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El documento narra las aventuras de cinco niños judíos - Benny, Grant, Liam, Rocky y Chandler - que inventan un dispositivo para ayudar a contrabandistas sicilianos. A cambio, los niños reciben dinero y protección de su enemigo Packowski. Más tarde, Packowski ataca a Rocky cuando está solo y parece que intenta abusar sexualmente de él. El destino de Rocky se deja en suspenso.
El documento narra las aventuras de cinco niños judíos - Benny, Grant, Liam, Rocky y Chandler - que inventan un dispositivo para ayudar a contrabandistas sicilianos. A cambio, los niños reciben dinero y protección de su enemigo Packowski. Más tarde, Packowski ataca a Rocky cuando está solo y parece que intenta abusar sexualmente de él. El destino de Rocky se deja en suspenso.
El documento narra las aventuras de cinco niños judíos - Benny, Grant, Liam, Rocky y Chandler - que inventan un dispositivo para ayudar a contrabandistas sicilianos. A cambio, los niños reciben dinero y protección de su enemigo Packowski. Más tarde, Packowski ataca a Rocky cuando está solo y parece que intenta abusar sexualmente de él. El destino de Rocky se deja en suspenso.
barrio judío estaba arribando al lugar donde llegaban las mercaderías traídas desde Europa. Vio que sus subordinados estaban charlando con cinco críos.
—¡Eh, estos chicos quieren vendernos una idea! —
dijo uno de los sicarios que estaba riendo con otros compañeros.
El jefe avanzó y se dio cuenta de algunas miradas
de extrema confianza por parte de los críos.
—Esto que les vamos a ofrecer es lo que necesitan,
Capo Al —le decía Rocky que estaba sobre un banco para igualar la altura.
—¿Y qué pueden ofrecerme —bajó al niño del banco—
unos capullos como ustedes?
—Algo que solucionará sus problemas con la aduana
de la frontera con Canadá —decía Chandler con mucha seguridad.
—¿Y qué quieren a cambio? —preguntó con sarcasmo.
—Solo queremos el puesto de Packowski —Grant fue
directo.
El jefe se miró con toda su gente y se echaron a
reír por el atrevimiento que tenían esos chicos para ir y ofrecer su idea a cambio de algo que no era común en personas tan jóvenes.
—Si quiere nos llevamos el invento a otro lado —
fue lo que dijo Benny. Chandler tomó el pequeño saco donde tenían aquel invento y espero que los demás procedieran a salir de esa parte de esa fábrica que servía de cubierta.
—E-Esperen, esperen un minuto —dijo uno de los
sicarios.
—Sí, esperen —miró a su jefe—. Deberíamos
escucharlos.
Los miró con algo de molestia e hizo un ademán
para que los chicos no se fueran aún.
Benny sonrió con Chandler y los demás bajaron
detrás de ellos para mostrar su invento.
—Cada vez que quieren traer algo de Canadá,
usualmente tienen que tirarlo y eso es una pérdida de la que tienen que aceptar —decía Chandler con un tono sabiondo.
—¿Y si le dijéramos que ya no tendrían que hacer
eso? —Benny se mostraba muy confiado.
—Deben tener un submarino en esa parte de la
frontera —expresó el jefe.
—Algo mejor —dijo Grant.
—Tenemos Sal —sentenció Liam.
Eso dejó confundidos a los italianos, no
comprendían a lo que se referían, pero Benny traía la muestra de su invento.
Vieron un depósito con agua en forma cilíndrica y
quitaron su cubierta. Chandler sacó del saco pequeño una pequeña esfera que tenía la forma de esas que delimitan, una pequeña caja y un pequeñísimo saco con sal que estaban atados consecutivamente. Chandler lo lanzó al agua de ese cilindro y se hundió del todo esa pequeña muestra.
—¿Y ahora qué? —el jefe se notaba algo curioso.
—Solo hay que esperar… —fue lo que dijo Rocky.
II
Eran cerca de las cinco de la mañana, los chicos
estaban en dos botes en medio de la frontera. Llevaban esperando unos buenos minutos. Habían navegado allí después de que los italianos lanzaran la mercancía al agua con las esferas y los sacos de sal.
Benny estaba esperando que la niebla no se
disperse y que el cálculo que hizo con Chandler sea certero.
