Está en la página 1de 4

LA MUSICOTERAPIA Y SUS

EFECTOS EN EL CUERPO, LA
MENTE Y EL ESPÍRITU
Stella Castro. Psicóloga y Música - www.stellacastro.es

Desde hace mucho tiempo se conoce el poder terapéutico de la música. En la antigüedad,


Platón consideraba que la música era capaz de restablecer la armonía entre el alma y el
cuerpo. Las civilizaciones antiguas como las de Egipto, China, India y Grecia recurrían a
la música en los procesos de curación de los enfermos. En 1841, en Francia, el compositor
Florimond Hervé fue nombrado organista de la capilla de un hospicio. Tocaba el armonio
durante los recreos de los enfermos y descubrió que su interpretación influía en la actitud
de estos. Son muchas las bases históricas con relación a la curación a través de la música.
Por lo tanto, la Musicoterapia es una disciplina que muchos consideran dentro de las
especialidades paramédicas, ya que su formación requiere de conocimientos médicos y
psicológicos, además de musicales. Es una especialidad funcional, sistémica y científica,
con métodos y técnicas específicas, que utiliza a la música para mantener o rehabilitar la
salud de los pacientes dentro de un proceso terapéutico. Esta terapia utiliza sonidos y
músicas en combinación con intervenciones terapéuticas y reeducativas, mediante
técnicas musicales, corporales y sonoras que producen diferentes alternativas en las vías
de comunicación y en la expresión de las personas.

¿Qué es la Musicoterapia?

La AMTA (American Music Therapy Association) la define como el uso controlado de la


música con el objeto de restaurar, mantener e incrementar la salud mental o física. Es la
aplicación sistemática de la música, dirigida por un musicoterapeuta en un ambiente
terapéutico, con el objeto de lograr cambios de conducta. Estos cambios ayudarán al
individuo que participa de esta terapia a tener un mejor entendimiento de sí mismo y
del mundo que lo rodea, pudiendo adaptarse mejor a la sociedad.

Por su parte, un gran musicoterapeuta, Kenneth Bruscia comenta: “La Musicoterapia es


un proceso de intervención sistemática, en el cual el terapeuta ayuda al paciente a
obtener la salud a través de experiencias musicales y de las relaciones que se desarrollan
a través de ellas como las fuerzas dinámicas para el cambio, para establecer una relación
de ayuda socioafectiva mediante actividades musicales con el fin de promover y/o
restablecer la salud de las personas”.

Para la Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT):

Es el uso de la música y de los elementos musicales (sonido, ritmo y armonía) por un


musicoterapeuta cualificado con un paciente o grupo de pacientes, para facilitar y
promover la comunicación, la interrelación, el aprendizaje, la movilización, la expresión,
la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, con el objeto de atender
necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas. La musicoterapia
apunta a desarrollar potenciales y/o restablecer funciones del individuo para que este
pueda emprender una mejor integración intrapersonal o interpersonal, y en
consecuencia alcanzar, una mejor calidad de vida, a través de la prevención, la
rehabilitación o el tratamiento.

En definitiva, la musicoterapia es una disciplina que estudia los aspectos sonoros de las
personas a nivel receptivo, expresivo y relacional. Utiliza como recurso el sonido en todas
sus dimensiones para favorecer los procesos saludables en el ser humano. En estos
momentos, gracias a muchos estudios realizados por neuroimagen podemos demostrar
los muchos efectos que tiene la Musicoterapia.

Así bien, se observan los siguientes efectos obtenidos por el tratamiento


musicoterapéutico:

Efectos Bioquímicos: La música puede afectar a los aminoácidos de las proteínas y a las
secreciones glandulares: hormonas, neurotransmisores, neuromoduladores y puede
influir sobre los ritmos de las ondas cerebrales (el impulso electroquímico generado en
las neuronas provoca las ondas cerebrales que se observan en un electroencefalograma).
Se tienen cuatro ritmos: Beta, Alfa, Theta y Delta. La conexión con los estados Alfa y Theta
a través de la Musicoterapia favorece procesos de relajación y de bienestar emocional,
entre otras características remarcables.

