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ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR TÉCNICO

PROFESIONAL PNP “HÉROE NACIONAL CAPITÁN PNP


ALIPIO PONCE VÁSQUEZ”- PUENTE PIEDRA

UNIDAD ACADÉMICA

AUTOR:
MONTES COTRINA WILSON DARIEN

DOCENTE:
S1. PNP

CURSO:
CRIMINALÍSTICA

AULA:
01 IC
PROMOCIÓN:
LÍDERES DE LA PAZ

Lima-Perú
2024
DEDICATORIA

El siguiente trabajo está dedicado a mis familiares y


amigos que son mi motivo para salir adelante,
agradezco su apoyo incondicional y comprensión en
cada desafío que enfrentó en este proceso como
estudiante de la PNP.
ÍNDICE DE CONTENIDOS

CARÁTULA................................................................................................................. 01

DEDICATORIA............................................................................................................ 02

AGRADECIMIENTO.................................................................................................. 03

ÍNDICE........................................................................................................................ 04

PRESENTACIÓN....................................................................................................... 05

CAPÍTULO I: ÁREAPROBLEMÁTICA............................................................................. 06

CAPÍTULO II: OBJETIVOS............................................................................................... 08

CAPÍTULO III: MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL....................................................... 09

CAPÍTULO IV: MARCO OPERACIONAL...................................................................... 13

CAPÍTULO V: CONCLUSIONES...................................................................................... 21

CAPÍTULO VI: RECOMENDACIONES........................................................................... 23

CAPÍTULO VII: APLICABILIDAD AL CAMPO POLICIAL.......................................... 24

BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................. 25

ANEXOS.............................................................................................................................
I. INTRODUCCIÓN

Las heridas con arma blanca constituyen un tipo de lesión traumática que

resulta de la penetración de un objeto afilado, como cuchillos, navajas u otros

instrumentos similares, en los tejidos del cuerpo humano. Este tipo de lesiones

pueden variar en gravedad y presentar diversos desafíos tanto para la atención

médica como para la investigación forense. Las heridas con arma blanca

pueden afectar diferentes partes del cuerpo, desde la superficie cutánea hasta

estructuras más profundas como músculos, vasos sanguíneos, órganos y

huesos. La gravedad de la herida dependerá de factores como la fuerza

aplicada, la ubicación y la profundidad de la penetración.

En el ámbito médico, el manejo de las heridas con arma blanca implica evaluar

la extensión del daño, controlar la hemorragia, prevenir infecciones y, en

algunos casos, realizar intervenciones quirúrgicas para reparar los tejidos

afectados. Además, se debe tener en cuenta la posibilidad de lesiones internas

que pueden no ser evidentes a simple vista.

Desde el punto de vista forense, el análisis de heridas con arma blanca puede

proporcionar información valiosa en investigaciones criminales. La forma y la

profundidad de las heridas, así como la dirección del corte, pueden ayudar a

determinar la dinámica de un incidente y a establecer si hubo algún intento de

defensa por parte de la víctima.


II. DESARROLLO DEL TEMA

ARMA BLANCA: CLASIFICACION DE LAS HERIDAS

Según el Manual de Medicina Legal y Forense (Casas, 2000) en función de que

el mecanismo sea único o múltiple clasificamos las lesiones en simples o

complejas.

A su vez estas y en función de la propia clasificación de las armas blancas

según sus características físicas así como la forma, número, localización e

intensidad e intensidad de las lesiones (Simonín, 1982) podemos clasificarlas

en:

1. Heridas punzantes o penetrantes

2. Heridas incisas o cortantes

3. Heridas contusas o lesión por mecanismo contundente

4. Heridas cortopunzantes o incisopunzantes

5. Heridas cortocontundentes o incisocontusas

Asimismo la superficie del filo o punta del instrumento así como su cuerpo nos

lleva a diferenciar a nivel externo heridas en función de la forma que deja sobre

la piel la señal de entrada que pueden ser elíptica con bordes redondos, con

bordes angulados, herida concéntrica u oval, herida elíptica lineal, estrellada,

lineal con “cola de ratón”, entrecruzada con bordes angulados o redondos y

torsionada (Montiel Sosa, 1985).