—Ten paciencia.
Grant calmaba a su amigo, pocas veces lo había
notado tan impaciente. Rocky le dio un leve golpe para que no se impacientara, el niño era puro entusiasmo.
—Ten fe, mis cálculos no pueden salir mal —lo
decía Chandler en el otro bote que compartía con Liam.
Hace días que ya estaban en la ciudad, pero
recientemente Packowski se enteró de su arribo y es por eso que debían actuar cuanto antes.
Benny se quedó con las ganas de visitar a Carol,
quería saber si estaba bien, pero antes de ello necesitaba asegurarse un sitio seguro en su ciudad y en el mundo de las pandillas.
Preguntó a Flip por ella, él le dijo que su
sobrina pasaba casi todo su tiempo en casa por cuestiones de estudio. Le dejó en claro que a ella le estaría yendo muy bien y sin necesidad de tenerlo a él a su lado. Eso le dolió un poco al castaño, pero no podía creerle al cien por ciento al viejo, solo debía esperar para hablar cara a cara con ella.
—¡Miren! —expresó con felicidad el más pequeño.
Una, dos, cuatro, seis, doce, quince y más esferas
salieron a flote en esa parte del agua que separaba a dos naciones y la vida de pobreza de ellos.
—¡Hurra! —decía Grant en voz baja.
Rocky abrazaba a Benny con mucha exultación, de la
misma manera Chandler y Liam. El pelirrojo no podía creer que sus cálculos hayan funcionado con mucha certeza.
Empezaron a subir las cajas más cercanas a sus
botes.
—¡Sí, sí, seremos los mejores! —al decir aquello
cayó al agua.
Todos estaban riendo, pero pasaban los segundos y
no se elevaba a la superficie. Liam se notaba asustado y se lanzó al agua para buscarlo.
—¡Chand, Chand! —lo llamaba con desespero.
Mientras se zambullía por toda una pequeña área,
Chandler ya había subido al bote con una sonrisa burlona y espero a que Liam se diera cuenta de su engaño.
—¿Qué harías tú sin mí? —le dijo mirándolo al
rostro. Sin pensarlo, Liam le escupió el agua que tragó a su rostro. Todo era risas en ese momento.
III
Los cinco estaban caminando con rumbo a la
estación de trenes. Se les podía ver bien vestidos de pies a cabeza con sombrero, saco, camisa, corbata, pantalones y zapatos bien lustrados. Eran todos unos gánsteres.
El invento fue algo que dejó atrás las pérdidas y
elevó muchísimo más las ganancias en contrabando. Por aquella osadía les dieron de recompensa unos diez mil dólares, eso era mejor que el puesto de Packowski. Les dijeron que más adelante les darían pequeños trabajos.
Los chicos antes de llegar a la estación, habían
adquirido un maletín donde guardaron el dinero, pero eso solo era lo primero. Los casilleros de la estación de trenes… esa sería el verdadero escondite del dinero.
Grant, Benny, Liam, Rocky y Chandler entraron a
una oficina para tramitar y adquirir uno de los tantos casilleros de ese lugar. Los casilleros estaban al lado de esa oficina la cual no daba acceso sin pasar por allí, pero se podía salir por una puerta de emergencia después de ver el casillero.
Grant abrió el casillero y se cercioró de que no
hubiera fallas en eso. Se percató que algunas personas se les quedaron viendo al entrar. Nadie podía pensar bien al ver a unos chicos judíos con una maleta y vestidos de manera adulta. Chandler dejaría la maleta sobre una pequeña mesa y tomaría la palabra.
—Muy bien, chicos —miró a los ojos a todos—. Aquí
colocaremos la mitad de nuestras ganancias. Esto es de todos y a la vez de nadie —Grant le alcanzó la llave—. Se la daremos a Flip, él no sabrá de que es, pero nos hará el favor de guardarla. Solo nos dará la llave si estamos los cinco reunidos — los miró con seriedad—. ¿Entendido? —puso su mano sobre la maleta.
—¡Entendido! —replicó Rocky.
—¡Entendido! —le siguió Benny.
—Entendido —expresó con tranquilidad el mayor.
Liam estaba pensando, Chandler lo miraba con
seriedad y luego con una sonrisa.
