Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN
La revisión del niño sano tiene que ver con todas aque- La revisión del niño sano tiene que ver con todas
llas actuaciones preventivas periódicas y de promoción aquellas actuaciones preventivas periódicas y de
de la salud que se realizan mientras se atiende a su desa- promoción de la salud que se realizan mientras se
rrollo y crecimiento. Son acciones integradas con las que atiende al desarrollo y crecimiento del niño.
detectar aquellas anomalías susceptibles de ser solucio-
nadas, junto con aquellas otras de prevención primaria,
encaminadas a promover comportamientos saludables Los accidentes infantiles, las anomalías congénitas y
(educación) y evitar enfermedades (vacunaciones, caries las neoplasias son las tres primeras causas de muerte
dental, etc.). Son, por tanto, actuaciones que, por un la- en los niños entre el primer y el decimocuarto año de
do, incidirán en la prevención secundaria, es decir, de vida.
detección precoz de enfermedades, que afectarán no só-
lo al área somática del crecimiento, sino a la psicomotri-
cidad, sociabilidad, aprendizaje, etc., y por otro, en pios de siglo se descendió a 69,8 en 1950, hasta llegar a
aquellas otras esferas, tanto educativas como de promo- 7 fallecidos por 1.000 niños nacidos vivos/año en 1998.
ción de la salud, que permitan soslayar riesgos inmedia- De las tres causas clásicas de Mouriquand sobre la mor-
tos (accidentes infantiles, enfermedades infecciosas), como talidad infantil “infecciosa, alimenticia, y congénita”, las
futuros (toxicomanías, enfermedades cardiovasculares, dos primeras (mortalidad posnatal) se relacionarían direc-
etc.); actuaciones todas ellas que influirán de una manera tamente con estos factores socioeconómicos, no así en
determinante en la calidad de vida futura del adulto1-5. cambio, o al menos no únicamente, la mortalidad perina-
Sin embargo, bien porque el control del desarrollo y cre- tal. En esta última, se admite que estaría implicado, tam-
cimiento del niño sea una práctica que hasta el momento bién, el grado de asistencia materno-infantil recibido6-15.
no haya demostrado científicamente que mejore la salud Aun así, el control y seguimiento del niño desde el mo-
infantil, bien porque este segmento de edad en nuestra so- mento de su nacimiento se justifica porque permite apli-
ciedad posea una baja morbimortalidad, en un principio car actuaciones de educación sanitaria, cribados metabóli-
no se justifican los actuales programas institucionales de se- cos, inmunizaciones, control del desarrollo psicomotor,
guimiento del niño sano. En este aspecto, pudiera resultar detección de la luxación congénita de cadera, deformida-
paradójico que al tiempo que se abandonaban los recono- des de raquis y aparato locomotor, problemas sensoriales
cimientos escolares, habida cuenta de su discutible rentabi- (agudeza visual y auditiva), problemática bucodental, alte-
lidad clínica (anomalías que habían sido detectadas y trata- raciones afectivas, problemas de adaptación social, altera-
das anteriormente), éstos fueran sustituidos por un progra- ciones del aprendizaje, accidentes en el hogar, toxicoma-
ma de atención al niño sano (prevención de aquellos nías, entre otros; actuaciones todas ellas que permitirían
defectos que no se encontraron en la edad escolar). mejorar la cantidad y calidad de vida del niño.
Está demostrado que existe una clara correlación nega- Es justamente por estos motivos, por el hecho de que
tiva entre la rentabilidad de los exámenes médico-preven- hayan disminuido drásticamente las causas infecciosas o
tivos y el desarrollo económico y social del país. No en va- alimentarias que producen enfermedad (no así, en cam-
no, en España, de una mortalidad superior a 200 a princi- bio, las psicológicas [maltrato] y traumáticas [acciden-
tes/maltrato]), y por el lugar que ocupa el médico gene-
ral/de familia, por los que la figura de éste alcanza una
Correspondencia: Dr. M. Seguí Díaz. gran importancia. La problemática de interrelación pa-
Noria den Riera, 3.
Es Castell. 07720 Menorca. Baleares. dres/hijo, la influencia del ambiente sociocultural, del en-
Correo electrónico: mseguid@meditex.es torno (salubridad de la vivienda, barrio, escuela, etc.), los
SEMERGEN 2000; 26: 196-218.
problemas de aprendizaje, entre otros, exigen que el pro-
196 SEMERGEN
M. Seguí Díaz.– Revisión del niño sano por el médico general/de familia
SEMERGEN 197
Volumen 26, Número 4, Abril 2000
Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Mes Año Año Año
Nacimiento 1 2 4 6 12 15 18 24 4-6 11-12 14-16
Hepatitis B Hep. B
Hep. B Hep. B Hep. B
Difteria
Tétanos DTaP DTaP DTaP DTaP DTaP Td
Tos ferina
CALENDARIO DE VACUNACIONES
GOVERN BALEAR
Conselleria de Sanitat i Consum
Junio 1999
15 meses TV
Triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis)
DT POT TV
6 años
Difteria + Tétanos Poliomielitis I, II, III oral Triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis)
TV* HB**
11 años
Triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis) Hepatitis B (3 dosis)
198 SEMERGEN
M. Seguí Díaz.– Revisión del niño sano por el médico general/de familia
SEMERGEN 199
Volumen 26, Número 4, Abril 2000
200 SEMERGEN
M. Seguí Díaz.– Revisión del niño sano por el médico general/de familia
percentiles o desviaciones estándar, pudiéndose determi- segundo año (período de autonomía). En el caso de que la
nar criterios de normalidad, su evolución temporal y la co- lactancia materna no fuera posible, las leches humaniza-
relación entre éstas (anormal si es superior a dos desvia- das, adaptadas a partir de la leche de vaca, serían el susti-
ciones entre peso y talla). Así mismo, se debe sospechar es- tuto a emplear.
to último en aquellas desviaciones del crecimiento por Existen fórmulas lácteas en niños de más de 2.500 g
encima o por debajo de los percentiles 3 y 97. “para todo el primer año” que ya vienen enriquecidas con
Las enfermedades más frecuentes relacionadas con es- hierro; otras, “adaptadas de inicio”, se utilizan hasta los
ta práctica serían los retrasos en el desarrollo, la malnu- 6 meses; así como, las “adaptadas de continuación” a par-
trición y la obesidad. Sin embargo, para su correcta valo- tir de esta edad, que se encuentran complementadas con
ración el peso y la talla deberían relacionarse con el de hierro, calcio y proteínas. En este aspecto se deberían dar
los padres para poder descartar el factor constitucional o consejos en la primeras visitas sobre la correcta esteriliza-
genético. ción de los biberones (ebullición, antisépticos), la correcta
Aunque la detención del crecimiento tiene múltiples manipulación y recomposición de la leche (primero agua
causas, el 70% se han relacionado con un origen no or- hervida y luego una medida rasa por cada 30 ml de agua),
gánico. En el resto, existirían causas orgánicas debidas a y el horario (3-4 h) y la cantidad que se ha de suministrar
trastornos hormonales, infecciones urinarias, neoplasias, al bebé.