CARACTERÍSTICAS DE LOS DIFERENTES TIPOS DE LESIONES POR ARMA

BLANCA
Las características de las lesiones por arma blanca pueden variar según el tipo

de instrumento utilizado, la fuerza aplicada y la anatomía de la región afectada.

Aquí se describen algunas características específicas de los diferentes tipos de

lesiones por arma blanca, Las hojas de navaja, esquirlas de vidrio y fragmentos de

metal agreden la piel penetrando en ella dejando un tipo de herida que varía en

función de la resistencia, las características del objeto y los movimientos. Los bordes

cortantes de estos objetos no dejan puentes de vasos sanguíneos intactos, a

diferencia de las laceraciones (Tintinalli, vol II, 1997). Teniendo en cuenta el tipo de

herida veremos a continuación sus diferencias en cuanto a morfología, mecanismo de

producción, y características en general

Heridas punzantes o penetrantes

Provocadas por cualquier instrumento más o menos largo, delgado, cilíndrico o

redondo y con punta (ej: picahielos, agujas, alfileres, punzones, puntas, buriles,

leznas… de perfil redondeado y otros como florete, espada, lanza… de perfil

con aristas) cuya profundidad es mayor que la longitud de la herida en la piel y

a veces más profundo incluso que la longitud de la hoja debido al “fenómeno

del acordeón” que se produce por el hundimiento de los tejidos por el impacto o

compresión (Montiel Sosa, 1985).

Un agente punzante es un agente vulnerante que debido a sus características

punzantes penetra y lesiona desgarrando irregularmente los tejidos de la piel y

planos subyacentes por impacto o compresión. El orificio externo suele adoptar

forma de hendidura en la piel (no así en los vestidos, que es redondeado e

irregular), cuya dirección la marca la separación de las fibras -que en la piel es

en el mismo sentido y en capas profundas es en sentido diferente según las

fibras elásticas de los diferentes tejidos atravesados -, y la profundidad que

varía según el objeto debiéndose evitar la sonda para evitar crear falsas vías.
La levedad del orificio de entrada con todo lo visto no prejuzga pues el pronóstico de la

lesión (alcance de órganos profundos, complicaciones infecciosas, ruptura del agente

que puede quedar dentro sin apreciarse externamente su existencia.

El orificio de salida no siempre existe y en caso de existir será más pequeño e

irregular (Gisbert Calabuig, 2004), con bordes evertidos (excepto si se ha retirado el

arma)

LANGER:

- Las heridas producidas por objetos punzantes siempre se dirigen en un

mismo sentido, cuando asientan en una misma región, lo que las diferencia de

las incisas bicortantes que pueden presentar cualquier dirección aun en una

misma región.

- Las heridas punzantes que asientan sobre una región en la que convergen

varios sistemas de fibras de dirección divergente tienen forma triangular o de

punta de flecha. Se tendrá en cuenta por lo tanto las características de los

orificios de entrada y salida, la profundidad, el grosor y el trayecto (recorrido,

angulación...), así como las características de la piel (que varían según la zona

del cuerpo) y elementos añadidos (ropas más o menos gruesas, por ejemplo).

Heridas incisas o cortantes

Un agente cortante es un agente vulnerante que lesiona seccionando y

formando bordes limpios en piel y planos subyacentes por presión o por

deslizamiento (Montiel Sosa, 1985). Los instrumentos cortantes producen

lesiones simples, largas, generalmente rectilíneas, poco profundas –terminadas

en cola de ratón- y bordes generalmente regulares.

A diferencia de las heridas contusas no existen puentes de unión entre sus

paredes. No son en general letales (salvo determinadas zonas como el cuello)


Gisbert (2004) los clasifica en heridas lineales, heridas en colgajo heridas

mutilantes y heridas incisas atípicas

Entre los instrumentos podemos destacar cuchillos, navajas, pero

también sierras (bordes deshilachados), bisturíes, palas, hachas o

instrumentos accidentales como vidrió (botellas rotas).

