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1
Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que
entre nosotros han sido ciertísimas,2 tal como nos lo enseñaron los que desde el principio
lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra,3 me ha parecido también a mí,
después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas
por orden, oh excelentísimo Teófilo, 4 para que conozcas bien la verdad de las cosas en
las cuales has sido instruido. (RV60; Lucas 1: 1-4)
El anuncio de Juan se hace a su padre Zacarías – quien es sacerdote de la clase de Abias1,
justo ante los ojos de Dios, cumplía con todos los mandamientos y ordenanzas del Señor, y
viejo de edad – en medio del ejercicio de su sacerdocio según el orden de su clase 2, a través
de un ángel de Jehová, quien le anuncia:
13
… Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará
a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. (RV60, Lucas 1:13)
Este mismo ángel en su anuncio profetiza, por una parte, el propósito que tiene Dios con
este niño, ir delante preparando el camino de aquel que ha de venir, convertirá a muchos de
los hijos de Israel al Señor, hará “…volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes
a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto (Lucas 1: 16-17), dando
cumplimiento a los dicho por Dios al profeta Malaquías3, por otra parte el carácter de Juan
es descrito en las palabras proféticas del ángel
“…porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu
Santo, aun desde el vientre de su madre”. (RV60, Lucas 1:15)
1
Explicar la referencia a partir de 1 Cr 24:10
2
Como ejercía el sacerdocio Zacarías
3
Ver Malaquías 4:5-6, en el se relata la venida de Juan.
En el nacimiento, en palabras de Zacarías, nuevamente se profetisa del carácter del
Bautista, diciéndose:
76
Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del
77
Señor, para preparar sus caminos; Para dar conocimiento de salvación a su pueblo,
78
Para perdón de sus pecados, Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
Con que nos visitó desde lo alto la aurora, 79 Para dar luz a los que habitan en tinieblas y
en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por camino de paz. (Lucas 1:76-79)
Con fundamento en lo anterior Juan será un servidor de Dios, nace con un propósito
definido, él no trabajará por un ministerio propio, sino más bien, para otro quien estará por
encima de él.
Dice la palabra que estando Juan en el desierto habló Dios y de inmediato fue por toda
la región contigua al Jordán, predicando el bautismo de arrepentimiento para perdón de
pecados4, tal como estaba escrito en los libros de los profetas5.
Estos pasajes son un poco más descriptivos en cuanto la vida de Juan, nos muestran su
manera de vestir, que comía, como se comportaban entre otros aspectos y que nos permiten
dar cuenta de su carácter.
4
Ver Mateo 3: 1 – 12, Marcos 1: 1 – 8, Lucas 3: 1 - 20
5
Las profecías que señalan a Juan son las hechas por Malaquías (3: 1) He aquí, yo envío mi mensajero, el cual
preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el
ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. Isaías (4:3 – 5) 3 Voz
que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. 4 Todo
valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. 5 Y se manifestará
la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.
8 cuando Moisés le recuerda al pueblo de Israel por todo lo que Dios los ha hecho pasar para
que sean un pueblo obediente y lo expresa de la siguiente manera:
2
Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta
años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón,
si habías de guardar o no sus mandamientos. 3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te
sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para
hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de
Jehová vivirá el hombre.
Como lo observamos el desierto es utilizado por Dios para moldear el carácter de las
personas, quiere decir ello, Juan era conforme a la voluntad de Dios, en el no había nada
oculto y además, dependiente de la voluntad del Señor. Si detallamos en su manera de vestir
y lo que comía podemos destacar una dependencia total a Dios.
El hecho de vestir pelo de camello con un cinto de cuero alrededor de sus lomos y comía
grillos y miel silvestre, nos evidencia tres cosas; primero, dependía totalmente de la
provisión de Dios, no hacia el mas mínimo esfuerzo humano por tratar de conseguir su
sustento, satisfacer sus necesidades más básicas, es apenas evidente que era el Señor quien
proveía de todo aquello que le era a el necesario. Segundo, nunca se observa queja o
descontento por aquello que Dios le proveía, quiere decir que era agradecido con él. Por
último, humildad y sencillez, la manera de vivir evidencia que renunció a todo cuanto placer
de la carne podía experimentar, no vivía conforme a los deseos del mundo, hay que recordar
que él es hijo de Zacarías quien es un sacerdote de la clase de Abias y de Elizabet de las hijas
de Aron, esto de cierta manera le daba un estatus de privilegio dentro de su comunidad,
claramente a lo que el renunció, para ser un hombre radicalmente austero, ascético.
Si miramos por ejemplo a su referente, Elías, podemos observar que este a igual que Juan
era un hombre de desierto sus necesidades básicas también eran solventadas por el Señor, lo
sustento a través de una viuda, aun cuando la misma no tenía para el sostenimiento de ella ni
de su hijo.
8
Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: 9 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y
mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente. 10 Entonces él
se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer
viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas
un poco de agua en un vaso, para que beba. 11 Y yendo ella para traérsela, él la volvió a
llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. 12 Y ella
respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina
tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para
entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir.
(1 Reyes 178 – 12)
Varios episodios de la vida de Elias en los que es sustentado por la mano de Dios, por
ejemplo cuando se escondía en el arroyo de Querit, en donde el Señor le ordena que tomara
agua del arroyo y los cuervos6 por mandato de él, le darían de comer pan y carne (1Reyes 17:
2-7).
También, fue sustentado por la mano de Dios cuando huía para salvar su vida de la
amenaza hecha por Jezabel, fue al desierto
5
Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó,
y le dijo: Levántate, come. 6 Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida
sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.