entre otros. Las primeras, por su parte, y de ahí la im- Dado que se ha estudiado que la incidencia de alergia
portancia que tiene la atención por un profesional que alimentaria está relacionada con la introducción prematu-
atiende a toda la familia, en el 50% son de causa psico- ra de leche de vaca o del beikost, el comité de nutrición
lógica o por negligencia (alimentación insuficiente) y en del ESPGAN no recomienda introducir: a) leche de vaca
el 20% son accidentales (preparación y técnica alimenta- antes de los 12 meses de edad (en caso contrario existe
ria). La alimentación insuficiente se ha llegado a relacio- riesgo de anemia ferropénica por hemorragias digestivas
nar con la falta de afectividad, madres ansiosas, o some- ocultas); b) alimentación complementaria antes de los 4 ni
tidas a tensiones familiares, embarazos no deseados, en- después de los 6 meses, y c) harinas con gluten antes de
tre otros1-5,10,35. los 6 meses por la posible sensibilización en niños suscep-
tibles al gluten y por desencadenar una enfermedad
Alimentación. Está admitido que en el período del lactante celíaca.
la lactancia materna es la alimentación idónea y exclusiva Por otro lado, se recomienda el aporte de un mínimo
dadas sus probadas cualidades nutricionales, inmunitarias de 500 ml/día de leche materna o fórmula hasta el año de
y afectivas durante los 4/6 meses de vida (período de in- edad.
madurez). Es por ello que se debe alentar a la madre la Salvo estas recomendaciones generales, la introducción
aplicación precoz del lactante al pezón tras el nacimiento de la alimentación complementaria difiere mucho según
para estimular la producción láctea. Hasta el quinto día la países y regiones (tabla 3).
leche producida es en forma de calostro, más espesa y rica El segundo año de vida es de transición entre el mode-
en proteínas, y de éste al décimo quinto día, es una leche lo de dieta del lactante y aquella que se recomienda para
de transición (con más lactosa y grasas y más diluida), que niños mayorcitos.
se seguirá con la leche madura. La American Academy of Se deberá prevenir la ferropenia en lactantes de riesgo
Family Physicians recomienda fomentar la lactancia ma- (tal es el caso de los prematuros, los de bajo peso, los que
terna hasta por lo menos los 6 meses de edad. han sufrido ferropenia gestacional, hemorragias gestacio-
A partir de los 4/6 meses se debería intentar mantener nales o hemorragias neonatales), en aquellos que han se-
la lactancia, con la introducción de otros alimentos (ali- guido una lactancia materna exclusiva o fórmula de inicio
mento adicional, o beikost), al menos hasta el primer año a partir de los 6 meses, o que se les introdujo la leche en-
(período de transición), y si es posible hasta finalizado el tera durante el primer año, y, por último, en lactantes afec-
Tabla 3. Modelo de pauta de alimentación del lactante sano con peso superior a 2.500 g durante su primer año de vida
Edad Número de tomas Volumen por toma Composición de las comidas
0-8 días 6-7 15-70 cc Lactancia materna o fórmula adaptada de inicio
8-15 días 6 80-90 cc Lactancia materna o fórmula adaptada de inicio
15-30 días 6 100-110 cc Lactancia materna o fórmula adaptada de inicio
Segundo mes 6 110-120 cc Lactancia materna o fórmula adaptada de inicio
Tercer mes 6 120-140 cc Lactancia materna o fórmula adaptada de inicio
Cuarto mes 5-6 130-160 cc Lactancia materna o fórmula de inicio, zumo de frutas sin azúcar y toma con harina
sin gluten
Quinto mes 5 160-180 cc Lactancia materna o fórmula de continuación, con gluten, legumbres y papilla de frutas
Sexto mes 4-5 180-220 cc Lactancia materna o fórmula de continuación, con harina de varios cereales,
legumbres con carne triturada
Séptimo-octavo mes 4 220-230 cc Fórmula de continuación, con harina de cereales, legumbres con carne triturada,
yema de huevo, yogur
Noveno-duodécimo mes 4 230-250 cc Igual al anterior mes, añadiendo pescado blanco y aumentando la cantidad de carne
SEMERGEN 201
Volumen 26, Número 4, Abril 2000
2-8 semanas Mantiene el reflejo de Moro, reflejo de prensión (cierra las manos). Cabeza
levantada en decúbito prono, y hacia un lado en decúbito supino.
Movimientos incoordinados de la mirada. Llanto potente.
2 meses No mantiene la cabeza en la línea media. Manos cerradas con los pulgares
dentro. Reflejo de Moro menos intenso. Reflejo de succión potente.
Deposiciones frecuentes y acuosas. Empiezan vocalizaciones al azar
distintas del llanto (Piaget).
2-4 meses Cabeza en la línea media. Movimientos de los brazos al azar pero con
sentido. Abre y cierra las manos. Piernas elevadas por encima de la cuna.
Visión binocular (fija la mirada). Discrimina el sonido (reconoce voces).
Observa la boca cuando le hablan.
4 meses Levanta la cabeza y el tórax en decúbito supino. Estira los brazos con
sentido, empieza a asir objetos. Patadas con fuerza. Mira fijamente. Localiza
la fuente del sonido. Duerme períodos de 6-8 horas, alrededor de 15 horas
en total al día.
4-6 meses Capaz de sentarse con apoyo. Se da la vuelta en decúbito. Soporta el peso
con las piernas. Alarga los brazos y coge los objetos. Emite y repite sonidos.
Va desarrollando la memoria (Piaget).
6-8 meses Pasa de estar sentado a reptar, gatear a estar de pie (autonomía progresiva).
Usa las manos para coger y soltar objetos a voluntad. Duplica sonidos,
repite sílabas como “papa”, “mama”. Memoria de causa y efecto (Piaget).
8-14 meses Aprende desde reptar, gatear, estar de pie a andar. Manipula y tira objetos.
Pinza pulgar/índice. Incapaz de localizar el dolor. Irritabilidad. Alegría.
Ambivalencia de sentimientos. Obstinación en lo que hace. Pasa de un
estadio de confianza básica a un estadio de autonomía (período de transición).
Se reconoce delante del espejo, escucha su propia voz (Piaget).