Heridas contusas o lesión por mecanismo contundente

El agente vulnerante tiene bordes romos, lesiona de forma irregular desgarrando los

tejidos, por impacto o compresión (Montiel Sosa, 1985). Este tipo de heridas depende

de: golpe, choque, caída y aplastamiento.

Entre los agentes vulnerantes por golpe encontramos naturales -puño, dientes,

cabeza- y artificiales -porra, ladrillo, piedra, martillo, bastón-, pudiendo la contusión

adoptar forma lineal o geométrica según el agente utilizado. A veces difícil de

diferenciar del choque. En el caso de caídas la altura determinará el tipo de lesiones. A

mayor altura menores lesiones externas y más internas (rupturas de órganos, fracturas

múltiples…). Caso especial en este tipo de heridas son las mordeduras (Simonín,

1982).

Heridas cortopunzantes (TIPO ESPECIAL: TIJERAS)

El agente vulnerante tiene características cortantes y punzantes de forma que lesiona

seccionando los tejidos de piel y planos subyacentes. Pueden ser monocortantes,

bicortantes o pluricortantes en función del número de aristas de la parte lesiva

(Gisbert, 2004). Ejemplos son los cuchillos de cocina, puñales, con hojas de metal más

o menos planas y anchas con punta y de uno o dos filos.

La herida es de bordes limpios, uno angulado y otro redondo con longitud según la

anchura de la hoja, la fuerza de penetración y la forma de sacar el instrumento

(Montiel Sosa, 1985).


Existe un tipo especial que es la herida producida por tijeras que dadas sus

características especiales permite individualizar su reconocimiento, dando lugar a dos

tipos de lesiones según que se produzca la penetración con las 2 ramas cerradas

(lesión en forma de ojal o rombo, única) o abiertas (dos lesiones diferentes más o

menos separadas con formación de cola de ratón en los bordes cortantes)

Heridas cortocontundentes

Las heridas cortocontundentes son lesiones que resultan de la acción de un

objeto que tiene tanto características cortantes como contundentes. Estas

heridas pueden presentar elementos de corte y golpe al mismo tiempo, lo que

las hace distintas de las heridas puramente cortantes o contundentes. Aquí se

describen algunas características específicas de las heridas cortocontundentes:

Características mixtas:Las heridas cortocontundentes muestran elementos

tanto de corte como de contusión. Pueden tener bordes cortantes y, al mismo

tiempo, mostrar signos de traumatismo contundente.

Lesiones combinadas: Estas heridas pueden involucrar el impacto de un objeto

con una superficie cortante que causa daño al mismo tiempo que se ejerce

fuerza contundente.

Variedad de instrumentos:Pueden ser causadas por una variedad de objetos

que tienen la capacidad tanto de cortar como de golpear, como herramientas

con bordes afilados o dispositivos combinados.

Mayor complejidad en la evaluación: Debido a la combinación de elementos

cortantes y contundentes, la evaluación de estas heridas puede ser más

compleja que las lesiones que presentan solo uno de estos componentes.

Posible presencia de contusiones circundantes: Además de la herida cortante,

puede haber contusiones en el área circundante debido al impacto

contundente.
Hemorragia variable: La hemorragia puede ser variable dependiendo de la

profundidad y la extensión de la herida cortante, así como de la cantidad de

daño contundente asociado.

Riesgo de infección y complicaciones: Al igual que con otras heridas, existe un

riesgo de infección, y las complicaciones pueden surgir debido a la

combinación de elementos cortantes

II. 1 Lesiones

Se considera lesiones a cualquier tipo de alteración de daño dada en el

cuerpo principalmente en los tejidos por algún tipo de accidente o producto de

alguna enfermedad”. Existen dos tipos de puntos de vista respecto a lo que se

entiende por lesiones. Por un lado, se encuentra el derecho, acá no existe un

solo concepto sino que existen diferentes conceptos según lo contemplemos

desde el punto de vista penal, civil, laboral, entre otros. Por otro lado, se

encuentra el punto de vista médico que el término lesión tiene un componente

anatomopatológico, lo que quiere decir que presenta una alteración en la

morfología de las células y tejidos lo que nos lleva a la definición médica

clásica que considera lesión a toda alteración anatómica o funcional

ocasionada por agentes externos o internos (Andrés Santiago Sáez, n.d.). Si

las causas son internas se descartan intervenciones ajenas al organismo o

también por una causa externa y por tanto de naturaleza violenta, lo que va a

exigir la intervención judicial.

