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– Ley 20.4351
I. Introducción
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En colaboración con Carla Chovar Ramírez, Alumna Ayudante de Derecho Económico
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Abogado y Magíster en Administración de Empresas (MBA); Profesor Adjunto de Derecho Económico,
Facultad de Derecho, Universidad Católica de la Santísima Concepción; Docente de Propiedad Intelectual,
Universidad San Sebastián, Sede Concepción.
Para comentarios: schmitz@ucsc.cl
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Establece esta disposición constitucional:
Artículo 19.- “La Constitución asegura a todas las personas: ...
25º.- La libertad de crear y difundir las artes, así como el derecho del autor sobre sus creaciones
intelectuales y artísticas de cualquier especie, por el tiempo que señale la ley y que no será inferior al de la
vida del titular.
El derecho de autor comprende la propiedad de las obras y otros derechos, como la paternidad, la edición y
la integridad de la obra, todo ello en conformidad a la ley.
Se garantiza, también, la propiedad industrial sobre las patentes de invención, marcas comerciales, modelos,
procesos tecnológicos u otras creaciones análogas, por el tiempo que establezca la ley.
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intelectual – propiedad industrial y derechos de autor –, haciendo referencia a lo que es
materia de ley.
Para una mejor comprensión, conviene aclarar algunos conceptos claves para nuestro estudio. La
Propiedad Intelectual es un conjunto de derechos establecidos por ley que permiten a los creadores
e inventores explotar en forma exclusiva y por un plazo determinado, las creaciones y producciones
de su intelecto, y al mismo tiempo impedir las falsificaciones o copias no autorizadas por parte de
terceros.
Dentro del ámbito de los derechos de autor, se comprenden otros derechos especiales: los Derechos
conexos, que son aquellos que se conceden únicamente a los artistas intérpretes o ejecutantes, a los
productores de grabaciones sonoras y a los organismos de radiodifusión, por contribuir a poner
obras que no son de su autoría, a disposición del público.
La ley que rige el derecho de autor en Chile es la Ley 17.336 sobre Propiedad Intelectual, publicada
en el Diario Oficial de 2 de octubre de 1970. Si bien lleva el nombre “sobre Propiedad Intelectual”,
en la práctica únicamente regula la materia de derechos de autor y derechos conexos.
Pese a que la ley n° 17.336 es del año 1970, el texto legal ha sido adaptado y modernizado a través
de los tiempos. Así podemos enumerar las siguientes modificaciones previas a la reforma que nos
ocupa:
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Ley 19.928 31.01.2004 Introduce enmiendas al artículo 75 (depósito de obra musical
chilena en el Registro de propiedad intelectual) de la Ley
17.336.
Originalmente la ley cubría sólo obras intelectuales tradicionales, como por ejemplo libros, piezas
musicales, fotografías. Con las modificaciones se han ido incorporando entre las obras protegidas
también algunas más modernas, como lo son programas computacionales, bases de datos,
diaporamas y videogramas.
El objetivo de esta ley es otorgar protección legal a los autores, artistas intérpretes o ejecutantes,
productores de fonogramas y organismos de radiodifusión – sean chilenos o extranjeros con o sin
domicilio en Chile – respecto de sus obras intelectuales, asegurándoles una compensación de su
esfuerzo intelectual y resguardándolos frente a infracciones.
El ámbito de protección de la ley se encuentra señalado por la disposición inicial de la ley: “La
presente ley protege los derechos que, por el solo hecho de la creación de la obra, adquieren los
autores de obras de la inteligencia en los dominios literarios, artísticos y científicos, cualquiera
que sea su forma de expresión, y los derechos conexos que ella determina.
El derecho de autor comprende los derechos patrimonial y moral, que protegen el
aprovechamiento, la paternidad y la integridad de la obra.”