14-18 meses Empieza a andar. Llega a todas. Se sienta dejándose caer. El movimiento
de pinza pulgar/índice está totalmente establecido. Manipula objetos
pequeños. Coge y suelta a voluntad. Negativismo. Prueba influir sobre los
demás. Es absorbente. Empieza a desarrollarse el autocontrol: intuye lo
que está “bien” y lo que está “mal” (Erikson). Tiene conversaciones “jergales”
consigo mismo y con los juguetes. Utiliza las palabras para influir sobre
los demás (Piaget).
tados de enfermedades infecciosas, cardiopatías cianosan- de la hemoglobina entre los 6 y 12 meses de edad en lac-
tes, o tratados con corticoides. Sin embargo, según el Ca- tantes normales.
nadian Task Force on Periodic Health Examination, no No se ha demostrado la necesidad de administrar su-
existen pruebas para recomendar las mediciones rutinarias plementos de vitaminas salvo en aquello niños alimenta-
202 SEMERGEN
M. Seguí Díaz.– Revisión del niño sano por el médico general/de familia
dos únicamente a base de leche materna, en cuyo caso se- mediatamente a su lugar inguinal cuando desaparece la
ría conveniente suplementarles con vitamina D1-5,36-43. presión sobre éste. No precisa tratamiento.
3. Fimosis. Dificultad para la exteriorización del glande
Desarrollo psicomotor. El test de Denver II (Denver Deve- por la existencia de un prepucio con un agujero diminuto
lopment Screenig Test) para valorar el desarrollo psicomo- y, por tanto, no retraíble. Debe distinguirse de las adhe-
tor del niño de los 6 meses a los 6 años es el que se en- rencias balanoprepuciales, donde únicamente el glande es-
cuentra actualmente más difundido. Estudia áreas de ap- tá unido al prepucio por unas uniones epidérmicas fácil-
titud, como la personal-social, motora fina-adaptativa, mente extraíbles.
lenguaje y la motor-grosera. Sin embargo, si se sospecha 4. Hipospadias. Se trata de una anomalía consistente en
algún retraso debe ser confirmado por personal más cuali- que el meato uretral está desplazado hacia la cara ventral
ficado, dado que con un VPP del 25% da pie a falsos po- del pene. Se debe derivar inmediatamente si provoca difi-
sitivos. Existen otros, como el Haizea-Llevant, menos di- cultades en la micción, o si se trata de hipospadias poste-
fundidos (figs. 2 y 3). riores (escrotales o perineales), al poder estar asociadas a
Cabe señalar que los trastornos de la atención, con o sin una posible ambigüedad sexual. El resto de hipospadias se
hipercinesia, la parálisis cerebral, así como el retraso men- remitirán a partir del primer año de edad, que es cuando
tal (afecta a un 3% de la población infantil), son enferme- son intervenibles quirúrgicamente1-4.
dades de una cierta prevalencia entre nuestros niños1-4.
Prevención de los accidentes infantiles. Dado que se posicio-
Aparato genitourinario. Existen ciertas anomalías localiza- nan como la primera causa de muerte a partir del primer
das en los órganos genitourinarios que se han de tener en año de vida, todas aquellas actuaciones que se realicen pa-
cuenta. ra su prevención son muy importantes.
Dentro de ellos, los accidentes domésticos constituyen
la primera causa de morbilidad. Lo más habitual en el pri-
Es conveniente solucionar la criptorquidia antes de los
mer año de vida es la caída accidental de la sillita o de los
4 años de edad (orquiopexia), para disminuir el riesgo
brazos de los padres. A partir de este momento su cre-
de infertilidad (atrofia) y de neoplasia testicular.
ciente autonomía y su afán explorador pueden ponerle en
peligro de caer, de ahogarse, de electrocutarse, de ingerir
1. Criptorquidia. Se trata de la ausencia de un testículo cáusticos, o cuerpos extraños, o de sufrir quemaduras. Es
en su bolsa escrotal, o la imposibilidad de descenderlo por ello que se deberá aconsejar sobre la seguridad de ven-
hasta ésta. Se presenta con una frecuencia del 2-3% de los tanas, escaleras, enchufes, agua caliente del baño, y peligro
niños en el nacimiento, que se reduce al 0,8% a los 9 me- de jugar en las cocinas, las piscinas, entre otros.
ses. Para su determinación se deben palpar con las manos Con el fin de prevenir los accidentes de tráfico se debe-
calientes los conductos inguinales desde su parte superior rá insistir, cuando se lleve al niño en un vehículo, en el uso
hacia abajo, intentando encontrar el testículo. de cuna rígida hasta los 8-9 meses puesta transversalmen-
Es conveniente solucionar el problema antes de los te en el asiento posterior, o de sillas homologadas a partir
4 años de edad (orquiopexia), para disminuir el riesgo de de esta edad1-5,45.
infertilidad (atrofia) y de neoplasia testicular.
2. Testículos en ascensor. Es aquel testículo que una vez Prevención del maltrato infantil. Nuestra posición como mé-
descendido manualmente hasta la bolsa escrotal sube in- dicos de familia nos permitirá distinguir las personas del
entorno familiar que hipotéticamente podrían causar al-
gún mal intencionado al niño. En este aspecto debemos
Se deberá aconsejar sobre la seguridad de las distinguir entre los cuidadores con trastornos psicológicos
ventanas, escaleras, enchufes, agua caliente del facticios (obtención del rol de enfermo y obtención de
baño, peligro de jugar en las cocinas, piscinas, etc. asistencia médica sin otros beneficios), como es el síndro-
Así como, cuando se lleve al niño en un vehículo, me de Münchhausen por mandato (o por poderes), don-
sobre el uso de cuna rígida hasta los 8-9 meses de se crean o se fingen lesiones o trastornos en el niño pa-
puesta transversalmente en el asiento posterior, y de ra que la madre inductora (99% de los casos) asuma el rol
sillas homologadas a partir de esta edad. de enferma de forma indirecta a través del hijo (tienen una
mortalidad infantil del 8,5%); de aquellos otros cuidado-
res que produzcan un mal trato continuado u ocasional,
Nuestra posición como médicos de familia nos pero no sistematizado, que no simule una enfermedad, co-
permitirá conocer los rasgos psicopatológicos de los mo cardenales, contusiones, quemaduras, heridas en la ca-
cuidadores, sus toxicomanías, historias personales de beza o fracturas.