Estas causas de origen externo pueden desencadenar alteraciones

físicas, como son las heridas, erosiones, contusiones, intoxicaciones, etc., o

bien producirse alteraciones funcionales como son las alteraciones psíquicas


(demencia postraumática, trastorno ansioso depresivo, etc.). Actualmente y a

partir de la reforma penal del año 1989 debe entenderse por lesión "todo

menoscabo de la integridad corporal o de la salud física o mental originada por

cualquier medio o procedimiento". Se trata, por tanto de un concepto

extraordinariamente amplio en el que se incluyen, por un lado lo que desde el

punto de vista médico consideramos como lesión y, por otro, y en algunos

casos, lo que se viene conceptuando bajo la denominación de enfermedades;

es decir, en el orden penal tiene la misma relevancia a efectos de castigo y a

efectos de reparación las lesiones con clara alteración de las estructuras

morfológicas, que las traducidas a nivel de síntomas y que desde el punto de

vista médico llamamos enfermedades.

Lesiones de origen físico. Son aquellas que se derivan de la acción del

frío, del calor, de los cambios de presión atmosférica, radiaciones

ionizantes y de cualquier otro agente físico. Las propiedades que tienen

cada uno de estos agentes, van a ser responsables del tipo de lesión

que se produzca.

Lesiones de origen químico. Se incluyen aquellas producidas por ácidos,

álcalis, y en general aquellas que producen intoxicaciones. En este

grupo podemos diferenciar lesiones producidas por contacto sobre la

superficie corporal, como las producidas por ácidos o álcalis o bien

aquellas que actúan a nivel sistémico, en las que el agente lesional se

absorbe por cualquiera de las vías (digestiva, mucosas, piel, etc.) y

ejerce con posterioridad su acción sobre los diferentes órganos y tejidos


Lesiones de origen biológico. Aquellas producidas por microorganismos

como bacterias, virus, parásitos, hongos, etc. Estas lesiones se

consideran enfermedades desde el punto de vista médico. En estos

casos es importante poder establecer el origen de estos agentes y el

mecanismo de transmisión. Como ejemplo de estas lesiones son las

toxiinfecciones alimentarias y las enfermedades infecto-contagiosas,

como ocurre con la hepatitis o el SIDA.

Lesiones debidas al sobreesfuerzo. No intervienen agentes externos,

pero como consecuencia de determinados esfuerzos que sobrepasan la

capacidad de resistencia tisular, originaría una lesión.

Lesiones por agentes psicológicos. Estas lesiones se producen cuando

el individuo es atacado, desde el punto de vista psicológico, como ocurre

en las agresiones verbales, (insultos, infravaloración), o aquellas que

coartan la libertad personal (libertad religiosa, de culto, etc.). Son de

difícil valoración y pueden pasar desapercibidas, al no tener una clara

manifestación física.

II. 2 Lesiones vitales y postmortales

Es este un apartado importante en los casos de muertes violentas, para

conocer si la lesión pudo causar la muerte o fue anterior o posterior a la misma.

El descubrimiento de una herida en un cadáver, no presenta interés más que si

se ha producido en vida. Es decir, lo que nos interesa conocer es si la herida se

ha producido antes de la muerte, o después de ella. En el caso que se haya

producido antes del fallecimiento puede haber ocurrido mucho antes o en un

momento cercano a la muerte. Los autores médico-legales han tratado de


establecer estos plazos basándose en un principio en las características

macroscópicas de las lesiones y posteriormente empleando las pruebas de

laboratorio para tratar de conseguir una mejor aproximación al tiempo en que

se produjo la lesión. Vamos a definir lo que se considera como lesión vital y

postmortal y estableceremos la diferenciación entre ellas desde el punto de

vista macroscópico, haciendo también mención a los actuales métodos de

laboratorio que pueden ayudarnos a esta diferenciación.