Efectos Fisiológicos: Respiración (aceleración o enlentecimiento); Pulso y presión


sanguínea (aumento o disminución); Ondas cerebrales (mayor o menor activación);
Actividad muscular (aumento o disminución); Cambios en el trazado eléctrico del
organismo; Cambios en el sistema inmunitario; Mejora las enfermedades cutáneas:
Respuesta galvánica de la piel (GSK), Niveles de conductancia en la piel (SCL), según
Bartlett, 1999.

Efecto Sensoriomotor: Potencia la coordinación motora, la amplitud de movimiento, el


tono muscular y la respiración; Permite la coordinación motriz (con movimientos de
asociación y disociación, equilibrio, marcha, lateralidad, etc.); Mejora el nivel de
resistencia al dolor; Ayuda a los movimientos peristálticos del estómago (sistema
nervioso autónomo); Mejora los reflejos pupilares; Permite adquirir destrezas y medios
de expresión corporales, instrumentales, gráficos, melódicos; Favorece la coordinación y
el equilibrio, la movilidad y el desarrollo de las actividades motrices funcionales.
Efectos Cognitivos: Davis y cols. (2000), destacan que se produce una activación

cerebral a diferentes niveles. Ayuda a desarrollar las funciones superiores: la atención, la

memoria, la discriminación auditiva, el nivel de alerta, la orientación, el reconocimiento,

el aprendizaje y la imaginación, las funciones ejecutivas; Facilita el aprendizaje; Permite

el desarrollo del sentido de orden y análisis; Ayuda el proceso de razonamiento; Facilita

las relaciones tiempo-espacio; Permite la relajación, reflexión y meditación; Habilidades

para el aprendizaje; Procesos de pensamiento; Estimula la imaginación y creatividad;

Estimula el lenguaje; Desarrolla la locución y la expresión oral mediante la articulación


y vocalización; Mejora la orientación en la realidad, etc.

Efectos Emocionales: Winner (1992), denominó a la música “El lenguaje de las

emociones”. Algunos efectos serían: Comunicar y expresar un lenguaje emocional

(miedo, tristeza, alegría...); Ayudar a la expresión de emociones profundas; Modificar el

estado de ánimo; Despertar, evocar, provocar emociones y sentimientos, etc.

Efectos Sociales: Gaston y Sears (1968), sostenían que la música era un medio para la
integración social de los individuos, contribuyendo al establecimiento o restablecimiento
de las relaciones sociales. Los efectos de la música a nivel social: Favorecer la integración
social; Contribuir a las relaciones sociales; Facilitar la cohesión grupal y dar sentimiento
de grupo; Invitar al diálogo y comunicación con los miembros del grupo; Favorecer la
expresión individual ante el grupo; Contribuir al desarrollo de habilidades sociales,
atención, sensibilidad, intimidad y tolerancia a los demás, habilidades interactivas,
conductas de roles, patrones y estilos de relación; etc.
Efectos en la Comunicación: Habilidades receptivas y expresivas del habla, lenguaje y
otras modalidades no verbales, etc., (Bruscia,1998).

Efectos Espirituales: Aldridge (1999), recoge que ofrece una vivencia de paz, serenidad,
purificación, armonía, sabiduría; Crea una atmósfera para la meditación; Despierta un
sentimiento de conexión con el universo, divinidad. Invita a la reflexión y exploración
sobre el sentimiento de la vida, la espiritualidad. Brinda sentimientos de felicidad.
En definitiva, según Poch (1999), la Musicoterapia tiene la capacidad de producir efectos

a niveles o dimensiones diferentes: biológico, psicológico, intelectual, social y espiritual.

No es un tratamiento invasivo ni doloroso, sin efectos secundarios. Puede producir

cambios relevantes en las distintas áreas del funcionamiento de la persona. La cualidad

como lenguaje No-Verbal y simbólica permite llegar a cualquier tipo de individuo con

diversos condicionantes, habilidades, estados de ánimo, situaciones, etc., sin necesidad

de recurrir a las palabras. Es multidimensional y permite llevar a cabo una intervención

integral, hecho que reforzará este valor terapéutico. Por otra parte, la flexibilidad de la

misma será aprovechada por el musicoterapeuta para adaptar la experiencia y actividad

musical a las necesidades específicas de cada paciente.

Publicado en la Revista Eleven Magazine

También podría gustarte