malos tratos en la infancia, el tipo de trabajo, En estos casos debemos actuar detectando la situación e
satisfacción, entorno, entre otros, que nos serán de informando de ésta a las autoridades, pues es la única for-
gran ayuda para identificar a los cuidadores proclives ma de prevenirla. El conocimiento de los padres, sus ras-
a maltratar a los niños. gos psicopatológicos (control de los impulsos, agresivi-
dad), entorno, trabajo, satisfacción, toxicomanías, hábitos
SEMERGEN 203
Meses Años
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 16 18 20 22 24 21/2 3 4 1/2 4 3 1/2 5 6
Pr. alza cabeza Apoya parte peso en piernas De pie unos momentos Chuta una pelota Aguanta en pie unos 10 segundos
2 4
Pr. alza cabeza 45º Al sentarlo la cabeza Camina apoyado en muebles Lanza pelota con la mano Salta con un pie
204 SEMERGEN
no cuelga Pr. = prono
Se aguanta bien de pie 7
Aguanta en pie 1 segundo Coge pelota al rebote Sent.= sentado
Sent. cabeza firme Se pone en pie apoyándose Camina hacia atrás Salta anchura
25
3
Se da la vuelta Se sienta solo Sube escalones Aguanta en 1 pie 5 segundos
50
Prueba
10 11
9 Sentado busca 16
Sigue hasta Coge sonajero Garrapatea espontáneamente Copia +
Prueba selectiva del desarrollo de Denver
lana 17
75
línea media
14 Copia
Mira racimo Sent. coge 2 cubos Torre de 2 cubos Copia
Movimientos
90
9 de objetos 13 cubos
Sigue pasada Recoge-pasa la mano Pinzamiento correcto de uvas Torre de 8 cubos
línea media como rastrillo
18
12 Imita vertical aproximadamente 30" Dibuja hombre en 3 partes
Presión pulgar-otro dedo
9 18
Sigue 180º Transfiere cubo de una Vuelca espontáneamente para hacer caer uvas 15 Dibuja hombre
Fecha
larga entre 3
N.º de historia
Mira-calla Tímido al principio con extraños Imita labores caseras Se pone zapatos no atados
Sonríe 26
en correspondencia Juega a moldear Usa cuchara, vertiendo un poco Se abotona
Sonríe espontáneamente Juega a pelota con el examinador Se lava y seca las manos
Come galletas solo Indica necesidades (sin llorar) Ayuda a la casa, tareas simples Se viste vigilado
27 Se aparta en protestar de la madre
Resiste al quitarle juguetes
* 90% lo hacen a 1 mes 50%
Juega al escondite Bebe de una taza Juegos de compañía, p. ej. marro
Personales-sociales
Se esfuerza en alcanzar 28
juguetes alejados Remueve ropas Se viste sin vigilancia
SEMERGEN 205
Volumen 26, Número 4, Abril 2000
206 SEMERGEN
Tabla 4. Cribajes a realizar en el examen periódico del niño sano
3 a 8 días 1 mes 3 meses 5 meses 7 meses 12/15 meses 18 meses 2 años 3 años 4 años 6 años 11 años 14 años 16-19 años
Metabolopatías Fenilcetonuria
Hipotiroidismo
C. pondo/ Peso Peso Peso Peso Peso Peso Peso Peso Peso Peso Peso Peso Peso
estatural Talla Talla Talla Talla Talla Talla Talla Talla Talla Talla Talla Talla Talla
P. cran. P. cran. P. cran. P. cran. P. cran. P. cran. D. puber. D. puber.
Alimentación Lactancia materna L. materna Diversificar No forzar y evitar las golosinas Alimentación equilibrada
Fórmulas lácteas de inicio Fórmulas lácteas de continuación Proporción de grasas saturadas
SEMERGEN 207
M. Seguí Díaz.– Revisión del niño sano por el médico general/de familia
Volumen 26, Número 4, Abril 2000
208 SEMERGEN
M. Seguí Díaz.– Revisión del niño sano por el médico general/de familia
SEMERGEN 209
Volumen 26, Número 4, Abril 2000
210 SEMERGEN
M. Seguí Díaz.– Revisión del niño sano por el médico general/de familia
SEMERGEN 211
Volumen 26, Número 4, Abril 2000
b) Vacuna antihepatitis A. (Véase vacunaciones en el tal. Se debe aumentar la fibra en la dieta, moderar el apor-
apartado “Etapa infantil. Del tercer al noveno año de te de sal, al tiempo que se aumenta el aporte de hierro, cal-
edad”.) cio y flúor (agua), así como limitar el consumo de alcohol.
c) Vacuna antineumocócica. Se administra a los niños Es la etapa donde los cambios rápidos experimentados
mayores de 2 años con inmunodeficiencia o enfermedades por el cuerpo, la propia valoración estética (distorsión de
cardíacas o pulmonares crónicas. la imagen corporal), la baja autoestima, el perfeccionismo
d) Vacuna antigripal. Se debe administrar a todos los ni- y una escasa empatía pueden condicionar alteraciones del
ños mayores de 6 meses con factores de riesgo (cardiopa- comportamiento alimentario, sobre todo en el sexo feme-
tías, neumopatías, síndrome nefrótico, diabetes, VIH, in- nino. Es por ello que debemos estar alerta con el diagnós-
munodepresión, etc)4,23-28,59. tico de la anorexia nerviosa y la bulimia, pues son poten-
cialmente mortales1,2,4,5,38,56,67-71.
Cribados según la opinión de los expertos
Educación sanitaria. Ésta irá dirigida tanto a los padres co- Desarrollo puberal y crecimiento. Los cambios pondostatu-
mo al mismo adolescente (muchas de las visitas se deben rales en esta edad (el estirón del crecimiento puberal) es-
hacer por separado, otras con la presencia de un adulto). tán íntimamente relacionados con los cambios en los ca-
Temas como la relación con los padres, problemas escola- racteres sexuales secundarios que suceden con el paso de
res, o laborales, hábito alimentario, conformidad o dis- la edad infantil a la de adulto, cambios producidos por un
conformidad con su propia imagen (alteraciones del com- aumento de la secreción hormonal gonadal.
portamiento alimentario), estado de ánimo (riesgo de 1. Niñas. Empieza entre los 9 y los 13 años. Se inicia por
suicidio), actividad sexual (embarazos no deseados, enfer- la aparición del vello pubiano y la aparición de un botón
medades de trasmisión sexual), uso de drogas, alcohol, y mamario (clasificación de Tanner), siendo la evolución de
conductas de alto riesgo tendrán que ser abordados con este período de 4 años. La menarquia aparece, o bien al fi-
tacto y discreción, garantizando la confidencialidad, para nal del proceso, o en medio (entre los 10 y 14 años y me-
evitar el rechazo y la consecuente pérdida de contacto con dio). El pico puberal de máximo crecimiento se sitúa en
el paciente. Dentro de ellos, la American Academy of Fa- los primeros estadios, suponiendo un crecimiento prome-
mily Phisicians y la US Preventive Services Task Force re- dio de 25 cm.
comiendan especialmente transmitir conocimientos sobre Hay que aprovechar e investigar signos de manchado
los riesgos de las enfermedades de trasmisión sexual y so- anormal (exudado anormal), y dolores pélvicos en adoles-
bre la prevención de embarazos no deseados5,60-66. centes sexualmente activas (enfermedad pélvica inflama-
toria).
