pero el singular por cierta reflexión,
en cuanto vuelve sobre las imágenes sensibles de las que abstrae las
especies inteligibles.”195
195
In III De Anima. lec. 8 (p. 162) Apud. García López. El valor de la verdad y otros estudios. p. 201.
llevado directamente al conocimiento de la imagen, sino al de la cosa de la
que es imagen. Sin embargo por cierta reflexión, vuelve también al
conocimiento de la misma imagen, en cuanto considera la naturaleza de
su acto y de la especie por la cual conoce y de aquello de lo que abstrae la
especie esto es de la imagen (…) Así nuestro entendimiento, en cuanto por
la semejanza que toma de la imagen sensible reflecte sobre la misma
imagen –que es una semejanza particular- de la que abstrae la especie,
tiene cierto conocimiento del singular, según cierta continuidad del
entendimiento hasta la imaginación.”196
196
De Veritate. q. 2, a. 6, c. (p. 363). Apud. García López. El valor de la verdad y otros estudios. p. 201.
197
El intelecto puede considerarse en cuanto intelecto en el orden del conocimiento o en cuanto ser –un
algo que dice relación a la existencia- en el orden real; en este último sentido se sigue, en el mecanismo
psíquico del conocimiento, la línea de la causalidad eficiente en la que un ser inmuta a otro. Considerado en
cuanto intelecto, en dicho proceso se sigue la línea de la causalidad formal.
facultades sus operaciones y sus frutos: la idea tiene –además de su ser
intencional- un ser natural. De este modo, el entendimiento en cuanto ser
se siente afectado por el ser natural de la especie y por el de la imagen de
la cual aquella procede.
Del alma pueden tenerse dos conocimientos: uno por el que se conoce el
alma en cuanto a lo que le es propio; otro por el que se le conoce en
cuanto a lo que le es común con todas las almas. El conocimiento que se
tiene del alma en cuanto a lo común con todas es aquel por el que se
conoce la naturaleza del alma, y el que se tiene del alma en cuanto a lo
que le es propio es aquel por el que se conoce como existente en tal
individuo. Y así por este conocimiento se conoce si existe el alma, como
cuando alguien percibe que tiene alma; en cambio por el otro
conocimiento se sabe que es el alma y cuáles son sus propiedades.
198
Le llamamos conocimiento existencial porque es realizado por el entendimiento humano en cuanto ser
siguiendo la línea de la causalidad eficiente; se trata de un conocimiento oscuro, sin tratarse de un
conocimiento prototipo, y alcanza la existencia connotada en la forma.
conocimiento actual, por el que alguien percibe que tiene alma, digo que
el alma se conoce por sus actos. Porque en esto percibe alguien que tiene
alma y que vive y que existe, en que percibe que él siente y entiende y
ejerce otras operaciones vitales semejantes; y por eso dice el Filósofo en
IX Ethic: “sentimos que sentimos y entendemos que entendemos, y
porque esto percibimos entendemos que somos.” Pero nadie percibe que
él entiende si antes no entiende algo, porque primero es entender algo que
entender que se entiende, y por tanto el alma viene al conocimiento actual
de que ella existe porque antes entiende o siente. Y en cuanto al
conocimiento habitual, digo que el alma se percibe por su propia esencia,
esto es, que del hecho de que su propia esencia es presente a sí misma
puede pasar al acto del conocimiento de sí misma, como el que tiene el
hábito de alguna ciencia, por la misma presencia de ese hábito, es capaz
de percibir los objetos a que se entiende dicho hábito. Pues para que el
alma perciba que existe y atienda lo que acontece en ella no se requiere
hábito alguno, sino que basta para ello la sola esencia del alma, presente
al entendimiento, pues de ella proceden los actos en los que actualmente
ella se percibe.