Lesiones vitales. Ya hemos comentado anteriormente lo que se entiende

por lesión desde el punto de vista jurídico: "todo menoscabo de la

integridad corporal o de la salud física o mental originada por cualquier

medio o procedimiento", pero en este caso, de esa definición, solo nos

interesa la parte física, es decir las alteraciones anatomo-patológicas

causadas por agentes externos, y más concretamente sus

manifestaciones cuando el sujeto está vivo, o cuando el sujeto ha

fallecido. Desde este punto de vista, ya en la antigüedad, Cornelio Celso

(siglo I a.c.), señalaba como características de las lesiones la presencia

de dolor, calor, rubor y tumor, como componentes de la reacción vital y

continúan siendo signos inequívocos de que el sujeto cuando recibió esa

lesión se encontraba vivo.

Lesiones postmortales. En contraposición a las lesiones vitales serían

aquellas en que ante la agresión de un agente no se produce ninguna

reacción, es decir no se produce alteración alguna de los tejidos que han

sido sometidos a la agresión. Las lesiones postmortales pueden ser muy

variadas y entrarían dentro del amplio concepto de tafonomía


cadavérica, es decir, aquellos fenómenos que ocurren en el individuo

después de su fallecimiento sean provocados por personas o causas

naturales. En este sentido podemos encontrar desde lesiones que

siguen inmediatamente a la muerte, como son las lesiones agónicas ó

aquellas producidas con ánimo de salvar la vida del sujeto, como

resucitación cardiopulmonar o venopuntura, etc., a lesiones que se

producen con mayor o menor dilación en el tiempo, como lesiones

producidas por animales, por movimiento del cadáver en el agua, por

plantas, o de origen criminal con el fin de ocultar un cadáver o hacerlo

desaparecer.

PROBLEMAS MÉDICOLEGALES DE LAS LESIONES PRODUCIDAS POR

ARMA BLANCA SEGÚN EL ORIGEN (suicida, homicida o accidental)

Determinación del origen vital o post-mortem Según Simonin (2003) una

herida de origen vital presenta 3 caracteres clásicos:

1/ La hemorragia con infiltración de los tejidos es habitual. Puede sin

embargo ser mínima en casos de heridas por instrumentos punzantes,

por arrancamiento o traumatismo de los centros nerviosos. No sangra si

el cuerpo está exangüe o en caso de degollamiento.

2/ En vida la sangre salida de los vasos coagula. Los coágulos son

adherentes.

3/ La separación de los labios de la herida está en relación con la

retractilidad vital de los tejidos

Relación lesiones - origen de la lesión


En el caso de las heridas punzantes podemos encontrarlas en

accidentes de tráfico y trabajo y también en etiología suicida u homicida

Las heridas punzantes de defensa suelen darse en extremidades

superiores y raramente son mortales. En el caso de etiología suicida son

típicas en el tórax y raras en abdomen, se suelen dar varias lesiones y

“lesiones de tanteo” y la ropa suele estar apartada por el suicida

previamente.

En el caso de etiología homicida también suelen ser múltiples pero de

mayor profundidad, siendo en tórax las más graves las que alcanzan

corazón y aorta y en abdomen las que alcanzan hígado y grandes vasos

siendo las complicaciones producidas frecuentemente por peritonitis y

sepsis. Menos frecuentes en cuello produciéndose la muerte por

exanguinación, embolismo aéreo (deberá realizarse radiografía de tórax

postmortem para demostrarlo) o asfixia por compresión debida a

hemorragia masiva de los tejidos.

Se recogerá el arma en bolsa de papel evitando el plástico porque

puede producirse condensación que dificulte el análisis de las huellas y

nunca retirar un arma clavada antes de tomar las huellas dactilares (Di

Maio, 2003). Ni la existencia ni la ausencia de arma blanca confirman

que ésta sea el origen de la lesión. En el caso de heridas cortantes a

nivel de cuello pueden provocar cortes anchos y profundos produciendo

la muerte por degollamiento (a descartar suicidio y homicidio), Simonin

(2003).
Se tendrán en cuenta la profundidad y longitud (en relación con la fuerza

ejercida) y en general el examen morfológico nos dará idea de las

posiciones de la víctima y el autor así como de la trayectoria.