Alimentación. En esta edad una dieta equilibrada no sólo es 2. Niños. La pubertad transcurre entre los 11 y los
importante para conseguir un buen crecimiento y desarro- 14 años y medio. En éstos, el primer signo es el aumento
llo del adolescente, sino que es recomendable para preve- del volumen testicular, y seguidamente el crecimiento del
nir enfermedades de adulto, ya que con mucha frecuencia pene e inicio del vello pubiano (estadios de Tanner), evo-
se observa un consumo excesivo de ácidos grasos satura- lucionando durante 4-6 años. El pico puberal de máximo
dos, colesterol, azúcares refinados y sodio. crecimiento se sitúa alrededor de los 14 años, llegando a
Aunque se relacione la alimentación del niño y del ado- aumentar 28 cm de promedio.
lescente con un mayor riesgo de padecer enfermedades En los niños, a la vez que se inspeccionan los genitales,
cardiovasculares, este extremo aún no ha sido demostrado se pueden determinar enfermedades como hidrocele, vari-
con estudios prospectivos de largo alcance. Aun así, se re- cocele, hernias o fimosis; así como ginecomastia o adipo-
comienda limitar a un máximo de un 30% las calorías con- mastias (figs. 7 y 8).
sumidas en forma de grasas, en las que los ácidos grasos Hay que dejar claro que la pubertad retrasada no afecta a
saturados (grasas de origen animal y lácteos) no deben su- la estatura que se alcanzará en la edad adulta. Hay que va-
perar el 10%, y el resto irían en forma de ácidos grasos po- lorar siempre la estatura de los padres para conocer el po-
liinsaturados: ácidos grasos omega-6 (ácido linoleico), tencial genético del niño. En este sentido, se deberán tener
presentes en aceites vegetales (girasol, soja, maíz), y ácidos en cuenta los retrasos transitorios de la pubertad (CDGA:
grasos omega-3 (eicosapentaenoico y el decosahexaenoi- constitutional delay for growth and adolescence) que tienen his-
co), contenidos en los aceites de pescado, así como mo- toria familiar, los cuales conducirán a una estatura normal.
noinsaturados (ácido oleico), contenidos en el aceite de Aunque la valoración del crecimiento pondostatural se
oliva, por su relación con la reducción del colesterol total haga utilizando las tablas de crecimiento específicas según
y su potencialidad antiaterogénica. Sin embargo, hay que edad y sexo (véase apartado “Etapa infantil. Del tercer al
ser cautos en las recomendaciones, dado que como con- noveno año de edad”), se recomienda en esta etapa el
trapartida se ha llegado a relacionar el consumo de dietas cálculo del índice de masa corporal, aunque no existan va-
bajas en colesterol en adolescentes con retrasos en la pu- lores estándar para esta edad1,2,5,10,35.
bertad y detenciones del crecimiento.
Por otro lado, se recomienda incrementar el consumo Prevención de accidentes infantiles. Es la época de la inicia-
de azúcares complejos (polisacáridos) hasta el 48% de la ción a las motocicletas, y de practicar deportes, o activida-
energía, con reducción de los refinados a un 10% del to- des de riesgo (saltos de altura, inmersiones, etc.); por tan-
212 SEMERGEN
M. Seguí Díaz.– Revisión del niño sano por el médico general/de familia
to los accidentes tendrán que ver con el tráfico y con las Es la etapa de los abusos sexuales dentro la familia, que
caídas. La falta de autocontrol de los propios impulsos, y se pueden sospechar cuando existe una desproporción en-
la dificultad de aceptar las normas, les hace proclives a pa- tre lo detectado y el nerviosismo del adolescente, el cual
decer enfermedades traumáticas difícilmente prevenibles. puede llegar a confesarlo cuando se le consulta en privado
Sin embargo, el insistir sobre las normas de tráfico, dar sin la presencia de un familiar. Las hemorragias vaginales
consejos para evitar la conducción bajo los efectos de al- en niñas prepúberes, síntomas vaginales inexplicables o
cohol o drogas, el usar el casco incluso a la hora de prac- infecciones urinarias recurrentes deben sugerirnos relacio-
ticar ciclismo, y el supervisar las actividades deportivas nes sexuales. También las fugas del domicilio, los intentos
por parte de los adultos, ayudará a evitar minusvalías per- de suicidio, así como las alteraciones psicológicas (fobias,
manentes1,2,4,5. depresión, etc.) deben ponernos en alerta sobre un tras-
fondo de abusos de este tipo1,2,4,5.
Prevención del maltrato infantil. En esta edad el maltrato es
más evidente, pues el niño, ya mayor, es capaz de comu- Prevención del riesgo cardiovascular. No existen estudios a
nicarnos lo que le pasa. Hemos de sospechar cuando exis- largo plazo que indiquen que el control de HTA en la in-
te una reiteración en las lesiones con explicaciones insufi- fancia, así como del colesterol, modifiquen el riesgo car-
cientes o poco convincentes. En estos casos el conoci- diovascular en el adulto. Aunque no existe suficiente evi-
miento del entorno familiar es de suma importancia. dencia para recomendar practicar cribados sistemáticos de
SEMERGEN 213
Volumen 26, Número 4, Abril 2000
Figura 8. Estadios de Tanner para el desarrollo de los genitales externos en las niñas.
la PA, se ha sugerido su toma por diversas asociaciones En cuanto a la obesidad (20% de sobrepeso para su
médicas, con el fin de detectar causas tratables de hiper- edad y talla), en el peor de los casos (obesidad grave), só-
tensión secundaria. lo se mantendrá en el 50-66% de los adultos. Cabría des-
No existe evidencia de HTA en niños de padres hiper- tacar que en éstos se asociarán a otros factores de riesgo
tensos (véase apartado “Detección de hipertensión arte- cardiovascular (HTA y dislipemias), y que su tratamiento
rial”). Por todo ello, y a pesar de que la US Preventive Ser- tendrá escasa efectividad en esta edad.
vices Task Force recomienda la toma de PA en cada visita Dado que la decisión de fumar se toma en la adolescen-
de control, la Canadian Task Force aconseja la medición cia (alrededor de los 13 años), será muy útil insistir, tal co-
de la PA sólo a partir de los 21 años, no antes. mo recomienda la American Academy of Family Physicians,
Sólo se determinará el colesterol en niños de alto riesgo sobre los riesgos de iniciar este hábito. También, no está de
(hijos de padres con historia familiar de hipercolesterone- más, tal como indica esta sociedad, alentar al adolescente a
mia grave, o cardiopatía isquémica precoz). practicar ejercicio físico de forma regular1,2,4,5,58, 69,70.