Pero si se habla del otro conocimiento del alma según el cual la mente
humana es definida en un conocimiento especial o general, hay que
distinguir nuevamente. Al conocimiento deben concurrir dos cosas: la
aprehensión y el juicio acerca de la cosa aprehendida; y por tanto el
conocimiento por el que se conoce la naturaleza del alma puede ser
considerado en cuanto a la aprehensión y en cuanto al juicio. Y si se
considera en cuanto a la aprehensión, digo que la naturaleza del alma es
conocido por nosotros mediante las especies que abstraemos de los
sentidos, pues nuestra alma ocupa el último lugar en el género de los seres
intelectuales, así como la materia prima en el orden de los seres sensibles
(…). Y por eso así como la materia no es sensible sino por la forma
sobreañadida así el entendimiento posible no es inteligible, sino por una
especie sobrevenida. De donde nuestra mente no puede entenderse a sí
misma con una aprehensión inmediata, sino que del hecho de que
aprehende otras cosas viene el conocimiento de sí misma (…). En efecto,
el hecho de que el alma humana conoce las naturalezas universales de las
cosas percibe que la especie por la que entendemos es inmaterial, pues de
lo contrario estaría individuada, y así no llevaría al conocimiento de lo
universal. Y del hecho de que la especie inteligible es inmaterial han
deducido (los filósofos) que el entendimiento es cierta cosa independiente
de la materia; y de aquí han procedido a conocer otras propiedades de la
potencia intelectiva. Y esto es lo que el Filósofo dice en el libro III del
Alma que el entendimiento es inteligible como los otros inteligibles (…).
Pero si se considera el conocimiento que tenemos de la naturaleza del
alma en cuanto al juicio por el cual sentenciamos que es así como lo
aprehendimos en la deducción precedente, entonces el conocimiento del
alma se consigue en cuanto “intuimos la inviolable verdad a partir de la
cual definimos perfectamente en cuanto es posible, no cómo es la mente
de cada hombre, sino cómo debe ser de acuerdo con las razones eternas”,
como dice San Agustín en el Libro IX de la Trinidad; pues esta inviolable
verdad no es conocida en la semejanza de ella que está impresa en nuestra
mente en cuanto conocemos naturalmente algunas cosas por si mismas a
la luz de las cuales examinamos todas las otras, juzgando de todo con
arreglo a aquellas.”199
199
De Veritate. q. 10, a. 8. Apud. García López. El valor de la verdad y otros estudios. p. 206 y ss.
El entendimiento humano se comporta en el género de las cosas
inteligibles como un ente solo en potencia, igual que la materia prima en
el género de las cosas sensibles, y por eso denomina se “posible” a dicho
entendimiento. Así, pues, considerado en su esencia se comporta como
inteligente en potencia, y por ello tiene por sí mismo virtud o capacidad
para entender, pero no para ser entendido, a no ser cuando pasa al acto
(…) (Por otro lado), siendo connatural a nuestro entendimiento, según el
estado de la presente vida, que mire a las cosas materiales, y sensibles,
síguese de aquí que nuestro entendimiento no se entiende a sí mismo sino
en tanto que es actualizado por las especies, abstraídas de las cosas
sensibles merced a la luz del entendimiento agente que es el acto de los
mismo objetos inteligibles, y mediante dichas especies es como entiende el
entendimiento posible. Por tanto nuestro entendimiento no se conoce por
su esencia, sino por su acto, y esto de dos modos: uno, particularmente,
como cuando Sócrates o Platón perciben que tienen un alma intelectiva
por el hecho de que perciben que están entendiendo; otro,
universalmente, como cuando consideramos la naturaleza de la mente
humana a partir del acto del entendimiento. Por lo demás el juicio y la
eficacia de este conocimiento por el que conocemos la naturaleza del
alma nos compete por derivación de la luz de nuestro entendimiento a
partir de la verdad divina, en la cual se contienen las razones de todas las
cosas. Y por eso dice San Agustín que intuimos la inviolable verdad a
partir de la cual definimos perfectamente en cuanto es posible, no como es
la mente de cada hombre, sino como deber ser de acuerdo con las
razones eternas. Y es de notar que hay una gran diferencia entre aquellos
dos conocimientos de la mente humana, pues para tener el primero de
ellos basta la misma presencia de la mente, la cual es el principio del acto
por el que ella se percibe a sí misma, y por eso se dice que la mente se
conoce por su presencia; en cambio, para tener el segundo conocimiento
no basta con la sola presencia de la mente, sino que se requiere una
investigación diligente y sutil.”200
200
I. q. 87, a. 1. Apud. García López. El valor de la verdad y otros estudios. p. 209-210.
201
Unión intencional en el conocimiento de la esencia, y real o física en el del esse.
