Los mecanismos subjetivos, conductuales y cognitivos presentes en las
emociones humanas.
La experiencia subjetiva se refiere a las sensaciones o sentimientos que
produce la respuesta emocional, cuya principal temática es el placer o displacer que se desprende de la situación. Las conductuales se refieren al estado comportamental y la conducta que adoptamos en una situación para expresarlo a través de una emoción y los cognitivos son los sentimientos presente que provoca dicha situación.
Sus componentes cognitivo conductual:
Los componentes cognitivos son la vivencia subjetiva de la emoción, o lo que
comúnmente llamamos sentimientos. Se trata de cómo percibimos la emoción y el impacto que tiene en nosotros. Nos permite poner nombre a lo que sentimos.Y el componente conductual o expresivo que comprende tanto conductas no verbales lenguaje corporal: expresiones faciales, movimientos corporales, conducta de aproximación-evitación como verbales como entonación de la voz, intensidad, sonidos, etc.
Las emociones y la relación que guarda con la conducta de la personas.
Gracias a las emociones podemos establecer varias conductas de adaptación
básicas de la vida psíquica, que también guardan relación con la conducta. Y están relacionadas de forma que las emociones sirven para establecer un comportamiento adecuado a nuestro entorno y de esta forma relaciona el comportamiento del individuo.
Las emociones tienen un papel fundamental sobre nuestra conducta. Estas
surgen como consecuencia de un acontecimiento y tendrán una gran influencia en nuestras conductas. Por eso es necesaria la colaboración entre nuestro yo racional y nuestro yo emocional, porque nos permite poner en marcha nuestra inteligencia emocional. Es decir; comprender el funcionamiento de las emociones, nos servirá para orientar el comportamiento y responder de manera adecuada a los estados anímicos de los demás.
Las emociones son todas igual de válidas,
Cuando una emoción es muy intensa, ocurre que nuestro pensamiento se deforma, se empaña, y ponemos el foco de atención en la emoción. Dejamos así al margen la realidad. Esto provoca determinadas manifestaciones en nuestra conducta. Las emociones negativas muy intensas como la ira generan una conducta muy negativa que puede empañar la realidad.