Analizando la disposición transcrita, podemos destacar algunas características del derecho de autor:
1. La protección del derecho de autor es “automática”, puesto que nace para el autor por el
mero hecho de la creación. El registro del mismo cumple una función probatoria y de
reconocimiento administrativo del hecho creativo, otorgando certeza en cuanto a su
existencia, contenido, forma, y también respecto a la fecha de su ocurrencia. En
consecuencia, el registro de los derechos de autor no tiene carácter constitutivo, sino que un
rol meramente declarativo.
2. La tipificación entre derecho de autor y derechos conexos. El primero le asegura al autor,
derechos sobre su obra artística, literaria o científica. En cambio, los derechos conexos son
aquellos que la ley concede a otros titulares, diferentes del autor:
• a los artistas, intérpretes o ejecutantes (tales como los actores y los músicos) respecto
de sus interpretaciones o ejecuciones;
• a los productores de fonogramas o grabaciones sonoras (por ejemplo, las grabaciones
en casetes y discos compactos) respecto de sus grabaciones, y
• a los organismos de radiodifusión respecto de sus programas de radio y de televisión.
3. Respecto del uso, goce y disposición de las obras por parte del autor, se distingue entre
derechos patrimoniales y derechos morales: los primeros aseguran al titular el derecho
exclusivo de explotar económicamente la obra, pudiendo así autorizar a terceros que la
utilicen o transferir, total o parcialmente, sus derechos sobre ella. Los derechos morales
implican un nexo esencial entre el autor y su obra. Básicamente le aseguran al autor “el
derecho de reivindicar la paternidad de la obra y de oponerse a cualquier deformación,
mutilación u otra modificación de la misma o a cualquier atentado a la misma que cause
perjuicio a su honor o a su reputación.” A estos dos derechos se les llama “derecho de
paternidad” y “derecho de integridad”, respectivamente.
Siguiendo los estándares internacionales, los derechos patrimoniales son por esencia
transferibles y renunciables. Por el contrario, los derechos morales se caracterizan por ser
personalísimos (sólo las personas naturales pueden ser titulares de estos derechos),
inalienables e irrenunciables.
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El objeto de los derechos de autor es la protección de determinadas obras de carácter literario,
artístico y científico. El artículo 3 de la ley enumera en forma taxativa cuáles son esas obras
protegidas:
“1) Los libros, folletos, artículos y escritos, cualesquiera que sean su forma y naturaleza, incluidas
las enciclopedias, guías, diccionarios, antologías y compilaciones de toda clase;
2) Las conferencias, discursos, lecciones, memorias, comentarios y obras de la misma naturaleza,
tanto en la forma oral como en sus versiones escritas o grabadas;
3) Las obras dramáticas, dramático-musicales y teatrales en general, así como las coreográficas y
las pantomímicas, cuyo desarrollo sea fijado por escrito o en otra forma;
4) Las composiciones musicales, con o sin textos;
5) Las adaptaciones radiales o televisuales de cualquiera producción literaria, las obras originales
producidas por la radio o la televisión, así como los libretos y guiones correspondientes;
6) Los periódicos, revistas u otras publicaciones de la misma naturaleza;
7) Las fotografías, los grabados y las litografías;
8) Las obras cinematográficas;
9) Los proyectos, bocetos y maquetas arquitectónicas y los sistemas de elaboración de mapas;
10) Las esferas geográficas o armilares, así como los trabajos plásticos relativos a la geografía,
topografía o a cualquiera otra ciencia, y en general los materiales audiovisuales;
11) Las pinturas, dibujos, ilustraciones y otros similares;
12) Las esculturas y obras de las artes figurativas análogas, aunque estén aplicadas a la industria,
siempre que su valor artístico pueda ser considerado con separación del carácter industrial del
objeto al que se encuentren incorporadas;
13) Los bocetos escenográficos y las respectivas escenografías cuando su autor sea el bocetista;
14) Las adaptaciones, traducciones y otras transformaciones, cuando hayan sido autorizadas por el
autor de la obra originaria si ésta no pertenece al patrimonio cultural común;
15) Los videogramas y diaporamas, y
16) Los programas computacionales, cualquiera sea el modo o forma de expresión, como
programa fuente o programa objeto, e incluso la documentación preparatoria, su descripción
técnica y manuales de uso.