operación cognoscitiva “sui generis”, al contacto oscuro, experimental de
la existencia misma del alma.”202
En resumen:
202
García López. El valor de la verdad y otros estudios. p. 216.
a) El sentido porque capta de un modo directo las formas con las
condiciones de la materia, y en estas connota el esse.
b) El intelecto:
203
Aprovechamos la distinción que Sto. Tomás sugiere en la Suma (I. q. 13, a. 2 y ss.) entre “lo representado”
–que se aplica a lo inmediato, a aquello que se encuentra en el mismo plano del conocimiento y “lo
significado”- que más que nada consiste en apuntar a una meta remota-. Representar es retratar por medio
de notas distintivas o características. Significar es tender, dirigirse a… el significar a apuntar más allá del
representar.
XII
LA ABSTRACCIÓN
LA ABSTRACCIÓN
204
Santiago Ramírez las llama respectivamente eficiente –a la efectuada por el entendimiento agente- y
considerativa –a la realizada por el posible-. Cfr. “El concepto de Filosofía”. Si bien ambos se implican en uno
y otro como causas “ad invicem” que son.
Otros tomistas llaman abstracción total a la realizada por el entendimiento agente y empobrecedora a la
que nosotros, con Cayetano, hemos denominado total.
Las discrepancias nos parecen fundamentalmente nominales, pero no podemos omitir que:
1.- Algunos tomistas no admiten sino dos grados de “abstracción” formal (segundo y tercero) e identifican el
primero con la abstracción que nosotros hemos llamado total o empobrecedora.
2.- Otros tomistas, partiendo del descrédito en que se encuentra el término “abstracción” entre los filósofos
modernos, prefieren olvidarlo y explicar el acceso al ser por otros caminos. A nosotros nos interesa
analizarlo, y, rompiendo con los prejuicios, buscar su justo valor.
3.- El P. Regis en su artículo. La philosophie de la nature quelques “Apories” (en Etudes et recherches.
Philosophie, cahier, p. 127-156) Critica la exposición que de la abstracción hace Maritain en su “Filosofia de
la naturaleza”. M.V. Leroy, tomando en cuenta esta y otras obras hace un estudio muy valioso sobre el
sentido y valor del texto tomista del comentario al De Trinitate de Boecio, estudio que nos sirve apoyo para
sostener la tesis aquí expuesta. (Leroy “Abstractio y separatio según un texto discutido de Sto. Tomás).”
afirmar que nuestro entendimiento conoce las realidades materiales
abstrayendo de las imágenes.”205
205
S. Th. I. q. 85, a. 1.
206
S. Th. I. q. 40, a. 3.
Antes de seguir adelante queremos insistir –por cuando este punto se ha
malinterpretado y prejuzgado- en que el conocimiento abstractivo, en
cualquiera de sus sentidos, no implica mediatez y por lo mismo no
destruye el carácter inmediato del conocimiento.
207
Ibid.
común a aquellos, de una manera unívoca, y que resulta por lo mismo
mucho más pobre.
Sin embargo, la existencia no puede abstraerse sola, sino que por tratarse
de un co-principio del ser, ha de considerarse junto con la esencia, una y
otra no pueden separarse. De tal manera que mediante la abstracción
formal de tercer grado se abstrae la noción de existencia pero se retiene
209
Cfr. Maritain. Breve tratado acerca de la existencia y de lo existente. Y Garrigou Lagrange. De
intelligentia naturali et de primo objecto ab ipsa cognito., en Acta Pontif. Acad. Romanae S. Thomas Aq.,
Apud. Maritain. Op. cit. p. 40.
210
Cfr. Maritain. Op. cit. C. 1. Y Geiger. La Participación dans la philosophiae de Saint Thomas d Aquin. p.
318. Apud. Maritain. Op. cit. p. 41.
211
“el concepto metafísico del ser, así como el concepto de sentido común que la inteligencia se forma en su
primer despertar, es una visualización eidética del ser aprehendido en el juicio” Maritain. Op. cit. p. 41.