—Entendido —Liam fue el último en cerrar el trato
con alegría.
Todos pudieron notar al pequeño muy impaciente y
ansioso. Chandler sabía que quería ver el dinero. Le abrió la maleta y el niño tomó dos fajos, no dejaba de asombrarse.
El sonido de alguien pasando por allí alertó a
Grant para cerrar la maleta. La guardaron con cautela y se fueron de allí con tranquilidad.
Mientras caminaban, Liam empezó a tocar su canción
de siempre, pero con una flauta de pan que adquirió en el barrio chino y donde conoció a una linda chica, la cual se lo vendió con dificultad porque él no dejaba de estar encantado con su hermosura y poca atención el chico daba a sus palabras.
Las personas pudieron apreciar a unos chicos
caminar y uno que otro saltando de alegría, también se apreciaba el río fronterizo con Canadá. Era como ver un cuadro, cinco chicos y de fondo edificios y agua. Se podía ver que la alegría desbordaba en ellos porque ya no debían esconderse de Packowski, los jefes sicilianos le advirtieron que no debía hacerles nada a ellos.
Packowski observaba a los chicos de lejos, no
podía permitir que esos chicos le hicieran perder su puesto y dejaran en ridículo. Tendría que esperar para acabar uno por uno.
IV
Rocky estaba en el pequeño departamento empacando
algunas cosas porque en unos días se mudarían a un mejor lugar. No estaba de acuerdo con eso, pero sus amigos lo decidieron en mayoría. Pensaba que, con cada movimiento de lugar, posiblemente su familia tuviera dificultad para encontrarlo cuando volvieran.
Benny había ido a tratar de ver a Carol, Grant
necesitaba caminar para reflexionar sobre Di Martino y Becky, Chandler quiso pasar ese día con su madre y Liam fue al teatro chino para ver a la chica llamada Stella Zhau que trabajaba allí también.
La noche estaba demasiado a la penumbra, ni las
estrellas ni la Luna podían ser apreciadas al mirar el cielo. Eso fue aprovechado por Packowski.
—¿Benny? —avanzaba a la puerta que daba a una
habitación contigua— ¿Grant? ¿Liam?
Un ruido proveniente de la cocina lo alertó, y
cuando llegó a la puerta, detrás de él salió Packowski y lo tomó a la fuerza. Le tapó la boca y se lo llevó a la cama de su habitación para ahorcarlo y dejar allí el cuerpo.
Rocky no era fuerte y es por eso que llevaba una
navaja. Logró clavársela en parte de su pierna, aprovechó eso para poder escapar. Packowski estaba hecho una furia y tomó con fuerza por los cabellos al chico y lo lanzó con fuerza a la pared.
—Les ofrecí un puesto conmigo, ¿así me pagan? —lo
decía muy furioso y con su mente fuera de sí.
El pequeño no entendía nada, solo quería irse de
allí y buscar a Liam o a cualquiera de sus amigos. Su exjefe lo tomó con fuerza y lo lanzó a la cama.
—¿Sabes que fui a prisión de joven? ¿Sabes lo que
sucede en prisión si eres un débil? No lo sabes, y es por eso que te enseñaré lo que significa ser el débil del grupo —el hombre comenzó a quitarle los pantalones con fuerza al niño.
Rocky no quería que el tipo lo desvistiera, no
quería que el tipo se bajara los pantalones, no quería que el tipo lo amordazara con un calcetín, no quería que ese tipo le hiciera aquello que lo dejaría vulnerable… solo quería reunirse con su familia, ver a sus padres y hermano.
Grant subió rápido y no pudo pasar de largo las
miradas de espanto por parte de algunos vecinos.
Al entrar, vio a Whitney al lado del pequeño Rocky
porque lo estaba consolando. No entendía aquello, pero pudo notar muchas lágrimas por parte de la rubia al tener en brazos a su pequeño amigo.
El panorama al mirar detenidamente era algo
espantoso, pareciera que una bestia hubiera hecho de las suyas en ese reducido espacio.
Benny y Chandler llegaron porque unos conocidos
les dijeron que sucedió algo en el departamento. Liam entró al mismo tiempo que ellos porque regresaba de estar con los chinos. Hicieron que todos se fueran de allí, no querían que nadie dijera una palabra de lo que sucedía. Los vecinos les hicieron caso, no era desconocido que ellos estaban metidos con la mafia italiana.
