Está en la página 1de 2

INTELIGENCIA EMOCIONAL

La inteligencia emocional se define como la capacidad de una persona para ser


consciente y percibir correctamente y con precisión las emociones, para absorberlas y
comprenderlas por completo, así como para regular y cambiar las emociones propias o de
los demás.
La inteligencia emocional incluye cuatro componentes principales:
1. Percepción y expresión emocional. Reconocer conscientemente nuestros sentimientos
y reconocer nuestros sentimientos y ser capaz de ponerle una etiqueta verbal. Las
emociones son un sistema de alarma que nos dice cómo nos sentimos, qué nos gusta o
qué está mal a nuestro alrededor para cambiar nuestra vida. Una buena percepción
significa saber leer nuestros sentimientos y emociones, sentirlos y experimentarlos.
Armados con la capacidad de reconocer nuestras emociones, sentamos las bases para
luego aprender a controlarnos, moderar nuestras reacciones y no dejarnos llevar por
impulsos o pasiones nobles. La única forma de evaluar nuestro nivel de conciencia
emocional es siempre poder describirlas, expresarlas con palabras y darles una etiqueta
lingüística adecuada. 2. Elevar el estado de ánimo. La capacidad de crear emociones que
promuevan el pensamiento. La inteligencia y la pasión parecen ser opuestos en nuestras
vidas. Durante siglos, filósofos y científicos han cuestionado la naturaleza de su
interacción y asistencia mutua. Los sentimientos y los pensamientos están íntimamente
relacionados, y si sabemos utilizar nuestros sentimientos al servicio de nuestros
pensamientos, nos ayudan a razonar más sabiamente y a tomar mejores decisiones. Tras
una década de investigación, empezamos a descubrir que gestionar nuestras emociones
y hacerlas parte de nuestra mente nos permite adaptarnos más adecuadamente a nuestro
entorno. Por ejemplo, nuestras emociones se fusionan con nuestra forma de pensar,
logran prestar atención a temas que son realmente importantes, nos permite recordar
eventos emocionales con mayor facilidad, nos permite emitir juicios basados en cómo nos
sentimos y cómo tenemos diferentes perspectivas sobre lo mismo la pregunta en sí. 3.
Comprensión emocional. Integre sus sentimientos en sus pensamientos y sepa tener en
cuenta las complejidades del cambio emocional. Para entender cómo se sienten los
demás hay que empezar por aprender a entenderse a uno mismo, cuáles son nuestras
necesidades y deseos, qué cosas, personas o situaciones nos hacen sentir ciertas
emociones, qué pensamientos nos llevan a esas emociones, cómo nos afectan y cuáles
son las consecuencias. y reacciones. tendremos. provocar. Si podemos reconocer e
identificar nuestras propias emociones, seremos más capaces de relacionarnos con las
emociones de los demás. La empatía implica "simplemente" ponerse en el lugar de otra
persona y ser consciente de sus sentimientos, razones e impacto personal. Junto con
otros factores personales y ambientales, el nivel de inteligencia emocional de una persona
está relacionado con las experiencias emocionales que experimentamos a lo largo de
nuestra vida.
cuatro Regulación emocional. Canalizar y gestionar eficazmente las emociones positivas y
negativas. Implica la capacidad de regular o manejar nuestras propias respuestas
emocionales ante situaciones intensas, ya sean positivas o negativas. Se considera
regulación emocional a la capacidad de evitar reacciones emocionales descontroladas en
situaciones de ira, agresión o miedo. El condicionamiento implica percibir, sentir y
experimentar nuestro estado emocional sin apropiarnos de él o apoderarnos de él para
que no afecte nuestra forma de pensar.
Estos componentes están conectados de tal manera que una regulación emocional
adecuada requiere una buena comprensión emocional, mientras que una comprensión
efectiva requiere una correcta percepción emocional. Sin embargo, esto no siempre
sucede. Las personas con una fuerte percepción emocional a veces carecen de
comprensión y regulación emocional.

También podría gustarte