212
En el comentario al De Trinitate de Boecio, Sto. Tomás designa con el nombre de “separatio” al tercer
grado de abstracción formal, habiendo designado con el nombre de “abstractio” a los dos primeros grados.
Se trata en estos textos de una diferencia meramente nominal. Cfr. LeRoy. Op. cit.
en el entendimiento juntamente con ella la noción de aquello de donde se
abstrajo, esto es de la esencia.
213
Maritain. Op. cit. p. 46.
214
El conocimiento intelectual es tanto más perfecto cuanto más concreto. No es válido identificar lo
singular a lo concreto y lo universal a lo abstracto. No hay conocimiento más concreto que el del ser, que es
al mismo tiempo el más universal por ser trascendental.
Todo concepto, por definición, tiende a lo concreto. Si bien el conseguir lo concreto no lo logra todo
concepto; la mayor parte de ello se quedan en lo abstracto en el doble sentido de la palabra: 1.- porque
siendo un aspecto inteligible de un ente se encuentran separados de su sujeto. 2.- porque se encuentran
separados de los otros aspectos inteligibles de ese sujeto. Solamente los conceptos metafísicos logran
tender y llegar a lo concreto, de ahí su superioridad con respecto a los otros conceptos. Esto mismo explica
el papel del juicio en la generación del concepto del ser, ya que gracias a este los aspectos inteligibles se
integran entre sí y con el sujeto del esse.
su objeto mediato y final, aquel que fundamenta al mismo objeto formal,
es el Ipsum Esse Subsistens. En Metáfísica la tarea “no es directamente
universalizante sino penetrativa.”215 El ser no es un género sino un
trascendental.
Por esto dice Cayetano que no hay un solo concepto de ser sino muchos,
pues ninguno prescinde de aquello que lo hace “tal ser” 216, es decir, de su
esencia; y siendo un sobreuniversal, como lo califica Maritain, queda
siempre anclado en lo existente, penetrado de lo real.
215
De la Mora, Fernando. Op. cit. p. 226.
216
Cfr. Fernando de la Mora. Op. cit. p. 222.
El conocimiento distinto virtual es perfecto en sentido estricto pues por él
se conocen no solo todas las notas constitutivas del objeto con sus
virtualidades –y esto de una manera penetrativa- sino también todos los
posibles sujetos de esta naturaleza. Referido al ser este conocimiento le
está vedado al hombre.
Por otra parte, así como es imposible que exista la circularidad sin
materia, es posible pensar, la entidad sin materia. Que exista o no es otro
problema, pero aquí no puede negarse la posibilidad. Algunos seres no
pueden concebirse ni existir sin materia sensible; otros –es el caso de los
seres objeto del segundo grado de abstracción- pueden concebirse sin
materia sensible, pero no existir sin ella, por último, algunos seres pueden
concebirse y existir sin materia, dicho de otro modo, para realizarse no
precisan encarnarse en un ser cuya indigencia los limite: es el caso del
ente.
Sin embargo esta cumbre está reservada a pocos; el concepto de ser del
metafísico obtenido por el tercer grado de abstracción formal, no se
revela a cualquier inteligencia. Su captación depende de una serie de
elementos entre los que se encuentran no solo ciertas condiciones
especiales de la inteligencia y una gran docilidad a la luz, sino inclusive
ciertas circunstancias favorables, tanto objetivas como subjetivas, cuyo
defecto arruina esta captación. Por todo lo cual esta es una cumbre
reservada a pocos; una cumbre muy parecida a aquella otra de la obra de
arte, para cuya consecución no basta que concurra el genio –algo poco
común- sino un conjunto de condiciones cuya omisión impide el
florecimiento de este ser, excepcional.
219
Una claridad absoluta en el conocimiento más profundo es algo vedado a una facultad intelectiva, como
la humana, sumergida en la materia, por lo que ha de valerse de instrumentos de conocimientos sensibles y
debe proceder en ascensión paulatina en cuanto a la perfección y claridad de sus hallazgos, perfección que,
no obstante, nunca será completa.
