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Jesús es el ejemplo de perdón más grande que existió jamás, así nosotros
debemos perdonar a los que nos hacen mal si queremos que Dios perdone
también nuestras ofensas (Mt. 6:12). El perdón cuesta, pero al practicarlo
hay libertad en nuestras vidas; grandes batallas se ganan perdonando a
otros. La clave para ser feliz es perdonar.
NUMERO DOS:
Luc 23:43 “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás
conmigo en el paraíso”.
El Señor Jesús nunca renegó; aún en medio de la prueba, hay que llevar el
mensaje de salvación al que lo necesita. La cruz no detuvo a Jesús, así las
pruebas no nos pueden detener de llevar el Agua de Vida al sediento. Al
estar en luchas y dificultades, Dios está con nosotros para llevar este bello
mensaje de amor y esperanza para que muchos salgan del error del pecado.
¿Te has sentido solo y desechado? Dios te ama. Con solo decir “Dios te
ama” basta para predicar. Muchos necesitan el Amor de Dios.
NUMERO CUATRO:
Con una tierna sonrisa, El me miró y me dijo: Tú nunca has estado solo un
tan solo momento. ¿Ves que donde solo hay un par de huellas, estas son
más profundas? Esas huellas son mías, no tuyas. Porque cuando tú pasaste
las dificultades, era Yo quien te llevaba en mis brazos.
Con lágrimas en mis ojos le dije al Señor: perdóname, Señor, pues Tu nunca
me has dejado solo.”
NUMERO CINCO:
El expresó que tenía sed. Esto nos habla de DOLOR FÍSICO. Siendo Dios
también padeció como hombre. La Biblia menciona que El conoce cuando
estamos desanimados, cansados físicamente, cuando nos aquejan las
enfermedades y que todo eso nos quiere impedir que busquemos a Dios.
Somos seres humanos sensibles al dolor. Pero aunque en nuestra vida haya
dolor y enfermedad, nosotros tenemos a Jehová-Rafá. ¿En cuántas
ocasiones hemos ido al culto enfermos y El nos ha sanado? Dios puede
curar cáncer, SIDA, gripes, infecciones… en fin. ¿Hay algo imposible para
mí? Nada, dice el Señor Dios Todopoderoso. Incluso el puede crear órganos
nuevos, ¿acaso no fue El quien creó el cuerpo humano? ¿Quién sabe más
de anatomía que Nuestro Dios, si el conoce hasta el último de nuestros
cabellos sobre nuestra cabeza?
NUMERO SEIS:
No todo será para siempre, excepto el Amor de Dios. Una promesa grande
está en Ap. 21:4.
NUMERO SIETE:
Luc 23:46 “Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus
manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró”.
Esto nos habla que no podemos hacer lo que queremos, sino lo que Dios
quiere que hagamos. Dios le da al hombre lo que necesita, no lo que quiere
cuando se entrega a El. Hay que movernos en la Palabra de Dios. Si nos
encomendamos a El, podemos estar tranquilos en las luchas y pruebas,
pues Dios pelea por nosotros.