II. 3 Diferenciación morfológica entre las lesiones vitales y postmortales

Legrand du Saulle, estableció una serie de signos morfológicos, visibles

macroscópicamente, que serían válidos para diferenciar las lesiones vitales de

las postmortales, 6 horas antes o después de la muerte. El esquema de

Legrand du Saulle, es el siguiente:

Lesiones vitales

1. Labios de la herida engrosados, infiltrados de sangre y separados por la

retracción de la dermis o de los tejidos subyacentes. Más tarde,

exudación de linfa y supuración.

2. Hemorragia abundante con infiltración de sangre en los tejidos

adyacentes.

3. Sangre coagulada en el fondo de la herida o sobre la piel.

Lesiones postmortales

1. Labios de la herida blandos, no engrosados, aproximados y no retraídos.

Ausencia de exudación de linfa y supuración.

2. Ausencia de hemorragia arterial ni venosa, ni infiltración de los tejidos.

3. Ausencia de sangre coagulada.

En ocasiones puede no existir hemorragia aun cuando la lesión se haya

producido en vida y también, al contrario, presentarse en lesiones que se han

producido postmortem. En el esquema siguiente se muestran estas

diferenciaciones.
HEMORRAGIA. Puede ser vital y no darse en: heridas punzantes con

instrumentos muy finos, heridas con arrancamiento, heridas que coexistan con

otras de órganos internos, otras lesiones que produzcan un cuadro de

inhibición circulatoria.

HEMORRAGIA. Puede no ser vital y darse en: heridas que se producen

poco después de la muerte, heridas que radican en zonas declives.

Uno de los retos de los investigadores médico-legales, es reducir el

periodo de incertidumbre que estableció Tourdes 6 horas antes o después de la

muerte. Este grupo de lesiones que se dan en torno al momento de la muerte,

se denomina lesiones intermedias o perimortem. En ellas faltan las reacciones

vitales generales, pero pueden darse todavía las reacciones vitales locales.

Un primer intento para reducir este periodo, es mediante la prueba del

lavado, que consiste en aplicar un chorro fino de agua a poca presión sobre la

sangre coagulada. Si la arrastra la herida será postmortal, en caso contrario

será vital, pero para que suceda esto, debe haber transcurrido suficiente tiempo

entre la producción de la herida y la muerte del sujeto. Para tratar de superar

este tiempo y establecer de forma fidedigna si la herida se produjo antes o

después de la muerte, los autores han propuesto una serie de técnicas, para

acortar este periodo, que exponemos a continuación. En este sentido el estudio

de la reacción leucocitaria, desintegración de los glóbulos rojos, cambios de la

hemoglobina, cambios en la trama capilar, alteraciones del tejido conjuntivo,

etc., suponen un avance en estos estudios. Actualmente la investigación se

centra en el estudio de los marcadores bioquímicos de los que ya en 1963

Raekalio propuso como marcadores bioquímicos el estudio de la histamina y la

serotonina, mediadores de la respuesta inflamatoria, para el diagnóstico de la


vitalidad, , pero en la práctica real su utilización es limitada, dado el alto número

de falsos negativos. En el momento actual estos estudios se han ampliado a

otros marcadores, como los inhibidores de las proteasas, iones tisulares,

catepsina D, dímero D, fibronectina p-selectiva, citoquinas, ARNm. Estos

estudios, aunque prácticos necesitan de una experiencia y medios que se

encuentran en la mayoría de los casos fuera del alcance de los laboratorios.