214 SEMERGEN
M. Seguí Díaz.– Revisión del niño sano por el médico general/de familia
Cribados sin la suficiente evidencia científica con síntomas depresivos, serán fundamentales para diag-
Raquis. Se deben realizar las maniobras de exploración de nosticar y tratar precozmente la enfermedad (prevención
cifoscoliosis ya observadas en la edad de 3-9 años. La ma- secundaria) y evitar en lo posible el riesgo de suicidio. Sin
niobra de la reverencia es interesante para destacar la pro- embargo, la Canadian Task Force on Periodic Health Exa-
minencia del hemitórax a la flexión anterior del tronco, así mination no recomienda el cribado rutinario de la depre-
como el test de la plomada para el alineamiento de ésta. sión en pacientes asintomáticos, aunque sí estaría de
También debemos estudiar la asimetría pélvica compa- acuerdo con la evaluación del riesgo de suicidio en ado-
rando las cresta ilíacas con el sujeto en bipedestación y lescentes de riesgo: enfermedad psiquiátrica, depresión,
buscando dismetrías en extremidades inferiores (confron- consumo de drogas, alcohol, enfermedad terminal cróni-
tación de maléolos, o medición). Su detección, sin embar- ca, antecedentes familiares de suicidio y en aquellos so-
go, no modifica el pronóstico1,2,4,5,72,73. metidos a aislamiento5.
Extremidades inferiores. En esta etapa de rápido crecimien- Reconocimiento del adolescente en situaciones especiales
to se pueden agudizar anomalías o deformidades no de- El adolescente se encuentra en una etapa que, al estar a ca-
tectadas, y por tanto no corregidas, en edades más preco- ballo entre la infancia y el período adulto, tendrá que so-
ces. La confrontación de maléolos, y/o medición de las meterse en nuestro país a reconocimientos médicos nece-
EEII, para descartar dismetrías, el alineamiento de éstas sarios para practicar distintos tipos de actividades. Reco-
(valgo/varo), así como la valoración mediante podoscopio nocimientos que, dejando al margen su dudosa eficacia en
de los pies, nos permitirá detectar aquellas deformidades resultados de salud, nos permitirán oportunísticamente
permanentes donde la corrección quirúrgica será la única captar datos clínicos sobre el estado de salud.
posible en la mayoría de los casos (pies cavos, etc.)1,2,4,5. Para la obtención del carnet de conducción de motoci-
cletas y permiso de armas (realizados por los centros al
Cribado de la audición. Según la US Preventive Services efecto) se hacen cribados de enfermedades sensitivas (vi-
Task Force no hay suficiente evidencia para recomendar el suales, auditivas), PA, entre otros, que nos pueden ofrecer
cribado rutinario en adolescentes asintomáticos. datos sobre el estado de salud. Lo mismo pasa con los cer-
Dentro de la exploración de la audición, el diapasón nos tificados deportivos y de práctica de caza submarina (in-
orientará sobre el tipo de hipoacusia: de percepción (cen- mersión), donde se suelen practicar electrocardiogramas
tral) o de transmisión (periférica) (pruebas de Rinne y We- basales y mediante cicloergómetro, espirometría, entre
ber); así como el audiómetro nos dará la seguridad sobre otros, que nos proporcionan datos acerca del estado car-
el tipo y el grado de déficit de audición1,2,4,5,47. diovascular y respiratorio.
Los reconocimientos laborales realizados por las mutuas
patronales de accidentes, por su parte, debidamente apro-
La US Preventive Services Task Force señala que no vechados, pueden darnos una amplia información que va
hay suficiente evidencia para recomendar el cribado desde la prevención cardiovascular, pasando por los datos
audiométrico, ni visual, rutinario en adolescentes relacionados con los sentidos, hasta aquellos que tienen
asintomáticos. que ver con su estado general.
Los reconocimientos médicos para la evaluación de los
jóvenes que tienen que hacer el servicio militar, que des-
Detección de la alteración de la agudeza visual. Los optotipos de hace un tiempo son de nuestra competencia, pueden
de E de Snellen en la edad escolar llegan a tener una sen- aprovecharse para explorar los puntos señalados ante-
sibilidad del 85% y una especificidad del 96% para la vi- riormente, así como practicar determinadas pruebas ha-
sión lejana. La US Preventive Services Task Force no en- bida cuenta de que dicho informe se extiende para dar
cuentra suficiente evidencia científica para recomendar el una calificación de aptitud cara a realizar una actividad,
cribado de la agudeza visual a los niños escolares asinto- que al margen de que puede suponer un esfuerzo físico
máticos1,2,4,5,46. importante, de adaptación psicológica, podría conside-
rarse una actividad de un cierto riesgo.
Prevención de la depresión y el suicidio. El suicidio supone Y, por último, los reconocimientos escolares, allá donde
la tercera causa de muerte en EE.UU. entre jóvenes de 15- aún se practiquen, nos informarán sobre el grado de vacu-
24 años. La valoración de los antecedentes familiares, co- nación, capacidad visual, raquis y extremidades inferiores,
mo es el caso de la enfermedad depresiva, consumo de además de poder ser aprovechados para aplicar otros de
psicotrópicos, estupefacientes, muertes por suicidio; y los cribados anteriormente señalados7,8.
personales, como síntomas nucleares de la depresión en
el adolescente (tristeza, falta de motivación, interés, aste- CONSIDERACIONES FINALES
nia, alteración del sueño, de la ingesta, culpa, ideación Como corolario cabe decir que el lactante, el niño y el ado-
suicida), episodios adversos graves en la vida, fracaso es- lescente representan fases del crecimiento humano espe-
colar, consumo de alcohol o drogas, relación con sus cialmente vulnerables a padecer enfermedades específicas,
compañeros (retraimiento social) y el interrogatorio, es- las cuales afectarán a la calidad y cantidad de vida del ni-
pecialmente sobre la ideación suicida en muchachos/as ño, y producirán a la sazón secuelas físicas que condicio-
SEMERGEN 215
Volumen 26, Número 4, Abril 2000
216 SEMERGEN
M. Seguí Díaz.– Revisión del niño sano por el médico general/de familia
17. Bonal Pitz P. Competencia profesional del médico de familia en Es- 40. Renfrew MJ, Lang S. Interventions for improving breastfeeding
paña. Aten Primaria 1999; 23 (Supl 1): 61-65. technique. The Cochrane Library 1999. URL: http://www.update-
18. Gallo Vallejo FJ, Altisent Trota R, Diez Espino J, Fernández Sán- software.com/ccweb/cochrane/revabstr/ab000041.htm
chez C, Foz y Gil G, Granados Menéndez MI et al. Perfil profesio- 41. Mendez Ruiz AL, Monge Zamorano M, Mutiloa Zaspe MC. La ali-
nal del médico de familia. Aten Primaria 1999; 23: 236-248. mentación durante el primer año de vida en una población rural
19. Bailon Muñoz E. Perfil profesional del médico de atención prima- del norte de Tenerife. Centro de Salud 1999; 7: 495-497.