220
De la Mora, Fernando. Op. Cit. p. 224.
221
Cayetano Comment, In de Ente et essentia. P. 6, No. 5. Ed. Marietti. 1934. Apud. Fernando de la Mora.
Op. cit. p. 32.
llegar a esto, dice Maritain, “Es cuestión de suerte, o de don, o acaso de
docilidad a la luz.”222
222
Maritain. Op. cit. p. 32.
ANEXO
VOCABULARIO FILOSÓFICO
VOCABULARIO FILOSÓFICO
Accidente:
Es una categoría o modo de ser que le conviene existir en otro como
en su sujeto de inhesión. Se opone a la substancia, categoría que consiste
en ser capaz de existir en sí misma y ser sujeto de inhesión de los
accidentes. Los accidentes son: cualidad, cantidad, acción, pasión,
ubicación, situación, cuando y hábito.
Acción:
Accidente que consiste en el ejercicio de la causa eficiente. Ej.
Escribir, barrer, golpear. Se opone a la pasión que consiste en recibir los
efectos de la causa eficiente. Ej. Ser escrito, ser barrido, ser golpeado.
Acto:
Perfección. Elemento perfectivo del ente finito (v. esse o acto de
ser). Se opone a la potencia.
Acto entitativo: Perfección del ente: salud o belleza.
Acto operativo: Perfección segunda de una facultad o potencia
operativa. Se divide en acción involuntaria y acción voluntaria. La acción
voluntaria en cuanto eficaz, pertenece al orden del hacer. En cuanto
moral pertenece al orden del obrar.
Albedrío: (libre)
Capacidad del hombre para elegir entre bienes particulares –la
voluntad humana está determinada respecto al bien absoluto.
Arte: Virtud del intelecto práctico humano, que es la recta razón del
hacer, o de lo factible. Saber por causas contingentes sobre el hacer.
Artefacto: Obra resultante del arte (calopoético, técnico,
tecnológico). Ej. Mesa, bicicleta, gramática.
Sinónimo: predicamentos.
Antónimo: trascendentales.
Fin: Razón por la que se obra. Bien que se ama por sí mismo. Puede
ser próximo o último. El fin último eterno del hombre es objetivamente
Dios y subjetivamente la felicidad. El fin último terreno del hombre es
objetivamente el bien común terreno y subjetivamente el bienestar
común. El fin terreno es la causa última o meta de la Filosofía de la
Eficacia. El fin último es la causa o meta del hombre y por ello de la Ética.
Idea: Arquetipo mental para la acción práctica, sea del artesano, sea
de la conducta en general.
Móvil: Ente que puede recibir o perder una forma substancial o bien
accidental. Ente en etapa de cambio, de recibir una nueva forma. El móvil
está en potencia próxima para recibir el acto gracias al motor.
Movimiento: Paso de la potencia al acto, de una forma posible a
una forma actual. Puede ser local: paso de un lugar a otro; cuantitativo:
paso de una cantidad a otra; cualitativo: paso de una cualidad a otra.
Estos tres tipos de movimiento alcanzan formas accidentales. El cuarto
tipo es el movimiento substancial: la generación y la corrupción.
Necesario: Lo que no puede no ser o lo que tiene que ser como es.
Se opone a contingente.
Noción: Concepto.
Origen: Principio.
Precepto: Mandato.
Predicable: Modo lógico de predicar. Los predicables son cinco:
Tres modos de predicar la substancia: 1) Género, 2) Diferencia específica,
y 3) Especie y dos modos de predicar el accidente: 4) Propio y 5)
Contingente.
Justicia: Recta razón práctica que inclina a dar a cada uno lo suyo.
Fortaleza: Recta razón práctica de la voluntad en la dirección del
irascible.
Vicio: Hábito que inclina al mal. Hábito malo. Puede ser intelectual
si se opone a las virtudes intelectuales o moral, oponiéndose a las virtudes
de la voluntad.