Las heridas contusas serán analizadas en forma y en relación a su localización

para los aspectos médico-legales. En el caso de las mordeduras a destacar la

diferencia entre la producida por una agresión (suelen darse en partes

prominentes) o por defensa (suelen localizarse en manos del agresor en caso

de estrangulación o de lucha. Importante diferenciar las mordeduras producidas

por animales (pre o post-mortem) (Simonin, 2003). En casos de atropellamiento

(tren, metro…) con resultado de muerte es importante diferenciar la etiología

suicida de la accidental o de la intencionada por parte de otra persona

(simulación)

Las heridas punzocortantes producirán lesiones alteradas en ocasiones por

la manipulación del trayecto (torsión del arma -muy usado por delincuentes

profesionales que buscan la forma de hacer más daño, que ha de examinarse

muy bien a fin de diferenciarla de lesiones entrecruzadas (dos impactos

consecutivos en el mismo sitio) (Montiel Sosa, 1985). Son las heridas más

importantes desde el punto de vista médico-legal por su frecuencia y por su

asociación a delitos.

En el caso de uso de tijeras aunque no son abundantes en la casuística

médico-legal si son más abundantes en casos de infanticidio u en las


agresiones entre miembros de etnia gitana (Gisbert, 2004). Las heridas

cortocontundentes se ven frecuentemente en atropellamientos por vehículos a

motor o en accidentes con hélices móviles (buque, avión).

La lesión presenta elementos de corte combinado con contusión con cierto

aspecto dislacerante a modo de bordes de la herida no netos, ángulos sin cola

y paredes irregulares, con un fondo profundo, siendo frecuentes además la

asociación con fracturas, fisuras, astillamiento, colgajos musculares, lesiones

de órganos profundos y amputaciones (Casas, 2000).

DISTINTOS ASPECTOS EN UNA HERIDA PRODUCIDA POR ARMA

BLANCA

Las heridas producidas por arma blanca pueden presentar diversos aspectos

que son importantes de evaluar tanto desde el punto de vista médico como

forense. Aquí se destacan algunos aspectos clave a considerar en la

evaluación de una herida por arma blanca:

Tipo de herida: Determinar si la herida es punzante, cortante o una

combinación de ambas (herida cortocontundente).

Ubicación de la herida: La ubicación de la herida en el cuerpo puede

proporcionar información sobre la intención del agresor, la posible defensa de

la víctima y el riesgo de lesiones a órganos vitales.

Longitud y profundidad: Medir la longitud y profundidad de la herida para

evaluar la gravedad y determinar el alcance de la lesión.

Dirección del corte o la punzada: Determinar la dirección en la que se produjo

la lesión puede ayudar a reconstruir la dinámica del evento y entender mejor

las circunstancias del ataque.


Bordes de la herida: Observar la condición de los bordes de la herida para

identificar posibles desgarros, irregularidades o características específicas

asociadas con el tipo de instrumento utilizado.

Presencia de hemorragia: Evaluar la cantidad de sangrado y si es arterial o

venoso. Esto puede influir en la urgencia del tratamiento médico.

Lesiones asociadas: Identificar otras lesiones cercanas o asociadas, como

contusiones, fracturas o lesiones internas, que puedan haber resultado del

mismo incidente.

Contaminación y cuerpos extraños: Buscar signos de contaminación en la

herida y la presencia de cuerpos extraños, ya que esto puede aumentar el

riesgo de infección.

Reacción de defensa: En algunos casos, se pueden observar signos de

defensa, como cortes en las manos o antebrazos, indicando que la víctima

intentó protegerse.

Lesiones a estructuras subyacentes: Identificar posibles lesiones a estructuras

internas como órganos, vasos sanguíneos o nervios, lo que puede requerir una

evaluación más detallada y tratamiento quirúrgico.

Registro fotográfico y documentación: Tomar fotografías de la herida desde

diferentes ángulos para documentar su apariencia inicial y realizar un

seguimiento del proceso de curación.

Estos aspectos son cruciales tanto para la atención médica inmediata como

para la investigación forense, ya que contribuyen a la comprensión de la

dinámica de la agresión y la gravedad de las lesiones. La colaboración entre

profesionales de la salud y expertos forenses es esencial para una evaluación

completa y precisa de las heridas por arma blanca.


TESTIMONIOS

La forma de la herida, el tipo de incisión, su dirección y el alcance. Testimonios

sobre personas heridas con arma blanca. Douglas Beamish, un canadiense

que desde el 19 de julio de 1996 cumple condena por asesinato en segundo

grado, jamás pensó que el gato de sus padres fuera a denunciarle. El relato del

calvario de su víctima, Shirley Duguay, de 32 años comenzó cuando en octubre

de 1994 desapareció de su casa de Richemond, Canadá. A los pocos días

encontraron su coche abandonado y con la tapicería manchada de sangre.

