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Universidad del Norte

Pregrado en Filosofia y Humanidades


(Pre) seminario de Filosofia: Nietzsche, F. (1994). Crepúsculo de los ídolos o
Cómo se filosofa a martillazos (A. Sánchez Pascual, Trad.). Madrid: Alianza.
Profesor: Leonardo Verano Gamboa
Relator: Jose Manuel Garcia Lara

EL PROBLEMA DE SOCRATES

Para comenzar repasemos algunas claves citas que nos dan una idea general de la postura
de Nietzsche ("Siempre y en todas partes han sabido de su boca el mismo tono, un tono
lleno de dudas, de melancolía, lleno de cansancio de la vida" (Nietzsche, 1994, p.10). "ese
consenso sapientium (consenso de los sabios) (...) prueba antes bien que ellos mismos
coinciden fisiológicamente en algo para adoptar, para tener que adoptar una misma
actitud negativa frente a la vida" Nietzsche, F. (1994). Como vemos, Nietzsche tiene una
visión muy crítica de los grandes filósofos griegos como Sócrates, a los que considera
representantes de la decadencia y el pesimismo, no de la sabiduría; Según Nietzsche, los
grandes filósofos griegos como Sócrates expresaban en sus doctrinas un pesimismo frente
a la vida que denotaba decadencia, no verdadera sabiduría. Esto se evidencia en el "tono
lleno de dudas" y "cansancio" que Nietzsche detecta en sus discursos.

Es decir, Nietzsche vio que estos pensadores tenían una actitud vital negativa, un rechazo
de la vida, que reflejaba cuestiones fisiológicas y psicológicas más profundas. Su
pesimismo no cirugía de una reflexión serena, sino de un estado enfermizo interiorizado.

Por ejemplo, podemos comparar la actitud de Sócrates con la de un artista consumido por
la melancolía y el autosabotaje. En lugar de aprovechar su creatividad para producir obras
vibrantes, el artista se paraliza con dudas, se autocrítica despiadadamente y acaba
rindiéndose a la apatía. Así interpreta Nietzsche la postura vital de Sócrates: como un
síntoma de decadencia paralizante en lugar de una muestra de fortaleza y sabiduría
creativa.
Creía que la filosofía griega clásica derivaba hacia el pesimismo vital por un egotismo
interno de sus exponentes, no por razones estrictamente intelectuales. Esto invalidaba su
supuesta "sabiduría".

Nietzsche ve en Sócrates a un hombre feo, plebeyo, que incluso podría ser considerado un
"criminal típico" debido a su apariencia monstruosa ya los "vicios y apetitos malos" que
ocultaba. Lo describe como un caso de "desenfreno y anarquía de los instintos", lo cual
era una muestra de decadencia. (“la fealdad, en sí una obsesión, es entre los griegos casi
una refutación (...) “monstrum in fronte, monstrum in animo (monstruo de aspecto,
monstruo de alma)" Nietzsche, F. (1994). Nietzsche hacía una descripción muy negativa de
Sócrates, presentándolo como un hombre feo y decadente que ocultaba vicios e instintos
descontrolados, lo consideraba un "monstruo" tanto en apariencia como en espíritu, que
iba en contra del ideal griego de belleza armónica.

Incluso insinuaba que Sócrates y otros filósofos de su época ya no tenían "firmes las
piernas", es decir, que su debilidad física y agotamiento vital se reflejaba en sus doctrinas
pesimistas. Estaban enfermos y sus filosofías eran síntomas de esa decadencia.

Podemos comparar la descripción que hace Nietzsche de Sócrates con la visión negativa
que tuvo Nabokov del personaje Quilty en su novela "Lolita". Quilty es presentado como
un degenerado y pedófilo, con una apariencia patética pero que enmascara una mente
retorcida. Del mismo modo, Nietzsche retrataba a Sócrates como un decadente oculto
tras una máscara de sabiduría. Ambos eran vistos como "monstruos" que amenazaban los
valores sociales tradicionales.