17) Las compilaciones de datos o de otros materiales, en forma legible por máquina o en otra
forma, que por razones de la selección o disposición de sus contenidos, constituyan creaciones de
carácter intelectual. Esta protección no abarca los datos o materiales en sí mismos, y se entiende
sin perjuicio de cualquier derecho de autor que subsista respecto de los datos o materiales
contenidos en la compilación;
18) Los dibujos o modelos textiles."
Con lo anterior queda claro la amplitud de obras que son susceptibles de protección autoral. Por su
parte, las obras pueden ser clasificadas de acuerdo a diferentes criterios.
1. Atendiendo a los diversos grados de intervención en su elaboración:
a) Obra individual: la que es producida por una sola persona natural;
b) Obra en colaboración: la que es producida, conjuntamente, por dos o más personas
naturales cuyos aportes no puedan ser separados;
c) Obra colectiva: la que es producida por un grupo de autores, por iniciativa y bajo la
orientación de una persona natural o jurídica que la coordine, divulgue y publique bajo
su nombre.
2. Atendiendo al momento de su publicación, si la hay:
a) Obra publicada en vida del autor;
b) Obra inédita: aquella que no ha sido dada a conocer al público;
c) Obra póstuma: aquella que ha sido dado a conocer al público sólo después de la muerte
de su autor.
3. Atendiendo al nivel de actividad creativa del autor:
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a) Obra originaria: aquella que fue creada genuinamente por quien dice ser su autor;
b) Obra derivada: aquella que resulte de la adaptación, traducción u otra transformación de
una obra originaria, siempre que constituya una creación autónoma.
4. Atendiendo a la calidad del autor:
a) Obra de autor bajo nombre propio;
b) Obra anónima: aquella en que no se menciona el nombre del autor, por voluntad del
mismo, o por ser éste ignorado;
c) Obra seudónima: aquella en que el autor se oculta bajo un seudónimo que no lo
identifica, entendiéndose como tal el que no haya sido inscrito.
Los derechos de autor – siempre que sean originales – se inscriben en el Departamento de Derechos
Intelectuales, que estará a cargo de un Conservador (arts. 72 y 90). Los registros que se llevan al
efecto, son los siguientes: un Registro de Derecho de Autor, un Registro de Derechos Conexos,
ambos de acceso público, y un Registro de Seudónimos, que es privado. Las transferencias, así
como las medidas judiciales (prohibiciones y embargos) se anotan al margen de la respectiva
inscripción.
La protección autoral de una obra se extiende por un plazo determinado por el artículo 10 de la ley;
expirado éste, la obra pasa a considerarse parte del patrimonio cultural común. Con la Ley 19.914
que adecua la legislación chilena al TLC con EE.UU. de América, el plazo de protección de las
obras que se extendía desde la creación de la obra hasta 50 años después del fallecimiento del autor,
fue extendido a 70 años después de la muerte del autor. Ya con anterioridad en el año 1992, la Ley
19.166 había prolongado el plazo original de 30 a 50 años.
El 4 de mayo de 2010 se publicó en el Diario Oficial la Ley n° 20.435 que modificó la Ley
nº 17.336 sobre Propiedad Intelectual. Esa reforma estableció numerosas novedades en
materia de derecho de autor, que configuran la reforma más importante desde que se dictó
la Ley 17.336 en 1970.