6
Algunos señalan que la palabra Cuervos no puede ser entendida de manera lliteral, que en el original hebreo
hacía referencia a “AROVIM = “Comerciantes árabes y madianitas de Tez oscura” (Arov, Arob ). Los madianitas
eran descendientes de Abraham provenientes de la unión con su segunda esposa de nombre Cetura (Génesis
25:1-2) y que llegaron a mezclarse racialmente con la descendencia de Ismael (árabes puros) y posteriormente
con los árabes del sur de Arabia. En efecto, Arovim = Comerciantes (ver similar en Ezequiel 27:9), viajaban
continuamente por esa región, llevando mercaderías de una ciudad a otra. Para el caso nuestro nos interesa
que fue Dios quien dio la orden para que fuera sustentado.
10
Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos?11 Y respondiendo, les dijo:
El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.
12
Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué
haremos? 13 Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. 14 También le
preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis
extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario. (RV60, Lucas 3:10-
13)
Pero también de los Fariseos y Saduceos, intrigados por una persona que abiertamente no
era común y corriente y que reflejaba el poder de Dios, unos lo confundían con el Cristo que
había de venir y que ellos esperaban otros que cuestionaban su proceder pensaban que este
era el Elías profetizado por Malaquías, Cristo o El Profeta que había anunciado Moisés7
Todo el que lo conocía se hacía una imagen de un gran profeta, de un enviado por Dios,
el Redentor que los iba a liberar del yugo esclavista de Roma a lo cual el siempre respondió:
…Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor,
23
como dijo el profeta Isaías. 24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. 25 Y le
preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el
profeta? 26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; más en medio de vosotros
está uno a quien vosotros no conocéis. 27 Este es el que viene después de mí, el que es
antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. (RV60, Juan 1:23-
27)
En su humanidad pudo haber respondido, que era hijo de sacerdote o el profeta del
Altísimo, pero no, teniendo claro su propósito y la humildad que lo caracteriza simplemente
se mostró más indigno que un esclavo, al no estar calificado para desatar la correa del calzado
de aquel al que el anunciaba.
Aun entre sus mismos discípulos generaba una gran expectativa y veían en el gran poder
y autoridad a tal punto que cuestionaban el ministerio de Cristo, pero Juan siempre supo cuál
fue su labor, ser el “amigo del esposo de la novia”. Esto significaba cuidar de la novia hasta
la venida del esposo para desposarla, aquí Juan nos exhorta y dice
28
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado
delante de él. 29 El que tiene la esposa, es el esposo; más el amigo del esposo, que está a
7
Deuteronomio 18: 15.
su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está
cumplido. (RV60, Juan 3: 28 – 29)
Pero de todo lo dicho por Juan, las palabras que sellan su ministerio y que representan la
manera como y para lo que vivió, es decir, si vida se reduce a esto que en el mismo capítulo
Juan el autor del evangelio escribe:
30
Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe. (RV60, Juan 3:30)
Jesús llega Nazaret de Galilea al Jordán para ser bautizado por Juan para dar
cumplimiento en todo a la ley, una vez lo ve, lo identifica como el Cordero.
30
Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de
mí; porque era primero que yo. 31 Y yo no le conocía; más para que fuese manifestado a
Israel, por esto vine yo bautizando con agua. (RV60, Juan 1: 29-30)
Pensamos que Juan lo identifica como aquel, al que él venia anunciar, sentió en su
espíritu lo mismo que sintió su madre Elisabet cuando oyó la voz de María cuando estuvo
de visita en su casa8.
Una vez más, Juan demuestra su carácter lleno de humildad, al rehusarse a bautizar al
Señor Jesús, no se siente digno de estar a su nivel. Es evidente que lo más representativo
del carácter de Juan es su humildad, su capacidad de renunciar a su “yo”.
Juan es encarcelado por Herodes, por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe,
para el Bautista esto no era licito y se emprendió en una lucha – digo yo personal – perseguir
y acusar a estos dos por el pecado en que vivían.
8
Ver Lucas 1: 39-56.
Empieza ahora a cobrar sentido el hecho de haber mandado a sus mensajeros a Jesus a
preguntar ¿eres tu aquel que había de venir o esperamos a otro?, esta pregunta nos confunde,
pues un tiempo atrás Juan lo había señalado como el Cordero, a ese a que él había anunciado,
y como ahora pregunta si él es el Cristo. Dos pueden ser las respuestas.
Sentimos que Cristo lo evidencio así y muestra que a pesar de esa debilidad fue un gran
hombre de Dios, el mayor de todos los profetas, porque a diferencia de sus predecesores no
solo hablo del Cristo, sino que tuvo la oportunidad de señalarlo. Es el mismos Jesús quien le
da el lugar que se merece, pero que muchos por su manera de vivir lo habían rechazado.
En conclusión, podemos decir de Juan que fue grande entre los profetas, pero su grandeza
radicaba en que se negó, desde siempre, a sí mismos para dar paso aquel que en verdad iba a
ser el verdadero salvador, no se trataba de él, como el mismo lo dijo Es necesario que él
crezca, pero que yo mengüe, a todas luces esa aptitud es la que debemos asumir todos los
cristianos, menguar nosotros para que Cristo crezca.
Juan hijo de sacerdote, llamado el profeta de Dios, nunca se puso por encima de nadie,
vivió bajo el cumplimiento de la voluntad de Dios, con una dependencia tal, que comía lo
que el Señor le ofrecía, cumplió en todo lo dicho por Jesús, no quiso ser primero en ninguna
parte, el mismo se llamaba indigno hasta de asumir una posición de esclavo frente al
Salvador, fue una vida tan simple, que en la biblia no existe un libro escrito por este profeta,
no vemos haciendo grandes milagros y señales, pero aun así el mismos señor Jesucristo lo
llamo el profetas de profetas.