Esta visión de Sócrates nos lleva a la idea central de Nietzsche en este texto sobre la
dialéctica socrática. La conocida ecuación socrática "razón = virtud = felicidad",
calificándola de extravagante y contraria a los instintos. Así mismo Considera que con
Sócrates se impuso el gusto por la dialéctica.
"Con Sócrates el gusto griego da un cambio a favor de la dialéctica (...) La dialéctica solo
puede ser un recurso obligado, en manos de quienes no tienen ya otras armas" (Nietzsche,
1994). Lo cual implicaba que la plebe se situaba por encima de la aristocracia. Para
Nietzsche, Sócrates impuso la dialéctica como un arma de la plebe contra la aristocracia
griega. Podemos decir que Nietzsche ve en Sócrates al gran "propagandista" del
racionalismo en la Grecia clásica. Difundió la noción ilusoria de que la razón bastaba para
alcanzar la virtud y la felicidad, restándole peso a los aspectos irracionales de la existencia
humana.

Es como si hoy veneráramos a algún "influencer" que promueve incansablemente la idea


de que la riqueza y el éxito se logran solo con una mentalidad racional, disciplinada y
calculadora. Nietzsche objetaría que esa visión oculta la multidimensionalidad instintiva
del espíritu humano.
"Antes de Sócrates la gente en la buena sociedad repudiaba los modales dialécticos, eran
considerados como malos modales” (Nietzsche, 1994). Esto porque la dialéctica racional
permitía que la plebe cuestionara los privilegios aristocráticos apelando a la razón, cuando
antes la plebe tenía que aceptar sumisamente ese orden social según las costumbres
griegas, los obreros y las clases bajas utilizaron ideas igualitarias y racionalistas de la
Ilustración para desafiar el poder absolutista de reyes y nobles. Conceptos como derechos
humanos, contrato social o soberanía popular fueron "armas dialécticas" que minaron las
bases irracionales del Antiguo Régimen. Nietzsche plantea que Sócrates, al ser un
"oprimido", utilizaba la dialéctica como un instrumento de tiranía y venganza contra los
aristócratas. Asimismo, indica que Sócrates atrajo a los jóvenes atenienses al introducir
una "nueva forma de lucha" que despertaba su instinto agonal.
De manera análoga, Nietzsche interpreta que Sócrates, al abanderar el racionalismo y la
dialéctica, proveyó a la plebe griega de un "arma" efectiva para debilitar la autoridad
tradicional de la nobleza guerrera. La razón se erigió como un nuevo criterio para juzgar
las costumbres y cuestionar jerarquías establecidas. Así es como Nietzsche entendía el
impacto revolucionario de la filosofía socrática en la Grecia antigua.

Ahora bien, ¿por qué surgía esta necesidad de imponer la razón según Nietzsche? Aquí
entra su idea de que en la Grecia de Sócrates había una decadencia generalizada, un
descontrol de los instintos. "Cuando se tiene necesidad de hacer de la razón un tirano,
como hizo Sócrates, por fuerza se da un peligro no pequeño" Nietzsche, F. (1994). Imponer
de repente medidas disciplinarias, prohibiendo toda conducta espontánea e imponiendo
un rígido control. Es probable que así se generen más problemas que soluciones, pues
reprimir excesivamente los instintos vitales tiende a producir frustración, hipocresía y
resentimiento
"vieron lo que había detrás de sus aristócratas atenienses, comprendieron que su caso, la
idiosincrasia de su caso, no era ya un caso excepcional" Nietzsche, F. (1994).
El filósofo alemán sostiene que Sócrates comprendió que su caso de decadencia no era
excepcional, sino que se extendía por toda Atenas. “Vieron lo que había detrás de sus
aristócratas atenienses, comprendieron que su caso, la idiosincrasia de su caso, no era ya
un caso excepcional" Nietzsche, F. (1994). Por ello, se presentó como un "médico" y
"salvador" que ofrecía la racionalidad como remedio contra los instintos desbocados.
Sócrates ofrecía la racionalidad como “supuesta cura”, como un tirano que somete los
instintos.
Pero Nietzsche objeta que esta fe de Sócrates en la razón no era más que una ilusión "El
salir está fuera de su fuerza: lo que ellos escogen como remedio, como salvación, no es a
su vez más que la expresión de su decadencia" Nietzsche, F. (1994). La moral racional de
Sócrates y Platón no podía curar realmente la decadencia griega, sino que era solo una
expresión más de ella.
"razón = virtud = felicidad (...) tiene en contra suya, es especial, todos los instintos del heleno antiguo"
Nietzsche, F. (1994).