Durante casi tres años se extendió la tramitación marcada por intensas discusiones y la
constitución de una mesa de expertos que permitió a los distintos estamentos de la sociedad
civil (ONG´s, empresas, entidades de gestión colectiva) participar y hacer valer sus puntos
de vistas. El tema central de la discusión giraba en torno a la necesidad de encontrar un
equilibrio entre los intereses de los titulares de derechos autorales, por un lado, y la
sociedad por el otro; integrada por usuarios y consumidores de bienes culturales. Este
fundamento social busca garantizar el acceso a la cultura y al conocimiento, no sólo para
fines de consumo y uso, sino que también para seguir creando. Los tiempos actuales se
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Específicamente al Tratado de Libre Comercio entre Chile y EE.UU., que se firmó el 6 de junio de 2003, y
entró en vigencia el 1° de enero de 2004.
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caracterizan por la digitalización de la creación (obras digitales) y del uso (derechos
digitales), de modo que la creación artística e intelectual ya no radica en un pequeño
estamento de autores, sino que en la sociedad entera; todos nosotros creamos, tomando
fotografías, componiendo, escribiendo y opinando, y luego se sube el resultado digital de
forma simple y expedita a Internet. Con lo anterior se hizo necesario actualizar y ampliar
las excepciones y limitaciones al derecho de autor que permiten utilizar obras protegidas
sin pedir autorización ni pagar derechos a los titulares, pero también tuvo que determinarse
el rol que cabe a los prestadores de servicios de Internet en los procesos de poner a
disposición de los usuarios contenidos protegidos.
Sin embargo, la reforma no sólo adecuó el uso de las creaciones intelectuales tomando en
consideración el interés público, sino que por otro lado también benefició el interés
individual (titulares) al mejorar la observancia de los derechos de autor, configurando
nuevos delitos y endureciendo las sanciones para los delitos de piratería.
Especialmente en esta parte se hace evidente el fundamento doble de los derechos de autor:
• por un lado, el fundamento social, representado por el necesario incentivo y
fomento a las labores creativas en la sociedad, y su difusión para que las personas
tengan amplio acceso a la cultura, busca una regulación que garantice amplias
excepciones y limitaciones a los derechos de autor;
• en cambio el fundamento individual, manifestado a través de la pretensión por parte
de los titulares y propietarios de los derechos de permitir únicamente mínimas
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excepciones y limitaciones con miras a obtener la retribución por el uso que de sus
obras hagan los terceros.
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Este sistema de excepciones se encontraba establecido en los artículos 38 a 45 bis (párrafo III
“Excepciones a las normas anteriores”) y 46 a 47 (párrafo IV “Excepciones al derecho de autor”). Estas
disposiciones y párrafos fueron ahora derogados por la Ley 20.435.
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como también a las bibliotecas del sistema escolar en todos sus niveles, la Biblioteca
del Congreso Nacional. Es posible observar que en la versión promulgada de la ley, el
concepto de “abiertos al público” no fue incluido.
• Realización de una sátira o parodia de una obra preexistente, que constituya un aporte
artístico (art. 71 P).
• Traducción de obras para uso personal, que se encuentren en idioma extranjero (art. 71
R).
Además, hay que mencionar las limitaciones y excepciones que ya existían anteriormente y
que no sufrieron modificaciones o sólo cambios menores por la Reforma:
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La ingeniería inversa es utilizada con frecuencia para revelar los algoritmos y componentes de un programa
computacional. Así en los software cerrado, resulta que el código fuente es secreto y sólo conocido por el
programador. A fin de descubrirlo se suelen entonces aplicar esta metodología partiendo desde el código
máquina (código objeto) hasta lograr descifrar el código fuente del software.
7
Las excepciones relativas a programas de computación se implementaron en virtud de lo acordado en el
TLC Chile – EE.UU., artículo 17.7 (5) (d) (ii), (iii) y (v).
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Se trata del llamado “Derecho de cita” que en forma más restringida ya estaba
consagrado en el texto primitivo de la ley sobre propiedad intelectual. Lo novedoso es
la explicitud de los fines a los cuales se puede destinar la inclusión de fragmentos de
una obra citando su fuente, autor y título; estos son los fines de crítica, ilustración,
enseñanza e investigación.