El primer obstáculo con que tropieza el filósofo al hablar del ser es de tipo
lingüístico. Los primeros pensadores no construyeron la metafísica
apoyados en la precisión de una terminología técnica previamente
estipulada, sino que vertieron la riqueza de sus ideas en los moldes del
hablar cotidiano. Las palabras corrientes fueron recibiendo así una
connotación y, a través, incluso, de la muerte de las lenguas, estas
connotaciones se han ido decantando para dar lugar, poco a poco, a la
terminología de la
Ciencia fiilosófica
Ente
223
Aunque a veces a lo largo de este vocabulario usemos la fórmula categórica “tal cosa es tal otra”, no
pretendemos dar con ello definiciones cuando estas no son posibles, sino que muchas veces se trata de
descripciones.
Ente es “la cosa que tiene ESSE”224 o “lo que tiene ESSE”225 o la cosa a la
cual le compete de algún modo ESSE. Estas tres definiciones de ente
evidencian que el ente no se puede concebir sin hacer referencia a la vez
al esse y al sujeto que lo tiene.226
En una traducción más pura, ens significa ser; hemos adoptado, sin
embargo, el término ente, que por ser menos común encierra menos
ambigüedades. Pero hemos de hacer la aclaración de que para nosotros
ens y ser son perfectamente sinónimos.
En Santo Tomás, ente tiene alguna vez el sentido de esse; esta pequeña
oscilación terminológica es perfectamente explicable una vez
comprendida su doctrina sobre el ser, y no tiene demasiada importancia.
Ens es en latín el participio del verbo esse. Como todo participio hace
referencia al verbo y al sustantivo. De esta doble significación proviene la
distinción entre ente como nombre y ente como verbo.
224
In I Periherm. L.5.
225
In Metaph. XII. L. 1.
226
Intencionalmente no hemos traducido ESSE, para evitar cualquier confusión, hasta no explicar la génesis
de su significado actual.
227
Cfr. In I Periherm. L. 5 (P. 18).
228
Dejamos a un lado las sutilezas de los comentadores en la interpretación de detalle del EST y el ENS del
Angélico, y solo señalamos entre ellos la gama de matices para quien se interese en lo particular.
Santo Tomás Capreolo Cayetano Ferrariense
EST ente como participio existencia actual ente como participio
Ente como nombre
El participio va sufriendo una metamorfosis hasta trasladar su sentido
originario a otro nuevo que representa al sustantivo; se refiere al sujeto
que ejerce o puede ejercer la significación del verbo. Así como estudiante
en su sentido verbal significa al que estudia actualmente, tomado como
nombre hace referencia al sujeto que estudia o puede estudiar, aunque no
esté estudiando HIC ET NUNC. El ente tomado como nombre abarca y
excede la significación del ente tomado como participio.
Ente como nombre significa: IN RECTO algo (la esencia, res) y por
consecuencia, IN OBLICUO, el ESSE.
Tomando ahora como fundamento de la división el tipo de operación
mental operada, podemos considerar al ens como significando o como
ejerciendo el esse.
En la primera operación de la mente, el ente significa la esencia y
consignifica el ESSE, pero como significado. Esto es posible desde el
momento en que el ser ha sido obtenido por abstracción formal de las
cosas existentes, y dicha abstracción no “deja aparte” la existencia, sino
que dice siempre referencia a ella aunque considerada “al modo de las
quididades”.229
ENS ente como nombre ente como participio ente como nombre
ESSENTIA esencia ente como nombre esencia
229
En el lugar respectivo trataremos suficientemente el tema de la abstracción y probaremos esta
afirmación.
aquí de importancia porque no son juicios científicos. En los juicios
necesarios de cosas necesarias, mejor dicho, del único objeto necesario:
Dios, el ESSE es ejercido de modo actual, ya que, Dios es el IPSUM ESSE.
En los juicios necesarios o universales de objetos contingentes, como “el
hombre es animal”, el ESSE es ejercido solo posiblemente.
Esse
La voz latina ESSE traduce a la griega EINAI. Ambas significan en
castellano aquello por lo que la cosa es; “Lo que es (esencia) es puesto en
el ser “por aquello que lo hace ser” (ESSE). Pero en castellano existe una
sola palabra “ser” para designar dos, objetos distintos: el ser o ente, que
es remhabentem esse, y el mismo esse por el cual por el cual la res “es”. En
griego hay dos vocablos, uno para cada uno de estos objetos: ON y
EINAI; lo mismo en latín: ENS y ESSE.
