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Ética y tecnología

La ética permite orientar el comportamiento humano en la tecnología, orientando y


dirigiendo el comportamiento humano. El propósito de esta no es más que definir cómo
se comportan los intereses de uno mismo y de los demás frente a diversas experiencias.
Ahora bien, La ética y tecnología o ética tecnológica, implica muchas decisiones
estratégicas, tales como son la inversión en recursos humanos, la modernización, el
desarrollo de productos y servicios.

Gracias a la revolución de la información, se puede decir que ha mejorado la capacidad


de adquirir, manipular, almacenar y comunicar información. La ética tecnológica juega
un papel fundamental en este proceso. Incluso Internet ha hecho posible simplificar la
vida social.

Internet y la globalización la cual estaré hablando más adelante, permiten a las


empresas realizar negocios y transacciones electrónicas. Esto promueve la ética
tecnológica en la empresa, lo que se traduce en prácticas éticas y no éticas. Por lo tanto,
es importante que comprendamos las dimensiones éticas del trabajo en una empresa y
la utilidad de la tecnología de la información (TI).

El uso de recursos tecnológicos por parte de los empleados es un catalizador para la


ética tecnológica. Un ejemplo de esto sería la utilidad de las computadoras para asuntos
personales durante las horas de trabajo. Además, las copias del software de la empresa
son solo para uso personal. Incluso facilitando información de clientes para vender a
otras empresas, entre otras prácticas.

Estos son algunos de los tipos de decisiones asociadas a la ética tecnológica que se


toman en las organizaciones.

Ética Empresarial: La ética empresarial básicamente se trata de cómo una empresa


debe actuar frente a dilemas éticos y situaciones controvertidas. Esto puede incluir una
serie de situaciones diferentes, que incluyen cómo se rige una empresa, cómo se
negocian las acciones, el papel de una empresa en cuestiones sociales y más.

Ética de Información: La ética de información trata todo lo relacionado con el uso y


mal uso de la información, tales como, la propiedad intelectual, acceso a la información
libre o restringida, censura, uso de información de las instituciones gubernamentales, la
intimidad y confidencialidad, integridad de los datos, flujo internacional de
información, entre otros.

Delito informático: El delito informático es la amenaza causada por las acciones


delictivas e irresponsables de los usuarios de tecnología.  Estos se han convertido en un
desafío importante del manejo empresarial de la ética tecnológica.
La ética en el proceso de desarrollo de la industria tecnológica es tema cada vez más
recurrente dentro de las compañías, al mismo tiempo ofrecen soluciones con sistemas
críticos con el objetivo de hacer funcionar una industria, una empresa, e incluso una
sociedad.

Por otro lado, los algoritmos capaces de reconocer rostros, también la (ia) o inteligencia
artificial capaz de realizar tareas básicas o el flujo de datos cada vez más rápido, en las
buenas manos pueden traer enormes beneficios a la sociedad, pero en las manos
equivocadas, diseñados e implementados incorrectamente, pueden conducir a una
tragedia masiva.

En las empresas de tecnología, la ética juega un papel muy importante en toda la


organización, así mismo, deben demostrar un compromiso con la sociedad y esforzarse
por generar confianza con los clientes, inversionistas, empleados y consumidores, por lo
que la industria debe haber transparencia en el proceso para que exista es un mejor
desarrollo y los usuarios pueden usar sus aplicaciones tecnológicas con confianza.

Globalización:
Desde la perspectiva general la globalización se refiere a la creciente integración de las
economías de todo el mundo, especialmente a través del comercio y los flujos
financieros. En algunos casos este término hace alusión al desplazamiento de personas
(mano de obra) y la transferencia de conocimientos (tecnología) a través de las fronteras
internacionales.
Ahora bien, desde la perspectiva ética de la globalización, surgen una serie de
interrogantes el cual apelan a la necesidad de otros parámetros que reclaman un orden
para nuestras acciones. Los avances tecnológicos nos cuestionan, o sólo respecto a lo
que hacemos, sino para qué lo hacemos. La gestión del conocimiento nos recuerda que
debemos detenernos a pensar antes de tomar decisiones, que hay que tomar no solo las
decisiones que mejor representen los intereses económicos, sino también las decisiones
más humanas y satisfactorias; Curioso durante mucho tiempo, el deseo de consumir
olvida que la existencia prima sobre la posesión, y la lógica de los resultados nos obliga a
no renunciar a los principios por los que actuamos.
Existen cuatro los principios éticos para la globalización los cuales son:
El principio personalista: la persona siempre es un valor en sí misma. De ello se
deduce que nunca puede ser utilizada como simple instrumento con fines utilitaristas.
(La empresa debe tener como orientación esencial el desarrollo de la persona, lo que
implica una serie de derechos: salario justo, puesto de trabajo digno, posibilidades de
mejora profesional, etc.)
El principio de orientación al Bien común: esta orientación impulsa a la persona
y a la empresa a salir más allá de los intereses particulares y buscar lo que es bueno para
el conjunto de la sociedad. Considerar que la responsabilidad social de la empresa se
limita simplemente a generar beneficio, es ignorar la complejidad de la empresa y los
efectos de sus decisiones.
(El Bien Común da un nuevo sentido a la globalización, al entenderla más allá de los
términos puramente económicos. Por esta razón, modera la irrespetuosa competitividad
y busca que la competencia sea un juego de suma positiva, donde todos ganan.)
El principio de orden de responsabilidades: nos ayuda a no perder nuestro
sentido de responsabilidad y poner prioridades en nuestras acciones, en función de
aquello que está más a nuestro alcance hacer.
(En el cumplimiento de las responsabilidades se puede caer en posturas minimalistas, al
conformarnos con responder de aquello que sólo nos afecta directamente, o caer en
posturas maximalistas, al sentirnos responsables de todo lo que sucede.)
El principio de prudencia directiva: las decisiones empresariales tienen una gran
complejidad, porque el directivo debe considerar muchas variables antes de tomar una
decisión, por ello necesita "pararse a pensar", una actitud poco frecuente en el mundo en
el que vivimos.
(El directivo que piensa es el que prevé, el que sabe adelantarse a las situaciones, de otra
forma se limitará a dejarse llevar por las circunstancias. Pero en la toma de decisiones
no hay reglas aritméticas o pautas prefijadas, cada decisión es un proceso por el que
ponemos en relación nuestros principios y valores con las circunstancias concretas de la
situación y emitimos un juicio que nos lleva a decir "esto está bien o aquello está mal".)

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