• Uso de conferencias, discursos políticos, alegatos judiciales y otras obras del mismo
carácter pronunciadas en público (art. 71 D inc. 2°):
Anteriormente sólo se contemplaba en este caso las conferencias y los discursos. La
limitación del uso a fines informativos se mantuvo.
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a titularse “De las Acciones y Procedimientos” (arts. 78 a 85 K). Dicho capítulo se
sistematiza a través de una estructura de cuatro párrafos:
Párrafo I De las Infracciones a las Disposiciones de esta Ley
Párrafo II De los Delitos contra la Propiedad Intelectual
Párrafo III De las Normas aplicables al Procedimiento Civil y Penal
Párrafo IV De las Normas Especiales aplicables al Procedimiento Civil
El artículo 78, disposición única del párrafo I, contempla la figura residual muy similar a la
ya existente antes de la reforma, manteniendo la sanción de multas para infracciones que no
se encuentren tipificadas en aquel capítulo.
Enseguida se establece una figura general amplia que sanciona las faltas o delitos contra la
propiedad intelectual, especialmente falsificaciones, diferenciando en forma gradual
atendiendo el monto del perjuicio causado (art. 79); al respecto se distinguen tres tramos:
Para determinar el monto del perjuicio se considerará el valor legítimo de venta al por
menor de los objetos (art. 85 A).
Cabe tener presente que el texto antiguo no efectuaba una diferenciación en base al
perjuicio causado, y además establecía penas considerablemente inferiores.
Asimismo se sancionan con mayor dureza la reincidencia de los delitos tipificados (art. 82)
y la comisión de delitos por medio de agrupaciones o reuniones de personas, o más grave
aún por medio de asociaciones ilícitas (art. 83).
Una novedad legislativa constituye la clara protección del dominio público o patrimonio
cultural común8, al sancionarse diversas infracciones que afectan las obras pertenecientes a
ese espacio (art. 80).
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Puede definirse el dominio público como “el estado jurídico consistente en el libre acceso y utilización de
creaciones intelectuales, sean estas expresiones o innovaciones industriales u obras sujetas al derecho de
autor, sin que nadie pueda hacer valer derechos intelectuales sobre las mismas.”
Las obras comprendidas en el patrimonio cultural común se encuentran enumeradas en el artículo 11 de la ley.
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En lo referente a la llamada “información sobre la gestión de derechos”9, podemos
constatar que únicamente se produce una simple reubicación de dicha materia (arts. 84 y 85
que sustituyen los antiguos arts. 81 bis, 81 ter y 81 quater). La institución del rights
management information tiene su origen en los tratados WCT y WPPT10. Al ratificarse esos
tratados por nuestro país en abril del año 2001, la Ley 19.914 (del 19 de noviembre de
2003) pasó a implementarla en nuestra la Ley sobre Propiedad Intelectual. Cabe hacer
presente que como tal sigue siendo de gran relevancia a la hora de proteger tanto los
derechos de autor como los derechos conexos en el entorno digital.
El párrafo III que contiene las normas procesales comunes, se inicia con una norma general
(art. 85 B) que otorga al titular de los derechos autorales diversas alternativas para hacer
valer sus derechos. Así podrá optar entre otras acciones por las siguientes:
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La “información sobre la gestión de derechos” es definido por el mismo texto legal en su artículo 85, como:
“a) La información que identifica a la obra, a la interpretación o ejecución o al fonograma; al autor de la
obra, al artista intérprete o ejecutante, o al productor del fonograma; o al titular de cualquier derecho sobre
la obra, interpretación o ejecución o fonograma.
b) La información sobre los términos y condiciones de utilización de las obras, interpretación o ejecución o
fonograma.
c) Todo número o código que represente tal información, cuando cualquiera de estos elementos estén
adjuntos a un ejemplar de una obra, interpretación o ejecución o fonograma o figuren en relación con la
comunicación o puesta a disposición del público de una obra, interpretación o ejecución o fonograma.”