Esta dificultad ha llevado a traducir ESSE por existencia, aunque sus
antepasados filológicos no hagan honor al nombre, y aún menos servicio a
los filósofos. Efectivamente existir viene de existentia, que compuesta de
ex y sistere, quiere decir estar fuera de las causas, esto es, la palabra
existencia hace relación no tanto al ser, cuanto al origen, esta
complicación resulta pésima para la metafísica, pero no inexplicable. En
efecto, semejante traducción consagrada ya por el uso, es comprensible
por dos razones: La primera consiste en el parecido entre ser y estar
fuera de las causas. Esta identificación que encierra inconvenientes para
el lenguaje metafísico, es justificable para el simple lego, que observando
el mundo físico, encuentra que todo lo que tropieza con sus sentidos y
capta como ser se halla de hecho fuera de las causas; y nuestro
conocimiento tiene origen sensible, por lo cual descubre al esse que se
desprende de sus causas; la segunda razón está en el empobrecimiento
que ha sufrido la palabra ser a través del tiempo. Se ha terminado por
dar al vocablo un sentido lógico (señalar la atribución) y se le ha retirado
la significación ontológica.ontológica.
Es preciso, por lo tanto, cada vez que se use la palabra existencia,
recordar que traduce esse y no existentia (la cual tiene en latin un
significado abstracto); y considerar que la corriente filosófica llamada
existencialismo, al hacer uso de la palabra existencia, apunta más a su
significado etimológico que al real, y hace de ella una esencia más.
Escribe, Sto. Tomás, que ESSE tiene tres sentidos: aquel por el cual se
señala la verdad de las proposiciones, el de quididad o naturaleza, y el de
existencia o acto de la esencia.230 Excepcionalmente usa, Sto. Tomás, Esse
en vez de substancia, o ente y lo hace fundamentalmente por seguir
fielmente el pensamiento de Aristóteles en algunos pasajes de su
Comentario a la Metafísica.231 Estos lugares que hemos traído a colación
para prevenir el escándalo de quien se encuentre con ellos, tienen la
misión, dentro de la construcción tomista, de hacer ver que el Angélico no
ignoraba las ambigüedades terminológicas de sus predecesores, que las
considera casi inevitables en la filosofía, que no les concede demasiada
importancia porque entiende su sentido gracias al contexto, y que, sin
embargo, él huye hacia una precisión que podríamos calificar como única
en la historia del pensamiento filosófico. Nosotros, siguiendo al Aquinate,
procuraremos evitar la traducción de esse por ente o por substancia.
Esencia
230
In Sent. D. 33, q. 1, a.1, ad. 1.
231
S. Th. I. q. 104, a. 1 y C.G. II, 21.
232
Cfr. C. G. II, 54. S. Th. I, q. 3, a. 4. S. Th. I, q. 5, a. 1. C. G. II, 22.
Nominalmente essentia viene de ESSE.
Nada hay en la realidad que no sea esencia, excepto el esse. Por lo mismo
a nada se opone la esencia sino al esse. La esencia abarca la totalidad del
ser, en un ente corpóreo, por ejemplo: la substancia y los accidentes, la
forma y la materia, las formas y todas sus virtualidades. La esencia no se
confunde ni puede confundirse con la substancia, aunque muchas veces se
les de un sentido indistinto debido a la ambigüedad con que usaba
Aristóteles el término ousía.
Forma
233
De ente et essentia. C. II.
La forma se divide en esencial y accidental. Las formas accidentales son
los accidentes. La forma substancial es una de las dos partes substanciales
del ser corpóreo, es el acto de la materia prima, y junto con ella compone
el cuerpo o materia segunda. La forma es pues el acto en el orden de la
esencia. Ni la forma ni la materia existen por separado, lo que existe es el
compuesto de ambas que es el ser corpóreo, la única excepción es la forma
racional o alma, que subsiste después de la corrupción del hombre234,
pero como “suspirando por su materia”, como substancia incompleta que
es, porque como toda forma dice una relación trascendental a la materia
con la que compone. Las especies angélicas no son propiamente formas ya
que no dicen ninguna relación a la materia, reciben este nombre sólo por
una analogía metafórica.