ria. Jano 1999. URL: http://www.doyma.es/copiaini/revistas/jano 42. Wilson AC, Forsyth JS et al. Relation of infant diet to childhood
/articulo/1322/PER.HTM health: seven year follow up of cohort of children in Dundee infant
20. Boynton RW, Dunn ES, Stephens GR. Manual de pediatría ambu- feeding study. Br Med J 1998; 316: 21-25.
latoria. Barcelona: Salvat Editores, 1986. 43. Committee on Nutrition. American Academy of Pediatrics. Refuer-
21. Feldman W. Well-baby care in the first 2 years of life. En: The Ca- zo con hierro de las formulas infantiles. Pediatrics (ed esp) 1999;
nadian guide to clinical preventive health care. Pediatric preventi- 48: 66-71.
vecare. URL: http://www.hc.gc.ca/hppb/ healthcare/pubs/clini- 44. Hidalgo Rodrigo MI, Flores Álvarez M. Trastornos disociativos.
cal_preventive/pdf Trastornos facticios, simulación. En: Hidalgo Rodrigo MI, Díaz
22. Pachon I, Amela C, de Ory F, León P, Alonso M. Red nacional de González RJ, editores. Psiquiatría Clínica. Aspectos clínicos y tera-
vigilancia epidemiológica de España. Centro Nacional de Epide- péuticos de los transtornos mentales. Madrid: Aula Médica, 1998;
miología. 1. Encuesta nacional de seroprevalencia de enfermeda- 319-329.
des inmunoprevenibles. Año 1996. Boletín Epidemiológico Sema- 45. Fergusson E, Li J, Taylor B. Grandmothers´ role in preventing un-
nal 1998; 6: 93-104. necessary accident and emergency attendances: cohort study. BMJ
23. Subdirección General de Epidemiología, Promoción y Educación 1998; 317: 1.685.
para la Salud. Ministerio de Sanidad y Consumo. Red nacional de 46. US Preventive Services Task Force. Screening for Visual impair-
vigilancia epidemiológica de España. Centro Nacional de Epide- ment. En: US Preventive Services Task Force. Guide to clinical pre-
miología. Cobertura Vacunal 1997. Boletín Epidemiológico Sema- ventive services, 2ª ed. Baltimore: Williams & Wilkins, 1996; 373-
nal 1998; 6: 197-208. 382.
24. US Preventive Services Task Force. Childhood Immunizations. En: 47. US Preventive Services Task Force. Screenig for Hearing Impair-
US Preventive Services Task Force. Guide to clinical preventive ser- ment. En: US Preventive Services Task Force. Guide to Clinical Pre-
vices, 2ª ed. Baltimore: Williams & Wilkins, 1996; 767-790. ventive Services. Baltimore: Williams & Willins, 1996; 393-405.
25. Anonimo. Notice to readers recommended childhood immunization 48. Albert D, Casaldaliga J, Gallart A. Diagnóstico diferencial de un so-
schedule-United States. MMWR 1998; 47 (01): 8-12. En: CDC Pre- plo cardíaco en la infancia. Jano 1999; 56: 2.393-2.394.
vention Guidelines. URL: http://aepo-xdv-www.epo.cdc.gov/won- 49. Arlettaz R, Archer N, Wilkinson AR et al. Natural history of inno-
der/prevguid/m0053300/m0053300.htm. cent heart murmurs in newborn babies: controlled echocardio-
26. Picazo JJ. Guía Práctica de Vacunaciones. Centro de Estudios Cien- graphic study. Arch Dis Child Fetal Neonatal 1998; 78: 166-170.
cias de la Salud. Madrid 1998. 50. Gorelick MH, Shaw KN. Screenig Test for urinary tract infeccion
27. Salmeron García F. Las vacunaciones. Entre la ciencia y el márke- in children: a meta-analysis. Pediatrics 1999; 104. URL:
ting. Rev Ped de Aten Primaria 1999; 1: 117-129. http://www.pediatrics.org/cgi/content/full/104/5/e54
28. Navarro Alonso JA. Varicela. ¿Vacunación universal o selectiva?. 51. Jakobsson B, Esbjorner E, Hansson S. Incidencia mínima y tasa
Aten Primaria 1998; 22: 457-464. diagnóstica de la primera infección del tracto urinario. Pediatrics
29. Pachon I, Pizarro A. Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica de (ed esp) 1999; 48: 81-85.
España. Centro Nacional de Epidemiología. 1. Erradicación de la 52. Batalla J, Urbiztondo L. Vacuna combinada contra las hepatitis A y
Poliomielitis. Sistema de vigilancia de parálisis flácida aguda. Bole- B. Aten Primaria 1999; 23: 513-514.
tín Epidemiológico Semanal 1998; 6: 221-228. 53. Feightner JW. Preschool screening for developmental problems.
30. Pachon I, Muñoz A, Tormo A, Amela C, Martin P, Villota J et al. Red En: The Canadian guide to clinical preventive health care.
nacional de vigilancia epidemiológica de España. Centro Nacional Pediatric preventivecare. URL: http://www.hc.gc.ca/hppb/ health-
de Epidemiología. Estudio de incidencia de enfermedad invasiva care/pubs/clinical_preventive/ pdf
por Haemophilus influenzae en España. Boletín Epidemiológico Se- 54. Grupo de trabajo sobre tuberculosis. Consenso nacional para el
manal 1998; 6: 49-56. control de la tuberculosis en España. Med Clin 1992; 98: 24-31.
31. Boletín Epidemiológico de Galicia. La campaña de vacunación 55. Nogales A. El futuro de la alimentación infantil. Revista Pediatría
frente al meningococo C: resultados y primera evaluación. Boletín de Atención Primaria 1999; 1: 113-122.
Epidemiológico Semanal 1996; 7: 393-404. 56. Bedinghaus J, Doughten S. Nutrición infantil: desde el pecho ma-
32. Marder HK. Important product withdrawal. Rotashield Rotavirus terno a la hamburguesa. En: Sandford RK, editor. El niño sano: as-
Vaccine. Carta. FDA 1999. URL: http://www.fda.gov/medwatch/sa- pectos sobre prevención. Clínicas de Atención Primaria. Mexico:
fety/1999/rotash.pdf Ed. Interamericana, 1994; 700-718.
