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ACTIVIDAD N° 4
Profesor:
Lissardo Campos
Bachiller:
Alberto Rodríguez
C.I: V- 17237263
Los seres humanos son individuos de naturaleza social y la forma más natural
para desarrollar sus relaciones de comunicación con el entorno es
fundamentalmente mediante el uso de la palabra, claro está, acompañada está de
ciertos elementos propios del mismo ser humano (gestos, sentimientos).
La palabra tiene un poder tal que utilizada de la forma adecuada puede acabar
con grandes guerras, o evitarlas sin necesidad de bajas humanas y grandes
perdidas materiales.
No todo es positivo, quien sabe usar las palabras de la manera correcta, según
sea el contexto en el que haga uso de ellas, puede manipular, engañar a
individuos, colectivos, grandes masas y lograr obtener beneficios individuales para
este gran orador de naturaleza negativa. Siempre esto es acompañado del uso de
grandes medios que forman parte del sistema alienante, los cuales se alinean para
lograr objetivos transculturizadores.
Es de destacar que el uso de las palabras, para bien o para mal, acompañadas
por los elementos dialógicos y antidialogicos que caracterizo Paulo Freire y luego
Núñez Tenorio continuo desarrollando, dotan, cargan de fuerza alienante o
libertadora del pensamiento según sea el interés u objetivo de quién las utiliza
para comunicarse.
El más grande ejemplo del siglo XXI de lo que representa el poder de la palabra
fue el Presidente Hugo Chávez, gran orador, educador y comunicador de masas,
con las que conecto e incidió en todos los aspectos de vida.
El control de la comunicación:
La comunicación vista desde la sociedad tiene cierto control por las normas y
políticas que se establecen en la interacción social diaria, como decir o comunicar
ciertas informaciones, mensajes, e incluso cualquier expresión banal que genera
la interacción entre individuos sigue ciertas normas sociales, que permiten guardar
las formas. Aún cuando la libre expresión y el derecho a informar y ser informado
es un derecho humano fundamental, la comunicación debe ser establecida con
responsabilidad, objetividad, veracidad y oportunismo, de manera que no genere
confusión, zozobra e inseguridad en los que actúen de forma activa o pasiva, y
directa e indirectamente en el proceso comunicativo o informativo.
Es tan grande el control que ejercen los medios en las distintas formas de la
comunicación qué son capaces de acabar con gobiernos, con solo utilizar el poder
de la comunicación para tergiversar y manipular poblaciones enteras a favor de
sus intereses.