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Concepto.
Tomando como base la institución de acuerdo con nuestra ley, podría definirse el
llamamiento a conciliación, como la etapa del proceso de trabajo por medio del
cual el juez, una vez fijados los hechos sobre los cuales versará el debate, procura
el avenimiento de las partes proponiéndoles una fórmula ecuánime de arreglo,
que puede culminar eventualmente en un convenio que ponga fin al juicio.
Esta institución de cepa germánica, y poco usada por los romanos debido al
criterio strictu juris que los gobernaba, ha venido adquiriendo importancia incluso
en el proceso civil. Sin embargo, puede afirmarse sin temor a equivocarse que el
instituto de la conciliación es típico del proceso de trabajo, si no por su
exclusividad, sí por la importancia que reviste y por los fecundos frutos que a
diario produce.
Cualquiera que sea la posición que se adopte, en lo que los autores están de
acuerdo es que la misma consiste en un acuerdo de voluntades de quienes son
parte de un conflicto y mas concretamente de un proceso, por medio de la cual
acuerdan arreglar sus diferencias, para evitarse molestias, gastos y sobre todo una
sentencia desfavorable para cualquiera de las partes; debiéndose tener presente
que la conciliación no constituye un reconocimiento de pretensiones, pues de lo
contrario sería allanamiento no es un reconocimiento de los hechos, porque
entonces sería una confesión, es una manifestación de voluntad por medio del
cual las partes se ponen de acuerdo y arreglan sus diferencias, evitando así una
sentencia que les puede ser desfavorable.
Punto muy álgido es este que tiene por objeto determinar la naturaleza de la
conciliación en materia laboral. En este sentido surgen las siguientes
interrogantes: ¿la conciliación es un acuerdo idéntico a la transacción? ¿es más
restringida ésta que aquella? ¿pueden renunciarse o disminuirse derechos por
parte de los trabajadores en la conciliación?
Caracteres de la conciliación.
1. Es, por una parte, una etapa obligatoria en el juicio ordinario de trabajo
(aspecto procesal);
2. La preexistencia de una o varias prensiones de derecho promovidas a
través de la acción o derecho de defensa (litigio);
3. Por otro lado, puede culminar eventualmente en un convenio o acuerdo
(aspecto sustantivo, contractual)
4. Aun cuando obligatoriamente debe proponerse en la primera
comparecencia, la facultad del juez o de cualquiera de las partes para
solicitar un llamamiento a conciliación no precluye hasta antes de dictarse
sentencia.
5. La actitud limitada del trabajador, ya que la ley no le permite renunciar,
disminuir, ni tergiversar los derechos que le otorga la Constitución Política
de la República, el código de Trabajo y otras leyes laborales
6. En el convenio, al contrario de lo que sucede en la transacción, puede darse
el caso, de que solo la parte patronal otorgue concesiones.
7. En caso de incumplimiento el convenio constituye título ejecutivo; y
8. La conciliación es una institución viva y de fecundos resultados en el
proceso de trabajo, a diferencia de lo que ocurre con la institución en
nuestro proceso civil.
Oportunidad de la conciliación
Como se dijo al principio, la etapa del llamamiento a conciliación es obligatorio en
la primera audiencia, una vez que se haya contestado la demanda (o la
reconvención en su caso), es decir, cuando han quedado fijados los hechos sobre
los cuales versará la discusión.
Estimo que la solución adoptada por el código guatemalteco es feliz, toda vez que
no es sino hasta después de contestada la demanda, de interpuestas las
excepciones y la reconvención en su caso, que tanto el juez como las partes están
en posibilidad de formarse una idea clara del asunto con sus circunstancias y
alcances peculares, pudiendo en consecuencia hasta ese momento proponer
fórmulas de arreglo equitativas y ajustadas a la realidad del caso. A esta ventaja
cabe agregar, que una contestación afirmativa impide entrar a la conciliación,
puesto que las pretensiones del actor se han trocado en derechos reconocidos.
Sin embargo, del hecho que el artículo 340 del código señale un momento especial
para entrar a la conciliación, no debe colegirse que solamente ésta es la única
ocasión para hacerlo. Ya se mencionó que la facultad del juez o de las partes para
promover el avenimiento no precluye mientras no exista sentencia definitiva, y
que, en consecuencia, durante toda la sustanciación del juicio podrá celebrarse. Es
más, el principio tutelar aconseja al magistrado a que recurra a juntas
conciliatorias en cualquier momento del juicio, cuando la situación jurídica del
trabajador sea precaria, aunque justa en el fondo de sus reclamaciones.
Clases de conciliación
La conciliación de acuerdo con el artículo 341 del código de trabajo puede ser:
total y parcial.
Tal y como se dejó asentado la conciliación es una etapa procesal obligatoria del
procedimiento ordinario laboral, la cual nuestro código de trabajo la sitúa después
de contestada la demanda o la reconvención en su caso, al establecer en su
artículo 340 “contestada la demanda y la reconvención, el juez procurará avenir a las
partes, proponiéndoles formulas ecuánimes de conciliación y aprobará en el acto
cualquier fórmula de arreglo en que convinieren, siempre que no se contraríen las
leyes, reglamentos y disposiciones aplicables”