Para ilustrarlo, imaginamos una sociedad donde la delincuencia y la corrupción están


descontroladas. Entonces los líderes proponen leyes y códigos éticos muy estrictos para
controlar la situación. Pero si no resuelven las causas profundas de los problemas, estas
medidas racionales serán insuficientes.
“Por ello, se presentó como un "médico" y "salvador" que ofrecía la racionalidad como remedio
contra los instintos desbocados. Nietzsche, F. (1994).

No obstante, Nietzsche considera otro error en la fe de Sócrates en la racionalidad a


cualquier precio, Afirma que "tener que combatir los instintos "esa es la fórmula de la
decadencia, mientras que "la vida asciende" cuando hay "felicidad igual a instinto".
Nietzsche, F. (1994). Es decir, para Nietzsche la supresión socrática de los impulsos vitales
bajo el control de la razón no puede ser el camino hacia la excelencia, sino hacia el
agotamiento y la enfermedad. Para Nietzsche Todos Los Antiguos Pensadores en su
concepción sobre el cuerpo tenían algo en común, un recelo así el mismo << cuerpo>>.
Para ellos el << soma>> pertenecía a un nivel inferior al conocimiento de ser y de vida
respecto al <<Logos>> La Realidad es la vida, y a filosofía no puede distanciarse de la vida ,
no puede ser solo una abstracción fría, teórica, que se centre en conceptos y nociones que
le den la espalda a la vida, sino que el pensamiento tiene que intentar comprender la vida
desde Adentro(lo mismo con la filosofía) viviéndola desde el cuerpo, para Nietzsche no
estamos hechos de un cuerpo, somos cuerpo.
Nietzsche nos da el ejemplo del artista, reprimir el ímpetu creativo de un artista
obligándolo a ser absolutamente "racional" y "virtuoso" en su vida probablemente no
hará de él un mejor creador, sino un ser estéril y frustrado. La grandeza requiere cultivar
audazmente la energía instintiva, no castrarla bajo la cortapisa racional.
Todo esto lo Afirma Nietzsche en su capítulo siguiente << La Razón en la Filosofia>> pero
siento que es importante para entender que pensaba y opinaba Nietzsche sobre socrates
y sus predecesores.
Dice, entonces si se le da más importancia con cierto recelo sea por motivos filosóficos o
teológicos a la parte racional y se ha intentado reducir por el contrario el espacio animal,
la parte instintiva, <<la sensibilidad>>.Como un engaño que no nos permite observar el
ser porque estos mostraban <<pluralidad y modificación>>, sea ya que ellos consideraban
el ser como <<unidad e inalterable>>. Es algo injusto con los sentidos. Los sentidos no
mienten ni del modo en que creían los eleatas, ni del modo que creía Heráclito - no
mienten de ninguna manera, lo que nosotros hacemos de su testimonio es lo que
introduce la mentira. <<La Razón>> es la causa de que nosotros falseemos nuestros
sentidos. Mostrando el devenir, el perecer, el cambio. Los sentidos no mienten. Por eso
habla de un <<giro>> porque Nietzsche precisamente, nos invita a girar la mirada hacia
adentro, hacia nuestro interior y por consecuencia demuestra cuán importante es
estudiar del cuerpo.
De esta manera interpreta Nietzsche a Sócrates: como alguien que ofrece la razón como
solución superficial ante males más hondos, sin poder curar realmente la decadencia
interna. Sócrates solo podría cambiar un síntoma externo. Es decir, la exaltación socrática
de la racionalidad podía modificar algunas conductas externas censurables, imponiendo
mayor reflexión y autocontrol. Pero no podía curar el agotamiento instintivo y la pérdida
de vitalidad que aquejaban internamente a los griegos.
Se podría comparar con una persona que tiene sobrepeso y decide hacer dieta y ejercicio,
pero no mejora sus hábitos de sueño ni reduce su estrés crónico. Adelgazará y ganará
condición física, pero no fortalecerá realmente sus defensas y salud internas. Del mismo
modo, Nietzsche veía el énfasis de Sócrates en la razón como un "síntoma" más de
decadencia, no como una solución sustancial. Sólo cambiaba la superficie.
Se necesitaba una cura mucho más radical y “viva”, una transformación completa de la
psicología y los instintos para resolver esa decadencia desde la raíz. No bastaba con
racionalizar un poco más la conducta y la ética.

