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Y en este Año de la
Misericordia, se habla de las necesidades fundamentales del corazón humano: ser
aceptado y querido incondicionalmente. Es posible, que muchos hermanos nuestros
sientan la necesidad del sacramento de la penitencia, pero… también se nos hace la
invitación, sobre todo a proclamar el amor gratuito de Dios. Regocijados en este amor
y celebrando el día del catequista, recibimos a nuestro sacerdote e iniciemos con
alegría la Santa Misa. Cantemos todos.
Ofertorio:
Debemos ser instrumentos del perdón, porque hemos sido los primeros en haberlo
recibido de Dios. Ser generosos con todos sabiendo que Dios, también es generoso
con nosotros. En estos momentos, dos catequistas harán la presentación del pan y del
vino, mientras cantamos con el coro.
Comunión:
Jesús nos acoge, aún pecadores. Y nos pide perdonar y dar; además, que
proclamemos en todo momento su maravilloso amor. Pues es por amor que se nos
entrega en un pedacito de pan. Nos acercamos a comulgar y mientras cantamos.
A cada oración responderemos:
R/ Perdónanos, Señor, como nosotros perdonamos.
2) Para que los fieles de todas las Iglesias cristianas se encuentren y acojan
mutuamente con un espíritu de reconciliación y de amistad sinceras, roguemos
al Señor: R/
4) Para que en nuestros hogares cristianos los padres enseñen a sus hijos, de
palabra y de obra, a ser personas que sepan perdonar y recibir el perdón con
humildad y magnanimidad, roguemos al Señor: R/
5) Por los que estamos aquí reunidos y por los que cumplen años hoy, para que a
través del perdón, encontremos a nuestro Dios Padre misericordioso y de amor,
roguemos al Señor: R/