—¿Qué pasó? —fue la pregunta de Liam a su primer
mejor amigo.
El pequeño se acurrucó en el pecho de la rubia, no
quería mirar a sus amigos, se sentía destrozado y asqueroso.
—Rocky, ¿qué te pasó? —se acercó más.
—Liam, no lo presiones —respondió Whitney.
—Tranquilo, necesitamos tranquilizarnos —expresó
Chandler sin expresión alguna.
Benny y Grant no decían nada porque escucharon a
unas personas hablar sobre haber visto a Packowski. Se notaba que la expresión de Benny cambiaba a una de ira.
—¡No es posible que no hables! ¡¿Has visto todo el
lugar?! ¡Packowski ha estado aquí! ¡Dinos qué es lo que pasó! —Liam hablaba con una cólera enorme.
—¡Cállate! ¿No ves que lo haces llorar y asustas
más? —dijo la rubia con mucha molestia y con intenciones de proteger al pequeño.
—¿Cree que si llora más va a solucionar esto? ¡No
podemos ayudarlo si no habla! —miró a su Rocky—. ¡Tus padres no querrían ayudar a un niño llorón como tú, por eso te abandonaron! ¡Habla, maldición!
Whitney le dio una bofetada cuando Liam dio por
concluidas aquellas palabras. Todos se asombraron por esa respuesta de la rubia. Benny quería intervenir, pero Grant lo detuvo. —¡Idiota! ¡Es un niño! ¡¿Sabes lo que le hicieron?! ¡¿Tienes la mínima idea de lo que le sucedió?! —lo decía con un rostro de decepción.
Whitney se dirigió a Grant y le dijo que al
terminar con un cliente, escuchó un estruendo proveniente de su departamento, y que Packowski salió sonriendo con malicia. Y que ella al entrar vio todo hecho trizas, pero lo que más le impactó es ver a su amiguito desnudo, con signos de golpes y sangrando más debajo de su espalda.
No fue necesario ser directos para saber lo que le
habían hecho a su pequeño amigo. Todos no podían creer lo que esa bestia le hizo al más débil de ellos. Hace unos días eran los más felices… nada de eso debía pasar… tenían protección por parte de los jefes.
—Esto no se queda así —fue la respuesta de un
Benny asqueado, indignado y muy iracundo.
Grant y Chandler estaban pensando en tratar de que
su amigo se tranquilice porque se notaba que no pararía de llorar toda la noche.
Liam no dejaría pasar esto, mucho menos el chico
de rizos castaños. Pero Benny se mostraba muy iracundo de por sí.
VI
Al visitar la residencia de Carol, aprovechando
que nadie estaría, notó que la chica no estaba en su habitación.
—¿Ahora ya no tienes ni siquiera la decencia de
tocar o preguntar a los vecinos?
La rubia estaba detrás de Benny, sabía que él
entraría de todas formas, aunque ella no hubiese dado señales de querer verlo. —Carol…
—Benjamin Stein o Benny o pandillero, ¿cómo
quieres que te diga?
—¿Por qué me tratas así, Carol?
—Benny… ¿tienes la mínima idea de lo que haces? —
ella sabía que no le respondería—. Me gustabas mucho cuando tratabas de conseguir dinero, cuando actuabas en los parques, cuando me espiabas… no me importaba que seas pobre, pero… ahora las cosas son muy distintas.
—Yo… sigo siendo el mismo… mi amor hacia ti es el
mismo, ¿eso no importa? —le respondió con indignación.
La rubia le dio la espalda para avanzar hacia los
sofás de su pequeña sala de estar. Se sentó en uno y Benny en otro.
—Ben… no tienes por qué seguir ese camino… Ben,
deja eso, aún tienes elección —le extendió su mano.
—Pero… pero lo que he logrado… lo he logrado con
ellos… dejar eso es dejarlos a ellos —lo respondió con sinceridad.
Carol se paró frente a una pared y le dio la
espalda. Se notaba firme al realizar dicha acción.
—No se puede tener todo en la vida… no se puede
jugar a dos bandos en la vida… puedo esperar un tiempo, pero… algo me dice que no será para nada agradable la decisión que tomes —lo decía sin emoción alguna.