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Véase los artículos 12 y 19 del Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor (WCT) y del Tratado de la
OMPI sobre Interpretación o Ejecución y Fonogramas (WPPT), respectivamente.
Ambos instrumentos son llamados frecuentemente tratados Internet, y fueron firmados en el marco de la
Conferencia Intergubernamental del año 1996. Las siglas WCT y WPPT corresponden a su denominación en
inglés: WIPO Copyright Treaty y WIPO Performances and Phonograms Treaty, respectivamente.
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de venta al detalle de los bienes objeto del ilícito11. En cambio, el daño moral se
fijará considerando “las circunstancias de la infracción, la gravedad de la lesión, el
menoscabo producido a la reputación del autor y el grado objetivo de difusión ilícita
de la obra.”
Para efectos de la denuncia y persecución eficaz de los delitos contrarios a los derechos de
autor, se deja establecido que éstos tienen el carácter de acción penal pública12 (art. 85 G).
Cumpliendo con lo prescrito en el Tratado de Libre Comercio entre Chile y EE.UU.13, y
con el fin de facilitar el ejercicio de los derechos de autor, se establece una presunción de
subsistencia de los mismos durante 70 años desde la fecha de la primera publicación de la
obra o fonograma (art. 85 H).
Por último, en el párrafo IV relativo a normas especiales del proceso civil, se indica que los
procedimientos aplicables serán breves y sumarios (art. 85 J). Además se contemplan
normas sobre la entrega coercitiva por parte del presunto infractor de información respecto
de otros involucrados o de canales de distribución (art. 85 I), así como acerca de la fijación
de indemnizaciones predeterminadas y compensatorias de daños económicos y morales
(art. 85 K)14.
Para estos efectos, “Prestador de Servicio” (de Internet), también conocido por su sigla en
inglés como “ISP” (Internet Service Provider), es definido como “una empresa proveedora
de transmisión, enrutamiento o conexiones para comunicaciones digitales en línea, sin
modificación de su contenido, entre puntos especificados por el usuario del material que
selecciona, o una empresa proveedora u operadora de instalaciones de servicios en línea o
de acceso a redes” (art. 5 letra y).
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Con ello se viene a dar cumplimiento a la obligación prescrita por el art. 17.11.8 b) asumida por el
Gobierno de Chile en el TLC con EE.UU.
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El antiguo artículo 84 redactado con un tenor muy similar utilizaba el término “acción popular”.
13
Art. 17.11.6 b) del TLC Chile – EE.UU.
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Así se cumple con el art. 17.11.9 del TLC Chile – EE.UU.
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La cuestión fundamental de las situaciones reguladas por este capítulo radica en la
determinación de responsabilidad que le puede caber a los prestadores de servicios de
Internet, por la comisión de infracciones al derecho de autor que son realizadas por terceros
a través de sistemas o redes controladas u operadas por o para aquellos.
Para dar respuesta a este punto, hay que distinguir las funciones o servicios que realiza el
ISP respectivo. Sin perjuicio de ello, la norma inicial (art. 85 L) ya anticipa la regla general:
el ISP no será obligado a indemnizar los daños cumple ciertas condiciones que limiten su
responsabilidad. Al respecto hay que distinguir condiciones generales y específicas que
tienen que ser cumplidas por los ISP´s.