Tres semanas más tarde se halló a unos ocho

kilómetros una chaqueta de cuero también manchada con sangre de la

desaparecida, pero en la prenda había además algo adherido que llamó

poderosamente la atención de la Policía. Se trataba de pelos blancos de gato.

Mientras buscaban al dueño del animal, el cuerpo sin vida apareció

semienterrado en una pequeña fosa en mayo del 96. Poco después fue

detenido como sospechoso del crimen el novio de la víctima, quien vivía con

sus padres y su gato. Los pelos hallados en la cazadora fueron comparados

con los del gato

para obtener las huellas genéticas, y al comprobar que se trataba de las

mismas en ambos casos, fueron usadas como prueba concluyente para

inculpar al asesino.

Caso 2

Paciente de 21 años, sexo femenino. En situación de violencia doméstica sufre

agresión con cuchillo a nivel cervical posterior, luego de lo cual instala pérdida

de fuerzas de los 4 miembros.


Al ingreso se constata GCS 15. En lo neurológico presenta un síndrome

medular incompleto dado por una cuadriparesia moderada a predominio distal.

Se realizó TC de raquis cervical que evidenció una fractura levemente

desplazada de la lámina derecha de C4, pero sin compresión medular

significativa.

Se completo la valoración imagenológica con IRM de raquis cervical que

muestra la lesión de la lámina y una alteración de la señal medular a nivel C4-

C5, con hiperintensidad medular (contusión) en secuencia T2.

Se realizó sutura directa de la herida cervical y no se consideró el tratamiento

neuroquirúrgico dado que no se detectaron hematomas o esquirlas óseas con

compresión medular.

La evolución posterior fue mala ya que en diferido (horas luego del ingreso)

presenta peoría del síndrome motor, requirió asistencia respiratoria mecánica

(ARM) ingresando a centro de tratamiento intensivo. Se desconoce evolución

posterior.

Caso 3

Paciente de 38 años, sexo femenino. Sufre herida por arma blanca por la

espalda (tijera), instalando pérdida de fuerza del miembro inferior izquierdo.

Al ingreso se constata GCS 15. Hemoneumotórax izquierdo que requirió la

colocación de un tubo de drenaje. En lo neurológico presentaba una plejía del

miembro inferior izquierdo, con abolición de los reflejos osteotendinosos, sin

compromiso de la sensibilidad.

Se le realizó TC de tórax y raquis torácico que evidenció una fractura de la

lámina de T3 izquierda y se completó la valoración con una IRM de raquis


dorsal que evidenció una alteración de la señal hemimedular izquierda a nivel

T2-T3. Se opto por tratamiento conservador haciendo cierre simple de la herida

dorsal.

III. CONCLUSIÓN
En el caso de análisis del uso de arma blanca desde el punto de vista

médico-legal hemos de tener en cuenta:

a) El tipo de arma utilizada (clase, número de armas usadas, anchura, longitud)

b) El tipo de lesión producida (orificio de entrada, trayecto, orificio de salida)

c) Elementos añadidos en la lesión (forma, tipo, trayecto, profundidad, número,

fuerza utilizada)

d) Orden de las heridas (las heridas mortales de necesidad no tienen por qué

ser las primeras en el tiempo)

e) Etiología accidental, homicida o suicida

f) Origen de la lesión (pre o postmortem)


IV. REFERENCIAS

Casas Sánchez, J.D., Rodríguez Albarrán, M.S. (2000): Manual de Medicina Legal y
Forense. Editorial Colex. Madrid. 725-765

. Di Maio, V., Suzanna, E.D. (2003): Manual de Patología Forense. Ediciones Díaz de
Santos, Madrid. 99-111.

Gisbert Calabuig, J. A. Villanueva, E. (2004): Medicina Legal y Toxicología (6ª edición).


Editorial Massón, Barcelona. 383-393.
ANEXOS

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