Se requería encender nuevamente la vitalidad instintiva, la fuerza dionisíaca, la afirmativa


embriaguez de la vida, que había sido reprimida y sofocada por el énfasis excesivo en la
razón, la moralidad y el autocontrol. Nietzsche abogaba por un renacimiento vital más
integral, no por más racionalismo débil y enfermizo.
Al final de la vida, Nietzsche se pregunta si Sócrates pudo darse cuenta de que él mismo
estaba igual de enfermo que los griegos a los que pretendía "curar" con su énfasis en la
razón.
Quizás Sócrates entrevió al final que su exaltación de la racionalidad no provenía de una
fortaleza y lucidez superiores, sino de una debilidad interna, de una incapacidad para
integrar instintos más vitales y dionisíacos que él mismo había reprimido.
Podemos especular que en sus últimos días Sócrates vislumbró que no era realmente un
"médico" de la cultura griega, sino simplemente otro "enfermo" más, otro decadente que
buscaba controlar compulsivamente la vida mediante la razón porque no podía afirmarla
en su torrente indomable.
Quizás comprendió que su "tratamiento" racional no fortalecería realmente a los griegos,
porque partía del mismo agotamiento vital y desconfianza en los instintos que él padecía.
Si acaso, sólo lograría racionalizar y endulzar la decadencia, no superarla genuinely.

Nietzsche apunta que Sócrates pudo finalmente reconocer que su supuesta "cura" era
también parte integral de su enfermedad. “Sócrates comprendió al final de su vida que él
mismo había estado enfermo durante mucho tiempo y que no era realmente un médico,
sino otro enfermo más”. Nietzsche, F. (1994).

CITAS Y BIBLIOGRAFÍA

Nietzsche, F. (1994). Crepúsculo de los ídolos o Cómo se filosofa a martillazos (A. Sánchez
Pascual, Trad.). Madrid: Alianza.

Ideas principales y citas relevantes.

1. Crítica al pesimismo de los grandes filósofos griegos sobre la vida. Nietzsche considera que su
pesimismo no demuestra sabiduría sino decadencia fisiológica:

"Siempre y en todas partes han sabido de su boca el mismo tono, un tono lleno de dudas, de
melancolía, lleno de cansancio de la vida" (Cap. 1).

"ese consenso sapientium (consenso de los sabios) (...) prueba antes bien que ellos mismos
coinciden fisiológicamente en algo para adoptar, para tener que adoptar una misma actitud
negativa frente a la vida" (Cap. 1).

2. Fealdad de Sócrates como signo de degeneración. Es un "monstruo" que encarna los vicios en
oposición a los ideales griegos:

"la fealdad, en sí una obsesión, es entre los griegos casi una refutación (...) monstrum in fronte,
monstrum in animo (monstruo de aspecto, monstruo de alma)" (Cap. 3).

"Habría que examinarlos de cerca primero, acaso es que ninguno de ellos se sostenía ya firme
sobre sus piernas, acaso es que eran hombres tardíos, que se tambaleaban, decadentes" (Cap. 1).

3. La dialéctica socrática como instrumento de la plebe para imponerse sobre la aristocracia


griega:
"Con Sócrates el gusto griego da un cambio a favor de la dialéctica (...) La dialéctica solo puede ser
un recurso obligado, en manos de quienes no tienen ya otras armas" (Cap. 5-6).

"Antes de Sócrates la gente en la buena sociedad repudiaba los modales dialécticos, eran
considerados como malos modales" (Cap. 5).

4. La racionalidad socrática como respuesta enfermiza e ilusoria ante el descontrol de los instintos
en la decadencia griega:

"Cuando se tiene necesidad de hacer de la razón un tirano, como hizo Sócrates, por fuerza se da
un peligro no pequeño" (Cap. 10).

"vieron lo que había detrás de sus aristócratas atenienses, comprendieron que su caso, la
idiosincrasia de su caso, no era ya un caso excepcional" (Cap. 9).

5. Crítica a la moral racional de Sócrates y Platón como remedio ilusorio contra la decadencia:

"El salir está fuera de su fuerza: lo que ellos escogen como remedio, como salvación, no es a su vez
más que la expresión de su decadencia" (Cap. 11).

"razón = virtud = felicidad (...) tiene en contra suya, es especial, todos los instintos del heleno
antiguo" (Cap. 4).

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