33. MacDorman MF, Cnattingius S, Hoffman HJ, Kramer MS, Haglund 57. Prieto Albino L, Mateos Montero C, Galan Rebollo A, Arroyo Diez
B. Suddenn Infant Death Syndrome and Smoking in the United Sta- J, Valdillo Machota. Perfil lipídico en niños y adolescentes de la
tes and Sweden. Amer Journal Epidemiology 1997; 146: 249-257. provincia de Cáceres. Aten Prim 1999; 23: 404-410.
34. Tonkin SL, Clarkson PM. Una prespectiva desde Nueva Zelanda. 58. Rodríguez Alsina S. Hipertensión arterial en la infancia y la ado-
Comentarios sobre la teoría de la prolongación del intervalo QT lescencia. En: Fernández ML, De la Figuera M, editores. Hiperten-
como causa del síndrome de la muerte súbita del lactante. Pedia- sión arterial. Problemas diagnósticos y terapéuticos. Barcelona:
trics (ed esp) 1999; 47: 216-217. Ediciones Doyma 1992; 225-236.
35. Ruiz Rojo E, Morales Suárez Varela M. Experiencia en la elabora- 59. Dirección General de Salud Pública. Ministerio de Sanidad y Con-
ción propia de gráficas de crecimiento infantil. Cuaderno de Ges- sumo. Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica de España. Cen-
tión 1998; 4: 219-220. tro Nacional de Epidemiología. Programas de vacunación frente a
36. ESPGAN Committee on nutrition. Guidelines on infant Nutrition la Hepatitis B en adolescentes. Período 1996-1997. Boletín Epide-
III. Recommendations for infant feeding. Acta Paediatr Scand miológico Semanal 1998; 6: 209-220.
1982; Supl 302: 1-27. 60. AMA. Guidelines for adolescent preventive services (GAPS). Re-
37. ESPGAN Committee on nutrition. Guidelines on infant Nutrition commendations for Physicians and other health professionals.
II. Recommendations for the composition of follow-up formula URL: http://www.ama-assn.org/ adolhlth/recomend/monogrt1.htm
and Beikost. Acta Paediatr Scand 1981; Supl 287: 1-25. 61. Taracena B. El Pediatra Generalista y el Médico de Familia en su
38. Hernández Rodriguez M. Alimentación infantil. Madrid: CEA, 1985. primer contacto con el adolescente. Revista Pediatría de Atención
39. Wang EEL. Breast Feeding. En: The Canadian guide to clinical Primaria 1999; 1: 639-644.
preventive health care. Pediatric preventivecare. URL: 62. Walker ZAK, Townsend J. The role of general practice in promo-
h t t p : / / w w w. h c . g c . c a / h p p b / h e a l t h c a r e / p u b s / c l i n i c a l ting teenage health: a review of literature. Family Practice 1999;
_preventive/pdf. 16: 164-172.
SEMERGEN 217
Volumen 26, Número 4, Abril 2000
63. Villabí JR, Barniol J, Nebot M, Diez E, Ballestin M. Tendencias en 71. Cantó TJ. Implicaciones médicas de los trastornos del comporta-
el tabaquismo de los escolares: Barcelona 1987-1996. Aten Prim miento alimentario. Jano 1999; 56: 1.916-1.918.
1999; 23: 359-362. 72. US Preventive Services Task Force. Screening for adolescent idio-
64. Huertas Zarco I, Pereiro Berenguer I, Chover Lara JL, Salazar Cifre pathic scoliosis. En: US Preventive Services Task Force. Guide to
A et al. Fracaso escolar en una cohorte de adolescentes. Aten Prim clinical preventive services (2ª ed.). Baltimore: Williams & Wil-
1999; 23: 289-295. kins, 1996; 517-529.
65. Huertas Zarco I, Pereiro Bereguer I, Roig Sena J, Salazar Cifré A, 73. Wiegersma PA, Hofman A, Zielhuis GA. The effect of school scre-
Chover Lara JL et al. Evolución de hábitos de salud y de relación ening on surgery for adolescent idiopathic scoliosis. European
de una cohorte de adolescentes de Puerto Sagunto (1995-1996). Journ Public Health 1998; 8: 237-240.
Aten Primaria 1999; 23: 30-40. 74. Real decreto 1575/1993, de 10 de septiembre, que regula la libre
66. Juarez O, Diez E, Barniol J, Villamarin F, Nebot M, Villabí JR. Con- elección de médico en los servicios de atención primaria del insti-
ductas preventivas de la transmisión sexual de sida, de otras infec- tuto nacional de la salud. En: Pérez Algar F. Legislación médica.
ciones y del embarazo en estudiantes de secundaria. Aten Primaria Madrid: CGM Servicios empresariales, SL, 111-113.
1999; 24: 194-202. 75. Seguí Díaz M. APS opinión: ¿Somos realmente médicos de familia?
67. Casado Górriz MR, Casado Górriz I, Diaz Grávalos G. La alimen- Jano 1999; 1285: 31.
tación de los escolares de trece años del municipio de Zaragoza. 76. Seguí Díaz M. El médico de cabecera y la infancia. SEMERGEN
Rev Esp Pública 1999; 73: 501-510. 1999; 25: 332-335.
68. Rodríguez Martin A, Martínez Nieto JM, Novalbos Ruiz JP, Ruiz Ji- 77. Presidencia ejecutiva del Instituto nacional de la salud. Resolución
ménez MA, Jiménez Benítez D. Ejercicio físico y hábitos alimenta- 23 de junio de 1998. Se crea la figura de pediatra de área en aten-
rios: un estudio en adolescentes de Cádiz. Rev Esp Salud Pública ción primaria y ordena sus funciones y actividades.
1999; 73: 81-87. 78. Hernández Merino A. Comentarios sobre la figura del “pediatra de
69. Pintó Sala X, Fiol Castaño C. Dislipemias y enfermedad cardiovas- área”. Rev Ped de Aten Primaria 1999; 1: 137-140.
cular. En: Brotons Cuixart C, editor. Factores de riesgo de la enfer- 79. Buñuel Álvarez J. La soledad del pediatra de atención primaria:
medad cardiovascular. Epidemiología, prevención y tratamiento. causas y posibles soluciones. Rev Ped de Aten Primaria 1999; 1:
Barcelona: Ediciones Doyma, 1991; 51-76. 37-41.
70. Rodríguez Artalejo F, Banegas Banegas JR, de Andres Manzano B, 80. Mendive Arbeloa JM. Nuestra especialidad a las puertas del nuevo
del Rey Calero J. Principios de la prevención cardiovascular. Med milenio. Jano 1999. URL: http://www.doyma.es/copiaini/revistas
Clin 1999; 112: 459-464. /jano/articulo/1322/NUES.HTM
218 SEMERGEN