Por la forma recibe el ser su especificación y su determinación.
Materia
La materia prima no existe sino formando parte del compuesto; y ello sin
ninguna excepción.
El ser substancial no se reduce al solo Ipsum esse subsistens, existe per se,
en sí mismo, pero el esse no es necesariamente irrecepto en él. Por el
contrario el ser substancial incluye en su noción tanto el esse subsistens
como a los seres creados que existen en sí mismos.
Accidente
235
Hay que decir, sin embargo, que la substancia segunda conviene al aspecto lógico tanto de la substancia
como del accidente.
Algunos dan también el nombre de accidente al quinto de los predicables
denominado contingente. Esta ampliación de la palabra hasta hacerla
abarcar dos conceptos tan distintos como lo son un predicamento (ser
real) y un predicable (ser de razón) lleva a la confusión de concebir al
accidente categorial como algo accidental en el sentido de secundario.
Nada más erróneo.
Ontología
SOLUCIÓN AL EJERCICIO
Ontología
4. ¿Cuáles y cuántos son los coprincipios der ser: Dos, esencia y esse.
10. El Objeto formal de la Metafísica es: considerar al ser en cuanto ser por
causas últimas, tercer grado de inmaterialidad, necesidad especulativa pura,
evidencia intrínseca, método intelectual, certeza etiológica radical (limitada).
SOLUCIÓN AL EJERCICIO
Ontología
1. ( V )
2. Uno.
3. a) La apetibilidad.
5. Inteligibilidad.
6. ( V ).
7. ( F ).
8. ( b ).
Nota del copión: No entiendo por qué pone primero lo bueno que lo verdadero,
tomando en cuenta que nadie ama lo que no conoce. Verificar si no es error de
imprenta.
SOLUCIÓN AL EJERCICIO
Ontología
1. ( V ).
2. Ser al que le compete existir en sí mismo.
3. Ser al que le compete existir en otro –como en su sujeto de inhesión-.
4. Cualidad, cantidad, relación, acción, pasión, ubicación, situación, cuando y
hábito.
5. Discreta y continua.
6. Accidente que consiste en darle a la substancia su determinación propia.
7. 7.8.9. Potencia-impotencia
Hábito-disposición.
Cualidades pasibles y pasiones.
Forma y figura.
10. Vista, apetito irascible, voluntad, potencias locomotivas, etc. (todas las
facultades del viviente.
SOLUCIÓN AL EJERCICIO
Ontología
Ontología
1. La meta que les conviene. La meta real o la meta equivocada pero con
apariencia de bien y libremente elegida.
2. ( V ).
3. Dios.
4. La felicidad.
5. Causa de las causas.
6. Causa esencial.
7. Condición.
8. Azar.
9. Ocasión u oportunidad.
10. Coexistencia.
SOLUCIÓN AL EJERCICIO
Ontología
1. Causa formal: Aquello por lo que cada cosa recibe su especie o es lo que es.
2. Causa material: El sujeto limitante de la forma.
3. Determinar la especie.
4. Componer, con la materia prima, la substancia segunda.
5. Si es forma accidental: determinar –a su modo o accidentalmente- a la
substancia en la que inhiere. Un cuarto efecto de las formas accidentales:
inmutar a los sentidos.
6. Modelo, prototipo o causa ejemplar.
7. Y 8. Materia prima o “ex qua”.
Materia segunda o “in qua”
Materia objetiva o “circa quam”
9. Materia prima.
10. Ente corpóreo o materia segunda.
BIBLIOGRAFÍA
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Cuatro ensayos sobre el espíritu en su condición carnal. Ed. Desclée de
Brouwer. Buenos Aires, 1947.
Curriculum Vitae
Grados académicos:
Libros publicados:
Ética o Filosofía Moral Ed. Diana. México. 1986. 4ª. Ed. Diana.
1995. 5ª. Ed. Trillas. 2006.
El testamento de Emma Godoy Ed. JUS. México. 1991. 2ª. Ed. JUS.
México. 1992.