—¡No puedes ser extremista!
—¿Puedes hablar de eso cuando te has ido al extremo por conseguir dinero?
Benny miró al suelo y luego la miró a ella. Ella
esperaba que él la tomara de los hombros y la besara. Se levantó y se fue sin decir nada. Todavía había tiempo, no sería tanto, pero había algo de tiempo…
VII
Esa misma noche, Liam y Benny salieron de manera
silenciosa. Grant y Chandler estaban pensando en lo que iban a hacerle a Packowski cuando le contaran lo sucedido a los sicilianos.
Whitney no se despegaba del pequeño Rocky, ella
sabía lo que era estar en el lugar del niño, no por nada ella se había dedicado a esa vida, ella creía que al estar manchada ya no podría tener una vida normal.
Benny estaba muy iracundo por la decisión que le
imponía Carol, no quería escoger entre sus amigos o ella. No lo soportaría, pero al meterse en esto ya se sabía su respuesta.
Liam se estaba sintiendo como muy mal, no debió
haberle dicho eso a su mejor amigo. Solo quería saber exactamente lo que había sucedido para poder ayudarlo. Ya lo sabía y a eso iba, a tomar venganza por lo que le hicieron.
Ellos sabían que él solía esconderse en un bar
cerca a la frontera con Canadá. Pero al hacer hecho eso a Liam, no saldría fácilmente.
Se escondieron en un callejón donde había cajas
que los cubrían de cualquier transeúnte o policía que pasaba por allí al hacer su guardia.
—Ese malnacido debe pagar por lo que le hicieron.
—Claro que lo hará —expresó Benny un poco más sereno.
—Es un hijo de puta, no puede salir impune.
Solo esperaban tranquilos el que saliera de allí.
Pasaban las horas y no había señales de que quisiera abandonar ese lugar.
Grant y Chandler se habían quedado dormidos, pero
cierta sensación de que algo no andaba bien los despertó. Al notar que Benny y Liam no estaban, los buscaron por todo el centro de la ciudad.
Ya estaba amaneciendo, Liam se notaba un poco
somnoliento, pero Benny expresaba tristeza.
La puerta trasera del bar se escuchaba que se
estaba abriendo. Esa era la señal de que Packowski dejaba su escondite.
—¿Estás listo? —preguntó Benny.
—¡¿Es broma?! ¡Matemos a ese hijo de per… —cayó al
suelo adolorido.
Benny había tomado desde hace horas un trozo de
metal que estaba en el piso para golpear a Liam y evitar que haga algo de lo que se arrepienta.
Liam estaba adolorido en el piso, se arrastraba
para no perder de vista a Benny y tratar de ayudarlo para después golpearlo.
El chico de cabellos color naranja pudo solo ver
como su amigo se acercaba al agresor de su amigo y clavarle con una navaja en su estómago. Era más que obvio que el tipo no se dejaría, pero por la embriaguez no pudo hacer tanto y solo pudo tratar de ahorcar al chico por unos segundos porque caería al suelo producto de la perdida masiva de sangre. Sentía impotencia porque unos policías montados pasaron por allí y bajaron de sus caballos para detener a Benny, pero este acuchilló a uno y cayó al suelo por la golpiza con el garrote del otro.
Grant y Chandler encontrarían a Liam inconsciente
en ese callejón. Él les contaría todo lo que recordaba antes de desmayarse.
VIII
Para él ya no había otra elección, esa era su
respuesta a Carol. Solo le quedaba esperar que ella entendiera. No cabe duda que se arrepentiría. Por ahora no.
Todos sus amigos siguieron al coche que lo llevaba
a la prisión de menores.
Grant, Liam, Rocky de la mano con Whitney,
Chandler y Flip. Todos presenciaron el momento en que las puertas se abrían para dar paso al coche.
Benny desde la rejilla que estaba en la parte
trasera de ese coche se despedía de sus amigos moviendo la mano. Pero antes de que se cerraran las puertas vio la sombra de alguien, por lo menos esa presencia le dio algo de calma.
—Shalom, Benny —decía Carol parada en la esquina
antes de doblar a la prisión—. Te espero…
Chandler miraba con impotencia la inscripción
sobre las puertas de la prisión que decía: “Los más jóvenes también caerán bajo la espada”.