Expresamente la ley excluye como requisito que los ISP´s supervisen los datos que
transmiten, almacenen o referencien ni tampoco están obligados a realizar búsquedas de
hechos o circunstancias que indiquen actividades ilícitas (art. 85 P)
Las condiciones específicas son definidas en atención al tipo de servicios que son prestados
por el respectivo ISP; y al respecto se distinguen los siguientes:
transmisión de datos, enrutamiento o suministro de conexiones (art. 85 M)
almacenamiento temporal de datos mediante un proceso automático (art. 85 N)
almacenamiento por sí o a través de un tercero, de datos en su red o sistema (art. 85
Ñ)
búsqueda, vinculación y/o referencia a un sitio en línea mediante herramientas de
búsqueda de información, incluidos los hipervínculos y directorios (art. 85 Ñ)
En todo caso, la medida prejudicial o judicial específica que será procedente dependerá
nuevamente de las funciones o servicios que preste el respectivo ISP (art. 85 R).
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Medidas tecnológicas de protección de derechos son mecanismos que se incorporan en los soportes para
evitar acceso o utilizaciones no autorizadas, y poder de esta forma disminuir la piratería de las obras.
Al igual que la Información sobre la gestión de derechos tienen su origen en los tratados WCT (art. 11) y
WPPT (art. 18).
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Véase la correspondiente definición en el art. 85 de la Ley 17.336.
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Por último, se establece la obligación de los ISP´s de comunicar por escrito y
detalladamente a sus usuarios los avisos de supuestas infracciones que reciban de parte de
algún titular de derechos autorales que resida en Chile dentro de los 5 días hábiles
siguientes a la recepción del aviso (art. 85 U).
Naturalmente el foco de la reforma estuvo puesto en las tres materias principales que ya
hemos tratado. Más allá se han modificado ciertas normas en forma aislada. Nos deseamos
referir a continuación, en forma abreviada a los principales de estos cambios,
enumerándolos simplemente:
Por último, se ha procedido a modificar algunas normas propias de las entidades de gestión
colectiva:
Se establece un procedimiento de fijación de tarifas alternativas o especiales
respecto de asociaciones de usuarios (art. 100, inc. 4°)
Se implementa un procedimiento de mediación obligatoria en caso de haber
desacuerdo en la fijación de tarifas con asociaciones de usuarios que cuenten con
personalidad jurídica (art. 100 bis).
Para estos efectos, la ley define la mediación como un “procedimiento no
adversarial y tendrá por objeto propender a que, mediante la comunicación directa
entre las partes y con intervención de un mediador, éstas lleguen a una solución
extrajudicial de la controversia.”
En caso de fallar la mediación anterior, la controversia será sometida a arbitraje, a
requerimiento de cualquiera de las partes. El procedimiento arbitral se regula en el
artículo 100 ter.
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ya ha implementado el proceso de selección y la publicación del Registro de Mediadores y
Árbitros de Propiedad Intelectual17
IV. Conclusiones
Esta reforma ha demostrado que pese a haber estado muchas veces muy polarizada la
discusión legislativa, se ha logrado un equilibrio en el conflicto de intereses entre titulares y
usuarios de derechos de propiedad intelectual que puede calificarse como justo.
En efecto, los autores y creadores necesitan y merecen una adecuada protección a sus
derechos, para que, por un tiempo determinado obtengan frutos económicos derivados de la
explotación y difusión de sus creaciones, lo cual se logró mediante el capítulo de la
observancia de la propiedad intelectual. Por su parte, la sociedad ha obtenido un resguardo
de los derechos de acceso al conocimiento y a la cultura, a través de un considerable
mejoramiento de las excepciones y limitaciones que existían previo a la modificación.
Más allá de las discusiones en torno a qué materia regular y cual no, o qué tan riguroso
debe ser nuestro ordenamiento en la preservación de los derechos intelectuales se puede
constatar que esta reforma constituye uno de los logros legislativos más prometedores de
los últimos años en materia de propiedad intelectual.-
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Mayores antecedentes pueden consultarse en el sitio web del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes,
siguiendo el link sobre el tema:
http://www.consejodelacultura.cl/portal/index.php?page=seccion&seccion=1582
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Bibliografía
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