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Naturalidad
"El buen orador debe ser natural en la exposición de su discurso. Con ellos nos
referimos a que durante su intervención, debe ser tal y como es en su vida
privada, eliminando de su comunicación todo artificio que fuerce la expresión, la
voz, los gestos, etc.... Esto no le impedirá que vaya incorporando las técnicas y
mejoras que le va a proporcionar la oratoria, sino que esos progresos deberán
presentarse con naturalidad, como un añadido que deberá manifestarse de forma
espontánea y natural. El orador, por tanto, no puede transformarse en otra
persona cuando sube a los estrados, sino que tendrá que mantener su forma de
ser, torneada con los conocimientos y técnica que vaya aprendiendo".
Cualidades Morales
Honradez
Sinceridad
Empatía
Para el autor Pérez Valera: “Las principales cualidad del orador son:
Están muy equivocados los que piensan que para ser orador se debe hablar de
modo arrebatado y violento, con gritos y grandes exclamaciones. Cicerón escribe
que no puede ser buen orador:
Quien no puede decir nada con sosiego, nada con suavidad, nada proporcionada,
definida, ordenada y agudamente, sobre todo porque las causas deben tratarse de
este modo, unas enteras, y otras, en algunas de sus partes, si comienza
poniéndole fuego al asunto no estando preparados los oídos, parece que está loco
entre cuerdos y que, por así decir, se desmanda borracho entre sobrios”.”
Lo anterior tiene que ver con la actitud que asuma el orador. El ex abrupto del
mismo Cicerón al principio de su discurso contra Catilina es una excepción.
b) Importancia de la actitud