Está en la página 1de 29

Habilidades éticas frente al reto

de la globalización
¿Qué son habilidades?

• El concepto de habilidades se entiende como las


estrategias intelectuales puestas en juego por las
personas para reflexionar sobre algo con el fin de dar una
respuesta.
EL IMPACTO DE LA
GLOBALIZACIÓN EN LA ÉTICA
En este contexto, la economía tradicional necesariamente sufre
cambios importantes que exigen un reconocimiento de nuevas
opciones y estrategias, que permitan a todos los actores potenciar
sus ideas, proyectos e inversiones, siempre y cuando comprendan
las condiciones de una economía globalizada.
Una economía global, según Ohmae cuenta con cuatro
características fundamentales, descritas a continuación, las cuales
deben ser comprendidas y analizadas por los diferentes
participantes del mundo globalizado, como condición necesaria (no
suficiente) para repensar sus estructuras de negocio.
La economía global no tiene fronteras
Esta característica es posible gracias:
 al desarrollo de las telecomunicaciones;
 el desarrollo de Internet y
 el avance en las tecnologías de información que por
definición no establecen fronteras, sólo una red
interconectada cuyos límites aún están por descubrirse.
La economía global es invisible.
• Una condición derivada de la característica anterior, pues
las acciones sobre los mercados ahora se realizan por
medios electrónicos, los flujos de capitales avanzan de un
continente a otro alimentando economías y fortaleciendo
negocios.
• En este contexto es claro que son muy pocos los
beneficiados de esta dinámica por limitaciones propias de
acceso a la información, tecnologías o niveles de
educación, entre otros elementos.
La globalización es un proceso imparable al que están impulsando
en forma definitiva la tecnología y el afán humano y económico por
romper las barreras.
En este entorno en el que la competitividad, el consumismo o la
lógica de los resultados se erigen como principios generales de
funcionamiento, los directivos necesitan afianzar algunos valores,
creencias y su propia personalidad para no perder la orientación y
las referencias necesarias.
EL CARA Y CRUZ DE LA
GLOBALIZACIÓN
• En la actualidad se cuenta con información instantánea sobre la cotización de la bolsa de
Japón o de los problemas en Sierra Leona, pero se ignora lo que le pasa al vecino.
• Se empieza también a confundir lo real y lo virtual: un personaje de ficción, Ananova, que ha
sido adquirido por 95 millones de libras esterlinas, lee las noticias durante las 24 horas del
día.
• Y, lo peor, se confunde lo importante con lo urgente: se interrumpe el trabajo cuando la
computadora avisa que ha llegado un correo electrónico, o el teléfono móvil suena en las
situaciones más comprometidas.
• El tema de la globalización es ya un punto sin retorno que está cambiando y modificará los
hábitos de conducta, y también las formas de hacer negocios. Conviene adelantarse
astutamente para aprovechar las indudables ventajas que encierra, pero procurando reducir
los peligros, que también existen.
• Para ello es necesario cierto orden con el fin de poner en perspectiva adecuada las ventajas y
los inconvenientes, las promesas y las realidades, las modas y las responsabilidades.
• Otra característica evidente es el progreso técnico en el que se está
inmerso. Sin él sería imposible la globalización.
• El mundo parece más cercano porque cada vez es más fácil hacerse
de él. Los cambios técnicos crecen a un nivel exponencial.
• Se tiene incluso la sensación de que el avance de la técnica nos
rebasa.
El progreso técnico pone de manifiesto la enorme potencialidad de la
inteligencia humana. Sin embargo, no deja de ser sólo un medio.
Como tal, el progreso puede ser bien o mal utilizado, porque además
no le corresponde a él determinar los fines.
Muchas de las preguntas que desde el punto de vista ético surgen con
respecto al progreso técnico se concentran en una de estas dos
situaciones:
• efectos secundarios no previstos a los que hay que dar solución o
• efectos previsibles que por omisión no se plantearon.
Éstas son algunas de las cuestiones que recientemente se han planteado:
• ¿puede ponerse límites a la libertad de expresión, es decir, censurar
contenidos en la red?
• ¿Cómo se puede proteger la vida privada en la red frente a la posibilidad
de almacenamiento y comercialización de datos particulares?
• ¿Puede mantenerse la propiedad intelectual?
• ¿Hay que poner límite a la clonación humana?
• ¿Debe dejarse que la investigación del genoma humano se convierta en un
negocio?
• ¿La modificación genética de alimentos es una contribución al desarrollo o
es un negocio para las multinacionales?
Principios Éticos para la
Globalización
• A continuación se plantea una serie de principios generales que,
de acuerdo con el autor, deberían tenerse en cuenta si se quiere
adoptar una actitud éticamente comprometida en la sociedad
actual.
• Estos principios, llevados convenientemente a la práctica,
asegurarían la presencia de aquellos parámetros que hace un
momento faltaban.
Principio Personalista

• Este principio se enuncia del siguiente modo: la persona es siempre un valor en sí
misma y por sí misma, y como tal exige ser considerada y tratada.
• Esto equivale a decir, en términos negativos, que la persona nunca puede ser
utilizada como objeto de propiedad o con fines utilitarios.
• La actividad de la empresa debe orientarse al desarrollo del individuo.
• Esto tiene relación con los empleados de la empresa, que tienen una serie de
derechos (salario justo, puesto de trabajo digno, desarrollo personal, etc.) que
debe respetarse.
• Pero también se relaciona con otros stakeholders de la empresa: con los clientes,
a quienes hay que proporcionar un servicio y unos productos que no sólo sean
útiles, sino también buenos, es decir, que contribuyan a su desarrollo; y con los
proveedores y demás stakeholders, para con los cuales se tienen que cumplir
obligaciones de justicia.
• El principio personalista orienta adecuadamente el progreso
técnico, y le confiere la radicalidad que se reclama.
• No todo lo técnicamente posible debe hacerse. Hay cosas
que aunque sean técnicamente posibles, debe evitarse
hacerse porque pueden suponer un deterioro para las
personas.
• El principio personalista orienta también el afán consumista,
en cuanto que justifica la razón de la primacía del ser sobre
el tener.
Principio de Orientación al Bien Común

• Aristóteles se pregunta en la Ética a Nicómaco por la ciencia que debe


considerarse superior a todas y contesta que es la política, porque es
aquella que contribuye al bien de la sociedad y no sólo del individuo.
• Una dirección de empresas éticamente responsable debe tener este
mismo objetivo. La orientación al bien común estimula a la persona y
a la empresa a ir más allá de los intereses particulares, y a buscar
aquello que es bueno para el conjunto de la sociedad.
• La postura que sostiene que la empresa cumple con su
responsabilidad social sólo con generar beneficio ignora la compleja
realidad de lo que es la empresa.
• La orientación al bien común tiene como dos puntos de referencia
propios el principio de solidaridad y el principio de subsidiariedad.
• El primero reclama por parte de la empresa la obligación de actuar
pensando en el bien de la sociedad;
• El segundo justifica el derecho de actuar libremente en aquello en
que se tiene capacidad de actuación.
• El bien común da a la globalización un nuevo sentido, porque da a
entender un significado profundo de la globalización, más allá de los
términos puramente económicos.
• El bien común lleva a una mentalidad global. Por la misma razón,
modera la competitividad y busca que la sociedad se convierta en un
juego de suma positiva, donde todos ganen.
Principio de Orden de Responsabilidades
• Este principio ayuda a no perderse en el sentido de responsabilidad y
a señalar prioridades en las acciones. Según este principio, las
responsabilidades del individuo deben ordenarse en función de lo
que está más al alcance.
• En el cumplimiento de las responsabilidades se puede caer tanto en
posturas minimalistas (es decir, conformarse con responder de lo que
afecta directamente) como en posturas maximalistas (sentirse
responsable de todo lo que sucede).
• Para hallar un término medio entre estos dos extremos, el principio
de responsabilidad lleva a pensar en lo que es próximo.
• El sentido de responsabilidad lleva a ocuparse de aquellas cuestiones
que dependen más directamente del individuo.
• Si la orientación al bien común supone un momento de expansión de
la responsabilidad propia, el orden de responsabilidades ayuda a dar
prioridades, empezando por aquello que está más cerca, no sólo en el
tiempo y en el espacio, sino también con respecto a las obligaciones
personales y profesionales
Principio de Prudencia Directiva

• Las decisiones empresariales tienen una gran complejidad, porque el


directivo necesita considerar muchas variables antes de tomar una
decisión.
• Por esa razón, el directivo necesita “detenerse a pensar”, una actitud
nada frecuente en el mundo actual.
• Sin embargo, precisamente por esto es importante dedicar un tiempo
a pensar. El directivo que piensa es el que prevé, el que sabe
adelantarse a las situaciones; de otra forma, se limita a dejarse llevar
por las circunstancias.
• Para tomar decisiones no hay reglas aritméticas, ni pautas
predeterminadas.
• Cada decisión es un proceso en el que se pone en relación los
principios y valores propios —las ideas generales— con las
circunstancias concretas de la situación, y se emite un juicio que lleva
a afirmar “esto está bien”, “aquello está mal”.
Conclusiones
• Los ideales de la modernidad siguen siendo válidos en un mundo que
sufre cambios radicales.
• No obstante, conviene dotar a tales ideales de un significado más
profundo, y más que nunca es necesario encauzar de manera
permanente a los directivos por habilidades que los lleven a reafirmar
los principios y valores en las organizaciones.
• Se presentan tres actitudes para que el individuo se maneje en este
mundo global: saber rectificar, saber escuchar, saber perdonar.

También podría gustarte